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Índice

Mirringa Mirronga................................................................ 4

El renacuajo paseador.......................................................... 7

Juan Chunguero......................................................................... 10

Pastorcita............................................................................................. 12

Ministerio de Cultura de Colombia Ministerio de Educación Nacional Juan Matachín.............................................................................. 14


Mariana Garcés Córdoba María Fernanda Campo Saavedra
ministra de cultura ministra de educación
Tía Pasitrote.................................................................................... 15
texto Rafael Pombo

editor Iván Hernández


Las siete vidas del gato....................................................... 18
coordinadora editorial Jenny Alexandra Rodríguez
diseñador editorial Neftalí Vanegas
La pobre viejecita..................................................................... 19
ilustrador de cubierta José Rosero
ilustradores José Sanabria Juaco el ballenero..................................................................... 22
Daniel Gómez
José Rosero
El pardillo......................................................................................... 24
comité editorial Jorge Orlando Melo
William Ospina
Iván Hernández
Moisés Melo La marrana peripuesta........................................................ 26
Primera edición, 2012
isbn: 978-958-9177-67-9 Simón el Bobito.......................................................................... 27
© Ministerio de Cultura

Material impreso de distribución gratuita con fines didácticos y culturales. Queda prohibida su reproducción total El niño y la mariposa........................................................... 30
o parcial con ánimo de lucro, por cualquier sistema o método electrónico sin la autorización expresa para ello.
impreso en: abril de 2012
Mirringa Mirronga
(Ilustrado por José Sanabria)
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Mirringa Mirronga, la gata candonga, “Venid mis michitos Mirrón y Mirrín,
va a dar un convite jugando escondite, traed la canasta y el dindirindín,
y quiere que todos los gatos y gatas ¡y zape, al mercado! que faltan lechugas
no almuercen ratones ni cenen con ratas. y nabos y coles y arroz y tortugas”.

“A ver mis anteojos y pluma y tintero, “Decid a mi amita que tengo visita,
y vamos poniendo las cartas primero. que no venga a verme, no sea que se enferme;
Que vengan las Fuñas y las Fanfurriñas, que mañana mismo devuelvo sus platos,
y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas”. que agradezco mucho y están muy baratos”.

“Ahora veamos qué tal de alacena. “¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran!


Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena! ¡Que quiten el polvo, que frieguen, que barran!
Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa. ¡las flores, la mesa, la sopa!… ¡Tilín!
¡Qué amable señora la dueña de casa!” Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!”

“Venid mis michitos Mirrín y Mirrón. Llegaron en coche ya entrada la noche


Id volando al cuarto de mamá Fogón señores y damas, con muchas zalamas,
por ocho escudillas y cuatro bandejas en grande uniforme, de cola y de guante,
que no estén rajadas, ni rotas ni viejas”. con cuellos muy tiesos y frac elegante.
Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta
en una cabriola se mordió la cola,
mas olió el tocino y dijo “¡Miaoo!,
¡éste es un banquete de pípiripao!”
Con muy buenos modos sentáronse todos,
tomaron la sopa y alzaron la copa;
el pescado frito estaba exquisito
y el pavo sin hueso, era un embeleso.
De todo les brinda Mirringa Mirronga:
“¿Le sirvo pechuga? - “Como usted disponga;
y yo a usted pescado, ¿que está delicado?”
-Pues tanto le peta, no gaste etiqueta:
“Repita sin miedo”. Y él dice: “Concedo”;
Mas ¡ay! que una espina se le atasca indina,
y Ñoña la hermosa que es habilidosa
El renacuajo paseador
(Ilustrado por José Sanabria)
metiéndole el fuelle le dice: “¡Resuelle!”
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Mirriña la cuca le golpeó en la nuca
y pasó al instante la espina del diantre; El hijo de Rana, Rinrín Renacuajo,
sirvieron los postres y luego el café, salió esta mañana muy tieso y muy majo
y empezó la danza bailando un minué. con pantalón corto, corbata a la moda,
sombrero encintado y chupa de boda.
Hubo vals, lanceros y polka y mazurca. “¡Muchacho no salgas!” le grita mamá,
Y Tompo que estaba con máxima turca, pero él le hace un gesto y orondo se va.
enreda en las uñas el traje de Ñoña
y ambos van al suelo y ella se desmoña. Halló en el camino a un ratón vecino,
y le dijo: “¡Amigo! venga usted conmigo,
Maullaron de risa todos los danzantes
visitemos juntos a doña Ratona
y siguió el jaleo más alegre que antes,
y habrá francachela y habrá comilona”.
y gritó Mirringa: “¡Ya cerré la puerta!
¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!” A poco llegaron, y avanza Ratón,
Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia estírase el cuello, coge el aldabón,
y armó un gatuperio un poquito serio da dos o tres golpes, preguntan: “¿Quién es?”
dándoles chorizo de tío Pegadizo — “Yo, doña Ratona, beso a usted los pies”.
para que hagan cenas con tortas ajenas.
Mas estando en esta brillante función
de baile y cerveza, guitarra y canción,
la Gata y sus Gatos salvan el umbral,
y vuélvese aquello el juicio final.

