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Facultades revocatorias de la Administración:

El acto administrativo puede extinguirse por voluntad de la administración, quien haciendo uso de
sus facultades revocatorias, puede dejar sin efecto un determinado acto administrativo
tanto por razones de oportunidad,
mérito
o conveniencia
como por razones de ilegitimidad.

En consecuencia podemos definir la revocación como la extinción de un acto administrativo


dispuesta por la administración pública, para satisfacer exigencias de interés público o para
restablecer la legitimidad.
La revocación por ilegitimidad corresponde en algunos casos a la propia administración y en otros
debe solicitarla al órgano judicial.
La revocación se efectúa a través de otro acto administrativo que tiene por objeto la extinción del
anterior, siendo este un acto de carácter unilateral
Con respecto a los efectos de la revocación,
si la misma se produce por razones de oportunidad rige solo para el futuro, a partir del acto de
revocación y dará lugar a la indemnización de los daños ocasionados a los particulares.
invocando la ilegitimidad del acto, el acto revocatorio surte efectos hacia el pasado, desde la
emanación del acto viciado y el administrado que eventualmente resulte afectado no tendrá derecho
reclamar indemnización alguna.

“PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO”.
Vemos entonces que el estado, en la búsqueda de su cometido esencial, ejerce diferentes funciones
(administrativa, legislativa o judicial) a través de órganos dotados de poder para su ejercicio, y que
a su vez cada uno de ellos podrá ejercer indirectamente otras funciones.
Cada uno de los órganos realiza una función estatal específica que tendrá también su procedimiento
específico y diferenciado de acuerdo a cual sea su finalidad, existe un procedimiento judicial, un
procedimiento legislativo y un procedimiento administrativo, y que como cuestión preliminar
debemos decir que los tres procedimientos tienen una fuente en común: la ley.
Todos los procedimientos se encuentran especialmente normados o reglados, cada uno de los tres
procedimientos tendrán su reflejo normativo, y que son: la constitución en el caso del legislativo,
los códigos de procedimiento en el caso del judicial, y las leyes u ordenanzas de procedimientos en
el caso del administrativo.
Procedimiento administrativo
El procedimiento administrativo constituye uno de los elementos del acto, ya que la ley establece
cuales son los pasos previstos para que la administración concluya en el dictado de un acto
administrativo.
Este elemento tiene una particular característica, porque al estar presente en el ejercicio de la
función administrativa se presenta como una doble garantía,
por un lado para el administrado, ya que la administración deberá respetar el procedimiento
definido legalmente para el desarrollo de su función y así se verá imposibilitada de actuar fuera de
su competencia,
y por el otro es garantía de eficacia, ya que cumpliendo con el procedimiento establecido por la ley
se garantiza la protección del interés público receptado en ella.

Procedimiento administrativo : “Cause formal de la serie de actos en que se concreta la


actuación administrativa para la realización de un fin”
“Sucesión ordenada de actos y tareas materiales y técnicas cumplida por o ante los órganos
administrativos, tendientes al ejercicio de la función administrativa”

Clases de Procedimientos Administrativos


Una clasificación primaria es la de procedimientos generales y especiales, dentro de los generales
se pueden incluir a todas aquellos regidos por leyes nacionales, provinciales o municipales que
establecen de manera genérica establecen patrones generales de conducta, como así también los
principios básicos del procedimiento administrativo.
En cambio los procedimientos especiales establecen causes de actuación específicos para
determinados órganos de la administración, tienen que ver con el permanente crecimiento de la
regulación normativa en el ámbito de actuación de la administración pública,
Una segunda clasificación relacionada con la actividad desarrollada
es la de Procedimientos Declarativos que son aquellos mediante los cuales se establece de qué
forma se aplica lo prescripto en la ley, y
Procedimientos de Ejecución son aquellos a través de los cuales la Administración, ejecuta lo
declarado, y
Procedimientos de Simple Gestión que son aquellos a través de los cuales la administración prepara
la elaboración de una declaración o ejecución.
A su vez dentro de esta categoría pueden incluirse otra sub-clasificación la de Procedimientos
Recursivos que son aquellos mediante los cuales una parte interesada en el procedimiento impugna
una decisión de la administración porque con ella se ha afectado un derecho subjetivo o un interés
legítimo,
los Procedimientos Sancionadores que son aquellos a través de los cuales la administración decide
la imposición de una sanción a un particular relacionado con ella.

