Está en la página 1de 14

Esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta al paciente


deteriorando sus capacidades en diversos aspectos psicológicos,
como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad.
Los pacientes esquizofrénicos pueden perder el contacto con la
realidad (psicosis), sufrir alucinaciones, delirios (creencias falsas),
tener pensamientos anormales y alteración del funcionamiento social
y laboral.
Etimológicamente significa «mente escindida». Con este término, se
quería subrayar las alteraciones en el pensamiento que presentan las
personas que la padecen.

Causas
El origen de la esquizofrenia no se conoce con certeza. No
obstante, en los últimos años se han logrado algunos avances que
permiten señalar diversos factores responsables del trastorno:

Alteraciones precoces del desarrollo del cerebro


Estudios con técnicas histopatológicas modernas y con técnicas de
neuroimagen, como la resonancia magnética, han detectado
anomalías en la estructura de determinadas regiones cerebrales.
Otras técnicas, como la tomografía de emisión de positrones, han
permitido observar algunas alteraciones en el funcionamiento del
cerebro de estos enfermos, en comparación con el de personas sanas.
Conjuntamente, estos hallazgos apoyan la teoría de que la
esquizofrenia puede tener su origen en alteraciones del desarrollo
cerebral muy precozmente, en concreto, durante el desarrollo del
cerebro embrionario.
Predisposición genética
Aunque el mecanismo de transmisión no se conoce, sí se sabe que el
riesgo de padecer la enfermedad es mayor cuando
existen antecedentes familiares de la misma. Sin embargo, la
presencia de antecedentes no es una condición necesaria ni
suficiente; muchos pacientes no los presentan y muchos sanos, sí.
Esto indica que otros factores no genéticos también juegan un papel
importante en la génesis del trastorno.

Alteraciones en moléculas del cerebro


Se ha descubierto que diversas sustancias
llamadas neurotransmisores (los responsables de que las neuronas
se comuniquen adecuadamente) pueden estar desequilibradas en la
esquizofrenia. Los estudios sobre estas sustancias están siendo muy importantes para el
diseño de fármacos cada vez más efectivos.

Síntomas
El principal problema relacionado con los síntomas de esta patología es que la
mayoría son subjetivos, es decir, sólo el paciente los experimenta, por lo que
no pueden comprobarse. El segundo, es que la esquizofrenia es una
enfermedad que presenta muchas y variadas manifestaciones pero ninguna
es específica de ella, sino que también pueden estar presentes en otros
trastornos mentales. Actualmente se dividen los síntomas en dos grandes
grupos:
 Los positivos consisten en aquellas manifestaciones anormales que
experimentan los pacientes, como ver cosas que no existen (alucinaciones) o
pensar que ocurren cosas que no son verdad (delirios).

 Los negativos consisten en aquellas manifestaciones que hacen pensar que el


sujeto está perdiendo capacidades para pensar, sentir o hacer cosas con
normalidad. Por ejemplo, dejar de hablar con fluidez, tener interés por las
cosas o las personas, por levantarse cada día a trabajar, etc. Es habitual que,
con el paso del tiempo, muchos de los síntomas se alivien. Sin embargo,
suelen quedar algunas secuelas, como abandono del cuidado de sí mismo,
frialdad hacia los demás, indiferencia o desinterés por todo.
Los síntomas más característicos de la enfermedad son:
 Delirios: Ideas erróneas de las que el paciente está convencido. Por ejemplo,
creer que todo el mundo está contra él o que tratan de perjudicarle.

 Alucinaciones: Percibir algo que no existe. Por ejemplo, oír voces (que le
insultan o hablan de él), o ver objetos o caras que no están.

 Trastornos del pensamiento: El lenguaje del paciente se hace


incomprensible y con poca fluidez.

 Alteración de la sensación sobre sí mismo: La persona siente que su cuerpo


está cambiando, se ve a sí mismo como alguien raro. Los pacientes pueden
decir que no se reconocen al mirarse al espejo. Los límites entre uno mismo y
los demás no están claros, por ello, pueden creer que los demás pueden saber
lo que piensa o por el contrario, creen adivinar lo que otros piensan.

