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Documento elaborado por Aura Patricia Orozco. Comunicadora Social.

Breve estado del arte


sobre desarrollo para el pre-proyecto de tesis doctoral “Comunicación y Sostenibilidad”.
Doctorado en Comunicación. Universidad Nacional de La Plata. Argentina. 2006.
.

I. Evolución Histórica del concepto de Desarrollo:

Los enfoques de Desarrollo están basados en creaciones sociales que han tenido
diferentes expresiones que han ido cambiando con el tiempo bajo la influencia de las
ideas políticas y económicas dominantes del momento. Analizar las distintas
aproximaciones y comprensiones del término “desarrollo” implica revisar relaciones
históricas y actuales de poder entre seres humanos y su influencia sobre la
naturaleza:

Aunque las épocas se originan lentamente, el inicio de la era del desarrollo ocurre en
una hora y fecha precisa. El 20 de enero de 1949, el presidente Harry Truman, en su
discurso inaugural ante el Congreso, llamando la atención de su audiencia sobre las
condiciones de los países más pobres, por primera vez las define como “áreas
subdesarrolladas”. Súbitamente se establece un concepto que no ha sido abandonado
desde entonces y que reduce la inmensa diversidad del sur del mundo en una sola
categoría: los subdesarrollados. El que Truman acuñara una nueva palabra no era
accidental, sino la expresión precisa de una visión del mundo. La imagen que las
sociedades económicas del norte habían adquirido crecientemente acerca de sí
mismas, era entonces proyectada sobre el resto del mundo: el grado de civilización en
un país es indicado por el nivel de su producción (Sachs,1998: 17-18)” 1. Truman
afirmó: “…producir más es la clave para la paz y la prosperidad. Y la clave para
producir más es una aplicación mayor y más vigorosa del conocimiento técnico y
científico moderno…”(Truman; 1964, en Escobar,1998:19)2.

El discurso de Truman pronto se convierte en doctrina. Su objetivo es desafiante,


reproducir en todo el mundo los rasgos característicos de las sociedades avanzadas
para la época; altos niveles de industrialización y urbanización, tecnificación de la
agricultura, rápido crecimiento de la producción material y los niveles de vida, y
adopción generalizada de la educación y los valores culturales modernos. Los
principios rectores para la consecución del desarrollo de los países llamados pobres,
según Truman residían en: capital, ciencia y tecnología. (Escobar,1999)3.

Esta trilogía capital, ciencia y tecnología, contenía las bases para alcanzar el
desarrollo entendido como prosperidad material y progreso económico y las regiones
“Norte” y “Sur” fueron, cada vez menos categorías geográficas y más categorías
socioeconómicas, que trazaron una línea divisoria entre los sectores fuertes de la
economía de mercado y los competitivamente débiles.

En las décadas de los sesenta y setenta este discurso4 económico racional y


dominante (el desarrollo comprendido como crecimiento económico: incremento en el
producto, en el empleo y en el ingreso esencialmente) empieza a sufrir sus primeras
críticas:

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) critica el discurso desarrollista cuando


señala la inequidad en la asignación de los recursos que provee el crecimiento
permanente. Particularmente aquellos que se encontraban en la perspectiva
estructuralista, cuestionaron la validez de la asimilación entre crecimiento y desarrollo,
al constatar que mientras en muchos países los niveles de producto e ingreso por

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habitante se elevaban notablemente, las condiciones de vida de la inmensa mayoría
de la población continuaban prácticamente inmodificadas.

Con el enfoque de Necesidades Básicas, la OIT afina sus cuestionamientos frente a


la noción de desarrollo, entendido como crecimiento económico, al enfatizar en el tipo
de consumo que es esencial para la búsqueda de los niveles mínimos de vida. Este
enfoque entiende por niveles mínimos de vida o necesidades básicas cuatro aspectos
esenciales: consumo personal, acceso a servicios públicos, empleo remunerado y
aspectos cualitativos como el ocio. En suma, el objetivo del desarrollo es lograr un
mínimo específico de nivel de vida para toda la población, mediante la garantía de
niveles mínimos de consumo de ciertos bienes y servicios que se consideren
esenciales. (Zorro, 2000; en Durán, 2000:2)5.

