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Colección Fin de Milenio

Serie Ciencia de la Conducta

Coordinador de la serie: Emilio Ribcs Tuesta


PSICOLOGÍA INTERCONDUCTUAL
Contribuciones en honor a J.R. Kantor

Linda J. Hayes, bmilio Ribes y


Francisco López Valadez
coordinadores

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Prólogo

Durante el 24, 25 y 26 de febrero de 1992, con el auspicio del Centro


de Estudios e Investigaciones en Psicología de la Universidad de
Guadalajara, tuvo lugar en Villa Primavera (Zapopan) el Primer Co-
loquio Internacional sobre Psicología Interconductual. El propósito
de este evento académico fue reunir a un conjunto de investigadores
practicantes de la psicología con el objeto de examinar la viabilidad
de los marcos teórico y metodológico provisto por la psicología in-
terconductual, a la vez que se rendía homenaje a su fundador, J. R.
Kantor.
Este volumen contiene una selección de las contribuciones presen-
tadas en dicho coloquio. Para ello, se tomó en cuenta que se tratara de
contribuciones conceptuales, que representaran aportaciones origi-
nales adicionales a los planteamientos formulados por J. R. Kantor
durante setenta años.
Este volumen se "pensó" hace más de ocho años. Cuando el profe-
sor Kantor falleció en el mes de febrero de 1984, Linda Haycs y Emi-
lio Ribes planearon publicar un libro en su honor en ocasión del
centenario de su nacimiento en 1988. Razones diversas no hicieron
posible este propósito, pero en 1992, con la colaboración de Francisco
Primera edición, 1994 López Valadez, quien promovió la organización de este Primer Colo-
D.R. © 1994, Universidad de Guadalajara quio Internacional sobre Psicología Interconductual, se logró reunir
Dirección de Publicaciones un conjunto de contribuciones representativas del espíritu transmi-
Calderón de la Barca 280, sector Juárez tido por J. R. Kantor a todos aquellos interesados en el desarrollo de
CP 44260 Guadalajara, Jalisco, México una psicología científica, no trasccndcntalisía, bajo el amparo de un
Impreso y hecho en México
Printed and madc in México modelo y metodología específicos a su propio objeto y fisonomía
ISBN 968-895-481-0 como disciplina de conocimiento.
Este coloquio y el volumen que presentamos, no hubieran sido po-
sibles sin el apoyo otorgado por el rector de la Universidad de Guada-
I. Estado y perspectivas de
lajara, el licenciado Raúl Padilla Lope/,, y el director general la psicología interconductual
académico de la propia Universidad, el doctor Víctor M. González
Romero, a quienes reiteramos nuestro agradecimiento. Igualmente
deseamos reconocer a todos aquellos que participaron en la organiza-
ción y desarrollo del coloquio, por colaborar en la cristalización de un
nuevo proyecto internacional que, sin lugar a dudas, constituye el me- EMILIO RIBES
jor homenaje que podemos rendir a J. R. Kantor, a quien las próximas
generaciones de psicólogos podrán reconocer como una de las gran-
des figuras que contribuyó a la construcción de la psicología como
disciplina científica.
La psicología interconductual está indisolublemente ligada al nombre
de J. R. Kantor. Aun cuando el término propiamente dicho no fue uti-
Francisco López Valadez lizado sino a partir de una mención inicial cnAn Objective Psycho-
Linda Haycs logy of Grammar (1936), la propuesta conceptual íntegra de J. R.
Emilio Ribcs Iñesta Kantor se identifica como interconductual. La psicología intercon-
ductual tal como está formulada en los principales escritos de Kantor
(1924-26, 1945-50, 1959,1984a, 1984b) posee un carácter distintivo
respecto de todas las formulaciones restantes, no sólo dentro del ám-
bito del conduclismo, sino de la psicología entera. Este rasgo especí-
fico tiene que ver con la naturaleza misma de la propuesta conceptual
hecha por Kantor: no se trata de una teoría dentro de la psicología, si-
no de una teoría acerca de la lógica y contenidos sustantivos de esta
disciplina. Es, en el sentido estricto del término, una metateoría de la
psicología como ciencia.

¿De qué trata el interconductismo?


Hay dos aspectos del interconductismo que han dificultado, socioló-
gicamente, su aceptación e incorporación como marco de referencia
de la práctica científica de los conductistas, para limitarme a la subco-
munidad psicológica más cercana a los planteamientos formulados
por J. R. Kantor:
1) Su origen conceptual independiente de lo que he denominado
(Ribes 1985,1986,1990a) la "lógica del reflejo"; y
* Universidad de Guadalajara en comisión académica de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
2) El carácter mctateórico de la propuesta interconduclista. No obstante, el interconduclismo, tal como fue formulado por
El primer punto representa quizá el motivo "profundo" que dificul- Kantor, sí tiene aplicabüidad y utilidad, pero de naturaleza muy dis-
ta la incorporación de la propuesta interconductual por parte de los tinta a la relacionada con una visión pragmática y tecnológica de la
psicólogos conductistas. Como ya se ha documentado previamente ciencia. El ámbito de aplicación y utilidad de la propuesta intercon-
(Day, 1980; Boakes, 1986; Ribes, 1990b), el conductismo, como mo- ductual se ubica en el dominio mismo de la construcción teórica y, por
vimiento psicológico general, es consecuencia de la convergencia consiguiente, de la fundamentación de la metodología de investiga-
histórica de la biología evolucionista, de la ncurofisiología experi- ción asociada.
mental alemana y rusa del siglo XIX, y de la tradición conceptual fun- La psicología intcrconduclual, en su carácter de mctateoría de la
cionalista y pragmatista. Estas tres corrientes de pensamiento se psicología, representa cuatro aportaciones prácticas desde el punto de
sincrclizaron a través de un ejemplar teórico y metodológico (Kulin, vista del ejercicio teórico: a) un modelo; b) una lógica; c) categorías
1982) procurado por la biología evolucionista (Thorndikc, 1898; analíticas; y d) una conceptualización del método.
Small, 1900) y la ncurofisiología experimental rusa (Pavlov, 1927). La gran contribución histórica del conductismo (Watson, 1913)
El ejemplar teórico al que hago referencia es el reflejo, que fue adop- fue procurar a la psicología un objeto conceptual propio y específico
tado (Watson, 1916) como concepto central de la teorización e inves- que la distinguiera de las ciencias restantes ya establecidas o por esta-
tigación sobre la conducta. El concepto del reflejo condicional blecerse, y de otras disciplinas de carácter no científico. La conducta
incorporó, lógicamente, el concepto de hábito, tal como lo testimonia o el comportamiento se constituyó en el objeto analítico propio de la
la taxonomía propuesta finalmente por Skinner (1935,1938). Sin pro- psicología como ciencia. Al margen de las imprecisiones en la defini-
fundizar en este punto, es menester señalar únicamente que con la ción misma de la conducta y la diversidad de acepciones lógicas que
adopción del concepto de reflejo y su ejemplar asociado, la psicología se le han dado al concepto en la práctica teórica (Kirtchencr, 1977), la
conductista incorporó, como mcíatcoría implícita, la lógica de la me- psicología, por circunstancias históricas muy especiales, no acompa-
cánica cartesiana y ncwloniana. Por su parte, Kantor, como lo ha ñó a esta formulación con el desarrollo de un modelo específico a la
apuntado con toda precisión Schoenfcld (1983), proviene directa- naturaleza lógico-empírica de su nuevo objeto de estudio. La adop-
mente de la tradición de pensamiento establecida por Aristóteles, par- ción del ejemplar del reflejo representó la incorporación implícita de
ticularmente en sus tratados Acerca del alma. Existieron, desde un un modelo formulado en y para la mecánica clásica del siglo XVII; en
principio y por principio, antecedentes conceptuales divergentes en- esa medida, se dio la incongruencia histórica de que se formulara
tre el movimiento conductista en general y la propuesta intercon- un objeto analítico específico de la psicología, encuadrado dentro
ductual. de un modelo ajeno a ella: el de la mecánica clásica. Se representó al
El segundo punto se refiere al motivo "superficial" que da cuenta fenómeno psicológico como si fuera un fenómeno mecánico. Las li-
de la indiferencia relativa de la comunidad conductista respecto de la mitaciones inherentes a este sincretismo rcprescnlacional tan particu-
propuesta formulada por Kantor. En parte debido a la influencia origi- lar ha conducido, en épocas recientes, a la incorporación de otros
nal del pragmatismo como filosofía "madre" de algunas de las premi- modelos ajenos a la psicología, como fundamento de microleorías
sas fundamentales del conductismo (véase por ejemplo el intento por dentro del marco general de la teoría del condicionamiento (Staddon,
convertir al contcxtualismo —una versión del pragmatismo—en filo- 1983; Rachlin, 1985; Slump, 1990). La propuesta de Kantor de conce-
sofía del conductismo, vgr., Morris, 1988), y en parte por la condi- bir el fenómeno psicológico como un segmento interconductual,
ción sociológica misma de la ciencia anglosajona, impregnada de un constituyen el primer y único esfuerzo en la psicología conductista y
utilitarismo y empirismo sobrcvalorados, la propuesta intcrconduc- no-conductista, por elaborar un modelo específico para y en corres-
I tual, eminentemente metateórica, fue considerada de dudosa "aplica- pondencia a la formulación de un objeto propio de la psicología como
bilidad" y difícil traducción a operaciones de naturaleza empírica. una disciplina de carácter científico.

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La propuesta del segmento intcrconduclual no representa solamen-. cos de categorías evita errores conceptuales que se han presentado
te la aportación de un modelo del fenómeno psicológico, sino que¡ sistemáticamente en la interpretación teórica de los fenómenos psico-
constituye a la vez ¡a estructura lógica adecuada para la descripción^ lógicos. Por otra parte, la referencia a las funciones de estímulo y res-
de los fenómenos psicológicos, como fenómenos con nivel propio de puesta delimita lo propiamente psicológico de los componentes
especificidad conceptual. El segmento interconductual se representa físico-químicos y biológicos que forman parte de la causalidad mate-
dentro de una lógica de campo, en contraste a la lógica mecánica. Re- rial y formal (véase Aristóteles en su Metafísica y sus tratados .A cerca
ferirse a la lógica de un modelo es referirse a los criterios de explica- del alma), previniendo otorgar propiedades de categoría de ocurren-
ción, descripción y verificación que son adecuados a un campo de cia a descripciones de objetos, sistemas de respuesta o cambios relati-
fenómenos empíricos. La lógica de campo constituye una alternativa vamente extensos en los estados de estímulo de los objetos.
para la representación pertinente de los fenómenos psicológicos con- Finalmente, hay que considerar las aportaciones del intercon-
cebidos como segmentos inícrconductuales. La lógica mecánica co- ductismo respecto del método. En este particular es conveniente ha-
mo ya se ha examinado previamente (Ribes, 1985; Ribes, 1986; cer un aclaración de principio: el "método" no constituye un canon o
Ribes, 1990a; Ribes y López 1985) se caracteriza poruña causalidad conjunto de prescripciones normativas independientes de la teoría y
lineal en tiempo diacrónico, por la elección de propiedades puntuales de criterios conceptuales. De hecho el "método" no es nada más que la
del continuo de eventos bajo análisis, y por la carencia de una repre- aplicación de los criterios lógicos de la teoría —y su modelo subya-
sentación conceptual de los factores históricos y contextúales de la si- cente— a la descripción y análisis de los fenómenos empíricos pre-
tuación. En cambio, la lógica de campo se caracteriza poruña causalidad viamente delimitados. Desde este punto de vista, se pueden dar
intcrdependiente en tiempo sincrónico, por la consideración de unida- cambios en el método sin que cambien los procedimientos, tal como
des analíticas molares, y por la representación conceptual de factores ocurrió inicialmentc cuando la alquimia se "convirtió" en química
históricos y contextúales, tanto en términos de categorías disposicio- (Kuhn, 1982). Sin embargo, es prácticamente obligado que, a partir
nalcs como de categorías dimensionales (vea por ejemplo el estatuto de los procedimientos originales, se diseñen y formulen nuevos pro-
lógico de conceptos tales como el medio de contacto y el límite del cedimientos en correspondencia más estrecha con la nueva práctica
campo). conceptual del método. En el caso de la psicología intcrconductual,
El interconductismo, al introducirun nuevo modelo y una lógica de este paso ha sido el último en iniciarse, debido a que no existen to-
campo para el análisis de los fenómenos psicológicos, ha establecido davía construcciones teóricas que aterricen las categorías genera-
también distinciones categoriales explícitas entre tipos de conceptos les del modelo para la descripción y manipujación de los eventos
con funciones lógicas distintas dentro de la leona. Como ya lo he exa- contemplados conceptuahnente. La necesidad de una taxonomía es
minado en otro escrito (Ribes, 1992), la teoría del condicionamiento evidente como un primerpaso en esta dirección. Como ya se ha seña-
ha sido incapaz de reconocer las diferencias entre las categorías de lado por Ribes y López (1985) en su propuesta taxonómica, es po-
ocurrencia y las categorías disposicionalcs, para no mencionar adi- sible desarrollar más de una formulación a partir del modelo
cionalmente lo que recién he denominado categorías dimensionales. interconductual general. La confrontación empírica y operacional
La distinción realizada por Kaníor entre las funciones de estímulo y de la taxonomía obliga a precisar los ajustes metodológicos de los
respuesta y los factores disposicionales, tanto históricos como situa- procedimientos ya existentes y a diseñar las nuevas formas de pro-
cionales, constituyen una aportación fundamental para distinguir los cedimiento requeridas por el nuevo horizonte empírico que procu-
conceptos que pueden entrar en enunciados legales de aquellos que ra la teoría.
sólo pueden formar parte de enunciados descriptivos de "estados" o
de enunciados predictivos relacionados con tendencias, propensiones
y condiciones semejantes. La distinción entre estos dos grupos lógi-

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¿Es recuperable el conductismo? ducta posteriormente. En el primer caso, el descubrimiento de
anomalías y contradicciones dentro del marco de la teoría del con-
Esta pregunta tiene un doble sentido. Por una parte tiene que ver con
dicionamiento ha conducido a estrategias diversas, desde la adición
la legitimidad de anclar históricamente la psicología intcrconductual
de conceptos a la teoría, la superposición de modelos provenientes de
en el movimiento conductista. Por otra parte, la pregunta se relaciona
otras disciplinas, la huida hacia modelos y teorías cognoscitivistas, o
con los contenidos y procedimientos mismos de la teoría del condi-
bien la profundización en la crítica del propio modelo mccanicista y la
cionamiento, como forma histórica de configuración de la psicología
fundamentación del modelo intcrconductual de campo como una op-
conductista.
ción legítima para el desarrollo de una psicología conductista (Ribcs
El conductismo, a pesar de sus afirmaciones de origen (Skinncr,
y López, 1985). En el segundo caso, dada la naturaleza mctateórica
1969), parece dudar de su propia autenticidad como filosofía especial
del modelo interconductual, y por ende a la carencia de un universo de
de la psicología y ha explorado relaciones de ascendencia con algunas
datos propios y específicos a esa forma de conccptualización, el trán-
posiciones filosóficas (Day, 1969; Zuriff, 1985; Smith, 1986; Hayes,
sito de un modelo a otro sólo puede —y debe— fundamentarse en la
Haycs y Recsc, 1988; Morris, 1988). A la vez, su vinculación históri-
recuperación de los hechos y procedimientos generados en la tradi-
ca con el paradigma lógico del reflejo y su incorporación inadvertida
ción de la teoría del condicionamiento. De otro modo, el rompimiento
o consciente de la causalidad mecánica o de modelos biológicos y
total con la tradición de origen, significaría que la ciencia tendría que
cconomctricos hacen dudar, en el mejor de los casos, de la existencia
reinventarse con cada cambio paradigmático o de modelo.
de hecho de una filosofía conductista de la psicología (Carpió, 1989;
En la medida en que estas consideraciones sean aceptables y acep-
Ribcs, 1990a). No obstante, es indudable que la psicología intercon-
tadas, se puede plantear la necesidad de que todos aquellos que se en-
ductual sólo tiene sentido como concepción integrada en una filosofía
marcan en el modelo interconductual recuperen el conductismo y su
conductista. Es muy probable, sin embargo, que sea la psicología in-
tradición como ejempjar empírico.
tcrconductista el primer resultado histórico efectivo del movimiento
conductista, y que las formulaciones paralelas, pero no necesariamen-
te convergentes, que se realizaron a partir de este siglo, con exclusión Logros y perspectivas
de la de Kantor, por lo menos de sus propuestas formales a partir de
En el caso de la psicología interconductual, podríamos aseverar que
1924-1926, hayan constituido catalizadores sociales que condiciona-
los logros y las perspectivas se confunden. Aparte de la pródiga obra
ron la madurez conceptual del modelo intcrconductual corno única al-
escrita de J. R. Kantor, es muy difícil encontrar contribuciones origi-
ternativa catcgorial para el conductismo. Esta interpretación tendrá
nales que hayan ampliado en un sentido u otro la formulación básica
que aguardar el juicio de la historia, dado que el tiempo histórico
del intcrconductismo. El ejemplo de Ribcs y López (1985) es un caso
transcurrido es todavía muy limitado para estar en condiciones de es-
particular, y representa un primer esfuerzo exploratorio por cons-
tablecer conclusiones definitivas sobre el particular.
truir una taxonomía y una metodología a partir de la mctatcoría in-
El recurso al modelo interconductual por parte de los conductistas
terconductual. Como ya lo he señalado, este esfuerzo no constituye
sólo puede entenderse desde una doble perspectiva. Por una parte, la
necesariamente la única forma de desarrollar una teoría dentro del
disponibilidad de sustancia empírica suficiente a nivel experimental
intcrconductismo, y al margen de su validez y utilidad, la taxonomía
y aplicado que auspiciara la reflexión sobre las limitaciones de la ló-
propuesta por Ribes y López puede representar un parámetro ló-
gica de la teoría del condicionamiento; por otra, la posibilidad de dar
gico de contrastación del nuevo modelo, frente a los logros y posi-
continuidad a la nueva interpretación de los fenómenos psicológicos a
bilidades de la teoría deí condicionamiento y sus "maquillajes" por
partir de los datos y procedimientos desarrollados en el contexto de la
una parte, y por otra, frente a nuevas taxonomías opcionales funda-
metodología primera del condicionamiento, y del análisis de la con-
mentadas también en el modelo intcrconductual. Como todo en la vi-

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da, habrá que esperar el tiempo histórico suficiente para valorar si Kirtchcncr. R. F. (1977) Bchavior and behaviorism. Behaviorism, 5,
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logy. Psychological Review, 23, 89-116. el método que los hombres han empicado de ordi-
nario en sus investigaciones y en sus descubri-
mientos, y se observará desde luego un modo de
descubrimiento bien simple y nada artificioso que
es muy familiar a todas las inteligencias." 1 .
Francis Bacon.
Novum Organum
Libcr 1.82

"Si se han hecho involuntariamente tantos descu-


brimientos útiles, (...) nadie puede dudar que ne-
cesariamente deben hacerse muchos más, cuando
los hombres los busquen intencionadamente con
orden y método" 2 .
Francis Bacon
op. cit. 108.

* Conferencia al I Coloquio de Piscología Interconductual. Guadaiajara, Jalisco,


México. Febrero de 1992. Universidad de Sevilla. Este trabajo forma parte de un pro-
yecto financiado por la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica
(DGCYT) del Ministerio Español de Educación y Ciencia (Proyecto PB89-0626), y la
Consejería de Educación y Ciencia de la Comunidad de Andalucía (Grupo 10.88).

1 Atque cogite! quis sobric eí diligenter, qualis sit ca via quaní in inquisitio-
ne et invcntione alicujus rei nomines adhibcre consueverunt; et primo notabit
proculdubio invcniedi modum simplicem ct inartificiosum, qui hominibus máxi-
me est familiaris.
2 Si hominibus non quacrcntibus, ct aliud agcntibus, multa u t i l i a , (...) inven-
ta sint; nemini dubium esse posse, quin üsdcm quxrcntibus et hoc agcntibus, id-
que via et ordinc, non Ímpetu et dcsullorie, longe plura dctcgi necesse sit.

18 19
En la actual teoría de interconducta se considera a la interacción indi- elusiva; ninguno puede ser considerado una competencia, tan sólo
viduo-medio —su objeto de estudio— en tres formas distintas, com- una especificación de tal categoría. Dicho en otras palabras, como
patibles entre sí: como aptitud, cuando se atiende al nivel funcional o concepto referido a colectividades de hechos o situaciones, las com-
de complejidad estructural de cada interacción; como habilidad, si se petencias no pueden ser observadas, pero sí identificadas; lo que se
identifica el ajuste entre las morfologías de los estímulos y respuestas observa es el cumplimiento en casos concretos de los criterios que la
de cada interacción; y como comgctcncia, si se la considera en térmi- definen.
nos de cumplimiento de algún criterio o logro externo a la propia inte- En segundo lugar, lo que constituye un logro o resultado es algo
racción (Ribcs y Lope/,, 1985; Ribcs, 1990; 1991). que se decide en función de los criterios considerados relevantes en
Estas tres formas de identificar las interacciones no guardan entre cada caso. Por eso, los logros no consisten necesariamente en produc-
sí una relación biunívoca, pues son posibles todas las combinaciones tos físicos; un texto en un papel o en la pantalla de una computadora, o
entre ellas: una interacción de un determinado nivel puede ser ejerci- la resolución de un problema, pueden ser logros, así como disfrutar de
da con morfologías diferentes y puede estar asociada a logros diver- un cuadro, una conversación entre dos personas, o la consideración de
sos; una determinada morfología puede implicar niveles y logros una abstracción.
diferentes, al igual que existen logros que pueden ser conseguidos a Hasta el presente, los logros o criterios que identifican competen-
distintos niveles y con diversas morfologías. Esta variedad de casos cias son al menos tantos como situaciones o temáticas consideradas;
concretos no es obstáculo, sin embargo, para entender que las tres así es posible identificar competencias de sumar, multiplicar, resolver
dimensiones o perspectivas están ligadas entre sí. Toda consecución crucigramas, comer, ser correcto en reuniones sociales, eficiente en
de un determinado logro exige en cada caso específico la agrupa- situaciones profesionales, cariñoso con los hijos, etc. Ello supone, sin
ción de varias habilidades simultáneas o sucesivas; además, cada embargo, competencias innumerables que además no se encuentran
competencia puede entenderse ligada a las exigencias impuestas por ni sistemáticamente organizadas, ni tan siquiera catalogadas. Tal va-
un determinado nivel funcional, de la misma manera que todo nivel riedad exige, por tanto, ser simplificada mediante algún sistema de
funcional se concreta siempre como competencia. En consecuencia, categorías generales.
una competencia no es definida simplemente como conjunto de habi- Como Ribes ha sugerido (1991) podría aprovecharse que cada
lidades, sino como "conjunto de habilidades que cubre ciertos crite- competencia requiere un nivel funcional mínimo, para clasificar lo-
rios referibles a niveles funcionales; ni tampoco solamente como gros en los términos siguientes: como ajuste a un medio, si los niveles
formas de organización funcional, sino como éstas, en cuanto que implicados son presustitutivos; como instrumentos en un medio,
cumplen ciertos criterios, dadas las formas en que las respuestas es- cuando el nivel es sustitutivo referencial; y como criterio y circuns-
tán ajustadas a los estímulos como habilidades" (Ribcs, 1991). La re- tancia de un medio propio, cuando el nivel implicado es sustitutivo no
lación entre los tres aspectos es, pues, básica para la identificación del referencíal. Sin duda, tal propuesta puede constituir una vía importan-
objeto de estudio interactivo, sirviendo el concepto de competencia te de investigación. Sin embargo, sería deseable también una catego-
como puente o nexo entre lo morfológico y lo funcional. rización específica de las competencias, para mantener a dicho
Por esta significación que para la teoría tiene lo compctcncial, y criterio diferenciado del funcional cuando así interesare, obteniendo
también por sus posibilidades heurísticas y prácticas, este trabajo va a conocimientos específicos del él. Es éste uno de los objetivos en el
centrarse en dicha perspectiva, lo que aconseja especificar ahora al- grupo de investigación intcrconductual de la Universidad de Sevilla,
gunas características adicionales. donde contamos con la inapreciable colaboración de algunos colegas
En primer lugar, la noción de competencia es un concepto disposi- de la Universidad Autónoma de Barcelona y de las mexicanas de Gua-
cional en el sentido propuesto por Ryle (1949). Ello significa que se dalajara y UNAM.
refiere a muchos casos particulares, aunque a ninguno de ellos en ex-

20 21
Una taxonomía de competencias variables x c y, es igual o diferente a la conjunción entre otros valores
distintos (xiRy2), es decir (xiRyi) R (xaRyz), o en otros términos, si
A través de! tiempo hemos ido haciendo diversas aproximaciones a los valores de un concepto cambian o no ante los cambios habidos
un sistema de categorías, tratando que fuera cada vez más sencillo y en los valores del otro (yxlRyx2)- En tal situación cuando los valores
completo, además de ajustado a los datos de observación. Presentán- de y x i e yx2 hagan que R tome un valor de no equivalencia (x),
dolo en forma resumida, la versión actual incluye dos categorías fun- será defendida la existencia de la covariación (y x lRy x 2) y por tanto de
damentales. La primera es definida como el logro o establecimiento la correspondiente relación (xRy).
de una relación (R) entre dos o más conceptos (x,y). Se entiende por la
CUADRO 1
relación (xRy) la asociación que se plantea entre dichos términos, es
decir asignación entre elementos diferentes, o correspondencia entre Planteamiento de
un concepto relacional (xRy)
elementos pertenecientes a conjuntos hasta entonces disjuntos. Es
pues una categoría general bien fácil de reconocer, como en la defini-
ción de la inteligencia como efectividad (y) en situaciones variadas Estudio de su razonabilidad (xiRyi)R(x2Ry2)
(x), o la referencia a la estatura (y) de un grupo (x). Probablemente por covariación
también por ello diversos ámbitos teóricos han dado de alguna mane- es decir
ra un papel importante a las relaciones en sus estudios: así empie-
zan a reconocer en la psicología cognoscitiva que todo concepto identificándose COVARIACIÓN si (y x i * yX2>
supondría relación entre elementos (p. ej. Wattcnmakcr, Dcwcy,
Murpliy, & Mcdin, (1986) o Lakoff, (1987); así se propone en la teo- Las dos competencias mencionadas están, pues, estrechamente li-
ría de interconducta al definir su objeto de estudio como relación en- gadas, al menos en los casos de evaluación de relaciones: la acepta-
tre componentes del individuo y del medio (Kantor, 1924-26) y los ción de una relación está asociada a observar la covariación entre sus
paradigmas clásico y operante plantean siempre sus procedimientos términos. Por eso, aceptaríamos por ejemplo que un método de ense-
de estudios en términos de relaciones. ñanza pueda ser relevante para la aparición de unos rendimientos aca-
La segunda categoría es fácil de presentaren el contexto donde co- démicos aceptables si constatamos que la instauración de dicho método
menzamos a identificarla. El planteamiento de relaciones o asigna- va acompañada de dichos rendimientos, siendo éstos a su vez diferentes
ciones va seguida muchas veces por la duda de si éstas tienen algún a los que tenían lugar antes del uso de tal método (ver cuadro 2).
sentido objetivo o son una pura invención. Y parece que una relación CUADRO2
cmpic7,a a ser aceptada como posible cuando se aprecia que a valores
(xRy) Mét. A R Rendimiento
diferentes de uno de los términos de la relación les corresponden tam-
bién ciertos valores del otro; es decir, cuando al cambiar los valores
del primer elemento cambian también los del segundo. Tal requisito (xiRy i)R(xaRy2) . (Mct.ARRend.) R(Mct.PrcvioRRcnd. previo)
supone el logro o constatación de la variación conjunta o covariación
entre valores de los elementos de la relación3. En otras palabras, valo- es decir
rar la razonabilidad de la relación (xRy) implica evaluar (Ver cuadro (y xi R y x2) (Rend. Mét A R Rend M6t prcvio)

1) si la conjunción entre unos determinados valores (xiRyi) de ambas


3 Esta competencia de covaríación exige a) dos valores como mínimo del identificándose covariación si
primer• término (x¡ y Xj), y b) considerar ante cada uno de esos valores los corres-
pendientes al otro concepto't° (y)- (y xi * y x2) Rcnd
Mct. prcvio)

22
23
De todos modos, las conclusiones obtenidas en situaciones como también, ni la morfología de las conductas y estímulos implicados, ni
éstas no ofrecerían suficientes garantías de razonabilidad, si otros el nivel funcional de cada caso deberán ser tomados como índices de
factores —colaterales— también presentes en la primera asociación las categorías propuestas. Como conceptos disposicionales las cate-
(xiRyi) hubieran variado a la vez que dichos términos. En el ejemplo gorías no son observadas, sino identificadas a través de su cumpli-
anterior sería haber cambiado junto con el método al profesor que los miento en situaciones concretas. La identificación de conductas y
utilizara; en tales circustancias, no se sabría si atribuir los cambios de estímulos interesa sólo en cuanto señalen logros, lo que se hace en tér-
rendimiento al cambio de método o de profesor. minos discretos de cumplimiento o no, independientemente de que
Esta precaución, respecto a los factores colaterales, supone cxpli- las ocurrencias de las conducías y estímulos puedan ser continuas.
citar lo implicado en la definición que hemos dado de la competencia Por ello las expresiones más adecuadas refieren lo compctencial co-
de covariación (yxiRyxk); como esta se refiere sólo a los términos x e mo algo ya logrado o a lograr, pero no que esté ocurriendo; así, frases
y, implica que el segundo ha de ser estudiado ante cambios únicamen- como "el sujeto está relacionando" no son del todo apropiadas en este
te del primero, lo cual supone controlar a ¡os colaterales. Ahora bien, contexto.
como controlarlos significa evitar que varíen a la vez que x e y, debe En segundo lugar, el planteamiento de nuestras categorías va
cxplicitarsc una consecuencia importante: cada covariación deberá acompañado de la siguiente hipótesis: ambas competencias, con algu-
ser defendida en principio sólo en las condiciones específicas en nas especificaciones adicionales que presentaremos más adelante,
que estuvieran los factores colaterales, cabiendo la posibilidad de que tienen una amplia generalidad. Entenderemos que permiten identifi-
cambios en estos factores conlleven modificaciones en la covaria- car y ser identificadas en situaciones y ámbitos muy diversos, y no só-
ción. Esla condicionalidad respecto a otros factores completa, por lo en los específicamente señalados por otras propuestas similares.
tanto, la definición de la covariación. Por tanto, en la medida que nuestra suposición vaya confirmándose
Con estas precauciones y salvedades, es posible identificar en mu- en diferentes circunstancias y temáticas, las categorías planteadas
chas ocasiones de la vida cotidiana el logro de covariacioncs ligadas a irán adquiriendo mayor relevancia como instrumento general de aná-
relaciones; así ocurre por ejemplo en la evaluación de las relaciones lisis competencial. Con tal fin presentaré diversos casos que ilustren
entre el trato a una persona y sus reacciones con nosotros; entre la ave- la razonabilidad de tal hipótesis, comenzando por situaciones próxi-
ría en la instalación eléctrica y el uso de un aparato determinado, o en- mas a las utilizadas en esta introducción, y pasar después a otros ám-
tre determinados cntrcnamieníos y resultados. Además, y como bitos diferentes.
sucede con la relación o asignación, la covariación ha sido reconocida
también como categoría psicológica relevante para algunos ámbitos Taxonomía competencial y
específicos, aunque con semejanzas diversas respecto a la definición
aquí planteada. Entre otros, han señalado categorías parecidas Res-
la validación de hipótesis
corla (1967) o Shanks y Dickinson (1987) para el condicionamiento En casos presentados, y aun cuando se piense haber controlado los
clásico, Catania y Kcllcr (1981) para el operante, y Richardson y principales factores colaterales, cabe siempre la duda razonable de
Carthy (1990) para las representaciones cognoscitivas. que la covariación obtenida haya sido fruto del azar y, por tanto, dife-
Junto a las similitudes con otras propuestas, nuestras categorías rente a la que hubiéramos observado de ser más precavidos. Ante tal
plantean al menos dos especificidades significativas. Una viene dada duda, llamada de fiabilidad, la opción usual consiste en hacer un nú-
por los caracteres compctcncial y disposicional que adjudicamos a ta- mero apreciable de veces el estudio de las covariaciones, para evaluar
les categorías en la teoría de intcrconducta. Como competencias no después la posible estabilidad o semejanza de los diferentes resulta-
refieren ni conductas ni mucho menos supuestas representaciones in- dos. Pues bien, resulta poruña parte que tal duda supone plantear una
ternas, sino interacciones en términos de logros o resultados; por ello

24 25
relación entre ocasiones de estudio y datos obtenidos en cada una de Referido también al ámbito metodológico, hemos planteado en
ellas, y por otra, que la forma usual de resolverla mediante la evalua- otro trabajo (Moreno, 1988) que el mismo esquema compctcncial
ción de las n covariacioncs repetidas equivale a otra covariación, en mantiene su validez como descripción general de los diseños correc-
la que se estudia si los datos de las diferentes ocasiones de estudio tos de investigación de problemas relaciónales. Es más, el estudio de
cambian al hacerlo estas (v, cuadro 3). la bibliografía y de la práctica investigadora (Moreno; Martínez, y
CUADRO 3 Trigo, 1989; 1991 y en preparación) permiten afirmar que la correc-
ción de un diseño rclacional equivale al cumplimiento de las compe-
ocasiones R datos
tencias de covariación entre los elementos de una relación. En todo
diseño correcto deben darse como mínimo dos valores de la variable
(Ocasión 1 Rdato 1)R(Ocasión n R d a t o n ) independiente (x), para que al estudiar los valores de la dependiente
es decir (y) que ocurre» ante cada uno de ellos sea posible evaluar l;i posible
dato ocasión 1 R dato ocasión covariación; a la vez debe evitarse que otros factores varíen a la vez
confiabilidad,si (datoocas¡6n 1 - dato ocasion n)
que la independiente, debiéndose hacer todo ello un número suficien-
De esta forma, la fiabilidad queda entendida como el caso de seme- te de veces para aceptar los datos como fiables.
janza o ausencia de covariación entre los diversos datos, lo que supo- Desde tal punto de vista, los diferentes diseños de la bibliografía
ne otra aplicación de las categorías competcnciales. Se consigue así, metodológica (v. p.ej. Arnau, 1982-1984; Campbell y Stanley, 1966;
por tanto, una noción interconductual de fiabilidad, diferente a la in- Cook y Campbell, 1979) pueden ser considerados como diferentes
terpretación que plantean las posiciones idealistas en términos de pro- formas de cumplimentar las competencias mencionadas. Así sucede
piedad poseída por los datos. cualquiera que sea el número o tipo de elementos de la relación estu-
Otra propiedad metodológica, como la validez de los conceptos diada. Los hay que contienen una sola variable independiente, al igual
planteados, también resulta entcndible en términos de las competen- que los ejemplos puestos hasta aquí. Pero además, cuando al menos
cias analizadas. La definición usual puede traducirse a la semejanza o uno de los términos es él mismo, en otra relación —relaciones de inte-
ausencia de covariación entre los datos a validar —planteados como racción o de segundo orden—, sigue siendo válido el mismo esquema
conceptos a niveles sustitulivos— y los datos observados —o logros compctcncial propuesto; por eso en los llamados diseños factoriales
de niveles presustitutivos—. La validez de concepto (v. cuadro 4) equi- se hace que el primer término de la relación sea una combinación de
vale, pues, a un valor concreto de la covariación correspondiente a la las diferentes variables independientes, adoptando tantos valores co-
relación entre lo que podríamos llamar procedencia de los conceptos mo el producto de los que aportan cada una de ellas. En otro sentido,
o datos, con los valores "supuestos" y "observados", y los propios da- la distinción entre procedimientos experimental y corrclacional no se
tos de un tipo y otro. De nuevo, por tanto, las competencias plantea- hace al margen de las competencias propuestas; dichos términos
das identifican otra situación usual, en este caso de metodología. refercncian dos formas de lograr los valores de la variable independiente:
bien sea que los produzca el investigador o que éste aproveche la ocu-
CUADRO 4
rrencia natural de aquellos. Asimismo, las llamadas estrategias de
Procedencia R datos investigación pueden ser consideradas como formas diferentes
de conseguir las n ocasiones de estudio, y por tanto entcndibles tam-
(Proc. teórica R datos) R (Proc. empírica R datos) bién en términos compctencialcs: cuando esas n veces son aportadas
es decir por unos mismos sujetos estaríamos ante la estrategia longitudinal,
(datos teóricos R datos empíricos) mientras que si corresponden a observaciones obtenidas de diferentes suje-
tos, la estrategia identificable es la transversal. De manera semejante,

26 27
cabría presentar al resto de conceptos referidos a diseños como espe- rentes como la relación de orden, que especifica en el caso de diferen-
cificaciones de las competencias rclacional y de covariación (More- cia si un dato es mayor o menor que el otro, o la de magnitud, que es-
no, 1991). pecifica además la cantidad de esa diferencia.
Parece, en definitiva que tales categorías adquieren una significati- En otros casos, en cambio, podemos identificar las mismas com-
va relevancia en el ámbito de la investigación y la metodología, como petencias, aunque con especificaciones diferentes en la forma de
antes lo habíamos apreciado en casos semejantes de la vida cotidia- plantearlas. Sucede así cuando suponiendo que un hecho está rela-
na. Bastantes problemas e hipótesis científicos y cotidianos, inclu- cionado con otro —por ejemplo, molestias en los ojos y un uso abun-
yendo los propiamente metodológicos, como los de fiabilidad y dante de la computadora—, nos planteamos si el primero va a seguir
validez, constituyen relaciones, mientras que sus evaluaciones o va- manteniéndose en condiciones distintas del segundo; o cuando cono-
lidaciones consisten en estudiar las covariacioncs correspondientes. ciendo una relación —p. ej. agresividad de los alumnos ante un de-
Por tanto, dos conclusiones pueden ser extraídas de los análisis ante- terminado comportamiento del profesor— nos preguntamos si se
riores. La primera es que las categorías propuestas parecen ser rele- modificaría al cambiar alguno de esos hechos.
vantes para identificar compctcncialmente tanto el planteamiento de En estas preguntas y otras semejantes buscamos datos que no tene-
conceptos como sus evaluaciones. En segundo lugar, en tales aspec- mos sobre los elementos planteados. Implica por tanto problemas a
tos o logros, los llamados ámbitos científico y cotidiano son bastante resolver, ya que son muchos los que de este tipo nos planteamos en la
semejantes; en tal sentido creemos que la principal diferencia entre vida cotidiana y profesional. En ellos se conoce o supone una relación
ellos radica en el grado de sistematización con el que se cumplen los (xi R yi), faltando por conocer alguno de los elementos de la otra rela-
requisitos competenciales en un caso y otro, pues en la vida cotidiana ción entre distintos valores de las mismas variables (x2 vR y2). La in-
se admiten mayor número de conceptos sin validar suficientemente. cógnita está, pues, no ya sólo en los valores de la regla RTsmo también
en uno o más valores de algún elemento (vx,vy).
Taxonomía competencia! y Conforme a nuestra hipótesis, la solución de estos casos se logra
también mediante el cumplimiento de las competencias propuestas. Y
resolución de problemas en efecto, parece que tales soluciones no son otras que los valores de
Los aspectos analizados hasta aquí representan en todo caso sólo una variables que cumplan en un valor determinado la covariación o regla
de las posibles especificaciones de las categorías propuestas. R. Así, en la pregunta sobre las molestias oculares partimos de la su-
Si consideramos la covariación a través de la expresión relacional posición de una relación con el uso abundante de la computadora,
(xi R yi)R(xa R J2) o de su equivalente (yxi R yx2) y a éstas como una buscando si al dejar de usar ésta, las molestias descienden significati-
ecuación, podría decirse que todos los casos anteriormente considera- vamente (v. cuadro 5).
dos contenían como incógnita (que indicaremos subrayándola) el va- CUADRO 5
lor específico de la regla R que se cumple en cada caso, es decir (vR). Uso de la computadora R molestias oculares
Tal como estaban planteados, se conocían en ellos los términos y la
regla que los podía relacionar, queriéndose saber con qué valor espe-
(Uso de c. R Molestias) R (No uso de c. R ¿molestias?)
cífico de dicha regla se relacionaban en cada caso los elementos (ren- es decir
dimientos ante cada método de enseñanza, datos de una observación y ¿Molestias? No uso dc c R Molestias Uso de c
los de otra, los datos observados y esperados, etc.). Además, aunque
en todos esos ejemplos la regla incluía exclusivamente los valores de Como ya sabemos, si al dejar de usar la computadora se redujeran
identidad/diferencia para R, son posibles también otras reglas dife- las molestias, la covariación entre ambos términos permitiría contes-

28 29
tar afirmativamente al problema planteado —lo cual habrá de validar mos respuestas a nuestros problemas, pero no es menos cierto que en
cnn ocasiones, para mayor garantía de las conclusiones—; porcl con- la mayoría de ¡as ocasiones no sabemos cómo lo logramos. Lo conse-
trario, si las molestias permanecen, esa ausencia de covariación su- guimos, pero no siempre sabemos describir lo que hemos hecho. Tér-
pondrá la respuesta contraria al problema. Un análisis semejante minos como descubrimiento o "insight" reseñan el hallazgo de la
podría hacerse respecto a la pregunta sobre el posible cambio de respuesta, pero no el modo seguido: dichos términos son a veces to-
comportamiento de los alumnos en función de una posible modifica- mados incluso como descripciones de logros que parecieran conse-
ción del comportamiento del profesor. También en este caso, se en- guirse de manera directa y sin explicación, en un misterioso tránsito
contraría la solución al buscar los valores incógnitas de un hecho en del problema a la solución.
relación a otro de acuerdo a una regla R, es decir como cumplimiento Frente a este estado de cosas creemos posible hacer una aproxima-
de la competencia de covariación en un valor determinado. ción al hallazgo de tales respuestas en términos, una vez más, de las
En conclusión, las competencias que identificaban situaciones de competencias relaciónales y de covariación. Consideremos el juego
validación de problemas sirven también en casos que podríamos cali- de encontrar diferentes usos posibles a uno o varios bloques de made-
ficar sin dificultad como de resolución de problemas. Por tanto, am- ra de cualquier tamaño. Sin mucho esfuerzo en este caso podríamos
bas tarcas de validación y resolución resultan ser muy próximas señalar que pueden servir por ejemplo como combustible para una ho-
cuando son consideradas en términos de competencias generales; de guera, como pisapapeles, arma arrojadiza, juguete, objeto a vender o
hecho sólo cambia en ellas ¡a ubicación de la incógnita. regalar, molde de dibujo, material para tallar, etc. Nuestra pregunta es
Con todo, la generalidad de tales categorías sería mayor si con ellas entonces ¿cómo puede ser entendido el logro de estas respuestas con
fuera posible analizar el abordaje de problemas más complicados, co- base en nuestras categorías?
mo aquellos en los que se desconoce no ya valores de algún elemento, Para responder comencemos aceptando como razonable que cada
sino todo un elemento. Sucede por ejemplo cuando nos pregunta- uno recurre a su experiencia para identificar relaciones de las que for-
mos la razón de un repentino hábito de gastar en una persona hasta men parte bloques de madera; negar este origen supondría aceptar
entonces ahorradora, el porqué de la depresión de un individuo, cómo soluciones surgidas de la nada o al margen de la práctica de los indi-
conseguir ayudarle a superar ésta. viduos, lo cual resulta simplemente absurdo desde un punto de vista
En términos usuales, la solución de estos casos son variables que no idealista. A continuación consideremos que los elementos que apa-
resultan relevantes para el hecho que conocemos y queremos enten- recen en cada una de esas relaciones indican un determinado uso para
der; de acuerdo a nuestra hipótesis, ello significa que la solución serán los bloques, es decir unas determinadas prácticas con ellos. Así, con-
las variables que mantengan la regla R con la variable conocida. Así, siderar la relación "bloque de madera y fuego" equivale a señalar el
para el estado depresivo serán relevantes los factores cuyos cambios aspecto de combustible, de igual forma que considerar sucesivamente
—de ausencia a presencia o entre diferentes niveles de presencia— las relaciones "bloque y peso" y "peso y colocación sobre algo como
hayan sido acompañados por el cambio en dicho estado —de ausencia papeles" implica señalarlo como pisapapeles. Por último, constata-
a una presencia considerable—. remos que todas estas relaciones son consideradas como tales por
En todo caso, la dificultad principal en estas situaciones es previa a diferenciación respecto a otras posibles, o lo que es igual por consi-
la recién analizada, pues consiste en hallar esos factores que cova- deración de covariaciones entre sus variables: así, la asignación "blo-
rícn con la variable problema. La pregunta es entonces cómo o dónde ques de madera—combustible" tiene sentido por diferenciación
encontrar dichos factores. Y tal pregunta se convierte en dificultad, respecto, por ejemplo, a la relación "bloques metálicos—no combus-
porque no controlamos la aparición de las respuestas adecuadas. No tibles", al igual que la relación "bloque de madera—pisapapeles" lo
obtenemos respuesta siempre que lo deseamos, porque no conocemos tiene por comparación frente a la relación "bloque de espuma—no su-
el método para conseguirla. Es evidente que muchas veces encontra- jetapapeles" entre otras.

30 31
Ensayemos este análisis en otra situación, como buscar razones del En resumen, si resolvemos problemas con base en elementos de la
cambio repentino de una persona ahorradora que ha pasado a gastar experiencia es porque éstos han estado relacionados con aspectos pre-
con profusión. En tal caso se podrían considcrarsituaciones en las que sentes en el problema actual, por cuya razón precisamente son selec-
la gente, al igual que la persona que estudiamos, puede gastar desme- cionados o identificados entre los cxpericnciados. El hallazgo de
suradamente. Encontraremos así que se puede gastar mucho, entre soluciones a problemas supone, por tanto, el cumplimiento de logros
otras ocasiones, cuando 4 se ha conseguido un premio en la lotería, relaciónales apoyados por covariación, en el que participan los facto-
cuando se tiene dinero falso, por demencia senil, cuando uno sabe que res diposicionales presentes y pasados también relaciónales. Así
se lo van a quitar por algún motivo, cuando se avecina un periodo de pues, aprovechamos relaciones pasadas, validadas por covariación,
inflación importante, o para vengarse de un engaño del consorte. Co- y seleccionadas por y para su relación con el contexto presente.
mo antes expusimos, todas esas situaciones son extraídas de la propia De acuerdo a estos postulados, mientras más semejanza tenga el
experiencia, en la que cada una es identificada covariando con el gas- problema presente con relaciones pasadas más fácilmente surgi-
to desmesurado repentino, desechándose probablemente también rá la solución. Por eso preguntar en ambientes culturales medios
otras situaciones que no covarían con dicho gasto. por la capital de Francia o por el nombre de cinco continentes no sue-
Abstrayendo a partir de estos análisis, entendemos que el hallazgo le ocasionar dificultades, al consistir las respuestas en la referencia
de hechos o respuestas no disponibles en principio implicaría los si- a relaciones pasadas semejantes a las que se necesitan en el pre-
guientes aspectos. Primero, toda respuesta relevante está constituida sente. En cambio, la solución a los problemas más complicados no
por hechos o factores que covaríen con las circunstancias a entender. habrá sido elaborada en el pasado. No obstante, de acuerdo a nues-
Segundo, esos posibles hechos relevantes son identificados entre los tras suposiciones, si alguien acaba por encontrarla es porque su ex-
conformadores de la experiencia individual; esta experiencia porta periencia contiene los elementos y relaciones necesarias, faltando
los elementos necesarios, aunque no siempre suficientes, para la solu- asociarlas en la forma que la situación presente requiere, muchas
ción de problemas. A su vez esa aportación, de acuerdo de acuerdo veces distinta a como ocurrieron en el pasado. En este sentido, apo-
con la teoría interconductual, ocurrirá probablemente de la siguiente yarían nuestra hipótesis las simulaciones experimentales realiza-
manera. Del total de la experiencia de cada individuo, los elementos das por Epstcin de situaciones de descubrimiento de soluciones
de la situación presente que funcionan en cada momento como con- innovadoras a partir de conformar en la historia del sujeto los seg-
texto seleccionan la parte o subconjunto de interacciones previas que mentos necesarios para la solución. (Epstcin et al., 1984; Epstcin,
resulta relevante a dicha situación. Esa selección y esa relevancia, sin 1987)
embargo, no son sino referencias a la relación que en el pasado del in- En todo caso, hay que añadir que esas formas más o menos nuevas
se establecen probablemente de acuerdo a las categorías competen-
dividuo se dio entre esa situación presente y algunos otros hechos que
cialcs propuestas, y en función de las semejanzas entre el problema y
ahora se seleccionan. De esta manera, el contexto presente selecciona
ciertas parcelas de la experiencia. Por eso el análisis que a continua-
una parte de la experiencia por su asociación previa con ella, al igual
ción ofrecemos de un conocido problema es sólo una de las formas
que también es cierto a la inversa que esa asociación previa hace a su
posibles de hallar solución acorde con nuestra propia experiencia, pe-
vez relevante al contexto presente. Es pues una mutua o recíproca re-
ro que en cualquier caso ilustra la interpretación interconductual que
lación entre el contexto y la experiencia,5 de la que a su vez depende la
venimos ofreciendo. Se trata de averiguar cómo atar dos cuerdas sufi-
competencia o interacción analizada encada momento. cientemente largas, colgadas a una distancia que hace imposible al-
canzar ambas a la vez. Competencialmente, el problema puede ser
4 Este ejemplo y el referido a los bloques de madera han sido tomados de E.
Raudsepp. Juegos de Ingenio. México: General de Ediciones. 1987 entendido como una relación entre el resultado pretendido y el modo
. 5 O factores disposicionales presentes e históricos, en términos de Kantor.

