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Universidad Antonio Ruiz de Montoya

Curso: Teoría de los grupos – Práctica

TEMA GENERADOR

Lecturas:

- Capítulo II: Lo imaginario en los grupos.

Integrantes:

Bravo Dalguerre, Merly

Castro, Deysi

INTRODUCCIÓN

Anzieu (1981) considera que todo grupo es una puesta en común, pero a la vez se cuestiona
¿qué es una puesta en común? ¿de qué? Diversos autores, tales como Durkheim, Fourier, Tarde, Freud,
Moreno, Mayo y Lewin, han intentado dar respuestas a esta interrogante. Considera que las respuestas
de los autores, se sostienen en hechos grupales observables y que cada concepción le da importancia a
determinados hechos que pueden ser confirmados dentro del grupo.

- CONCEPTOS PRINCIPALES

No obstante, Anzieu (1981), hace una crítica a la concepción de Lewin, puesto que sus
argumentos se sostienen en el conductismo, donde, los hechos grupales se reducirían básicamente a
estímulos y respuestas. De acuerdo a Lewin citado por Anzieu (1981), en un grupo libre y solidario, la
decisión grupal puede ser más fuerte que las preferencias individuales, es decir, una decisión grupal
empujaría a los miembros a dejar sus preferencias individuales para actuar en grupo. En ese sentido,
desde una explicación conductista, el estímulo sería el sentimiento de pertenencia al grupo y, la
respuesta, la modificación de los hábitos individuales frente a los grupos a los que uno pertenece. Ante
esta explicación, Anzieu (1981) responde que Lewin no profundiza en los acontecimientos que ocurren
dentro del E-R, es superficial, puesto que se olvida que dentro de un grupo existe una puesta común
donde cada individuo tiene fantasías, angustias y emociones que pueden ser plasmadas. Además, critica
que, para Lewin, el interés por un hecho, compartido con los demás, sea la causa del sentimiento de
pertenencia a un grupo. Sin embargo, vuelve a criticarlo, porque no siempre todos los participantes
llegan a expresar lo que les interesa y lo que sienten. Postula que una reunión solo funciona cuando
algunos hablan de temas de gran interés y encuentran “eco” en todos o casi todos los demás, es decir,
cuando despiertan la puesta en común de las imágenes interiores y angustias de todos los demás.

Anzieu (1981) considera que, en un grupo amplio y en una situación cara a cara, donde los
miembros no se conocen casi nada y no se sienten protegidos por el amor de una figura dominante, es
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vivida como una amenaza para el Yo porque se percibe a los demás como algo idénticos a uno mismo
o desprovistos de una existencia individualizada, es decir, se corre el riesgo de no existir para uno mismo
y de perder todo el sentido del ser. Donde, además, se tiene que salir de una situación cómoda (que es
quedarse callado) para participar y decir lo que se piensa u tan solo opinar. En contraste, Anzieu (1981)
refiere que, en los grupos pequeños, se vive a los demás de forma individualizada y cada uno intenta
someter a los otros a sus deseos o los otros intentan someterlos a sus deseos. Es decir, se piensa que el
otro “quiere que yo sea para él lo que él espera y maniobra para que yo entre en su juego, para
esclavizarme a su yo y reducirme a no ser más que un objeto de realización de sus deseos” (p. 55). En
comparación a las dos situaciones grupales, resalta que frente a una o dos personas se puede reaccionar
afirmando nuestro yo y nuestros deseos.

Asimismo, Anzieu (1981) hace referencia a las aportaciones de Bion, acerca del trabajo grupal,
mencionando que todo grupo tiene una tarea que recibe de la organización en la cual se inserta o que él
mismo se da. En esa misma línea señala que el grupo se somete alternativamente sin reconocerlos a tres
supuestos básicos: Dependencia – Que es cuando el grupo pide la protección del líder del que depende
para su alimentación intelectual o espiritual, y si el monitor lo rechaza, el grupo se siente frustrado y
abandonado, produciendo un sentimiento de inseguridad. Combate/huida – Frente al peligro que suscita
que el monitor rechace la dependencia, los participantes, se reúnen ya sea para luchar o huir; en ese
sentido una actitud de huida podría provocar que pocas personas participen de una discusión grupal,
dando ha entender que no se pueden desenvolver por si solos. Emparejamiento - El grupo bajo este
supuesto básico se impregna de una esperanza misteriosa, a menudo con apareamiento conductual entre
dos miembros, o de un miembro y el líder, como si todos compartieran la creencia de que una gran idea
nueva (una creencia mesiánica); ese «esperado» consiste en la esperanza de que nazca un mesías que lo
libre de sus angustias y miedos. Por consiguiente, se señala que el monitor tiene que luchar contra la
tendencia natural a comunicar sus descubrimientos en el momento en que se le hacen presentes; la cual
si lo hace puede obstaculizar el trabajo.

Para finalizar, Anzieu (1981) considera que, las situaciones donde se carece de una unidad
grupal despiertan en el individuo una angustia. Subraya que ante las situaciones angustiantes, ciertos
individuos ausentes durante las reuniones, resucitan y abren al final la boca en los pasillos o en el café,
a la salida o durante la pausa formulando comentarios de que, las reuniones en el grupo no sirven para
nada, cansan, son interminables, consumen los nervios, se pierde el tiempo, es inútil discutir cuando no
se está de acuerdo o la reunión no avanza porque son siempre los mismos los que hablan o los que se
callan; y que todo marcharía mejor si los habladores se volvieran silenciosos, y los silenciosos se
convertirán en habladores.

- REFLEXIÓN:
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A partir de los enunciados señalados en los párrafos antes mencionados, como grupo consideramos que
las aportaciones de Anzieu (1981) está relacionada de manera significativa con las experiencias que se
ha ido viviendo a lo largo de todas las sesiones grupales. Además, nos permite darnos cuenta cómo cada
uno de los miembros representan al grupo, cómo es que en las última sesiones cada uno ha ido
expresando sus emociones, incomodidades ante los demás y al grupo mismo. A diferencia de las
primeras sesiones, donde al parecer los integrantes no expresaban lo que sentían, vivían y lo que
pensaban, debido a las posibles críticas o incomodidades que puedan generar en los participantes del
grupo, sumada a la angustia, frustración, sensación de abandono que suscita esta nueva dinámica. En
estas últimas sesiones, se puede sostener que nos encontramos en combate/huida, ya que cada vez que
se habla del tema generador, solo algunos hablan y otros se mantienen callados.

- PREGUNTAS:

1. ¿Consideran que, en la dinámica grupal, nos encontramos en combate/huida? ¿Por qué?

2. ¿Consideran que cuando participas dentro del grupo encuentras “eco” en todos o casi todos los
demás? ¿Qué crees que significa eso para ti?

3. Recordando las problemáticas que han surgido en el grupo y en uno/a mismo/a estando en este
grupo, ¿creen que estas problemáticas han sido un conflicto entre la realidad externa y la
realidad interna de cada uno/a?

4. Con todo lo visto en el tema generador, ¿con cuál sienten que este grupo está más
identificado?

- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Anzieu D. (1981). Lo imaginario en los grupos. En: El grupo y el inconsciente. Capítulo II,
páginas (pp. 39 - 68). Madrid: Biblioteca Nueva.

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