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Tema: El peronismo, la llegada

"BAJO EL SIGNO DE LAS MASAS" - ALTAMIRANO

Cuando se produjo el golpe del 4 de junio de 1943 la historia pareció concederles lo que pedían: la
Revolución Nacional. La figura de Perón, quien no tarda en ser reconocido como el hombre de la revolución, se
recortó sobre este fondo de deseos y expectación. En términos políticos la sociedad fue breve, pero ideológicamente
dejó huellas perdurables en el discurso de Perón, quien extrajo del nacionalismo varios de sus temas y consignas:
justicia social y soberanía política. Se iniciaba la “era de la política social argentina”. Había una deuda que pagar con
“las masas sufridas” y esta misión era asumida por él. Era necesario que el estado saliera de su indiferencia y actuara
como regulador de las relaciones sociales, que no se opusiera, sino que promoviera el ordenamiento de los obreros.
Únicamente el egoísmo de quienes quieren seguir prosperando con la injusticia podía oponerse a la obra de la
Secretaría de Trabajo y Previsión.

En conexión con la preocupación por el ordenamiento de los grupos, brotaba otro tema: el de la organización. Sin
organización, la sociedad se precipita en la disolución y la anarquía.

Al repertorio de discurso se añadió el de las perspectivas económicas y sociales de posguerra en la 2da mitad de
1944. Una de las disertaciones de Perón, la que dio en la Universidad de La Plata en junio del ’44 giró en torno a dos
asuntos: el concepto de “nación en armas” y el desarrollo industrial del país.

Con el primer concepto desarrollaría la idea de que las características de la guerra moderna imponían la necesidad
de una preparación coordinada de todas las actividades del país y la movilización de la opinión popular. En el marco
de esta concepción aparecería el tema de la industria. “La defensa nacional exige una poderosa industria propia y no
cualquiera, sino una pesada”. En esta misma línea hay que insertar la exposición que hizo al constituir el Consejo
Nacional de Posguerra. Las consideraciones sobre la industria están asociadas con el problema de la defensa de la
autonomía del estado nacional, o remiten a la preocupación del equilibrio social. Para Perón lo económico debía
autonomizarse de lo social y ambos de la autoridad del Estado.

El término masas era un nuevo nombre para la multitud: el apelativo recorre los discursos de Perón. Si se entrecruza
a veces con la referencia al pueblo, la representación dominante es la del pueblo-obrero. Las masas son los
trabajadores, la “masa trabajadora”. Libradas a sí mismas, sin organización, son un hecho amenazador: “las masas
inorgánicas son siempre las más peligrosas para el Estado y para sí mismas. Es un fácil caldo de cultivo para las más
extrañas concepciones políticas e ideológicas”. El convencimiento de que se había ingresado a la era de las masas
Perón decía haberlo extraído de su experiencia en la Italia de Mussolini, donde había estado comisionado por el
ejército. Lo importante es que logró instalarla como convicción generalizada que buscó transmitir en un discurso en
1944 en la Bolsa de Comercio, en el que Perón desarrolló ante empresarios el argumento de que para gobernar a las
masas era mejor organizarlas y que los pudientes debían ceder algo si no querían perder todo a causa de una
agitación social.

La legislación social promovida por la Secretaría de Trabajo y Previsión terminó por llevar a los patrones del recelo a
la oposición. A juicio de éstos, Perón traía la discordia antes que concordia social, la lucha antes que la armonía de
clases. El enfrentamiento se expuso en declaraciones y réplicas que arrancó con el “Manifiesto del Comercio y la
Industria”, suscripto por entidades empresarias. Las “fuerzas económicas”, decía el documento, habían recurrido al
presidente de la Nación, preocupadas por la agitación social que malograba la disciplinada y pujante eficiencia del
esfuerzo productor y que se hacía grave por el estímulo recibido por dependencias oficiales. Los firmantes no
negaban el problema social, pero denunciaban el clima de provocación y rebeldía. Observaban que desde la creación
de la Secretaría de Trabajo y Previsión el espíritu que denunciaban se había introducido en los conflictos laborales. El
contraataque de Perón elevó la apuesta. Según él, los estados se clasificaban con una dicotomía: dictadura del
proletario, en la extrema izquierda, y dictadura del capital, en la extrema derecha. “La nuestra ha sido una dictadura
del capital”. Ante eso, su proyecto era instalar una “nueva forma, creando la verdadera democracia”.
La incorporación de los gremios completó el cuadro de las posiciones y los intereses que se contraponían en torno
de la nueva política social. Perón no dejó escapar la oportunidad de devolver los golpes: “Se me ha acusado de
exacerbar las pasiones subalternas de las masas, porque he defendido las necesidades de dar a la gente el mínimo
indispensable para vivir”. La guerra de solicitadas, como la llamó Perón, culminó con una concentración frente a la
Secretaria de Trabajo, esbozando el alineamiento que unos meses después, el 17 de octubre, sellaría la sociedad
entre los trabajadores y el nuevo líder. Esa inserción de los trabajadores en la política está pegada a la adhesión al
líder que les ofrecía representación. El 17/10, la “revolución de los descamisados” rubricó y afianzó en el nuevo
movimiento (peronismo) la sensibilidad populista que sería uno de sus rasgos distintivos. Un nacionalismo de masas,
popular, afín con el carácter de la fuerza política naciente, tomó la primacía sobre cualquier otra variante del
pensamiento nacionalista.