Principios del Procedimiento Administrativo


Legalidad objetiva Este principio establece que el actuar de la administración deber ser siempre
conforme a la ley,
Informalismo a favor del administrado Este principio exime a los particulares de cumplir con
formalidades innecesarias para la petición ante la administración, así se garantiza el pleno ejercicio
de sus pretensiones en el procedimiento.
Impulsión de oficio En virtud de este principio es la Administración quien debe llevar adelante el
procedimiento, es la autoridad administrativa quien dirigirá y ordenará todo lo necesario para que el
procedimiento llegue a su fin.
Existen algunos procedimientos en que también el administrado estará interesado en que la
Administración termine con el procedimiento y dicte una resolución final, por esta razón es que
también el interesado puede impulsar el procedimiento.
Verdad real Por este principio la Administración a lo largo del procedimiento se encuentra obligada
a obtener la verdad material, es decir que debe averiguar lo acontecido realmente, y no puede
contentarse con los hechos relatados por una de las partes,
Debido proceso Este principio, exige el cumplimiento de un determinado procedimiento
predispuesto normativamente para la obtención de una decisión.
de dos maneras: debido proceso adjetivo, que es el conjunto de comportamientos de tipo
instrumental que se deben tener en cuenta, y debido proceso sustantivo, en el cual los
comportamientos a observar son aquellos que exigen que las decisiones sean valiosas,
Derecho de defensa Este principio constitucional, pilar fundamental del estado de derecho,
establece la posibilidad de participar del procedimiento en todo su desarrollo, aportar las pruebas,
acceder a las actuaciones administrativas, tomar vista de los expedientes, como también recurrir las
decisiones de la administración que afecten derechos o intereses legítimos.

Recursos administrativos
“El recurso administrativo es el medio jurídico del que dispone un interesado, dentro de un
procedimiento, para impugnar un acto administrativo en cuanto le afecta una situación jurídica,
ante la propia Administración que lo produjo, para hacer valer las razones jurídicas que le
asisten”
Es decir que este sujeto debe verse afectado por el actuar de la Administración
en un derecho subjetivo
o un interés legítimo,
esto es lo que se conoce como legitimación activa.
Además hay que distinguir el recurso administrativo de la denuncia o el reclamo, en estos últimos el
administrado no es parte en un procedimiento administrativo el que posiblemente se inicie a partir
de ese acto jurídico, en cambio en el caso del recurso el administrado forma parte de un
procedimiento administrativo
La decisión de la administración que afecte al administrado debe tener el carácter de definitiva, es
decir, debe ser un acto administrativo ya sea de alcance general o particular a través del cual la
Administración manifieste su voluntad y de esta manera afecte la situación jurídica del
administrado
Por otro lado, hay que señalar que los recursos administrativos, como el concepto lo señala,
tramitan siempre en sede administrativa, es decir que quien resolverá la impugnación será siempre
un órgano de la Administración, el mismo que haya dictado el acto administrativo o un superior
dependiendo del recurso interpuesto.

Recurso de Reconsideración
Mediante esta vía recursiva se pretende la impugnación de un acto administrativo ante la misma
autoridad que lo dictó,
solicitando la revocación,
la sustitución
o la modificación del mismo.
Esta es la primera vía impugnativa y procede contra actos administrativos definitivos o asimilables
a tal,
podrá intentarse contra este tipo de actos cuando vulneren
un interés legítimo
o un derecho subjetivo.
Es presentado como se dijo ante la misma autoridad que dictó el acto administrativo y es ella quien
resolverá el recurso, aún en aquellos casos en que haya actuado por delegación.
En el caso de la Ley de Procedimientos Administrativos Nacional (Nº19549) este recurso es de uso
facultativo, y siempre que se interponga lleva implícito el recurso jerárquico,
En la Ley de Procedimientos Administrativos de la Provincia de Córdoba (5330 T.O.6658) el
recurso de reconsideración es de interposición obligatoria para el agotamiento de la vía
administrativa, es decir para la continuidad de las demás vías recursivas necesariamente en primera
medida debe interponer el recurso de reconsideración.
Los plazos de interposición varían:
a nivel nacional es de 10 días
y en la provincia de 5 días, en ambos casos desde que se notificó el acto administrativo
Puede solicitarse la anulación total del acto atacado,
o puede solicitarse la modificación por no estar totalmente contemplada la pretensión inicial si fuere
el caso,
o también solicitarse la sustitución del acto.

Recurso Jerárquico
Que mediante este recurso es el superior jerárquico de quien haya dictado el acto perjudicial quien
deberá resolver la impugnación.
De esta manera se ejerce el control de juridicidad de los actos administrativos
El recurrente podrá en esa instancia ampliar los fundamentos expuestos a fin de que el superior
jerárquico resuelva en forma fundamentada y de esta manera quedará expedita la vía judicial.
El recurso puede ser interpuesto en forma subsidiaria con el de reconsideración o directamente una
vez resuelto este,
se presenta ante el órgano emisor del acto lesivo y este lo elevará a su superior para su resolución,
Plazos - En el caso de la provincia de Córdoba el recurso debe ser interpuesto dentro del plazo de
10 días de resuelto el recurso de reconsideración,
En el orden nacional el recurso jerárquico es de presentación obligatoria para lograr el agotamiento
de la vía administrativa y el plazo para presentarlo es de 15 días, por esta razón siempre que se
interponga un Recurso de Reconsideración llevará implícito el jerárquico en subsidio sin necesidad
de expresarlo

