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CAPITULO VI
Autonomía de las Instituciones de Educación Superior.
Artículo 28. La autonomía universitaria consagrada en la Constitución Política de Colombia y de
conformidad con la presente Ley, reconoce a las universidades el derecho a darse y modificar sus
estatutos, designar sus autoridades académicas y administrativas, crear, organizar y desarrollar sus
programas académicos, definir y organizar sus labores formativas, académicas, docentes,
científicas y culturales, otorgar los títulos correspondientes, seleccionar a sus profesores, admitir a
sus alumnos y adoptar sus correspondientes regímenes y establecer, arbitrar y aplicar sus recursos
para el cumplimiento de su misión social y de su función institucional.
Artículo 29. La autonomía de las instituciones universitarias o escuelas tecnológicas y de las
instituciones técnicas profesionales estará determinada por su campo de acción y de acuerdo con
la presente Ley en los siguientes aspectos:
a) Darse y modificar sus estatutos.
b) Designar sus autoridades académicas y administrativas.
c) Crear, desarrollar sus programas académicos, lo mismo que expedir los correspondientes
títulos.
d) Definir y organizar sus labores formativas, académicas, docentes, científicas, culturales y de
extensión.
e) Seleccionar y vincular a sus docentes, lo mismo que a sus alumnos.
f) Adoptar el régimen de alumnos y docentes.
g) Arbitrar y aplicar sus recursos para el cumplimiento de su misión social y de su función
institucional.
Parágrafo. Para el desarrollo de lo contemplado en los literales a) y e) se requiere notificación al
Ministro de Educación Nacional, a través del Instituto Colombiano para el Fomento de la
Educación Superior (Icfes).
Universidades Públicas del Caribe Colombiano: Caracterización
Se hace una caracterización de las Universidades públicas del Caribe Colombiano en la que
se tienen en cuenta la historia, misión, visión, proyecto educativo institucional, estructura
organizacional y reformas estatutarias.
Universidad
Universidad Universidad
popular del
del Magdalena del Atlántico
cesar
Universidad
de La Guajira
El Colegio Seminario funcionó hasta 1850, fecha durante la cual estuvo ofreciendo formación
universitaria sin titular directamente a sus estudiantes, trámite que debía hacerse a través de la
Universidad del Magdalena e Istmo con sede en Cartagena. La formación en esta primera
institución se hizo a través de cátedras en educación básica primaria, secundaria y de formación
general, así como cátedras universitarias en Derecho (la mayor parte), Medicina (en algunos de
esos años, a partir de 1835) y una cátedra en teneduría de libros (lo que actualmente llamamos
contaduría). Esta institución sobrevivió a pesar del permanente clima de inestabilidad financiera y
política, bajo la sabia dirección del abogado samario Esteban Díazgranados Díazgranados, quien se
dedicó al trabajo docente en la ciudad durante más de quince años, continuando la trayectoria de
directivo universitario que había iniciado en su Universidad de origen, el Colegio Mayor del
Rosario.
En la provincia de Santa Marta se crearon luego del Colegio Provincial Santander dos colegios
provinciales más, uno de nombre Colegio Bolívar, de personas conservadoras y católicas, con una
brevísima existencia en 1853, y que al parecer sólo pretendía aprovecharse de la posibilidad de
graduar estudiantes que concedió la libérrima legislación universitaria de 1850. El otro surgió en
1857 y se denominó Colegio provincial Salazar, entidad dirigida por el abogado Eduardo Salazar.
Las instituciones educativas creadas en la década de 1850, carecieron de la estabilidad que
generan los ingresos constantes y una dirección continua. En ellos fue permanente la disputa con
autoridades eclesiales por los recursos que había manejado la Iglesia Católica para el Colegio
Seminario y que debían transferirse por ley a los colegios provinciales. Sin embargo, este proceso
parece que no concluyó a cabalidad, y aún en 1865 cuando se creó una nueva institución
universitaria estatal del nivel federal, el Instituto Magdalena, los recursos del Colegio Provincial
Santander eran aún redimidos frente al Estado Federal del Magdalena por los deudores de tal
institución. El Instituto Magdalena surgió, probablemente, en imitación al nuevo cambio en la
concepción sobre la educación superior que se daba en el país, ya que el Congreso de la República
estudió durante cuatro años (desde 1864), la creación del Instituto Nacional de Artes y Oficios
(que sólo se vino a concretar en Bogotá para 1867).
El Instituto Magdalena se diferenció de las anteriores, porque nació consciente de las dificultades
financieras tratando de salvar estas restricciones buscando fuentes de financiación diversas. Por
eso operó con base en recaudos e imposición tributaria directa a actividades comerciales, para lo
cual el rector del Instituto fue dotado de un poder de jurisdicción coactiva como rector
recaudador. Esta institución fue reemplazada por otra que heredó su estructura institucional y
financiera en 1868, la Universidad del Estado Federal del Magdalena. Esta universidad continuó
formando profesionales hasta 1871, año en que una ley federal determinó su cierre y estuvo a
cargo de dirigir la educación primaria y secundaria de la época y formó abogados, médicos y
literatos, así como angloparlantes y tenedores de libros. El cierre de esta institución estuvo
avalado por políticos locales que apoyaban un discurso de constitución de nación centralista, los
cuales consideraban que la educación superior debía realizarse exclusivamente a través de la
Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, vedando el acceso a la educación
superior en la propia ciudad.
Noventa años después, en 1962 se reinstauró la Universidad del Magdalena, luego de sucesivos
intentos infructuosos para reabrir la Universidad, uno de los cuales dio lugar a la apertura del Liceo
Celedón. La nueva Universidad, esta vez del nivel departamental, se llamó Universidad Tecnológica
del Magdalena, su oferta académica se enfocó en Agronomía hasta 1969. A partir de este año
empezó a ofrecer Economía Agrícola, en 1970, Administración Agropecuaria y en 1972
Administración Agropecuaria en jornada nocturna. Al año siguiente ofreció Ingeniería Pesquera,
que sigue siendo la única ingeniería de su tipo en el país. La Universidad había iniciado labores en
su sede histórica, el claustro San Juan Nepomuceno, pero a finales de esa primera década se
trasladó al campus San Pedro Alejandrino.
En la década de los ochentas, la Universidad emergió con relativa calma del período convulsionado
que vivió la universidad latinoamericana en los setentas, gracias a la dirección del rector de la
época Adolfo Charrys Castañeda. Sin embargo, las grandes demandas sindicales empezaron a
afectar la gobernabilidad de la institución que llevaron al Instituto Colombiano para el fomento de
la educación Superior , ICFES, a intervenir la Universidad para hacerse cargo de ella en los
primeros años de la década. Luego de la aplicación de paliativos que no resolvieron su crisis
crónica en los años subsiguientes, a comienzos de los noventas, el rector Gustavo Cotes Blanco
propuso una severa reforma académica y administrativa a través de mesas de trabajo concertadas,
y diseñó consensuadamente estrategias de planeación institucional que fueron acogidas y
determinaron el rumbo de la siguiente administración rectoral que le sucedió, la del Ingeniero
Oswaldo Pérez Molina, quien se encargó de ejecutar varias de las recomendaciones formuladas en
el proceso liderado por el Doctor Cotes Blanco, entre esas, el impulso a la Educación a Distancia y
la oferta de programas de postgrado en convenio con universidades del extranjero.
