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AN. VET. (MURCIA) 25: 21-45 (2009). ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA. PELLEGRINO, F. C.

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ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA EN PERROS Y GATOS

Hepatic encephalopathy in dogs and cats

Fernando Carlos Pellegrino

Facultad de Ciencias Veterinarias, Area Anatomía. Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad


de Buenos Aires. Av. Chorroarín 280 (1427) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

*Autor para correspondencia: Fernando Pellegrino. E-mail: fpellegrino@fvet.uba.a


fpellegrino@fvet.uba.ar

RESUMEN

La encefalopatía hepática (EH) en perros y gatos es un disturbio metabólico complejo del sistema nervioso
central que puede deberse a insuficiencia hepática, deficiencias enzimáticas en el ciclo de la urea o a desvíos
portosistémicos. Como resultado, las funciones hepáticas de desintoxicación se alteran y/o son eludidas, y los
constituyentes inalterados de la sangre portal penetran directamente a la circulación sistémica. La patogénesis
de la encefalopatía asociada a la insuficiencia hepática es compleja. Probablemente, la EH es un síndrome en
el que intervienen múltiples factores que adquieren distinta importancia de acuerdo a la situación clínica. Los
puntos clave a considerar en la patogenia de la EH son: a) las neurotoxinas; b) las alteraciones de los sistemas
de neurotransmisión; y c) las alteraciones astrocitarias. Los signos clínicos de EH incluyen obnubilación del
estado mental, trastornos del comportamiento, deambulación, apoyo de la cabeza contra superficies diversas,
deficiencias visuales y actividad convulsiva. A menudo se presentan también otros signos asociados a la insufi-
ciencia hepática como pérdida de peso, anorexia, vómitos, diarreas y poliuria-polidipsia. El diagnóstico de EH
se basa en la identificación de la alteración hepática en un paciente con trastornos neurológicos típicos de una
encefalopatía metabólica. Aunque hay una gran variedad de métodos, el de elección es la centellografía portal
transcolónica. El tratamiento de la EH está orientado a reducir los niveles de las toxinas provenientes de la ab-
sorción intestinal y a controlar las convulsiones, si se presentan; pero lo fundamental para controlar los signos
neurológicos es el tratamiento de la causa del trastorno hepático subyacente. En este artículo se describen los
principales avances descritos hasta el momento en relación a la fisiopatología de la encefalopatía hepática, así
como las estrategias terapéuticas.
Palabras clave: encefalopatía hepática; insuficiencia hepática; desvío portosistémico; encefalopatía me-
tabólica.
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ABSTRACT:

Hepatic encephalopathy (HE) in dogs and cats is a complex metabolic disturbance of the central nervous
system that may result from hepatic failure, urea cycle enzyme deficiency, or portosysistemic shunting. As a
result, the metabolic and detoxification functions of the liver are impaired and/or bypassed and the unaltered
constituents of the portal blood go directly into the systemic circulation. The pathogenesis of hepatic failure-as-
sociated encephalopathy is complex. Probably, the HE is a syndrome in which take part multiple factors that can
have different importance according the clinical situation. The key points to consider in the pathogeny of HE
are: a) neurotoxins; b) alterations of neurotransmission systems; and c) astrocytes alterations. Clinical signs of
HE include obtunded mental status, abnormal behavior, compulsive pacing, head-pressing, visual deficits and
seizure activity. Other clinical signs consistent with hepatic failure, as weight loss, anorexia, vomiting, diarrhea
and polyuria-polydipsia, are often present. Diagnosis of HE is based upon documenting hepatic dysfunction in
a patient with neurologic deficits typical of a metabolic encephalopathy. Although there are multiple methods,
the preferred is per-rectal scintigraphy. Treatment for HE is directed at reducing the level of gut-derived toxins
and controlling seizures, if present; but treatment of the underlying hepatic disorder is the key to controlling
signs of neurologic dysfunction. This article describes the major developments described so far regarding the
pathophysiology of hepatic encephalopathy and therapeutic strategies
Key words: hepatic encephalopathy; hepatic failure; portosystemic shunt; metabolic encephalopathy

ETIOLOGÍA La EH puede producirse a consecuencia de


anomalías vasculares, insuficiencias enzimáti-
La encefalopatía hepática (EH) es una severa cas en el ciclo de la urea o daño hepatocelular
complicación neurológica secundaria a un fallo (Tabla 1).
hepático, agudo o crónico (Cuddon 1996; Fos-
sum 1999; Bunch 2000). La posible reversibili- Anomalías vasculares
dad del cuadro clínico junto con la ausencia de
alteraciones morfológicas neuronales, sugieren La causa más común de EH en los animales
que la EH es un trastorno metabólico (Cuddon son las conexiones anómalas entre la vena porta
1996; Bunch 2000; González-Abraldes y Mas y la circulación sistémica (derivación portosisté-
2000). El elemento fundamental implicado pare- mica –DPS–) (Cuddon 1996; Dewey 2008). En
ce ser el paso de sustancias tóxicas del intestino a condiciones normales, la sangre proveniente del
la circulación general sin que sean depuradas por estómago, intestino, páncreas y bazo es condu-
el hígado. Esto puede ocurrir como consecuencia cida por la vena porta al hígado, donde ocurre la
de enfermedad hepatocelular, por el escape de depuración de las sustancias tóxicas absorbidas.
estas sustancias a través de colaterales portosisté- La presencia de conexiones anormales impide
micas o por una combinación de ambos factores el flujo normal de la sangre, que evita el circui-
(Cuddon 1996; Bunch 2000; Gutiérrez Vázquez to hepático derivándose directamente hacia la
y Domínguez Masa 2000). La importancia re- circulación sistémica. La disminución del flujo
lativa de cada una de estas alteraciones difiere sanguíneo hacia el hígado y la ausencia de fac-
según el tipo de alteración hepática, de tal modo tores hepatotróficos (insulina, glucagon) y otros
que la hepatitis fulminante es el paradigma de nutrientes resultan en atrofia hepática (Drazner
la encefalopatía por insuficiencia hepatocelular, 1989; Johnson 1995a). El término derivación o
mientras que el escape a través de colaterales anastomosis portocava, muy utilizado en medi-
sería el factor principal en los pacientes con cor- cina veterinaria, solamente hace referencia a un
tocircuitos portosistémicos que mantienen una tipo específico de anomalía vascular (vena porta
buena función hepatocelular. a vena cava caudal) (Fossum 1999).
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Las anomalías vasculares pueden localizar- 1999). Representan del 53% (Whiting y Peter-
se fuera del parénquima hepático (derivaciones son 1995) al 63% (Fossum 1999) de las anoma-
extrahepáticas) o en su interior (derivaciones in- lías vasculares simples en los perros; también
trahepáticas) (Birchard y Sherding 1992; Whi- se encuentran en gatos (Scavelli et al. 1986;
ting y Peterson 1995; Fossum 1999; Watson y Birchard y Sherding 1992). Ocurren más fre-
Herrtage 1998). Probablemente exista una base cuentemente en razas miniatura o toy, menores
hereditaria para estos trastornos (van Straten et de 1 año de edad (Maddison 1988). Las ra-
al. 2005), y hay evidencia de tal efecto en el zas más afectadas son el Habanés, Schnauzer
terrier de Yorkshire, Cairn terrier y Wolfhound miniatura, terrier de Yorkshire, Caniche, Lhasa
irlandés (Dewey 2008). apso, Pequinés, Maltés, Dandi dinmont terrier,
Pug y Shit-Zu (Johnson et al. 1987; Fossum
Derivaciones intrahepáticas 1999; Dewey 2008).

Son habitualmente congénitas y únicas. Derivaciones extrahepáticas adquiridas:


Representan del 23% (Fossum 1999) al 35% generalmente son múltiples, y representan del
(Whiting y Peterson 1995) de las anomalías 20% (Fossum 1999) al 24% (Whiting y Peter-
vasculares simples en los perros. También fue- son 1995) de todas las DPS caninas. Se pro-
ron comunicadas en gatos (Scavelli et al. 1986). ducen secundariamente a hipertensión portal,
Se producen por la falta de cierre del conducto asociada generalmente a hepatopatía primaria
venoso después del nacimiento o cuando existe crónica (cirrosis, hepatitis crónica activa, fi-
alguna otra anastomosis de la vena porta con la brosis hepatoportal en perros jóvenes) (Tyler
vena hepática o la vena cava caudal (Johnson et 1990a), manipulación de la circulación por-
al. 1987). Se diagnostican más frecuentemen- tal o fístula arteriovenosa; en los gatos puede
te en razas grandes, siendo las más afectadas asociarse a lipidosis hepática (Lyman 1995).
el Pastor Alemán, Golden retriever, Doberman La enfermedad venooclusiva también fue con-
pinscher, Labrador, Setter Irlandés, Samoyedo siderada causal de DPS múltiples en Cocker
y Wolfhound Irlandés (Johnson et al. 1987; spaniels americanos jóvenes, de 4 meses de
Drazner 1989; Maddison 1988, 1992; Fossum vida (Rand et al. 1988). El incremento de la
1999). Habitualmente ocurren en animales jó- resistencia al flujo sanguíneo portal determina
venes, menores de 1 año. que las conexiones microvasculares no fun-
En las derivaciones extrahepáticas la ano- cionales presentes al nacimiento entre la vena
malía vascular se encuentra localizada fuera del porta y las vías sistémicas se tornen funcio-
hígado. Pueden ser congénitas y únicas, o ad- nales. De esta manera, las derivaciones extra-
quiridas y múltiples (Summers et al. 1995). hepáticas representan dilataciones adquiridas
de comunicaciones microvasculares normales
Derivaciones extrahepáticas congénitas: entre la vena porta y las venas sistémicas. En
son habitualmente simples. Se producen por perros, las anastomosis múltiples son común-
la existencia de vasos anómalos que conectan mente esplácnicas, y se presentan más frecuen-
la vena porta o alguna de sus tributarias (vena temente en el área perirrenal izquierda y la raíz
gástrica izquierda, esplénica, mesentérica cra- del mesenterio (Whiting y Peterson 1995). Por
neal, mesentérica caudal o gastroduodenal) con lo general se detectan comunicaciones hasta
la vena cava caudal o la vena ácigos (Johnson la vena cava caudal o la vena ácigos. Suelen
et al. 1987). La vena gástrica izquierda y la diagnosticarse en perros de 1 a 7 años de edad
vena esplénica están involucradas con mayor (Tyler 1990a); las razas más afectadas son Pas-
frecuencia (Whiting y Peterson 1995; Fossum tor Alemán, Doberman pinscher y Cocker spa-
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niel (Fossum 1999). También se describieron común para diferenciarse en arteria o vena. Los
en gatos (Langdon et al. 2002). individuos afectados presentan conexión única
o múltiple de la arteria hepática con una rama
Displasia microvascular hepática (DMH) de la vena porta, que produce arterialización del
sistema venoso portal con flujo hepatófugo e hi-
Es otro tipo de anomalía vascular que invo- pertensión portal, con la aparición de múltiples
lucra a la circulación microscópica del hígado vasos comunicantes colaterales. En la mayoría
y provoca derivación sanguínea. El término se de los casos el resto de los lóbulos hepáticos
emplea para describir un proceso con las carac- que no soportan la DPS padecen de hipoplasia
terísticas clínicas de una DPS congénita, con portal.
evidencias microscópicas de una distribución Las lesiones adquiridas son secundarias a
vascular anómala, que no puede ser identifica- traumatismos, tumores (hamartomas, hemangio-
da macroscópicamente. Puede ocurrir en forma mas) (Johnson 1995a), procedimientos quirúrgi-
aislada, o asociada a una derivación macroscó- cos o procesos degenerativos que provocan rup-
pica congénita (Allen et al. 1999). Se piensa tura arterial en proximidad de venas adyacentes
que se trata de un defecto congénito asociado (Fossum 1999). Se forman anastomosis entre las
a una anomalía del desarrollo de las venas vi- ramas de la arteria hepática y la vena porta.
telinas embrionarias que permite la mezcla de
sangre portal y sistémica. La edad de inicio de Daño hepatocelular
los síntomas varía de los 6 meses a 6 los años,
con una edad media de 3 años. Las razas más La insuficiencia hepática fulminante puede
afectadas son terrier de Yorkshire, Cairn terrier, ser causa de EH aguda (Bunch 2000; Gutié-
Dachshund miniatura, Shit-Zu y Caniches “toy” rrez Vázquez y Domínguez Masa 2000; Dewey
o mini. Las hembras se afectan con mayor fre- 2008). Se trata de una lesión hepatocelular ma-
cuencia (70%) (Christiansen et al. 2000). En siva de rápida evolución (2 semanas) que pro-
Cairn terriers se ha determinado que el sitio de duce necrosis del parénquima hepático. Suele
la anormalidad anatómica se encuentra en las asociarse a causas virales o medicamentosas.
venas portales terminales y se supone que es También puede ocurrir por una descompen-
un rasgo hereditario autosómico, aunque no se sación aguda de una enfermedad hepatobiliar
ha establecido el modo específico de herencia crónica estable, que desencadena una EH por
(Schermerhorn et al. 1993, 1996). El pronóstico complicaciones asociadas. En perros suscepti-
para los perros que presentan esta enfermedad bles, después de la administración de meben-
parece ser mejor que para aquellos que pre- dazol puede producirse una hepatopatía tóxica
sentan derivaciones macroscópicas, mediante aguda. La misma situación puede ocurrir en
tratamiento médico y alimenticio (Christiansen gatos después de la ingesta de una dosis ma-
et al. 2000). siva de acetaminofeno, o en lipidosis hepática
grave. También en gatos, se han descrito casos
Fístulas hepáticas arteriovenosas (AV) de necrosis hepática aguda luego de administrar
tratamiento con diazepam (Cuddon 1996).
Representan el 2 % de las anastomosis sim-
ples en los perros (Fossum 1999); también se Deficiencias enzimáticas en el ciclo de la
describieron en un gato doméstico pelicorto urea
(Legendre et al. 1976). Pueden ser congénitas o
adquiridas. Las lesiones congénitas desarrollan La deficiencia de sintetasa de arginosucci-
debido al fracaso del plexo capilar embriológico nato fue descrita en perros y puede producir
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hiperamoniemia sin DPS o destrucción hepa- tía son: a) neurotoxinas; b) alteraciones de los
tocelular, por la incapacidad del hígado para sistemas de neurotransmisión; y c) alteraciones
degradar el amoníaco hasta urea (Strombeck et astrocitarias (Cordoba y Salat 1999).
al. 1975).
La infección de las vías urinarias con orga- Neurotoxinas
nismos ureasa-positivos (Staphilococcus, Pro-
teus) podría ocasionar elevaciones transitorias El exceso de amoníaco es el principal fac-
de los niveles séricos de amoníaco con signos tor implicado en la fisiopatología de la EH
de EH si en forma simultánea se produce uros- (Cuddon 1996; Bunch 2000). Las evidencias
quesis prolongada (Bunch 2000). de la asociación entre EH y la elevación de
los niveles de amoníaco datan desde hace un
PATOGENIA siglo, cuando Eck descubrió los efectos de la
anastomosis portocava en perros (Eck 1877).
El hígado es esencial para el manteni- La alimentación con carne en perros con fístula
miento de un metabolismo cerebral normal; de Eck resultaba en ataxia, estupor y coma, lo
produce compuestos que el cerebro no puede que llevó a pensar que los productos nitrogena-
elaborar, como glucosa y, simultáneamente, dos eran la causa de la entonces denominada
degrada otros que son altamente tóxicos para intoxicación por carne. Las concentraciones de
su función. La parte más controvertida de la amoníaco en sangre arterial se encuentran ge-
patogenia de la EH la constituyen los meca- neralmente elevadas en pacientes con EH. Estu-
nismos por los cuales las neurotoxinas que dios de actividad metabólica neuronal mediante
escapan a la depuración hepática provocan la tomografía por emisión de positrones (PET)
disfunción del SNC (Maddison 1994). De la revelaron acumulación de niveles tóxicos de
búsqueda de una teoría única que explique to- amoníaco en humanos con EH, y un aumento
dos los trastornos observados en este tipo de de la permeabilidad de la barrera hematoencefá-
encefalopatía se ha pasado a enfocarla como lica (BHE) para esta sustancia (Lockwood et al.
un trastorno multifactorial, y actualmente se 1991), lo que resulta en una hipersensibilidad
considera que la EH es un síndrome en el que del paciente cirrótico a condiciones hiperamo-
participan múltiples factores que pueden tener niogénicas tales como la ingesta de dietas ricas
diferente relevancia según la situación clínica en proteínas o hemorragia gastrointestinal (Ha-
(Cordoba y Salat 1999). zell y Butterworth 1999).
Como en todas las encefalopatías metabóli- El amoníaco es un intermediario clave en
cas, la disfunción neuronal puede originarse por el metabolismo de las proteínas y del nitróge-
interferencia en el metabolismo energético o no. El tracto gastrointestinal es el sitio primario
por alteración de la neurotransmisión cerebral. de producción. En el colon los componentes
La alteración del metabolismo energético no se nitrogenados son degradados por bacterias que
produce hasta estadios muy avanzadas de la EH, contienen ureasa a través de la desaminación
lo que indica que no constituye un trastorno pri- oxidativa de las proteínas provenientes de la ali-
mario (Lockwood et al. 1991). Por el contrario, mentación. En ese proceso se libera amoníaco,
existen importantes alteraciones en varios sis- que es absorbido en la circulación portal. La
temas de neurotransmisores (Maddison 1992, concentración de amoníaco en la vena porta es
1994). En los últimos años se ha postulado que 10 veces superior a la concentración en las ve-
muchos de ellos son secundarios a alteraciones nas periféricas. También se genera en la mucosa
en la función de los astrocitos. Los puntos clave del intestino delgado por acción de la glutami-
a considerar en la patogenia de la encefalopa- nasa sobre la glutamina. El hígado depura del
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sistema portal del 81 al 87 % del amoníaco pro- de la encefalopatía, y las diferencias en el cur-
ducido, previniendo su entrada en la circulación so del tiempo entre la elevación del amoníaco
sistémica (Drazner 1989). En los hepatocitos, el y el inicio de los síntomas (Cuddon 1996).
amoníaco es convertido en glutamina no tóxi- La ausencia de correlación estaría también
ca y, en reacciones separadas, es sintetizado en determinada por el aumento de la permeabili-
urea para ser excretado por los riñones. Algunos dad de la BHE para el amoníaco, que presen-
tejidos extrahepáticos intervienen también en ta elevados valores dentro del SNC aún con
el metabolismo del amoníaco, especialmente el niveles sanguíneos normales o, incluso, bajos
músculo estriado. Los pacientes cirróticos con (Zieve 1981). En la medida que gran parte de
trastornos nutricionales que presentan atrofia la toxicidad del amoníaco se debe a cambios
muscular tienen disminuida su capacidad de me- intracerebrales secundarios a su metabolismo,
tabolizar el amoníaco, lo que puede contribuir a los eventos de la periferia no reflejan con exac-
un aumento de su captura cerebral. Los riñones titud las alteraciones neuroquímicas en el in-
también constituyen un sitio de generación en terior del SNC. A pesar de estas limitaciones,
las venas renales, donde existe una concentra- las medidas terapéuticas para disminuir los ni-
ción de amoníaco elevada en relación a las ar- veles de amoníaco arterial permanecen como
terias renales, especialmente en condiciones de la piedra angular en el tratamiento de la EH.
alcalosis respiratoria. El acceso del amoníaco En efecto, el benzoato de sodio es una de las
al SNC desde la periferia se ve facilitado por drogas que mejora la encefalopatía en pacien-
una permeabilidad anormal de la BHE selectiva tes cirróticos por su capacidad para aumentar
para esta sustancia (Maddison 1992; Lockwood la eliminación urinaria de amoníaco (Gutiérrez
et al. 1991). Adicionalmente, el amoníaco se Vázquez y Domínguez Masa 2000).
produce corrientemente en forma continua en el Los pacientes con EH crónica son propensos
cerebro, y sus concentraciones encefálicas son a sufrir anormalidades en el balance electrolíti-
mayores que las sanguíneas en animales norma- co y el equilibrio ácido-base, que influyen en el
les. Este amoníaco es detoxificado fisiológica- metabolismo del amoníaco. En estos individuos
mente por los astrocitos mediante la formación suele desarrollarse hipocalemia, debida a pérdi-
de glutamina a partir del glutamato, que puede das urinarias inducida por diuréticos, diarrea,
llegar a ser neurotóxico por sí mismo (Summers vómito y deficiencias nutricionales. La hipoca-
et al. 1995; Tyler 1990b). lemia aumenta la producción de amoníaco por
A pesar del papel determinante que juega el riñón y, en asociación a la alcalosis, favorece
el amoníaco en la fisiopatología de la EH, es su entrada en las neuronas, donde ejerce sus
cuestionable la correlación entre sus valores efectos tóxicos (Zieve 1981).
sanguíneos y la presencia y/o intensidad de los Se han descrito varios mecanismos poten-
signos clínicos de encefalopatía (Tyler 1990b; ciales de disfunción neuronal inducida por el
Morris y Henry 1991; Maddison 1992). Las amoníaco. Cuando está presente en concentra-
dificultades en la medición e interpretación de ciones suficientemente elevadas afecta en for-
los valores de amoníaco en sangre incluyen las ma directa el metabolismo energético cerebral,
variaciones sustanciales en los niveles veno- mediante la inhibición de la deshidrogenasa de
sos cuando son comparados con los arteriales �-cetoglutarato con aumento en la producción
(Traber y Dalcanso 1987); los efectos en su de lactato, que resulta de una disminución de
liberación en el músculo esquelético inducida la entrada del piruvato al ciclo del ácido tri-
por el ejercicio (Kato y Hughes 1992); y la po- carboxílico. Este déficit energético se produce
bre correlación entre los valores absolutos de solamente en procesos crónicos, y puede ser un
los niveles de amoníaco, el grado de severidad factor que contribuya en el desarrollo tardío de
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la pérdida de conciencia y el inicio del coma en astrocitos cultivados, aumentando la expre-