Amartya Sen, con su enfoque de capacidades humanas, critica al desarrollo al


proponer que además de la oferta y la demanda son importantes las capacidades
humanas. El objetivo del desarrollo de esta visión es la potencialización de las
capacidades humanas privilegiando lo que la gente puede hacer, sobre lo que las
personas puedan tener. Las capacidades de las personas están determinadas por el
conjunto de bienes y servicios que estas dominan. El objetivo último del desarrollo no
es evaluar qué está consumiendo el individuo sino la capacidad que tiene para
nutrirse. El énfasis del enfoque reside en la “calidad de vida” más que en el “nivel de
vida”, al centrarse en el potencial de superación humano. (Amartya Sen, 1985)6

La propuesta de Desarrollo a Escala Humana cuestiona la visión de desarrollo y


propone privilegiar a los seres humanos más que a los bienes que pudieran tener y
promueve la autodependencia de lo local. El desarrollo se orienta bajo este enfoque
hacia la satisfacción de las necesidades humanas, y en la articulación orgánica de
los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de lo global con lo local, de lo
personal con lo social, de la planificación con la autonomía, de la sociedad civil con el
Estado. El objetivo del desarrollo es la calidad de vida, está determinado por la
realización de las necesidades humanas fundamentales que son finitas, pocas,
identificables y son las mismas para todas las culturas y en todo momento histórico (lo
que cambia son los satisfactores). Se clasifican en Necesidades Existenciales: ser,
tener, hacer y estar y en Necesidades Axiológicas: subsistencia, protección, afecto,
entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad y trascendencia.(Max
Neef, 1986)7

Desde la ecología se construyen reflexiones que confrontan el discurso económico


racional dominante señalando “los límites del crecimiento” económico. Este postulado
lo expone principalmente el Club de Roma quien alerta sobre los problemas y peligros
globales que amenazaban el planeta y la destrucción del medio ambiente. La tensión
entre crecimiento económico y la protección del medio ambiente se hizo evidente:

La promesa descansaba en la creencia, primero, que el desarrollo podía ser


universalizado en el espacio planetario, y segundo, que sería durable en el tiempo. En
ambos sentidos, sin embargo, el desarrollo ha sido revelado como finito, y es
precisamente esta idea la que constituye el dilema que permea muchos debates
internacionales desde la conferencia de Naciones Unidas sobre ambiente en
Estocolmo en 1972. Cualquier intento de resolver la crisis de la justicia amenaza con
agravar la crisis de la naturaleza; y al revés: cualquier intento de aliviar la crisis de la
naturaleza amenaza agravar la crisis de la justicia. Quien quiera que demande más
tierra agrícola, energía, vivienda, servicios o en general más poder de compra para los
pobres, se encuentra así mismo en contradicción con aquellos a quienes les gustaría
proteger los suelos, los animales, los bosques, la salud humana o la atmósfera. Y
quien quiera que luche por menos energía o menos transporte y se oponga a un

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desarrollo agrícola intensivo a favor de la naturaleza, se encuentra a sí mismo en
contradicción con aquellos que insisten en tener igual derecho a los frutos del
progreso. (Sachs,1998:21).

El concepto de Desarrollo Sostenible (DS) se comprende a la luz de esta discusión:


Las voces desde el norte enfatizaban los derechos de la naturaleza, mientras las
voces del sur tendían a clamar por la justicia. En 1987, la Comisión Mundial para el
Ambiente y el Desarrollo-conocida como Comisión Brundtland- pareció haber logrado
construir un puente conceptual entre los dos campos, ofreciendo la definición clásica
de desarrollo sostenible: “el desarrollo sostenible es el desarrollo que atiende las
necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras
para atender sus propias necesidades”. (Sachs,1998:22)