Para la oposición, Perón lideraba un estado fascista. La disolución de partidos políticos, la obligación de la enseñanza
religiosa, el neutralismo ante la guerra, la restricción de las libertades públicas, el antiliberalismo y anticomunismo,
se colocaban bajo esa definición. La lucha contra el nuevo movimiento se inscribía así en la causa de la civilización
contra la barbarie. Los términos de la antítesis eran la contraparte exacta de la definición que los ideólogos cercanos
al peronismo daban del antagonismo: para éstos, era el combate de laNación histórica y su pueblo por la
recuperación nacional y la justicia social contra la oligarquía. La cultura política comunista no añadió nada a esta
representación de la antinomia, como no sea un lenguaje más estereotipado y la exaltación del papel de la URSS en
la guerra contra el nazismo. Para sus voceros los coroneles del GOU no sólo eran un grupo nazi-fascista que había
impuesto una dictadura de ese tipo en el país, sino que buscaban establecer una cabecera de puente en América
para abrir el continente a dicha dominación.

Los 3 primeros años del peronismo fueron de bienestar: crecimiento de la industria y de los salarios, altos precios
para exportaciones agrícolas argentinas y expansión del consumo, florecimiento de la legislación social y
sindicalización masiva. La Revolución no puede consolidarse y afianzarse si no cuenta con una doctrina expuesta y
accesible a todos los sectores de la población”

El mundo asistía a una acelerada evolución hacia nuevas fórmulas sociales y políticas y era necesario que el país se
preparara para esos cambios.

La idea de gobernar el cambio se conectaba con otra: la de administrar políticamente lo social y lo económico.
Ambos debían marchar al mismo paso, evitando que la autonomización de uno conspirara contra el funcionamiento
del otro. A esta regulación política, que reforzaba el poder del Estado, Perón la llamaría “economía social”. El año en
que el efímero Partido Único de la Revolución pasó a llamarse Partido Peronista, 1947, fue prolífico en actos y
ceremonias destinados a simbolizar la Nueva Argentina. Uno de ellos fue la proclamación que hizo Perón de los
“derechos del trabajador”. Otra celebración fue la del 9 de julio de ese año cuando el aniversario de la
independencia fue asumida por el gobierno como ocasión para rubricar el acta de declaración de la independencia
económica. Con el objetivo de realizar la emancipación económica del país, liberándolo del dominio del “capitalismo
foráneo”. La promulgación del voto femenino tuvo también su escenificación: el 23/09, en un acto en Plaza de Mayo,
donde el presidente firmó la vigencia de dicha ley.

La serie de actos fundadores que distinguieron el año ’47 terminó en diciembre, con el congreso constituyente del
Partido Peronista. De acuerdo con el 1º artículo, el Movimiento de la Revolución Nacional alcanzaba su organización
definitiva en el Partido Peronista. En virtud del artículo 8, si un afiliado del partido ejerciera la primera magistratura
de la república, el titular del gobierno sería reconocido como principal autoridad del partido con la facultad de
“modificar decisiones de los organismos”. La culminación de reformas sociales y políticas fuera de la Constitución de
1949, que autorizara la reelección del presidente y vicepresidente. Pese a la oposición de varios partidos, el proyecto
se activó. Como se esperaba, en la elección para convencionales el peronismo triunfó. La minoría quedó en manos
del radicalismo. El 11/03 se sancionó la nueva constitución, la “Constitución de Perón” que no se limitaba a autorizar
la reelección presidencial, pero tampoco era la reforma fascista que había augurado la oposición. La innovación
estaba en los derechos y garantías. En lo relativo a la economía, le atribuía al poder pública la facultad de “intervenir
en la economía y monopolizar determinada actividad” si lo exigía la custodia del interés general, nacionalizaba todas
las fuentes naturales de energía y establecía la propiedad estatal de los servicios públicos. La conversión de la
doctrina peronista en doctrina de la Nación toda había dado su primer paso con la reforma constitucional. Los
legisladores radicales debieron jurar dicha constitución. La CGT declaró en 1950 su decisión de constituirse en fiel
ejecutora de los altos postulados que alientan la Doctrina Peronista.