hepático (Duffy 1977; Lai 1986). sión de enzimas glucolíticas (Hazell 1997). A
En el SNC el amoníaco ejerce sus efectos partir de estos hallazgos se ha sugerido que este
tóxicos más importantes de forma indirecta, alte- metal puede influir en el sistema glutamatérgi-
rando varias vías de neurotransmisión (Cordoba co y en el metabolismo energético cerebral en
y Salat 1999). El exceso de amoníaco produce pacientes con EH (Aschner y Gannon 1992).
alteraciones de la neurotransmisión glutamatér- La alta capacidad de los astrocitos para acumu-
gica interfiriendo entre el tráfico de glutamato- lar manganeso sugiere que su captura en esas
glutamina entre la neurona y el astrocito, y tiene células puede ser importante en el desarrollo de
una acción agonista sobre la neurotransmisión astrocitosis tipo II de Alzheimer (Kuliseusky y
GABAérgica, el principal sistema inhibidor del Pujols 1992; Weissenborn 1995), que es el sello
SNC (Maddison 1992; Jones 2002). neuropatológico de la EH.
Varios estudios han sugerido que el aumen- Las benzodiazepinas endógenas son ligan-
to en las concentraciones de amoníaco cerebral dos naturales de los receptores benzodiazepí-
puede estar relacionado al edema cerebral que nicos, que fueron implicados en la patogenia
se observa en el fallo hepático agudo. El edema de la EH (Butterworth y Pomier Layrlargues,
cerebral es de tipo citotóxico, concomitante con 1990). Ni su origen ni su estructura química
el edema de los astrocitos, y es inducido por vía están claros todavía, pero podrían llegar al or-
de la glutamina, un metabolito del amoníaco ganismo a partir de los vegetales de la dieta o
(Bleit 1989; Kato y Hughes 1992). La extrac- ser sintetizadas por la flora bacteriana intestinal
ción de amoníaco en el cerebro depende de la (Zeneroli et al. 1997). Por este motivo se pro-
síntesis de glutamina por medio de la enzima puso denominarlas benzodiazepinas “naturales”
sintetasa de glutamina presente en los astroci- (Dasarathy y Mullen 1998).
tos. En condiciones fisiológicas normales, el En pacientes con cirrosis, estas sustancias
transporte de glutamina participa en la regula- escaparían al metabolismo hepático y se acu-
ción del movimiento de agua en el cerebro. El mularían, produciendo efectos similares a las
aumento en el contenido de agua cerebral indu- benzodiazepinas sintéticas, consistentes en la
cido por amoníaco es mediado por los efectos potenciación de la neurotransmisión GABAér-
osmóticos debido al aumento de la glutamina gica. Aunque la información es limitada, exis-
astrocítica (Takahashi y Koehler 1991). ten importantes argumentos que apoyan esta
El manganeso parece jugar también un pa- hipótesis. Tanto en humanos como en modelos
pel importante en la fisiopatología de la EH. animales de EH se reportó un incremento en la
Las concentraciones de manganeso sanguíneo, actividad de sustancias semejantes a las benzo-
que es excretado por la vía hepatobiliar, están diazepinas en el LCR, plasma y orina (Mullen
elevadas durante la fase activa de la hepatitis et al. 1990). Además, en necropsias de pacien-
aguda, y también en la cirrosis. La acumulación tes con fallo hepático agudo y encefalopatía, se
de manganeso es responsable de las lesiones detectó en el cerebro la presencia de diazepam
hiperintensas que se observan en los núcleos de y su metabolito, el desmetildiazepam, en indi-
la base de los pacientes con EH en la resonan- viduos que nunca habían ingerido esta droga o
cia magnética (RM) en secuencia T1 (Lucchini sus análogos (Avallone et al. 1998; Dasarathy
et al. 2000). Por ello se la considera implica- y Mullen 1998). Adicionalmente se documentó
da en la patogenia de los trastornos extrapira- que las alteraciones en la depuración hepáti-
midales de la encefalopatía (Layrargues et al. ca de las benzodiazepinas endógenas producen
1998). Estudios recientes han demostrado que efectos semejantes a los del amoníaco, y que
el manganeso reduce la captura de glutamato su concentración se correlaciona positivamente
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con el estadio de la encefalopatía (Aronson et 1999). No obstante, se reportó una mejoría de la


