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A medida que el mundo va cambiando, también va evolucionando y es por esto que los

tiempos, las teorías, los modelos y los paradigmas nos incitan, seducen y nos introducen en
esas nuevas formas de pensar, que al fin de cuentas también modifican nuestro actuar.

Al referirnos al cambio es impajaritable no hablar de temas como la diversidad, la inclusión y


por ende las poblaciones diversas. La globalización es una de esas formas que nos permitió
avanzar a pasos agigantados en tecnología, conocimiento, academia, mentalidad y apertura,
entre otros.

Al referirnos a la diversidad esta hace total referencia a la diferencia, a esa distinción entre
personas, animales o cosas, Nos permite reconocer que hay una variedad, una infinidad de
cosas que se caracterizan por una identidad única.

La diversidad nos permite ver, entender y dimensionar un mundo lleno de alternativas de


vida, un abanico de pensamientos, un sinnúmero de expresiones de vida en un contexto en
común.

Entre ellos, por ejemplo, diversidad cultural, étnica, lingüística, biológica, entre otros.

La inclusión se traduce en ese reconocimiento del otro y traerlo a hacer parte de un mundo
en común, un mundo que además de ser diverso, acepta al otro desde su perspectiva y
condición.

Hace referencia a la tendencia de integrar a la sociedad a toda clase de personas sin importar
cómo ni de dónde venga y mucho menos sus condiciones. Lo importante es dar una
oportunidad de una vida más digna para tener un mayor desarrollo personal, laboral,
familiar, académico y en cualquier espacio que el ser humano desee.

Entre las diversas formas de inclusión tenemos de tipo laboral, educativo, cultural que
permiten un mayor crecimiento como persona y esto a su vez aporta al desarrollo de una
comunidad y un país.

Hablando de poblaciones diversas, podemos decir que son las características de un grupo de
personas con un estilo de vida diferente al del que llamamos común, se distinguen por otra
forma de actuar, pensar, sentir y aprender.

La Ley 1448 de 2011 incorpora el principio de Enfoque Diferencial que reconoce la existencia
de poblaciones con características particulares a razón de género, edad, raza, orientación
sexual o situación de discapacidad. (Enfoque diferencial, Presidencia de la República)

Para acercarnos a estos conceptos, reconocerlos, aceptarlos, implementarlos y hacer parte


de ellos, la idea no es generar una política general para la ciudadanía moderna, la idea es
propiciar unas condiciones que se amolden a una generalidad acorde con la época, que
permitan el libre desarrollo cultural y la realización del ser humano sin que se afecte ni se
limite a nadie, más bien generar una política general en donde se abra un gran abanico de
posibilidades para el desarrollo personal y de una cultura.

Según Saidiza (2017) , y su acotación sobre la dualidad, “tenemos unas políticas


constitucionales traducidas en política pública para la inclusión, que parten del
reconocimiento de la posibilidad de vivir de formas distintas pues, en última instancia, el
mundo socio-cultural es un mundo construido que puede adquirir diferentes formas”. Dichas
políticas buscan incluir todo tipo de culturas a una sociedad del común, buscan integrar a un
sector que viene siendo excluido a una convivencia general, busca hacerlos participes de
todos sus derechos, de los programas que hay para que no sean pequeñas ISLAS que o no se
conocen o se conocen pero no hay un trato acorde y un acercamiento a ellos.

Es pertinente tener en cuenta las dimensiones políticas, económicas e históricas a través de


las cuales ordenamos las relaciones entre un nosotros y los otros para que haya generalidad
y se conserven culturas e individualidades. Aquellos que denominamos los “otros” tienen
una característica diferente a la nuestra y por eso los llamamos así, porque no hacen parte
de nuestro COMÚN. Por lo tanto, conocer sus dimensiones políticas, saber cómo se genera
su economía y su historia, nos hace entender sus necesidades, sus dificultades y potencializar
sus habilidades; de tal modo que vinculemos a ese otro ser a nuestro mundo y al mismo
tiempo lo entendamos y vivamos esa empatía “ponerse en los zapatos del otro” que genera
mayor inclusión que exclusión porque traigo al OTRO a mi mundo y me acerco al de él, así se
genera una estrategia comunicacional y de convivencia, en la que nos volvemos universales
sin sacrificar las individuales de nadie. Un ejemplo es cuando llega alguien de otro lugar del
país a nuestra región, lo acogemos, lo contextualizamos y le enseñamos cómo vivimos y
compartimos con esa persona para entender cómo es su comportamiento, su lenguaje y su
idiosincrasia; de tal modo que no lo hacemos a un lado sino que lo vinculamos (lo incluimos).
BIBLIOGRAFÍA

Saidiza Peñuela, O. (2017). Políticas públicas para la inclusión en Colombia de la realidad


política a la política a la realidad cultural. Colombia. Recuperado de
http://hdl.handle.net/10596/11385

- Escobar Triana, J. (2012). Defensa de la diversidad y de la dignidad humana en la


Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO.

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