Recurso de Revisión
Se trata de un recurso extraordinario, debido que el acto que se pretenderá impugnar tendrá el
carácter de firme,
Solo por vía de Revisión el administrado podrá pretender impugnar el acto, motivado únicamente
en las causales expresamente establecidas en la ley, que son:
a) Cuando resultaren contradicciones en su parte dispositiva.
b) Cuando aparezcan documentos de valor decisivo para la resolución del asunto, ignorados al
dictarse el acto o en tal momento de imposible aportación al expediente.
c) Cuando hubiere sido dictado fundándose en documentos o circunstancias declarados falsos por
sentencia judicial firme.
d) Cuando hubiere sido dictado mediante cohecho, prevaricato, violencia o cualquier otra
maquinación fraudulenta o grave irregularidad comprobada.
Además de concurrir alguna de estas causales, estas no deberán ser imputables a quien pretende
impetrar el recurso.
Deber ser interpuesto ante la misma autoridad que dicto el acto impugnado, invocando exactamente
cuál es la causal en la que se encuentra incursa.
En la Nación el plazo de interposición es de 30 días desde que se toma conocimiento de la causal y
a nivel provincial el plazo es de 20 días.

Silencio de la administración - amparo por mora


La administración pública ante un reclamo fundado en derecho o un recurso administrativo siempre
tendrá la obligación de expedirse en forma expresa y fundada.
En el caso de ausencia de pronunciamiento expreso de los organismos públicos, es decir, una vez
producida la mora de la administración, el administrado contará con dos remedios alternativos para
obtener de la administración una respuesta.
Es así que la ley le otorga al administrado dos herramientas distintas, que podrán ser ejercidas según
cual sea la pretensión y estrategia del administrado, ellas pueden ser:
1) Denegatoria Tácita: Esta POSIBILIDAD con la que cuenta el administrado consiste en que una
vez vencidos los plazos establecidos legalmente para que la administración resuelva la presentación
del administrado, y no lo hubiese hecho, previa interposición del “pronto despacho”, le permitirá
atribuirle a la falta de respuesta de la administración un efecto negativo, es decir, que ese silencio
puede transformarse en una respuesta negativa de la administración a la pretensión esgrimida.
Se obtiene la denegación tácita de la pretensión esgrimida quedando de esta manera agotada la vía
administrativa.
2) Amparo por Mora: El otro remedio jurídico con el que cuenta el administrado ante la falta de
decisión expresa de la administración pública, es una acción judicial directa mediante la cual instará
la emisión de la voluntad expresa de la Administración.
Ley de Procedimiento Administrativo Nacional Nº 19549: Art. 28. -- El que fuere parte en un
expediente administrativo podrá solicitar judicialmente se libre orden de pronto despacho. Dicha
orden será procedente cuando la autoridad administrativa hubiere dejado vencer los plazos fijados
--y en caso de no existir éstos, si hubiere transcurrido un plazo que excediere de lo razonable-- sin
emitir el dictamen o la resolución de mero trámite o de fondo que requiera el interesado.
Presentado el petitorio, si la justicia lo estimare procedente en atención a las circunstancias,
requerirá a la autoridad administrativa interviniente que, en el plazo que le fije, informe sobre la
causa de la demora aducida.
Contestado el requerimiento o vencido el plazo sin que se lo hubiere evacuado, se resolverá lo
pertinente acerca de la mora, librando la orden si correspondiere para que la autoridad
administrativa responsable despache las actuaciones en el plazo prudencial que se le establezca
según la naturaleza y complejidad del dictamen o trámites pendientes.
Córdoba su artículo 52: Mora de la administración Para el caso de que esta Constitución, una ley u
otra norma impongan a un funcionario, repartición o ente público administrativo un deber concreto
a cumplir en un plazo determinado, toda persona afectada puede demandar su cumplimiento
judicialmente y peticionar la ejecución inmediata de los actos que el funcionario, repartición o ente
público administrativo se hubiera rehusado a cumplir.
El juez, previa comprobación sumaria de los hechos enunciados, de la obligación legal y del interés
del reclamante, puede librar mandamiento judicial de pronto despacho en el plazo que
prudencialmente establezca.
Definición de la acción de Amparo por Mora: Es una acción judicial de brevísimo trámite que
tiene como fin ordenar a la administración a que resuelva expresamente una petición administrativa.
Características
Acción judicial.
Breve trámite (plazos de informe, prueba y resolución muy acotados)
Relación de subsidiariedad con la ley de Amparo.
Únicamente puede tener como resolución la orden de pronto despacho para que la administración
resuelva de forma expresa.
De única instancia.
Impulso de oficio.
Objeto Únicamente es objeto de esta acción la obligación de la administración de expedirse en
forma expresa sobre determinada pretensión jurídico administrativa.
Plazos 24 hs. para aceptar la demanda.
5 días para producir informe y contestar demanda.
3 días prueba si se abriera.
24 hs. para resolver.
Sentencia: La sentencia contendrá únicamente la intimación de pronto despacho a la autoridad
administrativa en mora para que un plazo determinado se expida expresamente bajo apercibimiento.
Los contratos administrativos

Constituyen, pues, una especie dentro de los contratos de derecho público.


