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agregándoseles la “U” como código, 14497 especímenes fueron nachos, y envolvían el conjunto con otro gran manto de algodón
trasladados al Museo Nacional; entre ellos los materiales Paracas (Aponte 2013: 46-48, Fig. 49). Los fardos más ricos podían tener
Necrópolis (Tello y Mejía 1967: 254-255, MAA-UNMSM 1946, V. varias capas de ofrendas, mientras los más pobres podían estar
Paredes comunicación personal). En 1956, tras la reapertura del compuestos por un paño simple (Tello y Mejía 1979: 264).
Museo de la Universidad, la mayoría de la colección arqueoló-
Finalmente, colocaban el fardo funerario en una tumba cavada en
gica fue retornada desde el Museo Nacional (Olivera 1970: 35).
la arena, y le ponían ofrendas externas, como armas, vasijas, cerá-
mica y alimentos. Cubrían todo con arena limpia y seca. Marcaban
ARENA BLANCA Y EL NÚCLEO FUNERARIO 8 la ubicación de cada fardo con una vara de señal formada con cañas
envueltas con hilos, telas o plumas de colores (Tello y Mejía 1979:
El sitio arqueológico Arena Blanca se ubica en la península de 264, Tello 2005: Lám. XI, Aponte 2006: Fig. 3, Aponte 2013: 48).
Paracas, en un área colindante a la playa Cequión Chico y al Ce-
rro Colorado. En Cerro Colorado están el cementerio Paracas
Necrópolis de Wari Kayan y el sitio de habitación y cementerio TEJIDOS PARACAS NECRÓPOLIS
Paracas Cavernas. El grupo más notable de ofrendas de un fardo era el de los teji-
dos. A través de ellos podemos examinar la cronología relativa,
En las 54 hectáreas de Arena Blanca se distinguen alrededor de
los recursos a los cuales tenían acceso, la tecnología textil, los
veinte núcleos de habitación y trece núcleos funerarios (Tello y
tipos de prendas que usaban, la ideología, entre otros.
Mejía 1979: 249). Los núcleos funerarios estuvieron dentro de
las viviendas en desuso, o cerca de estas. El Núcleo Funerario De manera general, el análisis iconográfico de los tejidos ha per-
8 habría sido el más grande e importante de Arena Blanca, por mitido identificar que las representaciones estuvieron enmarca-
la presencia de fardos con ricas ofrendas funerarias. Ya hemos das dentro de la concepción cosmológica de las sociedades andi-
mencionado que con los tejidos saqueados en ese lugar se con- nas tradicionales (Aponte y Thays 2013: 62). Se han identificado
formaron colecciones antes de 1925 (Tello y Mejía 1979: 287). personajes y temáticas: los personajes con atributos de aves, feli-
nos, serpientes, ballenas o tiburones, aludirían a ancestros míti-
Dos tejidos notables que provendrían del Núcleo Funerario 8 serían cos o divinidades (Yacovleff y Muelle 1934: 134, Frame 2001: 72,
el “Manto blanco”, actualmente en el Museo de la Universidad, y el Aponte y Thays 2013). También, se han identificado atributos de
“Manto calendario”, en el Museo Brooklyn (Tello y Mejía 1979: 85). poder usados por las élites: diademas, cetros de mando, collares,
penachos, abanicos y cabezas trofeo; y las armas usadas por los
guerreros: lanzas, dardos y porras (Tello y Mejía 1979: 383, 410,
LOS FARDOS FUNERARIOS 478, 497). Un tema central desarrollado son los sacrificios huma-
Los Paracas Necrópolis creían en una vida después de la muerte nos para los dioses o ancestros míticos, en un rito que habrían
y proveían a sus difuntos de los elementos necesarios para ese realizado los chamanes, en pos de mantener el equilibrio cósmico
viaje. Construían un fardo funerario en cuyo núcleo se encontra- (Aponte y Thays 2013). La ofrenda del sacrificio sería necesaria
ba el fallecido, rodeado por diferentes tipos de ofrendas: tejidos, para que los dioses o ancestros pudieran brindar las condiciones
adornos personales, armas, herramientas, cerámica y alimentos. suficientes para la subsistencia humana. En ese sentido, se obser-
va que la fertilidad agrícola jugó un papel vital, remarcado por la
Los fardos tenían una estructura establecida y estaban cons- representación continua de flores, frutos y raíces comestibles, en
tituidos por sucesivas capas de tejidos envueltos (Yacovleff y particular en la época tardía de la sociedad Paracas Necrópolis.