32 33
ciente conduce a entender las situaciones de una determinada manera.
de conseguirlo, que es aquí la incógnita. La solución supondría en-
Eso sería cosificar, o suponer como algo diferente a las prácticas de
contrar situaciones relacionadas con el objetivo de agarrar ambas
los individuos, lo que no es más que un conjunto de relaciones selec-
cuerdas a ia vez. Por eso, si se intentara una búsqueda sistemática de
cionadas de la experiencia individual. 6 La perspectiva de una relación
esas posibles soluciones, aparecería antes o después la muy probable-
es sencillamente la conexión que cada relación mantiene con un de-
mente expcricnciada situación de que la cuerda no alcanzada fuera terminado conjunto, y su inclusión es inevitable en alguno de éstos
hacia la persona, en lugar de esta ir por ella sin soltar la otra cuerda. (Moreno, 1990). Por eso, decir que una perspectiva da sentido a una
Tal relación sería desechada por algunos porque contiene a su vez la relación no es añadirá ésta nada que no tuviera, sino tan sólo conside-
incógnita de cómo hacer que la cuerda vaya hacia la persona. Sin em- rarla explícitamente como parte de un determinado conjunto de rela-
bargo, facilita la solución si de nuevo con base en un aprovechamien- ciones ya cxpcricnciadas. Así sucedía cuando identificábamos usos
to de la experiencia se llega a considerar una cuerda acercándose por para los bloques de madera o explicaciones para el cambio en una per-
balanceo por el efecto de un peso en su extremo. A partir de ahí ya es sona ahorradora: señalar cada uso y explicación suponía ubicarse en
posible volver a las sucesivas relaciones anteriores contestando cada una perspectiva. En consecuencia, entendemos que en los proble-
una de sus incógnitas (v. cuadro 6), hasta solucionar la planteada co- mas que exigen cambio de perspectiva o dimensión, no se encuentran
mo problema principal. las soluciones porque se cambie de perspectiva, sino que encontrar
CUADRO6 determinadas soluciones implica cambios de perspectiva o dimen-
(Atar dos cuerdas R Modo de lograrlo) sión. El cambio de dimensión no es la causa del hallazgo de la solu-
ción, sino que ésta supone o conlleva cambio dimensional. Por eso,
No validez de "Acercamiento de persona a cuerda suelta"
cuando la bibliografía del tema aconseja que para resolver problemas
Posibilidad de "Acercamiento de cuerda suelta a persona" R Modo de lograrlo difíciles conviene cambiar la forma de entenderlos, quizá no esté
orientando adecuadamente, ya que dicho cambio es consecuencia o
coetáneo y no causa de la solución. Y ésta proviene, como sabemos,
Posibilidad de "Movimiento Pendular" R Modo de lograrlo
de la identificación y evaluación de la covariación entre esa posible
solución y la pregunta.
Atando algún objeto
Otra vez más, por tanto, las competencias relacional y de covaria-
ción parecen ser útiles para identificar prácticas y situaciones varia-
Los últimos casos analizados sugieren, por tanto, que las catego- das. Hemos visto su utilidad en casos de validación de relaciones, de
rías propuestas pueden ser útiles también cuando el planteamiento de resolución de problemas que exigen completar algún elemento, e in-
un problema no aporta aparentemente toda la información necesaria, cluso establecer nuevas relaciones. En otras palabras, el planteamien-
porque falta todo un elemento y la perspectiva en la cual encontrarlo; to de una relación parece ser un logro general de la práctica humana,
en este sentido, servirían también para el análisis de juegos de jeroglí- permitiendo la covariación correspondiente validar tanto relaciones
ficos, de desciframiento de códigos desconocidos, y en general para ya planteadas, como lograr el planteamiento o percepción de otras
todas \as situaciones denominadas de solución y no mera resolución nuevas. Y todo ello cuando esas competencias contienen alguna in-
de problemas, de aprendizaje por reestructuración o cambio de pers- cógnita en sus elementos. Por ello, los casos sin incógnitas podrán
pectiva tcspccto al punto de partida (v. Pozo, 1987; Vega, 1984). ser identificados a su vez como enunciados o conocimientos ya ad-
El uso cotidiano del termino perspectiva refiere sentido o formas quiridos.
deíerminadasi ¿c entender las situaciones. Y en la teoría intcrconduc- 6 En estos términos, una perspectiva, dimensión o dominio, corresponde
erspccliva no dcbe tanto con ¡o que Wittgenstcin llamó un juego de lenguaje, como con los factores
ser considerada como una disposicionales históricos de Kantor.
poseída por los individuos, que como causa efi-

34 35
Otras aplicaciones y apoyos para En este mismo sentido, puesto que inteligencia, memoria, aprendi-
la taxonomía competencia! zaje o cualquier otro término psicológico consisten en apreciar desde
perspectivas diferentes la interacción individuo —medio, nuestras
En lo que acabamos de mencionar vemos que al señalar especificacio- referencias competcnciales a dicha interacción podrán ser utiliza-
nes, como por ejemplo la existccia o no de incógnitas y su ubicación, das en todos esos temas también. De hecho, ya están siendo aplicadas
se obtienen correspondencias entre las categorías competcnciales en investigaciones sobre metodología y estadística, en instrucción y
propuestas y términos psicológicos y cotidianos tales como resolu- educación, en ámbitos clínicos (López et al., 1990; Moreno, 1991,
ción de problemas, validación, diseños de investigación, etc. Este
Moreno y López, 1990; Trigo et ai, 1991...) e incluso en una colabo-
planteamiento es característico de la teoría intcrconductual, en la que
ración en una tesis doctoral sobre ingeniería del diseño gráfico.
cada término en estudio no corresponde a un hecho o proceso distinto,
En todos esos campos, las categorías propuestas ofrecen funda-
sino a diferentes perspectivas sobre la interacción individuo medio,
único proceso psicológico. En consecuencia, nuestras identificacio- mentalmente las siguientes dos posibilidades: permiten identificarlas
nes competencialcs de la interacción pueden corresponder a un am- competencias y elementos componentes de cada situación analizada,
plio conjunto de términos y conceptos; casi tantos como perspectivas y además orientan las intervenciones que se requieran. Así por ejem-
en las que incluyamos a las competencias. Pongamos algunos ejem- plo, permiten identificar las relaciones establecidas por los alumnos
plos. Si las soluciones logradas por covariación en determinados pro- que aprenden incorrectamente o por las personas con algún trastorno
blemas significativos se consideran diferentes a las conseguidas con de conducta, y orientan en la búsqueda de otras relaciones alternativas
anterioridad, se estaría ante casos de creatividad o descubrimiento. Si a las problemáticas de cada caso. También facilitan la instauración de
en cambio se considera el nivel funcional de cada interacción, podría estas alternativas mediante el manejo de las correspondientes cova-
decirse que nuestras categorías competcnciales permiten identificar riaciones, que a su vez pueden ser enseñadas como una regla que los
logros tanto de tipo situacional como abstracto y/o rcferenciales. Si propios sujetos podrían utilizar.
no todas las relaciones conectan tan sólo dos elementos, nuestras Entendemos, en definitiva, que todas estas consideraciones, más
categorías se adaptan a cualquier complejidad, incluyendo por tan- los análisis realizados anteriormente, constituyen un conjunto signifi-
to cadenas y ciclos de relaciones, relaciones múltiples, de segundo o cativo de datos y casos diferentes que vienen a apoyarla hipótesis de
tercer orden, etc., y contando además con que la covariación es posi- la generalidad de nuestras categorías. No obstante, cabe añadir algún
ble en todos esos casos, como sucede por ejemplo en los diseños de otro apoyo. Poruña parte están las numerosas referencias a dichas ca-
investigación. Si las covariaciones se establecen con la regla de iden- tegorías que pueden identificarse en el lenguaje técnico cotidiano. Por
tidad/diferencia entre los elementos, se dirá estar estudiando la ex- ejemplo, el procedimiento de ensayo y error describe las asociaciones
istencia de relación; en cambio, utilizar la regla de mayor/menor de éxitos y fracasos con diferentes actos o situaciones; y los razona-
presencia de un elemento respecto al otro, supone el estudio de la for- mientos y frases condicionales especifican la ocurrencia de determi-
ma de la relación o del orden de los datos. Sí uno de los elementos res- nados hechos sólo ante algunos otros y no ante distintos. Igualmente
pecto al otro, supone el estudio de la forma de la relación o del orden ocurre con ciertos términos: decir que un hecho es, por ejemplo, ade-
de los datos, y uno de los elementos se considera en una perspectiva cuado o relevante respecto a otro significa refercnciar no sólo una
numérica y no así el otro, tal relación se identificará como medición asociación entre la presencia de ambos, sino también que al faltar o
del segundo. Si no hay correspondencia entre una relación y una cova- variar uno de ellos ocurre algo similar con el otro; en ese sentido es re-
riación pretendidamente ligada a ella, o si la covariación no se ajusta a levante saludara una persona cuando la encontramos, lo que conlleva
sus criterios definitorios, lo realizado por el sujeto se considerará co- no hacerlo cuando tenemos ya un tiempo hablando con ella. Análisis
mo erróneo o insuficientemente fundamentado. similares pueden ser hechos con términos como concordancia, conco-
mitancia e incumbencia; estar adaptando, acoplando o coligando; ser

36
37
conforme, conexo, pertinente, afín, apropiado o ajustado; y ata- elementos de conocimiento. Las características, tipos y desarrollos de
ñer, competer, concernir, corresponder o connotar. Si además consi- tales relaciones, y su aplicación a diversos campos de estudio consti-
deramos perspectivas específicas, otros muchos términos pueder ser tuyen temas importantes de dichas disciplinas. Los conceptos de
añadidos: en asuntos de espacio, términos como arriba o inferior, co- conjunto, correspondencia, aplicación, clases de equivalencia, or-
locar, retirar o sacar, refieren el logro de relaciones y covariaciones, denamiento, entre otros, son referencias obvias a prácticas relacióna-
de igual manera que al tratar de operaciones manipulalivas lo hacen les. Por ello, no nos cabe duda de que la aproximación matemática a
términos como apretar, doblar, soltar, entre otros muchos. Por tanto, las relaciones puede serde enorme utilidad para una definición y va-
tan numerosos referencias del lenguaje a relaciones y covariaciones lidación cada vez más precisas de los conceptos competcnciales
parecen apoyar también la generalidad de dichas competencias. aquí planteados. Por eso, bien como venimos intentándolo (More-
Es también un apoyo relevante la existencia de identificaciones ex- no y Martínez en preparación) o en cualquier otra forma, es posible y
plícitas muy similares a nuestras categorías; que otros hayan percibi- deseable plantear una axiomática formal de las competencias en la
do patrones similares avala algo más la significación de todas ellas, que los diferentes objetos temáticos de psicología queden entendidos
incluidas las nuestras. A pesar de la especificidad de cada una, es rc- como teoremas evaluablcs empíricamente y derivados de unos pocos
saltable cómo en diferentes tiempos y ámbitos teóricos, la observa- axiomas fáciles de aceptar.
ción cuidadosa de las actuaciones humanas ha conducido a identificar Por último, también existen similitudes con propuestas realizadas
pautas no muy diferentes entre sí. en el ámbito psicológico. Referidas en su mayoría a algunos de los ti-
En la filosofía empirista, rcvalorizadora de la observación, surgie- pos de condicionamiento, comienzan por constatar la insuficiencia de
ron detalladas identificaciones del comportamiento humano ligadas a la contigüidad entre estímulos diversos o entre respuesta-reforzador
situaciones de experimentación, inducción o descubrimientos entre como patrón descriptor, para identificar después que lo significativo
otras. De hecho, nuestras constataciones no difieren mucho de las de ambos procesos consiste en la contingencia o control di fcrcncial de
planteadas por Francis Bacon y John Stuart Mili en los siglos XVII y los hechos asociados y no asociados al estímulo incondicionado o re-
XIX respectivamente. Es claro que el espíritu de esos tiempos era muy forzador; en términos generales eso es lo planteado con diferentes
diferente a los actuales, y que portante lo es también el planteamiento matices entre otros por Rescorla (1967), Catania y Kcller (1981), Gib-
e interpretación de las regularidades observadas en los individuos. bon y Balsam (1981), Jcnkins, Barncs y Barrera (1981), Millcr y
Por eso nosotros no pretendemos estar describiendo características Schachtman (1985) o Shanks y Dickinson (1987).
poseídas por la naturaleza humana, sino tan sólo proponiendo un sis- En efecto, analizando competcncialmcnte tales contigencias resul-
tema de conceptos que describan de forma económica una amplia ga- ta que los procedimientos experimentales, para la instauración de los
ma de situaciones. Asimismo, nuestras propuestas son planteadas condicionamientos clásico y operante vienen a corresponder con las
sólo como tentativas, sujetas a las modificaciones que impongan tan- covariaciones necesarias para que el sujeto establezca la relación dc-
to la contrastación empírica como la evolución teórica. En cualquier finitoria de cada fenómeno en estudio y para que el investigador pue-
caso, leer a los autores citados es sentirse cercano a sus objetivos y co- da evaluar dicha adquisión (v. Moreno Trigo, Martínez y Martínez
partícipes de sus pretcnsiones, a pesar de la diferencia de terminolo- (1991), para el análisis del condicionamiento clásico). De igual ma-
gías, supuestos y argumentaciones empleados en épocas separadas nera, y aunque introduciendo innecesarios componentes de tipo
por decenas o centenas de afios. reprcsentacional, también en el ámbito cognoscitivo se han identifi-
Nuestras propuestas competcncialcs pueden considerarse próxi- cado patrones semejantes a nuestras categorías, viniendo a señalar,
mas también a planteamientos de diversas ramas de la matemática, de como hacen Richardson y Carlhy (1990) que las llamadas repre-
los dos últimos siglos sobre todo. Como ejemplos, tanto el algebra co- sentaciones y conceptos implican el establecimiento de covariaciones
mo el análisis toman como conceptos básicos a las relaciones entre para establecer relaciones.

38 39
Tantas identificaciones de patrones semejantes no ha llevado, sin razonable. Pero una cosa es la razonabilidad y otra distinta la validez
embargo, hasta ahora a la percepción de su posible generalidad. Por confirmada de manera abundante y variada. A tal fin, es necesario au-
una parte, todas las propuestas citadas contemplan a dichos patrones mentar los estudios validadores, profundizando los campos en estu-
únicamente con la incógnita en los valores de la relación R; el resto de dio y comenzando otros, estudiando en detalle factores que facilitan u
casos no son contemplados, con lo que la relevancia concedida es más obstaculizan la consecución de los logros descritos, y replicando los
limitada. Por otra, en varias de esas propuestas no se menciona siquie- resultados en la mayor medida posible. En tal proceso, se deberá man-
ra la posibilidad de generalizar tales catcgon'as más allá del ámbito o tener y potenciar una continua sucesión entre validación y aplicacio-
tema en el que hayan sido planteados, concibiéndolos por tanto como nes de conceptos, evaluando además el alcance de su generalidad.
una descripción de un tema en exclusiva. Algo similar sucede en pro- En este programa de trabajo en torno a las categorías planteadas
puestas filosóficas y metodológicas, en las que los patrones identifi- pretendemos en definitiva no desecharlas antes de su posible refuta-
cados se consideran explícitamente o no ligados de forma específica o ción; evitaremos así venios sometidos a la no deseable situación des-
mayoritaria a la experimentación como en Galileo, al descubrimiento crita por Bacon en los términos siguientes:
como en Bacon, a la inducción como en Mili, o a la validación de de- Es propio de la inteligencia humana en asuntos de descubrimiento ser
terminadas hipótesis como en los textos actuales de metodología. tan ligera y mal regulad.; "">--! principio desconfía de sí misma y des-
Otros, como Shanks y Dickinson (1987), llegan a ncgarcxplícitamen- pués no tarda en dcspr^ciarsc. ¡^ parece primero increíble que se pueda
te la posibilidad de generalizar el análisis de inferencias humanas, hacer un determinado descubrimiento; en cambio luego, cuando está
después incluso de haberla sugerido con anterioridad (Dickinson y realizado, !c parece increíble haya permanecido ignorado tanto tiempo7
Shanks, 1985). En cambio, otros como Rescorla (1985) comienzan a Francis Bacon
plantear la posibilidad de esa generalidad, aunque por ahora tan sólo Novuin Organum
Líber 1.110.
entre el condicionamiento clásico y los dalos ofrecidos por la teoría
de la Gestalt.
En nuestra opinión, en cambio, y con base en lo mostrado en pági- Bibliografía
nas anteriores, tales categorías serían más generales, sirviendo para
describir los logros componentes de la experimentación y de la ob- Arnau, J.. (1982-84) Diseños experimentales en psicología y educa-
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flin
En este trabajo hemos seguido el usual consejo a los científicos: ser li-
bres, atrevidos y confiados al plantear la hipótesis. Tras ello falta en
7 Solet auícm tnens humana, in hoc inven!'*oni$ curriculo, tam Iceva scepenu-
gran medida todavía el complementario trabajo de validar dicha hipó- mero el male composita esse, ut primo diffidat, eí¡iú-'1o post se contemnat; atque
tesis de forma sistemática y crítica. Los análisis, datos y situaciones primo incredibile ei videatur aliquid tale inveniri posse, pc^tquam autem inven-
aquí presentados tienen su valor en cuanto convierten a la hipótesis en tum sit, incredibile rursus videatur ad homines lamdiu fugerepoíuis*r

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logy, 18. 158-194. se ha derivado, sufre las contradicciones lógicas y restricciones que
ha impuesto la adopción de un modelo mecánico de causalidad.
Para examinar la naturaleza de los problemas que genera nues-
tras representaciones causales en cl estudio de la conducta, es nece-
sario referirnos brevemente al tránsito que se dio en la psicología del
modelo aristotélico al modelo mecánico de causalidad.

Aristóteles: el alma y las causas


La correcta comprensión del modelo causal aristotélico sólo es posi-
ble si se le relaciona con su concepto de alma. En los tratados Parva
naluralia, De la historia de los animales y De anima, aparece históri-
camente la primera formalización sistemática del alma como objeto
de la psicología. En estos tratados, el alma es vista como algo que no
es el cuerpo, pero si algo del cuerpo; el cuerpo es potencia y el alma
entelequia, es decir potencia cumplida en acto.
Según Aristóteles, el ser animado es compuesto de cuerpo y alma:
el cuerpo es materia cuya forma determina sus potencias o faculta-
des; el alma se identifica en y como la realización o cumplimiento de
* Universidad de Guadalajara. Universidad Nacional Autónoma de México-Izta-
cala. Trabajo leído por invitación en cl "Primer Coloquio sobre Psicología Intercon-
ductual". Guadalajara, Jal. México, 24-26 de febrero de 1992.

44 45
a) La causa material, es decir, la materia que constituye a los cuer-
estas facultades y se define por ellas. De csla manera, el alma se da co-
pos;
mo entclcquia de lo que es en potencia, es decir, como organización
b) La causa formal, que se refiere a la forma que define a la materia
funcional actualizada de lo que los cuerpos pueden ser y hacer en las
como cuerpo específico;
condiciones en las que son o hacen.
c) La causa eficiente, es decir la acción de otro cuerpo que como
Las potencias o facultades más importantes: nutrición y reproduc-
acontecimiento discreto actúa, afecta y es afectado por el cuer-
ción, translación y sensación, razonamiento e inteligencia, varían de-
po en términos de su forma y materia;
pendiendo de la materia y forma de los cuerpos en los que se dan, por
d) La causa final, referida al cumplimiento consistente de las po-
eso no todos poseen las mismas facultades, aunque es cierto que
tencias del cuerpo, es decir, la actualización de la potencia fren-
aquellos que poseen las más complejas poseen también las más
te la acción eficiente de otro cuerpo tal como debe ser según su
simples.
materia y forma.
El alma, como principio de los cuerpos con vida, no se refiere a
En esta lógica, la psicología representaría propiamente el estudio
ningún tipo de entidad trascendente o separable del cuerpo. Antes
del alma como organización funcional de la relación organismo-me-
bien, el concepto de alma representa la unidad de un esquema clasifi-
dio ambiente, en la que concurren como dimensiones causales la ma-
catorio funcional de la conducta de los organismos, desde los niveles
teria, la forma, la eficiencia y el fin. La teorización psicológica, en
netamente biológicos hasta los que hoy reconoceríamos como psico-
consecuencia, atendería a la descripción de los tipos de consistencia
lógicos. Además, en este planteamiento no se establecen diferencias
natural de la conducta. A esto volveremos más adelante, pero antes
de cualidad ontológica entre el ser humano y el resto de los animales.
puntualicemos la inversión conceptual de esta lógica y el aislamiento
Por el contrario, y antecediendo con muchos siglos el trabajo de los
de la eficiencia en el modelo causal de la mecánica renacentista.
evolucionistas, se sostiene un principio de continuidad natural entre
los cuerpos definidos por el tipo de alma que poseen. Aristóteles reco-
noció tres tipos de alma: El alma se mistifica y la eficiencia se aisla
- El alma vegetativa, correspondiente a la actualización de las fa-
Al transformarse el soporte naturalista de las prácticas científicas y de
cultades de nutrición y reproducción, común a todos los cuer-
explicación con el establecimiento del judco-cristíanismo como eje
pos con vida;
de las representaciones ideológicas dominantes, el concepto aristoté-
-El alma sensitiva, que además de incluirlas facultades nutritivas
lico de alma fue objeto de una mistificación que alteró no sola-
y reproductivas, incorpora la sensibilidad y la motilidad, dán-
mente su significado como concepto referido a la organización
dose solo en los animales con desarrollo sensorial y motriz;
funcional de la conducta de los cuerpos con vida, sino que también
- El alma intelectiva, que incluye a las dos primeras pero integra
modificó sustancialmente su lógica de causalidad y explicación.
como rasgo distintivo a la facultad racional e intelectiva, exclu-
San Agustín, aparentemente influido por las concepciones ncopla-
siva del ser humano.
tónicas de gran aceptación en el siglo IV y V, concibió al alma como
La visión naturalista y sistemática que priva en el tratamiento del
ser o sustancia interior, omniscente y conductora del cuerpo, que sólo
alma y su clasificación jerárquica en términos de inclusividad progre-
puede ser conocida mediante un proceso de reflexión sobre sí mis-
siva, también se aprecia en la noción de causalidad que fundamenta la
ma en el que el alma se auto-revela. El alma, para San Agustín, es di-
lógica de explicación de lo natural. Para Aristóteles, explicar es llegar
vina en tanto inmortal y transcendente a la corrupción del cuerpo, por
a los principios o causas de aquello que se pretende explicar. Los
ello el hombre no se reduce a un ser natural como los animales. Dios y
principios o causas no son otra cosa que el origen de donde se deriva
hombre se hacen uno como resultado de la comunidad derivada de la
lo que es haciéndolo ser así. Las cuatro causas genéricas identificadas
posesión del alma.
por Aristóteles son:

47
46
En la obra de San Agustín el rasgo más importante del ser humano, cuencia, en la concepción tomista se establece una distinción entre
lo que lo hace ser lo que es, es la posesión del alma como componente hombres y animales que se fundamenta en la posesión del alma ra-
divino. En esa virtud, su interés por lo que de natural hay en el hom- cional.
bre, su cuerpo y operación, se reduce al mínimo imaginable, aten- Por el terrible dominio de la iglesia cristiana durante el medioevo
diéndolo solamente para contrastarlo con el alma divinizada. El sobre la producción de conocimientos, toda preocupación en el hom-
cuerpo se corrompe, es transitorio y se diluye en el cambio al que de bre se restringió a las cuestiones vinculadas al alma, es decir, a cues-
continuo se ve sometido; en contraste, el alma es perfecta, inmortal c tiones meramente teológicas. No fue sino hasta el renacimiento que se
incorruptible: es divina. El alma, en suma, es vista por San Agustín reestableció el interés científico en la explicación de lo natural, y en
como una sustancia simple (indivisible) incorpórea, autocontcnida y particular lo que de natural hay en el hombre.
autorreflexiva que, como minicosmos interno, reproduce a Dios en el Sin ser el único científico renacentista con este interés, Descartes,
hombre. ocupa una lugar de singular importancia en la conformación histórica
Con variantes que en lo sustancial no la modificaron, las concep- de la moderna teoría de la conducta por haber formalizado la dualidad
ciones agustinianas permanecieron vigentes en el pensamiento filo- sustancial alma-cucrpo y proporcionar las condiciones para una rcdc-
sófico hasta el siglo xil¡, cuando Santo Tomás realizó una conversión finición de la psicología y su objeto de estudio.
conceptual de la psicología aristotélica que la hizo parecer como fun- Para Descartes, el hombre constituye un compuesto de cuerpo y al-
damento de los preceptos teológicos. Esta conversión consistió en la ma, siendo ambas sustancias de naturaleza ontológica distinta.
recuperación de la terminología aristotélica pero aplicada con una ló- En suDiscurso delMétodo dice:
gica ncoplatónica. Pero enseguida noté que si yo pensaba que todo era falso, yo, que pensa-
Para Santo Tomás, el hombre se constituye en compuesto de alma ba, debía ser alguna cosa, debía tener alguna realidad; y viendo que esta
y cuerpo; el cuerpo representa la materia y el alma su forma. Sin em- verdad: pienso luego existo era tan firme y tan segura que nadie podía
bargo, el cuerpo como materia es sujeto de corrupción y muerte, quebrantar su evidencia, la recibí sin escrúpulo alguno como el primer
mientras que el alma es trascendente c inmortal. En clara contradic- principio de la filosofía que buscaba. Examiné atentamente lo que era
yo, y viendo que podía imaginar que carecía de cuerpo y que no cxitic-
ción con Aristóteles, para Santo Tomás el alma representa una sus- ra nada en que mi ser estuviera, pero que no podía concebir mi no
tancia distinta y separable del cuerpo, con facultades que es capaz de existencia,porque mi mismo pensamiento de dudar de todo constituía la
actualizar sin el concurso del cuerpo. Las facultades nutritiva, sen- prueba más evidente de que yo existía —comprendí que yo era una
sitiva e intelectual o racional, que en Aristóteles correspondían a los substancia, cuya naturaleza o esencia era a su vez el pensamiento, subs-
tipos de alma, fueron consideradas por Santo Tomás como facultades tancia que no necesita ningún lugar para ser ni depende de ninguna cosa
material; de suerte que este yo (o lo que es lo mismo, el alma) por el cual
del alma, y empleadas como criterio para distinguir al ser humano del soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y más fácil de co-
resto de los animales. nocer que él (1981, pág. 21).
De acuerdo con Santo Tomás, las facultades nutritiva y sensitiva,
La descripción que hace Descartes del alma la caracteriza como
que operan con el concurso del cuerpo y sus órganos, dejan de existir
una sustancia no corpórea ni material que es definida por el pensa-
al corromperse el cuerpo, mientras que la facultad intelectiva o racio-
nal mediante la cual se formulan principios universales irrespcclivos miento:
de cualquier sensibilidad particular y que no involucran ningún órga- No soy más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendi-
no del cuerpo, es separable de él. Ahora bien, en tanto, el alma huma- miento, una razón.. (Descartes 1981, pág. 60)
na es la única que posee la facultad intelectiva o racional, se deduce Por su parte el cuerpo es visto como:
que es la única trascendente c inmortal, mientras que el alma animal ... todo lo que pueda ser terminado por una figura; que puede ser com-
se restringe a la dimensión de lo transitorio y perecedero. En conse- prendido en algún lugar y llenar un espacio del tal manera que cualquier

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otro cuerpo quede excluido de esc espacio; que puede ser sentido por el a) Todo cuerpo se encuentra en uno de dos estados: movimiento o
tacto, la vista, el oído, el gusto o el olfato; que puede ser movido en di- reposo;
versos sentidos por la impresión que recibe cuando siente el contacto de b) El estado de un cuerpo sólo se puede alterar por la acción de otro
una cosa extrafia; no puede moverse por su propio impulso, como tam- cuerpo que actúa sobre el por contacto directo;
poco puede pensar o sentir, porque esto ya no pertenece a la naturaleza
del cuerpo... (Descartes 1981, pág. 59). c) El cambio de estado que resulta del contacto, en tanto reacción,
es proporcional a la acción ejercida;
Estos pasajes ilustran cómo en la íbrmalización cartesiana del dua- d) La acción csümulüva de los objetos sobre el cuerpo es concebi-
lismo alma-cuerpo el yo adquiere sustancialidad como razón y el da como la causa del efecto observado como reacción;
cuerpo como materia sujeta a las leyes de la mecánica. e) El efecto reproduce o refleja las propiedades de la causa, por lo
Conocida su desconfianza en el conocimiento proveniente de la tanto su conocimiento y explicación descansan en las propieda-
experiencia mediante los sentidos, Descartes asumió que el único des del evento causal corno agente necesario.
conocimiento verdadero era el conocimiento racional que se expre- De esta manera, la causalidad aristotélica quedó reducida en el mo-
sa como idea abstraída de lo sensible y los accidentes de lo particu- delo mecánico a las relaciones entre la acción de un cuerpo que actúa
lar. Los modos no racionales de conocimiento, en consecuencia, como causa eficiente y la reacción en el cuerpo sobre el cual dicha acción
carecían de legitimidad y verdad; por ello, tanto el comportamiento se ejerce para explicar su movimiento. El sentido de esta reducción es
no racional como el de los animales no humanos se concibieron como más claro si se considera que el concepto de movimiento se refirió al
expresiones más o menos complejas de las leyes de la mecánica. cambio de lugar, mientras que en Aristóteles, se refería al cambio de
Tanto en el Tratado del Hombre como en Meditaciones Metafísi-
lugar, cantidad y cualidad.
cas y El Discurso del método, Descartes insiste en rebatir la suposi-
ción de que todo movimiento del cuerpo es causado por el alma,
sosteniendo que sólo aquellos que reflejan a la razón pueden ser con- La causalidad mecánica en
siderados como resultados de la acción del alma. De esta manera ads- el análisis de la conducta
cribió la conducta no-racional humana y la de los animales al ámbito
de la causalidad mecánica, mientras que aquella que resulta de la ac- Con la aparición da Los Reflejos Condicionales de Pavlov (1927) el
ción del alma, la racional o voluntaria, exclusiva del ser humano, ha- concepto de reflejo se formalizó como unidad básica para describir y
bría de ser encargado a una disciplina distinta: la psicología. explicar sistemáticamente la relación causal entre el medio ambiente
Este nuevo encargo social de conocimiento, la relación de la sus- estimulativo y la actividad del organismo. Al centrar el estudio de
tancia extensa (el cuerpo) y la sustancia pensante (el alma), constitu- la conducta en el elemento causal de la relación, la conducta se en-
yó históricamente la interrogante respecto de la cual las distintas tendió como una clase de respuestas discretas que reflejaban o repro-
teorías psicológicas posteriores representaron variantes de respuesta, ducían las propiedades del evento estimulante: su relación se concibió
según se asumiera un paralelismo, un intcraccionismo o un isomorfis- como un reflejo.
mo entre estas sustancias. Por otro lado, para el estudio de la conducta Bajo la suposición de que el efecto era explicado en términos de las
animal y el comportamiento no-racional e involuntario en el hombre, características de la causa; lo que interesaba era saber de que manera
se procuró un modelo propio de la época: el modelo mecánico del el estímulo —la causa— afectaba a la respuesta —el efecto—. De esta
reflejo.
manera, la conducta fue vista como una relación de dos factores: uno
Desde la óptica de este modelo, el movimiento del cuerpo es expli-
necesario y otro contingente. La respuesta discreta, en tanto efecto,
cado con una lógica bí-estacional que adopta los siguientes principios
generales: constituía el elemento contingente que reflejaba la acción y propieda-
des del estímulo. El estímulo, como acción discreta de ambiente,

50 51
representó, en tanto causa, el elemento necesario de la relación y el flejo. Entre estas operaciones, la de rcforzamicnto y extinción fueron
determinante primero de las características de la respuesta. las que recibieron mayor atención.
Esta lógica causal también está presente en el trabajo de Skinner Los procesos conductuales, para Skinner, sólo pueden identificar-
(1938) en tanto una extensión paradigmática al campo de la conducta se a partir de las operaciones involucradas en la producción de los
instrumental y el aprendizaje por ensayo y error, que la teoría pavlo- cambios en la conducta. Por esta razón, el condicionamiento no se re-
viana había reducido a secuencias encadenadas de reflejos condicio- fiere a un tipo de cambio en la fuerza de la conducta, sino a la clase de
nales simples. operaciones que producen dichos cambios. La operación de referencia
Esquemáticamente, pueden distinguirse en la teoría del condicio- es la de reforzamicnto, es decir, la de presentar un estímulo reforzante
namiento operante una serie de características que reflejan la influen- en relación con la respuesta o con el estímulo del reflejo reforzado.
cia del modelo mecánico de causalidad, así como los problemas que Si el reforzador se presenta en relación con la respuesta, el cambio
se generan como consecuencia: resultante se denomina condicionamiento operante; si, por el contra-
1) La distinción operantc-respondicnte, piedra angular de su teoría rio, el estímulo reforzante se presenta en relación con el estímulo, el
fue establecida en los términos de la lógica causal mecánica como cambio se llama condicionamiento respondiente. El reflejo o con-
identificación de los elementos necesario y contingente de la relación ducta condicionada se define, entonces, por su relación con el re-
causal: en el caso de la conducta respondiente, el estímulo consiluyc forzador.
el componente necesario y la respuesta el elemento contingente; A diferencia de esto, la extinción es vista para ambos casos como la
mientras que en la conducta operante la respuesta es el elemento necesa- operación de suspender la presentación del estímulo reforzante, con
rio y el estímulo el elemento contingente de la relación. Formalmente, el subsecuente descenso de la fuerza del reflejo condicionado, distin-
esta distinciónsc apoyó cnun criterio de identificación obscrvacional del guiéndose como operante o respondiente según el tipo de condiciona-
evento necesario (causal) para la ocurrencia de la respuesta. miento al que siga.
De acuerdo con Skinner, las diferencias entre estos dos tipos de Por la evidente importancia que adquiere la relación del estímulo
conducta se originaban en el carácter provocado o emitido de la res- reforzante con el elemento (estímulo o respuesta) del reflejo reforza-
puesta. En el primer caso la respuesta es reacción refleja ante la ac- do, no deja de ser notable la ambigüedad con que se maneja el tipo de
ción del estímulo, mientras que en el otro caso la respuesta se presenta relación de que se trata. Por un lado, simplemente se dice que el refor-
en ocasiones en las que nosotros no podemos identificar u observar zador sigue al estímulo o a la respuesta, mientras que en otras ocasio-
algún estímulo antecedente al que podamos atribuir su provocación. nes se afirma que el estímulo reforzante se correlaciona con alguno
De esta manera, a pesar de que se mencionaron algunos criterios de estos términos, y, en otras más, se establece que es una relación de
adicionales (tales como la naturaleza del sistema biológico involucra- contingencia la dcfinitoria del tipo de condicionamiento. En su con-
do en la fase de respuesta), la distinción de conducta operante y trastación, Skinner señala que:
conducta respondiente puede ser vista en términos estrictamente El (condicionamiento) tipo S (respondiente) sólo es posible en la con-
obscrvacionalcs, o bien expresarla lógicamente como una distinción ducta respondiente porque el necesario So (estímulo antecedente) está
ausente en la conducta operante. El término originalmente correlacio-
en términos de las relaciones causales establecidas entre sus elemen- nado con So debe ser irrelevante, porque de lo contrario la correlación
tos constitutivos. La atención diferencial a cualquiera de estos dos cri- también se daría con Ro (aun cuando difieran las condiciones tempora-
terios tiene importantes implicaciones para evaluar la consistencia les de la correlación). El tipo R (operante) sólo es posible en la conducta
lógica de la distinción, como veremos más adelante. operante, porque, en caso contrario, si estaría correlacionado también
2) El estudio de la participación de las "terceras variables", como con un estímulo (1938. pág. 125)
las llamó Skinner en 1931, se refería propiamente al estudio de las Es evidente en esta cita que la suposición de que la irrclevancia de
operaciones que afectaban la fuerza de la conducta —o fuerza del re- la Ro ante el Eo en el condicionamiento respondiente sea considerada

52 53
igual a su no-existencia es una mera petición de principio, y aceptarla discreto en laberintos, cámaras de salto, cajas-problcma y los pro-
llevaría a postular la existencia de estímulos funcionales sin la corres- cedimientos de condicionamiento clásico.
pondiente respuesta (cuestión explícitamente rechazada por Skinner, Entre las características más importantes de esta metodología, ade-
1938). Por el contrario, debe ser claro que, por irrelcvante que sea, la más de los controles bien conocidos, están las siguientes:
respuesta ante el Eo necesariamente existe y, en consecuencia, la co- - El análisis de la conducta y sus cambios se realizan en tiempo re-
rrelación del reforzador con Ro también se establece. al, es decir, sin las interrupciones experimentales conocidas co-
En el caso del condicionamiento operante existen otros problemas, mo "intervalos entre ensayos";
derivados de la distinción entre conducta operante y conducta respon- - Se hace permanente la disponibilidad de un operador sobre el
diente: cual ejecutar la respuesta cxperimcntalmcnte definida y cuanti-
Por un lado, si se acepta el criterio estrictamente observacionaí pa- ficada;
ra la distinción, es evidente que a pesar de no identificarse el estímulo - El operando se mantiene fijo en un sector de la cámara experi-
provocador (Eo) de la respuesta, en ia conducta operante, aquel tam- mental, restringiendo cspacialmcntc el punto de interacción or-
bién existe, cuando menos uno, respecto del cual la respuesta ocurre ganismo-medio;
(como en el caso de la conducta respondiente) y por lo tanto en ambos - Se enfatiza la programación de los estímulos en tiempo;
tipos de condicionamiento el reforzador se correlaciona por igual con - Los efectos de los estímulos sobre la conducta se miden en tér-
el estímulo y con la respuesta, perdiendo sentido la distinción. minos de cambios en la frecuencia promedio de la respuesta en
Por otro lado, si la distinción entre conducta operante y respon- tiempo (tasa y patrón),
diente se define por el elemento contingente de la relación, es claro - Los datos se derivan del análisis de organismos indivi-
que en el condicionamiento operante el reforzador, como el elemento duales;
contingente de la relación a reforzar no puede ser simultáneamente Entre los avances que esta metodología implicó respecto a la tradi-
parte de la relación reforzada y la "tercera variable" que afecta dicha ción del ensayo discreto, pueden mencionarse las siguientes:
relación. La contradicción lógica en este caso también debilita enor- - Al terminar con las restricciones sobre la frecuencia de respues-
memente la distinción entre los dos tipos de condicionamiento. ta que la metodología de ensayo discreto impone, se introdujo
Adicionalmente, a pesar de que se evitó el problema de los efectos el tiempo como dimensión fundamental en el análisis de la con-
retroactivos del rcforzamicnto postulando a la respuesta como clase y ducta, posibilitando el reconocimiento metodológico de que la
no como ocurrencia particular, la función causal del reforzador es tá- conducía constituye una interacción continua entre el organis-
citamente asumida. Un problema lógico dentro del mismo modelo mo y los objetos y eventos de su medio. Con ello, fue posible
causal adoptado, es que al reforzamiento como elemento contingente contar con muestras de conducta, tal como ocurría en el tiempo
no se le pueden atribuir las propiedades explicativas que la lógica cau- y no como promedio de muestras en tiempos discontinuos que
sal mecánica reserva para el agente necesario. La respuesta es el ele- representaban a la conducta abstraída de su dimensión temporal
mento necesario, y, en todo caso, es a quien corresponderían las efectiva.
funciones lógicas de explicación causal. - La posibilidad de responder en cualquier punto del tiempo du-
3) En la estrategia metodológica general desarrollada por Skinner, rante la sesión experimental, permitió estudiar los cambios de
conocida como "Metodología de operante libre" (Fcrstcr 1953), se la conducta momento-a-momento con base en el análisis direc-
puede apreciar una serie de características que reflejan la influencia to de las condiciones prevalecientes durante los cambios obser-
de la tradición reflcxológica, al mismo tiempo que acusan un impor- vados.
tante avance respecto de las metodologías tradicionales del ensayo - El análisis continuo en tiempo, a su vez, volvió innecesario pro-
mediar datos de distintos sujetos para describir "sujetos idea-

54 55
les" desligados de las condiciones concretas en que tenía lugar manentes. En un arreglo típico, la respuesta de apretar la palanca des-
la interacción con el ambiente. cribe efectivamente un evento discreto del que se puede indicar con
- Terminar con los sujetos ideales o promedio, significó también precisión el inicio y el termino; el estímulo discriminativo, es fácil-
la recuperación del organismo individual en interacción con su mente identificado como el encendido de una luz o un tono particula-
medio como objeto de análisis psicológico. res; finalmente, la operación del aiimentador como operación de
- De modo general, permitió la normalización de procedimientos, rcforzamiento constituye también un evento discreto, es decir, una
medidas y datos conductualcs, que representaron históricamen- ocurrencia. Ahora bien, cuando se afirma que en el condicionamiento
te el primer cuerpo estructurado de datos experimentales sus- lo que se afecta no es la probabilidad de ocurrencia de una respuesta
ceptibles de contrastacíón y rcplicación sistemática. particular, sino de una clase de respuesta, de la que cada respues-
Ahora bien es obvio que en la metodología de la operante libre tam- ta particular es sólo una instancia, la respuesta de la que se está ha-
bién se observan influencias de la lógica causal mecánica. Ribcs blando ya no es una de la que se pueda hablar con términos de ocurrencia,
(1991) ha resumido en los siguientes puntos la influencia de dicha ló- sino de una de las que sólo se puede hablar con términos disposiciona-
gica en los aspectos metodológicos: les. Los términos disposicionalcs describen colecciones de eventos,
- La lógica de dos estados (movimicntos-rcposo) descriptiva del que aunque parten de ocurrencias singulares no se refieren a ellas, si-
comportamiento de los cuerpos, se representó en el análisis de no a tendencias, propensiones o capacidades (Ryle, 1969). Cuando se
la conducta en los términos dicotómicos de respuesta y no-res- dice que el reforzamicnto afecta a la clase queda claro que no esta-
puesta; mos hablando de ocurrencia alguna, sino de una colección de ocu-
- El carácter atómico de la unidad de análisis, está expresado en la rrencias.
selección de unidades discretas de actividad (respuestas) como De manera semejante, el término rcforzamiento que inicialmente
representativas del flujo conductual total, y la selección de me- se aplica en la descripción de ocurrencias discretas, sufre un cambio
didas de frecuencia promediada en tiempo (tasa de respuesta) conceptual análogo. La definición del rcforzamiento en términos de
como medida básica; sus efectos sobre la clase de respuesta, como antes dijimos, describe
- La representación del espacio como lugar fijo, manifestada con cambios en Improbabilidad de que se presenten nuevas instancias
la ubicación del operando en un sector constante de la cámara de la clase de respuestas a la que sigue. El rcforzamiento, sólo se
como el punto espacial de la interacción del organismo con el puede identificar como tal en términos de los cambios en la tenden-
entorno. cia o propensión del sujeto a responder. Como tales, los efectos del re-
- La importancia concedida a la estabilidad como criterio de or- forzamiento no corresponden a una ocurrencia, sino a una colección
den, se expresó en la búsqueda de estados estables, descuidan- de ocurrencias (no se puede decir que una respuesta ha sido reforzada
do los procesos de adquisición y las transiciones de un estado a si sólo se presenta una vez después de presentado el reforzador). En
otro. consecuencia, si el reforzador sólo se puede definir como tal en térmi-
4) Por otro lado, si se examinan el estatuto conceptual de los tres nos de una tendencia, su estatuto lógico corresponde al de los términos
términos incluidos en el paradigma de la operante discriminada, se disposicionales, no de ocurrencia.
hace evidente que existen graves confusiones lógicas derivadas del Por último, el estímulo discriminativo también es confundido en su
modelo causal mecánico en el que se amparó su formulación. Exami- uso conceptual como término disposicional. Todo estímulo es defini-
némoslas brevemente: do como tal en tanto constituye la acción discreta o instantánea de un
Los términos de estímulo discriminativo, reforzador y la respuesta, objeto o evento ante el cual el organismo responde. Y así como la de-
constituyen inicialmcnte términos que describen ocurrencias, es de- finición de un estímulo no puede darse al margen de una respuesta
cir, acciones discretas o instantáneas, no estados o condiciones per- asociada, ni viceversa (Kantor, 1978; Skinner, 1938), es también in-

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correcta la denominación de estímulo a cualquier condición perma- La paradoja lógica de la teoría del condicionamiento operante es que
nente del medio en el que el organismo intcraclúa. Lo permanente en por usar términos diposicionalcs como enunciados legales ha despro-
el medio constituye el contexto o condiciones bajo las cuales la con- visto a sus formulaciones de descripciones verdaderamente disposicio-
ducta tiene lugar. nales sin ser capaz de construir enunciados causales genuinos o leyes
En la definición del estímulo discriminativo como la ocasión para sobre la conducta (pág. 11).
el reforzamiento, de inmediato se pueden apreciar dos aspectos ya La paradoja se refiere, evidentemente, a que los enunciados legales
mencionados en los casos de la respuesta y el reforzador. Uno, que no describen las relaciones genéricas entre ocurrencias (eventos), para
existe ninguna propiedad del estímulo que permita su identificación las cuales se carece de términos genuinos en la teoría del condiciona-
de manera independiente al reforzamiento, es decir, que no se puede miento debido a que aquellos con los que se contaba se transmutaron
distinguir, como evento, de ninguna otra ocurrencia (ignoramos si el lógicamente en términos disposicionales. Sin embargo, y aquí está la
encendido de una luz o un tono será un estímulo dicriminativo, refor- paradoja, por usar incorrectamente los conceptos ahora-disposiciona-
zador, avcrsivo, etc.). Dos, que en tanto ocasión, el estímulo dis- les en enunciados tipo-ley (como las del condicionamiento), se termi-
criminativo no es una ocurrencia, sino un estado. Con reducidas na por carecer también de enunciados disposicionales que den cuenta
excepciones, en todos los procedimientos discriminativos, el "estí- de los factores contextúales de las variables en interacción directa, cu-
mulo" discriminativo es una condición permanente hasta la pre- yas relaciones debieran cubrirse conceptualmcntc con los enunciados
sentación del reforzador, lo que lo hace lógicamente equivalente al legales.
operando (y en un extremo que nos llevaría al absurdo, a la misma cá- Con base en lo que hasta este punto hemos expuesto, parece claro
mara experimental). ¿O acaso la palanca no es también una condición que el origen de esta paradoja lógica en la teoría del condicionamiento
permanente y necesaria del ambiente para que la respuesta sea refor- operante descansa en el aislamiento que la mecánica renacentista hizo
zada? El operando es un estímulo?, ¿el piso de la cámara es un estímu- de la causa eficiente respecto a las otras causas aristotélicas (formal,
lo?... ¿una luz encendida permanentemente es un estímulo? material y final).
Por razones asociadas a la adopción de un modelo causal mecánico Sin embargo, para resolver los problemas que se derivan del mode-
y la consecuente carencia de términos explícitamente diseñados para lo mecánico de la causalidad en la teoría de la conducta, no sería sufi-
dar cobertura conceptual al contexto de las variables en interacción ciente con reintegrar al análisis las causas formal, material y final.
directa, los tres términos del paradigma operante se usaron concep- Es necesario, ademas recuperar el significado funcional del concep-
tualmentc como términos disposicionales a pesar de estar confeccio- to de alma y el problema de la consistencia como criterio de realiza-
nados originalmente para describir ocurrencias y formulados dentro ción concreta de las potencias del cuerpo con vida, es decir, de
de una lógica de causalidad exclusivamente eficiente que cnfatiza, realización de los fines del ser.
precisamente, la acción discreta de objetos y eventos en relación.
Ribes (1992) señala recientemente que los enunciados legales des-
criben relaciones entre ocurrencias, aunque no se apliquen a ocurren- Teoría de la conducta y
cias particulares, sino a relaciones genéricas entre ocurrencias. Por la consistencia natural
otro lado, los enunciados disposicionales aunque adoptan la forma de
Para regresar a los planteamientos de la primera sección de este traba-
enunciados legales, describen tendencias y propensiones en la forma
jo, y de acuerdo con Aristóteles, las causas material, formal y final
de colecciones de eventos, de los que no se dice nada a pesar de deri-
concurren con la causa final para definir el bien. En su Metafísica
varse de ellos. Las características lógicas de la teoría del condiciona-
miento operante han conducido a una paradoja que Ribes (1992) Aristóteles nos dice que:
describe así:

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...la cuarta (causa) es la causa final de las cosas, el bien, porque el bien pero en el segundo sentido el movimiento se da como el paso de aque-
es el fin de toda producción (Libro primero, capítulo 3, pág. 9,1980). llo que no es, pero lo es en potencia, hacia su realización como ser en
Más adelante aclara: acto. Movimiento es, entonces, el paso de la potencia al acto.
Las demás causas son el fin y el bien de todas las cosas: causa final sig- Ahora bien, si el cuerpo es potencia y el alma cntclcquia, el movi-
nifica, en efecto, el bien por excelencia, y el fin de los demás seres (Li- miento o cambio de una a otra, se explica por la identificación de su
bro quinto, capítulo 2, pág. 77,1980) término o fin en que culmina, es decir, su bien o perfección como ser.
Debe ser claro que el termino "bien" en la causalidad aristotélica Y como nada pasa de la potencia al acto sin el influjo de la acción de
no es empleado en su acepción moral ni se refiere al cumplimiento de otro ser ya en acto, la explicación del ser y su perfección requiere tan-
un propósito o plan preestablecido, sino que describe el cumplimiento to a la forma y la materia como a la acción eficiente de otro cuerpo.
de potencias en acto, de acuerdo con la materia y la forma del cuerpo En este sentido, la consistencia entre forma, materia y eficiencia es
sometido a la acción eficiente de otros cuerpos. En otras palabras, se el criterio de realización del ser, perfección o bien.
refiere a la realización de aquello para ¡o que se está hecho y en las Es necesario dejar claro que la consistencia no es, ni puede serlo, la
condiciones apropiadas para ello. misma para todos los cuerpos, puesto que no todos lo cuerpos poseen
La interdependencia de la materia, la forma y la eficiencia señalan las mismas potencias. Por esta razón, hablar de consistencia nos obli-
la consistencia necesaria que entre ellas se establece para expresarse ga a hacer una diferenciación y caracterización de los modos o tipos
como causa final; por ello, la consistencia constituye el criterio de de consistencia que definen, de hecho, los tipos de ser o perfección.
realización del ser como aquello que es. Aplicado en el terreno de lo psicológico, la consistencia como cri-
Antes de continuar, es necesario aclarar lo siguiente: hemos dicho terio de realización necesariamente se expresa en la naturaleza fun-
que la mecánica renacentista tenía como propósito la explicación del cional de la relación establecida entre el cuerpo con el medio. Por
movimiento de los cuerpos: para ello desarrolló el modelo causal que esta razón, desde un punto de vista no mecánico de la causalidad, la
hemos expuesto. teorización acerca de la conducta no solamente no puede restringirse
Para la física aristotélica, el objeto también es el movimiento. Sin al análisis de la causa eficiente, sino que, además de incorporar a la
embargo, el concepto de movimiento era radicalmente distinto; para causa material y formal, debe reconocer su culminación en actos que
la mecánica, movimiento es cambio de lugar, es decir, translación. definen los tipos o niveles del ser psicológico.
Pero para Aristóteles movimiento es algo más: es cambio de lugar, Para lograr este propósito creemos que la teoría de la conducta de-
cambio de cantidad y cambio de cualidad. be satisfacer las siguientes condiciones:
Antes de Aristóteles, Parménidcs señalaba que la explicación del a) Formular los conceptos necesarios para la cobertura conceptual
movimiento requería especificar tres condiciones: a) aquello a lo que de las causas material y formal;
se llega a ser; b) aquello que no es lo que se llega a ser (lo que se es), y; b) Identificarlas maneras en que las relaciones de eficiencia se or-
c) el agente que genera el cambio del no-scr al ser. En tanto cambio ganizan como estructura funcional de las interacciones entre el
del no-scr al ser, el movimiento, se veía como una contradicción, por organismo y su medio;
lo que Parménidcs lo rechazaba como imposible. c) Caracterizar los tipos de consistencia, o naturaleza funcional de
Aristóteles, aunque aceptó el carácter contradictorio del paso del las interacciones organismo-medio, a partir de los aspectos an-
no-scr al ser, identificó dos formas del no-ser: Una, en el sentido en teriores.
que, por ejemplo, una mesa no es un anciano (y nunca llegará a serlo); Examinemos rápidamente cuales son las posibilidades actuales
otra, en el sentido en que un recién nacido no es un anciano (peropue- para que en la teoría de la conducta se cumpla con lo que hemos
de llegar a serlo). En el primer sentido, el movimiento no es posible, propuesto:

60 61
a) Un primer paso en la recuperación del modelo aristotélico, fue cas y los parámetros espacio-temporales de la situación en la
dado por Kantor (1978) al formular su modelo de campo que in- que se da. El concepto de media don funciona I designa al proce-
corpora el reconocimiento conceptual de la participación de so mediante el cual alguno de los elementos de la interacción se
factores contextúales de las variables en interacción directa. constituye en el factor crítico para la estructuración del campo
Los conceptos kantorianos de función de estímulo, función de contingencias. Por último, el concepto de función conduc-
de respuestas, medio de contacto, factores disposicionales, his- íual, se aplica para describir las formas cualitativamente distin-
toria interconductual y límites de campo, surgen de redcfinir a tas de contacto organismo-medio.
la conducta como un campo multifactorial en el que se estable- De acuerdo con los propios autores de la taxonomía, las funcio-
cen relaciones de interdependencia y afectación recíproca entre nes conductuales identifican los modos de organización de los
los factores participantes. La reincorporación de las causas ma- campos de contingencia, por esta razón puede verse, entre otras
terial y formal en este modelo se da por el reconocimiento con- virtudes, que la propuesta de Ribes y López (1985) contribuye
ceptual de: en lo relativo a la identificación y clasificación de las relaciones
1) los estados del organismo, las condiciones de la situación de eficiencia enmarcadas en el análisis de las causas material y
en que se establece la interacción, y la historia interactiva corno formal.
probabilizadorcs o disposicionales de ésta, y 2) el medio de c) A pesar de que las aportaciones de Kantor, Ribcs y López contri-
contacto y los límites de campo comoposibilitadores y delimi- buyen a delimitar la naturaleza funcional de las interacciones
tadores de la interacción, respectivamente, psicológicas respecto de las interacciones biológicas y socia-
b) Ahora bien, derivada de este modelo, se plantea la cuestión de la les, se sigue careciendo de una caracterización que defina los fi-
identificación de las relaciones establecidas entre los factores nes, niveles de perfección, o ser psicológico. La identificación
en interacción directa como relaciones de eficiencia. Al respec- de los elementos presentes en la interacción y de las maneras en
to creemos que si se abandona el concepto de eficiencia mecá- que su participación se organiza como estructura del campo de
nica como provocación, y se adopta aquel más propio que se contingencias, contribuye a delimitar los tipos y modos de con-
refiere a la relación establecida entre eventos que, como accio- tacto como relaciones de eficiencia; sin embargo, hace falta
nes discretas, se afectan mutuamente, estaremos muy cerca del describir los fines en que estos culminan. Los intentos que se
concepto de contingencia formulado porRibcs y López (1985). han formulado históricamente dentro de la teoría de la conducta
. Si se acepta lo anterior, la taxonomía de Ribcs y López (1985), a este respecto son básicamente tres:
. podría verse en este contexto como una clasificación de las di- - La primera fue la tipificación pavloviana de lo psicológico en
ferentes formas que adopta la estructura de las relaciones de efi- términos del carácter temporal de los reflejos condicionales
ciencia moduladas por la acción de las causas material y formal versus el carácterpermanenie de los reflejos incondicionales;
(los factores disposicionales, posibilitadorcs y delimitantes). - Un segundo intento, es el de Skinner y su distinción de la con-
Los conceptos centrales de esta taxonomía son cuatro: con- ducta en términos del carácter operante, es decir, modificador
tingencia, desligamiento, mediación funcional y función con- del medio, en contraste con la naturaleza provocada de la
ductual. El concepto de contingencia describe la relación de conducta biológica;
interdependencia establecida entre los eventos en interacción - El tercero conocido es la distinción kanloriana en términos del
directa (estímulos y respuestas) ya sea en términos de sus pro- carácter ajustivo de las interacciones psicológicas versus na-
piedades funcionales, de su ocurrencia o de ambas. El concepto turaleza reactiva de las interacciones biológicas y el carácter
de desligamicnto se refiere al grado de independencia funcional conmutativo de las interacciones físicas.
relativa del responder respecto a las condiciones físico-quími-

62 63
Es evidente que en los tres casos, se ofrecen criterios de dis- b) La efectividad se refiere a la adecuación temporal, espacial, to-
tinción respecto de lo biológico, sin abordar una caracteriza- pográfica, duracional c intensiva de la respuesta para regular la ocu-
ción dentro de lo psicológico. La razón en los primeros dos rrencia y los parámetros temporo-espacialcs c intensivos de los
casos se relaciona con la adopción del modelo mecánico del eventos de estímulo. Es importante destacar que la efectividad inclu-
reflejo que es rcductivo de toda forma de conducta psicológi- ye a la ajustividad, es decir, la sensibilidad de la respuesta y sus pará-
ca al nivel del reflejo condicionado; en el caso de Kantor, se metros a las condiciones de estímulo que produce2;
explica por el hecho de que él nunca formuló una teoría espe- c) La pertinencia describe variabilidad efectiva de la respuesta y
cífica de los modos de organización de los campos intcrcon- sus propiedades de acuerdo con la variabilidad del ambiente y sus
ductualcs (con excepción tal vez de su análisis de la conducta condiciones. La respuesta, para decirlo de otro modo, debe ser perti-
lingüística: Kantor, 1977) nente situacionalmente a las contingencias operativas y su continua
Ante esta insuficiencia, consideramos que es posible resca- variación. En este caso, la pertinencia también incluye a la efectivi-
tar el concepto de consistencia y relacionarlo con los niveles dad y la ajustividad como componentes integrados3;
propuestos en la taxonomía deRibcs y López (1985) para rcali- d) La congruencia describe una característica que solo está presente
zaruna caracterización de la naturaleza funcional de la conducta en las interacciones en las que la reactividad se independiza morfológi-
psicológica en sus distintos niveles de organizaciónpara delimi- camente de las propiedades físico-químicas y los parámetros espa-
tar los niveles o tipos del ser psicológico como perfección o fin. cio-temporales de la situación, es decir, cuando las contingencias
funcionales se establecen por sustitución lingüística. La congruencia en
estas interacciones se refiere a la correspondencia de las contingencias
Hacia una taxonomía de sustituidas lingüísticamente y ¡as contingencias siíuacionales efectivas.
la consistencia psicológica En palabras menos extrañas, la congruencia se refiere a la corresponden-
cia entre el hacer y el decir como prácticas efectivas con respecto a las
En un primer intento por delimitar las características funcionales de
situación en las que se dice y hace. Aunque no sea necesario, es con-
las interacciones psicológicas en sus distintos niveles de organiza-
ción, se pueden reconocer cinco características funcionales que veniente cnfatizar aquí que la pertinencia, la efectividad y la ajustivi-
describen la consistencia psicológica en términos progresivamente dad son incluidas como componentes de la congruencia4;
más complejos e inclusivos, a saber: c) Por último en el nivel más complejo, en el que la organización de
a) La ajustividad; las contingencias se da como contingencias entre sustituciones como
b) La efectividad;
2 El condicionamiento operante y sus procedimientos, los fenómenos estudiados
c) La pertinencia; - ' como inteligencia práctica y otros, son ejemplos de este nivel en el que la efectividad
d) La congruencia; de la respuestas es la característica central de la interacción.
3 Los procedimientos de igualación de la muestra, los estudios sobre formación
e) La coherencia; de conceptos en animales, el aprendizaje de reglas, entre otros, ilustran el nivel en el
a) La ajuslividad describe la plasticidad reactiva que se da como ajus- que la característica central déla interacciones la pertinencia (que, insistimos, incluye
necesariamente a la regulación y a la efectividad).
te témpora-espacial de la respuesta en términos de los parámetros lem- 4 Ilustraremos esto señalando que en los episodios lingüísticos, la conducta del
poro-espacialcs de los eventos de estímulo; describe propiamente la referidor consiste en sustituir las contingencias de una situación (el referente) en oirá
regulación de las propiedades paratnétricas y funcionales de la res- situación (aquella en la que ¡a interacción tiene lugar). La doble correspondencia que
debe existir entre la sustitución y, por un lado, las contingencias que efectivamente
puesta en términos de las dimensiones paramétricas de estímulo1; operan en la situación de la que se sustituyen las contingencias, y por otro lado con la si-
tuación en la que la sustitución tiene lugar, es un primer aspecto de la congruencia sus-
1 Las situaciones de condicionamiento clásico, la superstición, el auto-moldcamiento, titutiva. Un segundo aspecto de la congruencia sustituí!va es la correspondencia entre
algunos efectos perccptuales, y otros más, ilustran este nivel en el que la dimensión reactiva la conducta del referido respecto de las contingencias sustituidas. De esta manera, la
de la interacción simplemente se ajusta a ios parámetros de estímulos/n afectarlos. congruencia es el rasgo distintivo del nivel sustitutivo referencia!.

