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TEMA 1.3.

Guía para la
elaboración de un Plan de
Convivencia.

Curso: Convivencia y Aprendizaje Escolar

Texto elaborado por Isabel Orjales y Rosa Pulido


Tema 1.3. Guía para la elaboración de un Plan de Convivencia.

Curso Convivencia y Aprendizaje escolar

CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 3

2. ANÁLISIS DE LOS DOCUMENTOS DE CENTRO.................................................. 3


2.1. PROYECTO EDUCATIVO DE CENTRO ......................................................... 3
2.2. PLAN DE CONVIVENCIA ............................................................................. 5
2.3. OTROS PLANES DE INTERÉS....................................................................... 5

3. PAUTAS PARA LA ELABORACIÓN DEL PLAN DE CONVIVENCIA ....................... 6


3.1. ¿QUÉ ASPECTOS SE DEBEN TENER EN CUENTA? ....................................... 6
3.2. FASES PARA LA ELABORACIÓN DE UN PLAN DE CONVIVENCIA .............. 7

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS........................................................................... 12

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1. Aspectos que incorpora el PEC (adaptado de San Martín, 2003) ... 4

ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Preguntas que deben responderse (adaptado de San Martín,
2003)…………………………………………………………………………………………………….………... 4
Cuadro 2. Cuestiones para una fase de autoevaluación (Torrego, 2006)............. 8
Cuadro 3. Resumen de instrumentos propuestos por Fernández (2007) ............ 8
Cuadro 4. Ejemplos de actuaciones para el diseño del Plan de Convivencia ...... 9

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Tema 1.3. Guía para la elaboración de un Plan de Convivencia.

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1. INTRODUCCIÓN
Una vez revisado cuáles son los conflictos de convivencia en los centros
educativos, cómo se producen y con qué frecuencia, y conocida la legislación
pertinente (Temas 1.1 y 1.2), este tema tratará del modo en que los centros educativos
pueden dar respuesta a estos problemas a través de la elaboración de un Plan de
Convivencia concreto. En primer lugar realizaremos un breve análisis de los
documentos de centro relacionados con la mejora de la convivencia y, en segundo
lugar, se presentarán unas pautas para la elaboración de un Plan de Convivencia.
Actividad voluntaria no evaluable: Para una mejor comprensión de la gran
diversidad de planes de actuación que se pueden poner en marcha en función de la
realidad distinta de cada centro, en el foro: “Ejemplos de Planes de Convivencia” los
estudiantes podrán subir un ficha de aquellos planes de convivencia que hayan
localizado en la red con el fin de recopilarlos por autonomías. Recordamos que un
buen espacio donde consultar ejemplos serían las “Buenas prácticas” publicadas por el
Ministerio de Educación, y que te explicamos cómo consultarlas en el tema anterior.

2. ANÁLISIS DE LOS DOCUMENTOS DE CENTRO


Dentro de los posibles documentos internos que se elaboran en un centro
educativo aquí se presentarán únicamente los que tienen una estrecha relación con la
mejora de la convivencia. Empezaremos por analizar el Proyecto Educativo de Centro,
por ser el más general que determinará lo que aparezcan en el resto de manera más
concreta.
2.1. PROYECTO EDUCATIVO DE CENTRO
La Ley Orgánica de Calidad de Educación exige que todos los centros educativos
españoles elaboren el Proyecto Educativo de Centro (PEC). Se trata de un documento
de regulación interna, un “instrumento de planificación y gestión que enumera y
define las notas de identidad; formula los objetivos del centro y expresa la estructura
organizativa y funcional de la institución” (San Martín, 2003, p. 65). Se podría decir que
este documento recoge la filosofía educativa, las señas de identidad (sus ideales,
principios, creencias, valores relacionados con el proceso educativo) y la metodología
que comparte un centro educativo, lo que permitirá que el profesorado trabaje de
forma coordinada para alcanzar los mismos objetivos educativos.
Dentro del PEC también se deben concretar otros aspectos como:
− Los contenidos curriculares de cada etapa (los Proyectos Curriculares de
Etapa o PCE) y las actuaciones concretas que se incluirán en el
curriculum (la Programación Curricular o PC).
− Los contenidos por área (las Programaciones de Área o PA).

