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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas










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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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I nt roducción. 

PRI MERA PARTE. 
Fam ilias con un m iem bro con Problem as de Drogas: Elem ent os para la com prensión.

Capít ulo 1. 
Definiciones acerca de la fam ilia y su desarrollo.

Capít ulo 2. 
Las Bases Teóricas de la I nt ervención Fam iliar.

Capít ulo 3. 


Descripciones y Explicaciones sobre Fam ilias con un m iem bro dependient e de
sust ancias.

Capít ulo 4. 


Eficacia de la Terapia Fam iliar en el Trat am iento de Dependientes a Sustancias.

SEGUNDA PARTE. 


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas.

Capít ulo 5. 


Elem ent os prelim inares: el am bient e, los t erapeut as, las form as de aproxim ación y los
obj et ivos t erapéut icos.

Capít ulo 6. 


Mecánica Terapéut ica de la I nt ervención Fam iliar. La Prim era Consult a

Capít ulo 7. 


Mecánica Terapéut ica de la I nt ervención Fam iliar. Cont inuidad de la At ención.

Capít ulo 8. 


Mecánica Terapéut ica de la I nt ervención Fam iliar. El m anej o de Aspect os Específicos.

Capít ulo 9. 


Rendim ient os, Niveles de Resolut ividad y Alt ernat ivas Terapéut icas.

Capít ulo 10. 


Caso Clínico. La Bella Durm ient e

Recursos de Form ación e I nform ación 

Referencias. 

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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El present e t rabaj o r epresent a un esfuerzo por desarr ollar las bases t eóricas y
práct icas de la I nt er v ención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro que present a
problem as de drogas.

La part icipación de la fam ilia en la m ant ención de est os com port am ient os est á
am pliam ent e dem ost rada en una cont undent e evidencia cient ífica que se ext iende
desde m ediados de los años 60 hast a nuest ros días. De est a m anera, cualquier
program a t erapéut ico desarr ollado en la act ualidad reconoce la necesidad de t rabaj ar
con fam ilias com o una form a de pr ov eer ser vicios que asegur en un m ej or nivel de
recuperación de sus usuarios.

Exist e sin em bargo una brecha ent re esa clara conciencia y la posibilidad de cont ar
realm ent e con ese t ipo de prest aciones en los program as t erapéut icos. Est e t rabaj o
pret ende ser una apor t e a la dism inución de esa brecha al present ar un com plet o
est ado del art e en relación a la m at eria, para luego dar paso a orient aciones práct icas
para su aplicación con fam ilias con un m iem bro con problem as de dr ogas.

Se ha hecho hincapié en la búsqueda de una redacción clara que perm it a a los


profesionales y t écnicos que t rabaj an en program as de t rat am ient o, t ener acceso a un
grupo de concept os que m uchas v eces es vist o com o com plej o.

Siem pre que ha sido pert inent e adem ás se han ej em plificado los concept os con casos
clínicos.

Se espera, de est a m anera que el pr esent e t rabaj o se const it uya en un aport e al


desarr ollo de est as int erv enciones fam iliares en program as de t r at am ient o para
per sonas con pr oblem as de drogas.








I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


















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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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Todo pr ofesional o t écnico que int erviene con fam ilias en el cont ext o de un program a
de t rat am ient o por pr oblem as de drogas debe conocer las nociones básicas que
sust ent an las int ervenciones de est e t ipo. Los elem ent os analizados en est e apart ado
perm it irán t ener una visión clara respect o de qué ent endem os por fam ilia y cuales son
sus principales caract eríst icas, form as de organización y funciones.

La int roducción al análisis de est os elem ent os com ienza con la respuest a a la siguient e
pregunt a: ¿Qué ent endem os por Fam ilia?

/DVFRQFHSFLRQHVDFHUFDGHODIDPLOLD

Si bien el análisis del concept o de fam ilia puede ser abordado a part ir de diver sas
disciplinas t ales com o la sociología, la psicología, le econom ía, el der echo o la
ant ropología, surgiendo desde ahí enfoques que visualizan a la fam ilia com o inst it ución
social, grupo hum ano, const rucción cult ural, conj unt o de r elaciones em ocionales o
sist em a nat ural y evolut ivo ( CREDHO, 2004) , las diver sas definiciones ent r egadas por
la lit erat ura especializada com part en la idea de queHOFRQFHSWRGHIDPLOLDVHUHILHUHD
XQ JUXSR GH SHUVRQDV TXH UHFRQRFHQ HQWUH Vt YtQFXORV \ TXH FRPSDUWHQ R VH
GLVWULEX\HQ IXQFLRQHV HVSHFtILFDV TXH ODV GLYHUVDV VRFLHGDGHV R FXOWXUDV OHV
UHVHUYDQH[FOXVLYDPHQWH

De est a m anera, por ej em plo, Fried ( 2000) define fam ilia com o “ una unidad básica de
parent esco que incluye a t odos aquellos que viven j unt os o se r econocen com o
ent idades em ocionales, relacionales y sociales significat ivas ( personas adopt adas,
fam ilias uniparent ales, m iem bros de fam ilias ensam bladas, fam ilias ext ensas que
rebasan los parám et ros de la consanguinidad y los diseños nuclear es, et c.) en la cual
los roles y norm as se cent ran sobr e la prot ección r ecíproca de sus m iem bros, la
regulación de las relaciones sexuales, la crianza de los niños y la definición de
relaciones de parent esco” .

Ot ra definición ent regada por CREDHO ( 2004) , cit ando a Avilés ( Avilés y ot r os, 1991)
propone que la fam ilia debe ent enderse com o “ Todo grupo de personas de difer ent es
edades y sex o unidas por lazos de consanguinidad, legales o consensuales que viven
unt as para m ant ener se y desar rollarse com o personas” .

Una definición que fue m uy usada, fue la de Murdock ( en Neira, 1998) , quien dice que
la fam ilia es " un grupo social en que el acceso sexual es perm it ido ent re los m iem br os

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adult os, la repr oducción ocurr e legít im am ent e, el grupo es responsable ant e la
sociedad, del cuidado y la crianza de los niños y el grupo es una unidad económ ica, al
m enos de consum o" .

Quizá una de las definiciones m ás am plias y út iles del concept o de fam ilia sea la
ent regada por la Com isión Nacional de la Fam ilia quienes en su infor m e de 1993
definen fam ilia com o “un grupo social, unido ent re sí por vínculos de consanguinidad,
filiación ( biológica o adopt iva) y de alianza, incluyendo las uniones de hecho cuando
son est ables” ( Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) . Est a definición result a
operat ivam ent e conv enient e ya que pone énfasis en la form a en que los diver sos
m iem bros del sist em a fam iliar reconocen su part icipación dent ro del m ism o,
independient em ent e del est át us legal de las uniones o de su convivencia baj o el m ism o
t echo, elem ent o que cobra im port ancia, por ej em plo, dada la nueva legalidad chilena
respect o de m at rim onio civil a part ir del año 2004.

Será est a la definición que adopt ará est e t rabaj o para ent ender el concept o de fam ilia
y sust ent ar las int ervenciones t erapéut icas que se pr esent arán m ás adelant e.

Est e concept o, adem ás, dej a abiert a la puert a al reconocim ient o de la exist encia de
diversas com posiciones fam iliares coexist ent es en la act ualidad. De est a m anera, en
1993 la Com isión Nacional de la Fam ilia reconocía la exist encia en Chile de los
siguient es m odelos de organización fam iliar:

A. )DPLOLD1XFOHDU int egrada por una par ej a adult a, con o sin hij os o por uno de los
m iem bros de la par ej a y sus hij os.

i. Fam ilia nuclear sim ple: int egrada por una parej a sin hij os.
ii. Fam ilia nuclear biparent al: int egrada por el padre y la m adre, con uno o
m ás hij os.
iii. Fam ilia nuclear m onoparent al: int egrada por uno de los padr es y uno o m ás
hij os

B. )DPLOLD H[WHQVD int egrada por una par ej a o uno de sus m iem bros, con o sin
hij os, y por ot ros m iem bros que pueden ser parient es o no parient es.

i. Fam ilia ext ensa sim ple: int egrada por una parej a sin hij os y por ot r os
m iem bros parient es o no parient es.
ii. Fam ilia ext ensa biparent al: int egrada por el padre y la m adre, con uno o
m ás hij os y ot r os parient es.
iii. Fam ilia ext ensa m onoparent al: int egrada por uno de los m iem bros de la
parej a, con uno o m ás hij os y ot r os parient es.

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iv. Fam ilia ext ensa am plia ( o fam ilia com puest a) : int egrada por una parej a o
uno de los m iem bros de est a con uno o m ás hij os, y por ot r os m iem bros
parient es y no parient es.
( Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

La Com isión t am bién reconoce la exist encia de una form a de organización fam iliar cada
vez m ás frecuent e, dados los cam bios cult urales y dem ogr áficos en nuest r o país: OD
IDPLOLD UHFRQVWLWXLGD “que es aquella form ada por una par ej a, con o sin hij os
com unes, que int egra hij os de uniones conyugales ant eriores, de uno o am bos
m iem bros de la par ej a” ( Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

En gener al, est a clasificación de los t ipos de fam ilia es plant eada por la m ayoría de los
aut ores ( p.e. Neira, 1998; CREDHO, 2004) y t iene para nuest r o país la vent aj a de
reconocer los t ipos de fam ilias que se pr esent an en nuest ro m edio.

CREDHO( 2004) agr ega a la clasificación de la Com isión Nacional de la Fam ilia el
concept o de )DPLOLDGH2ULJHQ que definen com o “la fam ilia de donde pr ovienen los
cónyuges o convivient es que han form ado una nueva fam ilia”.

)XQFLRQHVGHODIDPLOLD

Las diver sas definiciones acer ca de la fam ilia dest acan que ella es deposit aria de una
serie de funciones que las diversas sociedades o cult uras le encargan de m anera casi
exclusiva. CREDHO ( 2004) , cit ando a Hidalgo y Carrasco ( 1999) y ot ros aut or es
plant ea que la fam ilia cum ple básicam ent e las siguient es funciones:

1. Sat isfacción de necesidades biológicas t endient es a la r epr oducción, crianza y


cuidado de los hij os, incluyendo las necesidades de alim ent ación, abrigo, descanso,
cuidado de la salud, et c.

2. Sat isfacción de necesidades psicológicas que generan una m at riz de experiencias


afect ivas y vinculares que van gest ando la vivencia de pert enencia sobre la cual se
desarr olla la ident idad per sonal.

3. Funciones de socialización dado que las fam ilias son las principales t ransm isoras de
la cult ura, ya que enseñan las creencias, valor es, norm as y conduct as deseables de
un grupo social. Asim ism o, a t ravés de est a función socializadora van m oldeando
los com port am ient os esperables según los roles, el géner o, el est át us social u ot ras
variables que asum en los individuos al vivir en sociedad.

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4. Funciones económ icas, dado que las unidades fam iliares se const it uyen en un
sist em a de producción y adquisición de ser vicios y bienes par a lograr la
subsist encia de sus int egrant es.

5. Cum ple t am bién una función m ediadora con diferent es est ruct uras sociales puest o
que r elaciona a los int egrant es de las fam ilias con ot ras unidades del sist em a
social.
( CREDHO, 2004) .

Consist ent em ent e con est as ideas, la Com isión Nacional de la Fam ilia dist inguió, en su
inform e de 1993, cuat r o funciones básicas par a la fam ilia:

1. /DUHSURGXFFLyQHQVXLQWHULRU La función repr oduct ora est á acom pañada en la


especie hum ana del surgim ient o de algún t ipo de afect o, que se const it uye a part ir
de la sat isfacción de los r equerim ient os físicos y em ocionales necesarios en el
recién nacido para la const rucción del apego con la m adre u ot ra figura sust it ut iva.
Est a r elación prim aria es la que posibilit a la parent alidad a lo largo de la crianza.

2. /DWUDQVPLVLyQ\UHFUHDFLyQGHODFXOWXUD Se reconoce a la fam ilia la capacidad


de socializar valores u paut as de com port am ient o en lo que se refiere a lo
cognit ivo, lo ét ico y lo est ét ico. Est e apr endizaj e se da en el m ar co de un encuent r o
int ergeneracional y de género. La fam ilia no es una unidad hom ogénea, en ella
conviven m iem bros de dist int as edades y sexos, que t ienen ident idades propias y
j uegan roles diferent es. Por ello, la fam ilia es un espacio de encuent r o y de diálogo
( aún cuando est os puedan ser conflict ivos) , que define la m at riz básica que inicia el
proceso de t ransform ación de los individuos en seres sociales.

3. 8QD IXQFLyQ GH LQWHUPHGLDFLyQ HQWUH OD FXOWXUD \ OD VRFLHGDG La fam ilia
m ant iene y proyect a la vida hum ana y se const it uye en una especie de int erpret e
de requerim ient os y aport es de las personas hacia la sociedad a la vez que de la
sociedad hacia ellas. La fam ilia sirve a sus m iem bros y a los de la sociedad dent r o
de la cual part icipa en la m edida que t odos est os sirven a aquella. El apr ender a
servir solidariam ent e, con racionalidad y eficacia son fact ores clave del aprendizaj e
de la vida que com ienza en fam ilia.

4. /D IDPLOLD FRPR XQLGDG HFRQyPLFD La fam ilia cont em poránea, aunque por lo
general ha dej ado de ser una unidad product iva en el plano económ ico, m ant iene
su condición de unidad de consum o ( a t rav és de la cual es posible el sust ent o de
las necesidades m at eriales del núcleo, com o la adquisición de bienes y product os,
preparación de alim ent os, nut rición, recr eación, t raslado y apoyo per m anent e a los
niños, et c.) y prest adora de servicios especialm ent e vinculados a la for m ación y

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desarr ollo de las personas. Adem ás las fam ilias, con sus redes de apoy o y
solidaridad, desem peñan un rol fundam ent al en la sobrevivencia de sus m iem bros.
En sit uaciones de dificult ad económ ica t ienden a fort alecerse las r edes de
solidaridad y cooperación int rafam iliar.
( Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

Neira ( 1998) , t om ando el aport e de varios aut ores pr opone, por su part e, las
siguient es funciones par a la fam ilia:

( a) El est ablecim ient o de lazos ent r e los m iem br os de la parej a

( b) La pr ocreación y las r elaciones sexuales ent r e los m iem br os de la parej a

( c) Dar a los niños un nom bre y un st at us

( d) El cuidado básico de los niños ( y de los fam iliares)

( e) La Socialización y educación de los niños ( y de sus padr es)

( f) La pr ot ección de sus m iem br os

( g) Proveer cuidado afect ivo y r ecreación a los m iem bros de la fam ilia

( h) Proveer servicios y r ecursos a los m iem br os de la fam ilia

Resum iendo ent onces, las difer ent es definiciones de fam ilia reconocen com o elem ent os
básicos el que la fam ilia se r efier e a un grupo variable de per sonas que reconocen
lazos ent re sí, consanguíneos y/ o afect ivos, que se definen com o m iem bros de un
m ism o grupo fam iliar y que com part en funciones de int ercam bio de afect o, pr ot ección
de sus m iem br os y socialización ( int roducción a las norm as y cost um bres cult urales)
de los niños.

6LVWHPDV\VXEVLVWHPDVDOLQWHULRUGHODIDPLOLD

Com o se v erá m ás adelant e en est e t ext o, la fam ilia puede ser ent endida com o un
sist em a, es decir com o "un conj unt o de unidades, así com o de relaciones ent re esas
unidades y sus at ribut os". Los sist em as, a su vez poseen lím it es ( que define qué se
considera dent r o a fuer a del m ism o) , una organización j erárquica o especializada ent re
sus com ponent es y sist em as de cont rol ( que posibilit an que los sist em as se r egulen y
evit en el colapso) .

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La aplicación de est os principios a la descripción de las fam ilias perm it e describir


subsist em as al int erior de la fam ilia y t ipos de lím it es que los m ism os definen en la
int eracción ent re sí.

CREDHO ( 2004) , cit ando a Fuhrm ann y Chadwick ( 1998) , describen la clásica
dist inción de subsist em as fam iliares, plant eando que al int erior de la fam ilia puede
dist inguirse:

• (OVXEVLVWHPDFRQ\XJDO, form ado por la parej a que da vida a un nuevo sist em a


fam iliar y que le im prim e su sello part icular al m ism o cr eando los principios
fundam ent ales que orient an a t odo el sist em a fam iliar y que a su vez sost iene
dinám icas de int eracciones específicas de sí m ism o, com o el int ercam bio sexual,
por ej em plo.

• (O VXEVLVWHPD IUDWHUQR, conform ado por los herm anos, const it uye un
subsist em a de iguales, donde est os t ienen sus prim eras experiencias de vida en
t érm inos de int eract uar con per sonas de un m ism o nivel de aut oridad.

• (OVXEVLVWHPDSDUHQWDORSDWHUQRILOLDO, confor m ado por los padr es ( o adult os


significat ivos) , se diferencia de los dos subsist em as ant erior es porque pr esent a
una relat iva desigualdad y j erarquía que es la condición necesaria para que los
padres puedan im plem ent ar sus funciones de educación, crianza, orient ación y
prot ección de los hij os.

Es im port ant e hacer la dist inción en r elación a que los m iem bros del subsist em a
conyugal y el subsist em a parent al result an ser las m ism as personas, sin em bargo las
m ism as, al reconocerse com o part e de cada uno de est os subsist em as, int eract úan
refiriéndose a los diferent es dom inios de exist encia que im plican act uar com o padr es o
com o par ej a. Un fr ecuent e m ot ivo de conflict o conyugal surge de no t om ar en cuent a
est a dist inción o confundir los dom inios en los que am bos cóny uges ( o padr es)
int eract úan o perm it ir que uno de esos dom inios invada al ot ro.

Las int eracciones ent re los subsist em as fam iliares det erm inan y est án det erm inados
por los lím it es que ponen ent re sí. CREDHO ( 2004) , plant ea que los lím it es de sist em as
y subsist em as est án dados por paut as o r eglas según las cuales los individuos
int eract úan ent r e sí. Est as paut as det erm inan quién, cóm o y cuando se r ealiza una
det erm inada acción. Siguiendo a Minuchin ( 1986) y Minuchin y Fishm an ( 1984) ,
plant ea que la función de los lím it es es la de prot eger la diferenciación y
funcionam ient o del sist em a.

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Para que el funcionam ient o fam iliar sea adecuado, los lím it es de los subsist em as deben
ser claros y discernibles para perm it irles el desarr ollo de sus funciones y t ar eas sin
int erfer encias indebidas, per o t am bién debe perm it ir el cont act o ent r e los m iem bros
del subsist em a y los ot ros ( perm eabilidad) , haciendo que el subsist em a pueda r ecibir
la influencia de su ent or no ( ot r os subsist em as) . La claridad de los lím it es perm it e a los
m iem bros de la fam ilia saber a qué at enerse y cóm o conducirse, apor t ando seguridad
y pr edict ibilidad a la vida fam iliar ( CREDHO, 2004) .

Los lím it es que son m ás o m enos perm eables, es decir, que perm it en algún grado de
influencia ext erna y que posibilit an que el subsist em a pueda r esponder a dem andas del
ent orno sin perder su ident idad y aut onom ía relat iva, son los lím it es m ás funcionales y
deseables. Por el cont r ario, si los lím it es son excesivam ent e cerrados ( UtJLGRV) el
subsist em a se aísla y no r esponde a las dem andas de su ent orno, o si est os est án
excesivam ent e abiert os ( GLIXVRV) el subsist em a pierde sus front eras y se fusiona con
el cont ext o que lo rodea, perdiendo las funciones propias que desem peñaba ant es de
ser absorbido ( CREDHO, 2004) .

Un ej em plo de difusión de lím it es lo const it uye la “parent alización” de los hij os en la


que la front era de las funciones parent ales es débil y los hij os se sient en invit ados a
part icipar en la “conducción” de la fam ilia al punt o de com enzar a orient ar a los
padres, pr oduciéndose una inversión de los roles t radicionales y a una int eracción
aglut inada. Por ot r o lado, una fam ilia con lím it es rígidos puede experim ent ar conflict os
en la línea de un ent orpecim ient o de la com unicación y de dificult ad en el acceso al
apoyo m ut uo, lo que puede llevar a una int eracción desligada ent re los m iem bros de la
fam ilia.

Minuchin y Fishm an ( 1984) y Minuchin ( 1986) plant ean t am bién que una de las
dim ensiones de la est ruct ura fam iliar es el poder al int erior de la fam ilia, que definen
com o la influencia relat iva que cada m iem bro de la fam ilia t iene en el r esult ado de una
acción. Pr oblem as en est a dim ensión pueden ser una función j erárquica débil, que se
present a en fam ilias con lím it es difusos y am bient es poco est ruct urados, exceso de
poder el algún m iem bro de la fam ilia que lim it a el pot encial de desar rollo de los dem ás
m iem bros o una ausencia t ot al de j erarquía que se pr esent a en fam ilias organizadas
caót icam ent e en las que no se sabe con claridad quién t om a as decisiones fam iliares.

Ot ras precisiones respect o del cont r ol en la organización de los sist em as fam iliares
serán pr ofundizadas m ás adelant e cuando ex am inem os elem ent os de la cibernét ica,
buscando explicaciones acerca de cóm o las fam ilias m ant ienen su organización y cóm o,
algunas veces, int roducen y m ant ienen sínt om as en sus pat rones int eraccionales.



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Hast a ahora hem os rev isado los elem ent os que const it uyen la definición del concept o
de fam ilia, sus com ponent es y sus funciones. Sin em bargo, las fam ilias com part en con
el conj unt o de los ser es vivos el hecho de que se desarr ollan, crecen y ev olucionan.

La m ayoría de los aut ores que se r efier en a est e proceso fam iliar ( p.e. Cibanal, 2004;
Vargas, 2004, CREDHO, 2004, Minuchin y Fishm an, 1984) adopt an la post ura de
hom ologar los m om ent os del desar rollo de la fam ilia con los m om ent os del desarr ollo
de los individuos siguiendo la idea de los est adios de desar rollo propuest os por
Erickson ( 1950) . De est a m anera se describe que la fam ilia pasa por diversos est adios
de desarr ollo que est án organizados, básicam ent e en t orno de las et apas y procesos
por los que at raviesan los hij os. La cat egorización m ás clásica de est os est adios
desarr ollo fue aport ada por Duvall ( 1957) quien dist ingue las siguient es et apas del
Ciclo Vit al de la Fam ilia:

)RUPDFLyQGHSDUHMD\FRPLHQ]RGHODIDPLOLD)DPLOLDVLQKLMRVEst a
et apa se r efier e al est ablecim ient o de un com prom iso perm anent e ent re los
m iem bros de la parej a. Se definen est ilos de vida, rut inas e int ereses. Se
const ruye una ident idad de par ej a y fam iliar y se r egulan las relaciones con las
respect ivas fam ilias de origen.

 (WDSD GH FULDQ]D LQLFLDO GH ORV KLMRV Com ienza con el nacim ient o del
prim er hij o. La t ar ea fundam ent al de la fam ilia es darle espacio al niño en la
fam ilia. La parej a, r edefine su m anera de com part ir r esponsabilidades, de
relacionarse sent im ent al y sexualm ent e. Cam bian las relaciones con las fam ilias
de origen de am bos m iem bros de la parej a par ent al al incorporar los cuidados e
int ercam bio de afect o con el nuevo m iem bro de la fam ilia.

 )DPLOLD FRQ KLMRV SUHHVFRODUHV Est a et apa com ienza con la ent rada del
hij o m ayor al j ardín infant il. El niño desarrolla m ayor dom inio sobre su cuerpo y
com ienza a conocer y explorar su m edio am bient e. Los padres deben perm it ir y
acept ar est a m ayor aut onom ía y al m ism o t iem po prot eger al niño de los
posibles peligros de ést a. Se pone énfasis en la enseñanza y aprendizaj e de
norm as.

)DPLOLDFRQ KLMRV HVFRODUHV Est a et apa com ienza con el ingreso del hij o
m ayor al colegio. Est e se separa par cialm ent e de la fam ilia para desarr ollarse
en el ám bit o escolar, lo que const it uye una “prueba” para la fam ilia porque el
m edio escolar y sus ex igencias evalúa la eficiencia con la que los padres han
criado y socializado a su hij o. Aparecen ot r os significat ivos para el niño. Los

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padres com ienzan a t ener m ás t iem po libre lo que les perm it e r et om ar sus
act ividades y t rabaj os alt ernat ivos y la concent r ación en la parej a.

)DPLOLDFRQKLMRVDGROHVFHQWHVLos hij os com ienzan a em anciparse. Las


reglas fam iliares pasan por una im port ant e t ensión al requerir adapt ar se a hij os
m ás aut ónom os.

(WDSDPHGLD\7HUPLQDOGHOD)DPLOLDCrisis por la separación definit iva


de los hij os, los cam bios biológicos, el envej ecim ient o, la j ubilación. Aparece el
fenóm eno de nido vacío. Apar ecen t am bién sent im ient os de soledad y t em or
fr ent e a la m uert e. Puede haber viudez por m uert e de uno de los cóny uges.

Un aspect o en que los aut ores coinciden es que el desar r ollo o cr ecim ient o de la
fam ilia, es decir el paso de uno a ot r o de est os est adios de desar rollo, se da en salt os.
Ent onces, la form a de la curva de desarr ollo de una fam ilia int ercala períodos breves
de int ensa act ividad y cam bio, salpicada de períodos m ás prolongados de
norm alización y est abilidad ( St einglass y cols, 1993) . Est o quier e decir que las fam ilias
at raviesan por períodos de cam bio que const it uyen sit uaciones est r esant es que
im plican crisis fam iliares. Los cam bios pr evisibles que se pr oducen en el pasaj e de una
et apa a ot ra en el t ranscurso del ciclo vit al, así com o los cam bios im previsibles que se
suceden en la hist oria de una fam ilia son períodos de crisis fam iliar que r equieren el
aj ust e de su est ruct ura y organización para hacer frent e a las nuevas dem andas. Toda
fam ilia pasa ent onces por FULVLV QRUPDWLYDV y FULVLV QR QRUPDWLYDV y am bas
pueden ser igualm ent e est resant es y r equerir aj ust es igualm ent e com plicados
( CREDHO, 2004) . Desde est e punt o de vist a, m uchos aut or es ( p.e. Minuchin y
Fishm an, 1984) consideran que la aparición de sínt om as o pat ología en un m iem bro de
la fam ilia est á asociada a dificult ades que se present an en el t ránsit o de una et apa de
desarr ollo fam iliar a ot r a, en la falt a de r eadecuación de la organización y est ruct ura
fam iliar a las dem andas de la nueva et apa que em erge, est ancándose en los m odos
habit uales y conocidos de r elacionarse. De est e m odo, los sínt om as pueden
concept ualizarse com o un int ent o ext r em o y fallido de superar la crisis y adecuar se a
la dem anda de la nueva et apa ( CREDHO, 2004) .

Vargas ( 2004) ofrece los siguient es ej em plos de ev ent os norm at ivos y no norm at ivos:

EVENTOS NORMATI VOS


0DWULPRQLR
1DFLPLHQWRGHORVKLMRVQLHWRV
(VFRODULGDG
$GROHVFHQFLD

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,QGHSHQGHQFLDGHORVKLMRV$GXOWH]MRYHQ
-XELODFLyQ
9HMH]
0XHUWH


EVENTOS NO NORMATI VOS ( ACCI DENTALES)


6HSDUDFLyQ'LYRUFLR
(QIHUPHGDG,QFDSDFLGDG
0XHUWHSUHPDWXUD
0LJUDFLRQHV
&DPELRVGHHVWDWXVVRFLRHFRQyPLFR
&DWiVWURIHVH[WHUQDV

Desde un punt o de v ist a un poco diferent e y probablem ent e m ás pr opiam ent e


sist ém ico, St einglass y colaborador es ( 1993) en su libro “La Fam ilia Alcohólica”
cuest ionan est e t ipo de clasificaciones pregunt ándose si t iene sent ido clasificar t odo el
proceso de desar r ollo de una fam ilia basado en el desar rollo individual de algunos de
sus m iem bros ( lo que adem ás lleva a pr egunt arse en qué et apa del desar rollo se
encuent ra una fam ilia que t iene hij os de diferent es edades) o si sería razonable
esperar que las fam ilias, al igual que el rest o de los seres vivos, ev olucionaran desde el
nacim ient o hast a la m uert e, t rat ándose a un sist em a, com o la fam ilia, en el que si se
observ a su línea hist ór ica de descendencia no se puede ident ificar con claridad un
m om ent o en que esa fam ilia m uera.

Desde su punt o de vist a, St einglass y colaborador es ( 1993) proponen un esquem a del


desarr ollo por el que at raviesa la “Unidad” fam ilia com o un t odo. En est e sent ido,
explican que en una línea am plia de t iem po, el desarr ollo de la fam ilia se da en form a
cont inua superponiendo el desar rollo de una nueva generación ( período de expansión)
con el det erior o de la ant igua generación, en procesos br ev es, per o int ensos, pasando
por períodos largos de consolidación.

Según est os aut ores t odas las fam ilias, independient em ent e de sus caract eríst icas
idiosincrát icas part iculares, t ienen que hacer frent e a t res problem as fundam ent ales en
el curso de su desarr ollo:

1.- Todas las fam ilias deben definir sus lím it es ext eriores e int erior es. Cada fam ilia
t iene que delim it ar dónde t erm inan sus lím it es nat urales y cóm o se const ruirá su
est ruct ura int erna, es decir, discrim inar aquellas personas que est án en la fam ilia de

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aquellas que no est án, así com o la m odificación de las relaciones ent re los subsist em as
a m edida que cam bia el elenco de per sonaj es ( por adición, por ej em plo nacim ient o de
los hij os o por sust racción, por ej em plo m uert e de un m iem bro) y la edad de los
m iem bros de la fam ilia.

2.- Todas las fam ilias t ienen que elegir una cant idad lim it ada de grandes t em as de
desarr ollo. Est os t em as son las zonas priorit arias con las que se com pr om et e la fam ilia.
A su vez, est os t em as se conviert en en organizadores de la conduct a dent ro de la
fam ilia. La fam ilia elegirá cuales son los gr andes t em as que la m ovilizarán, ¿se
m ovilizará, por ej em plo para alcanzar la fam a o la riqueza, o la felicidad o el t rabaj o
duro, et c.?.

3.- Por últ im o, a la larga t odas las fam ilias t ienen que desar rollar una serie de valor es
y concepciones com part idas, no sólo respect o del m undo en el cual viven, sino t am bién
acerca del t ipo de fam ilia que son. Est e sent im ient o com part ido de la fam ilia es una
caract eríst ica denom inada I dent idad Fam iliar.

Siguiendo est a línea de pensam ient o, St einglass y colaboradores ( 1993) proponen las
siguient es t res et apas por las que las fam ilias pasan en su desar rollo:

 3ULPHUD IDVH Est ablecim ient o de lím it es y form ación de la ident idad
fam iliar.

La fam ilia que se funda debe est ablecer est ruct ura y una ident idad com o
sist em a independient e. La pr egunt a clave de est a et apa es ¿Qué hacer con las
fam ilias de origen?, cóm o resolver la pr esión que am bas fam ilias de origen
ej ercen para definir cóm o se hacen las cosas o qué es m ás im port ant e para los
m iem bros de la fam ilia.

Result a int eresant e dest acar que para St einglass y colaborador es ( 1993) el
concept o de fam ilia de origen se refiere lit eralm ent e a aquellas fam ilias de las
que provienen los m iem bros de la parej a que form an una fam ilia. Así, si la
parej a proviene de ot r os m at rim onios previos, será en relación a esa fam ilia
ant erior ( la form ada en el m at rim onio previo) y a la ident idad de aquella,
fam ilia que se deberán negociar los elem ent os que com pondrán la ident idad de
la fam ilia en recient e for m ación.






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)DVHLQWHUPHGLD Com pr om iso y est abilidad.

Est a es la et apa m ás larga de t odas y abar ca la m ayor part e de lo que se


ent iende por vida fam iliar pr opiam ent e t al. Se caract eriza por el surgim ient o de
t res caract eríst icas:

• La prim era es el com prom iso con una cant idad lim it ada de t em as
cent rales para la fam ilia ( los grandes t em as que m ovilizarán a la fam ilia
com o se vio m ás arriba) .

• La segunda es el com prom iso con un grupo de r eglas est ables y


coher ent es r espect o de la conduct a al int erior de la fam ilia, qué es lo
acept ado y qué no a su int erior ( lím it es para la conduct a) .

• La t er cera caract eríst ica es el surgim ient o de una serie de pat rones
conduct uales, r epet it ivos y m uy est ruct urados para la organización de
las rut inas cot idianas de la fam ilia, de los acont ecim ient os especiales
( feriados, vacaciones, fiest as, et c.) y est rat egias para la solución de
problem as de la vida diaria.

/D~OWLPDIDVH aclaración y legado.

En est a et apa surgen pérdidas ( abuelos fallecen, hij os se van de la casa) y


surgen nuevas adquisiciones en las fam ilias ( nuevos m iem bros y nuev as ideas,
por ej em plo esposos de los hij os) . Frent e a las t ensiones que pr ov oca est e
cam bio en el elenco fam iliar la principal t area de la fam ilia es ent regar su
legado a la siguient e generación, “una especie de cápsula del t iem po en la cual
la fam ilia coloca los elem ent os que, en la for m a m ás condensada, com unica a
las generaciones fut ur as la esencia de la fam ilia act ual”, por ej em plo rit os
respect o de las fiest as o r espet o de ciert as t radiciones fam iliares.

Los elem ent os expuest os hast a est e punt o perm it en com prender que las fam ilias se
const it uyen com o sist em as dinám icos expuest os a variados procesos de t ensión y
cam bio, uno de los cuales surge desde su propia ev olución com o sist em a y se organiza
en t orno a ciclos de desarr ollo.

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$OJXQDVFDUDFWHUtVWLFDVGHODVIDPLOLDVFRQWHPSRUiQHDVFKLOHQDV

Com o se ha vist o hast a aquí, las fam ilias pueden pr esent ar una am plia variabilidad
respect o de su conform ación com o t al o de la et apa ev olut iva en la que se encuent ra.
Conviene en est e punt o dar una br ev e m irada a la realidad de las fam ilias en el chile
cont em poráneo.

Al respect o, CREDHO ( 2004) hace una int eresant e r evisión acer ca de dat os arr oj ados
por el CENSO del año 2002, los que con r elación al t em a de las caract eríst icas de las
fam ilias cont em poráneas chilenas m uest ra que la m ayoría de la población vive en
fam ilia, siendo las de t ipo nuclear las m ás frecuent es, desplazando a las ext endidas.

Las fam ilias nucleares son de preferencia biparent ales, con una m adr e y un padre a
cargo del hogar. Sin em bargo se observa un aum ent o del núm er o de las fam ilias
m onoparent ales, j unt o con las fam ilias reconst it uidas.

El 17% de las parej as de fam ilias nucleares se declaran convivient es, siendo est as
uniones m ás frecuent es ent r e j óvenes.

El m odelo de una fam ilia nuclear biparent al, unida legalm ent e, con la expect at iva de
am bos cónyuges de que su unión dure t oda la vida y donde el hom br e es su principal
prov eedor no supera el 35% de las uniones en Chile.

El índice de separación m at rim onial alcanzaba en 1994 al 20% anual, cifra que
aum ent a levem ent e cada año.

Est os escuet os dat os m uest ran algunos elem ent os de la realidad en r elación a la
est ruct ura de las fam ilias en Chile y perm it en sust ent ar la idea de que las fam ilias
present an organizaciones variadas y com plej as, por lo que t odo pr ofesional o t écnico
que int ervenga en un t rabaj o t erapéut ico con las m ism as debe t ener en cuent a est a
variabilidad ant es de em it ir un j uicio respect o de la “norm alidad” de una det erm inada
fam ilia. Debe t am bién t ener en cuent a la propia definición que la fam ilia hace de sí
m ism a, así com o t am bién el período ev olut ivo en el que la fam ilia se encuent ra al
planificar las int ervenciones t erapéut icas que pr opondrá.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
/DV%DVHV7HyULFDVGHOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU

La hist oria del desar r ollo del Enfoque Sist ém ico y la Terapia Fam iliar desde sus
orígenes, a m ediados del siglo XX, hast a nuest r os días repr esent a una hist oria
apasionant e respect o del rom pim ient o de viej os paradigm as, y de las cont ribuciones de
variadas disciplinas com o la biología, la psicología, la psiquiat ría, la ant ropología, la
física, la epist em ología, la m at em át ica, la lógica y la ingeniería al ent endim ient o del
com port am ient o hum ano. Una r evisión acabada de est os elem ent os ex cede t oda la
capacidad y el espacio disponible de est e t rabaj o, por lo que se present ará una sínt esis
apret ada y una selección part icular de los concept os m ás relevant es que sust ent arán el
t rabaj o con fam ilias con un m iem bro adict o a sust ancias.

Se espera que con el desarr ollo de est e capít ulo los pr ofesionales y t écnicos obt engan
los conocim ient os concept uales básicos que les perm it an ent ender cóm o las fam ilias
m ant ienen ( y a veces originan) sus problem as, com o ellas cont ribuyen a superarlos y
cuales son los aport es que el t erapeut a puede hacer para ayudar a una fam ilia a salir
de los ent ram pes que la llevan a consult ar. Los elem ent os clínicos concr et os que
const it uyen la I nt erv ención Fam iliar con fam ilias con un m iem br o con problem as de
drogas se present arán en la segunda part e de est e t rabaj o.

A aquellos int eresados en profundizar en la hist oria del enfoque sist ém ico y sus
im plicancias en la t erapia fam iliar se les recom ienda la revisión de los t rabaj os de
Guerin ( 1978) , Barrient os y cols ( 1993) , Jut orán ( 1994) y Kunst m ann y cols. ( 2003) . 

7HRUtD*HQHUDOGH6LVWHPDV\&LEHUQpWLFDGH3ULPHU2UGHQ/RVRUtJHQHVGHOD
7HUDSLD)DPLOLDU

A m ediados del siglo XX surge en Est ados Unidos la preocupación por am pliar la
m irada de la pat ología m ent al hacia elem ent os cont ext uales, com o una r espuest a a las
lim it aciones t erapéut icas exist ent es en la época frent e a grav es pat ologías m ent ales
com o la esquizofrenia. Surgen en los años 1950 explicaciones que pr oponen una
et iología com unicacional y fam iliar de la esquizofrenia ( Bat eson, 1972) , así com o
explicaciones acerca de la generación y m ant ención de sínt om as dependiendo de las
conduct as ent r e las personas, de su form a de com unicarse y de la form a en que
int ent aban solucionar sus pr oblem as ( p.e. Wat zlawick y cols., 1983, Wat zlawick y
cols., 1986) . A la base de est as pr opuest as est aba t oda una concept ualización surgida
originalm ent e de los aport es hechos por la Teoría General de Sist em as y la Cibernét ica
que a la larga t erm inaría por conocer se com o Enfoque sist ém ico en psiquiat ría,
psicología y psicot erapia.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

La Teoría General de Sist em as ( TGS) surge a part ir de los desarr ollos del biólogo Ludwig
von Bert alanffy, que había int entado desde 1930 descubrir leyes generales de los
sist em as, independient e de su encarnación.

La TGS surgió com o t al en 1945 ( von Bert alanffy, 1976) y los prim eros plant eam ient os
fueron el int ent o de dar una aproxim ación integradora de los problem as biológicos y
prom over un lenguaj e com ún en las ciencias ( Pakm an, 1989) . Com ienza con cuestionar
la form a habit ual de com prender los fenóm enos, es decir buscar causas y encont rar
explicaciones dividiendo la realidad en part es.

La TGS se propone integrar las part es hast a alcanzar una const rucción t eórica única,
t om ando en cuent a su cont ext o. A partir de esto surge el plant eam iento de que ningún
fenóm eno puede ser ent endido aisladam ent e, que los elem ent os form an una t ot alidad
que es m ayor que la sum a de sus part es. Est o se ha denom inado noción de 7RWDOLGDG.