64 65
producto lingüístico, es decir, en el que el individuo con su conducta como congruencia y coherencia, es decir, como convencionalidad ex-
establece nuevas relaciones entre productos lingüísticos abstraídos de presada en la práctica efectiva y sustituliva.
las situaciones concretas en que son elaborados, la coherencia, como Planteado de esta manera, el comportamiento animal debe ocupar
organización de las correspondencias descritas en el nivel previo, se un lugar en la teoría de la conducía que, sin ser menos importante,
establece como la característica funcional que describe la correspon- tampoco reduzca la complejidad de la consistencia psicológica al de
dencia entre "decires" como una forma de "hacer". En esta última la mera efectividad mecánica que la teoría del condicionamiento Ic ha
característica funcional de las interacciones psicológicas más otorgado.
complejas, a diferencia de lo que ocurre en los casos anteriores, las ca- Es importante insistir, antes de concluir, en el hecho de que la con-
racterísticas de ajuslividad, efectividad, pertinencia y congruencia sideración de la naturaleza funcional de las interacciones psicológi-
pierden sentido como tales; en este nivel la coherencia se da sólo co- cas complc,,ienta e integra el análisis de los factores disposicionalcs,
mo convención lingüística y en ella misma se definen los criterios a posibilitadorcs y dclimiladores cuya participación se reconoce en la
los que se ajusta su práctica como ejercicio compartido5. estructura de los campos psicológicos. En términos más simples, di-
Ahora bien si se retoman estas características funcionales de las in- ríamos que la consistencia de los organismos cuyo desarrollo onto y
teracciones psicológicas, y se relacionan con los niveles de organiza- filogcnctico le permite establecer interacciones contextúales, alcanza
ción de los campos contingcncialcs que se porponcn en la taxonomía su fin psicológico cuando se comporta ajustivamcntc ante su medio
de Ribos y López (1985) se puede tipificar fácilmente a las interaccio- ambiente; que los organismos cuyo desarrollo onto y filogcnético le
nes contextúales como eminentemente ajustivas, las interacciones su- potencia interacciones suplementarias, se realiza como ser psicológi-
plementarias como prácticas efectivas; las interacciones selectoras co en tanto es efectivo al intcractuar con su medio; que aquellos orga-
como conducta pertinente; las interacciones sustitutivas refcrcncial y nismos con un desarrollo de vida ecológica y gregaria se realizan en la
no refcrcncial como conducta congruente y coherente en tanto com- medida en que se comportan pertinentemente ante la variabilidad
portamiento convencional que se ajusta a los criterios derivados de su del medio, y así hasta reconocer que el ser humano en su dimensión
propio ejercicio como práctica social compartida. psicológica de análisis se realiza como tal en tanto su consistencia se
Así, una clasificación del ser psicológico sería aquella que recono- expresa como coherencia que —paradójicamente— define sus pro-
ciera a los organismos cuya perfección se alcanzara cuando su mate- pios criterios de congruencia, pertinencia, efectividad y ajustividad.
ria, su forma y sus relaciones eficientes con el medio, le hace ser
ajuslivo, efectivo, pertinente, congruente y/o coherente.
Asimismo, se desprende de nuestra propuesta que el estudio de la
Bibliografía
conducta animal tiene que ver en lo fundamental con el estudio de Aristóteles (traducción española, 1980) Acerca del alma, Madrid,
la ajustividad, la efectividad y la pertinencia situacional de la conduc- Credos.
ta, así como con los procesos que culminan en la consistencia necesa- Descartes, R. (traducción española, 1981) El discurso del método;
ria para su consecución. Meditaciones metafísicas. México, Porrúa.
Aunque en la conducta humana también se dan estas característi- Fcrstcr, Ch. (1953) Tlic use of frcc opcrant in tha analysis of behavior.
cas funcionales, la consistencia psicológica se da fundamentalmente PsychologicalBulleün, 50, 263-274.
Kantor, J. R. (1977) Psychological linguisíics. Granville, Principia
Press.
5 La creación científica, los lenguajes simbólicos o formales y la formulación de Kantor, J.R. (1978)Psicología interconductual. México, Trillas.
principios en el campo religioso, en ci que la etica o la estética, constituyen ejemplos
de este nivel interactivo en el que la coherencia, como organización de corresponden- Pavlov, I.P (1927) Condilioned reflex, Oxford Univcrsily Press, Oxford.
cias lingüísticas, es la característica funcional básica.

66 67
Ribcs, E. (1991) Skinncr y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y IV. Problemas filosóficos de
lo que nos corresponde hacer. Apuntes de psicología, 33, 147- la psicología interconductual
174.
Ribcs, E. (1992) Bchavior as thc functional contení of language ga-
mcs. Trabajo leído en Nevada conference on the varieties of
scientific conlexíualism. Reno Nevada, January, 3-5.
Ribos, E. y López, F. (1985) Teoría de ¡a conducía; un análisis de JOSEP ROCA i BALASCH
campoyparamétrico. México, Trillas.
Skinner, B. F. The concept of rcflex in the description of behavior.
T/ie Journal of general psyc/iology. 5, 427-458, (1931).
Skinncr, B. F. (1938) The behavior oforganisms. New York, Applc-
ton Ccntury Crofls.
Introducción
Mis amigos E. Ribcs y F. López me propusieron el título de esta con-
ferencia, cosa que considero un gesto de confianza y simpatía por mi
aportación al trabajo que ellos iniciaron hace unos años con una obra
importante titulada "Teoría de la conducta" (Ribcs y López 1985).
He aceptado este reto en aras de la misma valentía con la que ellos
desarrollaron los capítulos de teoría científica y psicológica que tanto
nos han servido en ese intento de mejorar el estatus científico de la
psicología.
En esos capítulos se hace lo que, en propiedad, debe llamarse meta-
física. En efecto, se reflexiona sobre los principios generales, teóricos
y metodológicos, que son previos a la tarea propiamente científica del
psicólogo, es decir: previos a hacer "física" psicológica. Luego viene
una propuesta concreta de ordenamiento funcional y paramctrico en
la que no voy a entrar. Me centrare en esos temas que sirven de orien-
tación general, previa y primera a toda acción científica. Entiendo, en
este sentido, que hablar de "problemas filosóficos" significa hablar
de los principios generales y de las cuestiones previas y primeras del
trabajo científico.
Quiero destacar, ya de entrada, que no valoro ningún esfuerzo de
trabajo psicológico tanto como el que se dirige al establecimiento
de un marco teórico que sirva para centrar nuestra disciplina en el
* Instituí Nacional d'Educació Física de Catalunya,-Barcelona. Universitat de
Barcelona.

69
68
contexto de las otras ciencias naturales. Afirmo esto cubase a la evi- íismo sobre un mensaje ya terminado; se trata de construir una teoría
dencia de que nuestra disciplina se halla en un estado de confusión re- viva que represente la mejor y más naturalista concepción de lo men-
lativa a su objeto de estudio, metodología y relación con otros tal, en la que no hay un estadio terminal. Es una manera de pensar
fenómenos naturales; lo cual hace necesaria una propuesta teórica que es una manera de vivir profcsionalmcntc; las más noble manera
coherente. Las pugnas del conducüsmo con enfoques exitosos ta- —creo yo— de vivir la psicología.
les como el psicoanálisis y el cognosciíívismo mentalista o mccani-
cista, son muestra suficiente del estado pre-paradigmático de ¡a
psicología el cual, sin duda cufcmísticamcnte, se le ha cualificado de Kantor el comportamiento psicológico
mulíiparadigmático. en el mismo lugar y extensión que otros
Sin embargo no hay sólo la necesidad de superarse a partir de unos comportamientos
postulados conductistas básicos que compartimos los que nos halla-
mos aquí; hay algo más. La psicología, quizás sin tenerlo muy asu- Creo que se puede afirmar que toda la obra de Kantor es un enorme
mido, esta acarreando con la noble y difícil tarca de sustituir la esfuerzo para una reconversión sistemática de todos los términos
concepción dualista del hombre vigente en nuestra sociedad. Quiero psicológicos en términos de acción. Ya fuera hablando de percep-
decir, nuestra disciplina tiene no sólo una necesidad de fundamcnla- ción, de lenguaje o de evolución, Kantor tradujo lodo a términos de
ción sólida y aclaramicnto conceptual, sino también una misión social acción, cosa que se significaba generalmente con el término sinó-
que la trasciende. Hablar de la mente o la psique no es un lema irrclc- nimo de comportamiento. Es por ello que su definición de la psico-
vantc; es tocar lo más sensible del entramado ideológico de nuestras logía se concretaba en este enunciado: Mind is noí a substance or a
culturas. Eso ya se ha puesto de manifiesto, al menos parcialmente, quality, but action —(he ways in which and individual adapts
desde las propuestas conductistas de Watson. A veces, se ha cnfati- hiniselfío the things and conditions ofhis millieu (Kantor, 1971;
zado la idea del deícrminismo de la conducta y otras veces se ha su- Pag- 267)
brayado la capacidad de control sobre la conducta humana que puede Esta definición encierra y surge de la preocupación fundamental de
desarrollar la psicología científica. Pero esos planteamientos han sido Kantor por sacar a la psicología de esa creencia según la cual se ocu-
únicamente amagos de ataque, para decirlo en términos deportivos. paba de cualidades secundarias o de algo alejado y distinto del mundo
Queda por presentar una propuesta global y sólida respecto que es físico. No hubo tregua en esc pensar encaminado a naturalizar lo psi-
lo mental, cómo se da y cómo se relaciona con las otras funcionalida- cológico, en contra del estado de cosas que nos había dejado el dualis-
des de la naturaleza. mo cartesiano.
La psicología intcrconductual constituye el enfoque psicológico En uno de sus primeros trabajos, Kantor (1938/1971) tocó ya con
principal en la toma de conciencia de esos dos retos de la psicología: profundidad el tema que me parece crítico en la construcción de la
definirla y estructurarla como ciencia y significar su papel e inciden- teoría psicológica: el tema del espacio y del criterio de extensión en
cia en la cultura. Es por ello que me siento honrado al poder hablar las ciencias.-
hoy entre otros psicólogos que comparten esa manera de entender la El primer paso para tratar ese tema consistió en notar que lo psico-
psicología. lógico era separado de lo científico-natural por el hecho de no tratar
No se trata, sin embargo, de dormirse en los laureles... No sólo de- de lo que ocupaba espacio o extensión:
bemos tratar de divulgar nuestro enfoque psicológico sino que, en- As long as psychology dcal withs consciousncss, sensations, mental
tiendo, debemos tratar de mejorarlo en libertad y atendiendo al statcs or processcs —in short, ¡he íraditional, non-cxtcnsible or non-
universo de fenómenos psicológicos y cuestiones científicas genera- spatial — it is not a natural sciencc, evcn though laboratory workcrs ac-
les que se nos presenta..Quiero decir que no se trata de hacer proseli-

70 71
tually dcal with physical things as slirnuli and physiological things as (Kantor 1971; pág. 24). En definitiva, Kantor propone la inclusión de
rcactions orphascs of rcactions (Kaníor, 1971:pág22). lo psicológico en el universo de las otras ciencias naturales obviando
Esta es, todavía hoy, la asunción básica del pensamiento cientí- el prejuicio que lo psicológico trate de un universo irreal y alejado de
fico-cultural que tiene atenazada la psicología y que lleva a la justi- las coordenadas espacio-temporales; y aún más: lleva a la conclusión
ficación de la división de toda la naturaleza en dos universos o principal que todas las ciencias estudian el comportamiento y que
sustancias: lo que es extendido u ocupa espacio y aquello que se en- esos comportamientos son coextcnsivos. Esto es lo que decía textual-
cuentra más allá, lo mental o psíquico. mente en su manifiesto intcrconductual, bastantes años más tarde:
Kantor tenía muy claro, ya en los inicios de su obra, que estaba tra- Postúlate 2. Psychologica] events are cocxtcnsivc with othcr cvcnts. —
tando de dar un giro fundamental a la concepción de lo psicológico, lo Y comenta—: Psychological fields are in all naturalistic rcspccts coter-
científico y, también, del concepto de Física. En ese sentido concluía: minus with the ficld of physics, chcmistry, biology, and the humanistic
disciplines. In fact psychological cvcnts are of coursc at the same time
Obviously, psychology can no longcr be rcgardcd as Ihc domain of qua- biológica!, biochcmical and clcctrophysical (Kantor 1980; pág. 123).
lit¡cs.hcldunrealby thephysicist. (Kantor, 1971, pág, 20).
Son de destacar en este texto las expresiones "coextcnsivc" "cotcr-
Hemos hecho mención antes a esa misión trascendente de la psi-
minus" que indican claramente que lo psicológico comparte la exten-
cología que consiste en hacer cambiar el pensar del "físico" actual
sión y el límite geográfico de los otros comportamientos —ahí
que deforma lo psíquico y lo hace irreal y que, con su enorme in-
fluencia, determina el pensar colectivo. No ha de caber ninguna duda descritos en términos de campo— y que, evidentemente, no se puede
respecto a la magnitud y trascendencia del trabajo que hacemos y que confundir lo físico con lo geográfico o geométrico y dejar fuera de
nos queda, si esa empresa intcrconductual continua. Y la primera idea ello lo mental.
programática es muy clara: no tratamos un mundo distinto del físico; Hay que hacer notar que con estas proposiciones teóricas, Kantor
es decir, estudiamos la naturaleza como lo hace el físico, ya que "físi- estuvo trabajando activamente y en la misma línea de filósofos que
co" indica lo natural y el que lo estudia, y lo psicológico es natural y el como Turbayne (1962/1974) se dieron cuenta de la herencia nefasta
psicólogo es físico, en este sentido. para la psicología, que nos legaron Descartes y Ncwton y que consis-
El segundo paso en el pensar kantoriano sobre el tema de la exten- tía en reducir la física a la geometría y dejar el criterio de comporta-
sión consiste en mostrarquc todos los científicos tratan de fenómenos miento en un segundo plano. Hay que destacar esa coincidencia y
que se pueden medir y hasta representar cspacialmcnte, pero que nin- habrá que "repensarla" para continuar, como decía, nuestra empresa.
guna ciencia puede, por decirlo así, privatizarcl espacio y echaren ca-
ra a otros su separación de el... máxime cuando han sido echados de Ciencia: el criterio de comportamiento
él. En este sentido, me atrevería a decir que el problema fundamental
de la Psicología es que nos echaron del espacio! "en lugar de" el de extensión
Hay varios textos de Kantor que tratan de ese tema y que me han Con este supuesto que lo psicológico comparte los límites o lo bordes
sugerido esas reflexiones. En el mismo trabajo que he utilizado como geográficos con otros comportamientos, Kantor propuso algo que tam-
base, Kaníor cita a un psicofisiólogo —Troland— para apoyar su te- bién es principio fundamental de la ciencia y de la psicología: una mis-
sis fundamental de que lo psicológico se da en el mismo espacio que ma situación humana es a la vez física, biológica, psicológica y social.
se dan otros comportamientos y que estos no son definidos por el cri- El mismo (Kantor, 1980) representa los campos diferenciales de los
terio de espacialidad. El físico estudia un comportamiento y trata lo tres primeros universos significando su diferencia en tanto forma de
espacial de una determinada manera y eso mismo hace el psicólogo, organización pero su cocxtensividad y confluencia en una situación
pero como el mismo Kantor afirma: We dcny tlie necessity ofassu- humana determinada.
•ming a diffcrent kind ofspaceforpsyc/iologyfrom thatfor mechantes

72 73
Y es que lo que importa es atender a los comportamientos diferen-
Llegados a este punió hay que resaltar el csfucr/o de Kanlor por re-
ciales de la naturaleza humana que cohabitan —por decirlo con una
cuperar el pensar aristotélico por cuanlo este representaba esa visión expresión política de moda— en la misma casa, el mismo espacio
de la naturaleza humana una y múltiple a la vez, pero sobre todo la geométrico y compartiendo los mismos límites espacio-temporales,
adopción del criterio de comportamiento como principio básico, que
en gene ral.
significa esencia de la naturaleza. Un filósofo catalán lo decía en una
sola frase: Arlstóül ens Invita a considerar la íesi de ¡a prioritai del
canvi sobre la extensió en la comprensió de I'ens natural (Prcvosti, Psicología: ciencia comportamental radical
1984; pág. 27).
Entiendo que los conceptos de cambio y movimiento, originales en Creo que no es abusivo que algunos psicólogos como los que nos lla-
la expresión filosófica, coinciden plenamente con la idea de compor- mamos conductistas sin ningún pudor raro, hablemos de radicalizar
tamiento kanloriana ya que toma ese comportamiento como un campo nuestras posiciones. Ciencia es lucha teórica y la lucha debe hacerse
de interdependencias de los elementos participantes. Interdependen- desde una posición de fuerza, que quiere decir desde una posición con-
cias que son inteligibles sólo como dinámica o movimiento tanto en gruente y nítida cuando se trata de esc tipo de lucha.
su funcionamiento como formas de comportamiento, como en los set- Cuando he aceptado hablar de problemas, lo he hecho con esa in-
ling facfors que hacen explícitas las variaciones cuantitativas en ese tención: ensayarla descripción de las incongruencias y ambigüedades
mismo campo. que, a mi entender, debilitan nuestro cuerpo teórico. Incongruencias y
Kanlor (1967/1978) ejemplificaba el ccntramicnto en el comporta- ambigüedades que están íntimamente ligadas a la no aceptación del
miento y su multiplicidad en una situación como la de un choque de criterio de comportamiento como primer y fundamental criterio de
coches; pero es de destacar cómo Aristóteles en De Anima daba esa entendimiento de la naturaleza por parte del físico psicólogo. Quiero
idea de la multiplicidad de formas en la descripción de una casa. decir: si bien existe una aceptación y una coincidencia en la crítica al
No se trata, sin embargo, de fundamentarse en los nombres de criterio de extensión y a la adopción de la tesis de tomare! comporta-
aquellos que consideramos autoridades. Cualquierpsicólogo y cientí- miento como criterio de entendimiento de la naturaleza, no se han
fico en general puede asumir esa idea de la multiplicidad de compor- agotado todavía las consecuencias de ese cambio de criterio.
tamientos en una situación humana con una observación libre del Esa es la idea rectora de la parte de la conferencia que queda y con
criterio dualista. En efecto, mi trabajo en el mundo del deporte me ha ella voy a describir esos "problemas" a resolver.
brindado no pocas oportunidades de observar cómo el deportista es si-
multánea y coextcnsivamcntc visto por diferentes científicos, cada Sobre la interacción entre el organismo
uno analizando una forma de comportamiento o un campo de interde- y el medio
pendencias diferenciado. En este sentido, e! deportista es visto como
un campo de fuerzas mecánicas, fisiológicas, psicológicas y socioló- Creo que se ha caracterizado la psicología interconductual con esa ex-
gicas. Piénsese, a modo de ejemplo, en el jugador de tenis: se estudia presión de que lo que estudiamos es la interacción entre el medio y el
el gesto técnico, la fatiga y la mejor preparación fisiológica, el apren- organismo. Así es como tratamos de ganar adeptos y como tratamos
dizaje de los golpes y la manera de contrarrestar un resultado adverso de desmarcarnos del termino de conducta como aquello que hace el
y se estudian, también, los efectos de los sistemas de competición y la individuo y de la linealidad y otras deficiencias de esta expresión. El
reglamentación; se analizan estas formas de comportamiento y todos término intcrconducta quiere, precisamente, cnfatizar el carácter di-
los factores que, a cada nivel, pueden dar cuenta de las variaciones námico —comportamental psicológico—de ¡a relación entre el orga-
cuantitativas. Eso es lo que hace la física, en el buen sentido de cien- nismo y el medio.
cia, en una situación humana como es el análisis del tenis.

75
74
En Kantor aparece claro, creo yo, que el término intcnicgtón quiere
embargo, hay que convenir que cuando se parte de la idea según la
enfatizar la dinarmcidad y el cambio a nivel psicológico, el cual va
cual lo que estudiamos es la interacción entre el organismo y el en-
unido a la idea de "ajuste" como adjetivo que describe el tipo de cam-
torno, fácilmente se llega a una especificación topográfica y no com-
bio particular de lo psicológico; a nadie se le debería ocurrir pensar,
portamcntal de esos elementos. Así se dice que analizamos "las
sin embargo, que los otros campos no psicológicos no son interacti-
funciones de estímulo-respuesta", siendo "estímulo" la parte del am-
vos o ajustativos. Lo son pero de otra manera.
biente que entra en relación funcional con el organismo, y "respuesta"
Ahora bien, el problema no reside —de entrada— en enfatizar la
lo contrario: aquella parte del actuar del organismo en relación fun-
interacción ajustativa sino en ese hablar por el cual se deduce que el
comportamiento psicológico se da como un intercambio transcorpó- cional con el medio.
Pero es evidente que -—tomando como ejemplo la caja de Skin-
rco entre el "organismo" y el "medio". Esc es el problema: lomamos
ncr— la "respuesta" de apretar una palanca es a su vez un estímulo —
dos entidades definidas con criterio de espacio para asentar lo psico-
lógico. es estimulación visual, auditiva, propioceptiva...— y la visión de una
luz encendida o la aparición de la comida en el dispensador son estí-
He desarrollado en otros lugares (Roca, 1988, 1990) esa infideli-
mulo y respuesta, reactiva sensorial y digestiva en ese caso.
dad al criterio de comportamiento con todas las consecuencias y debi-
No cabe el reducir "estímulo" y "respuesta" a meros hechos físicos
lidades que nos acarrea y voy a seguir aquí en ello. Al hablar en
o químicos ya que eso sería obviar el hecho incuestionable de que la
términos de "organismo" y "medio" estamos tomando esos conceptos
conducta psicológica se asienta sobre un organismo vivo; es decir, no
como descriptores de los elementos participantes en el campo psico-
puedo dejar de considerar el hecho de que una respuesta de apretar
lógico. Es decir si tomamos "medio" y "organismo" como base o ele-
una palanca es, siempre, una acción física pero también una acción
mentos de nuestra descripción comportatncntal corremos el riesgo de
biológica, como una luz que se enciende frente a mí es un hecho físi-
pensar que la base o condición material de la conducta son un cuerpo
co, pero también una reacción biológica.
y lo que lo rodea, es una clara concesión a la extensión.
Entonces, esto es lo fundamental, que nosotros —los psicólogos—
Ese hablar puede volverse todavía más peligroso para nuestra co-
hablemos de estímulos y respuestas significa, ni más ni menos, que
herencia si hacemos el juego a esc hablar común que lo tiene todo en-
obviamos el comportamiento biológico como base del comporta-
marcado en categorías de sujeto, o grupo nominal, y predicado. O,
también, de sujeto y objeto. miento psíquico. Y eso es insostenible.
Afirmo, entonces, que estímulo y respuesta se acostumbran a to-
Se reproduce, entonces, el juego del lenguaje según el cual hay un
mar con una segmentación, como decíamos, topográfica de lo que su-
sujeto que actúa o sufre la acción del medio: favoreciéndose el esque-
cede en el ambiente y lo que hace el organismo; pero lo que sucede en
ma interpretativo tradicional en el cual el individuo es quien se adapta
el ambiente es estímulo y respuesta; y lo que hace un individuo es res-
y ejecuta o aprende lo que sucede, dando pie al hablar del aprendizaje
puesta y estímulo.
"del" sujeto o a los procesos, aptitudes o variables intcrvinicntcs "en"
Esta observación nos obliga a una cuestión general que planteamos
el sujeto, para poner algún ejemplo de los conceptos mentalistas que
queremos superar. en interrogantes: ¿no será que hemos tomado el concepto de "estímu-
lo" y "respuesta" de la biología y, sin ningún miramiento, los hemos
psicologizado gracias a aquella definición según la cual estudiamos la
Sobre los estímulos y las respuestas interacción entre el organismo y el medio? Mucho nos tememos que
sí. Por efectos de aquel hablar creemos que el medio tiene estímulos y
Es conocido cómo Kantor (1967/1978) definía el trabajo del psicólo-
el organismo da respuestas y la conducta psicológica es —por decirlo
go consistente en el análisis de la/interdependencia de los elementos
así— un "ir y venir" entre estímulos y respuestas.
participantes en un campo.JNada'que objetar a esa idea general. Sin

76
Lo interesante es notar que se ha criticado el conductisino por el En efecto, en definiciones tradicionales y conductislas, se hablaba
simplismo del csqucmar e—*r, pero en lugar de criticar su reduccio- del medio, o el "milieu" o el ambiente, como lo que rodea al organis-
nismo y cspacialidad se ha querido superar "llenándolo". En un traba- mo o como el mundo exterior, dejándolo -—como decía— no sólo des-
jo de Costal! y Still (1991) se cita un autor congnoscitivisla para quien crito como algo geográfico sino como algo genérico; algo así como un
esa corriente de producción psicológica "vino a poner sabiduría entre lugar donde hay estímulos.
el estímulo y la respuesta" (sic!) (pág. 162). Eso demuestra que los La cuestión está en que, con un criterio de comportamiento, el me-
cognoscitivistas, por decirlo así, construyeron su pensar sobre nues- dio ha de venir definido, no ya como un mundo de estímulos, sino co-
tros problemas. mo unas dinámicas también comportamentales respecto de las cuales
No quiero alargarme mucho en cuestiones de crítica para lanzar se da el ajuste psicológico.
una propuesta: la base o condición material y los elementos especí- La expresión "adaptación al medio" tan característica de los psicó-
ficos de la conducta psicológica son el comportamiento rcacíivo, logos es sólo una expresión que indica que se da una adaptación gené-
no son ni el organismo —ni el organismo como un todo— ni el me- rica, pero esa debe ser especificada y lo es convenientemente cuando
dio; no son las respuestas ni los estímulos, son las rcaccipncsjbio- hacemos referencia al comportamiento físico-químico, al biológico y
lógicas. al social.
Puede decirse de otra manera: es el comportamiento vital el que es Es evidente, hay que decirlo, que esos comportamientos nada tie-
la base elemental de la conducta psicológica y ese comportamiento nen que ver —primariamente— con estímulos y respuestas; escapa a
vital —que ya incluye relaciones comportamentales de medio y orga- esas categorías para mostrarnos que el comportamiento psicológi-
nismo, así como de estímulos y respuestas —es la base sobre la que se co es adaptativo respecto de algo definido también comportamcn-
asienta la construcción de ¡a interacción ajustativa o psicológica. Una talmente. En este sentido, se hace viable una segmentación natural,
luz o la acción de otro es cstímulo-respuesta; también lo que es una por comportamcntal, de las finalidades adaptativas psicológicas
sensación propioccptiva ligada a una acción motora o los cambios que coinciden con los estudios de la percepción, el condiciona-
producto de una acción. Siempre tenemos la conducta reactiva que in- miento y la conducta psicosocial, que incluye el lenguaje o, mejor,
cluye —insistimos— relaciones de cstímulo-respuesta, como ele- el hablar.
mento del campo psicológico. "
No nos interesa, ni nos conviene, hablar de estímulos y respuestas: Sobre la interacción
no nos interesa porque ese es un lenguaje biológico y no nos conviene
porque significa volver geográfica, geométrica y extensa la conducta Hemos subrayado que en la definición de la base material del compor-
psicológica. Y no lo es aunque podamos hacer representaciones y es- tamiento psicológico y de las finalidades adaptativas, ha de privar el
pecificar la participación de los elementos reactivos en el espacio y criterio de comportamiento. Nos queda, ahora, el tema más propio de
el tiempo. definir en qué consiste esa forma de comportamiento que identifica-
mos como psicológica o psíquica.
Sobre el medio Los conductistas apostaron, obviamente, por hablar de conducta;
los intcrconductistas, por hablar de interconducta o interacción. Me
Ribcs y López (1985) definían la psicología como "el estudio de la in- parece claro que en ambos casos se quiso cnfatizar la idea de que lo
teracción del organismo total, con su medio ambiente físico, biológi- psicológico o mental era un modo o forma de comportamiento natu-
co y/o social" (pág. 81). Esa definición destaca algo que no se halla en ral; en ambos casos se quiso desespiritualizar lo mental, planteándolo
otras definiciones: el carácter comportamcntal del medio. como un comportamiento diferenciado de los demás por su carác-
ter construido en la historia de cada organismo particular. El término

78 79
intcrconducta, complementariamente, quiso cnfalizar el criterio de tivamcntca la asociación. De hecho, se trata de volver natural y com-
comportamiento y los aspectos de reciprocidad y mutualismo interac- portamental esc concepto, "sacándolo" de la mente fantasmagórica y
tivo, aspecto —este último— también enfatizado por corrientes como tomándolo como el descriptor fundamental de la interdependencia
la psicología ecológica (Slíll y Costall, 1991). contraída de los elementos reactivos.
No voy a entraren esos aspectos generales en los que estamos creo, No quisiera hacer una lectura interesada de Kanlor, citando el capí-
todos de acuerdo. Donde puede surgir un problema es en el momento tulo que dedicó a la Asociación en su Principies of Psychology (Kan-
de encontrare! adjetivo dcfinitorío del comportamiento psicológico. tor, 1924-26) y que tituló "Association as a fundamental typc of
Decían Kantor y Smith (1975) que la conducta físico-química era psychological activity". Parece como si Kantor le diera el valor fun-
"conmutativa", la conducta biológica "reactiva", y la conducta psico- damental de ser al eslabón con el que se construyen los eventos psico-
lógica "ajusjatjva". ¿Es este calificativo psicológico, suficiente? Es lógicos: siempre más complejos y exigentes de nuevas nomenclaturas
más: ¿Es realmente dcfinilorio de lo psicológico? Sinceramente no descriptivas. Hay por otra parle en aquel texto mucho de conductismo
lo creo. primitivo ligado a los conceptos de estímulo y respuesta, aunque eso
Para empezar, hay que decir que todos los comportamientos son in- no es inconveniente para desarrollar las bases naturalistas que quiso
teractivos y todas las corrientes progresistas en ciencia son mutualis- sentar y su dcsligamicnto de las posiciones que querían reducir la aso-
tas; véase, si no, la fuerza conceptual de la ecología dentro de la ciación a un problema de conexiones neuronalcs.
biología. Por otra parte, los comportamientos son ajustativos: ¿podría Dejando aquel soporte histórico y tomando la psicología en la deli-
ser de otra manera? No cabe pensar, en una perspectiva lógico-natura- mitación del comportamiento que estudia y en los fenómenos más bá-
lista, que existan comportamientos dcsajustativos. Si alguien me ar- sicos y esenciales que actualmente lomamos como propios, éste
guye que el comportamiento físico-químico no tienen finalidad, parece adecuadamente adjetivado si decimos que la psicología estu-
podría aceptarlo; pero no así el comportamiento biológico: ese tiene dia el comportamiento asociativo. Lo corroboran los fenómenos
la finalidad de adag|ajsc a las condiciones físico-químicas, ¡Toda la clave de las constancias perceptivas, del condicionamiento respon-
conducta reactiva es adaptativa o ajusíativa! Siendo así, es necesario diente y del habla, los cuales dan cuenta, a la vez, de la adaptación
marcar la diferencia respecto de esa otra manera de ser ajustativo de lo al comportamiento físico-químico, al comportamiento biológico y al
biológico. Y voy a ser rápido: ¿Porqué no decimos que si lo biológico comportamiento social que configuran •—como se ha dicho— el uni-
es ajustativo reactivo lo psicológico es ajustativo asociativo? Sí: aso- verso ambicnlal-comportamcntal humano.
ciación es el concepto que nos conviene, aunque sea antiguo y nos lle- En la figura 1, presento el dibujo que representa el campo asociati-
ve —de entrada — a un metalísmo al que no queremos volver, pero vo. En él queda claro que "E" indica no los estímulos sino los elemen-
déjenmelo decir: la condu£ta_biplógica es reactiva; la conductapsico- tos del campo psicológico que son comportamiento. Las líneas
lógica es asociativa. continuas quieren indicar la asociación entre los elementos. Esa aso-
En su definición de campo, Kantor (1967/1978) decía que el traba- ciación no es realizada porun sujeto sino que es una forma de compor-
jo psicológico consistía en describir las interdependencias de los ele- tamiento que describe otra acepción de ser sujeto; hay una acepción
mentos participantes en un campo. Si tomamos, entonces, todas las reactiva y hay una acepción asociativa, pero no hay nadie que reaccio-
reacciones vitales como elementos del campo psicológico —y no los ne o asocie —aunque el lenguaje ordinario— por aquello del sujeto y
estímulos del medio o las respuestas del organismo—, será posible el predicado— nos induzca a hablar de aquella manera y a construir
darle una nueva oportunidad al descriptor asociación que quiere decir teorías congraciadas con ese hablar.
tomarlo como la interdependencia ontogenética de los elementos. Yo No puedo extenderme en presentar una representación del campo
creo que eso es lo que estudiamos los psicólogos: la asociación, las asociativo pero sí puedo indicar que tipos de problemas se resolverían
leyes de la asociación y los factores de campo que afectan cuantita- respecto a la representación del campo psicológico kantoriano.

80 81
jetos los que hacen cosas y la interacción queda como algo que hacen
los sujetos, sean agentes o pacientes.
Un segundo problema, que es concreción de ese primero y funda-

E
mental, es el tener que acudir al concepto de "medio de contacto"—•

E aunque pueda tener una inspiración aristotélica—. Decir que la


interacción se da a través de algo es reincidir en la corporcización y
la extensión como criterio. No voy a citar ningún texto, pero tanto si
es la luz como medio de contacto físico como si es el lenguaje como
medio de contacto normativo, estamos cayendo en el mismo proble-
ma: hay un medio exterior y separado, un medio entre medio —valga
la redundancia— y un sujeto en este lado; eso es volver extensa la luz
Figura 1. Representación general del campo psicológico. y el lenguaje.
Quisiera hacer mención, sin salir de esc tema, al enfoque skinneria-
El primer problema que se resolvería es el de pensar o inducir a no del hablar y específicamente del pensar, ya que representa una con-
pensar que hay un individuo que se adapta y un medio separado secuencia típica de entender la conducta como interacción del
respecto del que se adapta. A nadie debe extrañar que después de tan- organismo con el medio. Skinncr (1957/1981) decía, que en el pensar,
to tiempo de hablar de interacción no hayamos conseguido anular la el que habla y el que escucha, son una misma persona o para ser más
idea de que un individuo es el que intcracciona y que, en consecuen- exactos "están dentro de la misma piel" (pág. 179). Se ve claro que pa-
cia, hay en el una responsabilidad actuante que se traduce en atribuirle ra la resolución de una cuestión tópica se acude a la base corpórea de
una "atención", una "percepción", un "procesamiento" y aptitudes di- la idea de interacción y donde había dos cuerpos ahora sólo hay uno
ferenciales en todo ello; cosa que queríamos evitar. Es simplemente que interactúa consigo mismo (!). Esto no es serio. A ningún biólogo
inevitable si corporcizamos los elementos básicos de la interacción y se le ocurriría decir que cuando un organismo reacciona a la comida
hablamos en términos de organismo y medio o en términos de res- en la boca reacciona al exterior y cuando hace la digestión reacciona
puesta y estímulo, ayudados por la lógica del sujeto y el predicado del consigo mismo; reaccionar no es una cuestión de cuerpos, de interior
lenguaje ordinario. y exterior o de yo y lo otro que no soy yo, dividido por la piel; es un
En el planteamiento de la psicología del lenguaje de Kantor comportamiento. Hablar también es un comportamiento y mal vamos
(1977), tenemos un buen ejemplo de la representación corporeizante cuando para describirlo dependemos de categoría de espacio o cuerpo.
de la interacción cuando se habla del que habla, del que escucha y de He hecho esta cita de Skinncr para decir otra cosa: creo que los
lo que se habla. Es una triangulación en la que "refcror" y "referee" conductislas hemos tenido miedo al interior. Me explico: nos he-
ejecutan la interacción respecto de algo "refcrcnt", pero en la que es mos sentido incómodos y hemos evitado los términos psicológicos
inevitable otorgar al que habla y al que escucha algún tipo de activi- que podían volverá la psicología mcntalista o a las psicologías que, ge-
dad que les vuelve agentes o pacientes de la acción de hablar, con to- néricamente, podríamos llamar "profundas". Pero el problema, ni que
dos los peligros que eso comporta, de atribuir a los sujetos lo que decir tiene, reside-—precisamente—en este hablar que justifica estos
Kantor nunca quisiera atribuirles. Utilizar, por otra parte, esquemas términos de interior y exterior; hablar que refleja un criterio contrario
lineales en los que se dan respuestas "atcntivas" y "perceptivas" —en al criterio comporlamental de los elementos y el comportamiento psi-
lo que él llama "fases prccurrcnles"—previas a los actos consuma- cológico.
torios, viene, creo yo, a agravar el problema. Siguen siendo los su-

82 83
Sobre imaginar y pensar gestivo—. Está presente cuando se implican lodos lo niveles de mor-
fologías en el salto y en el hablar vocal y gestual, y está presente y —
Quisiera apuntar una reflexión sobre los conceptos de imaginar y pen- ¿por qué no? solo o prácticamente sólo— cuando el atleta imagina el
sar, por cuanto creo que la incomodidad que tenemos con ellos parte salto o el estudiante piensa la pregunta. Se podría decir que los demás
también del critenojcorpoieizante en psicología. sistemas reactivos, implicados directamente como elementos en el
En primer lugar, decir que considero imajj|nar y pensar como el ajuste psicológico, están inhibidos en mayor o menor grado, pero eso
comportamiento de percibir, el primero, y como el comportamiento no es relevante aquí. La cuestión es que el SN es la base material y ele-
de hajblar, el segundo. Con ello quiero destacar que se trata de dos mental del comportamiento o el campo psicológico y sólo una visión
campos asociativos funcionalmc^te^guiyalentes pero uno con finali- comporta mental de los elementos del campo y de su estructura permi-
dad ada£tativa al comportamiento físico-químico y el otro con fi- te perder el miedo al SN y plantear una perspectiva naturalista de rela-
nalidad adaplativa al comportamiciitosocial. Posluladosquc requerirían ción de lo psicológico con lo biológico. El comportamiento
una mayorjustificación pero aquí no es el lugary, porotra parte, quie- psicológico es asociativo, por tanto ontogenético y exigente de la
ro utilizarlos sólo para mostrar cómo el criterio de comportamiento atención a la historia individual de los organismos; el comportamien-
podría permitirnos tratar con naturalidad y propiedad psicológica to ncurofisiológico es reactivo y filogcnético, como tal forma de
esos hechos. comportamiento y es precisamente la forma de comportamiento psi-
En efecto, tanto imaginar, como pensar, no son comportamientos cológica la que incorpora esos elementos reactivos, neuralcs y
internos, son simplemente comportamientos en los que las morfolo- otros, a una dinámica irreductible a su forma particular como ele-
gías reactivas implicadas no son manifiestas. Un atleta que va hacer el mentos. En esc sentido no hay nada más grosero y desesperante que
salto de altura puede realizar el encadenamiento perccptivo-motriz encontrar científicos que quieren/reducir lo psicológico a lo ncural.
sin el desplazamiento local; eso es imaginar. Pero se sigue percibien- Grosero porque quieren justificarlo que estudian por el lugar donde
do: hay comportamiento psicológico. Lo mismo cuando un estudiante miran y, en este sentido, creen que hacen biología porque miran el ce-
piensa la respuesta que va a dar o la pregunta que va hacer al final de rebro.
una clase. De nada sirven las categorías de interno y externo. Hay Pero el cerebro es conmutación, vida y asociación. Y no se puede
morfologías reactivas que pueden variar en su implicación en el com- admitir que con el nombre de "ncurocicncia" se enmascare esa de-
portamiento psicológico y esta es la cuestión. Otra cosa es que el "len- pendencia también topográfica de la ciencia biológica.
guaje interior" cxplicitc maneras de hablar diferenciales más o menos Y es desesperante porque desde esa tesitura se quieren dar leccio-
autistas. De eso no hablo. nes de cicntificidad especialmente a los psicólogos. Uno esperaría de
Llegado a este punto quisiera hacer referencia a otro miedo —así ciencias, presuntamente desarrolladas, que nos echaran una mano en
lo pienso— de los conductistas. El miedo al sistema nervioso por te- el ensayo de una psicología naturalista. En lugar de eso, se dedican a
mor a que alguien quiera identificar interno con biológico y, en gene- localizar los supuestos procesos y aptitudes psicológicas allí dentro...
ral, eí comportamiento psicológico con el reactivo ncural. cuando no hacen cosas tan estrafalarias como la de fotografiarla me-
Un criterio de comportamiento significa que los procesos de perci- moria, que tiene —eso sí—una rápida incidencia en la prensa.
bir e imaginar, así como los de hablar y pensar, implican el funciona-
lismo orgánico como base material y esa implicación puede servaría
aunque, dado el carácter coordinativo del sistema nervioso, es un Sobre el individuo y el grupo
sistema reactivo siempre presente en el percibir y el hablar —aparte
de otros sistemas como el cardiaco-vascular y el respiratorio o el di- Contraponer individuo a grupo es algo parecido a contraponer orga-
nismo y medio. Y como esta última contraposición, la primera no

84 85
ofrece, de entrada, demasiada resistencia conceptual. Sin embargo, Para justificar ese principio general, vamos a i r a otro padre de la
quisiera terminar mi conferencia hablando de esa contraposición y de psicología: Skinner. Y vamos a ir también a sus observaciones prime-
la relación entre lo psicológico y lo sociológico. ras. En el procedimiento normal de condicionamiento operante con la
Ribcs (1990a, 1990b) y López (1991) han estado trabajando larga- caja ya bien definida con su palanca y su comedero, Skinner—a mi
mente en ese tema y creo que su trabajo sigue siendo vanguardista. Yo entender— no estuvo observando otro tipo de condicionamiento dife-
aquí sólo quiero presentar una reflexión que, entre otras cosas, sirva rente al pavloviano; o, al menos, no en la manera que el creía. Yo creo
para volver más iníegrador nuestro trabajo. que estuvo poniendo las bases para establecer la relación entre lo psi-
En la psicología social tradicional las categorías descriptivas fun- cológico y lo social y, más concretamente, como se da la adaptación
damentales son aquellas de individuo y grupo; también lo son para psicosocial. A veces, me gusta decir que —en realidad— Skinner lo
la sociología y el lenguaje ordinario. Estas son dos categorías que que hizo fue enseñara hablara las ratas. Me explicaré.
—como decía— no ofrecen resistencia pero, como las otras vistas an- Skinner, a diferencia de Pavlov, estableció una convención con ca-
teriormente, han causado y están causando estragos en nuestra disci- rácter arbitrario según la cual si la rata apretaba una palanca, se le da-
plina. ba comida—hubiese podido establecer otra, entre ellas que hiciera un
Quizás vale la pena pensar en cómo surgió un pensar fundamental ruido vocal...(algunos lo intentaron)^. La cuestión fundamental,
en la psicología, para ilustrar que aquella contraposición no interesa. sin embargo, es que así como no hay arbitrariedad, entre comida en la
Como lodo el mundo sabe, Pavlov (1904/1967) trabajaba en el análi- boca —comida en el estómago, —es una convención "natural" bioló-
sis de los procesos digestivos, y más concretamente de la secreción gica— sí hay arbitrariedad en la convención apretar palanca-recibir
refleja de las glándulas en el estómago. Hay que recordar que en sus comida. Esa arbitrariedad es, de todas la que define la convcncionali-
primeras observaciones cotrapuso el reflejo biológico al que llamó dad social. Por cierto, tan natural como la biológica.
inicialmentc "reflejo psíquico". Posteriormente habló de reflejos con- Si tomamos el lenguaje como la convención social por excelencia
dicionados, en parte para dcsmarcarsc de una manera de hacer psico- o si admitimos que lo social es en esencia convención lingüística,
logía que no compartía. La cuestión a destacar es que contrapuso un puede adquirir también sentido decir que Skinner enseñó a hablar:
comportamiento—el reactivo—a otro comportamiento, —el asocia- simplemente porque hablar es comportamiento psicológico que se da
tivo—; de ahí surgió una investigación básica y fundamental para to- como adaptación a la convención social. Ha de quedar claro que
da la psicología natural. Quiero subrayar que para el establecimiento uso el concepto "hablar" en el sentido más amplío y que hay manera
de esa contraposición tan productiva de la ciencia, en ningún caso fue- de hablar que no se reduce a las de la rata.
ron relevantes las categorías de organismo y medio, ni otras catego- No obstante esta limitación quiero significar que Skinner realizó
rías espaciales. Estas fueron siempre secundarias a los conceptos de unas aportaciones que encajan dentro de la idea del campo asociativo,
reflejo y reflejo condicionado. igual que Pavlov, pero mientras este—-primariamente—desarrolló la
Lo que Pavlov describió fue cómo un comportamiento entra a for- finalidad adaptativa biológica, Skinner desarrolló la finalidad adap-
mar parte de otro comportamiento el cual, como tal, es irreductible a tativa social. Ambos, sin embargo, estudiaban el mismo comporta-
aquél, estando ambos "en el mismo sujeto", organismo o individuo. miento asociativo psicológico, más allá de diferenciaciones de
Eran dos acepciones del ser individuo. musculatura lisa y estriada, de anterioridad y posterioridad de los estí-
Cuando, por otra parte, los psicólogos nos planteamos cual ha de mulos y otros aspectos topográficos, extensos y especiales totalmente
ser la relación entre lo psicológico y lo social, habrá que pensar, creo secundarios.
yo, en términos parecidos. Concretamente y a modo de postulado: en Pero no quiero terminar este apartado sin destacar que, inde-
lugar de contraponer individuo a grupo, liay que contraponer asocia- pendientemente de la cuestión —por decirlo así— de igualación
ción a convención. psicológica entre Pavlov y Skinner, está el hecho de que con el

86 87
condicionamiento operante se sugirió la manera natural de separar lo Kantor J. R. Smith N. W. Thescience ofpsychology. An iníerbehavio-
psicológico de lo social; la asociación de la convención. Quizás si sa- ralsurvey. Chicago: Principia Press.
liéramos de la "caja" en la que estamos, en el sentido de abandonar los López F. (1991) Individuo, convenciones y sociedad. Comunicación
criterios de extensión y ver el comportamiento asociativo en relación presentada en el Congreso Internacional "LatiniDies ". Catalun-
a la convención, nos plantearíamos la existencia de convenciones ya: Sitges.
nuevas y más complejas que las de apretar y recibir comida, sabría- Pavlov I. P. (1904/1967) Reflexos condicionáis i inhibicions. Barce-
mos, de una vez por todas, plantear una buena teoría sobre el hablar y lona :Edicions 62.
el lenguaje. Prcvosti A. (1984) La Física d'Aristóli!. Barcelona PPU.
Hay muchas cosas que me gustaría añadir especialmente respecto Ribcs E., López F. (1985) Teoría de la conducía. México:Trillas.
al sustrato teórico de la concepción de la causalidad que he inhibido Ribcs E. (1990a) Lenguaje y conducta. México: Trillas.
para no complicar la cosas con palabras que pueden parecer lejanas a Ribes E. (1990b) Psicología general. México:Trillas.
la psicología. Si a ustedes, a pesar de todo, les interesa mi discurso, Roca J. (1988) On the organism and the cnvironmcnt. Behavior
pueden acudir a los dos trabajos citados o también, y esto es propa- Analysis. 23,101-105.
ganda, pueden leer mi Psicología un enfoque naturalista (Roca. Roca J. (1990) El papel de las instituciones cognoscitivas en la cien-
1993), en el que trato de desarrollaruna visión inequívocamente com- cia psicológica. Actas de Encuentro Psicología: Ciencia, Ense-
portamcntal y de campo de los eventos psicológicos. ñanza y Profesión. Caracas.
En todo caso, quiero resumir mi conferencia diciendo que aun Roca J. (1993) Psicología un enfoque naturalista. Universidad de
cuando lo psicológico es cocxtcnsivo y "cotcrminal" con los otros Guadalajara.
comportamientos de la naturaleza, no por ello se hace necesario sino Skinner B. F. (1957/1981) Conducta verbal. Mcxico:Trillas.
que es más bien un grave inconveniente el tomar las categorías de ex- Turbayne C. M. (1962/1974) El mito de la metáfora. México: F C E.
tensión y límites espaciales para referiré interpretarlo psicológico.

