¿Alguien ha estudiado la personalidad en función del día de la semana que se quedó cada uno? La vida de Sebastián Jumilla se desarrolló en un miércoles. Cada día que amanecía su calendario marcaba inevitablemente, el que ya admitía como, el día de su vida. Hacía ya tiempo vivía resignado a encontrarse a la misma distancia entre el estado deprimido del lunes y el optimismo del viernes. Por supuesto no podía echar mano de la rabia contenida del martes para así poder alcanzar el estado de esperanza del jueves. En sus largas noches de miércoles soñaba con la euforia del sábado y buscaba con anhelo el descanso del domingo. ¿En serio que nadie lo ha estudiado? Seguro que este estudio sólo se le ocurriría a alguien que día tras día amanece en el puto miércoles.