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UN ESQUEMA ANALÍTICO PARA LA POLÍTICA

ECONÓMICA Y SOCIAL

David Anisi
Universidad de Salamanca

En los Estados de Bienestar europeos, el acceso a multitud de bienes


se hace prescindiendo del mercado.
No es dinero lo que se muestra para ser atendido en un hospital: es
un derecho el que se ejerce. Ni tampoco se compra con dinero la entrada en
una universidad pública: se llega a ella por unas características personales
de conocimientos, inteligencia, preparación, etc.
Tampoco todo el dinero que se maneja es fruto de la venta de algo en
el mercado. Se puede haber recibido en herencia, percibido como parte de
una beca, obtenido como una prestación, etc.
Algunos seguimos pensando con los clásicos que la economía no es
ninguna ciencia de la elección, sino aquello que nos permite interpretar el
cambio social. Buscando esta explicación muchos interesados comienzan el
estudio de la economía en los manuales al uso, y con lo que se encuentran
es exclusivamente, o casi, con el estudio del mercado.
Trato de presentar en estas páginas una visión y un esquema en el
que el mercado ocupa su importante posición, pero sin excluir a todo el
entramado jerárquico y el retículo valorativo imprescindibles para entender
el aspecto económico de nuestras sociedades.

I.-El conocido "flujo circular de la renta"


Debemos empezar recordando que una sociedad es más que un
mercado. Y no quiero decir con esto que existan importantísimas
relaciones sociales aparte de las relaciones económicas. Estoy diciendo que
hay importantísimas relaciones económicas aparte de las del mercado.
Si sólo el mercado importase en lo económico una descripción
adecuada de las relaciones económicas básicas podría hacerse recurriendo a
lo que en casi todos los libros de Introducción a la Economía aparece como
"El flujo circular de la renta" y que se corresponde con lo que se muestra en
el Cuadro I1.

1
El Cuadro reproduce el que aparece en la página 308 de Mankiw, N. G, (2002 [1998]): Principios de
Economía. 2º edición, McGraw Hill, Madrid. Este es el texto que utilizo en el curso de Introducción a la
Economía en la Universidad de Salamanca,

1
Cuadro I
El flujo circular de la renta

Ingresos Gastos
Mercado de
bienes y
Bienes y servicios Bienes y
servicios servicios

Empresas Hogares

Factores de Mercado de Tierra, trabajo


producción factores de y capital
producción

Salarios y Renta
beneficios

Flujo de bienes, servicios y factores

Flujo de dinero

Incluso si sólo nos refiriéramos al mercado, el Cuadro I estaría


incompleto. Muchas veces contemplando ese esquema dibujado en la
pizarra pregunto a mis alumnos de primer curso sobre qué es lo que creen
imprescindible en ese esquema. Unos dicen que los hogares, otros que los
mercados, otros que el dinero, y una vez uno dijo: lo único imprescindible
es la pizarra puesto que sin ella no se habría podido dibujar. Y yo le di toda
la razón.
Antes de poder representar nada necesitamos una pizarra donde
poder dibujarlo. Antes de hablar de mercado necesitamos de un Estado
donde éste pueda establecerse. En el imperio del Gran Khan una ciudad
puede especializarse en la producción de abanicos porque el espacio de
poder del Khan garantiza que la única forma de acceder a esos abanicos
será mediante la compra. El sistema jerárquico del Khan garantiza que
nadie podrá robar esos abanicos ni acceder a ellos mediante violencia. El
comercio se establece porque alguien define y defiende los derechos de
propiedad. Eso es lo básico que está ausente del Cuadro I.
El esquema representado en ese Cuadro ofrece la síntesis del
funcionamiento de un sistema de mercado. Dada la pizarra en la que se
representa - esto es el Estado que define y defiende los derechos de
propiedad sujetos a intercambio- ese sistema refleja la situación en la uno
tiene en la medida en que da. La capacidad adquisitiva de los individuos
surge de aquello que han conseguido previamente vender. Uno impone sus
deseos en la medida en que ha sido capaz de satisfacer los deseos de otro,

2
lo que, independientemente de la eficiencia asociada, sugiere también una
idea de "justicia".
La mayor parte de los economistas no pondrían ninguna objeción a
que se introdujese en el esquema un Estado mínimo que definiese y
defendiese los derechos de propiedad, recaudara impuestos y proporcionara
unos bienes públicos como la seguridad interior, la administración de
justicia y la defensa frente el exterior. Y precisamente también por esto
último, la totalidad de los economistas admitiría la inclusión en el esquema
de un sector exterior con el que ambos mercados se relacionarían mediante
exportaciones e importaciones de mercancías y capital, y, quizá, por
movimientos de divisas internacionales.
Pero no son esas modificaciones a las que me refiero cuando digo
que lo económico trasciende al mercado. Lo económico no es el mercado
más un Estado y un contexto internacional. Lo económico es un sistema
donde los recursos, las materias primas, el trabajo, el petróleo, la
producción de ordenadores o los viajes a Marte responden no sólo a
indicaciones del mercado sino a pulsiones jerárquicas o a persuasiones
valorativas. Y este cúmulo de relaciones es el que trata de recoger el
Cuadro II.
La diferencia con el Cuadro I está en la aparición de la triada J-M-V
(jerarquía, mercado, valores) que figura en numerosas partes del Cuadro II2.
En el Cuadro II se pueden distinguir dos actividades que requieren
tiempo: la producción, unida a la distribución aunque diferenciada de ella
por lo que después veremos, y la transformación. La primera de ellas
recoge el concepto tradicional de elaboración de bienes. Esos bienes pasan
a disposición de los individuos que usando tiempo los transforman en
elementos que satisfacen necesidades o deseos.
Podemos imaginar la primera de las actividades como aquella en la
que se producen videos, comida, bebida, flores y tranquilidad. La segunda
actividad, la que hemos llamado transformación, sería cuando usamos todo
lo anterior para cenar viendo una película en el jardín.
Hay cosas que se compran, como el video la comida y la bebida,
cosas que producimos nosotros mismos como las flores, y otras cosas,
absolutamente imprescindibles para la satisfacción final, como es la
tranquilidad, que se derivan del hecho de habitar un país civilizado donde
la policía y otras instituciones sociales permiten que uno cene en paz con
sus amigos sin tener que dedicarse a otear si se acerca el enemigo. Por ello,
junto a "Producción" y "Distribución" aparecen unas letras: J, M, V. La J es
la inicial de "Jerarquía" y hace referencia a aquello que se ha producido y a
lo que se ha accedido, como la seguridad en nuestra cena, recurriendo a la
organización social. La M es la inicial de "Mercado" y se refiere a aquello

2
Ver Anisi, D., (1992), Jerarquía, mercado, valores: una reflexión económica sobre el poder, Alianza,
Madrid.

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que ha sido producido para ser vendido y que, como los videos, la comida y
la bebida, ha sido comprado. La V, finalmente, la inicial de "Valores"
agrupa a todo aquello que, como las flores, la organización de la cena o la
conversación que mantendremos, se produce y accede a ello por deseos y
apetencias.

