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ORACIÓN DEL SANTO JUSTO JUEZ

Rey de Reyes Señor de todos, quien siempre reina con el Padre y con el Espíritu Santo.
Divino Señor ayúdame, líbrame y favoréceme sea en el mar, en el aire o en la tierra, de
todos quienes a ofenderme vienen, así como libraste al Apóstol San Pablo y al santo
Profeta Jonás quien salió libre del vientre de la ballena; así gran Justo Juez favoréceme,
pues, yo soy tu devoto en la vida y en la muerte.
Que esta Santa Oración me sirva de ayuda para poder, de la Divina Trinidad lograr
amparo. Santo Justo Juez, te invoco para que las armas de mis enemigos no me toquen,
al igual que sus insultos y maldiciones. Mas, has que caigan ellos rendidos a mis pies,
vencidos e indefensos, como los judíos cayeron ante Jesucristo. Rómpanse las cadenas,
candados, esposas y cordeles; ábranse las puertas de la cárcel, así como abrió las
puertas el Divino y siempre sean conmigo la llave de San Pedro, la lanza de Longinos
y la espada del Arcángel, para que no sea en fuego quemado, ni en agua ahogado, ni
en pestes muerto, ni en amor traicionado. Antes bien, deseo de Tí, que de todo mal sea
salvado y de todo peligro apartado. En cruz rezo esta Santa Oración para que me dé
paz a mi espíritu, tranquilidad en mi hogar, salud en mi cuerpo, dinero en mi bolsillo y
el amor del ser que quiero.
Te invoco Divino Redentor que nacisteis en Belén en tiempo del Rey Herodes, te
adoraron los tres Reyes Magos del Oriente y te dieron dádivas como Rey, incienso
como Dios, mirra como hombre mortal y recibiste el Santo Bautismo en las aguas del
río Jordán, salvaste a Dimas el buen ladrón y te dieron sepultura Santa en Jerusalén.
Divino Señor por tu Santísima Pasión en la Cruz pido que no me ofendan mis
enemigos, ni los peces del mar, ni las fieras terrestres, ni las víboras ponzoñosas, ni los
brujos hechiceros, ni Lucifer, ni los satánicos ni los mentalistas. Con el manto de María
Santísima sea mi cuerpo cobijado y hacedme invisible para que quienes quieran
hacerme mal; ojos tengan y no me vean, oídos tengan y no me escuchen, sentidos
tengan y no me sientan, manos tengan y no me agarren, pies tengan y no me sigan; y
que, aunque bravos vengan como un león, a mis pies lleguen como mansos corderos.
Dios guarde mi casa, el Espíritu Santo mi cama, la Virgen María mi cuerpo y mi alma,
la Santísima Trinidad me libre de todo peligro y mal en nombre del Santo Justo Juez.
La fuerza de la fe está escrita en esta Santa Oración.
En el Huerto de los Olivos está San Juan y el Hombre de Dios. Señor, si a mis enemigos
ves venir, déjalos venir y guárdame a mí, a mi familia y a todos quienes estén conmigo,
pues de mí traen los ojos vendados y el corazón amartillado. Con el Paño de la Pasión
y la Patena, en el Cáliz voy cubierto y no sea preso, ni herido, ni muerto. En mi corazón
tengo la Sangre de nuestro Señor Jesucristo y no la quiero dar, a SOBENARO
BAJENARO, válganme las palabras que he consagrado. JESÚS, MARÍA Y JOSÉ-
Amén.

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