 Deterioro de las emociones: La afectividad se va empobreciendo y puede


llegar a la ausencia de sentimientos. Los pacientes se muestran inexpresivos y
se comportan con frialdad hacia los demás.

 Aislamiento: Los pacientes se encierran en sí mismos y en su mundo interior.


A este síntoma se le denomina autismo. Se manifiesta porque el paciente se
queda encerrado en su habitación y evita la compañía de los demás.

Prevención
La esquizofrenia no se puede prevenir. Sin embargo, si el paciente sigue el
tratamiento prescrito por los especialistas, los síntomas sí pueden prevenirse y
evitarse. De hecho, si el paciente abandona el tratamiento es probable que
muchos síntomas reaparezcan.

Tipos
Algunos investigadores creen que la esquizofrenia es un trastorno aislado,
mientras que otros creen que es un síndrome (un conjunto de síntomas)
basados en numerosas enfermedades subyacentes. Se han propuesto subtipos
de esquizofrenia en un esfuerzo de clasificar a los pacientes dentro de grupos
más uniformes. Sin embargo, en un mismo paciente, el subtipo puede variar a
lo largo del tiempo.
 Esquizofrenia paranoide: Es el subtipo más frecuente. Predominan las ideas
delirantes de persecución o de perjuicio de otras personas hacia el paciente.

 Esquizofrenia hebefrénica: En ella predominan las alteraciones en las


emociones. Son características las manifestaciones de lo que se denomina
incongruencia emocional en las que, por ejemplo, el paciente se ríe sin motivo
aparente. Su comienzo es más precoz que la anterior y más grave.

 Esquizofrenia catatónica: Se caracteriza por alteraciones motoras,


generalmente inmovilidad persistente, aunque puede alternar con crisis de
agitación o puede presentar movimientos repetitivos. Suele responder mejor al
tratamiento.

 Esquizofrenia indiferenciada: Cuando una esquizofrenia no reúne los


criterios de los subtipos anteriores o presenta varios de ellos se le llama
indiferenciada.
Aunque estas divisiones se siguen utilizando, hoy se tiende a valorar y
diferenciar estos trastornos en función de la predominancia de síntomas
positivos o negativos y, sobre todo, a medir la intensidad de cada uno de estos
síntomas mediante cuestionarios y escalas. Esto permite evaluar al paciente
en diversos momentos de su evolución, así como la efectividad de los
tratamientos.

El tratamiento de la esquizofrenia es farmacológico, principalmente con neurolépticos o an

Los esquizofrénicos suelen perder el contacto con la realidad.


Diagnóstico
No existe una prueba diagnóstica definitiva para la esquizofrenia. El psiquiatra
realiza el diagnóstico basándose en una evaluación del historial de la persona
y de su sintomatología.
Para establecer el diagnóstico de esquizofrenia, los síntomas deben durar por
lo menos seis meses y asociarse con deterioro significativo del trabajo, los
estudios o del desarrollo social. La información procedente de la familia,
amigos o profesores es importante para establecer cuándo comenzó la
enfermedad.
El médico deberá descartar la posibilidad de que los síntomas psicóticos del
paciente estén causados por un trastorno afectivo. Con frecuencia se realizan
análisis de laboratorio para descartar el abuso de sustancias tóxicas o un
trastorno subyacente de tipo endocrino o neurológico que pueda tener algunas
características de psicosis. Ejemplos de este tipo de trastornos son los tumores
cerebrales, la epilepsia del lóbulo temporal, las enfermedades autoinmunes,
la enfermedad de Huntington, las enfermedades hepáticas y las reacciones
adversas a los medicamentos.

Tratamientos
tipsicóticos. Se diferencian dos tipos de antipsicóticos:
 Los clásicos: la clorpromazina, el haloperidol o la tioridazina.