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− El sistema de normas y sanciones que tiene el centro (el Reglamento de


Régimen Interior o RRI).
− La organización económica del centro (Programación Económica o PE).
Todos estos documentos aparecen representados en la Ilustración 1, así como
las preguntas que debe plantearse el centro educativo para su elaboración (Cuadro 1).

Ilustración 1. Aspectos que incorpora el PEC Cuadro 1. Preguntas que deben


(adaptado de San Martín, 2003). responderse (adaptado de San Martín,
2003).

PEC PEC ¿Para qué educamos?


PCE ¿Qué, cómo y cuándo
enseñamos en las diferentes
PE etapas y ciclos y de qué
PCE manera lo evaluamos?
PA RRI
PA ¿Qué haremos en concreto
este curso?
PC RRI ¿Quién lo hace, cuándo y de
qué manera?
PE ¿Con qué medios económicos
contamos y cómo los
distribuimos?

De todos los apartados que debe recoger el PEC, sin duda los que más nos
interesan son la Programación Curricular (PC) y el Reglamento de Régimen Interior
(RRI).
• La Programación Curricular (PC) debería elaborarse como un trabajo de
equipo en el que se incluyan tanto las actividades que se llevan a cabo para
que el estudiante aprenda como la forma de evaluación (este aspecto en
relación con las posibilidades que puede tener de cara a la mejora de la
convivencia serán analizados en el bloque de intervenciones, en concreto en
el Tema 2.3).
• Respecto al Reglamento de Régimen Interior (RRI) este es el espacio donde
se concreta la normativa de comportamiento del centro, pero debería ser
algo más que un listado de normas y sanciones. Un adecuado RRI debería ser
también un instrumento educativo que recogiera no sólo las normas sino la
gran variedad de maneras que éstas pueden aplicarse. Como veremos más
adelante algunos RRI más avanzados incluyen, además de sanciones,
medidas de mediación.

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2.2. PLAN DE CONVIVENCIA


El interés por elaborar un documento específico relacionado con la mejora de la
convivencia escolar ya fue mencionado en el primer estudio realizado por el Defensor
del Pueblo (2000), del que también te hablamos en el Tema 1.1. De este modo se
fueron sentando las bases para que en el 2006 en la Ley Orgánica de Educación se
incorporara dicho plan como tal (a este documento tienes acceso a través del link
proporcionado en la Guía de Estudio del Tema 1.2. sobre legislación).
El Plan de Convivencia es un “documento que concreta la organización y el
funcionamiento del centro en relación con la convivencia y que establece líneas
generales del modelo de convivencia que adoptar, objetivos específicos que alcanzar,
normas que lo regularán y actuaciones que habrá que realizar. Se trata de un
instrumento que hace explícita la convivencia en los centros” (Ortega, dir., 2010, p.
129). Según algunos autores este plan permite diferencia e integrar dos dimensiones
(Torrego y Arribas, 2010):
1. La dimensión programática, orientada a largo plazo y que se relacionaría con el
ideario educativo del centro, recogido en el PEC, donde se plasmarían los principios
y valores que quieren que orienten la convivencia de su centro, así como el modelo
de gestión de la convivencia que quieren poner en marcha.
2. La dimensión práctica, orientada a corto plazo y que serían aquellas acciones
previstas para su aplicación inmediata y que constituyen una guía para la acción.
De este modo, en la segunda dimensión (aplicación práctica) se plasmarían los
objetivos, las actuaciones, la temporalización, los recursos, etc., que permitirán
alcanzar los principios y valores recogidos en la primera dimensión (referente
ideológico). Además ambos aspectos son necesarios ya que un planteamiento
filosófico sin llegar a concretarse en actuaciones concretas no sería útil; mientras que
una serie de recursos sin unos principios en los que sustentarse tampoco.
En el último apartado de este tema estudiaremos qué fases son necesarias para
su elaboración, pero primero debemos mencionar otros documentos de interés que
debes identificar.

