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UNAM

FACULTAD DE ARQUITECTURA
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO
cuadernos
de arquitectura
virreina!

,
h\Clll TAD DE ARQ UITECTURA
lJNAM
8 Indice
t-:ditor: Juan B. A rtlga' Editorial ..... .. ....................................................... . 1

Con~ejo editorial: José Viflagrán García sept. 1901 -junio 1982. Juan B. Artigas ........ . - ..... . 2
Ernl''ln Vclasco León
Clu ra Bargellini
Car io~ Chanfón Olmos
Lo orif(inal en la arquitectura mexicana.
R it:anJo Arancón Úarcía Parte primera: la conquista de originalidad meta del arquitecto conteporáneoo Al-
Fli~a García Barragán gunos aspectos de la originalidad en la creación arquitectónica .... .. o •• •• o 3
Ciutllcrmu Tovar de Teresa Parte segunda: originalidad y estilo. Breve resumen de las principales doctrinas
Juan Antonao Siller C
que integran la teoría actual sobre forma y estilo. Las calidades formales como
método en la comprensión de la originalidad en las arquitecturas históricas .. l1
Redacción ~· diseño gráfico: Pane tercera: calidlldes formales de Las arquitecJuras precortesianas o • o • o ••• 19
Juan B Artigas
Pane cuarta: calidades formales y su originalidad en la arquitectura de Los tres
. 1(Jj" vzrrezna
..\"18 . . les ... . ... ... ..... '... ................. ..... .......... . 24
Impresión: Cía Litográfica Rendón, S.A .. Ignacio Parte quinta: las calidades formales en el México independiente hasta nuestros dí-
Allende No . 244. Col. Argentina. C. P. 11270 Mé-
xico. D.F.
as. Conclusiones. José Villagrán García .... o o •••• ••• • ••••••••• •••••••• 27

El convento agustino de San Andrés Epazoyucan. Jaime Abundis Canales .... o 33


Tiraje: 3000 ejemplare'

Geometría, vida y arquitectura. Expresividad. Estructura, construcción y tectónica.


l>istribución y Correspondencia: Juan B. Artigas . . . .............. .... ................................ . 51
rn la Dtrccción de Facultad de Arquitectura de la
l. AM ) al doctor Juan B Artaga' Seminario de
Jl a,tona de la Arquitectura Varrcinal. División de Simón Preyns y Luis de Arciniega autores del sagrario de la iglesia del convento fran-
r.,tuú ao~ de Posgrado de la Facultad de Arquitectu- ciscano de la ciudad de Tlaxcala. Mercedes Meade de Angulo .. o • _ •• o ••••••• 57
ra. UNAM . Edificio de Po~grado. Primer Nivel,
junto a la Torre 2 de Humanidades, Ciudad Uni -
vcr\l taraa . C.P. 04510. México D.F.
Dibujos. Alfredo Valencia ...... .......... ..... o ••••• ••••••••••• ••••• o • o 60

Cursos de Seminario (1960) Waldemar Deonna.


Pnrtada:
fio,pual de: Jc:'ú'. !'vféxaco .~lfrt'do Valencia 2. Colectividad, tradición, individualismo . _. o ••••••••••••••••••••••• _ • _ • 65
3. Leyes y ritmos en la historia del arte. Juan de la Encina .... o •• _ ••••••• 70
~olas:
El <'on'eJo editorial 'e re,erva el derecho de selec- Eventos. Teoría de la Arquitectura por José Villagrán García y prólogo de Ramón
l· aón y autoriza la reproduccaón parcial de artícu- Vargas Salgado. Juan B. Artigas ... .... ....................... o •• o •••••• 75
lo\, dchidamente entrecomillados, siempre que se
elle la fuente . No se devolverán originales.
Palabras de Enrique Yáñez en la presentación del libro de Teoría de José Villagrán
Garc(a ........................ ......... .............. ... . ......... .. . 76
Lm e<.htore' ~ólo responden del anterés científico
de la puhlicacón. el contcmdo y la~ alustraciones de
cad<t articulm son rcspon..abahdad de sus autores Eventos. Acuerdo por el que se crea la Comisión Nacional para la preservación del
re,pecuvu ... E~tos Cuaderno~ de Arquttectura Vi- patrimonio cultural .. _.......... __ . _. _..... _... o •••• •••••• •••••••••••• _ 77
rreanal no persiguen fines lucrauvol.
Presentación de la Comisión por Víctor Flores Olea ... _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
© D.:rct:hos reservado!.: Facultad de Arquitectura.
UNAM y cada uno de lo!. respectivos autores. Lista de miembros de la Comisión Nacional para la preservación del Patrimonio Cul-
tural .......... . ............... . .. ........ .... ................ ...... . 79

_,
editorial

Hoy, nuestros Cuadernos de Arquitectura Virreiruzl rinden homeruzje al


Profesor Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México desde
1967, Premio Nacional de Artes de 1968 y Premio Nacioruzl de Arquitectura
1981; Doctor Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara en 1961,
Doctor Honoris Causa de la Universidad de San Carlos de Guatemala en
1969; arquitecto desde el primero de Octubre de 1923, José Villagrán Gar-
cía.
El conjunto de su obra teórica y arquitectónica se encuentra resumido
en las publicaciones José Villagrán García, imagen y obra escogida. Publi-
cada por la UNAM en 1986, dentro de la colección México y la UNAM/90;
Arq. José Villagrán García, Premio Nacional de Arquitectura 1981, editado
por la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México A. C.; José Villa-
grán; en la colección Documentos para la Historia de la Arquitectura en
México, INBA, SEP, 1986, y, recientemente en la Te.oría de la Arquitectura
que comentaremos más adelante.
Publicamos ahora sus cinco conferencias que bajo el título de Lo Origi-
nal en la Arquitectura Mexicanafoeron dictadas en El Colegio Nacioruzl en-
tre el 17 de Octubre y el 4 de Noviembre de 1966. Es muy probable que
este material haya sido publicado por dicha institución, según su costum-
bre; de no ser así, el trabajo es inédito. De cualquier manera es una obra
poco conocida, con título por demás sugerente, que inquiere la origiruzlidad
de la arquitectura mexicaruz con base en el análisis arquitectónico de sus
cualidades formales. Esta posición es contraria de aquella otra acostum-
brada por los historiadores tradicioruzles de juzgar a dicho arte por sus se-
mejanzas con Los arquetipos de otras latitudes o extemporáneos. Y esta es
uruz enseñanza que recibimos del maestro no solo para comprender el pasa-
do, sinó para aplicar en los proyectos arquitectónicos que debemos realizar
en nuestra vida profesioruzl. En esta variación de la perspectiva, debida al
cambio del punto de vista, radica uruz de las diferencias fundamentales de
la crítica de arquitectura de hace 25 años, y la corriente actual, que, por
lo demás ha sido de sobra conocida por los buenos arquitectos de todos los
tiempos: aruzliza las obras por sí mismas, por lo que ellas mismas deben
ser, es decir, crear las obras de acuerdo con las necesidades que han de
satisfacer, más que de acuerdo con determiruzdos arquetipos formales esta-
blecidos por la época y por la costumbre. Es solo en estos casos cuando
la creatividad puede desarrollarse pleruzmente y cuando se llega a La vercJa-
dera originalidad.
Agradecemos a la señora Concepción de la Mora viuda de Villagrán, su
gentileza por autorizar la publicación; y a los arquitectos Gabriel García
del Valle y Javier García Lascurain habemos permitido el acceso a una co-
pia del escrito, lo mismo que al arquitecto Ernesto Ve/asco León, Director
de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, que apoyó esta tarea.
Juan B. Artigas
Octubre de 1989
josé villagrán garcía sept. 1901- junio 1982 les varios descollaron y siguen dístinguiendose en nuestros
medios profesionales.
Recibió relevantes preseas internacionales y nacionales
Murió hoy don José Villagrán García, el arquitecto y el como educador y como arquitecto de vanguardia que inlcu-
maestro que nos recibía en su casa para hablarnos de sus tra- yen eJ Premio Nacional de Arquitectura 1981, culminación,
bajos, que preparaba concienzudamente el ciclo de conferen- dijo entonces Villagrán, de su labor profesional.
cias que había de dictar en El Colegio Nacional según Realizó brillante trayectoria como arquitecto, entre otras
nuestras solicitudes de temas de interés: "Estructura Teoréti- muchas obras, hizo los dos edificios del Instituto Nacional de
ca del programa arquitectónico", "Trazos reguladores de la Cardiología, de manera que el doctor Ignacio Chávez, Uegó
proporción en arquitectura'', quien igual comentaba nuestras a comentar que los resultados del trabajo de dicho instituto
dudas que nos alentaba en menesteres de estudiantes con su se debieron en parte a los magníficos proyectos del arquitecto
crítica de conocedor. Una vez, en sus clases en La Escuela Villagrán. Como estudioso de la Teoría de la Arquitectura
Nacional de Arquitectura, uno de nuestros compañeros le ob- estructuró la suya propia hasta el punto de ser a quien más
jetaba los planteamientos teóricos que efectuaba con algunos deben estos estudios en México, en los últimos tiempos, la-
ejemplos excepcionales de arquitectos excepcionales: la res- bor que llevó a las aulas durante más de cincuenta años.
puesta oo se hizo esperar ''joven, tenga usted talento y haga En fin, no es aquí el lugar ni el momento de pormenorizar
lo que quiera'', le dijo en su reposado hablar de bonhomía, su fecunda creatividad. Baste con hacer acto de presencia y
el profesor de Teoría de la Arquitectura. rendir homenaje al maestro y al hombre que honrara nuestros
Director de la Escuela Nacional de Arquitectura y funda- eventos culturales con su interés y con su participación como
dor del Seminario de Historia de la Arquitectura, Uevó a él conferenciante.
a otro destacado investigador, a don Ricardo Gutiérrez Abas-
cal, más conocido como Juan de la Encina. Forjaron ambos
un grupo de arquitectos, estudiantes entonces, entre los cua- curso vivo de arte
Juan B. Artigas
Nota; Publicado en Los Universitarios. No. 200, pag. 31 1982. Junio 1982.

2
lo original
en la arquitectura mexicana
josé villagrán garcía

parte primera: la conquista de ginal hoy en nuestra actividad arquitectura y hasta


adonde es, ha sido y puede ser original la arquitectura
originalidad meta del histórica mexicana. El propósito de esta excursión es
motivar lu reflexión en torno a estos atractivos puntos
arquitecto contemporáneo. y a quienes deseen mayor profundidad, estimular el es-
algunos aspectos de la tudio especializado de cada tema dentro de las discipli-
na!i que los tncluyen como obJetivos propios
originalidad en la creación Por la inquietud que generan estos candentes temas
arquitectónica. emprendemos e invitamos a conjunta y modestamente
practicar esta incur~ión panorámica por tópico:, de tan
\asta extensión . .sin ofrecer. lo advenimos antes de pe-
Un estudio que se proponga tratar de la Originalidad o netrar por sus dominios. ni perseguirlo en la totalidad
de lo Original en Arquitectura o en cualquiera de las de su'> aspecto~. ni penetrar con medtana profundjdad
Artes figurativas y en generaJ de la Artes. tendrá que que fuere. a las múltiples doctrina<; ) teorías en que de
apo)arse o de lleno colocarse en el terreno de la Teoría continuo buscarán apoyo nuestras reflexiones E~ta e:\-
General del Arte si es que e aborda en sus aspectos de cursión . erá fr,mca y decididamente panorámica y como
estructura y de comprensión francamente incluidos en- lo dejamos dicho. im·itaúm por doble partida.
tre los capitales temas de aquella disciplina. Las teorías No es solo inquietud inquisitiva la que nos mueve a
de la forma , del estilo y del mismo arte proporcionan formular una respuesta a las msistentes preguntas de.
sus fecundas wnquistas a quien como nosotros intente <>hasta adonde llega la onginalidad individual y colecti-
penetrar por tan sustancioso y prometedor tema, en el ·va en arquttectura )' hasta adonde la arquitectura mext
que de continuo intervendrán además la Estética, la his- cana es subsic.liariamente mimética de otras: es algo
toriografía del Arte y las apasionantes teorías de la Cul- más tan atendible e intesante como ellas: la manifiesta
tura y de la historia. Por ello hay material más que actualidad de ser original que colorea cuanto se hace y
sufictcnte o meJor dicho. desproporcionadamente ex- cómo se vive: ese ansia actual de ser original en todo
tenso, para el tiempo de que podemos y conviene dispo- y por encima de todo. En nuestro medio profe!>ional ve-
ner a fin de no convertir. la que deseamos producuva mos que el arquitecto intenta a todo trance conqut\tar
y hasta amena excursión por los aledaños de estas vas- tan mágica calificación que lo conduzca a la fama ) .1
tas disciplinas, en den~o y grave resumen de doctrina.. sus apetecibles rendimientos económicos o, por lo me-
Y té~is y en rcvbión tupida } pesada de obras y de esti- nos y en contados ca.sos, a la satisfacción de ser figura
maciones criticas. de relieve . El arquuecto anda de conunuo tras nueva'
Al especialista que frecuenta habitua.l y familiarmen- orientaciones formales) e~to. con ser base de progreso
te por aquellos cercados cotos de la Teoría. la serie de y motivo de encomio. 'e toma en perjudicial ~ viciu'o
pláticas que hoy iniciamos le resultaría meramente pre- cuando lo que !>C busca no e mejorar solucione~ a fa\or
ambular y elemental; más está precisamente consagra- de la comunidad: sino egolatricamente sorprender) en-
da: no al especialista . sino a arquitectos) a estudiantes caramarse a un pedestal fictiCIO) transttorio. Es común
que sin ser cspecialbtas, se encuentran relacionados que el arquitecto actual se afane persigu1endo meJor
con ~quellas disciplinas teóricas e históricas y sobre to- que creaciones propias. formas publicadas en revi,ta'>
do. s1cntcn en carne propia el acicate de alcanzar la ori- poco conocidas en -.u medio. para al llevar a la pr.ictica
ginalidad en lo que cada uno produce y crea } además lo captado. 1mpres10nar al incauto público que lo acla-
la inquietud de averiguar hasta adonde puede serse ori- ma por su evidente originalidad; que según la diabólica
recomendación volteriana 'mentid. mentid, algo que-
€> Derechos re,ervullos por lo~ herederos del autor. da •. deja sedimento productivo en tamo se evapora .

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El arquitecto joven, de edad y mejor de corazón, porque en el campo de las ideologías, lo que se perfila
cuando conservan su generosidad y ansia de legítima ahora es lo colectivo con tendencias cada vez más acen-
gloria. preguntan con insistencia hasta adonde es posi- tuadas al ecumenismo y por lo contrario en el de la ori-
ble hoy por hoy ser original, cuando los medios de difu- ginalidad está presente el 'ego', el yo individual.
sión alcanzan al último rincón del planeta. Solo cabe En el opulento medio norteamericano en que se de-
responder honrada y consistentemente y sobre todo con senvuelve la arquitectura más copiada del mundo abun-
capacidad dinámica y constructiva. Cuando se inculca dan muestras de este ansia egocéntrica, de originalidad
al joven arquitecto la vana idea de que solo alcanzar la pero a la vez las más duras críticas de distinguidas per-
originalidad puede ser meta del profesional, la ambi- sonalidades internacionales. Basten unas cuantas citas:
ción de c;erJo lleva pronto o más tarde a la desconfianza '·Las orquídeas de la prensa nacional y de las publica-
de sf mismo, a la desesperación y a la pérdida de toda ciones especializadas, se reservan a los 'dadores de for-
norma ética para al fin lanzarlo por el camino de la au- ma·, a los creadores de nuevos estilos, sencillamente.
dacia y el engaño, que suelen producir pingües ganan- porque su producto es 'noticia·; producto que a menudo
cias pero a costa de la misma dignidad. En la mayoría posee originalidad de mera cort~ía'·'. "En nuestro
de casos no falta talento al arquitecto normalmente bien tiempo en que los medios publicitarios forjan o arrui-
dotado y bien formado, lo que falla es la orientación: nan la reputación y La vitalidad de un profesional, nada
una visión clara y oportuna de lo alcanzable sin poseer extrañe que más de uno prefiera proyectar un edificio
genio extraordinario. Debe anticiparse que las geniali- explosivamente disonante respecto a su ambiente- que
dades de un Picasso, no se dán en individuos por raci- si genera 'noticia' acarrea fortuna mejor que con cier-
mo y que aparte de este tipo extraordinario existen to acopio de modestia, integrarlo a su medio circundan-
niveles muy diversos pero excelentes y todos dignísi- te con la intención de hacerlo cumplir el fin a que se le
mos en el firmamento de la originalidad creativa, como destina''. Otro párrafo ilustrativo dice: "Edward
estaturas y rostros normales existen en variedad infmita Stone -que casualmente en estas semanas ha dado una
y todos aquellos que sean nonnales tienen capacidad serie de conferencias en México- escribe: 'En este país
para vivir con dignidad y con variedad. -los Estados Unidos de Norte América- todo mundo in-
Es de interés asentar y traer aquí algunos comenta- siste en demasía en autoidentificarse, en erigirse su
rios que confirmen el asento de que en el momento his- propio cartel de reclamo'. La exactitud de esta
tórico que estamos viviendo resulta una realidad observación -agrega Gruen- puede apreciarse objetiva- ·
inconsecuente pero realidad al fin el ansia de originali- mente en algunos de esos edificios ostentados
dad que se persigue en la creación arquitectónica y en publicitariamente -por las revistas especializadas- como
cuanto producen las artes y la industria. y no solo en ejemplares sobresalientes de la arquitectura; cuando
estos campos sino en las modalidades del vivir social, con frecuencia, resultan tan solo ser fruto de una cam-
en los valores vitales. en las costumbres, en la indu- paña por conquistar originalidad o afecto de vanidad y,
mentaria, en los afeites. ¿No son las melenas y las ves- todavía con mayor frecuencia, de intencionada propa-
timentas con visas al romanticismo de hace más de un ganda comercial de un cliente. "Un ejemplo ilustrado
siglo. tema suficiente para meditar en su significación de cómo el deseo de publicidad influencía el trabajo del
de fondo; positivos síntomas de cansancio por lo que arquitecto, puede encontrarse al comparar dos aero-
es, el occidente y meo intermezzo en tanto se hallan puertos proyectados por el mismo arquitecto, el desa-
formas vitales, sociales y artísticas nuevas que satisfa- parecido y multielogiado Eero Sarinen. Uno es la
gan el nuevo sentido del vivir? Cansancio y a la vezan- terminal de la línea TWA en ldlewild (hoy Aeropuerto
sia insatisfecha de innovaciones son quizás las causas fntemacional John F. Kennedy), obviamente inspirada
explicables e inexplicables a la vez de esa manía por la en el deseo de sobresalir frente a sus competidores en
originalidad que hemos caJiftcado de inconsecuente, esa 'Feria Mundial' de originalidades y de modas que
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es el puerto internacional de Nueva York. El resultado. ce a un determinado creador y se aplica a la obra que
fué un 'tour de force' que ofrece alguna emoción pero posee características propias inconfundibles o en otras
muy escaso 'confort' o comodidad al pasajero del aire. palabras que es algo nuevo en alguno de los múltiples
La segunda aeroterminal es la Dulles de Washington, aspectos aprehensibles del Arte a que pertenezca. Una
D. C. y como en este caso el edificio es central y está obra que tiene antecedentes en otras pero que no es nin-
al servicio de todas las líneas competidoras, el deseo de guna de ellas, que no es copia estricta de ninguna, pose-
publicidad -y por tanto de super-originalidad- está au- erá en cierto grado originalidad; pues la obra de como
sente. El producto es una excelente y agradable estruc- innovatoria en grado superlativo, porque representa un
tura que ofrece innovaciones en lo tocante a la nuevo aspecto estilístico, se arraiga en su Cultura, en
conducción del pasajero; disposición que posiblemente su colectividad y por la estructura misma de la cultura
inicie una nueva solución. No me sorprende -sigue di- está insumida en el pasado colectivo, en sus estadios in-
ciendo Gruen- que este aeropuerto de Washington haya mediatos o remotos o en ambos. La calificación que
generado escaso furor y conmoción en nuestros medíos consecuentemente se otorga a una obra de arte como
publicitarios y en la prensa de arquitectura incomprable original presenta, por las elementales consideraciones
con el primero" -el de N. Y. que venimos de hacer, primeramente el referirse obvia
Sin duda, una de las características de nuestro tiem- pero inevitablemente a una obra que sea de Arte; esto
po es el ansia por ser original y su desenfrenada perse- es, que tenga validez positjva como tal; en seguida a
cución aún por encima de la sensatez. El que así sea, que represente innovación frente a las obras que la pre-
no indica que en otros tiempos históricos no haya acon- ceden o le son simultáneas en el tiempo y en una
tecido lo mismo; simplemente ahora es una realidad: ubicación tópica de e~tensión relativa a la comunica-
antítesis de la tendencia colectivista actual. ción humana que exista en materia del arte en que se dá
Hasta aquí hemos empleado el término originalidad la obra.
basada en la idea que habitualmente se sustenta. Precisa - Se requiere por tanto y resumiendo, que la obra sea
determinarla para penetrar de inmediato en la significa- auténticamente obra de arte y que ostente en sí innova-
ción que perseguimos. ción en el arte a que pertenece. Cuando la obra repro-
La Enciclopedia Espasa dá una de las más claras de- duce simple y exactamente otra, no existirá originali-
finiciones que he podido colectar: ''Dícese de las cuali- dad aunque sí podrá existir en otros aspectos, por
dades de maestro, personales, que caracterizan las ejemplo los técnicos. La reproducción de obras pictóri-
obras de un artista. No debe confundirse con la extrava- cas que hacen actualmente tan perfectas la fotografía a
gancia, pues ésta es un vicio y la originalidad una vir- colores y la técnica de impresión que las multiplica, ne-
tud" y en otro párrafo, aunque ya refiriéndose como se cesariamente son obras de las artes gráficas y técnicas,
refiere Ja casi toralidad de su explicación a la originali- más nó de las figurativas. Lo propio acontece con una
dad individual y literaria, agrega algo que será produc- obra pictórica que copia con perfecta exactitud otra
tivo en nuestro propio campo de la Arquitectura: ''Hay obra; merecerá como copia, como habilidad técnica re-
dos modos de ser originales: inventando elemento·s nue- productiva, más no será propiamente una creación con
vos o combinando los ya conocidos de un modo nuevo, la originalidad en el sentido que le estamos dando y
o sea, según la expresión bíblica 'vertiendo vino en que, como es fácil comprobar, habitualmente se le con-
odres nuevos'." Con ser suficientemente clara, esta de- cede. Más si esto resulta obvio, habría que notar que si
finición exige de nuestra parte una más amplia connota- en toda obra de Arte hay creación porque toda creación
ción. Original es todo aquello que pertenece a su origen exige cierto grado de originalidad, aqueUa a que nos re-
y origen es el principio de una cosa, la fuente de que ferimos exige también un cierto grado de superlativi-
procede o el ente que le comunicó existencia. En el te- dad, de innovación esplendente, para que se considere
rreno del arte significará que es original lo que pertene- vación esplendente, para que se considere con
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rompen con lo habitual en su momento y que roturan transforma y a la finalidad que la exige transformada.
o abren un camino realtivamente nuevo; y decimos re- Quiere esto decir que el proceso fáctico del arte en su
lativamente porque no cabe duda que lo nuevo en nues- acepción más amplia no es algo de su exclusiva perte-
tro mundo es al fin y al cabo cualificación relativa. nencia, por lo contrario, es un caso en los diversos ha-
Montesquieu dice ''Toda obra original genera cinco ceres humanos: aquellos en que intervienen inteligencia
o seis cientos de otras obras''. La conocida sentencia y voluntad. Aristóteles dice que el Arte es ''hábito pro-
salomónica lo ha dejado grabado en el tiempo: 'Nihil ductivo acompañado de razón verdaderatt (Etica Nico-
novum subsole' -Nada es nuevo bajo el sol- Lo nove- máquea. L-VI.C.IV.-UNAM¿p.379.1954); porque en
doso en nuestro caso tiene que serlo en efecto en una efecto produce obras de arte, con la maestría que dá el
doble relatividad en razón aJa esencia de La creación, hábito, la repetición sistematizada, La educación en el
en nuestro caso arquitectónica y en comparación a lo arte y a la luz de una recta razón o claro conocimiento
que en el momento en que se crea la obra existe y es de lo que se lleva al cabo. Hasta el cansancio hemos re-
conocido por su autor. petido, no digamos en la cátedra escolar porque ahí se
Para comprender la originalidad en la creación, se hace indispensable la insistencia, sino en numerosas
hace por tanto índispensable atender a las dos funda- ocasiones el esquema gráfico que ahora volvemos a ex-
mentales condiciones enunciadas: la esencia fáctica del plicar, porque con él es bien sencillo penetrar en múlti-
crear y La circunstancia histórica de ser en su momento ples aspectos de la creación y ahora nos proporciona
innovación. Constituyen estos dos puntos de apoyo sen- apoyo para mejor comprender en que florece y puede
dos motivos de estudio con que iniciar nuestra incur- florecer una originalidad en la creación arquitectónica.
sión: esencia del crear en el arte e innovación en el arte (Proyección 1) .
de un tiempo histórico.
La estructura fáctica del hacer arquitectura no es otra
que la de todo hacer humano, dentro del que se alínea
uno de los más excelsos: el hacer arte; es genérica en Programa
Esencial-Particular Espacios Arquitecturables
su construcción medular y específica en lo que sea pro-
o Causal Habitables-Edificados
pio a cada una de las artes. Con frecuencia en nuestros
medios profesionales se olvida la significación fáctica
del hacer arte o se confunde con otras actividades inte- Procedimiento Específico
lectivas humanas como hacer ciencia o actuar en el an- Compositivo-Edificatorio
churoso campo de la conducta humana. El hacer arte
1
es un proceso constructivo; significa construir algo en
el más amplio sentido de la palabra y ese algo genérico
Forma Construida
Arquitectónica
es precisamente una forma nueva.
Hacer arte es pues trasformar cambiar de forma una
materia primera dada mediante un proceso propio y sis- El esquema coloca en una primera línea las dos pre-
tematizado, que es su técnica, para alcanzar la nueva misas que sustentan a todo hacer y por lo tanto hacer
forma, nueva en relación a la inicial, para adaptarla a arte y hacer arquitectura: la primera es la .finalidad que
una determinada finalidad; finalidad que a la vez es la como causa del hacer explica el posible rumbo o la di-
causa-motivo de la construcción. Cuando se trata de un rección que necesariamente habrá de tomar la creación:
hacer cualquiera, este proceso es el mismo, solo que es su causa final. Esta causa abarca dos aspectos vita-
entonces el procedimiento no es sistematizado o técni- les: lo que es ineludible por pertenecer a la esencia mis-
co; se elige ingenuamente y en la mayoría de los casos ma de la actividad creativo-arquitectónico y que estará
inteligentemente adecuado a la materia prima que se presente en todo crear arquitectura con autenticidad y
6
lo que propiamente es la causa particular en una crea- cultura. la Jardinería, la Pintura Mural Mediante este
ción individual; o sea el caso propio que se contempla. proceso que cambia de forma a los espacios para adap-
La finalidad cau.,al esencial es la de construir espacios tarlos a resolver la finalidad causal esencial y la Progra-
habitable~ por el hombre, conceptuando éste integral- mática particular, se desemboca en nuestro esquema
mente, y la finalidad panicular o causal, individua!, es gráfico en la fonna construida arquitectónicamente · la
el Progrcmw panicular de la obra o crear; lo que algu- forma arquitectónica.
nos estéticos alemanes llaman la situación o el rema, el Según esta resumida explicación que valiéndose de
pretexto de la creación: templo, casa popular. monu- un esquema gráfico ~e hace bien sencilla aunque nece-
mento conmemorativo. sariamente queda abierta a exposiciones amplias y de
En el mismo renglón y en seguida de la Causa Fi- hondura que aquí no es posible siquiera intentar; en to-
nal. el esquema coloca la segunda premisa que es la da creación arquitectónica concurren tres troncos de
materia prima. la que va a transformarse. o sea a cam- extendidas raíces que condicionan la esencia de toda
biar de forma para mediante e'a futura y nueva forma forma creada. Si Jos tres gruesos troncos son la finali-
adaptarse a la finalidad causal establecida como premi- dad e.\encial y la programa/ partic1dar; los espacios ar-
sa primera. En arquitectura la materia prima o pdmera. quitecturables habitables y edificado.\ } los
no es solo el material de edificación. sino algo que procedimientos edificatorio-compositivos, debe inferir-
comprendiéndolo lo rebasa: el espacio en sus dos acep- se que la originalidad provendrá de innovación creativa
taciones arquitecturablcs: el espacio habitable o delimi- en uno o varios de los tres puntos de apoyo que acaba-
tado y el edificado que con el natural constituye el mos de señalar como básicos de todo hacer arte y arqui-
delimitanre. Así. para que haya arquitecrura se requiere tectura: en primer término la innovación puede surgir
una verdadera construcción con espacios habitables y de algún fin causal programático nuevo : por ejemplo
edificados y naturales. Si no existen estos espacios no aquel a que se refirió la cita de Gruen respecto a un
podrá haber arquitectura, como si no existe la materia nuevo modo de transportar el pasaje al avión en el aero-
prima de la música que es el sonido musicable no habrá puerto Dulles o como veremos al final, innovaciones
música, sino cualquier otra co!-.a que a la postre no será programalcs sustanciales como las que condujeron el
mús1ca Estos aspectos del espacio arquitecturable son pasado siglo a la edificación de grande!-. espacios cu-
fundamentales en esta y en cualquier reflexión o consi- biertos destinados a las Expo!-.ic1ones lndumialc'> inter-
derdción que se haga sobre arquitectura, pues de ordi- nacionales . El tema o Programa surge como innnvadón
nario solo suelen considerarse los espacios edificados } y desde ese momento la primera gran nave que se ima-
no los habitables o vacíos, es claro, me refiero a cuando gina y se edifica abre un camino nuevo, una era nueva.
se teonla o se juzga Jo arquitectónico, porque muy an- una modalidad estitíst1ca por tanto nueva. si se la com-
tes de disertar nuestro siglo sobre estos capitales aspec- para con las naves bas1licak~ o con las monumentales
tos. la humanidad ha creado por milenios espacialida- salas de las termas romanas.
des arquitectónica integrales . El segundo punto de apoyo. nos proporciona la
Volviendo a nuestro esquema gráfico, de las dos pre- innovación al emplear nuevos materiales que conduz-
misas alineada., en el primer renglón salen dos vecto- can a una dispos1c1ón nueva de especialidade~ edifica-
res, uno de cada una que concurren hacia abajo en una das. que en manos del creador talentoso llc' an
nueva línea ocupada por el procedimiento específico de originales disposiciones. Veremos algunos casos histó-
transformación: el modo propio a la arquitectura de ricos que ilustren el punto: por eJemplo las ongmales
transformar su materia prima o e pacios arquitectura- formas a que se está llegando en este momento con la
bies y que en todo hacer auténtica arquitecrura lo cons- aplicación de materiales el:bticos y flexibles a cubienas
tituyen la Composición y la Edificación y en muchos > a recipientes como las mtcresantes estructuras neu-
casos concurriendo con ellas artes afines como la Es- máticas de Frct Otto obtenidas entre los años 58 a 61 .

