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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Ciencias Políticas

Ensayo final

Alumno: José Donoso


Ramo: Introducción a la Teoría Política,
ICP0201
Sección: 2
Profesora: Javiera de los Ríos
Ensayo: tema 3

0
04/12/2009
Los mecanismos de deshumanización de Hannah Arendt en el totalitarismo
y su vinculación con la objetivación-subjetivación del sujeto por el
gobierno político de Foucault.

En mediados del siglo XX, en la edad contemporánea, aún los pensadores tenían mucho que
decir de la teoría política, conscientes que los temas de esta rama del pensamiento no se
acababan, siempre puestas a prueba y revisión por la contingencia histórica, como al hacer
genealogías para explicar los fenómenos que acontecían en el presente, como lo es el estudio del
sistema penitenciario que realizó Michel Foucault o bien en el estudio y observación del
totalitarismo de Arendt. En el proceso llevado a cabo entre los siglos XVIII y XX, muchos de
los organismos e instituciones fueron transformadas de manera que las condiciones en sus bases
mismas eran un punto de estudio interesante de tratar dados los nuevos procesos por los cuales
se llevaba a cabo, por ejemplo, en las cárceles a los reos y sus consecuencias más próximas.
Posiblemente el siglo XX ha sido una de las épocas con más convulsiones desde el punto de
vista social así como en las encarnizadas luchas ideológico-políticas llevadas a las armas en
busca de ideales de personajes surgidos como líderes que consiguieron exaltar las
nacionalidades, así como la raza y las tradiciones religiosas, que desataron tanto sufrimiento y
atrocidades en el viejo continente, como en las consecuencias en el mundo entero luego de
terminadas las guerras, sobre todo en el campo político. La llegada del totalitarismo a la escena
política mundial repercutió en todos los aspectos tal que se considera como una revolución,
creando nuevos estatutos, instituciones, metodologías, fundamentos y así mismo, destruyendo
los tradicionalismos, es decir, fue algo transversal (llámese político, social, económico y legal) 1
que dió un giro de 90 grados a lo que había acontecido. Uno de estos pensadores, precisamente
fue alguien que vivió las consecuencias políticas del totalitarismo del partido nazi alemán:
Hannah Arendt, quien dedicó parte de su obra a las consecuencias humanitarias que se
producían en su ejercicio, a una de las cuales, y como principal consecuencia, denominó como
proceso de “deshumanización”, pero, ¿en que consiste este proceso? ¿Cuáles y como funcionan
los mecanismos por los cuales se da esto? Comenzaré por responder estas preguntas para luego
realizar un análisis si existe alguna relación con lo descrito por Foucault con respecto a la

1
Cf. ARENDT, H..; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del
totalitarismo (pp. 385-427), Madrid, España, Alianza editores.

1
ambigüedad del gobierno político sobre la vida al generar tanto una objetivación como una
subjetivación del sujeto.

