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¿QUÉ ES EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO?

 El Derecho Internacional Humanitario es un conjunto de normas internacionales de origen


convencional y consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los
conflictos armados, internacionales o no, que limita, por razones humanitarias, el derecho
de las partes en conflicto a elegir libremente los métodos (modos) y medios (armas) de
hacer la guerra y que protege a las personas y los bienes afectados o que puedan resultar
afectados por ella.

Inicialmente, estaba compuesto por dos ramas distintas, el Derecho de la Haya y el


Derecho de Ginebra. La primera comprende las normas que regulan los medios y métodos
de combate mientras que la segunda son las normas dirigidas a la protección de las
víctimas de los conflictos armados. Es a partir de 1968, con la Resolución 2444 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el respeto de los Derechos Humanos en
los conflictos armados, y especialmente con la aparición de los Protocolos Adicionales a
los Convenios de Ginebra en 1977, cuando se produce una convergencia entre ambos
grupos de normas al ponerse de manifiesto que para proteger con mayor eficacia a las
víctimas (los heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra, población civil y, por
extensión, los bienes culturales, los bienes indispensables para la supervivencia de la
población civil y el medio ambiente natural) es preciso limitar el uso de la fuerza
estableciendo reglas sobre la conducción de las hostilidades.

Tradicionalmente, se le ha llamado derecho de la guerra pero la evolución histórica de


estas normas ha hecho que su contenido y su finalidad sean mucho más amplios de lo
que lo eran inicialmente. Actualmente puede denominarse Derecho Internacional
Humanitario (DIH) como término equivalente de gran tradición y aceptación universal que
tiene como referencia inmediata la protección de las víctimas. También puede utilizarse el
término Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA).

La guerra no es un ámbito ajeno a la regulación por el derecho y la comunidad


internacional, frente a los conflictos armados, reacciona en dos direcciones muy distintas
que son importantes definir, ya que el ámbito del Derecho Internacional Humanitario
pertenece a la segunda:

a) Prohibiendo la agresión o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales


(artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas). Se admiten como únicas
excepciones el ejercicio individual o colectivo de la legítima defensa (artículo 51 de
la Carta de las Naciones Unidas), la aplicación del sistema de seguridad colectiva
del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas (la acción de la ONU) y el
derecho de la libre determinación de los pueblos. (IUS AD BELLUM o Derecho a
hacer la guerra).

b) Una vez iniciado el conflicto armado, aplicando el DIH con igual obligatoriedad a
todas las partes implicadas en el conflicto, con independencia de que parte fuera la
responsable de haberlo iniciado o de la conformidad de éste con el ius ad bellum.
(IUS IN BELLO o Derecho aplicable en los conflictos armados).
ORÍGENES Y DESARROLLO DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

 La guerra ha estado presente desde el origen de la humanidad y siempre ha


estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. En un principio, el derecho
humanitario estaba constituido por normas no escritas, basadas en costumbres
humanitarias y prácticas derivadas de imperativos morales, religiosos,
políticos, militares y hasta económicos, destinadas a regular la conducta en la
guerra que exigían que se respetara a quien no combate o ya no puede
combatir y se le de un trato humano. Estas normas, que nacen de la guerra
misma, se convierten en reglas consuetudinarias que reglamentan algunas
cuestiones de las hostilidades y que fueron adoptando progresivamente los
principios de necesidad, humanidad, lealtad y un cierto respeto mutuo.
Posteriormente, se empezaron a elaborar tratados bilaterales y reglamentos
que los Estados promulgaban para sus tropas pero que únicamente eran válidos
para un conflicto o una batalla determinada. El problema es que estas normas
estaban limitadas en el tiempo y en el espacio y además variaban según la
época, el lugar o la moral de las partes en conflicto.
A grandes rasgos, podemos dividir el desarrollo del DIH en cuatro períodos:

o Antes de la Primera guerra Mundial


o El período de entreguerras
o Después de la Segunda Guerra Mundial
o Época actual

 ANTES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza la codificación


internacional de las normas de la guerra que, como se ha dicho anteriormente,
hasta ese momento eran normas internas o consuetudinarias. Suele
considerarse el año 1864 como la fecha de nacimiento del DIH porque es el año
en el que se celebra una Conferencia Diplomática en Suiza que concluye con la
firma del Convenio de Ginebra de 22 de agosto de 1864, para el mejoramiento
de la suerte de los militares heridos de los ejércitos en campaña. Se trata del
primer instrumento multilateral de Derecho Internacional Humanitario que nace
como consecuencia de la acción del Comité de los Cinco (que da origen al
Comité Internacional de Cruz Roja) que se constituyó a raíz de la publicación,
en el año 1862, del libro "Recuerdo de Solferino" de Henry Dunant, verdadero
precursor del Movimiento Internacional de la Cruz Roja, en el que relata una
de las batallas más cruentas de la época donde los soldados heridos estaban
condenados a morir porque los ejércitos carecían de servicios sanitarios o estos
eran muy deficientes.
Este primer Convenio de Ginebra de 1864, que sentó las bases del Derecho
Internacional Humanitario contemporáneo, tenía las siguientes características:

- Norma universal, permanente y escrita destinada a proteger a las


víctimas de los conflictos aplicables en todo tiempo y circunstancias.
- Tratado multilateral.
- Obligación prestar asistencia sin discriminación a los militares heridos y
enfermos.
- Establecía el respeto y la identificación del personal y del material sanitario
mediante el emblema de la Cruz Roja.
Desde este momento, la labor de la Cruz Roja en el desarrollo del DIH será
fundamental hasta nuestros días.

En 1868 se aprueba la Declaración de San Petersburgo que prohíbe la


utilización de ciertos proyectiles en tiempo de guerra y proclama la prohibición
general de utilizar armas "que agravarían inútilmente los sufrimientos de los
hombres".

A finales del siglo XIX y principios del XX se celebra en La Haya


lasConferencias de Paz de 1899 y 1907 que constituyen el más notable
intento de codificar el Derecho de la Guerra clásico. La Conferencia de 1907,
que revisó y amplió la primera, aprobó catorce convenios entre los que destaca
el IV Convenio sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestres y su
Reglamento. Además se elabora un nuevo Convenio de Ginebra en 1906 para
aliviar la suerte corrida por los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas
en campaña.

