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Fundamentos Técnicos de la

Estrategia de Atención Integral a la


Primera Infancia

Comisión Intersectorial para la Atención Integral de Primera Infancia

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PRESENTACION

Dentro de los desarrollos alcanzados por la Comisión Intersectorial para la Primera


Infancia, la cual coordina todas las acciones relacionadas con la Estrategia DE CERO A
SIEMPRE, se ha venido trabajando, entre otros documentos, la serie de lineamientos
técnicos que orienta las acciones de implementación de la Estrategia, tanto en el nivel
Nacional como Territorial.

La definición de estos lineamientos técnicos, parte de reconocer en las Realizaciones que


se deben dar en la Primera Infancia como esas condiciones y estados que se materializan
en la vida de cada niña y cada niño, y que hacen posible su desarrollo integral. Este
desarrollo Integral, como propósito fundamental de la Estrategia DE CERO A SIEMPRE,
es posible si se actúa sobre los diferentes escenarios donde transcurre la vida de los
niños y las niñas, como el hogar, los espacios públicos, los espacios donde se prestan
servicios de salud, los espacios educativos, entre muchos otros.

El marco de lineamientos técnicos de la Estrategia, busca entonces, dar herramientas que


orienten las acciones en estos diversos entornos, desde una mirada integral e
intersectorial de la gestión. En este sentido, dentro del proceso de construcción de los
mismos , se contempló una primera Fase de discusión Nacional para elaborar un
documento base y en la segunda Fase, que es la que iniciamos ahora, se llevan estos
documentos a los territorios para poder generar un gran debate nacional en torno a las
pretensiones y pertinencia de lo planteado en los diferentes temas que contemplan estos
lineamientos y poder incorporar las sugerencias, discusiones, debates, recomendaciones
que de estas jornadas resulten.

Los lineamientos que se presentan ahora para el debate territorial son los siguientes:

 Fundamentos de la Estrategia.
 Protección integral del ejercicio de los derechos.
 Entornos que favorecen su desarrollo.
 Participación y construcción de ciudadanía.
 Formación y acompañamiento a familias.
 Salud para la primera infancia.
 Alimentación y nutrición.
 Orientaciones pedagógicas para la educación inicial.
 Valoración del desarrollo.
 Formación del talento humano.

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Tal como se enunció anteriormente, son documentos base para la discusión, los cuales
aún NO constituyen una postura oficial de la Estrategia como lineamiento oficial para la
Atención Integral a la Primera Infancia.

Cordialmente,

Comité Técnico

Comisión Intersectorial de Primera Infancia

Estrategia Nacional DE CERO A SIEMPRE

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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

1. VISIBILIZAR LA PRIMERA INFANCIA: ENTRE LA NORMATIVIDAD Y LA MOVILIZACIÓN


SOCIAL

2. CONCEPCIONES QUE GUÍAN LA ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA

2.1. Niña y niño sujetos de derechos


2.2. Desarrollo infantil desde la gestación hasta los 5 años desde la perspectiva de
derechos
2.3. Entornos en los que transcurre la vida cotidiana de los niños y las niñas en
primera infancia, sus contextos y actores
2.4. Atención integral
2.5. Gestión integral

3. LA ESTRATEGIA DE ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA

3.1. Definición, objetivos y líneas de acción


3.2. Horizonte de derechos: Las realizaciones
3.3. Orientación para la acción: Los lineamientos técnicos
3.4. Concreción de la acción: Ruta integral de atenciones a la primera infancia
3.5. Calidad en la atención: Sistema de Aseguramiento de la Calidad
3.6. Realidad en cada vida: Monitoreo niño a niño

4. EL COMPROMISO

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INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas se ha incrementado el reconocimiento a la importancia de la primera


infancia gracias a las numerosas investigaciones sobre desarrollo humano que muestran
cómo, si bien éste se produce a lo largo de todo el ciclo vital, es durante los primeros años
que se sientan las bases para el desarrollo posterior del individuo en el que se complejizan
sus capacidades, habilidades y potencialidades. Los estudios de las neurociencias
continúan produciendo conocimiento acerca de la influencia de una buena atención y
cuidado del niño y la niña desde la gestación por cuanto el mayor número de conexiones
cerebrales, el desarrollo de habilidades básicas del lenguaje, la motricidad, el pensamiento
simbólico y las bases de las interacciones sociales tienen un alto nivel de desarrollo antes
de que los niños y las niñas ingresen a la educación formal.

La mayor presencia de la primera infancia en la producción académica, así como la


conciencia de trabajar por la visibilización de las niñas y niños menores de 6 años para
darles el estatus que se merecen en razón a su dignidad de seres humanos y como
corresponde por ser sujetos de derechos, han conducido las reflexiones, planteamientos,
orientaciones y acciones del Estado en torno a la Estrategia de Atención Integral para la
primera infancia. Todos los niños y niñas de primera infancia de Colombia deben ser
tenidos en cuenta en las políticas que buscan mejorar sus condiciones de vida con el fin de
promover su desarrollo integral en el seno de la familia y de las instituciones sociales.

En razón a lo dicho, resulta inadmisible la situación de precariedad social y económica en


que viven más de la mitad de los niños y niñas menores de 6 años, en el país, situación de
inequidad que puede superarse si desde los primeros años de vida la primera infancia
cuenta con una atención integral de calidad que le garantice los derechos a una vida

5
individual y social de mayor bienestar. De esta manera, la decidida acción del Estado, la
sociedad y la familia son fundamentales para favorecer el desarrollo infantil en la primera
infancia y así contribuir a la superación del círculo de la pobreza en que se sumen las
poblaciones más vulnerables.
Consecuentes con lo planteado, la Estrategia de Atención Integral a la Primera Infancia se
propone el pleno desarrollo de los niños y las niñas desde la gestación hasta antes de
cumplir los 6 años, a través de la implementación de acciones, programas y proyectos
dirigidos a la atención integral a la primera infancia en todo el territorio nacional. Como
podrá verse a lo largo de este documento, la integralidad en la estrategia se expresa a
través de las concepciones de niño y niña y sus derechos, la atención y la gestión, que
deben concurrir en lo entornos en donde transcurren sus vidas.