al. 1997). Hay otras sustancias con afinidad ha- sintomatología clínica en perros con encefalo-
cia los receptores benzodiazepínicos, denomi- patía inducida mediante infusión EV de triptó-
nados endozepinas, que podrían ser importantes fano y fenilalanina después de la administración
en la patogénesis de la encefalopatía (Gutiérrez de una mezcla de AACR (Bunch 2000).
Vázquez y Domínguez Masa 2000). Existen otros productos que no son toxinas
Existen otras sustancias que pueden actuar cerebrales por si mismos, pero actuando sinér-
como falsos neurotransmisores. Los niveles gicamente con el amoníaco pueden producir
plasmáticos reducidos de aminoácidos de ca- neurotoxicidad, relacionada en forma primaria
dena ramificada (leucina, isoleucina, valina con la inhibición de la ATPasa de sodio y po-
–AACR–), característicos de pacientes con ci- tasio (Morris y Henry 1991). Los mercaptanos
rrosis hepática, favorece la entrada al cerebro son sustancias derivadas del metabolismo de la
de aminoácidos aromáticos (AAA) como feni- metionina y sus niveles están aumentados en
lalanina y tirosina, precursores de la síntesis de pacientes con EH. Junto con otros productos
neurotransmisores falsos, como la octopamina, provenientes del metabolismo bacteriano del
que ejercerían efectos neurodepresores (Tyler colon (ácidos grasos de cadena corta, fenoles)
1990b; Maddison 1992). En las hepatopatías potenciarían la acción del amoníaco en la pro-
está incrementada la utilización de los AACR, ducción de EH (Cuddon 1996; González-Abral-
probablemente debido a la liberación de gluca- des y Mas 2000).
gon producida por la hiperamoniemia, y está Recientemente surgieron evidencias que in-
reducida la degradación de AAA, lo que provo- volucran al óxido nítrico en la patogenia de la
ca un exceso relativo de estos últimos (Morris EH. En cerebros de ratas a las que se les realizó
y Henry 1991; Bunch 2000). La relación mo- anastomosis portocava quirúrgicas, se demos-
lar AACR/AAA está alterada en los animales tró un aumento generalizado en la actividad de
con insuficiencia hepática, alcanzando valores sintetasa de óxido nítrico, enzima responsable
de 2/1 o menores, siendo los valores normales de su producción. El óxido nítrico causaría el
de 2,2-4,8/1 (Bunch 2000). Dado que ambos estrés oxidativo y las alteraciones de la perfu-
tipos de aminoácidos comparten un transporta- sión cerebral que se reportaron tanto en huma-
dor común en la BHE, el paso de los AAA al nos como en animales de experimentación con
SNC se ve facilitado (James y Fischer 1981). El fallo hepático crónico. Además, el óxido nítrico
exceso de fenilalanina produciría un déficit en aumentaría la liberación de glutamato en la hen-
la síntesis de noradrenalina y dopamina a partir didura sináptica, que puede tener un importante
de tirosina, que se metaboliza por vías alter- papel en el aumento de los niveles extracelula-
nativas hacia otros compuestos como tiramina, res de glutamato reportados en el fallo hepático
octopamina y beta-feniletanolamina (Zieve y fulminante experimental (Hazell 1999).
Olsen 1997; Morris y Henry 1991; Maddison
1992). La octopamina, además, podría origi- Alteraciones en la neurotransmisión
narse a partir de bacterias intestinales. En esta
situación se produciría una deficiencia de neu- Al igual que en otros trastornos metabóli-
rotransmisores genuinos y una acumulación de cos del SNC, en la EH existen alteraciones de
falsos neurotransmisores que alterarían la trans- varios sistemas de neurotransmisión. Las altera-
misión sináptica. La ausencia de un claro efecto ciones mejor conocidas son las de los sistemas
terapéutico utilizando AACR en el tratamiento glutamatérgico, GABAérgico y dopaminérgico.
de la encefalopatía en pacientes cirróticos hizo Los efectos del amoníaco sobre el sistema
decaer el interés por esta hipótesis (Blei et al. neurotransmisor glutamatérgico incluyen efec-
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tos postsinápticos directos, inhibición de la encuentra elevada y sus niveles se relacionan


captura de glutamato, alteración de los recep- aceptablemente con el grado de EH. El exceso
tores de glutamato, y alteración del tráfico de de amoníaco disminuye la captura de glutamato
glutamato entre las neuronas y los astrocitos por los astrocitos y las neuronas, asociado a una
(Norenberg 1997). disminución en la expresión de los transporta-
El glutamato es un importante metabolito dores específicos de la astroglia de tipo GLT-1.
del SNC y constituye el mayor neurotransmisor El resultado es un exceso de glutamato en la
excitatorio en el cerebro de mamíferos. Cuando hendidura sináptica (Moroni et al. 1983; But-
sus niveles se elevan por encima de su concen- terworth et al. 1987; Oppong et al. 1995; But-
tración normal se transforma en un poderoso terworth 1996). En algunos modelos de EH se
factor neurotóxico que produce degeneración ha reportado que el aumento del glutamato lleva
neuronal necrótica, caracterizada por edema a una disminución compensadora de sus recep-
celular y vacuolización del retículo endoplás- tores (NMDA, AMPA y receptores metabotró-
mico y las mitocondrias (Gutiérrez Vázquez y picos unidos a proteína G) en ciertas regiones
Domínguez Masa 2000). Por este motivo, el del cerebro. Tal disminución en la densidad de
mantenimiento eficiente de bajas concentracio- los receptores se asocia con una disminución
nes de glutamato extracelulares es vital para el de la neurotransmisión excitatoria mediada por
adecuado funcionamiento del SN. El primer glutamato, que contribuiría a un aumento neto
paso del circuito glutamato-glutamina en la en la neurotransmisión inhibitoria (Gutiérrez
neurona y el astrocito es la liberación de gluta- Vázquez y Domínguez Masa 2000). Por otra
mato en la hendidura sináptica. La recaptación parte, el amoníaco disminuye la respuesta elec-
por parte del astrocito es su principal mecanis- trofisiológica de los receptores postsinápticos
mo de inactivación, permitiendo que la neurona de glutamato, lo que también contribuiría a
postsináptica se repolarice y quede disponible una disminución de la neurotransmisión exci-
para recibir nuevos estímulos excitatorios. El tatoria. Durante el curso de un fallo hepático
glutamato es depurado del ambiente extracelu- fulminante se produce un rápido aumento del
lar y sináptico por transportadores específicos amoníaco, que produciría la elevación en las
localizados en la periferia de los astrocitos y concentraciones de glutamato en los espacios
las neuronas, donde es rápidamente transfor- sinápticos a niveles que inducen la excitación
mado en glutamina mediante la acción de la neuronal, determinando la presencia de convul-
sintetasa de glutamina. Se describieron cuatro siones (Norenberg 1998; Jones 2000).
transportadores de glutamato de alta afinidad en Las alteraciones en la neurotransmisión
el SNC: EAAT1 (GLAST) y EAAT2 (GLT-1), GABAérgica fueron implicadas como uno de
específicos para astrocitos; y EAAT3 y EAAT4, los mecanismos cruciales en la inhibición neu-
específicos para neuronas, aunque el último está ronal que se observa en la EH, a partir de es-
restringido a las células cerebelosas de Purkinje tudios en humanos y modelos animales (Jones
(Rothstein 1996). En el astrocito el glutamato es 2000; Jones 2002). El GABA es generado en
metabolizado a glutamina, que pasa al terminal el intestino por acción de bacterias intestinales.
presináptico de la neurona donde se transforma Inicialmente se postuló que escaparía a la cap-
nuevamente en glutamato, cerrándose el ciclo. tación hepática, aumentando su concentración
En la EH este ciclo se altera a varios nive- plasmática, y entraría al cerebro como resultado
les. La detoxificación del amoníaco origina una del aumento de la permeabilidad de la BHE,
disminución de los niveles totales de glutamato uniéndose a un número aumentado de recepto-
y un aumento de los de glutamina. La gluta- res. El GABA ejerce su efecto neuroinhibito-
mina pasa al LCR, donde su concentración se rio por aumento de la permeabilidad del cloro,
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hiperpolarizando la célula y disminuyendo su ducen a un aumento de la producción de sero-


