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Embarazo en adolescentes
Datos mundiales
La cruda realidad de las adolescentes embarazadas
Aunque los siguientes datos corresponden a Estados Unidos, ilustran bien el problema
a nivel mundial.
●La falta de apoyo, información y orientación en materia de salud reproductiva,
orientación y educación sexual para niñas y adolescentes, ha ocasionado que el índice
de embarazos en esta etapa de la vida se consolide como un problema de salud pública
muy importante.
●La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que anualmente alrededor
de 16 millones de niñas entre 15 y 19 años dan a luz.
● Los hijos de parejas adolescentes presentan mayores índices de maltrato y
abandono.
● Solo 4 de cada 10 madres menores de 18 años finalizan la educación secundaria
superior.
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● Solo perdura un 30% de los matrimonios de madres adolescentes contraídos tras el
nacimiento del niño. El índice de fracaso entre los matrimonios adolescentes es el
doble que entre las parejas en que la esposa es mayor de 25 años.
● Es más probable que los niños de madres adolescentes nazcan con bajo peso o
sean prematuros, lo cual incrementa el riesgo de muerte infantil, ceguera, sordera,
trastornos respiratorios crónicos, dislexia, hiperactividad, parálisis cerebral, retraso
mental y otras disfunciones psíquicas.
BRASIL. “En 1998, los servicios de salud nacionales atendieron 698.439 partos de
chicas menores de 19 años [...]; 31.857 de ellas tenían entre 10 y 14 años, edad en la
que, admitámoslo, resulta absurda la maternidad.” (Folha de S. Paulo, 25 de agosto de
1999.)
MALAYSIA. “Desde 1998 no deja de aumentar en el país la cantidad de madres
solteras, en su mayoría menores de 20 años.” (New Straits Times–Management Times,
1 de abril de 2002.)
RUSIA. “El año pasado, casi un tercio de las mujeres que dieron a luz en Rusia eran
solteras; el porcentaje es el doble que hace una década. Las cifras oficiales, sin
precedentes desde la II Guerra Mundial, indican también que más del cuarenta por
ciento de estas madres eran adolescentes.” (The Moscow Times, 29 de noviembre de
2001.)
ESTADOS UNIDOS. “Pese a la reciente disminución en el índice de embarazos en la
adolescencia, 4 de cada 10 jóvenes quedan encintas al menos una vez antes de cumplir
20 años.” (Whatever Happened to Childhood? The Problem of Teen Pregnancy in the
United States [¿Qué ha pasado con la infancia? El problema de las adolescentes
embarazadas en Estados Unidos], 1997.
Fuente: Not Just Another Single Issue: Teen Pregnancy Prevention’s Link to Other
Critical Social Issues (No es otro problema aislado: la prevención del embarazo en la
adolescencia y su relación con otras cuestiones sociales importantes), Campaña
Nacional para Prevenir el Embarazo en Adolescentes (febrero de 2002).
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Introducción
LA VERDADERA dimensión del problema, calificado por algunos de epidemia, se
comprende mejor al observar de cerca las consecuencias del embarazo en una
muchacha asustada, o una adolescente, o una niña víctima de una violación. Para
empezar, los cambios radicales que le esperan incidirán no solo en ella sino también en
sus seres queridos y muchos factores de su vida. Ahora bien, no debemos caer en el
simplismo de echarle la culpa a la ausencia de métodos anticonceptivos. Todo indica
que entran en juego varias cuestiones sociales y emocionales complejas.
Factores implicados
—Diversos estudios revelan que muchas de estas jóvenes provienen de hogares rotos.
“Lo único que siempre he querido es una familia normal”, suelen decir muchas
jovencitas entrevistadas. Así pues, las familias disfuncionales pueden ser uno de los
factores que propicien este problema. Un programa social de apoyo a madres
adolescentes descubrió que a menudo “la relación [de estas chicas] con sus madres es
inestable, y con sus padres, completamente nula”.
—A veces, el embarazo es consecuencia directa de una violación. Para algunas de las
víctimas, los abusos generan un dolor emocional que quizá se manifieste en el futuro
en forma de conducta destructiva. A Jasmine, por ejemplo, la violaron cuando tenía 15
años. “Después de eso —confiesa— caí en conductas autodestructivas. A los 19 me
quedé encinta.” El abuso sexual también puede producir sentimientos de inutilidad. “No
me sentía digna”, se lamenta Jasmine. Anita, que pasó por una experiencia similar, dice:
“Un chico abusó de mí desde los 7 hasta los 11 años. Me odiaba a mí misma y no
dejaba de culparme”. Quedó embarazada con 17 años.