Posteriormente en la década de 1990, se hizo la apertura del programa de Ingeniería Civil junto
con la amplia oferta de la modalidad a distancia, que llegó a tener más estudiantes que la
educación presencial. Sin embargo, el crecimiento fue realizado sin planeación, lo que a la postre
derivó en situaciones de desfinanciación, que conllevó a la pérdida de dinámica administrativa por
saturación de la oferta y la rigidez institucional que no permitió comprender esta situación,
afectando los procesos académicos. Las altas cargas laborales y prestacionales, producto de
desmedidas concesiones a trabajadores oficiales y su ilegal extensión a empleados públicos de la
Universidad, bajo la amenaza de paro, llevaron a la renuncia sucesiva de cinco rectores entre los
años de 1996 y 1997.
Misión
Valores institucionales
La Universidad del Magdalena reconoce y promueve entre los miembros de su comunidad los
siguientes valores:
Principios
Propósitos Institucionales
Desarrollar procesos de formación con calidad que permitan a los estudiantes su plena
realización personal y profesional y su inserción exitosa en el mundo del trabajo.
Lograr la acreditación por alta calidad de los programas y la Institución en el ámbito
nacional e Internacional.
Promover la investigación como generadora de conocimiento, del desarrollo curricular y
de la articulación con el contexto.
Fortalecer los programas y proyectos de extensión y proyección social, tanto solidaria
como contratada, para aportar al desarrollo de las comunidades e instituciones locales,
regionales y nacionales e incidir en las políticas públicas.
Promover y fortalecer una comunidad académica, con profesores altamente calificados e
integrados a redes académicas nacionales e internacionales, que sean reconocidos como
pares en los procesos de evaluación, de producción académica y desarrollo de programas
e instituciones.
Consolidar los programas y proyectos de cooperación nacional e internacional, la
conformación de redes académicas y el intercambio institucional.
Ofrecer y/o administrar programas de educación en las modalidades formales e
informales, y para el trabajo y el desarrollo humano, que se soporten con la utilización de
ambientes virtuales y otras estrategias tecnológicas de comunicación e información que
permitan una amplia participación de las personas interesadas.
Contribuir a la formación de nuevos ciudadanos que aporten a la consolidación de la
democracia, respeten los derechos humanos y se comprometan con la convivencia
pacífica.
Promover el desarrollo de estrategias y proyectos que conlleven al mejoramiento de la
calidad de la educación preescolar, básica y media.
Fortalecer la financiación concurrente a través del compromiso de la nación, el
departamento, el Distrito Especial de Santa Marta, los municipios y el sector privado en la
entrega de aportes para el desarrollo de la Universidad.
Fortalecer las relaciones de la universidad con los distintos entes y sectores del Estado, y el
sector productivo, con miras a garantizar la construcción e implementación de un
proyecto regional y nacional de desarrollo social y sostenible para la sociedad.
Integrar y/o asociar la Universidad a corporaciones, fundaciones nacionales e
internacionales y otras instituciones públicas o de economía mixta que aporten al
desarrollo de las comunidades para apalancar la solución a problemáticas cruciales.
Impulsar procesos de organización y capacitación de las comunidades de base, con el fin
de hacer posible la construcción de una mejor sociedad civil.
Participar activamente en la vida social, política, cultural y económica del territorio, la
región y el país, buscando responder a las necesidades de transformación que demanda la
sociedad.
Promover y apoyar la conformación y consolidación de asociaciones de los diferentes
estamentos vinculados a la comunidad universitaria en aras de contribuir al
fortalecimiento y desarrollo institucional y del contexto.
Entendiendo que la docencia, como función esencial de la educación superior, “no sólo abarca la
enseñanza sino todas sus actividades conexas, como la planeación y evaluación curricular, la
preparación de clases, la gestión docente, la evaluación de la enseñanza y la evaluación del
aprendizaje” su desarrollo implica una verdadera organización académica que la Universidad del
Magdalena logra a través de sus políticas en:
Definir criterios institucionales que permitan la vinculación de docentes con alta titulación
académica, para el desarrollo del conocimiento, la investigación y la extensión.
Ofrecer condiciones e incentivos que atraigan y mantengan la vinculación de docentes con
altos niveles de formación en la Institución.
Garantizar la logística y el soporte económico para las diferentes etapas del proceso de
obtención de patentes solicitadas por los docentes.
Reconocer el tiempo de dedicación del docente a la investigación y la producción de guías,
módulos, libros de texto, artículos, producción de software, material digital, multimedia y
audiovisual.
Promover espacios de socialización que permitan intercambiar la producción académica e
investigativa de los docentes, con el fin de establecer la creación de equipos
interdisciplinarios y la consolidación de comunidad académica.
Incentivar y apoyar la participación de los docentes en diversos eventos académicos de
carácter regional, nacional e internacional.
Promover la creación de espacios de cualificación docente en los temas referentes a la
práctica docente (diseños curriculares, metodologías de enseñanza y aprendizaje,
evaluación, entre otras), al desarrollo investigativo y en temas pertinentes para las
diversas áreas de conocimiento según los requerimientos.
Capacitar y aportar recursos para la utilización de las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones TIC’s como una herramienta de soporte para la docencia.
Garantizar recursos económicos para soportar las publicaciones de los docentes y grupos
de investigación.
Los diseños pedagógicos y curriculares, que se asuman desde las diversas facultades y programas
académicos deben responder a los interrogantes básicos de la pedagogía: ¿Qué tipo de hombre y
de mujer se pretende formar? ¿Por qué se forma? ¿Para qué se forma? ¿Cómo se forma? ¿Con
qué se forma? Con base en lo anterior, las políticas y lineamientos académicos para diseños
pedagógicos y curriculares, tendrán las siguientes características:
Fomentar el perfil del estudiante como investigador, con visión global, con capacidad de
renovarse, de autoformarse, con sentido de pertenencia, alta calidad académica y sentido
político; de tal manera que la toma de decisiones esté caracterizada por su capacidad
analítica-crítica.
Desarrollar la capacidad argumentativa y discursiva del estudiante, de manera tal que
pueda asumir posiciones personales frente a temas diversos, respetar las apreciaciones de
los demás para llegar a acuerdos comunes, en una relación armoniosa con el medio del
cual forme parte.
Considerar al estudiante como actor en la comunidad regional, nacional e internacional,
para que a través del fomento de la conciencia ciudadana y del proceso de formación
pueda intervenir en beneficio de ella.
Promover el sentido de la competencia, competitividad y emprendimiento, como ejes
fundamentales del impacto social.
Desarrollar en el estudiante el pensamiento crítico como herramienta fundamental para
enfrentar los retos de la sociedad moderna, en sus ámbitos políticos, económicos,
sociales, culturales.
En relación con el por qué se forma ese tipo de hombre y mujer
La Universidad tendrá en cuenta las características del entorno para orientar el proceso de
formación, siguiendo los lineamientos enumerados a continuación en búsqueda de:
La Universidad del Magdalena propenderá por generar cambios significativos en el ámbito local,
regional y nacional, teniendo en cuenta los siguientes lineamientos:
Fomentar la iniciativa ciudadana para debatir o resolver los problemas del desarrollo del
territorio.
Promover la valoración cultural del patrimonio y la cultura caribe para el manejo de los
bienes y recursos públicos.
Participar en los procesos de interlocución entre gobierno y sectores de la ciudad y la
región.
Velar por el mejoramiento de los espacios físicos que permitan el desarrollo deportivo y
cultural de los estudiantes.
Coherencia entre los componentes del currículo con la intencionalidad de la formación integral
Determinar que los contenidos programáticos de las diferentes cátedras ofrecidas desde
los programas, deben contemplar elementos sólidos y claros que fortalezcan la
intencionalidad de la formación integral.
