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Ética

profesional

Práctica
profesional III
(Corretaje)
Bioética, contenidos de vanguardia
La bioética es considerada por algunos como la rama de la ética que se dedica a
proveer los principios para la correcta conducta humana respecto de la vida en
el planeta, tras el conocimiento ideal de las cosas que nos rodean, a fin de
tomar la ciencia a conciencia y alcanzar una correcta ejecución de los actos en
nuestro ambiente, para así poder vivir entre todos las condiciones aceptables
de vida.

Además, la bioética no se limita a un campo de acción particular, sino que, por


el contrario, incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida
en general.

En la formación profesional del martillero y corredor se considera conveniente


abordar estos contenidos indispensables y de creciente actualidad, no sólo por
el simple conocimiento de un “vocablo de vanguardia” a los fines de orientar la
reflexión acerca de la gestión realizada, sino también como una manera de
afianzar acciones que contribuyan a un mundo mejor.

Según constancias históricas, la bioética se destaca por ser una disciplina


relativamente nueva. El vocablo nace por el teólogo, filósofo y educador
alemán Fritz Jahr, quien utilizó el término Bio-Ethik por primera vez en 1927 en
un texto publicado sobre: la relación ética del ser humano con las plantas y los
animales. En 1970, el oncólogo Van Rensselaer Potter, estadounidense, empleó
la expresión bio-ethics en un artículo publicado sobre: la ciencia de la
supervivencia, por lo que constituyó, ya de manera formal, el hilo conductor en
el ámbito científico y, a partir de allí, comenzó a extenderse como un intento de
abordaje y búsqueda de solución para algunos problemas que comenzaban a
evidenciarse en los inicios del siglo XX: la revolución tecno-científica, el
calentamiento global, los problemas ambientales, la ejecución del desarrollo
sustentable, la globalización de las economías, el crecimiento del consumo, entre
otros.

En su sentido más amplio, la mayoría entiende que la bioética no solo se limita


al ámbito de las ciencias médicas, sino que abarca todos los problemas éticos que
se relacionan con la vida en general, extendiendo, de esta manera, su campo de
acción a las cuestiones relacionadas con el ambiente, al respeto entre las
personas y al debido trato hacia los animales.

Cabe aclarar que no existe un área específica para la bioética, pues toda rama del
conocimiento y del obrar humano se involucra en esta especie de transdisciplina.
La misma abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen de las
relaciones entre Biología, Medicina, Química, Política, Economía, Derecho,
Filosofía, Sociología, Antropología, etcétera. No obstante, la base ética
esencial que norma esta disciplina se sustenta en el respeto al ser humano y a sus
derechos personalísimos, que conforman su integridad: la dignidad de la persona,
en virtud a la relación fundamental que se suscita entre la bioética y la
antropología, por lo que se busca con esta visión asistir y condicionar los
resultados éticos de cada ejecución técnica que se ejecute sobre el ser humano
y sus asuntos, en relación directa con el hábitat.

El martillero y corredor, profesionales involucrados específicamente en los


contenidos económicos y patrimoniales de las personas, deben observar en su
actuación la posibilidad de lograr la mejor preparación individual, para así
contribuir con el necesario asesoramiento hacia el particular comitente, ya que
en su accionar, intervendrán en la comercialización de los bienes patrimoniales
(muebles, inmuebles y/o semovientes), y sobre ello, considerarán y expondrán
de manera clara y precisa las verdaderas situaciones de impacto, tanto
jurídicas, como técnicas y económicas.

El profesional debe asumir como un compromiso indispensable la actitud de ser


partícipe necesario, desde su rol, en la defensa de los Derechos Humanos y del
Ambiente, nociones que aquí se han enunciado sucintamente a fin de
mencionar la temática, pero cabe decir que deben ser considerados en toda su
magnificencia, ya que el compromiso de quien ejerce la profesión implica
conocerlos en su profundidad y aplicarlos con precisión. Por ejemplo, si como
profesionales intervenimos en un desarrollo urbano (nuevo sector en
dispersión) donde se efectuarán desmontes, debemos considerar los impactos
que se pueden provocar en el ambiente (posibles inundaciones o desbordes de
arroyos). En otro caso, si se interviene en la compraventa de una propiedad, se
debe brindar toda seguridad jurídica en la plena convicción de que lo que está
en juego no es un simple negocio, sino que se trata del hogar de una familia.

