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Recomendaciones en pacientes con sobrepeso, obesidad o cifras

tensionales elevadas

La interacción positiva y amistosa por parte del profesional mejora la capacidad del
paciente para hacer frente a la enfermedad y adherirse a las recomendaciones
propuestas, previo a suministrar recomendaciones sobre cambios en el estilo de
vida es importante recordar lo siguiente:

 Reconocer el punto de vista personal del paciente acerca de su enfermedad


y los factores contribuyentes a la misma
 Alentar al paciente a expresar sus preocupaciones, ansiedades e inquietudes
acerca de la enfermedad
 Dirigirse al paciente utilizando su propio lenguaje y mostrar apoyo con cada
cambio en el estilo de vida
 Hacer preguntas para comprobar que el paciente ha comprendido el consejo
y tiene el apoyo que necesita para seguirlo
 Reconocer que cambiar los hábitos de toda la vida puede ser difícil y que los
cambios gradualmente progresivos suelen ser más permanentes que un
cambio rápido
 Aceptar que las personas pueden necesitar apoyo durante mucho tiempo,
por lo que se requieren contactos de educación en salud en forma regular

A continuación enunciamos las intervenciones en salud más importantes a realizar


en caso de encontrar pacientes con cifras tensionales elevadas u obesidad en su
sitio de practica:

1. Intervención Psicosocial: Preguntar a los pacientes por síntomas como


llanto fácil, ideas de tristeza, de minusvalía o ideas suicidas, estrés familiar o
laboral, ansiedad por comer. Si dichos síntomas son sobresalientes en el
paciente, este debe remitirse a un profesional que le brinde ayuda a nivel
psicológico, para que así la adherencia a las recomendaciones en salud sea
mucho más factible.

2. Actividad Física: Esta disminuye la mortalidad por ECV (enfermedad


cardiovascular) de las personas sanas en un 20-30%. Debe recomendarse
realizar una actividad física que sea de interés para el paciente y a la que
tenga acceso continuo, dicha actividad debe practicarse en 3 a 5 sesiones
semanales, cada una con duración máxima de 30 minutos. Cada sesión de
ejercicio debe ser precedida por una fase de calentamiento progresivo y debe
finalizar con una sesión de estiramiento muscular, para evitar lesiones
musculares.

Previo a recomendar ejercicio físico debe indagarse si el paciente cursa con


dolor torácico o si tiene antecedentes personales de enfermedad cardiaca o
antecedentes familiares de muerte súbita. Los adultos inactivos deben
empezar la actividad física gradualmente, a una intensidad ligera o moderada
durante periodos cortos (incluso < 10 min), y aumentar la duración de las
sesiones a lo largo del tiempo. Por actividad física leve podemos entender
aquella que no genera cambios en el patrón de respiración de la persona,
actividad moderada es aquella donde la respiración es rápida pero aún se
pueden hablar frases completas y actividad severa es aquella en que la
respiración es muy rápida y no permite mantener una conversación con
normalidad.

3. Tabaquismo: Es deber del profesional preguntar al paciente acerca de si


tiene el habito de fumar, y animarlo a suspender el consumo de cigarrillo o
productos relacionados con el mismo, explicarle los riesgos del tabaco (entre
ellos, aumento de la tensión arterial, cáncer de boca, laringe, pulmón,
esófago, estómago, colon, páncreas y disminución de 10 años en la
expectativa de vida) y generar una estrategia para suspender dicho habito
(fijar una fecha para dejar de fumar, comentar a un amigo o familiar su
decisión de suspender el cigarrillo, alejarse de las fuentes de consumo de
tabaco, recordar que es posible tener recaídas en su decisión de no fumar)

4. Alcoholismo: Indagar por el consumo de alcohol, recomendar la suspensión


de cualquier bebida alcohólica e identificar a los pacientes con un potencial
consumo adictivo de alcohol (consumo semanal hasta la embriaguez,
consumo diario para calmar ansiedad o nervios, aquellos quienes se sienten
culpables por su forma de beber o quisieran beber menos alcohol) para
remitirlos a un profesional experto en el tema.

5. Nutrición: Estas recomendaciones están ampliadas en la guía de Nutrición,


pero vale la pena recordar lo siguiente:

 Sugerir al paciente no tener en su mesa salero, para evitar la


costumbre de adicionar a los alimentos más sal de la que ya tienen
 Acompañar las comidas con agua en vez de jugos o gaseosas
 Consumir 5 porciones de fruta al día
 Preferir las carnes blancas por sobre las carnes rojas
 Comer una sola harina con cada almuerzo y cena (arroz o papa o
maduro o pasta o yuca)

Adaptado de Guía ESC 2016 sobre prevención de la enfermedad cardiovascular


en la práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología

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