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MATERIA:
DESARROLLO SOSTENIBLE
TÍTULO:
AUTORES:
HERNÁNDEZ ROSA
JANETA JESSICA
JEREZ LOURDEZ
TABANGO JOHANNA
VÁSCONEZ SANTIAGO
YAGUACHI WILMER
YUPANGUI OMAR
TUTOR:
SEMESTRE:
OCTAVO “1”
FECHA:
31 DE OCTUBRE 2019
RIOBAMBA-ECUADOR
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1
2. OBJETIVOS ........................................................................................................................... 2
5. BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 26
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
En las últimas décadas surge la necesidad de implementar una directriz que rija el desarrollo
sostenible o bien la sostenibilidad con sus dimensiones ecológica, económica y social,
considerando la complejidad de los ecosistemas, el equilibrio ecológico, los recursos y residuos a
nivel regional y global, ya que cada decisión en pro o en contra tiene un efecto en los mismos.
El desarrollo sostenible busca la preservación de los recursos para las presentes y futuras
generaciones sin afectar la calidad de vida de ambas partes, coordinando un desarrollo equitativo
ante los procesos económicos globales, en ámbitos ambientales, tecnológicos, productivos,
comerciales, económico-financiero, etc.
Por lo tanto, las políticas de desarrollo sostenible deben incrementar las oportunidades y
opciones para la comunidad y su entorno con el fin de proporcionar programas, proyectos de
desarrollo y estrategias para la inclusión de las tres dimensiones de sostenibilidad: la ecológica
que se enfoca en la reservación de los recursos naturales, la económica que busca satisfacer las
necesidades humanas y la social que busca la equidad y preservación de los valores.
Por ende, el desarrollo de la sociedad debe contribuir con el desarrollo sostenible, humano y
ambiental, identificando las opciones que respeten y consoliden un desarrollo humano genuino
con un eco desarrollo y sistemas de interacción a nivel global, para lo cual, en indispensable
cultivar una nueva ética de responsabilidad para con el entorno y la sociedad.
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2. OBJETIVOS
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3. UNIDAD N°2: DIMENSIONES DE SOSTENIBILIDAD Y DESARROLLO
SOSTENIBLE
Hacia mediados de los años ochenta del pasado siglo, en el ámbito de las políticas ambientales,
emerge con fuerza un nuevo paradigma para responder a la cada vez más evidente crisis
ambiental: el desarrollo sostenible. Este concepto pronto se convirtió en un objetivo de primer
orden en la agenda política nacional e internacional, y ha sido adoptado por numerosas
organizaciones, públicas y privadas, como una de las metas de sus planes y estrategias.
3.1.1. DEFINICIÓN
Así, el desarrollo sostenible no supone únicamente hacer frente a los problemas ambientales –
como a menudo se supone- sino que se trata, fundamentalmente, de un enfoque coherente y
holístico que integra los aspectos económicos y sociales, junto con los ambientales.
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Reconocimiento explícito de la necesidad de que los aspectos económicos y ambientales
se integren, tanto en la teoría como en la práctica.
Incorporación de un compromiso inequívoco con la equidad, desde dos puntos de vista:
Espacial: justa distribución de recursos y oportunidades entre los individuos y,
consecuentemente, entre países y economías.
Temporal: necesidad de hacer que la equidad perdure en el tiempo y se transmita entre
generaciones.
Superación del concepto economicista de crecimiento y su sustitución por una acepción
de desarrollo mucho más amplia, que incorpora aspectos cualitativos.
DIMENSIÓN ECONOMICA
La sostenibilidad considera que el desarrollo económico a largo plazo se puede dar sin destruir
los recursos naturales. Por tanto, el desarrollo económico supone que lo económico y ecológico
no se oponen sino que son mutuamente dependientes. (Tayler, 2007)
DIMENSIÓN SOCIAL
"la gestión y los conflictos ambientales están relacionados con dos procesos: la forma en que las
personas dominan la naturaleza y la dominación ejercida por algunas personas sobre otras".
