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1. ¿Qué es la ética del servidor público?

Para un funcionario, la palabra ética implica realizar acciones con transparencia, calidad y
efectividad, además de priorizar el interés público colectivo por encima del interés particular.

 Se les solicita poner en práctica, a nivel personal, cada uno de los valores
existentes, además de requerirle a la institución que sea trasparente, que rinda
cuenta y permita el acceso a la información. Esto se debe a que la transparencia,
es el único camino hacia el fortalecimiento de la ética y la única forma de evitar la
corrupción. Así, cuando logren conjugarse ambos aspectos, tanto el individual y el
organizacional, se podrá lograr a nivel social la confianza de la sociedad en el
servicio público.

En conclusión, hay una creciente demanda de los ciudadanos por un servicio de calidad, y
a su vez, les solicitan a sus servidores altos estándares éticos, lo que se traduciría en
buenas prácticas institucionales para beneficio de la comunidad. Entonces, para satisfacer
esta petición ciudadana todo apunta al individuo, porque es quien tiene el compromiso de
poder lograr las transformaciones que se requieren en la administración pública, sin
importar el nivel jerárquico que ocupe. Esto significa que es fundamental tener en cuenta
que la esencia de la ética en materia de función pública es el principio del bien común y
que cada uno de nosotros será responsable de cumplir con esta misión.

 Desde mi punto de vista el objetivo de la ética lo constituye la aplicación de una


serie de normas morales tomando como base lealtad, honradez, la cortesía y el
honor, mismas que van a contribuir al fortalecimiento de las estructuras
Institucionales.

 La ética del servidor público, responde a dos aspectos fundamentales: una


obligación de carácter moral que es propia del individuo, es decir, la conciencia
que debe tener el servidor de que sus actos debe adecuarlos a normas de
conducta identificados con aspectos de responsabilidad, cumplimiento y
honestidad. El segundo aspecto se refiere a la amenaza que conlleva la aplicación
de sanciones para el evento de que en el ejercicio de su cargo violente o se aparte
de las disposiciones constitucionales, legales o reglamentarias que lo hagan
acreedor a una sanción que puede ser de diversos tipos.

En cumplimiento de sus funciones y deberes el servidor público está obligado a desarrollar


su actividad con apego a las disposiciones constitucionales, legales, reglamentarias y
estatutarias; y, por principio, debe orientar su actuación aplicando principios de
cumplimiento, honestidad y responsabilidad; ejercer su cargo, funciones o actividades con
estricto apego a la normatividad que rige la administración

El tema de la ética en el servicio público está directamente relacionado con la conducta de


los funcionarios que ocupan cargos públicos, tales individuos deben actuar conforme un
patrón ético, mostrando valores morales como la buena fe y otros principios necesarios
para una vida sana en la sociedad.

Cuando una persona es elegida para un cargo público, la sociedad pone en ella su
confianza, y espera que cumpla un patrón ético. Así, esa persona debe de estar al mismo
nivel de esa confianza y ejercer su función siguiendo ciertos valores, principios, ideales y
normas. Del mismo modo, el servidor público debe asumir el compromiso de promover la
igualdad social, de luchar para la creación de puestos de trabajo, de desarrollar la
ciudadanía y de fortalecer la democracia. Para esto debe estar preparado para poner en
práctica políticas que beneficien al país y a la comunidad en los ámbitos social, económico
y político.
Un profesional que desempeña una función pública debe ser capaz de pensar
estratégicamente, innovar, cooperar, aprender y desaprender cuando sea necesario,
desarrollar formas más efectivas de trabajar. Por desgracia, los casos de corrupción en el
ámbito del servicio público son el resultado de los profesionales que no trabajan de una
forma ética.

 ÉTICA Y LA FUNCIÓN PÚBLICA

Nuestro sistema político tiene como base fundamental su legitimidad. Esta legitimidad se
alimenta diariamente cuando el pueblo cree y así lo acepta, que el Gobierno se interesa y
trata de solucionar sus problemas y que en esa tarea utiliza adecuadamente
los recursos públicos, actuando con transparencia y objetividad en el ejercicio de la función
pública, en pro del bien común. Esto nos lleva a hablar, dentro del proceso de legitimación,
de la necesaria existencia de una ética de la función pública que oriente las acciones del
Gobierno en la búsqueda del bien común como fin último del Estado.