Para Hannah Arendt los mecanismos de deshumanización tienen su fuentes en el seno mismo
del fundamento del totalitarismo, que reside en la ilegalidad en que se legitimiza, es decir que
no se considera a sí misma ilegal en base a tres fundamentos principales: unión entre justicia y
legalidad, cambio de concepto de leyes positivas y el movimiento que sigue la historia y la
naturaleza. Es decir que se apoya en que las leyes positivas reveladas de la historia, que son
dadas como divinas, deben ser necesariamente generales y aplicadas directamente a la
humanidad sin preocuparse por el comportamiento de los hombres y así emanan en sí mismas el
discernimiento entre lo justo y lo injusto 2. Esto necesariamente significa varias cosas a la vez:
en primer lugar que ya no es el hombre la fuente misma de la ley como se expresó en la
declaración de los derechos del hombre desde la revolución francesa, si no que es la naturaleza
misma o la divinidad como fuente de autoridad para los leyes positivas; en segundo lugar, que
ya no se necesita el reconocimiento del pueblo de una ley, es decir, ya no se necesita el
“Consensus iuris” para poder ser aplicada por que el fin del todo es uno solo, es decir, se
eliminan las particularidades, que según esta autora es lo mismo que morir; y en tercer lugar,
que se transforma al hombre en portador de ley. De estas dos ultimas, se justifican
perfectamente ya que promete liberar la acción y voluntad del hombre con la ley, sin
salvamentos de discernimiento entre lo justo y lo legal, y promete también hacer a la humanidad
“encarnación misma de la ley”3, aunque en la practica no resulto ser tan así, ya que la ley
significó desde el principio obediencia y asentimiento, diferenciándose del hombre en ese
punto, por lo que las leyes resultaron más ser factores estabilizadores de los cambiantes
movimientos de los hombres. Arendt justifica esto en la interpretación que realiza del
totalitarismo, dice: “(…) todas las leyes se convierten en leyes de movimiento… ni la naturaleza
ni la historia son ya la fuente estabilizadora de la autoridad para las acciones de los hombres
mortales; son movimientos en si mismas” 4, es decir que las leyes, así como la historia tiene un
proceso de cambio traducido en una evolución (unilineal), las leyes como emanan de la
naturaleza o la fuerza de la historia, también puede ser cambiantes. Así mismo, dos de los
grades pensadores de la época moderna y contemporánea, que son Darwin y Marx, en los que
apoya su teoría, confluyen en que el fundamento que va detrás de ellos en común que es el
proceso histórico o de movimiento de la naturaleza como fuerza suprahumana “que se dirige

2
Cf., ARENDT, H.; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del
totalitarismo (pp. 619-620), Madrid, España, Alianza editores.
3
Cf., IBID, pp. (620).
4
IBID, (pp. 621).

2
hacia un lugar, momento o estado”, que da lugar a las leyes naturales, que en los totalitarismo
son imitadas o tomadas5.

Ahora bien, como la leyes positivas son inmutables y permanentes las que se obtienen de la
naturaleza o de la divinidad, las leyes positivas aplicadas a los hombres son reemplazadas por el
terror para mantener el cuerpo político, que en gobierno totalitario se ocupa como medio de
represión para la completa ausencia de oposición y como fin del mismo: “Asi el terror en el
gobierno totalitario ha dejado de ser un simple medio para la supresión de la oposición,
aunque también es utilizado para esos fines”6. Es decir, se utiliza el terror en su forma total para
que las fuerzas de la naturaleza o las leyes de movimiento de la historia transiten con total
ausencia de cambios o espontaneidad, de manera que se dirijan sin obstáculos por la senda
natural que es propia de ella o en otras palabras, asegurar la realización del “anhelo manifiesto”
que posee el movimiento de la historia, Arendt lo define de esta manera: “El terror es legalidad
si la ley es la ley del movimiento de alguna fuerza supranatural, la naturaleza o la historia” 7.
Otra vez tenemos una implicancia en estas concepciones que es que los hombres se convierten
en enemigos si representan una amenaza u oposición a este movimiento y los que aceptan la
causa son inocentes, ni siquiera “colaboradores”, ya que no tienen más que obedecer a estas
leyes, no son los precursores de una finalidad que les es propia, si no que totalmente ajena, es
decir, solo ellos son un medio en los que se identifica la ley como pluralidad, no como
individuos particulares.