(Recklefs, 2000)
En la dimensión social del desarrollo sostenible se orienta a la mejor calidad de vida reasigando
recursos para satisfacer necesidades. (Recklefs, 2000)
DIMENSIÓN ECOLOGICA
La dimensión ambiental nos orienta a la manera en que el ser humano concibe, se representa y
valora la naturaleza y las formas de relación que establece con ella y con el medio global. Estas
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formas encuentran su determinación en las relaciones sociales de producción imperante. (Tayler,
2007)
DIMENSION POLITICA
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3.2. EL DESARROLLO SOSTENIBLE DESDE EL PUNTO DE VISTA DE UN
SISTEMA
Algunas características del desarrollo sostenible, como su dependencia del contexto espacial y
temporal en el que lo planteemos, o la complejidad que conlleva el intentar compatibilizar
objetivos sociales, económicos y ambientales, lo convierten en una cuestión especialmente
interesante para estudiar desde un enfoque sistémico. La teoría de sistemas resulta muy adecuada
para estudiar realidades o procesos complejos en los que confluyen y se relacionan elementos
diversos, como es el caso de la sostenibilidad.
Todo sistema va a tener una entrada (IMPUT): es la fuerza de arranque del sistema, que provee
el material o la energía para la operación del sistema.
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Salida (OUTPUT): es la finalidad para la cual se reunieron elementos y relaciones del sistema.
Con relación a su origen los sistemas pueden ser naturales o artificiales, distinción que apunta a
destacar la dependencia o no en su estructuración por parte de otros sistemas.
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3.4. SOSTENIBILIDAD Y MEDIO AMBIENTE
Los recursos naturales básicos y los ecosistemas se deben gestionar de manera sostenible a fin de
satisfacer la demanda alimentaria de la población y otras necesidades ambientales, sociales y
económicas. El cambio climático, la creciente escasez de agua y los conflictos por el acceso a los
recursos son todos ellos elementos que plantean desafíos a la sostenibilidad ambiental y la
seguridad alimentaria.
El hambre y la pobreza muchas veces inducen a los pobres a explotar en exceso los recursos de
los que dependen sus medios de subsistencia. Las estrategias, las políticas y las instituciones para
la conservación, protección y mejora de los recursos naturales deben ser fortalecidas para crear
un entorno propicio y deben basarse en las limitaciones de recursos específicas a las que se
enfrente cada lugar. (Carola, 2018)
La FAO apoya la gestión sostenible de los recursos naturales, en particular la eficacia del uso
agrícola del agua, la productividad de la tierra y el suelo, la ordenación sostenible de los bosques,
la acuicultura y la pesca continental, los sistemas agropecuarios integrados y la gestión de los
plaguicidas y los recursos hídricos.
La FAO también apoya los principales Convenios de la ONU sobre el medio ambiente, en
particular los Convenios sobre Diversidad Biológica, Desertificación y Cambio Climático.
Los programas de la FAO sobre la agricultura, los recursos naturales, la silvicultura, la pesca,
como también sus programas sociales y económicos y técnicos, dedican una parte importante de
sus recursos y esfuerzos hacia el cumplimiento del ODM 7 y sus correspondientes metas.
(Carola, 2018)
Para definir sostenibilidad ambiental primero debemos saber que sostenibilidad es la capacidad
de continuar indefinidamente un comportamiento determinado. Por ende, sostenibilidad
ambiental significa conservar y proteger el medio ambiente de forma indefinida.”
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3.4.1. OBJETIVO DE SOSTENIBILIDAD
Para calcular la sostenibilidad ambiental, el principio rector es el estado del planeta a futuro,
medido en períodos predeterminados de años (un lustro, una década, un siglo, un milenio).
Muchos de los proyectos en los que se basa la sostenibilidad ambiental implicarán, por ejemplo,
la replantación de bosques, la preservación de humedales y la protección de áreas naturales
3.4.2. CONTAMINACIÓN
No es posible que el ser humano contamine a un ritmo más rápido del que la Tierra y el Medio
Ambiente son capaces de asimilar y procesar, esto también implica una eliminación sostenible y
natural de los residuos.