En est e período se utilizan concept os t ales com o sist em a abiert o, organización ( en el cual
se incluye la noción de t ot alidad, lím it e y j erarquía) y cont rol ( que incluye la noción de
hom eost asis, ret roalim ent ación positiva y negativa) .

Por 6LVWHPD la TGS entiende que es "un conj unt o de obj et os o unidades, así com o de
relaciones ent re los obj et os y sus at ribut os" ( von Bert alanffy, 1976) .

Por /tPLWH ent endem os aquella región que separa a un sist em a de ot ro. Los lím it es son
las reglas que definen quién y cóm o participa dent ro de un sist em a, es decir definen las
reglas de pert enencia ( von Bert alanffy, 1976) .

Ot ro concept o im port ant e es el de -HUDUTXtD, el cual caract eriza a los sist em as. Los
elem ent os que form an part e de un sist em a, siem pre se organizan de m anera j erárquica,
la cual depende de la sit uación a la que se enfrent a est e sist em a y la función que va a
cum plir ( von Bert alanffy, 1976) .

Al ent endim ient o de que los sucesos est án relacionados en circunstancias det erm inadas
en form a circular se le denom ina 5HWURDOLPHQWDFLyQ ( von Bert alanffy, 1976) . Este
últim o concept o se relacionó con los desarrollos de Wiener ( 1954, 1967) en el cam po de
la Cibernética nom bre que se le dio a la nacient e “ciencia del cont rol y la com unicación en
el anim a y la m áquina”.

Para Wiener ( 1954, 1967) el m ecanism o de cont rol “en el anim al y la m áquina” es,
precisam ent e la ret roalim ent ación o )HHGEDFN que describió com o "un m ét odo para
cont rolar un sist em a reint roduciéndole los result ados de su desem peño en el pasado".

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Wiener ( 1954, 1967) distinguió ent re el IHHGEDFNQHJDWLYR, que es aquel que cont rola
al sist em a reint roduciendo la inform ación que genera de m odo de m ant ener la conduct a
del sist em a dent ro de det erm inados parám et ros ( com o en un t erm ost ato que agrega frío
o calor para m ant ener luego de la lectura de la t em peratura, para m ant ener una
t em perat ura const ant e dent ro de un ciert o rango) y el IHHGEDFNSRVLWLYR que es aquel
que al reit roducir la inform ación generada por el sist em a genera una desviación
progresiva que t erm ina por desbocar al sist em a en una espiral de cam bio que lleva
incluso a la dest rucción del m ism o ( com o ocurre, por ej em plo, en procesos sociales
com plej os en los que los sucesivos event os parecen ir agrandando la crisis hast a que
t erm inan por generar cam bios drásticos en el estado) .

Una de las prim eras consecuencias de asum ir est a form a de pensar fue pasar desde una
noción de causalidad lineal a una de FDXVDOLGDG FLUFXODU ( Keeney, 1987) , donde un
event o A ya no se ve com o causa de uno B sino com o causa y efect o de B.

&RQVHFXHQFLDV&OtQLFDVGHOD7*6\OD&LEHUQpWLFD

El cam po de la Terapia Fam iliar desar rolló a part ir de est os elem ent os una m uy rica y
variada gam a de concept os acerca del origen y m ant ención de sínt om as y problem as
dent ro de las fam ilias. En est e período, el desarr ollo de est os concept os se concent ró
en la ideas acerca de las r egulaciones generadas en las conduct as HQWUH las personas
con un punt o de vist a de FDXVDOLGDGFLUFXODU. De est a m anera, FRPLHQ]DDWUDWDUVH
D OD IDPLOLD FRPR XQ VLVWHPD, advirt iéndose que el concept o de fam ilia sat isface
t odos los aspect os for m ales de la definición de sist em a ent r egada por le TGS y la
cibernét ica, en la cual los “obj et os” del sist em a se refieren a los m iem bros de la
fam ilia, sus int eracciones a sus conduct as e int ercam bio com unicat ivo y sus at ribut os a
las caract eríst icas de cada uno de los part icipant es del sist em a fam iliar y las
regulaciones m ut uas, donde la conduct a de un m iem bro es causa y efect o de la del
rest o y donde, por lo t ant o, t odos son int erdependient es ent re sí ( I TF, 1991)

Tom ando las proposiciones acerca de la ret r oalim ent ación o feedback provist as por la
Cibernét ica, Jackson ( 1957) , usando una m et áfora t om ada de la fisiología, int roduj o el
concept o +RPHRVWDVLV )DPLOLDU para designar una serie de “m ecanism os”
conduct uales que las fam ilias ponen en m archa cuando la vida fam iliar es t ensionada
por presiones int ernas o ext ernas y que cont ribuyen a poner a la fam ilia nuevam ent e
en su est ado de equilibrio. Est o significa que cada vez que las fam ilias se encuent ran
en sit uaciones com plej as o am enazant es gener an conduct as concr et as que r educen la
t ensión y cont ribuyen a m ant ener el equilibrio fam iliar. Se usa en est e punt o la idea de
feedback , t om ada de la cibernét ica, que plant ea que la fam ilia reint roduce inform ación
originada en su com port am ient o de m odo de regular el conj unt o de su conduct a dent r o

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

de m árgenes acept ables, del m ism o m odo que un t erm ost at o agrega aire calient e o
frío en un sist em a de calefacción con el obj et ivo de m ant ener la t em perat ura de una
sala dent ro de m árgenes est ablecidos.

Est a idea de la fam ilia com o un sist em a dinám ico que aut orr egula su equilibrio por
m edio de sus pr opias conduct as r esult ó básica en la concepción acerca del rol que
cum plen los sínt om as en el sist em a fam iliar. Para el enfoque sist ém ico un sínt om a es
considerado com o un m ensaj e com unicacional que se observa en un m iem bro ( el
pacient e índice) y que es función de t oda la fam ilia. El sínt om a es la única posibilidad de
reacción de un sist em a cuando por algún m otivo su pat rón int eraccional se rigidiza y no
puede encont rar salidas o adapt aciones a la nueva situación que vive. Lo esencial,
ent onces, es el SDUD TXp del sínt om a. El m ism o cum ple una función prot ect ora del
sist em a: la fam ilia se organiza en t orno al sínt om a y no al rededor de la et apa que vive,
por lo t ant o, la "prot ege" de una situación difícil, ayudando de est a m anera a m ant ener la
hom eost asis fam iliar ( Bodin, 1982) . El ej em plo m ás clásico de est a dinám ica es la
concent ración de la at ención sobr e los sínt om as de un hij o en el cont ext o de una
fam ilia en que los ladres est án pasando por un m om ent o de dificult ad, que se percibe
com o una am enaza par a la est abilidad fam iliar. El sínt om a del hij o en est e caso parece
aliviar las t ensiones y dev olver a la fam ilia a una dinám ica m enos t ensionant e.

Ot r o ej em plo de la funcionalidad del sínt om a se puede observ ar en la descripción


sist ém ica de los int ent os de suicidio, lo que par ecen est ar r elacionados con una falt a de
claridad respect o de los roles e int ercam bio com unicacional y afect ivo ent r e los
m iem bros de la fam ilia. Una vez generado el int ent o suicida, la fam ilia en su conj unt o
parece r eordenarse y definir con claridad cuales son los roles de sus m iem br os y
cuales son los int ercam bios com unicacionales y em ocionales corr espondient es,
sit uación que se m ant iene por un t iem po hast a que la fam ilia com ienza a ret om ar poco
a poco su funcionam ient o t radicional de confusión de roles ( a m enos que cam bie la
organización de la fam ilia) , lo que prepara el cam ino para un nuevo int ent o de suicidio
de uno de sus m iem br os, que a su vez gener ará un nuev o período de ordenam ient o
fam iliar ( Kunst m ann, 1995) .

Com o v er em os m ás adelant e, est a descripción de la funcionalidad del sínt om a y la


hom eost asis fam iliar será de gran ut ilidad al exam inar la part icipación de la fam ilia en
la m ant ención del com port am ient o adict ivo.

Consist ent em ent e con est as ideas, Sluzki ( 1983) describe que las fam ilias m ant ienen
los com port am ient os sint om át icos de uno sus m iem bros a t rav és de lo que denom ina
com o 3DWURQHV,QWHUDFFLRQDOHV0DQWHQHGRUHVGH6tQWRPDV, que son una serie de
com port am ient os repet it ivos que las fam ilias ej ecut an y dent r o de los cuales est án
sost enidos los com port am ient os sint om át icos. En la experiencia clínica resum ida en su

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

t rabaj o de 1983, Sluzki m uest ra cóm o, al bloquear est os pat r ones int eraccionales, el
com port am ient o sint om át ico desaparece.

El ej em plo ent regado en su t rabaj o alude a una fam ilia que consult a en un servicio de
psiquiat ría, derivados por el neurólogo, a raíz de las frecuent es cefaleas que
present aba el hij o de 9 años. En la ent revist a clínica se logró det erm inar que cada v ez
que el hij o present aba cefalea solicit aba la ayuda de la m adre, una m uj er descrit a
com o m uy invasiva en la vida de su hij o y quien t am bién sufría de fr ecuent es cefaleas.
Se logró det er m inar t am bién la exist encia de ot r o sínt om a en el hij o hast a el m om ent o
desconocido, t ant o par a el equipo t erapéut ico com o para la m adr e: sangrado de
narices, que si bien no era t an fr ecuent e com o la cefalea se repet ía con ciert a
periodicidad. Cada vez que apar ecía est e sínt om a, el niño acudía en busca de ayuda
donde su padre, un hom br e de edad avanzada que t am bién sufría de esporádicos
episodios de sangrado de narices desde hacía algunos años com o secuela de un
accident e en m ot ociclet a. En la sesión, el t erapeut a felicit a la sabiduría del niño al
elegir a los “expert os” en sus sínt om as para solicit ar ayuda, per o propone hacer un
cam bio: en el t ranscur so de t iem po hast a la siguient e sesión cada vez que t uviera
cefalea debería pedir ayuda al padre y cada v ez que t uviera sangrado de nariz debería
acudir a la m adre. La fam ilia acept ó est a suger encia y a la siguient e sesión report ó que
no se habían present ado episodios de cefaleas ni sangrado de nariz. De est a m anera se
bloquearon los pat rones int eraccionales que incluían al sínt om a y el m ism o
desapareció.

Hast a est e punt o, la concepción sist ém ica aludía a elem ent os conduct uales basados en
la int eracción de los m iem br os de un sist em a. Si se observa bien, una consider ación
básica de est e abordaj e radica en el hecho de que la conduct a de los sist em as
fam iliares, y en general la conduct a de las per sonas, par ece t ener una t endencia a la
repet ición ( de hecho, el propio concept o de pat rones int eraccionales se refiere a t ipos
de conduct as que se m ant ienen repet idas en el t iem po) , pero ¿de qué clase de
repet ición de conduct as se t rat a?

Algunos años ant es de la publicación de est as ideas de Sluzki, Wat zlawick y su equipo
de colabor adores habían hecho un descubrim ient o not able respect o de cóm o las
per sonas enfr ent an sus problem as ( Wat zlawick y cols., 1986) . Lo que ellos hicieron fue
invest igar sobre cuales eran las caract eríst icas de los int ent os de solución que las
per sonas daban a sus problem as ant es de consult ar con un especialist a y descubrier on
que aquellas personas que no lograban solucionar sus pr oblem as est ablecían una
est r at egia de solución inquiet ant e: inadvert idam ent e r eit eraban una y ot ra vez la
ut ilización del m ism o t ipo de solución, es decir, hacían “m ás de lo m ism o”. La prem isa,
ent onces, era bast ant e lógica, si una solución int ent ada no resuelve el problem a, la
reit eración de la m ism a solución no aport ará nada nuev o y, aún m ás, si ya se

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

dem ost r ó que una un t ipo de solución no es exit oso los nuevos int ent os sobr e la m ism a
solución t am poco lo serán, dej ando al problem a cr ónicam ent e sin solución. El
descubrim ient o de est a for m a de apr oxim arse a la solución de los pr oblem as det erm inó
que Wat zlawick y sus colaborador es plant earan que el verdader o problem a de las
per sonas que v enían a consult ar no era el problem a original por el que consult aban,
sino la solución int ent ada, o m ej or dicho, la insist encia en el uso de una solución que
no r esuelve el pr oblem a.

Un ej em plo de est e t ipo de abordaj e para la solución de un problem a es el t ípico caso


de una m adre que consult a por problem as conduct uales de su hij o y que describe al
t erapeut a que no sabe qué hacer porque “ya lo ha int ent ado t odo”. En el exam en
det allado de la conduct a de la m adre por hacer que su hij o se com port e m ej or, se
descubre que la est rat egia de la m adre es cast igar al hij o, cada vez que est e se
com port a de una m anera que a la m adr e le parece inapropiada, quit ándole algo que
para el chico es valioso, sin em bargo, est o no logra hacer que el hij o m ej ore su
conduct a. La m adr e ent onces, int ent a m odificar la conduct a de su hij o quit ándole el
t elevisor, la m esada, la pelot a, et c. hast a que llega a un punt o en que no sabe qué
m ás quit arle llegando a la percepción de que ha int ent ado t odo y nada r esuelva su
problem a. Si se obser va con at ención, lo que la m adre ha hecho es generar una
variada gam a de soluciones que pert enecen, t odas ellas, a la m ism a clase de
soluciones, que en est e caso es la clase de solución que no resuelve el problem a
( quit arle algo al hij o) .

A est as soluciones que par ecen ser cam bios, pero que en realidad pert enecen a la
clase de soluciones no exit osas que no cam bian nada ( o no r esuelven el problem a) ,
Wat zlawick y cols. ( 1986) las denom inaron &DPELR, es decir t ipos de cam bio que no
generan un cam bio en el problem a, sino ot ro m iem bro de la clase de soluciones no
exit osas, com o, en nuest ro ej em plo, quit ar la pelot a, o quit ar el t elev isor, o quit ar la
m esada, donde aparent em ent e se hacen cosas difer ent es porque se quit an cosas
diferent es, per o no se resuelve el problem a porque la est rat egia en sí m ism a de
“Quit ar Cosas” ha pr obado ser ineficaz.

Wat zlawick y cols. ( 1986) , se dier on cuent a adem ás que exist ía ot ra clase de
soluciones que sí resolvían los problem as de las personas, est as eran soluciones que
no r eit eraban sobr e la m ism a clase de soluciones no exit osas, sino que usaban
est r at egias pert enecient es a una clase difer ent e de soluciones. Fue lo que ellos
denom inaron com o &DPELR , es decir, un t ipo de cam bio que m odifica la regla con
que se viene act uando hast a el m om ent o, proveyendo soluciones que ya no
pert enecen a la clase de soluciones no exit osas. Un cam bio 2 en nuest r o ej em plo, sería
m odificar el am bient e del m uchacho para que se concent rara m ej or en sus t ar eas o

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

consult ar a un especialist a, es decir, t ipos de soluciones que no r eit eran en la regla de


“cast igarlo quit ándole las cosas que le gust an”.

Una r ecom endación r elat ivam ent e obvia surgía a part ir de est as dist inciones.
Wat zlawick y cols. ( 1986) sugieren pr egunt ar a los pacient es acerca de cuales son las
soluciones que ellos han int ent ado con ant erioridad a la consult a, ya que si alguna de
ellas hubiera sido exit osa, seguram ent e el pacient e o la fam ilia no habría consult ado.
De est a m aner a, el t erapeut a se asegura de no proponer a la fam ilia soluciones que ya
han sido probadas com o no exit osas y aum ent a la posibilidad de encont rar soluciones
que gener en Cam bio 2.

Recapit ulando sobre lo dicho hast a est e punt o respect o del enfoque sist ém ico puede
plant earse que:

1. La fam ilia puede ser concept ualizada com o un sist em a y por lo t ant o est udiada
en sí m ism a com o una unidad y no com o un agregado de individuos ( en est e
sent ido hay que r ecordar que “el t odo es m ás que la sum a de sus part es”) .

2. El sist em a fam ilia est ablece pat r ones de com por t am ient o repet it ivos y se r egula
a sí m ism a reint roduciendo los r esult ados de su com port am ient o pr evio
generando m odificaciones en su com port am ient o para no sobr epasar los lím it es
acept ados de com por t am ient o en su int er ior ( hom eost asis fam iliar) , la
causalidad es circular, la conduct a de uno de los m iem bros es causa y efect o de
la de los ot r os y t odos los m iem bros son int erdependient es ent re sí. Est o
t am bién quiere decir que HO FDPELR LQLFLDGR HQ XQ PLHPEUR GHO VLVWHPD
GHVHPERFDHQFDPELRVTXHDIHFWDQDODWRWDOLGDGGHOVLVWHPD.

3. Los sínt om as en un sist em a fam iliar, pueden ser ent endidos com o m ensaj es
com unicacionales que buscan prot eger a la fam ilia aport ando, de est a m anera,
a la m ant ención de la hom eost asis fam iliar.

4. Los sínt om as form an part e o est án ínt im am ent e r elacionados, con Pat rones
I nt eraccionales Mant enedores, los que al ser m odificados pueden hacer
desaparecer al propio sínt om a.

5. Los sist em as fam iliares o las personas est ablecen una regularidad en la form a
en que int ent an solucionar sus problem as insist iendo m uchas veces en
soluciones que pert enecen a una clase que no r esuelve el problem a,
desat ándose un j uego sin fin o una reit eración del t ipo “m ás de lo m ism o”. Es
conv enient e pregunt ar a las fam ilias respect o de las soluciones int ent adas

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

previam ent e, para poder const ruir alt ernat ivas diferent es que propicien
Cam bio 2.

&LEHUQpWLFDGH6HJXQGR2UGHQ/DLUUXSFLyQGHO2EVHUYDGRUHQORVVLVWHPDV

Los t eóricos del enfoque sist ém ico dieron un salt o de gran im port ancia al exam inar con
det ención los alcances de las ideas respect o de la ret roalim ent ación. En 1968 Margaret
Mead propuso el t érm ino “Cibernét ica de la Cibernét ica” ( Mead, 1968) que luego, en
1973, von Foer st er r ebaut izó com o “Cibernét ica de Segundo Orden” o “Cibernét ica de
los Sist em as Obser vant es” ( v on Foer st er, 1973) . ¿A qué se r efería est e salt o
concept ual?

La cibernét ica de prim er orden exam inaba cóm o un sist em a era capaz de regularse
reint roduciendo inform ación respect o de su propia conduct a. Ahora bien, si eso er a
posible, t am bién lo er a que el com port am ient o t ot al del sist em a afect ara a ot ros
elem ent os de su ent or no y a su v ez fuera afect ado por ellos, de est a m anera, a un
prim er nivel el sist em a se r egulaba ( cibernét ica) y a un segundo nivel su propia
regulación era r egulada por ot r os elem ent os del ent orno ( cibernét ica de la cibernét ica) .
De est a m anera se int roducía la idea de niveles de r ecursividad ( Keeney, 1987) en la
que los sist em as son regulados y en el cont act o con el m edio se genera una “regulación
de la regulación” y una “regulación de la regulación de la regulación” a m edida que se
agregan m ás act ores, y así hast a llegar a un punt o t al en que se incluyen t odas las
“regulaciones de las regulaciones” exist ent es y ya no es posible ident ificar un nivel
superior de variables que influyen en la regulación del sist em a. Cuando se llega a est e
punt o se plant ea que los sist em as adquieren aut onom ía, o son sist em as aut ónom os
( Keeney, 1987) , en el sent ido de que ya no es posible ident ificar una variable ext erna
al sist em a que influya sobr e su pr oceso de r egulación.

Lo relevant e de est e hallazgo fue que los t eóricos que t rabaj aban en est e cam po
advirt ieron que el propio observador, era “r egulado” por las regulaciones del sist em a,
incluyéndose dent r o de los niveles de recursividad que abarcan, ent onces, t ant o al
sist em a que se observa com o al observador . Est o quiere decir que el observador se v e
afect ado por el com port am ient o del sist em a, así com o el sist em a se afect a por el
com port am ient o del observador. De est a m anera, el observador part icipa de la
observ ación con lo que ya no puede pr et ender ser un observador “obj et ivo” de una
realidad “allá afuera”, sino que est á ínt im am ent e involucrado en lo que obser va. Est o
lleva a Keeney ( 1987) a plant ear que “lo que el obser vador dice observar en r ealidad
habla m ás del observador que de lo observado”. Es en est e sent ido que von Foer st er
( 1973) plant ea que con la cibernét ica de segundo orden ( cibernét ica de la cibernét ica)
se pasó desde la noción de “sist em as observados” a la de “sist em as observant es”.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Est as dist inciones lit eralm ent e volt earon de cabeza al enfoque sist ém ico haciéndole
incluir lo que los t eóricos denom inaron un “cam bio epist em ológico” , es decir una
m odificación en la concepción acerca de cóm o los ser es vivos perciben la realidad: si el
observ ador part icipa de lo que observa, ent onces no es un observador “obj et ivo”, no
puede t ener un acceso “obj et ivo” a la realidad, si no que part icipa en la const rucción
de la m ism a ( von Glasersfeld, 1984) .

Est a nueva m anera de concebir la form a en que los ser es vivos conocen o per ciben
generó la necesidad de que el enfoque sist ém ico incluyera t eorías respect o de est e
fenóm eno, es decir, t eorías del conocim ient o. Lo que a m ediados del siglo XX había
surgido com o una preocupación acerca de cóm o los com ponent es de los sist em as
int eract úan ent r e sí y cóm o se r egulaban, ahor a se t ransfor m aba en una preocupación
acerca de cóm o los ser es vivos “conocen, piensan y deciden” ( Bat eson, 1972) .

En general se r econoce que son t r es las t eorías del conocim ient o incluidas en el
enfoque sist ém ico a raíz de est e cam bio epist em ológico ( Barrient os y cols, 1993) :

1. La Teoría del Const ruct ivism o Radical.


2. La Teoría del Const ruccionism o Social.
3. La Teoría Biológica del Conocim ient o.

No es la int ención de est e t rabaj o pr ofundizar en el desar rollo de est as ideas, sin
em bargo, sí int eresa saber cuales fuer on las im plicancias de las m ism as en el operar
t erapéut ico. Para los obj et ivos del present e t rabaj o se pr esent arán los principios
fundam ent ales respect o de la generación, m ant ención y solución de problem as desde
est a nueva “ópt ica epist em ológica” incluidos ( j unt o con los elem ent os de cibernét ica de
prim er orden r evisados m ás ar riba) en la fundam ent ación t eórica de la I nt erv ención
Fam iliar que se describirá en la segunda part e de est e t rabaj o:

1.- Los sist em as que consult an lo hacen basados en una preocupación o una alarm a
específica respect o de uno o m ás de sus m iem bros. Ahora bien, si los seres
hum anos part icipam os de la const rucción de la realidad ( von Glasersfeld, 1984,
Mat urana y Varela, 1981, Maturana, 1991) , las alarm as que llevan a las personas
a consult ar son t am bién const ruidas por ellas en base a sus percepciones, y
específicam ent e, a las explicaciones que se dan para sus problem as.

2.- Las preocupaciones o sínt om as form an part e de una red de conversaciones


repet idas que fij an posiciones rígidas ent re los m iem bros del sist em a. El sist em a
es ahora concebido com o un sist em a de conversaciones en t orno de un problem a
( Kunst m ann y cols. 2003) .

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

3.- Las conversaciones pueden ser definidas com o int ercam bio com unicacional, lo que
para el enfoque sist ém ico significa int eracción de la conduct a de los m iem bros de
un sist em a ( Kunst m ann y cols. 2003; Mat urana, 1991) . En ot ras palabras, un
sist em a rigidizado en una conversación en t orno de un problem a es un sist em a
que repit e sus pat rones int eraccionales en form a cont inua, reduciendo su
flexibilidad para buscar soluciones alt ernativas a su problem a.

4.- Las conversaciones generan y son generadas por em ociones. A su vez, las
em ociones present es en un sist em a rest ringen las posibilidades conductuales del
m ism o, en el sentido de hacer posible sólo la conduct a que es coherent e con la
em oción que est á present e en el m om ent o específico ( Kunst m ann y cols. 2003;
Mat urana, 1991) . Así por ej em plo, si una fam ilia est á pasando por un período de
gran angustia debido a la enferm edad grave de un hij o, es alt am ent e im probable
que se com port en de un m odo que no sea com patible con esa angustia, por
ej em plo, será difícil que organicen una fiest a en la que t odos est én en actitud
despreocupada. Desde est e punt o de vist a, es la em oción la que rest ringe las
posibilidades de act uación de un sist em a. Ahora bien, si el sist em a logra generar
ot ra conversación, es decir, act uar de ot ra m anera, eso posibilit aría generar un
cam bio en la em oción. Vist o desde el punt o de vist a cont rario, si se logra generar
un cam bio en la em oción t am bién se generará un cam bio en la conversación del
sist em a, es decir, un cam bio en sus pat rones interaccionales.

5.- De est e m odo, la WHUDSLDVHSURSRQHHQWUHJDUH[SOLFDFLRQHV DOWHUQDWLYDV D


ODV TXH WUDH HO VLVWHPD FRQVXOWDQWH SDUD JHQHUDU FRQYHUVDFLRQHV
GLIHUHQWHV TXH D VX YH] FDPELHQ ODV HPRFLRQHV GHO VLVWHPD \ DVt
DXPHQWDU OD IOH[LELOLGDG GHO VLVWHPD HQ WpUPLQRV GH GHVULJLGL]DU VXV
SDWURQHV LQWHUDFFLRQDOHV  SURSLFLDQGR OD VXSHUDFLyQ GHO SUREOHPD TXH OR
WUDHDFRQVXOWDU ( Kunstm ann y cols. 2003) .

Un ej em plo de est a for m a de ent ender y oper ar en t erapia con est as ideas sist ém icas
surgidas de la cibernét ica de segundo orden se present a en el siguient e caso:

/DIDPLOLD*RQ]iOH]FRPSXHVWDSRU3HGURHOSDGUHGHDxRV/XFtDODPDGUHGH
DxRV\5RGULJRHOKLMRGHDxRVFRQVXOWDQGHELGRDOFRQVXPRGHPDULKXDQDGHHVWH
~OWLPRGHVFXELHUWRKDFtDGRVPHVHVSRUODPDGUH5RGULJRFRQVXPtDPDULKXDQDGHVGH
GRV DxRV DQWHV DO GHVFXEULPLHQWR GH OD PDGUH TXLHQ MXQWR FRQ HO SDGUH UHODWDQ TXH
QXQFD WXYLHURQ VRVSHFKDV TXH RFXUUtD DOJR DVt GHQWUR GH VX SURSLD FDVD 5RGULJR
SODQWHDTXHORVSDGUHVH[DJHUDQODVFRVDVSRUTXHVLELHQFRQVXPHDOJRGHPDULKXDQD
VXFRQVXPRQXQFDKDVLGRWDQJUDQGHFRPRSDUDSUHRFXSDUVHORTXHRFXUULyGLFHHV
TXHQRVDEHSRUTXpFRPHQ]yDFRQVXPLUGHQWURGHODFDVDKDVWDTXHODPDGUHVHGLR

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

FXHQWD SRUTXH VH OH TXHGDURQ UHVWRV GH FLJDUULOORV GH PDULKXDQD HQ HO YHODGRU GH VX
SLH]D

([DPLQDQGRODKLVWRULD \ODGLQiPLFDIDPLOLDUVXUJHHOGDWRDFHUFDGH ODSUHRFXSDFLyQ
GHODPDGUHIUHQWHDOSURFHVRGHLQGLYLGXDFLyQGHVXKLMR5RGULJRTXHDGHPiVHVKLMR
~QLFR VH KDFtD PiV JUDQGH \ SURJUHVLYDPHQWH UHTXHUtD PHQRV GH VX PDGUH HVWH
SURFHVR DQJXVWLDED GH VREUHPDQHUD D OD PDGUH TXLHQ VH VHQWtD SRFR ~WLO \ D OD YH]
DVXVWDGD GHELGR D TXH FXDQGR VH WUDWDED GH DFHUFDU DO KLMR HVWH OD UHKXtD  GH PDOD
PDQHUD 'HELGR D HVWR OD PDGUH GHMy GH DFHUFDUVH D VX KLMR D TXLHQ HQ HO ~OWLPR
WLHPSR VyOR YHtD DO OOHJDU R VDOLU GH OD FDVD \D TXH HO UHVWR GHO WLHPSR VH OR SDVDED
HQFHUUDGR HQ VX SLH]D \ HOOD QR VH DWUHYtD D HQWUDU D YHUOR R D FRQYHUVDU FRQ pO 6X
VHQWLPLHQWR GH LQXWLOLGDG VH DJUDYDED FRQ HO GHVFXEULPLHQWR GHO FRQVXPR TXH
DJUHJDED D OD PDGUH OD LGHD GH TXH KDEtD VLGR PDOD PDGUH \D TXH VX KLMR VH HVWDED
FRQYLUWLHQGR HQ XQ ³GURJDGLFWR´ (O SDGUH DSDUHFtD UHODWLYDPHQWH GLVWDQWH XQ SRFR
PROHVWRFRQHOKLMRTXHDODIHFKDQRHVWXGLDED\QRWHQtDXQWUDEDMRHVWDEOHFRVDTXH
OH SUHRFXSDED SHQVDQGR HQ FyPR VHUtD VX IXWXUR $O SDGUH OH SUHRFXSDED GH
VREUHPDQHUD OD DQVLHGDG \ HO SURJUHVLYR VHQWLPLHQWR GH LQXWLOLGDG GH OD PDGUH
5RGULJRSRUVXSDUWHVHQWtDTXHDPERVSDGUHVHVWDEDQGHPDVLDGRSHQGLHQWHVGHpO\
TXHQROHGHMDEDQUHDOL]DUFRQOLEHUWDGODVFRVDVTXHpOTXHUtDKDFHUFRQVXYLGD

&RQ HVWRV DQWHFHGHQWHV HO WHUDSHXWD  REVHUYDED TXH DFRUGH D ODV HPRFLRQHV
SUHSRQGHUDQWHVHQODIDPLOLDGHSUHRFXSDFLyQSRUODYLGDGH5RGULJR\ODSHUFHSFLyQGH
LQXWLOLGDG GH OD PDGUH HO VLVWHPD HVWDED ULJLGL]DGR HQ XQ LQWHQWR GH ORV SDGUHV SRU
DFHUFDUVH D 5RGULJR PLHQWUDV TXH pO OHV UHKXtD FRQ OD VHQVDFLyQ GH TXH OR WUDWDEDQ
FRPRDXQQLxR/DVHPRFLRQHVSUHVHQWHVHQODIDPLOLDQRSHUPLWtDQXQWUiQVLWRIOXLGR
KDFLD XQD PD\RU DXWRQRPtD DGXOWD GHO KLMR /D PDGUH SUHRFXSDGD SRU VX HMHFXFLyQ
FRPR WDO SUHILHUH QR DFHUFDUVH DO KLMR HVWDEOHFLHQGR XQD YLJLODQFLD SUHRFXSDGD SHUR
QR HPRFLRQDOPHQWH FHUFDQD HO SDGUH VROLGDULR FRQ OD PDGUH VH PROHVWD FRQ HO KLMR
SRU ODV FRVDV TXH KDFH \ ODV TXH QR KDFH \ HO KLMR VH VLHQWH SUHVLRQDGR \ SUHILHUH
UHKXLUDORVSDGUHV/DFRQYHUVDFLyQGHOVLVWHPDHQWRUQRGHODDODUPDUHVSHFWRGHOKLMR
HVWiHVWDEOHFLGD\ODHPRFLyQFRUUHVSRQGLHQWHD\XGDDULJLGL]DUHVWDSDXWD

8QGHWDOOHHQHO UHODWR GHODPDGUHOODPDODDWHQFLyQGHOWHUDSHXWD(OODFRPHQWDTXH
FDGDYH]TXHVDOHGHODFDVDHOKLMRODOODPDSRUWHOpIRQR\OHSLGHTXHOHWUDLJDFRPLGD
GH0F'RQDOG\TXHFDGDYH]TXHKDFHHVWROHSLGHSRUWHOpIRQRTXHHOODOR³UDJDORQHH´
(O WHUDSHXWD WRPD HVWH HOHPHQWR \ SUHJXQWD HQ YR] DOWD FyPR SXHGH HO KLMR UHVROYHU
XQD FRQWUDGLFFLyQ HYLGHQWH TXLHUH VHU DGXOWR \ GHVDUUROODUVH D VX PDQHUD \ D OD YH]
TXLHUHTXHORUHJDORQHHQ&RQHVWDLGHDGHVDUUROODXQDH[SOLFDFLyQDOWHUQDWLYDDODTXH
WUDtDHOVLVWHPDODPDGUHQR HVLQ~WLO\QRKDKHFKRXQPDOWUDEDMR DOFRQWUDULRODV
PXHVWUDV GH HPDQFLSDFLyQ GHO KLMR VRQ XQD HYLGHQFLD GH TXH HO KLMR FXPSOH FRQ VXV
WDUHDV GHO GHVDUUROOR HQ IRUPD DGHFXDGD OR TXH D VX YH] HV XQD HYLGHQFLD GHO EXHQ

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

WUDEDMR GH ORV SDGUHV SHUR ¢TXp SDSHO MXHJD HO FRQVXPR GH PDULKXDQD HQ HVWH
FRQWH[WR"(OFRQVXPRSODQWHDRIUHFHODSRVLELOLGDGDOKLMRGHUHGXFLUVXFRQWUDGLFFLyQ
GDQGRODSRVLELOLGDGGHTXHVXVSDGUHVVHSUHRFXSHQSRUpOVLQFRQYHUWLUOHHQXQQLxR

(VWH FDPELR HQ OD H[SOLFDFLyQ TXH LQFOX\H XQD H[SOLFDFLyQ DFHUFD GHO VHQWLGR GHO XVR
GHGURJDVSDUDODIDPLOLDPRGLILFyODHPRFLyQGHOVLVWHPD\HVSHFLDOPHQWHGHODPDGUH
TXLHQVLQWLyTXH³UHFXSHUDED´DVXKLMR(VWHFDPELRHQODH[SOLFDFLyQPRGLILFyWDPELpQ
OD  HPRFLyQ GHO VLVWHPD TXH SDVy GH FHQWUDUVH HQ ORV HUURUHV GH ORV SDGUHV \
HVSHFLDOPHQWH GH OD PDGUH  D XQ REVHUYDU HO SHUtRGR HYROXWLYR QRUPDO GHO KLMR
SUHGRPLQDQGR HQWRQFHV HPRFLRQHV GH WUDQTXLOLGDG (VWR OOHYy D XQ FDPELR HQ OD
FRQYHUVDFLyQ GHO VLVWHPD \ SRU OR WDQWR D XQ FDPELR HQ ORV SDWURQHV GH LQWHUDFFLyQ
HQWUH HOORV FRQFUHWDPHQWH OD PDGUH SXGR DFHUFDUVH HQ XQD DFWLWXG PiV FDULxRVD \
PHQRV DSUHKHQVLYD  DO KLMR TXLHQ D VX YH] VH VLQWLy PiV UHVSDOGDGR \ FRQ PD\RU
FRQILDQ]DSDUDLQLFLDUSUR\HFWRVSURSLRVHQHOiUHDODERUDOORTXHDVXYH]WUDQTXLOL]y
DOSDGUH\OHSHUPLWLyDFHUFDUVHDOKLMRVLQHQRMR$OWpUPLQRGHODWHUDSLDHOFRQVXPR
GHPDULKXDQDKDEtDFHVDGR

Hast a est e punt o hem os avanzado en ot orgar una m irada com prensiva respect o de las
nociones generales del enfoque sist ém ico y su consiguient e oper ar t erapéut ico,
pasando r evist a a los pr incipales concept os pr ovenient es de las dos gr andes et apas de
desarr ollo de est e enfoque cent radas en aport es surgidos en el cont ext o de la
cibernét ica de prim er orden y la cibernét ica de segundo orden. Abordarem os a
cont inuación las descripciones, explicaciones y hallazgos acerca de la r elación ent re
fam ilia, dinám ica fam iliar y consum o de drogas.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
'HVFULSFLRQHV\([SOLFDFLRQHVVREUH)DPLOLDVFRQXQ
PLHPEURGHSHQGLHQWHGHVXVWDQFLDV

Exist e abundant e evidencia respect o de la r elación ent re variables del funcionam ient o
fam iliar y dependencia a sust ancias. Así por ej em plo, I raurgi y cols. ( 2004) com ent an
los hallazgos de los siguient es est udios:

Ot ero y cols. ( 1989) y Herm an y cols. ( 1993) confirm an la relación ent re uso de
drogas y un am bient e fam iliar conflict ivo y host il.

Lyons ( 1996) , Spooner ( 1999) , Char voz y cols. ( 2002) y McArdle y cols.
( 2002) , dest acan el hallazgo de dificult ades en la com unicación fam iliar en
fam ilias con un m iem br o dependient e de sust ancias.

Vielva y cols. ( 2001) encuent ran que exist e una m enor sat isfacción con el
funcionam ient o fam iliar t ant o desde la percepción de los hij os com o de los
padres en aquellas fam ilias en las cuales los hij os consum en drogas.

Malkus, ( 1994) ofrece evidencias que apoyan la hipót esis de que los j óvenes
procedent es de fam ilias con m ás r ecursos ( aquellos aspect os sociales,
em ocionales y físicos que hacen que la fam ilia sea m enos vulnerable y m ás
capaz de t rat ar con fact or es est r esant es) son m enos suscept ibles de t ener
problem as de abuso de drogas.

Vecino ( 1990) , Car valho y cols. ( 1995) , McQueen y cols. ( 2003) y Coviello y
cols. ( 2004) exponen una relación ent re uso de dr ogas ent r e uno de los
int egrant es de la fam ilia y pr esencia de un alt o nivel de est r és en la m ism a.

Si bien est os est udios analizan y confirm an hipót esis referidas a variables y relaciones
específicas ent r e el consum o de dr ogas y fam ilia, en est e capít ulo se revisarán
aproxim aciones que describen desde un punt o de vist a com prensivo e int egrado la
relación exist ent e ent r e dependencia a sust ancias y dinám icas fam iliares. Ello dará
cuent a de los elem ent os cent rales con los que se abordará la I nt er vención Fam iliar que
se describe en la segunda part e de est e t rabaj o. En la generalidad de los casos se
ej em plificará lo descrit o usando ej em plos de casos clínicos.

Los abordaj es fam iliares enfat izan el hecho de que, en general, no ofr ecen una
explicación para la causa del consum o de drogas de uno de sus m iem bros ( causas que
reconocen una serie de com plej idades referidas a variables psicológicas, sociales,

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

económ icas, a la disposición de drogas y el acceso a ellas, ent re ot ras) , sino m ás bien
explicaciones y descripciones acerca de FyPR OD IDPLOLD FRQWULEX\H D OD
PDQWHQFLyQGHHVHFRPSRUWDPLHQWRHQHOWLHPSR.


0RGHOR+RPHRVWDWLFR

En t érm inos generales el Modelo Hom eost at ico de St ant on y cols ( 1997) es
probablem ent e la aprox im ación m ás clara, de m ayor riqueza y t al vez la m ás ut ilizada
en la lit erat ura nacional y ext ranj era. Est a t rabaj o no es la excepción, dado que t om ar á
la idea general de la hom eost asis fam iliar com o punt o de part ida para ent ender y
abordar las dinám icas fam iliares que se observan en fam ilias con un m iem bro
dependient e a sust ancias.

En su t rabaj o, St ant on y cols ( 1997) , ofrecen, basándose en una ext ensa r evisión
sobr e los hallazgos de las invest igaciones, un m odelo de ent endim ient o de la relación
ent re dinám ica fam iliar y dependencia a sust ancias que denom inaron Modelo
Hom eost at ico y que se caract eriza com o sigue:

/DDGLFFLyQGHQWURGHXQFLFORIDPLOLDU SURFHVRKRPHRVWDWLFR 

La drogadicción puede considerar se com o un proceso cíclico que involucra a t res o m ás


individuos, com únm ent e el adict o y sus dos padres. La dinám ica es t al que se pr esent a
una fuert e t ensión ent re am bos padres que am enaza con desest abilizar el sist em a
fam iliar con una separ ación inm inent e que se r egula m ediant e la aparición de una
acción dram át ica del adict o ( por ej em plo se pone violent o o llega int oxicado a la casa)
que hace que t oda la at ención se ponga en él, lo que desem boca en que la original
t ensión ent re los padr es dism inuya o desaparezca por un t iem po ( St ant on y cols,
1997) .