2.3. OTROS PLANES DE INTERÉS


Finalmente es necesario mencionar que las diferentes medidas o actuaciones
que se adopten en cada centro deberán quedar también recogidas en otros
documentos internos como serían el PAD (Plan de Atención a la Diversidad) y el PAT
(Plan de Acción Tutorial). En este sentido, las tutorías dentro del PAT son el lugar
idóneo donde desarrollar programas y proyectos, tanto individuales como colectivos,
que pueden dirigirse a la adquisición de adecuadas competencias sociales (Fernández,
2007), aspecto estrechamente relacionado con la mejora de la convivencia. En este
sentido, en los últimos años se ha elaborado una gran cantidad de material al respecto
(programas de asertividad, de habilidades sociales, etc.), que pueden ser muy útiles

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para trabajar en este espacio académico. En el Tema 2.5. se facilitará un resumen de


algunas de estas propuestas de intervención para la mejora de la convivencia a través
de las tutorías y la atención a la diversidad.

3. PAUTAS PARA LA ELABORACIÓN DEL PLAN DE CONVIVENCIA


Las diversas Comunidades Autónomas han elaborado materiales de ayuda
sobre cómo elaborar este documento y qué pasos se deben seguir. Esto, como
recordaréis por lo mencionado en el Tema 1.2., forma parte de los acuerdos llegados
para el Plan para la promoción y mejora de la convivencia escolar del Ministerio de
Educación y adaptados por cada Comunidad. En el primer punto de este apartado se
hará referencia a los aspectos generales más relevantes a tener en cuenta. En un
segundo punto se describirán una serie de fases que se recomienda a la hora de
elaborar y supervisar el Plan de Convivencia. En este sentido, uno de los puntos más
importantes será sensibilizar a la comunidad escolar sobre la importancia de la
convivencia escolar antes de a llevar a cabo ningún tipo de intervención. Esta fase
debe ser anterior, incluso, a la creación del propio Plan de Convivencia del centro.
Dicho programa de sensibilización no puede ser estándar para todos los centros, por lo
que debe ir acompañado de una adecuada evaluación que permita conocer y delimitar
su propia realidad, de modo que su plan se ajuste a sus necesidades concretas. Una
vez llevados a cabo dichos pasos previos (evaluación y sensibilización), el centro estará
en condiciones adecuadas de diseñar su propio plan de actuación y decidir qué
medidas concretas llevará a cabo, implementarlas y, finalmente, evaluarlas.

3.1. ¿QUÉ ASPECTOS SE DEBEN TENER EN CUENTA?


En la mayor parte de los documentos elaborados por las Consejerías se suelen
señalar los siguientes aspectos como relevantes en la elaboración del Plan de
Convivencia.
 El Plan de Convivencia debe de adecuarse a las características y peculiaridades
de cada centro. A este respecto, existen diversos instrumentos de evaluación
(cuestionarios, rejillas de observación, etc.) que permitirán evaluar con mayor
precisión cuál es la realidad concreta a la que deben adaptar el plan.

 El proceso de elaboración del Plan de Convivencia deberá ser coordinado por


el Equipo Directivo, pero estar abierto a la participación de todos los sectores
de la comunidad educativa: Comisión de Coordinación Pedagógica, Equipos de
ciclo o Departamentos didácticos, personal laboral, AMPAS, Junta de Delegados
del alumnado, etc.

 Suele recomendarse la selección de un grupo de personas (representantes de


los diversos estamentos) que se encarguen de su redacción y supervisión. Dicho
grupo suele denominarse Comisión de Convivencia.

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 Una vez elaborado el Plan, éste será presentado al claustro y posteriormente


deberá ser aprobado por el Consejo Escolar, así mismo deberá ser supervisado
por la Administración educativa. Tras este proceso, el Plan de Convivencia
pasará a formar parte del Proyecto Educativo del Centro, debiéndose
incorporar las modificaciones derivadas del Plan al resto de documentos del
centro que se vean afectados (RRI, PAT, PAD, etc.).