Cuadro II

Producción Distribución
J J Tanto
para la M M
V V

Asignación
de Activos y
Residuos: Individuos
J-M-V

Bienestar Trasformación

Bienes y Activos
males Distributivos

Activos (Productivos y Distributivos)


y
Residuos
producción como para lo que hemos denominado transformación, a la que
también se conoce como consumo, se usan activos productivos como
puede ser el trabajo cualificado para la producción de videos, los recursos
comunes del océano para la obtención del pescado que cenaremos, la tierra
el abono y el agua necesario para las flores, la inteligencia y los medios
para lograr la apacibilidad...

4
Esos activos son básicos para el proceso de producción y
transformación; pero luego hay otros activos, a los que hemos denominado
activos distributivos en el Cuadro II, y que son los esgrimidos por los
individuos para acceder a lo producido o transformado.
Para acceder a los videos uno usa activos monetarios y los compra, y
para acceder a la protección policial basta con tener la condición de
residente legal.
Pero no sólo se tienen activos monetarios y derechos legales.
También existen otros activos, a los que llamaremos valorativos, que
permiten acceder a bienes elaborados o transformados. Y con ellos
disfrutamos de la compañía de nuestros amigos, o, porque tiene esos
activos aún sin saberlo, algún niño huérfano de un país lejano y pobre
queda apadrinado por un europeo.

El Cuadro I no puede representar el hecho de que un pequeño vaya a


la escuela pública, ni que exista un acceso universal a la sanidad, ni que se
reinserte a un delincuente, ni que muchas personas puedan dar su vida por
sus amores o por su país. El Cuadro I sólo incluye el lenguaje de los
precios, que siendo importantísimo en nuestras sociedades, no es el único.
Hay precios, pero también órdenes y persuasiones. Y distinguir unos
de otros es básico tanto para poder entender nuestra época, como si
queremos saber algo de la elaboración de la joyería púnica.

II.-Órdenes, precios y persuasiones


Si alguien desea algo que no tiene y que otra persona posee, para
obtenerlo puede o bien forzarle a entregarlo, o bien comprarlo, o bien
conseguir que voluntariamente lo ofrezca. Es decir, le da una orden, le
ofrece un precio, o simplemente le persuade.
La mezcla es lo habitual: en nuestro trabajo las tareas que realizamos
quedan establecidas mediante órdenes que recibimos o reglamentos que
aplicamos. Pero probablemente estemos allí trabajando a cambio de un
salario. Y si, por ejemplo, la institución en la que trabajamos fuese una
Fundación los objetivos de esta responderían a determinados fines
valorativos.
Si desde nuestra ventana vemos que un individuo está descargando
un camión de fruta poco sabremos de porqué lo hace a menos que bajemos
e indaguemos. Quizá es un soldado que cumple las órdenes recibidas de un
superior, o quizá pueda ser alguien al que se le ha pagado una cantidad
determinada por descargarlo, o quizá también pueda ser un voluntario que
lleva esa fruta a un Centro de Acogida.
La vida cotidiana - la nuestra y la de los demás - está repleta de
órdenes, precios y persuasiones que canalizan nuestro tiempo hacia

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distintas actividades. Y estará bien que comencemos nuestra reflexión
tratando de establecer las semejanzas y diferencias que entre ellas existen.
Hay una semejanza leve: órdenes precios y persuasiones son
relaciones de cambio. Se cambia el pago de impuestos por la ausencia de
una posible multa, se cambia un libro por cierta cantidad de dinero, se
cambia una fregada de platos por una sonrisa.
Basados en esa semejanza algunos economistas han dejado de
estudiar el mundo concreto de las órdenes y las persuasiones ya que, en el
fondo, piensan ellos, son como unos precios.
Cuentan que en un examen de anatomía en la Facultad de Medicina
el estudiante se sentaba frente al Tribunal que había de calificarle, y el
presidente introducía la mano en un saco que tenía a su lado, sacaba un
hueso y preguntaba al estudiante sobre él. Y dicen que un estudiante llegó
al examen, se sentó y cuando el presidente, tras la extracción pertinente del
saco, le preguntó: "¿Qué es esto?", el alegre estudiante salmantino
contestó: "Un hueso". El presidente bonachón replicó: "Ya, hombre ya,
pero ¿qué hueso?", y nuestro estudiante respondió: "No, si yo no vengo a
por nota".
No nos valdrá a nosotros esa postura, y al menos tendremos que
distinguir tres huesos: el hueso órdenes, el hueso precios, y el hueso
persuasiones.
Para distinguirlos convenientemente haremos tres preguntas dirigidas
a quien obedece la orden, acepta un precio o se convence con una
persuasión.

La primera será: ¿está vinculada la aceptación a un premio o


castigo?.
Las diferencias inmediatamente aparecen entre los tres huesos. Nadie
te premia por pagar impuestos, pero si se te castiga si no lo haces. Frente a
la posible compra de una alfombra quedarás contento si lo haces, pero no te
sentirás mal por no hacerlo. Si estás persuadido de que debes enviar un
donativo a Intermón - Oxfam tendrás una satisfacción si lo haces y un
cierto desasosiego si te niegas.
Una orden no queda vinculada a un premio si la cumples, pero sí a
un castigo si no lo haces. La aceptación de un precio supone una
satisfacción si se realiza la compra pero no hay una molestia asociada a su
rechazo. Frente a una persuasión, en cambio, hay siempre un premio en el
caso de seguirla y un castigo en el caso de no hacerlo.
Como iremos viendo, el tema que estamos tratando es complejo. La
extrema interrelación existente en nuestras vidas entre los elementos
jerárquicos, los valorativos y los de mercado hace que tengamos que usar
frecuentemente la palabra "fundamental" para poder distinguir los distintos
conceptos.

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Hemos puesto por ejemplo de orden el pago de impuestos señalando
que nadie te premiará si lo haces pero si se te castigará en el caso de no
hacerlo. Si embargo es posible que esta orden tenga un componente
valorativo. Quizá una campaña de publicidad por parte del Ministerio de
Hacienda, o la moralidad privada resultante de una vida, lleve a pensar que
está bien pagar impuestos.
Así el pago queda también asociado a la satisfacción del nivel
cumplido y la orden se asemeja a una persuasión. Y de seguir por ese
camino nos encontraremos con que sólo hay un hueso. Por eso usamos la
palabra "fundamental". El pago de impuestos responde fundamentalmente
a una orden, es decir si esta orden no existiera probablemente el sistema
impositivo se derrumbaría.

