Inmaculada Concepción
"Dignare me laudare te: Virgo Sacrata, Da
Juan Pablo II (1988) en el
ángelus del 8 de diciembre,
dirá que “El Dogma de la
Inmaculada Concepción
puede decirse que es una
maravillosa síntesis doctrinal
de la fe cristiana. En efecto,
concentra en sí las verdades
fundamentales del mensaje
revelado: desde la creación
de los progenitores en
estado de justicia, hasta el
pecado con el que
comprometieron la propia
situación y la de los
descendientes…”
“La doctrina de la Inmaculada encontró cierta resistencia en Occidente. Hubo santos, como
Agustín, Bernardo, Alberto Magno, Buenaventura y Tomás de Aquino, que al tiempo de
afirmar la eximia santidad de María, se resistían a proclamar rotundamente el privilegio de la
Inmaculada (Orozco, 2009)
mihi virtutem contra hostes tuos "
«Ella te aplastará la cabeza» (Gn 3, 15) (antigua
versión Latina) Este texto se encuentra en relación a la
descendencia de la mujer, motivo por el cual no es un
impedimento para presentar a María pisando la cabeza
de la serpiente en razón que es ella, la mujer que
pisando el pecado, se ve así libre de él.
celebrada desde el siglo VIII
la fiesta de la «Concepción
de santa Ana», poco tiempo
después cambió su nombre
por el de «Concepción de
María»
Pío IX lo definió en el año
1854 (El 8 de diciembre, en
su bula Ineffabilis Deus), que
María, desde el primer
momento de su existencia en
el seno materno, había sido “El misal de 1970 acogió
preservada por un privilegio en gran medida esta
único de la gracia del Dios misa pero insertó
omnipotente en nuevas lecturas, nuevos
cánticos intercalados,
consideración de los méritos
así como un prefacio
de Jesucristo, el redentor del
propio” (Kunzler, 1999)
género humano, de toda
mácula causada por la culpa
del pecado original.
El dogma de la Inmaculada se refiere no a la concepción virginal de
Cristo realizada en María por obra del Espíritu Santo, sino a la
concepción por la cual María fue engendrada en el seno de su madre.