Fortalecer y mejorar permanentemente, a través de un proceso de investigación, la
administración y contenidos de las cátedras y espacios para la formación integral,
garantizando una inducción e información efectiva a los estudiantes.
Articular los programas existentes de extensión hacia la comunidad en las diferentes
facultades, con el eje de Formación Integral y Ciudadana. Esta articulación se caracterizará
por el sentido crítico social que permita la participación estudiantil en los diferentes
ámbitos del contexto regional y local.
Consolidar el carácter de electivo de la formación integral.
Garantizar que en los ámbitos del contexto regional y local en los cuales se precisa la
participación de los estudiantes correspondan con el escenario académico de su
formación profesional y con implicaciones de las prácticas democráticas a nivel nacional y
a nivel internacional desde la perspectiva del mundo contemporáneo
Los ambientes virtuales se constituyen en un proyecto innovador que responde a las necesidades
de ampliación de oferta académica y de cobertura con amplias posibilidades de estándares de
calidad y a la creación de nuevos espacios educativos. La implementación de este proceso en los
niveles de pregrado, postgrado y además en las modalidades presencial y a distancia, permitirán
una oferta curricular más flexible, amplia y eficiente. Estos espacios de formación se fundamentan
en un modelo de educación autónoma y colaborativa, que integran materiales interactivos y
plataformas educativas que privilegian una amplia variedad de medios que permiten al estudiante
desarrollarse en su entorno según sus potencialidades.
Se entiende por evaluación del aprendizaje la acción académica por medio de la cual se produce
información que permite valorar el aprendizaje en proceso y los resultados del mismo, con el fin
de comprender la eficiencia y eficacia de la formación académica, al identificar las deficiencias y
avances, que sirven de fundamento para transformar y mejorar el proceso con la toma de
decisiones coherentes y oportunas.
En la evaluación los estudiantes no han de ser solo objetos de la evaluación, en tanto que ellos
pueden hacer parte de ella a través de creativos e innovadores eventos de autoevaluación, e
inclusive, sus propios compañeros, a través de co-evaluadores puedan dar cuenta del avance y
calidad de la formación. Para lograrlo se han definido, los siguientes lineamientos:
Asumir la evaluación del aprendizaje como una acción académica que permite identificar
las deficiencias y avances de los estudiantes, así como, la valoración del aprendizaje como
fundamento para transformar el proceso y la toma de decisiones coherentes y oportunas.
Adoptar la evaluación del aprendizaje como parte del proceso didáctico destacando su
importancia y la posibilidad de constituirse en punto de partida para revisar el avance
académico de los estudiantes.
Percibir la evaluación del aprendizaje como una oportunidad para la reflexión y análisis de
los factores incidentes en los procesos formativos que posibiliten la formulación de
propuestas de investigación.
Identificar las dificultades del estudiante y del proceso de enseñanza de manera que se
tomen los correctivos para favorecer la apropiación significativa del conocimiento.
Privilegiar las pruebas de análisis, comprensión y aplicación a contextos particulares que
permitan la estructuración de propuestas, la observación, interpretación, argumentación
crítica y no limitarse solamente a la verificación de información memorizada.
Propiciar ambientes de reflexión y discusión que permitan el análisis crítico de los factores
que optimizan u obstaculizan el aprendizaje, y la retroalimentación oportuna.
Introducir pruebas objetivas como instrumento de evaluación con el propósito de facilitar
la familiarización y dominio de preguntas tipo -ECAES- Exámenes de Estado de Calidad de
la Educación Superior.
Promover la creación de espacios de análisis, evaluación y decisión sobre los resultados de
la evaluación del aprendizaje.
Ser un medio para que la Universidad del Magdalena rinda cuentas y garantice ante la
sociedad y el Estado; la idoneidad, solidez y calidad institucional y de los programas que
ella ofrece.
Brindar información confiable a los usuarios del servicio educativo del nivel superior y
alimentar el Sistema Nacional de Información creado por la Ley.
Consolidar la creación de comunidades académicas que promuevan la generación de
conocimiento y su contribución a la formulación de políticas relacionadas con la calidad y
pertinencia de los programas y las instituciones, tanto en el ámbito nacional como
internacional.
Ser un incentivo para los académicos, en el sentido de permitirles destacar la credibilidad
de su trabajo y el reconocimiento de sus logros.
Crear oportunidades de intercambio con miembros de las comunidades académicas de las
instituciones acreditadas en el ámbito nacional e internacional.
Establecer relaciones con pares académicos y agencias internacionales de acreditación.
Garantizar el impacto de la comunidad académica en el contexto social en el cual se ubica.
UNIVERSIDAD DE ATLÁNTICO
Historia
La Universidad del Atlántico, se crea a finales de la primera mitad del siglo XX, como respuesta a la
necesidad de formar profesionales que fueran capaces de afrontar los retos implícitos en cada uno
de los cambios que en el ámbito urbano, empresarial y comercial, experimentaba la ciudad,
dinamismo que se logra gracias a la privilegiada ubicación geográfica, que identificó a Barranquilla,
como el puerto marítimo y fluvial más importante del Caribe colombiano.
Una vez dadas las condiciones, fue el barranquillero Julio Enrique Blanco, filósofo visionario del
siglo XX, quien propuso la creación de la Universidad del Atlántico, idea que rápidamente se hizo
realidad a través de ordenanza Nº 42, proferida por la Asamblea Departamental el 15 de junio del
año 1946, teniendo como sede principal las instalaciones ubicadas en la Cra. 43 entre calles 50 y
51. Las primeras facultades formaban profesionales en áreas como Ingeniería (1943), Química y
Farmacia (1943), Ciencias Económicas (1950), Arquitectura (1955), Derecho (1958), Instituto
Pestalozzi como anexo de la Escuela Superior de Idiomas de la Universidad Pedagógica del Caribe
(1960), Facultad de Educación (1963), Dietética y Nutrición (1971), Bellas Artes (1971) Ciencias
Básicas (1991), Ciencias Humanas (1992), Ingeniería se transforma en Ingenierías (1992).
A nivel regional, se establecen alianzas estratégicas que hacen posible el surgimiento del Sistema
Universitario Estatal, S U E Caribe, lo que a su vez permitió la puesta en marcha de los primeros
borradores para avanzar en la construcción colaborativa de los primeros programas de Maestrías
en Educación, Física y Ciencias Ambientales, producto de lo anterior, hoy son una realidad los
programas de maestrías y doctorados ofertados para la cualificación de los profesionales de la
región y el país.
Los nuevos retos: avanzar con dinamismo, motivados por una transición que abandona un modelo
orgánico de Universidad centralizado, rígido y burocrático, hacia uno democrático, flexible,
participativo eficiente y trasparente, donde la planeación estratégica, la calidad académica, la
rendición de cuentas y la vocación de lo público, sean los referentes que acompañen a cada
miembro de su comunidad, en armonía con lo establecido en la Autonomía Universitaria.
Misión
Visión
La Ley 30 de 1992 en su Art. 4° reza que la Educación Superior, sin perjuicio de los fines específicos
de cada campo del saber, despertará en los educandos un espíritu reflexivo, orientado al logro de
la autonomía personal, en un marco de libertad de pensamiento y de pluralismo ideológico que
tenga en cuenta la universalidad de los saberes y la particularidad de las formas culturales
existentes en el país. Por ello, la Educación Superior se desarrollará en un marco de libertades de
enseñanza, de aprendizaje, de investigación y de cátedra. La Universidad en el cumplimiento de su
Misión y en concordancia con los principios orientadores de la educación superior colombiana
asume los siguientes principios y valores:
Principios
El Acuerdo Superior No. 004 del 15 de Febrero de 2007 expresa que “…La Institución promueve la
creación, el desarrollo y la adaptación del conocimiento en beneficio del crecimiento humano y
científico; la reafirmación de los valores de la nacionalidad, en su diversidad étnica y cultural; el
respeto a las diferentes ideologías; la expansión de las áreas de creación y disfrute de la cultura; la
protección y el aprovechamiento nacional de los recursos naturales, en el horizonte de la ecoética.