La Administración Pública puede celebrar dos tipos de contratos:
* contratos administrativos, propiamente dichos,
* contratos de derecho privado.

Ambas categorías integran el género contratos de la Administración Pública.

Todo contrato administrativo es, substancial y esencialmente, un acto administrativo bilateral.


Así como en derecho privado el acto jurídico bilateral constituye la esencia de todo contrato

Bercaitz son, por su naturaleza, aquellos celebrados por la Administración Pública con un fin
público, circunstancia por la cual pueden conferir al cocontratante derechos y obligaciones
frente a terceros, o que, en su ejecución, pueden afectar la satisfacción de una necesidad pública
colectiva, razón por la cual están sujetos a reglas de derecho público, exorbitantes del derecho
privado que colocan al cocontratante de la Administración Pública en una situación de
subordinación jurídica.
A su vez, los contratos administrativos stricto sensu pueden clasificarse en tres grandes grupos:
1) Contratos administrativos por razón de su objeto y por Nociones generales contener cláusulas
exorbitantes.
2) Contratos de atribución y de colaboración:
Los contratos de atribución son aquellos que tienen por objeto conferirles ciertas ventajas a los
administrados; por ejemplo: concesión de uso sobre el dominio público.
Los contratos de colaboración son aquellos en que el cocontratante se obliga hacia el Estado a
realizar una prestación que, directa e inmediatamente,por ejemplo: contrato de función o empleo
público
3) Contratos nominados e innominados.
Finalmente diremos que la actividad contractual de la Administración Pública no se limita a la
celebración de contratos administrativos, propiamente dichos: se extiende a la celebración de
contratos de derecho privado,
Son contratos de derecho privado de la Administración todos aquellos donde la actividad o la
prestación del cocontratante no se relacionen, en forma directa e inmediata, a alguna de las
funciones esenciales o específicas del Estado, a los fines públicos propios de éste -lo que entonces
excluye que se trate de contratos administrativos de colaboración-
Es fundamental establecer las diferencias entre un contrato administrativo, propiamente dicho, y un
contrato de derecho privado de la Administración Pública.
Ello es así, dadas las diferentes consecuencias jurídicas que derivan de cada uno de ellos.
En lo esencial, tales diferencias se concretan en lo siguiente:
a) Régimen jurídico substantivo. El contrato de derecho privado de la Administración Pública, por
principio, se encuentra sometido a las normas del derecho privado.
El contrato administrativo se rige por las normas y principios del derecho público; en
b) No obstante lo dicho en el punto anterior, cabe tener presente que, dado que la diferencia entre el
contrato de derecho privado de la Administración Pública y el contrato administrativo, propiamente
dicho, es substancial u objetiva y de ningún modo orgánica o subjetiva, en ambos tipos de contratos
de la Administración lo relacionado con la competencia del órgano de la Administración para emitir
el acto se rige por las disposiciones del derecho público
c) Jurisdicción contenciosa. En caso de controversia o contienda, la jurisdicción ante la cual debe
recurrirse varía: tratándose de un contrato administrativo dicha jurisdicción es la que el
ordenamiento jurídico imperante haya establecido para entender en lo contencioso-administrativo;
tratándose de un contrato de derecho privado dicha jurisdicción es la civil o comercial de los
tribunales pertinentes.
d) Medios de impugnación. El recurso jerárquico no procede respecto a actos relacionados con
contratos de derecho privado de la Administración, pues tal recurso sólo es admisible con relación a
actos administrativos.
Con relación a contratos de derecho privado de la Administración, sólo es admisible la demanda
judicial ordinaria, que deberá promoverse en las condiciones establecidas por el ordenamiento
jurídico.
Entre tales cláusulas implícitas corresponde mencionar las siguientes:
a) aquella en cuyo mérito la Administración Pública tiene ejecutoriedad propia respecto a sus actos,
b) la que faculta a la Administración Pública a modificar unilateralmente las obligaciones de su
cocontratante, todo esto sin perjuicio de los correlativos derechos de éste derivados de esa
modificación unilateral;
c) la que autoriza a la Administración Pública a rescindir -extinguir- por sí y ante sí el contrato;
d) aquella en cuya virtud la Administración le confiere a su cocontratante poderes respecto a
terceros (así, por ejemplo, el concesionario de un servicio público puede obtener atribuciones de
carácter policial, derecho de expropiar, de imponer servidumbres administrativas, etc.);
e) la que faculta a la Administración Pública a dirigir y controlar, en forma constante o acentuada, el
cumplimiento o ejecución del contrato, etc.
En todo contrato administrativo por razón de su objeto, las cláusulas exorbitantes, aunque no
aparezcan escritas en el texto del contrato, existen siempre en forma implícita como resultante de la
índole misma del contrato:
Por cuasicontrato se entiende a todo hecho o acto voluntario lícito que produce efectos semejantes
a los contratos, sin existir acuerdo de voluntades ni consentimiento sobre la materia concreta de tal
hecho o acto.
De hecho no existe razón para negarle a los cuasi-contratos el carácter de hechos jurídicos, y
precisamente de hechos jurídicos subjetivos;
Por otra parte en derecho administrativo el concepto de cuasi-contrato podría tener mayor
aplicación que en derecho civil,