 PERIODO DE ENTREGUERRAS

Después de la I Guerra Mundial se intentó controlar los conflictos armados a


través de su prohibición. Primero en el Tratado de Versalles de 1919, que
condenó las guerras de agresión, después el Pacto de la Sociedad de Naciones
de 1920 las prohibió y finalmente, el Pacto de Briand-Kellogg de 1928,
estableció la renuncia a la guerra como instrumento de política internacional.

Por otro lado, debido a los problemas humanitarios que se derivaron de la I


Guerra Mundial, se aprueban los Convenios de Ginebra de 1929, para aliviar la
suerte de los heridos y enfermos de los ejércitos en campaña y el relativo al
trato de los prisioneros de guerra.

 DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Trás la II Guerra mundial y las devastadoras consecuencias que tuvo entre la


población civil, la única preocupación de la época fue la represión de la guerra
misma más que su regulación y control. En este sentido, la Carta de las
Naciones Unidas prohíbe la guerra e incluso la amenaza y el uso de la fuerza
(artículo 2.4) salvo los casos de legítima defensa individual o colectiva (artículo
51), por lo que en su Capítulo VII se prevé un sistema institucionalizado de
seguridad colectiva de competencia exclusiva del Consejo de Seguridad.

Es en este momento cuando comienza la persecución de los crímenes de guerra


y los crímenes contra la paz y contra la humanidad por los Tribunales Militares
Internacionales de Nuremberg y Tokio.

En relación con la regulación de los conflictos armados, la característica más


importante de este periodo fue la firma de los cuatro Convenios de Ginebra, de
12 de agosto de 1949, que es la normativa básica del moderno DIH:

- I Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de las
fuerzas armadas en campaña.
- II Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y los náufragos de
las fuerzas armadas en el mar.
- III Convenio de Ginebra, relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
- IV Convenio de Ginebra, relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo
de guerra.
Posteriormente, se produjo un vacío normativo inspirado en la idea de que sería
absurdo reglamentar la guerra ya que se consideraba ilícita y la Carta de las
Naciones Unidas trataba de prohibirla totalmente. Pese a esto, se seguían
produciendo conflictos armados por lo que era necesario seguir progresando en
el desarrollo de normas protectoras para las numerosas víctimas.

Bajo los auspicios de la UNESCO, se acordó en La Haya la Convención del 14


de mayo de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto
armado. Está desarrollada por un Reglamento de 1954 y dos Protocolos, el
primero de 1954 sobre la protección de los bienes culturales en territorio
ocupado y el segundo de 1999 que establece el sistema de la llamada
protección reforzada.

 ÉPOCA ACTUAL
En este momento se producen dos hechos importantes. El primero en 1968
cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2444,
sobre el respeto de los derechos humanos en los conflictos armados, que
estableció los principios básicos del DIH de limitación de medios y métodos de
combate, de protección de la población civil y de distinción. El segundo
acontecimiento se produjo como consecuencia de la celebración de la
Conferencia Diplomática celebrada en Ginebra entre 1974 y 1977 donde se
aprobaron los dos Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949:
o Protocolo Adicional I, relativo a la protección de las víctimas de los
conflictos armados internacionales.
o Protocolo Adicional II, relativo a la protección de las víctimas de los
conflictos armados sin carácter internacional.
Ambos Protocolos tienen la finalidad de ampliar y complementar los citados
Convenios de Ginebra. No obstante, en el año 2005 se aprobó un
tercer Protocolo Adicional sobre el emblema por el que se establece un
signo distintivo adicional, el Cristal Rojo.

PRINCIPIOS BÁSICOS GENERALES

 Los Principios generales del Derecho Internacional Humanitario representan el mínimo de


humanidad aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia y sirven, fundamentalmente, para
interpretar las normas aplicables en los conflictos armados.

Podemos distinguir diez principios generales:

PRINCIPIO DE HUMANIDAD.
Se debe tratar con humanidad a todas aquellas personas que no participen en las hostilidades (incluso
miembros de las Fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas que hayan quedado
fuera de combate por enfermedad, herida, detención o cualquier otra causa).

PRINCIPIO DE IGUALDAD ENTRE LOS BELIGERANTES.


La aplicación del DIH no afecta al estatuto de las partes en conflicto, ya que el ius in bello es
independiente del ius ad bellum, de forma que una vez iniciado un conflicto armado se aplica de
forma indiscriminada a todas las partes enfrentadas.

PRINCIPIO DE NECESIDAD MILITAR


El DIH establece un delicado equilibrio entre las necesidades de la guerra y los condicionamientos
humanitarios, de forma que no se deben causar al adversario males desproporcionados en relación
con el objetivo del conflicto armado, que es vencer al enemigo. Supone optar por el mal menor para
no causar a la parte adversa mayor violencia que la exigida por el desarrollo de las hostilidades.

PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN.
Se prohíbe toda distinción desfavorable en la aplicación del DIH por razones de raza, color, sexo,
lenguaje, religión o creencias, opiniones políticas o de otro género, nacionalidad u origen social,
fortuna, nacimiento u otra condición o cualesquiera otros criterios análogos. No obstante, puede
haber diferencias de trato, en beneficio de determinadas personas, con el fin de solucionar las
desigualdades derivadas de su situación, necesidades o desamparo.

PRINCIPIO DEL DERECHO DE GINEBRA.


Las personas fuera de combate y las personas civiles que no participan directamente en las
hostilidades deben ser respetadas, protegidas y tratadas con humanidad. Se refiere este principio a
los heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra y población civil, víctimas de los conflictos
armados.

 PRINCIPIO DE INMUNIDAD.
Las personas civiles y la población civil gozarán de la protección general contra los peligros que
procedan de las acciones militares. No serán objeto de ataques la población civil como tal ni las
personas civiles que no participen en las hostilidades. Se prohíben las represalias contra personas y
bienes protegidos por el DIH.

PRINCIPIO DE PRIORIDAD HUMANITARIA.