La Universidad se reconoce como espacio de controversia racional, regida por el respeto a las
libertades de conciencia, opinión, información, enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra,
orientadas por las exigencias de los criterios éticos que se traducen en una real convivencia
universitaria”. En consecuencia propugnará entre otros por los siguientes principios: …Igualdad,
Responsabilidad Social, Participación...”
Valores éticos
El Acuerdo Superior No. 000011 del 28 de Noviembre de 2008 expresa que “…por Valores se
entienden aquellas formas de ser y de actuar de las personas que son altamente deseables como
atributos o cualidades nuestras y de los demás, por cuanto posibilitan la construcción de una
convivencia gratificante en el marco de la dignidad humana” entre estos destacamos y aplicamos:
“…Honradez, Transparencia, Respeto, Lealtad, Tolerancia…”
Propósitos
Los siguientes propósitos expresan las grandes intenciones para el cumplimiento de la misión de la
Universidad:
b) Ser cada vez más universal, sobre la base de nuevos conocimientos, modelos teóricos,
tecnologías y técnicas, asumiendo la educación superior como un componente fundamental de la
integración e inserción en la comunidad científica internacional, preservando y difundiendo las
diversas expresiones culturales locales, regionales, nacionales.
g) Asumir y fortalecer las relaciones con el sector productivo y el estado, en todas sus formas y
expresiones, a través de diálogos y actividades conducentes a mutuos beneficios.
j) Formar una conciencia sobre la identidad cultural caribeña para la autonomía de la región,
conservando la unidad nacional.
l) Contribuir a la formación de seres humanos con autonomía ética que se guíen por principios
relacionados con la justicia, los derechos humanos, los deberes o responsabilidades, el respeto, la
solidaridad, los intereses generales del progreso de la sociedad y la realización personal y social
del ser humano con sentido de pertenencia a la Patria y guiados por criterios humanistas con
proyección universal.
m) Aportar a la formación de seres humanos que sientan satisfacción por el trabajo en equipo,
impulsándolos conscientemente hacia la participación en grupos de trabajo inter y
multidisciplinarios para enriquecer sus capacidades humanas.
o) Formar personas con una cultura de autocuidado de la salud en todas sus dimensiones, que
desarrollen actividad física, recreación, deporte y adecuada utilización del tiempo libre.
p) Formar hombres y mujeres que se integren consciente y afectivamente con el medio natural
para que ayuden a la conservación y protección del medio ambiente y al mejoramiento de la
calidad de vida de la población.
Políticas
Las políticas, están expresadas en la normatividad institucional vigente que orienta los procesos
misionales de la Universidad del Atlántico.
Desarrollo de la misión
Cumplir con la filosofía de la misión institucional, requiere asumir con convicción los siguientes
aspectos fundamentales:
Formación integral
Asumimos la educación desde una perspectiva holística, como un todo, integral, que se manifiesta
en los siguientes cuatro pilares básicos de la educación:
Aprender a ser, para que florezca en mejor forma la propia personalidad y se esté en
condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y responsabilidad
personal.
Aprender a con-vivir, desarrollando la comprensión del otro y las formas de
interdependencia, realizando proyectos comunes y preparándose para tratar los
conflictos, respetando los valores del pluralismo, el entendimiento mutuo y la paz.
Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia, con
profundidad en los conocimientos en torno a problemas e interrogantes.
Aprender a hacer, adquiriendo no sólo una calificación profesional sino, más bien,
competencias que capaciten al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y
a trabajar en equipo. En tal sentido, los diferentes programas académicos que ofrece la
Universidad del Atlántico deben transformarse gradualmente, superando los tradicionales
planes de estudio diseñados sobre asignaturas aisladas, para pasar a unos que posibiliten
la flexibilización e internacionalización de los currículos, la movilidad internacional y la
formación integral, procesos que deben integrar alternativas tecnológicas que posibiliten
al acceso a los ambientes virtuales de aprendizaje.
Extensión
La enseñanza en la Universidad del Atlántico debe orientarse por los principios de la formación
integral establecidos en el PEI, además de aplicar y desarrollar pedagogías que estimulen y
favorezcan en estudiantes y profesores procesos y actividades esenciales, tales como:
La Universidad del Atlántico ha adoptado el modelo del CNA para la autoevaluación y acreditación
de programas académicos e institucionales. Se operativiza el Acuerdo Superior 007 de 2000 a
través de la Resolución Rectoral No. 000841 del 5 de Octubre de 2007 donde se crea el Comité
General de Autoevaluación Institucional y Acreditación. A su vez las Facultades dinamizan los
procesos misionales y administrativos a través de resolución rectoral, para la institucionalización
de los Comités de Autoevaluación con fines de Acreditación de Programas Académicos e
Institucional.
Estructura Organizacional
a) Elaborar, aprobar, ejecutar, modificar y liquidar su propio presupuesto de acuerdo con sus
fines y funciones, teniendo en cuenta su naturaleza y régimen jurídico especial.
b) Adoptar su régimen financiero con sistemas y estrategias aprobadas.
c) Utilizar y disponer racionalmente de los bienes y rentas que conforman su patrimonio.
d) Captar sus propios recursos mediante las actividades que para el efecto considere
pertinentes y sean adecuadas a su naturaleza, principios, fines y funciones.
e) Para la administración y manejo de los recursos generados por las actividades académicas,
de investigación, de extensión, consultorías y de prestación de servicios, la Universidad
podrá crear fondos especiales y/o participar en corporaciones y fundaciones, con el fin de
garantizar el fortalecimiento de las actividades inherentes a su naturaleza. Su
administración y control se harán conforme a la Ley.
Somos una institución de Educación superior, cuyo principal objetivo es la formación integral y
búsqueda del desarrollo del ser humano. La Universidad Popular del Cesar se sustenta en la
docencia, la investigación y la proyección social, comprometida con el logro constante de la
calidad. Buscamos que nuestros egresados sean hombres y mujeres comprometidos con el
desarrollo humano, científico, tecnológico, cultural y artístico de la región, con una visión global y
guiados por un proyecto de vida.
Historia
En el año 1824 nace en Valledupar, la primera escuela regida por el método Lancasteriano. Como
un reconocimiento a la heroína María Concepción Loperena de Fernández de Castro por el
Vicepresidente de la República General Francisco de Paula Santander. En dicho claustro (Antiguo
convento de Santo Domingo) recibieron las primeras enseñanzas, connotados ciudadanos que se
distinguieron más tarde en la vida republicana del país.
En el Siglo XIX Valledupar permaneció aislada por la falta de vías de comunicación. La educación
decae; a pesar de algunos esfuerzos que se hacen en el sector privado. Era más fácil enviar a los
jóvenes a estudiar fuera del país que a la capital de la República y, en efecto, algunas familias
privilegiadas lo lograron. La costumbre era que los hijos varones quienes accedieran a la
Universidad, mientras que a las mujeres se les reservaba para las labores hogareñas. Además, el
ambiente cultural conservaba las tradiciones rurales al igual que en las demás zonas agropecuarias
del país.