La ausencia de ética en la función pública se traduce en corrupción de los funcionarios y


con ello se deslegitima el sistema político. La erradicación de la corrupción tiene que darse
desde diversos ángulos y por medio de diversas acciones. Una de ellas es
la promoción de los valores sociales que fundamentan y orientan la acción pública. En este
aspecto, una política de educación cívica clara y definida que transmita el mensaje de la
ética en la función pública en todos los niveles ciudadanos, con plena participación de
la sociedad civil es una herramienta útil y eficaz.

También es necesaria la actuación legislativa para producir normas y cuerpos de leyes que
permitan la fiscalización de la actividad de la AdministraciónPublica y se regule
debidamente la responsabilidad de los funcionarios públicos y las garantías procesales de
los ciudadanos para requerirla.

Los valores que orientan la función pública como la lealtad, eficiencia, probidad y
responsabilidad originan consecuentes deberes y obligaciones para el servidor público
como lo son el deber de confidencialidad, de imparcialidad y de objetividad en
el desempeño de su cargo.

Es importante partir de la premisa de que, como dice Horacio Verbitsky "... lo nuevo no es
la corrupción sino el debate sobre ella". La corrupción actualmente amenaza seriamente el
funcionamiento y la credibilidad en las nacientes democracias latinoamericanas y debilita
peligrosamente la legitimidad de aquellos sistemas presuntamente consolidados. Al
implicar un acceso discriminatorio al poder decisional de una estructuragubernamental,
golpea el corazón mismo del sistema y hace dudar al ciudadano de las bondades de la
estructura democrática

Cuando se señala la importancia de debatir los problemas de nuestra ética pública, la


gente piensa sólo en los comportamientos de los políticos, en la corrupción, los fraudes
bancarios o las manipulaciones de los medios de comunicación, pero hay otras cuestiones
más profundas y elementales que condicionan la salud moral de una sociedad, me refiero
en concreto, a la aceptación en la llamada cultura nacional, de principios éticos básicos
como el de la igualdad fundamental de todos los seres humanos.

En nuestra sociedad segmentada y conflictiva el principio de la igualdad de todos tiene


sólo existencia retórica; abundan los sentimientos racistas, los prejuicios, los estereotipos
descalificadores y las prácticas intolerantes.

La ética pública empieza por la aceptación del otro como fundamentalmente igual, lo cual
implica que no se puede programar la propia vida con indiferencia hacia la suerte de los
demás, que hay una obligada comunidad de intereses y una necesidad de inclusión; la
igualdad fundamental es ya incipientemente solidaridad.

Las turbulencias políticas y económicas de los últimos años y el desarrollo científico cada
ves más acelerado han provocado sacudimientos de valores sociales y morales que
cuestionan la validez de las éticas tradicionales, tanto religiosas como seculares. Han
surgido numerosas ?situaciones de alto riesgo? ante las cuales se evidencian como
inadecuados los anteriores criterios de decisión moral y como cuestionables sus
fundamentos.

La historia viene de más atrás. La crisis del pensamiento moral actual se gesta en la
expansión de la modernidad racionalista y el avance prodigioso de la ciencia. Hoy
aparecen, en trágico claroscuro, las grandezas y miserias de la razón.

La amenaza de la energía atómica, el sombrío panorama ecológico o los riesgos de la


manipulación del caudal genético del hombre son ejemplos de esas situaciones colectivas
de alto riesgo a las que, como aprendiz de brujo, nos ha conducido una ciencia sin
controles éticos. Los callejones sin salida evidencian la ?dialéctica de la ilustración?
(Adorno) en que culmina esta transición a la posmodernidad; la serpiente se ha mordido la
cola; y hoy comprobamos que nuestros avances han sido también retrocesos.

2. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del servidor público (con relación a la
ética)?

Conseguir una plaza fija hasta la jubilación es la estabilidad soñada de mucha gente a la
que le gustaría contar con un sueldo seguro para toda la vida. A la mayoría de españoles
les gustaría encontrar un trabajo como funcionario, pero también hay que tener en cuenta
que aprobar unas oposiciones y conseguir un empleo permanente requiere invertir
muchas horas. Como en todos los campos, existen pros y contras de ser funcionario. A
continuación, enumeraremos algunas ventajas y desventajas de trabajar para la
administración pública.

