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La Identidad Sexual
La Identidad Sexual
La identidad sexual o la identidad de sexo alude a la percepción que un individuo tiene sobre sí
mismo respecto a su propio cuerpo en función de la evaluación que realiza de sus características
físicas o biológicas que «generalmente refleja la apariencia física externa y el rol típicamente
vinculado al sexo que uno desarrolla y prefiere o la sociedad intenta imponer».
Usualmente es aceptado que el sexo es un hecho dado por la naturaleza y que el género es una
faceta cultural que interviene solapadamente a la naturalidad del cuerpo. No obstante ello, esta
concepción fue fuertemente controvertida desde diversas disciplinas. Hay quienes sostienen
que el sexo y el género no pueden ser diferenciados desde un punto de vista ontológico pues
los dos integran la realidad de las construcciones socioculturales.
Cuando hablamos de sexo nos referimos a una dimensión del género, a la práctica de limitar la
diversidad individual a un único conjunto de características que son las mismas que reúnen otras
personas, esto es, los caracteres sexuales primarios: son los que tienen directa vinculación con
la procreación. Reducir a los seres humanos a lo que las diferencia en cuanto a tales caracteres
es un modo de oponerse a la diversidad individual, lo que tenemos de propio cada persona
DISFORIA DE GENERO
La disforia de género, también llamado trastorno de identidad de género, es un diagnóstico
psiquiátrico que describe una discordancia entre la identidad de género y el sexo físico
o asignado al nacer, con el que las personas afectadas no se identifican ni sienten como propio,
y que les causa un malestar significativo.
La OMS lo ha descartado como un trastorno psiquiátrico, puesto que mientras que el trastorno
de identidad de género fue clasificado como un desorden en la CIE-10 CM, ya no es clasificado
de esta forma en la CIE-11 CM.A su vez, en el DSM-5(publicado por la Asociación Estadounidense
de Psiquiatría) fue reclasificado, moviéndose de la categoría de trastornos sexualeshacia una
propia, y renombrado como disforia de género con el objetivo de evitar la estigmatización hacia
los individuos transgénero. En esta reclasificación se aclara que la disconformidad de género no
constituye enfermedad mental en sí misma, sino que su elemento crítico es la presencia de
malestar clínicamente significativo asociado a la condición de género.
De esta manera, la disforia de género no debe confundirse con la disconformidad de género —
las conductas que no coinciden con el comportamiento socialmente asociado a un género—, ni
con orientación sexual, ni la identidad de género, ya que estas no son trastornos mentales