En los supuestos de duda se debe conceder prioridad a los intereses de las víctimas sobre otras
necesidades derivadas del desarrollo del conflicto armado. Las normas de DIH han sido elaboradas
para garantizar la protección de los que sufren las consecuencias de la guerra y deben ser
interpretadas de la forma más favorable a la defensa de sus intereses.

PRINCIPIO DE DISTINCION.
Las partes en conflicto deben distinguir en todo momento entre la población y los combatientes. Los
ataques deben ser dirigidos únicamente contra los combatientes y no contra la población civil. Se
hará también distinción entre los bienes civiles y los objetivos militares. Los ataques no pueden ser
dirigidos contra los bienes civiles.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
Se prohíben las armas y los métodos que causen a las personas civiles y a sus bienes daños excesivos
con respecto a la ventaja militar concreta y directa prevista. Así, se prohíbe lanzar ataques cuando
sea de prever que causarán incidentalmente muertos y heridos entra la población civil, o daños a
bienes de carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar
prevista.

PRINCIPIO DE LIMITACIÓN DE LA ACCIÓN HOSTIL.


No es ilimitado el derecho de las partes en conflicto a elegir los medios y modos de combatir contra
la aparte adversa. De manera que existen medios (armas) lícitos e ilícitos y formas de emplearlos
(modos) permitidos o contrarios al DIH.

Fines y ámbito de actuación del DIH

 La finalidad del Derecho Internacional Humanitario es solucionar los problemas de índole


humanitario derivados de los conflictos armados, limitando el derecho de las partes implicadas a
elegir los medios y los métodos de hacer la guerra y protegiendo a las personas y a los bienes que
pudieran verse afectados por ellos.

¿Cuándo se aplican las normas de DIH?

¿A quienes protege?

¿A quienes obligan las normas de DIH?

 ¿Cuándo se aplican las normas de DIH?


El Derecho Internacional Humanitario sólo se aplica en caso de conflicto armado y no cubre las
situaciones de tensiones o disturbios internos ni los actos aislados de violencia. Se aplica por igual
a todas las partes en conflicto sin tener en cuenta quién lo inició o la calificación legal de la acción
armada (IUS AD BELLUM).
En general, podemos decir que existe conflicto armado cuando se inician los actos de fuerza o
violencia armada con manifiesta voluntad hostil y con carácter permanente entre dos o más partes
en conflicto. En este sentido, las normas de DIH distinguen entre dos tipos de conflictos que tienen
una regulación diferente, los de carácter internacional y los internos o sin carácter internacional:

a. Conflictos armados internacionales. Donde se aplican los cuatro Convenios de Ginebra de 1949
y el Protocolo Adicional I de 1977. Los conflictos internacionales son:

- Los conflictos interestatales, en los que se enfrentan dos o más Estados.


- Las guerras de liberación nacional, es decir, la lucha de un pueblo contra la dominación colonial.
La ocupación extranjera y los regímenes racistas.
- La ocupación bélica, cuando existe una ocupación total o parcial de un territorio por otro Estado,
aunque no exista resistencia armada por parte del - Estado ocupado o de su población.

b. Conflictos armados internos o sin carácter internacional: Se trata de una confrontación


armada dentro del territorio de un Estado, entre el Gobierno existente y una parte adversa a la
autoridad gubernativa que presente un carácter colectivo y un mínimo de organización. En función
de su intensidad tienen varios niveles y se aplica una serie más limitada de normas, en particular, el
artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo Adicional II de 1977.

 ¿A quiénes protege?

El DIH protege a las personas que no participan en las hostilidades (civiles y personal médico y
religioso) o que han dejado de participar en ellas (combatientes heridos o enfermos, náufragos y
prisioneros de guerra). Estas personas tienen derecho a que se respete su vida y su integridad física
y moral y se benefician de las garantías judiciales y además, serán protegidas y tratadas con
humanidad en toda circunstancia y sin distinción alguna de carácter desfavorable.

En este sentido, el DIH protege a las víctimas de la guerra pero hay que señalar que no otorga
idéntica protección a todas las personas que sufren las consecuencias de un conflicto armado, sino
que define unas categorías concretas de personas y les concede unos derechos y una protección
específica por estar más expuestas a los riesgos del conflicto o porque en virtud de su naturaleza
son grupos de personas especialmente vulnerables. Estos grupos de personas son: los civiles o
militares heridos, enfermos o náufragos, los prisioneros de guerra, las personas civiles en poder
del adversario en su territorio y las personas civiles en territorio ocupado. Además están
particularmente protegidos por su especial vulnerabilidad las mujeres, los niños, los ancianos, los
refugiados, los desplazados y los desaparecidos y los periodistas.

Sin estar dentro de la categoría de personas protegidas, los combatientes también gozan de la
protección del DIH en el sentido de que se debe tratar de conciliar la necesidad militar con el
principio de humanidad, prohibiendo los daños innecesarios al adversario.

 ¿A quiénes obligan las normas de DIH?


Los principales destinatarios de estas normas son los Estados, que están especialmente obligados a
cumplirlas y a hacerlas cumplir, así como a participar en su elaboración y aprobación. En principio,
únicamente obliga a los Estados Partes en los diversos instrumentos de DIH, pero cuando se trata
de normas de carácter consuetudinario que forman parte de la costumbre internacional obligan a
todos los Estados de la comunidad internacional por igual.

También obligan a las organizaciones internacionales como destinatarias de las normas de DIH que
han adquirido obligatoriedad universal como reglas consuetudinarias.
Los Movimientos de Liberación Nacional y los llamados agentes no estatales también están
obligados porque son normas que han sido ratificadas por los Estados en cuyo territorio actúan.

Finalmente, las personas privadas deben cumplir las normas de DIH en virtud del carácter auto-
ejecutivo de sus disposiciones, incurriendo en responsabilidad penal individual en el supuesto de la
comisión de infracciones graves o crímenes de guerra.