"17 Y 18 DE OCTUBRE DE 1945" - JAMES

El 9 de octubre del 45, Perón fue destituido como vicepresidente y secretario de Trabajo del gobierno militar. En las
primeras horas del 13/10 fue arrestado y luego trasladado a la prisión de la Isla Martín García. Meses anteriores
Perón fue una figura protagónica ya que comenzó a solucionar reclamos de trabajadores. Su caída en octubre
obedeció a que sus camaradas militares estaban preocupados por su política pro obrera y el poder potencial que
podía proporcionarle. Esta política pro obrera daría sus frutos luego de la separación a sus cargos. Desde la mañana
del 17/10 manifestaciones llegaron a Buenos Aires provenientes de la Capital Federal y otros puntos del país para
reclamar la liberación de Perón. En las últimas horas de la tarde colmaban la Plaza de Mayo y entrada a la noche, la
movilización obligó a liberar a Perón y permitir que se dirija a los trabajadores.

Los trabajadores, atraídos por Perón, fueron manipulados por las cualidades de éste y los beneficios que otorgaba
por sus apelaciones nacionalistas. Estos trabajadores predominaron sobre la clase obrera, y fueron el emblema de la
movilización de octubre.

Es importante remarcar, en los dos años anteriores a octubre de 1945 Perón mantuvo relaciones particularmente
estrechas con los obreros de los frigoríficos y su incipiente Sindicato Autónomo de la Industria de la Carne de
Berisso, piezas claves en las manifestaciones de octubre de 1945. En la semana posterior a la caída de Perón se
hablaba de la huelga en los frigoríficos Swift y Armour. A falta de iniciativa, éstas resolvieron organizar la huelga para
el 17. A la tarde del lunes 15, los trabajadores realizaron una manifestación. La multitud marchó durante horas por
las calles de Berisso coreando el nombre de Perón y exigiendo su libertad. La misma se repitió a la tarde siguiente. En
la noche del 16, Berisso se mantenía expectante. Había corrido la voz que el 17 sería el día de la huelga. Al llegar el
día, ya se habían formado piquetes frente a frigoríficos. Estos también se ubicaron en todos los puntos de acceso a la
ciudad. Los camiones y tranvías que venían deLa Plata fueron volcados y la ciudad quedó aislada. Al mediodía,
muchos trabajadores provenientes de frigoríficos, el puerto y la fábrica textil, se congregaron esperando la señal
para partir a La Plata. En esta ciudad, hacia el mediodía, manifestantes se dieron cita en el Paseo del Bosque y allí
aguardaron la llegada de los de Berisso. Alrededor de las 2 de la tarde, un grupo comenzó a marchar por la diagonal
79, al pasar por una obra en construcción destruyeron el vallado de madera en el intento de asegurar que nadie
estuviera trabajando. Luego volvieron al punto de encuentro para seguir esperando el arribo de trabajadores de
Berisso, que llegaron a las 4 de la tarde. Los manifestantes tomaron la calle 1 y luego partieron para el centro. A esta
altura, la multitud había cobrado una actitud fervorosa y amenazadora. Se detuvieron ante la Universidad, donde
cantaron el himno y luego repitieron “¡Alpargatas sí, libros no!”. Por último, avanzaron hacia la plaza San Martín,
frente a la Casa de Gobierno y algunos miembros del Comité Intersindical hablaron con el Gral. Sáenz expresando la
preocupación por el arresto del líder. En teoría, la manifestación había concluido. Sin embargo, para muchos estaba
lejos de culminar. Luego de abandonar la plaza San Martín, pasaron frente al Diario La Prensa, el Banco Comercial y
el Jockey Club y desde allí apedrearon a todos estos edificios. La policía no intervino en ningún momento. Al
amanecer el 18, los habitantes de La Plata se encontraron con las calles sucias, vidrios rotos y puertas y ventanas
destrozadas. No parecían mejoras las perspectivas para esa jornada. La CGT había proclamado que el 18 haría una
huelga nacional, respaldando el del día anterior. Desde temprano, adolescentes caminaban en la calle con piedras y
palos cantando el nombre de Perón. Cerca de las 10, fue invadida la fábrica de Quilmes y se distribuyeron las
cervezas. Los blancos elegidos el día anterior fueron reelegidos para descargar la bronca.

