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¡Café y libros para todos!

¿Cuántas veces hemos oído el famoso “Café para todos” en referencia al


despiporre y al lío existente entre las Comunidades Autónomas? 17
comunidades autónomas, 17 canales de televisión públicos, 17000 impuestos
distintos, foralidades, mossus, ertxainas y otras tantas cosas que nos ha traído
estos 17 reinos de taifas que hemos ido creando poco a poco en nuestro país.
Pero vamos a sumarle algunas cosillas más. Si han estado atentos a las noticias
estos últimos días, resulta que La Asociación Nacional de Libros de
Enseñanza (ANELE) ha denunciado los "mecanismos bastardos" que usan las
comunidades autónomas para que los libros de texto "digan lo que ellos quieren
y no lo que la ciencia dice”. Tras estas declaraciones, en una reunión posterior
la asociación se reunió con la ministra de educación y en cierta manera se
retractó, pero antes de eso, Antonio María Ávila, director ejecutivo de la
Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) denunció presiones
debido a las 450 normas autonómicas en los últimos tres años que "amplían las
diferencias territoriales entre los alumnos" y dan lugar a 51.528 títulos. No sé
querido lector si se ha quedado con la cifra: cincuenta y un mil quinientos
veintiocho libros de texto en España… ¡Es un auténtico disparate! No solamente
se queda en esto, sino que Ávila criticó "el nulo respeto a la libertad de cátedra"
que ejercen los consejeros de "todas las autonomías" para lograr sus propósitos
y conseguir que de los libros de texto "desaparezcan los ríos, como en el caso
de Canarias". Atentos a la locura, como en Canarias no hay ríos, se “obliga” a
los libros de texto a que no aparezcan ríos; como en Cataluña la han tomado por
los Reyes Católicos, estos “desaparecen” de los libros de texto catalanes. Es
algo que no se puede sostener.

La descoordinación es total. Sinceramente me pregunto para qué narices sirve


el ministerio de educación. Este ministerio es más “maría” que las asignaturas
que me cogía yo de libre configuración en la universidad. Parece que su función
solamente se reduce a elaborar nuevas leyes educativas sin consenso ninguno
con el fin de ser modificadas con el cambio de gobierno de turno ¿No es una de
sus funciones principales coordinar las iniciativas de las comunidades
autónomas que tienen transferidas las competencias? Ahora bien, ¿Qué tipo de
coordinación es esa, que según donde vivas vas a recibir un contenido u otro
según la comunidad autónoma donde te toque vivir? ¡Hace falta un pacto
educativo ya! Y qué quieren que les diga querido lector… ¡no veo camino de ello!
Nos vienen unas nuevas elecciones y ni rastro de hablar de un tema que es
crucial y en el que nos jugamos el futuro de nuestros hijos y de nuestra sociedad.
Toda presión que hagamos en este sentido es poca, porque de no corregir este
rumbo la desigualdad seguirá creciendo y esa igualdad de la que tanto hablan
será una falacia.

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