El totalitarismo difiere de la tiranía, respecto de los ultimo dicho, en que el fin no es perseguido
por un sólo hombre a favor del mismo, si no que el fin se identifica con la masa para conseguir
un fin ajeno a ellos, algo manifiesto que escapa de las manos particulares de cualquiera o de sus
intereses personales: “El terror (…) elimina a los individuos a favor de la especie, sacrifica las
partes a favor del todo”8, que es, como se menciono anteriormente, la eliminación del individuo
en favor del todo. Además mediante el terror se crea una homogeneidad de la población tan
grande que hace el efecto de que la masa del producto de este efecto fuera una sola persona, no
destruye la voluntad de todos por la de un personaje en especial o de un partido en particular si
no que hace someter al pueblo a la voluntad como fin que tiene esta fuerza suprahumana
además de deshacer los limites o espacio para quejas dentro de la población como suele suceder
en la tiranía que tiene tanto como partidarios como críticos y detractores, que ahora se
convierten en inocentes y enemigos de la sociedad respectivamente dada la causa común y

5
Cf., ARENDT, H..; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del
totalitarismo (pp. 621), Madrid, España, Alianza editores.
6
IBID, pp.623.
7
IBID, pp. 623.
8
IBID, pp. 623

3
manifiesta de la naturaleza. Sin embargo, como este sistema asegura la continuidad natural,
también asegura la reproducción de las personas que representa la más alta amenaza al régimen.

Esta amenaza es el nacimiento pone en riesgo el cuerpo político. Representa un “nuevo inicio”,
es decir la espontaneidad hecha biología, anteriormente suprimida por la eliminación del
individuo, que podría significar un obstáculo en cualquiera que se realice este hecho “Con cada
nuevo nacimiento nace la existencia potencialmente de un mundo nuevo” 9. Citamos a Vatter
para realizar una definición mas profunda de esto, tan importante en la teoría de esta autora:
“Arendt llama la natalidad como el hecho en el que cada vida humana inicia, la “categoría
central del pensamiento político” (Arendt, 1958:9) “Por que son los initium, los recién
llegados y principiantes, que por la virtud del nacimiento, el hombre puede tomar la iniciativa,
que son incitadas en acciones” (Arendt, 1958: 177)”10.Es por eso que el terror total debe
suprimir las libertades personales de las personas para que en ningún caso se produzca una
desaceleración del movimiento. Por lo tanto se unen otra vez los conceptos de justicia y
legalidad que dado la primera que aboga por la ininterrupción del proceso se justifica y legaliza
su proceder en una suerte de “lo útil es lo legal”, Arendt lo expresa en las siguientes palabras:
“En un perfecto gobierno totalitario (…) no se precisaría en absoluto ningún principio de
acción separado de su esencia”11.

Respecto de la aseveración anterior, es propio, y lógico que para que se conforme un cuadro
realmente fundado en el terror, que no inspira ni guía el comportamiento humano 12, no pueden
existir ningún atisbo de producción intelectual que pudiese amenazar al movimiento de la
naturaleza, pues el propósito de la educación no es sino “destruir la capacidad de formar alguna
(convicción)”13. Para Arendt esto es lo mismo que la muerte ya que según esta autora, lo propio
del hombre es el pensar. Ahora bien, como destruye cualquier convicción, ¿Cuál es el motor de
acción de los súbditos en un régimen totalitario? Esta consiste en una preparación en que se
entrena al súbdito en una doble preparación tanto para ser victimario como víctima, que dan
como producto a la ideología. Esta consiste básicamente en lo que su nombre mismo dice: la
lógica de una idea14. Esta consiste en una realización lógica con todo su proceso de tesis y
antítesis a partir de una “idea” por la cual no se contradice y así va construyendo toda una serie

9
ARENDT, H..; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del totalitarismo
(pp. 624), Madrid, España, Alianza editores.
10
VATTER, Miguel.; Nº2, Volumen 26, Revista de ciencia política: Natality and Biopolitics in Hannah Arendt [en
línea]. 2006 [fecha de consulta: 03 de diciembre de 2009]. Disponible en:
[http://www.scielo.cl/pdf/revcipol/v26n2/art08.pdf]
11
ARENDT, H..; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del totalitarismo
(pp. 626), Madrid, España, Alianza editores.
12
IBIDEM
13
IBID, pp. 627.
14
IBID, pp. 628.