La esencia de este mito fue, según Reyes, “una revolución popular y pacífica de Latinoamérica y del mundo, que
levantó sus banderas de la emancipación de los trabajadores y la liberación de la República”. Las entrevistas que
realicé con trabajadores de Berisso que estuvieron en los hechos, me resultaron desconcertantes. Me contaron con
frecuencia que en esos días los trabajadores se movilizaron para defender sus reclamos de justicia social
armónicamente. La renuencia de los obreros de Berisso a recordar los sucesos del 17 y el 18 debe entenderse en
función de la historia posterior y el carácter simbólico que tuvieron aquellos días. Aquel 17 fue el emblema del
surgimiento de la clase obrera como fuerza auténtica. A esta significación se le añadió el hecho de que el Estado
peronista adoptó este día como fecha decisiva del ritual público y de conmemoraciones nacionales. El nacimiento de
Perón como figura nacional estaba ligado a la intervención de los trabajadores, y en cierto sentido él carecía de
historia anterior a esa fecha. Admitir los hechos violentos de esa jornada hubiera empañado la legitimidad y
autenticidad del significado simbólico. En la cultura popular de la era peronista, los hechos de ese día encarnaron la
armonía social y la felicidad de la familia.

Tema: La economía peronista y el movimiento obrero

BREVE HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA ARGENTINA (CAPITULO 4) - ROMERO


El gobierno militar que asumió el 04/06/1943 fue encabezado inicialmente por el general Rawson para luego ser
reemplazado por los generales Pedro Ramírez y Edelmiro Farell. El coronel Perón logró concitar un vasto movimiento
político en torno a la figura de Farell, pudiendo ganar las elecciones en Febrero de 1946. Los militares coincidían en
la necesidad de sosegar la agitación política y la protesta social proscribiendo a los comunistas, persiguiendo a los
sindicatos, interviniendo la CGT, disolviendo Acción Argentina, censurando a los partidos políticos, interviniendo las
universidades, estableciendo la educación religiosa en las escuelas públicas, etc.
Perón, a cargo de la Dirección Nacional de Trabajo, se dedicó a vincularse con los dirigentes sindicales. Al resto se los
impulsó a organizarse y a presentar sus demandas, que pronto empezaron a ser satisfechas. Desde la Dirección
Nacional de Trabajo, Perón expandió los mecanismos del Estado árbitro, estimuló la organización de los
trabajadores, incentivó sus reclamos y presionó para que fuesen satisfechos. Perón señalaba constantemente los
peligros de posguerra, la amenaza de desordenes sociales y la necesidad de un Estado fuerte. Para ello, profundizo
las políticas de seguridad social. Con las elecciones a la vista, Perón y quienes lo apoyaban se dedicaron a organizar
su fuerza electoral creando el Partido Laborista. Quizás para buscar bases de sustentación alternativa, promovió una
escisión en el radicalismo, la UCR-junta renovadora. También los conservadores, la iglesia y el ejército lo apoyaron.
Para culminar con los conflictos entre laboristas y radicales renovadores, creó el Partido Peronista.
Por su parte, la oposición, encontró en el ejército a un enemigo más adecuado que la oligarquía.

El nuevo gobierno estableció relaciones diplomáticas con la URSS e hizo todo lo posible para mejorar las relaciones
con EE.UU. Se adoptan las reformas de Pinedo que en 1940 habían sido anuladas. Perón había optado por el
mercado interno y el pleno empleo. Pero la reforma más importante fue la nacionalización del Banco Central.
Desde 1947, Eva Perón se dedicó desde la Secretaria de Trabajo a mediar entre los dirigentes sindicales y el
gobierno. El Estado peronista tenía en los trabajadores su gran fuerza legitimadora, de allí proviene que sea un
Estado Populista. A la vez, el Estado peronista procuró extender sus poyos a la amplia franja de sectores populares
no sindicalizados, con quienes estableció una comunicación a través de Evita y su fundación: creó escuelas, hogares
para ancianos y huérfanos, repartió alimentos y regalos navideños, estimuló el turismo, el deporte. También se
agregó la protección y promoción de diversas actividades culturales dando pie al teatro independiente por ejemplo.
Según la concepción de Perón el Estado, además de dirigir la economía y velar por la seguridad del pueblo, debía ser
un ámbito donde los distintos intereses sociales previamente organizados negociaran sus conflictos. Estado y
movimiento confluían en el líder, quien formulaba la doctrina y la ejecutaba.

Crisis y nueva política económica:


La coyuntura externa favorable en la que surgió el Estado peronista comenzó a invertirse hacia 1949. La situación era
grave, pues el desarrollo de la industria hacía al país mas dependiente de sus importaciones, provocando inflación,
paro y desocupación.
Los logros de la nueva política económica fueron modestos: se redujo la inflación y se reequilibro la balanza de
pagos, siempre resguardando a los sectores populares: ni se recurrió a la devaluación ni se redujo el gasto público. El
28/09/1951 el general Benjamín Menéndez encabezó un intento de golpe improvisado y sofocado. Perón aprovechó
este intento para establecer el estado de guerra interno y mantenerlo hasta 1955.