A través de este concepto que se introducen variables sociales y ambientales que


superan el reduccionismo economicista o tecnológico. Sin embargo, el informe evita
enfrentar la crisis de la justicia y el dogma del crecimiento económico. El informe
Brundtland sin hacer referencia alguna al “mayor número”, se enfoca más bien en las
“necesidades del presente” y aquellas de las “generaciones futuras”. En la definición la
atención por la dimensión del tiempo no está balanceada por una igual atención a la
dimensión del espacio; permanecen abiertas dos preguntas cruciales; ¿Cuáles
necesidades? ¿Las necesidades de quién? (Sachs,1998: 22-23)

El concepto de Desarrollo Sostenible se consolida en el ámbito internacional, ayudado


enormemente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo de 1992, en Río de Janeiro y antes que empiece a ser implementado, ya es
objeto de un ardua disputa ideológica por diferentes grupos que quieren apropiarlo y
usarlo para sus propósitos. Estas disputas se derivan de su carácter dinámico por ser
un concepto y discurso en construcción ya que no existe un pensamiento único sobre
el DS. (Aguilar, 2000:39)8

En la década de los años 90 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo


plantea el Desarrollo Humano Sostenible (DHS) como una alternativa de desarrollo
que no solamente se enfoca en el crecimiento económico, sino que busca las medidas
que garanticen la distribución de sus beneficios equitativamente; que regenera y
conserva el medio ambiente en lugar de destruirlo; que fortalece a la gente en lugar de
marginarla. El DHS da prioridad al pobre, ampliando sus posibilidades y
oportunidades, y ofreciendo su participación en las decisiones que los afecta. EL DHS
es desarrollo a favor de la pobreza, la naturaleza, el empleo, la mujer y la infancia.
(Ramírez, 1998)9.

Este concepto identifica la necesidad de concentrarse en el capital social. El capital


social es intrínseco a la estructura de la relación entre los actores. No se aloja entre
los mismos actores ni entre los insumos físicos de la producción. A diferencia del
capital físico que es totalmente tangible, y del capital humano que está embebido en
los conocimientos y habilidades de los individuos, el capital social existe en relación
entre las personas. El concepto de capital social es provechoso en lo que tiene que ver
con identificar una función a la estructura social que ha recibido muy poca atención en
la literatura sobre desarrollo. El capital social se deriva de la norma de que uno debe
renunciar a los intereses personales y en su lugar debe actuar por los intereses de su
propia comunidad. (Ramírez,1998)

Las diferentes críticas a la forma como ha sido dirigido el desarrollo aluden al


fortalecimiento de las prácticas cotidianas de las comunidades en un mundo
globalizado, es decir, a la valoración de las identidades locales, las cuales se
encuentran en permanente tensión con otras identidades foráneas. En este sentido, la

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definición de desarrollo puede re-significarse desde la noción de los “valores” de las
comunidades que viven en un entorno y que orientan sus acciones sociales. La noción
valores adquiere una doble connotación –en apariencia-: de una parte se expresa en
los principios fundamentales inmateriales-espirituales, simbólicos-que gobiernan las
inter-relaciones sociales de una comunidad. Y, de otra parte, se expresa
materializándose en objetos concretos-acciones, relaciones sociales, forma de vida.
Doble connotación, en apariencia, al construir formas de expresión de una misma
cosa, del principio fundamental, en ámbitos físicos no físicos. Tal definición contiene
un enfoque que busca contribuir a imaginar alternativas, cambios de rumbo, otras
formas de representar y diseñar nuestras múltiples realidades sin reducirlas a un
patrón único ni a un modelo cultural hegemónico. (Escobar, 1998)

Cada una de las diferentes evoluciones del concepto de Desarrollo entrañan la


necesidad de centrar la vida bien sea en el Capital físico, el Capital natural, el Capital
humano, el Capital social o el Capital simbólico y espiritual; o dicho de otra manera en
el “tener”, “hacer” “estar” o “ser”. En los últimos años el cuestionamiento al desarrollo
ha partido de las bases mismas de la racionalidad que lo fundan como el positivismo
lógico y el antropocentrismo y no de los planteamientos que de él se desprenden.