Aunque estas puedan parecer cuestiones de simple comprensión y aplicación,


son muchos los casos en que se desestiman. Por lo tanto, debe hacerse todo lo
posible para llevar estas cuestiones éticas al campo profesional.

Ética profesional para martilleros y corredores públicos


No basta con que las normas de ética sean preexistentes a todo actuar del
martillero y corredor público que estime su dignidad, ejercite rectamente su
conducta y proceda consciente de su responsabilidad profesional; sino que
también es necesario que, para dichas normas se vuelvan más efectivas y
contempladas, se exterioricen o concreten en fórmulas escritas que sirvan de
postulados o guía para el desenvolvimiento ordinario de la vida profesional y
social.

Las fuerzas morales convergen al sentimiento del deber. La


personalidad sólo es coherente y definida en quien llega a
formularse deberes inflexibles, que impliquen un pacto rectilíneo
con los mandatos de la dignidad. Sin ser ley escrita, el
sentimiento del deber es superior a los mandamientos
reveladores y a los códigos legales. (Ingenieros, 1961, p. 56).

Es esencial que el profesional se consagre en cumplir con sus obligaciones y


proceda a la defensa de los intereses de sus clientes, brindando el mejor
consejo que los oriente hacia un óptimo negocio, a fin de lograr una gestión
que demuestre capacidad y respeto, destinada al bien común dentro de la
sociedad.

Recuerda que respetar la ley, cumplir con la institución y los colegas, implica
mantener “en alto” el compromiso profesional ideal.

“El sentimiento de la responsabilidad profesional es un elemento interno que


anima el conjunto de reglas de una profesión más bien que constituir una regla
legal de esa profesión" (Bonnecase, 1907, p. 188).

A manera de referencia, se exponen algunos puntos que destaca el Código de


Ética Profesional para martilleros y corredores públicos de la provincia de Buenos
Aires, el que nos evidencia oportunas reglas:

Probidad: La integridad en las acciones se demuestra en la


honradez constante, tanto en la gestión profesional como en la
personal, por lo que el presente Código requiere: lealtad personal,
veracidad y buena fe

Respeto a la ley: Es fundamental respetar y hacer respetar la


ley y a las autoridades públicas. Se deben cumplir estrictamente
las disposiciones legales y fiscales que graven su profesión,
cumpliendo con la obligación que corresponda.

Nombramiento de oficio: Es un deber ineludible la aceptación


de los nombramientos que proceden de oficio y sus obligaciones
son inherentes a la profesión, por lo que su incumplimiento será
considerado como falta grave, cuándo no mediare una
justificación suficiente.

Publicidad: La publicidad debe ser de manera decorosa y digna.


Exceptuarse de realizar propaganda que se caracterice como
maliciosa o exalte falsedades sobre los bienes encomendados para
su gestión, por lo que debe ser justo y veraz al enunciar las
calidades de los bienes sujetos a su mediación. (Código de Ética
profesional para martilleros y corredores públicos de la Provincia
de Buenos Aires, http://goo.gl/lGuGkR).
Se debe aclarar que lo estipulado anteriormente es coincidente con el anhelo y
deseo de todas las instituciones del país que rigen en función de la presente
profesión. El martillero y corredor público velará por el cumplimiento debido de
tales preceptos, el decoro de las instituciones, el buen nombre del profesional y
el respeto en la sociedad.

Reglas éticas de la Corporación de Rematadores


Es de suma importancia en la materia abordar el conocimiento sobre las reglas
éticas que establece la Corporación de Rematadores, ya que esta constituye
una destacada institución histórica que se caracteriza, desde sus principios, por
ser partícipe de la organización legal de la actividad profesional. Cabe destacar
que en la época en que se creó, la intermediación inmobiliaria recién
comenzaba a manifestarse y era llevada a cabo por el martillero.