Consolidación del autoritarismo:


Perón inicio su segundo periodo visiblemente consolidado por el nuevo plan económico, que parecía tener éxito. En
los tres años finales de su gobierno tuvo una conducta errática. Fue evidente la dificultad para llenar el vació dejado
por la muerte de Evita; en la CGT y en el Partido Peronista Femenino hubo un manejo burocrático y una pérdida de
iniciativa. Los espacios de la oposición fueron reducidos al mínimo.

La caída:
La fundación del Partido Demócrata Cristiano marcó el conflicto entre Perón y la Iglesia ya que se permitió el
divorcio, se suprimió la enseñanza religiosa y se abrieron unos cuantos prostíbulos.
El 16/06/1955 se produjo un levantamiento de la Marina contra Perón. El 20/09/1955 Perón se refugió en la
embajada de Paraguay y el 23/09/1955 Lonardi asumió como presidente provisional.

CONSIDERACIONES SOCIOLÓGICAS SOBRE LAS RELACIONES ENTRE EL PERONISMO Y LA CLASE OBRERA EN LA


ARGENTINA 1943-1955 - SIDICARO

Este análisis es centrado en tres problemáticas:


1) Causas por las que la clase obrera apoyó a los sectores políticos que promovieron la creación del Peronismo.
2) Vínculos QUE SE establecieron entre el Estado y la clase obrera en el período 1946-1955
3) Modalidades en que se desenvolvieron las relaciones entre el estado y las organizaciones sindicales.
La Clase Obrera en la formación del Peronismo
La adhesión de la clase obrera argentina al Peronismo es explicada desde 4 referencias:
1- CRISIS DE DOMINACIÓN SOCIAL: A partir de 1930 es el fin de la hegemonía de la gran burguesía agraria. Esta
burguesía no tiene capacidad de proponer un proyecto societario que pueda generar el apoyo consensual de las
clases subalternas. Su influencia sobre la clase obrera es deteriorada.
2- AMPLIACIÓN DE LA ESFERA DE INTERVENCIÓN ESTATAL: Para asegurar la preservación de sus intereses
sectorial la Gran Burguesía Agraria crearon un Estado Intervencionista que posibilitó el surgimiento de un tipo de
agentes políticos que controlando esos aparatos estatales y favorecidos por la situación de crisis de dominación
social incrementaron su autonomía con relación al bloque de las clases dominantes. Este estado intervencionista se
vio acrecentado por la incorporación de funciones sociales.
3- CONSTITUCIÓN DE PROMOTORES DEL PERONISMO: A partir de la unidad que les daba su pertenencia al estado
y su identidad con los proyectos de la administración militar, trataron de conseguir los apoyos sociales que les
permitieran legitimar y conservar el control de la estructura estatal. Aún cuñado convocaban a todas las clases
sociales terminaron constituyendo una nueva Fuerza Política con base de apoyo en la clase obrera industrial y los
sectores subalternos.
4- POLITIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS SOCIALES: La mayoría de las clases subalternas y la totalidad de las
fracciones de la burguesía encontraron una correspondencia en la escena política de los conflictos que mantenían en
otras esferas de la práctica social.

Las reformas introducidas por el gobierno militar no significaron cambios de importancia que permitía suponer que
los sectores obreros se volcaran al peronismo por ellos. El nexo debe buscarse en No en la importancia económica
de las consecuencias de la aplicación de esas disposiciones; SÍ en los intensos conflictos sociales que se desarrollaron
en torno a los mismos. Estos conflictos fue por el proceso de una lucha social generado a propósito de su sanción y
aceptación que esas medidas tuvieron consecuencias políticas. Esas iniciativas del gobierno militar se convirtieron en
eje del conflicto social del período 1943-1945 por el rechazo por parte de las fracciones de la clase dominante y los
sectores propietarios. La clase dominante carecía de una fracción con propuesta hegemónica e hizo del
antiperonismo su política principal.

