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Saint-Exupéry
En julio de 1944, un avión pilotado por el autor del famoso cuento infantil "El principito" desapareció
en el sur de Francia.
Antoine de Saint-Exupéry era un aviador experimentado y estaba en una misión de reconocimiento
para la fuerza aérea del Francia Libre, el gobierno en el exilio fundado por Charles de Gaulle en
1940, que luchaba contra la Alemania nazi.
Nadie sabía cómo o dónde había caído su avión.
Pero en 1998, un pescador encontró en aguas al sur de Marsella un brazalete que llevaba el nombre
de Antoine de Saint-Exupéry y de su mujer, Consuelo.
Se trataba de un indicio de que el avión del autor de "El principito" podría estar cerca, hundido en el
Mediterráneo.
Sin embargo, ni el gobierno francés ni la familia de Saint-Exupéry le creyó en ese entonces. Temían
que por el lugar donde se encontró el brazalete, muy lejos de donde se suponía que debía volar, el
autor se hubiera suicidado.
Quien sí le creyó al pescador fue Luc Vanrell, un buzo francés quien decidió investigar y finalmente
resolvió un misterio, aunque unos cuantos años más tarde.
El hallazgo
Luc Vanrell creció buceando en las aguas que rodean Marsella y, pese a que solía encontrar partes
de aviones, siempre pensó que eran de naves alemanas.
Pero cuando el pescador Jean-Claude Bianco encontró el brazalete con el nombre de Antoine de
Saint-Exupéry y su esposa en 1998, las cosas cambiaron para Vanrell.
"Me sorprendió mucho que pudiera estar en el área de Marsella, ya que todos los historiadores
habían dicho que se había perdido a unos 200 km de allí. Pero no era imposible, especialmente en
tiempos de guerra", analizó.
"Lo que me pareció extraño fue que yo conocía los restos del avión donde el pescador había
encontrado el brazalete. Fue una gran coincidencia y tuve que investigar", le dijo a la BBC.
En mayo de 2000, Vanrell regresó al lugar donde el pescador había encontrado el brazalete
y descendió 60 metros hasta donde sabía que estaban los restos.
Allí, examinó cuidadosamente las piezas oxidadas del fuselaje, el motor del avión y las partes del
tren de aterrizaje, todas de color amarillo rojizo debido a los efectos del agua.
"No encontramos restos humanos, pero mientras estaba en la parte trasera del avión que estaba
bastante bien conservada, pude ver una tela blanca. La agarré, y la puse alrededor de mi cuello
como una bufanda. La imagen que me vino a la mente fue la del pequeño príncipe en su planeta con
su gran bufanda flotando en el viento", describió el buzo haciendo una comparación con la portada
de "El principito".
"Ese día, allí debajo del agua, me convencí que había encontrado el avión correcto", añadió.
Aunque esa afirmación no tenía ninguna prueba.
La pieza clave del rompecabezas
A Luc Vanrell le tomó 19 meses obtener un permiso oficial para continuar examinando los restos, ya
que era ilegal alterarlos.
Solo entonces pudo localizar el número de serie, que coincidía con el del avión perdido.
En julio de 2006, después de tres años de leer mapas, entrevistar a posibles testigos de guerra y
examinar el avión perdido, un colega alemán localizó a un anciano expiloto de caza alemán llamado
Horst Rippert.
La borrosa foto que puede resolver la trágica y fascinante desaparición de Amelia Earhart,
protagonista de uno de los grandes misterios de la aviación
Él proporcionó la pieza final que faltaba en el rompecabezas.
"Creemos que el avión de Antoine de Saint-Exupéry fue visto por los alemanes y el piloto Horst
Rippert despegó para interceptarlo. Al principio no pudo ver el avión de Saint Exupéry, pero más
tarde cuando volvía hacia Marsella lo vio debajo de él, disparó a sus alas y lo derribó", contó Vanrell.
Y Rippert lo recordaba muy bien porque era el cumpleaños de su hermano y porque desde ese día
siempre trató de demostrar que otro piloto era quien había derribado el avión.
"Eso fue porque Antoine de Saint-Exupéry era su héroe y durante muchos años lo atormentó la idea
de que él era el responsable de su muerte".
Luc Vanrell todavía dirige una escuela de buceo en Marsella y pasa gran parte de su tiempo en el
agua o sumergido.
Después de tantos años siguiendo el rastro del autor de "El principito", para Vanrell resolver el
misterio no fue lo importante.
"Como lector de Antoine de Saint-Exupéry siempre pensé que su desaparición era un final apropiado
para su vida, al igual que 'El principito', que también desaparece".
"Parecía el final más romántico para la vida de ese hombre legendario", dijo.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-49185647
1 agosto 2019