excitabilidad. Sin embargo, la concentración tonina, relacionada probablemente a la hipera-
de GABA cerebral, al igual que la densidad de moniemia. En pacientes humanos y animales
sus receptores, no presenta un incremento acor- experimentales con encefalopatía severa debido
de al aumento de su concentración plasmática a fallo hepático crónico se han detectado con-
(Thompson et al. 1985; Maddison et al. 1987a, centraciones aumentadas de metabolitos de la
1987b; Roy et al. 1988). serotonina en el tejido cerebral y en LCR. No
Por estos motivos, y en base a nuevas ex- obstante, simultáneamente se observa un incre-
periencias se modificó la hipótesis GABA, mento en su degradación, mediada por el siste-
complementándola con la hipótesis de las ben- ma monoaminooxidasa, y una disminución en
zodiazepinas endógenas. El complejo recep- los niveles de las proteínas de transporte de la
tor-GABA está localizado en las membranas serotonina y de sus sitios de unión neuronal. El
postsinápticas y constituye la principal red in- efecto neto es una reducción en la neurotrans-
hibitoria del SNC. El receptor GABA-A pre- misión serotoninérgica (Michalak et al., 2001;
senta una subunidad que tiene como ligando las Lozeva-Thomas et al. 2004; Lozeva-Thomas
benzodiazepinas, que potencian los efectos del 2004).
GABA. Teóricamente, el aumento en la trans- El exceso de fenilalanina producido por un
misión GABAérgica resultaría de un aumento aumento en la captura de AAA, produciría un
en la disponibilidad de GABA extracelular, o déficit en la síntesis de noradrenalina y dopa-
del aumento de ligandos endógenos para los re- mina a partir de tirosina (Zieve y Olsen 1997).
ceptores de benzodiazepinas (benzodiazepinas En pacientes con EH se reportó la pérdida de
endógenas). En relación con estos conceptos, receptores D2 dopaminérgicos en el núcleo len-
actualmente se supone que la inhibición neuro- tiforme (particularmente en el globo pálido),
lógica asociada a la EH ocurriría como resultado aunque este trastorno podría ser secundario a
de la presencia de benzodiazepinas endógenas, la acción tóxica del manganeso acumulado en
que se combinarían con receptores GABA po- los núcleos de la base de los pacientes con HE
tenciando la acción del GABA sobre su propio (Layrargues et al. 1998).
receptor. El argumento más importante que sus-
tenta esta teoría lo constituye el hecho de que Alteraciones de los astrocitos
la administración de un antagonista específico
de las benzodiazepinas, el flumazenil, mejora Desde el punto de vista neuropatológico, la
el cuadro neurológico en pacientes cirróticos EH se caracteriza por la presencia de alteracio-
con encefalopatía severa (Bansky et al. 1989; nes típicas en astrocitos y en neuronas que apa-
Ferenci et al. 1989; Barbaro et al. 1998). Es- recen morfológicamente normales. Los astroci-
tudios recientes indican un efecto positivo del tos están agrandados, con núcleos edematosos,
flumazenil en 40% de los pacientes cirróticos nucléolos prominentes y marginación del patrón
con EH (Bunch 2000). de cromatina, lo que constituye la denominada
En la EH también se vería alterada la sín- degeneración astrocitaria de Alzheimer tipo II
tesis de neurotransmisores del grupo de las (Summers et al. 1995). Los reportes que rela-
aminas biógenas, tanto de las catecolaminas cionan cambios de Alzheimer tipo II inducidos
derivadas de la tirosina (noradrenalina, dopa- en forma experimental en cultivos de astrocitos
mina), como de las indolaminas derivadas del expuestos a amoníaco, apoyan la idea que la EH
triptófano (serotonina). En pacientes cirróticos es una enfermedad primaria de las células de
en coma hepático se observa un incremento en la glía, condicionando en forma secundaria la
los niveles de L-triptófano en el LCR, que con- disfunción neuronal (Haussinger 2000). Estos
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hallazgos, junto con la creciente implicancia de tado de alteraciones en la homeostasis del volu-
esta población celular en las alteraciones de los men celular astrocitario, con el establecimiento
sistemas de neurotransmisión, condujeron a la de un edema celular citotóxico (no vasogénico),
hipótesis de que la encefalopatía es el resultado que puede ser explicado por una acumulación
de una disfunción astrocitaria (Cordoba y Salat osmóticamente activa de glutamina, en res-
1999; Jones 2000). puesta a la hiperamonemia. El edema de los
Su participación en la patogenia de la ence- astrocitos activa proteincinasas extracelulares,
falopatía se produciría por varios mecanismos. eleva las concentraciones de calcio intracelu-
La acción del amoníaco sobre el astrocito altera lar (Fischer 1997), subregula los receptores de
el tráfico glutamato-glutamina con la neurona, benzodiacepinas de tipo periférico para permitir
dando como resultado alteraciones en la neuro- su unión con agonistas, afecta múltiples canales
transmisión glutamatérgica. Adicionalmente, los iónicos y el transporte de aminoácidos (Itzhak
astrocitos contribuyen a la hiperactividad GA- 1994). El edema de astrocitos no sólo es indu-
BAérgica mediante la hiperproducción de neu- cido por amoníaco sino también por hiponatre-
roesteroides. Estas sustancias se producen en la mia, benzodiazepinas o citocinas inflamatorias.
mitocondria, y su síntesis se estimula por la ac- Este modelo explica por qué condiciones
tivación de un receptor de la membrana externa tan heterogéneas como hemorragias, trastor-
mitocondrial, una proteína heterooligomérica nos hidroelectrolíticos, aplicación de sedantes
denominada receptor periférico de benzodiace- o infecciones pueden precipitar la EH en pa-
pinas (RPB). Aunque inicialmente se pensaba cientes cirróticos (Haussinger 1996). Se trata de
que estaba confinado a tejidos periféricos tales la asociación de múltiples factores que actúan
como el riñón y las glándulas adrenales, actual- sinérgicamente sobre una vía patogénica final
mente está bien establecido que el RPB se loca- común. Los pacientes no cirróticos pueden to-
liza en el SNC pero, a diferencia del subtipo de lerar tales factores precipitantes sin desarrollar
receptor de benzodiazepinas centrales, no está síntomas de EH, debido a que su sistema de
acoplado a receptores GABA-A, localizándose osmolitos contrarregulatorios del edema celu-
primordialmente en los astrocitos. El amoníaco lar no se encuentran agotados. En la cirrosis,
produce un aumento de la densidad de este tipo los osmolitos orgánicos son consumidos en un
de receptores. Las benzodiazepinas naturales y intento de compensar la acumulación de gluta-
un neuropéptido endógeno llamado inhibidor mina en las células gliales, perdiendo su capaci-
de la unión al diazepam (IUD), se unirían a los dad como mecanismo regulador de volumen en
RPB activando la producción de neurosteroides. contra de futuros cambios del volumen celular.
Estas sustancias se unen con gran afinidad a Si bien la patogénesis de la EH en el fallo hepá-
los receptores GABA-A y los modulan positiva- tico agudo y crónico es similar, las diferencias
mente, potenciando de este modo la neurotrans- en la cinética, extensión y contrarregulación del
misión inhibitoria (Butterworth 1996). Estudios edema de la glía podrían ser responsables de las
recientes indican que el tratamiento de ratones diferentes características clínicas que se presen-
con el neuroesteroide tetrahidroprogesterona tan en la EH crónica y aguda, respectivamente
produce degeneración astrocitaria de Alzhei- (Donovan 1998).
mer tipo II, el sello patológico de la HE, lo que
apoya el papel de los RPB y la producción de SIGNOS CLÍNICOS
neuroesteroides como factores fundamentales
en esta alteración (Hazell 1999). Los signos de los animales con DPS congé-
En el fallo hepático agudo los astrocitos su- nitos se presentan habitualmente antes del año
fren un proceso de edematización como resul- de edad, generalmente dentro de los primeros
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meses de vida. Sin embargo, algunos perros gatos (Hunt et al. 2004). Se ha adjudicado la
han sido diagnosticados en la edad adulta, entre responsabilidad a la elevación abrupta de los
los 8 y 10 años (Vulgamott 1985; Tyler 1990a; niveles de serotonina (Dewey 2008).
Cuddon 1996). Los animales afectados también pueden
Los animales afectados generalmente pre- manifestar signos sistémicos correspondientes
sentan retardo en el crecimiento, son más pe- a su trastorno hepático, que incluyen vómitos
queños que sus hermanos o que otros animales (a menudo la presentación clínica inicial pre-
de la misma edad, y tienen una pobre condición dominante), diarrea, pérdida de peso, polidip-
nutricional (Summers et al. 1995). Suelen tener sia, poliuria y anorexia (Kornegay y Mathew
antecedentes que sugieren compromiso cerebral 1987; Maddison 1988). Algunos animales se
crónico, manifestado por cambios en el estado presentan excesivamente agitados o presentan
de conciencia (desorientación, depresión, estu- intolerancia medicamentosa o demoras en la
por e, inclusive, coma), trastornos del comporta- recuperación post-anestésica frente a fármacos
miento (agresividad, andar compulsivo, marcha que requieren metabolismo hepático. Muchos
circular, histeria) (Drazner 1989; Tyler 1990b), animales tienen en forma concurrente cuerpos
presión de la cabeza contra objetos, amaurosis, extraños gastrointestinales, probablemente por
debilidad y ataxia (Kornegay y Mathew 1987; la pica que genera la irritación gástrica. La as-
Tyler 1990a). El tialismo es una manifestación citis puede estar presente en el fallo hepático
clínica habitual en los gatos (Birchard y Sher- avanzado. En perros con DPS con frecuencia se
ding 1992; Fossum 1999; Dewey 2008); en esta encuentra criptorquidismo (Fossum 1999).
especie también puede observarse una colora- Algunos animales con DPS concurren a
ción dorada o cobre en el iris (Scavelli et al. la consulta por otros motivos, con signos de
1996; Fossum 1999). Todos estos signos son trastornos en la micción (hematuria, disuria,
intermitentes y suelen exacerbarse luego que polaquiuria, obstrucción uretral) asociados con
el animal ingiere una dieta rica en proteínas urolitiasis de urato, ya que la hiperuricemia e
(Cuddon 1996). La EH también puede empeo- hiperamoniemia incrementan la excreción uri-
rar luego de una hemorragia gastrointestinal. naria de uratos y amoníaco, promoviendo su
Las convulsiones no son un hallazgo consisten- precipitación bajo la forma de cristales de biu-
te, aunque pueden presentarse de manera oca- rato de amonio (Fossum 1999; Bunch 2000).
sional (Maddison 1988); su presentación es más Los animales afectados por fístulas AV sue-
frecuente en los gatos. En un estudio retrospec- len presentar una tríada de signos clínicos (que
tivo realizado a partir de 168 perros con DPS es raro que ocurran juntos en las DPS) consis-
extrahepáticas únicas, un solo perro evidenció tente en gastroenteritis hemorrágica episódica,
crisis convulsivas (Mehl 2005). No obstante, convulsiones y síndrome ascítico. También se
una complicación postoperatoria infrecuente desarrolla hipertensión portal, que da lugar a la
(aproximadamente el 5% de los casos) pero a formación de DPS adquiridas. En el perro las
menudo fatal de la atenuación quirúrgica de las colaterales más comunes son las esplenorrena-
DPS es la actividad convulsiva severa (crisis les, que derivan sangre portal a través de la vena
seriadas o estado de mal). La mayoría de estos renal izquierda hacia la vena cava caudal. Es
pacientes no presenta historia de convulsiones sumamente infrecuente encontrar una anomalía
antes de la cirugía, que comienzan a los po- vascular congénita intravascular intrahepática
cos días de realizada, con un profundo cuadro y extrahepática en forma conjunta; su hallazgo
encefalopático (Hardie et al. 1990; Hottinger indicaría que las anomalías extrahepáticas son
et al. 1995; Komtebedde et al. 1995; Hunt et DPS adquiridas a consecuencia de la hiperten-
al. 2004); un cuadro similar se ha descripto en sión portal, que suelen ser múltiples y tortuosas.
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La hipertensión portal no está presente en la por las células intestinales del yeyuno por un
DPS intrahepática (Belerenian et al. 2007). proceso de difusión simple, mientras que los
ácidos biliares necesitan de una proteína trans-
DIAGNÓSTICO portadora, presente en las membranas de las cé-
lulas del íleon. Una vez absorbidos, los ácidos
El diagnóstico de la EH se basa en la anam- biliares son transportados hasta el hígado, que
nesis, en los signos clínicos y en los hallaz- los depura rápida y totalmente, de modo que
gos de los métodos complementarios (Cuddon en las muestras posprandiales de perros nor-
1996; Fossum 1999; Bunch 2000; de Andrade males hay un incremento mínimo o nulo res-
Neto 2003). pecto a los valores basales. Si existe una DPS
Los exámenes de laboratorio contribuyen los ácidos biliares aumentan su concentración
al diagnóstico de las DPS. Los hallazgos he- posprandial en la circulación sistémica. Aunque
matológicos incluyen leve a moderada anemia las alteraciones de los ácidos biliares séricos se
arregenerativa; las pruebas bioquímicas revelan encuentran también en otras enfermedades, la
generalmente hipoalbuminemia, disminución elevación posprandial en un perro joven (≥ 100
de los niveles séricos de urea (debido a la dimi- umol/L) sumado a la presencia de microhepa-
nución de la conversión del amoníaco en urea) tia constituye un fuerte indicio de DPS (Tyler
y un discreto aumento de las enzimas hepáticas 1990a; Bunch 2000).
(ALT, AST y Fosfatasa Alcalina). La concen- La medición de los niveles séricos de amo-
tración sérica de bilirrubina suele ser normal, al níaco brinda una indicación de la función hepá-
igual que las pruebas funcionales de coagulación tica (Fossum 1999; Bunch 2000). El amoníaco
(Cuddon 1996; Fossum 1999; Bunch 2000). Sin es producido en el intestino durante el desdo-
embargo, algunos animales con fallo hepático blamiento de la urea y de las proteínas de la
fulminante muestran marcado incremento de ingesta. Se absorbe en la circulación portal y es
las enzimas hepáticas y de la bilirrubina (Tyler transportado al hígado, que extrae casi todo el
1990a). Algunos individuos pueden presentar amoníaco de la sangre portal. El aumento de la
hipercolesterolemia e hipoglucemia en ayunas. amoniemia en la circulación sistémica siempre
El urinálisis puede mostrar orina diluida o pre- indica disfunción hepática. El análisis de sangre
sencia de cristales de biurato de amonio (en el varias horas después de la ingesta incrementa
50% de los perros). Los animales con cálculos las posibilidades de detectar hiperamoniemia.
de urato pueden presentar hematuria, piuria y La medición de la amoniemia es algo difi-
proteinuria (Fossum 1999; Bunch 2000). cultosa y requiere un cuidadoso manejo de la
Las pruebas más específicas para el diag- muestra porque el amoníaco es muy lábil en la
nóstico son la medición de los niveles séricos sangre. La muestra debe refrigerarse en forma
de amoníaco y ácidos biliares en ayuno y des- inmediata y transportarse en hielo. El plasma
pués de la alimentación (posprandiales) (Fos- debe separarse de los eritrocitos después de la
sum 1999; Bunch 2000). La prueba de ácidos centrifugación tan pronto como sea posible. Es-
biliares es la más simple y confiable. Los ácidos tos procedimientos limitan la utilidad de esta
biliares son secretados en la bilis y se vuelcan determinación (Fossum 1999). Los niveles del
en el intestino delgado para emulsificar la grasa amoníaco son más útiles en los animales que
de la alimentación. Junto a las enzimas pan- exhiben signos neurológicos sugestivos de EH,
creáticas (lipasa y colipasa), promueven la for- con estudios hepáticos rutinarios normales o
mación de micelas luego de la hidrólisis de los apenas alterados. En la medida que gran parte
triglicéridos. Las moléculas de ácidos grasos de la toxicidad del amoníaco se debe a cam-
libres, colesterol y fosfolípidos son absorbidas bios intracerebrales secundarios a su metabo-
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lismo, los eventos de la periferia no reflejan El electroencefalograma (EEG) está no-


