Está en la página 1de 6

La identidad nacional se basa en una condición social, cultural y espacial.

Es la identidad
basada en el concepto de nación, es decir, el sentimiento de pertenencia a una colectividad
histórico-cultural definida con características diversas, rasgos de cosmovisión definidos con
mayor o menor localismo o universalismo (desde la cultura a la civilización), costumbres de
interacción, organización social y política (particularmente, el Estado tanto si se identifica con
él como si se identifica contra él). La identificación con una nación suele suponer la asunción,
con distintos tipos y grados de sentimiento (amor a lo propio, odio o temor a lo
ajeno, orgullo, fatalismo, victimismo entre otros) de las formas concretas que esas
características toman en ella. Se da simultáneamente a otras
identidades individuales o identidades colectivas1 basadas en cualquier otro factor (la lengua,
la raza, la religión, la clase social,y más.), asumiéndolas, superponiéndolas, ignorándolas o
negándolas. Suele tomar como referencia elementos explícitos tales como símbolos patrios,
símbolos naturales y signos distintivos (banderas, escudos, himnos, selecciones
deportivas, monedas, entre otros).
Según Liah Greenfeld la identidad nacional es la «identidad fundamental» en el mundo
moderno frente a otras identidades en cuanto que «se considera definidora de la esencia
misma del individuo». Así Greenfeld define el término «nacionalismo» en un sentido general
como el «conjunto de ideas y de sentimientos que conforman el marco conceptual de la
identidad nacional».2 Un punto de vista semejante es el que defiende Anthony D.
Smith cuando afirma, refiriéndose al nacionalismo, «que ningún otro principio dispone de la
lealtad de la humanidad» —«el mundo moderno es un "mundo de naciones"»—.3 En cuanto a
cuándo se formaron las identidades nacionales Greenfeld afirma que «la primera nación en
constituirse fue Inglaterra, en el siglo XVI. Francia y Rusia se definieron en el siglo XVIII. La
mayoría de las otras naciones lo hicieron en los siglos XIX y XX».2
Históricamente la identidad nacional es una comunidad imaginada,4 la forma en que se
efectuó la construcción de nación por los nacionalismos del siglo XIX en los estados-
nación europeos y americanos; extendida al resto del mundo por los movimientos de
resistencia al imperialismo y el colonialismo, y en la segunda mitad del siglo XX por
la descolonización y el tercermundismo.

"Identidad nacional" como contenido de la soberanía


nacional[editar]
El Tratado de la Unión Europea considera que la "identidad nacional" es "inherente a las
estructuras fundamentales políticas y constitucionales" de cada Estado miembro y la Unión
debe respetarla, por identificarse con el contenido de la soberanía nacional que no se
transfiere de los Estados a la Unión. Tanto el Tribunal Europeo de Justicia como el Tribunal
Constitucional Federal alemán han definido tal "identidad nacional" como "el conjunto de
poderes necesarios para que aquel [el Estado miembro] pueda configurar con entera libertad
las condiciones de vida económicas y sociales de sus ciudadanos; un límite infranqueable
para la transferencia de competencias a favor de la Unión que el mismo Tribunal se encarga
de garantizar, declarando la inaplicabilidad en Alemania [y por tanto, en el resto de los
Estados] de las normas europeas que no lo respeten".5
El término identidad engloba una gran variedad de usos, sin embargo la identidad nacional
tiene sus orígenes en la fusión de culturas, desde que se conjunto a México como una nación,
se usa como un concepto estratégico en el devenir de la nación y como tal sujeto de la lucha
por la asignación de contenidos específicos.[cita requerida]
Cuando la realidad social e histórica que nos interesa es la de nuestro propio país, México,
debemos tener criterios que nos permitan realizar una apropiación selectiva y creativa de las
ideas que circulan internacionalmente y hacer el esfuerzo por generar un conocimiento que
responda a nuestra especificidad.6
Por lo tanto los orígenes de la identidad nacional es ambiguo gracias a que su significado lo
es, sin embargo ha sido utilizado como un elemento de unión y de igualdad entre los
miembros de la nación mexicana.[cita requerida]
La gama de sentidos que tiene el concepto de identidad nacional se ha expandido de manera
notable y, como consecuencia, su significado se ha disuelto, convirtiéndose simultáneamente
en un concepto estratégico en el devenir de la nación y como tal sujeto de la lucha por la
asignación de contenidos específicos.7

