No más conflictos, somos hijos de un mismo padre

Los conflictos son actos negativos que ocurren debido a sucesos disposicionales o
situacionales. Para la generación de un conflicto generalmente hay antecedentes que
trascienden y llegan a tener relevancia en los autores del hecho, cuando se logran controlar
las emociones resolviéndolo de manera pacífica normalmente tiene un final positivo y no
hay mayor afectación, pero cuando no se llegan a acuerdos, pueden generar acciones
atroces causando impactos altamente negativos en cada uno de los afectados por el hecho.
Los aspectos psicológicos pueden ser disposicionales, es decir vienen inmersos en las
personalidades de cada uno, por lo cual la solución está dentro de sí mismo; en los
situacionales las personas actúan de acuerdo con sucesos que pasan a su alrededor y actúan
de acuerdo con la situación.

Las personas afectadas por conflictos generalmente presentan cambios

significativos en su carácter y conductas, estos pueden ser positivos o negativos, algunas
personas a través de estas experiencias crecen y cambian para bien como hay otras que se
encierran en su mundo y causan más dolor. En los aspectos sociales y políticos
normalmente hay personas que ejercen poder sobre otras y se aprovechan para llevar a cabo
sus intereses personales y pasar por encima de los demás.

A través de la historia se ha podido evidenciar que los conflictos no sirven para nada
y crean impactos negativos para todos los afectos. Desde tiempos remotos como los de
Adán y Eva, la maldad existe, ellos tentados por las ansias de poder y conocimiento
cometieron un pecado que hasta el día de hoy todos los seres humanos hemos tenido que
cargar, ellos no eran personas malas, pero como ocurre hasta hoy, nos dejamos deslumbrar
por cosas pocos transcendentales y no pensamos en las consecuencias de los actos.
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El principal problema de nuestra sociedad de acuerdo con mis vivencias y punto de

vista, el detonante para tantos actos aberrantes que se han presentado a lo largo de la
historia han sido generados por las ansias de poder, por el individualismo, el querer saber o
poseer más que el otro. Tal como lo describe el libro El efecto lucifer, podemos ser
personas con muchos principios, pero nuestro carácter es medido únicamente en las
situaciones cotidianas en las cuales hay que tomar decisiones y van creando nuestra
historia, nadie sabe de lo que es capaz de hacer hasta que está enfrentado a una situación
impactante en la cual se pongan a juicio los valores o las emociones.

Es increíble cómo han ocurrido tantos genocidios a través de la historia de la

humanidad y es triste ver como los ciudadanos nos dejamos llevar por masas y olvidemos
la compasión en ciertas circunstancias. Las personas que normalmente están en el poder
logran manipular la mente, con el único interés de cumplir con sus propósitos personales.

Hasta el momento era desconocido para mí el terror vivido en Ruanda y Abu

Ghraib, son actos atroces que desde mi postura no es merecido para ninguna persona por
mal que haya actuado en la vida y lo más triste es ver que estas situaciones fueron llevadas
por ansias de poder, por guerras innecesarias por mandatarios injustos que no sentían
compasión por las personas, solo por diferencias y envidas hubo mucha gente tortura,
mujeres violadas, asesinatos injustificados; son conflictos innecesarios que solo han
causado impactos negativos en cada persona que ha tenido que pasar por estas situaciones.
La maldad siempre ha existido y no se justifica tantas lágrimas y sangre derramada por
problemas creados por avaricia.

El control de nuestras emociones en mi parecer puede llegar a ser una solución

razonable para crear negociaciones y evitar tantos conflictos innecesarios. Cuando nos
dejamos llevar por las emociones ya sean positivas o negativas se toman decisiones
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equivocadas, si bien es cierto tener un control absoluto de la emoción es demasiado

complejo, por no decir que es un intento fallido. Se puede aplicar lo enunciado en el libro
El control de las emociones en la negociación. Se puede centrar la atención en las
expectativas básicas: aprecio, afiliación, autonomía, estatus y rol., cuando se tienen claras,
se puede influir de manera positiva en las situaciones, logrando un buen final para los
conflictos que se presente.

Bibliografía

Zimbardo. P. (2008). El Efecto Lucifer. Barcelona, España: Paidos Ibérica.

Fisher, R. & Shapiro, D. (2007). Las Emociones en la Negociación. Bogotá D.C.,

Colombia: Grupo Editorial Norma.