Frente a las concepciones, el niño y la niña son reconocidos dentro de la Estrategia en su


dignidad de seres humanos como sujetos de derechos que durante todas las etapas y
momentos del ciclo de vida se consideran en su dignidad de seres humanos, con
capacidades, intereses y necesidades propios que se expresan en sus entornos y
contextos, acordes al ciclo vital por el que atraviesan, por lo que la realización de sus
derechos ha de responder a estas particularidades.

Por su parte, la atención integral hace referencia al conjunto de acciones planificadas,


continuas y permanentes de carácter político, programático y social encaminadas a
asegurar que en cada uno de los entornos en los que transcurre la vida de las niñas y los
niños en la primera infancia (hogar, centros de salud, centros de desarrollo infantil,
instituciones educativas, espacio público) existan las condiciones humanas, materiales y
sociales que hacen posible su desarrollo y la garantía del pleno ejercicio de los derechos.

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Finalmente, la gestión integral, tiene relación con las labores de direccionamiento,
planeación, aseguramiento de condiciones, articulación y seguimiento de la atención
integral. Trasciende la mera articulación de acciones atomizadas, sectorializadas y
descontextualizadas, para propender porque la labor de cada actor se configure desde su
especificidad, en relación con la especificidad de los demás, y que esto ocurra de manera
intersectorial, concurrente y coordinada. Ello involucra a los sectores estatales (educación,
salud, cultura, bienestar planeación, etc.) y a los demás miembros de la sociedad (familias,
comunidad, sociedad civil, academia, organizaciones no gubernamentales, etc.).
Derivada de esta integralidad, la atención que contribuye al desarrollo de la primera
infancia requiere una comprensión que trasciende la sumatoria de acciones de cuidado,
educación inicial, salud, protección, nutrición, salubridad. Antes bien, estas acciones han
de llegar a los entornos y orientarse hacia el niño y la niña en forma simultánea.

Con base en esta conceptualización que pone en el centro a las niñas y niños y en el
horizonte su desarrollo integral, la atención y la gestión han de entenderse en forma
integral en tanto concurren en sus entornos y responden a criterios de calidad que
aseguran ese desarrollo integral. Significa lo anterior que la calidad de la atención ofrecida
a niñas y niños menores de 6 años es una realidad cuando ellos logran vivir sus vidas en
entornos que cuentan con las condiciones humanas, sociales y materiales que favorece la
realización de sus derechos, única manera de asegurar la potenciación del desarrollo y una
vida humana digna.

En este orden de ideas el documento está organizado como sigue:

Un primer capítulo en el que se exponen los avances que en materia de política,


programas y movilización social sirven de antecedente a la Estrategia de atención integral

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a la primera infancia y permiten aproximarse a las concepciones fundamentales que
orientan el trabajo sobre la primera infancia.

Enseguida, en el capítulo segundo, se tratan las principales concepciones que subyacen a


la orientación actual de las políticas sobre primera infancia: niña y niño, desarrollo
integral, perspectiva de derechos, entornos en donde transcurre la vida de los niños y
niñas, atención y gestión integral, papel de la familia, y educación inicial de calidad.

Estos capítulos conducen a definir, en el tercer capítulo, las principales características de


la estrategia de atención integral a la primera infancia, encargada de desplegar estas
concepciones en orientaciones de acción para todo el territorio nacional, de forma tal
que, a partir de la interacción con los contextos, se reflejen en los entornos en donde
acontece la vida de las niñas y los niños y consecuentemente su desarrollo sea posible.

Para concluir, el documento se cierra con una referencia al compromiso que es necesario
adquirir con la primera infancia, por parte de todos los actores que intervienen en su
desarrollo integral y contribuyen a promoverlo.

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1. VISIBILIZAR LA PRIMERA INFANCIA: ENTRE LA NORMATIVIDAD Y LA MOVILIZACIÓN
SOCIAL

Seguir avanzando en la búsqueda de asegurar a los niños y niñas que se encuentran en el


ciclo de vida de la primera infancia su desarrollo integral es un propósito y una
responsabilidad asumidos por los gobiernos departamentales y locales.

Para lograrlo, se cuenta ya con un marco normativo a nivel internacional y nacional así
como con la movilización de todos los actores comprometidos con la primera infancia, y
con la convocatoria al país a trabajar por los niños y niñas en estas edades para promover
su desarrollo.

A partir de la Convención de los Derechos del Niño adoptada por el país hace algo más de
20 años1, se conciben y toman en cuenta a la niña y el niño como sujetos titulares de
derechos, desde el momento de su gestación. Esta centralidad en el niño y la niña se
refuerza con la postulación para ellos y ellas del interés superior, para indicar que sus
derechos prevalecen sobre los derechos de los demás, en toda situación y en aquéllas en
que éstos se encuentren en conflicto. En consecuencia, es un deber del Estado garantizar
el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas, y una responsabilidad compartida
con la familia y demás miembros de la sociedad.

La Convención de los Derechos del niño y la niña ha orientado esfuerzos posteriores de


definición de lineamientos y acciones dirigidos a promover el desarrollo integral de la
primera infancia para así garantizar la realización del mandato de derechos que le son

1
La Convención de los Derechos del Niño existe desde el 20 de noviembre de 1989 y rige desde
el 2 de Septiembre de 1990. Colombia firma su adhesión a ella el 26 enero 1990 y ésta entra en
vigor el 27 febrero 1991.

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inherentes. Autoridades gubernamentales, representantes de organismos internacionales
y académicos, entre otros actores sociales, han hecho parte de la discusión y elaboración
de dichos lineamientos los cuales han representado para el país un imperativo a favor de
la primera infancia: El Foro Mundial sobre la Educación para Todos (Unesco, 2000), la
Declaración del Simposio Mundial de Educación Parvularia o Inicial (2000); la Conferencia
Iberoamericana de Educación (2001); y más recientemente la Conferencia Mundial sobre
Atención y Educación de la Primera Infancia (Unesco, 2010).