La Administración Pública no siempre puede elegir libremente a su cocontratante. Es muy común


que el orden jurídico positivo la constriña a efectuar dicha elección observando o respetando ciertas
normas,
Para la selección del cocontratante de la Administración Pública, medios o sistemas a los cuales se
recurrirá en cada caso en tanto ello concuerde con el derecho positivo:
a) libre elección;
b) licitación, en sus dos especies;
c) contratación directa;
d) remate público;
d) concurso;
e) selección por iniciativa privada;
g) concurso-estímulo.

A. Libre elección:
Este sistema consiste en la posibilidad de que la Administración Pública elija directa y
discrecionalmente a su cocontratante, sin tener que cumplimentar previamente para ello algún
requisito especial.
El sistema de la libre elección se impone en aquellos contratos donde prevalece el factor personal
del cocontratante, la confianza que, desde todo punto de vista (financiero, técnico y moral), éste
pueda merecerla a la Administración Pública;
B. Licitación:
Consiste en un procedimiento de selección administrativa del cocontratante de la Administración
Pública que, sobre la base de una previa justificación de idoneidad moral, técnica y financiera,
tiende a establecer qué persona o entidad es la que ofrece el precio más conveniente para la
Administración Pública.
Las características concretas de la cosa a construir o a entregar, o del trabajo o servicio a realizar,
como objeto del respectivo contrato, son fijadas de antemano por la Administración Pública en el
pliego de condiciones
En cuanto a la idoneidad técnica, moral y financiera de los eventuales oferentes es de advertir que
debe hallarse acreditada a priori. Se parte de la base de que todos los que intervienen en una
licitación -por haberse admitido su inscripción en el respectivo registro- tienen responsabilidad
moral, técnica y financiera; de lo contrario no se les habría inscripto.
La licitación se concreta fundamentalmente, entonces, a establecer qué persona o entidad ofrece el
precio más conveniente para realizar la prestación especificada en el pliego de condiciones

Ello es así porque, como dije, sólo pueden intervenir en licitaciones las personas o entidades
inscriptas en los respectivos registros, o las que, sin estar inscriptas, sean de notoria solvencia o la
índole de la negociación justifique la exención de tal requisito.
Para ser inscripto en dichos registros el solicitante debe acreditar su idoneidad en el orden moral,
técnico y financiero.
La doctrina y la legislación reconocen la existencia de dos especies fundamentales de licitación: la
pública y la privada. Pero existe, además, un tercer tipo de ella: la restringida que, como se verá
luego, no es otra cosa que una subespecie de la licitación pública.
En la licitación pública el número de oferentes o licitadores no tiene limitación. Pueden concurrir
como tales todas aquellas personas o entidades que, de acuerdo a las normas vigentes, estén en
condiciones de presentarse a esa licitación.
la licitación privada se basa, primordialmente, en el monto o valor estimado de la obra u
operación, o cuando, en materia de obras públicas, se trate de trabajos complementarios, o urgentes,
o que, por referirse a la seguridad del Estado, exijan una garantía especial o gran reserva, o cuando
se trate de trabajos que requieran una específica capacidad artística o científica, o cuando una
licitación hubiese resultado desierta o no se hubiere hecho en ella oferta admisible.
El número de personas o entidades que se invitará no debe ser menor de seis; las invitaciones de
referencia deben efectuarse en forma rotativa
la licitación restringida es aquella en que únicamente pueden intervenir personas o entidades que
reúnan ciertas condiciones de idoneidad especialmente requeridas, o que respondan a especiales
requisitos fijados por la Administración Pública.
Si la norma no la exige, la licitación no es indispensable para la celebración de contratos
administrativos.
La licitación pública hállase regida por tres principios esenciales o fundamentales que fluyen de la
propia razón de ser de ella.
Tales principios son: la oposición o concurrencia entre los licitadores u oferentes : La base
éticojurídica de la licitación pública radica en que haga oferta todo aquel que, hallándose en
condiciones legales, desee presentarse formulando su proposición.
Con el objeto de que los eventuales interesados adquieran conocimiento del llamado a licitación y
puedan acudir formulando sus ofertas, el referido llamado debe hacerse público, ostensible,
mediante una adecuada publicación. Esto es lo que se denomina publicidad, que es uno de los
principios fundamentales que gobiernan la licitación pública.
La referida igualdad exige que, desde un principio del procedimiento de la licitación hasta la
adjudicación del contrato, o hasta la formalización de éste, todos los licitadores u oferentes se
encuentren en la misma situación, contando con las mismas facilidades y haciendo sus ofertas sobre
bases idénticas.

