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“El ejercicio de los derechos humanos y la igualdad no es un sueño, es un deber de los gobiernos,
de las Naciones Unidas y de todos los seres humanos," Ex. Secretario General Ban Ki-moon.
El reconocimiento de la igualdad de género ha sido una conquista histórica exclusiva de las mujeres.
Hace algunas décadas plantearse la igualdad de género era un hecho inconcebible ya que se
consideraba que las mujeres eran naturalmente diferentes e inferiores a los hombres. La extensa
historia de desigualdad entre los sexos sentó las bases del favoritismo hacia los hombres y el
tratamiento injusto hacia las mujeres. La igualdad de género representa el respeto a nuestros
derechos como seres humanos y la tolerancia de nuestras diferencias como mujeres y hombres.
Pese a la masiva incorporación femenina a la fuerza de trabajo y lucha social, las brechas de género
persisten. Desigualdades de género son consecuencia directa de las perspectivas ancestrales sobre
el lugar y el papel que deben ocupar las mujeres en la sociedad, basadas en prejuicios y
discriminaciones evidentes. En la igualdad de género se lucha principalmente por que las mujeres
puedan ejercer un trabajo de alto rango y un estatus social igualitario, a pesar de las ideologías
tradicionales existentes.
Las mujeres han hecho aportes extraordinarios a la sociedad y hay historias de mujeres que
demuestran su resistencia, fortaleza y valor. Ya sea como maestras, campesinas, comerciantes,
políticas, madres o policías, las mujeres y las niñas hacen un aporte diario de muchas maneras,
visibles e invisibles; realizando la gran mayoría del trabajo no remunerado, que incluye el cuidado
de los niños y las niñas, la cocina, la limpieza y la agricultura. Este trabajo no remunerado es
esencial para que los hogares y las economías funcionen, pero también se valora menos que el
trabajo remunerado.
La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer están ganando terreno a nivel
mundial en todo el mundo. Las costumbres con el paso de los años han sido modificadas,
adaptándose a los nuevos tiempos en beneficio de los derechos de las mujeres. Son más las Jefas
de Estado o de Gobierno y hay una mayor proporción de mujeres que ocupan cargos de ministro en
los gobiernos, la mayoría de ellas destacadas en los sectores sociales, como la educación y la salud.
Las mujeres ejercen cada vez más influencia en el mundo de los negocios. Son más las niñas y
adolescentes que asisten a la escuela y que crecen con un mejor nivel de salud y en mejores
condiciones de realizar su potencial. Alentar a más mujeres para que se conviertan en líderes en
todas sus regiones ayudará a fortalecer las políticas y las leyes orientadas a lograr una mayor
igualdad entre los géneros.
En 2016 el 22,8 % de los representantes parlamentarios nacionales eran mujeres, lo que significa
que la proporción de mujeres parlamentarias ha aumentado muy lentamente desde 1995, cuando
se situaba en un 11,3 %. A escala mundial, a principios de junio del mismo año, había 38 Estados
donde las mujeres representaban menos del 10 % del total de los parlamentarios en cámaras
individuales o cámaras bajas, incluyendo cuatro cámaras sin presencia femenina. En la actualidad
2017, 10 mujeres son Jefas de Estado y hay 9 Jefas de Gobierno, las féminas representan el 23% de
los escaños parlamentarios.
La población femenina es responsable del 61,5 % del sector de servicios, 13,5% de las industrias y
25% de la agricultura; Aunque sólo el 1% de la propiedad de la tierra en el mundo pertenece a las
mujeres y, sin embargo, cultivan aproximadamente el 80% de su superficie. Ocupando un 4% en los
cargos de dirección general de empresas en todos los sectores empresariales.
La mujer ha demostrado una intensa pasión por prepararse, por asumir y superar con infinito coraje
la dura realidad en que ha vivido. Cuando se empodera a una mujer, toda su familia se beneficia, y
estos beneficios suelen tener un efecto multiplicador y positivo en las generaciones futuras. Esto es
indudable y es determinante en el escalamiento social, político y cultural que hoy han alcanzado. El
liderazgo femenino se ha convertido en una parte importante de la trasformación y el
emprendimiento de nuevas sociedades, logrando sobresalir y traspasar barreras sociales y políticas
que han estado marcadas por la sociedad.