 Los neurolépticos atípicos: clozapina, risperidona, olanzapina,


ziprasidona o quetiapina
Ambos grupos tienen en común la capacidad de corregir desequilibrios de los
neurotransmisores, sobre todo la dopamina, y aliviar los síntomas positivos.
Sin embargo, los neurolépticos atípicos tienen especial capacidad de conseguir
el desequilibrio del neurotransmisor serotonina. A ello se ha asociado la
efectividad de este tipo de neurolépticos sobre los síntomas negativos. Los
neurolépticos atípicos tienen además la ventaja de producir menos efectos
secundarios.
En casos muy concretos, como la escasa respuesta al tratamiento con
medicamentos, con grave riesgo de suicidio o agresión hacia otros, en el
subtipo de esquizofrenia catatónica puede estar indicado el tratamiento con
electroshock. Pese a su mala prensa, las condiciones de aplicación actual del
electroshock hacen que sea un procedimiento seguro, además de muy eficaz.
Los tratamientos antipsicóticos han permitido que, en la mayor parte de los
casos, el pacientecon esquizofrenia pueda vivir en comunidad. Es
extraordinariamente importante aprovechar esta posibilidad y combinar el
tratamiento farmacológico con una serie de medidas destinadas a que el
paciente esté ocupado y activo.
Estas medidas constituyen lo que se denomina terapia psicosocial. Precisa de
mecanismos asistenciales como por ejemplo, talleres ocupacionales, centros
de día, centros de salud mental y grupos de autoayuda.
El diálogo entre paciente con esquizofrenia y el médico puede ser un
instrumento terapéutico importante, si tiene como fin que el enfermo conozca
su patología. El médico le puede enseñar a convivir con la patología y a
utilizar sus propios recursos psicológicos y ajenos -familia, amigos, apoyo-,
para acercarse más a su entorno.
Por otra parte, es importante que el psiquiatra informe tanto al paciente como
a los familiares con los que convive sobre las características sintomáticas de la
enfermedad y les ayude a distinguir cómo se han manifestado en su caso
particular, con vistas a prevenir o intervenir en caso de reagudización.
También es importante que el psiquiatra informe sobre los tratamientos
antipsicóticos, sus efectos y ventajas, y los posibles efectos adversos.
Además es necesario que el psiquiatra ayude al enfermo y allegados a que
consigan una comunicación adecuada en el medio familiar. Otras técnicas de
psicoterapia individual, por ejemplo las de tipo psicoanalítico, no parece ser
eficaces en la esquizofrenia.

Otros datos

Pronóstico
El pronóstico de esta patología es complicado y depende de cada caso. Sin
embargo, en la mayoría de los pacientes los síntomas mejoran con el
tratamiento farmacológico. Cuando se abandona los síntomas suelen
reaparecer.

Complicaciones
Los expertos señalan que los esquizofrénicos tienen más riesgo de:
 Tener problemas con el alcohol y las drogas. Además, su consumo
incrementa las posibilidades de que reaparezcan los síntomas.

 Desarrollar otras enfermedades debido al estilo de vida inactivo.

 Tener efectos secundarios por los medicamentos.

 Suicidio.
La consejería bíblica y la esquizofrenia

Según las estadísticas, una de cada 100 personas


sufre de esquizofrenia; por lo que como pastores,
líderes o miembros de nuestras iglesias debemos
estar preparados para acompañar a los que padecen
esta enfermedad y a sus familiares. Con este
objetivo en mente, primero trataré de responder a la
pregunta: ¿qué entendemos por esquizofrenia?; luego
analizaremos cuáles son sus causas y cómo podemos
ayudar a una persona y a su familia en esta
situación.

¿Qué es la esquizofrenia?

Primeramente es importante definir qué es la


esquizofrenia, ya que hay muchos malos entendidos.
Algunos piensan que los esquizofrénicos son personas
que tienen múltiples personalidades o que son
personas poseídas por múltiples demonios. La
esquizofrenia es una enfermedad y no una condición
espiritual, aunque indudablemente dicha enfermedad
afecta al individuo en todo su ser, incluyendo su
alma. En la esquizofrenia se presentan
alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento,
trastornos de los movimientos y alteraciones en los
afectos (no es necesario que todos estos estén
presentes para ser diagnosticado con esquizofrenia).
Lo más común son la alucinaciones que son
generalmente auditivas, aunque también pueden ser
visuales, olfativas o táctiles. Esto significa que
estos individuos escuchan, ven, sienten o huelen
cosas que no son reales. También presentan delirios,
que son falsas creencias. Estos individuos creen en
sus ideas delirantes incluso después de que otras
personas les demuestren que no son reales ni
lógicas. Por ejemplo, algunos creen que son figuras
históricas famosas, o que hay personas que están
persiguiéndolas para hacerles algún mal. Además de
alucinaciones y delirios, también puede haber
trastornos en el pensamiento. Caracterizado por
pensamiento desorganizado e ilógico. Esto se pone en
evidencia cuando el habla de la persona es confusa.