La segunda pregunta que haremos para poder distinguir órdenes de


precios y persuasiones será: ¿El emisor tiene una importancia abstracta o
concreta?
Si estás en el ejército como soldado y alguien se dirige a ti para
indicarte que realices una tarea concreta no te fijas a la hora de obedecer si
es hombre o mujer, gordo o delgado, simpático o repelente; únicamente
miras los galones o estrellas que luce y obras en consecuencia. El emisor de
una orden, fundamentalmente, no tiene ninguna importancia concreta
aunque sí abstracta. Se le obedece no por la persona en sí, sino por la
autoridad que representa.
Y ninguna importancia tiene el emisor de un precio - otra vez
fundamentalmente - ni abstracta ni concreta. Puedes despreciar o adorar los
grandes almacenes y abominar o admirar a un vendedor concreto y su
uniforme, pero para realizar la compra examinarás fundamentalmente la
relación existente entre el precio que te proponen y el objeto de deseo.
Otra cosa muy distintas sucede con la aceptación de la persuasión
valorativa en el que la importancia concreta del emisor - y pensemos que
ese emisor es en buena parte de los casos uno mismo - es definitiva. Te da
igual de que se disfrace, o que ropajes lleve o que poder ostente tu amigo.
Le haces caso por ser él en concreto.
Así en el caso de las órdenes el emisor tiene, fundamentalmente, una
importancia abstracta y no concreta, en el caso de los precios el emisor
carece de importancia, y en el caso de las persuasiones valorativas la
importancia es únicamente concreta.

Tabla I
Órdenes Precios Persuasiones

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Vinculación inmediata
entre la actividad y...
Premio NO SI SI
Castigo SI NO SI
Importancia del emisor
Abstracta SI NO NO
Concreta NO NO SI
Voluntad de participación
General SI SI NO
Específica NO SI SI

La última de las preguntas que nos permitirá distinguir entre estos


tres elementos será: ¿tu posición como receptor es voluntaria de forma
general o específica?
Comencemos con una orden. Claramente un francés es muy libre de
visitar o no el Reino Unido, pero una vez allí debe conducir por la
izquierda. Podemos decidir no trabajar en determinada empresa, pero una
vez que firmamos el contrato las órdenes no se discuten. En las órdenes,
fundamentalmente, hay una voluntariedad general de participación - como
visitante de un país, como empleado - pero una vez incluido en el espacio
de poder esa voluntariedad desaparece.
En cambio las dos voluntariedades - general y específica - aparecen
asociadas al precio, mientras que en la persuasión, por el contrario a lo que
sucede en la orden, hay una voluntariedad específica pero no general.
Uno puede decidir si entrar o no en el Gran Bazar de Estambul, y una
vez allí entrar o no en una tienda de joyas y decidir o no comprar un
broche. Y, todo ello, claro está, fundamentalmente, ya que toda persona
turca o no que haya entrado en esa maravilla del Gran Bazar comprenderá
que la mezcla de órdenes, precios y persuasiones llega allí a su más
perfecta expresión.
Pero independientemente de que sea el Gran Bazar, o los Almacenes
Gum de la antigua URSS, el precio fundamentalmente está asociado a una
voluntariedad completa tanto general como específica. Uno decide con
completa libertad si entrar o no, y si comprar o no. Esta absoluta y doble
libertad caracteriza al mercado.
La voluntariedad general de participación en un sistema de valores,
en cambio, es prácticamente nula. Cualquiera de nosotros sabe que es
difícil establecer por qué creemos lo que creemos y cuando fue que
comenzamos a hacerlo. En general podemos decir, para ahorrarnos trabajo,

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que las creencias se fueron formando en el pasado y que son un dato que
está ahí en el momento presente.
Pero si esa ausencia de voluntariedad de participación se da en el
nivel general la voluntariedad es definitiva para aceptar o no una
persuasión específica venga de otros o de nosotros mismos. Es el ámbito
inmenso de la libertad: podemos visitar países, aceptar que ácido más base
se convierte en sal más agua, leer una novela, charlar con un amigo,
trabajar de voluntario en una asociación vecinal, cultivar rosas, cantar a la
luz de la luna...es decir, hacer todo aquello a lo que nadie te obliga y por lo
que a nadie se tiene que pagar.

III.-¿Qué producir y cómo hacerlo?: Actividad, motivación,


finalidad
En una empresa se dan órdenes a los trabajadores, en los ministerios
la gente trabaja a cambio de un salario y hay voluntarios en algunos
ejércitos ¿Pertenece al ámbito jerárquico la empresa, al mercado el
ministerio y al espacio valorativo el ejército?
Resultará clarificador que podamos distinguir en toda organización
tres dimensiones: finalidad, motivación y actividad. Consideremos en
primer lugar la finalidad. Se trata de dirimir si los fines de esa organización
están determinados - de nuevo fundamentalmente - por órdenes, por precios
o por persuasiones. Así diremos que tiene una finalidad jerárquica cuando
ésta queda determinada por órdenes, una finalidad de mercado si son los
precios quienes la guían, y una finalidad valorativa si son las persuasiones
las que dirigen su actuación.
La finalidad de un ministerio gubernamental, de las fuerzas armadas
de un país democrático, o del Alto Comisariado de las Naciones Unidas
para los Refugiados es jerárquica en cuanto que su funcionamiento queda
establecido por normas que emanan de instituciones superiores.
Pero también tiene una finalidad jerárquica, esto es responden a un
conjunto de órdenes, una feria de muestras, una exposición municipal de
belenes navideños, un gabinete de crisis formado por expertos, la
universidad pública, o una comisión de ayuda a las víctimas de una
catástrofe. Lo importante aquí es determinar si, fundamentalmente, la
finalidad de esa organización quedará determinada por órdenes,
disposiciones o reglamentos.
Ahora bien, la organización también puede tener una finalidad de
mercado en el caso en que esté condicionada, fundamentalmente, por los
precios. En general denominamos empresas a estas organizaciones, sean
puntuales como la organización de una corrida de toros o un espectáculo de
ópera, o con más deseos de permanencia como los barcos piratas,
balleneros o cruceros de lujo, asociaciones mafiosas, casas de préstamos o
bancos.

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Algunas de estas empresas poseen una compleja estructura como los
clanes del narcotráfico, las multinacionales de la alimentación y los
imperios de la comunicación; y otras se reducen a un sólo individuo como
es el caso de carteristas, asesores fiscales, asesinos a sueldo, charlatanes,
abogados, prostitutas, decoradores... Su característica común es que su
finalidad queda determinada, fundamentalmente por el sistema de precios.
La finalidad, por último, puede estar condicionada por un sistema de
valores. La familia tiene una finalidad valorativa - no olvidemos el
"fundamentalmente" - como finalidades valorativas pueden asignarse a las
Fundaciones, gobiernos y partidos políticos, asociaciones de ajedrecistas o
comunidades de científicos.