A su vez, los procesos de movilización social han tenido un impacto positivo en el país por
cuanto, además, han impulsado la formulación de políticas dirigidas a garantizar una
atención integral a la primera infancia. Es así como el Primer Foro Internacional “Primera
Infancia y Desarrollo. El desafío de la década”, realizado en el 2003 influyó en la
concreción del “Programa de Apoyo para la formulación de la Política de Primera Infancia
en Colombia”, en el 2005. Para cumplir con los objetivos de darle a este programa un
alcance nacional y participativo, se conformaron mesas de trabajo destinadas a
reflexionar, discutir y concertar los contenidos de una política para la primera infancia.
Mientras esto sucedía, se realizó el segundo Foro Internacional, “Movilización por la
primera Infancia” en el 2005. Estos foros han sentado las bases de las definiciones de
política pública de primera infancia formuladas por el país.

De estas políticas hacen parte, por un lado, el Código de Infancia y Adolescencia (Ley 1098
de 2006) y por otra, la Política Pública Nacional de Primera Infancia “Colombia por la
Primera Infancia” (Conpes 109 del 3 de diciembre de 2007).

El Código de Infancia y Adolescencia armoniza con las orientaciones internacionales y se


constituye en un instrumento legitimador del enfoque centrado en la perspectiva de

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derechos postulado por ellas. En su artículo 29 referido al Derecho al Desarrollo Integral
de la Primera Infancia define las principales características de este ciclo vital y expone
como derechos impostergables de los niños y niñas la atención en salud y nutrición, el
esquema completo de vacunación, la protección contra los peligros físicos y la educación
inicial.

Por su parte, la Política Pública Nacional de Primera Infancia suscrita por el Ministerio de
la Protección Social, el Ministerio de Educación Nacional, el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar y el Departamento Nacional de Planeación es el resultado de un
proceso de movilización social, generado a partir de la necesidad de retomar y dar un
nuevo significado a la temática de ofrecer a la primera infancia en Colombia
oportunidades efectivas de desarrollo. A su vez, se enmarca en el Plan Nacional de
Desarrollo de la época2 y se refuerza por los compromisos adquiridos en la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño. La política plantea como objetivo general
“Promover el desarrollo integral de los niños y niñas desde la gestación hasta los 6 años de
edad; respondiendo a sus necesidades y características específicas, y contribuyendo así al
logro de la equidad e inclusión social en Colombia (Conpes, 2007:28).

El Ministerio de Educación Nacional también se plantea un amplio proceso de movilización


en todo el país a través de foros, mesas de trabajo y conferencias que lo llevan a la
formulación del Plan Nacional Decenal de Educación 2006-2016, pacto social por el
derecho a la educación que compromete a todos los agentes responsables de la educación
(Estado, sociedad y familia). Interesa destacar de este Plan el objetivo, relacionado con el
desarrollo infantil y la educación inicial: Garantizar la atención integral universal para los

2
Plan de Desarrollo 2002- 2006 “Hacia un Estado Comunitario”.

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niños y las niñas desde la gestación hasta los 6 años, en una perspectiva de derechos, para
un ejercicio pleno de la ciudadanía. Así, este objetivo sobre la integralidad del desarrollo y
de la atención integral a la niña y al niño exige superar una concepción sectorial de la
política pública existente hasta el momento.

En el documento de política del Ministerio de Educación Nacional (2009:8) titulado


“Desarrollo Infantil y Competencias en la Primera Infancia” se realza la educación inicial
como un “proceso permanente y continuo de interacciones y relaciones sociales de
calidad, pertinentes y oportunas, que posibilitan a los niños potenciar sus capacidades y
adquirir competencias en función de un desarrollo pleno como seres humanos y sujetos
de derechos. Como tal, requiere un cuidado y acompañamiento apropiado del adulto que
favorezca su crecimiento y desarrollo en ambientes de socialización sanos y seguros”.

A su vez, en este documento se define la implementación de la política de primera


infancia a través de cinco estrategias: 1) Acceso de los niños menores de 5 años a una
atención educativa, en el marco de una atención integral; 2) Construcción de Centros de
atención integral para la primera infancia; 3) Formación de agentes educativos
responsables de la educación inicial y atención integral de la primera infancia con un
enfoque de competencias e inclusión; 4) Fortalecimiento territorial para la
implementación de la política de educación inicial, en el marco de una atención integral
para la primera infancia; y 5) Sistema de certificación y acreditación de calidad de la
prestación del servicio de educación inicial.

En esta misma línea, la Ley de atención integral a la Primera Infancia (Ley 1295 de 2009)
dispone la atención integral a los niños y niñas de este ciclo vital, focalizando la atención
en los estratos 1, 2 y 3 del Sisben. Para hacerlo propone una articulación interinstitucional

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que permita al Estado garantizarles los derechos fundamentales a los niños y niñas
menores de 6 años mediante una acción integral.

En la ley mencionada se destaca el derecho de garantizar en forma prioritaria la educación


inicial a la población de niñas y niños menores de 6 años, de los estratos mencionados, la
cual podrá contar con metodologías flexibles que en consecuencia conduce a la necesidad
de formar talento humano idóneo y formular lineamientos curriculares pertinentes para
orientar esta formación.

Como puede mostrarse, la atención integral a la primera infancia ha sido considerada una
prioridad en la agenda social y política del país, a lo que ha contribuido la amplia
movilización de la sociedad. Gobierno, ONG, familias, investigadores y actores sociales han
hecho visible la importancia de la primera infancia como periodo de vida durante el cual
se establecen las bases fundamentales del desarrollo humano. Razones de distinta índole
(éticas, científicas, sociales y económicas) destacan la necesidad de actuar con calidad y
oportunamente con miras a procurar los escenarios propicios para un desarrollo pleno de
los niños y niñas desde la gestación hasta los 6 años.