El mecanismo o curso de la licitación pública se traduce en diversos momentos o etapas que


constituyen el procedimiento de la misma.
a) pliego de condiciones;
b) invitación o llamado a la licitación;
c) presentación de propuestas, que doctrinaria o teóricamente pueden ser escritas o verbales;
d) apertura de los sobres, en los sistemas en que las ofertas se hacen por escrito;
e) adjudicación;
f) eventualmente, perfeccionamiento o formalización del contrato administrativo.

a) Pliego de condiciones: Es el conjunto de documentos escritos que determinan las condiciones del
contrato. Hay dos clases fundamentales de pliegos de condiciones:
los generales y los particulares. Los primeros contienen reglas jurídicas válidas para todos los
contratos de la Administración;
los segundos fijan las condiciones específicas o particulares de cada contrato, completando así las
disposiciones de los pliegos de condiciones de carácter general.
b) El llamado a licitación: Es una comunicación o manifiesto dirigido al público, que contiene las
indicaciones principales acerca del objeto y modalidades del contrato; debe redactársele en forma
clara y precisa para que los interesados puedan resolver acerca de la conveniencia de presentarse o
no a la licitación. Cada ordenamiento jurídico se preocupa de señalar los requisitos
c) Presentación de propuestas u ofertas: Pueden presentar ofertas, es decir pueden actuar como
proponentes, oferentes o licitadores, las personas o entidades inscriptas en los respectivos registros,
o las que, sin estar inscriptas, sean de notoria solvencia o la índole de la negociación justifique la
exención de tal requisito.
Las ofertas o propuestas que se formulen deben estar de acuerdo con las bases de la contratación;
vale decir, su contenido debe ajustarse al pliego de condiciones.
d) Apertura de los sobres que contienen las ofertas o propuestas: En el lugar, día y hora
determinados en los avisos para celebrar el acto, se procederá a abrir los sobres que contienen las
propuestas. Estarán presentes los funcionarios designados por el organismo licitante y los
proponentes que desearen presenciarlo.
Vencido el plazo para la admisión de las propuestas, y antes de iniciarse la apertura de los sobres,
los interesados podrán pedir explicaciones o formular reclamaciones o aclaraciones relacionadas
con el acto; pero iniciada la apertura de los sobres, no se admitirá observación o explicación alguna.
Se abrirán los sobres que contienen las propuestas; éstas se leerán en alta voz por el actuario ante
los funcionarios y personas que presencien el acto.
Terminada dicha lectura, del resultado obtenido se procederá a labrar acta, que deberá ser
absolutamente objetiva.
El acta será firmada por los funcionarios intervinientes y por los proponentes que, deseándolo hacer,
estuvieren presentes en el momento de redacción del acta.
e) Adjudicación: es, entonces, el acto de la Administración Pública en el que decide cuál de
ellas es la más conveniente, y la acepta, quedando con ello simultáneamente determinado el
cocontratante para ese caso particular.
la Administración Pública (Estado) no está obligada a contratar con quien haya sido adjudicado
provisionalmente,
Recién la adjudicación definitiva, o la aprobación del contrato, crean un derecho en favor del
oferente elegido o seleccionado, quien entonces podrá exigir la realización o formalización del
contrato.
Licitación privada: Es aquella a la que sólo pueden presentarse como oferentes las personas o
entidades expresamente invitadas al efecto por la Administración Pública.
ella procede no sólo, como dicen algunos tratadistas, en el caso de un contrato que requiera una
especial capacitación o competencia, sino también cuando el monto del contrato no supere
determinado límite, o cuando una licitación pública anterior haya resultado desierta o haya
fracasado por no haberse presentado ofertas admisibles -concepto éste que incluye el de rechazo de
la oferta por inconveniencia del precio-, o cuando se trate de trabajos suplementarios, o de asuntos
urgentes, o cuando la seguridad del Estado exija garantías especiales o gran reserva, etcétera.
C. Contratación directa:a
Administración Pública realiza con una firma, entidad o persona determinada, tratando de llegar con
ella a un acuerdo conveniente, en trato directo, con exclusión de puja o concurrencia.
la contratación directa es un sistema específico: procede para casos determinados, y además muchas
veces es subsidiario, pues procede ante el fracaso de una licitación.
D. Remate público:
El remate -lato sensu- consiste en la venta de bienes, en público, al mejor postor.
. E. Concurso y Concurso-Estímulo:
Es la oposición que se realiza para determinar la mayor capacidad técnica, científica, cultural o
artística entre dos o más personas.
El concurso, como procedimiento de selección del cocontratante de la Administración Pública, debe
sujetarse a determinadas reglas o criterios.
Ante todo, deben tenerse presentes las bases o condiciones del llamado a concurso.
Aparte de esas bases, deberán tenerse en cuenta las disposiciones concretas que al respecto
contuviere el ordenamiento jurídico vigente en el lugar respectivo. Si el ordenamiento jurídico nada
F. Selección por iniciativa privada:
No se trata en definitiva de un procedimiento administrativo de selección del contratista de la
Administración, sino un sistema de preferencia a favor del autor de la iniciativa.
Se trata del derecho a participar en una puja final por vía de oportunidad de mejora de precio,
cuando el autor de la iniciativa no ganó la licitación.