Otra cosa muy distinta de la finalidad es la motivación por la que


individuos u otras organizaciones deciden participar en una organización
superior. Podemos encontrarnos con motivaciones jerárquicas como
aquellos que realizan el servicio militar obligatorio o trabajo social
sustitutorio. Como también eran jerárquicas las motivaciones de
participación de los esclavos de la vieja Roma en las minas de azufre y son
las de los reclusos en nuestras cárceles.
No es difícil en nuestro mundo europeo poner ejemplos de
motivaciones de mercado ya que buen parte de nuestra población trabaja
por cuenta ajena una sustanciosa porción de sus vidas. El trabajo asalariado
es el ejemplo más relevante en nuestro hoy y ahora de la motivación de
mercado. Se trabaja para una empresa fundamentalmente a cambio de un
salario. Como también una empresa de limpieza ofrece sus servicios y se
integra durante unas horas en una empresa mayor por una motivación de
mercado.
Las motivaciones valorativas son también abundantes en nuestras
sociedades. Desde esa familia a la que antes nos referíamos señalando su
finalidad valorativa y en la que sus miembros - excepto los pequeños -
pertenecen a ella por elementos valorativos, a los individuos que se ofrecen
voluntarios para ejecutar la pena de muerte en algunos países bárbaros, o a
los voluntarios que dedican su tiempo y conocimiento a alguna ONG

Y queda, por último referirse a la actividad, esto es a la forma


concreta en la que se regula el tiempo concreto de los individuos y
organizaciones pertenecientes a una organización global. Esa actividad
suele estar regida fundamentalmente por órdenes. Tanto los asalariados en
la empresa, como la propia empresa subcontratada para realizar una tarea
específica en una empresa mayor, como los individuos pertenecientes a
organizaciones religiosas, como aquellos que actúan en negocios familiares
o en las instituciones de voluntariado realizan su actividad concreta
obedeciendo órdenes o cumpliendo reglamentos.

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Son, sin embargo, los valores quienes condicionan la actividad de un
grupo de amigos, y es el mercado en cambio quien regula la actividad de
las empresas de un bazar o de los participantes en una feria de muestras.
Lo importante no es tanto considerar por separado finalidad,
motivación y actividad sino observar conjuntamente estas dimensiones a
fin de poder entender a qué en concreto llamamos mercado, a qué jerarquía
y a qué sistema valorativo.

Tabla II

Actividad Motivación Finalidad


Empresa J M M
Privada
Ejército J M J
profesional
Instituciones J V V
sin fines de
lucro
Agrupaciones V V V
de intereses
En la Tabla II aparecen una serie de organizaciones a las que se ha
contemplado desde la triple visión de la actividad, la motivación y la
finalidad.

IV.-La distribución del producto: ¿Cómo distribuir lo producido y a


quien entregárselo?
Volvamos al Cuadro II y observemos las relaciones que se establecen
entre la cajita denominada "Producción" y la que hemos etiquetado como
"Distribución". Como se ve en el cuadro se intercambian bienes y servicios
a cambio de activos distributivos. El problema de cómo se hacen los
individuos con esos activos distributivos con los que podrán acceder a los
bienes, esto es, cómo en el Cuadro II esos activos salen de la cajita
denominada "Asignación de activos y residuos" y se encaminan hasta
"Individuos", lo dejaremos para el apartado siguiente.
La primera parte del problema económico general es la de qué
producir y cómo hacerlo. La segunda parte es la de cómo distribuir lo
producido y a quién entregárselo?
Comencemos con la primera pregunta de esa segunda parte
interesándonos sobre cómo distribuir aquello que se ha producido.

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Para ello en la Tabla III se han recogido distintos ejemplos que nos
muestran las posibles combinaciones de métodos de producción y de
distribución. La primera de las columnas nos indica la forma de la finalidad
de la producción y la segunda el cómo se determina el acceso a esa
producción.
La primera situación es una combinación J-J de finalidad y acceso.
El primer ejemplo correspondiente a esa situación es un Hospital público.
Claramente lo que en tal hospital se produce queda establecido por unas
órdenes recibidas del organismo de sanidad correspondiente (nótese que la
gestión puede ser privada llevada a cabo por una empresa con motivación
de mercado), y el acceso a esos servicios es un derecho que puede ejercer
cualquier nacional o extranjero de un país con el que se haya firmado un
convenio a este respecto.

Tabla III El
Producción Distribución
(finalidad) (acceso)
J J -Hospital público,-Seguridad
J M -Ferrocarriles nacionales
J V -Universidad pública
M J -Colegios concertados
M M -Vivienda
M V -Donaciones de excedentes
V J -Protección social
V M -Subasta de obras de arte
V V -Divulgación científica
J, M, V J -Externalidades positivas

segundo ejemplo J-J se refiere al disfrute de un bien público como es la


seguridad. Jerárquicamente se ha realizado la producción de ese bien -
financiando y dirigiendo un ejército, controlando las fronteras, asignando
policía, etc - y a ese bien se accede simplemente con la condición de
ciudadano del país o visitante o residente legal extranjero.
El ejemplo elegido para la combinación J-M es el de los ferrocarriles
nacionales. Los servicios que proporcionan esos ferrocarriles, las líneas en
funcionamiento, estaciones y horarios se han decidido jerárquicamente - la
finalidad de los ferrocarriles nacionales es jerárquica - pero el acceso a esos
servicios se hace comprando un billete.
En la combinación J-V se ha puesto como ejemplo la Universidad
Pública en la que el acceso queda restringido a unas personas que puedan

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exhibir unas determinadas características propias de conocimientos e
inteligencia. Es decir el acceso se realiza con criterios valorativos.
Fundamentalmente, recordemos.
Un colegio concertado está gestionado con un criterio de mercado
pero cualquier individuo sujeto a la enseñanza obligatoria tiene derecho a
recibir esa enseñanza, con lo que se correspondería a la combinación M-J
La combinación M-M es frecuentísimas en nuestras sociedades
occidentales que no en vano se llaman de mercado. Se ha puesto de
ejemplo la vivienda libre construida con finalidad de mercado y adquirida
por el mejor postor.
Un ejemplo de bienes y servicios producidos en organizaciones con
finalidad de mercado y a los que se acceda con criterios valorativos, esto es
la combinación M-V puede ser la donación de excedentes.
De vez en cuando se producen excedentes en la producción que no
conviene, con criterios de mercado, ponerlos a la venta por el impacto
negativo que tendrían sobre el precio. Así se destinan a determinados
colectivos de personas que acceden a ellos por sus características
personales de edad, pobreza, invalidez, etc.
La relación V-J queda ejemplificada con la protección social.
Valorativamente se ha decidido prestar una serie de servicios frente a los
que se exhibe un derecho a la hora de acceder a ellos.
Una subasta de obras de arte, en la que aquello elaborado con unos
criterios valorativos pasa a ser propiedad de quien puje más por ello
aparece como el ejemplo de la relación V-M.
El último binomio finalidad - acceso al que hacemos referencia es el
caracterizado por una doble relación valorativa V-V. La donación por parte
de un artista a una fundación, la divulgación científica - creaciones
valorativas puestas a disposición de determinado tipo de público -, y la
amistad - características personales puestas a disposición de determinadas
personas - ilustran adecuadamente estas relaciones.
Se ha incluido para finalizar un conjunto de relaciones entre
finalidades J, M, o V con un acceso J a la que hemos nombrado como
externalidades positivas, es decir aquello que se disfruta sin necesidad de
pagar por ello, o de convencer a alguien para que nos lo ofrezca. El hecho
de residir en determinado país, e independientemente de nuestras
características personales, nos permite disfrutar de la visión de los campos
que fueron sembrados con una finalidad de mercado, del brillo de la
plataforma espacial en el cielo o de los colores de un jardín privado. Que
duda cabe que no se plantó el trigo para que fuese admirado ni se instaló la
plataforma espacial para ser observada, ni el jardín privado se arregló para
su disfrute público. Pero su acceso es posible independientemente de la
voluntad que llevó a su producción, y estas externalidades positivas
contribuirán de modo decisivo al bienestar de las gentes.