4
de implicaciones que confluyen y se aglomeran (628 629). Arendt describe: “Las ideologías
pretenden conocer los misterios de todo el proceso histórico –los secretos del pasado, las
complejidades del presente y las incertidumbres del mañana- merced lógica inherente a sus
respectivas ideas”15. Mediante este proceso lógico, se comienzan a cerrar las ventanas de
discusión a medida que la resolución y explicación va avanzando y conformándose, es decir,
cualquier no contradicción que resulte de este proceso da como producto una “jaula a la mente”
a modo de una argumentación de manera que no se puede escapar, pues habida descrita la forma
en que el terror actúa sobre las personas sumado a el pensamiento lógico de la idea, si cae el
individuo en una contradicción, que en este caso seria no acatar las leyes positivas que son
impuestas, la vida caería en una ausencia de significado, por lo tanto, despreciable su existencia
desde este punto de vista, lo que en palabras de Arendt es: “La coacción puramente negativa de
la logica, es decir, la prohibición de contradicciones, se convirtió en productiva, de forma que
pudo ser iniciada e impuesta a la mente toda una línea de pensamiento, extrayendo
conclusiones en la manera de simple argumentación”16.

Este pensamiento anula la vida de las personas, dejando a las personas en un total asilamiento
que es definido como “lo que llamamos aislamiento en la vida política se llama soledad en la
17
esfera de las relaciones sociales” principalmente por que el terror los hace más vulnerables
apoyado en la idea de que en pluralidad, los hombres alcanzan el poder, lo que implica que
aislados carecen de poder, es decir una impotencia, no dejando espacio para la acción y el
ejercicio del poder, suprimidos dos de los fundamentales estatutos fundamentales para Arendt
del ser humano. Por lo tanto, deja una de las condiciones intactas, que es su capacidad de
producción o de “labor”: “El asilamiento aunque destructor del poder y la capacidad para la
acción, no solo deja intactas todas las llamadas actividades del hombre, si no que incluso se
requiere para estas. En cuanto al homo faber, tiende a aislarse con su obra, es decir, abandonar
temporalmente el terreno de la política. La fabricación (poiesis, la elaboración de las cosas),
como diferencia de la acción (praxis), por una parte (y del mero trabajo), por otra, es realizada
siempre en un cierto aislamiento de las preocupaciones comunes, tanto si es el resultado es una
muestra de pericia manual como una obra de arte” 18 que dice relación en que las actividades
del hombre una vez consideradas todas como trabajo pierde contacto con el mundo por que ha
perdido su lugar en el terreno político es abandonado también por el mundo a ser considerado
como un mero homo laborans, cuyo metabolismo con la naturaleza no importa a nadie,
quedando finalmente sepultadas todas las condiciones fundamentales del hombre 19.
15
ARENDT, H..; Tomo 3: Cáp. 13: Ideología y terror: Una nueva forma de gobierno, Los orígenes del totalitarismo
(pp. 628), Madrid, España, Alianza editores.
16
IBID, pp. 629
17
IBID, pp. 635
18
IBIDEM
19
ARENDT, Hannah (1998): The Human Condition, Chicago, United States, University of Chicago Press.

5
Es así como el aislamiento se torna soledad, en su vida humana en conjunto, es decir, elimina
por completo su lugar en el mundo. Esta soledad en primera instancia se presenta como una vida
solitaria al no tener contacto con otros individuos, pero se puede producir la soledad al
abandonarse este a sí mismo. Es decir, que el terror crea los espacios y las condiciones
oportunas para que el humano se sienta eyectado de la sociedad y así proveer de estas
necesidades con la garantía de volver a restituir algunas estas como la compañía, en un acto
suicida, como lo califica Arendt. Finalmente vemos como se configura un régimen fundado en
el terror que despoja al hombre de todas sus categorías 20 propias de manera que es convertido en
mero hombre productor de bienes y aún esto no impide que mantenga su categoría como se dijo
anteriormente, finalmente el sentido de su vida es totalmente superfluo.