En 1971, siendo Gobernador del Departamento, el doctor José Antonio Murgas y por iniciativa del
Secretario de Educación Departamental, se invitó al Director del Instituto Colombiano para el
Fomento de la Educación Superior, ICFES, con el fin de escuchar los planteamientos acerca de las
ventajas que le traería a esta región la creación de un instituto de carreras intermedias, que
interpretara en materia educativa las necesidades de la región tan rica en recursos naturales.
Iniciativa que inquieta pero resulta infructuosa, por no lograr el apoyo suficiente de la clase
dirigente y empresarial del Departamento.
En 1973, siendo gobernador don Manuel Germán Cuello Gutiérrez nace el Instituto Tecnológico
Universitario del Cesar, ITUCE. El gobernador recoge la idea del diputado a la Asamblea
Departamental Jaime Gnecco Hernández, quien presentó la ordenanza para crear un Instituto
Politécnico de Carreras Intermedias.
El ITUCE funcionó dos años durante los cuales ofreció los programas de Administración de
Empresas, Administración Agropecuaria y Técnicas de la Construcción, pero por decisión del
movimiento estudiantil, que se gestó debido a que no había continuidad en los programas de
carreras intermedias para continuar una carrera profesional, optaron por cerrarlo, prefiriendo
perder dos o tres semestres. Dadas estas circunstancias el movimiento desplegó una campaña
para la conversión del ITUCE en una universidad con programas académicos completos.
En 1975 se intentó crear una universidad de carácter privado por iniciativa liderada por Jorge
Dangond Daza que aglutinaba dos vertientes algodoneras y ganaderas. Universidad que debería
dar cobertura a los bachilleres de la región y los programas que ofrecería deberían estar
adaptados a las necesidades y potencialidades de la región como son la agroindustria y la minería.
Esta idea se aplazó porque las encuestas y estudios realizados, por un lado, y la aceptabilidad de
los estamentos estudiantiles por otro, consideraron que no existían las condiciones necesarias
para llevar a cabo el proyecto.
Otro intento de concretar una iniciativa para abrir un Instituto de Carreras Intermedias de carácter
privado, que funcionó durante dos años consecutivos, pero que también fracasó.
El rector del ITUCE, doctor Alonso Fernández Oñate en 1976, encabezó un movimiento cívico para
convertir el instituto en universidad. En el movimiento logró aglutinar parlamentarios,
profesionales, entidades cívicas y los gobiernos municipal y departamental; el comité organizador
del dicho movimiento, encomendó al doctor Jaime Murgas Arzuaga, representante a la cámara, la
misión de presentar el proyecto de ley ante el Congreso de la República para crear la Universidad
Popular del Cesar. Como efectivamente se dio mediante la Ley 34 del 19 de noviembre de ese año.
La Universidad Popular del Cesar se creó “como establecimiento público autónomo con personería
jurídica cuyo objetivo primordial será la investigación y la docencia a través de programas que
conduzcan a la obtención de licenciaturas, grados profesionales y títulos académicos como el de
doctor”.
Las asistencias autorizadas por la Ley Orgánica de la Universidad en los artículos 2º, 4º y 5º no han
sido efectivas, porque si bien es cierto, en un comienzo se buscó la asesoría de la Universidad
Nacional de Colombia, sus recomendaciones no fueron tenidas en cuenta y no se continuó con el
aprovechamiento de dichas asesorías. En cuanto al ICFES su asistencia ha sido poco efectiva y más
bien generó malestar por su injerencia en los asuntos internos de la Universidad con
desconocimiento de la problemática y cultura regional. En cuanto a la asesoría del ICA, no se
encontraron datos disponibles, tal vez debido a que no hay programas afines con la actividad y
objeto del Instituto.
La Universidad inició labores el 1º de agosto de 1977 con tres Facultades: Ciencias de la Salud,
Ciencias Administrativas y Contables y Ciencias de la Educación, a las cuales estaban adscritos
cuatro programas académicos: Enfermería, Administración de Empresas y Contaduría Pública, y
Matemáticas y Física, respectivamente. Se inscribieron para acceder a los programas ofrecidos 173
aspirantes siendo la mayoría para el programa de Contaduría Pública con el 39.3%, para el
programa de Administración de Empresas el 25.4%, para Matemáticas y Física el 18.5% y el 16.8%
para el programa de Enfermería. Del total sólo 94 fueron admitidos y matriculados, su distribución
fue la siguiente: Contaduría Pública 34, Administración de Empresas 23, Matemáticas y Física 16 y
Enfermería 21. Esta población estudiantil fue atendida por 13 profesores: 3 de tiempo completo, 1
de medio tiempo y 9 catedráticos.
Dado que estaba vigente el Decreto 80 de 1980, el cual regulaba la Educación Superior en
Colombia en todos sus aspectos; la Universidad en el momento del inicio de sus labores, se rigió
por dicha legislación. Razón por la cual se elaboraron: el Estatuto Orgánico, el Estatuto Docente, el
Estatuto Estudiantil, la Estructura Orgánica, su Manual de Funciones acorde con la legislación
vigente y adoptada por el Consejo Superior Universitario, lo cual le permitió desarrollar las
funciones sustantivas como docencia, investigación y extensión de la Educación Superior.
La Universidad Popular del Cesar, como institución de educación superior oficial del orden
nacional, forma personas responsables social y culturalmente; con una educación de calidad,
integral e inclusiva, rigor científico y tecnológico; mediante las diferentes modalidades y
metodologías de educación, a través de programas pertinentes al contexto, dentro de la
diversidad de campos disciplinares, en un marco de libertad de pensamiento; que consolide la
construcción de saberes, para contribuir a la solución de problemas y conflictos, en un ambiente
sostenible, con visibilidad nacional e internacional.
Visión
En el año 2025, la Universidad Popular del Cesar será una Institución de Educación Superior de alta
calidad, incluyente y transformadora; comprometida en el desarrollo sustentable de la Región, con
visibilidad nacional y alcance internacional.
Valores Institucionales
Estructura Organizacional
PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL
El Proyecto Educativo Upecista es, entonces, una elaboración conceptual e ideológica que
invita a compartir esfuerzos, a armonizar la vida social y a ordenar el quehacer universitario en
la igualdad de propósitos y en la diversidad de estrategias, con el ánimo de defender y
acrecentar la herencia histórico cultural, dejando de lado el conformismo, la pasividad y el
asentimiento que ha hecho del ambiente universitario el facilismo, o pacto tácito entre sus
miembros. Indiscutiblemente, la Universidad Popular Cesar con el fin de garantizar la igualdad
de propósitos, debe buscar la unificación de criterios para la identidad de la Institución como
una sola Universidad al servicio de la sociedad colombiana.
La diversidad de estrategias como el diseño de las acciones con que la Sede Principal, su
Seccional y demás Sedes, harán operativo y funcionales los elementos de la identidad upecista
para coordinar su planeación y desarrollo en consonancia con su entorno, sus posibilidades
físicas, económicas y sus propios indicadores de oportunidad y de tiempo. En efecto, con base
en lo expuesto formula su Proyecto Educativo Institucional para llegar al proceso de
acreditación que considera la Ley 30 de 1992, en su Capítulo V, la Ley 115 de 1994, y la Ley
1188 de 2008, y el Decreto 1295 de 2010. En definitiva, el Proyecto Educativo Upecista es uno
en su fundamentalidad y múltiple en su operatividad. Con base en estas dos condiciones,
radican su lógica y funcionalidad.