SISTEMA DE EFICACIA DEL DIH

 Uno de los factores que determinan la eficacia de un sistema jurídico es el grado de


cumplimiento por sus destinatarios, y en este sentido, el problema más grave al que se
enfrenta el Derecho Internacional Humanitario es la falta de cumplimiento de sus normas.
Es importante señalar que debido a la naturaleza no compulsiva de la justicia internacional,
los mecanismos de aplicación del Derecho Internacional, y por tanto del Derecho
Internacional Humanitario, se alejan mucho de la eficacia que caracteriza al Derecho
Interno.
Es cierto que las normas de DIH se violan, debido, entre otras causas, al stress, la
violencia y la ruptura del régimen social y jurídico internacional característico de los
conflictos armados, al desconocimiento, a la no aceptación de las normas, a la falta de
disciplina y organización o a la obediencia ciega y la impunidad, y que los medios de que
se disponen para evitar este incumplimiento pueden resultar débiles pero es importante
destacar que no se trata de que las normas sean inexistentes, inadecuadas o ineficaces,
sino de la falta de voluntad de aplicarlas por parte de los Estados y actores implicados.
Queda probado que las normas de DIH salvan vidas y protegen a las víctimas de la guerra
y que los mecanismos de aplicación existentes, aunque podrían ser mejorados, han
resultado realmente eficaces.

El sistema de eficacia tiene como principales protagonistas a diversos sujetos de Derecho


Internacional y actores de las relaciones internacionales entre los que cabe destacar los
medios de comunicación, la opinión pública mundial y las organizaciones no
gubernamentales que desempeñan un papel importante en las distintas fases de
aplicación del DIH como garantes de la eficacia de sus normas y, en ocasiones, como
impulsores de la adopción de nuevas disposiciones a través del ejercicio de una presión
constante a los representantes políticos (como en el caso del Tratado de Ottawa sobre
minas antipersonal y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional).

A. PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DURANTE LOS CONFLICTOS ARMADOS


B. ANTES Y AL FINALIZAR LOS CONFLICTOS ARMADOS.
C. EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO EN EL POST-CONFILTO.

 A. PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DURANTE LOS CONFLICTOS ARMADOS


Podemos decir que existen los siguientes mecanismos para salvaguardar los derechos de
las víctimas:

1. LA RESPONSABILIDAD PRIMERA Y COLECTIVA DE LOS ESTADOS PARTES EN


LOS CONVENIOS DE DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO. Los Estados parte
tienen el deber general de cumplir y hacer cumplir las normas de DIH. Este hecho
constituye una obligación doble (respetar y hacer respetar), universal (porque la inmensa
mayoría de los Estados son partes en los Convenios) e incondicional (independientemente
de que exista reciprocidad).

2. LA INSTITUCIÓN DE LA POTENCIA PROTECTORA. Tienen por misión facilitar el


contacto entre las partes en conflicto para la salvaguarda de sus intereses y los de las
personas protegidas. Para su funcionamiento se requiere que uno o más Estados no
beligerantes sean designados como tales mediante un acuerdo entre los países en
conflicto y dichos Estados. En el caso de que no haya acuerdo entre todas las partes
interesadas, el CICR o cualquier otra organización humanitaria imparcial puede ser
designada en calidad de sustituto. La necesidad de que se deba cumplir este requisito de
acuerdo ha hecho que este mecanismo, aunque sea obligatorio, haya sido escasamente
utilizado.

3. LA LABOR DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA (CICR). La labor del


CICR es el de servir de intermediario neutral entre las partes en conflicto para llevar la
máxima protección a las víctimas. Para realizar esta tarea, tanto el marco convencional
(Convenios de Ginebra de 1964 y Protocolos Adicionales de 1977) como el
extraconvencional (especialmente los Estatutos del CICR) y el amplio derecho de
iniciativa, le atribuyen funciones muy numerosas: visitar a los prisioneros de guerra,
detenidos e internados civiles, socorrer a la población civil en los territorios ocupados,
buscar a las personas desaparecidas y transmitir mensajes a los familiares de los
prisioneros de guerra, facilitar el establecimiento de zonas y localidades sanitarias y de
seguridad (a través de sus buenos oficios), recibir pedidos de ayuda de parte de personas
protegidas y otras labores análogas.

4. LA INTERVENCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. La


mención más significativa que hacen las normas de DIH sobre las Naciones Unidas es
cuando disponen que en el caso de violaciones graves de dicha normativa los Estados
parte "se comprometerán a actuar, conjunta o separadamente, en cooperación con las
Naciones Unidas y en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas". A pesar de que
su función no está expresamente definida en las normas de DIH ni en la Carta de las
Naciones Unidas, la Organización viene desempeñando desde estos últimos años una
labor decisiva en la aplicación del DIH con base en la interacción entre los DDHH y el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, la acción humanitaria, las
operaciones de paz o las sanciones económicas a través de sus órganos principales: el
Secretario General, el Consejo de Seguridad y la Corte Internacional de Justicia.

 5. EL PROCEDIMIENTO DE ENCUESTA. Ante la existencia de una posible violación de


las normas de DIH se establece un mecanismo imparcial de investigación de denuncias
que tiene como finalidad la vuelta a la situación de respeto ante la confirmación de un
incumplimiento. La Comisión Internacional de Encuesta es un órgano permanente cuya
competencia está sujeta a un declaración de aceptación previa.

6. LA REPRESIÓN INTERNA DE LOS CRÍMENES DE GUERRA. Los estados parte de


los Convenios de Ginebra tienen la ibligación de incriminar las infracciones graves que se
comentan contra los mismos (crímenes de guerra), determinando las sanciones penales
adecuadas en los Códigos comunes o militares aplicables. Tradicionalmente y de forma
preferente, el deber de hacer cumplir las normas de DIH y de reprimir sus infracciones se
ha llevado a cabo en los tribunales internos de los Estados por considerarse que son los
instrumentos más eficaces para llevar a cabo esta obligación.

7. EL EJERCICIO DE LA JURISDICCIÓN UNIVERSAL. Según lo dispuesto en los


Convenios de Ginebra, los Estados tienen derecho a ejercer la jurisdicción universal en
sus Tribunales, es decir, a través de su jurisdicción interna, respecto de los crímenes de
guerra. El ejercicio de la jurisdicción universal es independiente del lugar donde se
cometieron los crímenes y de la nacionalidad del presunto culpable.

8. LOS ASESORES JURÍDICOS DE LAS FUERZAS ARMADAS. Los Convenios de


Ginebra establecen que los Estados dispongan en todo tiempo y, en especial en caso de
conflicto armado, de asesores jurídicos que asesoren a los comandantes militares acerca
de la aplicación de las normas de DIH.