Ahora bien, en la relación con Michel Foucault estos mecanismos de deshumanización se ven
en un punto común en que efectivamente, los pensadores, determinan que el objeto a los que les
es aplicado a un hombre como producto de un ser compuesto por alma y cuerpo, por los
mecanismos de violencia (terror y penalidad, respectivamente), si no que opera a través de este
para la dominación total21, que lo eliminará como ser humano al ser suprimido o restringidos sus
principales propiedades que le dan la categoría de hombre. Foucault indica que “El castigo
tenderá, pues, a convertirse en la parte más oculta del proceso penal. Lo cual lleva consigo
varias consecuencias: la de que abandona el dominio de la percepción casi cotidiana, para
entrar en el de la conciencia abstracta: se pide su eficacia a su fatalidad” 22 y también en esta
cita: “los jueces, poco a poco, (…) se han puesto a juzgar otra cosa distinta de los delitos: el
alma de los delincuentes”23 lo que implica la aparición de personajes extrajurídicos, como
sicólogos, médicos y sociólogos, como muestra de que no se pretende eliminar ni castigar el
cuerpo, si no para “poder hacerlos funcionar en el interior de la operación penal como
elementos no jurídicos”24 y así poder recuperarlos como elementos de la sociedad “sanados”, o
mas bien dicho, “normalizados”.

Ahora, también estudian Arendt y Foucault una relación en que se puede dominar al cuerpo
mediante procesos, ya sean, de terror como de poder, respectivamente, que funcionan a través
del cuerpo o de la dominación a través de este, ya sea mediante la dominación de los procesos
biológicos en Hannah Arendt (que como se describió anteriormente representa la mayor
amenaza para los totalitarismos, por eso que son restringidas las libertades personales, para que

20
ARENDT, H..; La condición humana (pp. 628), Madrid, España, Alianza editores.
21
Cf. FOUCAULT, Michel (1976). Vigilar y castigar. Siglo Veintiuno Editores, pp.17
22
IBIDEM
23
IBID, pp. 26.
24
IBID, pp. 29.

6
la espontaneidad no interfiera en el movimiento lineal de la naturaleza) o como mediante los
procesos de dominación del cuerpo, o bien los sistemas punitivos, traducidos o en “economías
políticas” que se traducen tecnologías del poder 25. Estos poderes pueden ser estudiados
mediante una anatomopolítica, tal como si fuera una relación interconectada de poderes que
actúan sobre el hombre como sistemas de dominación, que pueden ser separadas y estudiadas, a
lo que denomina como microfísica. Lo que ve Foucault es que el cuerpo del ser humano se
encuentra dentro de un sistema de relaciones de poder y de dominación como lo es la fuerza de
producción, pero que resulta inútil sin un sistema de sujeción, una vez determinado este marco,
el cuerpo se encuentra en su punto útil cuando su cuerpo esta sometido. Pues bien, esto puede
“ser calculado, organizado, técnicamente reflexivo, puede ser sutil, sin hacer uso de las armas
ni del terror y sin embargo permanecer dentro del orden físico” 26 pues bien, esto es a lo que el
llama como las tecnologías del poder, las tecnologías que someten al cuerpo hasta un estado de
completo control. Ahora bien, se asoma otra de las semejanzas en este, ya que, si bien este habla
en la cita pasada de que no siempre la violencia o el terror son herramientas de dominación del
cuerpo, la reconoce como tal, con la única diferencia que este la estudia desde otro punto de
vista, que es el de las relaciones de poder. Ahora bien, se desmarca aun más Foucault de Arendt
en la siguiente cita: “Analizar el cerco político del cuerpo y la microfísica del poder implica,
por lo tanto que se renuncie – en lo que concierne al poder – a la oposición ideología-
violencia..., en lo que concierne al saber, que se renuncie a la oposición de lo que es interesa o
desinteresado, al modelo del conocimiento y a la primacía del sujeto“ 27 por lo que se distancia
de Arendt en no tomar como inicio de estudio a los mecanismo de dominación que ejerce el
miedo tanto como intencionado como una simple relación de violencia.

