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Concepto
La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos ayudan a su
organismo a combatir las infecciones. Las células sanguíneas se forman en la médula
ósea. Sin embargo, en la leucemia la médula ósea produce glóbulos blancos anormales.
Estas células reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que la sangre cumpla
su función.
La LLA consiste en un aumento anormal de los linfoblastos en la persona que la padece,
estos linfoblastos no evoluciona a linfocitos maduros por lo que son incompetentes a la
hora de defender a la persona de infecciones y su número desorbitado desplaza a las
células normales de la medula ósea ocasionando bajada de los glóbulos rojos, las
plaquetas y los glóbulos blancos normales lo que se traduce en anemia, posibles
sangrados e infecciones
Etiología
Las causas de los cánceres son muy diversas y complejas. Es útil analizar las causas en
términos de:
2. Los factores externos y más contextuales como edad, herencia y agentes ambientales que
contribuyen al desarrollo y progresión del cáncer.
Juntos, ambos mecanismos contribuyen a una red causal multidimensional por medio de la
cual los cánceres se desarrollan y progresan con el tiempo.
Fisiopatología
Signos y síntomas
Es común que una persona con ALL sienta una pérdida de bienestar debido a
la producción insuficiente de células normales en la médula ósea. Es posible
que la persona se canse con más frecuencia y que le falte el aliento durante las
actividades físicas normales.
Otros signos y síntomas que pueden presentarse en las personas con ALL son
Fiebre leve
Infecciones leves frecuentes
Molestias en los huesos o las articulaciones
Agrandamiento del bazo, del hígado o de los ganglios linfáticos.
Diagnostico
Pruebas de sangre y médula ósea: Se examinan las células de la sangre y médula ósea para
diagnosticar e identificar el subtipo de ALL. El examen de las células sanguíneas teñidas
(coloreadas) al microscopio óptico frecuentemente mostrará la presencia de células blásticas
leucémicas (células inmaduras que no funcionan como los glóbulos blancos maduros
normales). Se prefiere la prueba de médula ósea para diagnosticar la ALL porque una parte de
los pacientes no tiene blastos leucémicos circulando en la sangre en el momento del
diagnóstico.
Muestras de sangre y médula ósea: Para hacer las pruebas de sangre, se suelen tomar
muestras de sangre de una vena del brazo del paciente. Las muestras de células de la médula
ósea se obtienen mediante una aspiración y una biopsia de médula ósea. Las células de las
muestras de sangre y de médula ósea se examinan al microscopio. Su médico trabajará con un
hematopatólogo, un especialista que estudia las enfermedades de la sangre examinando
muestras de células sanguíneas, de médula ósea y otros tejidos.
Subtipos de ALL: Hay muchos subtipos de ALL y se los puede clasificar por medio de pruebas
inmunológicas, citogenéticas y de genética molecular. Algunas de estas pruebas se pueden
repetir durante y después del tratamiento para medir los efectos del mismo. Según el subtipo,
el médico determinará el tipo de fármaco o combinación de fármacos, la dosis de los fármacos
y la duración del tratamiento más adecuados para el paciente. También decidirá si se necesitan
otros tipos de tratamientos, como el trasplante de células madre, para lograr los mejores
resultados.
Tratamiento
Profilaxis del sistema nervioso central (SNC): Las células de la ALL a menudo se acumulan en las
membranas de la médula espinal y el cerebro, llamadas “meninges”. Si este problema no se
trata, las meninges pueden albergar células de leucemia y puede presentarse una recaída en
estos lugares (leucemia meníngea). Por este motivo, el tratamiento llamado “profilaxis del
sistema nervioso central” se dirige a aquellos lugares. El tratamiento comprende la inyección
de fármacos, como el metotrexato, en la columna vertebral. Las áreas del cuerpo menos
accesibles a la quimioterapia oral o intravenosa se llaman a veces “sitios santuarios”.