La Situación de la Clase Obrera durante el Peronismo


Establecido el gobierno peronista se convalidó la Legislación Social con principales reformas sociales (pago del
aguinaldo anual, vacaciones anuales pagas, indemnizaciones por accidentes de trabajo) La Clase Obrera fue
favorecida por el desarrollo de la infraestructura hospitalaria, la política de vivienda y la política de ampliación de la
educación pública.
La Evolución de los salarios reales de los obreros industriales durante el 1er Sub-período 1946 -1950 muestra una
mejora de la situación salarial. La política se manejó aceptando los reclamos obreros. Es caracterizado por la
existencia de numerosos movimientos de huelga que dieron lugar a la Fijación de Aumentos Salariales. Durante
el2do Sub-período 1951-1955 se da una caída del salario real que produce una directa relación con las políticas
adoptadas por el personal político peronista. Cafiero es uno de los responsables de la conducción de este sub-
período. Él estableció una relación directa entre la inflación y el aumento de salarios. La solución implementada fue
una Política Salarialque implicó el mantenimiento de los salarios reales en el nivel de 1946. Es decir la pérdida de los
incrementos logrados en los primeros años del gobierno peronista.
La Política social del peronismo se caracterizó por establecer una Legislación Social que mejoraba las condiciones de
vida de la clase obrera, ampliaba las garantías y protección de sus derechos sociales y otorgaba una política salarial
directamente relacionada con las fluctuaciones de la economía argentina. En el interior de las empresas las
conquistas sociales establecidas durante el gobierno peronista se convirtieron en un Espacio de Conflicto Político. En
1951 se dio el primer intento de sectores de las FFAA de derrocar al gobierno de Perón.

Los Sindicatos Durante el Peronismo


Con el surgimiento del peronismo se produjo un importante aumento del número de las organizaciones
sindicales. Las relaciones entre los sindicatos y el estado tiene diferentes etapas:
A) Conflictos entre algunas orientaciones sindicales tendientes a establecer una relación autónoma con respecto al
estado y aquellas proponían una relación de subordinación de los sindicatos al proyecto del personal político
peronista (desde 1945 a 1950). Esto se caracterizó por el conflicto de los sindicalistas laboristasàel conflicto entre el
gobierno y los sindicales de orientación laboristas fue el elemento destacado del primer sub-período. Estos
enfrentamientos que finalizaron con el alejamiento de la escena política de los dirigentes más importantes. En este
proceso de Enfrentamiento y derrota de los sindicalistas laboristas se destacó: La decisión de Perón de Disolver el
partido laborista. La renuncia de Luis Gay a cargo de la dirección de la CGT y partidario de una política de no
subordinación. Estos conflictos culminan por el encarcelamiento de Cipriano Reyes acusado de participar en un
complot contra el gobierno. Buscaba mantener la autonomía de los sindicatos frente al gobierno peronista.
B) Predominó de las orientaciones de subordinación de los objetivos sindicales a la política del gobierno
peronista (desde 1950 a 1955). La retracción de la actividad sindical es la consecuencia de la subordinación de los
objetivos sindicales a la política del gobierno. La principal característica es la existencia de una subordinación de los
objetivos sindicalistas a la política del estado. EL movimiento sindical perdió su independencia frente al gobierno.
C) Reorientación que se provoca en la coyuntura de la caída del peronismo.
Entre 1949 y 1950 se disminuyeron las huelgas aunque caen los salarios por dos razones: 1- subordinación de la CGT
al Estado. 2- Politización de los conflictos sociales. En 1950 la CGT aumentó su control sobre los sindicatos. Por
medio de los sindicatos la clase obrera realizó sus b19/09 Perón cedió la responsabilidad del Ejecutivo a las
autoridades de las FFAA. El 21/09 la FFAA resolvió que el Gral. Lonardi se hiciera cargo de la presidencia. El 23/09
asumió su cargo. Los sindicalistas buscaron frente a la revolución del 55’ encontrar acuerdos que les permitieran
defender las conquistas sociales logradas durante el gobierno peronista.

Tema: El estado peronista y el peso de las corporaciones

DEMOCRATIZACIÓN DEL BIENESTAR - JUAN CARLOS TORRES Y ELISA PASTORIZA


Las crónicas porteñas de los distintos periódicos analizaban a la “turba” en las intervenciones públicas con
representaciones barbáricas, son descripciones de seres que “transgredían”: por ejem. el 17 de Octubre. El avance
de los obreros a la Plaza de Mayo fue festivo y carnavalesco, en vez de las solemnes marchas socialistas. Los sectores
comunistas también desaprobaron estas conductas. Nación entonces otro “perfil” del país, un “descubrimiento” de
una otredad dinámica y autónoma. Comenzarían entonces la compleja reacomodación de la sociedad existente a las
nuevas realidades sociales de un país hondamente cambiado. Pero los elementos de “continuidad” son muy visibles.

Los cambios operados hasta entonces en la estructura económica indican una expansión de las manufacturas,
iniciándose un proceso de industrialización con nuevas relaciones laborales en la fuerza de trabajo. El
reordenamiento de la población en el territorio nacional se tradujo en una mayor urbanización, las migraciones
internas de las zonas agrícolas estancadas a los centros dinámicos de producción (5.000.000 migrantes provincianos
hacia 19461). El éxodo transformó a la ciudad, igual que la inmigración de extranjeros de la época anterior. Esa
inmigración no tuvo contactos casi con los criollos y recién sus hijos se nacionalizaron y arraigaron completamente
en el país. Esta situación creó una nueva sociabilidad –no desprovista de conflictos- que no se reflejó en los extremos
de dicha sociedad: en la elite y los más pobres. La gran mayoría de la sociedad no se había nacionalizado y no había
optado por participar de los derechos políticos.