Muelle 1932: 70-73, Tello y Mejía 1979, Paul 1991, Frame 2001,
Makowski 2005, Frame 2012, Aponte y Thays 2013, Aponte A partir del análisis de los cambios en el estilo decorativo de los
2013: Fig. 11, Thays y Aponte en prensa). El cuerpo era dispues- tejidos se ha establecido una secuencia cronológica de tres fases
to en forma flexionada y, en primer lugar, le colocaban ofrendas para Paracas Necrópolis: Horizonte Temprano 10 e Intermedio
de adornos personales, alimentos, ovillos y prendas miniatura. Temprano 1 y 2 (260 cal a.C a 80 cal d.C) (Dwyer y Dwyer 1975,
A continuación le ponían prendas de vestir, y envolvían todo el Paul 1980, Unkel et al. 2012).
conjunto con un manto de algodón de grandes dimensiones, en
cuya parte superior formaban un moño como falsa cabeza, con En Paracas Necrópolis utilizaron, en primer lugar, el algodón;
lo que formaban una primera capa. en segundo lugar, el pelo de camélido para tejer las telas de las
prendas, y exclusivamente hilos de pelo de camélido para bordar
Como segunda capa colocaban una serie de prendas de acuer- las bandas decorativas. Las técnicas generales fueron el tejido
do con el género del fallecido. Si era varón ponían un unku y si llano 1x1 para la tela base y el bordado punto plano atrás para
era mujer, un vestido. Sobre este colocaban un manto bordado. los bordes. En menor proporción utilizaron otras técnicas, como
Adornaban la falsa cabeza con turbantes, ñañakas, llautos y pe- el anudado, el anillado, el anillado con aguja, el trenzado plano,
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el enrollado, el pintado, el tapiz, la gasa y la doble tela, etc. (Ca- lo 2009: fotos 279 y 292). Por lo general, los motivos de
rrión 1931: 54, fig. 3, O’Neale 1942: 157, 162, fig. 3, 12). la parte central son representaciones de felinos vistos de
perfil, el Ser Oculado, la Cabeza Radiada y el Ave Bicéfala.
El análisis formal de las prendas ha permitido identificar sus tipos
(Carrión 1931: 73, Yakovleff y Muelle 1934, Paul 1980: 64-103, El fragmento analizado conserva la sección trenzada plana
Aponte 2006: fig. 4), sobre todo las de uso masculino. Las ñañakas, con motivos de rombos, la sección enrollada con motivos
turbantes y cintas eran para cubrir y envolver la cabeza; los unkus de listas y cuadros, y los largos flecos retorcidos y multico-
y túnicas –especies de camisas– y esclavinas –camisas cortas–, lores. Asimismo, en el borde de la sección en trenzado pla-
eran para cubrir el torso; los mantos y mantas, para la espalda; y no se observan restos de la sección central anudada, con
las waras o taparrabos y faldas, para la parte inferior del cuerpo. hilos de color rojo. Este llauto fue construido enteramente
en hilos de pelo de camélido en colores rojo, ocre, amarillo,
azul y verde. A partir de la proyección del fragmento anali-
TEJIDOS PARACAS NECRÓPOLIS EN LA COLECCIÓN
zado, el llauto completo debió alcanzar los cinco metros.
DEL MUSEO DE LA UNIVERSIDAD
En la colección textil del Museo de la Universidad se han identi- Por lo general, este tipo de prendas se encontraba en la
ficado catorce tejidos Paracas Necrópolis que corresponden a la última capa del fardo, como parte del tocado de la falsa
Colección Tello, formada entre 1913 y 1919. Se verificaron sus cabeza (Medina 2009: 12, Sotelo 2009: fotos 279 y 292).
numeraciones, entre 600 y 900, y se confrontaron sus descrip- Se ha registrado en fardos de primera categoría que datan
ciones en el inventario de 1946. Estos tejidos Paracas Necrópolis del Horizonte Temprano 10 al Intermedio Temprano 1A
serían los adquiridos por Tello a Enrique Mestanza en 1915. (Paul 1980: tabla 3). Este fragmento en particular es se-