Los trastornos del movimiento se pueden manifestar


como movimientos agitados del cuerpo. Una persona
con este tipo de trastorno puede repetir ciertos
movimientos una y otra vez. En el otro extremo, una
persona puede volverse catatónica. La catatonia es
un estado en el que la persona no se mueve ni habla
con los demás.

También la esquizofrenia puede manifestarse con la


interrupción de las emociones y los comportamientos
normales. Estos síntomas son más difíciles de
reconocer como parte de este trastorno, ya que
muchas veces se confunden con los de la depresión u
otras condiciones. Estos síntomas incluyen: “Afecto
plano” (la persona no mueve el rostro o habla con
una voz desanimada y monótona). También presentan
falta de satisfacción en la vida diaria acompañado
por disminución en la comunicación, incluso cuando
la persona se ve forzada a interactuar. Muchas veces
hasta descuidan la higiene personal básica.

¿Que causa la esquizofrenia?

En rigor de verdad, la causa de la esquizofrenia


todavía no es totalmente clara, aunque hay algunas
teorías que aparentemente van por buen camino. En
general se cree que hay un problema con un
neurotransmisor llamado dopamina, y sus receptores a
nivel cerebral. La evidencia más fuerte a favor de
esto, radica en que hay drogas que también actúan a
este nivel como las anfetaminas, que producen
síntomas similares a los que presentan los
esquizofrénicos. Por otro lado, lo que sí se sabe
hace mucho tiempo es que la esquizofrenia tiene un
fuerte componente genético. La enfermedad ocurre en
un 1% de la población general y en un 10% de las
personas que tienen un parentesco de primer grado
con alguien que padece del trastorno, como un padre
o un hermano. Las personas que tienen un parentesco
de segundo grado con alguien que padece la
enfermedad (tíos, abuelos o primos) también tienen
más probabilidades de desarrollar esquizofrenia que
la población general. El riesgo es mayor para un
gemelo idéntico de una persona con esquizofrenia. En
este caso, existe entre un 40 y 65% de desarrollar
el trastorno. El dato interesante que confirma la
predisposición genética es que hijos de
esquizofrénicos, criados en hogares adoptivos
conservan porcentajes similares de prevalencia de la
enfermedad. Ahora, ¿cómo evaluamos esta información?
Tenemos que entender que la genética juega un papel
muy importante en el desarrollo en la enfermedad,
sin embargo no es determinante ya que no es en el
100% de los casos que la enfermedad se transmite,
como ya hemos visto. Sin duda hay otros factores
que, sumados a la genética, influyen en el
desarrollo de la enfermedad, los cuales simplemente
no sabemos cuáles son.

¿Cómo ayudar?

Debemos entender que no es necesario ser un experto


para poder ser de ayuda y, como veremos más
adelante, en el proceso de consejería y
acompañamiento de aquellos que padecen esquizofrenia
debe estar involucrado la mayor cantidad posible de
miembros de la iglesia local.

1. Animar a buscar la atención médica

Lo primero que debemos hacer es exhortar a que esté


bajo el cuidado y supervisión de un médico
psiquiatra. Aquí hay un asunto fundamental, no debe
abandonar la medicación (a no ser por prescripción
médica). Esto es muy importante ya que los
medicamentos tienen como efecto el cese o
disminución de los síntomas que altera la percepción
de la realidad como las alucinaciones y delirios
(aunque a veces con muchos efectos adversos). El
hecho de que haya continuidad en el tratamiento nos
permite poder hablar con el hermano o la hermana que
está en mejores condiciones para recibir ayuda.