Finalmente, el actual Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para Todos”3 define una
política prioritaria y diferencial sobre los temas de infancia y adolescencia, orientada a
más de cinco millones de niñas y niños en primera infancia en el país, de los cuales más
del 50% enfrenta condiciones de pobreza que generan exclusión y falta de oportunidades
(Presidencia, 2010) y por ende, incumplimiento en la garantía de sus derechos. La
estrategia de atención integral a la primera infancia es la encargada de formular las

3
En el Capítulo IV de este Plan -reglamentado por la Ley 1450 de 2011- se establecen acciones
y estrategias para garantizar una Atención Integral de Calidad a la Primera Infancia.

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orientaciones dirigidas a favorecer el desarrollo integral de los niños y las niñas menores
de 6 años en el marco de este plan de desarrollo. En ella se asume la responsabilidad
directa de gobernantes, familias, personas cuidadoras, docentes, agentes comunitarios y
la sociedad toda, en una acción articulada y coordinada a favor de la primera infancia.

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2. CONCEPCIONES QUE GUÍAN LA ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA

Las concepciones que orientan la Estrategia de atención integral a la primera infancia


también orientan las acciones, actividades, programas y proyectos que se emprendan en
los entornos de desarrollo infantil (salud, educación inicial, protección, nutrición,
salubridad) y, en particular, en todas las modalidades de atención que se propongan para
promover el desarrollo integral de la primera infancia. Las concepciones en mención
tienen que ver con el niño y la niña como sujetos de derechos, el desarrollo infantil desde
la gestación hasta los 6 años desde la perspectiva de derechos, los entornos en los que
transcurre la vida cotidiana de los niños y las niñas, la atención y la gestión integral.

2.1. Niño y la niña sujetos de derechos

Los niños y las niñas desde su nacimiento hasta los 6 años son sujetos de derechos y, en
cuanto tales, seres sociales únicos, irreductibles, activos y con subjetividad propia. Esta
concepción implica que se consideran seres humanos dignos, amparados por los derechos
propios a su naturaleza y particular momento del ciclo vital.

Afirmar la dignidad de la primera infancia es reconocer el carácter valioso propio de los


seres humanos, como también lo proclama el preámbulo de la Declaración de los
Derechos Humanos, la Constitución Política de Colombia y el Código de la Infancia y la
Adolescencia. En la Declaración de los Derechos Humanos este reconocimiento a la
dignidad del ser humano está seguido por la referencia a su libertad e igualdad desde el
momento del nacimiento; la Constitución Política de Colombia funda a la nación en el
respeto de la dignidad humana; y el Código de la Infancia y la Adolescencia incluye dentro
de su finalidad hacer prevalecer este reconocimiento para las niñas y los niños en los
ciclos de vida sobre los que trata.

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La dignidad intrínseca a todos los miembros de la especie humana implica que los niños y
las niñas de 0 a 6 años no requieren hacer o lograr nada para merecerla, ni tampoco
requieren de la presencia de factores externos u otros individuos para que se la otorguen.
Son seres racionales únicos, dotados de libertad y con capacidades y potencialidades que
les son propias y están en ejercicio pleno.

La relevancia de la dignidad propia de las niñas y los niños menores de 6 años radica en
que sobre ella se sustentan las concepciones, las relaciones y las decisiones de quienes
hacen parte de su vida y contribuyen a asegurar las condiciones deseables para su
crecimiento y desarrollo, en forma directa e indirecta.

Es así como a partir de este reconocimiento a la dignidad propia de los niños y las niñas
menores de 6 años puede afirmarse que su desarrollo característico como ser humano no
puede dejar de considerar el sentido holístico bajo el cual las dimensiones del ser humano
y del desarrollo forman un todo inseparable, en el cual todas son importantes y se
influyen mutuamente.

La concepción de las niñas y los niños de 0 a 6 años como sujetos de derechos4 se soporta
en la dignidad humana como lo reconoce la Declaración sobre los Derechos del Niño

4
Los derechos se caracterizan por ser: 1) Universales: tienen vigencia para todo el género
humano, en todo tiempo y lugar, sin distingo de edad, sexo, raza, ideas, cultura, condición social
o política; 2) Indivisibles: no pueden dividirse o separarse en partes ni distribuirse o repartirse
entre varias personas; 3) Interdependientes: se relacionan entre sí en forma no jerárquica o de
subordinación que implique que uno sea más importantes o que pueda hacerse efectivo a costa
de otros; 4) Irreversibles: son irrevocables y perdurables, pues una vez reconocidos adquieren
la condición de inherentes a la dignidad humana y no se pierden en el transcurso del tiempo; 5)
Progresivos: se complejizan y amplían en la medida en que el ser humano se desarrolla y en el
caso en que nuevas condiciones sociales van determinando la vigencia de otros derechos; 6)
Exigibles: tiene que garantizarse su cumplimiento y, efectivamente, realizarse. En caso de
vulneración tienen que restablecerse; y 7) Irrenunciables: no es posible declinar a ellos, ser
transferidos o separados de la persona.

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sancionada por las Naciones Unidas en 1989 y ratificada por Colombia mediante la Ley 12
de 1991. A partir de la Convención se reconoce la titularidad, el ejercicio y la garantía de
los derechos como atributos inherentes a las personas y a su dignidad, lo que los hace
portadores de personalidad jurídica5 y seres sociales activos, protagonistas de la sociedad
y con finalidad y sentido en sí mismos.

En razón a la titularidad, el ejercicio y la garantía de los derechos, los niños y niñas de 0 a 6


años requieren contar con las condiciones fundamentales para garantizar la preservación
de su vida y el pleno disfrute de la misma. La Constitución Política de 1991, en su artículo
44 contiene los derechos fundamentales de los niños y las niñas y el artículo 29 del Código
de la Infancia y la Adolescencia se refiere en particular al derecho de la primera infancia a
su desarrollo integral.