mejante a otros llautos registrados en los fardos 49 y 400
1. Llauto anudado (860 U; 3001-5526), (fig. 1). Pieza incom- del Intermedio Temprano 1A.
pleta que corresponde al extremo de un turbante anuda-
do, rojo, elaborado con hilos de pelo de camélido. Mide Los llautos anudados tienen una tradición de desarrollo
207 x 16 cm. que se origina en la época anterior, Paracas Cavernas, y con-
tinúa en Paracas Necrópolis hasta el Intermedio Temprano
Este tipo de turbante está constituido por una sección 1. Estos llautos eran una expresión de alto estatus, ya que
central hecha en tejido anudado con representaciones se han encontrado principalmente dentro de fardos de pri-
iconográficas; a cada extremo presenta una sección en mera categoría. Desde Paracas Cavernas su producción fue
trenzado plano con motivos de rombos, luego una sección limitada porque su elaboración era altamente especializada
enrollada y, finalmente, flecos largos (Medina 2009, Sote- y requería un tiempo largo (Medina 2009: 13-14).
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2. Wara triangular (0688 U; 3001-5527) (Fig. 2). Compuesta
por un campo de algodón con la banda bordada en color
morado, presenta la figura de un personaje con rasgos de
ave e insecto. Está consolidada sobre una tela moderna.
Mide 105 x 46 cm.
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El personaje representado viste una esclavina y una fal- Temprano 1 y Nasca Temprano se observa un símil entre
da. Tiene brazos y piernas humanos, alas de ave y boca la cabeza humana y los frutos (véase la fig. 8) .
con palpos y aparato picador-chupador, como un insec-
Tanto este tejido cuanto el estudiado por Paul, del Fardo
to. En la mayoría de representaciones, entre las manos
89 (MNAAHP RT 3221), presentan la banda con el fondo
sujeta un objeto, que está chupando. Los personajes con morado y los mismos colores en el personaje, aunque con
atributos de insectos son comunes en los tejidos Paracas bloques de color distintos. En tal sentido, este espécimen
Necrópolis del Intermedio Temprano 2 (Thays y Aponte podría ser contemporáneo con los materiales del Fardo
en prensa). En cuanto al objeto que sostiene, en una de 89, pero por la representación del personaje con rasgos
las representaciones de este borde se ha bordado una ca- más marcados de insecto, sería de inicios del Intermedio
beza. En la iconografía Paracas Necrópolis del Intermedio Temprano 2.
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3. Wara triangular (686 U; 3001-5528) (Fig. 3). Elaborada
como en el caso anterior, el campo es de algodón con la
banda bordada en color ocre, donde hay un personaje con
rasgos de ave y felino que sujeta con una mano una cabe-
za cercenada y con la otra, un cuchillo con punta trian-
gular. La wara está consolidada sobre una tela moderna.
Mide 85 x 42 cm.
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El personaje de la wara comparte características con otros principal acaba de cercenar la cabeza de la víctima, pues
de Paracas Necrópolis, como aquellos del sp. 31 del Fardo aún la sujeta por los cabellos mientras mantiene el cuchi-
243, sp. 43 y 52 del Fardo 310, sp. 80 del Fardo 421 y el llo en la otra mano. En el sp. 52 del Fardo 310, se presenta
sp. 11 del Fardo 364 (Tello 2005: fig. 42, Paul 1980: figs. la cabeza cortada. Rituales de sangre que incluyen el sa-
97 y 98, Dwyer y Dwyer 1975: fig. 6). Asimismo, existen crificio del personaje denominado “danzante” o “contor-
representaciones similares en la cerámica Nasca Tempra- sionista”, tras perder una batalla, han sido identificados
no (Eisleb 1975: 116 a y b). El análisis conjunto de estas en tejidos Paracas Necrópolis del Intermedio Temprano 2
representaciones sugiere la escenificación de un ritual de (Aponte y Thays 2013). En este caso, la víctima parece ser
sacrificio humano. El ceramio Nasca Temprano muestra uno de los individuos que se observan en el tejido 364-11,
al personaje principal sujetando a la víctima, desnuda, donde el personaje principal, con rasgos de ave y felino,
por los cabellos. En la wara que nos ocupa, el personaje sujeta a una pareja de danzantes aún vestidos.
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4. Esclavina (847 U; 3001-5529) (fig. 4). Mitad longitudinal
de una esclavina cuyo campo está tejido con un hilo bico-
lor beige y verde oscuro. Presentaba bandas bordadas en
L en los bordes y bandas bordadas en el contorno del cue-
llo. La forma habría sido la misma que la esclavina (ver
fig. 13). Las bandas se dividen en recuadros de colores y
al interior llevan la figura de un felino. Mide 64 x 22 cm.
