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A 13 días del levantamiento popular en Ecuador, el Comité de América Latina y El Caribe para la
Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), con presencia en 15 países de la región, con
estatus consultivo ante la UNESCO y OEA, y que trabaja desde hace 32 años en la promoción y
defensa de los derechos humanos de las mujeres, las adolescentes y las niñas, condena la represión
de la protesta social sufrida por el pueblo de Ecuador.
Como latinoamericanas y caribeñas observamos que esta movilización obedece no sólo a una
medida económica neoliberal regresiva dictada desde el Fondo Monetario Internacional, sino que
deriva del hartazgo social ante las políticas impuestas por el neoliberalismo, colonialismo y la
oligarquía ecuatoriana. Éstas pretenden reducir los derechos laborales y eliminar subsidios a los
hidrocarburos, afectando negativamente las condiciones de vida de la población en situación de
mayor vulnerabilidad: mujeres, campesinas/os e indígenas.
Sin duda la resistencia popular, liderada por las organizaciones indígenas, estudiantiles y de
trabajadoras/es ha sido atacada no sólo desde el discurso hegemónico criminalizador, que les acusa
de vandálicos, sino en las calles con represión policiaca y militar usando indiscriminada y
desproporcionadamente la fuerza, que no ha distinguido grupo etario ni étnico, restringiendo
derechos fundamentales.
En un marco democrático el Estado debe abstenerse del uso abusivo de la fuerza, debe garantizar,
proteger, respetar y promover los derechos de su población, debe privilegiar el diálogo y la
negociación antes de la represión. Cuando un gobernante como Lenin Moreno vulnera el Estado de
Derecho, pierde no sólo autoridad, sino legitimidad y profundiza el origen de la crisis.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para sumar sus voces de exigencia y pedir un alto
a la violencia, el cese de la represión y ofrecer garantías de no repetición.