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V-.-El Estado de Bienestar
Tras lo dicho, y viendo que el aspecto económico de una sociedad es
una mezcla de J-M-V, y dado que todo modelo es una simplificación de la
realidad, cabría preguntarse con qué esquema quedarse, si con el simple del
flujo circular de la renta del Cuadro I o con el, más completo, pero también
más etéreo, que está representado en el Cuadro II.
Tal vez podamos coincidir en que las relaciones representadas en el
Cuadro II constituyen un esquema general que se deberá concretar en la
medida en que la sociedad que estemos analizando se articule sobre una
cierta combinación de J-M-V.
Tabla IV
¿Qué

producir?¿Cómo
producir?¿Cómo distribuir
la producción?MMMCapitalismoJJJComunismoVVVSociedades
tradicionalesJ-M-VJ-M-VJ-M-VDemocracias
Occidentales
(Estado del Bienestar)

Consideremos la Tabla IV. Tal y cómo se nos decía y dice en la


mayor parte de los libros de texto de Introducción a la Economía, la
sociedad tradicional da una respuesta V-V-V a las tres cuestiones clásicas
del "¿Qué producir?, ¿Cómo hacerlo? y ¿Para quién esa producción?", el
Comunismo dio y da una respuesta J-J-J a esas preguntas y el capitalismo
dio y da una respuesta M-M-M a esas interrogaciones básicas.
Estimo que el Estado de Bienestar Occidental, y particularmente en
su versión Europea, se construyó sobre un sistema capitalista M-M-M, pero
en su desarrollo ha ido incorporando elementos jerárquicos y valorativos
que ahora son imprescindibles para analizar su funcionamiento, proyectar
su futuro y diseñar las políticas oportunas.
Y no se trata de añadir al modelo básico del flujo circular de la renta
del Cuadro I un Estado.

En macroeconomía, hoy, se investiga y discute con modelos:


analíticos, matemáticos, gráficos, econométricos... Tras cada uno de ellos

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hay una cosmología que diría Leijonhufvud3, o una visión, como diría
Schumpeter4. Y tras esa visión, un momento histórico.
Estos modelos se agrupan por escuelas. Los modelos pertenecientes a
la misma escuela comparten la misma visión o cosmología, y en ese sentido
son similares entre sí. La distancia entre esas escuelas dependerá de la
diferencia de las visiones, ocurriendo a veces que una misma visión se usa
por varias escuelas en las que la diferencia es solo un matiz.
Todas las cosmologías tienen un modelo de Estado, pero difieren
fundamentalmente unas de otras en qué actividades debe acometer éste. Se
sabe que la sociedad se articula en torno a un retículo de órdenes, precios y
valores, pero las distintas visiones ven su mezcla y su actitud de forma
distinta.
Hay una primera pregunta que responder. ¿Basta el mercado para
explicar el crecimiento económico? Aquellos que dicen NO, requieren, en
Occidente, un Estado de Bienestar en el qué lo básico es el
establecimiento de una agenda que especifique qué problemas resolverá al
Estado, cuáles el mercado, y qué otros el retículo valorativo presente en la
sociedad.
Los que contestan SI a esta pregunta se enfrentan con la siguiente:
¿El mercado asegura de forma automática la plena utilización de los
recursos? Quienes contestan NO requieren un Estado Intervencionista
que con sus políticas económicas conduzca al pleno empleo del trabajo y el
capital.
Los que han contestado SI, e independientemente del mecanismo
automático que perciban para la consecución del pleno empleo, deben
contestar una última pregunta: ¿Se desea corregir los resultados - que a
veces pueden ser tremendos para la gente - del funcionamiento del
mercado? Aquellos que digan SI diseñarán
Cuadro III un Estado Asistencial y los que
digan que NO reclamarán un Estado Mínimo e incluso una plutocracia
No
planetaria.
¿El
mercado
¿Basta el asegura de
Mercado No
Leyes forma
Mercado para explicar automática
Creencias el la plena
Crecimiento Si utilización
Económico? de los
recursos?

¿Cuál es el
mecanismo? Si

Variedad Ahorro Población Progreso


3
LEIJONHUFVUD, A., (2000), "Ideology and analysis in macroeconomics" en Leijonhufvud, A.,(2000),
Macroeconomic Instability and Coordination, Edward Elgar, Cheltenham: 307-331. ¿Se desea
4
SCHUMPETER, J.A, (!954), History of Economic Analysis corregir los
resultados?

15
Si No
El cambio experimentado a partir de los ochenta parece dirigirse
hacia estas dos últimas soluciones (las flechas más intensas del Cuadro III).
Si la creación tras el final de la segunda guerra mundial de un Estado de
Bienestar cuyo núcleo es el pleno empleo explica la aplicación de políticas
dirigidas a la consecución de éste, su puesta en cuestión en los ochenta
también explicaría la ausencia de esas políticas. Es la aceptación o no del
Estado de Bienestar quien condiciona las políticas económicas.
Por ello, y como ya decíamos no se trata de añadir un Estado o
Gobierno, y un sector exterior al Flujo Circular de la Renta del Cuadro I
para poder entender nuestras sociedades actuales, porque ese estado
mínimo o ese sector exterior no añade nada substancial al flujo circular de
la renta: lo básico es el mercado y el Estado solo aparece para posibilitar la
existencia de este.
Otra cosa sería la inclusión keynesiana de un Estado activo como
acompañante necesario de la relación entre los mercados para asegurar, con
política económica, el pleno empleo de los recursos.