La pieza completa debió medir 64 x 44 cm. Está consoli-
dada sobre una tela moderna.
La tela del campo fue tejida en tela llana con un hilo bicro-
mo de algodón y pelo de camélido: el cabo beis es de algo-
dón y el verde oscuro, de pelo de camélido. Durante el In-
termedio Temprano 2 de Paracas Necrópolis se observan
cambios en las telas usadas en el campo: a las telas llanas
monocromas de algodón se agregan telas a cuadros, así
como la técnica de enrollado para decorar el campo, el
uso de urdimbres suplementarias y de tramas suplemen-
tarias, o gasas (D’Harcourt 1962, 60, fig. 37, Plate 88, Paul
2010: fig. 12, 17, MNAAHP RT 1028 253-27).
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6. Wara triangular (687 U; 3001-5531) (fig. 6). Tiene un len del rostro. Esta ave ha sido identificada como la go-
campo de algodón y banda bordada en color verde, con londrina inca de mar (Larosterna inca) (Paul 1993: 283,
motivos de aves. Está consolidada sobre una tela moder- fig. 6c.). Representaciones similares se han registrado en
na. Mide 79 x 42 cm. el Fardo 310, sp. 54 a (Intermedio Temprano 1B) (Paul
1980: tabla 3).
La banda decorativa fue tejida en tela llana con hilos de
algodón, y unida al paño mediante costura. El bordado de
la banda fue en punto plano atrás, y le hicieron un rebor-
de anillado con aguja. Usaron hilos de pelo de camélido
color verde oscuro para el fondo y para las figuras, hilos
color crema, ocre, salmón, amarillo, verde pacae, rojo, ne-
gro, azul acero, azul oscuro, celeste, castaño rojizo y mo-
rado. La banda mide 60 x 2 cm.
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7. Manto (653 U; 3001-5532) (fig. 7). El campo es de fibra
de camélido, color verde, y tiene bandas bordadas en co-
lor guinda con flecos retorcidos color morado. La figura
representada en las bandas es un ser humano con rasgos
de felino. La pieza está consolidada sobre una tela moder-
na. Mide 175 x 55 cm.
Figura 7. Foto del manto 3001-5532 y detalle del personaje con atributos de felino.
Fotografías: Delia Aponte.
Dibujo: Mary Frame 2001: Fig. 4.6B.
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8. Manto (715 U; 3001-5533) (fig. 8). Fragmento de la banda
de un manto, bordada en color guinda, con un campo de
tela llana color azul verdoso. La tela llana está unida a la
banda con puntadas e hilos modernos. El personaje en la
banda tiene rasgos de mono y atributos vegetales. La ban-
da mide 120 x 14 cm y la tela llana azul verdoso, 202 x 64
cm.
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es 0845, que coincide con los numeradores de la colección
Tello del Museo de la Universidad (MAAUNMSM 1946) y
las características del tejido: el mismo color de fondo para
los recuadros del campo y las bandas, y los mismos perso-
najes bordados, con los mismos bloques de color.
Figura 8. Banda decorativa del manto 3001-5533, campo original del manto (MNAAHP: RT-1410), detalle y dibujo del personaje con atributo de mono y vegetales.
Fotografía: Delia Aponte. Motivos del Campo Principal del Manto (MNAAHP: RT-1y10). Fotografía: Proyecto Telefónica.
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9. Turbante (632 U; 3001-5534) (fig. 9). Solo está la banda
del extremo de la prenda, con restos del campo de algodón
beis. Sobre el fondo bordado en color morado de la banda
hay un personaje antropomorfo con atributos de ave.
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ta detrás de las piernas, cae la cola de líneas quebradas
de un ave falcónida, un atributo de ave. El personaje está
presentando una cabeza cercenada, la que sujeta por los
cabellos con una mano y sostiene por la base con la otra.
El personaje representado está de pie con la cabeza de Los colores usados, el uso de flecos triangulares anilla-
lado. Sobre la cabeza lleva un turbante que le cubre el dos, las pequeñas lengüetas bordadas y la forma de la
cabello y cuyas puntas caen sobre su hombro. Viste una wara, permiten asignar este tejido a finales del Interme-
túnica, pantorrilleras y tobilleras. Desde la espalda, has- dio Temprano 1 e inicios del Intermedio Temprano 2.
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10. Manta pequeña (694 U; 3001-5535) (fig. 10). Con un
campo de algodón beis, en un lado tiene una banda bor-
dada, delgada y color verde oscuro, donde representaron
un ave. Mide 65 x 63 cm.