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que indiscutiblemente resultan originales en grado su- vitalmente, esto es viviendo en consciencia, con volun-
mo y también abren camino innovatorio como lo han tad. Al primer dominio pertenecen los haceres huma-
abierto las nuevas formas de cubiertas de grandes crea- nos dentro de los que están las artes en lo general, como
dores como Nervi, o como Candela. la cirugía, la abogacía, y las Bellas Artes como la Ar-
El tercer punto de apoyo, va muy lejos en sus posibi- quitectura y sus hermanas, aparte de tantos otros hace-
1idades porque se retiere desde a la innovación del sis- res humanos. Al segundo dominio pertenece el obrar
tema o procedimiento de tratar una materia prima humano, es el campo deJa Etica, de la Moral.
edificatoria antigua hasta la infinidad de posturas que El estilo se refiere así a cuanto el hombre hace y al
puede alcanzar el genio del artista-arquitecto al colo- obrar humano. Se tiene estilo de hablar, de moverse y
carse ante la vida. o sea como resultado de actitudes vi- de inclusive comer y o sea de comportarse. En el terre-
tales ante el vivir, ante el mismo espacio habitable y no que nos ocupa, las Artes, el estilo es también Ja pe-
ante, algo de trascendencia, las fonnas mismas crea- culiar manera de hacer que tiene el artista solo que para
das. Punto este de tal hondura que ha dado lugar a las crear y en su obra dejar impresa una modalidad que la
brillantes incursiones de estéticos, de historiógrafos y hace inconfundiblemente suya. El·estilo en el plano de
sobre todo de teóricos del Arte a partir de la primera la historia del Arte, exige ser calificación de una obra
mitad del pasado siglo y hasta nuestro tiempo, en su ta- con valencia positiva estética, o sea, que si todo tiene
rea de aprehender aspectos de la forma y del estilo que estilo en la vida, en el plano del arte exige que se refiera
han estructurado paulatinamente los conceptos dentro a un estilo estético, a una obra que valga como del arte
de los que ahora nos estamos moviendo; tanto en el di- a que se refiera.
torno de la Teoría, como de la crítica histórica y en el La esencia del estilo se ha perseguido en la Teoría
de las mismas orientaciones creativas. En suma, nos del Arte y en la Historia del mismo por lo menos a par-
hemos introducido al tema que decíamos se hace indis- tir del Heggel, a fines del siglo XVill, dando lugar, co-
pensable abordar al lado del que nos ha ocupado: el re- mo ya se decía, a las más trascendentales teorías y
ferente a que exista innovación en la forma creada doctrinas que llenan con sus hallazgos el siglo XIX y
dentro del panorama histórico en que se produce la obra se proyectan al alborear el nuestro XX. No es cometido
original. Hemos citado con insio;tencia un concepto cru- ahora en esta excursión penetrar en tan sugestivo pano-
cial en la Teoría del Arte y en la historia: el estilo, por- rama exponiendo la más salientes doctrinas o tan solo
que al hablar de originalidades no podemos separar nin- las de más reciente cuño. Dejemos por de pronto la in-
guno de los conceptos a que se refiere: la forma créada vitativa tentación y concretémonos a relacionar este
y el estilo de la forma. Para esta primera parte de nues- concepto preliminar, digamos habitual, para cotejarlo
tra excursión, vamos tan solo a contemplar la pareja con el de originalidad. Es evidente que el referir el esti-
estilo-originalidad, dejando para la segunda parte el te- lo a la obra que producen las Artes Bellas, y la origina-
ma de la forma, que según hemos de ver, nos abre entre lidad al mismo producto, ambos conceptos virtudes se
otros varios fecundismos un camino a seguir en nuestra aplicarán por igual a creaciones que ostenten con auten-
contemplación histórica de la arquitectura mexicana. ticidad la categoría estética de obra de arte, más surge
Por ahora vamos a ocuparnos de ciertos aspectos con- un punto que debe dilucidarse, el que pregunta si origi-
currentes de aquella dicha pareja: nalidad y estilo se confunden en un solo concepto o po-
El estilo en su aceptación más lata es Ja modalidad seen modalidades que autorizan a esta dualidad? A
propia de hacer y de actuar. Es por consiguiente el mo- primera vista aparecen identificados por la circunstan-
do peculiar que tiene el hombre en sus dos fundamenta- cia antes apuntada de calificar por igual a obras val~n­
les aspectos de actividad práctica, como la llama tes estéticamente, más una creación será original se en
Aristóteles: la del conocer haciendo o produciendo un su momento histórico es innovatoria, y por ello original
objeto extrínseco a su ser físico y la de conocer obrando y su estilo de igual modo será original.
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Tal parece que si bien toda obra original valente es- De hecho como hemos venido observando la origina-
téticamente en grado positivo tiene estilo; la proposi- lidad es una calidad valorativa que poseen la obra y su
ción inversa no es certera en todo caso, pues una obra estilo, o si se prefiere es el estilo la obra misma de arte
puede ser cscelsamente estética, bella y no ser sin em- y por ello la originalidad requiere calificarlos de consu-
bargo original en sentido estilístico; pero a cambio pue- mo. Y en el campo histórico se consideran obras indivi-
de poseer estilo propio, aquel que va desde el que le duales y grupos de obras que siendo todas individuale~
corresponde colectivamente hasta el que posea como producen en conjunto la impresión inequívoca de ser o
simple creación. Así aconteció en muchos momentos pertenecer a una determinada colectividad y a un deter-
históricos en que las soluciones partían de idéntico par- minado período histórico-temporal. Poseen así las
tido, disposición, modulación y en suma forma estereo- obras una doble valoración estilistka, la individual que
típica, y no obstante se producían dentro de estas hace inconfundible la obra de un artista respecto a la de
constantes formas armónicas y bellas; en rigor alcanza- otro y la colectiva que de igual modo funde la<. diferen-
ban, como toda creación, un cierto grado de originali- cias individuales y solo contempla los matices comunes
dad creativa, más no significativa, innovatotia, corno e indiscutibles. En el Renacimiento por ejemplo se dife-
avance hacia nuevos caminos o nuevas formas. Véase rencían las obras de los salientes grandes creadores en-
como uno de los muchos casos que ofrece la historia, tre sí pero dan clara razón de la existencia de un
el de la arquitectura Dórica griega: sus templos perípte- conjunto curiosamente homogéneo de heterogeneidades
ros adoptan el mismo partido, siguen las mismas nor- Lo que acontece es que de individuo a individuo pue-
mas de proporción estética y sin embargo presenta cada de registrarse una gama infinita de matices de originali-
uno un tipo dentro del arquetipo dórico. El Partenón su- dad dentro de un consenso estilístico c01pún, y no solo
blima el prototipo a base de una armonía única, pero puede, sino que de hecho así lo registra la experiencia
otros como el de Pestum, o el de Egina, de Olirnpia y histórica. En un lugar y en un momento determinado
tantos más, sin ser idénticos, se mueven dentro de idén- una cultura produce en sus manifestaciones artísticas un
ticos partidos, molduraciones y disposicion _s, poseen estilo, sea este de validez positiva o nó y de originali-
un sello propio que los hace por tanto relativamente dad o sin ella y dentro de las características que lo ha-
originales, más no innovatorios en el sentido histórico cen propio, los individuos que lo constituyen, quedan
que decimos. Este caso es de capital interés en un mo- enmarcados por ese círculo común y propio. La indivi-
mento como el actual porque muestra la posible origi- dualidad general un doble y posible motivo de originali-
nalidad arquitectónica que puede ejercitarse sin llegar al dad, uno al compararse conlas individualidades
nivel superlativo de la innovación estilística y de la evo- hermanas y otro al integrar concurrentemente el todo
lutiva originalidad. Puede concluirse, por tanto, que que es una colectividad y que al comparase con otras
puede haber estilo sin este grado de originalidad; los colectividades denota originalidad. Un ejemplo del que
dóricos permanecen dentro de su estilo sin innovar. del hecho mano en explicaciones escolares, hará ver con
mismo modo que al través de la historia se ven góticos, mayor brevedad y claridad Jo que aquí se intenta mos-
que son góticos auténticos con ese grado de originali- trar. Una cascada, por ejemplo la del Niágara, univer-
dad creativa y no de innovatorio arranque, corno fueron salmente conocida esencialmente es lo mismo que cual-
las obras con que el Renacimiento rompe fronteras y se quier otra cascada; una caída de agua entre dos niveles
lanza por la nueva concepción humanística. deferentes del suelo; sin embargo esta cascada del
Otro punto exige contemplación preambular: Niágara es indudablemente diferente de por ejemplo la
hablamos de continuo de originalidad individual y igualmente b1en conoc1da del Iguanzú en la América
de originalidad colectiva, como también en el caso del Sur. Cada una tiene su aspecto que le es propio. ori-
del estilo nos referirnos de continuo a iguales con- ginal. inconfundible: sin lugar a dudas ambas I!Stán
notaciones. constituidas por gotas de agua, idénticas en cada una de
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ellas y estas gotas idéntkas generan no obstame por su sis, no cabe sino limitarnos a su mención en lo que hace
modo de caer en conjunto, porque en lo individual son a las que prácticamente nos presten apoyo. En la próxi-
iguales y caen igual, un aspecto diferente, propio como ma sesión nos ocuparemos de elegir un método apto pa-
decimos; y nótese, las gotas fluyen, cambian a cada ins- ra del modo práctico y simple que deseamos llevar a
tante como la vida en que cada momento es y deja de efecto la mostración histórico-critica que nos propone-
ser . Así acontece con las obras de arte en un momento mos realizar. A la vez estableceremos contacto con al-
y lugar dados, las obras pueden inclusive ser iguales gunas de las teorías actuales que faciliten nuestra tarea
entre sí, carecer de originalidad, pero en conjunto ge- y comuniquen visos de autoridad y sobre todo nos
nera un todo que la posea al ser comparado con las ofrezcan oportunidades de acierto para perseguir los as-
obras que pertenecen a otro lugar y al mismo tiempo pectos originales tanto en lo virreynal como muy pani-
histórico o a tiempos diferentes. A la historia interesa cularmente en la producción actual y al fín hacer los
descubrir en los estilos la originalidad individual y tam- corolarios constructivos que en suma representan la fi-
bién la originalidad colectiva. nalidad central de nuestra excursión .•
El presente estudio en su carácter de panorámico y
muy general, precisamente intenta revisar más que la México, D. F.. 17 de Octubre de 1966.
originalidad individual, la que muestra desde un punto
de vista amplio, la creación colectiva que nos presenta
la historia de IUlestra arquitectura mexicana en sus
grandes etapas~ con la 1dea de eslabonar en esa visión
de conjunto , lo que en el momento actual estamos pro-
duciendo y entrever qué grado de originalidad nos co-
rresponde ante el inmenso volumen de obras que
genera el occidente. Y no solo esto, sino llegar a una
visión lo suficientemente clara que nos muestre lo que
en un momento de tan amplia prolijidad cabe al arqui-
tecto actual producir como propio y original, sin verse O ilustraciones
obligado a las extravagancias ni tampoco a sentirse un 1.- Esquema de lo acrivu/Dd construir.
~u miso e impotente sequidor de algún 'dador de forma· 2.- /dem. del hacer Arquitectura
antemacional. 3.- Templo de Poseidon en Pestum.
4.- Templo de Atenea Panknos en Aunas.
Para emprender esta mera revisión panorámica de 5.- Templo dórico en Corimo.
que hablamo1. será indispensable, si la deseamos con 6.- Comparación órdenes d6ricos griegos.
cierta consistencia, determinar un camino a seguir y au- 7.- /Jos¡1ica de S. Pablo F.xrramuros. Roma.
8;- Crystal Palace. Londres.
xiliamos de algunas teorías o doctrinas que iluminen 9.- Columna Vendome, Parfs.
nuestro derrotero; particular y obviamente proporcio- 10.- Torre Eiffel, Parfs.
nadas por la Teoría del Arte y también por las de la 11.- Hotel D'Uz.es. Parls. N. Ledou.x.
L2.- Ateliere des Charbmmieres. N. Ledou:c.
Cultura y de la Historia; pues al intentar una visión de 13.- Casa de guardias agrfco/as en Meaupenuis 1780. N. Lt!tlou.x.
conjunto de las innumerables obras mexicanas nos ser- 14.- Casa de campo acerca de Barcelona. Gaudf.
viremos de Jos juicios históricos actuales y de ideas que 15.- Inmueble Miló. Barcelona Gaudf.
16.- Entrado del anJerior
nece~ariamente provienen de una comprensión teoréti- 17.- Rema/e del mismo.
ca de la cultura a que en cada momento van pertene- 18.- Proyecto paro la Opera de Madrid. Feo. Longoria
ciendo. Desde luego e~ indispensable agregar, aunque 19.- Jdem. Cone.
20.- ldem. Pespeclil'll del modelo tridimensionaL
innecesario en verdad, que asentando nuestra plática so- 21.- Tanque elóstlco-fluiblt de Fr~i Otro
bre un tan crecido y amplao cuerpo de doctrinas y de te- 22.- ldem. Vista del mod~fo.

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parte segunda: originalidad y por el genio éreador; no fruto de un propósito mezqui-
no carente de toda categoría.
estilo. breve resumen de las El Capítulo que antecede entrevió en lo innovatorio
principales doctrinas que una primera estructura de lo original que al referirse a
obras de arte y en nuestro caso de estudio a obras del
integran la teoría actual sobre arte arquitectura , nos condujo a revisar breve, pero es-
peramos sustancialmente. el proceso factológíco de to-
forma y estilo. las calidades do hacer arte y arquitectura, proceso que retrotrae-
formales como método en la rémos ahora en apoyo de nuestras subsiguientes re-
flexiones.
comprensión de la originalidad en Siendo el objetivo central de nuestra excursión esti-
las arquitecturas históricas. mar la originalidad que presente la Arquitectura mexi-
cana histórica , recurrimos al concepto primario y más
abierto de estilo artístico y a sus relaciones elementales
El Capítulo anterior se ocupó de mostrar la actualidad con la originalidad; llevándono!> a una afirmación pri-
que en este nuestro momento histórico reviste el ansia mera: cuanto es original tiene estilo propio y no todo
de ser original. No solo se persigue uníversalmente al- lo que tiene estilo posee originalidad esplendente, sino
canzarla en la creación arquitectónica, sino en cuanto tan solo una fáctica, distinguiendo así dos niveles extre-
signifique crear en el campo de Las Artes lo mismo que mos en la virtud originalidad: la que propiamente inno-
eo el de la industriá y, algo muy digno de tener presen- va esci/fsticamente dentro de la colectividad en que se
te: en las modalidades del comportamiento social. To- dá la obra y la que obvia y necesariamente posee todo
das estas realidades llevan inexorablemente a pensar hacer humano y que hemos designado fáctica. Otras de
que una de las características del actual estilo de enten- nuestras elementales aseveraciones fueron: una la de
der la existencia sea precisamente esta persecución de que estilo y originalidad, en el terreno de la Teoría y
originalidad y de algo que la acompaña y le es insepara- de la Historiografía del Arte, necesariamente tiene que
ble: el reconocimiento público de poseerla; la califica- aplicarse a obras estética y positivamente valentes; y
ción colectiva de ser original que, en muchos casos. otra , que por igual se refieren estilo y originalidad a
resulta carente de autenticidad, para convertirse en hen- obras aisladas e individuales que al conjunto de obras
chido aerostato que presto se eleva, declina y desapare- pertenecientes a una comunidad o grupo humano so-
ce. cial, dando lugar a las denominaciones de escivlo origi-
Esta nota de actualidad en lo arquitectónico y en nal individual y de estilo colectivo original.
cuanto persigue originalidad contrasta de modo absolu- Anunciaba el procedenre cap(rulo, tan brevemente
to con las ideas colectivistas que en múltiples aspectos resumido, que la tarea del que ahora iniciamos, consis-
subrayan también el momento que vivimos. En efecto, tirá en determinar un método apto, objetivo y práctico
perseguir la originalidad, la fama y sus productos de para estimar lo que de original colectivo se da manífies-
vanidad y de riqueza, es frecuente, pero es actitud pro- tamente en las arquitecturas históricas mexicanas, de-
fundamente egoísta, egolátrica; por lo contrario, procu- biendo para ello revisar panorámica o casi enumerati-
rar la originalidad colectiva de nación o de zona, con vamente las más salientes doctrinas acerca de la forma
ser menos que raro, es totalmente esporádico. Aconte- y su estilo que iluminan en el criterio del historiógrafo,
ce con la originalidad y con el estilo a que se refiere que del teórico del arte y del crítico y muy importante que
cuando se alcanza en conjunto o solo en lo individual se proyectan en las orientaciones mismas de la creación
es resultante y nó meta intencional; es propiamente pre- artística habiéndose anticipado en muchos casos la Teo-
mio a una virtud con talento; a una voluntad impulsada ría a la expresión de Arte.
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Volvamos al esquema factológico del hacer arquitec- lo estudio que de ella se hace en nuestras escuelas de
tura a que nos referfamos en nuestra anterior interven- arquitectura, explicable si se quiere por atender otros
ción: sus dos premisas están constituidas la primera: ingentes puntos de formación del nuevo arquitecto, que
por el Programa en sus dos grandes acepciones: el en ocasión como la presente: nuestra conjunta excur-
esencial y el particular o casual; la segunda por ü:J ma- sión: resulta incongruente por un lado, hacerse indis-
teria a transformar que es el espacio arquitecturable en pensable el apoyo en doctrinas de la especialidad y por
sus dos acepciones básicas: el habitable y el edificado. otro, ser no menos tmprescindible la concisión y con
Estas dos premisas, se recordará se unen por sendos ella la brevedad. Por ello se impone optar por un
vectores con el procedimiento específico de transfor- método o instrumento que siendo consistente, a la vez
mación, que es la composición edificatoria colocado nos pcrm1ta por su objetividad )' claridad aprehender
centralmente para. partiendo de él, desembocar en el los lineamientos más evidentes de originalidad en las
producto del hacer: en la nueva fonna que se dá a la divero,as épocas históricas por que hemos de incursio-
materia; al espacio transformado en el sentido arqui- nar; de modo a no exigir ser especialista en las discipli-
tectónico que pide el Programa. La nueva fonna, que nas teóricas en que subrepticta o abiertamente hemos de
es la forma arquitectóntca se construye en la meta que continuo de buscar apoyo.
persigutó el proceso creauvo. Toda obra de arquitectu- La forma que se nos dá tan claramente, es nuestro
ra se presenta al observador y a quien la habita como punto de ingreso a las obras de arte históricas; constitui-
una forma. La forma es lo que se dá a la contemplación rá su verdadero símbolo tal y como lo han establecido
de nuestros sentidos y por ello a nuestra inteligencia, brillantemente las tesis actuales. Más, antes necesita-
como punto de partida o de entrada cuando como en mos unas cuantas ideas acerca de lo que entendemos
nuestro caso, intentamos aprehender lo que de original por forma y para abrir esta primera puerta cedo la pala-
pueda poseer su creación. bra a Focillón en su magnífica obra 'La vida de las for-
La forma de la obra, es en manos del investigador mas'; dice: 'La obra de Arte es medida del espacio, es
actual, aquel que muestra su criterio con las cristalinas forma, y esto es lo que hay que considerar en primer
aguas de la Teoría e Historiografía de nuevo cuño, la término .... debemos considerar la forma en toda suple-
más precmda portada de ingreso a la comprensión de nitud y bajo todos sus aspectos, la forma como
una creactón )' de un csttlo. construcción del espacio y de la materia, ya sea que se
La Teoría del Arte, la EMética y la Historiografía del manifieste por el equilibrio de las masas, por las varia-
Arte al enfrentarse con la forma han adoptado múltiples ciones del claroscuro... En tanto que el temblor de
y novedosas posturas sobre todo a partir de la segunda tierra existe independientemente del sismógrafo, y las
mitad del pasado siglo XIX para generar las ideas y la vanaciones barométricas respecto de los trazos del ba-
doctnnao, que. con la!> del presente siglo XX que las rómetro. la obra de arte solo existe en cuanto a su for-
complementan )' en muchos aspectos las superan. cons- ma.... La intención de la obra de ane no es la obra de
tituir el espectacular avance que registran la Teoría del arte .... Para existir, hace falta que se separe, que renun-
Arte. la historiografía y la Estética. De la contempla- cie al pensamiento, que entre en la extensión; hace falta
ción de la forma el gustador estético ha generado poesía que la forma conmensure y califique el espacio'. (Obra
o simple complacencta. en tanto que el investigador, el Cit. Preses Universttaries de Fraoce. 1947. p. 9).
teórico >el estético al perseguir respuesta a su intento Por forma habrá que entender me parece a mí, la
de expltcactón y ahora de comprensión, del porqué la apariencia integral en que se nos presentan las obras del
forma varía tan ostensiblemente de artista a artista. de arte no solo a nuestros sentidos sino al través de ellas
época htstónca a época histórica y de país a país, ha da- a nuestra capactdad mtelectiva y sensitiva o sea que la
do vida a una nueva Teoría del Arte. Es tal el avance fot ma de las obras como las arquitectónicas, vá más
que se regtstra en esta dtsctplina y el limitado o casi nu- allá de lo que puede mostrarnos una magnifica fotogra-
12
fía, porque la obra no solo la vemos como la cámara fo- la naturaleza del material de edificación y por la técnica
tográfica la vé, la gustamos y la recorremos inclusive que se emplea, sin aoicionarla en simultaneidad a la ac-
cobijados dentro de sus espacjos habitables, es en la in- titud vital del creador que a su vez está insumido y
finita cantidad de aspectos que se nos presenta y que arraigado en la Cultura de que es parte la arquitectura,
aprehendemos en mayor, menor o nula medida, según llevaría a una serie de conclusiones necesariamente
nuestras personales capacidades, de artista gustador, parciales, por proceder de doctrinas de cuno eminente-
grado de sensibilidad estética y preparación intelectual, mente deterministas y matcria1Jsta1> del pasado siglo que
en que se finca en suma la apariencia integral de esa siendo trascendentales y rigiendo aún: actualmente han
obra. o sea su auténtica forma . Por otro lado. este con- sido superadas. Al arquitecto y estético alemán Godo-
cepto de forma es el mismo respecto a cualquier objeto fredo Semper. connotado exponente en su momento
que aprehenda nuestro conocimiento. histónco. se debe la doctrina tccnogenética del Arte.
Para comprender mejor la e encía de la forma. como que tuvo y sigue teniendo particular interés. ya que en
aspecto mtegral en que se nos dá la obra de arte, nos las artes tectónicas relaciona indisolublemente la forma
colocamos sin remedio en la consolidada plataforma técnica con la forma artística. que a nuestro actual en-
su~tentada por múltiples doctrinas acerca de la forma tender no puede desdoblarse como han pretendido algu-
de ~u inseparable estilo; que en último análisis estructu- nos estéticos contemporáneos sino unificarse, integrar-
ran la del arte en general . El estético alemán contempo- se. Semper. en efecto, decía en su obra capital que vió
ráneo Volkelt, define así el estilo relacionándolo con la la luz en 1861 • Estética del estilo en las Artes técnicas,
forma: "EMilo significa para todo mundo sello de uni- tectónicas y otras prácticas' (Der Stil in den technis-
dad, de unidad de formación, aparte de ser también chen und tektonischen künsten oder praktischen Aes-
concepto de valor, o sea expresión de algo importan- thetik) que el Arte: 'no es otra cosa que un producto
te, ...... Tomando la palabra 'estHo · en su sentido toda- mecánico resultante del empleo de los objetos y de la
vía más estrecho, envuelve la obra de cierta técnica', por lo que se colegirá su intento de mecanizar
originaJidad; de modo que, reuniendo todas sus notas, la creación artfstica al aceptar para el arte una estructu-
puede decirse que el estilo es el 'sello de u.· lidadformal ra que no posee: que de ser como afirma Semper. po-
de los productos artfstico.s,· que estos muestran en me- drían resolverse problemas de composición arquitectó-
dio de sus diferencias entre sí, y que revela a La vez im- nica por medio de máquinas como el caso de las opera-
portancta y onginalidad. Casi coincide, pues. el ciones aritmética~ Aún en ésta nótese que la máquina
concepto de estilo con el de forma artística, pues no sustituye al hombre en solo la mecánica silogística, o
añade a éste sino algo que varía, lo cual es nota caracte- sea lo que es n1tina in\'llriab/e y ctega y que a cambio
rística de 'estilo'" (Volkelt. System, etc. Vol. ID- la selección de datos, el planteamtento de operaciones,
Parte II. cap.X,I.). O ·ea. que al referimos actualmente queda bajo la responsabilidad exclustva y nó mecánica
a la forma de arte e~tamos según la autonzada opinión del ser humano. Lo único que puede sustituir la actual
que citamo~. colocándonos a la vez en el terreno del es- máquina electrónica en la creación artística de música
rilo y de la origina/ida{/, es el proceso mecanizable y silogístico, nunca el selec-
Vcaíamos anteriormente como la originalidad creati- tivo que procede del gusto y del talento del composttor.
\a en lo arquitectónico puede proceder de innovaciones En efecto, los datos del Programa, de la técnica del
ya sea en lo programático de la obra. en la materia pri- matenal > la elecctón nusma de ella y del material que
ma edificatoria como lo es un nuevo material de edifi- se ehgc, conductrán a soluc10nes muy diferentes según
cación, una nueva técnica constructiva; y en nueva el gusto y criterio de arte del arquitecto y. cosa que nos
actitud anfmica y arrfstica ante los tres pilares de apoyo importa señalar y comprobamos cotidianamente por la
o de arranque de la creación. La relación de la forma historia. según el impubo yue dá la cultura a que perte-
exclusivamente condicionada por lo programático, por nezca. Lo propio se comprueba respecto al estilo de

13
época o aún de zona; varía partiendo de los mismos da- 1944). Establece y estableció en sus aplicaciones sobre
tos geográficos. El gótico, por ejemplo, es diferente en todo una interpretación del arte semejante a la de la
el Norte de Europa que en el centro y que en el Medite- Historia Natural del pasado Siglo que al encontrar un
rráneo; y sin embargo. poseen todas sus obras la unidad especímen biológico lo compara con lo establecido para
formal envolvente a que alude Volkelt. Y es que existen las diversas especies clasificadas por Linneo y Jo acepta
actitudes vitales diferentes ante iguales premisas; la ac- o rechaza de un grupo clasificado u otro. En la historia
titud ante el material pétreo fué muy diferente en el gó- del arte positivista, fueron excluidos entre otras las
tico de las catedrales que en la arquitectura imperial obras mexicanas por no entrar en esa conformidad y
romana; porque esas actitudes vitales son hondas y muy eliminadas 'por una serie de obstáculos". Sólo hasta
complejas de desentrañar, ya que están larvadas en la después de la primera y segunda conflagraciones mun-
psicología de la Cultura, de la raza, y en otros muchos diales y a merced de las nuevas teorías que tardíamente
aspectos que la Teoría actual de la forma y del estilo comenzaron a aflorar en sus aplicaciones, y a conse-
tratan de poner a la vista, al través de sus brillantes tesis. cuencias de la misma conmoción psico-social que su-
La doctrina positivista, expuesta por su más conoci- frió la humanidad, se llevó al plano de la comprensión
do exponente Hipólito Taine, que no obstante su delibe- y del gusto lo que había rechazado aquella historia posi-
rado propósito de permanecer forzadamente dentro de tivista y calificado de bárbaro o de primitivo.
ella se escapa de continuo y penetra al idealismo en sus -Fué la teoría estética de la introyección o proyec-
conocidas y afamadas lecciones de Filosofía del Arte, ción sentimental del yo, como tradujo Antonio Caso el
estatuyó otra importante relación entre forma, estilo y término alemán Einfühlung, la que trascendentalmente
el Programa General, ese conjunto de datos y de reali- con Lipps, Vischer y Volkelt ilumina la corriente idea-
dades geográfico-físicas y sociales-locales que concu- lista en que el suizo-alemán Burckhardt encauza la his-
rren en la creación de una arquitectura. Esta doctrina toriografía y la teoría del arte, conduciendolas a la
hace consistir en lo que se ha llamado el 'Medio', el comprensión de la 'forma' . 'Desde Burckhardt se perfi-
origen del estilo de una forma: Es importante en esta la claramente la obstinada intención por diferenciar la
revisión que practicamos , indicar así sea de modo su- Historia del Arte de la Filosofía del Arte, la Morfología
perficial, que ésta serie de datos que habitualmente in- del Arte de la Sistematización del Arte. Ilustrativo es
cluimos los arquitectos mexicanos en la estructuración señalar que la más moderna interpretación histórico-
de un Programa General; la tesis positivista, o su 'Teo- artística -lo psico-histórico, la cosmovisión, la voluntad
ría del Medio', como se le conoce, no toma en conside- de forma- procede cabalmente de aquella corriente 'for-
ración el tercer elemento que mencionábamos mal', psicográfica" (Angel Guido, Concepto Moderno
anteriormente; la actitud vital del creador individual y de la Historia del Arte. U.N. del Litoral. p.67. Sta. Fé
de la Cultura a que está incorporado intencional o no in- Argentina. 1936).
tencionalmente. Esta fundamental diferencia nos aleja La forma lleva a muy diversas comprensiones o in-
definitivamente de la ley del Medio, que Taine la expo- tentos de comprensión de parte de los más grandes teó-
ne con estas palabras: 'La obra de arte está determinado ricos del Arte y de las particulares teorías del estilo y
por un conjunto formado por el estado general del es- de la forma. Conrado Fiedler en el terreno de las artes
píritu y por las costumbres que le rodean' y en otro pá- figurativas y simultáneamente Hanslík el musicólogo,
rrafo agrega: "y determina la especie a que pertenecen fundan quizás una de las aplicaciones de la teoría de la
las obras de arte, no admitiendo más que aquellas que introyección más trascendentales en la evolución de las
le son conformes y eliminando las otras especies por ideas contemporáneas: la tesis de la 'visualidad pura'
una serie de obstáculos interpuestos y de barreras reno- del primero y la de la 'musicalidad pura' del segundo.
vadas a cada paso de su desarrollo" (Filosofía del Arte. Ignoro sj estas doctrinas se adelantaron a las más avan-
H. Taine. p.39 y 49 . Editorial Nueva España. México. zadas que la filosofía del pasado siglo produjo en el pla-