La identidad nacional desde la población indígena en


México[editar]
La identidad que cada cultura posee es de gran importancia, al forjarse México como un país
pluricultural se abre a la posibilidad de una nueva identidad nacional la cual la sociedad
adopta a partir de sus propios valores y creencias.
La historia del hombre en sociedad es el relato de la eterna adaptación de la persona con su
entorno y de seres humanos en su interacción con otros seres humanos. También es el
recuento de su devenir en el mundo, buscando imprimir en todo lo que hace la huella de su
sentir, de su articulación sobre la realidad y de su cultura.8
En diferentes épocas las instituciones nacionales han incidido en la identidad y la cultura de
los mayas (que por cierto no se autoreconocen como indígenas). Para ello se recurre al
ejemplo de lo sucedido en el municipio de Yaxcabá, en Yucatán, donde cuatro personas con
apellido maya, que corresponden a generaciones diferentes, son miembros de una misma
familia que habita en ese lugar por lo menos desde la Colonia.9
La revolución de Independencia permitió la salida de la sociedad mexicana del letargo
colonial. “Los mexicanos” pudieron enfrentarse por vez primera con su rostro verdadero. Lo
que encontraron fue terrible: una nación escindida en castas (indios, criollos y mestizos).
Pueblos, haciendas y ciudades. Opulencia y extrema pobreza: una sociedad sin ligamentos.10
Como medida de inclusión celebrada en Pátzcuaro, Michoacán, se creó el Instituto Indigenista
Interamericano como organismo de la OEA. Éste se encargaría de impulsar que en los
diversos países de América se crearán institutos indigenistas nacionales y se desarrollará una
política común de integración indígena en el continente.11
La aculturación, es decir el proceso de cambio cultural dirigido, es el marco de participación de
organismos indigenistas en los procesos sociales que el desarrollo económico va desatando y
planteando como problemas a resolver. La aculturación, en tanto categoría de reflexión y
acción, postula la solución a los problemas de integración social sobre la base de un marco
educativo.12
De tal manera, la identidad nacional es producto tanto de la acción de las instituciones del
Estado como de los movimientos sociales que han intervenido local, regional y nacionalmente,
para darle contenido y forma a la idea, al imaginario, de lo que significa pertenecer a México,
ser y mostrarse como mexicano.
Si bien el proyecto nacional en muchos casos fue impuesto a los indígenas, lo mismo que su
pertenencia a México y su integración a una sola y hegemónica identidad nacional, no siempre
estos procesos se hicieron sobre la base de la destrucción de sus identidades locales y
culturales; como consecuencia, en muchos sitios han coexistido tales identidades, aunque de
forma conflictiva.13
La aplicación de programas en el marco de la comunidad hizo ver, en la práctica, que no era
posible inducir el cambio cultural asumiendo a la comunidad indígena como entidad aislada,
porque ésta, no obstante su autosuficiencia y su etnocentrismo, en modo alguno actuaba con
independencia, sino que, por el contrario, sólo era un satélite –uno de tantos satélites– de una
constelación que tenía un centro fuerte de articulación, en todos los casos una comunidad
urbana mestiza14
De modo que en una misma comunidad, o en un mismo grupo social y cultural persisten e
interactúan diversas identidades sociales. La noción del pluralismo cultural permitió reconocer
la diversidad en un amplio espectro de posibilidades sociales, que si bien encontraba en los
pueblos indios un paradigma de diferencia cultural, daban paso asimismo al reconocimiento de
otros grupos sociales que no eran o no se reconocían como indígenas y que participaban de
manera genérica en la cultura nacional, pero que reivindicaban niveles de identidad:
regionales, locales, barriales, etcétera.15

Multiculturalidad y globalización[editar]
Según el costarricense Leonel Arias (2009), académico de la Universidad Nacional, en su
artículo, La identidad nacional en tiempos de globalización. "Los procesos identitarios llevan
explícita una discusión en torno a la dinámica de cambio, el papel de los grupos sociales
emergentes y la diversidad sociocultural, y que, paulatinamente, el discurso esencialista e
inmutable de las identidades ha sido cuestionado. Desde esta perspectiva, es claro que los
distintos grupos humanos van construyendo y reconstruyendo identidades a la par de la
influencia que ejerce la industria cultural, ya sea por los flujos migratorios, los medios de
masas o la actividad comercial, en una relación interactiva que da paso a varios fenómenos
sociales, entre ellos:

1. La aparición de espacios sociales, en los que se promueven prácticas culturales


alternativas y emergentes.
2. La promoción de la diversidad y el reclamo de las minorías por sus derechos.
3. La dinámica de los micromundos dentro de la concepción política de Estado.
4. La presión política de los organismos internacionales por los derechos humanos.
5. El surgimiento de la cultura popular.
6. La pluralidad de expresiones culturales enmarcadas en símbolos, modas, valores,
conocimientos, ideas y prácticas sociales de diversa naturaleza."16
Dentro de cada cultura, coexisten distintos modos de vivir; entonces, se habla de
multiculturalidad cuando en el seno de una unidad socio-política se vive de acuerdo con
diferentes opciones culturales.
Es de considerar, entonces, que el proceso de globalización no sólo debe verse como el auge
de las nuevas tecnologías de la comunicación o de la ampliación de mercados. Es un proceso
más complejo, que trasciende lo económico y tecnológico. Las tendencias actuales giran en
torno a la interrelación de diversos factores políticos, sociales y culturales, que se observan en
los símbolos y significados de los diversos grupos sociales. Por consiguiente, la identidad
nacional es un proceso histórico, dinámico y en constante transformación; en otras palabras,
está sujeta al cambio, pues forma parte de los procesos de socialización que vinculan las
prácticas cotidianas de los individuos y los grupos sociales gracias a la diversidad e
intercambio cultural, de los grupos sociales que nacen y/o viven en un territorio.16
La identidad nacional es un tema que se encuentra en discusión, a partir de diferentes
tendencias ideológicas, por lo que una característica del fenómeno de las identidades es la
diversidad en cuando al discurso que se brinda. Por una parte, se habla de “crisis de
identidad” como algo negativo, podría decirse ruptura con lo establecido, de aquella posición
ideológica conservadora y/o reproductora del discurso de “nosotros” frente a los “otros”, del
sentimiento nacionalista del ser costarricense, de lo nuestro, de narraciones pasadas, entre
otros aspectos de carácter evidentemente esencialista. Contrario a esta postura, está la visión
de cambio social y transformación de lo propio, a causa de la influencia de los medios de
comunicación masiva, principalmente de la televisión y la Internet.
Por ello, existe un punto en común en el contexto en que este debate se realiza y es que tal
proceso tiene relación directa con la globalización. Este aspecto es fundamental para entender
la dinámica de cambio social que vivimos en estos tiempos, en la que lo foráneo viene a
convertirse en un factor determinante para diferenciar, compartir o afirmar una forma de
identidad. Además, es una construcción social que se reconoce al interior de cada sociedad,
en aspectos tales como el género, los grupos étnicos, el lugar en donde se nace o se vive, el
aspecto generacional, la edad, las diferencias socioeconómicas, las tendencias políticas e,
incluso, las preferencias sexuales; por lo que la diversidad se convierte en una característica
que cohesiona el fenómeno de las identidades en tiempos de globalización.16
Un caso específico lo constituye el intento de establecer una identidad nacional francesa por el
presidente de la República Nicolás Sarkozy, interpretado como un intento de privar a
la extrema derecha de un argumento en contra de la inmigración.17

Formación para la Soberanía Nacional


Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Formación para la Soberanía Nacional (FSN), reemplazo de Instrucción Premilitar,12 es un


área de formación o disciplina académica dictada en Venezuela, a los estudiantes de 4.º y 5.º
año de educación media general y 6.º año de media técnica,3 bajo la supervisión del Ministerio
del Poder Popular para la Educación y el Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
En agosto de 2017, para el inicio del periodo escolar 2017-2018, la asignatura fue modificada
por la reforma del currículo nacional venezolano, transformando parte de su contenido y
cambiando su nombre con la excepción de las escuelas técnicas y arquidiocesanas
venezolanas, donde fue modificado meses más tarde.4

Antecedentes
Adeptos al oficialismo, incluyendo algunos diputados del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), han alegado la educación militar ha sido normal en Venezuela desde
1985, cuando se introdujo la instrucción pre-militar en el programa de los colegios.5
A finales de 1980, durante el gobierno de Luis Herrera Campins, se instituyeron las normas de
organización y funcionamiento de la comisión permanente para la instrucción premilitar
mediante una resolución conjunta de los ministerios de defensa y educación firmada por los
ministros Luis Enrique Rangel Bourgoin y Rafael Fernández Heres. El documento aparte
definía que se habría de impartir dicha asignatura en el ámbito de la educación básica y media
diversificada, a escala nacional. En 1981 se fundan los Comités Permanentes para Instrucción
Premilitar (CPIPM) en los estados Distrito
Federal, Táchira, Zulia, Monagas, Bolívar y Amazonas.6
Más tarde entre 1982-1983 surgen en Falcón, Lara, Apure, Carabobo, Yaracuy, Nueva
Esparta, Delta Amacuro, Miranda y Trujillo. Entre 1984 y 1985 son instaurados
en Anzoátegui, Cojedes, Portuguesa, Aragua, Barinas, Mérida, Sucre y Guárico y no fue hasta
cinco años después que se constituyeron 23 comités de instrucción premilitar en igual número
de entidades territoriales de Venezuela.6