La Corporación de Rematadores fue fundada principalmente con fines de


solidaridad y dignificación profesional, bajo la presunción de que ello será posible
siempre que los asociados dirijan sus acciones en conformidad con los preceptos
de sana moral. Perteneciendo este concepto al fuero interno de la institución,
cabe agregar que se remite al honor de sus componentes, quienes han convenido
en tal compromiso, el cual fuere expresado en las palabras con que iniciaba el
acta fundamental a la Asamblea del 25 de julio de 1931.

De esta manera, surgió la conveniencia de señalar algunas normas esenciales


del buen desempeño, cuya práctica constituya en adelante una obligación
semejante a la ley codificada. Por tanto, la Corporación de Rematadores
establece pautas indispensables que orientan al profesional para un ideal
desempeño de su rol. Podemos destacar de su Código de ética:

…Los martilleros y corredores son expertos en el procedimiento


y conducción de la subasta pública de toda clase de bienes y de las
actividades inmobiliarias; son depositarios de la confianza del
público y promotores del progreso y desarrollo comunitario.
Estas funciones imponen grandes responsabilidades y deberes
más allá de la política mercantil ordinaria, a las que los miembros
deben dedicarse con afán... (Corporación de Rematadores y
Corredores Inmobiliarios, 2001, http://goo.gl/TqkUvb)

El presente contenido histórico nos brinda una visión del pensamiento de la


época a comienzos del siglo pasado. De allí podemos rescatar perfectamente el
contenido ético y proyectarnos en el tiempo hasta la actualidad, en donde
alcanzamos una información precisa de la evolución y las circunstancias
profesionales que fueron variando.
Secreto profesional: concepto. Su violación y
consecuencias
Eduardo Lapa (2005) nos indica al respecto que:

Sobre el honor: Cuando una persona ejerce una profesión en cuyo ejercicio, por
razones derivadas de la índole de su trabajo, recibe
Desempeño ético,
solidaridad y
manifestaciones de terceros, adquiere, en este caso, una
dignificación logran el inmensa y doble responsabilidad: la lealtad para consigo mismo
honor para el y para con su cliente, que confiado en la forma de actuar de aquél,
individuo en particular revela las intimidades de su vida privada, con el fin de solucionar
y para la actividad un problema y llegar a la verdad. (p. 16).
profesional en
general.
En esta temática, Lapa nos expresa, además, un fragmento subjetivo en donde
el eje principal se basa en la lealtad, y nos indica que “ese conjunto de valores
creados y de forma, depositados en la conciencia, pueden constituir, por
determinación volitiva, un secreto, y el secreto se convierte así en una jerarquía
moral para quien lo conserva” (2005, p. 16).

Puesto que este autor considera que el secreto profesional es parte de la


profesión misma, en determinadas circunstancias tanto el secreto como la
profesión implican una conducta, y la conducta debe tener ética.

“Obligaciones del corredor- inciso d): mantener confidencialidad de todo lo que


concierne a negociaciones en las que interviene, la que sólo debe ceder ante
requerimiento judicial o de autoridad pública competente”20.

Transgredir el secreto profesional es interpretado por el conglomerado social


como una gravedad objetiva; como consecuencia, el orden público se
encuentra invariablemente dañado en lo que se refiere a las normas instituidas
por la convivencia, por lo que se podría indicar:

Que aquel que revela un secreto confiado no tan solo actúa


indebidamente, sino que además configura un daño moral, es
decir que, el actuar antiético no es una cuestión sencilla que se

20 Art. 1347 –Código Civil y Comercial de la Nación.


evidencia en un simple problema ético, sino que además, daña el
contenido fundamental que es sustento en la moral del hombre.
(Ibañez, 2014).

Finalmente, cabe señalar que el secreto profesional constituye un derecho y un


deber del profesional.