La llegada de los provincianos –el “aluvión”- coincidió con una crisis política y el surgimiento de un líder necesitado
de apoyo popular, abriéndoles las puertas al terreno político electoral. Ellos se encontraron con una “sociedad ya
hecha” con valores y estilos de vida. En contraste con la experiencia migratoria europea, se puso en movimiento un
proceso de asimilación o incorporación de los recién llegados a la sociedad receptora (su comportamiento social
tuvo cabida óptimamente en los años peronistas).

Un país más vertebrado: no había en su llegada una sociedad “vacía” sino un país ya vertebrado, debido a los efectos
de la industrialización y la urbanización (era del 62%), el Gran Buenos Aires se nutrió de la región pampeana y con el
tiempo con el arribo de provincianos de regiones más alejadas. La concentración geográfica remitía a la región
pampeana en su origen. En este mundo urbanizado los contactos y las redes propias del mundo urbano constituían
el ambiente natural de estos hombres, la vertebración y condensación de los sectores se dio paralelamente a la
conformación de medios masivos de comunicación (radio sobre todo que favoreció la homogeneización cultural –
modos de hablar y estilos de vida- a través de grandes emisoras). La radiodifusión tuvo un impacto notable, Perón
aprovechó este gran potencial desde sus discursos políticos. Incluso las competencias de turismo de carretera
servían para la experiencia común de los grupos sociales en la unión del territorio: el espacio nacional difundido
además desde la radiodifusión. La hegemonía cultural porteña se imponía en los gustos de las masas.

La sociedad móvil: para muchos inmigrantes éste fue sin dudas un período de ascenso social (salarios mayores a los
lugares de origen), se suman experiencias colectivas de movilidad integrándose los individuos en la estructura social.
La industria y la construcción absorbieron la masa económicamente activa a costa de un descenso le empleo rural.
Las clases medias sufrieron un proceso de expansión más que las clases trabajadoras (la estructura ocupacional está
dominada por empelados, medianos empresarios y trabajadores autónomos más que simples trabajadores
asalariados). Las actividades a cargo del Estado crecieron, con la modernización del aparato productivo y los
servicios, actividades recreativas., etc. Las clases medias asalariadas fueron las más importantes, después las clases
medias autónomas – pequeños propietarios- y después el comercio. La industria creció bajo el proteccionismo y la
sustitución de importaciones, tanto la mediana como la pequeña con mucho trabajo familiar, nutriéndose de los
subsidios y la expansión del mercado interno. El 50% de los trabajadores asalariados estaba ocupado en la industria
manufacturera. Aumentaron las ocupaciones ref4eridas a oficios y reparaciones mientras que bajaron os índices de
trabajo doméstico. Según Gino Germani hacia 1960 los hijos de obrero ya se encontraban en una posición de clase
media. Es decir, a partir de 1946 cobró forma una nueva edición de proyecto de movilidad donde el peronismo

1
El autor compara estas migraciones distinguiéndolas de las migraciones europeas muy distintas.
ofreció un camino libro de obstáculos. La participación de los salarios en el ingreso nacional naturalmente escaló a
niveles insospechados. El respaldo oficial a la sindicalización, la fijación de salarios por medio de convenios colectivos
brindó una sólida plataforma de redistribución de los ingresos –se incrementaron los salarios reales- que estimuló la
demanda interna. La política de precios relativos ayudó a conservar el poder adquisitivo de los salarios (controles de
precios a nivel minorista y subsidios a los bienes de consumo popular, alquileres y vivienda).

Esto duró hasta que terminó la bonanza del alza de los precios internacionales invirtiéndose el signo de los términos
de intercambio –tendencia negativa que se empeoró por la caída del volumen de exportaciones por las sequías
ocurridas). Al contraerse el origen de Lafuente de financiamiento la prosperidad se interrumpió, se estancó la
economía y surgió la inflación. Antes estos años críticos, 1949 y 1952, el gobierno se decidió por un ajuste
preocupándose por la estabilidad, pasando del respaldo de la industrial al campo. Se suspendieron las negociaciones
peronistas por dos años con el reajuste de salarios y precios. A partir de 1953 se recuperó la prosperidad y se
reanudaron los convenios colectivos.

