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1. Percepción. Las personas que poseen una creatividad desarrollada tienen una
capacidad de observación poderosa. Son capaces de realizar una escucha crítica. Su
percepción es guiada por el pensamiento creador y va en busca de lo esencial que le
permita hacer síntesis generalizadora. Es una percepción que proporciona material
fáctico para la reflexión.
2. Actitudes. A las personas creativas las caracteriza el poseer una apertura a las nuevas
experiencias, tienden a ser flexibles y a la espontaneidad, prefieren la complejidad y
cierto desorden (Barrón, F., 1989).
3. Motivación. Este proceso se puede a su vez dividir en dos grandes vertientes: las
motivaciones específicas de una actividad creadora y las motivaciones más complejas
que poseen un grado de generalización mayor e involucran a procesos más complejos
de personalidad. Entre las primeras se destacan las procesales o de disfrute por el
placer de crear en sí mismo, las cognitivas o de búsqueda de conocimiento y las de
logro o de tendencias motivacionales más complejas que constituyen expresión de
niveles de regulación superior dentro de la personalidad podemos citar que se hacen
notar características tales como tendencia a la autorrealiazación, la autonomía
destacadas por la escuela humanista, poseer definido su sentido de vida en función de
los logros creativos que se propone alcanzar en su ámbito de desarrollo, entre otras.
5. Estados afectivos. Se caracterizan por ser personas con gran amor por la creación en
el área en que se hayan involucradas como personalidad, sensibilidad ante los
problemas, resistencia ante el estrés provocado por el proceso creativo, tolerancia
ante la frustración.
6. Información-cultura. Personas que se caracterizan por estar muy bien informadas en
el área específica en que les interesa volcar su capacidad creadora, así como por
poseer una amplia base de su cultura general.
7. Memoria. Las personas se caracterizan por tener una memoria que trata de
almacenar lo más significativo para el área en que se encuentren involucradas
creativamente. No recuerdan maquinalmente hasta los datos insignificantes. Por otra
parte no almacenan la información en categorías rígidas, sino que lo hacen de manera
tal que les permita moverse o reclasificar esa información cuando sea preciso.
9. Imaginación. Poseen como regla general una gran facilidad para imaginar situaciones,
objetos y concretar ideas abstractas en imágenes, ya sea en estado de vigilia o
mientras duermen. Poseen además la capacidad de fantasear, todo lo cual emplean
en función del proceso creador.
10. Personalidad. Sin duda alguna hemos estado haciendo referencia con anterioridad a
todo un conjunto de procesos que de por sí se integran en la personalidad, ya que
todos ellos transcurren dentro de ese sistema; pero bajo este rótulo pretendemos
recoger un conjunto de fenómenos que no resultan tan visibles, si no nos ubicamos en
un nivel de regulación más general, que abarque a toda la personalidad en su
conjunto. Nos referíamos a algunos de ellos cuando describíamos las motivaciones
complejas del individuo creador. Otras que se pueden incluir, son tendencias a poseer
un desarrollo armónico y no patológico en su personalidad, tendencia a autovalorarse
de manera adecuada en la esfera de actividad en que están involucrados
creativamente, capacidad de autoobservación y autocrítica, tendencias a la
autonomía y al autoaprendizaje, así como a un nivel medio de autosatisfacción con los
resultados creativos alcanzados. El sentido de su vida, en las personas de alto
rendimiento creador, está muy asociado a los logros o fracasos que se tengan en la
esfera de actividad creativa en que se haya involucrada. Suelen poseer como ideal o
modelo a imitar a personas de alto rendimiento creador.