 La Comisión de Convivencia cada año debería proponer dos o tres medidas


que, con carácter prioritario, se trabajasen en ese curso escolar, elevándolas a
la CCP (Comisión de Coordinación Pedagógica) para su aprobación e inclusión
de los distintos departamentos en sus respectivos planes y programaciones.

3.2. FASES PARA LA ELABORACIÓN DE UN PLAN DE CONVIVENCIA


El Plan de Convivencia debe ser específico para la realidad concreta de cada
centro. Las experiencias de otros centros pueden servir de punto de partida pero no
resultan aplicables directamente. El Plan de Convivencia resulta de un proceso
complejo que se traducirá en un documento final. Dicho documento no debería ser
concebido como algo estático que se escriba a partir de la improvisación y con la
participación de una parte reducida de la comunidad educativa. Debe ser el resultado
de un proceso que dará lugar a un documento dinámico, en continuo cambio y bajo
un estrecho proceso de revisión. Veremos a continuación que, dicho proceso, se inicia
desde la motivación y a partir del cuestionamiento previo, de la evaluación de la
realidad del centro, mucho antes incluso de que el plan llegue a ser plasmado en
papel.
El proceso de elaboración del Plan de Convivencia comprende las siguientes
fases: (1) Concienciación y evaluación de las necesidades del centro; (2) Diseño de las
medidas incluidas en el Plan de Convivencia; (3) Elaboración del documento; (4)
Implementación del Plan de Convivencia; y (5) Evaluación.

3.2.1. Fase de concienciación y evaluación de las necesidades del centro


Autores como Fernández (2007) ya han mencionado la necesidad de una fase
previa de concienciación antes de plantear las actuaciones, ya que el hecho de que los
miembros de la comunidad educativa expresen que tienen un problema es el paso
necesario para poder abordarlo. Este trabajo supone asimilar que los problemas del
aula son una responsabilidad compartida, de modo que, para poder llevar a cabo este
proceso de “pensar juntos”, plantea que es necesaria una recogida objetiva de datos
sobre la situación del centro.
Algunos autores han desglosado en qué debería dividirse más
pormenorizadamente esa fase inicial de concienciación y evaluación. Por ejemplo,

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Torrego (2006) plantea una serie de preguntas a las que debería enfrentarse el centro
educativo, y que se recogen en el Cuadro 2.
Cuadro 2.Cuestiones para una fase de autoevaluación (Torrego, 2006).
- ¿Cuáles son los principales conflictos de convivencia en mi centro?
- ¿Cómo afectan a la vida del centro?
- ¿Cuáles son los procedimientos que se utilizan para su gestión?
- ¿Cómo se implican los profesores de mi centro en la convivencia?, ¿cómo se
implica el personal no docente?
- ¿Cómo es la implicación del equipo directivo?
- ¿Cuál es el papel que correspondería a los profesores en la mejora de la
convivencia?, ¿qué papel podría tener el personal no docente?
- ¿Cuál es el papel que debería corresponder a los alumnos?, ¿cuál es el papel que
correspondería a los padres de los alumnos?
- ¿Cuál es el papel del equipo directivo?, ¿cuál es el papel que correspondería al
departamento de orientación?
- ¿Cuáles son los puntos fuertes en la gestión de la convivencia en nuestro centro y
cuáles son las posibles áreas de mejora sobre las que podríamos trabajar?

Este “pensar juntos” puede canalizarse a través de instrumentos como los que
se recogen en el Cuadro 3 (Fernández ,2007).
Cuadro 3. Resumen de instrumentos propuestos por Fernández (2007).
Mi vida en el instituto Indaga sobre la vida social de los estudiantes en una
semana, con una actividad posterior con el grupo clase.
Cuestionario sobre Indaga sobre situaciones de abusos y victimización entre
abusos entre compañeros los alumnos, lugares, frecuencia y actitud moral además de
consideraciones generales sobre la situación personal del
alumno.
Inventario de Para clases disruptivas o con problemas relacionales. Es
observación de una clase una lista con una serie de conductas que son recogidas en
un estadillo con un registro semanal.
Cuestionario para Este instrumento se recomienda para utilizarlo en las
analizar la conflictividad reuniones de los equipos pedagógicos de cada curso, de
de un grupo cara a la toma de decisiones.
Cuestionario para el Indaga sobre la actitud del profesorado en distintos temas
profesorado de disciplina, conductas disruptivas y agresiones, y clima
relacional en los centros educativos.