—Por otro lado, algunas muchachas son víctimas de la curiosidad y del exceso de
confianza. Nicole, mencionada en el artículo anterior, admite: “Creía saberlo todo y me
consideraba capaz de lograr lo que quisiera. Lamentablemente, también fui capaz de
tener un hijo”. Carol, quien fue madre soltera muy joven, experimentó con el sexo por
curiosidad. “Pensaba que me estaba perdiendo algo”, confiesa.
—Otro factor implicado es el desconocimiento de las consecuencias de la actividad
sexual. Según los sociólogos Karen Rowlingson y Stephen McKay, algunos jóvenes
británicos “no saben exactamente [...] qué esperar de las relaciones ni qué implica un
embarazo”. Hay quienes parecen ignorar la conexión entre relaciones sexuales y
embarazo. En un estudio, muchas adolescentes “admitieron que, pese a no haber usado
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ningún método anticonceptivo, la noticia de que estaban encintas les causó sorpresa e
incluso estupor”.
Sin embargo, el factor más influyente es el cambio de actitudes en materia sexual.
Vivimos rodeados de hombres y mujeres “amadores de placeres más bien que
amadores de Dios” (2 Timoteo 3:1-4).
Yanin Duarte quiero hacerte un hijo. ¿ÚwÚ si mi amor.. Me das un hijo?. ÚwÚ no
mentira amor claro que tendremos nuestro hijo, pero debemos ser muy sabios y hacer
todo lo que hemos planeado. Te a m o .
Secuelas emocionales
—Según indica la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Juvenil. Lo cierto es
que la vida de las adolescentes que se encuentran en esta situación no se parece en
nada a las fantasías juveniles. Cuando se enteran de su futura maternidad, pasan por
un torbellino de emociones. Muchas experimentan gran conmoción, y también “son
habituales los sentimientos de ira, culpa y negación”, Negar la realidad es peligroso,
pues podría llevarlas a no acudir al médico para recibir el tratamiento que necesiten.
—Ganas de cometer suicidio o acabar con el embarazo “Me asusté”, recuerda Elvenia,
refiriéndose al momento en que vio las consecuencias de su “aventura” sexual. Un buen
número de jóvenes embarazadas no tienen a nadie de confianza con quien hablar o
están muy avergonzadas para hacerlo. No sorprende que algunas se vean abrumadas
por la culpa y el temor. A menudo caen en la depresión grave, como Jasmine, quien
admite: “No me importaba lo más mínimo vivir o morir”.*
Sin importar la reacción inicial, en algún momento la joven deberá tomar decisiones
trascendentales tanto para ella como para la criatura.
—Según el ICBF. Las consecuencias del embarazo en la adolescencia son múltiples.
Además de poner en riesgo la salud, el embarazo adolescente puede significar un gran
obstáculo en las posibilidades de construir un proyecto de vida por parte de los
adolescentes
¿Apoyar o no el aborto?
En Colombia, desde el año 2006 se despenalizó el aborto en tres circunstancias:
Prevención y Atención del Embarazo No Deseado que busca promover la maternidad
elegida y evitar las complicaciones médicas y muertes causadas por abortos inseguros
o clandestinos.
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Los adolescentes pueden optar por una interrupción voluntaria del embarazo debido a
que tienen preocupaciones acerca de cómo tener un hijo y como eso podría apartarlos
de sus objetivos personales importantes, como, por ejemplo, completar su educación.
Otra preocupación tiene que ver con las responsabilidades financieras asociadas a la
paternidad o que sienten que no son lo suficientemente maduros para convertirse en
padres.
Asimismo, se ha relacionado con una serie de problemas físicos y psicológicos,
incluyendo el abuso de alcohol y drogas, intentos de suicidio, violaciones, abusos
sexuales, mal formaciones, riego de muerte de la madre o del hijo en formación,
problemas de transmisión sexual y otros comportamientos autodestructivos, para la
madre o para el hijo que se esta creciendo en su vientre.
¿Quien toma la decisión? La tomas tu, basada en tu religión, situación sentimental,
situación económica, situación familiar, forma de pensar, si fue o no un abuso sexual o
violación.