Bibliografía
Costall A., Slill A., (l99\)Against cognitivism. Alternative founda-
tions for cogniíive psychology. London: Harvcstcr Wheatsheaf.
Kantor J. R. (1925-26) Principies of psychology, 2 Vol. Chicago:
Principia Press.
Kantor J. R. (1967/1978) Psicología interconductual. Un ejemplo de
construcción científica sistemática. México: Trillas.
Kantor J. R. (1971) The aim and progress of psychology and other
sciences. Chicago: Principia Press.
Kantor J. R. (1977) Psycliological linguislics. Chicago Principia
Press.
Kantor J. R. (1980) Manifiesto of intcrbchavioral psychology. Revis-
ta Mexicana de Análisis de la Conducía. 6, 117-128.

88 89
V. El entrenamiento de habilidades
sociales en niños solitarios
medianamente retardados

PATRICK M. GHEZZI Y
SIDNEY Buou*

Introducción
La habilidad para establecer relaciones positivas con los pares es una
de las más importantes habilidades que se adquieren durante la pri-
mera infancia. Dichas habilidades constituyen la base no sólo del
desarrollo social normal, sino también de la moralidad, la conducta
intelectual y emocional que va a manifestarse a lo largo de toda la vida
(Cairns, 1986). Muchos niños desarrollan relaciones sociales adecua-
das y durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta se compor-
tan como individuos relativamente bien ajustados. Otros niños no
establecen relaciones adecuadas con sus pares, se les aplica entonces,
frecuentemente, el termino de "socialmcnte deficientes" (Grcsham,
1986). Si no se cambian en forma deliberada y sistemática sus cir-
cunstancias de vida, el futuro de estos niños no es nada promctedor,
pues es probable que tengan bajos logros académicos, dejen la es-
cuela, presenten delincuencia juvenil y al llegar a la edad adulta,
criminalidad o problemas psicopatológicos, entre otras dificul-
tades relacionadas con la inadecuada relación con sus pares que tu-
vieron durante su infancia (Kupcrsmidl, Colé y Dodgc, 1990).
Los niños con problemas en el desarrollo son particularmente pro-
clives a tener pobres relaciones con sus pares y en consecuencia, se
* Universidad de Arizona.

91
hallan en situación de "riesgo" para su futuro desarrollo. La situación cuando intcractúan con las condiciones estimulantes que constituyen
es especialmente aguda debido a que aumentan este tipo de niños. El su medio ambiente. Por lo tanto, no tenemos necesidad alguna de in-
alentar las relaciones interpersonales entre estos niños parece ser pro- vocar variables hipotéticas como "la intención" para explicar cómo se
metedor y ha dado lugar a hallazgos de investigación que muestran adquiere y se mantiene la conducta lingüística.
que en su mayor parte, los niños con problemas en su desarrollo no in- Inmediatamente después presentamos una descripción del método
teractúan fácilmente con sus compañeros normales, ni los niños nor- que utilizamos para analizar la conducta lingüística refcrencial, así
males aceptan como compañeros de clases a niños con problemas como los procedimientos empleados para alentar las habilidades so-
(Cavallaro y Portcr, 1980, Gottlicb, 1981, Grcsgam, 1982). ciales relacionadas con la interacción de los pares.
Como respuesta al conjunto de problemas que surgen de la inade-
cuada relación que tienen con sus pares algunos niños con problemas
en el desarrollo, se ha hecho una gran cantidad de investigación y se Método de análisis de
han realizado esfuerzos para entrenar habilidades sociales. Nuestra la conducta lingüística
contribución a esta área es el tema del presente escrito. Específica-
El método de análisis de la conducta lingüística fue desarrollado co-
mente, el programa de investigación que aquí presentamos se enfoca
mo un sistema de observación "general" aplicable a individuos de to-
al entrenamiento de habilidades sociales en niños con retardo me-
das las edades. Proporciona los detalles de las actividades recíprocas
diano, que están en edad de asistir a la escuela elemental y a quienes
del hablante y el escucha, los tópicos acerca de los que hablan (refe-
podríamos describir como de "baja interacción", "sin respuestas so-
rentes), las funciones secundarias de la conducta lingüística (por
ciales" o "solitarios" (La Greca y Stark, 1986). El programa se basa en
ejemplo, persuadir o instruir), la conducta concurrente (como la "in-
la premisa de que las deficiencias en las habilidades sociales de rela-
quietud" que podría acompañar a la conducta lingüística), todo ello
ción con los pares es una deficiencia que básicamente está determina-
registrado en una cinta de video.
da por una carencia de habilidades lingüísticas intcrpersonales. Un
método para analizar esa clase de habilidades, se desarrolló apoyán-
dose en el concepto de Kantor (1977) de lingüística psicológica. Por Lugar de la investigación
otra parte, los procedimientos para alentar las habilidades sociales se
La investigación se lleva a cabo en un pequeño cuarto del edificio de
sustentaron, principalmente, en el modelo del condicionamiento ope-
rante de Skinncr(Skinncr, 1953). la escuela a la que asisten los niños. El cuarto tiene la apariencia
de una sala, con sus paredes decoradas, algunos muebles pequeños y
Consideramos a la conducta lingüística como una función de las si-
dos sillas con cojines de colores en las que se sientan los niños. Una
tuaciones pasadas y actuales. Esta formulación difiere de la encontra-
cámara de video montada sobre un trípode y equipada con un micró-
da en la literatura contemporánea de dos maneras importantes.
fono se encuentra colocada en una esquina de la habitación, enfocada
Primero trata la conducta lingüística en términos puramente funcio-
en dirección a las sillas de los niños, con el objeto de captar la escena
nales, es decir, como respuestas que se encuentran en relación con
completa (hemos encontrado que las reacciones a la cámara son míni-
condiciones antecedentes y consecuentes y con factores circundantes.
mas y que si llegan a aparecer se disipan rápidamente).
Este enfoque se halla en agudo contraste con las aproximaciones tra-
dicionales que tratan la conducta lingüística en función de las estruc-
turas gramaticales del tipo de las oraciones y las frases. Segundo, Selección de los sujetos
nosotros asumimos que la conducta lingüística es un fenómeno di-
rectamente observable y que dicha conducta no es diferente, en Los niños son siempre estudiados en pares o diadas. La composición
principio, de la conducta no-lingüística que presentan los individuos de las diadas varía, según sea el propósito de los estudios. En el caso

92 93
de las investigaciones relacionadas con el entrenamiento de habilida- jerárquico (tomado de Oden y Ashcr, 1977), en el que los estudiantes
des sociales, un niño, el objetivo, se pone con otro niño normal del deben ordenar a los compañeros de su grupo del mismo sexo, en tér-
mismo sexo y aproximadamente la misma edad. minos de una escala de tres puntos, en la cual se señala cuan a menudo
Los procedimientos que hemos utilizado para seleccionar los niños juegan o hablan con cada uno de ellos. El lugar que recibe el niño ob-
objetivo son producto de varios años de trabajo y han pasado, del ba- jetivo permite descubrir en qué extensión es aceptado por sus compa-
sarse, simplemente, en las impresiones de los maestros, hasta el uso ñeros de clases que tienen un desarrollo normal (Asher y Taylor,
actual, de un proceso que tiene cinco fases. Tuvimos que cambiar 1981). De una manera consistente, los bajos lugares en esa escala se
nuestros procedimientos porque los datos nos mostraron que algunos interpretan como la necesidad de que ese niño reciba un entrenamien-
niños se beneficiaban más que otros con el entrenamiento (Ghczzi, to en habilidades sociales y por lo tanto, que el análisis que se lleva a
Bijou y Chao, 1987), lo que mostraba que nuestra forma de selección cabo del mismo, pase ahora a la quinta fase o fase final del proceso de
era inadecuada, pues había un pobre ajuste entre los sujetos y los mé- selección.
todos de entrenamiento (ver Coic, 1985 para una discusión amplia so- La quinta fase está compuesta de una serie de sesiones en las que el
bre este asunto). Las cinco fases que inmediatamente después se niño objetivo, junto con un compañero de clase con desarrollo nor-
discuten, describen los esfuerzos que hemos realizado para mejorar el mal, de la misma edad y sexo, son conducidos al laboratorio para que
ajuste. se pongan a hablar entre sí. Antes de discutir cómo se realizan
La primera fase implica revisar los registros escolares para identi- estas sesiones me gustaría señalar cómo se selecciona el compañero
ficar los alumnos de los primeros años de primaria (del primero al ter- de clase con desarrollo normal (tomado de Guevrcmont, MacMilIan,
cero) que han sido etiquetados con "retardo educativos". En la fase Shawchuck y Hansen, 1989, Kerr y Nelson, 1983).
dos se consulta a maestros de educación especial para seleccionar, en- Para seleccionar al niño con desarrollo típico es necesario que lo
tre los alumnos identificados en la primera fase, aquellos que podrían recomiende, para que participe en la investigación, su maestro o maes-
aprovechar mejor un entrenamiento en habilidades lingüísticas. En tra y además tiene que comprobarse que dicho niño es bien aceptado
esta fase se les pide a los maestros que seleccionen a los niños que (a) por sus demás compañeros de clase. Para cumplir con el primer requi-
asisten regularmente a clases, (b) muestran pocas conductas agresivas sito, se le pide al maestro identifique al niño que (a) asiste regular-
y (c) presentan un habla adecuada y saben escuchar aunque son de tal mente a clases, (b) obedece las orientaciones y peticiones de los
manera "tímidos", que no intcractúan fácilmente con otros niños, par- maestros y de otros adultos y (c) presenta habilidades de habla y de es-
ticularmente con aquellos cuyo desarrollo es típico o normal. cucha en las interacciones positivas que establece con sus demás
La tercera fase requiere que se hagan consultas con los maestros re- compañeros de clase, incluyendo aquellos que tienen retardo. Para sa-
gulares. Con ellos se obtiene más o menos la misma información que tisfacer el segundo criterio, se utiliza el cuestionario sociométrico
se les demandó a los maestros de educación especial. Es decir, se le empicado en el proceso de selección del niño objetivo dicho cuestio-
pide al maestro que nos indique cómo y cuan a menudo el niño objeti- nario indica, fácilmente, el grado de aceptación que el niño normal
vo habla o le hablan otros, mientras intcractúa con sus compañeros de tiene de pares. En el cuestionario, el niño debe recibir de un modo
clase. El acuerdo entre las observaciones de los maestros regulares y consistente, un gran número de menciones como compañeros de jue-
las de los profesores de educación especial, aunado a la recomenda- go o de pláticas.
ción de que el niño podría beneficiarse con un entrenamiento en habi- Al niño que reúna estos dos criterios se le aparca con el niño objeti-
lidades sociales, conduce el proceso de selección a la cuarta fase. vo y la única restricción que se impone es la de que tenga el mismo se-
En la cuarta fase se administra (por el maestro), a todos los alum- xo y la misma edad.
nos de la clase del niño objetivo, un cuestionario sociométrico con-
sistente en un enlistado, con su correspondiente ordenamiento

94 95
Procedimientos generales Para proporcionar una idea de cómo los jueces identifican la inicia-
ción del episodio verbal por parte del hablante, hemos condensado a
Cada estudio principia coa una sesión de familiarización conducida partir de catorce orientaciones porporcionadas por Bijou y col.
en forma separada para cada diada. Durante ese tiempo, en alrededor (1986), las siguientes tres:
de cinco minutos, el investigador introduce a los niños a la situación, 1. Desde una situación de silencio o no-silencio, mediante vcrbali-
y les dice que deben reunirse regularmente para que se pongan a ha- zaciones y/o gestos, un hablante introduce un referente que da
blar acerca de lo que ellos quieran. Luego, el experimentador les lugar a una respuesta pertinente por parte del escucha. Una res-
muestra el laboratorio, les señala las sillas, la cámara de video y las puesta pertinente es aquella que indica que el escucha compren-
demás cosas que hay en la habitación. Antes de que se les regrese a dió o entró en contacto con el referente.
clase, se les comenta que "la próxima vez se pondrán a hablar entre 2. En el curso de la conversación, el hablante introduce un referen-
ellos".
te que difiere del introducido por el escucha, lo cual ocasiona
Las sesiones siguientes proceden como sigue: Cada diada es lleva- una respuesta pertinente por parte del escucha. En otras pala-
da al laboratorio. Las instrucciones que ahí se les proporcionan son bras, el hablante cambia el tópico de la conversación y el escu-
muy simples: "Siéntense en la silla y platiquen sobre lo que ustedes cha reacciona al cambio.
quieran". El experimentador deja entonces la habitación y vuelve cin- 3. En una serie de interacciones lingüísticas, después de una inicia-
co minutos después para conducir al niño de regreso a su salón de clases. ción por parte del hablante, todas las respuestas lingüísticas son
Todas las sesiones son registradas en videocinta. Con base en el contadas como del hablante hasta que (a) el escucha cambia el
análisis de tres sesiones se toma la decisión de si se debe principiar o referente y el hablante responde al cambio o (b) hay un periodo
no, el entrenamiento en habilidades sociales del niño objetivo. Anlcs de silencio de al menos 5 segundos que no forma parte de las
de discutir las bases para esta decisión, es conveniente mencionar co- respuestas del hablante o del escucha.
mo se analizan las cintas.
Varias indicaciones adicionales sirven para indicar cual de las res-
puestas del hablante "no" califican como iniciaciones, por ejemplo, el
Fase uno del análisis de datos de la cinta hablante hace un comentario al cual el escucha no responde (una inte-
racción "incompleta"), el hablante responde a un referente iniciado
Las videocintas son analizadas por pares de jueces que han recibido por el escucha (en cuyo caso el hablante se convierte en escucha y el
un entrenamiento intensivo en una serie de sesiones formales (Ver escucha en hablante) y el escucha indica que no oyó todo o parte de lo
Ghezzi, Bijou y Chao, 1991). Sus evaluaciones son guiadas por los que el hablante le dijo (que es distinto a una indicación de parte del es-
manuales que han desarrollado Bijou y sus colegas (Bijou, Umbrcit, cucha de que no comprendió lo que le dijo el hablante, en cuyo caso la
Ghczzi y Chao, 1986, Bijou, Chao y Ghczzi, 1988) en los que se deta- inciación sí califica como tal).
lla cómo identificar y analizar las interacciones lingüísticas en térmi- Las evaluaciones obtenidas en esta primera fase de análisis permi-
nos de la conducta del hablante y del escucha, el referente y las ten obtener datos sobre la frecuencia con la que un hablante inicia una
condiciones del entorno.
conversación y sobre la frecuencia con la cual las iniciaciones del ha-
La tarca de los jueces se cumple en dos fases. En la primera, los bíanle quedan incompletas, es decir, no son seguidas por respuestas
jueces identifican las interacciones iniciadas por el hablante y las res- pertinentes de parte del escucha.
puestas que les da el escucha, en intervalos sucesivos de un minuto. Llegados a este punto nos encontramos ya listos para discutir los
Esto es en realidad un proceso de naturaleza doble: La conducta lin- criterios utilizados en la quinta fase o fase final de la selección de
güística de cada niño es examinada dos veces, una ocasión como ha- los sujetos. La regla para la toma de una decisión es la siguiente: si el
blante y la otra como escucha.
número de interacciones iniciadas por el niño objetivo a lo largo de

96
97
tres sesiones, es consistentemente baja, el niño necesita recibir hablante, sino sobre la reacción del escucha. Por ejemplo, si el escu-
entrenamiento. En este caso, la conducta del niño durante estas se- cha sonríe, se ríe o muestra alguna reacción similar a lo dicho por el
siones, constituye el desempeño de línea base. Por otro lado, si la fre- hablante, entonces y sólo entonces, se clasifica la iniciación como di-
cuencia de las interacciones iniciadas es consistentemente alta, se vertida.
toma la decisión de que el niño no debe formar parte del grupo que po- El paso final en el análisis de una iniciación es identificar las coi»
dría beneficiarse del entrenamiento. Por lo consiguiente, debe eva- dicioncs prevalentcs en el entorno. Se utilizan tres categorías —físi-
luarse otro niño objetivo para su posible inclusión en la investigación. ca, social e intcraccional. Dado que la investigación es conducida en
una pequeña habitación en una escuela elemental, el ambiente físico y
social permanece constante. El entorno intcraccional se refiere a las
Fase dos del análisis de datos situaciones en las que el niño acepta comunicarse de acuerdo a algún
Si volvemos a tratar lo relativo al análisis de las videocintas hay que formato especial, como podría ser, digamos, la toma de turnos sucesi-
recordar que dicho análisis se efectúa en dos fases. Como acabamos va mientras se hacen bromas recíprocas. Esc contexto intcraccional
de verlo, la primera fase implica identificarlas iniciaciones del ha- puede fluctuar, en cuyo caso la iniciación es clasificada de acuerdo a
blante y las reacciones correspondientes del escucha. La fase dos las distintas condiciones que se presenten.
se enfoca sobre ciertos aspectos de las interacciones (unidades Para cada interacción iniciada por un hablante hay una reacción co-
rcfercnciales) identificadas en la fase uno. rrespondiente del escucha, por lo tanto, la respuesta del escucha tam-
Los jueces principian la segunda fase de análisis con la determina- bién debe ser examinada. Este último análisis es casi idéntico al que
ción de cual de las unidades referencialcs será ahora objeto de escruti- se realiza en el caso del hablante. O sea, la duración de la replica es re-
nio. La regla que se sigue es la de que sí un hablante lia iniciado diez o gistrada y clasificada de acuerdo a su modalidad y se anota cual-
menos interacciones, todas ellas serán analizadas, pero si hay más de quier actividad concurrente de parte del escucha. El contenido
diez, los jueces seleccionan diez al azar. referencial de sus respuestas se registra igualmente y sus reaccio-
Una vez hecho esto, los jueces principian con el registro de la dura- nes afectivas.
ción de la iniciación del hablante, la cual clasifican de acuerdo a su Los jueces analizan también las respuestas del escucha para deter-
modalidad (verbal-vocal, gestual o una combinación de ambas), ense- minar si es de carácter narrativo (verbal-vocal o gestual) o mediativo
guida indican si están presentes actividades no-lingüísticas con- o bien, una combinación de ambos. Por último, los jueces examinan
currentes (por ejemplo, jalarse una oreja, frotarse las manos) con las interacciones que siguen inmediatamente a la interacción que se
la iniciación. Inmediatamente después se analiza el contenido encuentra bajo estudio. Se determina entonces si la interacción fue
referencial de la iniciación. Esto incluye un encuadre temporal (pasa- iniciada por la misma persona —-el hablante— quien había iniciado
do, presente o futuro o bien sin encuadre temporal), su actualidad (real, la interacción precedente y si además, es una continuación del refe-
imaginaria o una combinación de ambas), las referencias que se ha- rente de la interacción previa (el hablante lleva a cabo una elabora-
gan a personas (hablante, escucha u otros), animales, objetos, lugares ción del tópico). De modo alternativo el referente puede haber sido
y actividades. En resumen, aquello a lo que se refirió el hablante. cambiado por el escucha, en cuyo caso éste último se convierte en el
También se anotan las reacciones afectivas acompañantes como gus- hablante. Con estos datos se muestra la tendencia del hablante a soste-
to o disgusto, enojo o miedo. ner interacciones en las que prevalezca el mismo referente, como
Los jueces examinan cada iniciación para determinar su función o opuestas a aquellas otras en que el referente cambia de continuo, o
funciones, o sea, si puede ser clasificada como divertida, instructiva, bien si establece si el hablante le permite al escucha que introduzca
de apoyo, punitiva y otras por ci estilo. La clasificación que reciba una su propio referente.
interacción no depende del juicio de los jueces sobre la intención del

98 99
Manejo de los datos Entrenamiento mediado por los adultos
Después de que todos los datos han sido registrados, se utiliza, con Durante un periodo, en los primeros días de la investigación sobre en-
distintos propósitos, un programa para manejo de bases de datos (por trenamientos de habilidades sociales, se informó que los grupos de ni-
ejemplo dBase III). El sistema permite al investigador analizar de ma- ños solitarios mostraron tasas más altas de interacción social después
nera expedita los datos, explorar las diferentes relaciones existentes de ver una película corta, en la que aparecían varios niños riendo, ju-
entre ellos, hacer economías en lo que se refiere al almacenamiento de gando y hablando entre ellos mismos (O'Connor, 1969, 1972). Esta
los datos y posteriormente, crear una base de datos más grande que línea de investigación fue continuada por otros investigadores (Evcrs,
pueda relacionarse con otras bases de datos. Dichos sistemas de ma- Schwartz, 1973, Gottman, 1977, Jakibchuk y Smeriglio, 1976, Kcller
nejo de datos se hallan comeré ¡alíñente disponibles, son compatibles y Carlson, 1974) que siempre documentaron resultados positivos.
con programas de producción de gráficas (por ejemplo Quatro-pro) Empero, el interés por esta clase de procedimientos menguó a pesar
que pueden utilizarse para generar una amplia variedad de tablas y de que se obtuvo un amplio acuerdo en que las películas, en conjun-
cartas. ción con otro tipo de entrenamientos, desarrollaban y promovían las
conductas de habilidades sociales (Michclson, Mannarino, 1986).
Método de entrenamiento Con esto en mente, diseñamos y evaluamos un procedimiento que
se centraba en el uso de un video para enseñar a los niños solitarios, en
Si se toma en cuenta la literatura sobre entrenamiento de habilidades
edad escolar (entre 6 y 9 años) con un retardo mediano, a que adqui-
sociales en los niños, hay dos métodos básicos de llevar a cabo esta
rieran dos habilidades separadas consideradas "mecánicamente" im-
clase de preparación. Entrenamiento mediado por los adultos y entre-
portantes para la conversación cotidiana: iniciar interacciones
namiento mediado por lo pares (McEvoy, Odomy McConncll, 1992).
lingüísticas y sostener una serie d^ Jntc.rarrioncs temáticamente re-
Mediante la primera táctica, un adulto (por ejemplo un maestro o un
lacionadas
investigador) asume la responsabilidad de promover las interacciones
El entrenamiento utilizaba videocintas de las conversaciones del
sociales entre pares a través de instrucciones, modclamiento, juego de
niño objetivo con el miembro normalmente desarrollado de la diada.
papeles, aleccionamicnto y otros de naturaleza semejante. En forma
El entrenamiento era precedido por una serie de sesiones videograba-
alternativa, las estrategias mediadas por los pares, colocan la respon-
das de línea base, cada una con una duración de 5 minutos, en las cua-
sabilidad del entrenamiento en un niño que se ha desarrollado de ma-
les, a un niño objetivo y a un par con desarrollo normal, simplemente
nera normal y que se halla socialmcntc adaptado. Cuando se sigue
se les decía: "platiquen sobre cualquier cosa que les guste". Las sesio-
esta táctica, un adulto instruye al niño que funge como par para que en
nes subsecuentes de entrenamiento, con una duración, cada una, de 20
las interacciones se comporte de una determinada manera en relación
minutos, implicaron que se le mostrara al niño objetivo extractos
con el niño objetivo (por ejemplo hacer un mayor número de inicia-
seleccionados de ejemplos adecuados y no adecuados de inicios de
ciones, ser persistente). Un adulto puede, si se quiere, monitorcar las
la conversación por su parte (Paquete A-l), o de sostenimiento de la
interacciones entre los niños, sin embargo, es únicamente c¡ par entre-
conversación (Paquete A-2). Lo anterior lo realizaba un entrenador
nado el que intcractúa directamente con el niño objetivo. adulto que ayudaba a! niño a identificar, cventualmcnte, sin asisten-
Nuestras primeras investigaciones se enfocaron sobre la evalua- cia, los ejemplos deseables y no deseables y en el caso de estos últi-
ción y el desarrollo de dos estrategias diferentes mediadas por adultos
mos, a practicar alternativas aceptables.
(por ejemplo Ghezzi y col., 1987). Abajo se discuten las característi-
El segundo enfoque mediado por el adulto (Paquete B) se centraba
cas de estas estrategias y cómo afectaron las interacciones lingüís-
en proporcionar al niño objetivo la motivación para comunicarse en-
ticas entre los niños, con o sin perturbaciones en el desarrollo.
trenándole a iniciar y sostener conversaciones relacionadas con tópi-

100 101
versación) y un aumento en la duración promedio de las respuestas a
eos proporcionados por el adulto (por ejemplo un plan para hacer una las iniciaciones que hizo su compañero (es decir, hablaron más cuan-
fiesta) o que eran ofrecidos por el niño (por ejemplo hablar de sus ju do hacían el papel de escuchas). Como en el paquete de entrenamiento
gadorcs favoritos). Una serie de sesiones trisemanales, cada una de 21 A, este último cambio tuvo lugar sin una instrucción específica.
minutos de longitud, precedidas todas ellas por una serie de sesiones
El análisis del tipo de los referentes del niño objetivo no reveló nin-
de línea base de 5 minutos (como las señaladas arriba), se siguieron guna diferencia importante entre los paquetes de entrenamiento. Sin
para ayudar al niño. Consistían en ejercicios de desempeño de papeles importar cuales eran las condiciones prevalecientes, hablaron, más o
o de charlas sobre temas específicos que debían ser elaborados iras
menos la mitad del tiempo, sobre los intereses de sus compañeros
haber sido ofrecidos por el niño mismo, o que le eran porporcionados. acerca de parientes, amigos, mascotas y temas semejantes y el resto
Hacia el fin de cada sesión de entrenamiento, se le daba al niño objeti- del tiempo se refirieron a sí mismos, a otras personas, lugares, activi-
vo una asignación doble: tener una conversación con "su amigo" (el
dades y cosas semejantes.
miembro de la diada con desarrollo normal) sobre el mismo tópico in-
Los resultados de este estudio fueron muy alentadores por varias
troducido y discutido durante el desempeño de papeles y después de
razones. Primero, demostraron que los paquetes de entrenamiento te-
dicha plática, contarle al adulto los detalles de lo que ahí se dijo.
nían efectos positivos sobre el número, duración y secuencia de las
Los efectos del entrenamiento se evaluaron durante sesiones de interacciones iniciadas por el niño objetivo y además demostraron
prueba de 5 minutos en las que la diada se reunía y, como en la línea que el entrenamiento inducía varios cambios en la conducta lin-
base, se les indicaba que "tuvieran una plática". En el paquete de en- güística del niño objetivo que tomaban lugar sin una instrucción
trenamiento A, los dos niños eran llevados a su salón de clases des- específica. De un modo más general, el estudio dio apoyo a la opi-
pués de la sesión. En el paquete de entrenamiento B, el niño objetivo nión de que el entrenamiento en habilidades sociales puede ser vi-
permanecía con el adulto cinco minutos más para hablar de los deta- sual izado, en forma provechosa, como un entrenamiento en habilidades
lles de la conversación que acaba de tener.
lingüísticas interpersonales. Alentadora, también, fue la evidencia
Dado que Bijou (1989) y Ghczzi y col. (1987) han ya discutido en
de que el método desarrollado para analizar la conducta lingüística te-
otra parte los datos obtenidos de las tres diadas que participaron en es-
nía medidas sensibles al entrenamiento.
te estudio, nosotros sólo mencionaremos los puntos sobresalientes. El
Después de haber establecido tanto la efectividad dei entrenamien-
paquete A produjo tres resultados positivos: (1) Un aumento en el nú-
to mediado por el adulto como lo apropiado del método para analizar
mero de interacciones iniciadas por el niño objetivo (es decir se en-
la conducta lingüística, nos volvimos a la literatura que trata sobre el
contró que ellos empezaron a comportarse más como hablantes). (2)
entrenamiento de habilidades sociales mediado por los pares. Nuestro
Un aumento en la proporción de interacciones subsecuentes iniciadas propósito fue establecer una intervención mediada por los pares, para
por el niño objetivo que se relacionaba con el referente originalmente contrastar sus efectos con los que habíamos encontrado en el entrena-
introducido o con referentes distintos (o sea que ellos hablaron más miento mediado por los adultos. Abajo describimos las características
acerca de un tópico o cambiaban de tópico) y (3) Una disminución de la intervención y qué resultados tuvo sobre la interacciones entre
en el número de respuestas inadecuadas que hacían como escuchas pares de niños con y sin perturbaciones en el desarrollo.
(en otras palabras, respondían en una forma más pertinente a las ini-
ciaciones de su compañero). En contraste con los aumentos mencio-
nados primero, el aumento en las respuestas relevantes tuvo lugar sin Entrenamiento mediado por los pares
un entrenamiento específico.
Una de las formas de facilitar las habilidades sociales de los niños con
Con el paquete B se observaron dos resultados positivos: Un au-
perturbaciones en el desarrollo que ha sido investigada de manera
mento en la duración promedio de las iniciaciones llevadas a cabo por
ñas completa, es la que adopta el enfoque de la mediación por parte
el niño objetivo (o sea que hablaban más tiempo al inicio de una con-

103
102
de los pares (Mathury Ruthcrford, 1991, Odomy Sirain, 1984). El en- aparcado con un niño con desarrollo normal. Se formaron entonces
foque prototípico (Odom, Kohlcr y Strain, 1987) es un procedimiento dos diadas que fueron observadas en condiciones de linca base. Las
de dos fases que implica, primero, el que un niño con habilidades so- sesiones de entrenamiento que siguieron las condujo un adulto (el au-
ciales, de desarrollo normal, en edad prccscolar, funja como "par en- tor principal) con sólo un niño normal presente. Durante estas sesio-
trenador" y al principio reciba enseñanza de cómo invitar a participar nes, el niño practicó el inicio y mantenimiento, como hablante, de
en un juego, cómo iniciarlo, compartir actividades y proporcio- interacciones lingüísticas, así como respuestas y elaboraciones dadas
nar ayudas en el mismo, así como cosas semejantes, a otro niño en el curso de una interacción en la que hacía el papel de escucha, te-
mientras ambos están frente a varios materiales de juego (bloques, niendo como tópico los temas que eran propuestos por el adulto o bien
una maleta de doctor, utensilios de cocina) que se juzga facilitan inte- ofrecidos por el mismo niño. El adulto asumió la posición de "aleccio-
racciones positivas entre pares (Hcndrickson, Strain, Shorcs y nador" y para ello daba aprobación, rctroalimcntación, dirección y
Trcmblay, 1982). Una ve/ que el par ha adquirido dominio sobre cosas semejantes, siempre que lo considerara necesario. Cuando ter-
las habilidades enseñadas, es puesto junto a un niño sin respuestas so- minaba una sesión de 15 minutos de entrenamiento, el adulto instruía
ciales que tiene alguna perturbación (generalmente autismo). En esta al niño que había servido como compañero del niño objetivo en las
segunda fase, el par entrenador es instruido para que trate, de la mejor condiciones de línea base a que ahora, como par entrenador, habla-
manera que pueda, a inducir al niño objetivo a que inicie y sostenga un ra con el niño objetivo "en la misma forma como lo había hecho en el
juego. En este proceso, continuamente son monitorcados por obser- periodo de práctica y se refiriera a las mismas cosas de las que antes
vadores entrenados que registran, sobre todo, la frecuencia de las ini- había hablado, pero ahora lo hicieran con sus amiguilos". Los otros
ciaciones y las respuestas que se dan a dichas iniciaciones por uno y dos niños regresaban a sus salones de clase mientras el niño objetivo
otro niño. era llevado al laboratorio para que sostuviera un conversación de 5
Nosotros modificamos este enfoque para usarlo con niños de más minutos con el par entrenador. Estas sesiones de prueba se conduje-
edad (de 7 a 8 años) con un retardo mediano. Los materiales de juego ron en condiciones de línea base.
fueron reemplazados con "objetivos del lenguaje", consistentes, El estudio se realizó en las dos diadas con un diseño de línea base
esencialmente, en tópicos o temas de conversación. La suposición múltiple, A-B-A y los datos obtenidos mostraron que el número y la
que se hizo fue la de que de la misma manera que los materiales de duración de las interacciones iniciadas por el niño objetivo aumenta-
juego eran utilizados con niños prccscolarcs para aumentar las habili- ban aprcciablcmcnlc durante el entrenamiento. Estas ganancias
dades del par, y posteriormente como estímulos para facilitar la inte- persistieron en sólo uno de los niños objetivo después de que el
racción entre el par y el niño objetivo, los tópicos de conversación de
entrenamiento se suspendió. La diversidad de los referentes utiliza-
interés para los niños mayores, podrían ser empleados para fomentar
dos por los niños objetivo también aumentó durante el entrenamiento.
el entrenamiento y promover subsecuentes interacciones niño-niño.
En otras palabras, los niños hablaron sobre una variedad mayor de
Como ejemplo de un "objetivo del lenguaje" podríamos señalar el
personas, lugares, objetos, actividades y cosas semejantes. Este efec-
tópico de "encontrar algo relacionado con alguien" y que consistiría
en hablar sobre "las comidas y bebidas favoritas de otro niño". Un tó- to fue mantenido en dos niños después de que cesó el entrenamiento.
pico diferente sería "construir una casita de juguete" que posiblemen- La secuencia de interacciones iniciadas por el niño objetivo igual-
te generaría una conversación sobre "materiales y íocalización mente cambió. Antes del entrenamiento, una interacción iniciada por
posible de la construcción". el niño objetivo era casi siempre seguida por una iniciación de su par,
Dos grupos de tres niños y niñas de segundo año con desarrollo es decir, el par cambiaba el tópico de la conversación. Durante el en-
normal (de 7 y 8 años de edad) y dos niños objetivo (una niña de 9 trenamiento, sin embargo, los niños objetivos iniciaron, proporcio-
años y un niño de 7) participaron en el estudio. Cada niño objetivo fue nalmenle, un mayor número de interacciones consistentes en

104 105
elaboraciones de un referente, es decir, "hablaban más" soore un tópi- güística psicológica. Se informó, igualmente, sobre diversos procedi-
co. Los dos niños objetivo continuaron haciendo elaboraciones sobre mientos, conformados sobre un modelo operante, dirigidos a facilitar
el referente después del entrenamiento. las habilidades sociales. Dichos procedimientos fueron conducidos
La conducta lingüística de los pares fue igualmente analizada a lo en una situación casi de laboratorio e implicaban un proceso evaluati-
largo de todas las fases del estudio. El número de interacciones inicia- vo de cinco fases para seleccionar a los sujetos.
das por los dos pares declinó en una forma bastante estable durante la La investigación consistió de dos fases: La primera investigó el en-
línea base, pero aumentó y luego se estabilizó en todas las sesiones trenamiento mediado por el adulto, la segunda el entrenamiento me-
restantes, en un nivel que en forma consistente excedió a la frecuencia diado por pares. Los resultados obtenidos aclaran las ventajas de
de iniciaciones del niño objetivo, por un factor de dos a uno. En con- conccptualizar las habilidades sociales, no sólo en términos de inte-
traste, la duración de interacciones iniciadas por los pares fue estable racciones lingüísticas intcrpersonales, sino también de estudiar la
a través de todas las fases del estudio. Estas duraciones fueron, por lo conducta lingüística desde el punto de vista funcional de la ciencia na-
general, mayores para los pares que para los niños objetivo. Los pa- tural.
res, por otra parte, hablaron sobre un rango mayor de tópicos durante
todas las fases del estudio. El entrenamiento, sin embargo, produjo un Notas del autor
aumento en las referencias hechas por los pares a las cosas que les
gustaban o disgustaban a sus compañeros o a sus familiares y amigos. Los contenidos de este capítulo se desarrollaron gracias a un subsidio
Esa clase de referencias a los niños objetivo persistieron después de del Departamento de Educación de los Estados Unidos. Lo que aquí
que el entrenamiento se suspendió. Por último, hubo un cambio en la se dice no representa, necesariamente, la política del Departamento y
secuencia de interacciones de los pares que fue un reflejo en el espejo no puede asumirse que sean suscritos por el Gobierno Federal.
del cambio en las interacciones de los niños objetivo: en lugar de "do-
minar" la conversación, sea por continuar hablando sobre el tópico
que ellos mismos introdujeron o porque cambiaban el tópico del niño Bibliografía
objetivo, los pares empezaron a dejar que sus compañeros elaboraran
un tópico o cambiaran los tópicos sin interrumpirlos para introducir Asher, S.R., & Taylor, A.R. (1981) Social outcomes of mainstrca-
sus propios tópicos. ming: sociomctric asscssmcnt and beyond. Excepüonal Educa-
Estos datos deben agregarse a la literatura cada vez mayor sobre tion Quarterly, 1,13-30.
mediación de los pares, como una demostración adicional de que los Bijou, S.W. (1989) Psychological Hnguistics: Implications for a
pares pueden servir como asistentes capaces para instrumentar una theory of initial development and a mcthod for rcscarch. Advan-
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La investigación descrita aquí, realizada con niños solitarios, con re- Bijou, S.W., Umbrcit, J., Ghezzi, P.M., & Chao, C.C. (1986) Manual
tardo mediano y en edad escolar, se basa en la suposición de que las of instructions for identifying and analyzing rcferential intcrac-
deficiencias en habilidades sociales se deben, en su mayorparte, a de- tions. The Psychological Record, 36, 491-518.
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Millan.
da, le asigna la predicción y el control a la empresa aplicada y la des-
cripción y elaboración de explicaciones a lo que sería la división
básica de una ciencia. La postura interconductual en psicología que
adopta la descripción y la explicación como sus objetivos, constituye
la parte correspondiente a la ciencia básica en la psicología, mientras
que, de acuerdo con la posición de Kantor, el análisis de la conducta
viene a ser una variante de las formulaciones aplicadas.
Esta categorización no tiene nada de convencional en la disciplina
científica. Por lo contrarío, las ramas básica y aplicada de la ciencia se
distinguen, por lo común, con base en problemas tales como el descu-
brimiento y la práctica, respectivamente. En otras palabras, la ciencia
básica es el medio por el cual se generan nuevos conocimientos,
mientras que la ciencia aplicada es la actividad que hace uso de dicho
conocimiento.
Sin tomar en cuenta los nombres que se les den a las distintas sub-
divisiones de una empresa científica, lo que es claro es que estas
subdivisiones prevalecen en las ciencias, de tal manera que la clari-
dad que pudiera existir entre las relaciones que se establezcan entre
ellas, resulta ser muy importante para el desarrollo de las ciencias ma-
duras. El propósito que me anima en este capítulo es proporcionaruna
interpretación interconductual de la naturaleza de las relaciones que
existen entre las subdivisiones de la ciencia psicológica y posterior-

Univcrsidad de Nevada.

110 111
En resumen, la construcción de un campo multifactorial describe
inenlc, comentar lo que considero es un problema de falta de continui-
un evento psicológico en un'punlo particular del tiempo, específica-
dad en esta formulación.
mente, en el momento presente. Todos los factores que se describen
Permítaseme que principie con una conccptualización de la psico-
como participantes en un campo intcrconductua!, intervienen en el
logía como ciencia básica de acuerdo a los puntos de v^ta de Kantor.
momento presente, ninguno de ellos participa en una mayor o menor
extensión que el otro y la participación de uno no precede o sigue a la
La ciencia básica de la psicología de otro. Un campo intcrconductual es conccptualizado como una inte-
racción simultánea de todos los factores co-prescntes. Se trata de un
La ciencia básica de la psicología es formulada por Kantor (1959) co-
aquí y un ahora.
mo una serie de suposiciones y proposiciones, articuladas y organiza-
Esta descripción de los eventos psicológicos, desde la perspectiva
das con el fin de proporcionar orientación relativa a los eventos que
de la ciencia básica, tiene un conjunto de implicaciones que requieren
constituyen el dominio especializado de esta ciencia. Kanlor arguye
una posterior elaboración, si es que se quiere distinguirlos de las des-
que las proposiciones específicas de una ciencia individual, son o de-
cripciones de los eventos vistos desde la perspectiva aplicada, la cual
berían ser un continuo sin separación alguna con las suposiciones que
consideraremos después.Voy a tomaren cuenta cuatro de estas impli-
tiene el científico acerca de la naturaleza de ¡a ciencia en general. Las
caciones, a saber: la unicidad de los eventos psicológicos, su numero-
suposiciones de esta última deberían verse como protoproposiciones.
sidad y sus características temporales, su indeterminación y sus
Las protoproposiciones formulan las definiciones y especificaciones
características espaciales.
de los sistemas científicos especializados y pueden entenderse como
supuestos pertenecientes al nivel de la lógica de la ciencia. Entre estos
dos conjuntos de supuestos están las proposiciones del mctasistcma Unicidad
que relaciona las fomulacioncs específicas de una ciencia particular
con las de la lógica que las corona. Un evento psicológico es único, ocurre sólo una vez y nunca se repite.
Esto no es un problema de probabilidades. No es un comentario que se
refiera a la improbabilidad que existe para una reconfiguración preci-
Eventos psicológicos bajo la sa de todo los factores relevantes en algún momento en el futuro. La
perspectiva de la ciencia básica rccurrcncia de un evento psicológico no es improbable, es imposible.
Esta imposibilidad es propia del carácter evolutivo de los eventos
Los postulados articulados que se encuentran en el nivel de las cien-
psicológicos. De una manera más específica, un evento psicológico es
cias individuales, se refieren, en su mayor parte, a la naturaleza de los
una función, una interacción de estimulaciones y de respuestas, que
eventos que son objeto de su interés por parte de esas ciencias. Por lo
tanto, se postula que un evento psicológico es una interacción de esti- ocurre en un contexto en el que participan otros factores (Kantor,
mulaciones y respuestas que ocurren en un campo en el que además, 1959, p. 84). Como tal, un evento determinado es sólo un punto en la
participan otros factores (Kantor, 1959, p. 84). Implícita en esta con- evolución de una función cuyas manifestaciones actuales incluyen to-
cepción de campo se halla la ausencia de determinantes internos y ex- das las manifestaciones previas (Haycs, 1992). En tanto, no puede ha-
ternos. Más aún, los eventos psicológicos, aunque se desarrollan a ber dos eventos que tengan la misma historia evolutiva, ningún
partir de fuentes bioccológicas, se originan en el periodo de vida de un evento puede repetirse. Como una reiteración de este punto de vista:
organismo particular (Kantor, 1959 p. 86). El participante organísrni- un evento psicológico es un evento único.
co en dichos eventos es el organismo total, de ahí que se le niegue pri-
macía a algún órgano especial —sea cerebral o glandular (Kantor,
1959, p. 86).

112 113
Tiempo y número Ninguno de estos conceptos es aplicable a la construcción de cam-
po de la psicología intcrconductual. En primer lugar, desde la pers-
Una segunda implicación del campo como una interacción simultá- pectiva interconductual, todos los factores presentes en un campo
nea de factores se relaciona con el concepto mismo de tiempo. El dado de interacción, participan en ese campo, incluyendo aquellos
tiempo, al igual que el peso, la altura o la longitud, es una métrica, no que han sido aislados para ser objeto de estudio de diversas discipli-
es un evento. Por ello, no ocupa ningún lugar en el campo intcrcon- nas y que se han articulado en diferentes niveles de análisis. Ningún
ductual, cuando se le conceptualiza como un evento básico (Mayes, factor participa en forma especial con respecto a otros factores (Kan-
1992): No hay campos pasados, ni futuros. Sólo hay un campo, el que tor, 1959, p. 89-90). Las construcciones causales de tipo temporal,
existe en el momento presente. tampoco son adecuadas en la construcción de un campo en la psicolo-
Es dentro del desarrollo continuo del momento presente que en- gía intcrco, ductual, pues no existen puntos de tiempo distintos al mo-
contramos el pasado y el futuro. Desde un punto de vista intcrconduc- mento presente a partir de los cuales pueda decirse que ciertas causas
tual, pasado y futuro existen como hechos de estimulación sustitutiva, putativas ejerzan sus poderes. Por último, los eventos psicológicos no
de interacción implícita. son recurrentes. Cada uno es un evento único. No se puede predecir,
ni controlar un evento que es único.
Causalidad Desde el punto de vista interconductual, el campo psicológico es
un campo unificado, un todo interactivo. No es causado desde dentro,
Una tercera implicación de la construcción de campo, tiene que vci lo que significaría que el campo se causa a sí mismo. No es causado des- •
con el problema de la causalidad. Los sistemas causales varían en de fuera, pues no hay fuera. El campo no es causado. Simplemente es.
detalle, pero todos los sistemas modernos comparten ciertas carac-
terísticas. Por ejemplo, el postulado de la causalidad implica una di- Características espaciales
cotomización de eventos entre aquellos que causan y los que son
causados. Además, las construcciones causales se articulan, por lo ge- Finalmente, deseo hacer una serie de comentarios sobre las propieda-
neral, en el tiempo. Son maneras de dar cuenta de los eventos que ocu- des espaciales de los eventos psicológicos, cuando se les considera
rren en un punto en el tiempo por referencia a los eventos que ocurren como eventos básicos. Las propiedades espaciales de tipo material se
en otro punto. Por ejemplo, un estímulo que ocurre en el tiempo X, se evalúan comparativamente: una cosa es más grande que la otra, más
considera que es el responsable de la ocurrencia de una respuesta en el pesada o más ligera, más larga o más corta que algún patrón. Lo mis-
tiempo Y. mo es válido para las propiedades espaciales de un lugar determinado:
Alternativamente, las construcciones causales son formas de ex- un lugar sólo adquiere significado en relación con otros lugares cspc-
plicar los eventos contemporáneos, articulados en un nivel de análi- cificables. La posibilidad de hacer comparaciones de este tipo no
sis, por referencia a eventos articulados en un nivel distinto. La existen en el contexto de un campo interconductual, en virtud de que
interacción psicológica de un organismo se dice que es causada por sólo hay un campo, el que existe en el momento presente. No puede
factores biológicos que hacen que el organismo se vea implicado en afirmarse que haya relaciones espaciales entre los factores que consti-
esa interacción psicológica. Por ejemplo, se afirma que la conducta es tuyen el campo, pues sus factores constituyentes no son partes sepa-
causada por susceptibilidades .heredadas, por genes, instintos y cosas radas, forman una unidad. Por último, las propiedades espaciales, al
parecidas. igual que las temporales, son una métrica, son descripciones que se
Por último, el conocimiento causa!, en tanto que habilidad para hacen de los eventos, no son el evento mismo y consecuentemente, no
predecir y controlar la ocurrencia de los eventos, depende de la posi- tienen lugar alguno en el campo interconduclual, cuando se conccp-
bilidad de recurrencia.del evento. tualiza a este como un evento.