La sociedad móvil de los años del peronismo fue una sociedad con una estructura de ingresos más igualitaria. La
evolución de los rubros básicos del presupuesto de las familias – alimentos y bebidas- tuvo un papel central en la
elevación de los niveles de vida de la población. Los precios internos estaban protegidos (canasta familiar) y en
cuanto a la vivienda los alquileres estaban estancados. También se consumió más bebida, se mejoró la indumentaria
(manufacturas textiles), artefactos de uso doméstico –que modificaron la vida cotidiana doméstica-, y gastos de
recreación.

Las vías de acceso al bienestar social: los cambios que operaron con el peronismo en cuanto a la prosperidad
fluyeron en toda la pirámide social, los cambios en la existencia cotidiana tuvo distintas implicancias dentro de la
población. Para los obreros recién radicados significó la ampliación de sus horizontes, las clases medias vieron allí
una oportunidad de acceso a una mayor variedad de bienes de consumo. La cuestión de la vivienda se vio reflejada
en el congelamiento de los alquileres (el congelamiento permitió la venta al inquilino de la propiedad por estar
devaluada), el peronismo consignó como “derecho a la vivienda” garantizándola a los afectados. El crédito bancario
garantizó crédito barato. Además el gobierno destinó fondos para construcción de viviendas nuevas.

Al hablar de democratización del bienestar hablamos de un proceso cuyos resultados se distribuyeron en proporción
a los recursos de poder e influencia de los distintos grupos sociales. La jubilaciones obtienen que la previsión social
se generalizó de manera abrumadora en esta época (los afiliados a la Caja de empleados de comercio fue enorme),
re reunió en un régimen unitario los diversos esquemas jubilatorios. Se agregan los beneficios por seguros de
accidentes, enfermedades, maternidad, incapacidad, fallecimiento y desempleo (los trabajadores se opusieron y las
Cajas de jubilación recuperaron su autarquía). El resultado de la gestión peronista fue la extensión de una red de
protección social a secciones más amplias de la población. En 1948 se otorgaron pensiones para los mayores de 60
años que estuvieran desamparados del mercado laboral.

Se crea la Secretaría de Salud Pública y bajo Carrillo se constituye el primer sistema nacional de salud pública, la
oferta de cobertura médica se duplicó por la fuerte inversión en infraestructura hospitalaria y sanitaria. Se
erradicaron del país enfermedades endémicas gracias a ello, se extendió el servicio del agua corriente, descendiendo
la tasa de mortalidad. Las actividades asistenciales se dirigían a los afiliados con obras sociales sindicales (los
ferroviarios tuvieron su propio hospital en 1944). La Fundación Eva Perón fue fundamental en la extensión de
variados beneficios al conjunto de la población (asilos, hospitales, recreación infantil, etc.) siendo un mecanismo
redistribuidos donde participaban todos los sectores.

La expansión del sistema educativo refleja el rasgo más democrático y de bienestar posible. La educación tuvo un
ministerio independiente, creció la matrícula a los sectores de menos ingresos casi eliminando el analfabetismo. En
el nivel medio también se produjo un notable aumento de la escolarización, dándole a las clases medias mejores
oportunidades de formación. De la misma manera la matrícula universitaria que aumentó de forma significativa (las
universidades comienzan a ser gratuitas por vez primera y se crean nuevas).
El “turismo de masas” es un fenómeno que venía de tiempo atrás pero con el peronismo implicó una verdadera
mutación del paisaje social como fue la apertura de la playa balnearia Bristol en Mar del Plata como “balneario de
masas”. Mar del plata transformó su perfil aristocratizante para abrirse a las clases medias, el gobierno intervino en
el diseño urbano. El gobierno propiciaba un “turismo social” garantizado por el aguinaldo y descuentos a los parajes
de destino, la construcción de colonias de vacaciones en Buenos Aires y Córdoba.

El desenlace conflictivo de la democratización del bienestar: en el aspecto iconográfico del peronismo (ilustraciones
y propaganda) se observa el consumo y la prosperidad familiar. Los índices de nupcialidad y de matrimonio fueron
elevándose como consecuencia de dicha prosperidad. La mujer se retiene en el espacio doméstico y su rol de madre.
La mujer obtiene un rol tradicional, incluso con la inculcación del voto femenino. Existe una “cultura centrada en el
hogar” estéticamente de clases medias. La natalidad se controló y se estableció una cierta planificación familiar. El
peronismo promovió un cambio social peor no propuso una cultura alternativa.

Las clases medias se sintieron igualmente implicadas en la defensa de los equilibrios sociales y políticos. En buenos
aires se gestó un conflicto cultural: la sociedad urbana blanca reaccionó frente al cambio social impulsado por el
peronismo que fue la irrupción pública de los migrantes internos en su centro.

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