16
Cuadro III

Gasto Público Gobierno Impuestos


Banco Central

Política Monetaria

Mercado
de Dinero

Ingresos Gastos
Mercado de
bienes y
Bienes y servicios Bienes y
servicios servicios

Empresas Hogares
Sector Exterior

Factores de Mercado de Tierra, trabajo


producción factores de y capital
producción

Salarios y Renta
beneficios

Flujo de bienes, servicios y factores

Flujo de dinero

El Cuadro III es, como puede verse, la ampliación keynesiana del


Cuadro I. Sobre el flujo circular de la renta original se ha instalado, aparte
de un sector exterior que es, en esencia, irrelevante, un gobierno que retrae
impuestos y efectúa gastos y un tercer mercado: el mercado de dinero.
El Estado Keynesiano es un Estado intervencionista que como podía
hacer un Estado mínimo recauda impuestos y efectúa gastos, pero aquí lo
hace también para regular la demanda efectiva con la política fiscal.
El mercado de dinero, que podría estar incluido en el mercado de
bienes y servicios en el Cuadro I se hace aquí también explícito por la
misma razón: no es que sea un mercado muy importante, que también, sino
porque su manipulación mediante la política monetaria permite al gobierno
regular la demanda efectiva y mantener así el pleno empleo.
El pleno empleo fue el núcleo del Estado de Bienestar diseñado y
construido tras la segunda guerra mundial del pasado siglo, y si nada

17
hubiese existido aparte de ese núcleo podíamos continuar usando el Cuadro
III sin necesidad de aceptar las complicaciones propuestas en el Cuadro II.
Sin embargo, la evolución histórica hizo que esas complicaciones
sean imprescindibles si queremos entender la faceta económica de nuestras
sociedades.
Centrándonos en la construcción del Estado de Bienestar en Europa,
aparte del objetivo de pleno empleo de fácil consecución mediante el
ejercicio de la política económica keynesiana el Estado de Bienestar se
instauró sobre un trípode: sanidad, educación y pensiones.
Eso significaba un cambio radical de la perspectiva con la que
examinar el sistema económico. No se trataba de un Estado Asistencial en
el que se ofrecieran esos servicios de sanidad educación y pensiones a los
incapacitados o carentes de protección familiar. Y tampoco era sólo un
Estado Intervencionista Keynesiano que asegurara el pleno empleo para
que los trabajadores, con sus salarios, obtuviesen en el mercado los
servicios de sanidad, educación y pensiones para ellos y aquellos que
desearan. Era un Estado en el que el acceso a la educación, la sanidad y las
pensiones se convertían en un derecho jerárquico, independientemente de
cuál fuese la posición del individuo frente al mercado, o de la evaluación
que hiciese el sistema de valores general de sus características personales.5
Pero no fue sólo eso. Según transcurría la segunda mitad del siglo
XX se pudo ir apreciando:
1.-La importancia creciente de los bienes públicos, algunos de los
cuales tenían una dimensión cada vez más planetaria.
2.-La importancia de esos bienes públicos como factores de
producción, y de los males públicos como obstáculos a la eficiencia
3.-La importancia de esos bienes públicos como complementarios en
el consumo y de los males públicos como grandes creadores de malestar
4.-Que independientemente de lo que revele el sistema de precios se
da siempre una producción conjunta de bienes y males, particularmente de
residuos.
5.-La existencia de una interdependencia creciente entre las naciones,
no solamente desde el punto de vista del comercio (Mercado), sino de las
normas y organizaciones internacionales (Jerarquía) y de los sistemas
culturales y de creación de sentido (Valores)
Todo ello exigiría un esquema que trascendiera el del estado
intervencionista keynesiano y que es el que a continuación se expone.

5
Esa tendencia a sacar del ámbito del mercado ciertos servicios pudo observarse también, en la mayor
parte de los países europeos, en el caso de la educación no obligatoria. Particularmente la enseñanza
universitaria se ofreció a todos aquellos que independientemente de su poder de compra en el mercado

18
VI.-Producción y Distribución

Veamos finalmente el Cuadro V. Si lo comparamos con el Cuadro I.


se ven fácilmente las diferencias y semejanzas. Haciendo abstracción del
"Estado" y el "Contexto Exterior", la cajita en el Cuadro V que contiene
Administración, Empresas, ONG, etc" se correspondería con la cajita
rotulada como "Empresas" en el Cuadro I. Lo que en el Cuadro I queda
señalado como "Mercado de Bienes y servicios" se correspondería en el
Cuadro V con "Organizaciones de Distribución" y lo que en el Cuadro I se
marca como "Mercado de factores de producción" tendría su equivalencia
en el Cuadro V como "Asignación de Activos y Residuos". El recuadro
"Hogares" aparece idéntico en ambos Cuadros.
La primera diferencia se refiere a las organizaciones de producción.
Mientras que en el Cuadro I se recoge la idea de que lo fundamental es la
empresa productora de bienes y servicios en nuestro esquema se trata de
evidenciar el hecho de que las empresas privada sólo constituyen una parte
de las organizaciones de producción. En nuestras sociedades se producen
bienes y servicios absolutamente valiosos e incluso imprescindibles en
organizaciones productivas diferentes de la empresa.
La segunda diferencia hace referencia a la forma de repartir los
bienes y servicios producidos. Mientras que el Cuadro I es el mercado
quien se encarga de esa tarea en nuestro esquema se refleja que aparte del
mercado se puede acceder a los productos esgrimiendo un derecho o
mostrando algunas características personales.
La tercera diferencia hace referencia a la forma en la que se obtienen
esos activos con los que poder acceder a la producción. En el Cuadro I el
único activo es el dinero y la forma de conseguirlo es vendiendo los
factores productivos en el mercado correspondiente. En nuestro esquema la
consecución de esos activos es un asunto más complejo. Por supuesto que
la venta de factores de producción en el mercado correspondiente
proporciona dinero, pero ese dinero se puede conseguir de otras formas,
con una beca por ejemplo, y no sólo con dinero sino que también con otros
activos, un pasaporte por ejemplo, se puede tener acceso a una gran
cantidad de bienes valiosísimos sin necesidad de comprarlos.
Y además la producción no es simple, es una producción conjunta de
bienes y males, de activos y residuos. De tal forma que como veremos,
aumentos del bienestar pueden quedar ligados no a incrementos de la
producción sino a la reducción de los males y la eliminación de los
residuos.

19
Cuadro V

Contexto Exterior (J-M-V)