9. EL SISTEMA DE REPARACIONES. El Estado que violase las disposiciones


convencionales del DIH (Estado infractor), con independencia del enjuiciamiento de los
culpables de crímenes de guerra, es responsable y debe compensar el daño causado en
forma de "reparaciones".

 B. ANTES Y AL FINALIZAR LOS CONFLICTOS ARMADOS

1. ADOPCION DE LAS MEDIDAS DE APLICACIÓN DEL DIH. Los Estados parte en los
Convenios de Ginebra tienen la obligación de incorporar las normas de DIH a su
ordenamiento interno y de adoptar las medidas oportunas para que puedan ser
observadas y aplicadas en caso de conflicto armado.

2. LA DIFUSIÓN DEL DIH. Una labor adecuada de difusión de las normas de DIH incide
directamente en el grado de su cumplimiento, ya que se ha demostrado que muchas de
las infracciones tienen origen en la ignorancia de sus normas. Esta es la labor que realiza,
desde su creación, el Centro de Estudios de Derecho Internacional Humanitario de Cruz
Roja Española (CEDIH).

3. EL ENJUICIAMIENTO INTERNACIONAL DE LOS CRÍMENES DE GUERRA.

-TRIBUNALES PENALES INTERNACIONALES: La represión de las infracciones de DIH


mediante la acción de tribunales internacionales tiene una historia relativamente reciente
ya que los primeros tribunales penales internacionales se constituyeron tras la II Guerra
Mundial en Nuremberg (1945) y Tokio (1946). Posteriormente, tras las gravísimas
violaciones de las normas de DIH cometidas en los conflictos armados desarrollados en
la ex Yugoslavia y en Ruanda, se crearon, por el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, tribunales penales internacionales ad hoc para el enjuiciamiento de presuntos
responsables de violaciones graves de las normas de DIH cometidas en estos territorios.
Los Tribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia y para Ruanda fueron
creados en 1993 y en 1994 respectivamente y aún continúan desarrollando su actividad.

-TRIBUNALES Y SALAS JURISDICCIONALES ESPECIALES: Suponen la tercera


generación de instancias penales. Son unos tribunales mixtos o internacionalizados que
constituyen el resultado de la asistencia jurídica internacional que la comunidad
internacional presta a los Estados cuyas estructuras de administración de justicia han sido
gravemente dañadas o han desaparecido como consecuencia de situaciones de conflicto
o son salas especiales en el seno de tribunales internos preexistentes. Estos tribunales o
salas especiales existen en Sierra Leona, Camboya y Timor Leste.

-CORTE PENAL INTERNACIONAL: Con la creación de los Tribunales Penales


Internacionales ad hoc se puso de manifiesto la necesidad de crear un tribunal
internacional penal permanente que, finalmente, se materializó en la constitución de la
Corte Penal Internacional por el Estatuto de Roma de 1998. Su competencia se extiende
a las personas mayores de 18 años acusadas de haber cometido crímenes de agresión,
de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio que hayan tenido lugar tras la entrada
en vigor del Estatuto en el territorio o por nacionales de los Estados Parte o por remisión
del asunto a la Corte por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

-OTRAS FIGURAS: COMISIONES DE LA VERDAD Y COMISIONES DE LA VERDAD Y


LA RECONCILIACIÓN: Las Comisiones de la Verdad se han creado en América Latina
como foros para indagar y establecer los hechos sobre atrocidades pasadas y en
Sudáfrica se ha puesto en práctica la Comisión de la Verdad y la Reconciliación para
investigar crímenes cometidos durante el conflicto para acabar con el apartheid.

 C. EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO EN EL POST-CONFILTO


Las normas humanitarias pueden contribuir tanto a la estabilidad en las situaciones de
post-conflicto como al proceso de reconciliación a través de instrumentos como los juicios
penales por crímenes de guerra y la constitución de "Comisiones de la verdad". También
sirven para la concesión de reparaciones a las víctimas o contribuyen a la creación de un
ambiente de respeto al derecho mediante la difusión de los Principios del DIH.

PRINCIPALES NORMAS DEL DIH

 Podemos dividir las principales normas que regulan el Derecho Internacional


Humanitario en tres grandes grupos:

- Normas que regulan la protección de víctimas.


- Normas que regulan la conducción de hostilidades.
- Normas específicas de los conflictos armados no internacionales.
PROTECCIÓN DE VÍCTIMAS: POBLACIÓN CIVIL,
COMBATIENTES FUERA DE COMBATE Y BIENES
CULTURALES.
Las normas de carácter protector de Derecho Internacional Humanitario han alcanzado
un índice de desarrollo muy superior respecto del desarrollo de las que hacen referencia
a los medios y métodos de combate. Este desarrollo se ha producido en una doble
vertiente, por un lado se han incluido cada vez más personas que gozan de protección
ampliando el ámbito subjetivo del Derecho Internacional Humanitario y por otro, se ha
intensificado la protección que se otorgaba al respeto de los combatientes heridos y
enfermos hasta llegar a una actitud activa de ayuda a las víctimas de los conflictos
armados.

Esta ampliación de la protección también se deriva de la evolución que han


experimentado los conflictos armados. En el siglo pasado, las personas afectadas por las
guerras eran fundamentalmente los ejércitos organizados pero en la actualidad, el
partisanismo y las guerras asimétricas tienen como efecto principal la extensión de sus
consecuencias a personas civiles, cuya protección no puede ser descuidada.

Las normas esenciales de protección de las víctimas de los conflictos armados son los
Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales de 1977. Los cuatro
Convenios de Ginebra están agrupados con una cierta idea de unidad, como lo
demuestran las previsiones generales comunes establecidas al comienzo de cada uno de
los textos. El IV Convenio de Ginebra, relativo a la protección de las personas civiles en
tiempo de guerra desarrolla un contenido nuevo hasta ese momento y significa una
extensión de la normativa sobre la protección de las víctimas a un campo que no se
había tocado nunca anteriormente. Hasta ese momento la protección se otorgaba a las
víctimas del conflicto, consideradas casi exclusivamente como los combatientes
neutralizados (heridos, enfermos y prisioneros de guerra) pero el IV Convenio de Ginebra
amplia el concepto de víctima a la población civil.