3.4.3. AGOTAMIENTO
Cuando nos referimos a los recursos que no son renovables y que por tanto son finitos, el índice
de agotamiento de los mismos no debería superar el tiempo de desarrollo de sustitutos
comparables y derivados de recursos renovables, para ese recurso.
Esta lista se puede acortar en una definición más global. La sostenibilidad ambiental es la tasa de
aprovechamiento de los recursos renovables, la creación de contaminación y el agotamiento de
los recursos no renovables, que puede continuar indefinidamente, ya que, si no existe la
continuidad, entonces no son sostenibles.
El análisis sistémico ayuda a esclarecer algunas de las diferencias que subyacen las discusiones
acerca de la sostenibilidad y el desarrollo sostenible.
En los extremos se ubican, por una parte, los que sólo prestan atención a la sostenibilidad del
sistema social o socioeconómico y, por la otra, quienes privilegian únicamente la sostenibilidad
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de la naturaleza. De manera simplificada, los puntos de vista alternativos pueden caricaturizarse
de la siguiente manera:
Llevado al extremo, si los recursos naturales y los servicios pudieran sustituirse íntegramente,
este punto de vista podría llevar a que la Tierra se convirtiera en un planeta totalmente artificial.
Por ejemplo, de acuerdo con la concepción economicista clásica, el sistema que importa es la
economía, y la naturaleza se relega a la función de proveedora de recursos y servicios naturales y
de sumidero de los desechos producidos por la actividad humana
Esta perspectiva es consistente con el concepto de “sostenibilidad muy fuerte”. De acuerdo con
esta posición, los recursos naturales no pueden ser sustituidos por capital elaborado por el
hombre. En consecuencia, no pueden agotarse sin que se produzca una pérdida irreversible de
bienestar social. La sostenibilidad muy fuerte propugna una solidaridad ecológica más
fundamentalista con la Tierra y todas las formas de vida.
A largo plazo, la única opción que tiene sentido es procurar alcanzar la sostenibilidad del sistema
socio ecológico integralmente. La razón que justifica tener en cuenta el sistema como un todo es
la existencia de importantes vinculaciones entre sociedad y naturaleza.
Esta perspectiva es compatible con la idea de “sostenibilidad fuerte”. De acuerdo con ella, los
distintos tipos de capital no son necesaria ni totalmente sustituibles, reconocimiento de que los
recursos naturales son insumos esenciales de la producción económica, del consumo o del
bienestar, que no pueden sustituirse necesariamente por capital físico o humano. (Gallopín, 2010,
págs. 27-29)
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termina siendo global, antes o después, no hay espacio para acciones que no generen impacto
absolutamente localizado. “Hombre soy y nada de lo humano puede resultarme ajeno” afirmaba
Terencio hace dos milenios. Hoy podríamos parafrasear a Terencio sosteniendo que somos vida
y nada de la vida y de lo vivo puede resultarnos ajeno. Al hacer así no estaríamos siendo ni
idealistas ni soñadores utópicos, ni hermanos o hermanas de la Caridad. Estaríamos única y
exclusivamente actuando con la más absoluta racionalidad. Obviamente una racionalidad distinta
de la del capital y del capitalismo, pero si la más profunda y necesaria racionalidad que nos
requieren los enormes desafíos que hoy enfrentamos como especie. Se trata de operar, siguiendo
la propuesta planteada por Hinkelammert, enfrentando las tendencias autodestructivas que se
derivan de un cálculo totalizado de los intereses parciales.
“Este sujeto tiene un lugar real. Al saber que el respeto del conjunto es condición de su propia
vida. No se ‘sacrifica’ por los otros, sino descubre, que solamente en el conjunto con los otros
puede vivir. Por eso, no sacrifica a los otros tampoco. Es precisamente el individuo calculador,
que, al totalizarse el cálculo de los intereses se sacrifica a sí mismo y a los otros. Por eso el ser
humano como sujeto no es una instancia individual. La intersubjetividad es condición para que el
ser humano llegue a ser sujeto. Se sabe en una red, que incluye la misma naturaleza externa al ser
humano: que viva el otro, es condición de la propia vida” (Hinkelammert, 2008: 273).