En consecuencia, concebir a las niñas y a los niños como sujetos de derechos desde la
primera infancia, significa que su singularidad y momento particular por el que atraviesan
son exaltados y apreciados, que se les consideran sus capacidades y potencialidades para
relacionarse con los demás y constituirse en interlocutores genuinos y como tal, capaces
de tomar parte activa en la configuración de sus vidas y de sus entornos.

En esta medida, desde que nacen los niños y las niñas pueden gozar efectivamente de sus
derechos y contar con las condiciones afectivas, sociales y materiales indispensables y
óptimas, para su realización que son las mismas condiciones que requieren para su pleno
y óptimo desarrollo. Por su parte, el Estado, la familia y la sociedad tienen la
responsabilidad de garantizarlos, proporcionando oportunidades reales y concretas para

5
Toda persona tiene derecho a su reconocimiento como sujeto de derechos y obligaciones y a
gozar de los derechos fundamentales civiles, políticos y sociales.

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materializarlos y hacerlos ciertos. A las niñas y los niños de 0 a 6 años o a quienes son sus
responsables les compete el interés y la voluntad para ejercer dichos derechos.

2.2. El desarrollo infantil entre la Gestación y los 5 años desde la perspectiva de


derechos
Desde la perspectiva de los niños y las niñas de 0 a 6 años como sujetos de derechos,
deben garantizarse las condiciones necesarias para su óptimo desarrollo. El desarrollo
durante la primera infancia hace parte del desarrollo humano entendido este último como
un proceso bio-psico-social a lo largo del cual el individuo va madurando y estructurando
su personalidad individual y social. Durante este proceso el ser humano se hace cada vez
más autónomo, se complejiza en sus funciones y procesos, crece, cambia y avanza en
forma continua.

El desarrollo no ocurre de manera lineal, homogénea y acumulativa de forma tal que los
niños y las niñas de 0 a 6 años sean menos desarrollados que los más grandes que ellos y
ellas. Se habla precisamente de ciclos de vida en el desarrollo para indicar que en cada
momento del ciclo vital el ser humano es un ser completo en cuanto se desarrolla como
corresponde a las posibilidades y contextos (sociales, económicos, culturales y políticos)
dentro del marco de lo que es posible en dicho ciclo de vida (Isaza, 2011).

Es indispensable considerar que el desarrollo del niño y la niña desde la gestación hasta
los 6 años es un proceso complejo y dinámico de crecimiento, cambio y avance continuo y
está caracterizado por la actividad, lo que permite considerar que niñas y niños son
sujetos activos de su propio desarrollo. Esta actividad se logra en los procesos a través de
los cuales el niño y la niña interactúan con quienes lo rodean y lo que los rodea, los cuales

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son intencionados6. La interacción es, entonces, un proceso de intercambio activo de los
niños y las niñas con la cultura, a través de los adultos que lo cuidan y de quienes depende
su desarrollo, hasta que logre hacerlo por sí mismo. Estas interacciones le proporcionan al
niño y la niña la posibilidad de desarrollar los vínculos de afecto y la seguridad necesarios
y fundamentales en su proceso de desarrollo (Bruner, 1984).

Como corresponde a la concepción de niños y niñas únicos, irrepetibles y considerados en


un sentido holístico, el desarrollo es integral. Esto significa que las dimensiones en que
analíticamente se considere este desarrollo (dimensiones, etapas, etc.)7 así como las
capacidades humanas a las que se refiera, todas son importantes y se influencian
mutuamente8.
Ahora bien, las singularidades que caracterizan a cada niño y niña permiten entender la
existencia de distintos ritmos y estilos de desarrollo, de acuerdo con las particularidades
que ha tenido su proceso de cuidado, sus interacciones con pares y adultos, las
oportunidades que le ha ofrecido el contexto de desarrollo y las configuraciones o
estructuraciones que cada quien va haciendo.

En los últimos años se ha puesto en un lugar privilegiado el desarrollo de la primera


infancia por considerarse que el sienta las bases del desarrollo posterior. En especial,

6
Según Bruner (1984) inicialmente el bebé despliega movimientos sin objetivos ni intenciones y
son los cuidadores quienes le ayudan a traducirlas, para convertir sus movimientos en actividad.
Esta actividad jalonada por una intención, implica un niño o niña activo en su desarrollo (Isaza,
2011).
7
Por ejemplo, en la estrategia “de Cero a Siempre” se consideran las siguientes dimensiones:
corporal, emocional, social, comunicativa, cognoscitiva, estética y trascendental.
8
Esta comprensión holística, integradora de las dimensiones del desarrollo, conlleva una
orientación holística de las políticas dirigidas a la primera infancia, a través de la cual los
distintos sectores de la acción política relacionados con las dimensiones del desarrollo del niño y
la niña (educación, bienestar y salud) deben garantizar su atención integral en este ciclo de
edad.

19
estudios científicos de neurociencia han añadido el saber correspondiente al desarrollo
del cerebro durante este ciclo de vida para afirmar que desempeña un papel crucial en el
desarrollo humano. Es así como las acciones que se toman desde la gestación tienen un
efecto mayor en la promoción del desarrollo, comparadas con otras que se hagan en
momentos posteriores de la vida.

En cuanto a los entornos del desarrollo infantil la familia es el primero y más importante
de ellos. No obstante, la complejidad del desarrollo de la sociedad ha llevado a la
necesidad de contar con escenarios institucionales para contribuir a cuidar y educar a los
niños y niñas desde muy temprana edad, no en el afán de sustituir a la familia en esta
función sino con el propósito de colaborarle en su cumplimiento, complementar su acción
y lograr una cualificación del desarrollo infantil que beneficie a la sociedad, a sus
instituciones y a todos sus miembros.

Adicionalmente, los entornos institucionales facilitan al Estado la garantía de los derechos


del niño y la niña, en las situaciones en las que por las condiciones socioeconómicas o por
circunstancias familiares, los padres no puedan hacerla con la calidad requerida.