La anterior reflexión ha llevado a plantear la visión del desarrollo de la Consciencia


Relacional10 del ser humano con todos los seres, que constituyan su entorno, cuya
responsabilidad es de cada actor. Lo relacional se refiere a asumir que la humanidad
parte de una red de relaciones con todas las especies y que tenemos una
potencialidad limitada de comprender este campo relacional, esta red de relaciones.
Desde esta restricción antropocéntrica hemos de decidir-actuar en ella. Nuestra
restricción se hace mayor al desechar elementos que no consideramos racionales o
coherentes con lo que hemos aprendido a nombrar el mundo real. (Forero, 2005)11

Lo anterior implica no poner en el centro las categorías de la polaridad hegemonía-


contrahegemonía, sino saber que esa es sola una dimensión en la que se expresa,
como en tantas otras, el nivel de consciencia del campo relacional.

Finalmente, llegamos a la noción de Sostenibilidad, que se origina de elementos


brindados por el Desarrollo Sostenible y se inspira en la visión de la consciencia
relacional del ser humano: Un enfoque integral del desarrollo sostenible debe expresar
la búsqueda de nuevas formas de desarrollo y manejo de recursos, que apoyándose y
fortaleciendo la riqueza cultural de los pueblos, fomente la organización social y la
participación local. Así, el concepto que se originó en análisis técnico económicos de
proyectos forestales y de pesca, en la búsqueda de posibilidades de hacerlos
duraderos, se ha ido enriqueciendo y ampliando hasta ganar dimensiones holísticas.
(Aguilar, 2000)12.

Desde 1980 se adoptó el concepto de Sostenibilidad como el centro de la Estrategia


Mundial de Conservación. El debate sobre su significado conceptual ha entrado muy
lentamente en las grandes corrientes de la economía, la sociología y las ciencias
políticas. La discusión sobre su definición incluye ahora más de cien opciones
diferentes y los acuerdos más recientes parecen darse en torno a no hablar, sino
actuar. (Carrizosa, 1998: 47)13

La Sostenibilidad, como horizonte ético y conceptual, va más allá de una estrategia de


desarrollo, es sobretodo, una opción para aprender sobre la vida y el mundo que
debe ayudarnos a establecer relaciones armónicas entre los seres humanos y con la
naturaleza, mientras realizamos nuestros sueños más profundos y superamos los
principales retos y desafíos del presente. (Aguilar, 2000) Desde este punto de vista, la
Sostenibilidad puede pensarse para cualquier territorio del país o del mundo.

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La interpretación del desarrollo sostenible como un instrumento para conservar cada
elemento del capital natural, incluyendo cada ser vivo no humano, lleva a lo que ha
sido llamado “sostenibilidad fuerte”. Ronald Engels confronta la posición
antropocéntrica para la construcción de Indices de Desarrollo Humano diseñados por
la Naciones Unidas, mostrando una posición ecocéntrica o “plataforma ecológica
profunda” en la que el primer principio es: “el bienestar y florecimiento de seres vivos
humanos y no humanos tiene valor en sí mismo”. (Carrizosa, 1998: 53)

En oposición a la ecología profunda, Peter Marshall identifica la ecología social para


describir la tendencia que ve “la presente crisis ecológica como un resultado de la
ruptura de tejido orgánico de la sociedad y la naturaleza”. Los ecologistas sociales
claman por el desarrollo de una nueva sensibilidad que reconozca la integridad de la
ecoesfera como un fin en sí mismo. (Carrizosa, 1998: 53)

Al abrir el conjunto de posibles metas, el paradigma del desarrollo sostenible está


aceptando el apoyo de todos aquellos que no están de acuerdo con seguir la
contabilidad nacional como una vía hacia la felicidad. Incluidos en ese grupo están los
axiólogos: científicos sociales y filósofos que estudian la generación de valores. Entre
ellos, Risieri Frondizi ha producido percepciones aclaratorias sobre el “impacto” de la
situación en los valores y en la relatividad del sistema de valores a variables físicas,
genéticas, sociales y económicas. (Carrizosa, 1998: 54)

La sostenibilidad en las comunidades:


La teoría y la práctica de las comunidades como factor del desarrollo sostenible crece
en el pensamiento y la realidad tanto del Norte como del Sur. A las preguntas de ¿Es
posible la sostenibilidad? Y ¿Quién puede forzar la Sostenibilidad? Algunos autores
están dando testimonio de casos reales de comunidades que históricamente fueron
sostenibles o lo están tratando de ser.

