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Si tú eres un hijo de Dios, el Espíritu Santo mora en ti, veamos lo que Yeshua dijo a sus
discípulos:
En ese momento sus discípulos no habían nacido de nuevo, todavía el Espíritu Santo NO estaba
EN ellos aunque si estaba CON ellos ¿Cuándo se produjo el nuevo nacimiento en la vida de los
discípulos? . . . ¿Cuándo el Espíritu Santo comenzó a estar EN ellos? Veamos:
Cuando Yeshua sopló sobre sus discípulos, éstos recibieron la presencia del Espíritu Santo EN
ellos, sin embargo esto NO es el bautismo en el Espíritu Santo ya que el propio Yeshua, después
de haber soplado sobre sus discípulos, dijo:
Yeshua ya había soplado sobre sus discípulos y el Espíritu Santo ya estaba EN ellos cuando dijo
las palabras del versículo que acabamos de citar, sin embargo podemos apreciar que todavía el
Espíritu Santo no había venido SOBRE ellos.
El bautismo en el Espíritu Santo se produce cuando el Espíritu Santo desciende SOBRE una
persona capacitándola con una nueva unción y poder.
Para poder recibir el Espíritu Santo tenemos que ser hijos de Dios y debemos hacer una cosa:
PEDIR al Padre.
Si no tenemos hambre del Espíritu Santo, si no pedimos al Padre ser bautizados con su Espíritu,
NO recibiremos nada de nada (Stg. 4:2).
Aquí encontramos las dos experiencias espirituales que todo hijo de Dios debería experimentar:
la experiencia del Espíritu Santo EN nuestra vida (la Salvación) y la experiencia del Espíritu
Santo SOBRE nosotros (el Bautismo). A esta segunda experiencia el Señor la compara con “ríos
de agua viva”, hablando del Espíritu Santo que después de la resurrección de Yeshua recibirían
sus seguidores:
Cuando Ananías entró en la casa donde estaba Saulo éste es llamado “Hermano Saulo”
mostrándonos que Saulo ya había experimentado la salvación, ya era salvo, sin embargo todavía
no había experimentado el bautismo, la plenitud, el derramamiento del Espíritu SOBRE su vida,
por eso Ananías le dice que había sido enviado para que fuese lleno del Espíritu Santo.
La evidencia visible o mejor dicho audible de que hemos recibido el bautismo en el Espíritu
Santo es que hablamos en lenguas y/o profetizamos, normalmente éstas eran las señales que
seguían a dicha experiencia gloriosa.
Las lenguas que recibimos cuando somos bautizados en el Espíritu Santo son lenguas dirigidas
a Dios, son lenguas de oración, alabanza y adoración, las lenguas que recibimos NO es el Don
de Lenguas ya que el don de lenguas requiere el Don de interpretación de lenguas para que
pueda operar ya que el Don de lenguas siempre va dirigido a otros creyentes.