Empezaremos con las desventajas:

 El elevado número de horas que los opositores invierten en estudiar el temario de


las oposiciones, y por consiguiente, el ocio y las relaciones personales del opositor
disminuyen considerablemente.
 En muchas ocasiones, hay que compaginar los estudios con el trabajo, ya que no todo
el mundo se puede permitir únicamente estudiar.
 El dinero que gastarás en cursos para superar las oposiciones, aunque en muchas
ocasiones hay considerar los estudios como una inversión de futuro.
 El esfuerzo físico que requieren algún tipo de oposiciones, y la consecuente
preparación diaria para mantenerse en forma que necesitan algunas oposiciones, como
es el caso de los policías.
 La falta de organización a nivel de gestión, las excesivas jerarquías existentes y los
medios obsoletos de la mayoría de administraciones.

A pesar de todo lo descrito anteriormente, ser funcionario también tiene grandes ventajas:

 Es un puesto para toda la vida, por lo que te obtienes una gran estabilidad y seguridad
que ninguna otra empresa te ofrecerá.
 Los ingresos de los funcionarios dependen mucho del tipo de administración,
responsabilidades y cargo, pero no deja de ser un sueldo fijo para muchas personas.
 Además de los días de vacaciones, los funcionarios también pueden disfrutar de los días
de asuntos propios, días libres que les pertenecen y que pueden disfrutar a lo largo del
año.
 Existen multitud de cursos a distancia de formación optativos, y también presenciales,
que te ayudarán a estar actualizado constantemente.
 Un funcionario puede ejercer sus derechos sociales, por ejemplo la baja de maternidad
o derecho a hacer huelga, sin que tenga represalias sobre su puesto de trabajo.
 Pueden beneficiarse de las excedencias de trabajo, conservando los derechos de
antigüedad en caso de regresar a su puesto de trabajo.

Todos los trabajos tienen sus pros y sus contras, pero si apruebas las oposiciones y
consigues tu puesto de funcionario seguro que ganarás en calidad de vida. Eso sí, nunca
dejando de estudiar, la formación continua es la base de cualquier trayectoria profesional
de éxito.

 Digamos que el funcionario es un trabajador como cualquier otro pero con


privilegios y no tiene un contrato laboral común como podrías tener en una
empresa de supermercados.

Además el funcionario tiene una serie de ventajas que un trabajador contratado por una
empresa privada no suele tener, por ejemplo:

 Mayor seguridad y respaldo frente a las empresas privadas. El funcionario no tiene


que temer por su empleo puesto que lo tiene de carácter permanente. Un
funcionario puede trabajar en el mismo puesto de trabajo hasta que tenga la edad
de jubilarse.

 Tienen más beneficios laborales, que van desde horarios flexibles hasta más
vacaciones, permisos, pagas extras, complementos económicos, excedencias… y
más cosas que un trabajador normal o autónomo no puede ni soñar.

 Sanidad privada.

Pero ser funcionario público también puede tener su cara negativa, por lo que
hablamos ahora de algunas desventajas:

Parece que ser funcionario es lo mejor del mundo, pero la realidad es que
puede no ser tan bonito. Exige muchas formaciones y conflictos de
competencias entre personal.

Si tienes problemas en tu trabajo con otro funcionario puede ser bastante


tedioso ir a trabajar a tu puesto de trabajo “para toda la vida”. Cuando esto
ocurre muchas personas tienen que coger bajas por depresiones.

Existen restricciones muy severas en cuanto a tener un segundo empleo o


llevar a cabo algún tipo de emprendimiento privado que pueda entrar en
conflicto con la actividad que desarrollas en tu puesto de trabajo como
funcionario.
Acceder a un puesto de funcionario requiere mucho sacrificio, esfuerzo y fuera
de voluntad algo que cuando pasa todo puede que no te haya servido de
mucho, porque dependerá de tu escala de valores quizá un trabajo para toda la
vida y un buen sueldo vaya con tu estilo de vida.

Para acceder a un puesto de trabajo de funcionario tienes que demostrar en las


oposiciones que eres la persona más capaz para el cargo, aunque los nervios
del momento te pueden causar malas pasadas y aunque seas una persona
totalmente apta (e incluso mejor que muchas otras) te quedes fuera por falta de
oportunidades.

Ventajas de ser funcionario público


 1. Los derechos laborales
Aseguras tu jubilación, cotización en la Seguridad Social y, sobre todo, igualdad
salarial entre hombres y mujeres.

2. Sueldo
Un sueldo bastante atractivo para que puedas estar tranquilo el resto de tu vida y
jubilación. A diferencia de las empresas privadas, el sueldo no te lo pagan tus
superiores, por lo tanto, hay menos estrés.