La democratización ha sido identificada como la mayor fuerza tras la posibilidad de la


sostenibilidad real, incrementando la capacidad de reacción para lidiar con la
incertidumbre. El poder de las comunidades indígenas de construir sus propias formas
de desarrollo está siendo analizado en cada continente. (Carrizosa, 1998: 65)

La sostenibilidad en las instituciones:

La reforma del Estado, no su desaparición, ha sido identificada en América Latina


como una herramienta necesaria para el desarrollo sostenible. Guimaraes ha descrito
el concepto de sostenibilidad política como muy relacionado al proceso de
construcción ciudadana y esperando obtener una completa participación de los
ciudadanos en el proceso de desarrollo. Gabaldon ha estudiado las diferentes formas
de manejo ambiental, confrontándolas con las herramientas necesarias para mover a
la sociedad hacia un proceso de desarrollo sostenible. Martin ha insistido en la
necesidad de fortalecer el “Estado de derecho” frente al nuevo desafío del desarrollo
sostenible y Coleen recomendó un acercamiento multisectorial en vez de crear una
agencia central fuerte de desarrollo sostenible.(Carrizosa, 1998:66)

Una democracia funcional y verdadera necesita, para operar adecuadamente, de


ciudadanos y de políticos aún mejor informados, acerca de las interacciones entre el
ambiente, los sistemas de producción, el sistema económico, el sistema social y el
sistema cultural para que se puedan juzgar las implicaciones, en el corto y en el largo
plazo, de sus decisiones. (Aguilar, 2000)

5
Para profundizar en esta noción se brindan algunas premisas fundamentales de la
Sostenibilidad Regional (Aguilar, 2000):

La noción de territorio:
Desde la perspectiva de la Sostenibilidad el Sujeto Social es el territorio más que
una población específica (ej: jóvenes, niños, mujeres, campesinos, ancianos) porque
se trata de descubrir de qué manera todos los actores sociales abrazan
sinérgicamente a un territorio; encontrar los sentidos de vida de cada actor social
interactúando con el territorio en el que habita, en donde también se encuentran otras
generaciones y otros proyectos de vida. Lo anterior hace pensar en procesos
regionales, más que en proyectos específicos para poblaciones, sectores o temas
específicos, y buscar la construcción colectiva, involucrando el mayor número
posible de actores regionales en función a ese territorio que necesita ser “vivido” más
que ser “intervenido”.

Visión Integral de la Vida:


Esta noción está referida a la comprensión de las relaciones y dependencias
recíprocas y esenciales de todos los fenómenos físicos, biológicos, psicológicos,
sociales y culturales. “El todo es más que la suma de sus partes y cada parte además
de explicitar su identidad expresa la esencia del todo.”14 Cuando hablamos de
desarrollo sostenible, tenemos que considerar no sólo los aspectos materiales y
económicos, sino el conjunto multidimensional y multifacético que compone el
fenómeno del desarrollo: sus aspectos políticos, sociales, culturales y físicos. ´La
sostenibilidad del todo solamente puede descansar en la sostenibilidad conjunta de
sus partes.´ Estos factores y sus respectivos equilibrios reposan sobre factores
cualitativos, como son el grado de cohesión y armonía social, cuestiones como
ciudadanía, valores éticos y morales, el grado de polarización social y política, los
valores de la sociedad y el nivel entrópico del sistema (Aguilar, 2000)

La Percepción de la Realidad: Esta noción contrasta con la lectura diagnóstica de la


realidad. La Sostenibilidad no parte de diagnósticos exhaustivos, que en muchas
ocasiones asfixian la esperanza, debilitando la creatividad y comprometiendo la
capacidad de proponer. La realidad está compuesta por situaciones (no por
problemas), cada una de ellas con múltiples posibilidades, recursos, desafíos y
dificultades. Los “problemas” empiezan cuando no somos capaces de alcanzar esta
visión integral, identificando sus aspectos positivos y sus limitaciones, cuando no
somos capaces de identificar oportunamente los desafíos y limitaciones, o cuando las
negamos o desconocemos conscientemente (Aguilar, 2000: 49).