ESTADO
Legalidad
Regulación

Administración, Organizaciones
Empresas, de
ONGS, etc. Distribución
J J
M M
V V

Asignación
de Activos y
Residuos: Hogares
J-M-V

Bienestar Trasformación

Bienes y Activos
males Distributivos

Activos (Productivos y Distributivos


y Residuos

Regulación Relaciones con el exterior

20
Volvamos a nuestro punto de partida: el Cuadro I del Flujo Circular
de la Renta. En él están representadas dos tipos de organizaciones: aquellas
cuya finalidad queda determinada por el mercado, es decir las empresas, y
aquellas otras cuya finalidad es evidentemente valorativa, es decir los
hogares. Bajo esa visión los hogares toman del mercado los bienes y
servicios que este les proporciona y los somete en su interior a un proceso
de transformación encaminando el resultado de éste hacia los individuos
que componen ese hogar. Así hay un proceso de producción dentro de las
empresas que usan los factores de producción para elaborar los bienes y
servicios, y hay un proceso de producción dentro del hogar que toma esos
bienes y servicios y los transforma en productos deseados por los
individuos que componen ese hogar.
Sin embargo, en el Cuadro V la empresa es una organización más
que contribuye a la producción, con una actividad jerárquica y con
motivación y finalidad de mercado, y que todas las demás organizaciones
resultado de combinaciones distintas de J-M-M, que es la propia de la
empresa privada, también se integran dentro del conjunto “Administración,
Empresas, ONGS”.
Las flechas que unen esas dos cajitas ya las conocemos. Son los
bienes y servicios, y males, que se producen y tras ser distribuidos se
encaminan hacia los "Individuos" para ser allí transformados y los activos
distributivos que se usan, como una tarjeta sanitaria o una identificación
que da acceso a una biblioteca, o se entregan, como el dinero, para poder
obtener los bienes.
La flecha de doble dirección que une “Administración, Empresas,
ONGS” con "Asignación de Activos y Residuos" refleja el hecho de que
para la producción se usan máquinas, conocimientos, espacio, etc, e incluso
se tratan residuos. Y que a su vez el resultado de esa producción pueden ser
más máquinas, experiencia, tierras cultivadas... y residuos. Esto es los
activos y los residuos se usan en la producción y son también resultado de
ella.

VII.-El papel del Estado


Las flechas que unen "Estado" con “Administración, Empresas,
ONGS” y "Estado" a “Organizaciones de Distribución” reflejan el papel
convencional del Estado como definidor y protector de los derechos de
propiedad. Sin ese Estado no puede existir mercado.
Pero además en nuestras sociedades modernas y desarrolladas el
Estado - y aquí entendemos como Estado el gran conjunto de la
organización de lo público -tiene una mayor importancia.
En primer lugar produce bienes y servicios. Y no me refiero con ello
a la empresa pública. Decimos que produce bienes y servicios porque como
otras organizaciones de producción usa activos y tiempo para producir

21
seguridad, justicia, leyes, recaudación fiscal, dinero legal y en general
todos los bienes públicos necesarios para llevar a cabo de forma eficiente
las tareas de producción.
En segundo lugar porque es el gran comprador que hace que las
empresas privadas produzcan aquellos bienes y servicios que el mercado
nunca sugeriría, o que lo haría en cantidades no óptimas: educación,
sanidad, hospitales, carreteras, universidades, limpieza, urbanización,
reforestación, etc.
En tercer lugar porque elabora reglas sobre cómo se debe acometer el
propio proceso de producción por parte de las organizaciones que a esto se
dedican: reglamentos laborales, seguridad e higiene en el trabajo,
condiciones de calidad e información en los productos, control de
edificación, establecimiento de mínimos técnicos, etc.

Esas mismas tres dimensiones del Estado se pueden encontrar en la


flecha que relaciona "Estado" con “Organizaciones de Distribución”.
El Estado, en primer lugar vela para garantizar que todo activo
distributivo legalmente poseído pueda convertirse en el acceso a un bien. Y
en este apartado cabe desde el control para que el dinero legal pueda ser
usado para la compra de bienes y servicios como la garantía de que los
titulares de derechos - a la asistencia sanitaria, a la educación, etc - puedan
ejercerlos, como para impedir que las características valorativas
discriminen a un individuo o le dejen sin una atención necesaria.
Pero en segundo lugar está el Estado como definidor del acceso a los
bienes independientemente de la forma en la que se hayan producido como
puede ser - recordar la Tabla III - los colegios concertados, el acceso a la
seguridad, el disfrute de la naturaleza, etc.
Y en tercer lugar aparece la regulación estatal sobre las
organizaciones de distribución y en particular con una de las más
importantes: el mercado de bienes y servicios. Condiciones de compra y
venta, e información sobre los productos y garantía sobre su utilización,
etc. Todos los códigos de comercio y legislaciones mercantiles constituyen
el ejemplo más relevante de ese control estatal sobre el mercado.
Quizá un Estado mínimo que exclusivamente defina y defienda los
derechos de propiedad posibilite la existencia de un mercado. Pero nuestras
sociedades complejas exigen una también más compleja intervención del
Estado en los aspectos productivos y distributivos.

VIII.-El contexto exterior

La influencia del contexto exterior es variada. En primer lugar


estaría la influencia mutua de ese contexto con el Estado. Parte de las
reglas que condicionaran la producción y distribución doméstica quedarán

22
influidas por lo que ocurre en el resto del planeta en general y en los países
más similares en particular. La prohibición de producir determinadas
sustancias puede derivarse de una presión internacional, como de ese
mismo contexto puede surgir normas de producción no contaminantes, o la
necesidad de alfabetizar o elevar el nivel de educación o de poder acceder
gratuitamente a determinados bienes pueden ser ejemplos de influencias del
resto del mundo que, a través del Estado, modifican las condiciones
domésticas de producción y distribución. Y la influencia, lógicamente,
puede ser recíproca.
La relación material, esto es no normativa, del Contexto exterior con
la “Administración, Empresas, ONGS” y la “Organizaciones de
Distribución” son las importaciones y las exportaciones. Hasta ahora
habíamos visualizado el proceso de producción como aquel en el que
usando activos se obtenía unos determinados bienes y servicios que podían
considerarse finales o intermedios. Un coche, dijimos, se hace con cristal,
pintura, acero, maquinas y conocimiento y esas máquinas con acero y
conocimiento y esa pintura con productos químicos y conocimiento y así
sucesivamente. Pero quizá alguna de esas materias primas proceda de la
importación, como también es posible que materias primas de nuestro país
se utilicen en otros. A ese movimiento posible nos referimos cuando
trazamos la flecha de doble sentido entre “Administración, Empresas,
ONGS” y "Contexto Internacional"
Pero esas importaciones y exportaciones pueden ser de bienes finales
y por ello aparece esa misma flecha relacionando el "Contexto
Internacional" con “Organizaciones de Distribución”.
El comercio internacional permite acceder a bienes finales que no
han sido producidos en el interior pero que si son distribuidos, o
canalizados, hacia los individuos como también estos pueden acceder a
bienes producidos en el Exterior.
Y convendría que no ligásemos estas relaciones exclusivamente con
las empresas. Bien es verdad que las empresas pueden usar como materia
prima el petróleo que no existe en el interior, o enviar ácido sulfúrico
industrial al exterior. Se puede comprar un excelente licor extranjero o
enviar frigoríficos al resto del mundo. Pero piénsese que en un espacio
sanitario común un enfermo puede recibir atención médica en un país que
no es el suyo, puede recibir educación usando intercambios Erasmus o
Sócrates, o recibir en el país de referencia la polución atmosférica emitida
en el exterior, o también beneficiarse del aumento de la páginas web
colocadas en el resto del mundo.
Y también precisamente a través de las manifestaciones culturales las
relaciones con el exterior se relacionan con los procesos de transformación.
Se establecen modas y algunos individuos del país más pobre piensan que
serán superiores si se adoptan las formas de consumo de los individuos de

23
los países ricos. Las formas de transformación pasan al contexto
internacional o se derivan de él dando lugar a uno de los procesos de
cambio técnico y dependencia o liderazgo cultural más interesantes de
nuestro planeta.