114 115
Comentarios adicionales a La posición que asume Kantor frente a este problema es de tipo realis-
los postulados propuestos ta. Cree que el todo no puede ser abarcado por el sujeto cognoscenle,
que el sujeto cognosccnte más bien es una especie de coordinador en
Estos postulados y su elaboración, como aquí los presentamos, sirven una interacción que lleva a cabo con otro participante. Sólo es factible
para aislar el evento psicológico de los eventos que son objeto de inte- que haya dos alternativas a la naturaleza del otro participante, si es
rés de otras ciencias, una condición que es necesaria para la construc- que la historia de la filosofía nos enseña algo sobre este punto. El otro
ción de un sistema teórico específico, de acuerdo a Kantor (1953). participante puede ser el mundo confrontable de carácter espacio-
Kantor, sin embargo, no se limita a definir el evento psicológico al temporal de la naturaleza, o bien el mundo no confrontable de la su-
nivel de postulación que presentamos, él igualmente caracteriza su pernaturalcza que carece de dimensiones en tiempo y espacio. No es
producto. Argumenta (1953) que las construcciones descriptivas de- necesario decir que Kantor elige el primero.
ben ser continuas con los eventos originales que constituyen los datos Desde la perspectiva de Kantor se supone que los eventos exis-
crudos, es decir los datos antes de ser analizados para dar lugar a las ten independientemente de las construcciones descriptivas que se ha-
construcciones. Lo que esto implica es una teoría de la verdad por co- cen de ellos. Esta es una suposición hecha por muchos estudiosos
rrespondencia, una teoría que dice que lo que nosotros afirmamos so- antes que él y con la cual nosotros podemos estar de acuerdo, pues no
bre el mundo debe corresponder al mundo tal y como realmente es. hay ninguna razón convincente para suponer algo distinto. En el pun-
No es una postura ingenua acerca de la correspondencia, dado que to en el que Kantor se separa de esta tradición filosófica es en el plan-
Kantor reconoce las contribuciones del sujeto cognoscenle en las acti- teamiento de que nuestras confrontaciones con los eventos no son
vidades y productos del conocimiento, de una manera más completa similares a las descripciones que hacemos de ellas. En otras palabras,
que muchos teóricos (1953, p. 8-13). No obstante es una posición ba- nuestras confrontaciones pueden incluir a nuestras descripciones de
sada en la correspondencia. En palabras de Kantor: "Es evidente: la los eventos, pero no se restringen a ellas: las descripciones son sólo un
interconducta con eventos es abordada con actitudes que derivan de tipo de confrontación. El contacto pcrceptual es otro tipo.
la interconducta previa, pero este hecho no previene que se realicen Cuando distingue entre los diferentes tipos dc-confrontación, Kan-
investigaciones relativamente dcsprcjuiciadas de los eventos presen- tor proporciona las bases para su proposición de la continuidad. Nues-
tes." (1959, p. 89). Por mi parte, acepto la definición kantoriana del tras descripciones de los contactos pcrccptuales que tenemos con el
evento psicológico, pero no acepto su punto de vista de que esta cons- mundo pueden o no sostener una continuidad con las percepciones
trucción es continua con los eventos que constituyen sus datos de partida. que tuvimos. Las construcciones descriptivas son válidas, de acuerdo
La proposición de la continuidad, a diferencia de aquellas que sir- a Kantor, únicamente cuando presentan esa continuidad.
ven para definirlos eventos de la psicología, parece requeriruna justi- Esta no es una proposición que carezca de importancia en el siste-
ficación, debido a que el postulado articula una relación que parece ma de Kantor, por el contrario, su esencia es apoyada en cada uno de
estar sujeta a desconfirmación sobre bases lógicas o empíricas. De un los niveles de postulación que maneja, incluyendo aquellos que se re-
modo más específico, con el fin de plantear la continuidad de los fieren a los actos de desarrollo de los postulados, los cuales son, en sí
constructos con los eventos, o la falta de continuidad, se deben tener mismos, lógicos. En este nivel, por ejemplo, Kantor (1945) dice que
evidencias independientes acerca de la naturaleza de los eventos, evi- la lógica consiste en la interconducta real que no puede escapar a las
dencias que por sí mismas no constituyen una descripción. Precisa- influencias culturales. Aquí, de nuevo, vemos el reconocimiento que
mente aquí se encuentra el problema con el que los estudiosos se han hace del lugar que ocupa el sujeto congnosccntc dentro de lo conoci-
debatido a lo largo de los siglos: ¿hay un mundo que existe inde- do. Aunque debemos decir que luego arguye que la interconducta ló-
pendientemente del sujeto cognosccnte; puede este mundo ser cono- gica no se encuentra totalmente determinada por las condiciones
cido? culturales. La cultura es tan compleja y diversificada que puede llegar

116 117
a permitir una cierta independencia a los lógicos particulares. En pa- entender la descripción que hace Kantor de los eventos psicológicos
labras suyas: "Antes y por encima de todas la convenciones exislcn- dentro de la perspectiva aplicada, a la cual ahora volveremos.
tcs, se encuentra el mundo de la naturaleza, el cual da la posibilidad
de, al menos, poder pelar de manera progresiva las capas acumula- La psicología como ciencia aplicada
das de las tendencias y las tradiciones" (Kantor, 1945, p. 12). La afir-
mación anterior hace posible que las creencias y teorías sobre los Recuérdese que para Kantor, quedan relegados a la subdivisión apli-
eventos naturales y culturales, influyendo la teoría lógica, tengan cada de una ciencia, todos aquellos esfuerzos que adopten como
cierta libertad, lo que a su vez les permite que se orienten sin obs- objetivo la predicción y el control. La naturaleza de los eventos psi-
trucciones hacia los eventos mismos. (Lo que me gustaría argumen- cológicos puede ser igualmente examinada cuando se les aisla para
tar aquí, es que la complejidad y la diversidad de la cultura ofrece más estos propósitos.
bien variabilidad y no independencia).
En resumen, Kantor supone que todas las empresas de tipo intelec- La no unicidad
tual consisten en el desarrollo de construcciones descriptivas e inter-
Vamos a empezar con el reconocimiento de que cuando se trata la pre-
pretativas. Plantea, además que las construcciones pueden ser o no,
continuas con los eventos y que es posible saber cuándo mantienen dicción y el control de los eventos, estos pierden su carácter único. En
lugar de que se les considere en esa forma, propia de la perspectiva de
esa continuidad y cuándo no lo hacen. La continuidad que se discute,
no es la que hay entre los eventos que existen en forma independiente la ciencia básica, se les agrupa en clases con fundamento en algún cri-
del sujeto cognosccntc y la descripción que dicho sujeto hace de terio de similitud que les sea intrínseco, sea formal o funcional. Dicha
tales eventos, sino más bien entre las descripciones de los eventos y clasificación hace posible considerar la rccurrcncia de los eventos,
otras formas de contacto que se tienen con ellos, principalmente, pe- una condición que es necesaria para la predicción y el control: la pre-
ro no de manera exclusiva, los contactos perccptuaics. No es muy dicción se basa en las ocurrencias previas de los eventos, el control se
claro cómo una continuidad de este tipo puede llegar a ser establecida, mide en la rccurrcncia del evento. Como lo indicamos antes, los even-
lo que es claro, es el momento en el que no puede lograrse. Es decir, la tos únicos de la psicología como ciencia básica, no pueden predecirse,
falta de continuidad aparece cuando los constructos hacen referencia ni controlarse. Suceden una sola vez, nunca se repiten.
a eventos que existen en otras dimensiones distintas a las de espacio Los costructos que se refieren a los eventos de las subdivisiones
y tiempo. básica y aplicada de la ciencia, difieren, en consecuencia, en lo relati-
El énfasis que pone Kantor sobre este problema de la continuidad vo al problema de la unicidad. En el grado en el que los constructos
entre los eventos y los construclos, se halla garantizado por el juicio que surgen de la subdivisión básica de la ciencia sean válidos, esta di-
de que la continuidad es buena, mientras que la falla de continuidad es ferencia significa que las descripciones de los eventos que surgen en
mala, pues no alienta el desarrollo científico. En otras palabras, sólo el dominio aplicado, tienen una mayor imposición cultural o de tipo
las construcciones continuas son válidas desde la perspectiva de Kan- convencional. En particular, Kanlor afirma que los constructos que
tor. Su propio sistema es defendido sobre estas bases, mientras que surgen bajo auspicios de esa naturaleza y a los cuales se les llama, por
critica a otros sistemas por carecer de continuidades. lo general, constructos de investigación, "frecuentemente incluyen a
Es a partir de esta perspectiva sobre la actividad constructiva que las actividades del individuo que observa la conducta (de la rala), en
Kantor articula lo que considera una descripción válida del campo otras palabras, sus proposiciones metodológicas" (1959, p. 96). Es
decir, de acuerdo a Kantor, las descripciones dirigidas a la predicción
mullifactorial de eventos que constituyen la materia de la psicología
como ciencia básica, cu la forma que previamente hemos descrito. y el control, se derivan en forma indirecta de las fuentes de datos cru-
dos. Entre estas fuentes y la construcción invcstigativa, se encuentran
Sólo si hacemos uria comparación con esta construcción, podemos

118 119
otros constructos relativamente elaborados que se formulan con el cológicos se conccptualizan como funciones que se desarrollan en el
propósito de procurar objetividad, cuantíficaru otras consideraciones tiempo siempre presente, como se hace desde la perspectiva de la
metodológicas. ciencia aplicada, se tienen de inmediato una serie de implicaciones,
una de ellas es la relativa al principio "a prioríslico" de la proximidad
Nunca en el presente como una explicación referente a la adquisición de la función de estí-
mulo. De un modo más específico, si sólo existen eventos en el pre-
Las descripciones de los eventos que surgen bajo los auspicios de la sente, no puede haber relaciones de proximidad temporal entre los
ciencia aplicada, difieren de las que se refieren a los eventos que sur- eventos, que permitan explicar sus funciones. Asimismo, si un evento
gen en la subdivisión básica, de otra manera: adquieren característi- sólo existe en el presente, no puede haber relaciones de proximidad
cas temporales. Recuérdese que la predicción se basa en la ocurrencia espacial entre los eventos y no puede explicarse ninguna función de
pasada de los eventos y el control se demuestra en las ocurrencias fu- estímulo recurriendo a esa clase de relaciones. Los eventos que apare-
turas. En otras palabras, el carácter siempre presente, singular, de la cen antes o después de otro, son eventos que son propios del evento
perspectiva básica, se pierde. La condición de ocurrencia, sólo en el que se está hablando. Los eventos que ocurren cercanos a este even-
presente, queda entonces suprimida. Son las condiciones pasadas y to son igualmente aspectos de este último. Tiempo y espacio perte-
futuras de los eventos las que ahora se subrayan en el dominio aplica- necen a esta función, no son sus razones para un evento desde la
do. La ciencias aplicadas tratan lo que sucede en el ahí y el entonces. perspectiva básica.
Desde el punto de vista de la psicología aplicada, las relaciones es-
La no acausalidad pacio-temporales se toman como explicaciones para la rccurrcncia de
un evento. El condicionamiento operante y el clásico, proporcionan
Los constructos sobre eventos aplicados invocan la causalidad. Se di- ejemplos bastante adecuados de explicaciones hechas en estos térmi-
ce que un evento depende de otro o va a hacer que otro dependa de él, nos. El primero hace hincapié en las relaciones espacio-temporales
es la causa o va ser causado por otro. Se afirma que la conducta depen- que existen entre los eventos de respuesta y sus consecuencias, el
de de un evento cstimulalivo, o de condiciones del organismo, o de último subraya las relaciones espacio-temporales que hay entre los
factores temporales, por ejemplo. Desde la perspectiva de Kantor, "la estímulos. Para Kantor, estas construcciones sólo se justifican opcra-
dependencia consiste en relaciones que se justifican sólo desde el cionalmcnte. No son descripciones desprcjuiciadas de los eventos co-
punto de vista opcracional. Dichas suposiciones únicamente son váli- mo las que se hacen desde la perspectiva básica.
das en circustancias específicas de investigación y no implican que En resumen, todas las características distintivas de los eventos de
los eventos estén estructurados sobre dicha base" (1959 p. 98). Afir- acuerdo con la perspectiva básica, es decir, su unicidad, su aparición
mado lo anterior de otra manera, la formulación R=f(s) es un disposi- sólo en el presente y su singularidad, su indeterminación y su carencia
tivo pragmático, dirigido a obtener la predicción y el control, en de propiedades espaciales, desaparecen en las contruccioncs que es-
ninguna forma se trata de una descripción desprcjuiciada de los even- tán dirigidas a obtener los objetivos aplicados de la predicción y el
tos desde el punto de vista de los eventos mismos. control.
Lo anterior no quiere decir que desde la perspectiva de Kantor, las
Relaciones espacio-temporales contruccioncs investigativas de la subdivisión aplicada carezcan de
validez, sino más bien que se encuentran un tanto más alejadas de
Vale la pena hacer, también, otro comentario sobre la distinción exis- los contactos pcrceptuales con los eventos, que las construcciones
tente entre las descripciones de las dos subdivisiones de la psicología. descriptivas del científico básico. Kantor cree que en estas condicio-
.Se trata de la asociación o la proximidad temporal. Si los eventos psi- nes, es necesario una conciencia más acusada del lugar que ocupa el

120 121
observador cuando realiza una construcción en el campo aplicado, so- más alejadas de su fuente, es decir de los eventos, que las proposicio-
bre lodo, debe percatarse, muy claramente, de las circustancias cultu- nes de investigación, las cuales, a su vez, se hayan más distantes de
rales en las que realiza dicha construcción debido al hecho de que esas fuentes que las construcciones descriptivas de la ciencia básica.
cada vez que se agrega una nueva capa de construcciones, aumenta la Eso no significa que las construcciones interpretativas carezcan de
oportunidad de que se impongan ideologías no atestiguadas e inútiles, validez, como tampoco son inválidas las proposiciones de investiga-
cuya fuente se encuentra en la tradición cultural. Esas ideologías son ción. A pesar del carácter indirecto del contacto que las construccio-
aquellas en las que se supone que los eventos participantes existen nes interpretativas tienen con los eventos fuente, en la medida en que
en dimensiones distintas a las espacio-temporales. Empero, Kan- todavía manlcngan.una continuidad con los eventos con los que origi-
tor nos dice que no ve que esto suceda en la actualidad, por el contra- nalmente tuvo lugar una confrontación; en ese grado, dichas cons-
rio, el nota una ausencia de conciencia, una confusión rarnpante entre trucciones todavía son válidas, desde el punto de vista de Kantor.
los conslructos opcracionalcs y los contactos pcrccptuales con los No sólo son válidas tales construcciones, sino que, según Kantor
eventos. Y esa situación, como lo advierte en casi todos sus tratados, (1959), la interpretación y la evaluación de los eventos es el objetivo
origina puntos de vista conflictivos en lo que se refiere a la definición primario de la ciencia. De todos modos, parecería que un comentario
de la psicología a lo largo del tiempo. Si hacemos a un lado este pro- como el que acabamos de indicar, se hace desde el punto de vista de la
blema, por el momento, empezaremos a considerarlas implicaciones ciencia aplicada. Concluímos lo anterior sobre la base de la siguiente
de la distinción que Kantor ha hecho entre las ramas básicas y apli- afirmación: "Sólo en el caso en que puedan formularse proposiciones
cada de la psicología. ¿Qué puede decirse de la relación entre estas interpretativas válidas, se ha logrado cumplir con el requisito de la
dos subdivisiones? Parecería que cada una habla acerca de dos con- comprensión de los eventos, una comprensión que es básica para el
juntos completamente diferentes de eventos, los cuales parecen no te- control y la predicción" (1959, p. 139).
ner nada en común y nada que ofrecerse uno a otro. En resumen, el subsistema interpretativo parece que se formula co-
mo un aspecto, no de la ciencia en general, sino de la ciencia aplicada
en particular. Si este fuera el caso, las subdivisiones aplicada y básica
Las relaciones entre de la ciencia, en la forma en la que aquí fueron definidas, no pueden
la psicología básica y aplicada separarse sobre la base de los subsistemas interpretativos. La intro-
Kantor (1959, pp.139-169) intenta unir estas divisiones, mediante ducción de ¡os subsistemas interpretativos parece que no constituye
una tercera división: el subsistema inteqjrctalivo. Los subsistemas in- una ayuda adicional que nos sirva para comprender mejor las relacio-
terpretativos son conjuntos de proposiciones abstraídas de los siste- nes entre estas dos subdivisiones. En lo personal, me cuesta trabajo
mas comprensivos de los cuales son componentes integrales. Las creer que alguien tan inteligente como Kantor y con tanta clarividen-
proposiciones de los subsistemas interpretativos, formalizan el or- cia en esta clase de asuntos, no aprecie el problema, aunque perma-
den, las intcrrclacioncs y el significado o valor de los eventos. Cubren nezco sin encontrarle una solución en su obra
un rango que va de las hipótesis tentativas de trabajo, de carácter anti- Una explicación de esta omisión, si es que así se le puede llamar,
cipatorio, hasta las ecuaciones que expresan relaciones invariantes, o puede encontrarse en el hecho de que Kantor no describe los eventos
aquello que ya se conoce en la ciencia y que constituye un conjunto de psicológicos desde una perspectiva básica tal como yo lo hago. Único
leyes verificadas. y acausado, sí, pero no postula de la misma manera el campo vacío de
Además, las construcciones interpretativas se derivan de múltiples tiempo y espacio. Supongo que estas lagunas se derivan lógicamente
fuentes, incluyendo las de tipo cultural, lógico, invesligativo y eva- de la concepción de campo propuesta por Kantor. De esta manera, lo
luativo (Kantor, 1959, pp. 159-161). Lo anterior quiere decir que las único que puedo concluir es que la relación entre las divisiones básica
construcciones preposicionales de naturaleza interpretativa están y aplicada de la psicología constituye un problema que hasta ahora

122 123
permanece sin solución. Creo, realmente, que estas dos empresas ha- cuentran en los eventos mismos, no van a sostener una continuidad
blan de dos conjuntos diferentes de fenómenos, que una y otra no tie- con los eventos y, por lo tanto, carecerán de validez. Son innumerables
nen nada en común, ni nada que ofrecerse entre sí. los factores que podrían implicarse en los eventos con fuentes distin-
tas a ellos mismos, ese es el caso de aquellos factores cuya existencia
El problema del problema de los eventos se asume en dimensiones distintas a las espacio-temporales. Conse-
y las construcciones cuentemente, este último criterio puede utilizarse muy bien como ins-
trumento evaluativo: En otras palabras, todas aquellas descripciones
No teniendo una solución para el problema deseo concluir sugiriendo de eventos que carezcan de propiedades espacio-temporales, serán,
un problema con el problema. necesariamente, inválidas.
Como ya lo hemos visto, distintas maneras de hablar implican dife- Es aquí donde reside el problema. Habíamos argüido previamente
rentes objetivos. Algunos objetivos sirven para engendrar una activi- que el tiempo y el espacio eran construcciones que se hacían cuando
dad constructiva que se deriva en forma directa de las fuentes de se pretendía elaborar la formulación de un evento dentro de la pers-
eventos. Otros objetivos conducen a una actividad contructiva en va- pectiva de la ciencia aplicada. Decíamos que esas construcciones ser-
rios grados. Ninguna de estas actividades se halla relacionada con el vían para referirnos a los eventos cuando nuestro propósito era hacer
problema de validez que pueda tener una construcción, problema que predicciones y lograr controles. Las construcciones del ahí y el enton-
es sumamente importante para el avance de la ciencia, desde la pers- ces, no tienen ningún significado en el aquí y el ahora de la ciencia bá-
pectiva kantoriana. La validez es un problema de continuidad entre sica. Tiempo y espacio, recuérdese, son propiedades relativas, sólo
las construcciones y los eventos, no importa cuan alejadas estén las pueden construirse cuando existe más de un punto en el tiempo y en
contracciones de sus fuentes. Siendo así, debemos recordar el argu- el espacio. No existen tales puntos en el aquí y en el ahora. No hay
mento de Kantor, donde sostiene que la continuidad que se valora no un tiempo distinto al de ahora, ni un espacio diferente al del aquí,
está entre nuestras confrontaciones constructivas con los eventos, y en el campo psicológico conccptualizado en la división básica de la
los eventos como existentes independientes, sino entre nuestras con- ciencia.
frontaciones constructivas —sean descriptivas invcstigativas o inter- ¿Qué podemos hacer, entonces, con la unicidad, la acausalidad, la
pretativas— y nuestras confrontaciones pcrccptualcs con dichos intemporalidad y la no espacialidad de los eventos de la psicología,
eventos. cuando son descritos por la ciencia básica? ¿Debemos de suponer que
Llegados a este punto, quedan sin resolver las siguientes pre- estas construcciones descriptivas carecen de validez porque hacen
guntas: referencia a factores que no se encuentran en los propios eventos, al
Primero, ¿Se encuentran más libres de prejuicios nuestras percep- no tomar en consideración ni al tiempo ni al espacio?
ciones de los eventos que nuestras descripciones? y segundo, si nues- Me parece que si bien podemos estar de acuerdo que no son váli-
tras percepciones están más libres de prejuicio, ¿tenemos alguna dos, también podemos aceptar que tienen validez. Es decir, no hay
forma de evaluar la extensión en que lo están y al hacerlo así generar factores que puedan encontrarse o no encontrarse en los propios even-
una medida del grado en el que mantienen una continuidad con nues- tos. El evento mismo, como evento que aún no ha sido descrito, tal y
tras descripciones de los eventos? como existe en el mundo, no tiene ni una ni otra de esas caracterís-
Kantor da una respuesta afirmativa a la primera pregunta. Dice que ticas. Las características son aspectos propios de la descripción.
sí, nuestras percepciones, ai menos relativamente, se hallan más li- En consecuencia, la discontinuidad no tiene nada que ver con la pre-
bres de prejuicio, como ya antes lo habíamos visto. Con respecto a la sencia o la ausencia de dimensiones espacio-temporales, es más bien
segunda pregunta, la posición de Kantor es simplemente que las des- un problema de la descripción misma. La discontinuidad se da, de ma-
cripciones de los eventos que hagan referencia a factores que no se en- nera inevitable, cuando se efectúa una descripción. Como Kantor lo

124 125
ha señalado repetidamente, las descripciones de los eventos no son
los eventos descritos.
VIL Cultura y convenciones:
En conclusión, supongo que las ramas básica y aplicada de la psi- un análisis interconductual
cología operan con diferentes conjunios de suposiciones con respecto
a dos conjuntos completamente diferentes de construcciones de los
eventos. Como ya lo habíamos dicho, nada tienen en común y nada
tienen que ofrecerse una a la otra. Ni siquiera se encuentran en armo-
nía con la rama interpretativa de la ciencia. La rama interpretativa no FRANCISCO LÓPEZ VALADEZ
es una división independiente, sino un aspecto de la subdivisión apli-
cada. Si se nos deja que continuemos en lucha con estas contradiccio-
nes, tenemos que darnos cuenta que no pueden ser resueltas. Quizá,
por ello, el interconduclismo ha atraído tan pocos seguidores.

La cultura como práctica psicológica


Bibliografía
Como todas las palabras que representan alguna dimensión de la acti-
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Principia Press. representan, por el contrario, al conjunto de las relaciones sociales y
constituyen el trasfondo funcional en el que se inscribe toda actividad
individual.
En su dimensión social, la cultura esta constituida por dos elemen-
tos complementarios: en primer término, por la acumulación históri-
ca, por un grupo social, por productos convencionales; y, por otra
parte, por el conjunto de las instituciones que regulan las relaciones
recíprocas de sus miembros. Estos dos elementos caracterizan y mo-
dulan las prácticas de los grupos sociales. La acumulación de produc-
tos convencionales delimita la naturaleza y variedad de las relaciones
de un grupo con su entorno; es decir, constituye y refleja las diferentes
expresiones de su universo simbólico: el lenguaje, el rnilo, el arle, la
ciencia y la religión. El aspecto institucional esta constituido por el

* Universidad de Guadalajara.

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conjunto de sistemas normativos—la moral, el derecho y los formulis- a) El lenguaje humano no sólo se refiere a estados y emociones, co-
mos sociales— que regulan las relaciones recíprocas de sus miem- mo sucede en las interacciones animales; permite representar,
bros. además objetos, eventos y situaciones. Esta representación
La cultura, en su dimensión psicológica consiste en el conjunto de "objetiva" del mundo posibilita a los individuos trascender su
prácticas construidas, compartidas, aprendidas y transmitidas por los mundo subjetivo c inmediato y entraren contacto, en forma me-
miembros de un grupo social. Estos cuatro elementos, y sus relacio- diata, con las representaciones funcionales de esos objetos,
nes, conforman el medio de contacto normativo que delimita y regula eventos y situaciones. El lenguaje, como expresión objetiva,
las circunstancias en las que se desarrolla la práctica cotidiana de los constituye una de las formas de mediación específica del com-
individuos. Delimitan, en la medida en que abren acceso al individuo portamiento humano.
a "los objetos, las técnicas, los pensamientos, los mitos, las creencias, b) La representación lingüística es arbitraria, sus características
el lenguaje y otros productos de la civilización" (Kantor, 1975 p. 68) funcionales se desligan funcionalmcntcdc las propiedades físi-
con los que construye su vida psicológica; regulan, porque constitu- co-químicas (forma, tamaño, color, duración) de los eventos
yen el marco de referencia normativo en el que se desarrolla el com- presentes en la situación.
portamiento individual. De esta manera, la individualidad, como Esta capacidad de dcsligamicnto es posible gracias a que los obje-
dimensión psicológica del comportamiento humano, adquiere senti- tos convencionales, a través de los que se representa la realidad, son
do en el marco de las relaciones colectivas. Como dice Ribcs: "el más sencillos de retener y más manipulablcs que los objetos repre-
comportamiento humano, en tanto práctica individual, es la expresión sentados, lo que propicia un sentido de economía conductual. El desa-
cotidiana de la cultura en todos sus ámbitos funcionales" (Ribos, rrollo de una actividad compleja, como pensar, no esta condicionada
1991 p. 5). por una actividad motora en particular. Esta simplicidad del sistema
Las dimensiones social y psicológica de la cultura se constituyen lingüístico posibilita la acumulación y transmisión de los objetos y
en ámbitos mutuamente irreductibles: los eventos sociales no expli- prácticas culturales.
can la actividad de los individuos, ni los procesos psicológicos, fun- c) El lenguaje es un práctica compartida. Refiere a diferentes suje-
damentan las características conductualcs de un grupo. tos a las mismas dimensiones de los objetos. Por ello, la con-
vencionalidad puede ser descrita como espacio común, como
práctica arbitraria y compartida. En esta dimensión reconoce-
Cultura y lenguaje mos el sentido más radical de la "comunidad", como "concep-
La cultura puede ser analizada como el conjunto de prácticas conven- ción compartida" del universo.
cionales mitológicas, lingüísticas, religiosas, científicas y normati- d) El lenguaje es temporalización, aptitud para trascender el mo-
vas. Cada uno de estos sistemas constituye una expresión diferencial mento presente, reteniendo funcionalmentc propiedades de los
y legítima de la actividad humana: diferencial, porque cada sistema eventos pasados y proyectando eventos que aún no ocurren, pe-
tiene un sentido propio e independiente; legítima, en la medida en que ro que pueden ocurrir. Esta aptitud refleja una forma de relación
sus criterios de validez son intrínsecos a cada uno de ellos. En el análi- con el entorno, elaborada y demorada, que difiere radicalmente
sis psicológico, sin embargo, esta relación debe ser modificada para de las reacciones mecánicas frente a los sucesos actuales.
darle un lugar privilegiado al lenguaje:cl mito, la ciencia, la religión y La temporalidad implica la posibilidad de hacer contacto con obje-
las prácticas normativas se adquieren y reproducen lingüísticamente. tos no presentes a través de sus representaciones convencionales ac-
La importancia del lenguaje en el desarrollo y organización de tuales. Esta dimensión del lenguaje se expresa en las funciones de
las prácticas culturales puede ser atribuido a las siguientes caracte- referir, regular y transformar la realidad.
rísticas:

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c) El lenguaje es idealización. El lenguaje no sólo es repre- g) El lenguaje posibilita la construcción de los mundos objetivo-
sentación de lo real sino construcción de lo ideal 1 . El significa- subjetivo. Sólo en la medida en que el lenguaje es una reproduc-
do del comportamiento h u m a n o no se agota en un mero ción compartida de la realidad, un "universo común" en el que
transcurrir, ni puede ser atrapado totalmente mediante sus di- coexisten diferentes individuos, se puede elaborar una visión
mensiones observables; descansa en su relación de correspon- de la realidad "objetiva".
dencia con las paulas ideales generadas y reproducidas en una Simultáneamente el universo común creado por el lenguaje nos re-
comunidad. Esta relación de correspondencia se expresa en lo mite a las construcciones de los mundos privados. Todo acto subjeti-
psicológico como un conjunto de oposiciones: moral c inmoral, vo tiene, por tanto, una raíz común y, todo uso individual del lenguaje
justo o injusto, legal e ilegal, bueno y malo, etcétera. A través tiende inevitablemente a modificarlo.
de estas polaridades se establece c interpreta el medio de con-
tacto normativo de las relaciones individuales 2 . Análisis de la cultura
f) El lenguaje es regulación. La práctica del lenguaje no se produce
simplemente como "acuerdo", sino como pauta debida de com- Hemos señalado que la cultura, en su dimensión individual, consiste
portamiento. Esta dimensión penetra y conforma las diferentes en un práctica construida, compartida, aprendida y transmitida por
funciones de la cultura. Encl mundo griego, dice Cassircr, exis- los miembros de un grupo social. El análisis de estas características
te la idea de que "a la convención se le debe atribuir una especie nos permitirá delimitar su estructura y funcionamiento.
de coacción en virtud de la cual se afirma y se hace valer contra 1. La cultura como práctica construida. La construcción de la
toda arbitrariedad" (Cassirer, 1975, p. 171). Esta dimensión es cultura es una dimensión exclusiva del comportamiento humano que
un elemento fundamental de las diferentes expresiones cultura- puede ser contrastada con la reactividad mecánica y la dependencia
les. En el ámbito religioso, el mantenimiento de la tradición se situacional de la conducía de los animales. Esta separación nos permi-
logra a través de una regulación rigurosa del orden y la forma de te trazar, por contraste, una primera aproximación al mundo de la cul-
las actividades, puesto que "el rito pierde toda su virtud religio- tura: a diferencia del sometimiento a los objetos y procesos del
sa si no se realiza por medio de una cadena inmutable de actos entorno inmediato, característico de la conducta animal, el hombre ha
específicos"3. En el ámbito de las prácticas lingüísticas tam- desarrollado una forma de contacto con la realidad, a la que podemos
bién es necesario mantener cierta uniformidad: "los signos una caracterizar por su dcsligabilidad funcional del ambiente natural. Co-
vez estatuidos, no son susceptibles de cambios, la convención mo resultado de esta capacidad de crear formas nuevas y "arbitrarias"
debe ser reconocida como algo absoluto, si se quiere que sean de representar los objetos, eventos y procesos de su entorno, el hom-
posibles, en términos generales, el lenguaje y la comprensión bre abre una nueva dimensión, a la que podemos llamar "social-con-
humanas" (Cassircr, 1975, p. 171). vcncional". En esta dimensión "el hombre ya no vive solamente en un
universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el
arte y la religión constituyen parte de este universo, forman los diver-
1 Como menciona Soler, la "representación anticipada de! futuro caracteriza sos hilos que tejen la red simbólica" (Cassirer, 1979, p. 47).
todos los actos humanos. Ei hombre necesita representarse algo que no existe pa-
ra pasar luego de esta posibilidad a la realidad" pág. 26 La separación entre lo "construido" y lo "producido" no significa
2 El medio de contacto normativo hace referencia a los sistemas de regula- una ruptura radical y definitiva entre la cultura y la naturaleza; señala,
ción que hacen posible, o interfieren, con una forma particular de interacción. A más bien, un punto de transición formado por líneas de continuidad y
diferencia de los medios de contacto físico y ecológico, se da como conjunto de
posibilidades: "permitido" (una conducta se puede hacer o dejar de hacer), "obli- saltos cualitativos. En otras palabras, podemos identificar diversas
gado" (una forma de comportamiento se debe realizar) o prohibido (no debe lle- semejanzas entre la actividad del hombre y la conducta de otros orga-
varse a cabo una actividad).
3 Cassirer, Op. cil. pág. 171 nismos (porejemplo, la diferenciación funcional del medio y su trans-

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formación práctica) pero, simultáncamcnlc, encontramos en el com- La confrontación entre cultura y naturaleza, por otra parte, refleja
portamiento humano funciones psicológicas que no comparte con una concepción de la cultura como algo externo, ajeno e impuesto al
otras especies. En este sentido, cí problema de la relación entre el individuo. Un ejemplo característico de esta concepción la encontra-
hombre y el animal, entre la cultura y la naturaleza, no puede ser redu- mos en Moscovici: la cultura "nació y se conserva para erigir en cada
cido a una separación simple, radical y definitiva. uno de nosotros una defensa contra la amenaza incesante de la natura-
Una solución alternativa, cuyos orígenes conceptuales se encuen- leza: amenaza de la animalidad contra la humanidad; de la individua-
tran en la biología aristotélica, se puede construir a través de la orga- lidad biológica contra la colectividad civilizada; del presente que no
nización jerárquica de las relaciones psicológicas, en la que las sabe esperar contra el pasado y el futuro que colocan las cosas en su
funciones superiores incluyen en su dinámica funcional a las de me- lugar... Es en este penosos trabajo de represión, y a fin de completarlo,
nor grado de desarrollo. Esta concepción nos permite romper con tres que nacen las artes, las ciencias, la literatura, los mitos o las religio-
grandes mitos que han influido profundamcnlc en el desarrollo de la nes; encarnaciones de un ímpetu natural tergiversado, obras domesti-
teoría de la cultura: cadas que canalizan una energía que sin todo esto se perdería en las
a) La separación de la cultura y la naturaleza —entendida como or- tinieblas de los tiempos salvajes" (1988, p. 18). Desde esta perspecti-
den trascendente—; va la palabra "naturaleza" hace referencia a una dimensión biológi-
b) La contraposición de la cultura con la naturaleza -—como impul- ca del individuo, que míticamente expresa y representa un estado
so, deseo o pulsión biológica-—; y
ideal de cosas.
c) La reducción de la cultura al inundo de la naturaleza.
La reducción de la cultura a la naturaleza, finalmente, se encuentra
La separación de cultura y naturaleza tiene sus orígenes en el mar-
co de los grandes cambios, en las leyes y costumbres, que caracteriza- vinculada con la suposición de que no existe ningún elemento que jus-
ron la sociedad griega del siglo V a.C. Esta experiencia llevó a los tifique la separación del hombre y el animal, o del mundo de la cultura
filósofos prcsocráticos a buscar un principio universal, semejante a y el orden de la naturaleza. Este punto de vista se encuentra expresado
una "ley de la naturaleza", que permitiera descubrir la unidad y per- en diversas aproximaciones conceptuales, tales como el naturalismo
manencia en la experiencia social, más allá de las "apariencias" sensualista, la teoría de la evolución y algunas versiones del conduc-
plasmadas en la variedad y complejidad de las costumbres. En su ver- tismo radical.
sión religiosa esta concepción sugiere que más allá del orden social, El naturalismo pretendía elaborar una teoría de la sociedad y la cul-
transitorio y relativo, construido por el hombre, existe un orden per- tura sin acudir a premisas metafísicas y, para ello, se consideró nece-
fecto e inmutable emanado de la voluntad divina. El orden divino fun- sario romper con todas las distinciones entre los mundos humano y
ciona como pauta o modelo desde el cual se puede valorar el grado de animal: "El mismo cinturón de hierro de la necesidad —dice Taino—
armonía y justicia en el mundo humano. La expresión clásica de esta ciñe a nuestra vida física y a nuestra vida cultural. En sus sentimien-
situación aparece en la confrontación que Antígona hace a Crcontc: tos, en sus inclinaciones, en sus ideas, en sus pensamientos y en la
"Y no creo que tú, hombre mortal,\ puedas transgredidas leyes no es- producción de sus obras de arte, jamás el hombre pude salir de este
critas e inmutables de los dioscs\no son de hoy ni de ayer;\no mueren; y círculo mágico. Podemos considerarlo como un animal de especie
nadie sabe de donde salieron" (Sabine, 1972. p. 35). La función social- superior que produce filosofía y poemas del mismo modo en que el
mcntc revolucionaria del orden transcendente no está presente, sin gusano de seda produce su capullo y las abejas construyen sus colme-
embargo, en todas las tentativas para separar la naturaleza y la cultu- nas" (Cassirer, 1975, p. 42). De manera semejante, al demostrar que
ra. En la versión cristiana, propuesta por Santo Tomás de Aquino, se existen líneas de continuidad entre el hombre y otras especies, la teo-
llegan a identificar los dos órdenes: "su reverencia por la ley era tal — ría de la evolución preparó las condiciones conceptuales para que la
dice Sabine— que daba por supuesto que su autoridad era inherente y teoría psicológica rompiera el mito del "hombre de dos mundos",
no dependía de ningún orden humano" (Sabine, 1972, p. 191). elaborado por el dualismo medieval, e insertara la actividad humana

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nalmcnte. La cultura, como práctica psicológica, involucra una forma
como parte y producto de la naturaleza: la oposición entre cultura y
de relación del hombre con su medio que no puede ser identificada en
naturaleza desaparecería al desplazarse el problema del campo de la
la vida grupal de otras especies: las relaciones del individuo con su
metafísica al de la biología. Como parle de la naturaleza, el comporta-
entorno son de naturaleza social-convcncional.
miento humano, al igual que la conducta animal, es explicado en su
3. En el ámbito de las prácticas individuales, la cultura aparece
totalidad, por la acción de complejos juegos de fuerzas que conccp-
como parle del mundo natural, como entorno necesario e inalterable,
lualmcntc son reducidos a un solo mecanismo. La aplicación de estas
producido de manera espontánea y ajeno a la acción humana. En las
ideas al estudio de la cultura en ocasiones se convirtió en una simple
sociedades primitivas esta separación entre el hombre y su cultura
traducción de términos: "las contingencias sociales, o las conductas
adopta una forma mítica: "Cuanto el hombre crea y sale de sus manos
que generan, son las ideas de la cultura (y las causas del comporta-
lo rodea todavía un misterio inescrutable. Cuando contempla sus pro-
miento); los reforzadores que aparecen en las contingencias son sus
pias obras, esta muy lejos de considerarse a sí mismo como su crea-
'valores'" (Skinncr, 1971, p. 126). La integración de la cultura a la na-
dor. Estas obras suyas están muy por encima de él; aparecen situadas
turaleza, por último, implica la reducción de las diferentes expresio-
en un plano muy superior a lo que parece asequible, no ya al indivi-
nes del comportamiento, humano y animal, a un solo mecanismo; es
duo sino incluso a la especie. Cuando el hombre les atribuye un ori-
decir, a una teoría de "equivalencias y representaciones": ai negar que
gen, este no puede ser otro que un origen mítico. Es un dios quien
las diferencias cutre cultura y naturaleza se afirma la equivalencia
las ha creado y un salvador quien las ha traído del cielo a la tierra y
funcional de todos los procesos; entonces, lo observado en la investi-
quien ha enseñado a los hombres a servirse de ellas" (Cassirer,
gación de un problema específico se convierte en instrumento univer-
1975, p. 91).
sal de descripción e interpretación del comportamiento. Lo estudiado
Esta interpretación mítica del origen de las prácticas convenciona-
en una especie es válido y aplicable a todas las especies; a través de
les sigue apareciendo en la teología cristiana. En la filosofía tomista,
una actividad se puede explorar el repertorio global de los organis-
por ejemplo, se ubica a las instituciones culturales como parte del or-
mos; una situación reproduce, en esencia, ¡a función de todas las si-
den cósmico en cuya formación no tenía participación la "voluntad
tuaciones.
arbitraria" (Sabinc, 1972).
2. Estas tres concepciones, lejos de ofrecernos una solución a los
problemas formulados por la teoría de la cultura, nos enfrentan a
cuestiones más complejas. El orden trascendental no puede ser objeto La cultura como práctica compartida
de indagación psicológica, puesto que las fuerzas y entidades situadas
La aparente contradicción surgida entre la concepción de la cultura,
"más allá", "detrás" o "dentro" de las cosas y los organismos, se en-
como práctica creada, y la afirmación de que, en lo cotidiano, aparece,
cuentran, por definición fuera de nuestro alcance. En forma semejan-
a los individuos que la ejercitan, como su entorno natural, se resuelve
te, la confrontación entre naturaleza y cultura parece sugerir que
mediante una distinción de niveles: la creación de una práctica cultu-
existe una ruptura entre las prácticas construidas del individuo y sus
ral puede remitirse a la actividad de los individuos; su ejercicio siem-
procesos biológicos, suposición que es inaceptable si se pretende
pre es colectivo.
construir una teoría que reconozca la unidad funcional de la conducta
La dinámica entre la acción individual y la colectiva constituyen la
humana.
segunda característica de nuestro análisis: para que una práctica crea-
En síntesis, la reducción de la cultura a la naturaleza pierde de vista
da forme parte de la vida cultural de un grupo debe ser compartida por
una dimensión fundamental del problema: el hombre y la cultura no
los individuos que la integran.
son sombras de un universo mctafísico, pero tampoco forman parte de
En este sentido, la cultura consituy e un cosmos, un universo común
la naturaleza en el misino sentido que otras organizaciones animales;
a diversos individuos que permiten trascender, a cualquiera de ellos,
se ubican en una dimensión específica que puede ser definida funcio-

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los límites impuestos por su experiencia personal y subjetiva, y les bre y la cultura. La existencia del individuo humano al margen de la
posibilita orientarse hacia "un algo supraindividual, universal y vale- cultura es una ficción, puesto que la "humanidad" surge, precisamen-
dero para todos" (Cassircr, 1975, p. 25). te, como una práctica en común, como participación en el cosmos de
1. La participación en las prácticas culturales, el "compartir" la cultura. Fuera de este espacio de interdependencias, el individuo no
significados entre los miembros de un grupo, describe una caracterís- crea "pactos" o "acuerdos". En el mejor de los casos, el "pacto social"
tica funcional de la actividad humana que debe ser diferenciado tanto no es una condición previa a la cultura, sino su reproducción práctica:
de la similitud en las pautas de conducta observadas en los miem- el individuo no vive en la cultura por estar en acuerdo o desacuerdo
bros de ciertos grupos animales, como de las mitologías construidas con ella.
alrededor de "acuerdos" o "pactos sociales". Más que "'propiedad compartida" o que un acto de cooperación, la
Desde principios de siglo, la ctología clásica identificó diversos cultura es participación práctica, o reactividad común frente al entor-
movimientos sincronizados realizados por los integrantes de gru- no. Las descripciones de la cultura en términos de algún elemento
pos animales, como conductas de territorialidad y dominación en los (pactos, acuerdos, cooperaciones) tienen, en el mejor de los casos, el
monos, el apareamiento y migración en las aves, los sonidos produci- valor de reflejar alguna dimensión de la actividad humana, pero nun-
dos por los grillos y el centelleo de las luciérnagas. Estas actividades, ca pueden convertirse en sus condiciones constitutivas.
sin embargo, muestran un tipo de rigidez e invariabiliclad que no pue-
de ser comparada con la flexibilidad y variedad de las pautas creadas
y compartidas dentro de los grupos humanos. La conducta como práctica
La identificación de la vida cultural con las actividades desarrolla- aprendida y transmitida
das en común dentro de grupos animales nos remite a dos problemas
vinculados con la interpretación mecanicisía de la cultura. En primer La noción de "cultura", como práctica creada y compartida, significa
lugar, la dcsligabilidad funcional de la conducta humana, respecto de que la participación en los procesos culturales no se produce de mane-
su circunstancia inmediata, no puede ser asimilada o reducida a la ra espontánea, o como simple resultado del desarrollo biológico; la
dependencia del contexto característico de las reacciones animales. mcmbrccía a una cultura es lograda a través de un complejo aprendi-
Por otra parte, la reducción de los procesos culturales a mecanismos zaje de sus prácticas, el cual es adquirido mediante el contacto con
"otros significativos". Esta característica del aprendizaje cultural le
primitivos, como las pautas instintivas o "los patrones fijos de ac-
da un lugar privilegiado, dentro del grupo, ala familia y a otras instan-
ción", no constituye una explicación satisfactoria; la utilización de un
cias encargadas, formal c informalmente, de funciones educativas.
nuevo nombre plantea un nuevo problema que, a su vez, debe ser re-
suelto. La enorme variedad y complejidad de las prácticas culturales en las
sociedades contemporáneas requiere de procedimientos especiales
Las teorías del "pacto social" proponen, en otro contexto, la exis-
para enseñarla. En la medida en que las prácticas culturales no se ba-
tencia de un hombre en un estado ideal de cosas, previo e inde-
san en reacciones directas y automáticas ante los cambios en el me-
pendiente a la existencia de cualquier formación social o cultural. Es-
dio, su aprendizaje requiere de la continua mediación por parte de los
te hombre "libre", no sujeto a "más ley que su propia naturaleza", a
través de un pacto con otros hombres, cede algo de su independencia a agentes educativos. En este sentido, la cultura se adquiere a través de
cambio de seguridad. La vida social, en este sentido, es un mal nece- un aprendizaje "mediado" por los diferentes agentes culturales.
sario que se debe asumir para eliminar la zozobra a la que se encuentra Dado que una gran parte del mundo cultural está conformado por
sometido el individuo aislado. prácticas lingüísticas que funcionan como "representaciones del
Un breve análisis de las teorías del pacto social nos revela una falta mundo", los procesos educativos no se llevan a cabo ante los objetos
de comprensión, en el plano psicológico, de la relación entre el hom- "naturales", sino ante sus representaciones convencionales. Esta cua-

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lidad rcprcscnlacional le proporciona a la cultura su duración y rique- el grupo puede proporcionara cada individuo diversas ventajas, como
za, su permanencia más allá de los periodos de vida de los individuos mayor seguridad contra los predadorcs, facilidad para el aparcamien-
que las crearon y una capacidad de acumulación de producios que to y la obtención de alimentos, pero no puede ofrecerle un repertorio
trasciende las posibilidades de cualquier vida individual. Esta dimen- conductual, acumulado durante varias generaciones, que amplié y di-
sión de la cultura se expresa fundamentalmente como "costumbre", versifique sus contactos con el entorno.
entendida como práctica habitual y colectiva que se transmite a través Las aportaciones potenciales del individuo al grupo se encuentran
de generaciones, y que posibilita la conservación de la experiencia drásticamente restringidas en otras especies. La experiencia obtenida
acumulada por los individuos de un grupo. sirve exclusivamente al individuo que la vive; cada nuevo logro o
La cultura, sin embargo, no es una simple acumulación de costum- descubrimiento están destinados a perderse, cada conquista debe reali-
bres: junto a la conservación y reproducción de las prácticas grupales, zarse nuevamente. En contraste el mundo de la cultura es inconmen-
encontramos una tendencia contraria, dirigida a su transformación y surablemente más rico: además de la herencia biológica, que se
renovación. La dinámica de estos dos procesos refleja y constituye el expresa psicológicamente en la forma de disposiciones conductuales,
devenir de las prácticas colectivas. Toda acción humana, en este con- cada hombre debe adquirir una compleja y enorme variedad de hábi-
texto, no solamente tiende a reproducirse, sino también a transfor- tos y habilidades que, por analogía, contituycn su "herencia social".
marse. En su sentido más amplio, estas dos grandes fuerzas se De manera complementaria, la actividad de cada individuo puede in-
plasman en la costumbre y la utopía: la costumbre representa la ten- corporarse al bagaje común, sus creaciones y sus obras son potcncial-
dencia hacia la conservación; la "misión de la utopía —por el contra- mcntc creaciones y obras colectivas.
rio— no consiste sino en hacer lugar a lo posible, como lo opuesto a la
aquisccncia pasiva, a un estado actual de los asuntos humanos. Este Cultura y control
pensamiento simbólico supera la inercia natural del hombre y le dota
de una nueva facultad: la de ajusíar constantemente el universo huma- Las costumbres no sólo son prácticas compartidas sino acciones debi-
no" (Cassircr, 1975, p. 98). das. Esto significa que toda comunidad conserva su identidad, en un
La temporalidad de las prácticas culturales abre una nueva brecha sistema de costumbres a través de las reacciones de los miembros
funcional entre el comportamiento humano y la conducta de otras es- frente a las conductas que se desvían del consenso. La cohesión de
pecies. Esta brecha se encuentra delimitada en tres sentidos: la in- una comunidad es producida y mantenida, de esta manera, a través
fluencia del grupo en la conformación de la conducta individual, la de la coacción entre sus miembros: la cultura es también un reaccio-
contribución del individuo a la constitución de las prácticas colecti- nar común frente a las conductas contrarias a lo que es esperado o se
vas y la trasmisión de las prácticas individuales. considera "debido". En el plano institucional estas reacciones colecti-
En el mundo animal, la actividad de los miembros de una especie vas constituyen los sistemas normativos, es decir, los modelos de
se encuentra conformada por su organización biológica y su experien- conducta que son impuestos y reproducidos a través de diversos
cia individual. La interacción con otros miembros de la especie repre- mecanismos de presión social. En el plano psicológico, las prácti-
senta una fuente de aprendizaje limitada que puede ser sustituida por cas culturales son acciones recíprocas, sistemas de contingencias o
el contacto directo con las situaciones; es decir, los miembros del gru- conjuntos de reglas a través de los cuales los individuos se relacionan,
po constituyen una fuente de estimulación con funciones semejantes a logrando cierta uniformidad en su actividad y conformando una "co-
los otros objetos, por lo que su participación como agentes mediado- munidad" en el sentido más amplio de la palabra.
res es reducida y poco variada. Estas limitaciones se deben, parcial- Una práctica cultural es compartida, en este sentido, sólo en la me-
mente, a la carencia de un sistema funcional de representaciones que dida en que los actos de desviación tienen como consecuencia una re-
posibilite la acumulación de la historia grupal. En estas condiciones, acción grupal. Sin este elemento coercitivo las actividades de los

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individuos tenderían a dispersarse, a constituirse en una mera expre- su vida en comunidad. La libertad humana, como satisfacción de de-
sión de sus mundos subjetivos. Esta función rcgulatoria de la cos- seos y necesidades, se encuentra fuera y al margen de la cultura.
tumbre se expresa claramente en la antropología filosófica: "Más La separación funcional de las dimensiones psicológica y biológi-
próximo al hombre que el orden de la naturaleza se halla el orden que ca, implícita en la separación de la naturaleza y la cultura, se traduce
descubre en su propio mundo. Tampoco en este reina, ni mucho me- de una inadecuada definición del comportamiento: lo psicológico no
nos, el caos y la arbitrariedad. El individuo se siente, ya desde sus pri- es un sustrato yuxtapuesto o contrapuesto a las estructuras orgánicas,
meras reacciones, gobernado y limitado por algo que se halla encima sino una dimensión funcional construida a partir de ellas. En el mun-
de el, que no está en sus manos dirigir. Nos referimos al poder de las do humano esta construcción incluye todas las funciones biológicas,
costumbres que le ata y le guía. Este poder vigila todos y cada uno de sus por lo que la separación naturaleza y cultura pierde su sentido: la natu-
pasos, no deja a sus actos el más pequeño margen de libertad de ac- raleza del hombre es cultural; la cultura es la naturaleza humanizada.
ción. Gobierna y rige no sólo sus actos, sino también sus sentimientos Los conflictos en el mundo humano no expresan, en consecuencia,
y sus ideas, su fe y su imaginación. La costumbre es la atmósfera inva- una oposición entre la naturaleza y cultura, sino diversas contraposi-
riable en la que el hombre vive y existe; no puede sustraerse a ella co- ciones entre las creencias, valores y prácticas que conforman el mun-
mo no puede sustraerse al aire que respira" (Cassircr, 1975, p. 8). do de la cultura.
Una segunda posibilidad deriva de la noción de la cultura como
Costumbre y libertad parte y producto de la naturalcza( lo que finalmente significa la re-
ducción de la cultura a la naturaleza). El punto central de esta inter-
El ejercicio de la coacción como método de conservación y reproduc- pretación consiste en suponer que el grupo ejerce control sobre el
ción de la costumbre parece provocar, irremediablemente, una esci- individuo a través de los mismos mecanismos con que se regula la
sión entre el individuo y la cultura, entre lo deseado y lo debido, conducta de otras especies: "Una conducta llega a adaptarse a las nor-
entre su autonomía y la imposición externa. Esta interpretación de- mas de una comunidad cuando determinadas respuestas son reforza-
pende, sin embargo, de la posición que se adopte respecto de las rela- das y otras son dejadas sin reforzar o castigadas" (Skinncr, 1974, p.
ciones socicdad-naturalcza. 437). La aplicación de este punto de vista al análisis de la cultura con-
Para los modelos que separan la cultura de la naturaleza, esta ac- duce a la convicción de que toda actividad humana se encuentra sujeta
ción reguladora puede constituir un instrumento de liberación o pro- a formas relativamente simples de predicción y control. La libertad,
vocar un conflicto radical e irresoluble entre individuo y cultura. Este desde este punto de vista, es una ilusión derivada de una ¡dea metafísi-
conflicto se puede expresar en términos de una "domesticación de la ca del hombre: la actividad humana, en su totalidad, se encuentra de-
dimensión biológica del hombre", "un freno a los impulsos incontro- terminada por factores externos. La distinción entre factores externos
lados délos individuos" o, finalmente, como una "divisióndel indivi- naturales y culturales es irrclcvanle, puesto que la forma en que con-
duo entre lo que es, forzado, prohibido, civilizado y aquello que dicionan la actividad humana es funcionalmentc equivalente.
corresponde a la espontaneidad". Esta primera interpretación parte de En contraste con las dos posiciones anteriores, para la psicología
la suposición de que en el existe una separación entre sus impulsos intcrconductual los conceptos de libertad y cultura se encuentran ínti-
biológicos del individuo y sus hábitos y actividades culturales, y que mamente vinculados: la cultura no es un impedimento para la libertad
cualquier forma de integración entre ambos es inestable y transitoria. humana, sino su condición fundamental. La coacción ejercida por el
De alguna manera, durante el proceso de aculluración lo biológico grupo sobre el individuo representa una de tantas formas de control a
permanece inalterable y entra en conflicto con lo adquirido, lo que las que se encuentran sometidos los organismos. La cuestión no con-
obliga constantemente al individuo a establecer transacciones entre la siste en saber si el individuo se encuentra controlado, sino en identifi-
satisfacción de sus impulsos y la obediencia a los deberes surgidos de car su participación relativa en los procesos de regulación. En la

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medida en que la cultura es un entorno construido y modificado por la VIII. El análisis de la conducta
acción humana, representa el máximo nivel de autonomía y libertad
psicológicas. humana: la morfología como
En el sentido anterior, el estudio de los mecanismos de control c in- enemigo público número uno
fluencia social, en el mundo de la cultura, involucra también el estu-
dio de los procesos y estrategias a través de los cuales un individuo
desarrolla su autonomía: el mundo de la cultura se expresa como rela-
ciones de poder, como un mundo de acuerdos, contraposiciones y op-
ciones. EMILIO RIBES*
Bibliografía
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nómica. México. Toda descripción narrativa del comportamiento es, fundamentalmen-
Cassircr E. (1979) Antropología filosófica. Fondo de Cultura Econó- te, una descripción morfológica, es decir, de las formas que asume ci
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xico. considerado a las emanaciones químicas relacionadas coií el olor y el
Kantor, J. R. (1975) The aim andprogress ofpsychology and other gusto como morfologías conductuales). La descripción morfológica
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do en el Congreso Lalini Dies. Barcelona, España. Mayo de. como la descripción de las estructuras psicológicas isomórficas a un
Sabinc, H. G. (1977) Historia de la teoría política. Fondo de Cultura campo físico. El conduclismo radical, como teoría del condiciona-
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Skinner, B. F. (í971')Beyoitdfreedom and digniiy. Penguin. Ingla- mo el paradigma del análisis funcional de la conducta (Skinner,
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Skinner, B. F. (1974) Ciencia y conducta humana. Ed. Fontanclla. Es- análisis de las covariacioncs cstímulo-rcspucsta y la crítica a la bota-
paña. nización de los reflejos, constituyeron la primera estrategia metodo-
Soler, S. (1970) Las palabras de la ley. Fondo de Cultura Económica. lógica adoptada por Skinner (1931,1935) en este sentido.
México.
* Universidad dcGuadalajara. En comisión académica de la Universidad Nacio-
nal Autónoma de México.