Elementos específicos que son consecuencia necesaria de la naturaleza que les es propia:
A) Las prerrogativas, derechos y obligaciones de la Administración:
A) 1) Las prerrogativas de la Administración:
a) Continuidad: La posibilidad de exigir al contratista la ejecución continuada del contrato bajo toda
circunstancia sin que se pueda ver interrumpido bajo Derechos y obligaciones de las partes ninguna
causa.
b) “Iusvariandi”: Es la facultad de introducir cambios en forma unilateral en las prestaciones de su
cocontratante particular. Constituye el principio de mutabilidad aplicable a los contratos
administrativos.
c) Dirección y control: Esta prerrogativa de la Administración se entiende incluida en todo contrato
administrativo, aunque no se estipule en forma expresa, y deriva también de la superioridad del fin
público y de a subordinación jurídica del cocontratante particular.
d) Sanción,
1) Sanciones pecuniarias;
2) Sanciones coercitivas
.f) Interpretación unilateral del contrato: Cuestionada por algunos autores, consiste como la facultad
de interpretar los textos contractuales frente a un conflicto de intereses con el contratista particular
y, sobre la base de ese análisis unilateral, continuar inmediatamente la ejecución del contrato.
A) 2) Los derechos y obligaciones de la Administración: En todo contrato la Administración
comitente tiene el derecho a exigir la debida ejecución de la prestación por parte del contratista y
que ese cumplimiento se produzca en el término pactado.
A) 3) La “exceptio non adimpleticontractus”: El art. 1031 C.C. y C establece que en los
contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir simultáneamente, una de ellas puede
suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir.
A) 4) La fuerza mayor:

B) 1) Los derechos y obligaciones del cocontratante particular:


El contratante particular tiene derecho fundamentalmente a que la Administración cumpla con sus
obligaciones y, muy especialmente, a percibir el precio.

a) Derecho al precio: El cocontratante tiene derecho al pago del precio de su prestación.


b) Derecho a la intangibilidad de la remuneración: El derecho del contratista es a un precio íntegro,
a un precio que verdaderamente remunere su prestación guardando una relación de equilibrio.
c) Derecho al equilibrio económico-financiero: Es el derecho a la llamada equivalencia comercial.
c.1. Compensación por el ejercicio del “iusvariandi”: Es el derecho que tiene el contratista a que la
Administración le compense integralmente las consecuencias económicas originadas en la variación
introducida en el objeto o en la modalidad de cumplimiento del contrato oportunamente suscrito
bajo otras condiciones;
c.2. El “hecho del príncipe” y “hecho de la administración”
c.3. La teoría de la imprevisión

Ejecución del contrato administrativo


Los casos de exención de esa responsabilidad son dos: fuerza mayor y el hecho de la
Administración Pública.
1) Fuerza mayor: En derecho, con referencia a ciertos acontecimientos que eximen de
responsabilidad, y que son ajenos a las personas obligadas y a la voluntad de éstas, se habla de
fuerza mayor y de caso fortuito.
Fundamentalmente, la fuerza mayor se concreta en un acontecimiento ajeno a la persona que la
invoca y ajeno asimismo a la voluntad de tal persona.
Dicho acontecimiento implica un obstáculo para que el obligado cumpla sus obligaciones.
A los efectos de liberar de responsabilidad al obligado, el referido acontecimiento debe reunir
ciertos caracteres. Debe ser:
a) exterior (ajeno a la persona obligada y a la voluntad de ésta);
b) imprevisible (es decir que no pudo razonablemente ser considerado por el contratante en el
momento de celebrar el contrato).
c) inevitable (irresistible, según algunos, o insuperable) por el contratante.
Las partes contratantes no sólo pueden limitar o ampliar su responsabilidad o irresponsabilidad
frente a la fuerza mayor, sino que pueden convenir lo que, en lo atinente a sus relaciones
contractuales, ha de entenderse por fuerza mayor.
Es con relación a este aspecto que la fuerza mayor ofrece una característica propia en derecho
administrativo, que entonces permite diferenciarla de la noción de ella en derecho privado. Habrá o
puede haber fuerza mayor cuando un acontecimiento exterior e imprevisible trastorne o altere de
una manera definitiva el equilibrio del contrato administrativo; pero sin que sea necesario que dicho
acontecimiento torne absolutamente imposible la ejecución del contrato.