14
no de la axiología, estableciendo la autonomía de los vos investigadores, han podido descifrarse y abrir nue-
valores, o si ambas conquistas son fruto o expresión si- vo conocimiento de aquellas civilizaciones mesopotá-
multánea de la Cultura occidental y en lo particular ale- micas con el que se está revolucionando la historia mi-
mana en que están arraigadas. lenaria del origen de nuestra cultura mediterráneo-occi-
-Fieldler establece sus dos conceptos 'configuración· dental.
y 'confonnación ' -gestaltung und formun- y abre la era -Del tronco 'psico-fonnal' proceden figuras no me-
de los conceptos en pares polares que en Wolfflin al- nos importantes. La contribución de Guillermo Wo-
canzan su expresión crucial al exponer en la segunda rringer con su tesis psico-étnica de la forma y del estilo
decena de nuestro siglo sus bien conocidos y explotados es de particular interés: ya que arraiga en la psicología
cinco conceptos fundamentales que enuncia así: lo line- de la raza y en su cosmovisión los caractéres fomwles
al y lo pintoresco; lo superficial y lo profundo; lo plural y estilísticos del arte correspondiente a determinada ci-
y lo unitario; forma cerrada y forma abierta y claridad vilización. Augusto Schmarsow. arquitecto como
y no claridad. Brillantemente aplica porvez primera es- Wolfflin, agrega lo 'antropormótico' a la voluntad de
ta su tesis al estudio comparativo del Bsarroco y del forma de Riegl, agregando a sus dos conceptos: lo ópti-
Clásico en las tres Artes plásticas. Wolfflin se constitu- co, y lo táctil, otro: el ritmo. A este teórico y estético
ye así en el tronco 'formal' de la escuela suizo-vienesa tan conocido se debe, sin duda. la puesta en voga del
de Ftedler y otro Teórico, Riegl en el tronco ·psico- concepto de espacio que empleamos en arquitectura. y
formal', al crear primero dos conceptos formales que que tan mal comprendido anda por ahi en nuestras es-
aun hoy emplean connotados historiógrafos como Ku- cuelas Schmarsow sustenta que esos tres conceptos per-
bler o Brickman por ejemplo: 'lo óptico' referente a lo filan la 'voluntad de forma' de una época y de un
planifonne y 'lo táctil' a lo espacial y más adelante al pueblo. Al clásico, por ejemplo, lo considera antropo-
exponer su conocida 'formawille' y 'kunstwille' o vo- mórfico en sus formas y ritmos, al igual que su cultura
luntades formal y de arte, que de inmediato desarro- y su religión. Al arte gótico, por lo contrario, lo con-
llan, amplían y complementan sus discípulos o sus ceptúa desantropomórfico y su estilo lo apoya en
continuadores. Apartir de estos dos grandes teóricos e abstracciones místicas y mágicas .
hio¡¡toriógrafos del Arte, la obra de arte se enfoca como Dvorak discípulo y seguidor del filósofo Max Sche-
algo vivo y latente para por su mediación intentar as- ller. dentro de la misma escuela enfoca lo 'psico-
cender hacia la posición vital e integrada oel creador y histórico' hacia lo religioso. a fío de descubrir el
cosa de importancia, de la cultura de que es parte en su misteriosa significado de la forma. Otros representan-
tiempo histórivco y en su ubicación geográfica. Se tes actuales como Frankl, o como Adama van Schelte-
practica, como se podrá colegir, un intento de ·sintoni- ma que maneja dos nuevos conceptos: 'lo mecánico· y
zar', como dice Guido, el espíritu del investigador de lo 'orgánico', lo mJsmo que Brickman con lo 'plástico·
hoy con el del creador de ayer, partiendo a la inversa y lo 'espacial' constribuyen al léxico y tesis actuales y
de cómo hizo el Positivismo: del supuesto conocimien- al lado de los grandes maestros e iniciadores, propor-
to de un 'medio' para aceptar o rechazar la obra que no cionan los conceptos y el apoyo a lo que ahora se hace
satisfaga lo que el 'medio' genera. Debe advertirse que consistentemente y también a ensayos y estudios de no
el enorme acerbo de material edjficado por los investi- especialistas, muchos de los cuales coinciden sin saber-
gadores que anteceden a nuestro tiempo y corriente ide- lo con estas doctrinas que datan de los últimos cincuen-
ológica. no se desestima; se aprovecha y hoy trata de ta o más años. Sin el deseo de prolongar más esta a mi
investigarse con nuevas directivas. Algo así como en juicio indispensable a la vez que brevísima referencia.
estos últimos tiempos en que se han aprovechado las ta- baste para asentar la actualidad que revisten estas doc-
bletas sumedas de barro almacenadas por millares y trinas, citar un solo caso el 'Discurso del Estilo' con
por años en los museos y que ahora, en manos de nue- que en 1963 es recibido de académico de la Lengua D.
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Ermilio Abreu Gómel. Se refiere a la conocida y ya ca- vista y del tacto, cuatro cualificaciones o calidades que
SI bicentcnaria definición de estilo que expuso el natu- los determinan: la .figura, la métrica, la cromática y la
ralista Buffon en su alocuc1ón de ingreso a la Academia háptica.
de Ciencias de Francia aquella que reza así: 'el estilo Consideraciones bien sencillas, nos llevarán a captar
e~ el hombre·. La Califica de incompleta y establece lo que significa prácticamente estas cuatro calidades al
una sene de apoyos en los histórico, lo social, el tiempo referirse a lo propiamente arquitectónico, aunque, co-
y lo geográfico que recuerda sm mencionar las tesis de mo se dice. estan presente en cuanta forma se nos dá
Dvorak con lo 'psico-hlstónco· o lo ·geográfico- al través de lo óptico-táctil, solo que en el caso de nues-
p~icológico 'del más reciente Gestemberg; no obstante tro Arte se hace indispensable subrayar ciertos aspectos
que e~tos se enfocan hacia obras en lo particular de las o modalidades que adquieren estas calidades y que
Artes figurativas y el académico a lo literario. constituyen por SI olos en positivos medios o si se pre-
Tal y corno decíamos al amciar esta rápida visión de fiere instrumentos. de que se han valido las arquitectu-
la evolución de las ideas que concurren en nuestra ac- ras de todos los tiempos para lograr sus fom1as
tualidad. para esta nuestra excursión preferimos echar valentes, sin dejar a la vez de patentizar que en el cam-
mano de aspectos que no mtenten colocarnos exclusiva- po de la Teoría no se les concede carta de validez igual
mente dentro de solo una de estas doctrinas, que ade- a la que ahora podemos entender.
más habría que exponer a fondo; sino más bien y dado -La pnmera de e tas calidades de lafigura o sea. la
el carácter panorámiCO ) bien definido de nuestro estu- delimitación óptico-táctil del objeto arquitectónico res-
dio. seguir un cammo que sin dejar de arraigarse en pecto del espacio no arquirecturado. Se hace indtspen-
aquellas, nos facilite contemplar en las formas sable imaginar cómo una figura es parte sustancial e
históricas mexicanas su relauva originalidad estilística. inesperable de la forma ya que es uno de sus aspectos
Vamm, a valernos de las calidades genéricas óptico- vitales, pero concurrente con los otros tres de que es in-
hápticas cuya significación y raigámenes, han perse- separable; esto es, que cada una de estas que hemos de-
guido los grandes estéticos 'i teorizantes que hemos nominado calidades óptico-hápticas, es solo un aspecto
mencionado; pero que no!.otros simplemente contem- de la forma total en la que concurren y se identifican.
plaremos en su aspecto tllllOVllforio. ya que es el objeto Cuando hablamos de una pirámide geométrica deci-
de nuestro estudio y mostración y nó el de penetrar en mos que es una figura. no precisamente abstracta, sino
la psicología del estilo m en los raigámenes de que pue- simplemente ideal, como todo objeto matemático lo es
de proceder y seguramente procede, tema que siendo en el campo ontológico. Al referimos a que la Gran pa-
de elevado interés ocuparía por !)Í extenso estudio ) me- rámlde posee la figura piramidal de base cuadrada, es-
nos amplia exposición . tamos JUStamente haciendo ver que el monumento egip-
Como dice la cita de Focillón que trajimos a cuento: cio posee una figura que tiende a la idealidad geométri-
'Para ex1stir la obra de Arte. necesita separarse, renun- ca expresada; es uno de sus aspectos como obra
ciar al pensamiemo, penetrar a la extensión, es preciso arquitectónica, pero no es suficiente la figura para defi-
que la forma mida, conmensure y califique el espacio. nirla integralmente desde el punto de vista formal 6pti-
COp C1t p.9). co-háptico; en efecto. podemos construir con papel una
Y esto es lo que pretendemos obtener. solo que a ia pequeña pirámide con base cuadrada y sin embargo
tm·er~a. part1r de la forma que :m ocupa y que ya pene- quedar a una distancia inmensa, casi inalcanzable de lo
tró en t'.\fensión; que ya tiene medida y que ya calificó que la obra muetra al ser contemplada. Le faltan las
el ('!.pacio. Este es nuestro tema y nuestro camino. otras tres calidades o aspectos: en primer lugar la métn-
-La-. formas que se nos dan espacialmente como la ca o dimensión del origÍiwl que no está presente en la
arqu•tcctómca, poseen lo m1smo que todos los objetos figura de papel. Esta métrica se refiere fundamental-
que aprehendemos por mediación de los sentidos de la mente a lo antropométrico; a lo relativo a las dimensio-
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ncs múltiples del ser humano; no es tan solo decir que dido de ritos religiosos y míticos. Lo cierto es que aho-
la base de la Gran Pirámide mida 220 metros por lado ra y por medio del manejo de la geometría y desde lue-
y 140 de altura, sio que la dimensión física de la obra go apoyados en el gusto que selecciona las obras que se
ejerce en el contemplador que está frente a ella un estudian en su proporción, se está llegando a conclusio-
electo psicoestético que no puede representarse ni en un nes de trascendencia al raJacionarlas con las que se ad-
dibUJO. ni en una fotografían ni es un modelo tridimen- vierten cada dfa con mayor precisión en el mundo
sional a escala; tan solo estando frente a la obra misma macro y micro cósmico.
puede sentirse. gozarse, aprehenderse, esta calidad La métrica se refiere por lo dicho a tres aspectos de
fundamental de lo arquitectónico que puede hacer de las dtmenstones contempladas en Lodo caso por el hom-
una obra con figura simplísima como la de la pirámide bre gustador: a la dimensión fístca acorde con la finali -
algo que impresione, agobie o deje en el ánimo del con- dad utilitaria de la obra y con la materia prima que se
templador la imagen y el sentimiento que el arquitecto emplea, es la que denominamos factológica o racional
de~eó y previo en nuestro caso de lo colosal y magnifi- El segundo aspecto es el psicológico, o sea la imprestón
cente. El creador, en efecto, maneja la dimensión en un dimensional que genera la obra en el espectador ) la
sentido amplísimo que comienza en esta métrica física tercera la que hemos llamado estética por referirse a la ex-
y psicológica que someramente se menciona y se eleva presión como obra de arte de la obra y sus dimensiones.
en la sublimidad de la proporción estética, a esa rela- La tercera de las calidades formales que enumera-
ción armónica de las diversas dimensiones de la obra de mos se refiere a la Cromáttca o sea al juego de la luz
ane entre sí }' su totalidad y con el ser humano gusta- sobre la forma fistca. al calor y al claroscuro. St en el
dar. Es de tal trascendencia la proporción en caso que hemos vcmdo tomando para expltcar los otros
arquitectura, en la música, la poesía y las anes plásti- dos aspectos cualttattvas, la Gran pirámide egtpcta. nos
cas. que de no estar presente en su validez estética, la valemos de un modelo con figura y con proporciones
obra carece de umdad, de armonía y se convierte en adecuadas, pero además para que posea su métrica inte-
simple yuxtaposición de partes, no es en suma obra de gral, imaginamos una pirámide con las dimensiones ff-
arte. "Lo bello, dice S. Agustín, es el esplendor del or- sicas de la obra original. e idéntica proporción
den unido en la verdad". aunque ahora haya muchos armónica y sin la cahdad crómatica del original: su co-
arquitectos sobre todo de nuevo cuño que penosamente lor y su claroscuro; sin lugar a dudas el efecto sería di-
lo ignoran. desde hace milemos, todo artista persigue ferente aún en la tmagmación y lo propio acontecería
en su obra esta proporción que se ha denominado faltando la última calidad que es la óptico-háptica. que
número de oro. sección áurea o divina y que me parece se semeja al concepto 'tactil' de Riegl y al tan discuudo
mejor denominar cósmica en atención a que investiga- de Schmarsow del ·ritmo·, y significa para nosotros la
ciones recientes muestran con científica certidumbre concurrencia de experienctas táctiles y ópticas para de-
existir en toda obra de arte superlativa y en la naturale- terminar la 'profundidad' o 'tercera dimensión' que
za viva o física, que placiendo al hombre de todos los consideró Scharsow también, o el par 'profundtdad'
tiempos y lugares. Esta proporción es geométrica y formal de Wólfflin. porque en nuestro imaginario cxpc-
por ser cósmica así la llamaron los griegos: geométrica nmento no se aprccianan ni la textura superfictal. nt las
o sea medida del mundo. profundidades a que da lugar la visión perspecttva ) la
Cook. Hambidge. Macody Lond, Moessel, Ghyka. evaluación de su misma métrica. Por último debe asen-
han llevado la investigación y el estudto de esta tarse con dectstón que en teoría. se analizan estas cali-
proporción estética a grados que posiblemente empal- dades o conceptos formales por separado. más en la
men con la práctica que desde cuando menos los egtp- forma no solo son concurrentes las cuatro smo super-
cios, fué básica para el creador arquitecto y no sabemos puestas, se confunden en el aspecto wtal óptico-hapuco
hasta adonde esos sistemas hayan empalmado o proce- de la forma arquitectónica. En manos del arquitecto es-
17
3.- PmJmiclt dr caruln con tWJI'fos que lt> dan t>scala.
tas calidm.les adquieren el sentido de verdaderos instru- 4.- Ptrdmidt dt' ,·urttin 11 t.rcolo dt> la Gran PirámidE" egip<:ID
mentos de validez imprcsindible en toda creación, para S.• La ~rron Ptrdmule dt Giteh. ¡·i.fra general. a colores.
alcan1ar la forma expresiva y estéticamente positiva. 6.· ldl'lll Mostrcmdo .111 escala, a colores.
7.· fdtm. hocitmlo ¡xuentt su texmra acrual. a ca/eres.
En el caso particular de la excursión histórica en que
nos embarcaremo~ a partir de la próxima plática se con-
vertirán tamb1én en auxiliares o Instrumentos aptos pa-
ra de modo simple perseguir los aspectos originales que México, D. F., 21 de Octubre de 1966.
presenten la' arquitectura~ mexicanas en sus diversas
épocas y con especial interés en la que estamos vivien-
do, de la que deseamos obtener la posición que ocupa-
mos ante el enflrmc volumen de obras que produce el
occideme en todo orbe y C!>tar en condiciones de res-
ponder, aunque o;ca en parte, aquella angustiosa pre-
gunta que mencionábamos en nuestra anterior plática y
que oímos >leemos de continuo: ¿hasta adonde somos
onginale-. dentro del occidente. ahora y desde hace
cuatro siglos'?. y, ¿desde dónde esa originalidad la per-
'ieguimos o conquistamos con intención o nos pertenece
tan solo por inercia histórica y por dinámica de la Cul-
tura'!
En nuestros venideros capítulos iremos incursio-
nando por la., mas significativas y típicas etapas de la
historia de nuestra arquitectura: la primera será al
través de la época prccortesiana; la segunda será de
gran bastedad y amplitud e intentará contemplar las ca-
lidades genéncas de la obra v1rreynal; la tercera se re-
ferirü al \Iglo XIX. al inkiar~e la nueva e independiente
nación Y la última parte intentará contemplar este
nuestro s1glo XX , particularmente a partir del movi-
miento moderno y al dc~embocar en nuestros días esta-
blc~\!r conclusiones que deseamos sean invitativas y
con,tructha~ . Más esta tarea de por sí amplísuna, de -
proporcionada dc~c luego para mí y al escaso tiempo
de que dio;,pondremos, reclama la cooperación de uste-
des con su entu~ia~mo que siendo contagioso. a la vez
me será estimulante. •

O ilu tracionc1>:

1.· bqlll'm<J Jt'f 1/ac u Arquttecruro.


2.· fii(UfcJ clt ptrdnlldl' owJmn!fu/ar. DibUJO del arqu11e.:to V111agran

18
parte tercera: cal~dades formales arquitectónico al través de su historia en México; sin
otra intención expresa que la de alcanzar un punto de
de las arquitecturas vista acerca de la postura que guarda nuestra arquitec-
tura acrual frente a la occidental a que estamos arraiga-
precortesianas. dos y también respecto a lo que el arquitecto contem-
poráneo y nacional puede ambicionar sin ser un genio
extraordinario dentro de una práctica sana y normal .
Abordamos en lo que llevamos expuesto un punto
-Para quienes no siguieron nuestras anteriores pláticas básico para nuestro estudio: elegir un método práctico
y tambtén para los que de modo tan generoso las han y accesible a quienes, como todos nosotros los arquitec-
honrado con su presencia, es productivo, de modo sus- tos, nos interesa aclarar el tema y establecer conclusio-
cinto. sintetizar lo expuesto hasta aqui. En primer tér- nes prácticas sin ser especialistas en el campo de las
mino recalcamos la actualidad que representan en nues- Teorías del estilo, y la Historiografía del Arte. Acepta-
tro momento histórico perseguir la originalidad en mos como viable el acceso por la forma según las doc-
cuanto se hace y crea, lo mismo en el plano de lo pro- trinas actuales e hicimos una brevísima y mera
piamente arquitectónico, que a nosotros interesa en lo enumeración inforrr¡ativa de las principales aportacio-
panicular; que en todas las Artes, que en el mismo nes en que se basan los más recientes estudios acerca
comportamiento social; hasta llevarnos a pensar que es- de la compresnsión de la forma de Arte. Citamos, como
te ansia de ser y de aparecer como creador original re- debe recordarse, la tesis ya superada de Godofredo
presenta uno de los caractéres del actual estilo de vida Semper denominada tecno-genética del Arte, que aún
en nuestra cultura occidental y con especial significa- sustentan el arquitecto activo actual y particularmente
ción en nuestro medio de la arquitectura. las enseñanzas que se imparten en las Escuelas de casi
-Expusimos que la originalidad al referirse a la crea- todo el mundo. Sus puntos de apoyo para la explicación
ción artística en Jo general y la arquitectónica en nues- de la forma están en el fin útil y en la técnica o natu-
tro caso, es una calificación del estilo y por ello raleza del material que se emplea. Mencionamos en-
referente a obras con validez positiva estética; sin dejar seguida la Teoría del 'Medio' de H. Taine y las positi-
de aceptar que estilo y originalidad podrán convenir a vistas, rebasadas también desde principios de este siglo
cuanto hace y acciona el hombre. A la vez entrevimos XX por el ideaHsmó alemán y al través de las sucesivas
que toda obra de auténtico arte poseerá dos posibles as- conquistas de sus más destacados pensadores: desde
pectos de originalidad: uno en lo colectivo como parte Conrado Fiedler con su visualidad pura, hasta los más
de un conglomerado estilístico y otro en lo propiamente recientes como Gerstemberg, Haberlandt, Freyer o
individual que a su vez puede alcanzar uno de dos nive- Spsiss, y pasando por los dos mayores maestros Wol-
les que denominamos: uno, factológico por correspon- fflin y Riegl , que representan los sendos troncos de tan
der a cuanto es un hacer arte y otro esplendente como fructífera escuela: el primero que orienta hacia el estu-
innovación formal que abre caminos o sendas nuevas al dio de solo la forma , sin desconocer el contenido y el
estilo de un momento y lugar determinados. A este ni- segundo que abre la marcha más aceptada de lo psico-
vel último y al aspecto particularmente colectivo, sin forrnal: y que ha dado esa serie de conceptos hoy por
desatender lo particular, será lo que contemplaremos en ' hoy en uso del historiografo crítico o del simple aficto-
nuestra excursión por lo histórico mexicano que hoy nado, como 'voluntad de forma' 'voluntad de arte', ' lo
imciamos; ya que el objeto de nuestra incursión por es- psico-étnico' de Worringer, 'lo psico-histórico' y 'lo
tos terrenos tan explorados y tan cargados de oscurida- religioso-filosófico· de Dvorak, 'lo geo-psicológico · y
des y sorpresas, es alcanzar una visión histórica de la 'lo geo-religioso' de Gerstemberg, aliado de los menos
originalidad que ha subrayado las producciones del arte comprendidos pares formales de Wolffliln, o los muy
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usuales de 'lo táctil' y lo óptico del mismo Riegl y lo misma escuela, psico-histórica de los continuadores de
antropomórfico de Schmarsow. Riegel, Dvorak, Freyer, Gerstemberg y otros más, cu-
El método práctico que hemos adoptado lo fincamos yas ideas iluminan estudios locales nuestros o extranje-
en las cuatro calidades óptico-hápticas de la forma, que ros de positiva originalidad en sus interpretaciones,
explicamos y nos abrirán la más facilidad persecusión de aunque siguiendo como se dice en lo ideático, las doc-
lo original-formal: sin dejar de echar mano de cuando en trinas invocadas. El hecho que ahora se acepta sin dis-
cuando del apoyo que nos procuran las grandes doctrinas cusión es pues la propiedad, la originalidad y la ex-
que hemos mencionado y a los numerosos estudios refe- traordinaria validez estética de nuestro Arte Prehispá-
rentes a cada etapa histórica que hoy se brindan al estu- nico. y dentro de él su arquitectura. A nosotros tan solo
dioso en muy diversas orientaciones y planos. toca en una excursión como la de hoy, sentar unas bases
La vi~ión de la arquitectura precortesiana que hoy de visión panorámica de calidades, de las que hemos de
contemplaremos será necesariamente menos que pano- valemos para ubicarlas en nuestros días sin dejar de re-
rámica, de mera referencia; no intenta, como lo llevamos conocer hasta adonde es posible o que nos alimenten
advertido. una sintes•s histórica total ni del tipo sus raíces o nos impulsen idénticas reacciones psico-
arqueológico-histórico, como la practica en su obra formales.
''Arquitectura Prehispánica •· tan brillante y completísi- Lo primero que habremos de observar es la figura
mamente nueMro distinguido colega el arquitecto Mar- que en conjunto se tiene a la vista como característica
quma, ni tampoco del histórico-formal como las varias en la forma de las diversas culturas; Marquina asevera
obras del argentino Angel Guido respecto a la arquitectura que: 'Los edificios arqueológicos de México, desde los
sudamericana de diversas épocas, sino tan solo una apre- más antiguos que provienen de una época anterior a
hensión que cvidencfe del modo más sencillo y obvio, su nuestra Era, hasta los que se encontraban en uso a la
originalidad histórica y colectiva, el que se surge de las llegada de los españoles, ofrecen una gran unidad de
invocadas cuatro calidades óptico-hápticas del acervo de concepción, debido seguramente a que los fmes a que
obras que nos proporcionan los más acuciosos investiga- estaban destinados eran muy semejantes en todas par-
dores profesionales. Nuestra incursión no es ambiciosa, tes, y a que las relaciones entre los pueblos que ocupa-
lejos de ello es bien modesta y de más visos eminente- ron el territorio y sus mutuas influencias fueron
mente pragmáticos como hemos de com-probar y com- constantes aún entre lugares muy alejados entre sí'. In-
prender al concluir nuestra última estación. dica de inmediato, tras esta importante afirmación, que
Un punto es capital: a la altura en que actualmente no obstante esta unidad conceptiva hay diferencias esti-
se encuentran Jos estudios y la literatura correspondien- lísticas y de sistemas edificatorios según las regiones y
te a este período de nuestra arquitectura histórica, la épocas.
afirmación de ser esta origmaJ, propia y además una de -Para nuestro propósito el tema de nuestra observa-
las producciones de auténtico valor estético positivo en ción es la aprehensión de si la figura que en conjunto
la Historia conocida del Arte Universal, nos coloca en posee esta arquitectura, en los Trece siglos que abarcan
un sitio bien claro y por demás pragmático: no preten- sus obras significativas, presenta originalidad respecto •
demos ni descubrir lo que gracias a las doctrinas de que a lo que por ahora conocemos de la historia de la arqui-
hablamos la pasada plática al fín se ha avalorado e in- tectura universal. Desde luego hay que notar que supo-
tentado comprender y sobre todo reaccionando contra ner una posible influencia dentro del mismo continente
la H astoria de Arte de cuño positivista, ni tampoco pre- americano, es por ahora algo posible pero sin apoyo
sentar aquí una enumeración resumida de cuantas inter- cientffico acabado. Resulta temeraria cualquier afirma-
pretaciones se han dado a las formas pre-hispánicas, ción respecto a influencias provenientes de otros conti-
orientadas por la tesis psico-étnica de Worringer, como nentes, como la de Scott Elliot en "La Perdida
en Toscano o en Westheim, basadas en posturas de la Lemuria" y la "Historia de los Atlantes" citados por
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Amabilis en su obra Arquitectura Precolombina de menos en el plano de los elementos empleados. Mejor
1956. Quizás sea más acertado lo que asienta Raoul que seguir haciendo consideraciones pasemos unas
d'Harcourt, en su reciente obra 'Civilizaciones Preco- cuantas ilustraciones que nos hagan más que compren-
lombianas' al decir que: 'Si algunas embarcaciones ve- der, ver y por encima del ver sentir en plan de arquitec-
nidas de Oceanía o del Atlántico penetraron en los ríos tos lo que de original y básico presentan las cuatro
del Pacífico, sus escasos ocupantes, primitivos tam- calidades formales de estas monumentales arquitectu-
bién, no pudieron modificar una cultura probablemente ras, que constituyen la base sobre que se apoya nuestra
más potente que la suya· (L'Art et I'Homme Larouse. historia.
T.l.p.103). Para el propósito de nuesstro estudio existe Sintetizemos brevemente lo observado en cada una
una circunstancia histórica de positivo valor: el que de las calidades en que hemos descompuesto la forma
dentro de nuestro territorio solamente un contado nú- con fines exclusivamente de facilitar y hacer apta su
mero de obras fueron alcanzadas en uso por los con- comprensión a especialistas de la crítica histórica: La
quistadores hispanos: Teotihuacan y Tenochtitlan como figura, como lo hicimos notar anteriormente, muestra
ciudades monumentales vivas de la cultura Azteca IV y más bien originalidad compositiva, que morfológica, es
V. Montea1ban perteneciente a la V Epoca y Campeche toes: en la combinación de los elementos que emplea.
con la Confederación Acalán Tichel. El resto de las Si lo tronco-piramidal escalonado tiene para el observa-
grandes edificaciones monumentales que ahora admira- dor actual antecedente formal histórico en arquitecturas
mos, restauramos, estudiamos y reconstruimos, eran ya milenariamente anteriores, la composición en su con-
ruinas o monumentos abandonados desde hacía por lo junto es absolutamente propia y diferente y se muestra
menos un siglo. Aquí no mencionamos las obras del original e independientemente del relativo conocimien-
Norte o de Centro América que se ubican fuera de to que existe respecto a su concordancia con su finali-
nuestras actuales fronteras. Esta circunstancia y la rotu- dad programa! habitable. Contrariamente, no hay duda
ración que por política conquistadora y por razones de en el otro aspecto de lo factológico, o sea la relación
civilización practicaron los españoles, hacen que de he- figura-función mecánico constructiva, en el que se per-
cho solo cuente lo que ahora nos es dado contemplar en cibe perfecta concordancia. pese a lo elemental que es
ruinas o reconstrucciones parciales y lo que se despren- el sistema edificatorio puesto en práctica.
de de crónicas de tiempos en que esos monumentos es- La figura impresiona también por la desproporción
taban aún en uso. No cabe sino comprobar que la figura manifiesta entre espacios abiertos y espacios cubiertos,
en su aspecto más amplio presenta una predominante predominando los primeros sobre Jos segundos, no obs-
tendencia hacia lo tronco-piramidal de base cuadrada tante que sus basamentos alcanzan proporciones tales
con algunos casos, como en la pirámide del Adivino y que los sobreapasan en grande medida y que además se
otras en que se combina con esquinas tronco-cónicas o coronan de muros que sin función útil, aumentan su al-
con superficies regladas de directriz ligeramente curva. tura aparente. La tendencia a los contrastes entre super-
Estas formas resultan sin discusión para el observador ficies lisas y áreas ornamentales, es por igual una
actual propias a la vez que emparentadas con otras re- característica peculiar. Las disposiciones adoptadas por
motamente milenarias, como las mesopotámicas y las ·ornamentaciones formadas cual mosaicos de piedra son
egipcias, solo que la distancia en tiempo y espacio geo- en todos los casos de absoluta originalidad.
gráfico hace por ahora insoluble el punto de inspira- -La métrica prehispánica mexicana representa otro
ción o recuerdo de estas últimas en aquellas. Como capítulo de especial interés para el arquitecto mexicano
vamos a comprobarlo, estas figuras son en sí, propias actual. Hemos considerado esta calidad en sus tres as-
y originales, si nó en su figura de base, sí en la combi- pectos: el físico, el psicológico y el estético. La métrica
nación de los elementos habituales y factológicos, o sea física emplea dimensiones de gran amplitud en las espa-
son altamente originales compositivamente y un tanto cialidades descubiertas y exteriores. Las plazas y los
21

espacios que circundan a los grandes monumentos son En suma: la forma presenta un elevado nivel de on- •
francamente del tipo denominado he¡;oico. Existen ginalidad en su figura y su métrica, la cromática anun-
coincidencias asombrosas con las dimensiones de cier- cia una afección colorista y afecta al contraste vigoroso
tos monumentos egipcios, que hasta hoy no han sido, y fuerte y la háptica una tendencia hacia lo profundo en
que yo sepa, dilucidadas. Siendo posible que se hayan los conjuntos y en algunas ornamentaciones, lo plani-
realizado en ellas algunas doctrinas actuales como las forme en las superficies murales y posiblemente en los
de Freyer o de Gerstemberg que relacionan la forma con pavimentos. Las superficies rugosas y de fuertes aspe-
lo geopsíquico. En el caso que nos ocupa, llevaóa a su- rezas probablemente solo han llegado a nosotros en las
poner que la amplitud del paisaje circundante generó la ruinas que conocemos y representan un impacto de muy
métrica amplia y generosa de la espacialidad abierta, interesante estudio, sobre el que tendremos que volver
del mismo modo que cabe pensar que la figura predo- en nuestras próximas incursiones por el tema. •
minante piramidal provenga de una psicología del pro-
pio ambiente paisajista combinado con otros determi-
nantes psico-históricos.
-La calidad cromática es solo apreciable actualmente
al través de unos cuantos vestigios deslavados y maltre-
chos expuestos al exterior que presumiblemente anun-
cian el empleo total de color en las superficies y
ornamentaciones de fachadas que parecen haberse re-
cubierto de argamasa y pintura. Las pirámides acusan
el empleo de estos acabados. Esta circunstancia y las
pinturas murales decorativas encontradas en varios si-
tios hacen seguro el acierto de las reconstrucciones di-
bujadas realizadas por varios investigadores, mostran- Oilustraciones:
do una arquitectura francamente colorista con aplica-
ción en los exteriores de colores planos intensos y pri- 1.- Esqut'ltlll t:ronol6glco comparaJiV'() entre las principales culturas prt·
marios de modo similar a como lo practicaron las arqui- t:orrtsiafiiJS y las lpoco.s tstillsticas occidemales emre los siglos 1 y
XVI.
tecturas helénicas en las islas JÓnicas y aún en los 2.- Tnmhuaron. Prram~dt dtl ~1.
templos Dóncos avanzados. Hay que anotar por tanto J.- Solckoro , P1rótrrUk dtl 5<>1
este carácter que re!->ulta de base para nuestra arquitec- 4.- Chichtnlt:A EJ Castillo.
5.- KorStJbod. R«otiStrucC'ión.
tura. por señalar la predisposición probablemente racial 6;- Taj111 . Pmimuk.
hacia coloridos brillante, que no siendo exclusiva es sin 7.- ltkm. rtcOnJtruc:ci6tt
embargo su característica. 8.- Palnu¡wt' T~/o dtl Sc>l.
9.- U:cmol El ~~r. ,.
-El manejo de lo háptico se manifiesta más en las dis- 10.- T«>tilu.io("Qit. PJ.wa 0JnJunW.
ll.- Jutgo de Ptloto Oúc:hout:o.
posiciones escalonadas en altura y en las perspectivas 12.- Tenot:hllllon , RuotiStruC'Ción tkl Tecalli Mayor.
de amplia profundidad, mejor que en los partidos pro- lJ.- IÑNI·&Mri. Rlconstruet:i6n. CmiJrmto.
piamente parciales de cada monumento, en que más 14.- ldtm. Vwo dt cof!}unro.
15.- U:anal El Gobernador.
bien es dominante lo simplemente óptico, en el sentido 16.- (Jemal. PltJIIIQ tkl Cuadrdngulo dt las Monjas.
de Riegl. En lo ornamental hay también más casos pla- 17.- Palenqut Planta dt!l Palocio.
niformes que tridimensionales, aunque en lo maya so- 18.- Ux-mal Cuadrdnflulo tk las Mor~jo.s, un pabellQn.
19.- Chlrhtnitlll. /::.squina de un friso.
bre todo en Uxmal y Chichen se advierte una 20.- Palenque. Omamtntoci6n basamento tkl patio del Palacio.
profundidad única y original. 21.- Mitlo. Dttalle dt un friso.

22
22.· E.fqutma romparali\'0 dimtnsional de In Pirámide del Sol, In Gran Pi- 34.- Id. Ttmplo dt Qum.nlcoatl. Reconstrucción.
rom/di' tll' G/~11 y la Plaza dt In Constitucióll de México. 35.· ldem. Detallt cabezas serpiemes emplumadas.
2J.• Uxmal Cuadrdngulo de las Monjas. Perspecti\'0 reconstruidiJ. 36.- ldem. Detalle de la Ciudadela.
14.· UXITUJI. El Ad/vi11o 37.- Bajo rtlltvt coloreado. Egipto.
2!1.· Id. Trazo rt'gulador 2. 38.· Momealb611. PtrJptctil'tl co11junto reconstruido.
26.- Id. Gtomttral 39.- Chichtnlt1Jl lttterior pórtifo inferior Juego Pelota.
27•• Ux.mal. Trazo AuTI'o dtl corte de El Go1Nf71Q(}Qr. 40.· Karnak, interior dt la Sala Hipóstiln.
28.· Pultru¡ut Templc1 de lcu lnscnpcione.r. 41 .- Teotlhuacdn, Vwa dt los para~ntos de In Pirámide del Sol.
29.- lúcm RtCQIIJtruccidn 42.- Monualbán Iktalle muros de piedra ocn.
30.· Ttoc·uli lit TmO<htitlan, ilLCOIIJtrucci6n.
31.- Tula, Rtconstrucct611.
31.· &n4m¡>aJ. Frt'sros lnteriorts.
)3 •• TtOlthuarun Fnsros. Pal, Agnculmra México, D. F., 24 Octubre de 1966.

Dibu¡u del arquitecto Villagr4n. Bsw ilustraciones se reproducen de la publicación Josl Villagrdn INBA, SEP. 1986.

23
originalidad de su figura, sin embargo, se hace patente
parte cuarta: calidades formales y en su composición dentro del dicho marco determinan-
su originalidad en la arquitectura te. La denominamos originalidad compositiva y solo en
parte elemental.
de los tres siglos virreinales. La métrica que practicó esta arquitectura fué del tipo
colosal, comparable con las mayores que conocemos en
Nuestra anterior plática estuvo consagrada no a demos- otras culturas. Puede también suponerse, como para la
trar sino a sentir el elevado nivel de originalidad que figura, una coincidencia con la egipcia en su aspecto
presenta, al observador actual, el acerbo de monumen- físico-dimensional, o según las recientes doctrinas de
tos arqueológicos del Arte prehispánico en la parte que Gerstemberg o de Freyer proceder de una geo-psico-
se ubica en nuestro territorio. Siguiendo el método que logía; del influjo de la amplitud y grandiosidad de nues-
hemos convencionalmente adoptado, objetivo y propio tro paisaje. De positivo interés resulta, como hemos de
al observador arquitecto no especializado en histo- verlo repetidas ocasiones, esta calidad por su concep-
riografía y Teoría del Arte; emprendimos una breve ción generosa de los espacios abiertos. Otro punto ob-
incursión por el vasto campo que nos ofrece este primer servado fué la comprobada armonía estético-cósmica
período de nuestra historia, sin perseguir otra cosa que que campea en los grandes monumentos, aquellos cu-
aprehender con sensibilidad de arquitecto creador, las yos datos dimensionales conocemos hoy como los más
diversas calidades formales en que brilla con mayor o acordes respecto a los ideados por sus autores. Su exis-
menor esplendor la originalidad. No intentamos enton- tencia habla del grado a que llegó este Arte.
ces, como en esta segunda incursión tampoco lo preten- La calidad cromática solamente apreciable tras los
deremos, ni enfocar la totalidad de aspectos que los pocos vestigios de que se dispone actualmente, muestra
estudios critico-hitóricos ponen hoy a nuestra disposi- el empleo de un colorido plano y primario, como el
ción ni emprender nuevos a la luz de las actuales doctri- usado por tantas otras arquitecturas antiguas. Las textu-
nas en que se apoyan; lo que hicimos y haremos ras, por lo que puede juzgarse, fueron de tipo planifor-
también hoy, fué aprovechar las calidades óptico- me, en paramentos recubiertos de mortero, o con
hápticas de la forma arquitectónica, a que estamos ave- profundidad en las ornamentaciones, particularmente
zados a menejar los arquitectos y como instrumento de las mayas, escultórico-arquitectónico como les ha de-
observación, apreciar algunos de los tantos carices de nominado en su reciente obra la investigadora de Ar-
su originalidad. quitectura Foncerrada de Molina.
La aceptación de esta calificación para la forma esti- -El período virreinal que ahora debemos contemplar
lística precortesiana y en general la prehispánica, es ac- representa, más que el anterior, interés capital, no tanto
tualmente un dato y por ello, lo que practicamos por referirse a tres siglos que hablan una lengua más ac-
constituye una mera mostración de evidencias, con la cesible a nosotros, cuanto por costituir el momento his-
finalidad manifiesta que hemos dejado asentada desde tórico crucial en que nace y se desenvuelve nuestra
nuestra primera plática: la de palpar las raíces de origi- cultura hispano-mexicano. Una de sus expresiones más
nalidad que alimentan de modo real, con o sin cons- elocuentes está viva en las decenas de millares de mo-
ciencia, nuestra actual etapa histórico-arquitectónica, numentos de muy variados géneros que van desde la ca-
Por tal motivo, recorrimos unos cuantos casos típicos sa modesta y popular hasta las más suntuosas señoriales
y significativos, seleccionados de entre los monumen- y las grandiosas catedrales cuyas torres y cúpulas re-
tos que podemos aún contemplar en ruinas y en restau- cortan aún hoy en inconfundiblemente perfil mexicano
raciones parciales. Debe recordarse que la 'figura' nos nuestras ciudades y capitales.
manifestó coincidencias por sus determinantes tronco- Uno de los más eminentes investigadores y críticos
piramidales con arquitecturas milenarias anteriores. La historiógrafos actuales, George Kubler, (que acaba de
24
honrar nuestras aulas universitarias con sus lecciones), y calificado hoy de original, sino contemplar y más que
asienta en su consistente obra: 'Arquitectura mexicana comprender el sentido psico-histórico, sentir su origi-
del siglo dieciséis': •La tarea de establecer conclucio- nalidad, así sea al través de la pobreza de unas cuantas
nes definitorias del estilo del siglo dieciséis es difícil. decenas de ilustraciones, para mejor estimarla y avalo-
La variedad de tipos y de tendencias ... parecen invali- rarla y sobre todo arraigar más en nuestro criterio y
dar todo intento de generalización. Aún así, lo sobresa- conciencia de arquitectos, Ja responsabilidad de que ca-
liente debe tomarse de un grupo cuyas diferencias da nuevo eslabón que agreguemos a esa brillante cade-
características llevan a situar el estilo mexicano aparte na, sea digno sucesor de nuestra noble tradición.
del correspondiente a edificios e'uropeos del mismo si- (Dustraciones).
glo'. Y esto que se afirma del siglo XVI, resulta ~ten­ Tras la andanada de ilustraciones que acabamos de
sible a las dos siguientes centurias, no solo en lo tocante contemplar, cuantiosa en número para una plática como
a la dificultad que supone generalizar estilísticamente, ésta, pero paupérrima ante la riqueza extraordinaria de
sino también en lo que reza el último párrafo respecto nuestro acerbo arquitectónico trisecular en que se for-
a que el estilo de la arquitectura mexicana exige capítu- jan las bases y la estructura de nuestra cultura dentro
lo aparte del relativo a Europa y sobre todo a España del occidente, no podría abusar más de su generosa
en igual lapso histórico. atención, pero tampoco cabe cerrar esta breve y sin em-
Esta última aseveración de constituir en propia la bargo prolongada incursión a velocidad de 'sputnik',
arquitectura producida en nuestro suelo durante los tres sin enumerar unas cuantas observaciones. La primera:
siglos virreinales, es un concepto habitualmente acepta- es afirmar una vez más, a la luz de las doctrinas vigen-
do por los historiógrafos de hoy y también por el arqui- tes en materia de Teoría del Estilo, que nuestras sucesi-
tecto activo ajeno a la especialidad histórica. El criterio vas arquitecturas de la etapa virreina! poseen
que califica así, la copiosa producción trisecular virrei- originalidad compositiva y métrica estética que les es
nal, es indudable fruto de las doctrinas trascendentales propia y original; elaboradas con elementos o figuras
que enumeramos en nuestro segundo capítulo. Se han euro-españolas. pero combinadas o sea compuestas y
requerido más de un siglo y dos guerras mundiales para con proporciones que autorizan calificarlas y denomi-
llegar a semejante aserto; ya por el camino de mera se- narlas con propiedad hispano-mexicanas. Dentro de sus
cuencia histórica que vive e ignora dichas teorías o por exquisiteces formales, que hoy gustamos o solo com-
el consciente seguimiento de algunas de ellas. En lo prendemos, la calidad métrica dimensional y física,
particular y entre nosotros se han ensayado en muy di- empalma con la pre-hispánica, dejando abierta una in-
ferentes niveles la dirección psico-formal y la propia- cógnita más acerca de si se eslabona de hecho con
mente formal, suguiendo a Riegl más que a Wolfflin, aquella o es fruto de una vivencia de la gigantesca natu-
que se recordará constituyen los dos capitales troncos raleza que en cumbres y en valles, en perspectivas y en
en que se desdoblaba durante el segundo decenio de luminosidad- el lugar más limpio de la atmósfera-
• nuestro siglo, la tesis de Fiedler y del trascendental impresiona tan grandiosamente a quien la contempla
pensamiento alemán de los últimos tiempos. por vez primera al pisar la costa mexicana. En el ren-
Afirmar que la arquitectura de esta etapa virreina! glón cromático y háptico representa nuestra arquitectu-
posee propiedades distintivas de la española de iguales ra, una asombrosa originalidad y pasmosa variedad
épocas, significa que estilísticamente es original y en particularmente en su edad de maduración mexicana,
consecuencia que su fonna así se conceptua en nuestra en el siglo xvm y sobre todo en las manifestaciones
actualidad. Colocándonos dentro de la finalidad propia populares; ingenuas y no académicas. Es colorista por
de nuestro estudio, esta calificación indica que para excelencia; semejante quizás a la pre-hispánica, más
nuestro propósito, al igual que lo hicimos ante lo pre- con un gusto y un frenesí barroco por lo táctil y por lo
bispánico, no pretenderemos descubrir lo ya conocido profundo o paisajista y lo unitario en el sentido que les
25
..