En la m edida en que la sit uación se t ranquiliza, el adict o m uest r a crecient es


habilidades y capacidades que le perm it en funcionar independient em ent e de la
fam ilia, sin em bargo, concom it ant em ent e con ello las t ensiones ent re los padr es,
product o de conflict os no r esuelt os, com ienzan a aum ent ar surgiendo la am enaza de la
separación. El adict o, ent onces se com port a de un m odo llam at ivo o aut odest ruct ivo
que inicia nuevam ent e el ciclo hom eost at ico fam iliar ( St ant on y cols, 1997) .

Aport ando elem ent os ext raídos de la revisión de evidencia cient ífica, St ant on y cols
( 1997) exponen que t ípicam ent e en las fam ilias de dependient es a sust ancias hay una
m adre involucrada en una reacción indulgent e, apegada, sobreprot ect ora y
abiert am ent e perm isiva con el adict o, que ocupa la posición de un hij o favor ecido

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

( Harbin y Naziar, 1975; Klagsbrun y Davis, 1977; Salm on y Salm on, 1977; Selding,
1972; St ant on, 1979) . El padre, por su part e, es clásicam ent e descrit o com o dist ant e,
desapegado, débil o ausent e, siendo t am bién m ost r ado com o aut orit ario y violent o,
per o fácilm ent e cont r olado por la m adre, y est á claram ent e en segundo lugar después
de la m adre en lo concernient e al poder dent r o de la fam ilia ( Schwart zm an, 1975) .

St ant on y cols ( 1997) plant ean que est e m odelo t riádico ( es decir, que involucra a t res
act or es, clásicam ent e a la m adre el padre y el hij o) se aplica t am bién a fam ilias con un
solo progenit or en las cuales el t riángulo se conform aría, de una m anera t al vez m enos
obvia, con ot r os m iem bros de la fam ilia. Así por ej em plo, pueden darse conflict os ent re
una m adre y una abuela, una m adre y su ex esposo o un padr e y su am ant e y en ellos
involucrarse al hij o de la form a ya descrit a.

Los aut or es m uest ran que el ciclo adict ivo se inicia t ípicam ent e en la adolescencia y se
int ensifica cuando el adict o m anifiest a su int ención de abandonar el hogar. Com o los
padres son incapaces de r elacionarse ent re sí sat isfact oriam ent e la fam ilia reacciona
con pánico cuando la int egridad t riádica sufre una am enaza. Así, encont ram os que la
m ayoría de las fam ilias de adict os se est abilizan o at ascan en est a et apa ev olut iva de
t al m odo que el adict o perm anece ínt im am ent e ligado a ellos de una m anera cr ónica.
Adem ás de est a est recha vinculación al hogar su incapacidad para separar se y adquirir
aut onom ía puede adquirir ot ras form as: ( 1) incapacidad para desar r ollar r elaciones
ínt im as y est ables ( part icularm ent e het er osexuales) fuera de la fam ilia de origen, ( 2)
incapacidad para una act ividad est udiant il o laboral est able y ( 3) obt ención de un
em pleo por debaj o de su nivel de apt it udes ( St ant on y cols, 1997) .

3VHXGRLQGLYLGXDFLyQ

Est e es pr obablem ent e uno de los elem ent os m ás claros e im port ant es del m odelo de
St ant on y cols ( 1997) ya que en él vincula la función que cum ple el adict o en la fam ilia
con la funcionalidad del sínt om a, en est e caso la dependencia a sust ancias.

De est a m anera, St ant on y cols ( 1997) plant ean que el adict o est á at rapado en un
dilem a. Por una part e sufre grandes presiones para per m anecer est r echam ent e ligado
a la fam ilia ( que puede der rum bar se sin él) , m ient ras que por ot r a part e fuerzas
sociocult urales y biológicas lo incit an a est ablecer relaciones ínt im as ext ernas. La
adicción es una solución paradój ica para el dilem a del adict o y su fam ilia de conserv ar
o disolver la int eracción t riádica. A un nivel, el adict o ayuda a regular la t ensión ent re
los padres, pero a ot r o est ablece un pat r ón de ida y vuelt a ent re sus pares y su hogar .
Paradój icam ent e, m ient ras m ay or en su vinculación con el grupo de pares ( ext erno a
su fam ilia) m ayor es su indefensión porque se vincula m ás con la droga y de esa
m anera aum ent a su adicción o su “enferm edad” que lo liga a la fam ilia.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Desarr ollando est a línea de pensam ient o St ant on y cols ( 1997) aport an evidencia
respect o de la funcionalidad del consum o com o un elem ent o que apoya la idea de la
pseudoindividuación:

( a) Los adict os, baj o el efect o de la droga, se plant ean m ás agresivos y asert ivos
respect o de la fam ilia en especial con los progenit ores ( Gangher y Shugart ,
1966) . De est a m anera, se sient en aut ónom os individuados y libres, pero no lo
son, pues est as sensaciones y com port am ient os se dan sólo baj o el efect o de la
droga, sin ella “no son así”.

( b) Se plant ea que, al parecer, la droga pr oduce una suert e de experiencia sexual


( Chessick, 1960; St ant on y Todd, 1979) o bien dism inuye el im pulso sexual, lo
que act uaría com o una for m a de resolución para no encont rar una parej a que
ponga en cuest ión la perm anencia del adict o al int erior de la fam ilia.

( c) Exist e evidencia que plant ea que para el adict o prim a su fam ilia de origen por
sobr e la fam ilia de procr eación. St ant on y cols ( 1997) , plant ean que m uchos
adict os que se separan de sus esposas vuelven a sus fam ilias de origen, que
t ienden a elegir a est os por sobr e sus cónyuges cuando se t rat a de invit ar a
fam iliares a program as de t rat am ient o. Por ot ra part e la fam ilia de origen
ent rega un sut il m ensaj e acerca de que si el m at rim onio no funciona, siem pre
puede v olver a la casa de donde salió, lo que a la vez de ser un cariñoso apoyo
es t am bién un poder oso m ensaj e para v olver a su fam ilia de origen.

6HSDUDFLyQ\0XHUWH

Un últ im o elem ent o bast ant e sorpr endent e del m odelo de St ant on y cols ( 1997) se
refiere a la apar ent e paradoj a de que si bien las fam ilias no t oleran la idea de que el
adict o se separ e de la fam ilia, no ocurr e lo m ism o con la form a m ás radical de
separación que es la m uert e. Los aut ores plant ean:

“El t em or de est as fam ilias a la part ida del adict o o a las r elaciones ext ernas que pueda
cr ear el adict o, es decir el t em or a la separación, t iene ot ra caract eríst ica paradój ica. Al
t iem po que sufr e obst áculos para conect arse con ot r os, el adict o realiza una act ividad
pot encialm ent e m ort al, por ej em plo m ediant e una sobredosis de dr ogas. No obst ant e,
est a separación m áxim a, la m uert e, no despiert a el m ism o t err or que ot ros t ipos de
separación. La fam ilia parece ent ender que el deceso del adict o de algún m odo
preservará el sist em a o pat rón fam iliar. A cor t o plazo puede ocur rir así. Al m orir el
adict o, la int eracción t riádica aparent em ent e se disuelve, pero en realidad los
progenit ores est án unidos por la pesadum br e y pueden, una v ez m ás, concent rar su

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

at ención en el hij o. Al cont r ario de la adicción, sin em bargo, est a solución es sólo
t em poral. Hem os obser vado que los padres event ualm ent e descubren que los
conflict os conyugales conducen nuevam ent e a ( 1) la form ación de una nueva t ríada
( por ej em plo ot ro hij o con t endencia a la adicción, al suicidio u ot ras conduct as
problem át icas) o ( 2) la disolución de la relación conyugal. ”

Las siguient es descripciones de casos clínicos ilust ran las dinám icas fam iliares descrit as
hast a aquí. Los casos est án t om ados de Bar rient os ( 2000) .

 (OPDWULPRQLRLQYLVLEOH

5DIDHOXQREUHURGHODFRQVWUXFFLyQGHDxRVGHHGDGLQJUHVyDXQ3URJUDPD
GH7UDWDPLHQWRSRUVXFRQVXPRGHSDVWDEDVHGHFRFDtQD5HODWDTXHYLYHHQOD
FDVDGHVXVSDGUHVMXQWRFRQVXVGRVKHUPDQRV(ODVSHFWRItVLFRODYHVWLPHQWD\
HOOHQJXDMHGH5DIDHOOHGDQXQDVSHFWRJHQHUDOGHDGROHVFHQWHWDQWRDVtTXHDO
UHIHULUVH D pO HQ ODV VHVLRQHV GH VXSHUYLVLyQ ORV WHUDSHXWDV VXHOHQ XVDU HO
DSHODWLYRGH³PXFKDFKR´'XUDQWHHOGHVDUUROORGHXQDTXLQWDVHVLyQGHWHUDSLDD
ODTXHORDFRPSDxDVXPDGUH'RULVXQDPXMHUGHDxRVGXHxDGHFDVDVXUJH
XQDQWHFHGHQWHTXHVRUSUHQGHDOHTXLSRWHUDSpXWLFRGHELGRDTXHHVH VHJPHQWR
GH LQIRUPDFLyQ QR KDEtD DSDUHFLGR HQ DEVROXWR HQ ODV VHVLRQHV SUHFHGHQWHV OD
PDGUH VH TXHMD GH TXH 0DUFHOD OD HVSRVD GH 5DIDHO KDEtD OOHJDGR D OD FDVD
H[LJLHQGR SRGHU YHUOR VLWXDFLyQ TXH GHVHQFDGHQy XQD YLROHQWD GLVFXVLyQ YHUEDO
HQWUH HOOD \ OD PDGUH TXLHQ VH QHJDED D TXH 0DUFHOD WXYLHUD DFFHVR D 5DIDHO
DUJXPHQWDQGRTXHHVWDHUDXQDPDODLQIOXHQFLDSDUDVXKLMR\TXHHOODVHKDEtD
QHJDGR GHVGH HO SULQFLSLR DO PDWULPRQLR HQWUH DPERV /RV WHUDSHXWDV VH
VRUSUHQGHQ H LQGDJDQ PiV DFHUFD GHO PDWULPRQLR GH 5DIDHO \D TXH KDVWD HVH
PRPHQWRQRKDEtDVXUJLGRLQIRUPDFLyQDOJXQDDFHUFDGHTXH5DIDHOIXHUDFDVDGR
HVWH GDWR QR KDEtD DSDUHFLGR HQ ORV FRQWHQLGRV GH ODV HQWUHYLVWDV SUHYLDV \
WDPSRFR VH KDEtD LQIHULGR  SDUWLU GH OD LQWHUDFFLyQ GH 5DIDHO FRQ HO HTXLSR
WHUDSpXWLFR R OD LQWHUDFFLyQ GH 5DIDHO FRQ OD PDGUH IUHQWH DO HTXLSR 6XUJH OD
LQIRUPDFLyQGHTXH5DIDHOHVFDVDGRKDFHFLQFRDxRV\TXHWLHQHGRVKLMRVXQRGH
HOORV HQJHQGUDGR FRQ DQWHULRULGDG DO PDWULPRQLR pO FRPHQWD TXH GHVGH HO LQLFLR
GH VX UHODFLyQ H[LVWLy XQD WHQVLyQ HQWUH VX PDGUH \ VX HVSRVD SDUWLFXODUPHQWH
FHQWUDGD HQ HO KHFKR GH TXH OD PDGUH FRQVLGHUDED FRPR XQD PDOD LQIOXHQFLD D
0DUFHOD &RQ DQWHULRULGDG DO DFWXDO KDEtDQ H[LVWLGR RWURV GRV HSLVRGLRV GH
VHSDUDFLyQ WRGRV OLJDGRV D GLVFXVLRQHV YLROHQWDV RULJLQDGDV SRU HO FRQVXPR GH
GURJDV\TXHGHVHPERFDURQHQODVDOLGDGHpOKDFLDODFDVDPDWHUQDHOHSLVRGLR
GHVHSDUDFLyQDFWXDOOOHYDEDGRVPHVHVGHGXUDFLyQ'XUDQWHVXUHODWR5DIDHOVH
TXHMD HQ WRQR UHVLJQDGR GH TXH VX PDGUH QROH KDSHUPLWLGR HQ HVWH SHUtRGR
DFHUFDUVH D 0DUFHOD )UHQWH D HVWD REVHUYDFLyQ OD PDGUH UHVSRQGH
DLUDGDPHQWHTXHODVRSFLRQHVVRQFODUDVVL5DIDHOTXLHUHVHUDFHSWDGRHQODFDVD

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

PDWHUQD\D\XGDGRHQVXSURFHVRGHWUDWDPLHQWRGHEHVHSDUDUVHGHILQLWLYDPHQWH
GH 0DUFHOD VLQR GHEH VDOLU GH OD FDVD \ HQ WDO FDVR GHEH YpUVHODV VROR FRQ VX
SURFHVRGHWUDWDPLHQWR

 5H]DQGRSRUVXPXHUWH

 6HUJLR XQ MRYHQ GH  DxRV GH HGDG UHLQJUHVy D WUDWDPLHQWR DPEXODWRULR SRU
VX DGLFFLyQ DO FORUKLGUDWR GH FRFDtQD GHVSXpV GH  PHVHV GH KDEHU GHVHUWDGR
GH XQ LQWHQWR SUHYLR TXH LQFOX\y XQ SHUtRGR GH KRVSLWDOL]DFLyQ SDUD
GHVLQWR[LFDFLyQ (Q HVWH QXHYR LQWHQWR 6HUJLR HV DFRPSDxDGR FHUFDQDPHQWH
SRU VX PDGUH %UXQLOGD XQD GXHxD GH FDVD GH  DxRV GH HGDG TXLHQ KDEtD
VLGRPX\LQVLVWHQWHFRQHOHTXLSRWHUDSpXWLFRSDUDORJUDUHOLQJUHVRGHVXKLMRD
WHUDSLD'HVGHHOLQLFLRGHOWUDWDPLHQWR%UXQLOGDGHVWDFyFRPRDTXHOODSHUVRQD
GHO VLVWHPD IDPLOLDU D TXLpQ PiV OH SUHRFXSDED HO FRPSRUWDPLHQWR GH 6HUJLR
(OOD UHODWDED TXH HO UHVWR GH OD IDPLOLD WHQtD XQD DFWLWXG GH QR TXHUHU
LQYROXFUDUVH PiV FRQ ORV SUREOHPDV GH 6HUJLR GHVSXpV GH TXH VHJ~Q HOORV
KDEtDQDJRWDGRWRGDVORVUHFXUVRVSDUDKDFHUORGHVLVWLUGHOXVRGHODGURJD/DV
DFFLRQHVGH%UXQLOGDLQFOXtDQHVSHUDUORKDVWDDOWDVKRUDVGHODPDGUXJDGDVDOLU
D EXVFDUOR GH QRFKH D ORV OXJDUHV HQ TXH VH UHXQtD FRQ ORV DPLJRV FDQFHODU
DOJXQDVGHODVGHXGDVTXH6HUJLRFRQWUDtD\FXLGDUTXHHOUHVWRGHODIDPLOLDQR
IXHUDPX\VHYHUDFRQpOHQWUHRWUDVFRVDV(QQRSRFDVRFDVLRQHVHOUHODWRGH
%UXQLOGD LQFOXtD XQD H[SOtFLWD UHIHUHQFLD DO FDQVDQFLR TXH OH SURGXFtD HVWDU D
FDUJR GH VX KLMR 'XUDQWH HO WUDQVFXUVR GHO WUDWDPLHQWR DPEXODWRULR VH IXH
REVHUYDQGR TXH D SHVDU GH ORV HVIXHU]RV GHVSOHJDGRV SRU HO HTXLSR
WHUDSpXWLFR HO FRPSRUWDPLHQWR GH 6HUJLR SDVDED SRU DOWRV \ EDMRV TXH
GHVHPERFDEDQ LQHYLWDEOHPHQWH HQ OD SXHVWD HQ PDUFKD GH VX SDWUyQ GH
FRQVXPR HV GHFLU VH GHVDSDUHFtD OD QRFKH GHO YLHUQHV \ QR YROYtD D OD FDVD
VLQR KDVWD HO ViEDGR SRU OD WDUGH R OD QRFKH DJRWDGR \ FRQ JDQDV GH GRUPLU
(VWHSDWUyQLQFOXtDHOFRPSOHPHQWDULRGHODPDGUHTXHVHFDUDFWHUL]DEDSRUORV
HOHPHQWRV H[SXHVWRV PiV DUULED $QWH HVWH SDQRUDPD \ WUDV YDULRV LQWHQWRV
IDOOLGRVSRUPHMRUDUODVLWXDFLyQFRPHQ]yDVXUJLUHQHOHTXLSRWHUDSpXWLFRXQD
VHQVDFLyQ GH GHVD]yQ 6LQ HPEDUJR WUDV HO GHVDUUROOR GH DOJXQDV
LQWHUYHQFLRQHV TXH FRQVLGHUDURQ OD LQFOXVLyQ HQ WHUDSLD GHO UHVWR GH OD IDPLOLD
6HUJLRWXYRXQFDPELRQRWDEOHHQVXFRPSRUWDPLHQWRTXHLQFOX\yXQSHUtRGRGH
WUHV VHPDQDV GH DEVWLQHQFLD \ OD E~VTXHGD GH WUDEDMR MXQWR D VX SDGUH (O
HTXLSRWHUDSpXWLFRUHIRU]ySRVLWLYDPHQWHD6HUJLR\DODIDPLOLDHVSHFLDOPHQWH
D OD PDGUH TXLHQ FRPHQWy TXH GDED JUDFLDV SRUTXH HO FRPSRUWDPLHQWR GH
6HUJLR PRVWUDED VLJQRV GH FDPELR FRQIHVDQGR TXH HQ ORV ~OWLPRV GtDV HVWDED
UH]DQGR SDUD TXH \D TXH WRGRV VXV HVIXHU]RV UHVXOWDEDQ LQIUXFWXRVRV 'LRV

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

SHUPLWLHUD TXH 6HUJLR PXULHUD DQWHV TXH VHJXLU FRQ VX DFWXDO
FRPSRUWDPLHQWR

La im port ancia del com port am ient o adictivo en la m ant ención de la hom eost asis fam iliar
se expresa m uchas veces en un com port am ient o fam iliar que suele perplej izar a los
equipos t erapéuticos. Muchas veces las fam ilias parecen boicot ear los int ent os del
consum idor por salir de sus problem as con las drogas, m ient ras que en ot ras
oport unidades, las fam ilias parecen desarrollar t oda una serie de com port am ient os que
posibilit an, y en alguna m edida favorecen, el consum o de drogas de uno de sus
m iem bros. La aparent e insensat ez de est e com port am ient o fam iliar suele dej ar sin
respuest a a los t erapeut as sin form ación en int ervenciones fam iliares, lo que m uchas
veces lleva a apart ar a la fam ilia del t rat am iento en un int ent o ext rem o, aunque t orpe,
por cont rolar la sit uación.

Se espera que a est a alt ura de la exposición el profesional o t écnico pueda com prender
est os com port am ient os fam iliares dent ro del cont ext o de la m ant ención de la
hom eost asis fam iliar ( Barrient os, 2000) . Los esfuerzos que hace la fam ilia ( la m ayoría de
las veces no t ot alm ent e conscient es) por m ant ener su est ruct ura y organización le llevan
m uchas veces a colocar una im port ant e energía en la m ant ención de com port am ient os
útiles a ese propósit o. Desde est e punt o de vist a, la invit ación t erapéutica será siem pre a
investigar al servicio de qué est á el com port am ient o adictivo al int erior de la fam ilia. La
aclaración de aquello será un im port ant e punt o de partida de los esfuerzos t erapéuticos
por m odificar los pat rones int eraccionales que ayudan a la m antención de est e
com port am ient o.

Los siguient es dos ej em plos clínicos ilust ran la form a en que las fam ilias pueden
ent orpecer los int ent os t erapéuticos o cóm o parecen prom over la conduct a de consum o
de uno de sus m iem bros, en un int ent o por m antener la hom eost asis fam iliar.

 (OMRYHQTXHTXHUtDWUDWDPLHQWR\/DFROHFWDIDPLOLDU

-RUJHXQDGROHVFHQWHGHDxRVFRQVXOWDHQXQ&RQVXOWRULRGH$WHQFLyQ3ULPDULD
SRU VX FRQVXPR GH SDVWD EDVH GH FRFDtQD /D SULPHUD VRUSUHVD GHO HTXLSR
WHUDSpXWLFR UDGLFy HQ OD LQVLVWHQFLD GHPRVWUDGD SRU -RUJH HQ LQJUHVDU D XQ
SURJUDPD WHUDSpXWLFR OR TXH VH GHPRVWUDED HQ TXH pO VH SUHVHQWDED VROR HQ HO
&RQVXOWRULR HVSHUDQGR ODUJR UDWR SDUD SRGHU FRQYHUVDU FRQ DOJ~Q PLHPEUR GHO
HTXLSR WHUDSpXWLFR VLWXDFLyQ TXH VH UHSLWLy HQ YDULDV RSRUWXQLGDGHV \ TXH QR
UHSUHVHQWD HO SDWUyQ GH FRQVXOWD TXH PiV KDELWXDOPHQWH FDUDFWHUL]D D ORV
DGROHVFHQWHV HOORVPiVELHQVRQOOHYDGRVSRUVXVSDGUHVRSRUDOJ~QRWURIDPLOLDU
DFRQVXOWDU\HQJHQHUDOGHQRPX\EXHQDJDQD 7UDVXQDSULPHUDHQWUHYLVWDVH
OHVROLFLWyD-RUJHTXHLQYLWDUDDVXPDGUHSDUDODVLJXLHQWHVHVLyQ$ODVHJXQGD

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

VHVLyQ DVLVWLy OD PDGUH TXLHQ UHODWy HVWDU PX\ FDQVDGD GHO FRPSRUWDPLHQWR GH
-RUJHHQHOVHQWLGRGHTXHHVWHQRFXPSOtDFRQODVUHJODVGHODFDVDKDFLHQGRTXH
HOOD VH FDQVDUD HQ XQ MXHJR LQFHVDQWH SRU ORJUDU LQIUXFWXRVDPHQWH TXH -RUJH
FRUULJLHUD VX FRPSRUWDPLHQWR /D KLVWRULDGHO FRPSRUWDPLHQWR GH -RUJH LQFOXtD HO
KHFKR GH TXH PRWLYDGR SRU VXV SUREOHPDV DFDGpPLFRV GHFLGLy QR DVLVWLU PiV D
FODVHVHQVXHVFXHOD8QDYH]TXHODPDGUHVHGLRFXHQWDTXHVXKLMRQRDVLVWtDD
FODVHVFHUFDGHXQPHVGHVSXpVGHTXHHVWHDEDQGRQyODHVFXHODLQLFLyXQDODUJD
EDWDOOD FRQ ORV GLUHFWLYRV GHO FROHJLR LQWHQWDQGR UHLQWHJUDU D -RUJH D ODV FODVHV
UHJXODUHV VLWXDFLyQ TXH IXH WHUPLQDQWHPHQWH SURKLELGD SRU ODV DXWRULGDGHV
HVFRODUHV (Q HO LQWHUWDQWR -RUJH VHJXtD FRQVXPLHQGR GURJDV VLWXDFLyQ TXH OD
PDGUHGHVFRQRFtDKDVWDGRVPHVHVDQWHVGHODIHFKDGHODHQWUHYLVWDGXUDQWHOD
FXDO -RUJH UHSURFKDED D VX PDGUH OD IDOWD GH DSR\R TXH HVWD OH HQWUHJDED /D
KLVWRULDGHOFDVRFRQWLQXDEDFRQORVLQWHQWRVGH-RUJHSRUGHMDUGHFRQVXPLU\SRU
LQJUHVDUDXQSURJUDPDGHFDSDFLWDFLyQODERUDOHQFDUSLQWHUtD RSFLyQDODTXHpO
OHGDEDXQDFRQQRWDFLyQWHUDSpXWLFDHQUHODFLyQDVXFRQVXPR DOTXHVHJ~QpO
LQJUHVy VLQ HO DSR\R GH OD PDGUH SDUD WUDHU ORV SDSHOHV QHFHVDULRV SDUD VX
LQVFULSFLyQ8QDYH]TXHODPDGUHVXSRTXHVXKLMRSDUWLFLSDEDGHHVWHSURJUDPD
OR UHWLUy DUJXPHQWDQGR TXH HUD SHOLJURVR TXH pO PDQLSXODUD KHUUDPLHQWDV
FRUWDQWHVVLFRQVXPtDGURJDV/DVHVLyQFXOPLQyFRQXQDFRQQRWDFLyQSRVLWLYDGHO
FDQVDQFLRGHODPDGUHIUHQWHDHVWHKLMRTXHOHGDEDWUDEDMR\FRQXQDIHOLFLWDFLyQ
UHVSHFWRGHVXKLMRTXHKDFtDHVIXHU]RVSRUVDOLUGHVXFRQVXPRGHGURJDV

$OJXQDVVHVLRQHVPiVWDUGH-RUJHUHFD\yHQHOFRQVXPRGHVSXpVGHXQSHUtRGR
GH GRV PHVHV VLQ FRQVXPLU DQWH OR FXDO OD PDGUH VH SUHVHQWy PX\ DLUDGD D OD
VHVLyQGLFLHQGRTXHQRDSR\DUtDPiVDVXKLMRHQODWHUDSLD\TXHORUHWLUDUtDGHOD
PLVPD \D TXH KDEtD GHPRVWUDGR QR VHU FDSD] GH PDQWHQHU XQ SHUtRGR GH
DEVWLQHQFLD



'XUDQWH XQD VHVLyQ IDPLOLDU GLYHUVRV PLHPEURV GH OD IDPLOLD GH 6HUJLR XQ
SDFLHQWHHQWUDWDPLHQWRFRQXQDGLItFLOKLVWRULDGHPDQWHQFLyQGHODDEVWLQHQFLD
UHODWDQ XQD VLWXDFLyQ GH ViEDGR SRU OD QRFKH HQ TXH 6HUJLR FRPHQ]y D
VROLFLWDUOHV D FDGD XQR SRU VHSDUDGR XQD FDQWLGDG GH GLQHUR TXH QHFHVLWDED
VHJ~Q GHFtD SDUD SDJDU XQD GHXGD TXH WHQtD FRQ XQD DPLJR $ SHVDU GH TXH
HVWDHVFHQDRFXUUtDXQViEDGRSRUODQRFKHPXFKRVPLHPEURVGHODIDPLOLDOH
HQWUHJDURQ SRU VHSDUDGR D 6HUJLR XQD FDQWLGDG GH GLQHUR TXH VXPDGD
DOFDQ]DED ORV   )UHQWH D OD SUHJXQWD GH ORV WHUDSHXWDV DFHUFD GH
SRUTXpKDEtDQKHFKRHVWROD~QLFDUHVSXHVWDTXHODIDPLOLDGLRIXHTXH6HUJLR
VH YROYtD PX\ PROHVWR FXDQGR UHTXHUtD GLQHUR \ TXH SRU OR GHPiV VL pO WHQtD
XQDGHXGDHUDQHFHVDULRTXHODFDQFHODUDORDQWHVSRVLEOH)UHQWHDODSUHJXQWD

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

GH ORV WHUDSHXWDV GH VL D DOJ~Q PLHPEUR GH OD IDPLOLD VH OH KDEtD RFXUULGR
SHQVDUGDGRHOPRPHQWRHQTXHRFXUUtDHOHYHQWRHQTXHHVWHGLQHURSRGtDVHU
XWLOL]DGRSDUDODFRPSUDGHGURJD FRPRRFXUULy WRGRVFRLQFLGLHURQHQTXHHQ
HOPRPHQWRGHHQWUHJDUHOGLQHURQRSHQVDURQHQHVDSRVLELOLGDGVLQRPiVELHQ
HVWDEDQ FRQFHQWUDGRV HQ TXH 6HUJLR QR VLJXLHUD PROHVWiQGRORV FRQ VX
LQVLVWHQFLD

Si bien el t rabaj o de St ant on y cols ( 1997) es clar o al est ablecer pat rones
int eraccionales que se expresan en fam ilias con un m iem bro dependient e a sust ancias,
exam inarem os los apor t es de ot r os aut or es que enriquecen la m irada r espect o de la
int eracción fam iliar en est e t em a.



'HVFULSFLyQ7ULJHQHUDFLRQDO

Cirillo y cols. ( 1999) plant ean un punt o de vist a de la dinám ica fam iliar en fam ilias con
un m iem bro dependient e a sust ancias que incluye a t r es generaciones fam iliares y que
insinúa la et iología del consum o, en alguna m edida, en la int eracción fam iliar.

Cirillo y cols. ( 1999) com enzaron por pr egunt arse si acaso, en la m uest ra de casos de
fam ilias con m iem bros dependient es que ellos habían at endido en I t alia se verificaban
las obser vaciones hechas en varios est udios pr evios respect o de la relación,
part icularm ent e apegada y consent ida, ent re la m adre del adict o y su hij o.
Específicam ent e se pregunt aban si, com o podría pensarse, el hij o adict o habría sido
siem pre un “niño de m am á” o si en la t em prana infancia del hij o que luego se
conv ert iría en dependient e a sust ancias, exist ía ot r o pat r ón int eraccional con la m adre.
Los hallazgos que obt uv ieron fuer on inquiet ant es.

La r evisión de las hist orias clínicas de sus pacient es, enriquecida con ent r evist as a
ot r os m iem bros significat ivos de sus fam ilias ( por ej em plo abuelos) , r ev elaron que en
general est as m adr es habían est ado poco pr esent es con sus hij os en la infancia, los
hij os habían sido criados en general por los abuelos y est os consideraban a las m adres
com o poco adecuadas para desarr ollar las funciones de asist encia de sus hij os.

Est e hallazgo llevó a los invest igador es a pr egunt arse cóm o había sido la paut a de
crianza de los propios padres del hij o dependient e a sust ancias, llegando a la
conclusión de que t ant o el padre com o la m adre sost enían conflict os con sus pr opias
fam ilias de origen, conflict os que no habían logrado ser r esuelt os ant es del
m at rim onio.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Específicam ent e, las m adres no habían recibido de part e de sus propias m adres
sat isfacción respect o de sus necesidades afect ivas profundas, generando el ellas una
necesidad de dependencia, de com pensación afect iva y de reconocim ient o. En m uchos
casos, est as m adr es habían dej ado de lado sus funciones de crianza, dej ando sus hij os
al cuidado de sus m adres ( las abuelas) y est ablecían relaciones m at rim oniales
deficient es y débiles, lo que, en opinión de los aut ores, daba lugar a la generación de
una WUtDGDSDWRJpQLFDWUDQVJHQHUDFLRQDO ( que involucra al hij o, la m adre y la abuela) .

De est e m odo, la m adre en la prim era infancia de su hij o est á em peñada en conflict os
em ocionales con su pr opia m adre y desar rollaba las funciones de at ención de su hij o
en un clim a de escasa serenidad int erior y de una m anera sólo DSDUHQWHPHQWH
DGHFXDGD ( socialm ent e adecuada) , per o en r ealidad em ocionalm ent e dist ant e y
afect ivam ent e deficient e.

Los padres, por su par t e, par ecían haber sido obj et o de lo que Cirillo y cols. ( 1999)
denom inan “adult ización prem at ura” es decir, los padres habían sido forzados a
desarr ollar t em pranam ent e roles adult os dado que sus propios padres est aban
ausent es o sus cuidados eran evident em ent e inadecuados. Est a sit uación desem bocaba
en una suert e de “incom pet encia” para desar r ollar su r ol de padres debido a la falt a de
em pat ía que les generaba sus experiencias t em pranas y específicam ent e el no haber
pasado por le et apa de la adolescencia.

Con est os elem ent os com o base y agr egando obser vaciones r espect o del curso de la
vida fam iliar en sus pacient es, Cirillo y cols. ( 1999) elaboraron un m odelo de
ent endim ient o de la relación ent re dinám ica fam iliar y dependencia a sust ancias,
caract erizado com o sigue:

( a) El padre se dist ancia de la propia fam ilia de origen dem asiado


prem at uram ent e y sólo de m anera apar ent e.

( b) La m adre no se dist ancia nunca, perm aneciendo dependient e de la relación


con la propia m adr e ya sea concr et a o em ocionalm ent e.

( c) Las dificult ades de dist anciam ient o de los padres cr ean una unión
m at rim onial fundada en el int ent o de replicar y resolver los t em as
pendient es r efer ent es a las respect ivas fam ilias de origen ( el m andat o
fam iliar ent onces es “no voy a ser igual que m i m adre ( padr e) ”)

( d) El nacim ient o de un hij o r epr esent a la posibilidad de redefinir el rol padre-


hij o en relación a la propia fam ilia de origen. La m adre, en posición de

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

dependencia de la propia m adre at iende a su hij o de m anera inciert a y sólo


aparent em ent e adecuada, m ient ras que el padre est á afect ivam ent e fuera
de r ol, el que es ocupado por los abuelos m at er nos.

( e) La adolescencia del hij o es un período t raum at izador para los padres, por lo
que el adolescent e no es sost enido en sus t ensiones evolut ivas.

( f) El uso de drogas se conviert e en una DXWRWHUDSLD, para afront ar las


desilusiones y los rigores de una infancia llena de privaciones y de un
m odelo de crecim ient o no querido, y a la vez en un vehículo de prot est a
respect o de las num er osas exigencias de afect o y cuidado “en deuda” por
part e de los padres.

Cirillo y cols. ( 1999) ordenan est os elem ent os en una secuencia de et apas que
coinciden genéricam ent e con las et apas de desar rollo del ciclo vit al de la fam ilia. De
est a m aner a, describen que el desarr ollo m ás fr ecuent e de un fut ur o dependient e a
sust ancias y su fam ilia pasa por las siguient es et apas:

3ULPHUD(WDSDODVIDPLOLDVGHRULJHQ

Lo que t ípicam ent e le ocurr e al padre es que es prem at uram ent e “adult izado” debido a
la falt a de una relación con el propio padre, que est aba ausent e, o era incom pet ent e o
excesivam ent e rígido, sin que su m adr e haya reconocido los esfuerzos hechos por él
para sust it uir las funciones de su padr e en la fam ilia.

La m adre del dependient e a sust ancias con frecuencia aparece paralizada en una
relación conflict iva con su pr opia m adre.

6HJXQGD(WDSD/DSDUHMDSDWHUQD

La par ej a se const it uye m ot ivada básicam ent e por la “prom esa afect iva” que ofr ece el
cónyuge que se v e com o un inst rum ent o par a sat isfacer las propias necesidades de
realización social o de em ancipación respect o de la fam ilia de origen. Dichos deseos
serán am pliam ent e sat isfechos a t ravés de la parej a, pero sin m odificar la orient ación
em ocional predom inant e de los dos que sigue cent rada en la fam ilia de origen y no da
lugar a un verdader o int er cam bio ínt im o ent re los cónyuges.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7HUFHUD(WDSDUHODFLyQPDGUHKLMRHQODLQIDQFLD

La calidad de la relación m adre- hij o en la infancia es t al que t iene efect os de privación


y car encia sobre el niño r espect o de sus necesidades afect ivas prim arias. El cuidado
present a caract eríst icas de aparent em ent e adecuado, es decir al est ar concent rada en
una relación em ocional diferent e a la que t iene con el hij o ( habit ualm ent e con su
m adre) la m adre realiza las funciones de crianza de m anera aparent em ent e
inobj et able, pero en realidad lo que busca es la adecuación social ( que las personas la
vena com o una “buena m adre”) y la confirm ación de sus padres. Est e m odo de
com port am ient o hace im posible que el hij o t enga conciencia del daño sufrido ( dado
que la m adre lo hace aparent em ent e im pecable) .

Por ot ro lado, ya que el padre t am poco est á t ot alm ent e at ent o a las necesidades del
hij o y es per cibido com o “ausent e”, concent rado habit ualm ent e en su t rabaj o, no hay
un t ercer o que rev ele lo inadecuado de la crianza de la m adr e.

&XDUWD(WDSDODDGROHVFHQFLD

Habit ualm ent e la m adre r eacciona ant e los nuevos com port am ient os del hij o que
reclam a m ayor aut onom ía con una dem onización de los cam bios inherent es a la
adolescencia. El hij o, por lo t ant o, int uye, aunque parcialm ent e, la cont radicción del
com port am ient o de la m adr e que se dem uest ra incapaz de t ransform ar su
com port am ient o de crianza. Est a rigidez se vuelve reveladora de la real nat uraleza de
la relación: la m adre no r econoce las exigencias evolut ivas del hij o, sino que sólo lo
acept a com o hij o- niño fácilm ent e subyugable, t ransfiriendo al hij o los conflict os no
resuelt os con su pr opia m adre.

En est a et apa la t om a parcial de conciencia del hij o no es suficient e com o para


desencadenar un com port am ient o sint om át ico, cont r olado t am bién por ot ros act or es
com o la escuela u ot ros parient es. El adolescent e com enzará a desviar la ira que
genera la m adre y aparecerán com port am ient os de oposición y/ o negat ivos com o
fracasos escolares, experim ent ación con drogas y alcohol, conduct as v iolent as, et c.

4XLQWD(WDSDHOSDVRDOSDGUH

El adolescent e sient e la falt a del padre. Al sent ir que la m adre lo presiona en una
dim ensión infant ilizador a, el hij o se vuelve cada vez m ás react ivo y por lo t ant o t rat a
de desplazarse hacia el padre, m ovido por la necesidad de un r econocim ient o de la
legit im idad de los propios sent im ient os relat ivos a la inadecuación m at erna y de sus

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

propios der echos de individuación, per o est e m ovim ient o no t iene éxit o: en general el
padre r echaza al hij o ( a m enudo porque lo sient e m ás hij o de la esposa y la suegra
que de él) o lo acoge de m odo inst rum ent al para luego abandonarlo o bien lo acoge
ut ilizando est rat egias no m uy diferent es a las usadas por la m adre.

Est a ausencia del padre son las últ im as condiciones para un encuent ro con las dr ogas.

6H[WD(WDSDHOHQFXHQWURFRQODVGURJDV

La experiencia con las dr ogas ayuda al adolescent e a m it igar quím icam ent e el
sufrim ient o al que est á expuest o product o del clim a fam iliar y del abandono en que se
encuent ra dent r o de la fam ilia.

6pSWLPD(WDSD/DVHVWUDWHJLDVEDVDGDVHQHOVtQWRPD

Los com port am ient os post erior es al descubrim ient o de la dependencia cont ribuyen a
cr onificarla. La m adr e evit a la depresión y las crisis enfat izando su cuidado
infant ilizador hacia el hij o, el padre sigue act uando débilm ent e y el hij o expr esa en el
sínt om a de consum o de drogas la única posibilidad de aut onom ía y de expr esión de su
agresividad.

Las descripciones de Cirillo y cols. ( 1999) , part icularm ent e las relat ivas a las dinám icas
fam iliares en la últ im a et apa guardan una cer canía not able con las descripciones
hechas por St ant on y cols ( 1997) que exam inam os m ás ar riba, ya que finalm ent e
parece describirse un conflict o t riádico ent re la m adr e el padre y el hij o, o ent r e la
m adre, la abuela y el hij o y parece ot orgársele al com port am ient o adict ivo funciones
que enfat izan la caract eríst ica de la pseudoindividuación.

Cirillo y cols. ( 1999) , a diferencia de St ant on y cols ( 1997) , no se quedan en una


descripción de los fact or es del pr esent e que influyen en el m ant enim ient o de del
consum o de dr ogas, sino que van m ás at rás buscando los orígenes de aquello en la
relación con las generaciones ant erior es.