Doña Gata vieja trinchó por la oreja


al niño Ratico maullándole: “¡Hola!”
Y los niños Gatos a la Rata vieja
uno por la pata y otro por la cola.

Don Renacuajito mirando este asalto


tomó su sombrero, dio un tremendo salto,
y abriendo la puerta con mano y narices,
se fue dando a todos “noches muy felices”.

Y siguió saltando tan alto y aprisa,


“¿Está usted en casa?” — “Sí, señor, sí estoy; que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
y celebro mucho ver a ustedes hoy; se coló en la boca de un pato tragón
estaba en mi oficio, hilando algodón, y éste se lo embucha de un solo estirón.
pero eso no importa; bien venidos son”. Y así concluyeron, uno, dos y tres,
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Ratón y Ratona, y el Rana después;
Se hicieron la venia, se dieron la mano,
los Gatos comieron y el Pato cenó,
y dice Ratico, que es más veterano:
¡y mamá Ranita solita quedó!
“Mi amigo el de verde rabia de calor,
démele cerveza, hágame el favor”.

Y en tanto que el pillo consume la jarra


mandó la señora traer la guitarra
y a renacuajito le pide que cante
versitos alegres, tonada elegante.

“¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,


pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa”.

“Lo siento infinito”, responde tía Rata,


“aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy cantar
una cancioncita muy particular”.
Dicen que un cordero salió maromero
y montó en un lobo que andaba hecho un bobo.
Y que aquella vaca que ordeñaba Paca
armó con el cántaro una de “¡San Juan!”
Iba en su camino sudando un pollino
y dándole palo su enemigo malo,
mas oyó al gaitero y ¡adiós del arriero!
y ¡adiós carga y látigo, cabestro y cinchón!
Pero no hubo gloria en toda esta historia
como la de aquella Pastorcita bella
viendo ya encolada toda su manada
valsando alegrísima de la gaita al son.
Y al ver a Pastora aquel Juan Chunguero,
y oyendo a Chunguero la linda Pastora,
Juan Chunguero él se hizo Pastor; gaitera, Pastora,
y él su corderito y ella su cordero.
(Ilustrado por José Sanabria)
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Era Juan Chunguero insigne gaitero
con la misma gaita que fue de su taita,
y aunque un aire sólo trinaba este Apolo,
furibundo estrépito formaba con él.
Y muchas parejas, y aun viejos y viejas,
bailaban en tanto con risa y con canto,
y de ellos no pocos resultaron locos
por arte diabólica del músico aquel.
La abuela Tomasa volviendo a su casa
bailó una cachucha, tan ágil, tan ducha,
que vieja y canasto se hicieron emplasto
y tortilla espléndida de huevos con pan.
Levantóse contenta, esperando
que ha de verlas bien presto quizás;
y las vio; mas dio un grito observando
que dejaron las colas detrás.
¡Ay mis ovejitas! ¡pobres raboncitas!
¿Dónde están mis colas? ¿no las veré más?
Pero andando con todo el rebaño
otro grito una tarde soltó,
cuando un gajo de un viejo castaño
cargadito de colas halló.
Secándose al viento, dos, tres, hasta ciento,
¡allí unas tras otra colgadas las vio!
Dio un suspiro y un golpe en la frente,
y ensayó cuanto pudo inventar,
miel, costura, variado ingrediente
Pastorcita para tanto robón remendar;
buscó la colita de cada ovejita
(Ilustrado por José Sanabria)
y al verlas como antes se puso a bailar.
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Pastorcita perdió sus ovejas
¡Y quién sabe por dónde andarán!