2) El “hecho del príncipe” y “hecho de la Administración Pública”:


El “hecho del príncipe” surge toda vez que la misma Administración contratante, o alguna de sus
dependencias o partícipes de la misma jurisdicción, afectan al contrato en perjuicio del contratista,
mediante resoluciones de tipo general.
.El “hecho de la Administración” es –en pocas palabras- el mero incumplimiento por parte de la
comitente de sus obligaciones contractuales.

Régimen sancionatorio:

Rescisión de contrato sancionar a su cocontratante, pero bien entendido, en ciertos supuestos la


aplicación de la sanción debe supeditarse a ciertos principios jurídicos fundamentales.
Dichas sanciones tienden, principalmente, a obtener la ejecución efectiva del contrato.
Sólo en los casos de obvia gravedad la sanción debe o puede consistir en la extinción del contrato.
El poder de aplicar sanciones existe como principio.
La posibilidad de su aplicación constituye una facultad implícita correspondiente a la
Administración Pública.
El poder de aplicarlas implica o representa una de las tantas cláusulas exorbitantes virtuales del
derecho privado inherentes a los contratos administrativos.
Las principales sanciones corresponden a las tres categorías siguientes:
1) Sanciones pecuniarias:
A) Cláusula penal: las partes pueden prever y fijar ab initio el monto de los daños y perjuicios que
representará el incumplimiento
.Producido éste, y constituido en mora el cocontratante, se aplica dicha cláusula.
B) Multas: Dichas multa o multas sólo tienen en cuenta el acto mismo del incumplimiento, pero sin
tomar en consideración lo atinente a daños y perjuicios.
De manera que las multas, propiamente dichas, sancionan conductas o comportamientos: no tienen
en cuenta, en modo alguno, daños y perjuicios.
C) Daños y Perjuicios: Éstos no son otra cosa que una obvia consecuencia de la responsabilidad
contractual en que habría incurrido el cocontratante.

2) Medidas coercitivas provisionales: Aunque la finalidad a que tienden dichas medidas es siempre
la misma: lograr el efectivo cumplimiento del contrato, el objeto de ellas varía según el contrato que
las requiera.20 A) Ejecución directa, compra o fabricación por cuenta del proveedor: La
terminología para designarlas varía de acuerdo al contrato que se considere. Jèze, Vedel, Rivero,
Laubadère, Waline, etc., emplean las expresiones séquestre para la concesión de construcción de
obra pública; executiontemporaire, para los suministros múltiples o continuados; y achat par défaut
para los suministros simples. Ello determinó que dicha terminología fuese tildada de imprecisa.
Secuestro es una expresión genérica: comprende la mise en régie (ejecución por administración, es
decir que la Administración Pública toma directamente a su cargo la ejecución del contrato), que
equivale a la ejecución directa. Todas ellas, como así la executionpardéfaut, o achat par défaut o
exécutiontemporaire (compra o fabricación por cuenta del proveedor), trasuntan la idea de medidas
necesarias para asegurar provisionalmente el servicio o el cumplimiento del contrato; 3) Medidas
represivas definitivas: caducidad, rescisión unilateral. Otra prerrogativa de la Administración
Pública es la de rescindir el contrato administrativo. Desde luego, se trata de la rescisión unilateral,
dispuesta por ella, no de la rescisión bilateral dispuesta por acuerdo entre la Administración Pública
y el cocontratante. Se trata, en suma, de la rescisión que puede decretar la Administración en
ejercicio de sus prerrogativas públicas, pues esa potestad constituye una cláusula exorbitante
implícita del derecho privado.

El poder de la Administración Pública para rescindir el contrato administrativo, presenta dos


modalidades:
a) cuando dicho poder no está expresamente previsto en el contrato;
b) cuando dicho poder está previsto en el contrato.
En ambos supuestos la rescisión implicará una sanción por culpa o falta cometida por el
cocontratante en el cumplimiento de sus obligaciones.
La rescisión que disponga la Administración Pública es ejecutoria, no produce cosa juzgada, por
cuanto puede ser impugnada por el cocontratante ante el Poder Judicial.

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