da Wolfflin; que lo lleva a una origmalidad incontro- 16.- Catafalco de la Rtino Ma. úma. Churriguera. 1689.
17.· Sto. Dommgo, Oaxaca.
vertible que estudiada por destacados críticos e histo- 18.· Grtmada, Sacristfa de la Cartu}tt.
riógrafos, a mi modesto juicio, ·espera aún mayores 19.- La Soltdml. Oaxaca.
comprensiones y para nosotros, los arquitectos de hoy, ChurriRUtrtsco. 1718-1790.
20.- Tepottotldn .
una penetración más honda >con arraigo profundo en 21.· Oc-otlan, Hgo.
las capas más mexicanas de nuestra cultura y, dentro de 22.· lntmor tk Sto. Domingo. Copilla dtl Rosario.
ella, de nuestro arte secular y nuestra inconfundible 23.· lntenor ldtm . lntrodos de fa fx)~·tdo dtl CtJro Alto.
24.· El PO(ItO. Gutrrero.
idiosincracia. Esta aseveración me hace recordar una 25.· San Larmzo.
frase del inolvidable Juan de la Encina, a quien tanto 26.- El Prado. Viflanuewz.
debemos: "Ustedes hablan la misma lengua que noso- 27.- Lortto. Mlx1co
28.- Lamo. Mt-ciro
tros españoles. pero dicen cosas diferentes". 29.· Larrto. Müic:o
-Dos tesis de capital interés. pertenecientes al campo JO •• El Carmen C('Wya To"e.
de las Teoría~ del Arte y de la Cultura, las reservamos 31.· Cupuw de la Catedral dt Múic-o.
UrbaniJmo
para nuestra próxima sesión, revisten particular interés 32.- Plano del s1glo XVI de la C. de Mt.rico.
al juzgar las actitudes de la época virreina! y también Cop11lt1J obienas
al aplicarse a nuestro tiempo. Nos ocuparemos de esa -PostiJ
-Uno nav('
apasionante tesis de la figura que se copia con intención 33.· Ca/pan. Planta General.
y también de otra acerca del grado de penetración de la 34.· Ttpo.tcofula Capilla ab1ena.
cultura trasculturada en la nueva resultante. 35.- /d('m Dttullt.
36.· Copíflas PostiJ . Ca/pan.
Elevemos para concluir una loa a nuestra glonosa 37 •• ldtm. dctallt.
tradición trisecular hispano-mexicana y una invitación Fac-w/6gmu.
en voz bien alta y entusiasta a nuestros arquitectos de 38.· Ctlda dt Tepovlán.
39.- Plamo Ca.1a Moneda 24
hoy para que cada eslabón que agreguen a esa gloriosa 40.- Planta Slrf(rario México.
cadena que heredamos, sea no solo digno, sino áureo. 41.- Vista Ahta conjunto.
42.- Sagrario vista t'Xttrior conjunto.
Tratamttnto
e ilustraciones: 43.· Ro't'sllm•enro ck ladrillos Casa Apanodo. Méxic-o.
Mbriro
1.· Cronología C't>rrrparado hispano-mau·ano d~ los tres siglos ~irretnolts. 44.- Mttnca c-omparado hirpano-mex•rono.
Górico. 1472·1525. 45.· ldtm.
2.· lnt. Caft'draf dt' StRo~·•a /525-/615. Gil. dt Ho111añón y otros. 46.· Vista Plaw dt Cholula.
J .• Ból'tdos dt Trpraco. lnt. Notar auunrio tstrucTuro rfpico g6rica dt CtJior v Texturas.
apoyos y contrafut'nrs ,. botortlts. Sobrr muros lotero/es y contrafurr· 47.• P6mc:o La ')oltdnd. Oox.
/('S, 48.- Calle TrquffqUIDpan.
4.· Bó1edas de Yonhurt/<llt. Lateral dt Teproro. 49.- 11ococh4JriUJya. Temple.
Plateresco 1489-156$. SO.· ldem
S.· UnnenuJod dt Alrota dt Hmares. Ponodo. S l.- S F fWU'ISCO Eauepec.
6.· Pon.ulo dt- t'unncl 52.- /tkm. Dttalles.
7.- Ca/pon. Pcm,"'la (Cofomal. Kublt-r). 53.· Sta. Morfa Tonontlintlo.
8.· Trpo~tlán Poncldo 54.· ldem. Dttallt.
9.- Tepo~tlán, dttnllt ponodo. Man(')O de la itll. y del ~'0/umtn .
10.- Tepoztlán, dttalle ¡xmodo SS,· ldtm. lmenor cúpula.
Renoe~mienw Clci.m·o 1528-16()(}. ~.- El Poc:ito. Detollt.
11.· GrCJJ'UJJD Palaflo dt Carlos V. Machuca 57.- San Ftllpt. Guodolojaro. Vtntano.
12.· Cuílopon SS.· Sagrono. Mtxico. Vt'lltono
13.- AlmtrúJ. Ca/t'Jraf, Puena Nont. Juan de Orea. 59.- Coudral d(' Pueblo. lnt.
14.· La Conapcum Mttlt'O 60.- To"es de la Caudral tk Morrlin.
1S.- Dt/0111' ele ft¡ antrrrnr.
Barroco. 1617 1750. México, D. F., 28 de octubre de 1966.

26
parte quinta: las calidades nuestro territorio y al compararlo con el de otros conti-
nentes y culturas, diferentes y sin embates disímbolos
formales en el méxico respecto a los nuestros.
Bien sabemos que al iniciarse la colonización hispá-
independiente hasta nuestros días. nica en México, la forma arquitectónica autóctona se
conclusiones. corta de cuajo; los grandes templos y palacios de lo que
era el centro ceremonial de Tenochtitlan, por ejemplo,
se destruyeron y sobre sus ruinas , simbólica y efecti-
Fácilmente puede desviarse el objeto que persigue la se- vamente, se levantan una nueva cultura y una nueva ar-
rie de pláticas en curso, si se confunde la mostración de quitectura que intentando ser hispánica resulta
evidencias de originalidad de un puñado de obras perte- hispano-mexicana. Este fenómeno genérico que desde
necientes a las dos etapas de la historia de la arquitectu- hace menos de dos decenios bautizó en el léxico de la
ra mexicana que llevamos atisbadas, con una resumida Teoría de la Cultura el antropólogo cubano Ortiz 'tras-
y concentradísima exposición historiográfica o crítica culturación', va a darnos motivo para estudiar lo que
en algunos de los aspectos estilísticos, que en buen acontece con la originalidad formal en sus diversas
número ofrecen hoy ensayos y controversias. Confu- cuatro calidades, al operarse, como en nuestro caso,
sión que por demás es explicable, dado el interés que una trasculturación hispano-colonial.
una mostración como las que llevamos realizadas, aun- Por elemental método y para abreviar la exposición,
que limitadas, despiertan por la educada sensebilidad requerimos hechar por delante unos cuantos conceptos
del arquitecto su entusiasmo hasta conducirlo incons- sustanciales o definitorios. La trasculturación es, según
cientemente a olvidar el propósito que de hecho persi- el propio Ortiz: las diferentes fases del proceso de
gue nuestra incursión por las obras históricas y las tesis transición de una cultura a otra, . ... comprende tam-
que hoy de tan somera observación, intentamos extra- bién necesariamente la pérdida o el arrancar de raíz una
er. Dejamos asentado que la validez positiva estética de previa cultura, la cual sería definida como decultura-
las obras de aquellas dos fundamentales etapas ción. Además de esto lleva consigo la idea de la crea-
históricas mexicanas y su calificación de estilísticamen- ción consiguiente de los nuevos fenómenos
te propias y por ello originales, se ha convertido en los culturales ... (o) neoculturación (F. Ortiz. Cuban Coun-
últimos decenios en un supuesto en que coinciden los terpoint: Tobaco and Sugar. New York. 1947). El an-
más consistentes historiógrafos, críticos y ensayistas. tropólogo Herscovits, de Harvard, en su erudita y
Más, como se dice, esta incursión que resulta tan limi- reciente obra, concreta y complementa la definición
tada y rápida para un propósito historiográfico-crítico, que había dado anteriormente en unión de otros dos
tiene para nuestro estudio y objeto una misión bien cla- connotados antropólogos y teorizantes de la cultura di-
ra de la que ahora vamos a ocuparnos en alguna de sus ciendo: " . .la transmisión de la cultura, proceso de
fases: intenta servir de apoyo experimental para anali- cambio cultural del cual la trasculturación no es más
zar un fenómeno y de él, derivar una tesis que podría que una expresión, ocurre cuando dos pueblos cuales-
llevarnos hasta el enunciado de una categoría en el te- quiera tienen contacto histórico respectivo. Cuando un
rreno teórico-cultural. Mas, ahora habremos de confor- grupo por ser mayor, o estar mejor equipado tecnológi-
mamos con una mera exposición del tipo invitativo camente que otro, obliga al cambio en los modos de vi-
como todo ha sido en nuestra excursión, ya que este fe- da de un pueblo conquistado, al que gobierna, puede
nómeno en lo personal se me ha dado a la observación llamrse grupo 'dominante' (El Hombre y sus Obras.
precisamente al incursionar como arquitecto, dado a la M. Herscovits. p.572. F. de C. Méx. 1952).
reflexión, por el cuantioso y rico acerbo monumental El propio Herscovits defme el sentido actual que se
de arquitectura de todos los tiempos y tipos que ofrece dá a cultura diciendo que es la parte del ambiente edifi-

27
cada o fabricada por el hombre y por ambiente entiende ron nombre de ojival al sistema y su estilo; los torales
la situación -yo diría ubicación- total de individuo o o normales al eje principal de Ja nave que se cubre; los
del grupo humano considerados. Se concede al térnúno formeros paralelos al núsmo eje, la plementería que se
'ubicación total' la acepción más amplia y absoluta; no apoya sobre las tres especies de arcos y de nervaduras
simplemente la espacial física como fácilmente pudiera intermedias, cuando los hay y algo sustancial: Los es-
suponerse. De este 'ambiente' una parte es natural, un fuerzos se concentran en los esbeltos apoyos aislados,
dato y se le llama 'habitat ', es por ello la parte natural y sus componentes oblícuas o empuje de los arcos, se
del ambiente en contraposición de la otra parte, la arti- reciben por medio del arco botarel, probable invento
ficial o fabricada por el ser humano organizado en co- románico, para conducirlos, al través del contrafuerte
lectividad que es la cultura. Comprende esta cuando hacia la base. En la cubierta de intención gótica, la
crea y fabrica como ser inteligente y libre: la Tecnolo- 'reinterpretación' hispano-mexicana del 'patrón for-
gía y la Economía; las instituciones sociales; los siste- mal' llega a una forma un tanto diferente; aunque arrai-
mas de creencias; el control del poder; las ciencias y las gada sin duda a la de origen: se suprimen los apoyos
artes y el propio lenguaje y todo esto en cualquier nivel aislados que en el gótico permitieron la sustitución de
que se alcance, no como en el caso de la palabra 'civili- muros laterales por grandes vitrales engarzados en las
zación' que solo se refirió en el pasado siglo a lo que esbeltas tracerías de piedra. Nuestras cubiertas presen-
comparativamente se aproximaba o tendía a lo occidental. tan arcos quebrados algo semejantes a los góticos euro-
Al ocurrir la trasculturación en el caso nuestro dél peos; nervios entre los ojivos, torales y fonneros, pero
Siglo XVI se procede a la deculturación, que en nuestro la bóveda se apoya propiamente sobre espesos muros
terreno significó la demolición de los monumentos en laterales de carga, sin considerar el papel de descarga
uso y su sustitución por templos y monasterios cristia- de los arcos formeros, ni la concentración en sus arran-
nos; a la vez que surgían nuevos poblados de avanzado ques, que se rematan en consolas; y dejan al muro y a
trazo Albertino renacentista y aquellos espacios descu- sus robustos contrafuertes el encargo de recibir cargas
biertos y amplios que fueron las plazas para el tianguis y empujes que les resultan de escasa cuantía en relación
y los atrios con sus capillas abiertas y posas para la li- a sus enormes masa y espesor.
turgia de la nueva creencia cristiana que los misioneros Esta 'reinterpretación' , que el historiógrafo explica
difundían a la par que instruían y educaban a los natura- de variados y plausibles modos, para nuestro propósito
les dentro de la cultura occidental-hispánica. Esta fué representa un otro estadio o etapa que señala la Teoría
en parte la 'neoculturación' que llaman los teóricos de de la cultura, la de 'neoculturación' y la de 'creación
la cultura. Incentiva'. Los misioneros constructores y arquitectos
La complejidad de este fenómeno de neoculturación improvisados que erigen esas formidables construccio-
y su apasionante atractivo de estudiarlo y ahondarlo, te- nes como templos-fortale-zas, suplen su desconoci-
nemos tan solo que mencionarlo como uno de tantos otros miento profesional del estilo o forma que copian por
tópicos que se ofrecen al estudioso. En nuestro caso con- una voluntad y un impulso creativos que de no haber
cretemos la atención en el fenómeno que observamos más existido no hubiera producido esos asombrosos II)Onu-
solo en lo tocante a la originalidad de la forma ar~ mentos; cuyas dimensiones rebasan en varias veces la
nica y a sus calidades de que nos hemos valido. estricta necesidad de cupo habitable, como lo demues-
Tomemos un caso ejemplar: la cubierta gótica de tran algunos documentos de la época, exibidos por los
origen centro-europeo que pasa a España con cambian- investigadores. O sea, que de esta 'neoculturación',
tes, pero sustancialmente idéntica y comparemosla con concurso del misionero español y del artesano indíge-
su 'reinterpretación' hispano-mexicana. En su origen na, surge una forma que cabe añalizar: la figura es his-
europeo constituyen esta estructura, de sobra bien co- pánica; sus elementos sin embargo se combinan en
nocida, los arcos ojivos o diagonales, mismos que die- unos casos como el de las bóvedas, de modo similar
28
más solo en parte; en otros casos como en las portadas nalidad en su figura al impacto de otra que se le impone
y las capillas abiertas, alcanzan no solo una 'reinterpre- por cualquier causa, la creación persigue la originali-
tación' porpia, sino una figura compositivamente dife- dad en las calidades formales subyacentes y arraigadas
rente, original. Concurren además la tradicional en la cultura propia. Fácilmente podrá advertirse, que
métrica prehispánica en plaza y atrios y también en la esta tesis no es sino una faceta más en las teorías actua-
grandiosidad con que conciben y realizan los nuevos les sobre el estilo y la forma; ya que podríamos inter-
templos. Las textUras y los coloridos, poseen un trata- narnos y entretener nuestrra atención hasta consumir el
miento totalmente ajeno al español de las formas y cul- tiempo de que disponemos, intentando la comprensión
tura 'patrón ' o 'dorrunante' . de ese arraigo en la cultura, al través de lo psico-étnico
Puede aventurarse por ello y por tantos otros ejem- de Worringer, de lo psico-bistórico de Dvorak, o de lo
plos de que podríamos echar mano, que al perder la for- geo-psíquico de Kurt Gerstemberg, amén de otras tesis
ma prehispánica su figura, la nueva figura, nueva por que nos procurarían apoyos de amplitud y autoridad
sus elementos, se 'reinterpreta' y el ansia creadora, esa amén que de insospechada hondura. Debemos sin em-
potencJalidad de arte indiscutible realidad en nuestras bargo contentarnos con solo mencionarlo.
razas: la pura indígena lo mismo que las meztiza y Otro aspecto del mismo fenómeno interesa señalar:
criolla; se encauza hacia las otras calidades de la forma el hecho de que en este proceso de neoculturación la
que hemos manejado en nuestro estudio: a la métrica reinterpretación se hace más original y propia a medida
dimensional , a la métrica de proporción estética, a la que la comprensión de la forma que intenta copiarse es
cromática y a los efectos bápticos de texturas y de pro- menor, y esta realidad llistórica puede también justifi-
fundidades perspectivas. Podría asegurarse entonces carse dentro de las tesis de la cultura que apoyan nues-
que al perder originalidad la figura se alcanza otro tipo tras instituciones y observaciones. Resulta productivo,
de originalidad mediante las tres o alguna de las restan- tomar otro caso de los mostrados anteriormente; volva-
tes calidades formales que permanecen insumidas, aún mos a1 encantador empleo que se hace del frontón cor-
sin saberlo ni desearlo, en lo más profundo de la sub- tado en la portada de Tlacochabuaya, que adopta sin
conciencia creativa del artista y al través de éste de su embargo una postura perfectamente factológica; ya que
colectividad. En tanto Ja neocuJturación no alcance la el elemento clásico se estiliza de modo clarísimo como
total desculturación o sea, la total extinsión de raíz de ornamentación arquitectónica y no como proyección de
la cultura dominada, ésta persiste viva y aflora, se ex- una cubierta que no existe. Lo mismo puede verse en
presa aún por encima de toda intención de hacerla en- la portada de Tepoztlán, respecto al gablete de origen
mudecer. Herscovits afirma: 'La 'reinterpretación' gótico. Es muy probable qu el conocimiento que se tu-
señala los aspectos del cambio culturaL Es el proceso vo en los casos invocados acerca de las formas intencio-
por el que los antiguos significados se adscnben a nue- nalmente seguidas, fué tan solo superficial, agregaría
vos elementos o mediante el cual los valores nuevos yo que por ventura, se copiaba ingenuamente la figura
cambian la significación cultural de las antiguas for- y se desconocía su razón factológica de ser. Acontece así
,. mas' . Y en seguida formula una aseveración de gran in- en numerosos casos que cita la T. de la C. por ejemplo
terés para nosotros: 'Opera internamente, dice de el del cucharón de los bastwas que dá al mango forma
generación en generación, no menos que integrando un de culata y de gatillo como el de los rifles europeos que
elemento prestado de una cultura que lo recibe' . se vieron por vez primera en el Africa oriental.
Quizás ante este fenómeno que describimos y por lo Hasta aquí hemos resumidamente expuesto las dos
tanto brevemente explicamos que se ubica en el proceso tesis que habíamos anunciado en nuestra anterior pláti-
de trasculturación y sus estadios de neoculturación ya ca reservariárnos para la de hoy y que por lo que se ha-
citados, sea jusatificada una aventura más: la de esta- brá colegido afloran al recorrer, así sea del modo
blecer que a medida que una arquitectura pierde origi- panorámico y rápido que lo hemos practicado en nues-

29
tras anteriores incursiones, el nutrido acerbo de obras mo lo hicimos notar, desde los últimos decenios del
de nuestro rico e ilustrativo período hispano-colonial. siglo XVID y durante el XIX y el período de los treinta
Parece indicado haber entrado en estas tesis precisa- años de paz que concluye al iniciarse el movimiento ar-
mente antes de aventurarnos por una nueva y última ex- mado de la Revolución mexicana, se acrecienta y lleva
cursión al través de las calidades que nos presentarán inclusive al empleo de arquitectos franceses e italianos.
las más significativas etapas del período que vá de la Las ilustraciones nos mostrarán la ausencia de origina-
consumación de nuestra independencia política a poco lidad en los elementos, la relativa compositiva y el
más o menos el medio siglo en que nos encontramos. abandono total de las más mexicanas y propias calida-
El interés y a la vez el apasionamiento que explica- .des que diríamos quedaron en suspenso, probablemente
blemente envuelve cualquier contemplación de lo pro- por el explicable desarraigo de los arquitectos extranje-
ducido en la primera mitad del siglo, obliga advertir ros y la formación académica y exótica que se imparti-
una vez más lo que ya hemos aseverado en repetidas y ría a los nacionales.
anteriores ocasiones: nos interesa observar el cariz de Simultáneamente se incuba una segunda etapa, pro-
las calidades de la forma tipo o genérica de cada etapa bablemente al impulso del nacionalismo europeo en vo-
y no resumir ni historiográficamente, ni efemerídica- ga que despierta el interés por las arquitecturas
mente, ni en cualquier otro aspecto crítico la enumera- históricas mexicanas. Se caracteriza por un intento de
tiva sucesión de obras, bien numerosas por cierto, en revivir las formas 'coloniales', como se les llamó, y las
los últimos decenios que pueden colectar los expertos 'pre-hispánicas'. ~n este período, la forma exótica se
en esas disciplinas propiamente historiográficas. Pisa- sustituye por la nacionalista; pero persiste arcaizante; y
mos nosotros el terreno dicho en términos de actualidad algo de positivo interés: está ausente la comprensión
histórica, más no el de la historiografía; solo persegui- que ahora aquilatamos respecto a esas formas. La figu-
mos tesis en lo que hace a la Teoría del Arte y nos auxi- ra se reinterpreta de un modo tal que interesaría anali-
liamos por la correspondiente de la cultura y por la zar y estudiar; pierde su originalidad; aquella que tanto
misma historiografía. Nos conservaremos de igual modo hemos ensalzado. Sus calidades coloristas, métrica y
hasta concluir esta nuestra conjunta excursión y al fm hápticas, sucumbe también y obviamente se hacen caren-
dar respuesta a aquellas insistentes cuestiones que nos tes de actualidad, de ese empeño que no caracterizó ef!
planteamos en nuestra primera plática. sus tres centurias a la virreinal, así como del asombroso
En plan cronológico, hemos de asentar que el pri- sentido factológico que por lo contrario se contradice
mertercio óel pasado siglo XIX, propiamente empalma sustituyendo por concreto vaciado lo que fué piedra en
en sus obras y calidades arquitectónicas con el Neo- lo que se copia; llegando a necesarias confusiones en lo
clásico, como etapa última de la anterior novohispáni- estilístico, del mismo modo que cuando de los patrones
ca. Los acontecimientos cruciales escenificados formales se hacían hábiles o inhábiles copias académicas.
durante los siguientes cincuenta años, explican y moti- Por los años veintes, se registra un efímero primer
van la escacez de obras de consistencia, acrecentada movimiento nacional y actualista o regional. Fué pro-
por el cierre de la antigua Real Academia de San Car- piamente la dirección que toma un entonces joven ar-
los, que solo reabre sus puertas hasta el último cuarto quitecto: Juan Segura, quien orienta sus formas hacia
del siglo; por tal motivo las calidades que corresponden un 'colonial' suigeneris, tanto, que a mi juicio deja por
en rigor a este período independiente, pueden referirse completo de serlo, sin colocarse ni en las líneas de la
como similares a las neoclásicas precedentes o a las que 'Exposición de Artes Decorativas' de París, en voga, ni
caracterizan la etapa porfiriana, cuya orientación esti- menos en las cubistas europeas de esos años. Sus nume-
lística es exótica y arcaizante, o sea, que centra su rosas obras privadas y algunas..públicas, aún dan fé de
'patrón formal' en arquitecturas antiguas, de muy di- una figura con grandes características de propiedad y
versos siglos y además naciones. Francia influía ya, co- originalidad y de un arraigo a nuestras tradicionales afi-
30
ciones por el color vivo, las texturas de muy variadas a la ventura, como simple ilustración de cuanto lleva-
aplicaciones y cosa importante de señalar el barroquis- mos dicho, pues no es nuestro propósito hacer mencio-
mo en la acepción actual de significar profusión de or- nes distintivas sino simplemente de mostración, de
namentaciones y en el sentido paisajista y unitario que fotografía a la mano y por ello de validez significativa.
ha dejado establecido Wolfflin. (Dustraciones).
A estas mismas alturas de los años veintes se inicia En resumen: nuestras arquitecturas antiguas nos
el movimiento actual y arraigado, al menos en han mostrado una calidad de originalidad formal ba-
intención, al internacional y occidental moderno, pero sada en su figura, compositivamente en los virreinal y
con tendencias a una visión integral de lo arquitectóni- propiamente total en la prehispánica y la popular se en-
co: esto es, hacia su validez utilitario-habitable, cauza con vigor por estos dos últimos campos cualitati-
mecánico-constructiva y expresivo-social dentro de un vos y alcanzan en sus diversas etapas una indiscutible
marco occidental para con modalidades propias. Obvia- y gloriosa originalidad. La métrica dimensional física,
mente en los primeros tiempos este nuevo tipo de •neo- se advierte constante original, propia en lo prehispáni-
culturación' voluntaria, se orienta hacia lo universal co y en lo virreina!, constituyendo con las otras dos ca-
moderno, y pierde desde luego la originalidad en la fi- lidades de mayor fuerza, una base o quizás una raíz o
gura y que fundamentalmente la sigue y hasta copia, un carácter étnico, que aflora en nuestro momento, ca-
como puede comprobarse en algunos casos existentes; da vez con mayor fuerza y claridad; independientemen-
más el fenómeno que hemos hecho observar respecto a te de que algunos destacados arquitectos persiguen
lo hispano-colonial, vuelve por sus fueros y sube a la estas calidades con intención, pues aún así, deabe cons-
superficie paulatinamente desde esos ya relativamente t tar que el aceptar la intención por voluntad y en con-
lejanos días. Se aprecian las interpretaciones de la for- ciencia, su voluntad y su conciencia están insumidas en
ma internacional con un colorido que no existió en los los más recónditos estratos de nuestra Cultura. La tesis
'patrones formales' seguidos y unas, por lo menos tex- que hemos expuesto respecto a la originalidad que se
turas, que alcanzan al fío su pleno influjo en los años desborda en las calidades distintas a la de la figura
cuarentas. Probablemente la Ciudad Universitaria sea cuando ésta es impuesta voluntaria o involuntariamen-
el conjunto más significativo de los últimos tiempos pa- te, así como la otra tesis, la que se refiere a que la
ra nuestro estudio, por resumir en él la nueva aflora- incomprensión del 'patrón formal' conduce a una rein-
ción que hacen ante las figuras de mayor o menor terpretación original que cuando hay artista produce
originalidad o francamente de cuño internacional, nues- obra de arte, tienen particular interés al intentar una
tras calidades formales ancestrales, casi acalladas por respuesta a aquellas preguntas que nos hacíamos en
más de un siglo al impacto del acadenismo no solo ofi- nuestra plática inicial: ¿hasta donde puede el arquitecto
cial sino dominante en las clases acomodadas. de hoy ser original? y ¿hasta donde lo que ahora hace-
Se han dado nombres a las subetapas que se regis- mos es una simple copia mimética de lo que producen
tran entre esos años veintes o treintas y los sesentas: in- países como por ejemplo el que ahora impresiona más
• ternacionalismo vitro-cúbico, internacionalismo estruc- al occidente, el vecino del Norte? .
turalista, expresivo, nacionalismo arcaizante, ranche- La pregunta de basta donde hemos sido originales,
ro, individualismos diversos que siguen a •dadores' queda si oó contestada en todos sus aspectos, al menos
extranjeros de forma y dentro de todas esas corrientes, en uno de ellos, el de sus calidades formales que siendo
cabe encontrar larvadas las calidades que propiamente propias y siendo valentes estéticamente las califican de
les prestan propiedad y por ello un determinado nivel originales, aún en el caso y muy particularmente en el
de originalidad. de hoy, en que las figuras se siguen por necesidad o por
Veámos, en efecto, no una sistematizada serie de inercia y el único campo de originalidad lo ofrecen pre-
fotografías, sino más bien unos cuantos casos elegidos cisamente nuestras calidades ancestrales y desde luego
31

el intento compositivo propio y en último análisis el ra- Parodeando el lema V asconceliano de nuestra Uni-
ro y nada habitual del hallazgo genial. El genio por an- versidad Nacional, va mi más ferviente deseo de: ¡que
tonomasia es excepcional. el espíritu creativo de nuestros arquitectos hable por
El arquitecto de hoy tiene por tanto ese campo de nuestra raza! •
creación y de alcanzar originalidad al través de la pro-
porción, el color, la háptica, la composición que debe México, D.F., 4 Noviembre de 1966.
avalorar y estimar en lo que ha valido en nuestra histo-
ria, especialmente la virreina! y al afirmar esto, muy le-
jos nos encontramos de invitar al error de intentar
revivir lo que es tan solo un monumento y una lección
vivos que hablan de cómo los arquitectos de aquellos
días fecundos fueron modernos en su tiempo, actua-
les, que nunca trataron de volver atra.S sino en todos los
siglos, y esto debe subrayarse con énfasis, supieron
ser de y para su tiempo; de y para su colectividad de y
para su economía e idiosincracia. No hay que dudarlo:
requerimos insumir nuestras raíces más y más en las
aguas de nuestro pasado; no para hacerlo revivir en lo
que no puede volver a ser, sino para alimentarnos de
igual sabia, de esa que supo dar frutos de originalidad
y de genialidad en todos los niveles, el académico, el
del improvisado monje y el del asombroso contructor
popular, artista y profundamente mexicano. Esta con-
clusión ha motivado, nuestra Larga peregrinación que
además otras perspectivas nos ha dejado entrever.
Sf concluía nuestra anterior plática elevando una loa
a nuestros grandes arquitectos de los tiempos virreina-
les, deseo dar término esta noche a nuestra serie de
conversaciones con una invitación entusiasta que es
convicción, arraiguémonos más y más hondamente en
nuestra cultura al través de la contemplación y del gus-
tar las formas históricas pero también de profundizar el
conocimiento de los auténticos problemas arquitectóni-
cos de nuestra colectividad; solo así lograremos auten-
ticidad arquitectónica en nuestras soluciones y una ®
originalidad que no será, ni deberá ser la meta de nues-
tra creación, sino el premio, la resultante de una crea-
ción que apunta a servir a nuestra colectividad y a dar
pábulo a nuestro justo anhelo de objetivar en formas de
arquitectura nuestras personales intuiciones estéticas. Catedral de Amiens; por Villagrán.

32
1..---------,
el convento agustino de
san andrés epazoyucan
jaime abundis canales

Veinticuatro kilómetros al poniente de la ciudad de Pachuca,


capital del Estado de Hidalgo, se encuentra la población de
Epazoyucan, cabecera del municipio del mismo nombre. El
acceso a esta pequeña y apartada población hidalguense se
puede hacer por la carretera que une a Pachuca con Tulancin-
go, sobre la cual se halla la hacienda de El Ocote y frente a
ésta parte una desviación hacia el sur que lleva a Epazoyu-
can1, o bien por el camino que saliendo de Teotihuacán, pa-
sa por Otumba y se dirije igualmente a Tulancingo, para que
en la bifurcación que lleva a Tepeapulco se dé vuelta al po-
níente, encontrando el lugar pocos kilómetros adelante.
El topónimo náhuatJ de Epazoyucan habla claramente del
origen prehispánico del sitio. Etimológicamente el nombre
deriva de los términos epazoyo (epazote) y can (lugar de). lo
que permite dar como su significado: lugar donde hay epazo-
te2. El jeroglífico es el de un zorriJlo con dos hierbas sobre
el lomo, tal y como aparece representado en el Códice Men-
docino (fig. 1)3• El epazote es una hierba aromática muy
empleada en la cocina mexicana desde época precolombina
que despide un olor fuerte y penetrante; de ahí que se le aso-
cie con un zorriJlo (épatl) y con la suciedad (zotlj4.
Epazoyucan se localiza en un vallecillo flanqueado por ce-
rros de escasa altura al poniente y al oriente y por la Sierra
de las Navajas /z¡li al norte. Su clima es templado y la vegetación
es raquítica, como suele ser en esa región limítrofe norte del
Valle de México, debido a la escasa precipitación pluvial.
Los montes del oriente y poniente se encuentran muy erosio-
nados lo que origina que la roca madre aflore dando un as-
pecto atractivo al entorno. Los rnagueyes, huizaches y
nopales son las plantas más características, encontrando bos-
Fi¡. 2. Paisaje característico alrededor de Epazoyucan.
ques de coníferas hasta las cumbres de la Sierra de las Nava-
Fig. l. Jeroglifo de Epazoyucan. jas (fig. 2).