Componentes de la Sostenibilidad: la comprensión integral de la Sostenibilidad se


manifiesta en sus 5 componentes fundamentales que son: Económico, Ambiental,
Cultural, Social y Político y como componente articulador se encuentra la dimensión
trascendente del ser humano y sus profundos sentidos de vida. El componente
económico está referido a los retos de la producción (artesanal, agropecuaria, forestal,
pesca, minería, etc.), los procesos de transformación, el consumo y el intercambio. En
el componente ambiental: el manejo de los ecosistemas, suelos, agua, biodiversidad.
En el componente cultural: identidad cultural, sentido de pertenencia, arte y folclor. El
componente social: se incluyen los servicios sociales: empleo, salud, educación,
vivienda, recreación, deporte, servicios públicos, infraestructura, medios de
comunicación, etc. y en el componente político: todos los aspectos que tienen que ver
con el tejido social, democracia y gobernabilidad.

6
La importancia de lo Local: La noción de sostenibilidad alcanzada en un territorio
particular valora el ámbito de lo local. Los niveles micro en el ámbito rural y urbano son
los lugares en los cuales los diferentes componentes de la Sostenibilidad alcanzan una
integración adecuada. Las localidades favorecen la construcción y fortalecimiento de
vínculos familiares y comunitarios; son lugares ideales para expresar y recibir
estímulos y reconocimientos sociales, para consolidar la identidad cultural y el sentido
de pertenencia y para la formación de valores. (Aguilar, 2000: 49)
García Delgado, sostiene que de esta manera se retoma una visión de la política
basada más en una concepción comunicativa y comunitaria del mismo y menos en
una concepción estratégica del poder. Esto promueve nuevos modos de liderazgo
comunal. Una conducción local más abierta hacia afuera del municipio, con un diálogo
transversal a distintas fracciones. Significa también incorporar una perspectiva del
Estado que incorpore un rol más activo en el municipio no como mero redistribuidor
de recursos públicos. (Ceraso, Retola, Arrúa; 1998)15

El objetivo es ampliar la capacidad productiva de una ciudad o micro región a través


de la coordinación e integración de esfuerzos focalizados haciendo que las políticas
públicas no sean sólo diseñadas por las administraciones centrales. Cada municipio
dispone de un conjunto de recursos humanos, naturales y financieros, un patrón
histórico y cultural y una dotación de infraestructura, así como de un saber hacer
tecnológico que constituyen su potencial de desarrollo. (Ceraso, Retola, Arrúa; 1998)

Se trata de identificar las competencias de base con que se cuenta, de aumentar el


valor agregado local, y de generar sinergias, como cooperación entre actores sociales
para el logro de propósitos compartidos. (García Delgado, 1998)16

El sueño de región o Visión Prospectiva: Se trata de imaginar una visión


compartida de la región de los sueños de este territorio, que alcanzó condiciones de
sostenibilidad, en plazos imaginarios de 30 años, en las que quisieran ver realizadas
sus mejores posibilidades como seres humanos. La apuesta principal es construir el
sueño común, desde las diferentes miradas, y sentidos de la vida que tiene este
sujeto colectivo. No se trata de hacer debates conceptuales sobre la diferencia entre
los diferentes enfoques o estrategias del desarrollo. El paradigma de la Sostenibilidad
busca sentidos de vida, más que explicaciones teóricas; busca la convergencia, más
que el debate o la disputa.

Cualquier situación, con sus posibilidades y dificultades, está siempre abierta a


interpretaciones. No hay por consiguiente ninguna comprensión “correcta”. Lo que
consideramos verdad depende de un marco de circunstancias, experiencias,
conocimientos y supuestos que llevamos con nosotros.