3. Faltas de asistencia
Se pueden justificar fácilmente en la pública. En cambio, en el sector privado,
cualquier falta por enfermedad leve está mal visto.

4. Traslado

La Administración permite mediante concurso de traslado o por problemas de salud


y otros asuntos la movilidad geográfica para desempeñar el mismo trabajo en otro
lugar.

5. La hora del almuerzo


En épocas de menos trabajo, los 20 minutos de desayuno asignados a los
funcionarios de la Administración, no son, por regla general, respetados a
rajatabla. Si eres docente no tienes esos 20 minutos pero si un tiempo de recreo con
turnos rotatorios.

6. Las vacaciones

Si te dedicas a la docencia disfrutarás de más vacaciones que en cualquier otro


trabajo. Si estás en la Administración al mes de vacaciones, días de Navidad y días
de Semana Santa hay que añadirles 6 días de asuntos propios.
En Educación no puedes elegir tus vacaciones y no tienes días de asuntos propios
pero en la administración pública hay una cierta flexibilidad para elegir el mes de
vacaciones.
7. La seguridad

Es un empleo estable. Mes tras mes recibes tu salario y dos meses al año una paga
“extra” (dependiendo de la comunidad y de la crisis). Si lo deseas puedes seguir
trabajando en la función pública hasta tu jubilación. Los casos de reducción de
plantilla o de despidos que ocurren en el sector privado son aquí inexistentes. La
posibilidad de que te abran expediente disciplinario es muy remota.

 VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Una parte mayoritaria de la población española sigue viendo como mejor opción
profesional conseguir “meter la cabeza” en la administración pública. En caso de
terminar por ver esta opción como la elegida, toca ponerse a preparar las
temidas oposiciones, que permitirán acceder a las plazas a las que se opte. Requiere
invertir muchas horas para conseguir ser funcionario, en el campo del estudio, pero
también en cuanto a sacrificio y constancia. Como se suele decir, el que algo quiere,
algo le cuesta.

Como en todas partes, existen ventajas y desventajas de trabajar en la administración


pública y quiero exponer algunas, para poder generar el debate.

Comencemos por las cosas beneficiosas que tiene el acceder a una plaza
de funcionario. En primer lugar y quizás la que todo aquel que opta a una plaza pública
lleva en la cabeza es la de conseguir una plaza fija hasta la jubilación, es decir, la
soñada estabilidad que garantiza un sueldo seguro todos los meses. Porque seamos
realistas “muy gorda la tienes que hacer” para que te echen y pierdas tu plaza. Como era
de esperar, no es un punto que comparta. Obtuvisteis vuestra plaza porque fuisteis los
que mejor resultados sacasteis en la oposición. Sin embargo, se os paga por efectuar un
trabajo a un rendimiento adecuado para sacar adelante la carga de trabajo asignada. Nos
encontraremos una gran cantidad de funcionaros que van a pasar el rato a su puesto con
la ley del mínimo esfuerzo sin apenas trabajar y lo mejor de todo es que nadie les dice
nada. Son los que peor nombre dan al colectivo y se deberían establecer unas pautas
que, si no se cumplen, conlleven que ese individuo deje la plaza.

He de admitir que soy partidario de la función pública pero con limitaciones, es decir, el
que no trabaje, se le “pega un toque de atención” para que cambie y si continua con esa
actitud, solo tiene un destino: la calle. Otra cosa no, pero son muchos los que quieren
obtener una plaza de funcionario, por lo que gente, no va a faltar.

Luego otra gran ventaja es que la mayoría de las administraciones públicas y servicios
ocupados por funcionarios llevan horario continúo de lunes a viernes de 8 a 15, lo que
permite conciliar adecuadamente la vida familiar y laboral porque además las personas
con cargas familiares tienen opciones para adaptarse a sus necesidades sin problema.

Otra buena razón, es el período de vacaciones de los cuales disfrutan. Además de las
vacaciones como tal, se añaden los días por asuntos propios (número que varia en
función de la administración) más los “moscosos”. No creo que se puedan quejar…
aunque nunca nos solemos contentar con lo que tenemos, aunque sea mucho.
Por supuesto, los moscosos y días de asuntos propios sólo se deberían de poder usar
cuando haya una causa que lo justifique porque, tal y como están concebidos ahora
mismo, no dejan de ser más vacaciones y pierden el sentido que deberían tener.