2.3. Entornos en los que transcurre la vida cotidiana de las niñas y niños en primera
infancia, sus contextos y actores

Los entornos son los espacios físicos, sociales y culturales - delimitados por fronteras
espaciales, personas con roles definidos y una estructura organizativa - en donde ocurre la
vida cotidiana de las niñas y los niños.

20
El hogar, el centro de salud y de desarrollo infantil, la institución educativa, el espacio
público, son los entornos cotidianos en los que niñas y niños tienen la posibilidad de vivir
una intensa y continua interacción con los contextos histórico, cultural, social, económico,
político que les atraviesan. Por ello y por las particularidades propias que hacen de cada
persona un ser singular, el desarrollo ocurre de manera particular para cada quien.

Los actores presentes en estos entornos, cumplen un papel fundamental para hacer de
ellos verdaderos ambientes que potencien el desarrollo. Durante los primeros años de
vida la familia tiene un lugar protagónico. Es el primer agente socializador, que desde la
crianza configura un proceso de interacción con el niño y la niña que le permiten
comprender el mundo y transitar por él, construir su vida y ser parte activa de la
construcción de sus entornos.

Por su parte, la comunidad aparece para acoger a la niña y al niño en la sociedad,


reconocer sus derechos como ciudadano y en tanto tal confiarle el patrimonio material e
inmaterial que constituye su bien común: cultura, idioma, conocimiento, visión del
mundo, valores, bienestar, estilos de vida, economía, entre otros. En esta interacción la
niña y el niño construyen su identidad y sentido de pertenencia.
El Estado hace presencia para garantizar en su ejercicio de regulación de la nación, que los
servicios de sus instituciones están orientados al logro del desarrollo integral de los niños
y las niñas en primera infancia, a través de la atención y la gestión integral que se enmarca
en la realización de sus derechos y considera sus características, condiciones e intereses
particulares.

21
Familia, comunidad e instituciones, se encuentran y articulan en cada uno de los entornos,
para cumplir con su responsabilidad de garantizar que en la primera infancia las niñas y los
niños cuentan con las condiciones que les hacen posible vivir una vida en plenitud.

2.4. Atención integral

Lo planteado hasta el momento, pone en evidencia que el propósito del pleno y óptimo
desarrollo de las niñas y los niños en primera infancia, requiere de la acción decidida por
parte de las personas adultas que enrostran a los actores de cada uno de los entornos.
Consecuentemente, en todos ellos deben ocurrir las acciones tendientes al
reconocimiento, garantía, prevención de amenaza o vulneración de sus derechos y su
restablecimiento inmediato en caso de que ésto haya ocurrido, de forma tal que la
protección integral sea un hecho.

La protección integral se concreta en el acumulado de políticas, planes, programas y


acciones que con este propósito se ejecuten de manera complementaria en los niveles
nacional, departamental, distrital y municipal, con la correspondiente asignación de
recursos humanos, físicos y financieros.

La atención integral demanda entonces, un conjunto de acciones planificadas, continuas y


permanentes de carácter político, programático y social encaminadas a asegurar que en
cada uno de los entornos en los que transcurre la vida de los niños y las niñas existan las
condiciones humanas, materiales y sociales que lo hagan posible. Este conjunto de
acciones materializan la protección integral que debe asegurarse a las niñas y los niños
para garantizar la promoción y potenciación de su desarrollo en el marco de la realización
de sus derechos.

22
Consecuentemente, la atención a la primera infancia se hace integral cuando al servicio de
las niñas y los niños se configura para favorecer el desarrollo en todas sus dimensiones y
garantizar los derechos; se contextualiza y ocurre en los entornos en dónde ellas y ellos se
encuentran, e involucra de manera concurrente a los sectores responsables.

En otras palabras, la atención a la primera infancia es integral cuando:

 Se realiza en función de los niños y las niñas concebidos como sujetos de derechos
que se desarrollan integralmente de acuerdo con su edad, contexto y condición.
 Está dirigida a garantizar la realización plena de sus derechos.
 Llega a todos los entornos de desarrollo del niño y la niña (hogar, centros de salud
y de desarrollo infantil, instituciones educativas, espacio público) allí en donde
trascurre su vida cotidiana en los territorios en los que habitan y dialoga con los
contextos diversos.
 Reúne las condiciones que aseguran disponibilidad, accesibilidad, calidad, inclusión
y sostenibilidad.

2.5. Gestión integral

Finalmente, la gestión integral, tiene relación con las labores de direccionamiento,


planeación, aseguramiento de condiciones, articulación y seguimiento de la atención
integral. Trasciende la mera articulación de acciones atomizadas, sectorializadas y
descontextualizadas, para propender porque la labor de cada actor se configure desde su
especificidad, en relación con la especificidad de los demás, y que esto ocurra de manera
intersectorial, concurrente y coordinada. Ello involucra a los sectores estatales (educación,

23
salud, cultura, bienestar, planeación, etc.) y a los demás miembros de la sociedad:
familias, comunidad, sociedad civil, academia, organizaciones no gubernamentales, etc.).

Derivada de esta integralidad, la atención que contribuye al desarrollo de la primera


infancia requiere una comprensión que trasciende la sumatoria de acciones de cuidado,
educación inicial, salud, protección, nutrición, salubridad. Antes bien, estas acciones han
de llegar a los entornos y orientarse hacia el niño y la niña en forma simultánea.

La integralidad en la gestión se soporta en una convocatoria a una gran acción colectiva en


favor del propósito de garantizar el desarrollo de las niñas y niños en su primera infancia,
que exige que cada actor involucrado reconozca la importancia central de su papel, y
ponga al servicio del proceso sus saberes, su estructura institucional, sus acciones,
recursos y capacidades, así como su apertura para transformarse.

Además de lo anterior, es necesario comprender que la gestión integral sólo puede


alcanzar sus objetivos si involucra aspectos relacionados con la coordinación de grupos
humanos y de recursos limitados. En este sentido, invita a la construcción de sintonía en
las aspiraciones y los objetivos, al uso eficiente de recursos y capacidades.