Evolución
En 1999, con la llegada del gobierno de Hugo Chávez, el 22 de junio de ese mismo año, se
extendió el programa de Instrucción Premilitar en todo el país. Después de que las tensiones
políticas se agudizaron y de los resultados electorales favorables entre 2001 y 2004, Chávez
decidió proceder a "profundizar y acelerar" su proyecto político y hegemónico, incluyendo una
ofensiva ideológica sobre el ámbito educativo. En efecto, tres de los objetivos específicos de la
nueva estrategia militar nacional impulsada por Chávez desde 2004, establecían:7

 Educar a la población en los principios militares de disciplina, amor a la patria y


obediencia.
 Profundizar la educación premilitar en los diferentes niveles de educación y misiones.
 Educar, concienciar y sensibilizar la unidad cívica-militar para la defensa de la nación.
El resultado final lo constituyó la puesta en vigencia de un nuevo diseño curricular a partir de
año escolar 2015-2016 en educación media o secundaria que estableció modificaciones
profundas en las asignaturas que cursarían en adelante los jóvenes. Una de las nuevas áreas
de formación previstas en el nuevo currículo se denominaba «Memoria, Territorio y
Ciudadanía».7

Reforma curricular
Debido a la reforma curricular implementada por el gobierno venezolano y el ex-ministro Elías
Jaua, para el periodo escolar 2017-2018 de bachillerato, la asignatura de instrucción premilitar
fue reformada por Formación para la Soberanía Nacional.48
La nueva área de formación fue ubicada dentro la secuencia del plan de estudios, dirigida a
los estudiantes del cuarto y quinto año de educación media general, en promedio con una
edad de diecisiete años y dieciocho años, respectivamente.9 En el programa del área de
marras están presentes contenidos relacionados con el Nuevo Pensamiento Militar
Venezolano, la unión cívico-militar, el modelo económico socialista, las organizaciones del
poder popular y su relación con la FANB, entre otras premisas oficialistas.7

Estructura[editar]
La Formación para la Soberanía Nacional, según el artículo publicado por CERPE, sobre
las áreas de formación en Educación Media General, menciona que "se articula con el área de
Geografía, Historia y Ciudadanía en función de garantizar una visión de conjunto de lo
geopolítico, de la soberanía territorial, económica, cultural; de la biodiversidad, del espacio
radioeléctrico y ultraterrestre." Aparte, de estar estructurada por temas generadores.10
Críticas[editar]
La ONG Control Ciudadano, denunció que antes de que la ley de educación militar, hubiese
entrado en vigencia, ya se había publicado Plan de Educación Militar en la Gaceta Oficial
N°39.641 el 24 de marzo de 2011, explicando que se incorpora a la Milicia Bolivariana para
"instrumentalizar la instrucción premilitar en todo el sistema educativo nacional" y describiendo
al plan como "seriamente cuestionado desde su aprobación".11
El diputado Miguel Pizarro fundó el movimiento antimilitarista Ni casco ni uniforme como
estudiante de bachillerato, que se oponía a la imposición del gobierno de turno de implementar
instrucción premilitar en la educación media. Por su acción de protesta dentro de la institución
fue expulsado del colegio franciscano donde estudiaba.12El diputado opositor por Un Nuevo
Tiempo (UNT), Hiram Gaviria, ha declarado que el contenido de la resolución educativa
aprobada en 2011 es completamente distinto al programa educativo anterior, lo ha definido
como "dogmático" y ha considerado que "choca con los principios constitucionales que
garantizan una educación libre y plural".5
Según Leonardo Carvajal, profesor universitario y miembro de la ONG Asamblea de
Educación, la incorporación de la Educación para la Defensa Integral de la Nación como "eje
transversal de la educación" constituye "una visión militarista y fascista de la sociedad”.5

También podría gustarte