Filosofía Institucional
La Universidad Popular del Cesar, parte de una filosofía de la educación que identifica a la
Universidad, esto es, la visión del sujeto, de los fines y de los medio educativos. El pedagogo
Guilles Ferry… “Afirma que lo que se tiene que hacer como formadora es permitirle al que se
forma, encontrar su propia forma, transformarse con su propia dinámica, su propio desarrollo,
esto no quiere decir que lo haga solo, aunque tampoco desde fuera”.
Habría que decir también que la Universidad desarrollaría la formación mediante la aplicación
de su modelo pedagógico cognitivo contextual dentro del enfoque constructivista a través de
la estrategia metodológica del aprendizaje significativo que permita el enriquecimiento del
mundo físico y social, potenciando así su crecimiento personal, memoria semántica y
funcionalidad de lo aprendido.
AUTONOMÍA DEL SABER
En la década de los años cincuenta el bacteriólogo Elías Bechara Zainúm presentó la idea de
crear una institución que permitiera el ingreso a la educación superior de los jóvenes
bachilleres del departamento de Córdoba, que por sus escasos recursos económicos no podían
viajar a otras regiones del país. Su escenario fueron los salones de la Sociedad de Mejoras
Públicas de Montería, la misma que más tarde tendría que prestar sus muebles de oficina y sus
máquinas de escribir para iniciar este grato recorrido de 35 años de historia.
Después de conseguir el respaldo de los parlamentarios, el primer paso fue la aprobación por
la Asamblea Departamental de Córdoba de la ordenanza número 6 de 1962, que crea la
Universidad de Córdoba y autoriza su funcionamiento. En ese mismo año, después de grandes
esfuerzos, se expide la Ley 103 de 1962, que crea en Montería las Facultades de Ingeniería
Agronómica y Medicina Veterinaria y Zootecnia, como dependencias de la Universidad
Nacional de Colombia, con sede en Bogotá.
El siguiente paso fue conseguir que el gobierno nacional dictara el decreto 0319 de 1964, por
medio del cual se otorgó personería jurídica a la Universidad de Córdoba. Sin embargo, el
logro más importante fue la aprobación de la Ley 37 del 3 de agosto de 1966 que le dió a la
Universidad de Córdoba el carácter de Entidad Autónoma Descentralizada, regida por el
Decreto Ley 0277 de 1958, que reglamentaba el funcionamiento de las universidades
departamentales. Pero no fue hasta el fallo del Consejo de Estado a favor de su creación, en
mayo de 1970, que la Universidad de Córdoba nació verdaderamente a la vida jurídica.
Testigo de esa gesta fue el periodista Rafael Yances Pinedo, quien en marzo de 1965 escribió
en Integración: "Sin embargo, la casi totalidad de los cordobeses ignora la existencia de la
Universidad de Córdoba. Es más, la mayoría de los cordobeses ignora también que se trata de
la obra material e intelectual del doctor Elías Bechara. Desde hace más de diez años, este
hombre carismático andaba pregonando la necesidad de crear y organizar la Universidad de
Córdoba. Por sus gestiones y sus impulsos, fueron expedidos acuerdos, ordenanzas y leyes,
que permitieron este hecho de una Universidad.".
En marzo de 1964 fue nombrado como primer rector de la Universidad de Córdoba el doctor
Elías Bechara Zainúm, por parte del gobernador de esa época, doctor Germán Bula Hoyos. Las
primeras oficinas funcionaron en el segundo piso de la Escuela de Bellas Artes, ubicada en la
carrera segunda entre calles 28 y 29. Las inscripciones se abrieron el 16 de marzo de ese año,
con valor de treinta pesos, y el primero en hacerlo fue Alfredo Jairo Petro Silva, hoy médico
veterinario zootecnista. Se inscribieron en total 101 estudiantes, 50 para la facultad de
Ingeniería Agronómica y 51 para Medicina Veterinaria y Zootecnia, de los cuales 65 pasaron
los exámenes de ingreso y las entrevistas.
De esa primera inscripción el rector fundador, Elías Bechara Zainúm, dejó anotadas las
deficiencias en la enseñanza del bachillerato en entrevista al periódico "La Salle" de Montería:
"Las pruebas escritas arrojaron saldos demostrativos, en líneas generales, de una ausencia
absoluta de sintaxis, serios errores ortográficos, deficiencias matemáticas que se explican,
lamentablemente, en una aguda impreparación".
Las clases se iniciaron el 6 de abril de 1964, en dos aulas cedidas en el Colegio Nacional José
María Córdoba por su rector, el licenciado Eduardo Blanco Niño. Igualmente fueron
trasladadas allí las oficinas que funcionaban en la escuela de Bellas Artes. Fueron designados
Julio Cervantes Lagares como decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y
Hernando Rodríguez Romero como decano de la Facultad de Ingeniería Agronómica. En uno
de los dos tableros de clases se escribió la frase emblema de nuestra universidad: "Se ha
encendido una antorcha. Que no se extinga".
Nuevos profesores se sumaron a este esfuerzo creador. En 1965 los docentes de la Facultad de
Agronomía eran los ingenieros agrónomos Hernando Rodríguez Romero (Decano), Limberto
Saénz Alarcón (Secretario), Miguel Angel Cabeza, Demetrio Díaz Mena, Angel Espinosa Jiménez
y Favio Briceño Patiño; los ingenieros civiles José Venancio Palacios , Ramiro Sánchez
Kerguelén y Rodolfo Bechara; el arquitecto Alberto Londoño; el licenciado en matemática y
física Lázaro Gastelbondo Viloria y el abogado Aquiles Colón García, primer Secretario General
de la Universidad de Córdoba.
En el año de 1965 se adquirió la finca Nueva York, con una extensión aproximada de 60
hectáreas, en donde está localizada actualmente la Universidad de Córdoba, en el kilómetro 3
de la vía a Cereté. Ese mismo año se colocó la primera piedra de las nuevas edificaciones por
parte del rector Elías Bechara Zainúm, en presencia del gobernador Ramón Berrocal Failach,
de representantes de la iglesia, de los profesores y de los estudiantes, y de invitados
especiales.
En marzo de 1968 se trasladó la Universidad a este sitio, el cual ocupa actualmente. Sus dos
primeras edificaciones aún se conservan en funcionamiento, y fueron construidas en forma
paralela, con figura rectangular, utilizando estructuras metálicas, techo de eternit y ventanas
con grandes calados para permitir la aireación. En la primera funcionaron la rectoría,
secretaría general, pagaduría, biblioteca, planeación, escuela de topografía y las aulas de
clases de estudios generales. La otra fue dedicada a los laboratorios de química, biología,
fisiología, parasitología y suelos, además de la sedes de las facultades y del almacén.
Igualmente se había levantado el anfiteatro para las clases de anatomía de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Además del área para la construcción de las obras civiles, se reservaron la mayor parte de los
terrenos para los cultivos que demandaba la formación de los ingenieros agrónomos y otra
para el pastoreo de ganado vacuno. Por convenio con el Instituto Colombiano de
Construcciones Escolares (ICCE), una apreciable extensión se destinó a la construcción del
Inem Lorenzo María Lleras, que es nuestro actual vecino. A la orilla del río Sinú se inició la
siembra de un vivero, especialmente con árboles maderables, cuya iniciativa y desarrollo
estuvo a cargo de Carlos Pontón, sin duda una de los personajes más recordados en la historia
de la Universidad por sus aportes en este campo. Después de jubilarse, regresó a su nativo
Mompóx para crear en el extenso patio de su casa el más completo vivero de flora tropical, el
cual donó a su patria chica antes de morir.
