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Trastornos relacionados con la actividad física

Ventajas y desventajas de la actividad física

La importante contribución de la actividad física al bienestar general del organismo es ampliamente reconocida tanto por
la comunidad científica como por la población general.

La práctica de actividad física tiene consecuencias beneficiosas a corto y largo plazo que constituyen un factor importante
en la motivación al propio ejercicio y contribuyen significativamente a la salud mental de las poblaciones clínicas y no
clínicas.

A pesar de la ausencia de estudios longitudinales y de que en muchos casos la relación entre la actividad física, en especial
el de tipo aeróbico, y la salud mental es poco más que asociativa, existen tres áreas en las que este vínculo parece
relativamente sólido:

• En la reducción de la ansiedad y la depresión.

• En el incremento de los sentimientos de autoestima.

• En la mejora de la capacidad para afrontar el estrés psicosocial

Por otro lado, la realización de actividad física produce una serie de beneficios a nivel de salud mental, ya que:

Mejora

• El rendimiento académico.

• El asertividad.

• La confianza en sí mismo.

• El equilibrio emocional.

• La independencia personal.

• El rendimiento intelectual en los ancianos.

• La capacidad de autocontrol.

• La memoria.

• Mejora el estado de ánimo.

• La capacidad perceptiva.

• La sociabilidad.

• La autoimagen corporal.

• La capacidad para disfrutar del sexo.

• La sensación de bienestar personal.

• El rendimiento en el trabajo.

Disminuye

• El absentismo en el trabajo.

• El abuso de alcohol y otras sustancias.


• Los sentimientos de ira.

• La ansiedad.

• La depresión.

• La sensación de irrealidad.

• Los dolores de cabeza.

• La agresividad y la irritabilidad.

• Las fobias.

• Las conductas psicóticas.

• La activación fisiológica en situaciones de estrés.

• Las conductas tipo “patrón A”.

• Los errores en la ejecución de tareas.

• Los trastornos del sueño.

Posibles efectos psicológicos negativos de la actividad física

Hemos de tener presentes, que la realización de actividad física no siempre es un hábito saludable. A veces puede ser
síntoma de problemas psicológicos.

En las personas que sufren algún tipo de trastorno de la alimentación, hemos de tener en cuenta que la realización de
actividad física es un arma de doble filo.

Por un lado, y como ya mencionamos con anterioridad, proporciona una serie de beneficios, pero también tenemos que
pensar que las personas que sufren anorexia o bulimia nerviosas, realizan la práctica de actividad física de manera
compulsiva y con el único propósito de quemar calorías para así conseguir perder el peso que ellos/as piensan que les
sobra.

Por tanto, hemos de considerar, que la realización de actividad física de manera compulsiva, aparte de agravar la situación
de las personas que sufren anorexia o bulimia nerviosas, también acarrea una serie de efectos psicológicos negativos,
como son:

• Adicción a la actividad física.

• Compulsividad.

• Deterioro de la relación con el trabajo, la familia, la pareja, etc.

• Evitación o huida ante los problemas.

• Exacerbación de la anorexia y la bulimia nerviosas.

• Síndrome de abstinencia.

• Fatiga.

• Hábitos alimentarios deficientes.

• Excesiva preocupación por el fitness, la dieta y la imagen corporal.

• Egocentrismo.
A continuación, se enlistan algunos trastornos relacionados con la actividad física:

Anorexia nerviosa:

Miedo intenso a ser obeso. Se manifiesta por una baja por lo menos del 15%
de su peso corporal. Por lo general, las personas que tienen anorexia están
obsesionadas con su físico y lo único que buscan es lucir cada vez más
delgados. Por lo mismo, dejan de comer, toman remedios para inhibir el
apetito o laxantes para perder más peso de lo recomendado. Aunque esta
enfermedad suele asociarse a las adolescentes, cada vez es más frecuente
encontrarla también en personas adultas. Junto a esto, es importante estar
al pendiente de algunos factores que pueden gatillar el comienzo de este
mal: trastornos de ansiedad en la niñez, tener una imagen negativa de sí
mismo, tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera
infancia, tener concepciones culturales o sociales muy cerradas respecto de
la belleza, ser muy perfeccionista o demasiado centrado en reglas, pueden
influir en la aparición de la anorexia.