33
reseña histórica.EI asentamiento prehispánico del lugar El señor Lope de Mendoza recibe a Epazoyucan como
quedó seguramente sepultado por el convento agustino de parte de su encomienda, hacia mediados del siglo XVI; sabe-
San Andrés, (fig. 3) tal y como lo ponen en evidencia las ex- mos que en 1571 se hallaba como titular su viuda doña Francisca
cavaciones arqueológicas efectuadas hace pocos años en el de Rincón y tiempo después don Luis de Velasco11 •
atrio, frente al convento. En todo el atrio se encuentran es- Fray Juan de Grijalva, cronista agustino, nos refiere que
parcidos- innumerables tiestos y fragmentos de obsidiana, el convento se edificó con celeridad en el inverosímil tiempo
precisamente frente a lo que pudo haber sifo un teocalli. Se de siete meses y días, y señala: "Está escrito esto en el libro
sabe que el pueblo fue fundado en una loma baja llamada Tlá- del depósito por caso notable: por que es de los mejores, y
loc. dios de la lluvia~. La obsidiana procede con seguridad, mayores edificios del Reyno, y los que ahora lo ven se mara-
de la Sterra de las Navajas. cadena montañosa conocida por villan con mucha razón: por que parece imposible, que en es-
la explotación de ese material esencial para los pueblos me- te tiempo se haya acabado solamente el patio, y gradas, por
soamericanos. Al tiempo de la conquista. la región estaba ser hermosísimo, y costoso" 12 • Esto debe ser tomado con
habitada por otomíes6 , sometidos al imperio mexica, dedi- cierta reserva, pues sabemos por medio de fray Alonso de
cados a la explotación agrícola y de la obsidiana. Una tempo- Montúfar, arzobispo de México, que en 1556 seguía en
rada de trabajos arqueológicos aponarían un buen número de construcción13 ; siendo lo más probable que la mayor parte
elementos de juicio respecto a sus primitivos pobladores. de la obra se haya concuído en 1541 como señalan Grijalva
Los primeros españoles que llegaron al lugar fueron frai- -y Basalenque14 , correspondiendo lo anotado por Mootúfar a
les franciscanos provenientes de Texcoco en el año de 1528, una segunda etapa de construcción.
estableciéndolo como visita de Zempoala1 , habiendo proba- En ambas etapas constructivas se contó con mano de obra
blemente edificado una capilla anterior al convento actual 8 • en abundancia como bien lo señalaba el propio Grijalva 1 ~ y
Siendo provincial de la orden agustina fray Jorge de Avi la, como parecen constatarlo los datos demográficos que nos
se decide "la evangelización de la región de los Otomíes y aporta el Catálogo de construcciones religiosas del Estado de
la Sierra Alta en dirección a la Huaxteca'' en el capítulo de Hidalgo cuando afirma que para el año de 1571 bajo la tutela
15369 • fundando el convento fray Pedro de Pareja en 1540 10* de la encomendera doña Francisca de Rincón, los frailes
dentro de la circusncripción de la Provincia del Dulce Nombre agustinos de Epazoyucan atendían a 1,77hnd~os otomíes y
de Jesús; retirándose los franciscanos a partir de entonces. 979 mexicanos, además de los que había en otros nueve

Fig. 3. Convento agusttno de San Andrés Epazoyucan. Archivo fotográfico de Culhuacán, lNAH.

34
pueblos y que sumaban 800 otomfes y 988 mexicanos 16 . Pa- nis ·· (como escribe a<1m1rado Panfilio)n, a dotar a la pobla·
ra 1556 :.e con!>truÍa un costoso retablo en Epazoyucan, cau- ción del líquido mediante un acueducto que la traía de la
~nte de la~ queja~ del arzobispo Montúfar. pues le parece Sierra de las Navajas 23 • trece kilómetros al norte: restos de
exce~1vo de acuerdo al lugar: "En un monasterio de padres ese acueducto pueden verse todavía por entre los magueya·
agustinos, hemos sabido que se hace un retablo que costará les14 • Los conductos llegaban a dos salidas: ''una en el atno
más de seis mil ~s. para unos montes donde nunca habrá y otra en el claustro. donde el agua corrría en fuentes labra·
más de dos frailes, y el monasterio va superbísimo y hémoslo das'"l '. La magna labor se concluyó en 1567 como se dedu·
reñido y no ha aprovechado nada; el pueblo se llama Epazo- ce de la!> inscripciones en la fuente que estaba freme al
)Uca, pequeño y de pobre gente" 17 . Es posible que este tipo templo: '"Se acabó esta fuente en 17 de abril de 1567": y de
de abuso de Jos frailes (bien.sabemos de lo ostentoso de los la que alguna vez estuvo en el claustro: "Esta agua se acabó
edificio~ de los agustinos) haya mortificado al visitador fray de encannar en 17 de abnJ del año de 1567''16. La obra de
Pedro de Herrera. quien -.isitó el monasterio el 8 de mayo fra) Antonio de AguiJar transfonnó las perspecttvas del mo-
de 1563, y que segdn Ricard "procuró que fuera declarado nasterio y la de la población aledaña pues pennitió Jos sem-
inháb1l para ser elegido a cualquier dignidad, fuera lo que bradfos regados. además de calmar la sed de los pobladores:
fuera ' 11 • Resulta indiscutible que la fábrica de cualqulier Epazoyucan "cum antea esset sterilís" se conv1ene en un
convento novohispano del siglo XVI es desmesurada en rela- "oppidum salubre et gratum, proper irriguam aquae co-
ción a los frailes que los habitaron; así para 1571 nos dice piam " Z7 Para el ano de 19 18 el presbítero Canuto E. Ana
Garcfa lcazbalceta que en el convento "residen de ordinario ya nos informa ftú1:"cl-acueducto se hallaba ya fuera de uso 2" .
cuatro religiosos, y los que al presente en él están son Fr. Ni- Es una mera h.ijX)Iesis la suposición de que estas obras hi
colás de Perea, prior. hombre docto y antiguo en la tierra y dráulicas implicaran otra etapa constructiva en el mona!óterio
lengua mexicana, y Fr. Melchor de los Reyes, teólogo, que como lo externa Kublerl'~
ha leido un curso de artes y teología en España y otros en esta La scculari1ación del convento tiene Jugar en 1751 , s1cn
Nueva España: es lengua otomf y mexicana, y Fray Antonio do el primer cura el bachiller Mateo Quiñones. dependiendo
de Esquive! que ha estudiado artes y teología; es lengua me- en su calidad de parroquia de la "icaria foránea de La A~un­
xicana. y los tres dichos administran la doctrina y sacramen- ción con sede en Pachuca10• Cincuenta años antes se modifi-
tos a los indios . Está tamb1én un relig1oso de epístola que se có la cubiena ongmal del templo. con la con!ltruCclón de la'
llama Fray E teban de San Anselmo'" 19. Esta circunstancia bóvedas que hoy lo cubren' 1•
refuerza la tesis de los variados usos que se daban a las fun- Entre c-.c momento ) el inicio del siglo XX carecemos de
daciones moná'iticas mendicantes en esa primera época del noticias de modificaciones arqwtectónicas. En 1901. j u..ta·
siglo XVI, pues tanto la habitación como el mantenimiento mente cuando la parroquia queda adscrita al Obi~pado de Tu-
del inmueble resultarían excesivos para cuatro frailes; recor- lancingo. se lleva a cabo una reedificación3~ que incluye una
demos el adoctrinamiento y educac16n que recibían los hijos nueva decoración pictónca en el interior del templo. realiza·
de Jo cacique~ indígenas principales en los monastenos. da por el señor Miguel M. Hemández. conncluida el 1° de
La fecha de la fundación y construcción del monasterio de febrero del año referido. y acaso la erección del altar neoclá·
San Andrés se hallaba registrada en una cartela pintada hacia sico del presbiterio que vemos hasta nuestros días (fig. 4) .
1901 sobre la ventana del coro y que decía: "En el siglo XVI Los desmanes ocasionado!> por la Revolución y un incen·
ano de 1540 fundación de la Iglesia y Convento de Epazoyu- dto arruinan gravemente el convento hasta que en el año de
can por los R. P. Agustinos. Esta y otras cuatro fueron 1922. el ing. José R. Benítez. inspector de monumentos del
construidas en siete meses" 20 • Esta leyenda se retiró en Mintsterio de Instrucción Pública y Bellas Anes realira una
1963 después de haber sido consignada por el dr. Kubler visita al mismo. dando comienzo a una serie de intervencio-
Hasta hace pocos años, en la calle sur del convento se en- nes tendientes, en un sentido amplio, a la preservación del
contraban esparcidas impostas y capiteles de piedra labrada conjunto11 • El convento es declarado monumento histórico
que George Kubler suponía elementos de una etapa construc- el 2 de febrero de 1933'4 Diferentes intervenciones de con
tiva más primitiva; 21 podría tratarse de los restos del esta- scrvación y restauración se ha llevado al cabo por parte de
blecimiento franciscano, anterior a la llegada de los organismos ofic1ales a partir de ese momento, siendo las más
agustinos. notables la., realizadas en los años de 1950. 1958-1959.
Las condiciones geográficas de Epazoyucan hacían preca- 1963. 1966. 1968 y 1975. Actualmente el convento está bajo
rias las condiciones de vida de frailes, encomenderos e cu!>todia del Centro Reg1onal de Hidalgo del Insututo Nacio-
indígenas por la falta de agua. Esto motivó a fray Antonio de nal de Antropología e Historia. conservándose el templo
AguiJar, · ·~·ir incredibilí multarum rerum cognition~ insig- ab1erto al culto .

35
descripción arquitectónica. Situado en el centro del oriente se delimita por una plataforma más elevada (2 .Sm.
pueblo, el convento de San Andrés es el elemento organiza- más alta aproximadamente) sobre la que se erige el templo,
dor fundamental, como es el caso de la inmensa mayoría de el convento y la capilla abierta. Durante mucho tiempo y has-
las edificaciones conventuales del siglo XVI en poblaciones ta hace pocos años se usó como camposanto y existen tres ca-
pequeñas. Todo el conjunto se desplanta sobre una gran pla- pillas posas en las esquinas noroeste, suroeste y sureste, así
taforma de aproximadamente 125m. de ancho por 200m. de como una cruz atrial al centro. Hay un solo pasillo procesio-
largo, que significó seguramente la primer tarea que acome- nal, el central, al eje del templo, hecho con piedra irregular
tieron sus constructores originales; la nivelación del terreno y no se ven huellas de los demás. En el muro atrial del costa-
se efectuó aprovechando las construcciones prehispánicas do norte se observa, por la parte exterior, una perforación
existentes, escavando hacia el oriente y rellenando en el po- que pudiera corresponder al dueto que aprovisionaba la fuen-
niente con el material extraído. Abundan los ejemplos de te del atrio; una zanja oblicua continúa por el atrio basta per-
conventos asentados en plataformas niveladas de esta mane- derse cerca del centro; no subsisten restos de la cimentación
ra, baste recordar los casos de Tecarnachalco y Tlaxcala. La de la fuente36. La cruz atrial está labrada en piedra y se ha-
cabecera poniente de la plataforma resulta así elevada sobre lla empotrada en una base cuadrada de mampostería de una
el nivel de la calle hasta una altura de cerca de 4m., siendo altura de 1.50m. aproximadamente; su facturación es muy
en esta parte donde se ubica el acceso principal. El desnivel sencilla en comparación a otros ejemplares ricamente labra-
se salva por una escalera monumental con dos rampas cur- dos y su adorno principal es la rodela con motivos vegetales,
vas, como puede verse en la planta de conjunto: este tipo de en el cruce de los brazos. En el ángulo sureste, atrás de la
solución no era muy frecuente en Europa, pues, como señala capilla posa, se han hecho excavaciones arqueológicas que
John McAndrew, los casos de Santiago de Compostela en han dejado al descubierto el arranque y las cimentaciones de
Galicia o de Trani en Apulia no constituían el caso común. muros de mampostería que pertenecen a una etapa constructi-
El conjunto está constituido por el templo y el convento va más primitiv~a-la__que aludimos líneas arriba.
ubicados hacia la parte oriente (posterior) de la plataforma, McAndrew éonsidera que la cuarta capilla posa la consti-
el atrio, en la parte poniente y la huerta, localizada junto al tuía la adosada a la fachada del templo37 • que ha sido consi-
templo, al norte de éste (fig. 5). derada la capilla de indios o abierta. Las posas son pequeños
El atrio es casi un cuadrado limitado por la barda o muro prismas rectangulares. semejantes a nichos, que tienen tres
atrial en sus costados norte, sur y poniente, en tanto que al muros que sostienen una bóveda de cañón que sigue la forma

..

Fig. 5. Planta de conjunto. Archivo fotográfico de Culhuacán, INAH.

Fig. 4. Aspecto del interior del templo antes de 1963. Archivo fotográfico
de Culhuacán lNAH.

36
Flg. 6. C&J'IIIa posa oorem.

Fla. 8. CMp1lla poaa sureste.


Jlg. 9. Mono¡rama tn lll enJUU de la capilla posa suroeste.

t'la· 10. Cap1lla ab1~:na u de andioa.

37
del arco del cuarto paramento. Las tres contienen un pequeño y fonnales lo evidencian. Como se ba dicho, la cara principal
altar y se orientan de tal forma que la procesión caminando de la capilla mira al poniente; se compone por un arco de me-
en sentido inverso a las manecillas del reloj las viese de fren- dio punto que se apoya en jambas con impostas y bases mol-
te. Las capillas noroeste y suroeste son similares entre sí, no duradas, unas bandas labradas sobre la sillería misma
sólo por el arco deprimido de la fachada sino también por la limitando las esquinas y una fina crestería de flores de lis so-
mol duración gótica que delimita la arquivolta del arco, la que bre una comisa, moldurada también, rematando la parte su-
oma la esquina de las jambas y la que remata las esquinas ex- perior. La decoración que cubre la arquivolta del arco, las
teriores; las dos primeras arrancan o rematan en pequeñas jambas y las bandas repite motivos vegetales renacentistas;
consolas y la última en un flamero igualmente góticos. La las jambas y las bandas se desplantan sobre un mismo zoclo
posa sureste, en cambio, presenta un arco de medio punto con molduras, de manera análoga a La disposición de las capi-
que descansa en impostas clásicas de diseño análogo a las ba- llas posas noroeste y suroeste. La crestería compuesta por
ses de las jambas; no existe el junquiUo que limita la arqui- una sucesión de flores de lis, a alturas diferentes alternadas,
volta ni el que ornamenta las esquinas exteriores, como en se encuentra sobre las capillas posas (aunque la suroeste no
las otras dos. Sin embargo, tanto ésta última como la noroes- tenga restos de ella o de la cornisa); esta flor heráldica que
te tienen restos de una crestería de flores de lis, como la capi- no se encuentra en la naturaleza la encontramos como símbo-
lla abierta, sobre una comisa labrada; la posa suroeste no lo de realeza desde la Alta Antigüedad y durante la Edad Me-
presenta crestería ni cornisa, aunque es muy probable que las dia se consideró emblema de la iluminación y atributo del
tuviera . Las arquivoltas y jambas de las tres presentan una Señor,42 o bien de la Virgen en su calidad de Reina del Cie-
decoración labrada muy plana. las arquivoltas de las noroes- lo43; ignoramos la razón por la cual los frailes eligieron este
tes y suroestes tienen motivos florales y sus jambas y arqui- motivo como remate. Lo que es de notarse es que este mismo
volta, una cadena formada por monogramas de Cristo en elemento decorativo Jo encontramos en otras construcciones
griego y latín alternados, ligados por una guía vegetal; esta franciscanas de la época; el ejemplo más sobresaliente Jo po-
decoración aparece en las pilastras empotradas del sotocoro demos ver en la puerta porciúncula del templo de San Miguel
del templo, y los monogramas descritos junto con otro de la Huejotzingo. Este hecho refuerza lo aseverado lineas arriba,
Virgen María, los encontramos en los finos relieves de apla- con la mayor posibilidad de que tanto la capilla de indios co-
nado de los muros interiores del templo. (figs.6, 7, 8). mo las posas hayan sido facturadas por los franciscanos antes
Las enjuntas de las posas noroeste y suroeste tienen el mono- de la llegada de los agustinos. Los muros interiores estuvie-
grama de Cristo en griego del lado izquierdo, y en latín, del ron cubiertos con pinturas murales, restos de las cuales se
lado derecho (fig. 9). La volumetría de las posas recuerda ven en el del fondo, que sufrieron degradación durante el
a las de sitios como Tepeji, Chiautla y Tasquillo como lo ha- tiempo que pennaneció destechada la capilla. La techumbre
ce notar Pedro Rojas38 ; mientras que su ornamentación las actual se reconstruyó en 1959, bajo la dirección del arq. Al-
convierte en manifestaciones típicamente novohispanas, muy fredo L. Bishop, de la Dirección de Monumentos Históricos,
alejadas de sus modelos europeos39 • Las diferencias forma- siguiendo como muestra la estructura de madera del coro del
les de las capillas posas permitirían suponer épocas de templo44 , y deseamos que como lo obligaban los restos de la
construcción o artesanos diferentes, aunque la mezcla de los original que pennanecían aún en su lugar4s. Tal es la capilla
motivos ornamentales supone contemporaneidad; la duda de indios de Epazoyucan, '• ricamente decorada' ' 46 , y de ar-
subsiste. moniosas proporciones que llamó la atención de McAndrew
En la base del campanario del templo, adyacente al lado y Angulo Iñiguez por sus motivos renacentistas47 (fig. 10).
norte de su fachada, se encuentra una capilla de indios de El elemento predominante del conjunto es el templo, de
cortas dimensiones (de apenas cinco por dos metros), que se- una sola nave orientada oriente-poniente con la fachada vien-
meja una pequeña caja, similar a las posas, con un arco prin- do al ocaso; el coro, en alto, se hallaba a los pies, mientras
cipal viendo al poniente y otro menor hacia el sur. Se localiza que el presbiterio, elevado del nivel general de la nave, se
sobre esa segunda plataforma alargada que limita al atrio por alojan en el ábside ochavado. Los muros, al igual que el resto
el oriente y se avanza respecto del templo y convento; coinci- del conjunto, son de piedra de mampostería y de sillares.
diendo su disposición con el eje que marca el centro del atrio. Cuatro contrafuertes escalonados refuerzan el muro norte
Pudiera pensarse, como señala McAndrew-40, que anteceda por el exterior, mismo que se observa perceptiblemente de·
temporalmente al templo y al convento, no solamente en vir- formado en la corona (fig. 11).
tud de su posición adelantada, de sus diferencias formales Un pequeño campanario, de un solo cuerpo de proporcio-
con respecto a la portada del templo y por La desviación que nes cúbicas, corona la fachada en su lado izquierdo, ceñido
tiene la gárgola empotrada en el muro del templo que evita
arrojar el agua sobre su techumbre, sino también por su colo-
por tres cornisas: una que lo remata, otra que lo rodea a un
tercio de su altura y otra más que lo abraza por tres lados
..
cación central dominando el atrio; recuérdese por otra parte, (W.N y E) y que es la continuación de la que culmina la fa-
la probabilidad de que los franciscanos hayan edificado antes chada del templo, adornada con flores. Cuatro garitones con
de \a llegada de \os agustinos. En este caso, se podría pensar troneras y cup\1\lnes cónicos se asientan en las esquinas de la
en la existencia de la capilla abierta aislada, a la manera co- cubierta; por el lado sur, dos de ellos están ligados por dos
mo lo establece para esa primera etapa evangelizadora el espadañas desprovistas ya de campanas. Cada paramento tie-
arq. Juan Benito Artigas4 1, con la extraordinaria singulari- ne un vano cerrado con arco de medio punto para alojar las
dad de contar con las capillas posas y con un atrio delimita- campanas, de las cuales existen cuatro datando de fines del
do, pues no puede dudarse de la contemporaneidad de siglo XIX y principios del XX, ~de eUas refundida recien-
algunas de las posas con la abierta; sus motivos ornamentales temente48. A este campanario se accede por una escalera de

38
caracol en u interior. procedente del coro y que desembarca superior. E~te está constituido por la ventana del coro y un
~brc las bóvedas del templo, continuando con una metálica frontón ~obre ella. La ventana rectangular está enmarcada
adosada al exterior. con molduraciones abocinadas. El frontón (con tal mclina-
Evocando el Renacimiento español por sus elementos y la ción que recuerda a un gablete gótico) está formado por cor-
d1 posición Je Jo mio;mo:.. la portada del templo resulta muy nlslt:. clá~ica~: las inclinadas se apoyan en consola:. gótica~
sencilla, i la comparamo:. con orras portadas de la región que limitan a la horizontal: sobre la punta del frontón encon-
(recuérdese a Acolman); y coru>ta de dos cuerpos El inferior tramo.. un medallón circular labrado; el tímpano tiene una
con ta del vano de acceso flanqueado por medias mue<;tra. pintura que reprc~enta las tres cruces del Calvario (fig. 20).
pareadas a cada lado. El vano de la puerta se cierra con un El diseñador de la portada tuvo el tino de ligar los do~
arco de medio punto: la arquivolta y las jambas tienen mol- cuerpos con un alfiz que arranca a la mitad de la altura de
duraciones ncrvadas continuas que se originan en bases góti- las medias muestras y que se quiebra para comprender ta.m·
ca~ y que semejan un abocinam1ento. El portón de made;a bién la ventana del coro. La reminiscencia mudéjar del alfiz
e~tá hecho de dos hoJas con sendos posngos y conserva cha- se encuentra presente en la arquitectura occidental desde la
pctonc~ metálico~ en forma de flor. Las m.edias muestras época romántica y, tamb1én, en innumerables ponadas del si-
arrancan de una base común y rematan en una especie de ca- glo xvr en MéXICO, como bien anota Toussaint~ 1 •
pttcl Circular formac.lo por la comisa que liga a todas sobre Dignas de atención son las consolas que sirven de arran-
el acceso; el fuMe, que disminuye en sección de abajo a arri- que al alfiz "que tienen el perfil y la precisión de las mejores
ba, está dividic.lo en seis fajas con motivos diferentes: las dos obras agustinas de la década de los sesenta como en Acolman
infcriorc~ con cstr(as verticales, la siguiente y la quinta con o lxmiquilpan. Consolas parecidas se hayan en el muro pos
c\tnas obhcuas a la izquierda . la cuarta otra vez verucales, tenor de la llamada capilla abierta" 52 • Se trata de piezas
y la última con un fino bajorrelieve que representa un árbol con gola, filetes y caveto, molduras harto clásicas, con una
o una planta . Kubler equivocadamente las refiere como par- especie de ábaco poligonal con ttamos curvos convexos: son
cialmente salomónicas0 : el fuste sigue la geometría general Similares, aunque no iguales. a las descritas en el frontón .
) no e retuerce Jo suficiente como para poder hablar de una Toda la fachada del templo culmina en un cornisamiento
columna abalaustrada: Angulo lñiguez señala esta peculiar por encima del cual se prolonga el pretil. Esta comisa se
caracterf tiC'll del fuste (fig. 12)50 • adorna con flore~ ciñiendo al campanario como vimo:. ante·
Una comi a cl~hica. horizontal, situada encima de aquella rionnente, y no con perlas como lo dice Angulo lñigue1~, .
que hga a la-. media muestra:., separa al cuerpo inferior del Como elementos acc~'orios de la fachada tenemos do. trone·


••· u . t:onuaf'ucnes .abre el muro nortr dd templo

Fig. U. Medaas muestra~ de la portada.

39
ra!> ~ue iluminan la escalera del campanario y dos gárgolas Los muros están cubierto~ por una decoración delgada de
de p1edra a ambos lados de la portada. aplanado en relieve, que simula sillares. Distribuidos en los
stllares se encuentran cuatro diferentes monogramas: el de la
Al ingresar al interior del templo. impresiona poderosa-
Virgen María, el de Cristo en griego, y dos diferentes de
mente la profundidad de la nave. La cubierta actual está for-
Cristo en latín; emblemas similares los tienen las capillas po·
m.a da por una bóveda de cañon corrido d1vidida, hasta el arco
l>aS. Esta decoración se descubrió en 1963, a instancias de
tnunfal, en cuatro tramos separados por tres arcos fajones;
don Manuel del Castillo Negrete, jefe del Departamento de
cada uno de esos tramos llene lunetos cónicos a cada lado;
Restauración y Catálogo del INAH. retirando la que se habfa

,
los dos primeros arcos se apoyan en consolas empotradas al
hecho en 1901 s-- y puede observar~e en fotografías antiguas
muro, en tanto que el tercero, más peraltado, en pilastras em-
(fig. 5). Muy probablemente haya existido otra decoración
potradas con capiteles moldurados. Al presbiterio lo cubre
anterior. del mismo siglo XVI. pues quedan huellas de esce-
también la misma bóveda, dividida en dos por un arco fajón
nas, como el fraile que está pintado en el muro sur cerca del
más. que no se apoya en consola o pilastra alguna. sino que
sotocoro (fig. 28). y otro medallón pintado con el escudo
se confunde con el muro; esta bóveda termina con tres pe-

'
queños lunetos que solucionan la intersección con el testero ag!-lstino (co.razón atravezado por tres flechas bajo una tiara
episcopal) circundando por una sentencia latina: (lig. 14).
ochavado. Los arcos fajones y pilastras descritas no pertene-
SAGITAVERAS 1V DOMINE COR MEVM CHARITATE
cen al siglo XVl, sino a una reconstrucción de principios del
XVIIl (fig. 13). En cambio, el arco triunfal es definitivamen-
7VA E(?)GESTAVA 3.
Este tipo de sentencias aparece en otros lados y así Constanti
te, remanente de aquella época, como lo acusa el carácter
no Reyes anota otra análoga en las celdas del convento agus-
formal de sus componentes; el arco surge de dos pilastras
uno de Totolapan en el Estado de Morelos, junto con otras
empotradas de las que se distingue por los capiteles, y pre-
en náhuatP~.
senta la misma molduración de un haz de junquillos que le
Cuatro ventanas en el muro sur proporcionan iluminación
otorga un carácter gótico; los capiteles y las bases de las pi-
a la nave. junto con la del coro, la del presbiterio y la puerta
l~stras están cubiertos con flores , corazones asaetados, pro-
de acceso. La ventana que se ve en el presbiterio data del ~i­
piOS de la orden, hojas de acanto y molduras (fig. 17).
glo XVI; el claro está salvado con un arco de medio punto;
El piso del templo es de madera, restaurado no hace mu- JUntO se encuentra otra igual que no es visible por el interior
cho tiempo, excepción hecha del presbiterio y del sotocoro por estar cegada, pero que se evidencia por el exterior. La
donde hay piedra. ventana del presbiterio, también con un arco de medio punto

\
l

40
flc. 14. Pilo in!enor dd clausuo. Foco Juan B. Artigas F .A.

,'
Fla. 18. Bóveda del presbiteno.

41
fue seguramente hecha el siglo pasado; vale la pena recordar una liga de mampostería entre ambos contrafuertes, sobre el
que en el ábside estuvo muy probablemente el retablo que arco triunfal, ya que aparecen rotos. Por encima de la venta-
consigna Montúfar en 1556 y del cual no quedan rastros. na del coro apareció una leyenda pintada en una dovela simu-
Un altar neoclásico ocupa el lugar principal del lada que consigna la fecha de terminación de las bóvedas
presbiterio y fue bárbaramente despellejado de sus aplanados actuales en 1701 (fig. 4). La corroboración a nuestra suposi-
y dorados, quedando al descubierto la sillería. ción quedó manifiesta al subir a la azotea y revisar la parte
Otro elemento importante lo constituye la portada en posterior del muro de fachada en su unión con la bóveda.
piedra que oma la puerta que da acceso al convento, sobre Quedan restos muy perdidos de la misma decoración en relie-
el muro sur. El arco de medio punto presenta la arquivolta ve que cubre los muros interiores del templo. Más aún, se
con motivos zoomorfos. Las jambas tienen labrado un listón acusa donde acababa el aplanado con una cenefa co~ letras
que se enrolla alrededor de un eje cilíndrico; impostas y ba- muy erosionadas que sigue una línea recta oblicua, a ambos
ses están decoradas con flores. Un alfiz enmarca el vano, en- lados de la bóveda, exactamente igual a la inclinación que
contrando sendos escudos agustinos y monogramas en las pudieron haber tenido los tornapuntas de la techumbre origi-
enjutas. lo mismo que una cruz sobre un jarrón por encima nal, de manera semejante a la cubierta del sotocoro (fig. 16).
de la clave. Resultaría poco posible la existencja de una verdadera es-
Dos pilastras empotradas en cada muro flanquean el soto- tructura de par y nudillo a dos aguas, pues sobresaldría mu-
coro y sirven para soportar la viga madrina o de arrastre que cho de la fachada, y no existiendo muro piñón o restos de él,
apoya los tornapuntas de la estructura del coro. La decora- dejaría sin resolver los tímpanos de la estructura. En cambio
::ión labrada del fuste es exactamente igual a la de la arqui- es muy probable que se haya techado con vigas que salvan
volta y jambas de la capilla posa sureste. Las bases y los todo el ancho, reforzándolas con tornapuntas; la mejor prue-
capiteles se cubren con flores y hojas de acanto de muy esca- ba en este sentido lo constituye la estructura del coro. Por en-
so relieve. cima de las vigas bien podía disponerse un tablado o un
Correspondiendo a la base del campanario, se encuentra enladrillado y sobre éste el terrado que daba las pendientes,
el bautisterio original, al que se accede desde el sotocoro. Lo y por último el entortado debidamente impermeabilizado.
cubre una bóveda de cañón que junto con los muros está cu- Cabe hacer notar que no hay restos de los mechinales que se-
bierta de decoraciones pictóricas; el techo representa un en- guramente fueron destruidos al construir la bóveda y añadir
casetonado mudéjar como lo vemos en sitios como Actopan. los contrafuertes del costado norte.
La estructura de madera que cubre el sotocoro, soportan- Quedaba por resolver el problema de los contrafuertes que
do el coro, es la parte más atractiva del templo. Como anota parecían originales. La respuesta la da la misma estructura
Toussaint,s6 se trata de gruesas vigas que salvan el claro de y la corroboran ejemplos que hallamos alrededor de Sevilla,
12 .50m del ancho de la nave, apuntaladas en tornapuntas a en Andalucía y, todavía hasta nuestros días, en la zona de
60° que le dan el aspecto de una estructura mudéjar de par Chiapas. El presbiterio era el único cubierto con bóveda a
y nudillo sin serlo, evidentemente. Ejemplos de este tipo partir del arco triunfal: los contrafuertes rectos tomaban el
quedan muy pocos en el territorio que ocupaba la Nueva Es- coceo o empuje lateral del arco que es precisamente el único
paña, a pesar de que se sabe que existieron muchos templos que puede datarse como original. La ligazón de mampostería
cubiertos con alfarje durante el siglo XVI; los casos más co- entre los contrafuertes que señalamos anteriormente resolve-
nocidos y vistosos son el del templo de San Francisco en ría la intersección entre la bóveda y la cubierta plana de vi-
Tlaxcala y el de la sacristía del templo de San Diego en Huejot- guería (tig. 18). Manuel Toussaint establece lo siguiente:
zingo. Esta escasez es debida a las posibilidades de cambiarlas "La parte del ábside se techaba con bóveda cuando éstas co-
por bóvedas en algunos sitios y, precisamente lo opuesto, es menzaron a ser construídas pues ya hemos visto .... la repug-
decir, la imposibilidad de hacerlo por el alejanl.iento y la estre- nancia de los cristianos para cubrir los ábsides con techos de
chez económica permitió su subsistencia en América del Sur. madera••ss. De esta forma consideramos dejar establecido al
Templos como el de Santa Teresa y el de Santo Domingo en templo agustino de San Andres Epazoyucan como uno más
Potosí, Bolivia, recuerdan al de Epazoyucans 7 • Por el lado vi- Je los muchos que estuvieron cubiertos pOr estructuras de
sible del canto del piso del coro se ven motivos tallados en una madera, como los de Xochimilco o Tecamachalco.
viga, con querubines, frases latinas y motivos florales (fig. 14). Adya~nte al sur del templo se encuentra el convento pro-
El contraste de la estructura antes descrita con la cubierta piamente dicho, organizado alrededor de un claustro de plan-
del templo, nos movió a preguntamos si no hubiera sido te- ta cuadrada, .con habitaciones en sus costados oriente, sur y
chado por entero de igual forma. Una inspección detallada de poniente a dos niveles (fig. 9).
los contrafuertes del muro norte permite constatar que tres de El acceso se hace por el poniente a través de las ruinas del
ellos fueron añadidos en una etapa constructiva posterior a la portal. Hasta hace muy poco tiempo, solamente se encontra-
original, pues existe una grieta o junta a causa de la falta de ban en p1e dos columnas empotradas al muro sur del templo,
amarre de los sillares; el segundo contrafuerte contando de la primera de las cuales ostenta la fecha de 1562 labrada en
oriente a poniente, no sigue la norma, pero resalta el refuer- el fuste, con el salmen en posición original. A partir de estos
zo que se le añadió, por la misma razón. Opuesto a éste y co- restos, el Centro Regional de Hidalgo del INAH emprendió
rrespondiente en el muro sur, encontramos otro contrafuerte la integración de una doble arcada, de dos arcos cada una,
que acusa la forma recta que debió tener el del norte, y que utilizando dovelas que se encontraban esparcidas y labrando
es el único que existe del lado del convento; estos contrafuer- las piezas faltantes según el modelo de las otras.
tes son los únicos que corresponden con un arco interior y La puerta que da acceso a la portería, trasponiendo el por-
éste es precisamente el triunfal; asimismo se nota que existió tal se cierra con un arco escarzano con molduraciones que se

42

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F1g. 19. Planta baja del convento y templo. Calalbgo tk construcciones...