con exactitud las alteraciones neuroquímicas en toriamente alterado en animales con EH. Los
el interior del SNC. La ausencia de correlación paroxismos prolongados de ondas trifásicas de
estaría también determinada por el aumento de alto voltaje en las zonas frontales y frontotem-
la permeabilidad de la BHE para el amoníaco, porales de ambos hemisferios se han descrito
que presenta elevados valores dentro del SNC como una característica de la EH en humanos
aún con niveles sanguíneos normales o, incluso, (Delamónica 1987; Niedermayer 1993). En lo
bajos (Zieve 1981; Tyler 1990b; Morris y Henry que respecta a su fisiopatología, parece exis-
1991; Maddison 1992). tir una relación directa entre niveles críticos de
Las radiografías simples sólo aportan datos amoníaco en sangre y cambios significativos en
secundarios, como la disminución de la silue- el EEG, aunque esta asociación no está del todo
ta hepática (Fossum 1999; Bunch 2000); la clara y hay opiniones discordantes al respecto
renomegalia es un hallazgo concurrente habi- (Bickford y Butt 1955; Delamónica 1987). En
tual (Maddison 1988). La arteriografía ha sido los perros se ha descripto la presencia de ondas
el método de elección durante varias décadas, trifásicas focalizadas en las áreas temporales,
pese a ser un método invasivo que requiere la coincidentes con valores séricos de amoníaco
canalización de un vaso esplácnico como, por superiores a 130 g% (valores normales: hasta
ejemplo, la arteria mesentérica craneal. La ul- 80 g%). Entre los 100-120 g% las alteracio-
trasonografía es útil para DPS intrahepáticas, nes del EEG consisten en moderada desorga-
cuando existe una dilatación de los vasos anó- nización difusa generalizada (mezcla de fre-
malos dentro del hígado, o cuando comunican cuencias), mucho más notoria en la zona de
con la vena cava caudal. Las derivaciones ex- proyección de los electrodos temporales, aso-
trahepáticas son difíciles de observar median- ciadas a descargas de puntas semiperiódicas.
te ultrasonografía, porque las asas intestinales En todos los casos había signos neurológicos,
ocultan los vasos anómalos. En estos casos, los consistentes en crisis parciales complejas con
hallazgos más consistentes son la disminución vocalización, marcha circular y ceguera tem-
de la silueta hepática y la reducción de los diá- poral, asociadas ocasionalmente a convulsiones
metros de las venas porta y hepática (Fossum (Pellegrino 2001). Las ondas trifásicas no son
1999). Con el advenimiento de la ecografía Do- patrimonio exclusivo del coma hepático, y pue-
ppler es factible identificar la localización del den ser observadas en otras condiciones como
vaso sospechoso y la dirección del flujo san- en la anestesia por éter o en comas urémicos
guíneo en su interior. También puede valorarse (Delamónica 1987; Niedermayer 1993; Tanimu
la velocidad de la circulación portal, brindando et al. 1998).
evidencia de hipertensión portal e intrahepáti- La RM muestra cambios característicos de
ca. El flujo sanguíneo portal hacia el hígado la EH. Las lesiones hiperintensas alojadas en
(hepatópeta) es normal, mientras que el flujo los núcleos basales (particularmente el núcleo
que se aleja del hígado (hepatófuga) es anormal lentiforme –putamen y globo pálido–) en se-
(Bunch 2000). En el caso de las fístulas AV con- cuencia T1 han sido bien descritas en humanos
génitas la ecografía doppler permite determinar con EH (Kuliseusky y Pujols 1992; Weissen-
las características del flujo venoso portal en los born 1995; Gupta y Dhiman 2003; Fukuzawa et
lóbulos hepáticos que no están afectados por al. 2006). Se cree que las regiones hiperintensas
la fístula. Si el flujo es normal se recomienda se deben al depósito de manganeso (Lucchini et
la cirugía; si hay hipoplasia verdadera de los al. 2000). Lesiones similares han sido comuni-
espacios porta está contraindicada (Belerenian cadas en perros y gatos con DPS (Torisu et al.
et al. 2007). 2005; Dewey 2008).
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La centellografía o gammagrafía ha sido encuentra disminuido (Koblik y Hornof 1995).