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sentan el mismo personaje con los mismos detalles e igual Otras waras llanas de algodón como la examinada aquí,
distribución en los bloques de color. En el registro de in- se han registrado, en particular, en el Fardo 91 de Arena
greso del MFA se lee que el fragmento les fue donado en Blanca: sp. 63; 76; 77; 78; 79; 80; 81 y 92 (MNAAHP RT.
1921 por Denman Ross (antes del descubrimiento de Pa- 655, 670, 671).
racas por Tello). La wara, fragmentada, debió formar parte
del lote de tejidos Paracas que Mestanza vendió en 1915
a Tello, Graña y Carbajal. Con la mediación de Tello, quien
viajó a Norteamérica (entre el 27 de diciembre de 1915 al
8 de enero de 1916) para asistir al Congreso de America-
nistas en Washington, Carbajal vendió su tercio de tejidos
a Ross (Daggett 1991: 36-38, 2005: 55, 2012: 386-387).
Está compuesta por un tejido rectangular realizado con Figura 11b. Detalle y dibujo del personaje en las bandas de la wara.
hilos de algodón color crema al que agregaron los bordes Foto y dibujo: Delia Aponte.
laterales e inferior y flecos retorcidos, también de algo-
dón color crema. La pieza ha perdido los tirantes de tren-
zado plano que iban cosidos en las esquinas superiores y
que servían para amarrarla a la cintura.
Figura 11a. Wara rectangular 3001-5536. Figura 12. Wara monocroma 3001-5537.
Foto: Delia Aponte. Foto: Delia Aponte
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13. Esclavina (643 U; 3001-5598) (fig. 13). Elaborada ínte- que penden a cada lado de la cara –decoradas con láminas
gramente en pelo de camélido, el campo es de color verde circulares–, la nariguera, la vara anillada y el collar, se tra-
y presenta bandas bordadas en color ocre. La figura pre- taría de un personaje de alto rango. Lleva en la mano una
sente en el campo y bandas corresponde a un personaje cabeza trofeo, sujeta por la cuerda inserta en el cráneo.
visto de frente, vestido con túnica y wara, con un tocado Este mismo personaje aparece en el Manto Blanco (ver
radiado en la cabeza, que sujeta en una mano una cabeza fig. 14), que revisaremos más adelante.
trofeo y en la otra, una vara anillada. Mide 56 x 69 cm.
Asimismo, en el reborde anillado se observa la figura es-
La esclavina fue realizada sobre una tela llana verde. Las quematizada de una porra pequeña.
bandas las bordaron con punto plano atrás, los rebordes Una representación temprana de este personaje se obser-
tejidos en anillado con aguja y los flecos retorcidos. Usa- va en un tejido del Fardo 12 (MNAAHP RT. 3217), que por
ron hilos de pelo de camélido color ocre en los fondos de el estilo decorativo sería del Horizonte Temprano 10B. La
las bandas y de los rebordes. Para las figuras de las ban- representación tardía, se encuentra en el manto 29 del
das y los rebordes, y los flecos, usaron hilos de colores Fardo 451 (Frame 2001: fig. 4.10 B)
blanco, amarillo claro, ocre, celeste, rojo, verde oscuro,
verde pacae, rosado, azul, azul oscuro, castaño claro y En su análisis del Manto blanco, Frame identifica a esta
morado. figura como un personaje de muy alto rango dentro del
grupo representado, mientras Sotelo lo identifica como el
La figura representada sería un personaje masculino, por Sol (Frame 2008, Sotelo 2015). De acuerdo con las pren-
la wara y la túnica con apéndice en la parte posterior. Por das y adornos llevados por este personaje, concordamos
el tipo de tocado radiado, la doble diadema, las bandas con Frame en que sería de muy alto rango. La identifica-
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Figura 13b. Esclavina 3001-5598.