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cunscribió al estudio de los efectos temporales de los estímulos sobre
Morfología y función las respuestas, sin ninguna referencia a las dimensiones espaciales
de la conducta.
La concepción genérica del reflejo como variaciones de clases de estí-
La sustitución de los indicadores morfológicos de la conducta por
mulo y respuesta de tipo respondiente o de tipo operante représenlo,
de cierta manera, una superación de los criterios morfológicos para indicadores indirectos de sus efectos llevó, paradójicamente, a la re-
definir una unidad descriptiva de la conducta. Tomando en considera- cuperación de la morfología como criterio analítico fundamental. El
ción el caso de la operante, esta se definió como una covariación de ejemplo más destacado de esta "inversión" analítica es el caso del
clases —o clase de covariaciones— en la que la propiedad de la clase comportamiento verbal.
consistía en la relación entre el cierre de un microinterruptorporuna Skinner (1957), en su obra Verbal behavior, se planteó realizar un
variedad indeterminada de instancias de respuestas de oprimir una pa- análisis funcional del lenguaje que superara los criterios morfológi-
lanca o barra con una posición fija y la presentación de un cambio de cos y estructurales característicos de las disciplinas formales como la
estímulo en la forma de entrega de alimento, administración de agua, lingüística, la gramática, e incluso la semántica.
eliminación o posposición de un choque eléctrico programado, etc. Con tales propósitos, Skinner definió a la conducta verbal como un
La forma que podían asumir todas y cada una de las instancias de res- episodio entre el que habla y el que escucha, que se caracteriza en que
puesta de la clase operante eran no definitorias de la clase en la medida el que escucha funge como el mediador del rcforzamiento del que ha-
en que fueran suficientes para producir el cierre del microintcrruptor. bla, de acuerdo con criterios específicamente estipulados por la co-
De esta manera, la morfología de la respuesta de oprimir una palanca, munidad verbal. Skinner fue ambiguo, en el mejor de los casos, en lo
que constituía la substancia misma de la conducta operante relaciona- que toca al criterio definitorio de la conducta verbal. Ya en The beha-
da con la entrega del alimento (el primeramente llamado reflejo ali- vior of organisms (1938) señalaba que quizá la conducta verbal era el
mentario), era tratada como una propiedad no dcfinitoria de la clase único tipo de comportamiento que podía requerir de un tratamiento
operante. La propiedad dcfinitoria era alguna propiedad incidental de distinto al presentado a las conductas respondiente y operante. La ra-
la morfología, que correlacionaba con una magnitud o intensidad su- zón de este posible tratamiento diferencial se basaba en su distintivi-
ficientes para producir la opresión de la palanca como medio de cierre dad "topográfica" —es decir, morfológica. En Verbal behavior
del microinlerruptor y la posterior presentación de un cambio de estí- planteó el análisis de la conducta verbal en términos de un criterio
mulo. estrictamente funcional: la mediación del rcforzamicnlo de la con-
Esta cancelación de la morfología como propiedad dcfinitoria de ducta del que habla por parte del escucha, pero al margen de muchas
la conducta impuso una restricción importante al análisis funcional otras deficiencias y contradicciones lógicas (Ribes en preparación)
del comportamiento: todas las medidas de la conducta consistían en en su taxonomía de la conducta verbal, como conducta operante, esta-
medidas indirectas basadas en el cierre del microintcrruptor como bleció criterios morfológicos explícitos basados fundamentalmente
efecto inmediato de la instancia de respuesta que cumplía con la pro- en la morfología del estímulo (los llamados estímulo verbal y no ver-
piedad dcfinitoria de la clase operante en cuestión. La frecuencia y bal) para distinguirá las distintas operantes verbales, a la vez que asu-
sus derivaciones surgieron como las medidas fundamentales del com- mió que el escucha, como representante funcional de la comunidad
portamiento operante: la frecuencia relativa, la tasa de respuesta, la verbal, identificaba la oportunidad y pertinencia de reforzar una res-
distribución temporal de respuestas como espaciamicnto —y su recí- puesta, en tanto respuesta verbal, con base exclusivamente en su mor-
proco, como distribución de tiempos entre respuestas—, la duración fología.
de cierre del microintcrruptor, la fuerza en gramos requeridos para ce- La extensión del análisis conductual a las situaciones sociales en
rrar el microintcrruptor y otras más. La medición de la conducta se que tiene lugar la conducta "socialmcnte significativa" ha resultado
"vació" de morfología a grado tal que el análisis experimental se cir- en prácticas sistemáticas de identificación y medición del comporta-

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miento humano fundamentadas en criterios morfológicos (véase, por la respuesta y la función de respuesta. Los objetos, los estímulos, los
ejemplo, la especificidad aplicaliva de las técnicas y terapias de sistemas reactivos y las respuestas poseen un nivel obscrvacional que
modificación de conducta con base en criterios como las fobias, la incluye a la descripción morfológica como uno de los criterios funda-
ansiedad, las obsesiones, el alcoholismo, la agresión, etc.). Se puede mentales. La función de estímulo y la función de respuesta, que son
pensar en tres razones que dan cuenta de esta "recaída" del análisis inseparables como núcleo de cualquier segmento intcrconduclual es-
de la conducía a condiciones fundamentadas en criterios morfológicos: pecífico, constituyen relaciones entre dichas propiedades obscrvacio-
a) El uso de medidas indirectas de la conducta; nalcs, y aun cuando para describir las funciones de estímulo y de
b) La separación analítica de la conducta del organismo respecto respuesta es indispensable describir las morfologías involucradas co-
de la conducta de otro organismo o de la acción de un objeto con mo respuestas, sistemas reactivos, objetos de estímulo y estímulos, la
los que ínteractúa; y mera descripción de estas propiedades y su variación cuantitativa no
c) La confusión de los sistemas reactivos (o respuestas) del orga- son equivalentes a la descripción de las funciones. La funciones, co-
nismo con la función de respuesta, así como la nula delimita- mo relaciones que son, no pueden ser consideradas observables —o
ción entre el objeto de estímulo, el estímulo y la función de inobscrvablcs. La obscrvabilidad —o inobscrvabilidad— no es una
estímulo. propiedad o predicado de las funciones. Se pueden observar los ele-
El uso de medidas indirectas de la conducta parece ser un instru- mentos y su peculiar ordenamiento en tiempo y espacio. La observa-
mento idóneo para superar el análisis morfológico cuando se eligen ción de este ordenamiento de respuestas y estímulos en tiempo y
respuestas relativamente arbitrarias en condiciones restrictivas pro- espacio permite identificar—que no observar—la organización fun-
pias del laboratorio experimental. Sin embargo, cuando el análisis se cional de la conducta, es decir, las funciones de estímulo y respuesta.
desplaza a situaciones no arbitrarias, "naturales", tener que describir La confusión entre funciones y morfologías ha promovido el uso in-
la conducta en términos de frecuencias, lalcncias o cualesquiera otra tercambiable de los conceptos de estímulo, respuesta, objeto y siste-
de las medidas relacionadas obliga a utilizar criterios morfológicos ma reactivo con los de función de estímulo y respuesta.
para seleccionar "la" o "las respuestas" que varían cuantitativamen- De este modo, solo para citar un ejemplo elocuente de la literatu-
te con base en dichas medidas indirectas. El ojo o el oído humanos no ra contemporánea, la distinción funcional entre conducta moldeada
constituyen sensores equivalentes o intercambiables respecto del cie- porcontingcncias y conducta gobernada por reglas se ha re-formula-
rre de un microintcrruptor. do como una distinción estrictamente morfológica —dada la falta
La definición de la respondiente y la operante como clases de "res- de auténticos criterios funcionales-— entre conducta gobernada
puesta" parle de la premisa de la inseparabilidad de los compo- por estímulos verbales y conducta gobernada por estímulos no ver-
nentes de estímulo y respuesta como covariaciones funcionales. En bales (Galanía, 1986; Vargas, 1988; Haycs, 1989; Mayes & Haycs,
consecuencia, la unidad de conducta puede considerarse, en sentido 1989).
estricto, una relación o interacción. Sin embargo, en la medida en que No se afirma que la conducta verbal, con propiedades morfológi-
se ha prescrito (Skinncr, 1957; 1962) que, defacto, la relación puede cas distintivas no posea funciones distintas a las de la conducta no
analizarse separadamente, quedan exclusivamente las descripciones verbal—y lo mismo puede decirse de los estímulos verbales—, si-
morfológicas de las propiedades de respuesta "a ser reforzadas" y las no que lo que se plantea es que dichas funciones específicas no se es-
descripciones morfológicas de los estímulos "discriminativos" que tablecen automáticamente a partir de la morfología. La morfología
regulan las propiedades de la respuesta o la ocasión para su reforza- constituye una condición necesaria para las funciones conduclualcs,
micnto. más no es una función suficiente. Establecer distinciones funciona-
Finalmente, tenemos la confusión entre el objeto de estímulo, el es- les con base exclusivamente en propiedades o criterios morfológicos
tímulo y la función de estímulo, así como entre los sistemas reactivos, significa confundir las condiciones necesarias con las suficientes, que

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en el caso de la psicología, se estructuran a partir de ¡apropia organi- hecho de que la teoría considera a toda forma de conducta biológica
zación del comportamiento en acto en circunstancias específicas. inicial como conducta respondiente, los estudios derivados de la es-
cuela de Bykov (1985), demostrando la condicionabilidad respon-
El lenguaje ¿una morfología o diente —y en ocasiones operante— de los llamados sistemas internos
un ámbito funcional? de respuesta (Alcaraz, 1979), reforzaron la idea de que toda conducta,
fisicalísticamente hablando, se presenta primeramente como motrici-
Desde un punto de vista morfológico, se pueden distinguir tres gran- dad. Conducta es movimiento de translación (véase por ejem-
des grupos de comportamiento: el sensorial, el motor y el verbal. Es- plo todas las definiciones del comportamiento formuladas por los
tas tres categorías del comportamiento nunca ocurren aisladas. distintos teóricos del conductismo (Kirtchener, 1977). El lenguaje,
Exceptuando algunas especies primitivas en la filogenia animal en las considerado como conducta verbal, se consideró siempre una conduc-
que se confunden las funciones sensoriales con las de nutrición (mo- ta —motriz por definición— pero con propiedades morfológicas —o
luscos fijos, etc.), toda conducta sensorial se da siempre acompañada topográficas—especiales (Watson, 1924; Skinner, 1938).
de alguna forma de molricidad parasensorial (conductas de orienta- De este modo, en la teoría de la conducta, se conceptualizaron las
ción o similares), a la vez que toda conducta motriz se ve acompañada características especiales del lenguaje como un tipo de morfología de
necesariamente de su reafercntación sensorial. En el caso del com- conducta en términos de: a) su ineficacia mecánica para alterar direc-
portamiento verbal es evidente que, en sus distintas modalidades tamente las propiedades físico-químicas del ambiente y, b) la "arbi-
(leer, escribir, escuchar, hablar, gesticular y observar), se confunden trariedad" de su morfología dado su carácter intrínsecamente social.
las tres categorías morfológicas. No se puede concebir la morfología La conducta verbal, como una forma de morfología adicional, se ca-
verbal al margen de la sensibilidad y la modicidad, en consonancia racteriza por su dependencia en otros para: a) establecerse como
con el planteamiento aristotélico de la inclusividad sucesiva de las morfología con propiedades funcionales respecto de un grupo social
potencias de los cuerpos vivos (Acerca del alma, 1978 —traducción determinado; y, b) para producir efectos y alteraciones en el ambiente
española). físico-químico indirectamente. Sin embargo, estas características de
A pesar de esta inseparabilidad funcional de las morfologías del las morfologías verbales nunca se concibieron como un criterio para
comportamiento, la psicología, sistemáticamente, las ha considerado excluir al lenguaje de la molricidad desde el punto de vista de la lógica
sistemas funcionales independientes. La clasificación tradicional de de la teoría, sino que, por el contrario, igual que en el caso de la sensi-
los "procesos" psicológicos en términos de procesos senso-pcrccp- bilidad, el lenguaje fue considerado una forma de molricidad, pero
tualcs, de aprendizaje y motivación, y de cognición lingüística (pen- con restricciones funcionales.
samiento, razonamiento, memoria, etc.) descansa en el supuesto de la En la medida en que la teoría de la conducta no superó los criterios
autonomía funcional de las tres grandes categorías de morfologías del morfológicos de la psicología tradicional, tampoco canceló en forma
comportamiento. Esta premisa ¡«cuestionada de la psicología se definitiva la tentación conceptual de utilizar la no observabilidad de
"asoma" también en las distintas vertientes conceptuales que han ciertas formas de comportamiento sensible y verbal —como formas
conformado históricamente la teoría de la conducta. Por razones restringidas de motricidad—, como dispositivos lógicos para dar
proximales me limitare a señalar este fenómeno en la teoría del condi- cuenta de fenómenos psicológicos que corresponden a lo que Ryle
cionamiento operante tal como se ha formulado desde la perspectiva (1949) ha denominado "expresiones mentales". Los acontecimientos
del análisis de la conducta. o actividades "mentales" fueron resustanciados físicamente por el
En la teoría del condicionamiento operante los procesos o funcio- conductismo en la forma de conductas "internas" o "cubiertas" (Skin-
nes vinculados a la sensibilidad se han reducido conceptualmente a ner, 1945). El carácter implícito que ha señalado Kantor (1924-1926)
los procesos de la moíricidad. Es indudable que, adicionalmente al de cualquier conducta, fue privilegiado y confundido, en el caso de la

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conducta verbal subaudiblc y del comportamiento sensorial, como embargo, no se cxplicilan dos puntos fundamentales: 1) los criterios
y con formas de conducta interna o cubierta. De este modo, la vi- para identificar la morfología lingüística de las conductas sensoriales
sión y el lenguaje no pronunciado —aunque si prc-vislo o pre-cscu- —incluyendo a los episodios de observación y orientación—; y 2) si
chado: véase en Skinncr (1957) los procesos de autoedición y las conductas sensoriales con morfología lingüística pueden partici-
composición-—, se convirtieron en la vía de acceso lógica de la teoría par en la mediación de interacciones sustilutivas.
de la conducta para interpretar los fenómenos de la imaginación y del En un escrito reciente (Ribcs, 1992), siguiendo la noción de Witt-
pensamiento, tal como estos se expresan en las prácticas del lenguaje genslcin (1953) acerca de los "juegos de lenguaje", he radicalizado
ordinario. mi formulación anterior respecto a la naturaleza lingüística del com-
portamiento humano. En esta relativamente "nueva" formulación,
La investigación contemporánea en el campo de los procesos de la
sostengo que el lenguaje, como medio de contacto convencional por
imaginación y el pensamiento constituye el desarrollo histórico natu-
ral de esta distorsión lógica, fundamentada en la confusión de la mor- excelencia del comportamiento humano, constituye el ámbito funcio-
fología con la función del comportamiento. nal de toda la conducta humana, y que, en consecuencia, no tiene sen-
No es mi propósito entrar en detalle en el análisis del estudio del tido distinguir a la conducta como verbal o no verbal, dado que la
comportamiento humano, y que surge como consecuencia de esta ló- conducta no es nada más que el "contenido funcional" del lenguaje,
gica especial. Es suficiente señalar cómo los dos fenómenos principa- entendido este último como "forma de vida" (Wiltgcstein, 1953).
les, la conducta gobernada por reglas y la equivalencia de estímulos, No voy a reiterar algunos argumentos expuestos en el escrito men-
están planteados en términos de la acción indirecta de los procesos de cionado (Ribcs, 1992 pp 290,292), sino que voy a tomar un ejemplo
rcforzamiento y la participación privilegiada de procesos verbales cu- dado por Wittgcnstcin (1969) para ilustrar la noción de juego de len-
biertos en su control (Critchficld & Peroné, 1990; Wulfcrt, Doughcr; guaje, y cómo esta noción permite un cambio de perspectiva radical
Grccnway, 1991). respecto de la relación entre lenguaje y conducta. Asimismo, descri-
En dos escritos previos (Ribes, 1986; Ribcs, 1990) aborde el pro- biré parcialmente algunos datos experimentales en proceso que mues-
blema de la insuficiencia de los criterios puramente morfológicos pa- tran cómo es posible darle pleno sentido a esta concepción radical.
ra distinguir a la conducta no verbal o prelingüística de la conducta Voy a transcribir un fragmento del mencionado escrito:
verbal o lingüística, concebida esta última en términos funcionales: la "E! lenguaje siempre ocurre en acciones y como acciones, pero el len-
guaje no es equivalente a dichas acciones. Por otra parte, la morfología
estructuración de interacciones de naturaleza substitutiva rcfercncial de las acciones puede no parecer lenguaje, pero ser lingüísticas. Al ver
y no rcfercncial. Dicho análisis establecía que la conducta morfológi- una mesa, ver es un episodio lingüístico aun cuando no veamos "a tra-
camente verbal puede participar en episodios de conducta prc-sustitu- vés" de las palabras ni las mesas tengan etiquetas o rótulos adheridos a
tivos, y que por ende, aun cuando la conducta morfológicamente ellas nombrándolas. No vemos colores, formas, tamaños y otras pro-
lingüística parece ser una condición necesaria para el desarrollo de las piedades geométricas, físicas y químicas y después nos percatamos
interacciones sustilutivas (por las características potenciales de su a través de una reconstrucción verbal explícita —o tácita— que lo
que vemos es una mesa. Sólo vemos una mesa, puesto que hemos
desligabílidad funcional), su mera ocurrencia o disponibilidad no son aprendido mediante el lenguaje (escuchando mientras vemos las accio-
condición suficiente para ello. nes de otros) que una mesa es una mesa. Estamos seguros o confiados
Esta formulación que es en principio correcta, adolece de una falla de que cuando vemos una mesa de hecho estamos viendo una mesa. Es-
lógica fundamental: identifica a la morfología de la conducta lingüís- to ocurre incluso cuando no sabemos por qué es una mesa. Pero ver y sa-
tica en términos motrices, aún cuando asume, de manera radical que ber son diferentes, puesto que implican juegos de lenguaje diferentes:
toda interacción humana es por definición lingüística, y en conse- —Cuando un niño aprende el lenguaje aprende al mismo tiempo qué
cuencia, que las conductas de observar, ver, escuchar, y otras más re- es lo que debe investigarse y qué no. Cuando aprende que hay una ala-
feridas al mundo dé la sensibilidad, son también lingüísticas. Sin cena en el cuarto no se le enseña a dudar acerca de que si lo que verá

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después es todavía una alacena o solamente una especie de escenogra- cuando se identifica el aprendizaje de los elementos, usos y sentido
fía. (Wittgenstein, 1969, 472) de un juego de lenguaje, aun cuando el niño —o individuo— no lo
El niño, me gustaría decir, aprende a reaccionar de tal y tal manera; y ejercite todavía instrumcntalmcntc.
reaccionando así no sabe nada hasta ese momento. El saber empieza en Para contestar a la segunda pregunta relativa a cuando participan
un nivel posterior. (Wittgenstein, 1969, 583)"
dichas morfologías sensoriales en la mediación de interacciones sus-
Otro ejemplo de Wittgenstein que cito en dicho escrito para ilustrar titutivas, describiré brevemente los resultados iniciales de un proyec-
el ver lingüístico es el siguiente: to experimental en curso, con la colaboración de Diana Moreno, Ana
"Enseñamos a un niño "esa es tu mano", no 'esa es quizá (o proba- Elena Villanucva y Carlos Martínez.
blemente) tu mano'. Así es como un niño aprende ios innumerables jue- Se trata de una situación experimental en que se empica un proce-
gos de lenguaje que tienen que ver con su mano. Nunca se le ocurre a él
una investigación o una pregunta ¿será esta realmente una mano?» Ni dimiento de igualación de la muestra de segundo orden con estudian-
por otra parte, aprende que el sabe que esta es una mano". (Wittgens- tes de bachillerato. El procedimiento consta de cuatro etapas. En una
tein, 1969,374). primera, que constituye la sesión inicial para todos los sujetos experi-
En la noción de juego de lenguaje formulada por Wittgenstein co- mentales, se presenta un conjunto de arreglos con figuras geométricas
mo equivalente a "una forma de vida", el lenguaje, aun cuando requie- coloreadas en la forma de una igualación de la muestra de segundo or-
re de las palabras, no es las palabras. El lenguaje es el conjunto de den. En esta sesión, los sujetos experimentales sólo tienen que obser-
sentidos que se desprenden de la práctica social con y como lenguaje. var el arreglo en la pantalla de un monitor, sin tener que hacer nada
Desde este punto de vista, los juegos de lenguaje y en consecuencia, explícito en particular. Después los sujetos experimentales se distri-
las formas de vida, se aprenden en primera instancia como un conjun- buyen en cuatros distintos grupos. Hay un grupo, el llamado control,
to de elementos que el niño debe reconocer y después utilizar, y como que durante todo el experimento continúa siendo expuesto al arreglo
la aceptación de un mundo y sus prácticas tal como estas se expresan de estímulos sin que tenga que hacer nada más que observarlo.
y ejercitan por medio de y como lenguaje por otros. Desde este punto Un segundo grupo observa ahora el arreglo con la presentación se-
de vista, las formas más elementales de organización de la conducta cucncial de estímulo por estímulo, y tiene que leer el texto que lo
humana (lo que Ribcs y López —1985—describen cómo interaccio- acompaña que señala que estímulo es (por ejemplo, circulo rojo). Al
nes contextúales) constituyen en lo esencial la aceptación de los jue- final de cada arreglo, aparece un cursor señalando cual de los estímu-
gos de lenguaje, es decir, de sus elementos, usos y sentidos. Se los de comparación es el correcto en la igualación, que puede ser de
aprende a ver —y sentir en lo general— y a reaccionar en lo particular identidad o de semejanza. Este procedimiento se expone cuatro días
ante el mundo (objetos, personas y acontecimientos) en términos de consecutivos. Después ese mismo grupo pasa a un procedimiento mo-
uno o varios juegos de lenguaje, y en esa medida, el scntiry el reaccio- dificado en que la diferencia es que los estímulos en vez de presen-
nar tempranos del ser humano a diferencia de los animales no huma- tarse uno por uno, se presentan en dos bloques, el de los estímulos
nos, adquiere obligadamente una morfología lingüística, aun cuando de segundo orden y después el arreglo de primer orden (muestra y tres
esta no sea observable en los mismos términos en que oímos una comparativos). Este procedimiento dura también cuatro días, y se pa-
verbalización o leemos una texto. El sentir y el reaccionar es mor- sa a un cuarto procedimiento en que ahora se presenta todo el arreglo
fológicamente lingüístico porque se siente y se reacciona ante acon- de estímulos completo, con textos adhoc y el cursor señalando tam-
tecimientos, objetos y personas que son lo que son en términos de su bién cual es el estímulo de comparación correcto. Otros dos grupos se
nombre y de lo que se dice y se hace de ellos. Este planteamiento pare-
exponen a los mismos procedimientos, pero en momentos diferentes
ce cubrir satisfactoriamente la primera deficiencia que identificamos
de acuerdo a un diseño de línca-base múltiple. El segundo grupo se
en nuestra formulación anterior: ¿cómo reconocer la morfología lin-
expone a la primera condición experimental hasta que el primer grupo
güística de la conducta sensorial y otras reacciones? Ello ocurre

152 153
inicia la segunda condición experimental, y así sucesivamente. Los las pruebas de transferencia empicadas, alrededor de la sesión once
mismo ocurre con el tercer grupo respecto del segundo. los sujetos experimentales comenzaron a responder con porcentajes
Los cuatro grupos de eslc estudio se sometieron adicionalmcntc a cercanos al ochenta por ciento o mayores de corrección en las pruebas
pruebas de transferencia al término de los ensayos de aprendizaje ob- de transferencia. El experimento, que todavía tiene que completarse
servacional en cada sesión. Durante las pruebas de transferencia se con algunos controles adicionales, fue diseñado para evaluar cxperi-
presentaron tres tipos de situaciones de igualación: a) pruebas inlra- mcntalmcntc las condiciones de presentación de lo estímulos y las
modalcs en los que se mostraban estímulos nuevos variando en forma interacciones contextúales elementales para después tener un desem-
y color y la igualación correspondía a un criterio de identidad o de se- peño selector o sustítutivo de acuerdo con las pruebas de transferen-
mejanza; b) pruebas extramodalcs en las que se presentaban los mis- cias empleadas. Los datos señalan que la mera exposición del arreglo
mos estímulos del entrenamiento pero variando en tamaño y sin tener de estímulos, sin textos, ni indicaciones acerca del estímulo de com-
color, con el criterio de igualación correspondiendo a identidad o se- paración correcto, parece ser suficiente para responder con niveles
mejanza; y c) pruebas extrarrclacionalcs en las que se mostraban los cuando menos selectores en las pruebas de transferencia utilizadas.
mismos estímulos del entrenamiento variando el color y forma pero el No se puede atribuir ningún efecto a la ejecución en las pruebas de
criterio de igualación era de diferencia. No se procuraba información transferencia, pues estas se iniciaron en distintas sesiones para los
a los sujetos durante los ensayos de prueba, y sólo al final de la se- grupos experimentales segundo y tercero.
sión se les decía cuantas respuestas correctas tenían. Estamos ante un caso paradójico de acuerdo con nuestra tradición
El punto crítico los ensayos de prueba es que los sujetos se expo- de reducir las funciones a morfologías y las morfologías a motricidad,
nían a una pantalla dividida. En la mitad superior, se presentaba el en donde un procedimiento de familiarización de estímulos, en el que
arreglo de estímulos estándar de igualación de la muestra. En la mitad no se tenía que decir, hacer u observar o buscar alguna relación en par-
inferior, se presentaban un párrafo incompleto y veintiún opciones ticular, resultó en el desempeño efectivo en pruebas de transferencia
textuales. El párrafo era una descripción incompleta de cómo el sujeto en las que se tenía que elegir tres opciones verbales para completar un
igualaba: "Cuando en la sección de arriba está —y— y en la sección párrafo que describía una relación condicional entre estímulos que se
de cnmcdio está —la figura correcta en la sección de abajo es—". Las estaban observando. Este es un resultado en que lo único que puede
opciones entre las cuales podía elegir el sujeto agotaban todas las po- interpretarse como decisivo para la ejecución en las pruebas, es el nú-
sibilidad de descripción en términos de instancias aisladas (triángulo mero de sesiones en que se observaron los arreglos de estímulo. El re-
rojo, cuadrado azul, etc.), de pertenencia a una clase (uno con la mis- sultado es inesperado. Si se trata de un efecto de familiarización, este
ma forma, etc.), o de relación (el idéntico, etc.). La respuesta de igua- sería independiente de la información incluida (que estímulo era el
lación consistía en completar el párrafo. correcto) y de la forma de presentarlo, y sería un caso "puro" de ver
Los resultados obtenidos 1 muestran que en todos los grupos, inde- lingüístico. Implicaría que para resolver una prueba de igualación de
pendientemente del procedimiento de exposición utilizado, y en todas la muestra en que las respuestas son textuales y los estímulos de ca-
1 Días después de! término del experimento, al ser interrogados, la mayo- rácter geométrico, la familiarización ante los estímulos es condición
ría de los sujetos experimentales reportaron haberse comuinicado entre sí res- suficiente para obtener interacciones cuando menos de tipo selector y
pecto del problema experimental en los períodos entre sesiones, así como no
haber leído en muchas de las ociones en voz alta los textos que acompañaban a quizá sustitutivo. Replicando este estudio con niños que desconocen
las figuras presentadas en el monitor. Esta información no sólo confirma que los el sentido de los estímulos o utilizando estímulos "sin- sentido" con
reportes y las interacciones verbales antes y después de una situación experimen-
tal no hacen referencia a lo que ocurre en la situación, y por consiguiente, care- adultos permitiría precisar si este efecto observado solo se obtiene
cen de función "causal" sobre el desempeño estudiado, sino que aumenta el cuando los estímulos ya forman parle de las prácticas ordinarias del
"poder" de los resultados obtenidos, pues estos ocurrieron de manera sistemática lenguaje. Independientemente de estas posibilidades, los resultados
a pesar de las influencias extra-experimentales reportadas.

154 155
de este estudio parecen apoyar la legitimidad de una nueva lógica para Skinner, B. F (1938) The Behavior of organism. New York: Applcton
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156 157
IX. La psicología interconductual
y el análisis de la conducta.
Algunas distinciones en los
contenidos y en el proceso*

EDWARD K. MORRIS

Los psicólogos contemporáneos se ven muy a menudo presionados,


fuertemente, para que hagan distinciones entre las psicologías con-
ductualcs existentes (Ver por ejemplo, Mahoney, 1989). Por ejemplo,
con frecuencia reciben presiones para que establezcan diferencias en-
tre la psicología interconductual (Kantor, 1959), el análisis de la con-
ducta (Skinncr, 1974), la psicología estímulo-rcspuesta (Watson,
1924), la conductología (Fraley y Vargas, 1986), el conduclismo pa-
radigmático (Staats, 1986), el conductismo emergente (Killcen,
1984) y la práxica (Epstcin, 1984). Todos estos abordajes de ¡a con-
ducta, son aparentemente, aunque de manera equivocada, un "ismo"
que trata dcvercl mundoa partirdesus mecanismos (ver por ejemplo,
Boring, 1964, Recse y Ovcrtor, 1970).
En contraste, los conductistas contemporáneos tienen pocas difi-
cultades en hacer distinciones (ver Zuriff, 1985). Los adinérenles de
cada una de estas siete psicologías conductuales, con facilidad en-
cuentran diferencias entre su conduclismo y el de otros, lo cual hacen
a través de programas destructivos de crítica y programas construcli-
vos referidos a propuestos catcgorialcs. Por desgracia, muchos de es-
* Este capítulo es una versión extendida de ia presentación que hice en e! Coloquio
de Psicología Interconductuai, en Guadalajara, México, durante el mes de febrero, los
días 24-26 de 1992 (Morris, 1992a). Agradezco a Bryan D. Midgley por sus comenta-
rios y por las conversaciones que tuve con é¡ en relación con el material que aquí pre-
sento. Universidad de Kansas.

159
tos conduclistas contemporáneos poco saben acerca de visiones del conduclismos no tuviesen visiones del mundo parecidas, esto que
mundo y de mctateorías, del tipo del mecanicismo y el contextualis- pretendemos sería imposible. El intento de integración que entonces
mo (Ver Pcpper, 1942) y este desconocimiento entraña una serie de se llevara a cabo, conduciría sólo a un confuso eclecticismo (ver Pep-
dificultades. pcr, 1942, pp. 104-113).
Las dificultades residen en que los programas constmctivos y des- La afirmación de que la psicología interconductual y el análisis de
tructivos se basan en "diferentes" visiones del mundo, por lo tanto, la conducta son comparables con una visión del mundo contcxtualista
sus críticas y alegatos carecen de importancia cognoscitiva o tienen es temeraria y necesita argumentarse y documentarse (ver por ejem-
poco impacto (Pcpper, 1942, pp. 98-104). Las críticas y los alegatos, plo, Hayes, 1998, Haycs y Brownstcin, 1986, Haycs, Hayes y Rccse,
muy a menudo, no se toman en serio debido a que las categorías con- 1988, Morris, 1982, 1984, 1988a, 1992b). Esta afirmación fue en un
ceptuales y los criterios de verdad de los conductislas que hacen la crí- principio, la tesis principal que pretendía guiar este escrito, pero lue-
tica son muy diferentes de los conductistas que son criticados. Más go se convirtió en un apartado con una preocupación más focal sobre
todavía/cuando se critican otros conductistas, las críticas formuladas las relaciones entre la psicología interconductual y el análisis de la
no fortalecen ni fundamentan los alegatos que hacen acerca de los conducta y entre estas dos aproximaciones y la psicología en general.
propios programas de los cuales se derivan las críticas en cuestión Esta atención más específica a los contenidos de la psicología inter-
(Ver Pcpper, 1942, pp. 98-104). conductual y a los procesos en el análisis de la conducta, surgió por
El poco conocimiento sobre las visiones del mundo y las mctateo- dos razones.
rías constituyen, igualmente, una dificultad cuando los programas
constructivos y destructivos se basan en la "misma" visión del mun- Una revisión de la tesis original
do. En esos casos, el carácter convincente de las críticas y las pro-
posiciones, no llega a reconocerse, a pesar de que esas críticas y Primero, la tesis de inicio parecía demasiado general para orientar el
proposiciones podrían ser tomadas muy seriamente debido a que texto. Como Ribcs señala (comunicación personal, septiembre 10 de
pueden evaluarse con base en las mismas o similares categorías con- 1991):
ceptuales y criterios de verdad (Ver Pcpper, 1942, pp. 98-104). Una El ¡nterconductismo representa más bien una nueva forma de ver los
parte de este capítulo se refiere a dos de las psicologías conductualcs problemas que suponemos... se encuentran mal fundamentados en la
arriba mencionadas, la psicología interconductual y el análisis de la teoría del condicionamiento. La mayor parte de nosotros pensamos que
conducta, que tienen las mismas visiones del mundo y, en consecuen- ser conductista o intcrconduclista... no significa (ser un) teórico del
condicionamiento. Más aún... el conductismo sólo podrá desarrollarse
cia, sus críticas y alegatos pueden ser tomadas seriamente. La visión "si" la "teoría" de] condicionamiento es abandonada.
del mundo de ambas es el contcxlualismo (vcrHayes, Haycs y Rccse,
1988, Morris, 1988a y Peppcr, 1942, pp. 232-279) aunque en dos di- Esta preocupación respecto a la teoría del condicionamiento (Ri-
versas variedades (ver Hay es, Haycs, Rccse, 1988, Rccse y Sarbin, bes, 1984, 1986a, 1986b, 1988) está igualmente presente en otros
en prensa, Morris, 1988 b). interconductistas (ver por ejemplo Parrot, 1983, Kantor, 1970,
Cuando se acepta que la psicología intcrconductal y el análisis de Mountjoy, 1976). Es una preocupación que exige una inquisición y un
análisis más serio del que ha recibido hasta ahora.1
la conducta son variedades de la misma visión del mundo, es factible
Segundo, la tesis original se revisó en virtud de una observación re-
tomar sus críticas y alegatos con seriedad y tratar de resolver lo que al-
ciente relativa a las variedades de contextualismo científico. Entre es-
gunas veces son relaciones contenciosas entre ellas. Mediante este
proceso podríamos tratar de integrar a ambos en aquellos puntos en 1 Cuando preparé rni contribución, y elaboré este texto en particular, tenía otra
preocupación. No soy puro en mi psicología interconductual (Morris, 1988c). Ribes,
donde sus énfasis e intereses, sus fuerzas y debilidades permiten una graciosamente, reconoció mi impureza, pero me escribió que eso no debería limitar-
complcmentación (Morris, 1982, 1984, contra Parrott, 1983). Si dos me, pues el coloquio en el que este texto se basó, incluiría capítulos de investigadores

160 161
tas variedades no sólo tenemos al intcrconduclismo y al análisis de la Primero, la teoría del condicionamiento es el meollo del objetivo
conducía, sino también algunos enfoques a la psicología del niño y analítico de la conducía consistente en comprender al comportamien-
del desarrollo, así como a la psicología social y de la personalidad to mediante la predicción y el control (Skinncr, 1966, Mayes y
(ver Sarbin, 1977 y Hayes, y col., en prensa). La observación reciente Brownstcin, 1986).
a la que nos acabamos de referir es la de que algunas de estas varieda- La teoría del condicionamiento, en este caso la teoría del condicio-
des de contextualismo "inlcractilan" entre sí, más que entrar en trans- namiento analítico de la conducía, es producto del análisis experi-
acciones (Morris en prensa). Es decir, se hablan unas a otras, más bien mental que fue conceptualizado en un principio por Skinner (1938,
que una con otra, pues se refieren a distintas cosas y quizá, lo más crí- ver Skinner, 1966) y actualmente se haya ejemplificado por la investi-
tico de este asunto, sea que tienen diferentes objetos de estudio. gación publicada en el Journal ofíl/c Experimental Analy sis ofBeha-
Tanto para los intcrconductistas como para los analistas de la vior (ver Honig, 1966, Honig y Slaüdon, 1977, Ivcrscn y Laltal,
conducta, el objeto de estudio es el "acto" dentro de un contexto o 1991). El análisis de la conducta ha conseguido comprender el com-
la conducta dentro un contexto (o sea la intcrcojjducta). Eso es lo portamiento gracias a varios principios básicos, abstractos y genéri-
que intentan comprender. En contraste, el objeto de estudio de las va- cos, por ejemplo, los principios del re forzamiento y del control de
riedades antes mencionadas de contextualismo es la "persona" dentro estímulos.
de un contexto, el individuo dentro de un contexto. Eso es lo que in- Segundo, aunque la psicología intcrconductual comparte con el
tentan comprender. El acto dentro de un contexto y la persona dentro análisis de la conducía el objetivo de comprender a la conducta dentro
de un contexto son dos objetos de estudio muy diferentes para la psi- de un contexto, su punto de vista sobre la teoría del condicionamien-
cología. Cada uno determina preguntas y respuestas acerca de dife- to se limita a concebirla como un medio (Kantor, 1970, Ribes, 1984,
rentes problemas y estilos de expresión. Como consecuencia de ello 1986a, 1986b, 1988). La psicología intcrconductual ve a la teoría del
se presentan faltas de comprensión innecesarias, las cuales elaborare- condicionamiento como un producto de una prcparaciónjnslrumental
mos en este capítulo. que ha sido muy redituable pero que ha llevado a una comprensión
muy reducida a menudo superficial de la conducta. Como consecuen-
Convergencias de razones y relaciones cia de ello, se piensa que la teoría del condicionamiento impide el fu-
turo del conductismo.
¿Porque la orientación de este libro con respecto a la teoría del condi- Tercero, las otras variedades de contextualismo, las correspon-
cionamiento y las diferencias en el objeto de estudio de los contex- dientes a las psicologías social, de la personalidad y del desarrollo, se
tualistas convergieron para que cambiara la tesis original de este unen a la crítica intcrconductual referida a la teoría del condiciona-
capítulo? La respuesta está en la convergencia de razones y de rela- miento, aunque por diferentes razones. Critican a la teoría del condi-
ciones. cionamiento porque considera a la conducta (no a la persona) como
objeto de estudio y porque esa teoría intenta "comprender la conduc-
ta" (no "comprender a la persona"). Desde este punto de vista, las per-
que "iban más allá de Skinncr... basados en Kantor" (E. Ribes, comunicación personal, sonas no pueden reducirse a su conducta dentro de un contexto, que
septiembre ÍOde 3991). Esta era una feliz coincidencia con mi forma de pensar y por
lo tanto me sentí en cierta forma liberado. Debo decir que "en cierta forma liberado" sólo es un índice para entender lo que es una persona. Esta crítica, sin
pues mi trabajo podría describirlo como más "situado en Skinner, basándome en Kan- embargo, también abarca a la psicología intcrconductual.
tor y no yendo más allá de Skinner, basa do en Kantor" (Morris, 1982, Morris, Iliggins
y Bickel, 1982a). De acuerdo con mis colegas analítico-conductualcs, neoconservado- La psicología intcrconductual se encuentra entonces tomada entre
res, debería describir mi trabajo de una manera diferente, como "yendo más allá de el análisis de la conducta y otras variedades de contextualismo. Por un
Skinncr, basado en Skinner" (ver Morris, 1992b). Pero todo esto, a fin de cuentas lo
que describe es la misma empresa, a algunos les gusta seguir un camino, otros prefie- lado, comparte con el análisis de la conducta su objetivo de compren-
ren ir por una vía diferente. der al comportamiento, considerado este como objetivo de estudio y

162 163
como objetivo de la ciencia. O sea, la psicología interconductual y el interconductual. Tercero, señalaré que la distinción proceso-conteni-
análisis de la conducta difieren, en eso, de las otras variedades de con- do podría construirse como una distinción entre la ciencia natural y la
tcxtualismo, cuyo objetivo es comprenderá la persona y para ello es- historia natural, un señalamiento que aclarará los diferentes alcances
tudian a la conducta, pero su objeto de inquisición es la persona (es del análisis de la conducta y de la psicología interconductual, tanto
decir, en ellas el objeto de estudio y lo que es estudiado no son los mis- como los de la psicología en general. Cuarto y último, argüiré que las
mos). distinciones entre proceso y contenido y entre ciencia natural e histo-
Por otra parte, la psicología interconductual comparte con las otras ria natural, no son dicotómicas, sino que representan un conlinuo^n. el
variedades de contcxtualismo, la crítica a la teoría pura del condicio- que se refleja todo un rango de actividades científicas que c^en entre
namiento. Esta crítica compartida parece ser una parte de una crítica ¡o que podría llamarse, respectivamente, "conocimiento distanciado
más profunda que se hace al análisis de la conducta por su visión mc- de la experiencia" y "conocimiento cercano a la experiencia" (Ver
canicista del mundo (ver por ejemplo a Mahoncy, 1989, Parrotl, 1983, Gcertz, 1975). El argumento completo que expondré plantea que la
Reesc y Overton, 1970, contra Galanía, 1991, Morris, 1990). Tienen diferencia entre la psicología interconductual y el análisis de la con-
razón, por supuesto, los intcrconductistas y otras variedades de con- ducta no las hace inconmensurables inherentemente. Más bien, sus
textualistas en su rechazo al mecanicismo. El mecanicismo es un obs- diferencias sonde énfasis y de interés, de fuerza y debilidad.
táculo para el avance de la psicología en el estadio en el que se halla el
avance dentro de la evolución científica, el tercer estadio o estadio de
la teoría de campo o del contcxtualismo (Dcwey y Bcntlcy, 1949, Teoría del condicionamiento
Einstein e Infeld, 1938/1961, Kantor, 1946, Pronto y Hcnnna, 1982), si
es que la teoría del campo y el conlcxtualismo pueden igualarse en lo Primero me centraré en lo que en el "condicionamiento" y en la "teo-
que se refiere a este punto (Morris, 1992). ría del condicionamiento" podría constituir una diferencia entre la
Sin embargo, como ya lo indicamos arriba, el análisis de la conduc- psicología interconductual y el análisis de la conducta. Comenzaré
ta no es un punto de vista mecanicista acerca del mundo (Hayes, con una inquisición acerca de lo que significan "condicionamiento" y
Hayes y Recse, 1988, Morris, 1988,1988a, 1992c), es más bien con- "teoría", tomados separadamente y en forma conjunta.
tcxtualista. Si esto es así ¿por qué difiere con el interconductisfno
acerca del papel de la teoría del condicionamiento en la ciencia de la Condicionamiento
conducta?
Para el condicionamiento en sí mismo, no es endémica una visión del
Prospectos mundo, sea mecanicista o contcxtualisla, pues es tanto un proceso
conductual como una preparación experimental. Como proceso y pre-
En lo que sigue ofreceré un análisis de lo anterior y de algunos malos paración es lo mismo un objeto de estudio adecuado para la ciencia
entendidos relacionados, los cuales existen entre la psicología inter- psicológica, que una práctica. Es el condicionamiento un objeto de es-
conductual y el análisis de la conducta y entre ambos, y otras varieda- tudio y una práctica cuya función, propósito o significado se encuentra
des de contcxtualismo. Primero, principia con la consideración de en el contexto de otra actividad científica: conceptual, teórica y meta-
porqué la "teoría del condicionamiento" podría ser una fuente de de- teórica. Si se considera el condicionamiento "per se", como un objeto
bate entre el análisis de la conducta y la psicología interconductual. de estudio y una práctica, sin una función inherente, como un acto sin
Segundo, describiré lo que podría llamarse una distinción "proceso- contexto, no puede asegurar, por sí mismo, el futuro del conductismp.
contenido", una distinción que corre paralela a otras diferencias com- Por otra parte, el abandono del condicionamiento no aseguraría que el
plementarias que hay entre el análisis de la conducta y la psicología conductismo se desarrollara en el estadio de la teoría de campo.