43
prosiguen en las jambas. las cuales tienen impostas y bases iguales, lo que denota su antigüedad en el siglo XVI; se trata
igualmente molduradas. En ese muro quedan modillones la- de un tambor liso entre dos toros. Sobre el ábaco liso se ha-
brados que sostenían la viga de arrastre o listón y ésta la vi- llan los salmenes labrados simulando los cogollos de hojas
guería que cubría e] portal. que tanto aprecia el marqués de Lozoya62 • que le recuerdan
Las habitaciones que rodean al claustro se encuentran te- el gótico isabelino, y cuyo origen podrían encontrarse en las
chadas con viguería en sus dos niveles y están cubiertas, en obras románicas de España, como lo enuncia Rojas63 • Esta
gran parte, con escenas pintadas al modo renacentista; estas extraña ornamentación de los salmenes podría obedecer a
pinturas se encontraban encaladas en buena parte, hasta la una peculiar interpretación (¿por mano de obra indígena?) de
década de los sesentas de este siglo, cuando se descubrieron. las hojas de acanto de los capiteles corintios; es casi segura
La manufactura de algunas escenas es de prirnerísima cali- la participación de los indígenas en su facturación, pues Gri-
dad. La sinopia de la cabeza de un personaje, que aparece en jalva anotaba que el increíble lapso que duró la construcción
la habitación en planta baja donde arranca la escalera, es cla- entre 1540 y 1541 obedecía a la abundancia de naturales.
ra muestra de lo dicho. En la planta alta, las columnas son parecidas a las inferio-
Resulta muy dificil establecer el destino o uso de Las dife- res, pero el tambor entre toros, tanto de capitales como de
rentes habitaciones. Las que resultan claras son: la sacristía bases, está estriado y el ábaco descansa sobre un cuarto bocel
anexa al presbiterio y las celdas en planta alta que se patenti- con hojas de acanto. Los salmenes también dan origen a los
zan como tales por el poyo junto a las ventanas, así como cogollos, pero el Labrado es más refinado. Estas diferencias
por las dimensiones. Del resto sólo podemos aventurar como permiten inferir si no diferencia temporal, sí diferencia en
hipótesis que la habitación principal del ala oriente, al norte mano de obra.
~e la que alberga la escalera pudiera haber funcionado como Los corredores en ambas plantas se separan del patio por
refectorio por aparecer una escena representando la Ultima un antepecho que liga las columnas en su parte baja y que re-
Cena, así como por tener dos nichos en uno de los cuales pu- mata una cornisa en el de la planta alta. La única entrada al
diera haber funcionado un lavado (fig. 20). EL caso de los patio en planta baja se localiza por el costado sur, junto a la
conventos novohispanos del siglo XVI es muy diferente de columna central.
los cluniacenses o cistercienses europeos que permiten en- Las esquinas del claustro se resuelven con un pilar cuadra-
contrar pistas para definir la función de las habitaciones con do que apoya cuatro medias muestras, en los dos niveles. Los
relativa facilidad 59 ; ••• ¡las distintas funciones que cumplían, rincones de claustro están delimitados por arcos que se apo-
sobre todo las de evangelización y enseñanza. exigían espa- yan en la media muestra de la esquina, por un lado, y por el
cios distintos. otro en una consola; éstas son diferentes en cada nivel encon-
Hay que señalar que una gran parte de las alas sur y po- trando el escudo agustino abajo de las de planta alta (fig. 46).
niente se encontraban destechadas y que no fue sino hasta ha- Los muros de la planta baja tienen pintadas una cenefa de
ce unos 22 años que se restituyeron las cubiertas y algunos grotescos y una balaustrada en la parte inferior. Los de la alta
muros que se habían derrumbado. sólo tienen la cenefa superior. Se ha perdido mucho de la pin-
Un detalle singularmente bello lo constituyen las ventanas tura mural original. Los grotescos aludidos no son muy dife-
que se abren hacia los exteriores por los tres costados. Algu- rentes a los de otros conventos, con cabezas de querubines,
nas ventanas además de tener diminutos arcos mixtilíneos, se aguilas y jabalíes que surgen de la vegetación, y son ejemplo
engalanan con peana y doselete por el exterior. Otras se La- de la influencia del Renacimiento (figs. 47 y 48).
bran con todo cuidado, evocando jambas, impostas, alfices Cada una de los rincones de claustro de la planta baja tiene
y arcos conopiales. Y por fin otras más son geminadas, re- un nicho con una escena del Nuevo Testamento pintada con
cordando los ejemplos del románico, con arcos de medio policromía profusa. El rincón sureste además de la escena
punto y espigados maineles; estas últimas son resabios árabes del nicho (el único fuera de lugar, para dar acceso a la escale-
que en México se mezclan con detalles góticos o renacentis- ra). Tiene una escena sobre la puerta del muro oriente. Las
tas (figs. 21 , 22, 23, 24)60 .
Autores como Toussaint, el marqués de Lozoya, Kubler
y Pedro Rojas encuentran suficientes méritos en el claustro· Fig. 20. Probable refectorio.
de Epazoyucan como para enfatizar su gran valor. Para
Toussaint las pinturas de los nichos son "acaso las más nota-
bles en su género, de toda Nueva España" .61
Flanquean por sus cuatro lados al claustro, arcadas con
cuatro arcos cada una, en los dos niveles; con arcos de medio
punto en planta baja y escarzanos en la Lata. Una comisa se-
para ambos niveles y otra más corona Los muros; abajo de és-
ta, al centro de cada flanco encontramos gárgolas pétreas.
El centro del patio está ocupado por una fuente octogonal,
que carece de surtidores y se apoya en una base circular. Ig-
noramos el destino de la fuente que daba el año de 1567 como
el de su conclusión.
Las columnas y los salmenes de la arquería son ligera-
mente diferentes en las dos plantas. Las columnas de la plan-
ta baja son cilíndricas, de fuste liso y con base y capitel

44
e~ccnas que aparecen ~on, en orden contrario a la¡¡ manecillas
del reloj: la Crucifixión en el nicho dellfugulo suroeJ>te, &ce
homo en el rincón ure... te y la Donnición o Tránsito de la
Vtrgen sobre la puen.a, el Descendimiento de la Cruz o la
Piedad en el nicho de la esquina noroeste y, por último, Ca-
mmo del Calvario en el del rincón noroeste (figs, 49,
50,51.52 y 53).
Estas pmturas se han prestado a muchas suposiciones re"-
pecto a su autor y. recientemente, a controver;illl> respecto
a ~11 originalidad. Toussaint supone a Juan Gerson. autor de
la~ pinturas ~>Obre papel amate pegadas a los plementos de la
bóveda del sotocoro de Tecamachalco. como el hacedor de
estas otras ~obre el enlucido, aunque lo tilda de flamenco ita-
hamlante'>'. Poco tiempo antel>. el marqués de Lo1oya las
había wibutdo a un fraile con iniluencias del ·'patetismo de
la escuela hispano neerlandesa", VIéndolas como una con-
servación de la tradición medieval6 ~. George Kubler las
as1gna, con reservas, a Gerson. al igual que Toussaint y men-
ciona que el francés Gillet encuentra parecido a la Piedad del
rincón noroeste, con las obras de Gerard David, el Bosco y
Patcnir«'. Sin embargo. esta suposición de que Juan Gerson
haya sido el autor aparece muy endeble a la luz de los traba-
JOS de Gurría Lacroix, Camelo y Reyes Valerio sobre las pin-
tura... del sotocoro de Tecamachalco La contundente
demostrución de que Ger on era en realidad un tlacuilo indí-
gena, seguramente oriundo de Tecamachalco y avecindado
nhf entre 1562 (fecha de las pinturas del sotocoro) y 158567 •
hace dudar de su tra:~lado hasta Epazoyucan y más aún de la
facturación de la~ escenas de los nichos por su mano. Por
Planta alta del convento Ca1álogo dr t'OM/Tllcd~• •
otra pane, el e~tilo entre ambas obras e~ notoriamente di~tin­
to, a pesar de lo que señalan Touss.a1nt) Kubler. Lo que sí
puede ser aceptado es la reminiscencia oriental en la indu-
mentana de los personaje~~.
Respecto de su originalidad, sabemos que eran ya descri-
tas por el presbítero Anaya, a quien aludimos con antenori-
dad, en el año de 191~: y que habían sufrido senos des-
perfecto.. cuando \C les liberó del encalado que alguna vez los
cubnó'!O.

Fig. 21. Ven1a11a con arco m•xulíneo. Fi¡. 22. Ventana con arco conopial. ..,. 23 Ventana genúnad.t

45
fl&. 16. R1ncón de clau~tro noreMe.

46
conclusiones. Acercarse al monumento con ojos dis- europeas, se señala su tipicidad como monasterio bten detint·
tintos 11 lo~ del historiador del arte traJícional, que sólo ana- do cronotópicamente: México, siglo XVI. •
lila estilo~ } antecedente' formales. desvinculándolos de la
complejidad en que e'tá inmerso como todo fenómeno arqui-
tectónico, ha permitido rcvt,arlo con cierta amplitud y descu-
bnr alguno~ detalle, que habían escapado hasta ahora. El Al momento de corregir las galeras para esta publicación.
estudio de los materiales y de los procedimiento~ de cons- a la vista de la tnvestigactón de Juan B. Anigas acerca de las
trucción permite, en la mayoría de las veces. probar o no las etapa. con~tructivas del convento de los Santo<; Reyes de
htpóte..<.is que se e~tablecen a partir de las fuentes primaria., Metztitlán. publicado en los Cuadernos de Arqunectura Vi·
o htbliográlica~. o bien de la mera descripción formal. rrcinal número siete. y tomando en cuenta lo!> antecedente~
A pantr de este trabajo no puede quedar duda de la forma de Epa70)Ucan consignado~ más arriba. se puede concluir
como estuvo concebida la techumbre onginal. La disposición que:
de techo plano en la nave y la bóveda sobre el presbiterio ha Las evidencias formales y de posición de la capilla abierta
'ido demostrada. Por s1 todavía cupiera alguna duda, basta y las posa~ permiten señalar la posibilidad de que hayan ante·
revisar las grietas en las bóvedas y la colocación de las gra- cedido en fecha al templo y convento agustinos. encontrando
pas que se emplearon para restructurarlas: en la grieta central asf un caso smgular según vemos no el único- uc un amo
a lo largo de la nave se dispusieron perpendiculares a la mis- con posas, barda y capilla de indios sin más.
ma y al eJe de la nave, en la que aparece en la intersección
di! la bóveda del pre!!biterio con la de la nave, sobre el arco
tnunfal. las grapas se colocaron paralelas al eje de la nave
y a la grieta millrna. Esto comprueba al añadido de la bóveda
de la nave a la del presbiterio (fig. 54).
lgnoramo~ la causa que motivó el cambio de techumbre en
Epazoyucan. Una revisión en los archivos aportaría necesa-
namcnte dato interesantes. Puede suponerse que se haya
de trutdo la ongtnal a la par que el retablo citado que no dejó
huella alguna. Ac.t'o las ptnturas sobre tabla, que hoy en día
se encuentran en lo talleres de la Dirección de Restauración
del Patrimomo Cultural del lNAH. provengan de ese retablo
o de algun otro.
Como Kubler ha .;eñalado71 • no es remota la presencia de
artiStas europeos contratados por los agustinos de Epazoyu-
can. Si pensamos en la abund¡¡ncia de mano de obra indfgena
gratuil4t y en el alto costo del retablo de 1556 (seis mil pesos),
e~ permitido suponer que la mayor parte del dinero se haya
dl!stinado al pago de tales artífices. Por otra parte, la cahdad
de las pmturas murales del claustro y de las habitaciones del
convento puede confirmar esta suposición, aunque debe con-
siderarse la maestría de los tlacuilos educados por los frailes.
Bien podría tratarse de algún pintor venido del norte de Eu-
mpa. que no de Gerson.
Al hacer una comparactón de los elementos formales y es- J;.

paciales de Epazoyucan con los posibles antecedentes euro- •·1a. 27. Gl'\llc~cos en la cenefa superior del claustro,
peos, salt.:t a la vista que efectivamente, en un senudo
ampho, la mamfestación arquitectónica novohispana se
arraiga en la tradición europea"2. Sin embargo. el contacto
con la cultura me.,oamericana ha enriquecido ese acervo Cllta·
blectendo al anc de la Nueva España como una realidad
unica y singular. Así pues, el concepto de arte indocristiano
que Con~ tan lino Reyes hace válido para la escultura del siglo
XVI, debe extenderse al terreno de la arquitectura.
Los ejemplos de las columnas estriadas de la portada del
templo y de los salmenes foliados del claustro hablan de la
mterpretactón propia que el artista indfgena hacía de los mo-
delo europeos que le aportaban los misioneros (fig. 55)
Las características que acabarnos de señalar para Epazo-
yul·an. podrfan aplicarse a la mayor parte de las fundaciones
monásticas novoh1spanas de ese siglo XVI. Así como se
muc~tra su smgulartdad cstilfstica en referencia a sus rafee~ Fl¡. 28. Grute~os en la cenefa superior del claustro.

47
O notas 1
~Kubler, op.nt., p 228.
6
: /bídtm. p.509·510. Hoy en dia la fuente del atrio se encueJlU1l deposilllda
en la \ede del Centro Regional de Hidalgo del INAH, después de haber est.t·
1
Ali:Ué. Cuwlogt> dt ... , p.247. do colocada en el MUO que ocupa el reloj público y luego en casa del señor
2Macataga . ."Jmnhrt\ l(taflráficoL . , p.71; Azcué. op.ci1.. p.247
1
Ramón Zarazúa, Cfr. Al:cúe, op.cit .. p.253. De la otra fuente no -.e tiene
M~cauga. <'f'.C'/1., p 71 noucia; en el interior del Templo ~e conserva 1a parte superior de una fuente
4
At.~:ué. op.cir, l' '241. we acaso haya penenecído :l ~Sta
~Mcl>.ndrl:'\ lñc optn·OJr ch¡¡rchts.. .. p.144. • 'Rlcard. op dr •• p.2S\. Nuevamenle e\ padre Ganl>ay no~ da la lraduc·
~Gnjaha. Cromn.1 .. , p.l.57. ción. "que ante~ era e~téril. .. pueblo saludable y grato. deb1do a la abundan
7
Dtcctanorw Pntma ... v l. p.708; Kuble.r, Mexican architecwre. .. CID de ap.ua".
2
~.50<), Tou~'aim Artv mloniof. pA6. ~AZcút.:. op.cit., p.248.
ALcuc op.dt, p.241! l<}Kubler, op. c11 • p.S00-510.
9
R1cacd. út c·onyut~ta r1piritunl.... p . l73 , lOAzclie, op.cit., p.248.
111D1rc•OfltUW Porntu .• , v.l, p 708: Toussaint, op.cit., p.46; Ricard
.1l En el año de 1963 se realizó el descubrimiento de gr.m parte de la pmun
a(>.cll, p 17J Kubler. 11p.m .. p.S()t) 510 mur.1l de\ ~:om•ento y de las decoraciones "de aplanado con lin~ reli~cs
1
A1cué. op.nt., p.247. m..11'Cando supuestos >lllares y monogramas" en los muro~ del templo, Fer·
1
Zan¡alva. "fl t'it .. p 157 158. nárulel, Jusuno. Comunicación al Dr. Eustbio Dá~'OÚJs Hurtado. Dtnctor
1,_ou,\aiDI. op.m .. p.46. Kubler. np.cit. p.509·S10. gl'nttral dl!l INAIJ. arch1vo DMH, 24 abril 1%3. Entonces apareció una lt-
"McAndrtv.. 11(1 ,.11 p 122 ycoda ptntada sobre la vent8JUI del coro. en la umón con la bóveda. qu.c coo-
1
~GnJaha. v¡uu .. p 157 Mgtlll a 170 1 como fc:cha de conclusión de las mismas.
1
~At.:ll<'. op m p.2411 cfr. An~ulo. Htsu•ria d~/ artt... , v.J. p.265-266 lZAI.:úe , op.etr, p.248-249.
1
-Angulo, (lp nt . ' 1 p 1~5·146 ''S1Iva, Manano, ComuniroriÓII al Dirtcror dt Monumentos Arn.mcw t
1 R1card. op nt . p.427 Hut6ricoJ, An:h1vo DMH, 27 juruo 1921. B Sr. Silva. secmano de la
1
QAicué. Pfl.l'll • p.:!48: apuJ Garcla lcatbalcew. Joaquín. &/.ación d~ los U('I;AM, turna al directOr referido, la petición de ayuda que le ha ~víado
uhl\f"UdOS tlr na.t('(J/(J , Mtchoawn ~· otru~ luguus en el siglo XVI. p . l07- el Presrdente Mumc1pal de Epazoyucan, comisionándose al lng. Benile:z 1
108 realiur la m~pecc1ón.
20 Arcué , t1p.w .. p.248 3.4E-nc1~. el <1/ , EdifiC'ios cotonialrs .... p.l2&-l29
21 Kubler, op nt . p 510. Aclualn1ente C'>al. dove\as e impostas se locahzan 3'McAodrew. op.nr.. p.227.
en 1¡¡ hah1t:~eión pnn<.•pal al wr •.kl clau\tro en planta baja del prop1o c:on- ~~la fuente y la que alguna vez esruvo en el claustro fueron deo:rnt.ti por
\cntu Tou~samt, Kublcr ~ McAndrev.. y se enconreaban en la huerta. al none dd
~Ru;an.l . op.m . 1? 281· a¡md. Panfiho. Jo<é. Chronic:a Ordtms Fratrum templo hasta el uno de 1958. Tovar. Aurelio T., Com~tnicactóll al Dirtetl!r
f'rc.:mitarum 5tmcu Au~ustiflim Roma, 1581. Angel Ma. Ganbay K • Ira· tk Monumtnto!i Co/ot~ialts, Archwo DMH. '25 JuTIO 195~. "t.n a1pm mo-
Juctor de la obra de Rl\:ard no~ propor.:iona tambitn el significado de la ~n­ mento, antes de 1963. una de ellas se envía al exconvemo OeSan~
ICI\Cia l,ltlna. • varon 1ns1gne por el increíble conocimiento de muc'has en Pachuca, donde 'hoy '>C enroentra Vid. tll:ila '!f>.
31 Mc:Andrew , op t'it., p.287.
C<l\.1~ ..
!'Atcue, op.ctt , p 248 ' 8 Fiorc!> Guerrero n al.. Historia gt>neral del. ... v.U, p.\9.
Nor<Ttoms•it• Pomiu ., , v. l. p.708. J9Cfr McAndrew, op.cil • p.325.
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f{Jlltidrnt. p 470-4 71 . 65 tc>USsamt, Art~ nDldl¡ar.... p.4S.


•'Esd próxm\lla apanción del hbro utulado Capillas abimas aislodo.s del 11'1Azcúc, vp cit., p.249
Arq Ju.tn Bcmto Art1ga.\, ed11Ado por la UNAM. * 70/bldl'ln., p 254.
'lctrlol, Ditn(J!lam•... , p.279, 71
Kul>ler, op.rlt. p 361.
41 12.-!rs hiiP<JIIÍill', p<1s.11m,
Montmosa, Mcmualtk Jimbolo.f.,., p 72-73. BraunleJ,, op.cít.. par:rim
41
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l~s. ArchiVO OMH, 30 JUniO 1959.
4
'Cfr, 1"1<:1\0 t:l al.. op.cit .• 129. La roto que aparece en esta págUla la
mue;tra deMe<:hada. Atcúe, op.CII . p.253 Para 1950 el mismo Arq. B1shop O bibliografía
rttomcndaba la re~IIIUCión del techo para evitar la pérdida de la pmtura mu-
ral. B•shop. Alfredo L., Comtmiroci611 af setior Jorge E11Ciso, Subdirector
dtiiNAH, ArchlvO'OMH, 7 marzo 1950. l . Angulo 1rli¡¡uc7, D1ego, lfi.\Wria del arte hispa11oameríccmo, Barcelunu
46
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11
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RAS JV DNE COR MEVM CHWTATE 7VA ("Habi:b atr.nezado. Tu Se- ttno tk Mklwat'dn J~J Ortfm tk .V. P. S. AgUSIÍir. rnrrod losi Br.wo
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6
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6
'Camelo rt al, Jumr Gtrscm .. , p.l3-35. R~publicu Mrtlc'tJ/Itt qul' han srda dularados monumentoJ, Méxrcll, D1·

49
Fla. 32. Claustro del convento.

•·la. 31. Grietas y ¡npas ~bre el arco tnunfal.

n:.:ción de Monumentos Coloníales, Instituto Nacional de Antropología 19. Rteard. Robert,IA ronquutu t>pruuol fk Mbiro, l111d. Angel Ma Ga·
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11 f-lore3. Guerrero. Raúl.,., al.. Hmona ~rent'ral fkl arre mairono, Mt- 20. Sec.:etaria del Pammoruo Naclon&l Vocabulario arqwt<'cr6nico 1/usrra·
'tc:O f:.dnonal Hermes, S A • 1963, J~ .• fotos . do, prol. Vt«:nte Mcdel Martínez, México. Sccrewil del PatnmotUO
1:!. Grtj<dva, Fra} Juan de. Cr6tum J,. la Orden N. P. S. Agu.rtin t'll ÚJJ pro- lliac10nai, 197.5. X([l, 5J9p, tllb ., fotos. planos.
""' WJ JI! tu Nut'WJ f.:spano, '" qU<JITO t'CÜJ/hs desde el año 1533 hasta 21. Tou~..amt, Manuel, Arrt colomal m Máiro. 3a. cd. ~é\ICO,Insuwto
,[ fk 1592, Cl>tudtO de Fcdenc.:o Ciómel tle Orozco, Méltioo, lmprent.a de lnv~ugac1oncs 1:.-téucas. Uruve~idad Nacional Autónoma de Mé\1•
V1c10na, S.A, 1924. 717, XCIVp .. tlus co. 1974. XIV, JOJp .• fot~.
13. Kubler, Cieorge. Mt!JCirun anhttt'ctuu of the sixteenth century, New 22. Tou1oSatnL. Manuel, Artt mlldljar m Amhica, MéJtico, FA1tonal Po-
Haven. Vale Un1ver.11) Pre-.. 1948. 2v . 1lus., fooos. mapas. rrúa, S.A., 1946. 143, CIXp . fotos.
14, l.moy:1, Marqués de. llwcma tltd IINt' lmptimco, Barcelona, Salvat
Eduore~. S.A .. 1931. 4v . 1lu'. foto~.
15 Macauga Ordono, Ctsar. Nombre.! geográficos fk Mh1co, Méx1co,
f.dlhma1 Co,roo\, 1979 190p., 11us .. fotos. mapas.
16 McAndrew, Jobn, 7ñt o~n-uu churchn of:rixteenth cna~Ury; Minen: •nota: Poco ante~ de enviane Cl>te trabaJO a la imprenta aparem:ron los doi
d/nOJ, pmat, e>pt'rt ~IJ anJ other sruJies. Cambridge. Harvard teuo,. \tñalado~ abaJO, cuyo contenido es fundamental para Cl>te tema
Un1•et-~t) Pres,, 1969, XXXI, 75Sp .• 11U!>., mapas. foto~ . 23 AntgM Hem!nder, Juan Benno. Capillas abil'rras aufllda.s tk J,fl.nro,
17 1onterrosa Prado, Mananu, Mi)Jiut'l th sfmbolru cristianos , MéliCO, Mh!OO, Uru•ersidad Nactonal Autónoma de Mhico. 19R2, 2SSp.
Jnsututo '\...:tonal de Antropología e Htstona, 1979. 176p ilus., foros, planos.
18 Re.> es Valeno, ConSt.antino, AtTt' {11/ÚKruuartO, ,scufnua dt!l Siglo XVI 24 Obregón, LuJ\, " Relación de Epazoyucan" en RdaciONS grogrdfKm
rfl Mt.tlm, '-1é~teo. Escuela ~óiC'IOnal de Conservación, Restau!lk.'ión <k/ SJglo XVI Mbuco, ed, de Rene Acuña, Mélllco, U111versidad ~liCIO­
) Mu'>COgra.f1a "Manuel del Cu~tdlo Negrete", Instituto Nac10nal de na! Autónoma de M~~ico, 198.S, t. l. pp. 83-93. mapa (Sene antropolcS-
Antropologfa e Hl(tona. 1978, '26p , fotO'>, planos. 11u, lUca: 63).

50
geometría, vida y arquitectura.
expresividad. estructura,
construcción y tectónica.
joan b. artigas

geometría, vida y arquitectura


Los medios de expresión de la arquitectura son, igual que en de los símbolos solar y lunar en todas las religiones. desde
las demás artes plásticas, elementos formales que son capta- las más primitivas hasta las más evolucionadas; algunas de
dos por el sentido deJa vista. Mientras la pintura y la escultu- sus representaciones o correspondencias son " la luz y las ti-
ra han sido, con más frecuencia, representación artística de nieblas", ..los ciclos de la vida", y quien sabe si este volver
formas existentes en la naturaleza, las formas arquitectónicas sobre sí misma, que sugiere la circunferencia, se relacione
son siempre creaciones abstractas, y son abstracciones las también con los "ciclos circadianos" de la fisiología y de la
formas que emplea. psicología humana.
·~.t La arqulectura está ligada a la naturaleza en el sentido de Toma así, la geometría, el sentido de una ciencia ligada
comprensión de la misma, no en el sentido de representación a la naturaleza del individuo y a la representación de cualida-
de las formas naturales. Es el intelecto humano quien descu- des inherentes al mismo y a su relación con los fenómenos
bre la cosmografía y crea las esferas celestes; es él quien en- físicos y existenciales. Sus medios de expresión son abstrac-
cuentra la línea vertical, generada por la fuerza de gravedad, tos como lo es toda ella.
muchos siglos antes de que dicho conocimiento fuese formu- La arquitectura, al basarse en la geometría es, así mismo,
lado por Newton. Por medo del intelecto, el hombre aprende abstracción, pero abstracción objetivizada en formas
a contrarrestar dicha fuerza, y las obras monolíticas prehistó- construídas: podríamos decir que es geometría concreta.
ricas así lo presentan en los menhires megalíticos. Una representación naturalista puede poseer su significa-
Jif La arqulectura comienza en el momento en que el hombre do en la propia imagen representada, en la ilustración del
ha resuelto la necesidad primaria de guarecerse de la intempe· propio tema. Una representación abstracta posee significa-
rie. en el momento en que su habitáculo es exornado con ción por el simbolismo expresado en las formas que la com-
algún elemento expresivo de la presencia del intelecto huma- ponen. La arquitectura se expresa a base de símbolos
no, sea este pintura o creación de elementos arquitectónicos, formales geométricos; fundamentalmente por medio de líneas
portadores, por lo tanto, de un conocimiento, racional o em- superficies y volúmenes, con base en ellos, debe construirse
pfrico, de la noción más elemental de geometría: la línea rec- la iconología de la arquitectura.
ta, expresada en la fuerza de gravedad. Línea y fuerza que "La arquitectura. de todas las artes es la más sometida a.
rigen la vida, el funcionamiento del cuerpo humano y sus las condiciones materiales, económicas y sociales, es
movimientos. Tomada como base la vertical, a partir de ella también aquella que gracias a las proporciones matemáticas
se desarrolla toda la Geometría. y a las formas geométricas, expresa la especulación más
Así comprendida esta relación fundamental entre geome- abstracta del pensamiento humano" 2 •
tría y existencia, puede dejar de considerarse a esta disciplina El simbolismo arquitectónico tiene correspondencia con
como una ciencia abstracta sin nexos con la realidad. el de los Volúmenes Geométricoa de Platón. Por una analo-
Junto a la recta, es la circunferencia la otra línea geomé- gía semejante, el triángulo equilátero expresa reposo por lo
trica de alto significado, conocida desde los primeros tiem- bien asentado de su base, y expresa elevación por la forma
pos de las culturas. Se conoce por la observación de los puntiaguda en que termina. El círculo que es el elemento de
astros. del sol y de la luna especialmente, y por la observa- equilibrio, inmóvil cuando aparece junto a otras figuras geo-
ción del horizonte en los lugares llanos, para constituir la ho- métricas, no se desliza por la superficie. sino que sugiere
rizontalidad, según atestiguan Stonhenge, las orientaciones profundidad.
de las ciudades mayas, de las construcciones egipcias y babi- ''En el arte cristiano europeo, algunos de los ejemplos
lónicas, entre otras, y según indican, también, la presencia más espléndidos -de su empleo- son los rosetones de las cate-
drales. Son representaciones del sí mismo del hombre trans-
puestas al plano cósmico· ' 3 .
Estos textos forman parte del trabajo Met<Jitlán, Hgo. Arquitectura síglo
XVI Las formas geométricas se asocían, por Jo tanto. a deter-
minadas cualidades expresivas de que son portadoras; dichas

51
cualidades expresivas se relacionan oon vivencias humanas, las obras cercanas; al moverse el individuo entre ellas y v~
tales como sostén, verticalidad, profundidad, equilibrio y riar su posición relativa; varía la percepción de las mismas
movimiento, etc... , condicionadas todas ellas a la propia y se crean entonces sensaciones espaciales basadas en los jue-
constitución del cuerpo humano y a la percepción física que gos de formas -edificadas y espaciales- y basadas también en
del mundo exterior tiene el hombre. Y son precisamente es- las variaciones de distancias y de iluminación.
tas experiencias perceptivas las que. hechas conscientes, son "Quienes tienen familiaridad con la pintura y la escultura
convertidad en geometría constntida: en arquitectura. pueden facilmente entender el sólido arquitectónico en cuan-
Los anhelos de los hombres de las distintas épocas blStón- to a decoración, en cuanto superficies, en cuanto planos y en
cas. se concretan en la arquitectura. por medio de la expre- cuanto logros estereométricos, pero no en cuanto espacio in-
sión geométrica que es su súnbolo. Y no olvidemos, que para terno arquitectónico. Un estudioso del arte medieval podrá
efectos de nuestro trabajo. la arquitectura de Metztitlán fue leer la fachada de una catedral del Siglo xm como un cuadro
obra de la orden de San Agustín, cuya estética es "neo- o como un bajorrelieve 'abstracto': allí encontrará todos los
pitagórica o platónica ... , pues para el gran Obispo de Hipo- temas figurativos de la pintura y de la escultura de la época,
na, el Universo no era otra cosa que 'un inmenso y los mismos valores bidimendonales, tridimensionales y tem-
perfectísimo canto del Inefable Modulador' o sea Dios" 4 • porales, cromáticos y plásticos, perspectivísticos y propor-
Volviendo a las relaciones entre arquitectura, escultura y cionales. luminosos y atmosféricos. Analizando las fachadas
pintura, cabe mencionar que. aún cuando en épocas relativa- y los volúmenes desde todos los flancos, bajo distintas luces,
mente cortas, las dos últimas se hayan expresado con formas
abstractas, les falta un elemento que la arquitectura posee y
ellas no. Este elemento es el espacio arquitectónico, muy di-
ferente del espacio que puede ser representado en las dimen- l ... La ilustración. ia decoración. los valores táctiles y de movimiento son
siones de la pintura, y también distinto, del condicionado por las caregorias esenc1ales que enunc1a Berenson para la valoración de la
pintura y tiene aplicación para las de~ artes...
las esculturas, aunque éste sea monumental o incluso transi- Juan de la Encina, El Estilo lección 8, pág. 6.
table. Su diferencia con este último está dada, básicamente, 2. Louis Hautecoeur en Bruno Zeví Architecrura in Nuce, Una definición
por la relación que proporciona la escala humana, y por el de arquitectura traducción de Rafael Moneo. Aguilar. S.A. de Ediciones,
sentido de utilidad, que la arquitectura posee y que no tiene Madrid 1969. pág. 34.
la escultura. 3. Aníela Jaffé El Simbolismo en las Artes Vi.fuales en El Hombre y sus
Símbolos, de Carl C. Jung, AguiJar S A. de Ediciones. Madrid 1969,
Cuando las figuras geométricas construidas dejan de con- pág. 241.
siderarse exclusivamente en sf mismas y se relacionan con 4. Juan de la Encina El Estilo lección 2. pág. 16.

El "Stonehenge" en Salísbucy al sur de Inglaterra. Según Ranke. (Woennann Historia del Arte. 1930).

52
bajo distintos escorzos, desde el suelo o desde un avión. po- naturaleza y le comunica la fluidez de la existencia misma.
drá sin dificultad, poner en clave edilicia la gama entera de Cabe mencionar también, que en arte, "la expresión se iden-
valores espaciales, 'virtuales' y reales, que son familiares a tifica con la forma y el estilo y no hay posibiJidad de ninguna
un hombre cuya sensibilidad ha llegado a razonar en contacto clase de expresión artística sin la contribución de estos
con la pintura y la escultura. Pero la comprensión del vacío elementos"6 , o, dicho de otra manera, que "la expresión
arquitectónico exige una distinta y más compleja pericia. artística es expresión mas representación o si se quiere, es re-
Quien no se afane en adquirir la capacidad para verlo y leerlo presentación expresiva, lo cual es lo mismo que forma y
podrá formular juicios exactos y hasta luminosos sobre la ar- estilo" 7•
quitectura, puesto que el arquitecto-poeta se expresa no solo En una palabra, aún cuando tratemos de formas puras, no
manejando vacíos, se expresa también con el manejo de los caeremos en la fatuidad de considerarlas ajenas a sus signifi-
volúmenes, de las superficies y con la grafía de las molduras; cados, pero a los significados que la propia forma conlleva.
sin embargo. debe renunciar a comprender la arquitectura en Ahora bien, estas consideraciones sobre la génesis de la
la matriz secreta de su integridad"S. geometría, de la intuición que se concreta en la captación de
Al considerar a las formas arquitectónicas. desde los as- la verticalidad, con la puesta en práctica del contrarresto de
pectos anteriores, se comprenderá La importancia que el la fuerza de gravedad al colocar un dolmen de pie, es el ex-
anáLisis formal debe alcanzar en el estudio de los edificios. tremo de la hebra de hilo; la otra punta, que correspondería
Pero antes de iniciarlo, conviene aclarar cómo se entiende al final y que es difícil precisar dónde acaba, llegaría hasta
aquf los vocablos abstracto y geométrico, ya que se ligan, las leyes geométricas de crecimiento armónico en la obra hu-
con demasiada frecuencia e incorrectamente, al término rigi- mana. puesta en práctica con altO grado de sutileza por las
dez. dureza de expresión, inacabado, tosquedad, etc ... Nada grandes culturas de la tierra como la egipcia, griega, mesoa-
más alejado de la idea que sustentamos. Nuestra valoración mericana, medieval, renacentista. entre otras, y se continúan
no es ésta. Merced a la geometría, que ya hemos visto cómo con las correcciones ópticas, que afinan el rigor geométrico
tnteractúa con la fisiología y con las leyes naturales del uni- con respecto de las percepciones del ojo humano y con los
verso, se crea la arquitectura: ahora bien, la geometría, cien- cambios de posición del observador con respecto del elemen-
cia matemática, pudiera considerarse como un fm en sí to arquitectónico. Unos y otros no faltaron en la cultura ar-
misma, pero con respecto de la arquitecrura, no e~ mas que quitectónica de Nueva España.
un medio. La dureza del elemento geométrico aislado, se
convierte en agilidad, suavidad, sentido orgánico, al combi-
narse con otros y fundirse todos rítmicamente en el espacio
arquitectónico. Resulta pues, que cuando la geometría pura 5. Bruno Zevi Archirectura in Nuce, Una definición de arquirecwra traduc-
ción de Rafael Moneo. AguiJar. S.A. de Edicione. Madrid 1969. pág~.
se realiza cabalmente en la obra arquitectonicamente, es tras- 68 y 69.
cendida la aparente rigidez de la abstracción pura para adqui- 6. Juan de la Encina El &tilo lección 2. pág. 11.
rir un sentido orgánico, que la relaciona con la propia 7. Juan de la Encina op. cit. pág. 12.