Lo que Foucault definiría más tarde como “Biopolítica” (de Arendt) es a este sistema que opera
a través del cuerpo para la dominación total del individuo, ya sea corporalmente como en su
alma misma. Este define biopolítica como esa transformación en la idea de que la política tomó
espacio en la temprana modernidad, por las cuales las políticas se pasaron a considerar como
“poder sobre la vida”, como la dominación sobre la vida o biología alcanzada a través del
control de proceso mismo de la vida 28. Para comprender mejor la relación entre estos dos se
debe considerar el totalitarismo de Arendt en una interpretación a través de Foucault como un
fenómeno biopolítico, ya que interviene directamente en los procesos y necesidades naturales
del hombre, que considera que la preservación de la vida biológica es anterior a la capacidad de
25
FOUCAULT, Michel. [1976] 1999. “Las mallas del poder”. En: Estética, ética y hermenéutica. Obras Esenciales.
Volumen III. Pp. 235-254. Barcelona: Paidós.
26
IBID, pp. 33.
27
IBID, pp. 35.
28
Cf. VATTER, Miguel.; Nº2, Volumen 26, Revista de ciencia política: Natality and Biopolitics in Hannah Arendt [en
línea]. 2006 [fecha de consulta: 03 de diciembre de 2009]. Disponible en:
[http://www.scielo.cl/pdf/revcipol/v26n2/art08.pdf]

7
hablar como precondición, no como fin, de la vía política de vida, en discordancia con
Aristóteles claramente. Foucault además concuerda con Arendt en que la vía de dominación de
los procesos biológicos es una forma de “dar muerte” al individuo, ya que lo lanza a un estado
de completa dominación, donde la categoría de hombre es eliminada de raíz ya que lo vuelve
superfluo, es decir, como lo describe Arendt, como un simple homo laborans en donde su
importancia en el proceso no importa a nadie, ya que el movimiento de la naturaleza sigue
adelante, lo que quiere decir que la vida se convierte en vana.

Como conclusión se puede decir que estos dos autores están íntimamente relacionados ya que
los dos estiman que las relaciones de poder así como el temor son vías de dominación del
cuerpo, cada uno con su propio procedimiento de acción que tiene como objetivo suprimir las
características fundamentales del hombre y así hacerlo manejable y vulnerable, cuidadosamente
examinado el saber de este poder para lograr este ultimo objetivo tomando al hombre como una
composición de alma y cuerpo, en que el alma prevalece sobre la otra, cada una con su propio
camino de investigación pero con base al mismo problema o cuestión. Posiblemente la relación
fundamental esté en que los dos autores compartieron la misma época en que produjeron sus
obras, por lo tanto, las características sociopolíticas no deberían haberlos distanciado en su
pensamiento la hacer un análisis de la contingencia y de los sistemas de dominación,
fundamentalmente contemporáneos y debido también al dialogo que hubo de haber entre estos
autores. Se podrían conseguir nuevas relaciones entre estos dos autores en el estudio de otros
textos ya que se evidencia una clara relación de influencia, de Arendt fundamentalmente, en
Foucault en sus obras venideras, ya que este último, en su estudio de las relaciones políticas
sobre el cuerpo como dominación tenían una profunda relación con estos procesos finalmente
condensaría esto en el concepto de la Biopolítica, término no antes mencionado por la autora.

Bibliografía:

Foucault, Michel (1976). Vigilar y castigar. Siglo Veintiuno Editores, pp.11-37, 172-238.
Arendt, Hannah (1999). Los orígenes del totalitarismo, Alianza editores, Madrid, pp. 385-427,
617-640

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