Los cuatro Convenios de Ginebra establecen como obligatoria la enseñanza y difusión


del texto de los mismos por lo que España, como Estado parte de los mismos, tiene el
deber de introducirlos en su enseñanza militar y civil.

Las mujeres y los niños gozan de todas las disposiciones relativas a la protección general
y a las correspondientes al estatuto y trato de las personas especialmente protegidas,
en virtud de su naturaleza o por estar particularmente expuestas a los efectos de la
guerra.

Los Protocolos Adicionales de 1977 se crearon para paliar las insuficiencias y problemas
que planteaban los Convenios de Ginebra de 1949, pero hicieron algo más que reafirmar
y desarrollar el Derecho existente porque introdujeron nuevas normas y variaron otras.
El III Protocolo Adicional incorporó el Cristal Rojo a los emblemas de la Cruz Roja y de
la Media Luna Roja.

La protección específica de los bienes culturales tiene su origen en el principio de


distinción que obliga a discriminar en los ataques a los objetivos militares de los bienes
de carácter civil. Sin embargo, los bienes culturales gozan de mayor protección al formar
parte de ¿el patrimonio cultural de los pueblos¿ que debe ser respetado. Establece
obligaciones tanto para tiempo de paz como de guerra, porque sólo adoptando medidas
de protección antes del conflicto se pueden hacer respetar los bienes culturales. El
Protocolo II se aprobó para solucionar la falta de aplicación de estas normas e introduce
la obligación de encontrar un objetivo militar alternativo al bien cultural y el concepto
de protección reforzada a medio camino entre la protección general y la especial de los
bienes culturales. Estas normas se adoptan bajo los auspicios de Naciones Unidas por lo
que la UNESCO tiene un papel importante en la aplicación de las medidas que se prevén.

 A. CONVENIOS DE GINEBRA, DE 12 DE AGOSTO DE 1949.


Como consecuencia de una larga serie de trabajos y reuniones, el 12 de agosto de
1949, fueron firmados cuatro Convenios que, refiriéndose a cuestiones distintas,
están agrupados con una cierta idea de unidad, como lo demuestran las previsiones
generales comunes establecidas al comienzo de cada uno de los textos.

1. -I CONVENIO DE GINEBRA PARA ALIVIAR LA SUERTE DE LOS HERIDOS


Y LOS ENFERMOS DE LAS FUERZAS ARMADAS EN CAMPAÑA es el último
y vigente texto sobre el mismo tema después de los Convenios de 1864, 1906
y 1929.

-II CONVENIO DE GINEBRA PARA ALIVIAR LA SUERTE DE LOS


HERIDOS, ENFERMOS Y NÁUFRAGOS DE LAS FUERZAS ARMADAS EN EL
MAR es también el último y vigente texto después de los Convenios de 1899
y 1906.

-III CONVENIO DE GINEBRA RELATIVO AL TRATO DE PRISIONEROS DE


GUERRA sustituye al anterior Convenio de 1929.

-IV CONVENIO DE GINEBRA PARA LA PROTECCIÓN DE PERSONAS CIVILES EN


TIEMPO DE GUERRA es nuevo y significa una extensión de la normativa sobre
protección de las víctimas de la guerra en un campo que no se había tocado
antes.

 B. PROTOCOLOS ADICIONALES A LOS CONVENIOS DE GINEBRA.


Los Protocolos de 1977 fueron una consecuencia de las insuficiencias y problemas
que planteaban los Convenios de 1949 y de la iniciativa del Consejo Federal Suizo
en 1974 para reafirmar y desarrollar la normativa de los mismos. Los Protocolos
Adicionales de 1977, hicieron algo más que reafirmar y desarrollar el Derecho
existente, ya que, por una parte, introdujeron nuevas normas y variaron otras y,
por otra, respondiendo a la imposibilidad de separar el Derecho de la Guerra y el
Derecho Internacional Humanitario, dictaron una serie de artículos que se refieren
a la conducción en el combate y a la conducción de las operaciones bélicas más
que a lo "humanitario".

Desde el siglo XIX, los emblemas de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se han
venido utilizando como símbolos universales de asistencia a favor de las víctimas
de los conflictos armados y después de aprobarse, el 8 de diciembre de 2005, el
III Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra se incorpora el Cristal Rojo a los
emblemas anteriormente mencionados. En este sentido, la finalidad del Cristal Rojo
no es sustituir a la Cruz Roja ni a la Media Luna Roja, sino ofrecer una alternativa.
En cualquier caso, los emblemas reconocidos tienen un significado equivalente y
deben beneficiarse del mismo trato y protección en el ordenamiento jurídico de
cada Estado. El III Protocolo Adicional, que ya ha entrado en vigor, aún no ha sido
ratificado por España.

1. -I PROTOCOLO ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA RELATIVO A LA


PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS. 1977.

-II PROTOCOLO ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA RELATIVO A LA


PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS SIN
CARÁCTER INTERNACIONAL. 1977.

-III PROTOCOLO ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA RELATIVO AL


ESTABLECIMIENTO DE UN NUEVO EMBLEMA. 2005.

 C. CONVENCIÓN DE LA HAYA PARA LA PROTECCIÓN DE BIENES


CULTURALES EN CASO DE CONFLICTO ARMADO. 1954.
La protección específica de los bienes culturales tiene su origen indudable en el
principio de distinción que obliga a discriminar en el ataque a los objetivos militares
de los bienes de carácter civil. Sin embargo, los llamados bienes culturales gozan
de una protección adicional por cuanto constituyen "el patrimonio cultural de los
pueblos" que debe ser respetado, no tanto por su valor intrínseco, sino por su
afección al elemento espiritual de los pueblos. Se trata por tanto de un Convenio
que trasciende la protección del bienestar de las víctimas de los conflictos para
adentrarse en la defensa del alma de los pueblos.