Tabla 5: Secreto profesional como derecho y deber

Secreto profesional
Es un derecho del martillero ante la Es un deber para con sus clientes, de
justicia y los poderes públicos, pues cuyo cumplimiento ni ellos mismos
no podría escuchar expresiones pueden eximirle. Es revelado como tal
confidenciales si supiese que puede (secreto) y así debe mantenerse.
ser obligado a revelarlas; en última
instancia, sólo pueden revelarse por
pedido explícito de una autoridad
judicial.

Fuente: elaboración propia.

Veamos un ejemplo: Un profesional es llamado a declarar como testigo, por lo


que debe concurrir a la citación. En la audiencia procederá con absoluta
libertad de criterio, lo que quiere decir que podrá negarse, si así lo estimare, a
contestar preguntas cuyas respuestas sean, a su juicio, lesivas para el secreto
profesional.

Ahora analicemos dos criterios:

Alcance y concepto: La obligación del secreto se extiende a las


confidencias efectuadas por terceros en razón de su Ministerio. Se
debe guardar reserva acerca de las conversaciones o confidencias
mantenidas con sus clientes, sobre las motivaciones de su
cometido, como también los hechos que llegaren a su
conocimiento por colegas o terceros. El secreto cubre también
las confidencias intempestivas de los colegas.

Extinción de la obligación de guardar secreto: La obligación


de guardar secreto cede antes la necesidad de la defensa personal
del profesional cuando sea objeto de acusaciones por parte de su
cliente. Puede revelar, entonces, lo que le sea
indispensable para su defensa, en la medida que su conciencia se
lo aconseje21.

Lo que debe primar como análisis de lo aquí expuesto (sobre la base del art.
156 Código Penal) es que el futuro martillero y corredor público comprenda
que violar un secreto profesional evidencia un perjuicio que se puede ocasionar
con el sólo hecho de transmitir a una persona el secreto confiado, pues ello es
motivo suficiente para que se interprete que el secreto ha sido quebrantado.

Conclusión
En el presente módulo se ha expuesto un contenido específico tendiente a
orientar al futuro profesional en el ejercicio de su función, tanto en el ámbito
social como institucional. Asimismo, se han evidenciado las posturas del marco
legal de regulación de la función profesional a los efectos de que se comprenda
la situación en la cual éste se encuentra inmerso, y se ha apelado, además, a la
adaptación y previsión de cambios significativos futuros respecto de las
incumbencias que hoy se encuentran reguladas. Ante ello, prima destacar que
solo el actuar ético y la capacidad competente garantizarán al profesional su ideal
de integración en la comunidad social e institucional, por lo que desde la presente
lectura se desea contribuir a que la gestión profesional se ejecute de manera
eficiente.

21
Código de Ética profesional para martilleros y corredores públicos de la Provincia de Buenos
Aires, 1965. Normas 11 y 12 § 1º. Normas generales. Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos
Aires.
Referencias
Bonnecase, J. (1907). Precis de pratique judiciaire et extrajudiciaire. París.

Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado. (2014). [Comentarios del Dr.


Ricardo Luis Lorenzetti]. (1° ed.). Buenos Aires: Rubinzal Culzoni.

Código penal de la Nación (T.O 1984) Ley 11. 179 Recuperado de


http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16546/texact.htm
Corporación de Rematadores y Corredores Inmobiliarios (2001). Estatuto – Código de
Ética. Recuperado de http://www.rematescorporacion.org/pdfs/estatuto.pdf

Decreto-Ley 20.266. (1973). Régimen legal de martilleros y corredores. P.E.N


Recuperado de http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/55000-
59999/56724/texact.htm

Ibañez, M.A. (2014). Manual del Corredor Público Inmobiliario. Córdoba: Alveroni.

Ingenieros, J. (1961). Las fuerzas morales. Buenos Aires: Losada S.A.

Lapa, E. (2005). Manual del Martillero Público y del Corredor. Buenos Aires: Lexis Nexis.

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