Es bajo esta perspectiva que la Estrategia promueve la construcción de una gestión


solidaria en la cual los recursos, las responsabilidades y los procesos interactúan entre sí y
ocurren con la oportunidad requerida para garantizar que los niños y niñas gocen a
plenitud de sus derechos.

24
3. LA ESTRATEGIA DE ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA

3.1. Definición, objetivos y líneas de acción

Bajo el direccionamiento de una comisión intersectorial9, la Estrategia de atención integral


a la primera infancia planifica y articula el conjunto de acciones políticas, programáticas y
sociales de carácter nacional y territorial, dirigidas a promover y garantizar el desarrollo
integral de las niñas y los niños que se encuentran en este ciclo vital a través de la
realización de sus derechos.

Para ello se plantea los siguientes tres objetivos y siete líneas de acción:

Objetivos
1. Definir una política para la atención integral de la primera infancia de largo plazo,
sostenible y universal con enfoque poblacional y territorial.
2. Garantizar la pertinencia, calidad y articulación de las acciones programáticas y sociales
inherentes a la atención integral a la primera infancia desde antes de la concepción
hasta la transición hacia la educación formal.
3. Desarrollar un proceso de movilización social que enriquezcan las concepciones sobre
la primera infancia y las interacciones que se establecen con las niñas y niños en los
diversos entornos en donde transcurre la vida, con referentes reconocedores de su
dignidad humana e integralidad.

9
La Comisión Intersectorial para la Atención Integral a la Primera Infancia se reglamenta
mediante el Decreto 4875 de 2011, es la responsable de coordinar y armonizar las políticas,
planes, programas y acciones necesarias para la ejecución de la atención integral a la primera
infancia, siendo ésta la instancia de concertación entre los diferentes sectores involucrados. Está
integrada por: Presidencia de la República, Ministerio de Salud y Protección Social, Ministerio de
Educación Nacional, Ministerio de Cultura, Departamento Nacional de Planeación, Departamento
Administrativo de Prosperidad Social e Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

25
Líneas de acción
1. Armonización de la política pública de primera infancia con el marco de la atención
integral a la primera infancia.
2. Definición y desarrollo de los lineamientos técnicos y la Ruta Integral de atención
dirigidos a este grupo poblacional.
3. Diseño y puesta en marcha del sistema de aseguramiento de la calidad
4. Fortalecimiento territorial en la atención integral a la primera infancia
5. Movilización social
6. Articulación, cooperación y alianzas público-privadas
7. Innovación y generación de conocimiento.

3.2. Horizonte de derechos: Las realizaciones

Teniendo como propósito el desarrollo integral, la Estrategia ha planteado como horizonte


de sentido en materia de ejercicio de derechos aquello que ha denominado realizaciones,
entendidas como las condiciones y estados que se materializan en la vida de cada niña y
cada niño, y que hacen posible su desarrollo integral.

Planteadas en singular y tiempo presente para cada niña y cada niño, estas son:

1. Cuenta con padre, madre o cuidadores principales que le acoge y pone en práctica
pautas de crianza que favorecen su desarrollo integral.
2. Vive y disfruta del nivel más alto posible de salud.
3. Goza y mantiene un estado nutricional adecuado.
4. Crece en ambientes que favorecen su desarrollo.
5. Construye su identidad en un marco de diversidad.

26
6. Expresa sus sentimientos, ideas y opiniones en sus entornos cotidianos y éstas son
tenidas en cuenta.
7. Crece en un contexto que promociona sus derechos y actúa ante la exposición a
situaciones de riesgo o vulneración.
Como un todo, las realizaciones convocan a que las líneas de trabajo previstas en la
Estrategia hagan de los derechos una realidad presente en los entornos cotidianos de las
niñas y los niños, que permea sus contextos e interacciones y se expresa en sus vidas de
manera singular.

3.3. Orientación para la acción: Los lineamientos técnicos

La atención integral a la primera infancia requiere de criterios unificados conceptuales y


operativos, que iluminen y orienten la estrategia, y en esta medida la forma como se
promueve el desarrollo integral de la primera infancia. Estos lineamientos comprenden
contenidos relacionados con:

 Los fundamentos de la Estrategia planteados en este documento.


 La participación y construcción de ciudadanía.
 Los entornos que favorecen el desarrollo.
 Formación y acompañamiento a familias.
 La salud en la primera infancia.
 La alimentación y nutrición.
 La orientación pedagógica de la educación inicial.
 La Protección Integral del ejercicio de los derechos de las niñas y los niños.
 La formación y el acompañamiento a familias.
 La formación del talento humano.

27
 Las orientaciones diferenciales.

Y permiten que todos los actores involucrados compartan el sentido y la intención de la


atención integral, asegurando que independientemente de quien la preste, ésta
contribuya al propósito nacional de asegurar el pleno desarrollo de las niñas y los niños
durante su primera infancia.

28
3.4. Concreción de la acción: Ruta de atención integral para la primera infancia

La Ruta plasma el conjunto de las atenciones que contribuyen a asegurar las condiciones
familiares, sociales y comunitarias que favorecen el desarrollo integral de cada niña y cada
niño durante su primera infancia y la realización de sus derechos, en cada uno de los
entornos en los que transcurre su vida.

Esta herramienta contiene un mapa que se comporta como un referente orientador, que
permite a los territorios ubicarse en el campo de la atención integral para ordenar, dar
pertinencia y consistencia a los servicios a través de los cuales se prestan las atenciones
allí relacionadas, asegurando que se articulen y que lleguen armónicamente a cada niño y
cada niña en sus entornos cotidianos y de acuerdo con su edad, contexto y condición.
Desde este punto de vista puede decirse que la Ruta es la definición del camino para
asegurar las realizaciones.