164 165
la teoría del condicionamiento tendrá efectos perniciosos sobre el fu-
Teoría turo del conductismo. Si la teoría del condicionamiento llega a impli-
car que los principios de la conducta ya se conocen por completo, aun
Hacer un lado la teoría en la teoría del condicionamiento, dependerá cuando no se hayan trabajado completamente, o si termina por afir-
de lo que signifique teoría para nosotros. Si por teoría entendemos un mar que para conocerlos es suficiente el análisis de la conducta, en-
compromiso mctatcóricb que no es consistente con c! naturalismo, tonces, la teoría del condicionamiento, o una parte de ella, debería ser
por ejemplo, el suponer que el condicionamiento va a revelar la es-
abandonada. Pero de nuevo, estas no son consecuencias inherentes o
tructura y el modo como funciona la mente, entonces la teoría del con-
cualidades propias de la teoría del condicionamiento. Las cualidades
dicionamiento debe ser abandonada. Si por teoría entendemos un
y las consecuencias son los procesos y productos de los científicos de
compromiso conceptual dirigido a explicar lo que llamaríamos "fenó-
la conducta.
menos que toman lugar en otra parte distinta al nivel de observación,
Urgir al abandono de la teoría del condicionamiento es una invita-
descritos en diferentes términos y medidos, si esto fuera posible, en
ción a cualquiera que este comprometido en el análisis de la conducta
diferentes dimensiones" (Skinncr, 1950, p. 193), entonces la teoría
a abandonar lo que hace, cuando en realidad, sólo unos pocos teóricos
del condicionamiento tendría que ser abandonada.
del condicionamiento necesiten, tal vez, dicha invitación. Si muchos
Pero el termino teoría tiene otro significado, con una aceptación re-
más no requieren esa invitación, lo que quizá debería hacerse es iden-
lativamente general en la ciencia. Teoría es la organización del cono-
tificar a aquellos que no les hace falta tal requerimiento y señalar la
cimiento empírico o derivado inductivamente, acerca de la naturaleza, naturaleza ejemplar del trabajo que llevan a cabo (Ver Morris, Hig-
sus fenómenos y sus relaciones (Kantor, 1959). Este conocimiento gins y Bickel, 1982). Nosotros podemos iniciarcl moldeamiento de la
puede ser acerca de la conducta de los átomos, los objetos, los gases, conducta de los teóricos del condicionamiento, sólo en el punto en el
los genes y el comportamiento de los seres vivos, un conocimiento que la evolución de sus prácticas permita hacer dicho moldeamiento,
que podría ser muy bien obtenido a través del análisis experimental. no antes. Establecer una urgencia, es muy a menudo coercitivo y aver-
La teoría, en tantojprganización del conocimicntolva más allá de sivo. El análisis de la conducta ya nos ha enseñado, suficientemente,
los fenómenos particulares y sus relaciones a partir de los cuales deri-
los efectos colaterales del control avcrsivo, de ahí que debemos evitar
vamos a los hechos y las relaciones que estos tienen entre sí. En la me-
su uso (ver Sidman, 1989).
dida en la que la teoría se refiera a clases de fenómenos y sus
relaciones, esa teoría va a tener una generalidad y una utilidad que irá
más allá de los particulares (ver Skinncr, 1947). Este estadio de la Conclusión
evolución de la ciencia es el que se logra en las ciencias naturales. Si
En resumen, soy más visceral que otros intcrconductistas acerca de la
se abandonara una teoría tomada en el sentido anterior, no se asegura-
forma, la función y el futuro de la teoría del condicionamiento en psi-
ría el desarrollo del conductismo para que llegara al estadio de la teo-
cología, pues al mismo tiempo me doy cuenta que hay algo más en di-
ría decampo.
cha teoría, es decir, no estoy convencido de que tenga limitaciones
inhcrcntes.que impidan por sí mismas, el desarrollo de la psicología.
La teoría del condicionamiento Más aún,kludo que el centrarse de manera excesiva en la teoría del
La teoría del condicionamiento, por supuesto, puede ser algo más condicionamiento impida el futuro del conducíismo, de igual manera
que la suma de sus partes: "condicionamiento" y "teoría". Por ejem- que no creo que una excesiva preocupación por la filosofía y por la
plo, en la medida en que la teoría del condicionamiento intente cons- metateoría pudiera llegara impedir el análisis experimental de la con-
treñir los fenómenos que son conocidos (o que pueden ser conocidos) ducta|De todos modos, permítaseme ser más constructivo y ampliar
acerca de la conducta y las relaciones que existen entre ellos, entonces el alcance de mi argumento, lo que haré, primero, desarrollándolo en

166 167
términos de una distinción entre procesos y contenido conductual. can umversalmente en tanto sean dadas las condiciones contextúales
(Morris, 1985,1992, en prensa). pertinentes.
Los procesos científicos son descritos con términos técnicos que
sobrepasan a los términos ordinarios, sus términos son extraordina-
Procesos conductuales rios (por ejemplo, la difracción de la luz) pues nuestro conocimiento
y contenidos conductuales de dichos procesos es "extraordinario" (ver Lee, 1988, pp. 17-26). En
otras palabras, los procesos se encuentran más allá de la observación
La distinción entre procesos y contenido puede ayudar a clarificar al- ordinaria. Los procesos forman parte de lo que sería la "psicología fi-
gunas de las diferencias que existen entre la psicología intcrconduc- siológica" de Wundt y no de su psicología de los pueblos, "vol-
tual y el análisis de la conducta, especialmente en lo que toca a la kcrpsychologie" (Wundt, 1916). A pesar de que los procesos no son
teoría del,condicionamiento. Puede permitir también la comprensión la materia de la observación ordinaria, tales procesos, como serían
de algunas de las diferencias que hay entre dichas aproximaciones y los principios de la física y la gravedad, los de la química y los ga-
otras variedades de contcxtualismo. En alguna medida, estas diferen- ses, los de la biología y la osmosis, son fundamentales para compren-
cias lo son en énfasis e interés, en fuerza y debilidad. der de alguna manera el mundo en el que vivimos. Son sobre todo
Por lo que se refiere al análisis conductual y a la psicología intcr- fundamentales para el análisis del mundo del contenido, por ejemplo,
conductual, una de sus diferencias es que esta última ha hecho énfasis el mundo de la hojas que caen, de las nubes rojas en el crepúsculo, de
en el análisis del contenido, el contenido conductual y no en los proce- ¡os climas tormentosos y de las montañas verdeantes.
sos de conducta. A la inversa, el análisis de la conducta ha subraya- En tanto que la conducía es una parte del mundo en el que vivimos,
do, sobre todo, el análisis de los procesos, los procesos conductuales es probable que no tenga discontinuidad alguna con lo que es objeto
y no los contenidos conductuales. Procesos y contenido, sin embar- de otras ciencias, de ahí que sea un objeto de estudio adecuado para la
go, se complementan uno a otro y no se hayan necesariamente en psicología. Por lo tanto, de la misma manera que los científicos de
conflicto. otros dominios hablan de procesos, nosotros podríamos, razonable-
mente, tratar los procesos "conductuales". Es decir, deberíamos de
Procesos buscar ¡os principios básicos de la conducta en tanto conducta, en
otras palabras, describir las transacciones conductuales en términos
Porproceso significo lostprincipios básicos, abstractos y genéricos de abstractos y genéricos.
cualquier objeto científico,]por ejemplo, en óptica, tendríamos ¡os Cuando el análisis de la conducta se basa en una teoría del condi-
procesos o principios de la difracción de la luz. Estos principios no se cionamiento (como sucede con el análisis experimental de la conduc-
refieren a un tipo particular de fenómeno, sea físico, químico, biológi- ta), los procesos conducíuales básicos que va a buscar son los del
co o de conducta psicológica. Un ejemplo de esos tipos particulares condicionamiento, pues la búsqueda que realice será la de principios
de fenómenos sería, digamos, un crepúsculo. Los crepúsculos son los de la conducta y eso es lo que va a encontrar, descubrirá, entonces,
contenidos. Más bien los principios se refieren en forma genérica a las principios de rcforzamicnto, castigo y control de estímulos (ver Cata-
relaciones abstractas que hay entre clases de fenómenos (porejemplo, nia, 1992). En tanto abstracciones de fenómenos particulares, los
en óptica, esas relaciones trascienden los momentos particulares o los principios de conducta no se refieren a relaciones conductuales li-
casos específicos. Momentos y casos que son los objetos de descrip- mitadas cspacio-temporalmcnlc, porejemplo a una particular activi-
ción del lenguaje ordinario, digamos un "crepúsculo o puesta de sol"). dad social, emocional o congnoscitiva de un individuo (o sea a su
Presumimos que los procesos científicos son nomotcticos y no se ha- contenido conductual). De la misma manera que los procesos en
llan bajo constricciones espacio-temporales específicas, pues se apli- otras ciencias, los principios son, tal vez, las formas fundamentales de

168 169
comprender los contenidos conductualcs (Ver Hakc, 1982). Eí refor- minio del contenido. Si describimos nuestro mundo cotidiano en
zainicnto y el control de estímulos nos ayudan a comprender un mun- términos de sus contenidos (por ejemplo, clima tormentoso, monta-
do en el que las personas desarrollan apegos sociales, se. rebelan en su ñas verdeantes), podemos, igualmente, describir en forma razona-
adolescencia o elaboran grandes pensamientos. ble a la conducía en términos de su contenido "conduclual". En
En tanto ciencia de la conducta, el análisis conductua! se ha enfoca- realidad, el contenido conductual es la parte más importante del len-
do a la construcción de principios o procesos generales y abstractos guaje del resto de la psicología, donde encontramos un lenguaje que
de la conducta. Excepción hecha de las veces en las que el análisis ha describe la conducta en términos vernaculares del lenguaje ordinario
sido interpretativo (porcjcinplo Skinncr, 1953,1957), o aplicado (ver o en términos de lo que Wittgcnstcin (1953, 1958) denominó nuestros
Bacr, Wolf y Rislcy, 1968), el análisis de la conducta es una ciencia de "juegos de lenguaje" (ver Castcll, 1980, Day 1969a, Dcitz y Arring-
la conducta como conducta, una ciencia de la conducta en el sentido ton, 1984). Este es el lenguaje del mundo fenoménico (Ver Day,
genérico en el que loes la "teoría del condicionamiento" en uno de sus 1966b).
significados más útiles. El contenido conductual se refiere, entonces, a los particulares del
mundo físico y social con el que intcractuamos y a nuestra conduc-
ta con respecto a esc mundo. Por ejemplo, el mundo en el que vivimos
Contenido consiste de invitaciones, horarios de las líneas aéreas, transportes,
En contraste con los procesos, el contenido se refiere a jcasos particu- lenguas extranjeras y habitaciones ¡lenas de personas. Nuestra con-
lares o tipos especiales de fenómenos físicos, químicos, biológicos y ducta con respecto a ese mundo consiste de emociones, sentirse
de conducta psicológicalSc refiere a cosas específicas y a sus relacio- honrado por una atención social al recibir una invitación, con la
nes con el mundo en el que vivimos, por ¡o tanto, sus descripciones no aceptación consecuente, actividad motora, caminatas o los buzones
son en términos genéricos y abstractos, y no se habla, entonces, de la de correos, interacciones sociales, reservaciones en las líneas aereas,
difracción de la luz, sino de las puestas de sol. El contenido es ideo- actividad cognoscitiva, decidir a que aeropuerto se debe ir y patrones
gráfico, limitado espacio-tcmporalmcnte, histórico. No es universal, motivacionalcs, el deseo de causar una buena impresión.
sino concreto y local. Se describe en términos vernaculares, de carác- En contraste con el énfasis que el análisis de la conducta pone en
ter no técnico, en los vocablos propios del lenguaje ordinario, pues los procesos, el contenido conductual es la materia de la psicología
nuestro conocimiento acerca del inundo de todos los días es "ordina- intcrconductual. O sea, la psicología interconductual es menos una
rio" (Ver Lee, 1988, pp. 17-26); Esto es a lo que Wundt (1916) llamó ciencia de los procesos conducluales básicos y más una ciencia del
"volkcrpsychologic", psicología de los pueblos o psicología folk (ver contenido conductual. Buena parte del trabajo de Kantorse ha enfo-
Cañan y White, 1992), no es su "psicología fisiológica" (Wundt, cado al análisis conductual de los contenidos conductualcs, por
1896)2. ejemplo, en sus dos primeros libros intitulados "Los principios de la
En tanto que es parte de nuestro mundo cotidiano, la conducta, psicología" (Kantor, 1924, 1926), específicamente en sus capítulos
probablemente, no es discontinua con otros dominios de contenido sobre emoción, la imaginación, las relaciones intcrpcrsonalcs, el len-
(por ejemplo, las hojas que caen, las nubes rojas en la puesta del sol) y guaje, el recuerdo y el pensamiento. Posteriormente, dichos análisis
por consiguiente, es adecuada, por sí misma, para caer dentro del do- fueron las bases para el desarrollo de libros completos, por ejemplo
"Una psicología objetiva del lenguaje" (Kantor, 1977) y la "Psicolo-
2 El termino "contenido" no es ni elegante n¡ carente de ambigüedades, pero gía cultural" (Kantor, 1981).
no es enteramente nuevo (ver Bcm, 1988, Glcnn y Malagodi, 1991, Lee, 1938,
ver también Morris, 1985, 19S8a). Un termino sinónimo podría ser "sustancia Las diferencias entre la psicología interconductual y el análisis de
conductual", especialmente cuando se le contrasta con "proceso", como cuando la conducta en relación a los énfasis que cada una de ellas hace sobre
se comparan las investigaciones, teorías, problemas o preguntas "sustantivas" los contenidos y los procesos, respectivamente, se halla bien cjempli-
versus las que se refieren al "proceso" (Ver Sears, 1975, pp. 60-62).

170 171
ficada en las afirmaciones de Kantor (1970) sobre el análisis experi- Ciencia natural e historia natural
mental de la conducta (AEC):
Para mí, el AEC intenta descubrir lo que son los componentes más im- La distinción entre proceso y contenido conduce a otra diferenciación
portantes de los sentimientos y de la conducta emocional, de las ac- más, que es paralela a la distinción entre ciencia natural e historia na-
ciones volitivas y voluntarias, de los procesos creativos de la tural. Dicha distinción dependerá, por otra parte, del significado que
imaginación y de la conducta que denominamos invención, pensa- demos a cada uno de estos términos. Si definimos ciencia natural co-
miento, resolución de problemas y razonamiento, (p. 105). mo una búsqueda de leyes abstractas, genéricas, sin restricciones
espacio-temporales o de principios válidos para los objetos y fenó-
Conclusión menos y para sus relaciones (ver Lashley, 1991, pp. 382-384), enton-
ces el estudio de los procesos incluidos entre ellos los procesos
En la sección precedente he argüido que el análisis de los procesos conductualcs, vendría a ser la llamada ciencia natural. Si definimos la
conductualcs es principalmente una provincia del análisis de la con- historia natural como la búsqueda de descripciones locales y específi-
ducta y que el análisis de los contenidos conductualcs es principal- cas de los objetos y los fenómenos y sus relaciones, dentro de un tiem-
mente, o por lo menos constituyen una provincia más importante, de po y un lugar determinados, entonces, el estudio de los contenidos,
la psicología intcrconduclual. Cuando escribo "es principalmente una incluidos entre ellos los contenidos conductualcs, vendría a ser la de-
provincia", califico, porsupuesto, el argumento que expongo, pues no nominada historia natural.
niego que se encuentran contribuciones interpretativas del análisis La física, por ejemplo, vendría a ser una ciencia natural, una cien-
conductual al contenido, la más notable es quizá "La conducta verbal" cia con leyes acerca de los objetos, los fenómenos y sus relaciones,
de Skinncr (1957, ver también Gcwirtz, 1969, Skinner, 1953, 1974, sin restricciones espacio-temporales. Es una ciencia de las masas, la
Staats, 1968, cfr. Day, 1988). En el caso de la psicología intcrconduc- fuerza, la energía, la luz, la difracción y otras cosas semejantes. No es
tual tampoco niego el uso que hace de un lenguaje abstracto y con- una ciencia de las sillas y de los crepúsculos, ni podría serlo, en virtud
ceptual cuando analiza los contenidos conductualcs, por ejemplo las de que las sillas y ¡os crepúsculos y todo lo que se diga respecto de
funciones estímulo y respuesta del lenguaje, los factores de base y los ellos, está cspacio-tcmporalmcnte delimitado. Sillas y crepúsculos
estímulos sustitutivos (Ver Kantor, 1959). son fenómenos locales y particulares, producto de culturas especí-
No obstante estas calificaciones, el énfasis y los intereses relati- ficas y condiciones atmosféricas especiales en tiempos y lugares
vos, las fuerzas y las debilidades de la psicología intcrconductual y determinados. Podemos, porsupuesto, hacer estudios precisos, dici-
del análisis de la conducta, se hallan difercncialmcnte balanceados a plinados, de naturaleza cuantitativa, de ciertos tipos de sillas y de cre-
lo largo de los procesos y los contenidos. Los dos conductismos están, púsculos, pero dichos estudios serían parte de una historia natural de
simplemente, comprometidos en dos tipos distintos de esfuerzos los objetos y de los fenómenos, no una ciencia natural con leyes de na-
científicos con diferentes propósitos, cada uno de ellos valioso en su turaleza general,
propio derecho. Si se aprecian esas diferencias y se busca fundir los
dos enfoques quizá llegue alcanzarse más precisión y pueda abarcarse El análisis de la conducta como
una extensión mayor de fenómenos con una especificidad y generali-
dad más amplia de la que cada uno de ellos por sí mismo conseguiría una ciencia natural
de manera aislada (Moore, 1984, Morris, 1982,1984, Morris, Higgins Al igual que las leyes sobre la masa, la fuerza, la energía y la difrac-
yBickel, 1982a). ción de la luz, pero a diferencia de las aseveraciones sobredas sillas y
los crepúsculos, los principios analílico-condúctuales son también
genéricos y carecen de restricciones espacio-temporales. Por lo tanto,

172 173
el análisis de la conducta es una ciencia natural de la psicología, es de los contenidos (Ver Dcitz y Arrington, 1984). Por ejemplo, el tér-
decir, una ciencia de la psicología que pretende contruir leyes o mino "inteligencia", del lenguaje ordinario, significa lo que miden las
principios generales acerca de la conducta. También la psicología in- pruebas de inteligencia y sólo cuando es definido de esa manera, se
tcrconductual intenta hacer un esfuerzo semejante, pero las explica- puede llegara un acuerdo sobre dicho termino (Skinner, 1945). Lo an-
ciones que busca, las basa en los términos en los que plantea su propio terior es uno de los legados importantes que nos hizo el positivismo
sistema conceptual. lógico (VcrMoorc, 1985, Smith, 1986 pp. 259-297).
Cuando el análisis conductual y la psicología interconductual ana- Un segundo problema en la búsqueda de procesos explicativos pa-
lizan o interpretan el contenido conduclual, se acercan a la historia ra la actividad que tiene lugar en cada uno de esos dominios del conte-
natural. Tenemos así, análisis o interpretaciones de la conducta situa- nido, es que la psicología ha hecho que dichos procesos (si es que
dos en un lugar en el tiempo, en el espacio, en la historia, dentro de ellos son procesos) sean dependientes del contenido, en una forma tal
una cultura particular, etc. Esto es lo que ha realizado, en buena medi- que cada área de contenido tiene su propio conjunto supuesto de pro-
da, el resto de la psicología, pero buena parte carece de la coherencia cesos. De esa manera, cada proceso es independiente de los otros que
que proporciona un sistema unificado, además de que se haya plagada pudieran ser elucidados en áreas distintas de contenido. La percep-
por el mcntaiismo. ción, por ejemplo, es explicada en términos de procesos pcrceptuales
(por ejemplo, representaciones), la sociabilidad en términos de proce-
La psicología como historia natural sos sociales (por ejemplo, establecimientos de lazos), la emoción en
términos de procesos emocionales (por ejemplo, la transferencia) y
De la misma manera que otras variedades de contcxfualismo, el obje- la cognición en términos de procesos cognoscitivos (por ejemplo, la
tivo de la mayor parte de la psicología restante es comprender el indi- representación, la categorización, la organización).
viduo. El individuo es su objeto de estudio. Desde este punto de vista, Esa psicología dividida se hace fácilmente aparente en la organiza-
la psicología no puede ser una ciencia natural, pues hace aseveracio- ción de los libros de texto introductorios, en los planes de estudio para
nes sobre individuos que están históricamente situados, restringidos la licenciatura y el trabajo que deben realizar los candidatos a doctora-
espacio-temporalmente a una determinada loeaiizacíón en un tiempo do, así como en los títulos de las revistas especializadas. La psicolo-
y espacio particular. Esas aseveraciones se refieren a los contenidos gía, en realidad, es un conjunto de miniciencias, una especie de
conductualcs. En la medida en que la psicología como disciplina, ten- pluralismo irreflexivo (Ver Staats; 1983), con pocos principios bási-
ga como objeto de estudio al individuo particular, será una historia cos en relación con la conducta como conducta, o sea la conducta co-
natural, no una ciencia natural (ver Gcrgcn, 1973, 1982). mo tal, independientemente de su área de contenido.
Lo anterior no constituye un problema o una crítica. Necesitamos No es de ninguna manera inesperado que la psicología tenga pocos
tanto a la ciencia natural como a la historia natural para comprender a principios acerca de la conducta como conducta. Primero, las leyes
la conducta humana. Requerimos de una ciencia de los procesos y de abstractas sobre la conducta referente a situaciones espccio-tempo-
una ciencia de los contenidos, sin embargo, es imprescindible que re- rales no restringidas en la naturaleza, es poco probable que puedan
conozcamos las diferencias que hay entre ambas. El no haberse perca- separarse de las categorías vernaculares del lenguaje natural que se
tado de las diferencias ha creado algunos problemas a la psicología. refiere a los contenidos conductuales. Segundo, y más relacionado
Uno de estos problemas ha surgido cuando la psicología, al tomar con lo que discutimos, las aseveraciones sobre el contenido conduc-
los contenidos conductualcs como objeto de estudio, por ejemplo la tual son cspacio-temporalmeníc restringidas, además de que se en-
conducta social, la personalidad, la cognición, ha utilizado como tér- cuentran localizadas en puntos particulares del espacio y del tiempo.
minos técnicos los términos del lenguaje ordinario. Lo anterior ha es- Las miniciencias del contenido conductual se encuentran, entonces,
trechado opcraciona.hncnte y restringido superficialmente el dominio más separadas de la historia natural de los individuos que lo que están

174 175
las ciencias naturales de la conducía como conducta. El contenido mación). Los contenidos conductuales no son una "cosa", una cogni-
conductual, puede, por supuesto, ser descrito de una manera muy ción, una percepción o una emoción. Tampoco puede considerárseles
exacta, con mediciones cuantitativas, precisas, pero la "ciencia" es como procesos con contenido específico que no se resuelven en pro-
una explicación de carácter más actuarial del comportamiento de las ceso conductual. El contenido de la conducta es el que necesita ser ex-
personas en algunos contextos históricos y socioculturales. plicado, no es la explicación (ver Rylc, 1949, cfr. Ribcs-Iñcsta,
Se considera que la búsqueda de procesos explicativos del conteni- 1991)3.
do conductual es el objeto de la investigación básica en psicología
(por ejemplo de la investigación sobre lazos sociales o sobre el re- Conocer distante de la experiencia
cuerdo), pero de acuerdo con el presente análisis se trata de investiga-
ción sobre el contenido conductual. En psicología, tal tipo de
y cercano a la experiencia
procesos son explicativos (como por ejemplo, los lazos sociales, la Al llegar a este punto he ido ya demasiado lejos con la distinción entre
memoria), mientras que conforme al análisis que aquí hacemos, cons- proceso y contenido, entre ciencia natural e historia natural. He toma-
tituyen contenidos conductuales que requieren ser explicados (Ver do sobre todo, aquellas distinciones que van más allá de lo razonable
Branch, 1977, Costall y Slill, 1987, Morris, Higgins y Bickel, 1982b). y confunden construclos con fenómenos. Me he comportado como un
Eso no quiere decir que la psicología carezca de principios, sino que mccanicista al sugerir que las leyes científicas naturales (por ejemplo
cuando existen se encuentran generalmente asociados a áreas especí- los procesos y principios conductuales) pueden descubrirse y son
ficas de contenido y están entonces restringidos en cuanto a su alcan- propiedades inmutables y universales de la naturaleza. He sugerido
ce y más cercanos a la historia natural (o infortunadamente a la que el ideal de la ciencia natural y del análisis conductual es descu-
biología). brir "las" leyes de la conducta, como si esas leyes existieran inde-
Esta conclusión también queda sugerida por el lenguaje ordinario: pendientemente de la conducta de los científicos. Ese problema se
los términos que describen el contenido conductual, describen, real- presenta siempre que se hacen distinciones y dicotomías, especial-
mente, la conducta ordinaria en el contexto de la vida cotidiana, de mente cuando tales dicotomías y distinciones llegan fácilmente a rei-
igual manera que los términos que han surgido de las tradiciones so- ficarsc.
cioculturales y lingüísticas (Dcilz y Arrington, 1984, Morris, 1985), Ese es el problema, algunas veces, con la teoría del condiciona-
O sea, para decirlo de un modo más técnico, para describiré! conteni- miento cuando queda en las manos de algunos analistas de la conduc-
do conductual es necesario emitir conducta verbal bajo el control dis- ta, ciertamente no en todos; al menos en las manos de Skinncrcso no
criminativo de ciertas ocurrencias específicas de conducta que surgen sucede enlodas las ocasiones. En contraste a la visión mccanicista del
en un contexto particular. Cuando hablamos de contenido conductual, mundo (y al acuerdo que existe sobre su valor de verdad), Skinner
nos referimos a las características y cualidades del mundo fenoméni- (1938) escribió que "la ciencia no establece la verdad o la falsedad,
co que nos rodea y dentro del cual estamos, y la forma como nos com- sino que busca cí medio más efectivo para tratar a sus objetos de estu-
portamos con respecto a ese mundo. dio" (p¿ 241). O como en otra parte señala: el conocimiento científico
La referencias al contenido conductual están, entonces, en el mejor
de los casos, restringidas a las cualidades de la conducta, no a su esen- 3 Cuando se enfoca al individuo se generan otros problemas para la ciencia
cia. Son, en el mejor de los casos, adjetivos (por ejemplo, cognosciti- que aspira al naturalismo, ya sea en el proceso o en el contenido. Primero, surge
vo), adverbios (por ejemplo, cognoscitivamente) y verbos (por el problema de la agencia y e! de la intencionalidad (ver Crabb, 1988, Ilayes y
Haycs, 1989), Segundo, conduce a locuciones gramaticales que colocan al indivi-
ejemplo, conociendo). A dichos contenidos no se les debería aplicar duo como el sujeto de las oraciones y, consecuentemente, da lugar a que las per-
sustantivos que supuestamente describen alguna entidad no conduc- sonas se conviertan en los agentes de sus acciones (ver Ilackcnberg, 1988,
tual (por ejemplo, estructuras cognoscitivas, procesamiento de infor- Hinclíne, 1980). Esos problemas originan el deslizamiento hacia el mcntalismo
(ver Bandura, 1977, 1982).

176 177
es "un cuerpo de reglas para la acción efectiva. Existe, por otro lado, asociados a u n contexto. El conocer cercano a la experiencia es un co-
un sentido particular en el cual dichas reglas pueden ser verdaderas y nocer en términos de contenidos, por ejemplo, el conocer acerca de
esto es cuando conducen a la rncjor acción efectiva posible" (Skinrtcr, las puestas de sol y no sobre la difracción de, la luz. En psicología, el
1974, p. 259). conocer cercano a la experiencia es un conocer en términos de conte-
Los procesos conductualcs y las leyes naturales no pueden descu- nidos conduclualcs, o sea no es el conocer sobre los estímulos discri-
brirse como verdades universales, independientes c inmutables. Esas minativos, sino acerca de los guiños que se hacen los amantes en
leyes son más bien construcciones que surgen de la interacción catre una habitación llena de gente, no es acerca de la conducta operante,
sino sobre la empatia, la conciencia y el desempeño de papeles socia-
ios científicos y su objeto de estudio. Se juzga que dichas construccio-
les, no sobre el reforzamicnto, sino acerca de ¡as condiciones sociales
nes son verdaderas o que no lo son, sobre bases puramente pragmá-
y económicas que hacen que la cultura de los jóvenes se separe de la
ticas, son útiles o inútiles, lo cual significa que están dirigidas a llevar
délos adultos.
a cabo un trabajo exitoso con sus objetos de estudio. Si este es el caso,
Ya sea que hablemos de procesos o contenidos, de ciencia o de his-
¿cual es la utilidad de la distinción entre proceso y contenido o entre
toria natural, de conocer cercano a la experiencia o de conocer distan-
ciencia natural c historia natural? aunque tal vez esa distinciónsca útil
te de la experiencia, esa distinción que hacemos ¿viene a ser una
a un nivel muy crudo, cuando se le lleva a un punto en el que las dife-
diferenciación verdadera o una dicotomía potcncialmcnlc falsa? pero,
rencias se demarcan en una forma muy acusada, como yo lo he hecho, necesariamente ¿será una u otra?. Apoyándonos concierta libertad en
se cae en una falsa dicotomía de naturaleza rcificante. Geertz (1975, p. 48), nos preguntaríamos si, ¿debe la psicología a)
Para sobrepasar una falsa dicotomía, posiblemente reificada, o confinarse al conocer distante de la experiencia que nos deja perdidos
quizá para, simplemente, ser más sensible, me volveré a una distin- en las abstracciones o asfixiados por una jerga muy especial o b) limi-
ción que hizo el antropólogo social Clifford Gccrtz. Este autor (1975) tarse al conocer cercano a la experiencia que nos deja en el nivel su-
distingue entre "conceptos distantes de la experiencia" y "conceptos perficial de lo inmediato o enmarañados por el lenguaje vernáculo?
cercanos a la experiencia" cuando analiza las prácticas culturales. Pa- es decir, ¿debe la psicología ser sistemáticamente sorda a las tonalida-
ra los propósitos presentes, "concepto" queda mejor expresado por un des distintivas de la existencia de "el uno" y restringirse a la psicolo-
verbo y no por un sustantivo. Entonces, donde diga "conceptos" y o lo gía déla mente escrita por "el otro"? (por ejemplo, los programadorcs
sustituiré por "conocer", de esta manera, la distinción de Gcertzscrá de computadoras) o b) ¿debe la psicología quedar prisionera en cada
entre "conocer cercano a la experiencia" y "conocer distante de la ex- horizonte mental y restringirse a una psicología distintiva de la mente
periencia". Nuestra discusión se beneficiará, entonces, por el hecho escrita por "el uno"?
de que nos moveremos de los sustantivos a los verbos, de las cosas a No pienso que esto sea así. No creo que debamos atarnos a una di-
las acciones, de la ciencia a la conducta de los científicos. cotomía. El conocer cercano a la experiencia y el conocer distante de
Para Gecrtz (1975), el conocer distante de la experiencia es abs- la experiencia, son ambos, fundamentalmente, un "conocer". Ambos
tracto y general, se acerca al ideal de la falla de restricciones espacio- son relaciones conductuales, relaciones entre científicos y sus ob-
temporales, aunque nunca lo alcanza. El conocer distante de la jetos de estudio. Las dos formas de conocer existen a lo largo de un
experiencia es un conocer que se enfoca sobre procesos, por ejemplo, continuo que va de las aseveraciones acerca de los procesos abstractos
es el conocer acerca de las relaciones físicas que denominamos óptica de la ciencia natural, a aquellas sobre el contenido, sobre los particulares
o difracción de la luz. En psicología es un conocer que se da en térmi- y las especificidades propias de la historia natural. Tanto el análisis con-
nos de procesos conductuales, como sería el conocer acerca de los ductual como la psicología intcrconductual son formas diferentes de co-
principios del control de estímulos y del rcforzamicnto. nocer, ninguna es inherentemente correcta o equivocada, sino sólo más
En contraste, el conocer cercano a la experiencia es personal y es- útil, dependiendo de los objetivos, los propósitos y el contexto.
pecífico, local y particular, con restricciones espacio-temporales y

178 179
Conclusión amigos se conocen en la necesidad". A la luz de las relaciones difíci-
les que algunas veces han tenido los inlcrconductistas y los analistas
Lo que lie presentado es una forma de construir el papel de la teoría de la conducta, podríamos, todavía invocar el diclum de Maquiavelo
del condicionamiento en las ciencias concluctuales, para de esc modo en el momento en que ambos enfoques a la conducta necesiten con-
construir una relación entre la psicología interconductual y el análisis frontar al mcntalismo y a la psicología mccanicista: "el enemigo de
de la conducta y entre la ciencia natural y la historia natural y entre to- mi enemigo, es mi amigo" (Ver Donahoc y Palmer, 1989, p. 414). Los
das ellas y el resto de la psicología. conductistas y los interconductislas son amigos en la necesidad e
Al darle al análisis, como yo lo he hecho, un enfoque particulariza- igualmente tienen enemigos comunes cuando plantean que la psicolo-
do, he dejado fuera, obviamente, otros problemas y tópicos importan- gía es una ciencia, tanto si la consideran como ciencia natural, como si
tes, especialmente dos de ellos. Primero, al distinguir la psicología la visualizan como historia natural.
interconductual del análisis de la conducta, en términos de procesos y
contenido, he descuidado los conceptos genéricos, libres de conteni-
dos que se encuentran en la psicología intcrconduclual, por ejemplo, Bibliografía
los conceptos de función de estímulo y función de respuesta o el de fe-
nómenos de base, los cuales son también principios "básicos" de un Bear, D. M., Wolf, M. M. & Rislcy, T. R. (1968) Somc current dimen-
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tipo tal que pueden aplicarse a todas las áreas de contenido (ver Kan-
tor, 1924, 1926). El papel que juegan estos conceptos en la ciencia na- Analysis, 1, 91-97.
tural necesita ser discutido. Segundo, la distinción entre proceso y Bandura, A. (1977) Social learning iheory. Englcwood Cliffs, NJ:
contenido y entre ciencia natural e historia natural, podría haber- Prcntice-Hall.
se construido mejor como una dimensión relacionada con la exten- Bandura, A. (1982) Sclf-efficacy mcchanism in human agcncy. Ame-
sión en que pucdcngencralizarsc uno u otro de esos conocimientos. El rican Psychologist, 37, 122-147.
conocimiento de la ciencia natural, basado en los procesos, tiene, sim- Bcm, D. J. (1988) Putting pcrsons back hito contcxt. In N. Bolgcr, A.
plemente, mayor generalidad que el basado en el contenido, que es el Caspi, G. Downcy, & M. Moorchousc (cds.), Persons In con-
conocimiento de la historia natural. Por lo tanto, no son conocimien- text: Developmentalprocesses (pp. 203-216). New York: Cam-
tos distintos y sus distinciones requieren un análisis ulterior. bridge Univcrsity Press.
Por último ¿quien puede llegar a saber la verdad en relación con to- Boring, E. G (1964) The trend loward mcchanism. Proceedings afilie
American PhUosoplñcalSociety, IOS, 451-454.
do esto? Puede ser que yo haya señalado algunos puntos en que los in-
tcrconductistas y los analistas de la conducta esteno no de acuerdo, o Branch, M. N. (1977) On thc role of "mcmory" in Ihc analysis of be-
havior. Journal of llie Experimental Analysis of Beliavior, 28,
puntos en los que permanezcan siempre divididos. Espero que las dos
últimas situaciones, el desacuerdo y la división, no sean el caso, pues 171-179.
uno y otro son variedades de la misma visión del mundo: el contextua- Cahan, E. D. & Whitc, S. H. (1992) Proposals for a sccond psycho-
lismo. Ambos son variedades de un acuerdo que existe entre ellos dos, logy. American Psycliologist, 47, 224-235.
el de que el objeto de estudio de la psicología es el acto dentro de un Catania, A. C. (1991) Thc gifts of culture and of cloqucnce: An open
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Hay un proverbio que captura lo que pienso debería ser la relación psychology and radical bchaviorism". The Beliavior Analyst,
entre la psicología interconductual y el análisis de la conducta, en la 14, 61-72.
medida en la que una y otro no están de acuerdo con otras variedades Catania, A. C. (1992) Learning. Englcwood Cliffs, NJ: Prcntice-
decontcxtualismo y con la mayor parte del resto de la psicología: "los Hall.

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186 187
X. El mejoramiento de la vida
de los niños con conducta
desordenada. Una búsqueda de
la continuidad social*

ROBERT G. WAHLER

La conducta desordenada en los niños constituye un problema cróni-


co c incapacitante que se caracteriza por una falta de consideración
hacia los derechos de los otros. Esta falta de consideración se mani-
fiesta en berrinches, desafío y violación de las reglas establecidas y un
alejamiento gradual de los compañeros de la misma edad, de los
miembros de la familia y de los maestros (Dodge, Colé y Brakka,
1982, Kazdin, 1987, Paüerson, 1982). Cuando este problema se iden-
tifica (típicamente entre los 8 y los 11 años de edad), los patrones de
conducta y la alineación social concomitante han llegado a ser tan ex-
tensos que aparecen en un gran número de situaciones (en la casa, la
escuela, el vecindario) y su carácter crónico se hace ya evidente (ver
Loeber, 1982). En otras palabras, en esc punto, la tarca de inter-
vención clínica resulta ser sumamente difícil, pues la conducta y la
condición social que entonces aparece es mantenida en múltiples cir-
cunstancias. El clínico, por lo tanto, tiene que obtener la cooperación
de muchas personas no relacionadas entre sí (padres, maestros, com-
pañeros): el niño, por su parte, desafiará cualquier esfuerzo que se
realice para alterar su estilo de coerción, en el cual tiene ya mucha
práctica (es decir su desobediencia y su continua violación de las reglas
* Trabajo presentado en el Primer Coloquio sobre Psicología Interconductual, Vi-
lla Primavera, Zapo pan, Jalisco, Centro de Estudios e Investigación en Psicología de
la Universidad de Guadalajara., Febrero de 1992. Universidad de Tenncssce.

189
establecidas). Consecuentemente, la intervención clínica resulta limi- ¿Desorden de la conducta
tada para 1) producir reducciones durables y generalizadas de las for- o de la continuidad social?
mas de coerción infantil, y 2) poder llevar al niño a su comunidad
natural formada por sus padres, maestros y compañeros (ver Kazdin, Cuando se lleva a cabo un trabajo que reconoce los problemas de los
1987, Gricst y Wells, 1983, Dumas y Whalcr, 1983). padres en el cnfrcntamicuto de la conducta desordenada de sus hijos,
En retrospectiva, los fracasos descritos en la intervención clínica inmediatamente sale a luz la naturaleza dual de las dificultades de los
se entienden cuando se aprecia la magnitud de los problemas persona- niños. Designar el problema con un término como "pobreza de la
les y las características del ecosistema que se hallan englobados en el conducta" infantil sugiere que se trata de una forma de comporta-
termino de "conducta desordenada". En primer Jugarse tiene eviden- miento en la que el niño carece de habilidades o no quiere establecer
cia de que la forma coercitiva como se comportan estos niños, se en- un control sobre sí mismo en relación con las normas de conducta
cuentra presente desde muy temprano en sus vidas y es probable que comúnmente aceptadas. Pleitos con los compañeros, berrinches, de-
esté influenciada por factores hereditarios (VcrLytíon, 1990). Sin sobediencia a las instrucciones de los adultos, robo y mentira, todos
tomar en cuenta las causas, el caso es que estos niños entran en el pueden lomarse como violaciones de normas familiares o sociales ex-
proceso de socialización (entre los 2 y 5 años) con disposiciones con- plícitas o implícitas. Esos problemas de conducta son obvios para
ducluales que podrían poner a prueba la paciencia de un santo. Es típi- cualquier observador, pero no todos se percatarán de la naturaleza di-
co en ellos que sean muy demandantes, impulsivos y persistentes, lo vidida de las interacciones sociales de estos niños. Los padres quizá lo
cual da lugar a que las relaciones futuras con sus padres estén marca- noten, debido al conocimiento íntimo que tienen de las interacciones
das por intercambios sociales de tipo avcrsivo en los que se halla pre- de los niños con ellos, con sus hermanos y sus compañeros. En esen-
sente una gran inconsistencia. La probabilidad de que ocurra lo cia, lo que está presente es una falta de "continuidad" en estas inte-
anterior se ve asegurada si además los padres tiene problemas que les racciones, en virtud de que continuamente se ven interrumpidas por
impidan ejercer un buen juicio y carecen de paciencia y persistencia. los propios niños o por otros participantes en la interacción. La apa-
Si por otra parte, los padres son pobres y se encuentran aislados en sus riencia repetida de estos intercambios, es que los participantes no
comunidades, es casi seguro que tendrán dificultades en alcanzar los encuentran un mutuo interés en proseguirlas. Muy a menudo el fenó-
niveles de cuidado paternal comunes. Afortunadamente, los progra- meno se describe, en una forma más abstracta, en términos de egoccn-
mas de entrenamiento de padres se han desarrollado bastante y co- tricidad c impulsividad, con la implicación en uno y otro termino, de
mienzan a adoptar e inventar procedimientos clínicos dirigidos a que la conducta desordenada del niño es la responsable de la ausencia
satisfacer las necesidades especiales que estos padres tienen (Ver Mi- de continuidad. Es como si el niño fuera inconciente de lo que los
llcry Prinz, 1990). Por ejemplo, se cuenta con nuevos procedimientos otros desean o, simplemente, le tienen sin cuidado los demás.
para tomar en cuenta los problemas motivacionales que hacen resis- La conducta y los problemas de continuidad descritos, están proba-
tentes a los padres a discutir las situaciones poco placenteras en las blemente interrelacionados, en el sentido de que uno y otro se influ-
que viven (Chamberland, Pattcrson, Rcid, Kavanagh y Forgatch, yen. Es fácil imaginar cómo una conducta pobre rompe la continuidad
1984), de igual modo, existen técnicas que permiten considerar los social, dado que representa experiencias punitivas para los partici-
múltiples problemas que una familia tiene (Dadds, Schwartz y San- pantes. Compañeros, padres, hermanos y maestros, simplemente no
dcrs, 1987) y procedimientos que monitorcan los problemas de los disfrutan con la conducta desordenada del niño y aunque en un mo-
padres (Wahlcr, Cárter y Fleishman, 1991). Estas innovaciones ayu- mento dado toleren su presencia, no están dispuestos a establecer un
darán a los padres, con dificultades de diversa índole, a mantener el intercambio espontáneo y abierto que pudiera serles placentero. Muy
cuidado de sus hijos y de esta manera se podrán empezar a superar los a menudo se escucha la siguiente queja en los niños con conducta de-
fracasos descritos anteriormente. sordenada: "A nadie le gusto y no se por qué".

190 191
oportuno dclinar las propiedades dcfinitorias de la continuidad social
Es también posible imaginar de qué manera cl fracaso en la conti-
nuidad social podría llegar a generar una conducta empobrecida. Si el y el curso de su desarrollo en los niños.
problema se debe a alguna otra dificultad social, como por ejemplo
deficiencias en la atención, cl aislamiento subsecuente que sufre un Un punto de vista interconductual
niño, podría ser la base para una conducta agresiva y de oposición. Pa- de la continuidad social
rece razonable argüir que el quedarse solo es avcrsivo para ciertos ni-
ños y que la conducta empobrecida que demuestran tiene un carácter Cuando dos personas se reúnen, sus conductas pueden variar desde la
instrumental en relación con esas clase de condiciones. Cuando los independencia, pasando por la realización de actividades paralelas,
niños son molestos, típicamente obtienen una reacción semejante, pe- hasta la cooperación, así mismo, es posible que no dependan una de
ro al mismo tiempo reciben un contacto social y, temporalmente, es- otra, incluso en los casos en los que su comportamiento ocurra en la
capan del aislamiento. misma área geográfica. Cuando tienen lugar acciones intcrdcpcn-
Además de los problemas de dircccionalidad que están presentes dicntcs, una persona puede ofrecer indicaciones o indicios (estímu-
en cl fenómeno de la continuidad de la conducta, es obvio que los los discriminativos) a la otra, quien a su vez va a comportarse de
comportamientos que acabamos de resumir representan un problema acuerdo con cl contenido informativo de la indicación o indicio reci-
crónico c incapacitante. Este trabajo está dirigido a tratar uno de los bidos. Algunas veces, quien actúe como líder, proporcionará esta in-
lados del problema de la direccionalidad, con cl propósito de mostrar formación de una manera muy obvia, en la forma de una instrucción o
por qué las perspectivas para cl cambio, en estos niños, son tan esca- una orden, pero en otras ocasiones, la información se dará muy sutil-
sas. Trataremos de argumentar la utilidad del punto de vista que sos- mente o de un modo totalmente idiosincrático a la diada. Por ejemplo,
tiene que cl desorden en la conducta representa un fracaso en la elevación de las cejas de una madre podría ser seguida por un acer-
establecer la continuidad social y que este fracaso constituye cl nú- camiento del niño, lo cual indicaría que este último reconoció la fun-
cleo del problema. Esperamos dcmostrarque la discontinuidad es una ción de indicio de esa clase de conducta de la madre. Cuando cl niño
condición que dispone al niño a ser agresivo y a presentar oposiciones responde de acuerdo al indicio de elevación de cejas y la madre re-
y lo que es más importante, le deja sin una guía para cl futuro desarro- fuerza socialmcnte dicha respuesta, cl niño está alerta y "dispuesto" a
llo de sus relaciones sociales. Sin la guía proporcionada poruña rela- continuar con cl siguiente paso de esa interacción conjunta.
ción consistente y prolongada con los padres, compañeros y maestros, En los intercambios diádicos cooperativos como el descrito, el lí-
ningún niño puede llegar a "ajustarse" o "encontrar un papel" en cl der puede cambiar de episodio a episodio; sin embargo, sin importar
ecosistema. Debido a esta falta de ajuste, la intervención terapéutica quien lleve la guía, los episodios son cooperativos en cl sentido de que
resulta ser muy problemática, al menos que alguien tenga la voluntad los individuos atienden, cuidadosamente, lo que hace uno y otro, y
de crear, y pueda hacerlo, un conjunto de contingencias sociales que además, actúan de modo que se apoyan (refuerzan) mutuamente en la
generen la continuidad social. Para hacer lo anterior, la opción más ló- empresa cooperativa en que se hallan comprometidos. Como resulta-
gica son los padres del niño de conducta desordenada, además de do de lo anterior, padres c hijos desarrollan patrones prcdccibles de
otras personas presentes en las situaciones cotidianas que vive cl niño intercambio social que se extienden a lo largo del tiempo. En virtud
y que evenlualmcntc también podrían cooperar en esta aventura. Co- de que esos patrones son prcdeciblcs, es posible, para cualquier posi-
mo luego veremos, la larca de generar continuidad social no ha sido ble compañero, recibir una influencia de partes temporalmente remo-
tratada en forma directa en la literatura de investigación, debido a que tas del patrón. En efecto, la generación de un patrón o cadena parece
muchas de las intervenciones se han concretado en tratar el problema cambiar la fuente de influencia de estímulos contingenciales de corto
conductual. Anfes, entonces, de tratar las estrategias terapéuticas, es término a incitaciones que ocurren en otros puntos de la cadena de ¡n-

192 193
tcraccioncs sociales. Cuando los estímulos sociales de corto término la imilación de! niño y su historia de rcforzámienlo a la obediencia,
o los temporalmente inmediatos guían a los compañeros, su conducta son cruciales para el proceso de generalización. Si el niño ha sido pre-
Cooperativa es gobernada, igualmente, por propiedades más genera- viamente reforzado para obedecer y si los indicios de las instruccio-
les del episodio social, lo cual indica que su reunión parece tener un nes que inducen a la imitación tienen un carácter global (por ejemplo
propósito que no puede encontrarse mediante el simple examen de "haz esto", como opuesto a "haz esto sólo si vas a obtener rcforza-
micnto") se produce en él, una aptitud para la imitación. Steinmann
segmentos breves de la cadena. Incluso, cuando se alcanza e! punto fi-
(1977) cita evidencias que documentan el papel de las instrucciones
nal de la cadena, poca información sobre el control de estímulos se ha-
globales en este proceso (Ver Wilcox, Meddock y Stcinman, 1973),
ce disponible cuando se conoce el "rcforzamicnto terminal".
aunque el papel jugado por la historia de rcforzamicnto a la obedien-
El desarrollo de este cambio en el control de estímulos de situa-
cia quedó como simple especulación. De todos modos, la noción
ciones estimulativas de carácter específico a fuentes más generales de que el niño podría responder a las instrucciones como condicio-
de influencia dentro de una diada, ha sido documentado por los inves- nes de base, en lugar de que éstas sigan una función discriminativa de
tigadores de laboratorio desde hace más de 20 años. Los estudios de tipo más selectiva, no deja de ser una hipótesis intrigante que pue-
"imitación generalizada" en los niños prccscolarcs, han demos- de orientar la investigación futura en esta área.
trado cómo un experimentador adulto puede establecer imitaciones El argumento de Slcinman hace ver que la imitación generalizada
dependientes del rcfor/amicnlo de algunas respuestas imitativas del es un ejemplo de una clase mayor de conducía que podría denominar-
niño (Bacry Shcrman, 1964, Bacr, Pctcrson y Sherman, 1967, Peier- se "obediencia generalizada". Si esto fuera así, se podría suponer que
son, 1968). Laconfiabilidad déla imitación obtenida fue revelada por la participación de los niños en los episodios sociales cooperativos
el hallazgo de que los niños también imitaban, aun cuando el rcforza- descritos antes, podría ser explicada parcialmente por dicho fenóme-
micnto estuviera ausente. Esla generalización parece curiosa, pues el no. En otras palabras, la voluntad de un niño de seguir la guía de un
procedimiento de rcforzámienlo diferencial podría haber producido adulto en un intercambio cooperativo, se debe, parcialmente, a las
imitación discriminaliva por parte de los niños y, por lo tanto, su imi- contingencias de rcforzamicnto de corto término ofrecidas por el
tación debería haberse presentado, únicamente, cuando las contin- adulto y parcialmente, a la disposición del niño a obedecer. Por des-
gencias de rcforzamicnto estuvieran en ejecución. El hecho de que gracia, todavía nos queda poco claro cómo se desarrolla esta disposi-
continuaran con sus imitaciones a través de varios episodios sociales ción. Stcinman nos ha ayudado, mediante su 'señalamiento, de la
tenidos con sus compañeros adultos, se debió, claramente, a algo más importancia que tiene establecer una situación de instrucciones glo-
que, a las simples contingencias de rcforzamiento. Aunque se de- bales ("haz esto") y sobre el valor que poseen las contingencias de rc-
mostró que las contingencias eran necesarias para una parte de la forzamicnto. Pero, ¿cómo se combinan dichos factores para producir
imitación generalizada, su papel en la producción de este proceso, no una relación social marcada por la disposición del niño a obedecer?
resultó muy claro. Sospechamos que una respuesta»a esta pregunta será encontrada
En una discusión de la paradoja de la imilación generalizada', cuando se examinen de una manera más cuidadosa las contingencias
Stcinman (1977) presentó un argumento intcrconduclual en. el que de rcforzamicnto social, las cuales ya se ha demostrado juegan un pa-
hizo ver que las "instrucciones" del -adulto podrían servir como, pel en el dcsarollo de los episodios cooperativos. Por supuesto entre
"condiciones de base." (Kantor, 1958). Dado que los indicios propor- las contingencias se hallan comprendidos los estímulos positivos
cionados por las instrucciones son un componente de un intercambio provenientes de los padres, usualmcnte en forma de aprecio o como
cooperativo, incluyendo la imitación (por ejemplo, "haz eslo"), es indicaciones de aprobación o de afecto. Estos "reforzadores" han de-
factible imaginar un proceso en el que las instrucciones sean las con-
mostrado su valor en el fortalecimiento de la obediencia del niño
diciones de base para la obediencia del niño. De acuerdo a Steinmann
cuando han sido presentados selectivamente Iras las respuestas que el
(1977), la claridad de las instrucciones que se utilicen para desarrollar

194 195
niño da a las intruccioncs de sus padres (Hawkins, Pctcrson, Schc- y a la función que cumple el contexto estimulativo como una condi-
vvcld y Bijou, 1966, Adubats, Adams y Bucld, 1981). Por otra parte, si ción de base.
este procedimiento puede crear obediencia generalizada, a pesar de la En los diez años últimos, varios investigadores del desarrollo han
aplicación diferencial de los reforzadores, podría ser motivo de sor- esclarecido una propiedad de las interacciones mndrc-hijo a la que
presa el percatarse de que el proceso pudiera ser, rcalmcnlc, una espe- han descrito como sincronía (por ejemplo, Isabclla, Bclsky y Von
cie de "marcador" para algún otro fenómeno. En otras palabras, Eyc, 1989) o coordinación (Wcstcrman, 1990). Ambos términos ha-
podríamos preguntarnos ¿si la aplicación diferencial de las aproba- cen referencia al grado en el cual las reacciones de la madre a las res-
ciones sociales son meramente una parte de un proceso mayor de in- puestas del niño, son relevantes o apropiadas. Dado que estos juicios
fluencias ejercidas sobre la conducta? Esa inquisición adquiere más son subjetivos, los investigadores han llegado a construir definicio-
relevancia cuando se loman en cuenta una serie de halla/gos recientes nes opcracionales de lo que constituye un aparcamiento apropiado
obtenidos gracias a estudios en los que se hacen observaciones de las (por ejemplo, la sonrisa del niño que siga a la sonrisa de la madre, a
familias bien ajustadas. Los datos así obtenidos muestran que la apro- ¡nuestra físicas de afecto o a aprobaciones verbales) o una falla de
bación de los padres no se présenla difcrencialmcntc a la obediencia aparcamiento (por ejemplo quejas del niño seguidas por sonrisas de la
mani festa da por el niño y eso a pesar de que los niños estudiados eran madre). Si se cuenta con una definición de lo que es apropiado o de lo
bastante obedientes (Gicsl, Forchand, Wells y McMahon, 1980, que es importante en los aparcamientos de respuestas madrc-hijo, la
Lylton, 1979). Además, varios estudios de intervención clínica indi- sincronía o la coordinación en un intercambio social, puede ser toma-
can que la aprobación de los padres, cuando es aplicada difcrcncial- da como índice de las reacciones maternales que constituyen un apa-
mcntc, no cambia la frecuencia con la que aparece la conducta reamiento. El proceso opcracional sufre debido a lo arbitrario de las
obediente del niño (Hcrbcrt, Pinkston, Maydcn, Sajwaj, Pinkston, clasificaciones de apareamiento o falta de aparcamiento, pero consti-
Cordua y Jackson, 1973, Wahlcr, 1969). De nuevo, esto demuestra tuye un primer paso en dirección a una especie de taxonomía.
que la función que cumplen las "aprobaciones" de los adultos, como Cuando se utilizan medidas de sincronía o coordinación aplicadas
se ha podido ver en estos estudios, necesita ser complementada por a observaciones directas de las interacciones de las madres con sus hi-
"algo más" que actúe como responsable de la función de influencia jos de diversas edades, se ha comprobado que los índices utilizados
que el reforzador ejerce sobre la conducta. son buenas predicciones de la obediencia de los niños en particular y
Kantor (1958) pareció anticipar este dilema conceptual cuando en general de la seguridad del apego a la madre (Wcsterman, 1990,
discutió su constructo de "condiciones de base". De acuerdo a ese Wcstcrman y Havstad, 1982, Isabclla, Bclsky y Von Eye, 1989). Esta
constructo, el aspecto "contingencia!" del re forzamiento es una fun- clase de estudios sugieren que las madres que presentan una buena
ción del estímulo (el reforzador), del tiempo en el que apa rece en re- sincronía o coordinación, disfrutan de relaciones positivas con sus
lación con la respuesta (una consecuencia inmediata) y de las bebés o con sus hijos precscolares. En otras palabras, este patrón
condiciones de base o del contexto que prevalece cuando se propor- cualitativo de reacciones maternales, influye fuertemente sobre la
ciona. Varios ejemplos de lo anterior fueron presentados por Kantor probabilidad de que el niño manifieste obediencia, así como otras res-
(como la privación de comida) para hacer ver cómo una clase determi- puestas en pro de la interacción social hacia la madre.
nada de fenómenos puede influenciar a un reforzador comprobado, Un examen más detallado de la definición de coordinación de Wcs-
aunque debemos decir que no se detuvo mucho en explicar los princi- tcrman y de sus asociaciones con la obediencia infantil, conduce a
pios operativos del proceso. Si tomamos en cuenta los datos disponi- comparaciones muy interesantes con el concepto de Kantor (1958) de
bles en esa época, puede comprenderse la renuencia de Kantor a las condiciones de base y el rcforzamicnto. La definición de Wcstcr-
discutir esa clase de postulados. Si viviera ahora, podría haber gene- man (1990) hace ver la importancia de las reacciones de la madre,
rado algunas especulaciones con visitas a los hallazgos subsecuentes asimismo, permite notar el valor que tiene el uso frecuente de instruc-