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3.6. APLICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE ADMINISTRACIÓN AMBIENTAL EN
LAS EMPRESAS
Para una empresa, diseñar e implantar un sistema de gestión ambiental conlleva tener siempre en
cuenta el impacto ambiental que ella misma genera, y, por tanto, plantear la posibilidad de
disminuir dicho impacto considerando alternativas como, por ejemplo, utilizar energías
renovables, consumir agua depurada o regenerada, consumir productos con etiqueta ecológica,
proteger el entorno en el que desarrolla su actividad, establecer una política clara de disminución
en la generación de residuos y valorización de aquellos residuos que se generan, porque no
debemos obviar, que la economía mundial depende del medio ambiente por una serie de
mecanismos de relieve:
Cuando la empresa asume de forma voluntaria el compromiso de protección ambiental más allá
del mero cumplimiento legal, la aplicación de una norma internacional de carácter voluntario
ayuda a establecer una política ambiental, así como a marcar objetivos y metas ambientales de
forma periódica (tomando como base los aspectos ambientales significativos de la actividad de la
empresa). Así, se cuantifica la mejora continua del comportamiento ambiental, además de
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contribuir a documentar la metodología de trabajo, logrando que en el día a día se cumplan los
requisitos legales y se establezcan unas pautas de trabajo que sirvan para que la prevención de la
contaminación sea una realidad. Este compromiso con el medio ambiente ofrece una excelente
oportunidad para que, cooperando en la preservación de nuestro entorno, se mejore la imagen
pública de la organización y se obtengan unos beneficios económicos cuantificables a través de
la implantación y certificación de un sistema de gestión ambiental, requisitos cada vez más
presentes de los agentes interesados (stakeholders).
Esta publicación pretende ser una herramienta de ayuda para aquellas organizaciones o empresas
que deseen incluir la variable ambiental dentro de su gestión empresarial. Se explicarán una serie
de conceptos y obligaciones para facilitarle la labor al lector interesado en:
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Identifica y valora los aspectos ambientales asociados a sus actividades, productos y
servicios, definiendo pautas de actuación para su prevención y control.
Realiza una comprobación de su situación respecto a la legislación y normativa ambiental
aplicable a sus actividades, productos y servicios, garantizando su cumplimiento.
Designa y documenta las funciones, responsabilidades y recursos necesarios para el
cumplimiento de sus prioridades.
Asegura la formación y sensibilización de su personal en materia de gestión ambiental.
Efectúa el seguimiento y la medición de las características relacionadas con los aspectos
ambientales que pudieran producirse, interpretando y analizando los registros.
Establece mecanismos de comprobación para asegurar el cumplimiento de la política
ambiental de la organización.
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Dicha norma describe los elementos de un modelo de sistema de gestión ambiental creado para
ayudar a las empresas a:
Este modelo sirve de base para el desarrollo e implantación de la estructura organizativa, los
procedimientos de trabajo, así como para el desarrollo e implantación de los procesos y recursos
necesarios para llevar a cabo una correcta gestión ambiental. En la gestión de la empresa se
tendrán en consideración los distintos aspectos ambientales de sus actividades, productos y
servicios.
Por último, y aunque más adelante desarrollaremos este concepto, este modelo de sistema de
gestión ambiental basado en una norma internacional, puede optar a la certificación por un
organismo acreditado, como es AENOR. Este proceso se consuma mediante la auditoría de
certificación. Certificar un sistema de gestión ambiental supone el reconocimiento de que la
empresa desarrolla una gestión ambiental que cumple con los requisitos de la Norma UNE-EN
ISO 14001. Prieto M. (2011)
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Por eso, el hecho de que una empresa haya obtenido su certificado, garantiza a terceras partes un
compromiso con la protección del medio ambiente y los mecanismos necesarios para su
implantación, por lo que, aun cuando en algunos casos no es un requisito “legal”, el certificado
de gestión ambiental representa un prestigio y confianza que puede ser reconocido por clientes,
inversores, y que puede inclinar la balanza para su selección como proveedor antes de establecer
una relación contractual. Prieto M. (2011)
Una gestión ambiental consolidada, permite controlar de manera eficiente los datos
ambientales, lo cual facilitará a los distintos departamentos trabajar de forma conjunta en
programas ambientales y hacer la gestión ambiental de una forma más transparente.