—No te enfades, que oyeron tus quejas
y ellas mismas bien pronto vendrán.
Y no vendrán solas, que traerán sus colas,
y ovejas y colas gran fiesta darán.
Pastorcita se queda dormida
y soñando las oye balar;
se despierta y las llama en seguida,
y engañada se tiende a llorar.
No llores, Pastora, que niña que llora
bien pronto la oímos reír y cantar.
Juan Matachín Tía Pasitrote
(Ilustrado por Daniel Gómez) (Ilustrado por Daniel Gómez)
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¡Mírenle la estampa! Tía Pasitrote Le dio una fruta,
Parece un ratón salió con Mita le dio una flor,
que han cogido en trampa y en el cogote y al punto Mita
con ese gorrión. va la chiquita. cogió un tambor;
Fusil, cartuchera, Toda la gente y con más garbo
tambor y morral, soltó la risa que un capitán,
tiene cuanto quiera y ella les dijo: dio un gran redoble
nuestro general. “Voy muy deprisa”; ¡Ra-ca-ta-plán!
Las moscas se espantan “ríanse ustedes; Tía Pasitrote
así que lo ven, yo también río”. fue a comprar leche
y él mismo al mirarse Y doña Gata y le dijeron
se asusta también. les hizo “Muío”. “Que le aproveche”.
Y a todos advierte Compró zapatos Buscando a Mita
con lengua y clarín para Madama, volvió corriendo
“¡Ay de aquél que insulte pero a su vuelta y a la chiquita
a Juan Matachín!”. la encontró en cama. la halló cosiendo,
quieta y juiciosa Volvió a la casa
como un muchacho como una clueca,
ensartando hebras y halló a la niña
de su mostacho. con su muñeca,
Salió a comprarle un ratoncito,
capa o capote ¡pobre ratón!
y unas navajas que atormentaba
para el bigote; sin compasión.
pero al retorno Salió a traerle
la halló traviesa una gorrita,
patas arriba pero al regreso
sobre una mesa. no encontró a Mita.
Le dio a la tía Dio muchas vueltas
la pataleta, busca que busca,
mas volvió en sí y atrapó al cabo
con la trompeta. a aquella chusca.

16 Llegó la tía Con un mosquete 17


tan boquiabierta de dos cañones,
que no cabía pólvora y balas
por esa puerta. y municiones.
Dio un paso en falso, Salió de nuevo
móndase un codo, tía Pasitrote
y al suelo vino con sus cachetes
con silla y todo. y su garrote.
Entonces grita Volvió muy pronto
“¡Ay, ay! ¡ay! ¡ao!” hecha una fiesta,
y la Michita con una silla
dijo “¡Miaao!” para la siesta.
Salió a comprarle Y encontró a Mita
la mejor pluma, lavando ropa
pagó por ella y mojadita
cuantiosa suma. como una sopa.
Las siete vidas del gato La pobre viejecita
(Ilustrado por Daniel Gómez) (Ilustrado por Daniel Gómez)
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Preguntó al gato Mambrú Érase una viejecita Nunca tuvo en qué sentarse
el lebrel Perdonavidas: sin nadita que comer sino sillas y sofás
- Pariente de Micifú, sino carnes, frutas, dulces, con banquitos y cojines
¿qué secreto tienes tú tortas, huevos, pan y pez. y resorte al espaldar.
para vivir siete vidas?
Bebía caldo, chocolate, Ni otra cama que una grande
Y Mambrú le contestó: leche, vino, té y café, más dorada que un altar,
- Mi secreto es muy sencillo, y la pobre no encontraba con colchón de blanda pluma,
pues no consiste sino qué comer ni qué beber. mucha seda y mucho holán.
en frecuentar como yo
Y esta vieja no tenía Y esta pobre viejecita
el aseo y el cepillo.
ni un ranchito en qué vivir cada año, hasta su fin,
fuera de una casa grande tuvo un año más de vieja
con su huerta y su jardín. y uno menos que vivir.