Este Convenio completa tanto los de La Haya de 1899 y 1907, como,


fundamentalmente, el Pacto Roerich de 1935 y establece obligaciones para la
Potencia ocupante en relación a la propiedad cultural del territorio ocupado, para
el Estado que posee bienes culturales y para el resto de los Estados en relación al
transporte en inmunidad de la propiedad cultural. Asimismo establece obligaciones
tanto en tiempo de paz como de guerra, puesto que sólo adoptando medidas de
protección antes del conflicto se pueden hacer respetar los bienes culturales.

Aunque mejora la protección de los bienes culturales, sus disposiciones no se han


aplicado de forma sistemática y para paliar este problema, el 26 de marzo de 1999
se aprobó un segundo Protocolo a la Convención de 1954, que introduce entre otras
novedades, la obligación de encontrar un objetivo militar alternativo al bien cultural
y el concepto de protección reforzada a medio camino entre la protección general
y la especial dispensada a esta clase de bienes.

1. -I PROTOCOLO DE LA HAYA PARA LA PROTECCIÓN DE BIENES CULTURALES EN


CASO DE CONFLICTO ARMADO. 1954.
-II PROTOCOLO A LA CONVENCIÓN DE LA HAYA DE 1954, PARA LA
PROTECCIÓN DE BIENES CULTURALES EN CASO DE CONFLICTO ARMADO,
1999.

NORMAS QUE REGULAN LA CONDUCCIÓN DE


HOSTILIDADES
La codificación actual sobre la conducción de hostilidades comenzó con la
Declaración de París de 1856 sobre la guerra marítima, que recogía la experiencia
de la guerra de Crimea. Posteriormente, estas normas experimentaron un
importante desarrollo en la Conferencias de la Haya de 1899 y 1907 y tras la II
Guerra Mundial. Las normas más importantes sobre conducción de hostilidades son:

 A. DECLARACIÓN DE SAN PETERSBUSGO DE 1868 CON EL OBJETO DE


PROHIBIR EL USO DE DETERMINADOS PROYECTILES EN TIEMPO DE
GUERRA.
En virtud de esta Declaración, las partes renuncian al empleo de cualquier
proyectil cuyo peso sea inferior a 400gr y que sea explosivo o que esté cargado
con materias explosivas o inflamables. Los principios que contiene forman parte
del Derecho Internacional Consuetudinario. Esta Declaración es importante
porque prohíbe un arma nueva antes de que llegue a ser usada y además, por
primera vez en un tratado internacional, existe la intención explícita de conciliar
los rigores de la guerra con los principios de humanidad.

 B. II CONVENIO DE LA HAYA DE 1899 RELATIVA A LAS LEYES Y USOS DE LA
GUERRA TERRESTRE Y SU REGLAMENTO ANEXO.
Este Convenio sigue en vigor en España porque ni firmó ni ratificó el IV
Convenio de la Haya de 1907 que revisaba el anterior de 1988, auque
prácticamente mantiene el mismo contenido. Completan su articulado los
artículos 135 del III Convenio de Ginebra de 1949 y el 154 del IV Convenio de
Ginebra de 1949.

 C. CONVENCIÓN SOBRE LA PROHIBICIÓN DEL DESARROLLO. PRODUCCIÓN Y
ALMACENAMIENTO DE ARMAS BACTERIOLÓGICAS (BIOLÓGICAS) Y
TOXÍNICAS Y SOBRE SU DESTRUCCIÓN. 1972.
Fue redactado con el fin de completar y actualizar el Protocolo relativo a la
prohibición del empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y
de medios bacteriológicos de 1925. Es importante señalar que se hace una
distinción entre el uso pacífico y el uso para fines bélicos de los agentes cuya
utilización se proscribe. También contiene disposiciones para asegurar la
cooperación y el intercambio de información entre los distintos países parte.

 D. CONVENIO DE PARÍS DE 1993 SOBRE LA PROHIBICIÓN DEL DESARROLLO,
LA PRODUCCIÓN, EL MANTENIMIENTO Y EL EMPLEO DE ARMAS QUÍMICAS Y
SOBRE SU DESTRUCCIÓN.
Supone un paso decisivo, iniciado anteriormente por el Protocolo de 1925, en
el intento de lograr una prohibición completa y eficaz del desarrollo, producción,
adquisición, el almacenamiento, la retención, la transferencia y el empleo de
las armas químicas. Elabora un nuevo concepto de arma química con la
finalidad de clarificar y sustituir las controvertidas y confusas denominaciones
anteriores.

 E. CONVENCIÓN SOBRE PROHIBICIÓN DE UTILIZAR TÉCNICAS DE
MODIFICACIÓN AMBIENTAL CON FINES MILITARES U OTROS FINES
HOSTILES, 1976.

 Se trata de una disposición que, por un lado, disciplina los medios de combate
y por otro, se sitúa dentro de los textos internacionales que tienden a la
protección del medio ambiente.

 F. CONVENCIÓN SOBRE PROHIBICIONES O RESTRICCIONES DEL
EMPLEO DE CIERTAS ARMAS CONVENCIONALES QUE PUEDAN
CONSIDERARSE EXCESIVAMENTE NOCIVAS O DE EFECTOS
INDISCRIMINADOS.
La Convención aplica dos normas consuetudinarias de Derecho Internacional
Humanitario a armas específicas: la prohibición de emplear armas que tienen
efectos indiscriminados y la prohibición de emplear armas que causan daños
superfluos. Además constituye un marco abierto en el que se han incluido cinco
protocolos que rigen el uso de armas específicas y los que se podrían añadir
otros nuevos si se considerase necesario. Es importante señalar que no prohíbe
el uso de otras armas que no haya mencionado aunque su empleo viole las
normas del Derecho Internacional Humanitario. El objetivo principal es proteger
a la población civil contra los efectos de ciertas armas y proteger a los
combatientes contra sufrimientos excesivos en relación con la necesidad de
lograr un objetivo militar legítimo. Inicialmente, tanto la Convención como sus
Protocolos se aplicaban sólo en caso de conflicto armado internacional pero en
el año 2001, definitivamente, se extendió su aplicación a los conflictos armados
internos o no internacionales.

1. -I PROTOCOLO RELATIVO A FRAGMENTOS NO LOCALIZABLES
Se prohíbe el empleo de cualquier arma cuyo efecto principal sea lesionar
mediante fragmentos que no puedan localizarse por rayos X en el cuerpo
humano.