evaluada en detalle para el diagnóstico de la en- Esta técnica evalúa en forma específica la irri-
fermedad hepatocelular en los animales domés- gación portal más que la masa hepática, ya que
ticos. Se trata de un procedimiento diagnóstico la magnitud de la captación hepática está rela-
no invasivo que se realiza mediante la adminis- cionada directamente con el flujo portal (Bunch
tración de una pequeña dosis de una sustancia 2000). La valoración cualitativa se logra por la
emisora de radiación gamma. El isótopo que detección de mayor radiactividad a nivel cardía-
se utiliza con mayor frecuencia es el tecnecio co y pulmonar. La valoración cuantitativa surge
99 (99mTc), que se incorpora al específico ra- de las curvas que realiza el equipo, en las que
diofarmacéutico para el estudio planeado. Por se gráfica la actividad del corazón y del hígado,
ejemplo, el 99mTc ligado al azufre coloidal, cuya comparación numérica arroja un valor co-
que es fagocitado por los macrófagos del hí- nocido como fracción de anastomosis, que per-
gado y del bazo, se administra para valorar la mite calcular el porcentaje de flujo sanguíneo
masa hepática. Luego de la excreción fisiológi- portal que elude al hígado. Valores por encima
ca del radiofármaco de los espacios normales de 14-15% indican la presencia de una DPS
vasculares y extracelulares, las áreas residuales (D’anna y Waldhorn 2003). La centellografía
normales o anormales de acumulación o de ex- portal transcolónica no es capaz de identificar
clusión en determinados órganos o tejidos se el vaso que desvía la sangre de la vena porta, y
detectan mediante un sistema externo de cáma- puede presentar resultados falsos negativos si el
ra gamma. Las imágenes se basan en la detec- desvío es pequeño e involucra solamente a una
ción de la emisión radioactiva que produce el porción periférica del sistema portal (por ejem-
radiofármaco, visible en una escala de grises plo, si se encuentra a partir de la vena gástrica)
(Bunch 2000). (Johnson 1995b), o si el animal tiene displasia
Otra aplicación de la gammagrafía en me- microvascular hepática (Fossum 1999). No se
dicina veterinaria es el diagnóstico de las DPS. han detectado resultados falsos positivos.
El estudio utilizado se denomina centellografía El diagnóstico definitivo de la DPS se esta-
portal transcolónica (Koblik y Hornof 1995; blece a través de la identificación quirúrgica de
Bunch 2000). Es el método de elección, de- la derivación, portografía de contraste positivo
bido a su carácter incruento y a su capacidad intraoperatoria, ultrasonografía o centellografía
de cuantificar la magnitud de la ADPS. Esta nuclear (Fossum 1999). Las técnicas de porto-
característica permite considerar el pronóstico grafía utilizadas son la esplenoportografía, la
y evaluar nuevamente al paciente luego de la portografía arterial mesentérica craneal, la ar-
resolución quirúrgica. Se utiliza pertecnetato teriografía celíaca, la cateterización portal tran-
marcado con 99mTc. Se administra por vía rec- sesplénica y la portografía de la vena yeyunal
tal, y luego se grafica la ruta vascular seguida (la más sencilla y efectiva) (Millar y Fossum
por el isótopo luego de su absorción. El 99mTc 2002). Un estudio concluyó que si una DPS en
es absorbido por la mucosa intestinal, pasando la portografía es craneal a la vértebra T13, es
luego a la circulación portal donde es captado probable que sea intrahepático, mientras que si
inicialmente por el hígado, y posteriormente por es caudal a T13, probablemente sea extrahepá-
el corazón y los pulmones. Las curvas de acti- tico (Birchard et al. 1989).
vidad/tiempo permiten comparar los tiempos La DMH es casi imposible de diagnosticar
de aparición de la actividad en ambos órganos. sin la realización de una biopsia hepática. Estos
El intervalo temporal hígado-corazón mayor a pacientes suelen presentar parámetros sanguí-
2 segundos se ha considerado como normal; neos normales o ligeramente alterados en rela-
en los individuos con DPS dicho intervalo se ción a los que padecen DPS, y la centellografía
36 AN. VET. (MURCIA) 25: 21-45 (2009). ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA. PELLEGRINO, F. C.

portal transcolónica no muestra alteraciones digestibilidad y una alta calidad biológica, de


(Fossum 1999; Dewey 2008). manera que no produzcan residuos nitrogena-
dos (Drazner 1989). Las dietas que contienen
TRATAMIENTO elevados niveles de AACR y arginina son las
más indicadas. Deben poseer niveles adecuados
El objetivo terapéutico en los pacientes con de todas las vitaminas y debe estar suplemen-
EH es restaurar la función neurológica normal. tado con potasio, calcio y zinc. El contenido
Para ello es preciso identificar y corregir los graso debe ser normal, ni restringido ni suple-
factores desencadenantes, reducir la absorción mentado. Los alimentos caseros pueden incluir
de las toxinas elaboradas por los organismos queso cottage, huevos asociados a arroz o fi-
entéricos (fundamentalmente amoníaco) y lo- deos. Se pueden adicionar pequeñas cantidades
grar la disminución de la interacción entre las de carne de pollo o pescado con legumbres o
bacterias entéricas y las sustancias nitrogenadas verduras y dulces. Las proteínas vegetales nece-
(Bunch 2000). Los factores desencadenantes de sarias para proveer las calorías proteicas resul-
EH incluyen comidas abundantes en proteínas, tan en cantidades excesivas, pero los vegetales
infecciones bacterianas, hemorragias gastroin- y las frutas pueden utilizarse para suplementar
testinales, transfusiones sanguíneas, farmacote- las otras dietas. La proteína del huevo es una
rapias inapropiadas y anormalidades hidroelec- buena fuente de arginina (especialmente para
trolíticas y del equilibrio ácido-base (Fossum los gatos, que no poseen la capacidad de sinte-
1999; Bunch 2000; de Andrade Neto 2003). tizarla), pero también contiene más metionina
La metodología básica para el manejo de (que puede agravar la EH) que la proteína lác-
la EH consiste en una combinación de restric- tea. Aunque la restricción proteica reduce las
ción proteica en la dieta, agentes de acción lo- manifestaciones de la EH, debe administrarse la
cal que disminuyan la formación de amoníaco cantidad de proteína suficiente como para dete-
absorbible y aceleren la evacuación intestinal, y ner el catabolismo y mantener el peso corporal.
antibióticos que eliminen las bacterias genera- Las necesidades son, sobre una base de materia
doras de amoníaco y otras toxinas entéricas. El seca, de 14 a 17 % para los perros y 30 a 35 %
tratamiento debe implementarse para el control para los gatos (Bunch 2000).
indefinido de los signos clínicos, como en la La lactulosa es un disacárido sintético que no
insuficiencia hepática crónica o en las DPS ad- es digerido ni absorbido en el intestino delgado,
quiridas, o para el control sintomático previo a y es degradado por las bacterias intestinales en
una cirugía correctiva, como en el caso de las el colon; al brindarles un sustrato energético no
DPS congénitas. En cualquiera de los casos, el proteico, reduce la formación de amoníaco. La
abordaje terapéutico es similar en esencia (Bun- lactulosa es hidrolizada por las bacterias co-
ch 2000). Conceptualmente, los animales que lónicas produciendo ácidos orgánicos (láctico,
padecen EH crónica se manejan inicialmente acético, fórmico) que acidifican el contenido
sólo con modificación dietética. Las medica- intestinal (Dewey 2008); asimismo transforma
ciones se incorporan si el control sintomático el amoníaco (NH3) en amonio (NH4+), que no
no es adecuado. es absorbido por la mucosa del colon. Además
El control alimenticio puede ser realizado actúa como un catártico osmótico reduciendo
mediante el uso de raciones comerciales hipo- el tiempo de tránsito intestinal, lo que contribu-
proteicas (Hill’s k/d o u/d), alimentación casera ye a disminuir la producción y la absorción de
o ambas. El objetivo es proveer una dieta en la amoníaco (Drazner 1989; Tyler 1990b; Fossum
que la fuente primaria de energía sean los car- 1999; Bunch 2000). Puede ser administrado por
bohidratos. Las proteínas deben poseer elevada vía oral o como enema de retención. La dosis
AN. VET. (MURCIA) 25: 21-45 (2009). ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA. PELLEGRINO, F. C. 37