Bulimia nerviosa:

Ataques de voracidad extrema, donde la persona come mucho, sobre todo, productos calóricos es una de las señales que
delata a una persona que tiene bulimia. Luego de esto y ante un sentimiento de culpa, se provoca vómitos para no
engordar. Este trastorno lo sufren más mujeres que hombres, sobre todo en la etapa adolescente, y se caracteriza porque
quien padece esto está sí está consciente de que su patrón de alimentación es anormal. Aunque se desconoce la causa
exacta de la bulimia, los factores genéticos, psicológicos, traumáticos, familiares, sociales o culturales pueden incidir en
su aparición.

Comer compulsivamente:

Ingesta desproporcional de alimentos como forma de compensa emocional. Tiene serias consecuencias como obesidad,
diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas.

Ortorexia:

Obsesión por lo que el paciente considera una "buena alimentación" y que, por el contrario, lo lleva a evitar grasas,
proteínas y vitaminas básicas para el organismo. Paradójicamente su afán por "comer sano" lo lleva a una mala nutrición
desembocando en anemias, por ejemplo. La persona lleva un control exhaustivo y cada vez más estricto de los
componentes de los alimentos que va a consumir. Por lo general, esto comienza cuando la persona limita mucho su
alimentación, por ejemplo, evitando la ingesta de carne roja, huevos, azúcares, lácteos y grasas.

Vigorexia: Es un trastorno en el cual la persona poseen una visión distorsionada de


sí mismo, sintiéndose muy débiles y enclenques. Por lo mismo, quienes sufren este
problema realizan mucho deporte orientado a aumentar la masa muscular y para
ello, también consumen suplementos proteicos y anabólicos.

Seudorexia o Pica:

Se da más en niños pequeños y se manifiesta como un deseo irresistible de comer o


lamer sustancias como tierra, tiza, yeso, virutas de la pintura, bicarbonato de sodio,
almidón, pegamento, moho, cenizas de cigarrillo, insectos, papel o cualquier otra
cosa que no tiene el valor nutritivo necesario y si puede provocar algún trastorno
fisiológico negativo.
Permarexia:

EL paciente cree que todo lo que se ingiere engorda, por lo que


desarrolla obsesión por las calorías que tienen los alimentos;
esto la impulsa a realizar constantemente distintos tipos de
dieta. La permarexia no es una enfermedad en sí, sin embargo,
es una conducta de riesgo que puede desencadenar otros
problemas como anorexia o bulimia.

Potomanía:

Compulsión por beber gran cantidad de agua, más de 4 litros al


día, para obtener sensación de placer y saciedad. Las personas
lo hacen con la intención de llenar su estómago y así evitar
comer, por lo que también se le asocia a trastornos alimentarios
como la bulimia o la anorexia.

Drunkorexia o ebriorexia:

Es un trastorno muy extendido entre los adolescentes, que dejan de comer para contrarrestar el efecto calórico del alcohol
que suelen ingerir durante los días de “carrete”. Esta enfermedad mezcla la anorexia y el alcoholismo, ya que la persona
reemplaza los alimentos por las bebidas alcohólicas.

Sadorexia:

Se conoce como trastorno de la dieta del dolor. Va acompañado por bulimia y anorexia, pero con episodios de maltrato
corporal y dietas masoquistas.

Síndrome del comedor nocturno:

Se consume en la noche más del 25% del total de las calorías requeridas.

Pregorexia:

Este es un trastorno que sufren las mujeres embarazadas, que se preocupan de


forma exagerada por su figura, y que no quieren y tienen miedo de aumentar
mucho de peso durante la gestación. Debido a esto, evitan comer o se
restringen mucho, e incluso pueden llegar a inducirse vómitos y a aumentar la
actividad física, con el fin de eliminar las pocas calorías que ingieren. Por lo
general, la pregorexia se da en mujeres muy exigentes e inestables, que tienen
baja autoestima y es una conducta muy complicada, pues pone en peligro la
salud de la madre y también la del niño que está por nacer.

Manorexia:

Es un trastorno alimentario que sufren los hombres y que tiene las mismas características que la anorexia en las mujeres.
Los chicos que padecen manorexia le tienen pánico a engordar, y por eso realizan deporte de forma exagerada y
constantemente están a dieta. Por lo general, este mal lo padecen hombres cercanos al mundo de la moda y a la estética
o relacionados con deportes que exigen poco peso.

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