Foto: Delia Aponte.
ción de Sotelo como Sol parece acertada, pero no la ha 1920, época en que se fundó el Museo de la Universidad, y
sustentado. En ese sentido, por la corona que lleva, el que murió en 1921, por lo que debió formar su colección
personaje podría representar al Sol, al dios Sol o ser su antes del descubrimiento de Paracas en la península. Am-
representante, como gobernante o sacerdote. En la ama- bos tejidos debieron formar parte de la colección Mestan-
zonía peruana, solo los jefes masculinos yagua, huitoto, za, y proceder del mismo cementerio y fardo funerario.
orejones, cashinawa y ocaina llevaban coronas de plumas
que simbolizaban la corona solar (Girard 1958). Por otro lado, en el MNAAHP hay un fragmento de tur-
bante que también tiene el campo verde, las bandas en
Esta esclavina debió formar parte del ajuar de un fardo color ocre, y las mismas figuras bordadas de la esclavina,
de primera categoría. En la colección del Museo de Arte con similares bloques de color en los campos. Su código
de Lima (MALI) puede verse un manto3 cuyo campo es de antiguo, 0659 (MNAAHP RT. 6047), corresponde a la co-
color verde, realizado en hilos de pelo de camélido, con lección Tello del Museo de la Universidad (MAAUNMSM
las bandas en color ocre y un personaje en el campo y las 1946). Finalmente, el fragmento de turbante5 que se ob-
bandas, todo similar a esta esclavina. Adicionalmente, ese serva en la colección del Peabody Museum (PMH, 15-41-
manto y esta esclavina presentan los mismos bloques de 30/86901) y otro fragmento de turbante6 en el Centro
color en el personaje, lo que confirma que formaron par- de Documentación y Museo Textil de Tarrasa, Barcelona
te del mismo juego de prendas. El manto verde del MALI (08034) comparten con este fragmento en el MNAAHP la
pertenecía a la colección de Javier Prado Ugarteche4, quien misma conformación de las figuras, incluso en los peque-
fue rector de la Universidad de San Marcos entre 1915 y ños errores, y presenta los mismos bloques de color.
3. https://www.google.com/culturalinstitute/asset-viewer/ceremonial-mant- 5. http://pmem.unix.fas.harvard.edu:8080/peabody/media/view/Ob-
le/8gFkpt_R76VKXA?hl=en jects/81420/158708?t:state:flow=dd2b7300-14da-40f8-b327-0bbabfec4d46
4. http://www.mali.pe/coleccion.php 6. http://imatex.cdmt.es/_cat/fitxa_fitxa.aspx?m=n&num_id=7668&t=71
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14. Manto Blanco (793 U; 2275; 3001-5757) (fig. 14). De for- De los ocho personajes de alto estatus representados en
ma rectangular, el campo central es de color blanco y las el manto, uno sería femenino y siete masculinos (Frame
bandas laterales, de color morado, con ocho personajes 2008: 242-244, 247-248, fig. 1). Las representaciones
bordados. Mide 278 cm x 138 cm. bordadas referirían a antepasados míticos (Frame 2008:
250), pero también podrían ser personajes de élite que
El manto está conformado por tres paños: uno central y personifican a seres míticos, dentro de un contexto ri-
de mayor tamaño que constituye el campo, y dos angostos tual. El alto estatus de los personajes está expresado en
y largos que forman la base de las bandas. El campo y las las diademas, narigueras, pendientes con láminas, toca-
bandas fueron realizados en tejido llano 1 x 1, en hilos de dos complejos, penachos, collares y varas de mando re-
algodón color blanco para el campo y beis para las ban- presentados, objetos todos encontrados en los fardos de
das. Las figuras en el campo y las bandas fueron bordadas primera categoría. Cuatro personajes son del mayor ni-
en punto plano atrás con hilos de pelo de camélido en co- vel jerárquico, por la doble diadema que llevan, mientras
lor morado para el fondo de las bandas y para las figuras, los otros serían de menor estatus. Para Frame, los cua-
con colores blanco, crema, amarillo, ocre, verde claro, ver- tro primeros corresponderían a un linaje de alto rango,
de oscuro, rojo, rosado, azul, azul verdoso, celeste claro, mientras los segundos serían asistentes de los ancestros
morado, castaño y negro. o dioses (Frame 2008: 258, 259).
Frame (2008), Chocano (2012) y Sotelo (2015) han presen- Siete de los ocho personajes en este manto fueron borda-
tado estudios sobre los personajes representados en este dos de manera individual en otros mantos, en particular
manto, por ello, solo haremos algunas propuestas al respecto. aquellos colocados en la capa externa de los fardos Para-
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cas Necrópolis. Asimismo, cuatro de estos personajes fue- rra, y a la función que el ancestro-dios tendría en el ritual,
ron representados juntos en una falda (Frame 2008: 251, en honor de los seres representados.