recomendada varía de 2,5 a 25 ml por vía oral cina líquido (20 mg/kg) contribuye a reducir la
3 veces al día (0,5 ml/kg en perros; 2,5-5 ml población bacteriana. También se pueden ad-
totales en gatos). La finalidad es que el animal ministrar enemas de retención con neomicina
tenga 2 a 3 deposiciones blandas diarias. Los y/o lactulosa (Birchard y Sherding 1992; Hardy
efectos colaterales pueden incluir diarrea copio- 1992). El enema más efectivo se prepara con
sa, vómitos, anorexia, incremento en la deple- lactulosa y agua en una relación de 3:7, en dosis
ción de potasio y agua gastrointestinal (Bunch de 20 ml/kg. La solución se deja actuar con la
2000; Dewey 2008). ayuda de una sonda Foley durante 15-20 minu-
Cuando la dieta, sola o combinada con lac- tos. Estos enemas se aplican cada 4 a 6 horas
tulosa, es insuficiente para controlar la EH pue- (Bunch 2000).
den incorporarse otras medicaciones. Los anti- La fluidoterapia vía EV para reemplazar
bióticos pueden ser utilizados con el objeto de las pérdidas consiste en la administración de
reducir la microflora intestinal responsable de solución salina 0,45 % en dextrosa al 2,5 %,
la producción de amoníaco. La neomicina por con el agregado de potasio (Fossum 1999). Si
vía oral (10-20 mg/kg cada 8-12 hs) es de pri- no se puede determinar la concentración sérica,
mera elección para los microorganismos gram- una dosis de 20 mEq de cloruro de potasio por
negativos ureasa positivos, pero debe evitarse cada litro de solución es una dosis segura. Se
en pacientes con aumento en la concentración deben evitar las soluciones con lactato, que se
sanguínea de productos nitrogenados no pro- convierte en bicarbonato, ya que las soluciones
teicos (urea y/o creatinina). La ampicilina (22 alcalinizantes pueden agravar o desencadenar
mg/kg, bucal, EV, IM o SC cada 6-8 hs) y el la EH al promover la formación de amoníaco.
metronidazol (10 mg/kg, bucal o EV, cada 8-12 Adicionalmente debe identificarse y corregirse
hs) también reducen las concentraciones intes- rápidamente la eventual hipoglucemia. Si bien
tinales de amoníaco y están indicadas para el no hay datos estadísticamente significativos, se
control de microorganismos anaerobios (Tyler ha reportado que el empleo de flumazenil (un
1990b; Birchard y Sherding 1992; Hardy 1992; antagonista específico de las benzodiacepinas)
Johnson 1995b; Fossum 1999; Bunch 2000). en una dosis única de 0,02 mg/kg vía EV mejo-
En caso de convulsiones incontrolables pos- ra rápida y notoriamente el estado neurológico
quirúrgicas se debe asumir la presencia de ede- en algunos animales (Bunch 2000).
ma cerebral y, en consecuencia, debe instituirse El procedimento quirúrgico es el tratamien-
terapia con manitol. Adicionalmente pueden to más indicado en perros que presentan DPS
administrarse anticonvulsivantes que no se me- con posibilidad de ser corregidas. El manejo
tabolicen en el hígado. El bromuro puede con- médico debe iniciarse en forma previa a la te-
tribuir a la depresión del sensorio en pacientes rapia quirúrgica, pero la cirugía es siempre el
con EH; se obtuvieron buenos resultados con la tratamiento de elección. Si no se corrige el tras-
aplicación de levetiracetam vía IV, pero en un torno primario que resulta en la disminución del
número limitado de animales (Dewey 2008). flujo sanguíneo hacia el hígado y la ausencia de
Los animales con coma hepático deben ser factores hepatotróficos (como insulina y glu-
tratados en forma agresiva y de inmediato. El cagon) y otros nutrientes, el proceso hacia la
ayuno, la administración de enemas y la flui- atrofia hepática es irreversible. La expectativa
doterapia EV constituyen los pilares de la me- de vida para los animales tratados solamente en
todología terapéutica. Los enemas limpiadores forma médica varía de los 2 meses a los 2 años.
con agua tibia eliminan el contenido del colon La restauración de la llegada de los factores
y evitan la absorción de toxinas. El agregado hepatotróficos al hígado produce la regenera-
de povidona yodada 10 % o sulfato de neomi- ción hepática. Sin embargo, la cirugía se asocia
38 AN. VET. (MURCIA) 25: 21-45 (2009). ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA. PELLEGRINO, F. C.

con una tasa de mortalidad relativamente alta. et al. 2003). La tasa de mortalidad relacionada
A pesar de eso es lo indicado para alcanzar una con la resolución quirúrgica es del 14-21% para
expectativa de vida normal (Fossum 1999; de las DPS extrahepáticas (Johnson et al. 1987;
Andrade Neto 2003). Scavelli et al. 1986; VanGundy et al. 1990), y
Los objetivos quirúrgicos son la identifica- del 25% para las intrahepáticas (Breznock et al.
ción y la ligadura o atenuación del vaso anó- 1983). Las atenuaciones de DPS solitarias dan
malo. En muchos casos no es posible ocluir por buen resultado al largo plazo en el 50% de los
completo el desvío sin inducir una hipertensión casos (Komtebedde et al. 1995). Los pacien-
portal que ponga en riesgo la vida del paciente. tes con anastomosis hepáticas múltiples pueden
Si no es posible realizar la ligadura completa beneficiarse mediante la atenuación de la vena
puede ser necesario una segunda intervención cava caudal, en caudal del hilio hepático. El
varios meses después, aunque en algunos ani- objetivo es elevar la presión venosa sistémica
males las comunicaciones anómalas se trombo- intraabdominal por encima de la del sistema
san. Si la anastomosis no se puede detectar en venoso portal, mejorando de este modo el flujo
forma intraoperatoria directa, puede ser necesa- sanguíneo portal hepático. Una complicación
rio recurrir a la portografía. Esta técnica permi- postoperatoria infrecuente (aproximadamente
te localizar la lesión. Es preferible realizarla en el 5% de los casos) pero a menudo fatal de la
una intervención separada para evitar tiempos atenuación quirúrgica de las DPS es la actividad
operatorios prolongados (Fossum 1999). convulsiva severa (crisis seriadas o estado de
Los protocolos anestésicos deben tener en mal). La mayoría de estos pacientes no presenta
cuenta que el funcionamiento hepático se en- historia de convulsiones antes de la cirugía, que
cuentra deteriorado, y la absorción, el metabo- comienzan a los pocos días de realizada, con
lismo y la depuración de las drogas se encuen- un profundo cuadro encefalopático (Hardie et
tran deprimidos. Sumado a ello, las drogas que al. 1990). Si bien este fenómeno involucra una
poseen elevada afinidad proteica son afectadas complicada combinación de alteraciones neuro-
por las reducidas cantidades de albúmina que químicas, podría deberse fundamentalmente a
suelen presentarse en pacientes con DPS. De- una caída brusca de las sustancias semejantes a
ben evitarse los fármacos metabolizados por las benzodiacepinas (Hardie et al. 1990; Dewey
el hígado (barbitúricos, fenotiazina) y aquellos 2008).
con alta afinidad por las proteínas (diazepam) Recientemente se ha desarrollado un me-
(Lyman 1995). canismo ocluyente hidráulico controlado en
Las DPS extrahepáticas o intrahepáticas so- forma percutánea, que permite una oclusión
litarias se tratan mediante ligadura o atenuación posquirúrgica gradual del vaso anómalo. Los
del vaso anómalo (Hottinger et al. 1995; Komte- resultados preliminares son alentadores (Adin
bedde et al. 1995; Miller y Fowler 2006). Suele et al. 2006; Dewey 2008).
utilizarse un dispositivo denominado constric- Las fístulas AV se tratan mediante la ex-
tor ameroide, un anillo de caseina comprimida tracción del lóbulo hepático afectado, si en
rodeada por un anillo de acero inoxidable, que los restantes no se desarrolla hipoplasia por-
al hidratarse se va cerrando en su interior (Vogt tal (Fossum 1999). Se ha descripto un caso de
et al. 1996; Murphy et al. 2001; Kyles et al. hipertensión portal canina debida a una fístula
2002; Adin et al. 2004; Mehl et al. 2005; Bright arterioportal intrahepática en una hembra Bea-
et al. 2006). También se han utilizado bandas gle de 4 meses de edad, sin hipoplasia de los
de celofán alrededor del desvío (Mckee et al. espacios porta (Belerenian et al. 2007). Luego
1948; Hunt et al. 2004) y rollos intravascula- de realizada la cirugía correctiva el flujo portal
res trombogénicos (Weisse et al. 2002; Leveille posoperatorio (y con ello el trofismo hepático)
AN. VET. (MURCIA) 25: 21-45 (2009). ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA. PELLEGRINO, F. C. 39

Tabla 1: Causas principales que pueden dar lugar a Encefalopatía Hepática

Anomalías vasculares
Derivaciones intrahepáticas (habitualmente congénitas y únicas)
Derivaciones extrahepáticas congénitas (habitualmente únicas)
Derivaciones extrahepáticas adquiridas (múltiples), secundarias a hepatopatías que producen
hipertensión portal
Displasia microvascular hepática
Fístulas hepáticas arteriovenosas
Daño hepatocelular
Insuficiencia hepática fulminante (viral, medicamentosa, agudización de procesos crónicos)
Deficiencias enzimáticas en el ciclo de la urea
Deficiencia de sintetasa de arginosuccinato

aumentó luego de cerrar la fístula, por lo que los BIBLIOGRAFÍA


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vasos anómalos o la ligadura de la vena cava shunts: 42 cases (1991-1996). J. Am. Vet.
debe realizarse la medición de la presión portal, Med. Assoc. 214:218-220.
que en los perros normales es de 6-10 mmHg, ADIN C.A., GREGORY C.R., KYLES A.E.,
más elevada que la presión venosa sistémica GRIFFEY S.M., KENDALL L. 2004. Effect
(0-4 mmHg). Estas presiones suelen equiparar- of petrolatum coating on the rate of occlu-
se en pacientes con DPS solitarias. Las presio- sion of ameroid constrictors in the perito-
nes portales excesivas, por encima de los 15-18 neal cavity. Vet. Surg. 33:11-16.
mmHg pueden resultar en congestión esplác- ADIN C.A., SEREDA C.W., THOMPSON M.S.,
nica, hipertensión portal y muerte (Whiting y WHEELER J.L., ARCHER L.L. 2006. Out-
Peterson 1995; Fossum 1997). come associated with use of percutaneously
controlled hydraulic occlude for treatment of
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El pronóstico para gatos con DPS extrahe- ARONSON L.R., GACAD R.C., KAMINS-
páticas, y para perros y gatos con DPS intrahe- KY-RUSS K., GREGORY C.R., MULLEN
páticas es reservado. Los pacientes con DMH K.D. 1997. Endogenous benzodiazepine ac-
pueden ser bien controlados con terapia médica tivity in the peripheral and portal blood of
a largo plazo. El pronóstico para animales con dogs with congenital portosystemic shunts.
otros trastornos hepáticos es altamente varia- Vet. Surg. 26:189-194.
ble, de acuerdo a la patología presente (Dewey ASCHNER M., GANNON M. 1992. Manga-
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