Elaborado por Aura Patricia Orozco. Comunicadora Social. Breve estado del arte
sobre desarrollo para el pre-proyecto de tesis doctoral “Comunicación y
Sostenibilidad”. Doctorado en Comunicación. Universidad Nacional de La Plata.
Argentina. 2006.
.

Notas finales

7
1
SACHS, Wolfgang, (1998) “La anatomía política del desarrollo sostenible”, en La gallina de los huevos de oro” Debate
sobre el Concepto de Desarrollo Sostenible, 1ª edición, 135p.,ECOFONDO,CEREC, Bogotá, pp 17-18.
2
ESCOBAR, Arturo, (1998) “La invención del tercer mundo”; Grupo Editorial Norma, Bogotá.
3
ESCOBAR, Arturo, (1999) “El desarrollo y la antropología de la modernidad. En: el final del salvaje. CEREC.Bogotá.
4
El concepto discurso está referido a la definición que Escobar le atribuye: “Estos discursos no son necesariamente
descripciones objetivas de la realidad-como en general se pretende-sino reflejo de la lucha por definir la realidad en cierta
forma y no de otra.
5
DURAN, Durán Armando.(2000), Gestión para el Desarrollo, Documento de trabajo para la Especialización en
Comunicación-Educación. Departamento de Investigaciones de la Universidad Central de Colombia.15p.,Bogotá, pag 2.
(MIMEO)
6
AMARTYA SEN y NUSSBAUM Marta. (1985), La calidad de Vida. The United Nations University y Fondo de Cultura
Económica.79p.,Méjico.
7
MAX-NEEF, Manfred; ELIZALDE, Antonio; HOPENHAYN, Martín, (1986), Desarrollo a Escala Humana. Una opción para el
futuro.Cepaur y Fundación Dag Hammarskjold, 94p.,Suecia.
8
AGUILAR, Posada José Alejandro. (2000) “Desarrollo Sostenible” en: Ejes temáticos de las prioridades Apostólicas –
Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Bogotá. Pag 39.
9
RAMIREZ, Villegas, Mauricio (1998) “El concepto de desarrollo humano sostenible”, en La gallina de los huevos de oro”
Debate sobre el Concepto de Desarrollo Sostenible, 1ª edición, 135p. ECOFONDO,CEREC, Bogotá, pags 69-70.
10
Sobre esta visión de la consciencia relacional han reflexionado Humberto Maturana, Francisco Varela, Edgar Morin, entre
otros cuyas bases las sentó fundamentalmente Gregory Bateson.
11
FORERO, Usma, Oscar Darío (2005), “Una llama al viento” en: Tram(p)as de la comunicación y la cultura, No 36, junio,
Facultad de Periodismo y Comunicación social de la Universidad Nacional de La Plata UNLP, La Plata pag 18.
12
AGUILAR, Posada, José Alejandro. (2000) La construcción conceptual del desarrollo sostenible. Capítulo II Tesis Doctoral,
Doctorado en Estudios Latinoamericanos. Desarrollo Sostenible, Universidad de California, Berkeley.
13
CARRIZOSA, Julio. (1998) “La evolución del debate sobre el desarrollo sostenible”, en La gallina de los huevos de oro”
Debate sobre el Concepto de Desarrollo Sostenible, 1ª edición, 135p. ECOFONDO,CEREC, Bogotá, pag 47.
14
Los planteamientos de pensadores de como Edgar Morin y Frijot Capra, entre otros, son fundamentales en esta mirada
que parte del Paradigma del Pensamiento Complejo.
15
CERASO, Cecilia, RETOLA, Germán, ARRUA, Vanesa (1998) Jóvenes, Transformaciones y Desarrollo Local. Facultad de
Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de la Plata. UNLP. Pag. 25
16
GARCIA, Delgado Daniel. (1998) Capitulo 3 La revalorización de lo local. Estado Nación y Globalización. Fortalezas y
debilidades en el umbral del tercer milenio. Grupo editorial Planeta. Buenos Aires.

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