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3.2.2. Fase de diseño de las medidas incluidas en el plan de convivencia


En el Tema 1.1. se recogió la propuesta de Martín y colaboradores (2003) como
modelo teórico de mejora de la convivencia. Estos autores plantean, además de esta
fase mencionada de concienciación, tres niveles de actuación principales: en el
conjunto del centro, para el aula y para las familias y el entorno social. A esta
aproximación cabría añadir la propuesta de Fernández (2007) que incluye también la
necesidad de programar actuaciones de “atención individualizada” con aquel
alumnado que no puede ser atendido únicamente con la mejora del clima de centro o
de aula. Como plantea esta autora, las intervenciones individualizadas de los centros
educativos se han centrado principalmente en el aspecto académico y recuperación de
contenidos atrasados (clases de apoyo, diversificación, etc.), pero apenas existen
tratamientos específicos para aquellos estudiantes con graves problemas de
comportamiento.
El diseño de las medidas incluidas en el Plan de Convivencia de un centro deber
ajustarse a la realidad y características concretas de cada centro y al grado de
“madurez” de la comunidad educativa en relación con este tipo de proyectos. No se
diseñarán con la misma extensión y profundidad las medidas para un centro que inicia
su andadura en este campo como aquellas dirigidas a un centro que ya tiene
experiencia en actuaciones aisladas y que ahora debe centrar sus esfuerzos en la
evaluación de dichas experiencias y en la coordinación hacia una acción conjunta e
integrada.
Para que sirva de orientación en el Cuadro 4 proponemos algunos ejemplos de
actuaciones en cada uno de los niveles propuestos.

Cuadro 4: Ejemplos de actuaciones para el diseño del Plan de Convivencia


ACTUACIONES EN EL CONJUNTO DEL CENTRO
• Incluir en el Proyecto Curricular y Programaciones de Áreas los temas
relacionados con el desarrollo socio-personal.
• Formación del personal del centro: docente y no docente.
• Formación del equipo directivo (congresos, experiencias de otros centros, etc.).
• Programas de aplicación general para todo el centro: programas de formación
de alumnos mediadores, programas de habilidades sociales, campañas de
prevención del acoso escolar, programas de colaboración con ONGs, etc.
• Programas de detección de situaciones de riesgo: detección de aulas con
dinámicas difíciles, detección de situaciones (por ejemplo, el recreo, la entrada
y salida del centro) y espacios con mayor riesgo de aparición de conflictos
(baños, comedor, etc.).
• Programas de detección de individuos de riesgo (tanto potenciales acosadores
como víctimas).

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ACTUACIONES CONCRETAS PARA EL AULA


Se refieren a las medidas para la consecución de los objetivos relacionadas con
la convivencia, recogidos en el Proyecto Curricular.
• En relación con el estilo de enseñanza del profesor.
• En relación con la metodología utilizada en el aula (por ejemplo, experiencias
de aprendizaje cooperativo, de autoevaluación y evaluación conjunta, de
enseñanza entre compañeros, etc.).
• En relación al contenido incluyendo de forma transversal objetivos para el
desarrollo de habilidades prosociales, empatía, toma de perspectiva, etc.
• En relación con la organización (del tiempo de tutorías, buzón de sugerencias
en el aula, etc.).

ACTUACIONES CON LAS FAMILIAS Y EL ENTORNO SOCIAL


• Escuela de padres.
• Abrir vías de comunicación e intercambio con las familias.
• Información sobre recursos de la Comunidad y derivación a servicios específicos
cuando sea necesario.