Nadie, nadie la cuidaba Y al mirarse en el espejo


sino Andrés y Juan y Gil la espantaba siempre allí
y ocho criadas y dos pajes otra vieja de antiparras,
de librea y corbatín. papalina y peluquín.
Y esta pobre viejecita Se murió de mal de arrugas,
no tenía qué vestir ya encorvada como un tres,
sino trajes de mil cortes y jamás volvió a quejarse
y de telas mil y mil. ni de hambre ni de sed.
Y a no ser por sus zapatos, Y esta pobre viejecita
chanclas, botas y escarpín, al morir no dejó más
descalcita por el suelo que onzas, joyas, tierras, casas,
anduviera la infeliz. ocho gatos y un turpial.
Apetito nunca tuvo Duerma en paz, y Dios permita
acabando de comer, que logremos disfrutar
ni gozó salud completa las pobrezas de esa pobre
cuando no se hallaba bien. y morir del mismo mal.

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Al verlo alzar la botella Cuando vayas a la luna
se consumió el animal, busca a mi buen capitán
y dieron vueltas y vueltas con su nariz de tomate
sin encontrar ni señal. y su barba de azafrán.
Cuando de repente ¡zas! Dile que este pobre Juaco
da el pescado un sacudón no lo ha podido ir a ver
y barco y gente salieron porque no sabe el camino
como bala de cañón. ni tiene un pan que comer.
La luna estaba de cuernos Y si viniere un correo
y hasta allá fueron a dar, de la luna para acá,
y como jamás han vuelto mándame una limosnita
debiéronse de quedar. que Dios te la pagará.

Juaco el ballenero
(Ilustrado por Daniel Gómez)
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Yo soy Juaco el ballenero


que hace veinte años me fui
a pescar ballenas gordas
a dos mil leguas de aquí.
Enorme como una iglesia
una por fin se asomó
y el capitán dijo: “¡Arriba!
Esa es la que quiero yo”.
Al agua va el capitán
con su piquete y su harpón,
lavándose antes lo ojos
con unos tragos de ron.
El pardillo
(Ilustrado por José Rosero)
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Este era el lindo pardillo Este es el mastín valiente Y esta es la niña bonita Y este es el cuarto sencillo
tan manso como galán. que saltando noblemente que va con su canastita de dormir y de coser,
Dulcísimo pajarillo sobre esa gata verdugo, a encontrar a su papá y a donde viene el pardillo
que con tierno cantarcillo libertó del fiero yugo llevándole una cosita a repetir su estribillo
pedía miajas de pan. al pajarillo inocente. que el viejo saboreará. pidiendo algo de comer.
Esta es la pérfida gata, Y este es el leñador Y esta es la limpia cabaña ¿Y en qué paró aquel cantar?
insensible, atroz, ingrata, que vuelve de su labor con flores y árboles bella — ¡Ay! en llegando al hogar
que al pechirrojo embistió hacha al hombro y leña al brazo, y un torrente que la baña, la niña, el viejo y el perro,
y las uñas le clavó y a dar al amo un abrazo donde vive la doncella tuvieron que hacerle entierro
y casi lo desbarata. corre el mastín salvador. y el viejo que la acompaña. con lágrimas de pesar.
La marrana peripuesta Simón el Bobito
(Ilustrado por José Rosero) (Ilustrado por José Rosero)
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Viénele a un mono la chusca idea
Simón el Bobito llamó al pastelero:
de ornar con flores a una marrana,
“¡A ver los pasteles! ¡los quiero probar!”
y ella al mirarse ya tan galana,
— “Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero
envanecida se contonea,
ver ese cuartillo conque has de pagar”.
y a cuantos mira grúñeles: “¡Ea!
¡paso a la Venus! ¡todos atrás!” Buscó en los bolsillos el buen Simoncito
- “¡Ah!” dijo el zorro: “siempre eres fea; y dijo: “¡De veras! no tengo ni unito”.
pero adornada: ¡mil veces más!”
A Simón Bobito le gusta el pescado
y quiere volverse también pescador,
y pasa las horas sentado, sentado,
pescando en el balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito un pastel de nieve
y a asar en las brasas hambriento lo echó,
pero el pastelito se deshizo en breve,
y apagó las brasas y nada comió.
Simón vio unos cardos cargando ciruelas Empezando apenas a cuajarse el hielo
y dijo: - “¡Qué bueno! las voy a coger”. Simón el Bobito se fue a patinar,
Pero peor que agujas y puntas de espuelas cuando de repente se le rompe el suelo
le hicieron brincar y silbar y morder. y grita: “¡Me ahogo! ¡vénganme a sacar!”