Desde el punt o de vist a de est e t rabaj o las ideas de Cirillo y cols. ( 1999) perm it en
am pliar la m irada respect o de las dinám icas fam iliares y t raen a la m ano a un act or de
gran relevancia y que los t erapeut as suelen dej ar de lado debido a la for m a en que se
present a la dem anda en los cent r os de at ención: el padre y su rol dent ro de la fam ilia.
Com o se v erá m ás adelant e, una suger encia t erapéut ica relevant e es no olvidar al
padre dent r o del cont ex t o de la t erapia y t raerlo a la m ano de las form as m ás cr eat ivas

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

posibles, ya que, com o m uchas veces en la fam ilia, él suele ser el gran ausent e en la
t erapia.

Ot r os aut or es que aluden a una suert e de int ercam bio generacional relevant e par a el
ent endim ient o de la dinám ica fam iliar, en fam ilias con un m iem bro con problem as con
sust ancias, son St einglass y cols. ( 1993) en su m uy int eresant e t rabaj o acerca de lo
que denom inaron la Fam ilia Alcohólica

(OGHVDUUROORGHXQDLGHQWLGDGGHIDPLOLDGHSHQGLHQWHDVXVWDQFLDV

En su brillant e t rabaj o, St einglass y cols. ( 1993) elaboran una elegant e descripción


acerca de las et apas vit ales por las que t ranscurr e la vida fam iliar t om ando, com o se
vio en el Capít ulo 1, a la fam ilia com o una unidad. En su t rabaj o, hacen ext ensible
aquellas descripciones a las et apas por las que pasa una fam ilia con un m iem bro
dependient e a sust ancias, específicam ent e, un m iem bro dependient e al alcohol.

Lo r elevant e para nuest ro t rabaj o es la dist inción ofr ecida por St einglass y cols. ( 1993)
en orden a que, en el t ranscurso de su desar rollo evolut ivo, las fam ilias pueden
adquirir una ident idad de fam ilias dependient es a sust ancias, es decir int roducir en sus
com port am ient os fam iliares de m anera definida, perm anent e y cr ónica el
com port am ient o adict ivo invadiendo al conj unt o de los m iem bros de la fam ilia y sus
for m as de relación.

Los hallazgos de est os aut ores est án t am bién relacionados con un fenóm eno bast ant e
conocido: la herencia t ransgeneracional del alcoholism o, es decir una t endencia a que
los hij os de padr es alcohólicos sean a su v ez t am bién alcohólicos.

Salvando en est e apart ado la discusión acerca de si en est a her encia prim an m ás los
aspect os genét icos o am bient ales, el aport e de St einglass y cols. ( 1993) se basa en la
descripción de las t areas del desarr ollo ev olut ivo de las fam ilias, t al com o se vio en el
Capít ulo 1. De est a m anera, com o se recordar á, una de las funciones básicas de las
fam ilias en su prim era et apa de desar rollo es la de const it uir una ident idad fam iliar
t om ando com o “m at erial” para ello los elem ent os que se t raen desde las propias
fam ilias de origen. El punt o crucial en relación a nuest r o t em a es qué hacer cuando
aquel “m at erial” proviene de una fam ilia alcohólica ( o dependient e a sust ancias) , ¿se
incluye esos pat rones de com port am ient o com o alt ernat ivas válidas en la int eracción
de la nueva fam ilia?.

El dilem a no es fácil de resolver porque, adem ás de no ser claram ent e conscient e,


involucra r esolver las com plej as relaciones con las fam ilias de origen y negociar
act it udes frent e al t em a las que pueden result ar com plej as y difíciles de abordar, por

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ej em plo, ¿se t endrá acceso ilim it ado a la fam ilia de origen definida com o alcohólica?, o
se lim it ará el acceso a ocasiones en las que no exist e riesgo de com plicaciones. De la
m ism a m anera, al desarr ollar sus valores, cr eencias y reglas de conduct a com part ida,
¿lo harán según el m odelo de la fam ilia alcohólica o el de la fam ilia que no lo es?

Según St einglass y cols. ( 1993) una de las opciones de la nueva fam ilia en est e punt o
es const it uir una ident idad de fam ilia alcohólica ( ot ras serían no ser una fam ilia
alcohólica o quedar en un punt o int erm edio de poca claridad) en la que los rit uales
fam iliares, la act it ud hacia el consum o y la form a de resolver los conflict os son
m odelados, de m aner a im plícit a según los ant ecedent es de la fam ilia de origen
alcohólica, incluyendo t odos est os com port am ient os dent r o de las for m as habit uales de
com port am ient o fam iliar.

Adquirir una ident idad de fam ilia alcohólica ( o dependient e a sust ancias) significa para
St einglass y cols. ( 1993) que t odos los m iem bros de la fam ilia act úan los dist int os
roles que les cor responden en un pat rón que es pr edecible para t odo el sist em a
fam iliar y que queda ar r aigado en su form a de com port am ient o habit ual.

Est a pr edict ibilidad del com port am ient o fam iliar en su conj unt o es una de las
caract eríst icas de la segunda fase de desar rollo de la fam ilia que, com o vim os en el
Capít ulo 1, corr esponde a la fase que puede describirse com o vida fam iliar
propiam ent e t al.

El ej em plo clínico que ent regan St einglass y cols. ( 1993) corr esponde a una m uj er,
que r ecordaba que cuando ent raba a su casa el fin de sem ana y v eía una bot ella
sem ivacía, indicador de que el padr e había bebido y que cont inuaría haciéndolo el rest o
del fin de sem ana, ella ent raba en “pilot o aut om át ico”, lo que significaba que su
com port am ient o y el de la fam ilia cam biaba: se r efugiaba en su pieza concent rada en
sus cosas y r ogando que nadie viniera a visit arla a la casa, m ient ras el rest o de los
m iem bros de la fam ilia hacía lo m ism o, no se sent aban j unt os a com er com o lo hacían
habit ualm ent e en sit uaciones de sobriedad, sino que t odos t om aban sus plat os y
com ían en sus habit aciones. Cuando habían discusiones ella t rat aba de quedar se al
m argen, pero m uchas veces se involucraba en las m ism as a pesar de que sabía que
eran discusiones incoherent es.

Respect o de est e caso, St einglass y cols. ( 1993) dest acan que la capacidad de la
pacient e de act uar en “pilot o aut om át ico” y saber qué era lo que cada m iem bro de la
fam ilia haría en caso de que uno de sus m iem bros com ience a beber, es un indicador
de que la fam ilia com o un conj unt o act úa alcohólicam ent e, es decir, la fam ilia com o un
t odo m odifica su com port am ient o t ransform ando el consum o y los cam bios de

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

com port am ient o asociados en un pat rón est able y predecible. En est e sent ido, la
fam ilia ha adquirido una ident idad de fam ilia alcohólica ( o dependient e) .

A est a alt ura queda pendient e ot ra pregunt a crucial: si bien la fam ilia ha int roducido
est e pat rón de com port am ient o y puede predecirlo ¿porqué lo m ant iene si
evident em ent e a un nivel, le genera dolor?. La respuest a de St einglass y cols. ( 1993)
hace nuevam ent e énfasis en el concept o de hom eost asis fam iliar. Ellos plant ean que
est e com port am ient o se m ant iene porque ayuda a la fam ilia a resolver pr oblem as de
im port ancia para ellos, por ej em plo form as de int ercam bio em ocional, problem as
sexuales, pr oblem as con los vecinos, et c. los que no pueden r esolver se en est ado de
sobriedad. De est a m anera, la fam ilia cree, según los aut ores, que el consum o les
ayuda a desar r ollar una serie de com port am ient os que en ot r o m om ent o no son
posibles de im plem ent ar.

Los est udios St ant on y cols ( 1997) , Cirillo y cols. ( 1999) y St einglass y cols. ( 1993)
present ados en est e capít ulo const it uyen abordaj es alt am ent e fundam ent ados en
m at erial clínico y de invest igación y repr esent an probablem ent e los abordaj es m ás
com plet os, com pr esivos y coherent es r espect o del rol que cum ple la fam ilia en el
origen y la m ant ención de la conduct a adict iva.

/D +RPHRVWDVLV )DPLOLDU FRPR XQD KLSyWHVLV RULHQWDGRUD GHO WUDEDMR FRQ
IDPLOLDVFRQXQPLHPEURFRQSUREOHPDVGHGURJDV

Hast a est e punt o hem os abordado la relación ent re la dinám ica fam iliar y la
dependencia a sust ancias desde t r es perspect ivas que ponen énfasis en diferent es
aspect os del fenóm eno y de las r elaciones ent re los m iem bros de la fam ilia. Sin
em bargo, los t res abordaj es confluyen en un m ism o punt o: el com port am ient o
adict ivo, es decir el consum o de sust ancias m ás t odos los com port am ient os
individuales y fam iliares asociados, cum ple una función en la m ant ención del equilibrio
de la fam ilia. Para St ant on y cols ( 1997) esa función est á al servicio de la superación
de la t ensión ent re los padres, para Cirillo y cols. ( 1999) el consum o es una suert e de
aut om edicación que ay uda al adolescent e y a su fam ilia a enfrent ar de una m anera
paradój ica los dolores y dificult ades surgidas a raíz de una crianza poco nut ricia, para
St einglass y cols. ( 1993) la fam ilia m ant iene el consum o de alcohol en su int erior
porque ident ifica problem as o sit uaciones que se pueden enfrent ar sólo cuando uno de
sus m iem br os se ha consum ido.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

La perspect iva de est e t rabaj o coincide con t ales post uras. En part icular, propone que
HOFRPSRUWDPLHQWRDGLFWLYRFRQVWLWX\HXQVtQWRPDTXHSURWHJHHOHTXLOLEULRGH
ODIDPLOLD\DSRUWDDODPDQWHQFLyQGHODKRPHRVWDVLVIDPLOLDU.

Creem os que sólo de esa m anera puede ent enderse porqué las fam ilias gast an t ant a
energía generando una serie de conduct as aparent em ent e cont radict orias con los
obj et ivos que las llevan a consult ar o que en ot ras oport unidades parezcan oponerse
francam ent e al proceso t erapéut ico en el que han confiado el cuidado de uno de sus
m iem bros.

Lo que el profesional o t écnico que int ervenga con fam ilias debe buscar HVODIXQFLyQ
FRQFUHWD TXH HVH FRPSRUWDPLHQWR DGLFWLYR RIUHFH SDUD FDGD IDPLOLD HQ
SDUWLFXODU.

Las funciones que est e com port am ient o cum plirá variarán t ant o com o varían las
fam ilias que consult an, no siem pr e se r eferirán a padr es t ensionados en sus relaciones
o a adolescent es dolidos con sus padr es, sin em bargo, Vt VH UHIHULUi HQ WRGDV ODV
RFDVLRQHV D DOJXQD FLUFXQVWDQFLD UHDO R SRWHQFLDO TXH GHVGH HO SXQWR GH YLVWD GH ORV
PLHPEURVGHODIDPLOLDSRQHHQULHVJROD³LQWHJULGDG´IDPLOLDU.

El siguient e caso clínico dará un ej em plo r espect o de est e punt o.

(O*XDUGLiQGHOD)DPLOLD

Se pr esent a una t ranscr ipción de la prim era sesión realizada con la fam ilia de Rodrigo,
un adolescent e consum idor de PBC.

&RQVXOWDQ$QJpOLFD  PDPiGHO3DFLHQWH,QGLFH5REHUWR  SDSiGHO3,
GH QDFLRQDOLGDG DUJHQWLQD /XLV   KHUPDQR GHO SDFLHQWH tQGLFH \ 5RGULJR
 SDFLHQWHtQGLFH

(QHOPRPHQWRGHODFRQVXOWDORVFXDWURPLHPEURVGHODIDPLOLDYLYHQMXQWRV

)tVLFDPHQWHWRGRVVRQSHUVRQDVGHDVSHFWRItVLFRVDOXGDEOHUHODWLYDPHQWHDOWRV
\ GH XQD DSDULHQFLD DJUDGDEOH 'HVWDFD TXH WRGRV ORV PLHPEURV GH OD IDPLOLD
H[FHSWR5RGULJRVHYLVWHQGHPDQHUDIRUPDOPX\RUGHQDGRVHQVXYHVWLPHQWD
\ DVHR /XLV HV SDUWLFXODUPHQWH RUGHQDGR \ IRUPDO 5RGULJR HQ FDPELR
PXHVWUDXQHVWLORFODUDPHQWHGLIHUHQWHFRQURSDGHHVWLORWUDVKHUFRQFDGHQDV
ERWRWRVSHORODUJRPXxHTXHUDV\UHODWLYDPHQWHGHVDVHDGR


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

(O WHUDSHXWD LQLFLD OD VHVLyQ SUHJXQWDQGR D FDGD XQR FyPR VH OODPD D TXp VH
GHGLFDQ\VLYLYHQMXQWRVRQR

&DGD PLHPEUR GH OD IDPLOLD UHVSRQGH $QJpOLFD HV GXHxD GH FDVD SHUR DKRUD
~OWLPRVHKDGHGLFDGRDODYHQWDGHMR\DVSRUTXHODVLWXDFLyQHFRQyPLFDGHOD
IDPLOLD KD HVWDGR UHODWLYDPHQWH PDOD 5REHUWR KD WHQLGR XQD YDULHGDG GH
SUR\HFWRV GH WUDEDMR H LQYHUVLyQ TXH QR KDQ UHVXOWDGR GHO WRGR SRU HMHPSOR
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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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VHJXLULJXDOFRPRVR\«

En est e caso, la función del consum o y del com port am ient o de consum o par ece obvia
en relación a la m ant ención del equilibrio de la fam ilia. Rodrigo se ofr ece com o el chivo
expiat orio de la fam ilia, t odo en él es diferent e y llam a la at ención, la form a en que se
vist e, el lenguaj e que usa, los problem as que causa et c. Tiene un gran poder al int erior
de la fam ilia, con su com port am ient o logra r ecom ponerla t rayendo de vuelt a al padre
desde Argent ina y obligándolo a posicionarse en su r ol, cuidando de est a m anera que
la fam ilia ret om e su cauce y no se quiebre con uno de los padres fuera del país. La
insist encia de Rodrigo en m ant enerse sin cam bios par ece insinuar que la t area no est á
com plet a y que debe cont inuar en su rol por un t iem po.

Est e ej em plo clínico int ent a r esalt ar lo que se ha com ent ado hast a el m om ent o en el
sent ido de que aquello que los t erapeut as deben buscar son las funciones del sínt om a
asociadas a la m ant ención de la hom eost asis fam iliar.

Al finalizar est e capít ulo surge una pregunt a que a nuest ro j uicio es relevant e
cont est ar.







I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


¢6RQVLQyQLPRVOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU
\HOWUDEDMRVREUHOD&RGHSHQGHQFLD"

Com o se deduce de los ant ecedent es pr esent ados, las relaciones ent re dinám ica
fam iliar y dependencia a sust ancias const it uyen relaciones ricas y com plej as ( aunque
no por eso poco abordables) que involucran al conj unt o de la fam ilia. Aludiendo a ello
es que est e t rabaj o asum e una post ura definida en relación a un concept o m uy
ut ilizado en la lit erat ura especializada: la &RGHSHQGHQFLD.

Algunas definiciones o descripciones ut ilizadas en la lit erat ura respect o de la


Codependencia son:

“Trast orno individual específico, configurador de la ident idad del individuo,


caract erizado por un int enso t em or al abandono ( exclusión o descalificación) y un girar
en t orno a ot r o. De génesis int eraccional, surge fr ent e a una respuest a fam iliar
disfuncional ( cent rífuga) , ant e un det erm inado t rast orno de ot ro de sus m iem br os”
( Coddou y Chadwick, 1994) .

“Los que sufren co- dependencia se adent ran com pulsiva y obsesivam ent e en los
problem as del adict o hast a el punt o de que su conduct a queda alt erada y dism inuye su
calidad de vida. El adicto prim ario es adict o a las drogas, m ient ras que el coadict o o el
codependient e es adict o a los problem as del adicto” ( Washt on, 1995) .

Si bien sería insensat o pret ender que los sufrim ient os de los m iem bros del sist em a
fam iliar no tienen una concreción que se expresa individualm ent e en cada uno de ellos,
en nuest ra opinión, poner est e énfasis en el aspect o individual ( y lineal) respect o de est os
problem as, com o lo hacen est as definiciones- descripciones de codependencia, oscurece la
percepción respect o de los com plej os equilibrios que el sist em a fam iliar pone en j uego
com o conj unt o frent e al com port am ient o adictivo.

Es opinión de est e t rabaj o que no es lo m ism o int ervenir individualm ent e con los
fam iliares codependientes, que desde un enfoque fam iliar, que es el que se propone en
est e t rabaj o, ya que est e prim er abordaj e tiende a sobre sim plificar lo fenóm enos
observados en las fam ilias y m uchas veces a hace incom prensibles algunos
com port am ient os que abarcan m ás allá del m iem bro de la fam ilia calificado com o
codependient e.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
(ILFDFLDGHOD7HUDSLD)DPLOLDUHQHO7UDWDPLHQWRGH
'HSHQGLHQWHVD6XVWDQFLDV

En su int eresant e y bien docum ent ado est udio, Girón y cols. ( 2002) hacen una revisión
de m et a- análisis respect o de la utilidad de la t erapia fam iliar en los t rat am ient os de
personas con problem as de drogas.

Un est udio de m et a- análisis significa una revisión sist em ática y conj unt a de las
publicaciones sobre eficacia de int ervenciones clínicas aparecidas en diferent es m edios
científicos en un det erm inado período de tiem po. Girón y cols. ( 2002) analizaron t oda la
lit eratura disponible en el t em a de eficacia de t erapia fam iliar publicada en los últim os 15
años. Muchas de las publicaciones analizadas se referían a su vez a análisis de ot ras
publicaciones, lo que asegura un adecuado m uestreo de los est udios realizados.

En est e capítulo se expondrán los hallazgos realizados por Girón y cols. ( 2002) en su
est udio de m et a- análisis.

Est os aut ores plant ean que el estudio del NI DA de 1995 ( NI DA, 1995) hace una am plia
revisión sobr e la eficacia de la t erapia fam iliar en t rat am ient os de dr ogas dest acando
los siguient es aspect os:

• Hay est ilos de int ervención que reúnen suficient es evidencias de la eficacia del
t rabaj o fam iliar con delincuent es j uveniles y con dr ogodependient es ( Kazdin,
1987) .

• Est as evidencias est án basadas en algunos ensayos clínicos aleat orios ( Friedm an,
1989; Szapocznik, 1988) . Aunque algunos de ellos t ienen im per fecciones
m et odológicas, hay ot r os con m ínim os problem as de est a índole y m uest ran
significat ivos avances sobr e el t rat am ient o fam iliar de los problem as de conduct a
y dr ogodependencia en adolescent es y j óvenes.

• I gualm ent e se ha dem ost rado que la Terapia Fam iliar ayuda a r et ener a los
pacient es en los program as de t rat am ient o ( Szapocznik, 1988) m ás que los t ipos
de int ervenciones com unes.

• Los result ados t erapéut icos de la int ervención fam iliar son superior es cuando se
com paran con los t rat am ient os basados en t er apia grupal, educación de padr es o
int erv ención m ult ifam iliar ( Joanning y cols., 1992; Lewis y cols. 1990) .

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

St ant on y Shadish ( 1997) publicaron un m et a- análisis cuyo obj et ivo er a com probar los
result ados que se obt ienen en los t rat am ient os de dr ogodependient es cuando se
ut ilizan t écnicas de int erv ención fam iliar ( t abla 1) . Dicho t rabaj o analiza en
profundidad un t ot al de 15 est udios seleccionados que cum plen los siguient es crit erios:
a) el sínt om a de prim er int erés es la adicción, b) incluyen dos o m ás condiciones de
com paración de las que al m enos una de ellas es cualquier clase de int ervención
fam iliar o de par ej a, y c) los casos eran aleat oriam ent e asignados a las diferent es
condiciones de t rat am ient o. La m uest ra com plet a de est e m et a- análisis asciende a
1.571 casos, habiendo sido som et idos a t rat am ient o un t ot al aproxim ado de 3.500
individuos. Por t ant o se t rat a de un t rabaj o am plio y m et odológicam ent e riguroso
cuyos principales r esult ados fueron:

• Los pacient es que recibieron t erapia fam iliar o de par ej a m anifest aban de form a
significat iva, m enor uso de dr ogas después del t rat am ient o que los que r ecibieron
ot r os t ipos de t erapia no- fam iliar, t ant o en adult os com o en adolescent es
drogodependient es.

• I gualm ent e, en los casos en los que se em pleó t erapia fam iliar aum ent ó la t asa de
ret ención en t rat am ient o y hubo m enos abandonos.

• Específicam ent e, r ecibir t erapia fam iliar fue m ás eficaz que r ecibir consej o
individual, t erapia grupal y ot ros t rat am ient os usuales. Ello no quiere decir que
ot r os abordaj es no sean eficaces, aunque est os podrían t ener m ej ores result ados si
se les añade t erapia fam iliar.

• La t erapia fam iliar, en com paración con la Psicoeducación Fam iliar logra m ej orar las
relaciones conyugales y la int egración social t ras el t rat am ient o. En com paración
con los grupos de padr es ninguna de las dos int erv enciones se m ost r ó m ás eficaz
que la ot ra, aunque son escasos los est udios y las m uest ras que realizan est a
com paración.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7DEODMet a- análisis de St ant on y Shadish ( 1997) , sobre eficacia de las int ervenciones
basadas en la fam ilia en drogodependient es. Tom ada de Girón y cols. (2002) .
Nº Est udios N conj unt a Condiciones de com paración por Resum en de result ados
est udio

15 1.571 1 * TF psicoeducación fam iliar – La TF supera a la psicoeducación

1 Bernal et al ( 1997) 30 2 TF t erapia cognit iv o- conduct ual sólo en m ej or apoy o social t ras el
2 Fals- St ewart et al ( 1996) 80 3 TF + m et adona, m et adona solo t rat am ient o.

3 Mclellan et al ( 1993) 102 4 TF no TF – Los t rat am ient os que incluyen

4 St ant on et . Al ( 1982) 99 5 TF no TF t erapia fam iliar se m uest ran m ás

5 St ant on et . al ( 1984) 160 6 TF grupo de fam iliares eficaces que los que no la incluyen.

6 Ziegler- Driscoll ( 1977) 49 TF t erapia de grupo de pares – Los que hacían TF m ej oraban

7 Friedm an ( 1989) 196 7 TF grupo de fam iliares significat iv am ent e m ás que los que

8 Henggeler et al ( 1991) 200 8 TF m ult isist ém ica aconsej am ient o recibían sólo m et adona y
9 Henggeler et al ( 1992) 96 individual aconsej am ient o individual o el grupo

10 Joanning et al ( 1992) 134 9 TF m ult isist ém ica t rat am ient o placebo.
11 Krinsley et al ( 1997) 29 usual – Los pacient es del grupo TF

12 Lewis et al ( 1990) 152 10 TF t erapia de grupo t endieron a est ar m ás días de

13 Liddle et al ( 1993) 178 TF psicoeducación fam iliar abst inencia de drogas.

14 Scopet t a et al ( 1979) 30 psicoeducación fam iliar t erapia de grupo – Tras el t rat am ient o el grupo que

15 Szapocznik et al ( 1986) 36 11 TF int ervención en el ám bit o recibió TF dism inuy ó
escolar significat iv am ent e el uso de drogas

12 TF psicoeducación fam iliar ( alcohol cannabis) .

TF t rat am ient o individual – La TF fue un poco m ás eficaz que

psicoeducación fam iliar t rat am ient o la psicoeducación y m as eficaz que
individual la t erapia de grupo en el

13 * TFMD t erapia de grupo m ant enim ient o de la abst inencia

Psicoeducación fam iliar t erapia de grupo post - t rat am ient o.

TFMD psicoeducación fam iliar – La TF se m ost ró m ás eficient e al

TFMD t erapia de grupo requerir m enos sesiones para

Psicoeducación fam iliar t erapia de grupo conseguir el m ism o result ados que

TFMD psicoeducación fam iliar el aconsej am ient o individual.

14 TF TF ecosist ém ica – Abandonaron m as los pacient es de

15 TF conj unt a TF de una persona la t erapia grupal; la TF m ost ró los
m ej ores result ados en la
dism inución del uso de sust ancias
post - t rat am ient o.
– Am bos t rat am ient os m uest ran
* TF Terapia Fam iliar; TFMD Terapia fam iliar m ej orías significat ivas en la
Mult idim ensional reducción del uso de sust ancias.

Girón y cols. ( 2002) señalan que recient em ent e se ha publicado una nueva r evisión de
ensay os clínicos que evalúan la eficacia de las int ervenciones fundam ent adas en la
t erapia fam iliar para el t rat am ient o de adolescent es dr ogodependient es( Ozechow ski y
cols. 2000) ( t abla 2) . Dicha revisión incluye 16 ensayos clínicos y cuat ro est udios en
desarr ollo ( sólo cinco de esos t rabaj os form an part e del m et a- análisis publicado por
St ant on y Shadish en 1997) .

Las conclusiones de est a nueva revisión vienen a cor roborar los ant eriores hallazgos ya
m encionados:

• Las t erapias basadas en la fam ilia con j óvenes drogodependient es logran m ás éxit o
en conseguir com pr om et er a las fam ilias en los pr ocesos de t rat am ient o que las
int erv enciones est ándar .

• Asim ism o, la adherencia y perm anencia al t rat am ient o es m ayor en los program as
t erapéut icos que incluyen la int ervención desde la perspect iva fam iliar.

• Los abordaj es fam iliares consiguen reducir el nivel de consum o de drogas post -
t rat am ient o y a est e respect o se m uest ran m ás eficaces que la t er apia individual, la
t erapia de grupo de adolescent es, y la psicoeducación fam iliar. Adem ás las
int erv enciones basadas en la fam ilia son igual de efect ivas que los grupos de padr es

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

o la t erapia fam iliar con una persona. I gualm ent e r educen las conduct as
disfuncionales asociadas ( por ej em plo, dism inuye el núm ero de det enciones post -
t rat am ient o, la agresividad y las conduct as ant isociales) .

• Cinco est udios r evisados incluían la evaluación de com orbilidad psiquiát rica pre y
post - t rat am ient o y t odos ellos encont raron r educciones de sínt om as psiquiát ricos en
los adolescent es t rat ados.

• Los adolescent es dr ogodependient es que fuer on t rat ados con int erv enciones
fam iliares lograron un m ej or funcionam ient o escolar que los que r ealizaron
t rat am ient os alt ernat ivos.

• La t erapia fam iliar consigue m ej orar de for m a significat iva el funcionam ient o en la
fam ilia ( com unicación, am bient e, flexibilidad, dism inución de conflict os, et c.) de los
adolescent es dr ogodependient es.

7DEODMet a- análisis de Ozechowsky y Liddle ( 2000) , sobre eficacia de las int ervenciones
basadas en la fam ilia en drogodependient es. Tom ada de Girón y cols. (2002) .
N.º Est udios N Resum en condiciones de Resum en de result ados
conj unt a com paración

16 1411 1 * TF Aconsej am ient o grupal – La TF fue m as efect iva que la TG para

1 Azrin et al ( 1994) 26 2 Soport e fam iliar * TFMD el uso de drogas, problem as de

2 Denis et al ( 2000) 200 3 I nt erv ención de com prom iso fam iliar conduct a, depresión, funcionam ient o
3 Donohue et al ( 1998) 39 idem sólo los padres fam iliar y asist encia a la escuela.

4 Friedm an ( 1989) 135 4 TF funcional ent renam ient o de – La TF consigue com prom et er a los
5 Henggeler et al ( 1991a) 140 padres en grupo pacient es y a sus fam ilias en t rat am ient o

6 Henggeler et al ( 1991b) 47 5 TF m ult isist ém ica con m ás éxit o que la at ención a los
7 Henggeler et al ( 1996,1999) aconsej am ient o individual padres solos.

Brown et al ( 1999) y 6 TF m ult isist ém ica t rat am ient o – La TFMult isist ém ica dism inuye el
Schoenwald et al ( 1996) 118 com ún en drogodependencias num ero de det enciones, el consum o de

8 Joanning et al ( 1992) 82 7 TF m ult isist ém ica Trat am ient o drogas y aum ent a la perm anencia en
9 Lewis et al ( 1990) 84 com ún en DD en el sist em a j udicial t rat am ient o con m ayor éxit o que el

10 Liddle et al ( en prensa) 93 8 TF est ruct ural est rat égica t erapia aconsej am ient o individual, la Terapia

11 Liddle et al ( 2000) 224 grupal psicoeducación fam iliar Grupal y ot ros t rat am ient os com unes.
12 Sant iest eban et al ( 1996) 85 en grupo – Mej ores result ados para reducir el uso

13 Szapocznik et al ( 1983) 24 9 TF brev e Psicoeducación fam iliar de drogas post rat am ient o que la

14 Szapocznik et al ( 1986) 20 10 TFMD psicoeducación fam iliar psicoeducación fam iliar.

15 Szapocznik et al ( 1988) 16 en grupo y t erapia grupal – La TF result ó igual de eficaz que la T.

16 Waldron et al ( 2000) 78 11 TFMD Terapia Cognit ivo- conduct ual Cognit iv oconduct ual para reducir el uso

12 TF + I nt erv ención de com prom iso TF de drogas y las conduct as asociadas,

sólo y Terapia Grupal aunque al cabo de los 12 m eses los

13 TF conj unt a TF de un solo efect os son m as duraderos para la TF.
individuo

14 TF conj unt a TF de un solo
individuo

15 TF + int ervención de com prom iso TF
solo

16 TF Funcional Terapia Cognit ivo

conduct ual, est as dos t écnicas

conj unt am ent e y psicoeducación
fam iliar grupal

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En una línea m ás r eflex iva sobre la práct ica clínica, De Vega ( 2005) argum ent a que la
t erapia fam iliar en el cont ext o de program as de t rat am ient o con pacient es adict os a la
cocaína, es part icularm ent e út il ya que propor ciona la posibilidad de int erv enir con el
sist em a fam iliar aún cuando el pacient e índice no se present e a t erapia. Com o se v er á
en los siguient es capít ulos, est e es un principio que t om arem os en el cont ext o de las
int erv enciones específicas a desarr ollar.

La evidencia cient ífica aport ada en est e capít ulo m uest ra, en r esum en, que los
program as de t rat am ient o que incluyen los abordaj es fam iliares m ej oran sus
result ados en t érm inos de aum ent ar la adher encia de los pacient es, así com o lograr
m ej ores result ados t erapéut icos t ant o en relación con el consum o de drogas com o con
ot ras variables que com ponen las dificult ades que llevan a las personas a consult ar.

La evidencia, ent onces, sugiere la conveniencia de incluir int ervenciones fam iliares en
for m a r egular dent ro de los pr ogram as t erapéut icos ofr ecidos a per sonas con
problem as de drogas.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

6(*81'$3$57(
,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDUHQIDPLOLDVFRQXQ
PLHPEURFRQSUREOHPDVGHGURJDV






I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


En est a part e del present e t rabaj o exam inarem os cóm o im plem ent ar y desar rollar una
int erv ención t erapéut ica que se denom inará I nt er vención Fam iliar y que r epresent a un
abordaj e concr et o con fam ilias que present an un m iem bro con problem as de dr ogas.

Abordarem os cuest iones r elat ivas a las cr eencias habit uales que profesionales y
t écnicos t ienen sobr e el t rabaj o con fam ilias, exam inarem os la ut ilidad práct ica y
est r at égica de est e t ipo de int ervenciones en el cont ext o de un program a de
t rat am ient o y definirem os elem ent os concret os referidos a cóm o m anej ar la dem anda
de servicios y com o or ganizar los am bient es t erapéut icos de m odo de generar una
int erv ención con la m ay or pr obabilidad de éxit o.

Definirem os cuales son los obj et ivos de est a m odalidad de int erv ención y
desarr ollarem os una guía práct ica para su im plem ent ación.

Exam inarem os adem ás el m anej o de algunas sit uaciones com plej as de posible
present ación con pacient es y fam ilias.

Finalm ent e ilust rarem os est os elem ent os con el análisis det allado de un caso clínico de
int erv ención fam iliar.

En el cont ext o de la at ención a una fam ilia que consult a por una pr eocupación o un
problem a, suele denom inarse Pacient e I ndice a aquel que present a la sint om at ología o
el problem a específico que lleva a la fam ilia a consult ar.

En est a part e del present e t ext o se hará, en general, sinónim o pacient e índice con el
m iem bro consum idor de la fam ilia y se abr eviar á PI .

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
(OHPHQWRVSUHOLPLQDUHVHODPELHQWHORVWHUDSHXWDV
ODVIRUPDVGHDSUR[LPDFLyQ\ORVREMHWLYRV
WHUDSpXWLFRV

/DDFWLWXGSUHYLDGHSURIHVLRQDOHV\WpFQLFRV

La r epet ida experiencia r espect o de la r et icencia que m uchos pr ofesionales y t écnicos


m uest ran a t rabaj ar con fam ilias, aunque en sus discursos sean claram ent e proclives al
desarr ollo de est as int er venciones y se m uest r en conscient es de la necesidad de incluir
m iradas m ás abarcadoras o incluso se inscr iban para part icipar en j ornadas de
capacit ación en el t em a, lleva a la conclusión de que la I nt ervención Fam iliar parece
est ar rodeada de una serie de cr eencias y j uicios previos que hacen part icularm ent e
difícil su im plem ent ación.

Una de est as cr eencias es, por fort una, que la int ervención fam iliar es necesaria y
eficaz. Sin em bargo, exist e una list a de creencias que enfat izan la dificult ad de la
im plem ent ación de la m ism a. Esa list a puede r esum irse, a grandes rasgos, com o
sigue:

( a) Se cr ee que es una int erv ención que requier e de m ucho t iem po para ser
aplicada.

( b) Se cr ee que no se cuent a con los espacios físicos adecuados.

( c) Se cr ee que conv er sar con una fam ilia result a part icularm ent e difícil debido
a la gran cant idad de personas que ingresan al box de at ención.

( d) Se t em e a que se genere una sit uación em ocional de exabrupt o fam iliar de


difícil m anej o.

( e) Se cr ee que la fam ilia no asist e a t erapia. Y si es invit ada no llegará.

( f) Se cr ee que las fam ilias com plican los t rat am ient os y sobr edem andan a los
profesionales y t écnicos.

( g) Se cr ee que se carece de la capacit ación adecuada para el t rabaj o


t erapéut ico.

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Es opinión de est e t rabaj o que ninguna de est as cr eencias t iene suficient e asider o y si
lo t iene, result an fácilm ent e salvables.

Salvo el últ im o punt o, que es probablem ent e el m ás obj et ivable y el que conv oca a la
realización de est e t ex t o, la experiencia clínica no parece ent r egar elem ent os que
sust ent en las cr eencias y t em or es expuest os m ás ar riba. Exam inem os por part e.

La experiencia clínica acerca del desar rollo de sesiones con fam ilias o de r evisiones de
videos de las m ism as, m uest ran que un t er apeut a con experiencia es capaz de
desarr ollar una ent revist a que genere inform ación clínica relevant e en un t iem po de 45
m inut os. I ncluso en 30 m inut os pueden lograrse result ados alent adores en sesiones
con fam iliares. Terapeut as con m enos exper iencia siem pre pueden fraccionar sus
ent revist as dependiendo del t iem po con el que cuent en. De est e m odo, el t iem po
dest inado a la int ervención no parece ser un obst áculo insalvable.

La experiencia clínica m uest ra t am bién que el rest o de los elem ent os plant eados son
superables t eniendo en cuent a una caract eríst ica con la que siem pre se puede cont ar:
las fam ilias son alt am ent e respet uosas de los profesionales con los que ent ran en una
relación de ayuda y por lo t ant o, en el com ún de los casos es infrecuent e que se
produzcan exabrupt os inm anej ables y si se producen, la propia fam ilia ayudará a
cont r olar la sit uación. En est e sent ido se cuent a con un grupo de aliados que no
perm it irán, en la gran generalidad de los casos, que las cosas salgan de cont r ol.

Est a caract eríst ica de r espet o de las propias fam ilias perm it e que la conver sación fluya
de m anera generalm ent e ordenada. De hecho, la act it ud de las fam ilias suele ser de
bast ant e silencio y concent ración en lo que se conversa, debido a que no es
infrecuent e que en la sesión, y por el sólo hecho de hablar en form a diferent e a cóm o
lo hacen en sus casas, surj an elem ent os hast a ese m om ent o desconocidos,
part icularm ent e referidos a las em ociones que cada m iem bro de la fam ilia sient e frent e
a los ev ent os que le convocan.

Las fam ilias son t am bién ent idades flexibles que suelen am oldarse a diferent es
circunst ancias, incluidas condiciones físicas no del t odo pr opicias. En la generalidad de
los casos las fam ilias m ás agradecen ser par t ícipes del t rat am ient o que crit ican las
com odidades del est ablecim ient o, por m uy inhóspit o que est e sea.

La experiencia clínica m uest ra adem ás que cuando a una fam ilia se le llam a a t erapia,
t em prano o t arde asist e a la m ism a. Est o r equier e, por ciert o, un grado de flexibilidad
del t erapeut a para adapt arse a horarios a v eces poco habit uales o para ent regar
cert ificados que hagan posible la asist encia o para “j ugár sela” en int erv enciones

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pot ent es si se t iene la convicción de que un det erm inado m iem bro de la fam ilia asist irá
sólo una v ez.

Por últ im o hay que recalcar que, com o se vio en el Capít ulo 4, exist e fundada evidencia
que perm it e asegurar que un proceso de t rat am ient o se ve fav orecido con la inclusión
de int ervenciones fam iliares.

La gran conclusión de est e apart ado es que las int ervenciones fam iliares no par ecen
ofr ecer m ay or obst áculo que la realización de cualquier ot ro com ponent e del program a
t erapéut ico.

/DVYHQWDMDVGHO7UDEDMRFRQ)DPLOLDV

En el Capít ulo 4 se expusieron las vent aj as que ofr ece el t rabaj o con fam ilias desde el
punt o de vist a de los r esult ados de los pr ogram as de t rat am ient o que incluyen est as
prest aciones com o part e de su ofert a t erapéut ica.

Ot ras v ent aj as que est e t rabaj o ofrece son:

( a) La posibilidad de am pliar la m irada a elem ent os cont ext uales de los pacient es,
posibilit ando una m ej or com prensión de los pr oblem as que lo llevan a consult ar.

( b) La posibilidad de int er venir en fact ores propios de las fam ilias que
pot encialm ent e ayudan a m ant ener los logros t er apéut icos o que,
ev ent ualm ent e, pueden ent orpecerlos.

( c) La posibilidad de int ervenir en ár eas de la vida de los consult ant es t ípicam ent e
afect adas por el consum o de dr ogas ( por ej em plo, relación con los padres,
relación de par ej a, et c.)

( d) La posibilidad de LQLFLDUHOWUDWDPLHQWRRFRQWLQXDUORD~QHQDXVHQFLDGHO
SDFLHQWH tQGLFH VL HVWH VH UHKXVD D DVLVWLU D WUDWDPLHQWR. En efect o,
basados en las ideas expuest as m ás arriba puede ent enderse que la at ención
puede est ar dirigida a los m iem bros del sist em a que present an una
preocupación o una alarm a r espect o del consum o de alguno de sus m iem bros.
En aquellas oport unidades en que los m iem bros consum idor es se niegan a
asist ir al t rat am ient o es posible iniciar una int ervención, basada en los
elem ent os t eóricos ex am inados aquí y dirigida a m odificar los pat rones
int eraccionales fam iliares que part icipan en la m ant ención de los sínt om as, lo
que la m ayoría de las veces desem boca en el ingreso del pacient e índice a un

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program a de t r at am ient o. En la lit erat ura exist en por lo m enos dos ej em plos de
est a práct ica con r esult ados alent adores ( SSMN, 2003; De Vega, 2005) .