-II PROTOCOLO RELATIVO A MINAS, ARMAS TRAMPA Y OTROS


ARTEFACTOS
Define las armas a las que se aplica y establece una serie de normas
generales aplicables a todas las minas terrestres, armas trampa y otros
artefactos, así como normas especiales para cada tipo de arma.

-III PROTOCOLO RELATIVO A LAS ARMAS INCENDIARIAS


Las armas incendiarias son las concebidas para incendiar objetos o causar
quemaduras a las personas mediante la acción de las llamas o del calor.
-IV PROTOCOLO RELATIVO A ARMAS LÁSER CEGADORAS
Se prohíbe emplear o transferir a un Estado o cualquier otra entidad armas
láser específicamente concebidas para causar ceguera permanente.

-V PROTOCOLO RELATIVO A RESTOS EXPLOSIVOS DE GUERRA


Se establece por primera vez la responsabilidad de los Estados que generen
restos explosivos de guerra y se les exige su señalización y remoción en las
zonas que se hallen bajo su control, el suministro de asistencia técnica,
material y financiera para la remoción de aquellos que hayan sido dejados
por sus fuerzas armadas en zonas que no están bajo su control, que
registren y transmitan la información a las organizaciones que participan en
la remoción sobre los artefactos explosivos utilizados o abandonados por
sus fuerzas armadas y que tomen todas las precauciones (señalización,
vallado, sensibilización de la población) para proteger a las personas civiles
contra sus efectos.
 G. CONVENCIÓN SOBRE LA PROHIBICIÓN DEL EMPLEO,
ALMACENAMIENTO, PRODUCCIÓN Y TRANSFERENCIA DE MINAS
ANTIPERSONAL Y SOBRE SU DESTRUCCIÓN. TRATADO DE OTTAWA,
1997.
Esta Convención se basa en aquellas normas consuetudinarias del Derecho
Internacional Humanitario que prohíbe el empleo de armas que por su
naturaleza no distinguen entre personas civiles y combatientes o causan
sufrimientos innecesarios o daños superfluos. Se prohíbe emplear, desarrollar,
producir, almacenar o transferir minas o ayudar a un tercero a que lo haga.
Además, se debe destruir en el plazo establecido las minas antipersonal
existentes (almacenadas o sembradas). Puede conservarse, sin embargo, una
reducida cantidad de minas para formar a personal en técnicas de remoción y
destrucción de minas.

 H. CONVENCIÓN SOBRE EL EMPLEO, ALMACENAMIENTO, PRODUCCIÓN
Y TRANSFERENCIA DE MUNICIONES EN RACIMO Y SU DESTRUCCIÓN.
La Convención, que aún no ha entrado en vigor, será abierto a la firma de los
Estados a comienzos de diciembre de 2008 en Oslo, entrando en vigor cuando
30 Estados lo hayan ratificado. Esta Convención prohíbe el empleo, la
producción, el almacenamiento y la transferencia de municiones de racimo y
obliga a los Estados Partes a destruir las reservas de esas armas dentro de los
8 años siguientes. Además, los Estados Parte se comprometerán a limpiar las
zonas contaminadas con municiones de racimo sin estallar y a prestar
asistencia a las víctimas y a sus comunidades. De la misma manera que la
Convención sobre minas antipersonal, la Convención sobre municiones de
racimo se basa en las normas que prohíben el empleo de armas que por su
naturaleza no distinguen entre personas civiles y combatientes o causan
sufrimientos innecesarios o daños superfluos vulnerando el principio de
distinción, la prohibición de ataques indiscriminados y el principio de
proporcionalidad.
 I. TRATADO DE COMERCIO DE ARMAS.
 J. TRATADO DE PROHIBICIÓN DE ARMAS NUCLEARES. A pesar de que no se
consiguió el consenso, ni la participación de ningún país nuclear en la
Conferencia que dio lugar a este tratado, su firma establece una clara e
inequívoca prohibición de las armas nucleares y será un instrumento disuasorio
contra la proliferación nuclear y reforzrá el estigma del uso y posesión de estas
armas. el tratado estará abierto a la firma de todos los Estados, incluyendo
aquellos en posesión de armas nucleares, con vistas a su total eliminación.

CONFLICTOS ARMADOS INTERNOS O NO


INTERNACIONALES.
La Comisión de Expertos estableció una definición de conflicto no internacional o interno
en 1962, basándose en lo dispuesto en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de
Ginebra que dice así: el conflicto armado interno comprendería las acciones armadas en
el interior de un Estado que dan lugar a hostilidades dirigidas contra un gobierno legal,
que presentan un carácter colectivo y un mínimo de organización.

No puede considerarse en sentido técnico como conflicto armado interno las situaciones
de tensión política o social en el interior de un Estado.

 A. ARTÍCULO 3 COMÚN A LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949.

Las reglas que contiene tienen carácter de principios fundamentales que, además,
forman parte del Derecho Internacional Consuetudinario por lo que son normas de
ius cogens aplicables a toda persona.

Los principios humanitarios contenidos en este artículo son reconocidos como el


fundamento de la protección de la persona en los conflictos armados no
internacionales y en general se pueden resumir en trato humano (integridad física y
mental) para todas las personas que no participan o han dejado de participar en las
hostilidades y en el derecho a ser juzgado por un tribunal regularmente constituido,
aunque particularmente implica la salvaguardia de la población civil, el respeto del
adversario fuera de combate, la asistencia a los heridos y a los enfermos y un trato
humano a las personas privadas de libertad.
 B. PROTOCOLO ADICIONAL II A LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1977, RELATIVO
A LA PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS SIN CARACTER
INTERNACIONAL.

El objetivo del Protocolo Adicional II es garantizar la aplicación de las normas


fundamentales del Derecho Internacional Humanitario a los conflictos internos, sin
restringir el derecho ni los medios de que dispongan los Estados para mantener o
restablecer el orden. Lleva mucho más lejos las consideraciones humanitarias del
artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra.

Conformarse a las disposiciones del Protocolo no implica el reconocimiento de ningún


tipo de estatuto particular a los grupos armados de oposición.

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