Los niños y niñas están presentes en el mapa según las siguientes edades:

• Preconcepción
• Gestación al parto
• Nacimiento al primer mes
• 2 a 5 meses
• 6 a 11 meses
• 1 año
• 2 años
• 3 a 5 años 11 meses

29
Para cada una de estas edades, se identifica en la Ruta el conjunto de atenciones que se
encuentran pertinentes y oportunas, así como las derivaciones que son necesarias en caso
de encontrarse situaciones que requieren activar la ruta de atenciones especiales.
Tanto las atenciones, como las derivaciones cuentan con la relación de los contenidos que
contemplan, así como del actor o actores responsables de su prestación.

La Ruta Integral de atenciones cobra vida cuando el territorio establece interacción con el
mapa, y a manera de tamiz lo utiliza para contrastar su oferta en términos de identificar:

1. Qué atenciones está prestando y cuáles no, de forma tal que pueda establecerse la
brecha entre lo existente y lo que debe asegurarse.
2. De qué manera estas atenciones están llegando a cada uno de los entornos cotidianos
en los que se encuentran las niñas y los niños, de modo que sea posible identificar si se
llega a todos los entornos y el estado de articulación de los actores que brindan la
atención en cada uno de ellos.
3. Si es posible dar cuenta de que estas atenciones ocurren para cada niño y cada niña,
con el propósito de establecer si es necesario visibilizar a las niñas y los niños en la
gestión para garantizar que cada uno de ellos acceda de manera cierta al conjunto de
atenciones que requiere para su desarrollo integral.

Las decisiones que se tomen en materia de direccionamiento, estructura programática,


articulación intersectorial y seguimiento, a partir de los resultados obtenidos para
asegurar la atención integral, configuran lo que se ha definido como la gestión integral.

3.5. Calidad en la atención: Sistema de Aseguramiento de la Calidad

30
El sistema de aseguramiento de la calidad define unos criterios y estándares para la
prestación de servicios en los entornos cotidianos, con el propósito de garantizar en las
atenciones dirigidas a los niños y niñas los atributos cuantitativos y cualitativos que
aseguran su contribución al pleno desarrollo de las niñas y niños.

Los estándares se orientan por los principios de progresividad, flexibilidad y


obligatoriedad. El primero de ellos reconoce que el país requiere transitar hacia esquemas
de atención de mayor calidad y pertinencia y por ello que los servicios deben tener la
posibilidad de avanzar hacia su cumplimiento de manera gradual, creciente y en un
tiempo que respete el principio de interés superior del niño. La flexibilidad refiere a la
necesidad de contextualizarlos a las condiciones que son propias de los contextos y
culturas. La obligatoriedad indica que las cualidades establecidas no son discrecionales y
deben lograrse en un tiempo determinado.

Como soporte fundamental de este propósito, se contempla el diseño e implementación


de procesos de cooperación técnica así como de inspección, vigilancia y control en las
entidades territoriales, en el marco de las competencias institucionales que le
corresponden a cada sector del Estado.

Asegurar la calidad de la atención integral a la primera infancia, significa proporcionar


confianza en que los servicios satisfacen los requisitos definidos para el logro de su
propósito en procura del pleno desarrollo de los niños y las niñas, gracias a un conjunto de
acciones planeadas, desarrolladas y monitoreadas sistemáticamente.

3.6. Realidad en cada vida: Monitoreo niño a niño

31
Concretar políticas, planes, programas, proyectos y servicios que aseguren el pleno
desarrollo de las niñas y niños en su primera infancia, es una labor compleja en tanto el
cumplimiento efectivo de la normatividad y de las acciones previstas es sensible a factores
de diverso orden: político, económico, estructural y cultural, entre otros.

Una de las herramientas centrales para valorar y supervisar el cumplimiento de las


acciones, programas y actividades propuestos es el monitoreo. Mediante éste se asegura
el seguimiento a cada niña y cada niño con respecto a la garantía del conjunto de
atenciones que requiere para su desarrollo integral y el consecuente ejercicio de sus
derechos, así como la atención oportuna y apropiada de las situaciones de riesgo o
vulneración.

El monitoreo es un procedimiento sostenido en el tiempo, que articula la gestión de


diversos sectores y actores locales de orden público, privado y comunitario, permite
verificar que la población infantil tiene acceso a los servicios y asegurar la oportunidad10
en las atenciones que están previstas en la Ruta Integral de atenciones. Para ello, se
desarrolla una herramienta informática que posibilite la recopilación de la información
requerida y su actualización periódica.

10
La oportunidad hace referencia a la ocurrencia de todas las atenciones previstas en
cada edad.

32
4. EL COMPROMISO

Hacer de la atención integral la manera como se expresa la prosperidad para la primera


infancia significa desencadenar un proceso ambicioso y de largo aliento que requiere del
compromiso de todos los actores involucrados en el desarrollo de las niñas y los niños, a lo
largo y ancho del territorio nacional.

Un compromiso con el reconocimiento de las niñas y los niños de primera infancia y de la


importancia de este ciclo vital.

Un compromiso que requiere poner al servicio del proceso saberes, experiencias y


trayectorias así como recursos recurrentes de carácter técnico, administrativo y
financiero.

Un compromiso que se fundamenta en relaciones de confianza entre las partes,


soportadas en una gestión de cooperación colectiva y transparente, que alcanza
resultados importantes en materia de innovación, calidad, integralidad e inclusión social.

Un compromiso que genera escenarios de mutua escucha entre los distintos actores
participantes lo que permite definir y priorizar las acciones de la gestión relacionada con la
atención integral a la primera infancia, con base en las necesidades del territorio, y
establecer una agenda de trabajo conjunto.

Un compromiso que allana el camino para asegurar que las niñas y niños pueden
desarrollarse y configurar su vida tal y como la desean, incidir en sus entornos, contribuir

33
al desarrollo de sus comunidades desde que nacen y continuar haciéndolo a lo largo de su
vida.

Un compromiso que genera responsabilidad por el pleno desarrollo de la primera infancia


por parte del estado, la familia y la sociedad, en cada uno de los territorios del país.

34
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