(OPDQHMRGHODGHPDQGDGHVHUYLFLRV

Exist e una am plia variabilidad de form as en las que una fam ilia se sum a al t rat am ient o
de uno sus m iem bros con problem as de drogas, por lo que la invit ación concr et a a
cada fam ilia específica variará en cada caso. Sin em bargo las siguient es suger encias
orient arán est e pr oceso. Se exam inarán los escenarios m ás com unes en los que la
fam ilia se involucra en el t rat am ient o de uno de sus fam iliares.

Una prim era dist inción es det erm inar si la int erv ención fam iliar se inicia a part ir de la
dem anda espont ánea de la fam ilia por recibir t rat am ient o o si la m ism a surge en el
cont ext o de un t rat am ient o ya en curso dirigido al consum idor de sust ancias.

'HPDQGDHVSRQWiQHDGHODIDPLOLD

En el escenario de dem anda espont ánea, el t erapeut a debe int ent ar t raer a t erapia a
t odos los m iem br os de la fam ilia. Est e es un obj et ivo prim ordial, ya que cont ar con el
conj unt o de la fam ilia en la sesión perm it e observar la int eracción del grupo fam iliar
com plet o e involucrarlos a t odos, t al com o t odos est án involucrados ent re sí en su vida
norm al. Por ot r o lado, la experiencia clínica m uest ra que aquel m iem bro m enos
dispuest o a part icipar es, con r epet ida frecuencia, aquel que result a clave en la
m ant ención de conflict os al int erior de la fam ilia, por lo que insist ir en su presencia es
de gran im port ancia.

El obj et ivo de t raer a t odos los m iem bros de la fam ilia a t erapia m uchas veces par ece
com plej o de alcanzar, sin em bargo, la insist encia reit erada, pero respet uosa, la
ent rega de cert ificados para pedir perm isos laborales y la flexibilidad horaria del equipo
t erapéut ico, suelen ser m edidas que fav orecen el logro de est as exigencias.

En algunas ocasiones ( no infrecuent es) es el propio pacient e índice ( PI ) quien se


rehusa a asist ir a t erapia. Una dist inción que puede ser de ut ilidad, t ant o para padres
com o para t erapeut as, es fij ar un lím it e arbit rario en la edad del PI . De est a m anera, si
el PI t iene m enos de 18 años se puede invit ar a los padres, invocando la t ut oría legal
que t ienen sobre el hij o, a t raerlo, incluso baj o “m edidas de coerción” a t erapia, t al
com o se preocuparían de llevarlo a la consult a del m édico por ot r o m ot ivo de at ención.

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Est a invit ación podría r esult ar un poco “violent a” en virt ud de que los padres pueden
aparecer t ray endo a la fuerza al hij o a asist ir a t erapia, sin em bargo, la m ism a puede
ofr ecer las siguient es v ent aj as:

( a) Puede hacer que los padres ret om en una percepción de eficiencia en su rol y
que aborden de una m anera concr et a y út il la preocupación que les lleva a
consult ar,

( b) Per m it e “liberar” al adolescent e de la “r esponsabilidad” de t ener que decidir


sobr e si asist ir a t erapia o no. Una vez allí, el adolescent e siem pre puede
refugiarse en la idea de que asist e obligado por los padres, y

( c) Lo m ás im port ant e, se logra que el j oven llegue efect ivam ent e a una prim era
sesión j unt o a su fam ilia, lo que cum ple con el propósit o de t ener present e al PI
de m odo de iniciar alguna int ervención con él.

Clásicam ent e, el adolescent e que es t raído obligadam ent e por la fam ilia se
present a de m al hum or y en una act it ud hosca y desafiant e que m uy
probablem ent e em peor e a m edida que escucha lo que se relat a sobr e su
per sona. Una út il form a de int ervenir con él, es em pat izar con su m olest ia ( lo
que t am bién significa ent ender lo incóm odo que puede ser par a alguien
escuchar que se hablan cosas difíciles sobr e él) y dej ar que t om e la palabra
luego que t odo el r est o de los int egrant es de la fam ilia han hablado. Est o le da
la oport unidad de exponer su punt o de vist a y de hacer sus “descargos” sobre
lo que se ha dicho de él.

Un giro em ocional m uy claro se logra al pregunt arle al adolescent e, luego de


ent regar su opinión sobre lo dicho acerca de él: ³2N KDVWD DKRUD KDV KDEODGR
UHVSHFWR GH OR TXH VH GLFH VREUH WL SHUR TXLHUR SUHJXQWDUWH ¢KD\ DOJR TXH WH
SUHRFXSH R WH PROHVWH D WL UHVSHFWR GH OD IDPLOLD DXQTXH VHD HQ RWUR WHPD
GLIHUHQWHGHOTXHHVWDPRVKDEODQGR"” . La int roducción de est a pregunt a perm it e
que el adolescent e sient a que t iene la oport unidad de hablar sobre lo que a él le
m olest a ( cosa que en general no t iene que ver con el t em a de dr ogas) y cuales
son sus quej as y pr eocupaciones r espect o de su fam ilia, lo que abre una
conv er sación y un espacio em ocional difer ent e. Si el adolescent e logra sent irse
escuchado y ent endido en su punt o de vist a, y no sólo en sus “”descargos”
acerca de lo que se dice de él, aum ent ará la probabilidad de que su r et icencia a
asist ir a t erapia dism inuya y que se com prom et a en una act it ud colaborat iva
con el t rat am ient o.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Ot r o escenario se present a cuando el PI t iene m ás de 18 años. Desde el punt o de vist a


abordado aquí, no es fácil afirm arse en la t ut oría legal de los padres com o un m edio
para t raer al hij o a t erapia, sin em bargo, si el hij o no es aún económ icam ent e
aut ónom o ( en caso de que el PI sea, efect ivam ent e, el hij o) siem pre puede plant earse
que, m ient ras no lo sea, debe acat ar las nor m as del hogar en que vive, t al com o un
“pensionist a” deba acat ar las norm as de la pensión si no quiere ser despedido de ella,
y act uar t al com o se ha descrit o m ás ar riba.

Ahora bien, si el PI es en propiedad un adult o y se r ehusa a asist ir a t erapia, se puede


plant ear a la fam ilia que ellos t ienen la posibilidad de iniciar una int er vención fam iliar
en ausencia del pacient e índice. Se les debe ex plicar que, en part e, los obj et ivos de t al
int erv ención son aclarar la form a en que ellos part icipan de la m ant ención de
com port am ient o adict ivo y que se int erv endrá para, ent r e ot ras cosas, buscar
aum ent ar el grado de cont rol que ellos t ienen para m odificar t ales com port am ient os.

Se le indicará a la fam ilia que debe com unicarle form alm ent e al PI lo siguient e:

( a) La fam ilia iniciará un proceso de I nt er vención Fam iliar dest inado a superar los
sufrim ient os que el consum o de dr ogas ha generado al conj unt o de la fam ilia.
Est o se hará aunque el PI se niegue a asist ir a la int ervención o a t rat am ient o.

( b) El PI est ará perm anent em ent e invit ado a incluirse en la I nt er vención fam iliar y
la fam ilia est ará esperando que est o suceda.

Com o puede deducirse, est e m ensaj e ent r egado al PI , busca, por una part e, com unicar
que la fam ilia ha decidido hacer cam bios en la vida que hast a ese m om ent o llevan y,
por ot ra, aum ent ar la pr obabilidad de que el PI asist a a la I nt erv ención Fam iliar y que,
ev ent ualm ent e, inicie t r at am ient o.

Más adelant e exam inarem os qué alt ernat ivas de acción exist en si est as est rat egias
fallan, cuando abordem os las pregunt as sobr e ¿qué hacer en sit uaciones difíciles? y
¿qué hacer cuando no es posible cont ar con la presencia de la fam ilia?.

,QYLWDFLyQDODIDPLOLDHQHOFRQWH[WRGHXQWUDWDPLHQWRHQFXUVR

Con algún grado de fr ecuencia, el t rat am ient o de un PI se inicia ant es de que se invit e
for m alm ent e a la fam ilia a form ar part e de t al esfuerzo. En est e cont ext o, debe
t om ar se con el pacient e la decisión de cóm o invit ar a la fam ilia a sum ar se al
t rat am ient o.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Result a út il proponer al pacient e que se t om e conj unt am ent e la decisión sobre quienes
invit ar a la int ervención fam iliar y cóm o cur sar t al invit ación. Sin em bargo, siem pr e es
un obj et ivo, t ant o al inicio com o durant e el desarr ollo de la int erv ención, el cont ar con
la asist encia del conj unt o de los m iem br os de la fam ilia, por lo que el t er apeut a debe
fom ent ar el logro de t al obj et ivo.

¢&yPRGHFLGLUDTXLHQHVFLWDUDXQD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU"

En algunas oport unidades no es una t ar ea fácil aclarar donde se t raza el lím it e de


quienes invit ar a una I nt erv ención Fam iliar. Tal es el caso, por ej em plo, de hogar es en
los que conviven m ás de una fam ilia en cont ext os aglut inados.

En est e t ipo de casos es út il pregunt arse quienes viven baj o un m ism o t echo y si est o
no aclara las cosas se puede pr egunt ar quienes cocinan y com en j unt os. Est as
pregunt as suelen aclarar los lím it es invisibles que m uchas veces las fam ilias t razan
ent re una y ot ra en cont ext os com plej os de espacio com part ido o hacinam ient o.

En t odo caso, un elem ent o relevant e es invit ar a la I nt er vención Fam iliar a t odos
aquellos que result an significat ivos para el pacient e índice y para su fam ilia.

(ODPELHQWHWHUDSpXWLFR\ODDFWLWXGGHOWHUDSHXWD

Las condiciones físicas del lugar en el que se r ealiza la I nt erv ención Fam iliar no t ienen
diferencia con las requeridas para cualquier int er vención de salud m ent al en el sent ido
de la disposición de un lugar acogedor, de dim ensiones razonables y aislado
acúst icam ent e. Debe disponerse de una cant idad de asient os equivalent e al núm ero de
m iem bros de la fam ilia y siem pr e debe perm it irse que ellos ocupen espont áneam ent e
los lugares en los que se sient an cóm odos.

La form a en que se dist ribuyan los pacient es en los asient os será una prim era e
im port ant e inform ación que el t erapeut a t endrá del conj unt o de la fam ilia. Quienes se
sient an al lado de ot r os, quienes se t ocan o no, quien est á al cent ro, con cuant a
dist ancia se sient an los padres ent re sí, quien queda frent e a fr ent e con ot r o, et c. son
elem ent os clave para observar las int eracciones fam iliares, ya que las per sonas suelen
reproducir en el espacio físico las dist ancias y cer canías que operan en el espacio
em ocional. Est as prem isas sólo se cum plen, eso sí, cuando los fam iliares pueden
escoger librem ent e los lugares que ocuparán en la sesión.

Result a recom endable, aunque depende t am bién del est ilo personal, que el t erapeut a
no se sit úe t ras un escrit orio en el m om ent o de la at ención.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Por los m ism os m ot ivos que com ent am os aquí, la posición en la que se ubique el
t erapeut a y los m ovim ient os corporales que haga durant e la sesión est á llenos de
significado para la fam ilia y t ienen consecuencias direct as sobr e una variable crucial
para el desar rollo de la int erv ención: la QHXWUDOLGDGWHUDSpXWLFD.

En una prim era inst ancia, la neut ralidad t erapéut ica se r efier e a la equidist ancia que el
t erapeut a est ablece r espect o de los m iem bros de la fam ilia que acuden a la
I nt erv ención. De m anera inicial y concr et a, la equidist ancia se r efier e a la dist ancia
física que el t erapeut a est ablece con cada uno de los m iem bros de la fam ilia. De est e
m odo, cada acercam ient o físico del t erapeut a a los fam iliares es ent endido com o
cercanía y t am bién com o alianza. El cuidado de est a dim ensión se inicia eligiendo el
lugar en que el t erapeut a se sent ará, el que deberá ser el de m ayor equidist ancia
posible en relación a cada uno de los m iem bros de la fam ilia.

La neut ralidad o equidist ancia t erapéut ica t iene t am bién ot ra dim ensión r eferida a la
cercanía em ocional que el t erapeut a est ablece con los m iem bros de la fam ilia.
I ndicador es de est a cer canía serán el nivel de em pat ía que el t erapeut a m uest ra con
cada m iem bro, la form a en que le m ira o acer ca su cuerpo hacia él o ella y el t iem po
que le concede para ex poner su punt o de vist a.

Mant ener la neut ralidad t erapéut ica no significa t rat ar de ser neut r al. El t erapeut a
perdería t oda su espont aneidad si m ant uviera su preocupación en no acercarse a los
m iem bros de la fam ilia, o no r eaccionara int eresadam ent e frent e a lo que alguno de
ellos com ent a. La neut r alidad t erapéut ica apunt a, m ás bien, al hecho que al final de la
sesión la fam ilia concluya que el t erapeut a no se ha aliado con ningún m iem bro en
part icular. Est e es un punt o crucial para el éxit o de la int ervención, ya que si los
m iem bros de la fam ilia llegan a la conclusión de que el t erapeut a se alía con uno de
ellos en part icular, asum irán que la conversación no puede desar rollarse basada en la
cert eza de que t odos los punt os de vist a serán igualm ent e escuchados y respet ados sin
que alguno prim e sobre ot r o.

La neut ralidad t erapéut ica se consigue, ent onces, m ediant e la profunda alianza que el
t erapeut a haga sucesivam ent e con cada uno de los m iem br os de la fam ilia. El
t erapeut a debe conv er sar pr ofundam ent e con cada m iem br o int ent ando ent ender su
punt o de vist a y las em ociones que le acom pañan, dándose el t iem po suficient e para
ello, pero cuidando sin em bargo, no exceder se dem asiado con uno en part icular de
m odo que durant e el t iem po t ot al de la sesión logre conv ersar con cada uno de los
asist ent es. La sum a t ot al de las sucesivas alianzas con cada uno de los m iem bros de
la fam ilia es t al que si el t erapeut a se ha aliado con cada uno de ellos, finalm ent e no se
ha aliado con ninguno en part icular.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Hay que recalcar que el logro de est e obj et ivo no pasa exact am ent e por la cant idad de
t iem po que se le dedica a cada m iem br o de la fam ilia, sino por el hecho que cada uno
se sient a claram ent e com prendido en su punt o de vist a.

¢&yPRFRQYHUVDUFRQXQDIDPLOLD"

De aquí en adelant e se verá en est e t ext o una reit erada alusión al “punt o de vist a” de
las personas que asist en a una sesión de I nt er vención Fam iliar. Est a for m a no es sólo
un form ulism o, ya que la int ervención fam iliar es, en esencia, un int ercam bio y
exam en de los punt os de vist a de un grupo de personas r espect o de una serie de
t em as que los llevan a consult ar.

Sin em bargo hay r azones m ás pr ofundas para r ecalcar r eit eradam ent e est e punt o.
Com o vim os en el Capít ulo 2, el desar rollo del pensam ient o sist ém ico llegó a un punt o
t al que perm it ió com pr ender que no exist e independencia ent re el observador y lo
observ ado, lo que significa que ningún ser hum ano t iene un acceso obj et ivo a la
realidad, y que t odos, por lo t ant o, const ruim os la realidad en que vivim os. La
consecuencia es darnos cuent a de que cada uno de nosot ros vive desde su pr opia
cert eza, desde su pr opio grupo de convicciones acerca de lo que le rodea, per o
t am bién ( y est o es lo realm ent e crucial) el darnos cuent a que no exist en cert ezas
superior es a ot ras. La form a de per cibir la realidad de una persona no es m ás r eal o
m ás cor r ect a que la de ot ra per sona, porque cada uno act úa desde su propia cert eza,
que es t an ciert a y t an válida t ant o para uno com o par a ot ro.

De est a m anera, si cada uno de nosot ros part icipa en la const rucción de la r ealidad y
opera desde la propia cert eza, que es igualm ent e válida para cada ser hum ano, la
presunción de obj et ividad, de “ser obj et ivo”, carece t ot alm ent e de sent ido, ya que no
se puede ser obj et ivo si el observador est á ínt im am ent e relacionado con lo que
observ a.

Vist o así, el int ent o de ser “obj et ivo” no es m ás que un int ent o de im poner un punt o de
vist a por sobre los ot r os, r est ringiendo la diversidad de cert ezas de las per sonas a sólo
una que se im pone arbit rariam ent e com o la corr ect a por sobr e las ot ras. La
obj et ividad, de est a m anera, dej a de ser un inst rum ent o de la argum ent ación para
pasar a ser un inst rum ent o del poder. En t érm inos de Mat urana ( 1997) , la obj et ividad
se t ransform a en un argum ent o par a obligar.

La belleza de est a m anera de pensar radica en las consecuencias que la m ism a t iene
sobr e la convivencia. En efect o, la com pr ensión de est os elem ent os nos lleva desde un
int ent o de im poner un punt o de vist a al ot r o, buscando “t ener la razón” ( lo que a su

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

vez suele llevar a una escalada denom inada “guerra por la razón” ( I TF, 1991) donde
las personas argum ent an t rat ando de im poner su punt o de vist a com o el “m ás
razonable”) a responsabilizarse por las propias percepciones y buscar consensos y no
im posiciones com o form a de resolución de conflict os.

Todo est o cobra una im port ancia capit al al conv er sar con una fam ilia durant e el
desarr ollo de una I nt erv ención Fam iliar, dadas las consecuencias que una form a u ot ra
de conversar t iene sobr e el dev enir de las acciones de los asist ent es a la sesión. No es
lo m ism o que un m iem bro de la fam ilia diga &DUORV (6 XQ GURJDGLFWR´ a que diga
³GHVGH 0, 38172 '( 9,67$ &DUORV HV XQ GURJDGLFWR´. La prim era afirm ación es una
im posición sobre la r ealidad t ot al de Carlos que lo define arbit raria y prepot ent em ent e
com o un dr ogadict o, lo que la m ayoría de las v eces llevará a una confront ación, en la
que Carlos ( j ust ificadam ent e) se defenderá de t al definición de su per sona y exigirá
argum ent os que dem uest r en “obj et ivam ent e” aquello, cont raat acará con argum ent os
que desest abilicen lo dicho y así asist irem os rápidam ent e a una escalada
argum ent at iva que t iene por obj et o saber quién t iene la razón.

La segunda afirm ación, en cam bio, t iene m ás probabilidad de llevar a la curiosidad ( y


no a la confront ación) r espect o de lo que se dice. Cuando una persona dice “desde m i
punt o de vist a Carlos es un drogadict o”, la consecuencia es int ent ar saber porqué t iene
esa opinión, cóm o llega a esa conclusión, pero, m ás im port ant e, al decirlo así dej a
abiert a la puert a para que los ot r os int egrant es de la fam ilia plant een sus pr opios
punt os de vist a, que al ser pr opios son t an válidos com o los de los dem ás.

Est e es un principio fundam ent al en el desarr ollo de una conversación con una fam ilia.
El t erapeut a siem pre debe usar pr egunt as del t ipo: ³¢FyPRORYHXVWHG"´, ³¢FXiOHV
VXSXQWRGHYLVWDIUHQWHDORTXHDFDEDGHHVFXFKDU"´, o bien hacer invit aciones
a describir sit uaciones del t ipo: ³FXpQWHQRV GHVGH VX SXQWR GH YLVWD FyPR YH
XVWHG OD VLWXDFLyQ´. Est e será un esfuerzo perm anent e durant e t oda la I nt erv ención
Fam iliar.

En algunas oport unidades los asist ent es harán afirm aciones del t ipo &DUORV (6 XQ
GURJDGLFWR´ En esas oport unidades el t erapeut a debe dev olver la afirm ación
poniéndola en un cont ext o m enos im posit ivo, por ej em plo, t endrá que plant ear: “lo
que ust ed est á diciendo es que, desde su punt o de vist a, t iene la im presión de que
Carlos es un drogadict o, ¿qué le lleva a t ener est a opinión?”.

El insist ir en pregunt as y afirm aciones del t ipo ³GHVGHVXSXQWRGHYLVWD´, es crucial


para no im poner la realidad de unos por sobr e la de ot ros en la sesión y para fom ent ar
un clim a de r espet o y de apert ura de m iradas, lo que posibilit a, a su v ez, buscar m ás
alt ernat ivas de solución a los pr oblem as que t raen a la fam ilia a consult ar. Debido a

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

est o, es una práct ica que debe cuidarse en form a insist ent e durant e t odo el curso de la
int erv ención fam iliar.

Una sit uación sut il en la que inadvert idam ent e el t erapeut a puede aliarse
part icularm ent e con el punt o de vist a de uno de los m iem bros de la fam ilia surge
cuando uno de ellos hace com ent arios sobr e ot ro que est á pr esent e en la sesión. Para
validar el punt o de vist a del que habla, sin im poner est as descripciones sobr e el
aludido, el t erapeut a debe m ant ener su m irada en t odo m om ent o sobr e quien habla y
no desplazarla hacia el aludido, ya que hacerlo, m ient ras el ot r o m iem bro r elat a su
versión, com unica un surt e de com plicidad ent re el t erapeut a y quien habla.

Si el t erapeut a m ira al aludido a raíz de que uno de los m iem bros declara algo
sorpr endent e com o “yo sé que Andr ea es m ent irosa porque la he descubiert o en un
m ont ón de m ent iras que le ha dicho a los papás...”, inevit ablem ent e com unica en
for m a no v erbal un claro m ensaj e en la línea de “vaya, que sorpr endent e, j am ás lo
hubiera pensado”. Lo com plej o de est o es que, inadvert idam ent e, el t er apeut a
colabora en la im posición del punt o de vist a del que com ent a por sobr e el aludido.

De form a cont raria, lo que el t erapeut a debe hacer es m ant ener la m irada sobr e quien
habla y profundizar en lo que est e dice aludiendo a que se t rat a de su punt o de vist a,
com o lo hem os vist o m ás ar riba. Una vez t ot alm ent e aclarado est o, el t erapeut a puede
pregunt ar al aludido: “Ud. qué opina respect o de lo que acaba de oír. ¿Cuál es su
punt o de vist a?”. De est a m anera, valida la per cepción del que habla, per o no se la
im pone al aludido a quien adem ás le dej a la oport unidad de r ebat ir lo que se dice
respect o de su persona.

/DHOHFFLyQHQWUHHO7~\HO8VWHG

Aunque puede t rat ar se de un t ópico que alude m ás bien al est ilo part icular de cada
t erapeut a, la elección sobr e si t ut ear o t rat ar de Ud. a los m iem bros de una fam ilia
t iene relevancia práct ica en la I nt erv ención Fam iliar.

En general se recom ienda t rat ar de Ud. al los padres y t ut ear a los hij os. Est a práct ica
es una form a no v erbal de recalcar la diferenciación ent re el subsist em a parent al y el
subsist em a filial, que t ienen diferent e nivel j erár quico al int erior de la fam ilia.

Est a práct ica es part icularm ent e r ecom endada en fam ilias aglut inadas en las que las
diferencias ent re padr es e hij os en t érm inos de t om a de decisiones, por ej em plo, es
difusa. De est a m aner a, el t erapeut a int roduce una diferenciación que cont ribuye al
ordenam ient o o explicit ación de la est ruct ura fam iliar.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

En la m ism a línea, en casos en que la diferenciación ent re padres e hij os sea


part icularm ent e difusa o est é francam ent e alt erada, com o ocurr e en hij os
parent alizados ( aquellos que se com port an com o si fueran padres de sus padres, con
la anuencia de est os) algunos t erapeut as r ecom iendan no t rat ar a los padr es por su
nom br e, sino por su función de t ales, pregunt ándoles por ej em plo, “ust ed m am á, qué
opina de est o” o “papá, ¿puede darm e su punt o de vist a al respect o?” . Est a alusión a
su rol en la form a de referirse a ellos es una cont ribución al reordenam ient o de la
est ruct ura fam iliar en est os casos.

Alt ernat ivam ent e, el t rat o de Ud. puede ser una form a de m ovilización de la est ruct ura
de la fam ilia en casos en que hij os adult os asist an con sus padres a la I nt erv ención. De
est a m aner a, t rat arlos a t odos de Ud. es r ecordar a los present es t odos t ienen un
est át us sim ilar de adult ez.

El siguient e ext ract o de una prim era sesión realizada con una m adre y su hij o
ej em plificará lo plant eado hast a aquí en r elación a la form a de conversar con una
fam ilia.

Se t rat a de la fam ilia Góm ez Alfaro, com puest a por la m adre, Est er, 35 años y por el
hij o, Crist óbal de 16 años.

7HUDSHXWD&XpQWHQPH¢SRUTXpHVWiQDTXt" PLUDQGRDODPDGUH 

0DGUH9LQLPRVSRU&ULVWyEDOPHSUHRFXSD&ULVWyEDO

70X\ELHQ¢TXpOHSUHRFXSDGH&ULVWyEDO"

0 /R TXH RFXUUH HV TXH OR HQFRQWUDURQ HQ HO FROHJLR HQFHUUDGR HQ XQ EDxR FRQ XQ
FRPSDxHUR IXPDQGR XQ SLWR GH PDULKXDQD (O FROHJLR PH OODPy \ PH GLMHURQ TXH
TXHGDEDFRQGLFLRQDOKDVWDTXHOROOHYDUDDWUDWDPLHQWR<SRUHVRHVWDPRVDFi

7 (VWHU \ XVWHG TXp SLHQVD /H SUHJXQWR SRUTXH DVt FRPR OR FXHQWD PH TXHGD FODUR
TXH HO FROHJLR WLHQH XQD SUHRFXSDFLyQ UHVSHWR GHO FRPSRUWDPLHQWR GH &ULVWyEDO SHUR
PHJXVWDUtDVDEHUFXiOHVVXSXQWRGHYLVWDDOUHVSHFWR

0 <R HVWR\ PX\ SUHRFXSDGD ,PDJtQHVH TXH VH TXHGH VLQ FROHJLR SRU OD WRQWHUD TXH
KL]R&ULVWyEDOKDVLGRXQQLxRPX\EXHQRSHURDKRUD~OWLPRHVWiFDPELDGRDKRUDHV
DJUHVLYR VH HQFLHUUD HQ VX SLH]D GD SRUWD]RV QR FRQYHUVD FRQPLJR \ SDUD FROPR
HVWR$QWHVHUDWDQDPRURVRYHQtDDODFDPDFRQPLJRHQODVPDxDQDV\ROHFRQWDED
FXHQWRVRYHtDPRVWHOHYLVLyQFDOHQWLWRVWRPDQGRGHVD\XQRORVILQHVGHVHPDQD\DKRUD
HVFRPRTXHPHODGUDFDGDYH]TXHPHDFHUFRDpODQGDVLHPSUHHQRMDGR

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


7¢+D\DOJRPiVTXHOHSUHRFXSH"

00HSUHRFXSDPLKLMRHOFDPELRTXHKDWHQLGRHVWH~OWLPRWLHPSR

7¢<QRKD\DOJRPiVTXHOHSUHRFXSHSRUHMHPSORGHODFDVD"

01RHQODFDVDVRPRVORVGRV\ORTXHPHSUHRFXSDDKRUDHVHOFRPSRUWDPLHQWRGH
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70X\ELHQ PLUDQGRD&ULVWyEDO ¢<W~&ULVWyEDOSRUTXpHVWiVDTXt"

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&(QFXHQWURTXHHQHOFROHJLRVRQH[DJHUDGRVFODURTXHHVWiPDOORTXHKLFHSHUR\R
QRHVWDEDIXPDQGRHUDPLFRPSDxHURHOTXHORKDFtD\RVyORORHVWDEDDFRPSDxDQGR
\QRFUHRTXHVHDWDQJUDYHFRPRSDUDGHMDUQRVFRQGLFLRQDOHV0HGDUDELD

7¢<TXpRSLQDVGHOUHVWRGHODVFRVDVTXHHVFXFKDVWH"

&¢(VRGHTXHDQGRHQRMDGR"

76t

&(VYHUGDGDYHFHVDQGRHQRMDGR\QRPHJXVWDTXHQDGLHPHKDEOH\PHPROHVWD
TXHPLPDPiHQWUHDPLSLH]DVLQJROSHDUODSXHUWD\TXHPHKDJDEDMDUODP~VLFD\
TXHPHWUDWHGHFRQYHUVDUFXDQGR\RVyORTXLHURHVWDUWUDQTXLOR

7¢<TXpHVORTXpWHKDFHHVWDUHQRMDGRDYHFHV"

&1RVp1DGD&RVDV$YHFHVQRFDFKR+D\GtDVHQORVTXHPHOHYDQWRFRQODSDWD
L]TXLHUGD

7 &ULVWyEDO  ¢KD\ DOJXQD RWUD FRVD TXH WH SUHRFXSH" ¢DOJR TXH WH PROHVWH D WL SRU
HMHPSORGHODFDVDRGHWXYLGD"

&0HPROHVWDOD RQGD GHPLPDPiTXHDQGHWDQQHUYLRVDTXHPH UHWHSRUWRGROR
TXHKDJR$YHFHVHQFXHQWURTXHOHSRQHGHPDVLDGRFRORU\PHSHUVLJXH\HVRPHGD
ODWD\PHGDQJDQDVGHVDOLUGHODFDVD

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


72NHQWLHQGR¢+D\DOJRPiVTXHWHSUHRFXSHRTXHWHPROHVWH"

&1R

En est e diálogo ent r e el t erapeut a y est a fam ilia, el t erapeut a pr ofundizó en las
preocupaciones y en el punt o de vist a de los dos asist ent es a la sesión. Profundizó
hast a el punt o de t ener claridad que t ant o la m adr e com o el hij o plant earon t odo
aquello que les preocupaba. Desde ese punt o de vist a, logró m ant ener la equidist ancia
t erapéut ica ya que am bos lograron m ost rar con claridad y profundidad los
plant eam ient os desarr ollados desde el punt o de vist a de cada uno. Hizo adem ás una
dist inción clara y cóm oda en la form a de dirigirse t ant o a la m adre y com o al hij o.

2EMHWLYRVGHOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU

La I nt erv ención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con pr oblem as de drogas t iene
com o 2EMHWLYR7HUDSpXWLFR fundam ent al VXSHUDUHOVXIULPLHQWRSUHRFXSDFLyQR
GRORUTXHWUDHDODIDPLOLDDFRQVXOWDU

Est e sufrim ient o, preocupación o dolor fam iliar se expr esa, en el cont ext o del
t rat am ient o, com o sufrim ient o o pr eocupación por quien consum e dr ogas, com o
sufrim ient os o pr eocupaciones r elacionados con las consecuencias que el
com port am ient o del consum idor ha generado en la int eracción fam iliar o com o una
m ezcla de am bas.

Est e Obj et ivo Terapéut ico debe dist inguirse de ot r os obj et ivos igualm ent e relevant es:
los Obj et ivos del Proceso Terapéut ico, en el sent ido que el Obj et ivo Terapéut ico fij a
aquello que se quiere lograr con la I nt erv ención, m ient ras que los Obj et ivos del
Proceso Terapéut ico const it uyen logros a t rav és de los cuales se posibilit ará alcanzar el
Obj et ivo Terapéut ico.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Los 2EMHWLYRV GHO 3URFHVR 7HUDSpXWLFR en la I nt erv ención Fam iliar en fam ilias con
un m iem bro con pr oblem as de dr ogas, son:

( a) Cont ener em ocionalm ent e a la fam ilia.

( b) Const ruir, en conj unt o con la fam ilia, un sent ido alt ernat ivo que explique su
conduct a.

( c) I dent ificar y m odificar conduct as r epet it ivas que t iendan a m ant ener o fom ent ar las
conduct as del PI .

Se pr et ende ent onces invit ar a la fam ilia a com prender la función que cum ple el
com port am ient o adict ivo en su int erior, a com prender cuales son las conduct as del
conj unt o de la fam ilia que cont ribuyen a la m ant ención de ese com port am ient o y
consiguient em ent e, a est ablecer una conv ersación diferent e y una conduct a diferent e
de m odo que aum ent e la probabilidad de que la preocupación por la que consult an
desaparezca.

Un obj et ivo que cruza t ransversalm ent e a t odos los plant eados es la ent rega de
inform ación clara a la fam ilia respect o de las caract eríst icas de los problem as que les
llevan a consult ar, así com o r espect o de las consecuencias de los m ism os. En algunas
int erv enciones, o quizá en algunas sesiones en part icular, est e puede ser un obj et ivo
plant eado para ser desarr ollado explícit am ent e, sin em bargo, se sugier e considerarlo
com o un obj et ivo que cruza la int ervención, de m odo de ent regar infor m ación según lo
vaya requiriendo la fam ilia en su part icular rit m o y acorde a los t em as que se t oquen
en cada ocasión.

Un obj et ivo secundario a los plant eados es, en aquellos casos en los que se ha
com enzado a t rat ar a la fam ilia en ausencia del PI , lograr la incorpor ación del m ism o al
conj unt o del program a t erapéut ico.

En los capít ulos siguient es abordar em os los aspect os t écnicos específicos


const it uyent es de la I nt er vención Fam iliar.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
0HFiQLFD7HUDSpXWLFDGHOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU
/D3ULPHUD&RQVXOWD

La I nt ervención Fam iliar com ienza con la presencia de la fam ilia frent e al t erapeut a y
por lo t ant o con la im plem ent ación de los elem ent os exam inados en el Capít ulo 5. En
el present e capít ulo ex am inarem os cuales son los elem ent os t erapéut icos específicos
involucrados en el desar rollo de la I nt erv ención Fam iliar.

3ULPHUD&RQVXOWD

La prim era consult a en la I nt erv ención Fam iliar abarca una serie de ár eas a exam inar
las que se enm arcan en el logro del obj et ivo fundam ent al de obt ener un diagnóst ico
claro y orient ador respect o de la fam ilia, su m ot ivo de consult a, los pat rones
int eraccionales que cont ribuyen a m ant ener los sínt om as, las explicaciones que t iene la
fam ilia y la función del sínt om a.

Se usa aquí el t érm ino “prim era consult a” porque se present ar án los elem ent os a
exam inar desde el prim er cont act o de la fam ilia con el t erapeut a, y porque los m ism os
son abordables para un t erapeut a experim ent ado, en la m ayoría de los casos, en aquel
prim er cont act o. Terapeut as con m enos experiencia en el t rabaj o con fam ilias pueden
requerir m ás sesiones para el logro del obj et ivo de diagnóst ico.

'HVFULSFLyQGHODIDPLOLD

Un prim er elem ent o que el t erapeut a debe aclarar se refiere a cóm o es la fam ilia que
t iene fr ent e a sí.

Observ ar cóm o se dist r ibuyen espacialm ent e, com o se vio en el capít ulo ant erior es
una prim era inform ación út il de t ener en cuent a.

La conversación pude iniciarse pidiendo a los asist ent es que se present en, que digan
sucint am ent e cuál es su nom bre, su edad, su ocupación y la relación de parent esco
que t ienen ent r e sí.

Es út il averiguar si t odos viven en la m ism a casa y si hay alguien m ás que com part a
con ellos el hogar

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Habit ualm ent e est os elem ent os son suficient es com o para hacerse una idea acerca de
quienes com ponen la fam ilia, sin em bargo, en algunas ocasiones puede ser necesario
profundizar en algunos brev es aspect os de la hist oria fam iliar, especialm ent e cuando la
est ruct ura de la fam ilia llam a la at ención al t erapeut a. El t iem po dedicado a la
aclaración de est os punt os debe ser , en t odo caso, br eve para pasar lo m ás pront o
posible a la aclaración del m ot ivo de consult a.

Se ent enderá que la descripción de la fam ilia queda hecha una vez que el t erapeut a
t iene clara noción de los aspect os señalados aquí.

$FODUDFLyQGHOPRWLYRGHFRQVXOWDIDPLOLDU

El t erapeut a siem pre debe part ir del supuest o de que cada m iem br o de la fam ilia t iene
su pr opia y genuina percepción de la r ealidad ( y const rucción de ella) . Por lo m ism o,
debe aclarar con cada uno de ellos qué es lo que le m ot iva a consult ar.

La pr egunt a clave para iniciar la conver sación es ¢3RUTXpHVWi8GDTXt". Est a pr egunt a


debe ser form ulada a cada uno de los m iem bros de la fam ilia.

Exist en ocasiones en las que el t erapeut a cr ee saber exact am ent e porqué viene la
fam ilia a consult ar, com o por ej em plo cuando ot r o colega la ha derivado y le ha
explicado al t erapeut a claram ent e porqué lo ha hecho o cuando el propio t erapeut a ha
concordado con un pacient e en invit ar a su fam ilia a form ar part e del t rat am ient o. Se
recom ienda que incluso en esas ocasiones el t erapeut a inicie la prim era sesión
pregunt ando porqué la fam ilia ha decidido venir o acept ar la invit ación de asist ir. La
inform ación que se per sigue es det erm inar, desde el punt o de vist a de cada uno de los
asist ent es, qué es aquello que le lleva a pr esent arse fr ent e a un pr ofesional o t écnico
de la salud m ent al. En est as ocasiones será necesario adapt ar est a pregunt a a la
sit uación específica, par a que no suene absurda. Puede plant earse por ej em plo:

³(O'U0DUWtQH]ORVHQYLyDXQD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDUDTXtWHQJRVXLQWHUFRQVXOWD6LQ
HPEDUJRPHLQWHUHVDUtDVDEHUFyPRFRPSUHQGLHURQXVWHGHVODVSDODEUDVGHOGRFWRU\
FyPR HV TXH WRPDURQ OD GHFLVLyQ GH YHQLU´ En est e ej em plo im port a saber porqué la
fam ilia asist e a la int ervención, per o t am bién cóm o ent endieron, desde ellos m ism os,
las palabras que ot r o pr ofesional de la salud les ha dicho.

Ya que el lenguaj e del per sonal de la salud suele ser com plej o y difícil de ret ener por
las personas, se recom ienda profundizar en el significado que t ienen para ellas esas
palabras, especialm ent e cuando lo dicho por ot r o pr ofesional incluye un diagnóst ico.
Así por ej em plo, cuando una persona dice “vengo porque m e diagnost icaron depresión”

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

el t erapeut a debería pr ofundizar en esa infor m ación desde el punt o de vist a de esa
per sona pr egunt ando ³2N SHUR PH LQWHUHVDUtD VDEHU TXp HV 3$5$ 867(' WHQHU
GHSUHVLyQ´

Ot ra adapt ación necesaria para la pregunt a inicial sobre el m ot ivo de consult a se


genera en la sit uación en que el propio t erapeut a ( j unt o con el pacient e) invit a a la
fam ilia a sum arse al t rat am ient o. Ya que r esult aría un poco ridículo que luego de
invit ar a la fam ilia el t erapeut a pr egunt ara ¿porqué est án aquí?, una variación posible
es la siguient e:

³(QWLHQGRTXHDXQQLYHOXVWHGHVHVWiQDTXtGHELGRDTXHVHOHVKL]RXQDLQYLWDFLyQD
YHQLU6LQHPEDUJRPHLQWHUHVDUtD VDEHUSRUTXpHIHFWLYDPHQWHYLQLHURQTXpOHVKL]R
VXILFLHQWHVHQWLGRFRPRSDUDDFHSWDUHVWDLQYLWDFLyQ\DVLVWLU(QVtQWHVLVTXLVLHUDVDEHU
¢SRUTXpHVWiQDTXt"´

Las respuest as a est as pr egunt as suelen ser un list ado de pr eocupaciones que t raen
las fam ilias al consult ar. En la m ayoría de los casos ese list ado de pr eocupaciones es
coincident e para t odos los m iem bros de la fam ilia, sin em bargo, en algunas ocasiones
los diferent es m iem bros de la fam ilia pueden plant ear difer ent es m ot ivos de consult a.
En t ales casos se r ecom ienda iniciar la int ervención t om ando los m ot ivos planeados
por los padr es y luego t om ar los m ot ivos plant eados por ot ros m iem br os de la fam ilia.