ACTUACIONES DE ATENCIÓN INDIVIDUALIZADA


• Programas de prevención con individuos de riesgo (de victimización y de
acoso).
• Programas de actuación en situaciones declaradas de acoso escolar.

Pretender abarcar todos los ámbitos completamente es complicado, pero a la


vez todos ellos son necesarios porque tocan puntos relacionados con las distintas
necesidades de cambio (Fernández, 2007). Un diseño exageradamente ambicioso
puede llevar al fracaso un proyecto, por lo que es necesario ser realista en la selección
y priorización de objetivos. Es importante tener en cuenta que quizás la meta más
importante sea el mismo proceso de elaboración del Plan, en el sentido del cambio
que se genera al intentar coordinar los intereses, la motivación y las estrategias de un
gran número de miembros de la Comunidad Educativa en pos de un objetivo concreto,
por pequeño y limitado que en un principio parezca.

3.2.3. Fase de elaboración del documento (Plan de Convivencia)


El documento debe incluir: objetivos generales y específicos, medidas concretas
de actuación en cada área, organización (personal responsable, espacios para la
realización de reuniones y actividades, elaboración de materiales, etc.), temporización
concreta para curso escolar y medidas de evaluación de cada propuesta específica y
del plan en general.

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3.2.4. Fase de implementación


El éxito de la implementación se fundamenta en un diseño realista de los
objetivos y la temporización, de la eficacia en la distribución de funciones y la
existencia de figuras que coordinen las actuaciones principales.

3.2.5. Fase de evaluación


La evaluación incluye dos niveles: la evaluación de las actuaciones concretas por
separado y la evaluación del Plan de Convivencia elaborado para el año en curso.
La evaluación de las actuaciones concretas implicará, lógicamente, la evaluación
del impacto positivo o negativo sobre los participantes (por ejemplo, mejoras en el
clima del aula, diminución de partes de indisciplina, reducción de comportamientos de
acoso, grado de satisfacción de los alumnos y los profesores, etc.); pero también debe
incluir la evaluación del papel de responsable, de las actividades y materiales
utilizados, de la organización y temporización.
La evaluación del Plan de Convivencia implicará las mejoras obtenidas en
relación con los objetivos planteados, las actuaciones concretas, la organización,
coordinación y distribución de funciones, asignación de responsables y temporización.
Los resultados de esta evaluación servirán para la detección de necesidades de cara a
la programación para el curso siguiente.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Defensor Del Pueblo (2000). Informe sobre violencia escolar: el maltrato entre iguales
en la educación secundaria obligatoria. Elaborado por C. del Barrio, E. Martín, I.
Montero, L. Hierro, I. Fernández, H. Gutiérrez y E. Ochaíta, por encargo del Comité
Español de UNICEF. Madrid: Servicio de Publicaciones de la Oficina del Defensor
Español del Pueblo.
- Fernandez, I. (2007). Prevención de la violencia y resolución de conflictos. El clima
escolar como factor de calidad. Madrid: Narcea.
- Martín, E., Fernández, I., Andrés, S., del Barrio, C. y Echeíta, G. (2003). La intervención
para la mejora de la convivencia en los centros educativos: modelos y ámbitos.
Infancia y Aprendizaje, 26 (1), 79-95.
- San Martín, J. A. (2003). La mediación escolar. Un camino para la gestión del conflicto
escolar. Madrid: Editorial CCS.
- Torrego, J. A. y Arribas, J. M. (2010). Capítulo 3. Cómo elaborar y desarrollar el Plan
de Convivencia. En: Torrego (coord.): El Plan de Convivencia. Fundamentos y recursos
para su elaboración y desarrollo. Madrid: Alianza Editorial. Pág. 95-166.
- Torrego, J.C. (2006). Capítulo 2. El Modelo integrado. Fundamentos, estructuras y su
despliegue en la vida de los centros. En: Torrego (Coord.): Modelo integrado de mejora
de la convivencia. Barcelona: GRAO, pp. 27-66.

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