Enriquecer el proceso de innovación medioambiental. La reflexión sobre el desempeño
ambiental puede generar nuevos análisis de los procesos y productos, que pueden
conducir a la creación de mejores productos y servicios.
Un cumplimiento de la legislación ambiental existente, lo cual favorece la obtención de
ayudas, permisos y licencias.
Una prevención de la contaminación y posibles accidentes ambientales. Pero, aparte de
estas ventajas, la implantación de un sistema de gestión ambiental conlleva una serie de
beneficios que pueden agruparse en dos tipos:
Beneficios fácilmente cuantificables, relacionados con el ahorro económico:
Reducción de los consumos de recursos naturales (energía, agua, materias primas).
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Minimización de los residuos generados, con los consiguientes ahorros de gestión
de los mismos.
Recuperación de subproductos mediante el nuevo empleo en el proceso propio o
en otros procesos.
Disminución en los gastos derivados de cánones e impuestos ambientales.
Prevención de costes, ya que el cumplimiento de requisitos legales está
garantizado, con lo cual se evitan posibles sanciones.
Disminución de la garantía financiera derivada de la responsabilidad ambiental.
Beneficios intangibles, sin costes asociados, normalmente relacionados con:
Mayor conocimiento y control de los procesos y productos.
Mejor comunicación interna y colaboración entre departamentos para formular e
implantar programas de mejora ambiental.
Mejora de las relaciones con las autoridades, permitiendo acceder a subvenciones,
ayudas fiscales, etc., y garantizando el cumplimiento de la legislación.
Ventajas competitivas, puesto que mejora la imagen de la organización de cara a
los clientes, accionistas, socios, etc.
Motivación de los empleados: aumento de la sensibilización y mayor formación e
información de los trabajadores.
Las organizaciones que han implantado el sistema de gestión ambiental cuentan con ciertas
ventajas frente a sus competidores:
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Puede ser una buena herramienta de marketing en el caso de que la empresa certifique
por tercera parte su sistema de gestión, con el derecho al uso de una marca reconocida
internacionalmente.
Al desarrollar un sistema de gestión ambiental según los referenciales (UNE-EN ISO 14001 o
bien el Reglamento EMAS) auditables y certificables por terceras partes, se cuenta con la
sistemática de mejora continua PHVA (Planificar, Hacer, Verificar y Actuar) –también llamada
PDCA (Plan-Do-Check-Act)–, cuyo objetivo permanente es mejorar el comportamiento
ambiental de la empresa a través de los objetivos ambientales y la mejora de la gestión. Otra
ventaja, nada desdeñable, es el reconocimiento externo al ser certificable por un organismo
independiente a la propia organización.
Al analizar los requisitos de la Norma ISO 14001, resulta sencillo relacionarlos con el ciclo de
mejora continua, tal y como se refleja en la tabla:
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Tabla 1 Requisitos de la norma UNE-EN ISO 14001
¿Qué modificaciones incluimos si queremos que el sistema de gestión ambiental siga los
requisitos del Reglamento EMAS?
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3.6.5. FASES CONSTA LA IMPLANTACIÓN DE UN SISTEMA DE GESTIÓN
AMBIENTAL
Fase I: Planificación.
Fase II: Evaluación ambiental inicial o análisis ambiental inicial.
Fase III: Desarrollo documental, implantación en la organización.
Fase IV: Auditoría interna.
Fase V: Revisión por la dirección. Hasta aquí se cumpliría con la norma y, las fases
siguientes sirven de reconocimiento al sistema implantado:
Fase VI: Auditoría de certificación (en el caso del reglamento EMAS, la fase VI constaría
de una auditoría de verificación que incluye la validación de la declaración ambiental.
Fase VII: Validación (sólo en el caso del Reglamento EMAS).