En est a et apa de la int erv ención el t erapeut a debe pr ofundizar em pát icam ent e con
cada uno de los asist ent es de m odo de aum ent ar la probabilidad de que cada uno se
sient a am pliam ent e ent endido en sus pr eocupaciones y punt os de vist a. Se debe dar
t iem po suficient e com o para que cada uno de los fam iliares pueda aclarar la t ot alidad
de sus pr eocupaciones.

Las pr eocupaciones que la fam ilia t rae se r efier en, en práct icam ent e t odos los casos, a
un m iem bro en específico ( el PI ) , el que t ípicam ent e no es quien t om a la palabra al
principio de la sesión. Es convenient e esperar a que t odos los m iem bros de la fam ilia
t om en la palabra ant es de dár sela al PI , con el fin de que él escuche t odas las
opiniones que se t ienen sobr e él y t enga la posibilidad de opinar al respect o.

La aclaración del m ot ivo de consult a define cuál es el t err eno en el que se desar rollará
la int ervención fam iliar en el sent ido de ident ificar cuales son los elem ent os con los que
se t rabaj ará, es decir, cuales son las pr eocupaciones em ergent es de la fam ilia.

El siguient e ej em plo clínico m uest ra est a part e del proceso:



I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&RQVXOWDQ *HRUJLQD  DxRV  PDGUH GHO 3, $OIRQVR  DxRV  SDGUH GHO 3,
$OHMDQGUD DxRV KHUPDQDGHO3,\6HUJLR DxRV SDFLHQWHGHSHQGLHQWHOD
FRFDtQD (Q HO PRPHQWR GH OD FRQVXOWD WRGRV YLYHQ MXQWRV 6HUJLR KDEtD
LQJUHVDGR D WUDWDPLHQWR GRV VHPDQDV DQWHV FXPSOLHQGR HQ OD IHFKD GH OD
HQWUHYLVWD XQ SHUtRGR GH  GtDV GH GHVLQWR[LFDFLyQ DPEXODWRULD &RPR SDUWH
GHO SURFHVR GLDJQyVWLFR HO WHUDSHXWD KDEtD ORJUDGR GHWHUPLQDU TXH HO SDFLHQWH
WHQtD XQD UHODFLyQ SDUWLFXODUPHQWH GLItFLO FRQ VX SDGUH TXLHQ DSDUHFtD HQ VXV
GHVFULSFLRQHV FRPR XQ KRPEUH KRVFR \ DJUHVLYR PLHQWUDV TXH DO SDUHFHU OD
PDGUHWUDWDEDGHUHVROYHUHVWDVWHQVLRQHVVLQGHPDVLDGRp[LWR6HUJLRGHVFULEtD
DVXKHUPDQDFRQEDVWDQWHFHUFDQtDDpODXQTXHVHIUXVWUDED\VHDOHMDEDFDGD
YH] TXH VH HQWHUDED TXH FRQVXPtD &RQ HVWRV DQWHFHGHQWHV 6HUJLR \ HO
WHUDSHXWD GHFLGLHURQ HQYLDU XQD QRWD D OD IDPLOLD LQYLWiQGRORV D SDUWLFLSDU GHO
WUDWDPLHQWR

7HUDSHXWD%XHQDVWDUGHV$QWHVGHFRPHQ]DUTXLVLHUDVDEHUXQSRFRPiVGH
XVWHGHVVDEHUFyPRVHOODPDQTXpHGDGWLHQHQ\DTXpVHGHGLFDFDGDXQR

0DPi0LQRPEUHHV*HRUJLQDWHQJRDxRV\QRPHGHGLFRDQDGD

7¢$QDGD"¢&yPRDQDGD"

0%XHQRPHGHGLFRDPLFDVDVR\GXHxDGHFDVD

7(VGHFLU8GWUDEDMDHQVXFDVDTXH\DHVXQWUDEDMREDVWDQWHDUGXR

06tDVtHV

(OWHUDSHXWDKDFHXQJHVWRFRQODPDQRLQYLWDQGRDOSDGUHDSUHVHQWDUVH 

3DSi 0H OODPR $OIRQVR WHQJR  DxRV \ VR\ HO TXH PDQGD HQ HVWH JUXSR
VRQUtH  6R\ LQJHQLHUR WUDEDMR HQ XQD HPSUHVD GH FRPSXWDFLyQ D FDUJR GHO
iUHDGHPDQWHQLPLHQWR

72NJUDFLDV RWURJHVWRLQYLWDGRDODKHUPDQDDKDEODU 

$OHMDQGUD<RVR\$OHMDQGUDWHQJRDxRVVR\ODKHUPDQDPHQRUGH6HUJLR\
HVWR\HVWXGLDQGRGHUHFKRHQWHUFHUDxR

72N&UHRTXHD6HUJLR\DORFRQRFHPRVWRGRV

5LVDV 

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas


7(QWLHQGRTXHXVWHGHVFXDWURYLYHQHQODFDVD¢QRHVDVt"¢RKD\DOJXQDRWUD
SHUVRQDTXHYLYDFRQXVWHGHV"

31R6RPRVQRVRWURVFXDWURORVTXHYLYLPRVHQODFDVD

70X\ELHQ3DUDFRPHQ]DUTXLVLHUDKDFHUOHVXQDSUHJXQWDTXHSXHGHVRQDUXQ
SRFRUDUD\DTXHVpTXHDXQQLYHOXVWHGHV HVWiQDTXtSRUTXHOHVPDQGpXQD
QRWD LQYLWiQGRORV D YHQLU SHUR PH LQWHUHVDUtD VDEHU FyPR HV TXH ILQDOPHQWH
YLQLHURQHVGHFLUTXpOHVKL]RVHQWLGRFRPRSDUDOOHJDUKDVWDDFi(QWRQFHVPL
SUHJXQWDHV¢SRUTXpHVWiQXVWHGHVDTXt" SUHJXQWDPLUDQGRDORVSDGUHV 

39LQLPRVSRUTXHQRVSUHRFXSD6HUJLR

7¢&yPRDVt"¢TXpOHSUHRFXSDDXVWHGGH6HUJLR"

30HSUHRFXSDTXH VHKD\DPHWLGR HQHVWRGHOD FRFD <DYHQtDPRVWHQLHQGR
SUREOHPDV FRQ pO GHVGH KDFH XQ WLHPSR SHUR QXQFD VH PH KDEtD RFXUULGR
SHQVDU VLTXLHUD TXH pO SXGLHUD HVWDU FRQVXPLHQGR GURJDV KDVWD TXH KDFH GRV
PHVHVHOQRVFRQIHVyHQTXpHVWDED

7  $OIRQVR 8G GLFH TXH YHQtDQ WHQLHQGR SUREOHPDV FRQ pO GHVGH KDFH XQ
WLHPSR¢DTXpVHUHILHUHFRQHVWR"

3eOVLHPSUHKDVLGRXQQLxLWRUHJDOyQGHODPDPi HOWHUDSHXWDQROHDSDUWDOD
PLUDGD PLHQWUDV GLFH HVWR  'HVGH FKLFR TXH WHQHPRV SUREOHPDV SRU HVWR
FXDQGR HUD QLxR FRVWDED XQ PXQGR TXH KLFLHUD ODV WDUHDV HQ HO FROHJLR \ DKt
HVWDED OD PDPi TXH OR FRQVHQWtD \ OH PDQGDED FRPXQLFDFLRQHV \ WHUPLQDED
KDFLHQGR WRGR OR TXH pO TXHUtD < \R VLHPSUH KH VLGR HO PDOR GH OD SHOtFXOD
FXDQGRHUDQLxRHUDHO~QLFRTXHORFDVWLJDEDSRUODVOHVHUDVTXHKDFtDKDVWD
TXHFRQPXFKRHVIXHU]RORJUyHQWUDUDOD8QLYHUVLGDGDHVWXGLDULQJHQLHUtDSHUR
DKt HVWXYR HO SHUOD GHGLFDGR DO FDUUHWH FRPR GLFHQ ORV ORORV \ \D HVWDED
EDVWDQWHJUDQGHFRPRSDUDTXH\RHVWXYLHUDYLJLOiQGRORDYHUVLHVWXGLDEDRQR
DVt TXH WHUPLQy SUiFWLFDPHQWH SHUGLHQGR HO DxR \ SDUD TXH QR SHUGLHUD OD
FDUUHUDGHFLGLPRVTXHODFRQJHODUD\DKRUDHVWiHQODFDVDVLQKDFHUQDGD

7 (QWLHQGR $OIRQVR FXDQGR XVWHG GLFH TXH OH SUHRFXSD TXH 6HUJLR VH KD\D
PHWLGRHQODFRFDDTXpVHUHILHUHH[DFWDPHQWH¢TXpHVORTXHOHSUHRFXSDFRQ
H[DFWLWXG"


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

3 0H SUHRFXSD SRUTXH QXQFD FUHt TXH IXHUD D FDHU WDQ EDMR 1R Vp D GRQGH
SRGHPRVOOHJDUFRQpO0HSUHRFXSDTXHVHFRQYLHUWDHQXQGURJDGLFWR\SLHUGD
OD8QLYHUVLGDG\WHUPLQHVLQKDFHUQDGDSRUVXYLGD

7 ¢+D\ DOJXQD RWUD FRVD TXH OH SUHRFXSH $OIRQVR" WDO YH] HQ UHODFLyQ FRQ OD
IDPLOLD

3(QJHQHUDOQR&UHRTXHQRKD\QDGDWDQJUDYHFRPRODVLWXDFLyQGH6HUJLR
$YHFHVPHSUHRFXSDTXHQRQRVDYHQLPRVFRQ*HRUJLQDGLVFXWLPRVVREUHWRGR
SRU FRVDV UHODFLRQDGDV FRQ 6HUJLR SHUR FUHR TXH OR TXH RFXUUH FRQ pO HV PiV
JUDYHTXHHVWR

7¢+D\DOJRPiVTXHOHSUHRFXSH"

31R

72N PLUDQGRDODPDGUH *HRUJLQD¢SRUTXpHVWiDTXt"

03RU6HUJLRPHSUHRFXSD6HUJLR<RKDFHXQWLHPSRTXHORHQFRQWUDEDUDUR
SHURQXQFDPHLPDJLQpTXHHVWXYLHUDHQODVGURJDV&DVLPHPXHURFXDQGRQRV
FXHQWD

7¢&yPRDVt"

0 (V TXH HVWR PH SDUHFH WHUULEOH FUHR TXH VL VLJXH SRU HVWH FDPLQR QR YD D
OOHJDUDQDGDLQFOXVRKHSHQVDGRTXHSXHGHOOHJDUDPRULUVH<RQRVHQDGDGH
GURJDVHQPLIDPLOLDQXQFDKDEtDSDVDGRDOJRDVtVLQLVLTXLHUDWUDJRVHWRPD
HQ OD FDVD SHUR XQD YH ODV FRVDV TXH PXHVWUDQ HQ OD WHOH \ HV WHUULEOH TXLHQ
VDEHTXpOHSXHGHRFXUULUVLVLJXHSRUHVHFDPLQR

7¢4XpWHPHTXHOHSXHGDSDVDU"

04XHVHPXHUDQRVpTXHTXHGHERWDGRFRPRORVYLHMRVFXUDGRVTXHXQD
YHHQODFDOOHQRVp

7*HRUJLQD¢KD\DOJXQDRWUDFRVDTXHOHSUHRFXSH"

00LUHODFLyQFRQHOSDSi

7¢$TXpVHUHILHUH"


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

0 &RQ HO SDSi GHO QLxR $ YHFHV QRV OOHYDPRV EDVWDQWH PDO 'LVFXWLPRV QRV
SHOHDPRV \ KD\ PRPHQWRV HQ TXH SDVDPRV YDULRV GtDV VLQ KDEODUQRV <R
HQFXHQWURTXHpOHVPX\FHUUDGRQROHJXVWDUHFLELUFUtWLFDVFUHHTXHORTXHpO
GLFHHVOH\<SRUHVRQRVSHOHDPRV0XFKDVYHFHVQRVSHOHDPRVSRU FXOSDGH
6HUJLR

7¢3RUFXOSDGH6HUJLR"

0(VGHFLUQRSRUFXOSDGHpOVLQRTXHSRUpO¢PHHQWLHQGH"WHQHPRVKDUWDV
GLIHUHQFLDV HQ FyPR WUDWDUOR SHUR FUHR TXH HVH QR HV HO WHPD TXH QRV WLHQH
DTXtPDOTXHPDO\RHOHJtFDVDUPHFRQHVWHKRPEUH\HVDHVXQDGHFLVLyQPtD
SHURORLPSRUWDQWHHVTXH6HUJLRVHFXUH\VDOJDGHHVWRVSUREOHPDV

72NHQWLHQGR¢+D\DOJXQDRWUDFRVDTXHOHSUHRFXSH"

0 1R $OHMDQGUD VH SRUWD PX\ ELHQ \ OH YD PX\ ELHQ QR KD\ QDGD PiV TXH
PHSUHRFXSH

7*UDFLDV$OHMDQGUD¢SRUTXpHVWiVDTXt"

$3DUDD\XGDUD6HUJLR

7¢$\XGDUORHQTXp"

$(QHVWRDTXHVDOJDGHODVGURJDV

7¢7HSUHRFXSD"

$6tPHSUHRFXSDSHURQRORYHRWDQWHUULEOHFRPRORYHQORVSDSiV<RFUHR
TXHpOVHPHWLyHQHVWRSRUSXURWRQWR\TXHVLVHPHWLyLJXDOSXHGHVDOLUVLVH
OR SURSRQH HVR HV OR TXH PH SUHRFXSD YHR TXH pO QR VH SURSRQH FRVDV HV
FRPRVLOHGLHUDORPLVPRQRVHSRQHPHWDVHVFRPRVLYLYLHUDHOGtDQRPiV
$SDUWH TXH PL PDPi OR UHJDORQHD WRGR HO UDWR \ PL SDSi OR UHWD WDO YH] SRU
HVRODPDPiORUHJDORQHDWDQWR

7'HPRGRTXHW~UHSUHVHQWDVFRPROD³OX]GHHVSHUDQ]D´GHODIDPLOLDQRWH
SDUHFHWDQJUDYHODVLWXDFLyQ\WLHQHVODLPSUHVLyQGHTXH6HUJLRSXHGHVDOLUGHO
SUREOHPDGHODGURJD

$1XQFDWDQWRFRPROD³OX]GHHVSHUDQ]D´SHURQRPHSUHRFXSDWDQWR


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7¢+D\DOJXQDRWUDFRVDTXHWHSUHRFXSH"

$ <R HQ JHQHUDO QR SHVFR PXFKR D OD IDPLOLD PH OD SDVR HVWXGLDQGR R HQ OD
FDVD GH PL SROROR DVt TXH QR FDFKR PXFKR OR TXH SDVD HQ OD FDVD 3HUR Vt D
YHFHV HQFXHQWURFXiWLFRTXHORVSDSiVVHOOHYHQPDOHQFXHQWURTXHH[DJHUDQ
SHURFRPRTXH\DHVWR\DFRVWXPEUDGD

7¢&XiQGRGLFHVTXHORHQFXHQWUDVFXiWLFRTXLHUHGHFLUTXHWHSUHRFXSD"

$ 6t PH SUHRFXSD SHUR FUHR TXH QR SXHGR KDFHU QDGD (V VX RSFLyQ VL HOORV
TXLHUHQ OOHYDUVH DVt SDUHFHQ FDEURV FKLFRV HQ WRGR FDVR \D HVWR\
DFRVWXPEUDGDKDQVLGRVLHPSUHDVtDVtTXHQRSHVFR

72N¢+D\DOJXQDRWUDFRVDTXHWHSUHRFXSH"

$1R

7*UDFLDV6HUJLR¢TXpRSLQDVDFHUFDGHORTXHKDVHVFXFKDGR"

6 (VWR\ GH DFXHUGR <R PH PHWt HQ OD GURJD \ VR\ \R HO TXH WLHQH TXH SRQHU
WRGD VX IXHU]D GH YROXQWDG SDUD SRGHU VDOLU GH HVWR &UHR TXH VR\ TXLHQ
SULQFLSDOPHQWHWLHQHTXHDWLQDUFRQHVWR

7¢+D\DOJRTXHWHSUHRFXSH"

60LUHODFLyQFRQHOSDSi

7¢&yPRDVt"

6 6H SRQH SHVDGR FRQPLJR PH WUDWD PDO PH SDVD UHWDQGR QXQFD OH SDUHFH
ELHQORTXHKDJRQXQFDKHSRGLGRGHFLUOHTXHORTXLHUR

VLOHQFLRJHQHUDO 

En el ej em plo, el t erapeut a ha invest igado profundam ent e las m ot ivaciones de cada


uno para asist ir a I nt er vención Fam iliar. El t erapeut a buscó la for m a de sit uar la
pregunt a acer ca de porqué est án aquí de la m anera m ás coherent e posible con la
invit ación que él m ism o había form ulado y a cont inuación hizo una exploración
acuciosa r espect o de las preocupaciones de cada uno de los asist ent es. Se preocupó de
aclarar de m anera concret a qué era exact am ent e lo que cada uno quería decir desde

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

su punt o de vist a. Las conclusiones de la ent r evist a ar roj an t r es m ot ivos de consult a:


el problem a de dr ogas de Sergio, la m ala relación ent re los padr es y la m ala relación
ent re Sergio y el padr e. Ya que el problem a de drogas es un pr oblem a com part ido por
t odos los m iem br os de la fam ilia, será la puert a de ent rada para la int erv ención y el
que dará pie para t rat ar el t est o de los pr oblem as ident ificados por la fam ilia.

Una vez aclarado el m ot ivo de consult a el t erapeut a debe concent rar se en la


descripción de los pat r ones int eraccionales que ayudan a m ant ener la conduct a de
consum o.

3DWURQHV,QWHUDFFLRQDOHV0DQWHQHGRUHV

Com o exam inam os en el Capít ulo 2, los sist em as fam iliares est ablecen regularidades
en su com port am ient o que ayudan a m ant ener los com port am ient os sint om át icos.
Sluzki ( 1983) denom ina a est os com port am ient os regulares “Pat r ones I nt eraccionales
Mant enedor es de Sínt om as”.

La m isión del t erapeut a en est e punt o es la de av eriguar en conj unt o con la fam ilia,
cuales son los pat rones int eraccionales que cada fam ilia pone en j uego en relación al
com port am ient o de consum o.

En sínt esis, lo que el t erapeut a debe lograr es una descripción de FXDOHV VRQ ORV
FRPSRUWDPLHQWRVGHFDGDXQRGHORVPLHPEURVGHODIDPLOLDDQWHVGXUDQWH\
GHVSXpVGHTXHRFXUUDHOFRQVXPRGHOSDFLHQWHtQGLFH.

Com o se ha exam inado en los apart ados y ej em plos ant eriores, m uchas veces las
fam ilias desar rollan com port am ient os que fr ancam ent e favor ecen el consum o de sus
m iem bros ( v er caso “La colect a fam iliar” en el Capít ulo 3) . Si bien el descubrim ient o
de est os pat rones de int eracción es una t ar ea que puede ext ender se durant e t odo el
curso de la I nt er vención Fam iliar, el análisis de lo que ocurr e ant es, dur ant e y después
del consum o de dr ogas de uno de sus m iem bros, puede ser de ayuda para ident ificar
aquellos com port am ient os que la fam ilia debe m odificar para no cont ribuir a la
m ant ención de t al consum o.

El análisis de est os com port am ient os incluye el análisis de los int ent os de solución del
problem a que, com o vim os en el Capít ulo 2, son aquellas conduct as que no deben ser
sugeridas a las fam ilias ya que han probado ser ineficaces.

Un ej em plo de est a exploración del t erapeut a surge a part ir del caso que hem os
exam inado m ás ar riba:

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7*HRUJLQD¢VL\ROHSUHJXQWDUDTXpRFXUUtDDQWHVGXUDQWH\GHVSXpVGHTXH
6HUJLRFRQVXPLHUDFRFDtQDTXpPHGLUtDXVWHG"

0 /R TXH RFXUUH HV TXH \R QR VXSH TXH pO FRQVXPtD GURJDV VLQR KDVWD KDFH
GRVPHVHV1RPHKDEtDGDGRFXHQWDGHORTXHSDVDED

70X\ELHQHQWLHQGR(QWRQFHVVL\ROHGLMHUDTXHEDVDGDHQORTXH\DVDEH
UHYLVH OR TXH UHFXHUGD SDUD DWUiV HQ HVRV PRPHQWRV HQ TXH TXL]i XVWHG
SHQVDEDTXH³SDVDEDDOJR´FRQ6HUJLRSHURQRORWHQtDGHOWRGRFODUR\HVWDED
HQODGXGDVLUHYLVDHVHSHUtRGRKDFLDDWUiVDODOX]GHORTXH\DVDEH¢FUHH
TXHSXHGHGHVFULELUOR TXHSDVDEDDQWHVGXUDQWH\GHVSXpVGH FDGD FRQVXPR
GH6HUJLR"

06tHQWLHQGRORTXHGLFH<RKDFtDWLHPSRTXHWHQtDODGXGDGHTXHDOJRSRGtD
HVWDUSDVDQGRFRQ6HUJLRSHURGHFtDQRSXHGHVHUQRFUHRFRPRXQDYHODV
FRVDV TXH GDQ HQ OD WHOH HQ TXH PXHVWUDQ HVRV FKLTXLOORV GH ODV FDVDV GH
DFRJLGDTXHFXHQWDQTXHUREDQODVFRVDVGHODFDVDSDUDFRPSUDUGURJD\HQOD
FDVD QXHVWUD HVR QXQFD SDVy SHUR VL OR SLHQVR DKRUD QR Vp PH GD OD
LPSUHVLyQTXH6HUJLRVHSRQtDFRPRQHUYLRVR\VDOtDGHODFDVDQRVp

$OHMDQGUDLQWHUUXPSH 

$ VH SRQtD FRPR OHyQ HQMDXODGR GDED YXHOWDV SRU OD FDVD VH SRQtD LGLRWD
HPSH]DEDDPROHVWDUDWRGRHOPXQGR\GHVSXpVHUDFRPRVLQRDJXDQWDUDPiV
\VDOtDDFRQVXPLU\RFUHRSRUTXHPXFKDVYHFHVOOHJDEDDORWURGtD

7 (VR HUD OR TXH SDVDED DQWHV DVt FRPR OR FXHQWDQ PH SDUHFH TXH HVWH
FRPSRUWDPLHQWRQROHVSUHRFXSDEDPXFKR¢SRUTXp"

0 %XHQR QR HV TXH QR PH SUHRFXSDUD D Pt PH SUHRFXSDED OR TXH SDVD HV
TXH QXQFD SHQVp TXH VH WUDWDUD GH GURJDV 6HUJLR VH SRQtD DVt PXFKDV YHFHV
FXDQGRGLVFXWtDPRVFRQ$OIRQVR\RSHQVDEDTXHVHSRQtDQHUYLRVRFRQODSHOHD
\SRUHVRVDOtD7DPSRFRPHSDUHFtDPX\UDURTXHVHTXHGDUDDIXHUDPDOTXH
PDOHVXQQLxRJUDQGHWHQGUiSRORODSHQVDED\R

7 (QWRQFHV SDUHFH TXH FRLQFLGtD HVWH FRPSRUWDPLHQWR GH HVWDU FRPR OHyQ
HQMDXODGRFRQODVSHOHDVHQWUHXVWHG\VXHVSRVR

03RGUtDGHFLUVHTXHPXFKDVYHFHVVt


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

$OHMDQGUDLQWHUUXPSH 

$(UDEDVWDQWHWtSLFRQRWRGDVODVYHFHVSHURYDULDVYHFHVFRLQFLGtD

7 0LUDQGRD$OHMDQGUD ¢\TXpSDVDEDGXUDQWHHOFRQVXPR"

$ <R FUHR TXH WRGRV TXHGiEDPRV XQ SRFR QHUYLRVRV DO FDFKDU TXH 6HUJLR QR
YROYtDDODFDVD

7 ¢< TXp SDVDED FRQ WRGRV XVWHGHV TXp KDFtDV W~ TXp KDFtDQ OD PDPi \ HO
SDSi"

$4XHGiEDPRVWRGRVQHUYLRVRVORVSDSiVVHHFKDEDQODFXOSDXQRDORWURGH
TXHD6HUJLROHIXHUDDSDVDUDOJRSHURGHMDEDQGHSHOHDUUDSLGLWR\RFUHRTXH
OHVGDEDVXVWR\\RQRSHVFDEDPHLEDDPLSLH]DDHVWXGLDURVDOtDFRQPL
SROROR

7¢<XVWHG*HRUJLQDFyPRORYH"

0 <R PH SRQtD QHUYLRVD PH GDED PLHGR TXH D 6HUJLR OH IXHUD D SDVDU DOJR
SRUTXHVLHPSUHTXHVDOtD\QROOHJDEDHUDSRUTXHHVWiEDPRVGLVFXWLHQGRFRQHO
SDSiSRUDOJRUHODFLRQDGRFRQpOPHVHQWtDFXOSDEOH\OHGHFtDD$OIRQVRTXH
HUDQDGDTXHYHUTXHGLVFXWLpUDPRVIUHQWHDORVQLxRV

7¢<GHMDEDQGHSHOHDU"

0 <R FUHR TXH Vt $ Pt QR PH TXHGDEDQ JDQDV GH SHOHDU FRQ OR QHUYLRVD TXH
HVWDED

7¢<XVWHG$OIRQVRFyPRORYH"

3$PtPHGDEDUDELDVLHPSUHHUDORPLVPRFRPHQ]iEDPRVDSHOHDUSRUDOJR
TXHpOKDFtD\VHPDQGDEDDFDPELDU\QXQFDGDEDODFDUD

7'HVGHVXSXQWRGHYLVWD$OIRQVR¢ODSHOHDFRQ*HRUJLQDFRQWLQXDED"

3 $ Pt PH GDED WDQWD UDELD TXH OD VLWXDFLyQQR SXGLHUD UHVROYHUVH TXH KDFtD
XQSRFRFRPROD$OHMDQGUDPHPDQGDEDDFDPELDUDODSLH]DRPHSRQtDDYHU
ODVQRWLFLDV


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7 PLUDQGR D 6HUJLR  ¢(VWDPRV KDEODQGR GH TXH HQ HVRV PRPHQWRV WH LEDV D
FRQVXPLUQRHVDVt"

66t(UDQH[FXVDVTXH\REXVFDED<REXVFDEDFXDOTXLHUH[FXVDSDUDVDOLUGH
ODFDVDHLUPHDFRQVXPLU

72N¢<TXpSDVDEDGHVSXpVGHOFRQVXPR"

$ %XXX $OHMDQGUD \ HO SDSi PLUDQ KDFLD DUULED FRPR FRQ H[SUHVLyQ GH
³SDFLHQFLD´  FXDQGR OOHJDED GH YXHOWD HUD FRPR HO UHJDOyQ OOHJDED FRQ XQD
FDUD GH FDUUHWH \ WRGRV WHQtDPRV TXH DQGDU FDOODGLWRV OD PDxDQD VLJXLHQWH
SRUTXHHOSHUODHVWDEDGXUPLHQGR

7¢<TXLHQREOLJDEDDTXHVHTXHGDUDQWDQFDOODGRV"

$OHMDQGUD\HOSDSiPLUDQDODPDGUH 

7 2N 0H TXHGD FODUR ULVDV  &XpQWHQPH XQD YH] TXH VXSLHURQ TXH 6HUJLR
HVWDEDXVDQGRGURJDV¢KLFLHURQDOJRSDUDUHVROYHUHOSUREOHPD"

0 OR PDQGDPRV DO VXU FRQ PL KHUPDQD $Kt DQGXYR ELHQ FRPR GRV VHPDQDV
SHUR OXHJR VXSLPRV SRU PL FXxDGR TXH OH KDEtDQ HQFRQWUDGR OD FRFKLQDGD HVD
HQXQDFKDTXHWDDVtTXHORWUDMLPRV1RKLFLPRVQDGDPiV

En el ej em plo el t erapeut a averigua lo que pasaba ant es, durant e y después. Aunque
con algo de dificult ad, la fam ilia logra reconocer una regularidad en su com port am ient o
al m odo que describían St einglass y cols ( 1993) ( ver capít ulo 3) , es decir, la fam ilia
logra r econocer y pr edecir un pat rón de conduct a en r elación con el consum o.
Específicam ent e en est e caso, el pat rón de consum o par ece superponer se al pat rón de
discusiones ent r e los padres, lo que da pist as t am bién respect o de la funcionalidad del
sínt om a com o v er em os m ás adelant e.

La inform ación ent r egada por la fam ilia en est e ej em plo com ienza a ser de ut ilidad
para el t erapeut a en el sent ido de que ya ha descrit o algunos pat rones que la fam ilia
podría m odificar: la conduct a irrit able al int erior de la casa bien podría ser product o de
las preocupaciones pr oducidas por las peleas ent re los pares, pero t am bién podría ser
at ribuida a la presencia de un síndrom e de abst inencia en curso, lo que podría alert ar a
la fam ilia acerca de algunas m edidas que t om ar para evit ar que la próxim a vez que
aparezcan est os com port am ient os el PI salga de la casa a consum ir. De la m ism a
m anera velar el sueño luego del consum o podría ser un com port am ient o a m odificar.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Se exam inaron durant e la sesión los int ent os de solución y a raíz de lo inform ado por
la fam ilia, no par ece una idea de ut ilidad enviar al PI a la casa de la t ía en el sur .



/DVH[SOLFDFLRQHVGHODIDPLOLD

Com o exam inam os en el Capít ulo 3, las personas y las fam ilias nos dam os
explicaciones par a lo que nos ocurr e y en base a est as explicaciones es que
concebim os nuest ra realidad.

Con los problem as que t raen a las fam ilias a consult ar pasa lo m ism o. Las fam ilias
t raen explicaciones par a sus pr oblem as. Lo cr ucial de ellas es que, al definir cóm o
per cibim os la realidad, definen t am bién la m anera en que nos com por t am os. De est a
for m a, por ej em plo, no es lo m ism o explicarse el com port am ient o de consum o de un
fam iliar com o si se t rat ara de un vicio que si se t rat ara de una enfer m edad. El prim er
significado lleva a la consecuencia de sat anizar al consum idor com o un inescrupuloso y
falt o de fuerza de volunt ad o com o un irresponsable, lo que generará una serie de
em ociones negat ivas que invit arán a abandonarlo. El segundo significado, la
enferm edad, a su vez, puede t ener com o consecuencia em ociones de preocupación y
cuidado que llevarán a la fam ilia a prov eerle alt ernat ivas t erapéut icas al PI .

Ot r o fact or de im port ancia es que, para int ent ar co- const ruir con la fam ilia nuevos
significados que gener en nuevas conversaciones ( v er Capít ulo 3) y por lo t ant o, nuev os
com port am ient os, se r equiere conocer cuales son los significados ( o las explicaciones)
que las fam ilias t ienen respect o de aquello que les lleva a consult ar.

Dada la im port ancia, ent onces, de est os elem ent os, se hace conv enient e pregunt ar a
la fam ilia acer ca de las explicaciones que t ienen para el problem a que los lleva a
consult ar. La pr egunt a que perm it irá abordar est e t em a result a t an sim ple com o obvia,
se debe pregunt ar a la fam ilia: ¢&XiOHVODH[SOLFDFLyQTXHWLHQHQSDUDHOSUREOHPDTXH
OHVWUDHDFRQVXOWDU".

A veces no es fácil para la fam ilia responder, dado que no es una pregunt a habit ual de
realizar y los m iem bros de la fam ilia no parecen “v enir preparados” para ella. Sin
em bargo, en la gran m ayoría de los casos las per sonas han elabor ado alguna hipót esis
que les ayuda a explicar “porqué les pasa lo que les pasa” .

Si fuera el caso de que a una fam ilia o a un m iem br o de ella le result a difícil plant earse
la respuest a a est a pregunt a, se le puede plant ear algo así com o: ³2N8VWHGGLFHTXH

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

OHHVGLItFLOUHVSRQGHUHVWDSUHJXQWD/RHQWLHQGRSRUTXHQRHVXQDSUHJXQWDKDELWXDO
3HURVHUtDLQWHUHVDQWHVDEHUTXpKDSHQVDGRHQVXVQRFKHVGHLQVRPQLRFXDQGRVHKD
SUHJXQWDGR SRUTXp PH SDVD HVWR FXDOTXLHU UHVSXHVWD HV EXHQD LQFOXVR HVDV
KLSyWHVLVTXHKDGHVHFKDGRSRUTXHVRQXQSRFRORFDVORTXHPHLQWHUHVDVDEHUHVSRU
GyQGHYDQVXVSHQVDPLHQWRVDOUHVSHFWR´

Sobr e est e punt o el t er apeut a debe ser especialm ent e caut o y cuidadoso, int ent ando
generar el m ayor clim a de confianza posible, ya que algunas veces las per sonas t ienen
convicciones que suponen que no serán bienvenidas por t erceras per sonas. Ej em plo de
est o son explicaciones sobr e “m al de oj o”, bruj ería u ot ras por el est ilo. El t erapeut a
debe ser lo suficient em ent e flexible com o para dialogar con la fam ilia desde el m arco
de la propia cert eza de aquella, ent endiendo que est as son las creencias de la fam ilia y
que com o t ales son r espet ables y necesarias de conocer , aunque para algunos result en
sólo ideas super st iciosas.

Es im port ant e dest acar que est as explicaciones que t enem os para nuest r o
com port am ient o no son privat ivas de per sonas con m ay or nivel int elect ual o social.
Sería un err or m ayúsculo que el t erapeut a se apr oxim ara con est e pr ej uicio a
conv er sar con una fam ilia. Todos los seres hum anos t enem os explicaciones para lo que
nos pasa. Pr obablem ent e un profesional t endrá explicaciones con cont enidos m ás
“cient íficos”, m ient ras que per sonas con m enor form ación m ost rarán cont enidos de
m ayor “sent ido com ún”, pero t ant o las unas com o las ot ras sost ienen claras
explicaciones para lo que les ocur r e.

Cont inuando con nuest r o ej em plo, el abordaj e del t erapeut a podría ser :

7 $KRUD TXLVLHUD KDFHUOHV XQD SUHJXQWD XQ SRFR GLIHUHQWH  D  ORV TXH KHPRV
HVWDGRFRQYHUVDQGR¢&XiOHVODH[SOLFDFLyQTXHWLHQHQSDUDHOFRPSRUWDPLHQWR
GHFRQVXPRGH6HUJLR"

6LOHQFLRGHWRGRVORVDVLVWHQWHV 

7 4XLHUR GHFLU HQ JHQHUDO FXDQGR XQR WLHQH XQ SUREOHPD VH VLHQWD D SHQVDU
PXFKRHQpO9DHQHOPHWURSHQVDQGROOHJDDODRILFLQDRVHTXHGDHQODFDVD
\QRSXHGHWUDEDMDUSRUTXHVLJXHSHQVDQGRHQHOSUREOHPD\XQDGHODVFRVDV
TXH SLHQVD HV 3RUTXp SDVD OR TXH SDVD \ XQR SLHQVD HQ UHVSXHVWDV SDUD HVD
SUHJXQWD \ OOHJD D DOJXQDV FRQFOXVLRQHV DOJXQDV PiV ORFDV TXH RWUDV HQ ILQ
(QWRQFHV 4XLHUR SUHJXQWDUOHV *HRUJLQD FXiO HV OD H[SOLFDFLyQ TXH XVWHG
WLHQHSDUDORTXHOHSDVDD6HUJLR


I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

0<RORKHSHQVDGRPXFKRHQHVWRVGRVPHVHV9D\DVLORKHSHQVDGR\QR
OOHJRDXQDUHVSXHVWD

72N3HURSRUGRQGHPiVRPHQRVKDQLGRVXVUHIOH[LRQHV

0 <R FUHR TXH 6HUJLR WLHQH XQ SUREOHPD GH SHUVRQDOLGDG WLHQH XQD
SHUVRQDOLGDG PX\ UDUD FDPELDQWH 3LHQVR TXH HVR HV OR TXH OR  KD OOHYDGR D
FRQVXPLU 7DPELpQ D YHFHV KH SHQVDGR TXH QRVRWURV ORV SDSiV QR OR KHPRV
VDELGR JXLDU FRPR VLHPSUH SDVDPRV SHOHDQGR \ QR QRV SRQHPRV GH DFXHUGR
HQVXVFRVDV

70X\ELHQ<XVWHG$OIRQVR¢TXpH[SOLFDFLyQWLHQHSDUDHOFRPSRUWDPLHQWRGH
6HUJLR"

3 (VWR\ GH DFXHUGR FRQ *HRUJLQD FUHR TXH pO WLHQH DOJR HQ VX SHUVRQDOLGDG
SHURWDPELpQQXHVWUDVSHOHDVSXHGHQKDEHULQIOXLGR

7¢+D\DOJXQDGHHVWDVGRVDOWHUQDWLYDVTXHOHSDUH]FDPiVSODXVLEOH"

3<RFUHRTXHODSHUVRQDOLGDG

7$OHMDQGUD¢FXiOHVWXH[SOLFDFLyQSDUDHOFRPSRUWDPLHQWRGH6HUJLR"

$/RVDPLJRV7RGRFRPHQ]yFXDQGRpOHPSH]yDMXQWDUVHFRQXQJUXSRQXHYR
GHDPLJRV

7¢+DVSHQVDGRHQRWUDVDOWHUQDWLYDV"

$1R

72N<W~6HUJLR¢TXpH[SOLFDFLyQWLHQHVSDUDWXFRPSRUWDPLHQWR"

6<RFUHRTXHHVODGURJD(OYLFLRTXHWHDJDUUDXQDYH]TXH\DHPSLH]DVQR
WHUPLQDV \ TXLHUHV PiV \ PiV \ OXHJR HO FXHUSR WH OD SLGH <R FRPHQFp
FRQVXPLHQGRFRQDOJXQRVDPLJRVSHURDKRUDFRQVXPRODPD\RUtDGHODVYHFHV
VRORDVtTXH\RFUHRTXHHVWDFXHVWLyQPHDJDUUy

Vist o com o lo ponen los m iem bros de la fam ilia exist e un grupo de explicaciones que
cada uno t iene para el com port am ient o adict ivo de Sergio. El t erapeut a logró explicar
la idea de lo que cada uno piensa respect o del origen de los problem as que le aquej an
y cada m iem br o de la fam ilia com ent ó si propia explicación. Es int er esant e en el

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

ej em plo que am bos padres coincidan en sus explicaciones ( cosa curiosa dado su nivel
de descoordinación respect o de Sergio) y que am bos se abran a la posibilidad de que
sus discusiones est én de alguna m anera r elacionadas con el com port am ient o de
Sergio.

+LSyWHVLVIDPLOLDU

Un últ im o elem ent o que el t erapeut a debe t ener pr esent e dent r o de su abordaj e de la
prim era consult a es m ás una conclusión que una exploración con la fam ilia.

Tal com o se ex am inó en los Capít ulos 2 y 3, los sínt om as pueden ser concebidos com o
com unicaciones cuya finalidad es m ant ener el equilibrio de la fam ilia o la hom eost asis
fam iliar.

De est e m odo, durant e la exploración que se haga con la fam ilia el t erapeut a debe
t ener pr esent e en t odo m om ent o la siguient e pr egunt a: : ¢SDUD TXp OH VLUYH HO
FRQVXPRGHGURJDVRDOFRKRODHVWDIDPLOLDHQSDUWLFXODU". Se t r at a de buscar la
función que el sínt om a puede cum plir en una det erm inada fam ilia.

Est a conclusión se ofr ecerá a la fam ilia com o una form a alt ernat iva de ent ender sus
problem as y su part icipación en la m ant ención de la conduct a sint om át ica al int erior de
la fam ilia.