En el año de 1971, por gestión del decano encargado de la Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia, Carlos Crismatt Mouthon, se realizó la construcción de la sede de esa facultad a la
entrada de la Universidad, la que comprendía clínicas para pequeños animales, quirófano,
farmacia, sala de profesores y oficinas administrativas. En este proyecto tuvo vital
participación el arquitecto Marcos Lora. En esas instalaciones funciona actualmente la
Facultad de Ciencias de la Salud.
Al analizar los hechos que llevaron a la fundación y marcaron los primeros pasos de la
Universidad de Córdoba, se debe tener en cuenta que la década de los años sesenta fue una
de la de mayores cambios en la historia de la humanidad: el concierto de Woodstock, el más
famoso festival rock de la historia; los Beatles, el inmortal cuarteto de Liverpool; los Hippies y
su movimiento libertario y pacifista; McLuhan y su tésis de la aldea global; la revuelta de París,
con Daniel El Rojo; el movimiento liberador de la Primavera de Praga aplastado por los
tanques Rusos; y el asesinato de John F. Kennedy, el presidente norteamericano que apoyó la
invasión de Bahía Cochinos en Cuba e impulsó la Alianza para el Progreso.
La ciudad de Montería era apenas una pequeña población, apasible, sin alcantarillado ni
pavimento en sus calles. Circulaban en la ciudad cientos de bicicletas; las golondrinas dormían
por millares en los cables del alumbrado público; los taxis eran los legendarios Jeeps Willys; se
había acabado la subienda del bocachico por el Río Sinú y los teléfonos eran de tres números.
Entonces sus gentes percibían a la universidad como el centro de los paros y pedreas que se
registraban a nivel nacional e internacional, generando recelos hacia una idea que era
considerada entonces como una aventura.
La Reinas de los Universitarios fueron Adelaida Martínez, en 1967; Myrian Ferreira, en 1968; y
Magola Lora, en 1969.
En el año de 1962 se creó el Instituto Colombiano Agropecuario ICA, con sede en el Centro de
Investigaciones Turipaná, situado entre los corregimientos de Mateo Gómez y El Retiro de los
Indios, en donde se vincularon profesionales posgraduados del sector agropecuario, que
fueron decisivos en la formación de los nuevos agrónomos y veterinarios. Se recuerdan los
nombres de Clímaco Casalett, Libardo Escobar, Reynaldo Rubio, Jaime Vergara, Alfredo
Serrano y Luis Carlos Caraballo. La Granja de Turipaná contaba entonces con muchos
programas que incidieron notablemente en los primeros años de formación de la Universidad
de Córdoba, entre los que se recuerdan los de arroz, suelos, pastos y forrajes, maíz y sorgo,
certificación de semillas, hortalizas y frutales, leguminosas de grano, entomología y malezas,
producción de cosechas, ganado de leche, ganado de carne, medicina veterinaria y porcinos.
El final de los años sesenta está marcado por el cogobierno en la universidades colombianas.
Este fenómeno es más relevante en la Universidad Nacional de Córdoba, en donde directivos,
profesores y estudiantes, en comunión tripartita, estaban convencidos de que era la única vía
para salir de la encrucijada en que se encontraba la educación superior en Colombia.
En estas fechas aparece el primer mártir de la Universidad de Córdoba, el jóven Pedro
Armando Quintero Amarís, estudiante de agronomía, quien es muerto en Montería durante
las marchas del 13 de marzo de 1969, en respaldo a las accciones públicas de los estudiantes
del Instituto Técnico Agrícola de Lorica (ITAL), para evitar su traslado al corregimiento de
Berástegui, en terrenos del antiguo Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE).
La Sede de Berástegui.
Por iniciativa de los decanos César Ballut Baquero y Hernando Martínez Coneo, egresados de
la misma Universidad, se acordó y realizó el traslado de las instalaciones de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia a esta nueva sede.
Allí existe una clínica para la hospitalización y tratamiento de pequeños y grandes animales;
laboratorio clínico y parasitológico; quirófano para cirugía de pequeños animales y servicio de
consulta externa. Igualmente porquerizas para la venta de pies de cría de especies
promisorias; galpones para el engorde de pollos, destinados al consumo humano, y
laboratorio de lechería para la producción de derivados lácteos.
Como gran aporte a la proyección social de la Universidad, en este período se puso en marcha
el Centro Regional de Educación a Distancia (CREAD), que permitió la profesionalización de
docentes de todos los municipios del departamento de Córdoba, así como el inicio en 1993 de
los programas de posgrado.
Cronología.
1962
Se expidió la Ley 103, que crea en Montería las Facultades de Ingeniería Agronómica y
Medicina Veterinaria y Zootecnia, como dependencias de la Universidad Nacional de
Colombia, con sede en Bogotá.
1964
El 6 de abril de 1964 se iniciaron las clases en las aulas del Colegio Nacional José María
Córdoba. La vocación agropecuaria del departamento de Córdoba fue decisiva para que las
primeras facultades fueran las de Ingeniería Agronómica y Medicina Veterinaria y Zootecnia.
1965
1967
Se construyeron los dos primeros bloques en la Finca Nueva York, para uso administrativo,
laboratorios y aulas, que aún están en funcionamiento. También se levantó el primer
anfiteatro para anatomía animal.
1968
Fueron creados los Estudios Generales, una modalidad académica en que los estudiantes de
las dos facultades debían cursar durante el primer semestre las mismas asignaturas. Este
sistema fue abolido a partir de 1971.
1970
1971
A partir del segundo semestre, se semestralizaron los períodos académicos para las carreras
existentes, que antes eran anuales.
1973
1975
En febrero inició labores la Facultad de Enfermería, cuya licencia fue otorgada por el Instituto
Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, mediante acuerdo No 116 del 13 de
junio del mismo año. Posteriormente se denominó Facultad de Ciencias de la Salud y también
ofrece el programa de Regencia en Farmacia.
1967
Mediante la Ley 3a, se creó el Instituto Universitario Lácides C. Bersal (INSTUL), con sede en
Lorica, el cual funciona como una seccional de la Universidad de Córdoba. Allí se desarrollan
los programas de Acuicultura y Español y Literatura.
1984
Se creó la Facultad de Ciencias, mediante acuerdo No. 014 del 23 de julio del Consejo Superior
de la Universidad, y luego recibió la aprobación del Ministerio de Educación Nacional
mediante decreto 2448 de octubre 1 del mismo año. Actualmente la Facultad de Ciencias
administra las carreras de Física, Geografía, Química e Ingeniería Industrial.
1987
1989
1994
1996
Se inició el programa de Cultura Física, con énfasis en Educación Física, Recreación y Deportes,
adscrito a la Facultad de Educación.
1997
1998
Se crearon los programas de Ingeniería Industrial, Física, Química e Inglés, dependientes los
tres primeros de la Facultad de Ciencias e Ingenierías y el último de la Facultad de Educación.
Misión
Visión
Ser reconocida como una de las mejores instituciones públicas de educación superior del país por
la calidad de sus procesos académicos y de gestión institucional, orientada al mejoramiento de la
calidad de vida de la región, mediante la ejecución y aplicación de proyectos de investigación y
extensión en cooperación con el sector productivo.
Política de cobertura
Con base en estos criterios y principios, la Universidad de Córdoba establece un sistema de oferta
académica para atender la demanda social de su respectiva área de influencia, según estudios de
factibilidad.
Académica. La Universidad de Córdoba, también tendrá como política utilizar criterios de equidad
social para el ingreso a los programas académicos.
Es política de la Universidad adelantar acciones con el fin de vincular a los mejores estudiantes por
zonas o municipios y a los jóvenes más destacados en el campo de las artes, la ciencia, la
tecnología, las humanidades y el deporte.