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Mandala de la Pagoda Negra. Orissa Diagrama modular de la Catedral de Colonia según Lund. Matila C. Ghyka .

53
expresividad No se trata, entonces, de una relación superficiaJ dado que
conlleva una proyección profunda del individuo, en la cuaJ
afloran, como elemento primordial, los estratos más recóndi-
La obra arquitectónica vtve por lo que expresa; por lo que tos del inconsciente. Tampoco podemos concebir las formas
el observador de cualquier tiempo es capaz de extraer de ella. como pura exterioridad, sino más bien como interioridad en
Lo que cuenta ~ la impresión que produce en quien la reco- dos sentidos. uno hacia dentro de sí mismas; la otra interiori-
rre, la vivencia que motiva en él, ya se trate de una persona dad es la del sujeto que se sitúa delante de eUa. Es cierto el
conocedora del arte o ajena a él. Aún tratándose de un profa- comentario de Juan de la Encina, de una parte. la forma del
no, la obra que tiene suficiente fuerza expresiva lo sacude. objeto no acaba en sf misma, sino que se proyecta , por el ca-
En ocasiones nos remonta al pasado en Jo más profundo mino del creador y de su época, hacía el hálito de vida que
de nuestro ser, por ejemplo, ya vimos que mediante la vista fue capaz de imbuir en ella; por otra parte, la forma se lanza
del desgaste de unos escalones o de la contemplación de 1as contra el observador y trasciende su propia presencia física
lápidas de un cementerio. nos remontamo~ aJ pasado, y que para remover sentimientos y hasta instintos, para sacudir el
la relación vivencia! que desencadena este retroceso, aunque inconsciente onírico y actualizar -en el sentido de revivir-
pudiera parecer paradójico, nos conduce a presentir nuestro sus imágenes, para crear sensaciones hacia dentro, de pro-
propio futuro y nuestra propia muerte. Otras veces se lanza fundidad, de vacíos y llenos , como lo es el mito de la caverna
más allá de su..<; formas por medio de la continuidad virtuaJ que todos entendemos porque todos Jo hemos presentido, ya
de sus volúmene~ y superfictes, creando en nosotros sensa- sea de cavernas de una sola dirección o pluridireccionaJes, en
ciones de fuerza, de posesión, de elevación, porque el aJean- una palabra , sensaciones puramente espaciaJes.
ce de sus formas llega más allá de sus Hmites físicos y así Jo Ahora bien, de qué manera se incluye en la explicación de
percibimos. La relación entre su escaJ.a y la del cuerpo huma- la obra de arquitectura la comunicación de estas impresiones
no es otro tema plástico determinante en la percepción; la y sensaciones y el análisis de cómo se producen: mediante
obra de arte puede obligarnos a detener nuestro camino y a qué combinaciones de formas, texturas, colores, luces, etc.
adentrarnos en una penumbra que sugiere recoginúento, así Este análisis nos permitirá conocer qué relaciones plásticas
puede transportarnos a la magia de un recinto, de un retablo, producen determinada motivación y no otra: por decir aJgo,
o de todo un edificio. horizontalidad, fortaleza o recogimiento. continuidad espa-
La arquitectura. construida con materia finita, nos condu- cial, en fin . .. se trata al mismo tiempo de un tema de percep-
ce más allá del tiempo y del espacio de la vid.a del momento. c ión y de análisis formal , de análisis de formas de lo vacío
Las sugerenctas que motivan sus formas nos transportan más y formas de lo lleno, de formas contenidas y continentes.
allá de nuestra propia corporeidad y producen en nosotros vi- Es frecuente que estos factores queden olvidados por los
vencias impensadas de nuestra propia extensión, que no exis- tratadistas de la historia, pero no pueden ser pasados por alto
tirían sin aquella motivación externa. si se quiere hacer historia del arte. La historia del arte tiene
A veces, hace que nuestro cuerpo se sienta más despierto; sus propias leyes que conducen a resultados inequívocos.
la captación de textvras, de formas y de espacios se agudiza Una cosa es que la historia del arte se apoye en los hechos
medtante contrastes y concordancias que la arquitectura sitúa históricos y otra cosa es confundir la primera con los segun-
ante nosotros cuando nos movemos por ella. Al avanzar por dos. Y este olvido ocurre con demasiada frecuencia . Concor-
un pasillo o por el eje de la nave de un templo, la sensación damos con Bruno Zevi, cuando menciona "que es ilusorio
de apoyo y de movimiento de nuestro cuerpo, la captación todo intento de trazar una historia de la arquitectura separada
del espacio por medio de nuestra piel y del sentido auditivo de la conciencia del hacer arquitectónico y de los empeños
se acentúan respecto a la captación cotidiana en un medio que de él se derivan" 1•
común. Los espacios hacen dilatar nuestro espíritu y la sen- Toda obra de arquitectura es consecuencia del acto volili·
saetón corpórea corre paralela con él y con las formas de la vo de la creación y del sentido de comunicación impuesto por
arquitectura es como la concordancia de tres diapasones que el arquitecto de la obra.
vibran al unísono: obra de arte, cuerpo y espíritu. Hacer arquitectura es expresarse por medio de formas, de
Entendemos la forma como portadora de significados y si- la misma manera que hacer música lo es con sonidos y hacer
tuamos en primer Jugar los que la propia forma conlleva en poesfa lo es con las paJabras; tanto significan los vocablos co-
virtud de sus soluciones plásticas, es decir, de su expresivi- mo la concatenación de sonidos o la concordancia de diver-
dad estética. Nos referimos al mensaje que puede extraerse sos elementos plásticos. En todos ellos hay significados
de la obra de arte mediante la relación inmediata y espontá- aislados, hay significados de fraseología y significados del
nea ente objeto observado y observador. discurso. En toda expresión artística, buena parte de los ele-
E~te aspecto debe valorarse antes de conocer el momento mentos creados son inconscientes, puestos en la mente del ar-
hisrórico en que fue creada o los avatares de la vida del artista tista por su propia época y también, dentro de un caracter
que la creó, puesto que estos últimos son aspectos de intelec- totalizador, por lo que tiene de humano. Defmitivamente, no
ción pura. se puede separar la conciencia del hacer arquitectónico y la
La permanencia y cotidianeidad del objeto arquitectónico, impresión que ésta producirá en el espectador: son los dos
radica en dichas impresiones que desencadena en el ser hu- cabos de una misma soga.
mano, que perduran aún mucho después de haber sido
construida la obra y aunque haya cambiado su utilidad, uso
o función. que de las tres maneras se llama; en esa capacidad t. Bruno Zevi Archítectum in Nua, Una definición th orquitt'Ctura. Agua-
radtcan sus valores más trascendentes. lar. S.A. de Ediciones. Madrid 1969. pág. 16.

54
estructura, construcción y tectónica
El aspecto con::;tructivo de la obra arquitectónica relaciOna a propia época. y este factor expresivo determinará la elección
ésta con las le} e:. de la fí tea. directamente con la mecánica, del tipo de cubierta. de sopones y de cimentación del editi·
que e'>tUdta el equilibrio y el movlffilcnto de los cuerpos. y cio. aunque para ello inrervenga asimismo. y con no menor
panicularmente con la c.,tática, representada por el contra- imponancia, la elección particular que haga el arquitecto que
rresto de la fuerza de gravedad Incluye también el conoci- ha de proyectar y dtrigtr la obra y. desde luego. la disponibi-
miento de los esfuerzos internos de los materiales. ya sean lidad de determinados materiales de construcción.
de comprensión o tensión, para que su utilización sea adecuada Por lo tanto, la elección de un ststema e:.tructural e~ un
~la ~:onformac1ón natural de los materiales de construcctón. acto de congruencia htstórica y anísuca con los demás com·
De suma 1mportanc1a son los procesos químcos o físicos, ponentes de la obra arquitectónica; modificarlo es alterar la
que afectan a los materiales, durante su transformación para esencia de la misma
\l'T convenidos en útiles para la edificación, tanto aJ momen- Bruno levi. mcnctona al respecto, que "pensar en una ar-
to d~.: su aplicación. como en cuanto a su resistencia a la co- qunectura en la que no encontramo!. su peculiar proceso edi-
rrostón; bajo la acción de los agentes atmosféricos y del ticatorio es pensarla en su exterioridad formalfstica:
uernpo. restaurar un monumento rehactendo la estructura en horm1
La tirmcta del edificio se constgue, fundamentalmente, gón armado o en acero. cubriéndola después con madera. es-
con la "estructura" del mismo. Por estructura se entiende, tuco o piedra de la época. es prueba de falta de madurez
genéricamente, "todo ordenamtento de constituyentes indi- cultural, alguna vez piadosa. siempre ilusoria, a menudo pre-
VIduales en cuya base hay siempre un principio de tenciosamente vulgar"'.
organi1actón" 1 aplicado a la construcción. el término "se Aseveración é<,ta con la que no podemo~ menos que C\tar
refiere a un siqema o princ1p1o de ordenación destinado a de acuerdo. Y ya que de la estructura y de su restauración
tratar las fucn.us que actüan en un edificio, como las de poste correcta, esramos tratando, mencionaremos lo:, siguiente!'.
o dJntel. arco, bóveda y cúpula" 2 • párrafos que v1enen a cuento: '·Un día, en el none de Fran-
Ahora bien. el papel que la estructura JUega en un edificio, cta, -nos dijo Gaya Nuño- asbt1 a la complicada operación
no Ná determinado. exclusivamente, por los factores físicos de sustituir un pilar gótico del Stglo XTII. materialmente pul-
que estamos mencionando . .,ino que para su elección. conti- \ erizado mediante bombardeos. poi un grande y eficaz
bU)C efectivamente la ~·oluntad de fonna o kunstvolen, de la espigón de acero al que luego se revestiría de la misma piedra
época de la construcción Con la forma de la esU'Uctura se caliza origmaJ. No me cupo ninguna duda de que el templo
han de expresar. por lo tanto, Jos anhelos vivenciales de la bombardeado quedaría perfecto en apariencia. y podria vol-

La· IW.thd' y el "Templo de Po.idón" en Pes-to Detrás, a la derecha. d "Templo de Cere~" De Woermann T 2. Um 29.

55
ver a ser mostrado a decenas de turistas de todos los paises Se refiere pues, este vocablo, tectónica, a las sensaciones
incluso sin hacer alusión a sus enfermedades guerreras. Pero que la obra construida produce sobre el observador, a través
yo ya sabía que ese monumemo quedaba convertido en una del sentido de la vista, merced a la apariencia que se obtiene
mentira: en una gentil, adobada y culta mentira"~. de la elección de una estructura y de un sistema constructivo
La estructura perteneciente a una época, determina la determinados. Para terminar las citas de Sekler, recordemos
forma de la obra y, por lo tanto, las espacialidades arquitec- que:
tónica~ correspondientes: el entorno y el dintorio del edificio. "La estructura como principio y orden inmediato se rea-
Por ello, habrá gran diferencia de expresión entre una liza en la construcción, pero sólo la tectónica hace visible
estructura que descarga sus pesos sobre muros continuos y tanto la estructura como la construcción, y es ella la que les
entre otra, que lo solucione mediante un sistema de apoyos confiere su calidad expresiva artística".
aislados, tales como pilares o columnas exentos. Al restaurar Coincidimos con Sek.Jer al señalar la importancia que tie-
un edificio debemos hacerlo íntegramente, es decir, conside- ne el aspecto "visual" de la obra arquitectónica, y al tratar
rando todos sus componentes, y, precisamente, debemos res- de comprenderlo mediante la relación entre "proyección
petar la estructura existente y no modificarla. sentimental". "endopatía o Einfulung'' -que de las tres for-
Los muros de La arquitectura pétrea, porque también hay mas puede llamarse- y entre "tectónica" al llevar el estudio
una arquitectura de madera, siglo dieciséis, suelen reforzarse de las formas basta sus generatrices profundas es decir, hasta
con conrafuertes o arbotantes. en todo el perímetro del edifi- la construcción y la estructura , pensamos que da una funda-
cio. Cuando los vanos son contínuos y forman arquerías, és- mentación más para aceptar como válida la tesis que estarnos
tas son robustas, ya que han de recibir el plano superior del sustentando, sobre la importancia del análisis formal, para la
muro que sustentan, esto ocurre en las porterías, en los claus- valoración de las "artes visuales" y, en nuestro caso, de la
tros y en las ocasionales logias. ~s ventanas y puertas, son arquitectura que se hizo en México en una época y lugares
por lo demás, vanos aislados. determinados. •
Las estructuras del Siglo XVI novohispano se construyen
sobre elementos de apoyo contínuo, es decir, con muros de
carga, trasmisores de fuerza en toda su longitud. Son paredes
de gran espesor, construidas, casi siempre, con una técnica l. Eduard F. Sekler Estructura, Construcción y Tectónica en La Estructura
mixta; los paramentos suelen estar edificados de mamposte- en el Arte y en la Ciencia de Gyorgy Kepes. Organización Editorial No·
ría. ordinaria o a hilada, que dejan en su interior espacio sufi- varo. S.A. México. 1965. pág. 89.
ciente para rellenar con cal y canto, con adobes o bien, a 2. Ibidem.
3. Bruno Zevi Architectura in Nuce , Una defmición de arquitectura, Agui·
piedra y lodo' ' 5 . lar, S.A. de Ediciones, Madrid, 1969. pág. 169.
Cuando el relleno es de cal y canto, técnica constante en 4. Juan Antonio Gaya Nuño El Arte y la Guerra en El Arte Europeo en Peli·
la zona de Metztítlán, se consiguen construcciones de gran gro y otros ensayos E.D.H.A.S.A., Barcelona-Buenos Aires, Barcelona
homogeneidad, semejantes a las obtenidas por la edificación 1964. pág. 91.
5. Juan B. Anigas, Vicente Medel M., Jaime Ortíz Lajous, et al. Vocabula·
romana a base de "una concreción de piedras y mortero";
rio Arquitectónico Ilustrado Secretaría del Patrimonio Nacional, México
y lo mismo que aquella, con frecuencia, "la bóveda forma 1975. pág. 35, ilustración 43.
bloque con el muro y ambos no constituyen otra cosa que un 6. Augusto Cboisy Historia de la Arquitectura Editorial Victor Leru
monolito " 6 • S.R.L., Buenos Aires 1958, Vol. 1, pág. 282.

Centro de Meditación en Cuemavaca. Arq. Agusrfn Herruintkz.

56
simón pereyns y luís de
arciniega , autores del sagrario
de la iglesia del convento
franciscano de la ciudad de
tlaxcala.
mercedes meade de angulo

Simón Pereyns fue uno de Los mas destacados pimores de México de la se-
gunda mitad del siglo XVI. Originario de Amberes, paso a la nueva España
en 1566 en el séquito del virrey Gastón de Peralta, Marqués de Falcés. Se
hospedó en casa de aaudio de Arciniega, el mas brillante de los arquitec-
tos de su época.
Pereyns pintó en Los salones del palacio virreina/, reali::.ó retablos en m-
rios conventos: Malinalco, Tepeaca, Mixquic, Teposcolula, Huejotzingo,
Cuernavaca, Ocuilan y varios mas, así como algunos cuadros para la vieja
Catedral de México, sobresaliendo el de la Virgen del Perdón.
De su obra, se consen'a el retablo de la iglesia franciscana de Huejot~in­
go, realizado en 1586; constituye una de las obras mas relevantes del arte
renacentista novohispano, con imágenes alternando con pinturas. conte-
niendo diez cuadros de pincel de Pereyns.
El Sagrario del altar, tal vez del primer retablo de la iglesia del convemo
franciscano de la Ciudad de TJaxcala a que se refiere este docwnenro, fue
realizado en 1578 por Simón Pereyns y Luis de Arciniega, los cuales, con
fecha 18 de diciembre del mismo año, daban poder amplio y cumplido al
historiador Diego Muñoz Camargo para que cobrara al gobernador, alcal-
des y regidores del Cabildo Indígena de la Ciudcui de TJaxcala. los pesos
en oro que les debían a/Ín "por la hechura del sagrario que hicieron para
la iglesia del monasterio'·. Ante el escribano Juan Rodríguez de León, fir-
maron el documento ambos artistas. asi como el corregidor espmiof de
TJa.xcala en esos momentos: Francisco de Verdugo, quien ocupó ese puesto
de enero de 1578 a febrero de 1579.

57
Retablo de HueJOil•ug.o. Pue. Foto Carlos Heinze.

58
EN LA CIUDAD DE TLAXCALA DE LA NUEVA ESPAÑA, A DIEZ
Y OCHO OlAS DEL MES DE DICIEMBRE DE MIL Y QUINIENTOS
Y SETENTA Y OCHO AÑOS, ANTE EL ELUSTRE SEÑOR FRANCIS-
CO VERDUGO DE BAZAN, ALCALDE MAYOR DE LA DICHA CIU-
DAD Y SU TIERRA POR SU MAGESTAD, E ANTE MI, JUAN
RODRIGUEZ DE LEON, ESCRIBANO POR SU MAGESTAD, NOM-
BRADO JURADO EN FORMA DE DERECHO. Y DE LOS TESTIGOS
ESCRIPTOS, PARECIERON PRESENTES: LUIS DE ARCINIEGA E
XIMON PEREINS, ESTANTES DE LA DICHA CIUDAD. Y DUERON
QUE DABAN TODO SU PODER CUMPLIDO, BASTANTE, CUAL DE
DERECHO PARA SER VALIDO SE REQUIERE, A DIEGO MUÑOZ
CAMARGO, VECINO DE ESTA DICHA CIUDAD, ESPECIAL Y EX-
PRESAMENTE PARA QUE POR ELLOS Y EN SU NOMBRE E COMO
ELLOS MISMOS, PUEDA PEDIR E DEMANDAR, RECIBIR HABER
O COBRAR DEL GOBERNADOR, ALCALDES E REGIDORES E
PRINCIPALES DE ESTA DICHA CIUDAD Y DE QUIEN CON DERE-
CHO DEBAIS, TODA LA CANTIDAD DE PESOS DE ORO QUE LES
ESTAN DEBIENDO DE LA HECHURA DEL SAGRARIO QUE HICIE-
RON PARA LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE ESTA DICHA CIU-
DAD E DEL RECmO DELLOS PUEDA DARLO EN SU CARTA O
CARTAS DE PAGO FINIQUITO, LAS CUALES VALGAN Y SEAN
BASTANTES E VALEDERAS COMO SI ELLOS LAS DIESEN. EPA-
RA QUE PUEDA HACER CON LOS SUSODICHOS, COBRE LA DI-
CHA COBRANZA CUALESQUIER ESCRIPTURA ANTE
CUALESQUIER ESCRmANO QUE SIENDO POR EL OTORGADAS
ELLOS LAS DAN POR HECHAS OTORGADAS E LAS APRUEBAN E
RATIFICAN E PROMETEN DE LAS GUARDAR Y CUMPLIR COMO
EN ELLAS SE CONTUVIERE Y SIENDO NECESARIO COBRE LA
COBRANZA PUEDA APARECER ANTE TODOS E CUALESQUIER
JUECES E JUSTICIAS DE SU MAGESTAD E ANTE ELLAS Y CUA-
LESQUIER DELLAS PEDIRLES E DEMANDARLES TODA LA CAN-
TIDAD DE PESOS DE ORO QUE LES RESTAN, DEBIENDO DEL
DICHO SAGRARIO Y SOBRE ELLOS HACER TODOS LOS AUTOS E
DILIGENCIAS JUDICIALES Y EXTRAJUDICIALES QUE CONVEN-
GAN HACER FECHOS, QUE PARA TODO ELLO Y LO A ELLO ANE-
XO E INDEPENDIENTE LE DAN PODER CUMPLIDO CON LrnRE
EN GENERAL ADMlNISTRACION, E LE ELEVARON EN FORMA
DE DERECHO E PARA QUE LO CUMPLIERAN OBLIGARON SUS
PERSONAS Y BIENES Y EL DICHO SEÑOR ALCALDE MAYOR IN-
TERPUSO A ELLO SU AUTORIDAD Y DERECHO JUDICIAL E LO
FIRMO DE SU DICHO TESTIGO EL TENIENTE LUIS DE MERCADO
Y JUAN DE CARBAJAL E JUAN SANCHEZ , ESTANTES EN ESTA
CIUDAD Y LOS OTORGANTES QUE YO, EL ESCRIBANO. CONOZ-
CO, LO FIRMARON DE SUS NOMBRES. FRANCISCO VERDUGO,
LUIS DE ARCINIEGA. SIMON PEREINS . ANTE MI : JUAN RODRI-
GUEZ DE LEON , ESCRmANO .

Archivo general del estado de tlaxcala.


Fondo: registro de instrumentos públicos. vol. 3. FJS. 341 a 341 VTA.

59
dibujos

alfredo valencia.

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62
64
cursos de seminario ( 1960)
waldemar deonna
juan de la encina

2. colectividad, tradición, individualismo.

Autores citados: Waldemar Deonna; Heinrich Woelfflin Abordemos, pues, la cuestión, o cuestiones, a qu<
(1865-1945); John Ruskin (1819-1900); Goethe (1749- hace referencia el ilustre arqueólogo.
1832); Onega y Gasset (1883-1955); Goya (1746- En una o en varias lecciones de nuestro curso anre-
1828); Emesr Renan (1823-1892); Georg W.F. Hegel rior surgió ante nosotros la cuestión de la individuali-
(1770-1831); Bemando Berenson (18ó5-1959); Rafael dad, o de la personalidad individuo-artista, en el
desa.,.ollo histórico de las artes. Consideramos enton-
(1483-1520); Miguel Angel (1475-1564); Picasso
ces, no sin alguna que otra reserva, que la individuali-
(1851-1973); James Joyce (1882-1941); Salomón Rei- dad del artista, la acción particular de éste, era lo
nach (1858-1932); Giorgio Varasi (1511-1571); Fidias básico. Mas, por su parte, Deonna y otros autores, con-
(h. 500-h. 431 a.c.); Policleto (h. 420 a.c.) Miron (h. sideraban que "el arte no se produce al azar de volunta-
495-h. 425 a.c.); Scopas (S. W a.c.);Lisipo (h. 390- des individuales, sino que está siempre sujeto a un
310 a.c.); Sodoma (1477-1549); Gianlorenzo Bernini determinismo constante, que lleva a resultados
(1598-1680); Thomas Carlyle (1795-1881); Victor Cur- análogos en intervalos de siglos, según un ritmo que se
sin (1792-1867); Augeste Comte (1798-1857). puede fijar' '. Para él " la historia del arte así considera-
da pierde su caracter vacilante para revestir una forma
austera, o sea, para convertirse en una historia de las
Entraremos esta noche en la materia propia de este cur- ideas". Estos conceptos, como ven, son de suma im-
sillo. Tocaremos en él, como en los anteriores, no solo portancia, y los historiadores del arte, cuando se salen
conceptos arqueológicos, sino también sobre todo pura- de la mera erudición, se han esforzado siempre, y no
mente teóricos. Nos serairemos para ello, como ya les siempre con éxito, en descubrir ese ritmo de desarrollo
enuncié la otra noche, principalmente de un librito de histórico-artístico.
Deonna, en el que se trata de "Las leyes y los ritmos A primera vista parece que se hallan en oP?sición el
del arte". Es el tal un estudio sugestivo, rico en conte- concepto de la individualidad creadora del artJsta y este
nido. pero al que no debemos tomar absolutamente al modo de concebir los desarrollos históricos del arte.
pié de la letra, pues el autor basa sus deducciones muy Acabamos de ver que Deonna alude a "un determinis-
en particular en sus conocimientos del arte griego y en
mo constante", y aunque la expresión parezca que va
)ocasiones en el medieval . Para elevar a leyes generales
demasiado lejos en su significado. sin embargo, se pre-
los conceptos de Deonna sería necesario comprobarlos siente que en la historia del arte existe un cierto ritmo
en el desarrollo histórico del arte de los otros pueblos,
de sucesión en sus desarrollos generales, el cual unas
artes de las cuales, no se tiene tan preciso y extenso co-
veces se cumple clara y completamente y otras sola-
nocimiento como del griego y medieval. mente en parte. Esa sucesión rítmica se reduce a tres
tiempos o etapas, a saber: iniciación, apogeo y deca-
€) Derechos rcl«:rvados por los heredero& del autor. dencia. Ello en sus lineas más generales, pues pronto
65
hemos de ver que ese ritmo de desarrollo puede tener cho menos de una caprichosa elección. Es un fruto úni-
matizaciones o variaciones estilísticas más complejas. co, predeterminado e inevitable, que depende del ser
Ahora bien; si existe, como asevera Deonna, un de- mismo de la época y del individuo en ella inscrito.'' Tal
terminismo constante en la historia del arte, ¿cuál ha de en toda la arquitectura y no menos en la que llamarnos
ser dentro de él el papel de individuo-artista? Ya Woel- actual.
fflin sostuvo con certeza que "la manera de ver", que Cada época, porconsiguiente, crea su estilo propio y
condiciona las artes del dibujo y el color, no supone en el individuo artista ha de moverse dentro de él. La ente-
modo alguno la anulación del artista, pues por su me- ra libertad artística corresponde a épocas que carecen
diación ha de realizarse forzosamente la obra de arte, de estilo propio, salido de las profundidades de su mismo
bien que sea en una determinada dirección estilística ser; y, aun así, la norma se impone de un modo u otro.
que le domina y manda, porque es sabido que dentro de El caso insólito de Goya en la España de la segunda
los grandes estilos ponen sus matices propios, persona- mitad del siglo XVIII y primer tercio del XIX no puede
les, los verdaderos artistas. Dentro de ellos, de sus ca- servir de ejemplo que melle esa ley, pues en aquel tiem-
racteres generales, realiza sus creaciones. po España socialmente no carecía, ni mucho menos, de
Se trata, por consiguiente, de un problema que se estilo propio, a pesar de la influencia francesa en las a'
presenta todos los días en la vida, o sea, en el fondo, tas clases, y Goya supo obedecerlo y asimilarlo y lle-
el de la libertad y la obediencia. John Ruskin en una de varlo a términos de genialidad. Esto sin contar que
sus obras más conocidas y traducidas a casi todos los estaba bien anclado en la tradición histórica. Se puede
idiomas, pero actualmente un tanto envejecida, The Se- seguir paralelamente las obras de este artista y la histo-
ven Lamps of Architecture, sostiene que eso que los ria de su época, del espíritu peculiar de la misma, de
hombres llaman libertad " es, en efecto, de todos los su intra-historia, y se verá cómo ambas coinciden.
fantasmas el más pérfido, porque el más debil resplan- En el sentido dicho, afirmaba Ortega y Gasset, que,
dor de la razón nos debía ensefiar seguramente que, no ''cuanto más delicado y perfecto es un ser, menor es su
solo es imposible alcanzarla, sino que su existencia libertad en la vida, mayor su sujeción a un destino y ór-
misma es imposible. Nada hay en el universo que se le bita determinados.". Nada más cierto. Asi pues, ese
asemeje. No se la encontrará nunca. No la tienen los as- "determinismo constante" a que aludía Deonna, actúa
tros, ni la tierra; no la tiene el mar; y los hombres no sin remisión en el arte. Tenemos así que la libertad in-
tenemos sino una imagen y semejanza suya para nues- dividual del artista está condicionada. No puede hacer
tro castigo''. Con todo, es aspiración suprema del hom- este lo que se le antoje, arbitrariamente, caprichosa-
bre. La ley se nos impone en todas partes. Es menester mente, sino que su querer ha de marchar en la dirección
obedecerla y seguirla. Pero el hombre no se conforma que marca el viento espiritual de su hora. Si bien no de-
siempre con la ley establecida y aspira a crear otra que bernos perder de vista que, como decía Woelftlin, "el
cree más justa y perfecta. Insiste el crítico ingles en su espíritu no sería espíritu si no soplara libremente". Pe-
tesis con estas otras palabras: "Si hay algún principio ro el espíritu artístico individual no es sino una variante
más altamente proclamado por todas las voces de la o matiz de ese espíritu general; dentro de ese aire alienta.
creación visible o más profundamente grabado sobre el El siglo XIX fué una época, en realidad, sin estilo
menor de sus átomos, no es ciertamente el principio de propio arquitectónico bien definido. Se sirvió de todos
la Libertad, sino el de la ley". Ya Goethe había procla- los estilos del pasado. Tenía el arquitecto a su
mado que "el noble aspira al orden y la ley". disposición un repertorio de estilos antiguos: gótico,
He aqui una excelente divisa para arquitectos, pues neoclásico, renacentista, barroco, rococó, etc. Y entre
su arte está, como ningún otro, regido por el orden y ellos, en cada caso, elegía el que más le gustaba a él o
la ley. a sus clientes. El arquitecto de talento y culto acertaba
Entonces, .... ¿dónde queda la libertad artística crea- a construir en cualquier estilo; pero todo ello no pasaba
dora? Probablemente esa libertad no existe sino si- de ser, salvo en ciertos casos memorables, remedo o
guiendo una determinada dirección, obedeciendo a combinaciones hábiles del gusto y el sentimiento arqui-
normas, se halla evidentemente condicionada por ésta. tectural de otras épocas, algo rebajado y modificado
Wolfflin aseveró que en un determinado tiempo o época por el no estilo de aquel siglo. Era, pues, un arte sin
no puede producirse lo que se quiera. La época condi- "destino", sin "sino" sin "fatalidad estilística", por
ciona, por consiguiente, el caracter y espíritu de la obra decirlo así, que no obedecía a genuinas y profundas ne-
artística. "No se elige entre estilos -dejó dicho Ortega cesidades espirituales. Lo mismo sucedió en la pintura,
y Gasset- como se elige un sombrero en la sombrere- aunque no en tanto grado.
ría", porque eJlo "supondría un margen de albedrío Todos Jos modos se barajan en ese siglo. Solo la
estético incompatible con la dignidad y la esencia mis- música respondió a genuinas necesidades espirituales.
ma del arte". "El estilo que crea cada época, y dentro De ahí su auge y la firmeza y seguridad de sus creacio-
de ella cada artista, no emerge de una elección, y mu- nes.
66
Partiendo del individuo-artista, sigamos ahora las Por consiguiente, si bien el conocimiento del nombre
etapas por decirlo así, que lo van condicionando y den- del autor de una gran obra no añade nada al valor de
tro de las cuales se desarrolla. Sostuvimos en una de las esta -ahí están tantas catedrales anonimas, por ejemplo-
lecciones de nuestro último curso el valor peculiar del ' sin embargo, todos sentimos curiosidad por conocer-
individuo-artista y el valor particular, único, de cada lo, y el historiador más que nadie, pues nuestro mismo
obra artística. Ahora nos toca, sin perder ese punto de sentido histórico nos lleva a querer penetrar en el espí-
vista, seguir en cierto modo el complejo tejido de cir- ritu del autor de esa obra que tanto nos encanta. ¿Por
cunstancias que se imponen al individuo-artista y contribu- qué, Renan, pongamos por caso, puso tanto esmero y
yen a su definitiva formación y a la creación de su obra. poesía en dibujar históricamente la figura de Jesús tal
En la historia moderna del arte se han marcado dos como el hubo de entenderla? ¿Por que trató de dibujar
tendencias principales, a saber: la que lo da todo a la la personalidad de los Apóstoles? ¿Por qué la de San
personalidad del artista y la que parcial o totalmente Pablo, la de Nerón, la de Marco Aurelio, etc. etc.? A
prescinde de ella, como si esto fuera de todo posible, no dudarlo, por que lo que él llamó la nación y la huma-
y atiende con singular atención y celo al desarrollo de nidad tomaban máximo relieve, máxima expresión, en
los estilos artísticos generales, a los estilos y escuelas; esas grandes figuras. No parece que en cualquier forma
y así estudia las formas y los estilos de las épocas y el hay que tener en cuenta la presencia del individuo. En
de los desarrollos artísticos considerados en ellos mis- verdad se hace harto dificil prescindir de ella.
mos, o en su universalidad, es decir, en lo que Deonna Y ello no impide, sino que, al contrario, exige que
llamó "las leyes y ritmos en la historia del arte". veamos al individuo en función de la sociedad y de la
Los historiadores que han seguido esta última direc- época en que se produce. En este sentido, y siguiendo
ción parecen obedecer a aquellos conceptos de Renan, nuestro método, me parece oportuno citar ahora, como
según los cuales "las obras más sublimes son las que complemento de lo ya dicho en esta lección, unas pala-
la humanidad ha hecho colectivamente, o sea, aquellas bras de Berenson que considero claras y certeras. Dice
a las que ningun nombre propio puede asignarse. así: "En Santa María dell' Anima - Roma- leemos el
... ¿Creeís-decía-que le dáis más valor a esta o la otra epitafio del Papa Adriano VI: Quantum refert in quae
epopeya nacional porque hayáis descubierto el nombre tempora vel optimi cujusque virtus incidet, lo quepo-
humilde del individuo que la haya redactado? ¿que im- dría parafrasearse así: ¿Cuánto depende el genio, aun
porta ese hombre que viene a interponerse entre la hu- el más dotado de los hombres, para su efectividad de la
manidad y yo? ... No es él, sino la nación, la época a que pertenece: La "virtus" de un Hitler o de
humanidad, quienes trabajan sobre un determinado un Stalin en 1875, por ejemplo, se habría manchado tan
punto del tiempo y del espacio; ellas son el verdadero poco de la sangre de su pueblo como el Cromwel de al-
autor... " ¿Se q1tiere una mayor negación del indivi- dea de la Elegía de Gray. En el arte es lo mismo. ¿Po-
duo-artista? ¿Se quiere una mayor oposición a lo que demos imaginar que Rafael pudo haber surgido en el
en el último curso vimos que aseveraba Hegel? El his- siglo xn o Miguel Angel en el "trecento"? ¿Cómo
toriador Renan desdeña, como acabamos de ver, al pensar en la posibilidad de un Picasso o un Joyce en eJ
individuo en honor de la nación y de ese ente abstrac- audaz, pero todavía racional, fm del siglo XIX. Así co-
to que llamamos humanidad pero, llegada la hora de mo en la vida somos terrones que pertenecen a un lugar
componer sus historias, no se olvida de ningún modo particuar, así en el arte somos yemas que pueden brotar
de los personajes de la misma y trata de retratarlos tal únicamente en esta o en aquella rama del árbol que cre-
como él los entiende y con la mayor precisión posible ce desde el alba de la conciencia humana".
y delicadeza de toque. Por su parte, dice Deonna - y nada nuevo dice- que
El que el individuo histórico, el que se destaca en el "todo hombre encierra en si tres elementos distintos: el
campo de la historia, o sea, el individuo dotado aními- individual, que le diferencia de todos los demás hom-
camente de mayor capacidad y perfección, sea, como bres: el temporal, o de época y el general que le acerca
hemos visto que decía Ortega y Gasset, el que con ma- a la humanidad entera. Toda acción humana llevará,
yor sujeción obedece a un destino y órbita determina- por consiguiente, esa triple impronta de lo general, de
dos, no supone, claro está, la anulación de su lo temporal y del Jo particular o individual. Se trata de
personalidad. El destino y la órbita de las grandes per- una síntesis de esos tres elementos y, según sea mayor
sonalidades de la historia se presentan ante la mirada o menor la importancia de cada uno de ellos, la síntesis
del historiador confundidos con sus individualidades, será distinta. De suerte que, atendiendo en particular a
con su propia personalidad, con lo que cada una de ellas La producción artística y a los artistas, podrán ser estu-
tienen en peculiar, y gracias a esa peculiaridad que diados desde esos tres puntos de vista, aislados o en
Dios o el destino les asignó, realizan las tareas que los combinación.
historiadores destacan con perfiles bien definidos. O, Aplicando estos conceptos a la historia del arte, pu-
por lo menos, intentan hacerlo así. diéramos deducir de ellos dos maneras generales de
67
concebirla, y así sucede: la. Aquella que solo atiende, concebidas: ante todo son monografías de artistas; y las
o atiende de una manera predominante, a los elementos numerosas colecciones con los títulos genéricos de los
individuales y temporales, o sea, ''que considera la his- grandes artistas. Los Maestros del Arce. consagran sus
toria y sus ramas como fundadas en todo en la rebusca volúmenes a la personalidad definida de un Scopas, de
e inquisición de las diferencias": 2a., aquella otra que un Lisipo, de un Sodoma o de un Bernini, etc.''
más que las diferencias inquiere las similitudes, y más Predomina , pues, la consideración de la personali-
que lo puramente local y temporal lo permanente y uni- dad del artista, o sea, del elemento individual del hom-
versal. Claro está que las dos maneras no son incompa- bre. Desde luego, para el citado autor, esas inquisicio-
tibles entre si y que los historiadores suelen acertar a nes de lo individual artístico se hallaban plenamente
cordinarlas, si bien no siempre. justificadas, puesto que los grandes artistas dan a, sus
Los que siguen la primera manera dicen por la pluma obras un sello particular, único, que viene a ser como
de Salomón Reinaon: "Es menester estudiar cada mo- su firma indudable. La diferencia de unos artistas a
numento en relación con el tiempo en que se ha produ- otros es grande y, por consiguiente, "la ciencia arqueo-
cido, y cuidarse de buscar semejanzas allí donde la lógica debe esforzarse, según Deonna, en detenninar lo
divergencia es solo instructiva". "Estos -observa que diferencia a los unos de los otros''.
Deonna- emplean el "método histórico". Corresponde En este punto hace Deonna una serie de interrogacio-
este método a una mentalidad bien definida, de tenden- nes que obligan a atender algo más que a lo puramente
cia individualista, que concede ante todo una gran im- individual , puesto que el individuo-artista no se halla
portancia a las circunstancias de lugar, de f&ha, de solo en el mundo, está rodeado de otros artistas y tiene
··medio , y busca lo que caracteriza al individuo, a la sus antecedentes históricos y sus consecuentes , o sea,
generación, a un pueblo detenninado''. lo que Woelfflin llamaba las "conexiones". Estas inte-
No intenta negar Deonna, aunque su inclinación va rrogaciones son las siguientes: "¿Esas divergencias en-
hacia la segunda manera de entender la historia, "que tre artistas tienen tanto relieve como para aniquilar las
esta concepción tiene valor, y es muy legítima, pero es semejanzas?'' "¿La importancia del artista particular
a menudo demasiado exclusiva, y no puede desembocar es tal. o es tan grande, que sea necesario concederle un
sino en síntesis que son parciales y no generales y que lugar único, hacer al autor responsable o inventor de
por esta razón están con frecuencia plagadas de errores''. cada uno de los progresos en el arte?''. "En real1dad,
Por mi parte, creo que el llamado método histórico, concluye, se trata de la cuestión tan controvertida del
el que estudia al individuo, al lugar y a la época, ha de papel del individuo en la historia". En efecto, así es.
servir de base para luego poder llegar a conclusiones En este punto observense también distintas actitudes
generales y universales. En la obra puramente arqueológi- en los historiadores. Hay quien, corno sabemos, lo con-
ca del mismo Deonna podríamos hallar ejemplos de ello. cede todo al individuo-artista, al grande hombre. Cono-
Cuando, siguiendo el método histórico, nos detene- cidos y muy citados son aquellos conceptos de Carlyle
mos particularmente en el elemento individual, ello que dicen así: '·A mi modo de ver, la historia Univer-
equivale a realizar una historia de artistas, de la cual te- sal, lo realizado por el hombre aquí abajo, es en el fon-
nemos ejemplos memorables en el famoso libro de Va- do la historia de los grandes hombres que entre
sari, en el que este autor nos cuenta la vida de los más nosotros laborarón. Modelaron la vida general grandes
distinguidos arquitectos, pintores y escultores del Re- capitanes, ejemplos vivos y creadores en vasto sentido
nacimiento, pero al mismo tiempo no se olvida de esta- de cuanto la masa humana procura alcanzar o llevar a
blecer consideraciones generales sobre el desarrollo del cabo; todo lo que cumplido vemos y atrae nuestra aten-
arte italiano, sobre el estilo de cada artista, sus procedi- ción es el resultado material y externo, Ja realización
mientos y los aportes nuevos que ha hecho cada uno de práctica, la forma corpórea, el pensamiento materiali-
ellos al arte. zado de los grandes hombres que nos enviaron·'.
La literatura crítica e historia de las artes desde el si- Proyectando estos conceptos sobre la historia del ar-
glo XIX. y aun antes, se halla muy nutrida por obras te, de admitirlos tal como los expone el historiador
de este tipo, es decir, por obras que siguen ese método. inglés, efectivamente, la historia del arte se convertiría
A este propósito, puede leerse en el libro citado de De- en una serie de monografías o biografías de los grandes
onna lo siguiente: "En la Grecia del !.iglo V a de C. Fí- artistas que el mundo ha conocido. Quien de Vds. co-
dias domina a todos sus rivales y se opone su talento al nozcan los estudios crítico-históricos de Bernardo Be-
estilo más enérgico de Policleto y al movimiento vio- renson puede facilmente recordar cómo el crítico en sus
lento tan del gusto de Myron. Se establece la lista de primeras obras, al escribir sus agudos estudios sobre
pintura y esculturas de Miguel Angel. se anotan las me- los pintores italianos del Renacimiento,prevenfa a sus
nores circunstancias de su carrera y se saca a la luz los lectores que no iba a tratar de todos Jos pintore~ de esa
caracteres origmales de su obra. La mayor parte de esas gran época, sino solamente de aquellos que hubieran
obras, ya se trate de arte antiguo o moderno, están asi aportado algo nuevo a su arte, ya fuera por su alta per-