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cioncs altamente específicas y de la rclroalimcnlnción, cuando se in- modelo plantearía además, que la continuidad es básica para el ajuste
tenta generar obediencia en ¡os niños. Cuando el niño comienza una del niño, a tal grado quesu perturbación vendría a constiluiruna expe-
actividad sancionada por la madre, las madres reducen la frecuencia riencia avcrsiva para el niño. Esc tipo de condiciones, entonces, dis-
alta de sus interacciones, pero continúan proporcionando reacciones pondría la ocasión para que aparecieran problemas de conducta,
pertinentes a la conducta del niño. Desde la perspectiva de Kaníor, el particularmente en aquellos niños cuyo temperamento les predispone
patrón de reacciones maternales sincrónicas (pertinentes) constituyen a comportarse en una forma cocrciva. De acuerdo a nuestras especula-
una condición de base o un contexto que facilita el poder de los es- ciones, la coerción, en la forma de una conducta demandante caracte-
fuerzos de "enseñanza" de la madre. O sea, que su uso de instruccio- rizada por oposiciones, puede ser un medio para crear continuidad,
nes (estímulos discriminntivos) y déla atención social (reforzadores), aún cuando esta sea de corla vida y por lo tanto dcsadaplada. Ensegui-
da l u g a r a que se adquiera y mantenga la función que va ejercer sobre da haremos una revisión de la literatura relacionada con este tipo de
la obediencia del niño, debido a que la madre proporciona la sincronía hipótesis.
como un contexto social o una condición de base. La idea de que los problemas de conducta surgen de perturbaciones
Si ahora volvemos a nuestra pregunta inicial acerca del proceso en la continuidad, tiene sus raíces en los primeros estudios sociológi-
que se halla atra's de la disposición del niño a obedecer (obediencia cos de familias que presentan disfuncioncs (por ejemplo McCord y
generalizada), podríamos decir que parece que las madres pueden McCord, 1950) y en las primeras investigaciones de aquellos siste-
crear esa disposición a través de un cuidadoso momtorco de la con- mas familiares en los que aparecen patrones de comunicación pertur-
ducta del niño y gracias a un buen juicio que les lleva a decidir cómo bados en las relaciones padre-hijo (por ejemplo, Batenson, Jackson,
reaccionar a lo que ven y oyen. Dado queja obtención de la sincronía Halcy y Wcakland, ] 956). En ambos tipos de estudio, los datos apun-
depende, obviamente, del monilorco, es difícil comprender cómo sus tan a la existencia de una asociación entre ese tipo de perturbaciones
reacciones han sido establecidas. ¿Cómo saben las madres qué es lo que comentamos y desviaciones en la conducta del niño. Este tipo de
cyic constituye una reacción apropiada o pertinente? ¿Pueden los in- dalos correlaciónales no ofrece evidencia acerca de la direccionalidad
.vcstigadorcs basarse cu las normas generales de desarrollo del niño o de la covariación (es decir, si las perturbaciones preceden al desarro-
en normas idiosincrálicas propias de una determinadas diada madre- llo de las desviaciones en los niños) y tampoco prueban, por supuesto,
hijo? cuando las investigaciones que se hagan en el futuro den res- la causalidad. Sin embargo, plantean a los investigadores una hipóte-
puesta a estas preguntas, el constructo de la sincronía podrá aplicarse sis intrigante digna de ser seguida: ¿Constituyen las relaciones so-
de manera útil al fin práctico de establecer la continuidad social. ciales caóticas y de tipo perturbado» condiciones de base para los
problemas de conducta infantiles?
Perturbaciones en la continuidad social La base para mantener este tipo de hipótesis proviene de estudios
como de naturaleza "insegura". La inseguridad en el apego de los be-
Basados en los argumentos y en la revisión de la literatura que antes bes difiere de las relaciones en las que se disfruta una mayor segun-
hicimos, nos parece razonable asumir que la continuidad de los inter- dad, principalmente en el hecho de que los niños no atienden, a sea no
cambios sociales madrc-hijo, depende de la disposición del niño a presentan obediencia a los indicios e incitaciones de los padres. Los
obedecer, la cua! a su ve/., parece depender del contexto social gene- niños que se encuentran en esas condiciones tienden más a "resistir" o
rado por las madres y de! modo como enseñan al niño la obediencia. "evitar" a sus padres mediante llantos frecuentes, negativas a comer»
El modelo conceptual que emerge de esa manera, sugeriría que los alejamiento de los padres o desatención a los acercamientos paternos
fracasos en la continuidad podrían presentarse como problemas que (Ainsworth, Bichar, Watcrs y Wall, 1978). Los esfuerzos dirigidos a
surgen durante los episodios de enseñanza o dentro de los procesos descubrir las contribuciones maternales a estos problemas de rela-
implicados en el establecimiento y mantenimiento de la sincronía. El ción, han demostrado que la madre no es sensible a la conducta del hi-

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jo, lo cual conduce a este último a un cierto cslado de inseguridad (Ains- enseñanza. El resultado eventual de este proceso poco funcional, co-
worth, Bell y Slayton, 1974, Grossman, Spanglcr, Sucss y Unzner, rresponde a un patrón de coerción en el que la madre y su hijo se ha-
1985, Bclsky, Revine y Taylor, 1984, Isabclla, Bclsky y Von Eye, llan en frecuente conflicto, sobre todo, cuando las madres intentan
1989). Igualmente, en dos de estos estudios se ha demostrado (Bclsky enseñar algo. Cada vez que los padres dan instrucciones ("haz esto o
y col., 1984, Isabella y col., 1989) que la falta de sensibilidad mater- deja de hacer aquello"), sus niños las ignoran o bien protestan frente a
nal (la carencia de sincronía) a la conducta del niño, precede a ia con- las demandas. Estas respuestas agresivas y de oposición de los niños
dición de apego de los niños y por lo tanto es probable que la son seguidas de amenazas por parte de los padres, lo cual conduce a la
asincrom'a influya en la conducta desobediente de los niños. presentación de protestas de mayor intensidad de lado los niños.
Investigaciones posteriores sobre la asociación que existe entre la En la medida en la que este patrón se continúa, los niños adquieren
falta de sensibilidad maternal y la conducta desobediente de niños de práctica en la presentación de esa clase de problemas de conducta y
más edad (preescolarcs), ha conducido a contar con una mayor in- desarrollan creencias de falta de equidad y desconfianza, lo cual auto-
formación sobre la naturaleza de la insensibilidad maternal. Primero, riza su propio comportamiento personal, constituyéndose de esa ma-
los estudios documentaron, otra vez, la correlación entre la tendencia nera lo que serían los rasgos fundamentales de los desórdenes de
de la madre a presentar asincrom'a cuando reacciona su hijo y por par- conducta (ver Patterson, 1982). Debido a la naturaleza insidiosa
te del niño, la tendencia a no obedecer (Lawrcncc, 1984, Martin, de este proceso, los niños son dejados sin guía en su transi-
1981, Schaffcr y Crook, 1980, Wcstcrman y Houstad, 1982). Segun- ción de las relaciones familiares a las relaciones que deben es-
do, las definiciones de estos investigadores de la falta de sincronía tablecer con sus pares. Su actitud en respuesta a la conducta de
fueron más complejas que las formulaciones del simple aparcamiento los padres, parece consistir en una búsqueda general dirigida a
o su falta, utilizadas en los estudios de apego. El constructo de "coor- reducir la incertidumbrc (ver Wahlcr y Dumas, 1986, Wahlcr,
dinación" de Wcstcnnan (1990) sugiere que la obediencia del niño Williams y Cerezo, 1990). En virtud de esa falta de guía, no re-
dependen del balance entre una buena enseñanza y el establecimiento, sulta sorpresivo encontrar que cuando se acercan a sus pares, lo
por parte de la madre, de un contexto de sincronía social. Las madres hacen de un modo desafiante que no toma en cuenta los indicios
con niños obedientes delimitan de una manera clara estas dos funcio- sociales, obvios para otros (Dodgc y Framc, 1982). Por el hecho
nes, en el sentido que ofrecen instrucciones frecuentes y una clara de que estos niños carecen de conocimiento y de práctica en el
rctroalimcnlación, cuando intentan generar obediencia y además su- establecimiento de negociaciones sociales, es fácil comprender
primen esta estrategia de "enseñanza" una vez que sus hijos se en- por que sus respuestas a sus pares, carecen de la disposición al
cuentran apropiadamente comprometidos en el cumplimiento de acatamiento o la obediencia. Sin esta disposición, la respuesta
ciertas conductas. Westcrman llamó a esta función de enseñanza de los niños a los recién conocidos se basa, principalmente, en
"mensajería" y al establecimiento de un contexto o de condiciones de- los estímulos sociales inmediatos que le presenta la otra perso-
base sin instrucciones, "suspensión de la mensajería". Los niños de- na. Un contexto social potencial para la nueva relación, repre-
sobedientes en este estudio tenían madres que no distinguían, de ma- sentado por ejemplo, por los intereses que la otra persona
nera clara, entre la "mensajería" y la "supresión de mensajería" y, por manifiesta, no se materializará debido a que el niño en el que es-
lo tanto, no creaban una buena cnseñan/.a o condiciones adecuadas de tá desarrollando la conducta desordenada, no puede apreciar el
sincronía para sus hijos. contexto y, por lo tanto, no tienen ninguna base para el dar y to-
Parecería que las madres insensibles fracasan como maestras y mar, característico de los intercambios sociales, consecuente-
también en proporcionar un contexto social que permita establecer re- mente, esc intercambio se disolverá debido a ¡a insensibilidad
laciones matcrno-mfantiles. Debido a esto, sus hijos no tienen la dis- del niño a lo que su par diga o haga (ver Dodgc, 1980). Aunque
posición a obedecer y no son buenos estudiantes en los episodios de el niño atienda a la conducía de su par, no será influenciado por

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el cuadro más general (la condición de base) que se asocia con esa es probable que la permanencia de los cambios de la conducta del ni-
conducta. Por ejemplo, la sorpresa del p á r a n l e la loma, por parte del ño sea una función de la sincronía padrc-hijo; sí esa sincronía no está
niño que nos ocupa, de dos barras de dulce que acaban de comprar, es- présenle, dichos cambios no se mantendrán.
tá obviamente relacionada con la discusión previa que ambos tuvie- La sincronía puede generarse, de acuerdo con nuestro punto de vis-
ron antes de decidir la compra, pero la respuesta de nuestro niño, ta, si el padre sabe ser objetivo, cuidadoso y capaz en el monitoreo de
consiste en decir "¿que es lo que a li te pasa?" sugiere que no vio* la co- su hijo y si además eslá motivado a cumplir con las funciones de pa-
nexión existente entre el indicio representado por la sorpresa y el con- dre. Dadas esas condiciones, la sincronía puede llegar a materializar-
texto. se y el niño recibirá una buena enseñanza. Cuando el conocimiento y
Debido a que el niño con conducta desordenada no es influido por el monílorco se generan en programas de entrenamiento para.padres,
los rasgos contextúales de una relación, des resultados poco afortuna- no se trata el problema de la objetividad ni el de la motivación. Estos
dos son probables: dos constructos describen fenómenos intcrconductuales complejos
1) La otra persona en la relación se sentirá utilizada o poco aprecia- que son bastante elusivos a la intervención clínica, principalmente
da y con facilidad objetará la manera como se le traía. Conse- por la naturaleza ambigua que tienen.
cuentemente, es factible que rompa la amistad.
2) En virtud de que el niño con conducía desordenada no compren- La objetividad de los padres
de lo que sucede, es probable que resuelva el dilema con la es-
trategia, en la que ya tiene mucha práctica, de la coerción. De La objetividad de un observador implica quesea imparcial cuando in-
acuerdo a su historia de respuestas a la inccrlidumbrc, nuestro forma acerca de un fenómeno que ha sido objeto de su escrutinio, sin
niño actuará en forma impulsiva y agresiva, probablemente con queso vea afectado por los estímulos irrclcvantes que surjan de las re-
hostigamientos verbales y tal ve?, pueda llegar hasta los ataques acciones emocionales que tenga o por las experiencias previas que
físicos, si el par no opta por la retirada. Esa clase de resultados posea en relación con otras personas. Típicamente, la objetividad se
refuerza la conducta dcsadaptada de nuestro niño y asegura que obtiene a través de enseñanzas que permiten al observador usar guías
nunca aprecie las propiedades contextúales de un relación so- normativas o categorías dcfinilorias del fenómeno (por ejemplo: con-
cial. Si es dejado en esta situación de amargura, creerá que el ducta agresiva del niño) y posteriormente, a través de la práctica de
mundo es injusto, caótico y poco amigable. "ver" ci fenómeno e informar acerca de él con base en las definiciones
establecidas. Un observador es considerado objetivo cuando basa sus
Estrategias clínicas para generar la sincronía informes en las definiciones normativas y cuando lo que reporta es
consistente con lo informado por otros observadores que emplean la
Si la continuidad social depende de la disposición del niño a obedecer misma definición. Desde este punto de vista, la objetividad es un
y si esta disposición es una función de la sincronía, resulta apropiado construclo suficientemente claro y en consecuencia puede ser enseña-
considerar a esia última como un objetivo de intervención. La posibi- da, mientras que lo que sería un comportamiento subjetivo no es sus-
lidad de cambios durables y generalizados en el desorden de conducta ceptible de entrenamiento. Cuando un observador es subjetivo, no
del niño parece depender de la generación de sincronía en las relacio- sigue las normas del grupo, sino que más bien utiliza guías personales
nes cotidianas del niño con sus padres y maestros. Apcsardcque en la en los procesos de observación. La implicación de lo "personal" lleva
actualidad se sabe cómo generar cambios específicos en la conducía a que el observador no sea imparcial y a que se vea fácilmente prejui-
de los niños, a través de estrategias de cnlrcnnmiento para padres, es- ciado porcstímulos'irrclcvantcs. Sin embargo, ese observador podría
tas todavía no se han dirigido a tratar el problema más general de la considerarse objetivo si sus guías personales son especificadas y en-
sincronía. De los datos y especulaciones de la discusión antecedente tonces da pie a que se evalúe su confiabilidad (su consistencia intcr-

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na) en el uso de dichas normas. Por desgracia, los procesos de defini- cierto sentido, las definiciones constituyen reglas o normas de com-
ción de las normas personales son bastante más elusivos que los que portamiento que resumen clases de fenómenos discretos y, como ta-
están implicados en la definición de ¡as normas de grupo. Estas últi- les, pueden controlar la conducta con la misma legalidad que la que es
mas pueden aclararse por medio de discusiones entre varias personas propia de los fenómenos discretos (ver Zctllc y Uaycs, para una discu-
que mantienen creencias comunes, pudiéndose así trabajar las re- sión del proceso de control de estímulos). Sin embargo, como Haycs,
glas que van a permitir hacer las definiciones. Imaginemos, ahora, el Rosenfarb, Wulfcrt, Munt, Korn y Zcttlc (1985) lo han demostrado,
misino proceso cuando se trata de creencias personales y solo el indi- las reglas dcfinitorias deben hacerse "publicas" si es que van a ejercer
viduo que las tiene puede proporcionar información acerca de su na- una influencia prcdcciblc sobre la persona que dice poseerlas. Estos
turaleza. No debe de extrañarnos, entonces, que muchos programas investigadores encontraron que los adultos que anunciaban cuales
de entrenamiento alienten a los padres a adoptar las creencias que son eran sus propósitos personales o lo que consideraban su forma apro-
comunes con respecto a la conducía infantil, en lugar de los puntos de piada de desempeño, pudieron comportarse de manera coincidcntc
vista personales vagamente definidos. con esos propósitos, mientras que aquellos que mantuvieron sus es-
El problema inherente a esta última estrategia de entrenamiento se tándares privados no pudieron hacerlo. Haycs y col. (1985) argüyeron
halla en el posible poder de guía que tengan las creencias personales que hacer públicas las reglas personales hace a las personas evalua-
de los padres acerca de la conducta de los niños. Si una creencia per- blcs, en el sentido que otros pueden dar cuenta del posible aparea-
sonal es dejada sin definir y, en consecuencia, no es alterada, es posi- miento que exista entre las reglas establecidas y su desempeño real.
ble que continúe influyendo los juicios de los padres durante el Sin un descubrimiento público, las reglas permanecen como fenóme-
proceso de cuidado infantil. Dado que nosotros pensamos que esto nos privados de naturaleza ambigua, con un control sobre la conduc-
ocurrirá si Ja creencia se deja indefinida, es posible que la guía que es- tas, de quienes dicen sostenerlas, impredeciblc y azaroso.
tablezca se de al azar y lleve a los padres a comportarse de un modo in- El que un padre retenga o cambie sus reglas personales (creencias)
consistente durante el proceso de cuidado de sus hijos (ver Wahlcr y acerca de la conducta paterna, no es el problema central que sostiene
Sasbury, 1990). En otras palabras, un padre-observador "subjetivo" nuestros argumentos sobre la ayuda que es proporcionada a los padres
no será verdaderamente objetivo con respecto a sus definiciones per- cuando se les conduce a que hagan públicas sus reglas. Cuando las re-
sonales de la conducta de su hijo y no podrá adoptar un estilo consis- glas se convierten en públicas adquieren el papel de guías objetivas y,
tente de cuidado infantil. Dadas esas circunstancias, no generará
por lo tanto, facilitan la prcdictibilidad de la conducta de cuidado in-
sincronía durante la interacciones que tenga con su hijo. Cuando el
fantil. Por ejemplo, supongamos que una madre identifica su creencia
entrenamiento para padres "funciona", eso quiere decir que el padre
personal consistente en que no puede controlar sus agresiones y
ha llegado a ser objetivo, tanto en lo que se refiere a las normas públi-
también se da cuenta que esta creencia es un factor que explica sus
cas como a las personales, acerca de la conducta de los niños.
reacciones inconsistentes a la conducta agresiva de su hijo. Ese des-
Cuando nos referimos a las definiciones públicas y personales
cubrimiento podría permitirle, a la madre, retener su creencia y actuar
de la conducta del niño, da la impresión de que describimos construc-
en una forma consistente con su estándar de comportamiento (es de-
tos cognoscitivos o hipotéticos. De hecho, esta clase de fenómenos
cir, podría tratar consistentemente a su hijo como un bcbito) o podría
son de tipo intcrconduclual y tienen una "realidad" semejante a la
modificar sus suposiciones ( o sea, darse cuenta que "ya tiene sufi-
conducta observada en una interacción padre-niño. En este caso, lo
ciente edad para ser responsable") y actuar de acuerdo a esta nueva
que hacemos es referirnos a ocurrencias discretas de fenómenos ob-
creencia. En cualquier caso, la naturaleza pública de su creencia y su
servables, mientras que en la situación señalada primero, tratamos
conexión funcional a un patrón consistente de cuidado infantil, cons-
con fenómenos más abstractos que también son observables. En un
tituirán, ahora, objetivos factibles para el cambio. En lugar de creen-

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cías vacamente especificadas y cuadros caóticos de lo que se cree es midas en lo que los padres reportan como una situación "depresiva"
la conducía paternal, se tiene, ahora, t a n t o para el clínico, como para que les afecta (ver Lahcy, Congcr, Atkcnson y Trcibcr, 1984; Forc-
los padres, algo sustancial que puede ser materia de trabajo común. hand, McCombs y Brody, 1987). Cuando un padre se siente "deprimi-
do", se imputa a sí mismo una situación de desamparo que se asocia a
sentimientos de frustración, irritación e ira. Los padres deprimidos
La motivación paternal juzgan a sus niños como más difíciles de lo que realmente son (Gricst,
La motivación paternal es otro de los consí rucios que da la impre- Wells y Frchand, 1979) y parecen más susceptibles de reaccionar
sión de ser poco claro, no obstante que la mayor parte de las personas aversivamente cuando tienen que ocuparse del cuidado infantil (Pa-
están de acuerdo en que se necesita cierto impulso o algún incentivo naccionc y Wahlcr, 1986).
como fuerza para empujar o evocar la conducta. Sin embargo, cuando Aunque la depresión es vista típicamente como un fenómeno hipo-
se intenta opcracionalizarcsc construclo, se abrcuna caja de Pandora, tético, hay buenas razones para pcnsarque es un fenómeno relacionado
pues se encuentra un gran número de formas tal como los psicólogos con el constructo que previamente discutimos de la objetividad. Los
han visto su operación. padres deprimidos no sólo se sienten mal, sino que también ven a sus
La misma complejidad o ambigüedad se ve cuando se hace el cn- hijos y a su ecosistema como inmanejable —un punto de vista con el
frcntamicnto a la pregunta ¿qué es lo que motiva a los padres a llevara que no están de acuerdo otros observadores. Rs verdad que pueden
cabo lo que a veces es la ardua tarca del cuidado paternal? algunos pa- existir bases en el ambiente para producir esa clase de sentimientos y
dres, obviamente, disfrutan esa tarca y el acercamiento a sus hijos lo ese punto de vista, pues es factible que sus hijos sean de difícil mane-
hacen con confianza y con un interés genuino, mientras que a otros les jo, que la interacción entre los esposos sea conflictiva y que su condi-
cuesta trabajo, SG irritan al hacerlo o se sienten desamparados. Estos ción económica sea muy grave (ver Brody y Forchand, 1986; Emcry,
últimos no se encuentran "motivados" a rcali/arcsa clase de tarcas, lo Wcinlraub y Ncal, 1982; Spinclta y Riglcr, 1972), pero aún cuando to-
que quiere decir que carecen de impulso o incentivos para u s a r l a s ha- das esas circunstancias existan, no es verdad que "todas" sean inma-
bilidades que poseen en el cuidado paternal. Su pobre desempeño pa- nejables. Por ejemplo, supongamos que una madre soltera vive en una
rece no ser un producto de su falta de conocimiento, sino que se situación de pobreza y tiene un niño de tempera mentó difícil, pero po-
atribuye aun ambiguo factormotivacional. La pregunta que inmedia- see el conocimiento y las habilidades necesarias para ser un buena
tamente surge es ¿por que? ¿Por que estos padres no se comprometen madre con su hijo. Supongamos que no utiliza sus habilidades y des-
en esa clase de tarcas cuando poseen el conocimiento para realizarlas? cribe a su hijo como "imposible de vivir con el". Podría decirse, en es-
Las respuestas proporcionadas a ese tipo de preguntas se han deri- te caso en una forma justificada, que el estado de su ecosistema es la
vado, por lo general, de consideraciones acerca de cómo la emoción o base de su carencia de motivación, pero también podría preguntarse
el afecto de los padres interviene y puede llegar a interferir con el acerca de la objetividad que ella tiene como observadora délas tareas
cumplimiento del cuidado paternal. En otras palabras, al padre que de cuidado infantil que realiza. En otras palabras, puede haber razón
carece de motivación, no le falta el impulso para ser un buen padre, si- para creer que problemas exteriores a la situación de cuidado infantil
no que más bienes impedido de hacerlo por una fuente competitiva de influyen sus juicios de lo que ocurre en esa clase de situaciones. Su
influencia "emocional". Esa influencia ha sido conccpluali/ada por problema motivacional se deriva entonces de un problema percep-
Blccchman (1990) y Dix (1991) como una dimensión de emociones tual, esa madre es una pobre observadora (ver Wahler, 1990).
positivas y negativas en donde las emociones positivas facilitan el Supongamos que vamos a ayudar a esa madre a articular y hacer
cuidado paternal y las negativas lo interfieren. Las emociones nega- públicas las creencias personales que tiene con respecto a su hijo. En.
tivas parecen estar relacionadas con frustraciones de los padres, la experiencia del autor es posible que ella presente, cvcntualmente,
desamparo, i r r i t a b i l i d a d e ira. Todas esas condiciones quedan resu- un punto de vista en el que su hijo se convierte en el marcador de su

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ecosistema. Por lo tanto, lo que hace es un juicio sumario acerca de su zado. Nosotros delincamos estos problemas con referencias a las ha-
hijo en el que lo caracteriza como alguien que drena sus finanzas, le bilidades de observación de los padres y a la calidad de vida que expe-
impide tener una vida social y es una fuente constante de conflicto. Si rimentan, debido a que los padres pasan por toda clase de
esta descripción fuera correcta, las dos primeras frases podrían ser situaciones dentro del ecosistema. Aunque todavía no sabemos có-
consideradas corno faltas de relación con las circunstancias propias mo tratar clínicamente este último problema, sí tenemos formas de
del cuidado infantil. De acuerdo a los argumentos que hemos presen- promover cambios en el primero. Si se hace que los padres lleguen a
tado sobre el descubrimiento público de las creencias, ¿que es lo que ser observadores objetivos en las situaciones en las cuales están en-
sucedería si la madre declara ese tipo de creencias que tiene? supon- cargados del cuidado de sus hijos, este cambio es probable que se aso-
gamos que llega a formular una afirmación del tipo de "mi hijo es co- cie con un aumento en la sincronía y consecuentemente, suponemos
mo su padre, sólo utiliza a las personas". Si ella dice lo anterior, que va a permitirles el uso más eficiente de las habilidades enseñadas
podría en ese momento seguir una estrategia de cuidado maternal (por durante el entrenamiento que siguieron. Wahlcr y Dumas (1989) acu-
ejemplo evitar a su hijo) o podría cuestionarse su creencia. El punto ñaron el término de "síntesis de la enseñanza" para referirse al medio
de vista importante con respecto a lo que acabamos de plantear, tiene que se tiene para ayudar a los padres a que usen fácilmente las habi-
que ver con la presentación pública y bien articulada de la creencia de lidades que aprendieron durante el entrenamiento y para que éstas
la madre. Una vez que dicha creencia se convierte en social (Haycs y sirvan de guía para el logro de la objetividad. Aun cuando no se considera
col. 1985) puede modificarse. Se hace entonces posible ayudar a la este producto de la enseñanza como el componente final de una estra-
madre a que sea objetiva cuando se enfrenta a las tareas de cuidado de tegia generalizada de entrenamiento para padres, de todas maneras, es
su hijo, aunque permanezca en medio de un ecosistema angustiante. visto como un paso necesario en esa dirección.
Este punto de vista de la motivación de los padres no deja de ser Es probable que la síntesis de la enseñanza no sea muy diferente a
una concepción limitada. No responde a las preguntas de como un pa- la práctica genérica de la psicoterapia, dado que implica una inspec-
dre vive dentro de un ecosistema que no es tolerable y no nos dice si ción guiada de las respuestas que dan los padres a una gran variedad
abandonará cualquier solución terapéutica. Pero a pesar de sus limi- de personas en distintas situaciones y momentos. Para ello, se sigue el
tantes, consideramos que nuestra definición lleva a que se adquiera un procedimiento prototípico de Kelly (1955), en el que se le pide al
prcrrcquisito que permita cualquier otra intervención. Sólo si un pa- cliente que enliste los estímulos que constituyen los referentes de los
dre llega a ser un observador objetivo de su ecosistema, podrá encon- juicios que hace. Juicios como "mi niño es un descarriado" son vistos
trar una solución adecuada a los problemas particulares que vive como una construcción personal que puede o no, ser una construcción
dentro de ese ecosistema particular. válida para referirse a un fenómeno de la vida real. Las construccio-
nes personales sin validez, desde nuestra perspectiva, son aquellas en
Síntesis de la enseñanza las que las creencias personales de los padres sobrepasan el área del
cuidado infantil. Cuando se le pide a una madre que cite los estímulos
Como vimos al principio de esta sección, el entrenamiento para pa- que son los referentes de su juicio de que su hijo es un niño descarria-
dres, en la forma como usuahnentc se le practica, proporciona a los do, el clínico la alienta a que considere situaciones distintas a las del
padres las habilidades más obvias que necesitan para cumplir sus fun- área del cuidado infantil. En otras palabras, el clínico trata de hacerle
ciones (monitorco, disciplina y capacidad de escucha). La estrategia ver a la madre, la posibilidad de que "descarriado" tenga referentes
no se dirige, típicamente, a resolver Jos problemas motivacionales y distintos a la propia conducta del niño. De esta manera, se le pide que
de objetividad que acabamos de describir, por lo que en consecuencia, examine el punto de vista que tiene sobre otras personas que forman
se encuentra limitada en su potencial para inducirun cambio generali- parte de su ecosistema personal, en relación con el constructo que nos
ocupa. Por ejemplo, se le solicita que analice, como referente del

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las escuchan (amigos y parientes), rara vez hacen esfuerzos por pro-
constructo de "descarriado", el señalamiento que otra madre hace de mover claridad (Wahler y Hann, 1984). Estas conversaciones son pa-
su hijo después de que robó unos dulces de una tienda. Tras escuchar recidas a ciertos reportajes de guerra pasados por la censura; en unos
ese ejemplo, el clínico demanda a su cliente que recuerde alguna si- y otros no hay razón para esperar que se produzcan cambios en benefi-
tuación que encaje dentro de ese constructo y para ello le pone ejem- cio de la complejidad y la claridad. A menos que el escucha pida más
plos que ya conoce "¿recuerda cuando me contó i^uc su hermana le información o presente dudas sobre la veracidad de lo que se dice, o
mintió acerca de una conversación que tuvo con su hermano? ¿es su sugiera que se le presente lo que ha sucedido bajo una nueva perspec-
hermana una descarriada?" en la medida que este tipo de discusiones tiva, las madres mantendrán las creencias simplistas y globales que
continúan, la madre sujeta al procedimiento clínico, reconoce pun- tienen sobre sus hijos.
tos comunes en las reacciones que presenta frente a diferentes perso- Aunque la síntesis de la enseñanza puede aumentarla complejidad
nas, haciéndole ver que pudiera haber un traslape con respecto a los y la extensión de las creencias de los padres acerca de la conducta de
juicios que hace de su hijo. sus hijos, el mantenimiento de estas creencias expandidas es un pro-
Pocos estudios han examinado el impacto que tiene el complemen- blema diferente. La comunidad natural de escuchas de los padres, es
tar las intervenciones que se hacen con padres con problemas, me- poco probable que induzca cambios. La expansión benéfica promovi-
diante la adición de "una sínlcsis de la enseñanza" al entrenamiento da en la situación clínica es posible que no encuentre, siempre, apoyo
para padres. Gricst, Forchand, Rogcrs, Brcincr, Furcy y Williams en las situaciones naturales. A menos que un escucha apropiadamente
(1982) fueron de los primeros en mostrar los beneficios que tiene ayu- intrusivo, mantenga continuamente conversaciones con los padres,
dar a los padres a que vean importancia de la trampa coercitiva forma- los problemas del ecosistema a los que antes nos referimos, ejercerán,
da por las situaciones exteriores a la diada padre-hijo. Las madres cventualmenlc, una constricción sobre lo ya ganado. Nosotros supo-
que recibieron esa enseñanza adicional, tuvieron mejores resultados nemos que es muy poco probable que un padre que sufre una gran can-
que las madres de un grupo control que no recibieron ese comple- tidad de situaciones que le angustian, pueda reducir, el solo, los
mento. Igualmente, Wahler y Bornes (1988) encontraron eviden- factores de tensión que se encuentran en su ecosistema, en virtud de
cias de que se había facilitado el desempeño maternal después del que en un grado considerable, muchos de esos factores están relacio-
entrenamiento para padres, como una función del complemento pro- nados con aspectos socioeconómicos.
porcionado por la síntesis de la enseñanza. Por desgracia, ningún es- La solución eventual a estos problemas de los padres no es diferen-
tudio ha podido documentar el proceso por el que la síntesis de la te a la que describimos primero como válida para los problemas de
enseñanza lleva a un mejoramiento del desempeño de las actividades continuidad social que presentan los niños con conducta desordena-
de cuidado paternal. Las madres, es verdad, pueden describir su pa- da. Los padres en cuestión, son claramente asincrónicos con sus hijos,
trón de cntrampamicnto coercitivo como producto de situaciones dis- esposos o esposas y con los demás miembros de su comunidad. La
tintas a las del cuidado infantil. Pero ¿por que esas descripciones sincronía debe comenzar en el ecosistema. Creemos además, que
extendidas facilitan el desempeño? sigue siendo materia de especulación. la sincronía puede adquirirse mediante el entrenamiento para pa-
Los procedimientos de síntesis de la enseñanza crean patrones de dres y la síntesis de la enseñanza. Sería ingenuo creer que basta con
conversación que son bastante di ferentcs a los que comúnmente se es- que la sincronía y la continuidad empiecen a establecerse para que
cuchan entre las madres con múltiples angustias. Estas madres, cuan- después una y otra crezcan por sí solas. Al respecto, debemos decir
do se les compara con sus contrapartes sin problemas, ofrecen poca que todavía hay mucho que aprender en relación con los sistemas fa-
información respecto a los problemas que tienen en la crianza de sus miliares y los procesos clínicos.
hijos (Rodick, Hengglcr y Habson, 1986), Los informes que propor-
cionan son, por lo general, descripciones globales de como ellas in-
tentan enfrentar las oposiciones de sus hijos. Por otro lado, quienes

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216 217
XI. Una valoración de la obra
de J. R. Kantor*

CLAUDIO ANTONIO CARPIÓ RAMÍREZ

A pcsarde que las principales características de la obra de J. R. Kantor


estaban ya presentes en las formulaciones hechas en sus Principios de
Psicología, publicados en 1924 y 1929, no tuvo prácticamente ningu-
na influencia significativa dentro de la literatura psicológica durante
décadas. Su recuperación sistemática en el trabajo teórico de los
psicólogos es sumamente reciente, demasiado como para valorarla
en restrospectiva. Por el contrario, considero que apenas estamos en
condiciones de intentar una visión hacia adelante, es decir, pros-
pectiva.
Ahora bien, una adecuada valoración de las aportaciones de Kantor
requiere relacionarlo con el estado que guarda la psicología contem-
poránea. Desde luego no pretendo intentar siquiera una exposición
superficial de nuestro panorama conceptual contemporáneo; en lugar
de esto, me limitare a puntualizar las que considero las principales ca-
racterísticas de la actual teoría de la conducta, y respecto de las cuales
se puede ubicar el trabajo de Kantor en una dimensión más justa. Con-
viene aclarar en este punto que no es mí propósito realizar aquí una
revisión descriptiva de la bibliografía kantoriana, puesto que ya exis-
ten trabajos en los que se incluye un análisis de ésta (vgr. Mountjoy,
1976; Ribcs, 1984), sino contribuir a destacar la importancia que
puede tener la obra de J. R. Kantor en nuestro trabajo teórico y em-
pírico.
* Trabajo leído por invitación en el "Primer Coloquio de Psicología Interconduc-
tual". Guadalajara, Jal. México. 24-26 de febrero de 1992. Centro de Estudios c In-
vestigación en Psicología, Universidad de Guadalajara. Escuela Nacional de Esludios
Profesionales Izlacala, UNAM.

219
Principales características de su construcción. Entre las características limitantes más importantes
la teoría de la conducta que estos autores señalan, podemos mencionar las siguientes:
a) El carácter disciplinariamente ajeno del modelo del reflejo.
Por razones históricas vinculadas a la adopción de un modelo mecáni- b) La naturaleza mecánica de la causalidad implícita en el modelo
co como ejemplar metodológico para el estudio de la conducta, la teo- asumido.
ría de la conducta adoptó la forma de teoría del condicionamiento, c) La linealidad diacrónica de las relaciones postuladas.
clásico y operante (Ribes, 1990a). d) El carácter atomista del análisis.
Esta teoría ha constituido hasta la fecha el eje en torno al cual se de- e) El ahistoricismo del modelo mecánico del reflejo.
sarrolla la investigación y teorización sobre la conducta animal y f) La horizontalidad de los procesos.
humana. Independientemente de que se coincida o no con las afirma- g) El carácter reduccionista del análisis.
ciones de Skinner (1938, 1953, 1957, 1980), las investigaciones em-
píricas, tecnológicas y conceptuales han girado en torno a los grandes
núcleos de problemas derivados de su trabajo. Sólo por mencionar a
Las aportaciones de J. R. Kantor
manera de ejemplo algunas de las principales áreas de trabajo en la ac- En este contexto, dos características del trabajo de Kantor son espe-
tualidad, se pueden mencionarlas siguientes: cialmente sobresalientes: en primer lugar, la previsión histórica que
- Los efectos de las operaciones de rcforzamicnto y extinción, hizo de los problemas que habría de generar la adopción del modelo
evaluados extensamente mediante los programas de reforza- del reflejo en la descripción y explicación de la conducta. En segundo
micnto en animales y humanos; lugar, su esfuerzo anticipado para ofrecer una alternativa que supera-
- Las interacciones operanlc-respondicntc; ra las limitaciones que representaba la adopción de un modelo disci-
- La conducta lingüística como conducta verbal; plinariamente ajeno.
- La conducta moldeada por contingencias versas conducta go- La primera característica, además de tener un valor intrínseco co-
bernada por reglas; mo previsión histórica confirmada —lo que habla de cuan correcto
- Extensión de los principios del condicionamiento hacia los pro- era su análisis histórico—constituye la primera dimensión en la que,
blemas sociales (educación, salud, trabajo y diseño de culturas, creo, adquiere valor la contribución de Kantor a la psicología. Me re-
entre las más importantes). fiero a la importancia que concede Kantor a la historia dentro de la
Sin embargo, a pesar de la variedad y extensión de las áreas de tra- psicología. En mi opinión, son cuando menos tres los niveles en los
bajo mencionadas, en los años más recientes se han acumulado ano- que la historia es rescatada por Kantor:
malías y paradojas experimentales a tal grado que inevitablemente se a) El primero se refiere al carácter histórico de los problemas con-
ha tenido que volver la vista hacia la estructura paradigmática de la ceptuales de la psicología. En este primer nivel, muestra que los pro-
teoría (en el sentido kuhniano de anomalía y paradigma: Kuhn, 1971). blemas teóricos, metodológicos y aun los tecnológicos, son resultado
Los trabajos de Schocnfeld (1970; 1972; 1983), Michacl (1982), Ca- de una peculiar confluencia de los factores sociales y culturales como
brcr, Daza y Ribcs (1975), y algunos más, fueron las señales de que contexto de la práctica teórica e investigativa de los psicólogos. De
era en la estructura conceptual de la teoría donde debían buscarse los ello se deriva como aspecto fundamental que la correcta ubicación y
orígenes de esa creciente producción de anomalías. resolución de los problemas actuales consiste inicialmente en el reco-
Recientemente, en los trabajos de Ribes y López (1985) y de Ribcs nocimiento histórico de su origen y transformación. Todos aquellos
(1982, 1990a, 1990b), se puede encontrar una caracterización analíti- que han leído su Evolución Científica de la Psicología (1963-1969)
ca del condicionamiento y el modelo del reflejo en que se fundamentó reconocerán en esta obra un extraordinario ejemplo de análisis histó-

220 221
interpretado con base en métodos, modelos y teorías conceptualmen-
rico en el que la práctica científica se reconoce como conducta indivi-
te específicos, es decir, construidos ex profeso con el fin de evitar el
dual ajustada simultáneamente a factores culturales generales, a las
traslado conceptual de propiedades y lógica ajenas cuando se adop-
categorías teóricas y metodológicas, y a los eventos bajo estudio.
tan modelos disciplinariamente ajenos.
En esta obra, Kantor demostró que la mayoría de los problemas
c) En el tercer nivel de historia al que se alude en el trabajo de Kan-
conceptuales en la psicología contemporánea se originan en una in-
tor, se refiere a su representación conceptual como factor disposicio-
fluencia predominante de los factores culturales por encima de los
nal de las interacciones de los organismos.
eventos conductuales en la construcción teórica y metodológica por
En el modelo de campo propuesto por Kantor, no se reconocen ex-
parte de los piscólogos. En su alternativa Kantor nunca sugirió, como
clusivamente los elementos en interacción directa, sino también a los
algunos interpretan, cancelar los aspectos culturales que enmarcan la
factores que posibilitan dicha interacción y los factores que Izproba-
labor científica, sino en reconocer su influencia y distinguirla de las
bilizan y delimitan como campo: la función cstímulo-respucsta, el
propiedades de los eventos bajo estudio. Su insistencia en no confun-
medio de contacto, los factores disposicionales y los límites de cam-
dir los constructos con los eventos atiende, justamente, a los resulta-
po, respectivamente.
dos del análisis histórico de los problemas que acarrea atribuir a los
A diferencia de los modelos causales mecánico-lineales como el
eventos los rasgos de las instituciones culturales o de los procedi-
del reflejo, Kantor propuso considerar a la historia interactiva de los
mientos utilizados;
organismos como dimensión que se actualiza en cada interacción co-
b) El segundo nivel en que se recupera la historia en la obra de Kan-
mo modulador probabilístico de éstas. Es evidente que esta recupera-
tor es el que se refiere a su uso como criterio de distinción y delimita-
ción conceptual en el análisis psicológico, también posibilita retomar
ción de lo psicológico respecto de lo biológico, lo físico y lo social.
la cuestión del desarrollo conductual como proceso histórico no pre-
En diversos escritos, Kantor (1958, 1975) destacó que definir la con-
figurado en la biología (Bijou y Bacr, 1961,1965).
ducta como relación o interacción no era suficiente para distinguir a
De manera general, la importancia concedida por Kantor a la his-
la conducta psicológica: interacciones que también estudian la físi-
toria en los tres niveles mencionados, dejan ver que la teorización e
ca, la biología y las ciencias sociales. Sin embargo, las interacciones
investigación psicológica sólo son posibles si se incorpora como
físicas tienen como dimensión histórica fundamental la evolución de
componente inseparable el reconocimiento histórico de sus proble-
la materia inorgánica; las interacciones biológicas a la evolución filo-
mas conceptuales y la naturaleza también histórica de sus eventos.
genética de la especie; las interacciones psicológicas evolucionan en
Como consecuencia, se deriva que todo modelo psicológico habrá de
la ontogenia de los organismos, y lo social se desenvuelve en la di-
ser eminentemente histórico.
mensión de las transformaciones que los grupos construyen en su am-
La segunda característica del trabajo de Kantor a la que me referí
biente y condiciones de interacción.
es, complementando la primera, la proposición de una alternativa que
De este modo, el tipo de historia moduladora de las interacciones,
pretende superar las limitaciones de los modelos dualista y mecánico.
constituyó, en el trabajo de Kantor, un criterio aplicado a la delimita-
En este aspecto, la aportación de Kantor está concentrada en lo que
ción de lo psicológico respecto a lo físico y biológico, a los que sin
denominaríamos, en términos kuhnianos, la estructura paradigmática
embargo supone c incluye como condición necesaria de lo psicológi-
alternativa al modelo del reflejo. En este terreno, la publicación de
co más no como condición suficiente para su explicación. En tanto as-
Psicología interconductual en 1958 representa la culminación del es-
pectos continuos de evolución, lo psicológico se relaciona con lo
fuerzo dirigido a elaborar la fundamentaciónde:
físico y lo biológico, sin embargo, en tanto aspectos distintos de dicha
- El mctasistema de una nueva concepción psicológica;
evolución, estos son mutuamente irreductibles.
- El sistema particular de una ciencia psicológica;
Así, con un criterio también histórico, Kantor contribuyó a justifi-
- La clasificación de los subsistemas de la psicología, y
car la necesidad de que lo psicológico fuese estudiado, representado e

222 223
- Las relaciones de la psicología con otras disciplinas científicas. c) Posibilitar un análisis causal no-mecánico de la conducta.
Sin entrar a la descripción de esta propuesta, me referiré muy bre- La primera característica es de importancia singular por dos razo-
vemente a su importancia y valor para la psicología. Derivado de su nes: una, que al no ser importado de ninguna otra disciplina, su lógica
análisis histórico de la evolución de la psicología, Kantor hizo explí- no responde a las propiedades o naturaleza de las categorías diseñadas
cito que: para dar cuenta de eventos no psicológicos, sino que se ajusta estricta-
1) Toda construcción científica, independientemente de que esté mente al carácter históricamente específico, es decir, ontogenético de
referida a los datos, procedimientos, teorías o modelos, esta in- la conducta, evitando con ello la atribución de propiedades que no le
fluida por instituciones culturales; corresponden dada su especificidad histórica. La segunda, es que al
2) La confusión de los constructos con los eventos se puede evitar ser conccptualmcnte específico, el modelo otorga un lugar propio a la
mediante una correcta orientación hacia los antecedentes del psicología en el concierto de las demás ciencias. Al distinguirse de las
trabajo psicológico; otras ciencias por su objeto y su modelo, la psicología deja de ser una
3) El sistema científico se coordina con los supuestos sobre los que extensión conceptual o paradigmática de la física, la biología o las
se articula el sistema, es decir, al metasistema; ciencias sociales, para ser una ciencia por derecho propio.
4) El metasistema, a su vez, se subordina a los criterios de la lógica En un segundo aspecto, el modelo de campo elimina de la defini-
de la ciencia que, por su lado, son parcialmente dependientes de ción conductual todo tipo de rcduccionismo y de dclcrminismo su-
las instituciones y condiciones culturales durante la teorización praordinado (ya sea externo, interno o trans-cspacial). Al definir a la
c investigación. conducta como la interacción del organismo individual con objetos,
Con esta base, Kanlor postuló como elementos necesarios para su- eventos y otros organismos específicos, bajo condiciones definidas y
perar las limitaciones presentes en las formulaciones psicológicas con base en sus contactos previos con objetos estimulantes, quedan
contemporáneas los siguientes aspectos: fuera los rcduccionismos: en tanto relación la descripción y explica-
1. Definir las reglas de correspondencia entre los constructos psi- ción de la conducta no puede hacerse por referencia a sólo uno de los
cológicos y el universo empírico delimitado por la definición elementos de la relación (sea el organismo o los objetos estimulan-
de la conducta; tes). Asimismo, las propiedades de la relación no se igualan con las
2. Adoptaruna concepción psicológica que reconociera la especifi- propiedades de cualquiera de sus elementos y factores, por lo que
cidad conceptual de la conducta como objeto de estudio; no se puede explicar como función de ningún órgano o sistema bio-
3. Abandonar el modelo reduccionista del reflejo por ser discipli- lógico.
nariamente espurio; Por otro lado, al señalar Kantor que la conducta consiste en campos
4. Abandonar y erradicar la influencia de las instituciones cultura- mullifactorialcs intcrrclacionados, la explicación del campo radica en
les, trasccndentalistas y dualistas, cuyas representaciones susti- el conocimiento de dichos factores y sus modos de interrelación. En
tuyeron históricamente a los eventos conduclualcs gcnuinos en tanto se acepta que todos los factores del campo participan por igual
el estudio psicológico. (si bien de distinta manera) se rechaza la preminencia de cualquiera
Ahora bien, y aquí radica otro aspecto de la importancia de su tra- de ellos y, en consecuencia, de agentes externo o internos cuyos pode-
bajo, Kantor no se limitó a señalar que había que hacer, sino que tam- res determinen las relaciones en el campo.
bién postuló los criterios generales para hacerlo. Su modelo de Finalmente, en su tercer aspecto, el modelo de campo abandona los
campo, en este contexto, representó el paso inicial necesario. Dicho esquemas causales heredados de la mecánica renacentista. En lugar
modelo se caracteriza por: de postular una secuencia lineal de eventos a los que, por su lugar en
a) Ser conccptualmentc específico para los eventos psicológicos; la secuencia temporal, se les atribuyen propiedades causales, Kantor
b) Postular una definición no reduccionista de la conducta; propuso el concepto de campo en el que la participación de los distin-

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tos factores es funcionalmcntc sincrónica, al margen de su momento
Comentarios finales
de ocurrencia en el tiempo real. La sincronía funcional de los factores Aunque originalmente había cometido el atrevimiento de pensar en
y el reconocimiento de los factores disposicionaíes tales como la his- una visión de lo que sería el impacto de la obra de J. R. Kantor en los
toria interactiva, las condiciones del organismo y los factores situa- desarrollos psicológicos presentes y futuros, ahora, después de tres
cíonalcs, impiden atribuir a cualquiera de ellos el poder de "causar" a días de escuchar el trabajo de psicólogos kantorianos y no tanto, pre-
cualquiera de los otros elementos del campo. La causa del campo no
fiero limitar mi panorámica a un reducido número de aspectos que,
está en otro lado que en el campo mismo, en sus elementos y la estruc- creo, son las tareas más inmediatas para los psicólogos inlcrconducla-
tura de sus interpelaciones. les que partimos de la obra de Kantor.
a) La primera se refiere a las cuestiones metodológicas más refina-
Ventajas adicionales del modelo de campo das que deben derivarse desde una aproximación interconductual.
Creo que los trabajos de Moreno y cois. (1992) representan un valioso
El modelo de campo, además de las ventajas que ya hemos menciona- intento por avanzar en este terreno. Sin embargo, queda todavía la
do, tiene otras más que se derivan de las primeras. El propio Kantor cuestión de si es o no necesaria una metodología distinta para el análi-
las señaló en su Evolución científica de la psicología: sis interconductual. En este punto creo que todavía queda mucho por
a) Ventajas respecto a los datos: la perspectiva interconductual dis- discutir y aclarar.
tingue entre los eventos y los construclos elaborados para describirlos b) Un segundo aspecto se relaciona con lo que algunos considera-
y explicarlos. Esta distinción favorece el que no atribuyamos a la con- mos esencial para avanzar en el terreno de la investigación empírica
ducta las propiedades y características de los métodos y procedimien- de lo psicológico desde un punto de vista interconductual: me refiero
tos utilizados en la investigación, mucho menos que los igualemos. El a las categorías necesarias para derivar un lenguaje de datos. En este
conocido operacionalismo que caracteriza el actual análisis déla con- aspecto creo que la obra de Kantor fue elaborada con tal nivel de abs-
ducta es un efecto nocivo de esta confusión, que se puede salvar desde tracción que aún ahora no ha sido posible su concreción en un cuerpo
la perspectiva kanloriana. bien estructurado de categorías que orienten la investigación empíri-
b) También derivada de la necesaria distinción cvcnto-constructo, ca en sus distintos niveles y dominios. Esta también me parece una
se desprende que en la elección de los problemas y métodos de inves- cuestión pendiente.
tigación, tenga primacía el evento conductual y no las operaciones, c) Por último, quiero señalar que la obra de Kantor no fue, ni pre-
métodos y diseños experimentales, por más refinados o elegantes que tendió serlo nunca, un producto acabado. Su desarrollo seguramente
puedan ser. implicará nuevas transformaciones el concretarlo en una teoría gene-
c) Finalmente, la perspectiva intcrconduclual ofrece ventajas ex- ral de la conducta y sus modalidades de teoría de desarrollo, teoría
traordinarias en la interpretación de los eventos psicológicos. Bajo el comparada de la conducta, y teoría de la personalidad. Sin embargo es
postulado de que debe existir un riguroso continuo en todo el proceso en estos tres niveles donde creo radica el futuro de la obra de J. R. Kan-
científico (desde la observación más simple hasta la fase más elabora- tor como aplicación del mctasistcma psicológico que él construyó.
da de la construcción de leyes sobre la conducta) que, sin embargo,
reconozca los límites y características de cada nivel, la perspectiva
kanloriana permite distinguir una interpretación derivada de dicho Bibliografía
continuo de sucesivos y distintos tipos de contacto con los eventos
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conductualcs, respecto de aquellas que se originan en las instituciones
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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Lie, Raúl Padilla López
Rector general
Dr. Víctor M. González Romero
Vicerrector ejecutivo
Lie. Guillermo A. Gómez Reyes
Secretario general
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Dirección general de Extensión Universitaria
Dr. Emilio Ribes Iñcsta Psicología ínter conduclual. Contribuciones en
Centro de Estudios e Investigaciones en Psicología honor a J. R. Kantor se terminó de imprimir en
Lie. Gabriel Vallcjo Zcrón noviembre de 1994 en Doble Luna Editores c
impresores, S. A. La edición estuvo al cuidado
Dirección de Publicaciones .
de: Luz Adelina Félix Romandía. Tipografía:
Sigma. Tiro: 1,000 ejemplares.

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