Se lavó con negro de embolar zapatos Trepándose a un árbol a robarse un nido,


porque su mamita no le dió jabón. la pobre casita de un mirlo cantor,
Y cuando cazaban ratones los gatos desgájase el árbol, Simón da un chillido,
espantaba al gato gritando ¡ratón! y cayó en un pozo de pésimo olor.

Ordeñando un día la vaca pintada Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco;


le apretó la cola en vez del pezón; y volviendo a casa le dijo a papá:
y ¡aquí de la vaca! le dio tal patada “Taita, yo no puedo matar pajaruco
que como un trompito bailó don Simón. porque cuando tiro se espanta y se va”.

Y cayó montado sobre la ternera Viendo una salsera llena de mostaza


y doña ternera se enojó también, se tomó un buen trago creyéndola miel,
y ahí va otro brinco y otra pateadera y estuvo rabiando y echando babaza
y dos revolcadas en un santiamén. con tamaña lengua y ojos de clavel.

28 Se montó en un burro que halló en el mercado Vio un montón de tierra que estorbaba el paso, 29
y a cazar venados alegre partió, y unos preguntaban: “¿Qué haremos aquí?”
voló por las calles sin ver un venado, — “¡Bobos!”, dijo el niño resolviendo el caso,
rodó por las piedras y el asno se huyó. “que abran un gran hoyo y la echen allí”.

A comprar un lomo lo envió taita Lucio, Lo enviaron por agua, y él fue volandito
y él lo trajo a casa con gran precaución llevando el cedazo para echarla en él;
colgado del rabo de un caballo rucio así que la traiga el buen Simoncito
para que llegase limpio y sabrosón. seguirá su historia pintoresca y fiel.
La mariposa - Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes tanto traje,
¿por qué envidias un ropaje
que me ha dado Dios bendito?
¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿Qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento
de contento
el Señor a ti te envía;
mas mi vida es un solo día,
no me lo hagas de tormento.
El niño y la mariposa
(Ilustrado por José Rosero)
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El niño - Mariposa,
vagarosa
rica en tinte y en donaire,
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?
La mariposa - Yo, de flores
y de olores,
y de espumas de la fuente,
y del sol resplandeciente
que me viste de colores.
El niño - ¿Me regalas
tus dos alas?
¡Son tan lindas!, ¡te las pido!
Deja que orne mi vestido
con la pompa de tus galas.
¿Te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡Ay! quizás sobre una rosa
“me hallarás muy pronto inerte”.
Oyó el niño
con cariño
esta queja de amargura,
y una gota de miel pura
le ofreció con dulce guiño.
Ella, ansiosa,
vuela y posa
en su palma sonrosada,
y allí mismo, ya saciada,
y de gozo temblorosa,
expiró la mariposa.

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