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Fase I: Planificación
Para realizar una evaluación ambiental inicial es necesario visitar la propia instalación, concertar
entrevistas con el personal y analizar la documentación existente. El resultado de la evaluación
ambiental inicial nos permitirá establecer un plan de acción, en el que cobrarán prioridad las
distintas actuaciones que la organización deberá llevar a cabo para garantizar el cumplimiento de
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todos los requisitos establecidos en la norma de referencia, teniendo en cuenta que el primer paso
debe ser asegurar el cumplimiento de todos los requisitos legales que son de aplicación. Prieto
M. (2011)
Una vez realizada las evaluaciones ambientales iniciales y conocidas los aspectos ambientales de
la organización y sus requisitos legales, se procede a diseñar el sistema de gestión ambiental.
Para ello se define en primer lugar el grado de integración con otros sistemas de gestión
desarrollados, en su caso, en la propia organización (por ejemplo, el sistema de la calidad
conforme a la Norma ISO 9001). Y, a continuación, se desarrolla el cuerpo documental, donde se
establecerán las funciones y responsabilidades para cumplir con todos los requisitos de la norma.
Si bien la norma no establece en sí misma una estructura documental, la práctica establece un
cuerpo documental formado por:
El contenido del manual debe proporcionar una descripción adecuada del sistema de gestión
ambiental, donde se incluye el alcance del propio sistema, los mecanismos y los documentos
utilizados por la organización para cumplir los requisitos de la norma. Cuando la
organización, antes de comenzar la implantación de un sistema de gestión ambiental,
disponga de otros sistemas de gestión o documentos a través de los cuales se cumpla de
forma parcial o total con los requisitos ambientales, es necesario realizar las correspondientes
referencias cruzadas para evidenciar en todo momento dónde y cómo la organización da
respuesta a los requisitos establecidos en la norma de referencia.
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Los procedimientos de gestión.
Constituyen los documentos operativos del sistema. Describen, de forma clara y concisa, los
pasos que se han de seguir para iniciar, desarrollar y concluir una actividad u operación,
insertando, entre otras consideraciones, los elementos técnicos que deben emplearse, las
condiciones que se requieren, el alcance y las limitaciones marcadas en la legislación o
internamente. Deben incluir los datos precisos sobre los responsables de cada una de las
actuaciones establecidas.
Cuando así sea necesario, se desarrollarán las llamadas instrucciones técnicas de trabajo. Se
trata de un documento que describe de manera sencilla y breve los pasos a dar para iniciar,
desarrollar y finalizar una actividad u operación, ya que en ocasiones los procedimientos
requieren de la intervención de determinados elementos cuya operatividad precisa de
indicaciones específicas, relacionadas con actividades críticas para el alcance de los objetivos
ambientales.
Documentalmente, los sistemas de gestión ambiental son muy similares a los de calidad, a los de
gestión de la seguridad y salud en el trabajo, etc., por lo que resulta frecuente la integración con
este tipo de sistemas, especialmente porque comparten documentación común y esquemas
similares del principio de mejora continua PDCA citado anteriormente.
Es por ello que, si se dispone de un sistema de gestión certificado, se puede integrar el manual en
un único documento, así como aquellos procedimientos comunes a ambos sistemas. Esto se
puede realizar mediante dos vías:
Una vez implantado el sistema de gestión ambiental durante un tiempo suficiente (eso nos
permitirá poder analizar el grado de cumplimiento con los requisitos establecidos en la norma
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(ISO 14001 o EMAS), los requisitos de la legislación que aplica y los requisitos recogidos en el
cuerpo documental que hemos desarrollado), es necesario realizar una auditoría ambiental
interna y global. Prieto M. (2011)
En esta fase, y una vez implantados todos los requisitos de la norma, se efectúa la revisión por la
alta dirección de la organización. Se analiza si el sistema de gestión ambiental es el apropiado
para la empresa, y si queda demostrada la eficacia del mismo en la protección del medio
ambiente. (Prieto M., 2011)
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4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
4.1 CONCLUSIONES
4.2 RECOMENDACIONES
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5. BIBLIOGRAFÍA
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