En nuest r o ej em plo podría concluirse que la función del consum o de drogas de Sergio
apunt a a m ant ener el equilibrio de la relación de los padres expuest a a fr ecuent es
t ensiones en las que él y su com port am ient o par ecen ser el t em a de discordia.
Concom it ant em ent e con aquello, el com port am ient o de salir de la casa a consum ir
m oviliza las em ociones de la fam ilia de m odo que con la rabia de Alfonso y con el
nerviosism o y la culpabilidad de Georgina las discusiones se det enían, reinst alándose
un equilibrio frágil, que luego de un t iem po se verá nuevam ent e t ensionado ya que los
part icipant es del sist em a no han variado sus posiciones. En el sent ido expuest o, la
conduct a de consum o de Sergio act úa com o un regulador de la t ensión fam iliar y de
esa m aner a cum ple con su r ol de m ant ener la hom eost asis fam iliar.

La r ecolección de dat os acerca del com port am ient o de la fam ilia expuest a hast a aquí
brinda al t erapeut a los elem ent os que le perm it irán com prender las r elaciones
fam iliares y llegar a conclusiones r espect o de los equilibrios que los sínt om as int ent an
m ant ener . A m edida que la experiencia clínica del t erapeut a aum ent e, m ás fácil y
posible será obt ener est as conclusiones.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Sin em bargo, exist en casos en los que no r esult a del t odo fácil generar est e t ipo de
conclusiones. En esos casos la siguient e pregunt a ha probado clínicam ent e ser de
ut ilidad:

/RTXHYR\DSODQWHDUOHSXHGHUHVXOWDUXQSRFRFXULRVR/HVXJLHURTXHSLHQVHVX
UHVSXHVWD SRUTXH OD SUHJXQWD TXH YR\ D KDFHUOH QR HV PX\ WUDGLFLRQDO SRU OR TXH
VXSRQJR TXH QR KD SHQVDGR DQWHV HQ OD UHVSXHVWD 1R WLHQH SRUTXp UHVSRQGHUPH
DKRUDVLTXLHUHSXHGHSHQVDUORKDVWDODVLJXLHQWHYH]HQTXHQRVHQFRQWUHPRV

/DSUHJXQWDHVODVLJXLHQWH¢4XpEHQHILFLRREWLHQHODIDPLOLDTXpJDQDODIDPLOLD
FRQHO FRPSRUWDPLHQWR GHOSDFLHQWHtQGLFH FRQVXFRQVXPR\WRGROR TXHKDFH "
/D~QLFDUHVSXHVWDSURKLELGDHVTXHODIDPLOLDQRJDQDQDGD/HUXHJRTXHSLHQVH
FXDOTXLHU UHVSXHVWD D HVWD SUHJXQWD DXQTXH OH SDUH]FD D VLPSOH YLVWD XQ SRFR
H[WUDxD SLHQVHTXHODSUHJXQWDHVWDPELpQXQSRFRUDUD SHURUHFXHUGHTXHWLHQH
SURKLELGRUHVSRQGHUTXHODIDPLOLDQRJDQDQDGD´

Habit ualm ent e est a pr egunt a es ent r egada par a pensar se ent r e sesiones y en t érm inos
generales es respondida siguiendo las inst rucciones ent regadas. La m ayoría de las
veces, las fam ilias aport an, con sus respuest as a est a pregunt a, inform ación relevant e
para pr oponer a la fam ilia un punt o de vist a respect o de las funciones que cum ple el
sínt om a para ellas.

Hay que t ener present e, sin em bargo, que las conclusiones a las que llegue el
t erapeut a serán siem pr e hipót esis que deben ser probadas con la fam ilia en el sent ido
de exam inar si lo que se le plant ea les r esult a razonable o no.

(O)LQDOGHOD3ULPHUD&RQVXOWD'LDJQyVWLFR)DPLOLDU

Recapit ulando lo dicho hast a est e m om ent o, el t erapeut a debe explorar en una prim era
consult a los siguient es elem ent os:

( a) Descripción de la fam ilia

( b) Aclaración del m ot ivo de consult a fam iliar

( c) Pat rones I nt eraccionales Mant enedores del Sínt om a y

( d) Explicaciones de la fam ilia para el com port am ient o sint om át ico



I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Una vez abordados est os punt os, el t erapeut a est ará en condiciones de elaborar un
diagnóst ico fam iliar respect o del problem a que t rae a la fam ilia a consult ar, que debe
cont ener por lo m enos los siguient es punt os:

( a) Descripción de los pat rones int eraccionales m ant enedores del consum o de
drogas.

( b) Descripción de las soluciones int ent adas por la fam ilia para solucionar el
problem a de consum o de dr ogas de uno de sus m iem bros.

( c) Form ulación de una Hipót esis Fam iliar

Est e diagnóst ico fam iliar puede v erse enriquecido con la descripción de:

( d) El clim a em ocional general de la fam ilia, y

( e) La descripción de ot r as ár eas pr oblem a afect adas com o consecuencia del


consum o de dr ogas de uno de sus int egrant es.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

&DStWXOR
0HFiQLFD7HUDSpXWLFDGHOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU
&RQWLQXLGDGGHOD$WHQFLyQ

Hast a est e m om ent o hem os hecho un recor rido que nos ha llevado desde el saludo
inicial a la fam ilia hast a la const rucción de un diagnóst ico fam iliar en relación a sus
problem as. En est e capít ulo exam inarem os algunas direct rices acer ca de cóm o se
cont inuará la at ención de la fam ilia en las sucesivas sesiones que se desarr ollarán con
ella.

La cont inuidad de la I nt erv ención Fam iliar se cent rará en las siguient es t res líneas de
acción:

( a) La generación de un sent ido alt ernat ivo que ex plique la conduct a de la fam ilia,

( b) La m odificación y cont rol de pat rones int eraccionales que m ant ienen el
com port am ient o de consum o, y

( c) La cont ención em ocional de la fam ilia.

8QVHQWLGRDOWHUQDWLYRSDUDODIDPLOLDODFRQVWUXFFLyQGHVROXFLRQHV

Com o se dij o en el Capít ulo 5, la I nt erv ención Fam iliar est á orient ada, ent r e ot ras
cosas, a ofrecer a la fam ilia un sent ido alt ernat ivo que explique su conduct a y que le
perm it a iniciar un nuevo t ipo de conversaciones y por lo t ant o de conduct as a su
int erior ( v er Capít ulo 2) .

Los cont enidos con los que se const ruirá est a explicación o sent ido alt ernat ivo surgen
direct am ent e del pr oceso diagnóst ico exam inado m ás arriba y específicam ent e de la
hipót esis fam iliar que se const ruy ó en ese pr oceso.

En esencia la idea es concluir, en conj unt o con la fam ilia, cuál es el panoram a general
de la int eracción ent r e sus m iem bros y llegar a una conclusión respect o de la función
que cum ple el sínt om a para esa fam ilia en part icular.

Com o se ha exam inado r epet idam ent e en est e t rabaj o, los sínt om as m ant enidos al
int erior de la fam ilia se orient an a “encubrir” conflict os fam iliares que desde el punt o
de vist a, m ás o m enos conscient e de los m iem br os de la fam ilia, represent an una
am enaza a la m ant ención de la m ism a.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

El cam ino que se sigue con la fam ilia en est a et apa de la I nt er vención Fam iliar int ent a
un recorrido difer ent e, en el sent ido de m ost rarle a la fam ilia que han elegido una
for m a de adapt ación que ha r esult ado eficient e ( ya que la fam ilia sigue en pie) , pero
cost osa, ya que involucra la ent rega o “sacrificio” de uno de sus m iem bros, el PI ,
m ient ras que por ot ro lado, ocult a el conflict o de base dej ando a la fam ilia at rapada en
una sit uación que se vuelve crónica.

Most rar est e “m ecanism o” a la fam ilia t iene un efect o im pact ant e que le dificult a seguir
adelant e con “m ás de lo m ism o”, m ient ras que, al m ism o t iem po, abre la posibilidad al
t erapeut a para hacer una invit ación t an sugerent e com o obvia: “si hem os descubiert o
que el consum o de drogas de uno de sus m iem bros cont ribuye a que ust edes r egulen
un conflict o o una preocupación im port ant e, per o por algún m ot ivo difícil de enfrent ar ,
m irem os ese conflict o o pr eocupación de frent e y t rabaj em os direct am ent e sobr e él,
dej ando de lado el com port am ient o adict ivo que hast a el m om ent o ha operado com o
si fuera una pant alla de hum o”.

Est a invit ación, de ser acept ada por la fam ilia, abre el cam ino para iniciar una
conv er sación difer ent e a su int erior, para abor dar los conflict os que la t ensionan y para
descubrir cuales han sido los m ecanism os regulador es que han puest o en m archa, per o
que no les han ayudado a r esolver sus pr oblem as de m anera de r ecobr ar la fluidez en
la vida fam iliar.

Las siguient es sesiones con la fam ilia est arán orient adas al enfr ent am ient o de est os
conflict os y a la búsqueda de soluciones para ellos. Así, el consum o de drogas queda
desart iculado en su función prot ect ora del sist em a y puede com enzar a ser superado,
ya que com ienza a dism inuir la probabilidad de que la fam ilia genere com port am ient os
que cont ribuyan a su m ant ención puest o que el conflict o “de base” est á siendo
enfr ent ado t erapéut icam ent e.

En el ej em plo que hem os v enido analizando, la invit ación a la fam ilia de Sergio puede
ser a enfr ent ar direct am ent e el conflict o ent re los padres que apar ece r egulado por el
com port am ient o de consum o.

Hay que r ecalcar aquí, com o ya se expuso en el Capít ulo 3, que lo que se plant ea a la
fam ilia no es un punt o de vist a cándido de t ipo causal lineal en la dirección de que el
consum idor desar rolla est e com port am ient o SRUTXH la fam ilia t iene un conflict o. Lo
que se le est á m ost rando a la fam ilia, e invit ando a m odificar, es la for m a en que ellos
cont ribuyen a la PDQWHQFLyQ de ese com por t am ient o. Una buena form a de m ost rar
con claridad est a idea es r ecalcar el hecho de que ellos han desarr ollado una serie de
com port am ient os ( m uchos de los cuales han requerido gran ener gía física, per o

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

sobr et odo em ocional) que han cont ribuido de una m anera concr et a y decisiva a la
m ant ención o incluso al fom ent o de la conduct a adict iva ( ver Capít ulo 3) .


0RGLILFDFLyQ \ FRQWURO GH SDWURQHV LQWHUDFFLRQDOHV TXH PDQWLHQHQ HO
FRPSRUWDPLHQWRGHFRQVXPR

Durant e el desar rollo de las sesiones de I nt er v ención Fam iliar m uchas veces la fam ilia
pondrá en m ar cha pat r ones int eraccionales que cont ribuirán a la recaída del PI . Est o
puede ser int erpret ado en t érm inos de que la fam ilia aún est á en t r ánsit o hacia una
nueva organización que le perm it a superar los conflict os en los que se ha ent ram pado
hast a ese m om ent o, por lo que m uchas veces “r ecaerá”, t al com o el PI , en viej as
práct icas de com port am ient o que hast a ese m om ent o le han sido de ut ilidad.

La función del t erapeut a apunt a aquí a ident ificar est os pat r ones de int eracción y a
m ost r arlos a la fam ilia para hacerlos conscient es y para int ent ar m odificar aquellas
práct icas.

Ej em plos de est os pat r ones int eraccionales son la invit ación de la esposa al m arido
para pr eparar el pisco sour del aperit ivo, la acept ación de la par ej a para que el
pacient e cit e a los am igos a la casa para v enderles la últ im a m arihuana que le queda o
la ent rega de dinero al adolescent e un sábado por la noche.

Al igual que el t erapeut a est á preparado para las recaídas de sus pacient es, debe
est arlo t am bién para la aparición de est as conduct as y no debe desalent arse por las
m ism as. Un enfoque de ut ilidad puede ser pr egunt arse, j unt o con la fam ilia, cuál es el
sent ido de est e com port am ient o, en la m ism a línea que se ha analizado ant eriorm ent e.
Se puede pr egunt ar a la esposa, por ej em plo, ³OD YHR PX\ HPSHxDGD HQ JDVWDU
HQHUJtD HQ FRQWULEXLU D TXH VX PDULGR UHFDLJD SRU HMHPSOR DO SHGLUOH TXH KDJD HO
SLVFRVRXUSDUDORVLQYLWDGRV DXQTXHVXSUREOHPDQRVHDHOSLVFR ¢&yPRHVTXHHVWR
RFXUUH" ¢D TXp DWULEX\H XVWHG TXH HVWp GLVSXHVWD GH IRUPD LQFRQVFLHQWH  D KDFHU
HVWR" ¢VLJXH HO FRPSRUWDPLHQWR GH FRQVXPR FXPSOLHQGR XQ IXQFLyQ GH XWLOLGDG SDUD
XVWHGHV"´

Muchas v eces al plant ear la part icipación de la fam ilia en la recaída de un pacient e se
corr e el riesgo de ent rar en una discusión acer ca de la “culpabilidad” que ellos t ienen
en t al event o. Una for m a de salir de est a discusión es proponer una dist inción ent re
culpabilidad y responsabilidad ( Coddou y Méndez, 2002) . Lo que el t erapeut a propone
es exam inar el grado de responsabilidad que se t iene en los act os y no el de
culpabilidad.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

En nuest ro país solem os confundir la culpa con la responsabilidad, habit ualm ent e,
cuando quer em os referirnos a la for m a en que alguien part icipa de un ev ent o
pregunt am os “¿quién t iene la culpa?” o decim os “la culpa fue de t al”. Lo que
inadvert idam ent e se nos cuela en est a confusión son las consecuencias, bast ant e
diferent es, a las que lleva el pensar en culpa o responsabilidad. La culpa im plica
necesidad de reparación y por lo t ant o la aplicación de un cast igo o una m ult a. La
responsabilidad en cam bio, im plica ent ender cual es el grado de part icipación de uno
en los ev ent os, es decir el grado de cont rol que una persona t iene sobr e una por ción
de los ev ent os en los que se desenvuelve ( Coddou y Méndez, 2002) .

De est a m anera y pensando en las consecuencias, las personas que ent ienden que se
les est á “culpando” por el com port am ient o de su fam iliar consum idor de dr ogas
t enderán a defenderse y a encont rar inj ust as las apreciaciones del t erapeut a. En t al
escenario, el t erapeut a debe esforzarse por hacer est as dist inciones y proponer a la
fam ilia que se est á hablando de r esponsabilidad y por lo t ant o, del gr ado de cont r ol
que ellos t ienen respect o del com port am ient o de su fam iliar. Cuando los m iem bros de
la fam ilia ent ienden est a diferencia, la em oción preponderant e es de t ranquilidad ya
que aum ent a su percepción de cont r ol de la sit uación.

&RQWHQFLyQ(PRFLRQDO

Una últ im a línea de acción en el desar rollo de la I nt erv ención Fam iliar se refiere al
apoyo y cont ención em ocional que el t erapeut a puede ofrecerle a la fam ilia.

Exam inar y conv er sar sobr e las em ociones que la fam ilia t iene en el desar rollo del
t rat am ient o, t ranquilizar a la fam ilia frent e a las sit uaciones de r ecaída, ent regar
inform ación respect o del curso y el desarr ollo del problem a de adicciones u ot ra
inform ación que la fam ilia requiera, son acciones que cont ribuyen a la m ant ención y
fom ent o del bienest ar de la fam ilia en el curso del t rat am ient o.

La I nt er vención Fam iliar debe const it uirse en un espacio en el cual la fam ilia sient a que
t iene sost én para enfr ent ar los m om ent os difíciles de la recuperación de su fam iliar con
problem as de drogas.







I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

(OFLHUUHGHOD,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDU

La int ervención fam iliar acaba cuando se alcanzan los obj et ivos t er apéut icos.

En t érm inos generales, indicadores de que la fam ilia ha superado su sufrim ient o o su
preocupación son que la em oción de la fam ilia en las sesiones de I nt erv ención
com ienza a ser de t ranquilidad y la conver sación va virando hacia t em as que ya no
t ienen que ver con preocupaciones y pr oblem as.

La conv er sación dej a de ser t rascendent e, grav e o seria y com ienza aparecer el hum or
y el buen hum or y en el cont enido, los asist ent es reconocen una m ej oría de la
sit uación.

Frent e a las pr egunt as del t erapeut a, la fam ilia r econoce cam bios en su int eracción y
en la form a de abordar sus problem as, se sient e sat isfecha con esos cam bios y plant ea
de form a abiert a, clara y consist ent e que sus problem as se han superado o est án en
franca vía de superar se. Concuerdan, adem ás con el t erapeut a en que r esult a oport uno
com enzar a t erm inar la I nt erv ención.

En ese m om ent o debe com enzar a cerrarse la I nt erv ención.

Ot r os indicadores pueden ser el logro de obj et ivos concr et os que, ev ent ualm ent e, se
hayan pact ado con la fam ilia, com o por ej em plo, el cum plim ient o de un período de
t iem po sin episodios de violencia o la prom oción de curso del hij o.

El cierr e de la int erv ención fam iliar varía dependiendo del cont ext o en el que se de, ya
sea que se t rat e de una int ervención única o que form e part e de un pr ogram a
t erapéut ico. De t rat ar se del segundo escenario el cierre pr obablem ent e se dará j unt o
con el cierr e del conj unt o del t rat am ient o.

En t odo caso, al cierr e de la I nt erv ención Fam iliar se deben reforzar los logros
alcanzados y se dej ar á abiert a la posibilidad para ev ent uales nuevas consult as.
Dependiendo de la com plej idad del caso y/ o del deseo de la fam ilia, se pueden
program ar sesiones de “cont r ol” con una periodicidad de una vez por m es los prim er os
t res m eses y cada dos m eses los siguient es cuat ro.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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En est e capít ulo exam inarem os el m anej o de elem ent os o sit uaciones específicas a
t ener en cuent a durant e el desarr ollo de la I nt er vención Fam iliar.

$OJXQRVHOHPHQWRVFOtQLFRVSDUDQRSHUGHUGHYLVWD

La experiencia clínica m uest ra regularidades en la form a en el abor daj e del t rabaj o


fam iliar con fam ilias con un m iem bro con pr oblem as de drogas. En est e apart ado se
harán suger encias sobre algunos elem ent os que pueden ser de ut ilidad para los
t erapeut as que im plem ent en est as int ervenciones. Se t rat a de un pequeño list ado de
elem ent os para t ener en cuent a durant e la int erv ención.

( a) . Nunca olvidar al padre.

Est e es t al vez el elem ent o de m ayor im port ancia. Con r epet ida fr ecuencia, y t al
com o ocurr e en la dinám ica fam iliar norm al, los padres r esult an ser los
m iem bros de la fam ilia que m enos asist en a la I nt erv ención Fam iliar. Est a
ausencia puede llevar a que dent r o de la propia int ervención se le dej e afuera
com o un t em a de relev ancia o sim plem ent e se olvide pregunt ar por su punt o de
vist a, lo que es una for m a de cont inuar en la I nt erv ención con la regla ut ilizada
por la fam ilia y que ha probado no ser út il.

Por ot ro lado, result a t am bién bast ant e fr ecuent e que los propios PI , en caso de
t rat arse de hij os de la fam ilia, t engan a su vez la percepción de problem as
sev eros con esos padres, los que m uchas v eces com ienzan con la percepción de
abandono por part e de ellos.

La sugerencia es a m ant ener la figura del padre siem pre pr esent e durant e el
desarr ollo de la I nt erv ención Fam iliar. Una form a de hacerlo es pr egunt arle
insist ent em ent e a la m adre ( de quien se presupone un conocim ient o
desarr ollado del padre y sus r eacciones) qué opinaría el padre frent e a lo que se
est á conv er sando en la sesión. Ot ra form a de t enerlo present e es colocando una
silla vacía y pregunt ando a la fam ilia en qué posiciones se sent aría cada uno si
esa silla represent a al padre.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

( b) . Enfat izar las consecuencias.

En varias oport unidades las fam ilias se desalient an debido a que en el


t ranscur so de la int ervención surgen inform aciones que la fam ilia desconocía
respect o de acciones del PI . Ej em plos de ello son la aparición de deudas del PI
con los t raficant es o el robo de obj et os a un fam iliar que nunca lo descubrió o
no quiso decirlo a la fam ilia.

Est as sit uaciones son vividas por la fam ilia com o si se t rat ara de un ret roceso
en el t rat am ient o, y con una sensación com o si se t r at ara de acciones que est án
ocur riendo en la act ualidad. En est e escenario es siem pr e conv enient e r ecordar
a la fam ilia que no se est á asist iendo a event os que ocurr en en la act ualidad,
sino que se est án cosechando consecuencias de acciones pasadas y que la
" confesión" de las m ism as t am bién result a un avance del proceso.

( c) . El m anej o de la duda sobre el consum o.

Principalm ent e al inicio de la I nt erv ención o del Trat am ient o del PI es bast ant e
fr ecuent e que la fam ilia se m uest r e at orm ent ada por la duda respect o del
consum o del PI o acer ca de cóm o saber si consum ió o no. Muchas veces est a
duda absorbe buena par t e del t iem po dest inado a la I nt er vención.

Par e enfr ent ar est a sit uación el t erapeut a debe proponer una dist inción ent re
cert eza y confianza.

La confianza alude al hecho de decidirse a pensar que una det erm inada cosa
ocur rirá, en ausencia de la t ot al cert eza de que así es. Una persona confía por
ej em plo, en que su m arido est á en el t rabaj o a pesar que no t iene indicadores
concret os y de cert eza acerca de que así es, de est a m anera, t om a una decisión
( que la m ayoría de las veces no es conscient e) y piensa que las cosas ocur ren
de una det erm inada form a. La confianza, ent onces es una opción de
pensam ient o y em oción que t ranscur re cuando no hay cert eza de algo. Si exist e
cert eza no hay cabida para la confianza, ya que est a es innecesaria e inút il en
ese cont ext o. En nuest ro ej em plo, si la persona llam a al m arido al t rabaj o y
est e le r esponde, ent onces ya no t iene confianza de que el m arido est á ahí, sino
que t iene un dat o acerca de su presencia en ese lugar, de est a m anera no
confía en que est é ahí, sino que sabe ( t iene cer t eza) que est á ahí.

Ahora bien, al ser la confianza una opción, t am bién puede ser una opción en
t érm inos de salir arbit rariam ent e de una sit uación de desconfianza. Dados
ciert os elem ent os, la per sona puede opt ar por confiar, por " deposit ar" la

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

confianza en ot r o. Est o t am bién com o una for m a de salir del dolor de la


desconfianza, es decir " opt o por confiar para no seguir ent ram pada en el dolor
de la desconfianza" , es una opción " m ezquina" por la t ranquilidad personal.

Para hacer posible est a opción se le indica a los fam iliares que hagan un list ado
de los com port am ient os y signos que indudablem ent e les ent r egan cert eza
absolut a de que el PI ha consum ido ( ej em plos t ípicos de est o son oj os roj os,
esquivar la m irada, ent rar a la casa y no saludar, irrit abilidad, discurso
acelerado, et c.) . Est e list ado se afina con la ayuda del PI hast a llegar a aquellos
indicadores que de una m anera clara y precisa se pr esent an exclusivam ent e y
sin lugar a dudas sólo cuando el PI ha consum ido. A est e list ado se le llam ará
" I ndicador es de Cert eza" ( se puede pensar en incluir pruebas de drogas en
orina com o elem ent os para " salir de dudas" , siem pre y cuando se negocie est o
con el PI y se est ablezca la regla de que las discr epancias que puedan surgir a
raíz del result ado de la prueba son t rat adas en sesión de I nt erv ención Fam iliar) .

La invit ación siguient e a la fam ilia es que, de no present arse los indicador es de
cert eza que hem os desarr ollado, pueden opt ar por confiar en que el PI no ha
vuelt o a consum ir.

(OPDQHMRGH6LWXDFLRQHV'LItFLOHV

Com o se plant eó m ás arriba no es com ún que las fam ilias gener en sit uaciones
com plej as en el cont ext o de la int erv ención fam iliar, sin em bargo exist en dos
sit uaciones que pueden result ar com plej as de m anej ar, especialm ent e para t erapeut as
inexpert os: el llant o de uno de los m iem bros de la fam ilia y una discusión durant e el
desarr ollo de la sesión. Exam inarem os am bas sit uaciones.

( a) El m anej o del llant o de uno de los fam iliares.

En algunas ocasiones los m iem bros de un sist em a fam iliar ext eriorizan sus
em ociones llorando durant e la sesión. Lo part icularm ent e perplej izant e es que el
llant o aparece m uchas veces com o una irrupción de lágrim as frent e a est ím ulos,
com o por ej em plo una pregunt a o un com ent ario, que aparent em ent e no deberían
t ener com o consecuencia t al reacción em ocional. Desde est e punt o de vist a, la
aparición del llant o surge com o una sorpr esa que dej a det enida la conver sación y
genera un brusco cam bio de la em oción, produciéndose generalm ent e silencio
ent re t odos los asist ent es.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Frent e a est a sit uación el t erapeut a debe dej ar el espacio para que la per sona llore
y no debe int erv enir en aquello, a la esper a de que alguno de los fam iliares
reaccione. Tam poco debe consolar a la per sona que llora, ya que si esa em oción
est á ahí es por un m ot ivo que el t erapeut a debe av eriguar. Por supuest o, no se
t rat a de que el t erapeut a quede im pert ér rit o, com o una piedra, sino de echar se
para at rás en una señal de respet o con el dolor de esa per sona, esperando que ella
se desahogue, per o siem pre en una act it ud de ent ender lo que ocur re. Una buena
for m a de r et om ar la conver sación es pr egunt ar a la persona que lloraba: ¢4XpIXH
ORTXHOHGLRSHQD".

( b) El m anej o de las discusiones.

El algunas oport unidades, los m iem br os de la fam ilia pueden enfrascarse en una
discusión que puede llegar a t ransform arse en una escalada corriendo el riesgo de
llegar a convert irse en una pelea.

El t erapeut a debe confiar en t odo m om ent o en su aut oridad dent ro del box de
at ención. La fam ilia invariablem ent e respet ará lo que él diga y lo que indique.

En est as condiciones, el t erapeut a t iene dos opciones: obser var cóm o se da la


sit uación por un m om ent o y luego int ervenir o hacerlo inm ediat am ent e. La
suger encia aquí siem pre va a ser obser var la int eracción de la fam ilia porque ello
ent rega elem ent os para com prender m ej or el am bient e fam iliar, sin em bargo est o
debe quedar a crit erio del t erapeut a y de la t ranquilidad que sient a sobre int erv enir
en est as sit uaciones.

Det ener una escalada de est e t ipo en realidad no es difícil. Muchas veces bast a con
hacer un gest o con la m ano señalando lo inadecuado de aquella discusión. Ot ras
veces conviene decirles: OHV VXJLHUR TXH QR VLJDQ SRU HVH FDPLQR SRUTXH \D
VDEHPRV D GRQGH YDQ D OOHJDU \ SRU OR PLVPR QR WLHQH VHQWLGR HQ HO FRQWH[WR GH
XQD LQWHUYHQFLyQ HQ TXH HVWDPRV EXVFDQGR VROXFLRQHV \ FDPLQRV GLIHUHQWHV D ORV
TXH\DUHDOL]DQHQVXFDVDFRPRSRQHUVHDSHOHDU

Ot ra alt ernat iva es hacer algo un poco m ás osado: ej ecut ar alguna conduct a no t an
" propia" de un t erapeut a ( com o aplaudir o parase del asient o o m ost rarse
sorpr endido por una hoj a del m acet er o) de m odo de dej ar a los asist ent es
perplej os, pr opiciando así un cam bio de em oción para luego explicar que se hizo
eso par a sacarlos de la escalada de una discusión.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Siem pre puede usar se el sent ido com ún y det ener la sesión si la escalada de
discusión no se puede cont rolar explicando que t ant o ellos com o el t erapeut a
pierden su t iem po si nadie se com pr om et e a com port arse de una m anera difer ent e
a cóm o lo hacen habit ualm ent e.

Por fort una est os ev ent os son los m enos fr ecuent es.

/DFXULRVLGDGFRPRPRWRUGHODH[SORUDFLyQWHUDSpXWLFD

Keeney ( 1992) com para la psicot erapia con una visit a guiada a un m useo, en la que el
guía es el pacient e y el visit ant e es el t erapeut a quien t iene la posibilidad de pregunt ar,
a m edida que el pacient e m uest ra los cuadr os de su vida. En general es el pacient e
quien elige qué m ost r ar y qué no, per o est a visit a por los cuadros de la vida del
pacient e o de la fam ilia es una em pr esa conj unt a en la que el t erapeut a puede dej arse
im presionar por los det alles y solicit ar que le abran puert as o le m uest ren rincones que
el pacient e sólo había m ost rado superficialm ent e.

Est a m et áfora sirv e para pr oponer una idea fundam ent al: la curiosidad debe ser el
m ot or de la exploración cuando se ent r evist a a una fam ilia. Result a adecuado dej ar se
sorpr ender y usar est e im pulso, la curiosidad, com o un elem ent o básico que orient e la
conv er sación.

La curiosidad t iene el lím it e de lo ét icam ent e acept able para una conversación en el
cont ext o de un t rat am ient o por drogas. Aquí la curiosidad no se refiere a conocer
aspect os m orbosos sólo por el poder que ot orga el sillón de t erapeut a. Se r efier e m ás
bien a la curiosidad en el cont ext o de la responsabilidad t erapéut ica.

Seguir el im pulso de la curiosidad genera cam ino explorat orios int er esant es que
ent regan dat os que de ot ra m anera no apar ecerán en la conversación t erapéut ica. En
est e sent ido, cualquier elem ent o que llam e la at ención del t erapeut a ( aquellas
pequeñas incoher encias, los det alles de una descripción, el significado que le at ribuyen
las personas a concept os o sit uaciones, et c.) debe ser explorado a fondo com o una
posible fuent e de dat os de im port ancia para la t erapia.

Mant ener la curiosidad t erapéut ica será siem pr e una form a de m ant ener la riqueza de
la conver sación y la int erv ención.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

¢<TXpKDFHUVLQRKD\IDPLOLD"

Una sit uación bast ant e infrecuent e, per o con alguna probabilidad de ocur r encia se
refiere a pacient es que no t ienen fam ilia.

Desde el punt o de vist a de est e t rabaj o en t ales ocasiones no result a im posible el


desarr ollo de un t rabaj o fam iliar, sin em bargo, lo que debe aclararse prim er o es qué
se quiere decir cuando se plant ea que un pacient e no t iene fam ilia: ¿Se est á
plant eando que el pacient e t iene fam iliares que no est án dispuest os a asist ir a t erapia,
o se est á diciendo que efect ivam ent e el pacient e “no t iene a nadie en el m undo”?.

Dada la definición de fam ilia con la que t rabaj am os en est e t ext o “no t ener a nadie en
el m undo” es una realidad m uy im probable en nuest ro país, sin em bargo,
explorarem os t am bién esa posibilidad para ver cóm o int ervenir.

( a) Fam iliares r eacios asist ir a t erapia.

Tal vez una de las experiencias m ás frecuent es experim ent adas por pr ofesionales o
t écnicos que desarr ollan I nt erv enciones Fam iliares es que a la hora de planificar la
invit ación a la fam ilia del pacient e, est e plant ee que sus fam iliares no asist irán a la
t erapia.

Debido a est o, siem pre es conv enient e t om ar est as palabras con algún grado de
escept icism o e insist ir en la invit ación a los fam iliares ut ilizando las est rat egias que
revisam os en el Capít ulo 5. En una am plia cant idad de casos est as est rat egias son
suficient es para que los fam iliares asist an a t erapia, por lo que debe insist irse
reit eradam ent e sobr e ellas ant es de que el t erapeut a se de por v encido.

En el caso de que uno o m ás fam iliares se r ehusen a present arse a la I nt erv ención
Fam iliar, puede recur rirse a la t écnica de sust it uir el espacio que el fam iliar
ocuparía por una silla vacía. Se puede pedir adem ás a alguno de los present es que
le t om e una fot o al fam iliar ausent e para colocarla en la silla. Est a var iant e cum ple
por una part e con represent ar la posición del parient e en un espacio del box
t erapéut ico, per o t am bién est á diseñada para generar ciert o grado de inst igación a
ese pacient e para pr esent arse a la sesión, después de t odo, lo que se com unica en
est e act o es algo así com o “bien, si t ú no quier es ir, por lo m enos v oy a llevar una
fot o t uya”.

Al inicio de la sesión debe pr egunt ársele a los asist ent es dónde se colocará la silla-
parient e y se debe pr egunt ar si cada uno est á suficient em ent e cóm odo en r elación
a la posición respect o de esa silla- parient e, pidiendo que se acom oden hast a

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

sent irse r ealm ent e cóm odos. La observación de la dist ancia y la posición que
fam iliares colocan respect o de la t al silla- parient e ent r ega inform ación de
relevancia al t erapeut a.

Durant e la sesión se le pregunt ará a los asist ent es cuál sería la opinión de ese
parient e ausent e frent e a lo conversado y se t om ará esa opinión com o su fuera la
corr ect a. Se debe designar a uno de los asist ent es com o el port av oz de la t erapia
fr ent e al ausent e y a la vez el encargado de chequear su opinión en aquellos casos
en los cuales est a sea poco conocida. Tam bién est e port av oz se llevará t areas para
realizar con el parient e ausent e ent r e sesiones.

La experiencia clínica m uest ra que con est as soluciones, unidas a la paradoj a que
involucran, se generan m ovim ient os en la fam ilia que en una am plia cant idad de
casos hace que el par ient e ausent e se present e ( a v eces sólo de visit a) a la
I nt erv ención Fam iliar. Por ot r o lado, adem ás, est as soluciones perm it en el
desarr ollo de la I nt erv ención aún en ausencia de algunos de los m iem bros de la
fam ilia.

( b) Pacient es sin nadie en el m undo.

Com o se dij o m ás arriba, la definición de fam ilia con la que hem os t r abaj ado aquí
hace que est e escenario sea alt am ent e im probable de exist ir, por lo que se
recom ienda al t erapeut a insist ir en la búsqueda de ot r o significat ivo.

Muchos pacient es en est a sit uación m uest ran m ás bien las consecuencias de sus
propias elecciones ( cuyos orígenes es necesario explorar) por desvincularse
t ot alm ent e de sus fam iliares o incluso sus am igos, por lo que en est os casos, los
obj et ivos del t rabaj o fam iliar varía enorm em ent e de lo plant eado aquí.

En efect o, com o aquel pacient e no ha est ablecido pat r ones regulares de int eracción
con sus parient es y/ o am igos y no com part e ínt im am ent e con ellos, la búsqueda de
los elem ent os que plant eam os aquí, basados en las regularidades del
com port am ient o de un grupo de personas, en realidad carece de sent ido. El
obj et ivo de la int ervención ent onces se redefine en el sent ido de buscar se la r e-
vinculación del pacient e con per sonas significat ivas para él.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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La I nt erv ención Fam iliar propuest a aquí est á diseñada para ser aplicada en sesiones de
45 m inut os con una periodicidad de 1 vez a la sem ana y con una fam ilia a la vez.
Dependiendo de la com plej idad del caso, las sesiones podrían espaciarse hast a a dos
veces al m es.

Debido a que el m at erial con el que se t rabaj a durant e la sesión proviene de la propia
vivencia de la fam ilia y a que m uchas v eces la fam ilia se lleva t ar eas para realizar
ent re sesiones, son escasas las oport unidades en que las fam ilias se beneficiarán de
una asist encia m ás fr ecuent e que una vez por sem ana.

La I nt er vención Fam iliar es una int erv ención pot ent e que par ece m ult iplicar el im pact o
de sus m ovim ient os en r elación a int ervenciones individuales. Por lo m ism o t iende a
ser una int ervención relat ivam ent e br ev e. La experiencia clínica m uest ra que
t erapeut as experim ent ados logran result ados t erapéut icos com plet os ent r e en un
espacio de ent r e 10 y 16 sesiones. Es bast ant e poco fr ecuent e que la I nt erv ención se
ext ienda m ás allá de 20 a 25 sesiones.

1LYHOHVGHUHVROXWLYLGDG

La I nt erv ención Fam iliar expuest a en est e t rabaj o puede ser adapt ada a diversos
niveles de r esolut ividad para la at ención de per sonas con problem as de drogas.

De est a m anera, sobr e la base de un esquem a diagnóst ico com ún, t er apeut as m enos
experim ent ados pueden acom pañar a la fam ilia ent regando cont ención em ocional, y
ayudando a ident ificar pat rones int eraccionales que m ant ienen el com port am ient o
adict ivo de uno de sus m iem bros. Terapeut as m ás experim ent ados, en cam bio, pueden
t rabaj ar con elem ent os m ás com plej os de la int eracción y de la epist em ología fam iliar.
Así, el alcance de la int erv ención est á direct am ent e r elacionado con la capacidad de los
equipos.

La I nt erv ención Fam iliar com o est rat egia t erapéut ica, sin em bargo, reconoce lím it es
para su aplicación que est án r eferidos a la com plej idad de los casos. En est e cont ext o

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

se ent iende que casos fam iliares m ás sever os deben ser derivados a inst ancias de
m ayor especialización que puedan pr ov eer Terapia Fam iliar.

Es obvio pensar que est os crit erios para la der ivación a Terapia Fam iliar deben ser , a
su vez, adapt ados al nivel de r esolut ividad que t enga el program a t erapéut ico dent r o
del cual se int egre la prest ación de I nt er vención Fam iliar y t am bién a la disponibilidad
de r ecursos m ás especializados que pr ov ean Terapia Fam iliar en las r edes locales. Sin
em bargo, en t érm inos generales debe pensarse en una derivación a Terapia Fam iliar
en los siguient es ev ent os:

ƒ Cuando la com plej idad de las int eracciones m ost radas por la fam ilia im posibilit e
la generación de una hipót esis fam iliar.

ƒ Cuando la com plej idad de las int eracciones fam iliares ent orpece el desarr ollo de
las sesiones y se hace m uy difícil conversar o no se puede realizar o cont rolar la
ent revist a.

ƒ Cuando se ident ifican pat rones de int eracción que m uest ran con claridad la
presencia de ot r os pr oblem as severos al int erior de la fam ilia ( anor exia o
bulim ia, VI F, r epet idos int ent os de suicidio, problem as conyugales sev eros,
et c.) paralelos a los pat rones referidos al consum o de sust ancias.

ƒ Cuando ot r os m iem bros de la fam ilia present an ot ras pat ologías psiquiát ricas o
problem as de salud m ent al que pueden ser calificados com o sev er os.

ƒ Cuando, a pesar de la r ealización de esfuerzos r eit erados, la fam ilia no


int roduce cam bios en su form a de int eract uar .

2WUDV$OWHUQDWLYDV7HUDSpXWLFDV

Siguiendo la m ism a línea concept ual de est e t rabaj o, se ha desar rollado una form a de
int erv ención que involucra la realización de int er venciones con m ás de una fam ilia a la
vez, denom inada I nt erv ención Mult ifam iliar ( Troncoso, 2000) . En esencia est e t ipo de
int erv enciones m ezclan elem ent os pr opios de los ent endim ient os sist ém icos con
elem ent os surgidos de grupos de aut oayuda en un esquem a en que, con o sin
dirección pr ofesional, las pr opias fam ilias ident ifican e int ent an m odificar aquellos
pat rones de int eracción que m ant ienen sus problem as, ut ilizando com o elem ent o
t erapéut ico su pr opia ex periencia exit osa para la r esolución de sus pr oblem as.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Est e enfoque m ult ifam iliar incluye obj et ivos que van m ás allá de lo propiam ent e
t erapéut ico para adent r arse en variables cer canas a las est rat egias de desarr ollo local.

Una expr esión concret a de est a est rat egia es la im plem ent ación de las llam adas
Escuelas Mult ifam iliares en las que se pr eparan líderes de la com unidad en el
ent endim ient o sist ém ico y ecológico de las dependencias, para luego conform ar grupos
locales que r eúnen a varias fam ilias en t orno de obj et ivos de superación de problem as
y m ej oras de la calidad de vida. Est os grupos est án pr esent es en var ias regiones del
país.

Para un m ej or ent endim ient o de est as ideas se sugier e la r evisión del t rabaj o de
Tr oncoso ( 2000) .