Políticas y Objetivos
Políticas de calidad
Objetivos
Consolidar grupos integrados por docentes y estudiantes dedicados a investigación y/o extensión.
Formación integral
Políticas
De conformidad con la naturaleza del programa, los planes de estudio de pregrado incorporan y
relacionan las ciencias exactas, naturales, humanas y el componente de contexto, en la
perspectiva de desarrollar en los educandos una formación integral sustentada en las
competencias del saber conocer, saber ser, saber hacer y saber interactuar.
Objetivos
Trabajo académico
Políticas y Objetivos
Políticas
El proceso docente-educativo debe garantizar la calidad académica, la contextualización, y las
competencias disciplinares, profesionales, técnicas y actitudinales, en los estudiantes.
Objetivos
Aplicar y/o construir métodos científicamente fundamentados que mejoren el proceso docente
educativo.
ESTATUTOS
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
Durante el siglo XIX, y a medida que avanzaba la construcción del Estado, fue centro formativo
del pensamiento político colombiano pues a ella asistían estudiantes de todas las regiones que
terminaron desempeñando altos cargos públicos de representación nacional; entre ellos el
cuatro veces presidente de la República y padre de la Constitución de 1886, Rafael Núñez
Moledo.
Los primeros programas académicos con los que inició la Universidad, fueron la Escuela de
Filosofía y Letras, la Escuela de Medicina y la Escuela de Jurisprudencia. Ya en el siglo XX,
asumiendo las dinámicas de transformación de la educación superior, la Universidad inicia un
proceso de modernización en respuesta a la realidad industrial que experimentaba el país y la
región; expandiéndose, diversificándose y asumiendo el ingreso de nuevos grupos sociales
como la mujer.
La Universidad ha comprendido que para estar a la altura de los tiempos, como reza su
eslogan, hay que asumir los retos que le impone el tiempo. Por ello no solo forma a distancia a
través de las tecnologías de la información sino que, además, se ha apropiado de las mismas
desde la radio y la televisión; así, fomenta su desarrollo para integrar a sus proyectos
académicos a las comunidades.
Hoy, a tono con los tiempos, el Alma Mater asume un nuevo reto: el de mantenerse como la
mejor no solo por el prestigio histórico que contribuyó con el desarrollo nacional, sino porque
la globalización exige que ello se traduzca en calidad, asumida desde la propuesta académica y
desde el apoyo sostenido en los procesos internos que conduzcan a la satisfacción de quienes
por una u otra razón relacionen sus intereses con la Institución. He aquí no solo la Universidad
soñada por los libertadores, sino por cada uno de los que día a día la hemos construido.
Misión
Objetivos
Para lograr su misión, la Universidad de Cartagena cumple con los siguientes objetivos:
Impartir educación superior como medio eficaz para la realización plena del hombre
colombiano, con miras a configurar una sociedad más justa, equilibrada y autónoma,
enmarcada dignamente en la comunidad internacional.
Elaborar y proponer políticas, planes, programas y proyectos orientados a resolver
problemas regionales de la comunidad en su área de influencia y participar en ello.
Establecer una política permanente de orientación docente y capacitación profesional,
la cual debe fomentar el desarrollo personal, la práctica de la enseñanza y la
investigación, en busca de un mejoramiento de la calidad institucional.
Propiciar el intercambio científico, tecnológico y cultural, con el propósito de
mantener una actualización permanente que garantice la adecuada orientación del
desarrollo de la región Caribe y del país.
Armonizar su acción académica, administrativa, investigativa y de extensión con otras
instituciones educativas y entidades de carácter público y privado a nivel nacional e
internacional.
Garantizar el cumplimiento de los programas de formación, en sus diversos niveles y
modalidades, de acuerdo con lo establecido en las normas académicas.
Impulsar en sus programas académicos el desarrollo del hombre, con base en sólidos
componentes de formación humanística, instrucción cívica y en los principios y valores
de la participación ciudadana.
Fomentar, de conformidad con las necesidades y demandas de la región y del país,
nuevas áreas del saber que permitan el desarrollo cualitativo y cuantitativo de las
comunidades en su zona de influencia.
Propender por la conservación del patrimonio histórico y cultural de Cartagena. De la
región Caribe y del país, mediante acciones y programas educativos tendientes a ese
fin.
Promover un ambiente sano, mediante acciones y programas de educación y cultura
ecológica.
Ofrecer un adecuado servicio de información y documentación.
ESTRUCTURA ORGANIZACIONAL
UNIVERSIDAD DE SUCRE
La Universidad de Sucre nace como respuesta a una necesidad presente en la región Sucreña y es
así como el 1 de octubre de 1977, el Gobernador del departamento de Sucre, Don Rafael Vivero
Percy, asesorado por La Asociación de Departamentos de la Costa Atlántica, (SIPUR) presentó a la
Honorable Asamblea de Sucre la exposición de motivos del proyecto de ordenanza por el cual
solicitaba se le revistiera a la persona en el cargo de Gobernador del departamento las facultades
para crear, organizar, reglamentar y poner en funcionamiento un Instituto de Educación Superior
que sería llamado Universidad Tecnológica de Sucre. El 11 de octubre de 1977, el 15 y 18 de
noviembre del mismo año se dieron los debates reglamentarios.
El 24 de noviembre de 1977, el entonces Gobernador del departamento de Sucre, Don Ramiro
Torres Vergara, sancionó el acto legislativo más importante en el renglón de la educación sucreña:
La creación de la Universidad de Sucre (Ordenanza 01 de 1977), y le confirió facultades al
Gobernador para organizar y reglamentar el funcionamiento de la Institución. El 7 de diciembre de
1977 y mediante convenio con la Universidad Nacional de Colombia se nombró a Víctor Albis
González como Rector y se inició la organización académica y administrativa. El 5 de agosto de
1978, con la presencia del Director del ICFES, y los Rectores de las Universidades de la Costa se
inauguró la Universidad de Sucre y con ella la iniciación de labores académicas.
MISIÓN
Somos una Universidad pública con talento humano cualificado y reconocimiento social que,
mediante actividades de docencia, investigación, extensión y proyección social, forma
profesionales idóneos, críticos e íntegros, basados en currículos flexibles en un ambiente de
pluralismo ideológico y de excelencia académica, capaces de articular el conocimiento científico,
tecnológico y cultural con el desarrollo socioeconómico sostenible, para el mejoramiento de la
calidad de vida de la población sucreña y la región Caribe.
VISIÓN
Equidad
Calidad en el servicio
Trabajo en equipo
Libertad, participación y democracia
Universalidad del conocimiento
Pertinencia y pertenencia
Dignidad humana
Ambientalmente justa
Responsabilidad social
Respeto
Honestidad
Responsabilidad
Tolerancia
Trasparencia
Compromiso
Integridad
ORGANIGRAMA INSITUCIONAL
UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA
Misión
Visión
Valores
Honradez
Tolerancia
Austeridad
Lealtad
Solidaridad, afectividad y trabajo en equipo
Equidad
Control Interno
Funciones
Aportar elementos de juicio para la toma de decisiones relacionadas con la adopción y ejecución
de los procedimientos y técnicas requeridas en el Control Académico y Administrativo.
Revisar y el evaluar el Plan de Trabajo anual presentado por el jefe de Control Interno, para
aportar conceptos concretos que le permitan al señor Rector adoptarlos y ordenar su ejecución.
Asesorar al Rector en la definición de planes estratégicos y en la evaluación del estado de
cumplimiento de las normas y objetivos propuestos.