fig. 7), que pudo proceder del mismo lote de tejidos del
Manto blanco (Daggett 1991: 36-38, Frame 2008: 251). De acuerdo con el análisis de la forma del manto, este ha-
La representación de estos personajes por separado en bría formado parte del ajuar de un individuo masculino de
otros tejidos indica que fueron iconos representativos de alto rango. Sotelo considera que el personaje que llevó este
la sociedad, y su representación en conjunto en más de un manto debió ser un guerrero (2015: 218); no obstante, de-
tejido sugiere que un discurso los unió. bió tratarse de un sacerdote o jefe, debido a la complejidad
ritual e iconográfica que representa. Este manto pudo re-
La iconografía representada en el manto daría cuenta de ferir a las actividades rituales que dirigía quien lo vistió.
un mito y su rito, como se ha podido detectar en otros
mantos. Cada uno de los personajes presentes es el actor Por el estado de conservación y la forma e iconografía del
de un rito que refiere a un mito, cuyo relato y representa- manto, este habría sido uno de los últimos tejidos con que
ción fueron necesarios para mantener el equilibrio en la se envolvió el fardo, es decir, de la capa externa de tejidos.
sociedad humana. Cada personaje estaría representando De acuerdo con la iconografía, el estilo decorativo (bloque
tres aspectos: a un ancestro mítico, ahora dios, a un per- de color), y la distribución formal de ambos, el fardo co-
sonaje de élite, representante del ancestro-dios en la tie- rrespondería al periodo Intermedio Temprano 1B.
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CONCLUSIONES fardos 310 y 347. La presencia de estas prendas en la colección
indica que tenían un formato bien establecido.
Los tejidos Paracas Necrópolis de la colección del Museo de la
Universidad de San Marcos provienen de la colección Mestanza, La mayor parte de los iconos identificados se observa en otros te-
formada con materiales que Quintana y Contreras saquearon del jidos Paracas Necrópolis de Wari Kayan. En particular destacan
cementerio de Arena Blanca de la península de Paracas. Tello, las representaciones, sin mayor variación, de los personajes del
Graña y Carbajal compraron esa colección en octubre de 1915. Manto blanco (3001-5757), del personaje con tocado radiado en
Tello donó su parte, de 57 tejidos, al Museo de la Universidad, la esclavina verde (3001-5598), del mono con atributos vegeta-
mientras Graña y Carbajal comercializaron sus lotes. Tello me- les (3001-5533) y de la golondrina inca del mar (3001-5531).
dió en la venta del lote de Carbajal a Ross, durante su viaje a
Estados Unidos, en 1916 (Daggett 2005: 55). Tejidos que origi- Por sus características, los tejidos de esta colección debieron
nalmente fueron de la colección Mestanza se han identificado en proceder de tres o cuatro fardos funerarios. Uno debió ser de
el Museo de Arte de Lima (el manto verde comprado por Prado inicios del Intermedio Temprano 1A, del que pudieron ser dos
antes de 1921), en el Museo Peabody de Harvard y el Centro de waras rectangulares y el turbante anudado (3001-5536, 3001-
Documentación y Museo Textil de Tarrasa, Barcelona (fragmen- 5537, 3001-5526). El segundo fardo debió ser el del Manto Blan-
co (3001-5757), del Intermedio Temprano 1B. Un tercer fardo
tos del mismo turbante), y en el Museum of Fine Arts de Boston
debió ser de finales del Intermedio Temprano 1B o inicios del
(un fragmento de wara donado por Ross en 1916).
Intermedio Temprano 2, que tenía un conjunto de prendas a jue-
Las características y el estado de conservación de los materiales go: una esclavina (3001-5598), el manto del MALI y un turbante
indican que fueron extraídos de fardos relativamente bien con- fragmentado (MNAAHP, Museo Peabody de Harvard y el Centro
servados, y seleccionados antes de ser vendidos. No queda claro de Documentación y Museo Textil de Tarrasa, Barcelona). Este
si algunas piezas fueron divididas antes o después de su venta. tercer fardo, u otro contemporáneo o ligeramente más tardío,
En todo caso, la calidad y buena conservación de los tejidos su- pudo contener a las waras triangulares (3001-5527, 3001-5528,
giere que procedieron de distintas capas de fardos enterrados al 3001-5530 y 3001-5531), la esclavina con la representación
menos a tres metros de profundidad, y seguramente cubiertos del felino (3001-5529), dos mantos (3001-5533, 3001-5532),
con arena seca y limpia (Tello y Mejía 1979: 127 y 264). El aná- y un turbante (3001-5534). Estos últimos tejidos pudieron co-
lisis de los tejidos permite afirmar que pertenecieron a varones rresponder al mismo fardo por el rango de colores similares, en
de alto estatus, envueltos en fardos de primera categoría, según particular un verde petróleo casi negro y el guinda, y porque los
la clasificación de Tello. personajes fueron representados con colores diferentes para la
cara y las extremidades.