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onalidad, ya por las maneras y procedimientos nuevos procedente~. de~cubrirá otras invenciones precursoras
que hubieran llevado al mismo, pues. conocidos esos de las misma'>. De modo que. por decirlo así. !>e suce-
anbtas, sus obras, SU!, aportes. los otros se daban como den generalmente en cadena. como dicen los químtco..,
corolarios de los mismos. Mucho de cierto hay en e~te de cierta!, reacciones. aunque a veces haya súbitas apa-
modo de concebir la historia: pero. tomando al pié de nctOne~. la!> cuate~ a pesar de ello no dejan de tener co-
la letra de una manera absoluta. como el mismo Beren- nexiOnes con el pasado. ''Los hombres de genio -decía
on Jo reconoce. ya lo veremos más adelante, en su Comte- no se presentan esencialmente sino como 1m.
ante-último libro. es insuficiente. organo~ de un mov1miento predestinado que. en au..,en-
A Oeonna no parece satisfacerlo del todo y tampoco cia de ellos. !>t: hubiera abierto paso por otros cammos •·
a muchos hislOriadores del siglo XIX y lo que va corri- Recuerden ahora lo que al pnncipio de esta lección he-
do del XX, como no ha mucho hemos visto en la cita mos citado de Ortega y Gasset. y vean cómo en el fon-
que hicimos de Rcnan ... Antaño -expone el arqueólogo do cotnctde con Comte, cuya obra conocía profunda-
suizo·franccs- la historia politica era la de los grandes mente, en este punto.
jefes; la htstona cientflica era la de los inventores y la Es menester, pues, admitir en lo que se relaciona con
de los escritores; Hegel, Cousin, Carlyle, han querido la historia del arte, y es lo que nos compete estudiar.
hacer de ellos semi-dioses, cuyo solo genio modifica el que existen movimientos o corrientes predeterminado..,,
destino de un pueblo. La historia de las religiones era por decirlo as!, previos a los artistas mismos, de los
la de los dioses individuales; la historia del lenguaje, cuales los grandes creadores son órganos, al modo su-
las de las modilicaciones debidas a la fantasía personal. perior de expresión de los mismos; ambos se enlazan y
Por todas partes no se veían sino creaciones volunta- coordian íntimamente.
rias: en todas partes se buscaba la personalidad". Dconna propende claramente, como queda dicho. a po-
Las cosas han cambiado desde entonces de una ma- ner en segundo ténnino, y aun así mas lejos, lo individual.
nera bastante considerable. ··Actualmente se tiende a Se revel(>.y no fué el único, claro está-contra la vieja con-
'u~tituir al papel preponderante del individuo por el de cepción histórica, según la cual "todo progreso éll"lli;uco
la tradición. por el de la evolución. Se ha observado había que atribuírselo a un individuo detenninado."
que, entre las grandes invenciones que han transforma- En la próxima lección ~eguiremos exponiendo esta
do al mundo. no se conoce una sola de la que se puede actitud históricoartística. Y ~~ hay para Vds. algo ob~­
decir que ha sido creada por un solo y único cerebro'·. curo en ésta, espero que quede aclarado con las futura-.
Quien estudie la geneSts > proceso de todas las in- con!>tderaciones y discusiones. en las que recurriremos
\encione~. de la clase que fueren, siempre las hallará a Deonna y a Berenson principalmente. •

Arquerfa de la capilla abierta aislada de Tlalmanalco. Foto Juan B. Artigas.

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-

3. leyes y ritmos en la historia del arte.

Autores citados: Xénopol; Michelet (1798-1874); Kin- ca. "Pero -observa Deonna- ahi también el arte se
gley Poner; Taine (1828-1893); Morod (1844-1912); presenta como una sucesión de fenómenos diferencia-
Brutaily (1859- 1926); Anatole France (1844-1924); les, sin otro lazo entre ellos que el encadenamiento cro-
Wolff; lionello Venturi; Xenócrazes; Winchelmann nológico. Al estudiarse la historia de los artistas, se
(1717-1768); Vasari (1511-1337); Miguel Angel (1475- aisla demasiado al individuo, aunque se le muestre de-
terminado por su ambiente y la obra de sus antecesores;
1564); Bellori; Rafael (1843-1520); Corregio (1494-
al estudiar las producciones de una escuela, se la aisla
1534); Nicolás Poussin (1594-1665); Mens; Tiziano
en el conjunto general del arte a que pertenece; al estu-
(1477-1576); Hegel (1770-1831); Ingres (1780-1867); diar una civilización determinada, se la aisla dentro de
Delacroix (1789-1863); Corot (1796-1875); Manet la historia general de la civilización"
(1832-1883); Renoir (1841-1919); Cezanne (1839- Todo esto es cierto y hasta cierto punto fatal. El ma-
1906); Gaugin (1848-1903); Woelfflin (1865-1945); terial que tiene hoy que manejar el arqueólogo y el his-
Johan Huizinga (1872-1945). toriador es tan abundante, que humanamente es muy
dificil que suceda otra cosa. Sin embargo, hay quepo-
ner remedio a esa especie de 1imitacion histórico-
Quedamos en nuestra lección anterior que, según De- arqueológica. Porque Deonna pisa terreno firme
onna y, claro está que no está solo, ni mucho menos, en cuando observa que "al estudiarse la hjstoria entera del
este deseo -el arqueólogo ha de investigar las "leyes y arte, se continua contruyendo en ella compartimientos
los ritmos" según los cuales se desarrollan al parecer estancos y se quiere ante todo poner de manifiesto las
las distintas formas o variantes del arte universal. La diferencias que separan al arte griego del cristiano, o
rebusca afanosa de esas leyes y ritmos no ha sido lo que del egipcio, etc. De esta manera se presenta cada perio-
l
hasta el ::.iglo XX ha movido más a arqueólogos e histo- do como un todo original, aun cuando se pruebe que ha
riadores del arte. Se creyó que se podría evitar toda es- sufrido influencias de artes anteriores ... " Resulta asi
trechéz de miras estudiando, no ya un arte particular, que se hace necesario buscar términos y leyes generales
sino acudiendo al estudio de la historia general del arte, que unan todas las formas artísticas de todos los tiem-
en la que se muestran ''las visicitudes que ha ido su- pos y lugares; romper las paredes de esos comparti-
friendo el arte al pasar de unos pueblos a otros y de un mentos estancos, a fin de que veamos, si ello es
~ig l o a otro siglo"'. posible, cómo todas las artes de los distintos pueblos y
l! En efecto. esa clase de estudios pueden servir y sir- épocas están sometidas en su desarrollo a leyes genera-
ven grandemente para ensanchar la curva del horizonte les y comunes a todas ellas''.
en que se mueve cada estudioso del arte. Obras dedica- Antes de pasar a averiguar cuales pueden ser esas
das a estudios de esa índole no faltan y van desde la pre- "leyes y ritmos" Deonna quiere que se le atienda bien
historia al cubismo o al suprarrealismo de nuestra épo- y que no se interprete torcidarnente su pensamiento.

70
Por eso insiste en afirmar que todas esas síntesis, tales acumulación de hechos, sino como una historia de las
como ya lo hemos expuesto, tienen un valor incontesta- ideas de la humanidad. En otro caso, las burlas del pú-
ble. Son útiles en tanto que no sean consideradas como blico a los arqueólogos estarían perfectamente justifica-
las únicas posibles y no se haga alarde de intransigen- das y se tendría razón para reírse de los esfuerzos
cia. ·•cuando se toma una actitud lünitada e intransi- estériles de los mismos".
gente, que rechaza horizontes más ampllos, el sabio Vemos aquí que Deonna, en otra forma, reclama.
puede meterse en un camino lleno de errores, de los como Kingsley Porter para la arqueología otros hori-
que no se podrá dar cuenta, ya que no podrá combatir- zontes diversos de la pura investigación técnica del de-
los con el socorro que pudiera prestarle otro método' ' . talle y las diferencias, de la acumulación meramente
Adviertase que esa intransigencia, a pesar de los cuantitativa de hechos. El uno quiere encaminar la ar-
grandes avances habidos en esta clase de estudios, no queología hacia el goce de la belleza de la obra de arte;
ha desaparecido, sino que con frecuencia se manifiesta el otro, quiere buscarle leyes firmes y generales.
a la luz del dia, de modo que ''historiadores distingui- Veamos ahora cuáles son esas leyes, según nuestro
dos se niegan a admitir que se pueda buscar otra cosa autor.
que el método diferencial''. Cita a este propósito Deo n- Deonna titula el capitulo V. de su citada obra · ' las
na estas palabras significativas del investigador Xéno- leyes del arte". Inquiere en ese capítulo si existen esas
pol: "El conocimiento histórico no es sino un leyes históricas, y comienza preguntando: ' ·Partiendo
conocimiento de diferencias, principalmente de diferen- del principio de que el "elemento general' ' coexiste en
cias entre formas que se desarrollan consecutiva o para- la obra de arte con el individual y temporal. ¿podrán
lelamente. Para establecer generalizaciones históricas, formularse leyes. principios directores. que permitan
es necesario precisamente suprimir todas esas diferen- agrupar en una síntesis general los hechos análogos sin
cias, esto es, su caratrer esencial.. ¿Mas como formu- distinción de paises ni de tiempos'' .
lar generalizaciones sobre hechos desemejantes que se En el siglo XIX, luego de la elaboración de las gran-
sueden en lugar de coexistir?" des síntesis históricas, de las cuales la Filosofía de Ar-
Según esto, está vedada toda generalización en el te, de Taine, fué la última y más conocida, cayó un gran
campo de la historia. No habría en tal caso posibilida- descredito sobre esa clase de las realizaciones y síntesis
des de construir una filosofía de la historia, ni nada que históricas. Los investigadores huyeron de ellas como de
se le parezca. la peste y se encerraron en el angosto círculo de las in-
Pero sigamos oyendo a Deonna, que toma una acti- vestigaciones particulares y minuciosas. "Ese desden
tud distinta a la de Xenopol. "Si eso fuera cierto- -añade Deonna- por las grandes síntesis estaba justifica-
arguye- la arqueología como la historia, no podrán pre- do, porque esos sistemas estaban construidos · 'aprio-
tender ser una ciencia digna de ese nombre; no serían ri'': despues de haber edificado la teoria se buscaba la
jamás otra cosa que una agradable narración en la que comprobación por medio de los hechos". Lo que equi-
nos esforzaríamos, sin lograrlo, en resucitar integral- vale a decir que se pusieron los bueyes detras de la ca-
mente la vida del pasado con su color local, y en la que rreta. "El mismo Taine ha creado una filosofía del Arte
nos complaceríamos en los hechos de los grandes artis- que no tiene sino una lejana relación con los hechos es-
tas''. Ello es indudable, pero debe advertirse que a la crupulosamente observados. De esta manera , por ho-
vez no es poco, aunque se quiera abarcar horizontes rror a las generalizaciones que las generaciones
más amplios. Pues conviene observar que "esa resu- siguientes deshacen facilmente, se ha caído en el exceso
rrección integral del pasado -tal expresión la forjó contrario: los arqueólogos han desviado sus miradas de
Micbelet- con su color propio no es, ciertamente, grano las cuestiones generales, que les parecieron ociosas e
de anís, aunque solo se lograra en parte. ''Amable estu- inaccesibles, y se sumergieron deliciosamente en la
dio -prosigue Deonna- para los estetas, los dilettantes, erudición minuciosa''.
los eruditos, que sueñan con un pasado más bello que Vimos ya, en el pasado curso, como el gran arqueó-
el presente, coloreado por las tintas cálidas de la ilu- logo norteamericano Arthur Kingsley Porter revolvió
sión. "Pero sería también un estudio inútil, porque des- contra ese tipo de erudición y acopio de minucias. des-
viaría las fuerzas hacia atrás, en lugar de empujarlas provista de pensamiento, y Porter no fué sino uno de
hacia el presente. ¿Para que sirve constatar que el arte tantos distinguidos investigadores de nuestra época que
evoluciona, si esta evolución es siempre diferente a ella hubieron de rechazar ·'esa especialización a ultranza.
misma, y no se produce en ella através de los siglos, fe- esa erudición que cree hallar en ella misma su propio
nómenos de repetición, que tienen su ley, sus ritmos fin" y se basta y sobra así misma. En todos los domi-
delinidos?" "El estudio del pasado por el mismo no nios de la arqueología y la historia del arte se levanta-
puede satisfacer al espíritu del que desea para la ciencia ron voces que demandaban ideas generales.
que ama una razón de ser distinta de la mera curiosi- pensamientos, conceptos teóricos, síntesis históricas.
dad; al que desea considerarla, no como una simple En los primeros años de nuestro siglo, G. Monod. cita-

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t.ln por Deonna. llegó al extremo de proclamar que. tancia a su encadenamiento cronológico, el método
··por paradójica que pueda aparecer esta afirmación al comparativo estudia ante todo al hombre vivo, e inquie-
primer momento la~ generalizaciones en la historia re el por qué de las diversas formas de su actividad que
ol recen a menudo mayor verdad y certidumbre que los orienta en el sentido de una explicación psicológica; y
detalles mismos que les sirven de base. Las inexactitu- luego, con la ayuda de datos contemporáneos se remon-
t.lc-.. lejos de acumularse. se compensan para un histo- ta al pasado y trata de aplicar los resultados obtenidos
nat.lor dotado de talento crítico'· . a los hechos históricos, "De este modo sigue diciendo
En la hi!-.toria del Arte ha sucedido lo mismo. Ya no nuestro autor -el estudio de las religiones de los
horrori7a. o <:ausa hilaridad entre los que la cultivan las semicivilizados- a cuales, puede explicar cómo se for-
cxpre..,íones de Filosofía del Arte o de Teoría del Arte. maron y se desenvolvieron las religiones de Eg1pto y de
-.ino todo lo contrario. Brutails en Archeologie du Mo- la Grecia antigua; en tanto que el método histórico se
n •n Age pone sobre el tapete la cuestion de si la "Ar- inspira simplemente en el pasado para explicar el pre-
queología no era, aun más que la historia, una Filoso- sente, el método comparativo se inspira en el presente
fía, es decir, un conjunto de reglas generales que presi- para explicar el pasado"
den los hechos particulares". Y no es, claro está, que Al llegar a este punto nos tomaremos la 1ibertad de
se haya vuelto a la síntesis y filosofías "a priori" de los hacer una breve digresión, que servirá para aclarar y
dos primeros tercios del siglo XIX, pues el método y complementar lo que acabamos de exponer. El método
los conocimientos son ya otros. Antes eran los conoci- comparativo como acabamos de ver, parte de lo actual.
mientos relativamente insuficientes; ahora casi nos aho- del presente histórico. y se dirige al pasado. En la
gamos, como Fulgencio Tapir, el héroe cómico de crítica y la historia del arte ese método ha traído y trae
Anatok France. en el maravilloso cúmulo de papeletas muy buenas consecuencias. Observa Lionello Venturi
que ha ido acumulando afanosameme la erudición en el en su historia de la crítica del arte que desde el siglo ru
campo de la Historia del Arte Universal. de nuestra era, época en la que Xenocrate~ escribía. a
A cc.,te propósito cscribra Deonna: "La antigua Winckelmann, la crítica y la historia del arte hallaron
e~tética deductiva, que ha causado tanto daño a los en- su razón de ser en la consideración y apreciación del ar-
;,ayos sintéticos, esa estética dicha de "lo alto", que te contemporaneo. De modo que bien miradas las co-
parte de conceptos y de ideas generales, desatendiendo sas, la historia del arte se contemplaba desde el mirador
a las particularidades, está hoy bien muerta y la estética del arte del presente. "Vasari admira a Giotto en nom-
··de abajo··, que se levanta de lo particular a lo general. bre de Miguel Angel, Bellori admiraba a los antiguos
C'-tudia los hechos para deducir de eiJos Jos princi- y a Rafael un nombre de Corregio y de Pous!>in. Men:~
pio"··. Se ha invertido por consiguiente. el método. De admiraba a Rafael, a Corrregio y Tiziano en su nombre
deductivo que era ha pasado a ser inductivo. No se ad- propio. Pero aparecio Winckelman y las cosas variaron
mite. ni puede admitirse hoy. ninguna generalización y considerablemente". Se enfocó de otro modo el arte
"tntcc.,i~ que no e~té fundamentada en anchísima base de pretérito, porque ''ju7.gó el arte moderno en nombre de
hecho~ y estudios particulares perfectamente compro- los griegos". "En virtud de semejante inversión en el
bado~. criterio, la perfección y las normas del arte se desplaza-
El nuevo método arqueológico y de Historia del Arte ron del presente aJ pasado'·.
-.rguc. 'icgún Deonna, el mismo camino que Wolff, cre- ¿No sucedió algo parecido en el Renacimiento? -Se
U(.hlr de la filología. asignó a esta ciencia. Fué principio dirá , aparentemente, tal vez: pero. por dicha. los rena-
del ilustre helenista alemán "reconocer en la nacionali- centistas, que pusieron el arte antiguo por encima de to-
t.lud griega al hombre. de modo que lo que es humano do. como dechado y paradigma, aJ reaüzar sus obras de
-.~a el punto central hacía el cual deben converger todos arte fueron cabalmente originales y juzgaban de confor-
In-. c-.tudio~ sobre la Antigüedad. Hemos visto ya que midad con lo que hacían, sin caer en la trampa de un
el sistema de estudiar únicamente las diferencias era in- tejido de normas extraídas de un pseudo-arte helenico,
complcw. insuficiente. propicio a caer en el error. Se como hicieron los neoclásicos, capitaneados por Winc-
hito. pue~. necesario acudir a otro método. Este otro kelman. Los románticos tan revolucionarios e innova-
método fué el dicho comparativo. etnográfico, antropo- dores como fueron, colocaron, por su parte, la
lógico . Lo!-. partidarios de este método parten. en perfección artística en la Edad Media, de modo que
opo-.rción al antenor. de la!-. analogías que lo!> hombres adoptaron un criterio semejante al de Winckelman y los
llenen entre !'.i y M! e~fucrzan en poner de relieve y neo-clásicos, si bien es distinta dirección. Para ellos. en
~ upar lo-. elemento~ comunes que ~e pueden observar en el pasado también radicaba la perfección del arte, sí
toJo.., In!-. pueblo-.. en tot.IO!'. los grados de cultura, en to- bien ese pasado fue la Edad Media y no la Grecia ni la
das las épocas'·. En tanto que el dicho método histórico Roma antíguas.
(o sea, el que atiende en particular a las diferencias) es- "Los idealista!> -observa Venturi- sacaron de estas
tudia los hechos muertos del pasado y da gran impor- premisas su consecuencia lógica: por lo que respecta al
72
arte moderno, el arte estaba muerto, fundido con la la gracia de la arquitectónica, pues en un cuerpo de edi-
ciencia filosófica. Fue esta la opinion de Hegel. Luego ficio enteramente nuevo se imitaba malamente los esti-
del arte romántico, o sea, segun el gran ftJósofo ale- los arquitectónicos del pasado.
mán, el que rebasa y rompe toda forma y solo busca el Apoyándose precisamente en el presente. arraigó en
espíritu puro, llegando así este al pleno conocimiento Francia y en casi todos los paises europeos y finalmen-
de si mismo, el arte ya no tiene razón de ser. Ahora que te, en América, una nueva crítica de arte. Esta crítica,
cabe preguntar si el romanticismo histórico es del mis- "cambiando a menudo -dice atinadamente Yenturi- con
mo tipo de aquel a que alude Hegel y si efectivamente los cambios del gusto ... ha sido fragmentaria. pero ha
en aquel momento llegó el espíritu puro a su perfec- mantenido constantemente la aspiración hacia valores
ción. Con todo el respeto debido a tan grande hombre, estéticos universales. Jan1ás cayó en las absurdidades.
parece que en esta ocasión el genial filósofo no pisaba iconográficas y técnicas de la ciencia arqueológica y fi-
terreno muy firme y se iba tras una entelequia sin valor lológica sus contemporaneas: se libertó de los limites
histórico alguno. establecidos por estéticos idealistas y lo hizo de una
Siguiose pues, durante el siglo XIX, en una forma u manera simple: comprobando la presencia del arte en
otra, el método o ctriterio de hacer del arte del pasado las obras que veía hacer. Los historiadores del arte se
paradigma o arquetipo del actual, del presente, del mo- sustrajeron al doble juego de arte clásico y arte gótico,
derno. "Filólogos, arqueólogos, expertos -observa el buscando a lo lejos, descubriendo las obras pre-
citado Venturi- salidos del idealismo, continuaron con- históricas o populares, las del Extremo Oriente y las de
cediendo especialmente su atención al arte del pasado, las Antigua América. La crítica francesa ha buscado en
olvidandose del moderno, ya sea porque estaban con- su propia recámara y ha hallado la conciencia del arte
vencidos de su nulidad ya porque también su talento de actual. Si es cierto que la historia es la interpretación
filólogos y expertos no hallaba en él problemas que re- actual del pasado, la conciencia del arte actual. es la ba-
solver como los que presenta el arte del pasado. Y apar- se del arte del pasado'·
te de raras excepciones, si se dieron cuenta de la En efecto, quien no comprende y siente el arte que
existencia del arte moderno, fué solamente para apre- se está fraguando a su al rededor, ¿como nos convence-
ciar a aquellos de sus contemporaneos que sabían imitar rá de que comprende y siente el arte del pasado? Hay
mejor las obras y los principios del arte del pasado, es un algo fundamental profundo, que denominamos con
decir, a aquellos artistas que tenían menos originalidad el vocablo "arte", y ese algo así nombrado es universal
como tales y eran los menos representativo~ como artis- y para su entendimiento está por encima del tiempo y
tas contemporaneos". La situación era bastante absur- del espacio, si bien asume distintos aspectos en los di-
da y en nombre del arte del pasado se condenaba el arte versos tiempos. De ahí que el espíritu moderno. dotado
del presente. No se admitían, pues, las creaciones artís- de curiosidad y pasión de conocimiento inagotables.
ticas del presente, las genuinamente actuales, y las que haya podido llegar a comprender y sentir las más diver-
se admitían sin escrúpulos eran remedos del arte del pa- sas maneras de realización artística, los mas diversos
sado. Para esos hombres, aunque no lo declararan taxa- estilos procedentes de todos los tiempos y todos los lu-
tivamente, no era un error el que Hegel diera con el gares. Para ello ha tenido que comenzar por el princi-
Romanticismo por acabado el arte, sin posibilidad de pio, o sea, por aprender a ver, según la recomendación
resurección, como no fuera convirtiéndose en mera, de Woelfflin y tantos otros autores de nuestra edad.
desvalida imitación del pasado, lo cual, ciertamente, Por consiguiente, el nuevo método para el estudio de
dista mucho de una resurección. En la arquitectura su- la arqueología y la historia del arte arranca de la vida
cedía en aquel tiempo lo mismo que en las otras artes, que nos envuelve, de la vida que vivimos. Como sucede
y aun de manera mas acentuada. con harta frecuencia, los partidarios de ambos métodos
Pero sucedió también que, en efecto, el arte de la se enzarzaron y libraron coléricas batallas jdeales en re-
pintura no habia muerto. No hubo de morirse con el vistas especiales y en las páginas de sus libros. Pero
Romanticismo, pues, particularmente en Francia, den- Deonna, con muy buen acuerdo, sale al paso de unos
tro del movimiento romántico y fuera de él, después de y otros, y haciendo uso del buen juicio. que a veces
él tuvo una vida intensa y nada despreciable. Los nom- suelen perderlo por su obcecación los sabios investiga-
bres de lngres, Delacoix, Corot, Manet, Renoir,de los dores de los distintos campos. advierte que ambos
impresionistas, de Cezanne, Gauguin, .etc. son sufi- métodos tienen sus méritos y ventajas, y en Jugar de
cientes para demostrar la vitalidad durante el siglo XIX echar a reñir el uno contra el otro, debe hacerse que se
y comienzos del actual en la pintura. Hemos visto tam- presten mútuo socorro. "Sus caminos -dice- son para-
bién en nuestra época renacer la arquitectura, aunque lelos y no contradictorios; cada uno de ellos se sume C$-
acaso conviene no olvidar los rápidos reparos de pecialmente en uno de los elementos que componen el
Kingsley Porter puso a los rascacielos, pues algunos de hombre -el individual, el temporal, el general- de suer-
ellos :>on ejemplo, de mala compresión de la belleza y te que la ciencia debe tenerlos en cuenta a todos ellos.
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,¡n c\dlllr al uno en pro\' echo del otro·'. Y eso es lo cia. la metáfora ~ufre, por dec1rlo así, una extenstón
t¡u~· pr~l'i.,amcntl. c-.tá m:untcciendo en lo que va del ~i­ inaudita. Transpasándola luego de Jos nexos biológicos
glo en lo-. plano... rna' cle\.tdo~ de la in..,esligación ar- a los hi. 11\ricos. o sea. a lo!> de las mstiruciones. de los
lJUCOit;gk<~ > en lo!'> c'tud1os de historia del arte EstaJol>. de lo:- pueblo-.. de las eh ilizaciones. no queda
,\hnra dehcmo' entrar en el problema historico de mucho del sent1do directo de la imagen: la de un ger-
'ahcr en 4ue forma 'e realiza eso que "e ha llamado. men que se desenvuelve. Y sin embargo. nuestro pen-
aca'(l n,) cnn Hxia prop1eJad. evolución histórica del ar- samiento e:(ijc casi imperativamente el uso de esa
te. Dehemo.., advl'rtir con relación a este término que imagen para entender el mundo en que vivimos".
para el gran ht-.tunador holandés Huizinga ··La evolu- So!>ticne aqui Huizinga la necesidad de ejercer la
d<ln hi-.tórk'a. en <;Cnudu estncto, es una quimera ... cautela en el U'>O de ese término, que ha tomado una ex-
-\hora bien. ) para poner fin a esta lección; ¿que se en- tensión exorbitante, y. al mismo tiempo, la necesidad
tiende pnr .. e\oluctón '"?. Recurramos al historiador ci- de su empleo en las cienciru. históricas. La historia del
tado. 'La 1dca de la c\olución -decía- a través de un arte hace uso de él continuamente y lo cierto es que ob-
'1glo de ctcncJa hu -.,ttln absorvida por nosotros los his- servamos en el arte fenómenos de desplegamiento o de-
toriadon.:s en tal forma que muchas veces olvidamos de sarrollo. Lo que hay que hacer es cuidar del espejismo
dartm' cuenta dc lo que se encierra en la metáfora que que produce ese término y no ver fenómenos de desa-
e' c.....~ ramino··. Y a -.cgutdo. define ese término de es- rrollo de un germen allí donde no se manifiestan de una
ta manera: · ·f:.voluctón. dcplegamiemo, quiere decir manera inequívoca, es dec1r, como queda dicho. hay
4ue toda., las tcndcnc1as naturales de un objeto están in- que usarlo con cautela.
clUida-., en su germen'· Y cuando se transfiere esa ima- DeJemos para lru. pr6ximas lecciones el problema de
gen Jel crecimiento y desarrollo de una planta a toda la como parece que se realiza el desarroHo del ane en ge-
-.ene de individuos en una nexo de generación) heren- neral. •

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