2. Evitar hablar de posesión demoníaca o cosas similares

El segundo principio a tener en cuenta es que


debemos evitar hablar de posesión demoníaca o cosas
por el estilo. Esto solamente tendrá el efecto
negativo de reforzar sus delirios y no aportará al
proceso de acompañamiento. Recuerdo un muchacho que
creía que sus padres eran demonios y que él estaba
literalmente en el infierno. Estas ideas se fueron
con la medicación y él ahora entiende que eso no era
real. Hubiera sido inútil entrar en una discusión
sobre el asunto. Hubiese sido como entrar en dialogo
con alguien que está ebrio.

3. Acompañar en el proceso de adaptación

Otro factor a tener en cuenta es que debemos


acompañar en el proceso de adaptación. Recordemos
que muchos esquizofrénicos debutan con alucinaciones
o delirios, por lo que son hospitalizados en
instituciones psiquiátricas. Es en el proceso de
volver a sus hogares y aprender a vivir con esta
enfermedad crónica incapacitante que es necesario
que la iglesia esté presente. Aquí es donde los
recursos que Dios nos ha dado como comunidad son de
increíble beneficio. Nuestro Dios ha puesto en la
iglesia individuos con diferentes dones para la
edificación de su cuerpo. En casos con
esquizofrenia, es donde la misericordia y contención
de la congregación debe sostener al hermano. Aquí
aplica esa exhortación hecha por Pablo en la primera
carta a los Tesalonicenses: “Y os exhortamos,
hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados,
animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles
y seáis pacientes con todos” (1 Ts. 5:14). Creo que
este pasaje se aplica perfectamente a nuestra
discusión. El hermano esquizofrénico necesita el
apoyo y contención de la iglesia. El objetivo es
ayudarle a llevar una vida lo más cercano a la
normalidad que sea posible. Y comprender muchas
tareas desde las más simples como ayudarle con su
higiene y cuidado personal, hasta las más complejas
como ayudarle a conseguir trabajo y ser
independiente económicamente. Aquí es muy importante
recordar que muchas veces estos individuos son
abandonados por sus familiares y amigos, y la
mayoría de las veces es la iglesia su único o
principal vínculo afectivo. En la medida de lo
posible se le debe incluir en las actividades de la
iglesia. Aquí es donde el amor fraternal ha de
reinar. Con respecto a esto de la inclusión en el
cuerpo tenemos que tener ciertas precauciones, no
sería sabio involucrarles en ministerios que
incluyan niños. En general los esquizofrénicos
medicados no son peligrosos, pero nunca podemos
saber con un 100% de certeza, primero si toman la
medicación y segundo si no presentarán una crisis.
No solamente existe el riesgo de daños, sino también
de consecuencias legales para la iglesia.

4. Recordar el proceso de santificación


Otros asunto a tener en cuenta es que nuestro
hermano a pesar de estar incapacitado por su
enfermedad, todavía sigue siendo un pecador que debe
ser amonestado y que está en un proceso de
santificación. El hecho de que haya sido
diagnosticado de esquizofrenia, no lo hace
irresponsable moralmente ante Dios. Él o ella
necesitan la reprensión o el consejo oportuno de sus
hermanos con el objetivo de avanzar en su proceso de
maduración en la vida cristiana. La esquizofrenia sí es una
enfermedad que le ha discapacitado, pero esto no le da una
excusa ni un pase libre para comportarse como se le dé la gana.
Recuerdo un joven que luchaba con la pereza, y que luego del
consejo y ánimo de parte de los hermanos pudo terminar su
colegio secundario y ahora se encuentra trabajando por cuenta
propia.

5. Recordar a la familia
Otra cosa a tener en cuenta es que la familia del enfermo
necesita el apoyo de la iglesia, a veces más que el enfermo
mismo, porque son más conscientes de lo que la enfermedad
implica. Dicho apoyo no difiere del que se le debe dar a
familias con hijos con discapacidad o cualquier otro tipo de
enfermedad crónica debilitante. Ahora en otro sentido, las
enfermedades ps

También podría gustarte