Temporalmente, los tejidos corresponden del Periódo Interme-
dio Temprano 1 al Intermedio Temprano 2. Las prendas identifi- El fardo que contuvo el juego de prendas debió tener más de dos
cadas son: un llauto anillado y trenzado, un turbante, una manta capas de envoltorios, como en el caso del Fardo 290, que tiene
pequeña, dos esclavinas, cuatro waras triangulares, dos waras varias capas, donde están distribuidas las prendas del juego, de
rectangulares y tres mantos. Todas las prendas son masculinas, acuerdo con su formato (Tello y Mejía 1979, Aponte 2006). Es
excepto la manta pequeña, de cuyo género hay poca información muy probable que el manto estuviera en la capa externa, como
para una identificación definitiva. suelen encontrarse los mantos con esa conformación e icono-
grafía, por la buena conservación del tejido; la esclavina debió
En cuanto a su elaboración, estos tejidos presentan el rango de estar en una capa más interna, mientras el turbante estuvo cer-
técnicas utilizadas en Paracas Necrópolis de la península: telas ca del cuerpo. Por lo anterior, el turbante debió estar bastante
llanas 1x1 con hilos de algodón preferentemente para los cam- deteriorado y fragmentado, lo que permitió su comercialización
pos, bordado en punto plano atrás con hilos de pelo de camélido por separado.
para las bandas decorativas de las prendas y anillado en aguja
para los rebordes; asimismo, anudado, trenzado plano y enro- Finalmente, varias de estas prendas presentan un trabajo de
llado para la elaboración de turbantes de grandes dimensiones. conservación antiguo, el que se habría realizado en el Museo Na-
cional, donde funcionó un taller de conservación textil (Thays
El rango de formas, conformación y función de las prendas es 2007: 52). Algunos caracteres de la conservación, como el tipo
el mismo que aquellas de Paracas Necrópolis de la península. de tela base, y los hilos y técnicas usados, permiten plantear que
Hay mantos, esclavinas, turbante, waras rectangulares con lazos las reparaciones habrían sido hechas entre 1946 y 1956, cuando
y waras triangulares. En esta colección destacan cuatro waras los tejidos estuvieron en el Museo Nacional. Asimismo, las mar-
triangulares, antes solo registradas en el Fardo 89. Asimismo, cas dejadas por tachuelas en varios de estos tejidos indican que
hay un tipo de “turbante” que solo se había identificado en los estuvieron en exposición en esos años, por lo menos.
58
En suma, aunque la colección de tejidos Paracas Necrópolis del D’HARCOURT, Raoul.
Museo de la Universidad procede de un saqueo, tiene varias ca- 1962 “Textiles of Ancient Peru and their techniques”. G. Denny y
racterísticas peculiares que acentúan su valor. Con las eviden- C. Osborne, eds. University of Washington Press, Seattle.
cias arqueológicas e históricas, ha sido posible establecer su
lugar de origen en el sitio arqueológico de Arena Blanca. Asimis- DWYER, Edward y DWYER Jane.
mo, por los caracteres de los tejidos, puede plantearse que fue- 1975 “The Paracas Cemeteries: Mortuary Patterms in a Pe-
ron extraídos de tres o cuatro fardos funerarios de primera ca- ruvian South Coastal Tradition”. Death and the Afterlife in
tegoría. Las formas y función de los tejidos permiten identificar Pre-Columbian America. E. Benson, ed. Dumbarton Oaks Re-
patrones bien establecidos en cuanto a la producción textil de search Library and Collections, Trustees for Harvard Universi-
esa sociedad. Las representaciones iconográficas contribuyen a ty. Washington, pp. 145-161.
profundizar aspectos de la ideología.
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Finalmente, el derrotero seguido por estos materiales, y otros 1975 Altperuanische Kulturen I. Veröffentlichungen des Museu-
asociados, permite aclarar la historia de los saqueos y la comer- ms für Völkerkunde Berlin, n.F. 31. Abteilung Amerikanische Ar-
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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
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Mayor de San Marcos
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Primera edición
Lima, mayo de 2016
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