La principal desventaja que le veo a la administración pública es la excesiva burocracia


que existe en sus filas, que hace que hacer determinados trámites sea una verdadera
odisea para el sufrido contribuyente o ciudadano de a pie. Cada funcionario tiene su
función y es incapaz, o así lo tienen establecido, salirse de ese campo para facilitar las
gestiones a sus usuarios. Si falta un sello, falta el sello de la ventanilla 22, a la que solo
se puede acceder tras haber pasado por la ventanilla 14… Aunque si falta el justificante
del censo, habrá que empezar en la ventanilla 23, pasar a la 7 para volver a la 21, que
permitirá así, pasar a la 22. En fin, que como si de un chiste se tratase, la
administración está inmersa en un complicado proceso burocrático, que impide que sea
dinámica.

Las excesivas jerarquías existentes en cada administración hacen que las decisiones se
demoren excesivamente porque tienen que pasar por un gran número de personas, es
decir, hay dosificación de esfuerzos por todos los lados. Mi recomendación sería hacer
estructuras mucho más planas que agilizarían las gestiones y los plazos de espera.

Por otro lado, no debemos olvidarnos de los medios obsoletos con los que cuentan la
gran mayoría de nuestras administraciones ya que han dado la espalda a las nuevas
tecnologías, que sin duda, les ahorrarían mucho tiempo e incluso trabajadores. Es un
proceso excesivamente manual cuando podrían estar automatizadas. Esto se
solucionaría con más auditorias que justifiquen objetivamente los gastos de cada partida
presupuestaria en cada departamento o área.

Reduciendo puestos de alto nivel se ahorrarían costes que se podrían invertir en este
tipo de modernizaciones más que necesarias. Creo que hay mucha gente viviendo del
cuento en las altas esfera públicas. Mandos medios y altos debe haber los justos y
necesarios. Porque ahora uno se pierde en la maraña de puestos de responsabilidad que
hay más asesores y puestos con denominaciones que quedan muy bien pero que muchos
se preguntan ¿Para qué sirven? ¿O qué hacen?

Una de las lacras de las administraciones públicas es la falta de organización a nivel de


gestión en todos los sentidos. Hay que reubicar personal de forma adecuada porque hay
en áreas que falta personal y en otras que sobran.

No hay que olvidar también que muchos funcionarios, aunque quieran cambiar las cosas
y aportar más no pueden. En las administraciones se es un mero número donde cobras
lo mismo por hacer tu trabajo que por escaquearte porque es como está concebido el
sistema. Y esta mentalidad no ayuda mucho a que las personas trabajadores continúen
eternamente con su esfuerzo porque no se les valora ni recompensa. Debería de existir
la opción de incentivar salarialmente a aquellos que más aporten. Hay Profesionales en
la administración con grandes ideas que no pueden llevarlas a cabo porque nadie las
presta atención. Se pretende que cada uno lleve su ritmo sin romperse la cabeza sobre
como poder mejorar la atención y los procesos.

Otro problema son los horarios que llevan los servicios de atención al público ya que
muchos, al ser de mañana, no se adecuan a las necesidades del personal que tiene que
realizar los mismos porque en esos horarios trabajan y para hacer un mero trámite, les
requiere tenerse que coger un día de vacaciones. Muchos servicios deberían abrir alguna
tarde a la semana para ser más flexibles a las necesidades de sus usuarios. También
ayudaría el que la gran mayoría de papeleos se pudiesen hacer de forma telemática, a
través de la red, para ahorrar tiempo y recursos a ambas partes. Me consta que se esta
haciendo ya pero no todo lo que se debiese. Se debe invertir el dinero en cosas útiles y
necesarias para mejorar la calidad y el servicio de las administraciones publicas.

Otra cosa bastante mejorable es la atención prestada por algunos funcionarios porque
depende mucho del que te atienda. Hay gente muy amable y eficiente, sin embargo,
tenemos esa minoría de malos profesionales y vagos que más que ayudar desesperan.
Así que la atención prestada debería ser homogénea y de calidad. Es decir, controlar a
que personas ponemos a atender a la gente.

Podría seguir eternamente, pero creo que por hoy ya está bien. Con esto no pretendo
meterme con la administración pública sino dar ideas para que mejore, de una vez por
todas, en beneficio de todos. Hay que aceptar las críticas constructivas para tomar nota
de ellas y ponerse manos a la obra para mejorar. ¿De qué sirven tantos estudios y
encuestas si se quedan en meras estadísticas que no hacen más que mostrarnos la
realidad y no la cambian?

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