Ot r o abordaj e relat ivam ent e clásico para desar rollar el t rabaj o con fam ilias es el
llam ado Psicoeducación en el que clásicam ent e un profesional de la salud m ent al
inform a a fam iliares acerca de las caract eríst icas, gravedad, curso, pronóst ico y
posibilidades de ayuda de la enferm edad m ent al de un m iem bro de la fam ilia en la
esperanza que est a inform ación ayude a com pr ender m ej or al pacient e y a desarr ollar
m odificaciones en la conduct a de la fam ilia.

La evidencia m ost rada en el Capít ulo 4 m uest ra que, para el caso de problem as de
drogas, est e abordaj e no r esult a del t odo eficient e.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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/D%HOOD'XUPLHQWH

En el pr esent e capít ulo se ej em plificarán los concept os y elem ent os pr áct icos
propuest os en est e t rabaj o, exam inando un caso clínico desde el ingreso de la fam ilia a
I nt erv ención fam iliar hast a el alt a.

Se pr esent arán los cont enidos de las sesiones int ercalando, en cursivas, las reflexiones
clínicas que orient aron al t erapeut a a t om ar sus decisiones.

La Pacient e I ndice se llam a Alej andra, una m uj er de 42 años, de clase m edia aunque
recient em ent e em pobr ecida, solt era y sin hij os. En el m om ent o del inicio de la
I nt erv ención Alej andra est aba ingresada, desde hacía dos sem anas, en una Com unidad
Terapéut ica debido a su adicción a las Benzodiazepinas. Hast a ese m om ent o vivía en la
casa fam iliar con sus padres, Rosa de 70 años y Sergio de 75, y con su herm ano
Fernando de 40.

Dadas las caract eríst icas del caso se le ha baut izado com o: La Bella Durm ient e.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

6HVLyQ

Asist en a la sesión Rosa ( 70) , m adre de la pacient e índice ( PI ) ; Sergio ( 75) , padre la
PI , Fernando ( 40) herm ano de la PI y Alej andra ( 42) , pacient e índice.

Físicam ent e im presionan com o personas de clase m edia, adecuadam ent e v est idos y
aseados. Alej andra par ece de un poco m ás edad de la que t iene.

Al m om ent o de la ent revist a los m iem bros de la fam ilia ocupan las siguient es
posiciones:

Papá

Fernando

Alej andra
Terapeut a

Mam á

En general, t odos m ant ienen la vist a al frent e, observ ando al t erapeut a y se m ant ienen
en r elat ivo silencio.

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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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El t erapeut a inicia la sesión pidiendo a los m iem bros de la fam ilia que se pr esent en.

Com ienza hablando Ser gio. Se present a com o el padre de est a fam ilia. Dice que es
j ubilado, que t rabaj ó 30 años en una fábrica de m uebles, donde llegó a ser el
encargado general de t odo el proceso pr oduct ivo. Act ualm ent e se decida a la j ardinería
en su casa y al dom inó con un grupo de am igos. Dice que est á separado de la señora…

Terapeut a: ¿cóm o así?

Él responde que viven en la m ism a casa porque la sit uación económ ica no les perm it e
m ant ener dos casas. Duerm en en piezas separadas.

Rosa dice que ella es dueña de casa, se dedica esporádicam ent e a un grupo de señoras
volunt arias que t rabaj an con enferm os. Rat ifica la inform ación ent r egada por Sergio.

Fernando dice que vive en la casa y que no hace nada. Ha t rat ado de ir se de la casa a
un depart am ent o con am igos un par de v eces, per o no le ha r esult ado y t erm ina
regresando. No t iene parej a. Dice que t iene una enferm edad cardíaca cr ónica, que
requier e cuidados, pero que no es incapacit ant e.

Alej andra dice que t am poco hace nada y se dedica a ser dueña de casa y a ayudar a la
m am á. Tiene una par ej a, per o no es del agrado de la fam ilia, por lo que le cuest a
m ucho llevar adelant e esa r elación.

La fam ilia vive de las pensiones de los padr es, que es bast ant e baj a, y de ayudas
esporádicas de la herm ana de la m adre que t iene una buena sit uación económ ica.

Hechas las pr esent aciones el t erapeut a les pregunt a: ¿Porqué est án aquí?

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

La m adr e t om a la palabra y dice que est án ahí por el problem a de consum o de


m edicam ent os de Alej andra. Ella com enzó a consum ir rem edios para los nervios, hace
com o 12 años, porque era m uy ner viosa, andaba siem pre com o asust ada, con
sobr esalt os. En esa época Alej andra t rabaj aba com o secr et aria en una em presa y
est aba t an est resada que debió dej ar ese t rabaj o. Fue la m adre, quien le recom endó
los m ism os r em edios que t om aba porque t am bién era bast ant e ner viosa. Con el
t iem po Alej andra llegó a consum ir hast a m edia caj a de diazepam diaria y en general
pasaba dorm ida t odo el día. Un doct or les daba recet as para que pudieran com prar los
m edicam ent os, per o hace poco t iem po el doct or dej ó de t rabaj ar en el consult orio y al
consult ar, ot r o le diagnost icó adicción a las BDZ. Pr obar on con r em edios nat urales,
per o no le hicieron nada y Alej andra se sent ía cada vez peor. En el Servicio de
Urgencia, al que fuer on buscando at ención, la derivar on a un COSAM y desde ahí
llegaron a est a Com unidad Terapéut ica.

Terapeut a: ¿Hay ot ra cosa que le preocupe?.

La m adre dice que le preocupa que Alej andra est é saliendo con una per sona que es
m ala com pañía. Pololea con el cuidador de aut os de la esquina de la casa, que duerm e
en la calle y queda bot ado borracho los fines de sem ana...

Alej andra la m ira con cara enoj ada. El rest o de la fam ilia m ira silenciosa al frent e.

El t erapeut a pregunt a a Rosa si hay ot ra cosa que le pr eocupe. Ella dice que la
sit uación con el m arido.

¿Cóm o así?, pr egunt a el t erapeut a.

Dice que le pr eocupa que el m arido puede ser violent o con ella. Est án separados hace
com o 10 años, per o viven j unt os y la convivencia se hace im posible de soport ar . Él la
vigila y le grit a.

Sergio t om a la palabra y hablando en voz bast ant e alt a dice al t erapeut a: ¿porqué no
le pregunt a cóm o m e t rat a?, ¿le parece a ust ed razonable que ella com pre la com ida
para ella, se cocine en un anafre en su pieza y no m e cocine nada a m í?, ¿le parece
razonable que se gast e la plat a de las cont r ibuciones de la casa en ot ras cosas y
est em os a punt o de per der la casa?

El t erapeut a le pide que esper e su t urno para hablar. Sergio lo m ira fij am ent e y hace
un adem án com o para seguir hablando… el t erapeut a le hace un gest o con la m ano
para que no cont inúe hablando. Sergio se calla m urm urando “así no llegarem os a
ninguna part e, nada va a cam biar”

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Rosa dice: ¿ve? Es así com o se pone. Se pone com o un energúm eno, no hay quien lo
pueda det ener, se pone violent o…

El t erapeut a la det iene y le pr egunt a si hay alguna ot ra cosa que le pr eocupe.

Ella dice que le pr eocupa un poco Fernando, que no sabe cuando se va a inst alar en la
vida, lo ve t an dej ado, com o que no t iene iniciat iva, est o debe ser por su enferm edad.

El t erapeut a le pregunt a si hay alguna ot ra cosa que le pr eocupe. Dice que no.

Alej andra t om a la palabra para decir que la m adre t iene razón, que m uchas veces el
padre ha llegado a ser peligroso y que le da m iedo... el t erapeut a le pide que esper e
un poco a que llegue su t urno para hablar.

Fernando se m ant iene callado m irando fij am ent e hacia adelant e.

El t erapeut a pr egunt a a Sergio: ¿porqué est á ust ed aquí?.

Sergio: Porque est a puede ser la oport unidad de enfrent ar los pr oblem as que t enem os
com o fam ilia. Si hablam os fr ent e a una persona ext erna, a un expert o, quizá podam os
ponernos en algo de acuerdo.

Terapeut a: Desde su punt o de vist a Sergio ¿cuales son los pr oblem as de la fam ilia?.

Sergio: Hay un am bient e t erriblem ent e t enso en la casa. Las cosas no se pueden
hablar. Cada vez que int ent o poner orden en la casa se arm a una pelea m onum ent al y
t odos t erm inam os peleando.

Terapeut a: ¿A quienes se refiere?

Sergio: A t oda la fam ilia.

Alej andra t om a la palabra y plant ea que las cosas no son así, que es el papá el que se
pone violent o y que la m ayoría de las veces es él quien inicia las discusiones en form a
violent a, así que no es cor rect o que se ponga com o una especie de m árt ir de la
fam ilia...

El t erapeut a le pide a Alej andra que esper e su t urno para hablar, y vuelve a la
conv er sación con Sergio: ¿Quier e explicar m ás la sit uación que relat a?

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Sergio: Las peleas se dan especialm ent e ent re Rosa y y o. Ella m e ha perdido
t ot alm ent e el respet o, se pelea conm igo casi t odos los días y no m e agradece nada de
lo que hago por ella. Por ej em plo, hace una sem ana le t raj e un kilo de filet e para que
cocinara para la t odos y m e lo t iró por la cabeza, lit eralm ent e. Yo lo guardé en el
refrigerador y ella lo cocinó por la noche y lo guardó en su pieza que m ant iene con
llave... ¿cr ee ust ed que yo com í algo de esa carne?, nada, ella lo guardó y y o no vi
nada de esa carne...

Aquí se pone com o ust ed la ve, com o m osquit a m uert a, pero en la casa es bien
diferent e. Yo no soy el m alo de la casa.

Terapeut a: OK. ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

Sergio: Me par ece que lo que le cont é es el origen de t odo lo que ocur r e en la casa.

Terapeut a: ¿Le pr eocupa el consum o de m edicam ent os de Alej andra?

Sergio: Sí, aunque no exageradam ent e. Alej andra es m uy parecida a la m adre. Am bas
t om an m edicam ent os para los nervios, se los com part en e incluso conv er san ent r e
ellas acerca de cuál es m ás efect ivo que el ot ro. Yo decía que si seguían así, las cosas
iban a salir m al, que los rem edios no son para j ugar... y ya v e ust ed... llegam os a est a
sit uación en la que Alej andra pasaba durm iendo casi t odo el día com o si fuera una
guagua... dorm ía casi 24 horas seguidas t odos los días... yo cr eo que si se dej an de
t ont erías con los rem edios las cosas se van a ar reglar solit as...

Terapeut a: Muy bien. ¿Hay alguna ot ra cosa que le pr eocupe?

Sergio: No.

Terapeut a, dirigiéndose a Fernando: ¿Y ust ed Fernando, porqué est á aquí?

Fernando: Vine porque Alej andra m e llam ó para la casa y m e pidió que viniera.

Alej andra dice que ella cr ee que le va a ser de ayuda v enir a t erapia porque... el
t erapeut a nuevam ent e le pide que espere su t urno para hablar y ella hace un gest o
com o de pedir perdón por int er rum pir y se queda callada.

Terapeut a a Fernando: ¿Hay alguna cosa que le preocupe?

Fernando: Me pr eocupa especialm ent e la sit uación dent ro de la casa. Hay m uchos
problem as, m uchas peleas, especialm ent e ent r e el papá y la m am á, per o t am bién con

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la Alej andra. El am bient e se vuelve m uy pesado, pelean los papás, Alej andra t rat a de
cont r olar la sit uación y al final los dos t er m inan peleando cont ra ella y t am bién ent r e
ellos...

Terapeut a: ¿Y ust ed qué hace cuando ocur ren est as peleas?

Fernando: Yo t rat o de no est ar en la casa o est ar lo m enos posible. Salgo casi t odo el
día, m e voy a conv ersar con m is am igos... y si llego alguna vez a la casa y m e doy
cuent a de que la cosa est á m uy t ensa m e v oy a dar ot ra vuelt a y llego com o a las
cuat ro de la m añana cuando ya t odos est án dorm idos. Me he t rat ado de ir de la casa
un par de veces, pero no m e r esult a y t engo que t erm inar volviendo nuevam ent e.

Terapeut a: ¿Porqué no le result a irse de la casa?, ¿qué le ocur re?.

Fernando: Lo que pasa es que t engo una enferm edad cardíaca que en realidad no es
t an grave, per o a veces m e j uega una m ala pasada. Me ha ocur rido ya dos v eces que
m e he ido de la casa y cuando he llevado un t iem po viviendo afuera, com part iendo con
un par de am igos, m e he enferm ado… no sé… parece que m e baj a la presión y m e he
sent ido m uy m al, se m e daba vuelt a t odo, com o que perdía el equilibrio, al final no m e
podía ni m over, m e dolía el pecho y m e t uvier on que llevar a Urgencias. Am bas v eces
ha ocur rido que m is am igos m e han dicho que t al vez lo m ío es m ás grave de lo que
parece y m e han “invit ado” al irm e, porque m e dicen que es m ucha la responsabilidad
y eso… así que he t erm inado de vuelt a en la casa…

Terapeut a: ¿Alguna ot ra cosa que le pr eocupe?

Fernando: Encont rar luego un t rabaj o para poder irm e de la casa.

Terapeut a: ¿Le pr eocupa el consum o de m edicam ent os de Alej andra?

Fernando: En r ealidad pienso par ecido al papá, creo que se les pasó la m ano a la
m am á y a ella en el uso de los r em edios... y ahora y o est aba un poco pr eocupado
porque veía que Alej andra pasaba en la casa y pasaba casi t odo el t iem po durm iendo.
Yo sé que es difícil dej ar de t om ar m edicam ent os, así que m e par ece genial que
Alej andra est é aquí donde la pueden ayudar.

Terapeut a: OK. ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

Fernando: No.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

Terapeut a: ( a Alej andra) Alej andra, yo la he int errum pido en varias ocasiones en las
que ust ed quería hablar... per o ya le t ocó su t ur no. Dígam e ¿Porqué est á ust ed aquí?

Alej andra: Por m i adicción al diazepam y a ot ro m ont ón de m edicam ent os para los
nervios y para dorm ir.

Terapeut a: ¿Cóm o así?

Alej andra: Efect ivam ent e com encé a consum ir rem edios que m e daba la m am á para
los nervios... com enzó cuando yo t rabaj aba com o secr et aria en una em pr esa... una
vez, llevaba poco t iem po t rabaj ando y era m i prim er t rabaj o, t uv e un problem a con
una com pañera de t rabaj o y m e ponía m uy nerviosa cuando m e iba al t rabaj o, t ant o
que dej é de ir, perdí el t rabaj o y ahí com encé a t om ar m edicam ent os. Pasé com o cinco
años dent ro de la casa, parecía una m onj a de claust ro...

Terapeut a: ¿Cuando dice " dent ro de la casa" est á diciendo que no salía para nada?

Alej andra: Para nada

Terapeut a: ¿ni a la plaza?

Alej andra: Ni a la plaza.

Terapeut a: ¿Y qué hacía?

A: Nada... no sé... le ay udaba a la m am á en la casa, conversaba con ella... le ayudaba


a hacer el alm uerzo... y el rest o del t iem po es ciert o, m e dedicaba a dorm ir... par ecía
una guagua.

T: ¿Y ahor a sale un poco?

A: Un poco, yo no diría que salgo t ant o, pero salgo a ver a m i pololo, com o no puedo
llevarlo a la casa... per o no es t ant o... será una o dos horas al día.

T: ¿Y qué hace el rest o del t iem po?

A: Lo m ism o que ant es... ayudarle a la m am á... dorm ir...

T: ¿Hay ot ra cosa que le pr eocupe?

A: La r elación con m i pololo.



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T: ¿Cóm o así?

A: Cuando m e int erné en est a Com unidad Terapéut ica no le avisé que m e iba a
int ernar y hace dos sem anas que no hablo con él, así que no sé bien si la relación
sigue...

T: ¿Le gust aría cont ar un poco m ás de eso?

A: He t enido graves problem as con la m am á por est e t em a. A m i fam ilia, y


especialm ent e a m i m am á, no le gust a m i pololo. Yo est aba pololeando hace años con
una persona de m uy buena condición económ ica que m e pidió m at rim onio, per o ent r e
t oda la fam ilia, y especialm ent e m i m am á, m e conv encier on que no m e convenía
porque era un m uj eriego que m e haría sufrir, así que t erm iné la relación y no m e casé
con él. Ahora la cosa es j ust o lo cont rario, no les gust a Manuel porque, a pesar de ser
un hom bre bueno, dicen que no es de m i condición social, porque t r abaj a cuidando
aut os y no t iene casa.

T: Ya v eo, es com o un desacuerdo... ¿Hay alguna ot ra cosa que le pr eocupe?

A: Me preocupan las peleas ent re los papás, especialm ent e, m e preocupa que m i papá
es un hom br e que se pone m uy violent o y cr eo que puede llegar a hacer daño a m i
m am á... o ella causar un problem a grave... a v eces t em o por sus vidas... Lo com plej o
es que m e doy cuent a de que soy la única que pone un poco de cor dura en la casa,
porque Fernando se v a cuando em piezan las peleas y es a m í a quien le t oca
t ranquilizar la sit uación ent re am bos...

T: ¿Es decir que Ud. es la que pone la paz en la casa?

A: Quien sabe... par ece que sí. En general m e preocupo de que am bos no se pongan
violent os... m e da m iedo que el papá le pegue a la m am á...

T: OK. Quisiera hacerles una pregunt a dirigida a t odos: ¿qué pasa ant es durant e y
después de que Alej andra ha consum ido?

( Silencio)

S: No es fácil decirlo, porque es com o que no hay un m om ent o m uy claro en que


Alej andra consum a y ot ro en que dej e de consum ir. Ella t om a rem edios t odos los días,
es un consum o perm anent e...

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T: OK, ¿y si yo le pr egunt ara cóm o se da cuent a Ud. que ella ha t om ado r em edios, qué
m e diría?

S: Que es cuando ella duerm e por m ucho t iem po. Ahí m e doy cuent a de que ha
t om ado m ás rem edios que de cost um br e, porque los t om a t odos los días.

T: ¿Y qué pasa ent onces?

S: Me preocupo, la voy a m irar a su pieza. A veces m e da m iedo que se m uer a, que se


la pase la m ano con los rem edios, que t enga una sobredosis, así que ent r o a ver si
est á respirando...

T: ¿Y Ud. Rosa, cóm o se da cuent a que Alej andra ha t om ado m ás r em edios que de
cost um bre?

R: I gual, duerm e m ás.

T: ¿Y Ud. qué hace en esas oport unidades?

R: Me preocupa, pero no t ant o. Tam bién la voy a m irar, pero no m e da t ant o m iedo,
no pienso que se vaya a m orir o algo. Más bien m e preocupa dej arla dorm ir t ranquila,
así que t rat o de que las cosas est én en calm a, no hago el aseo, t rat o de que est e
hom br e no se ponga com o energúm eno para que no ande grit ando por la casa com o
un feriant e...

T: ¿Y no le da m iedo que le pueda pasar algo, com o que haya t om ado una sobr edosis
y le pueda causar un daño a la salud?

R: Fíj ese que no, porque ella sabe m uy bien cóm o funcionan los m edicam ent os. Y en
general m e he fij ado que ella duerm e m ás luego de que se ha quedado despiert a hast a
t arde en la noche cuando el padre y y o hem os est ado discut iendo.

T: ¿Y hast a qué hora discut en?

R: A veces hast a las cinco de la m añana.

A: Y y o m e quedo despiert a hast a esa hora, at ent a a que no se vayan a hacer daño,
especialm ent e cuidando que el papá no le vaya a pegar o hacerle ot ra cosa a la m am á,
y a veces t rat o de int erv enir para que las cosas se t ranquilicen, per o no siem pre m e
result a, porque la pelea sigue y se ponen a pelear conm igo...

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T: Ent iendo. Pero ent onces, desde su punt o de vist a Alej andra, ¿el que ust ed duerm a
hast a t arde es un indicador de que ha t om ado m ás rem edios que de cost um bre o es
que se duerm e porque se ha quedado despiert a hast a t arde?

A: Yo cr eo que sí es un indicador de que he t om ado m ás r em edios, porque luego de


esas peleas, que m e parecen agot adoras, lo único que quiero es dorm ir y olvidarm e del
m undo... así que t om o past illas que m e hagan dorm ir hast a t ar de, al final m e
despiert o com o a las 6 de la t arde.

T: Mm m m , ya veo. ¿Y ust ed Fernando, cóm o ve est o, cuál es su punt o de vist a al


respect o?

F: Est oy de acuerdo, así es la cosa. Cuando m e despiert o a veces y v eo a t odos


andando com o calladit os, m e doy cuent a de que la noche ant erior han est ado peleando
y que la Alej andra est á durm iendo. Yo en gener al t rat o de llegar t arde a la casa por lo
m ism o, para no encont rarm e con peleas, pero a veces llego com o a las cinco de la
m añana y la pelea sigue.

T: ¿Y qué hace?

F: No, a esa hora ya no puedo hacer nada, no puedo salir, así que m e voy a acost ar
rapidit o.

T: ¿Y cóm o t erm inan las peleas?

F: Yo cr eo que por cansancio, m e da la im presión que los vence el cansancio y se van


a acost ar ... sino seguirían peleando.

T: ( m irando a los padr es) ¿Ust edes cóm o lo v en?

S: Sí, yo creo que la peleas no se t erm inan, al final nos vam os a acost ar de puro
cansados no m ás.

T: ¿Y cuál es su punt o de vist a Rosa?

R: Tam bién cr eo que dej am os de pelear cuando ya no dam os m ás...

T: OK. Déj enm e pr egunt arles algo difer ent e: ¿han hecho algo para superar el
problem a de consum o de Alej andra?.

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R: Lo que pasa es que no sabíam os que ella t enía est e pr oblem a de adicción, yo creía
que ella t om aba past illas porque era ner viosa... cuando el doct or nos dij o que podía
ser eso, t rat am os de m ej or arla con r em edios nat urales, hom eopát icos, ¿m e ent iende?,
per o ella se sent ía cada vez m ás m al, y luego fuim os al COSAM y después nos
m andaron para acá.

T: Y Ud. Sergio ¿cóm o lo v e, qué int ent os han hecho por superar el problem a?

S: Yo v engo diciendo hace varios años que j ugar con los r em edios es peligroso, lo digo
y lo digo, per o no m e hacen caso...

T: Así que su est rat egia ha sido t rat ar de convencerlas de que est á m al lo que hacen...

S: Así es.

T: Fernando, ¿Cuál es su punt o de vist a?

F: Yo he vist o m uchas v eces al papá decirle a la Alej andra que no siga con est o de los
rem edios para los nervios. Yo t am bién le he dicho algunas veces...

T: ¿Ha int ent ado alguna ot ra cosa?

F: No.

T: Y ust ed Alej andra ¿ha hecho algo por solucionar est e pr oblem a?

A: Yo cr eo que para m í est e es un pr oblem a hace poco, lo que yo quería era est ar
t ranquila, no est ar t an t ensa, per o par ece que se m e pasó la m ano... r ecién ahora m e
sient o haciendo algo por m í...

Hacia el final de la sesión el t erapeut a pr egunt a sobre las explicaciones que t iene la
fam ilia para lo que le ocur re a Alej andra. El padre y Fernando coinciden en que
Alej andra y la m adre han j ugado irresponsablem ent e con los rem edios. La m adre y
Alej andra plant ean que Alej andra es m uy ner viosa y por lo t ant o ha necesit ado los
m edicam ent os.

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PHGLFDPHQWRV  GH $OHMDQGUD \ ODV SHOHDV HQWUH ORV SDGUHV HVWDV SUHRFXSDFLRQHV VRQ
FRPXQHV SDUD WRGRV ORV PLHPEURV GH OD IDPLOLD 2WUDV SUHRFXSDFLRQHV VHFXQGDULDV
WLHQHQTXHYHUFRQGLVFUHSDQFLDVDFHUFDGHVLHOSRORORGH$OHMDQGUDHVDGHFXDGRSDUD
HOODRQR\FRQ)HUQDQGR\VXGLILFXOWDGSDUDVDOLUGHODFDVDSDWHUQD

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ELHQHOFRQVXPRGHPHGLFDPHQWRVGH$OHMDQGUDVHGHVFULEHFRPRFRQWLQXRHOPLVPR
DXPHQWD FXDQGR VH SUHVHQWDQ GLVFXVLRQHV HQWUH ORV SDGUHV (O SDWUyQ LQWHUDFFLRQDO
LQFOX\H OD SUHVHQFLD GH XQD GLVFXVLyQ HQWUH ORV SDGUHV KDVWD DOWDV KRUDV GH OD
PDGUXJDGDHQODTXH$OHMDQGUDWUDWDGHLQWHUYHQLUVLQGHPDVLDGRp[LWR/DVSHOHDVVH
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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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Com o v en, el consum o de m edicam ent os t iene algunas razones y “beneficios” ( aunque
suene raro decirlo así) ocult os para la fam ilia que sería bueno t rabaj ar. Per o
probablem ent e lo que hay que t rabaj ar son est os conflict os que les est án causando
t ant o dolor a la fam ilia y la form a en que los han abordado hast a ahora”

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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

6HVLyQ1ž

A la segunda sesión asist en los cuat r o int egrant es de la fam ilia.

El t erapeut a propone com o un obj et ivo de la I nt erv ención exam inar la for m a en que la
fam ilia ha abordado sus conflict os hast a ahor a y buscar una form a de resolverlos de
m anera t al que no incluya el consum o indebido de m edicam ent os.

I nicia la sesión recordando las ideas pr opuest as en la ant erior y decide buscar m ás
inform ación respect o del conflict o de los padres.

Los dat os r ecabados indican que ellos han t enido un conflict o sever o desde hace
práct icam ent e 40 años, ya que visualizan la fecha de inicio del m ism o próxim o al
nacim ient o de Fernando. En est os años el conflict o ha t enido algunas escenas
“escabr osas” com o que el padre ha sido verbalm ent e violent o con la m adre o que la
m adre le ha escondido la com ida al padre.

El t erapeut a int ent a explorar si sería viable que los padr es r eduj eran su nivel de
conflict os. Frent e est a exploración surge, en la sesión, una discusión de im port ant e
m agnit ud que convence al t erapeut a que ninguno de los padres est á dispuest o a
m ov er se de su posición. Las vías de conciliación de am bos par ecen bast ant e cer radas.
El t erapeut a det iene la discusión diciendo que ya había vist o suficient e com o para
hacer se una idea de la int eracción ent re am bos y que los invit aba a det ener se, porque
no t enía sent ido seguir en esa dinám ica conocida por t odos si lo que querían era
buscar nuevas form as de com port am ient o en la sesión.

Surge la idea de que los padr es han est ado m ás pr eocupados por Fernando en est e
t iem po en que Alej andra est á int ernada, par ece haber t enido recaídas en su est ado de
salud, cosa que él reconoce sólo a m edias: se ha sent ido un poco, sólo un poco peor,
per o no es para t ant o.

El t erapeut a les pregunt a a los hij os qué es lo que m ás t em en en est e am bient e


fam iliar:

A: Que el papá sea violent o con la m am á o que ella haga algo grave cont ra él.

T: OK. Per o, ¿hast a donde llega su m iedo?, ¿cuál cree que es el riesgo que, en su
opinión, cor r en los papás en est e m om ent o?

A: Que pase algo grav e.



I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

T: ¿Cuan gr ave?

A: No sé, grav e. Algo gr ave.

T: OK. Per o ¿cuan gr ave?, ¿qué puede ser t an grav e com o para que Ud. decida
m ant ener se por t ant o t iem po en la casa cuidándolos?

A: Que uno t erm ine m at ando al ot ro.

T: ¿Tem e que uno efect ivam ent e t erm ine m at ando al ot r o?.

A: Ud. no ha vist o lo que pasa en la casa. A veces las cosas que se dicen, las caras que
ponen, la rabia que les da... com o que se t ransform an... y en esos m om ent os m e da
m iedo, cr eo que, t al vez sin querer se les pueda pasar la m ano y que uno m at e al
ot r o...

( los padres en silencio y con cara de sorpresa)

T: Vaya que dilem a, ahora ent iendo su preocupación... y ust ed Fernando, ¿cuál es su
punt o de vist a?

F: Yo en general no cr eo que se vayan a m at ar , pero a veces t am bién m e da m iedo de


que se vayan a causar daño.

T: ¿Tant o m iedo com o para quedarse en la casa a cuidarlos?

F: ( con cara de sorpr esa) Chut a... nunca lo había pensado así. Quien sabe, t al vez por
eso no m e he ido de la casa...

El t erapeut a cier ra la sesión diciendo que le ha quedado claro algo: la m agnit ud de la


preocupación de los hij os. La m ism a que es t al que los “pet rifica” de t err or haciendo
que no se vayan de la casa.

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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

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6HVLyQ1ž

La t ercera sesión se r ealiza dos sem anas después de la segunda. Los padres no llegan
a la sesión sin dar explicaciones, t al parece que se descoordinaron y no llegaron.

El t erapeut a, ret om ando lo conversado en la sesión ant erior , exam ina si es t an


“razonable” el t em or de los hij os. I nt ent a generar algo así com o una “duda razonable”
para sus t em or es plant eando que en 40 años de discordia los padres no se han
separado y t am poco se han m at ado uno a ot r o... ¿no será est e el est ilo de relacionarse
de ellos luego de t ant o t iem po de r elación, que aunque m uy inquiet ant e, no es
realm ent e t an peligroso com o parece?.

Fernando com ent a en est e punt o que la presión hacia él, en t érm inos de la
preocupación de los padres por su salud y las cosas que le pasan, se ha vuelt o m uy
difícil de t olerar y que est á planeando seriam ent e buscar un depart am ent o con un
am igo e irse a vivir con él.

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I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

6HVLyQ1ž

La cuart a sesión se realiza 15 día después de la t ercera y se cuent a sólo con la


presencia de Alej andra.

Ella com ent a que r ecibió una llam ada t elefónica de la m adre en que le com unicaba que
Fernando se había ido de el casa y que el padre est aba enferm o. Si bien en la llam ada
no había una pet ición explícit a de la m adre, Alej andra sent ía que est a la había llam ado
para pedirle ayuda.

La pr esión era m áxim a en ese m om ent o, porque luego de esa llam ada Alej andra no se
había podido com unicar con su casa, ya que el t eléfono est aba cort ado y el celular
t am poco r espondía.

Para aum ent ar la dificult ad, Fernando no había llegado a la sesión y ella no t enía idea
de dónde podía encont r arse.

La solicit ud de Alej andra era la de abandonar el t rat am ient o, y salir de la Com unidad
Terapéut ica para volver a ayudar a su casa.

El t erapeut a se m uest r a fuert em ent e en desacuerdo con est a idea y propone un t rat o
que Alej andra acept a a regañadient es: si en los pr óxim os 15 días no t iene not icias de
la fam ilia, dej ará el t rat am ient o y se irá a casa. La alt ernat iva es cont act arse con un t ío
quien seguram ent e puede obt ener inform ación respect o de los padres.

5HIOH[LRQHV7HUDSpXWLFDV

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6HVLyQ1ž

Transcurridos 15 días desde la últ im a sesión, se realiza la quint a sesión a la que


asist en Fernando y Alej andra.

El t ono em ocional de la sesión es increíblem ent e diferent e a la de los últ im os


encuent r os. Las nov edades de am bos eran m ayúsculas: Fernando encont ró un
depart am ent o con un am igo y se m udó a vivir allá, no se había present ado a la sesión

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

ant erior porque perdió la m icro y no t enía el t eléfono de la Com unidad Terapéut ica ( no
quería hablar con los papás para pedírselo) . El t iem po que llevaba viviendo afuera de
la casa no había sido del t odo fácil, part icularm ent e porque sent ía la presión de los
padres para que volviera ( lo llam aban y se lo pedían, lit eralm ent e) , sin em bargo
com enzaba a adapt ar se a su nueva vida y t enía la prom esa de un t rabaj o que
com enzaría en dos sem anas m ás.

Por ot ro lado, las inform aciones que el t ío había dado r espect o de los padres y lo que el
propio Fernando había podido com pr obar , m ost raban que la m adr e se había hecho
cargo de cuidar al padre en su enferm edad, en un clim a de bast ant e t ranquilidad y
respet o m ut uo.

El t erapeut a t om ó est a inform ación y reforzó est as ideas, part icularm ent e el hecho que
los padres par ecían encont rar un equilibrio que era im pensado t iem po at rás por los
hij os, basados en los t em or es que los m ism os t enían respect o de las consecuencias de
las discusiones de am bos.

En la sesión la em oción de am bos hij os er a de t ranquilidad frent e a est a nueva


organización de la fam ilia.

5HIOH[LRQHV7HUDSpXWLFDV

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HJUHVR GH OD &RPXQLGDG 7HUDSpXWLFD VH LQVWDOy HQ IRUPD LQGHSHQGLHQWH OR TXH OH
SHUPLWLyDHOOD\D)HUQDQGRHVWDEOHFHUFRQWDFWRVFHUFDQRVSHURQR³DWUDSDQWHV´FRQOD
IDPLOLD

La I nt erv ención descrit a int ent a ser un ej em plo acerca de cóm o se est ablece un
diagnóst ico en una I nt erv ención Fam iliar y cóm o es posible invit ar al sist em a a m irar
las cosas de una for m a difer ent e, posibilit ando de est a m aner a la aparición de
conv er saciones y em ociones diferent es que dest raben las relaciones ent re los
m iem bros de la fam ilia haciendo, que la presencia del sínt om a “consum o de drogas”
dej e de ser necesaria.

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

5HFXUVRVGH)RUPDFLyQH,QIRUPDFLyQ

I nt ernet represent a una form a part icularm ent e rica en int eresant e para desarr ollar un
m ej or y m ás profundo acercam ient o a una m ult iplicidad de ideas. En est a apart ado se
ent rega una selección de r ecur sos disponibles en I nt ernet sobre t em as sist ém icos. La
selección es de Chenail ( 2001) .

,GHDV)XQGDFLRQDOHV

Cibernét ica.

$PHULFDQ6RFLHW\IRU&\EHUQHWLFV
( ht t p: / / www.asc- cybernet ics.org)

La Am erican Societ y for Cybernet ics ( ASC) es t ant o un r ecurso inform at ivo com o una
organización act iva dedicada a las ideas sist ém icas. Organizan una confer encia anual y
alberga inform ación sobre diversas páginas.

3ULQFLSLD&\EHUQHWLFD
( ht t p: / / pespm c1.vub.ac.be/ default .ht m l)

Est e pr oy ect o int ernacional ha liderado la creación de uno de los m ej or es sit ios sobre
cibernét ica y pensam ient o sist ém ico. Principia Cybernet ica dist ingue una int eresant e
com binación de valiosos r ecur sos int ernacionales e innovaciones t ecnológicas.

I deas Bat esonianas.

7RZDUGVDQ(FRORJ\RI0LQG
( ht t p: / / www.oikos.org/ psicen.ht m )

7KH3DWWHUQ:KLFK&RQQHFWV$ERXW*UHJRU\%DWHVRQ
( ht t p: / / www.lawrence.edu/ dept / environm ent al_st udies/ bat eson.ht m l)

Est os dos sit ios represent an lo m ej or de la web en páginas dedicadas a la vida y


pensam ient o de Gregor y Bat eson. I ncluyen enlaces a t ext os com plet os de y acerca de
Bat eson.

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Mat urana y aut opoiesis.

&KLOHDQ6FKRRORI%LRORJ\RI&RJQLWLRQ7KH:HE3DJHRI+XPEHUWR0DWXUDQD
( ht t p: / / www.int eco.cl/ biology/ index.ht m )

$XWRSRLHVLVSOXV
( ht t p: / / www.pnc.com .au/ ~ lfell/ index.ht m l)

Am bos sit ios son excelent es int roducciones a las ideas de Mat urana e incluyen accesos
a art ículos y num er osos sit ios en la web.

Const ruccionism o y Const ruct ivism o.

.HQQHWK-*HUJHQV+RPH3DJH
( ht t p: / / www.swart hm or e.edu/ SocSci/ kgergen1/ web/ page.pht m l?st = hom e&id= hom e)

La página de Gergen present a varios de sus art ículos y program as analít icos de sus
cursos. Es t am bién un excelent e r ecurso para conect ar se con per sonas e inst it uciones
de orient ación const ruccionist a en t odo el m undo.

5DGLFDO&RQVWUXFWLYLVP3DJH
( ht t p: / / www.univie.ac.at / const ruct ivism )

Est e r ecurso es una m ina de oro para los int er esados en explorar una variedad de
ideas const ruct ivist as. Posee enlaces con art ículos online, soft war e y r evist as.

6RFLHW\IRU&RQVWUXFWLYLVPLQWKH+XPDQ6FLHQFHV
( ht t p: / / orgs.unt .edu/ const ruct ivism / societ y.ht m )

La Sociedad publica la revist a &RQVWUXFWLYLVPLQWKH+XPDQ6FLHQFHV Tam bién alberga


el &RQVWUXFWLYLVP)RUXP un grupo de discusión online.

Nar rat iva.

1DUUDWLYH3V\FKRORJ\$Q,QWHUQHWDQG5HVRXUFH*XLGH
( ht t p: / / m aple.lem oyne.edu/ ~ hev ern/ narpsych.ht m l)

Definit ivam ent e est e es el recurso para ideas narrat ivas. El sit io alberga num er osos
ensay os, art ículos online, syllabi y ot ros m ar avillosos recursos nar rat ivos.

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Com unidades Sist ém icas.

$FNHUPDQ,QVWLWXWH
( ht t p: / / www.ackerm an.org)

Uno de los inst it ut os m ás ant iguos de t erapia fam iliar, el Ackerm an cont inúa siendo
sede de innovat ivas soluciones sist ém icas. El sit io cont iene art ículos online,
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( ht t p: / / www.dulwichcent re.com .au)

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( ht t p: / / www.neosoft .com / ~ hgi)

El I nst it ut o es un excelent e r ecur so par a los int eresados en t erapias post m odernas y
colaborat ivas. Ofrece su bolet ín m ensual y una ext ensa list a de r eferencias sobre su
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( ht t p: / / www.t alkingcure.com )

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m anera de m edir el cam bio en t erapia. Perm it e baj ar docum ent os con sus m anuales y
art ículos

7KH.&&)RXQGDWLRQ
( ht t p: / / www.kcc- int ernat ional.com / index.ht m )

El sit io present a abundant e inform ación sobre abordaj es sist ém icos en t erapia,
resolución de conflict os y ger enciam ient o sist ém ico t am bién present a la revist a Hum an
Syst em s: The Journal of Syst em ic Consult at ion and Managem ent .

I nt ervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas

7KH/HHGV)DPLO\7KHUDS\DQG5HVHDUFK&HQWUH /)75& 
( ht t p: / / www.psyc.leeds.ac.uk/ lft rc)

El sit io ofr ece inform ación sobr e una am plia variedad de pr oy ect os, incluyendo sus
m anuales de t erapia sist ém ica.

7KH0HQWDO5HVHDUFK,QVWLWXWH 05, 
( ht t p: / / www.m ri.org)

Uno de los prim eros inst it ut os de orient ación sist ém ica, el MRI cont inúa siendo uno de
los recursos m ás im port ant es en pensam ient o y práct ica sist ém icos. El sit io posee
enlaces a sus m ás recient es invest igaciones y program as clínicos.

3XEOLF&RQYHUVDWLRQ3URMHFW
( ht t p: / / www.publicconver sat ions.org)

El Public Conversat ion Proj ect es una iniciat iva enraizada en la com unidad dedicada a
la prom oción de conv er saciones colaborat ivas com o m edio para r esolver los conflict os
sociales. El sit io prov ee lect uras y ot ros r ecur sos para ayudar a aprender est e
int eresant e abordaj e sist ém ico.

7KH9LUWXDO)DFXOW\
( ht t p: / / www.m assey.ac.nz/ ~ alock/ / virt ual/ welcom e.ht m )

Est a es la página de un grupo de psicólogos reconocidos int ernacionalm ent e, quienes


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