VII.-Activos productivos y distributivos: la política económica y social


Como vimos en la sección precedente los activos quedaban divididos
en productivos y distributivos. Los primeros eran los que se usaban para la
producción. Los segundos los que se utilizaban para poder acceder a ella. Y,
a su vez, con nuestra perspectiva, se podía clasificar en jerárquicos, de
mercado o valorativos.
En una sociedad moderna y democrática, y comenzando con las
activos que hemos denominado distributivos, el principal activo jerárquico
es la legalidad, el principal activo de mercado el dinero y el principal activo
valorativo las características personales.
Estos constituyen el núcleo de aquello, que en el Cuadro V sale de la
casilla etiquetada como "Asignación de Activos y Residuos", pasa por
"Individuos" y a través de "Distribución accede a los bienes y servicios de
“Administración, Empresas, ONGS”
Comencemos con la legalidad. El hecho de ser ciudadano de un país
o residir legalmente en él permite acceder a un conjunto de bienes y
servicios que, dentro por ejemplo de la Unión Europea, permite la
supervivencia sin recurrir a la posesión de ningún otro activo. Ser
ciudadano legal supone, en la niñez la seguridad de ser cuidado, alimentado
y educado sea por una familia o por cualquier otra institución. De adulto
continuará teniendo acceso a la sanidad, la seguridad y la justicia. Se le
proporcionará un activo monetario - renta mínima, de inserción, etc - con el
que acceder a bienes y servicios que el mercado proporciona, y tendrá
derecho mediante cursos de formación a modificar sus características
personales en cuanto a lo educativo. Podrá acudir a las bibliotecas,
videotecas, cinematecas, hemerotecas... Podrá pasear por los campos,
moverse libremente por el país o países, disfrutar del mar o contemplar las
flores en las macetas de calles hermosas. Podrá dormir y asearse en
albergues específicos y alimentarse dignamente acudiendo a las
instituciones específicas. Hablará con la gente y disfrutará de la vida. En su
vejez se le proporcionará un nuevo activo monetario que, en forma de
pensión no contributiva, continuará proporcionándole acceso a ciertos
bienes y servicios que sólo a través del mercado puede obtener.
Es un logro de nuestros sistemas, conseguido a base de mucha lucha
y sangre de los que nos precedieron y del triunfo de una moral laica que
configuró nuestro Estado de Bienestar. Porque en todo lo que hemos dicho,
que se puede hacer, se hace por el hecho de ser ciudadano sin recurrir a las

24
instituciones de caridad. Son derechos lo esgrime el individuo, no pena lo
que provoca.
Pero hay más, si desea trabajar por cuenta ajena se le ayudará a conseguir
empleo y si lo pierde involuntariamente percibirá prestaciones por
desempleo. Tendrá derecho a una jornada laboral determinada y a un
salario mínimo, no trabajará todos los días de la semana y podrá disfrutar
de vacaciones. Se le aplicarán normas de seguridad en el trabajo y se le
garantizará un trato digno y respetuoso. Se le ayudará mediante
deducciones fiscales a la compra de la vivienda, o se le proporcionará
vivienda oficial en condiciones especiales de compra o en régimen de
alquiler...

Tabla V
Transformación de Activos

J JCanje de propiedadesJMVenta de propiedadesJ VEducación


obligatoriaM JEducación superior (USA)M MCambio de activos
financierosM VMecenasV JEducación superior (UE)VMSalariosV
VCreación científica

En todo lo que antes relatábamos el individuo tenía acceso a ello


independientemente de sus características personales y hay cosas a las que
solo se tiene acceso en virtud de esas características.
Cualquier persona tiene derecho a la educación básica pero para
entrar en la Universidad se necesita un mínimo de inteligencia y
conocimientos. A los activos que dejan las personas que fallecen sólo
acceden aquellos particulares a los que estos designan antes de morir. Para
acceder a un curso gratuito de buceo hay que saber nadar. Para tener el
título de ingeniero industrial hay que pasar un examen. Para tener acceso a
la caridad hay que ser pobre o parecerlo. Para consolarse con la idea de la
salvación eterna hay que ser creyente. Para que alguien te haga la comida o
te aguante, - tienes que despertar afecto...y así sucesivamente en relación
con el acceso a tantos y tantos bienes valorativos que sin duda forman un
componente fundamental de lo que hemos llamado calidad de vida.

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El Estado de Bienestar se construyó sobre el núcleo del pleno empleo


y desde el comienzo planteó la oferta extramercado de sanidad, educación
y pensiones.
Pasados los años el propio éxito en el funcionamiento de ese Estado
de Bienestar ha llevado a una serie de problemas contables - que no
económicos - como son, por ejemplo, la financiación de las pensiones o de
la política asistencial necesaria para una población que por primera vez en
la historia de nuestro planeta llega sana y lúcida a edades avanzadas.
La solución privatizadora sólo significa la vuelta a las edades
bárbaras de las que nos hemos alejado espero que definitivamente. La única
solución civilizada a los problemas del Estado de Bienestar es,
precisamente, más Estado de Bienestar.
Y además sin inventar nada nuevo, sino adecuando el esquema
original a los nuevos tiempos. La consecución del pleno empleo sigue
siendo básica, y las pensiones públicas necesarias pero la educación deberá
dejar de considerarse como algo aplicable a los primeros años de la
existencia y deberá extenderse a toda una vida en la que el individuo
asimile continuamente nuevas tecnologías, culturas y lenguajes.
Asimismo la sanidad deberá dejar de considerarse en su aspecto
asistencial y hospitalario y atenerse a lo que ya en 1946 la Organización
Mundial de la Salud (OMS) 6 definió como salud: "el estado de completo
bienestar físico, mental y social y no únicamente la ausencia de afecciones
o enfermedades"7, velando por la dignidad e independencia que deben
acompañar a los mayores también en sus últimos años de vida.
En el fondo, desde el punto de vista analítico, lo que se plantea es un
cambio en lo que entendemos por macroeconomía. La macroeconomía de
un sistema capitalista queda perfecta reflejada en el Cuadro I, la
macroeconomía de un estado intervencionista keynesiano puede entenderse
con el Cuadro III, pero la dimensión cualitativa del gasto público, la
provisión de bienes públicos que muchas veces tienen dimensión
internacional, y la creciente importancia de un contexto exterior en la
determinación de normas y conductas, exige un nuevo esquema del que
carecemos. El Cuadro V trata precisamente de solventar esa falta.

Salamanca Verano de 2005

6
http://www.who.int/es/
7
http://policy.who.int/cgi-bin/om_isapi.dll?infobase=Basicdoc&softpage=Browse_Frame_Pg42

26

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