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El Gozo de La Obediencia - Odt
El Gozo de La Obediencia - Odt
La consecuencia de obedecer es recibir bendición. Pon tu esperanza
en el Señor que recompensa el corazón obediente y humilde.
En 1984 asistía a un estudio bíblico sobre cómo predicar y una de
las evaluaciones era preparar y compartir un mensaje de diez
minutos. Le pedí al Señor que me diera una Palabra que tocara el
corazón de los estudiantes y profesores. El tema que me inspiró
fue la obediencia.
Le agradezco muchísimo a mi madre por enseñarme a obedecer. Lo que
no aprendí escuchándole, lo aprendí recibiendo un par de nalgadas
que me hacía recordar lo que debía hacer. Enseña a tus hijos a
obedecer porque si lo hacen contigo que eres humano e imperfecto a
quien pueden ver, después podrán obedecer a Dios que es amoroso y
perfecto aunque no lo ven. Aprende a llevar gozo en tu corazón, no
por la circunstancia que vives sino por la rectitud de tus actos
aunque las consecuencias no siempre sean buenas de inmediato. La
obediencia nos conduce a tomar acciones correctas que tal vez, al
principio, no traigan gozo pero nos beneficiarán de alguna forma,
iniciando por la satisfacción de hacer bien y no mal. Lo bueno no
siempre es agradable. Corregir a tus hijos, hablarles fuerte o
darles un jalón de orejas no es agradable pero es bueno, así que
debemos hacerlo porque será maravilloso verlos crecer como
mejores personas. Obedezcamos aunque las circunstancias no nos
traigan gozo inmediato.
Obediencia a toda prueba:
Génesis 41:5053 relata: Y nacieron a José dos hijos antes que
viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat,
hija de Potifera sacerdote de On. Y llamó José el nombre del
primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi
trabajo, y toda la casa de mi padre. Y llamó el nombre del
segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la
tierra de mi aflicción. Así se cumplieron los siete años de
abundancia que hubo en la tierra de Egipto.
José es un claro ejemplo de obediencia a pesar de las malas
circunstancias y nos demuestra que es posible recibir fruto en
medio de la aflicción. Muchas veces pasamos por capítulos
difíciles que no quisiéramos vivir pero lo importante es el final
de la historia, lo bueno que vendrá si actuamos correctamente. El
final de José fue muy bueno, aunque el proceso para lograrlo no
fue exactamente agradable.
Génesis 41:46 recuerda: Era José de edad de treinta años cuando
fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de
delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.
Si José tenía treinta años cuando se presentó delante de Faraón,
significa que tuvo a sus dos hijos a los treinta y siete, justo
antes que iniciara el tiempo de escases y llegó a ser un hombre
sumamente próspero. Tanto así, que después de Faraón, nadie era
más importante en Egipto.
Génesis 41:3844 lo dice de esta forma: Y dijo Faraón a sus
siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté
el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha
hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú
estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi
pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además
Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de
Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en
la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y
puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo
carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso
sobre toda la tierra de Egipto. Y dijo Faraón a José: Yo soy
Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la
tierra de Egipto.
Estas palabras de Faraón son el final feliz de una vida llena de
dificultades. José cosechó frutos de su obediencia pero lo que
vivió antes fue realmente desagradable. Todos deseamos ser
levantados de esa forma pero no siempre estamos dispuestos a pagar
el precio por lograrlo.
Cierta vez, una niña que amaba tocar el violín fue al concierto
del mejor violinista del mundo. Al final, le dieron la oportunidad
de conocerlo y cuando se le acercó le dijo: “daría la vida por
tocar el violín como usted lo hace”. A lo que el artista
respondió: “efectivamente eso es lo que yo hice, di la vida por
llegar a tocar de esta forma”. Si deseamos alcanzar las promesas
del Señor, debemos estar dispuestos a esforzarnos, trabajar,
someternos, tener dominio propio y alcanzar sabiduría en la
administración de nuestros bienes, dar la vida si es necesario por
obedecerle y ser dignos de que Su voluntad se cumpla en nosotros.
Obtener algo bueno siempre tiene un precio que es necesario pagar.
El precio de soñar
Génesis 37:18 inicia la historia de José: Habitó Jacob en la
tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán. Esta
es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de
diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el
joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa,
mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de
ellos. Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo
había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos
colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a
todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle
pacíficamente. Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y
ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora
este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio
del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho,
y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o
señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de
sus sueños y sus palabras.
Es hermoso tener sueños, especialmente si estamos convencidos de
que vienen del Señor, tal como José sabía. El problema es que no
sabemos qué camino nos llevará a verlos realizados. También es
lindo ser el preferido de papá y que nos vista mejor que a otros,
pero no sabemos los sentimientos que esta actitud despierta en
quienes no reciben lo mismo.
La obra hecha con excelencia despierta envidia. La Biblia dice que
los celos y la enviada hacen caer a la gente. Lo primero que
marcó la vida de José fue el don que recibió y que provocó la
envidia de sus hermanos. Ellos lo aborrecieron en vez de intentar
imitarle y obrar bien. Sus corazones estaban infectados por malos
sentimientos que crecían conforme José hallaba favor ante los ojos
de Dios y su padre. La bendición siempre trae envidia. No le
cuentes tus sueños a todo el mundo. Sé discreto porque nunca
sabrás los sentimientos que despertarán en otros. Aléjate de las
personas envidiosas que critican a quienes les va bien porque en
cualquier momento serás tú el objeto de su mal corazón y sus
críticas.
Génesis 37:911 continúa el relato: Soñó aun otro sueño, y lo
contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño,
y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a
mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le
reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso
vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante
ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en
esto.
Los sueños de José dejaban pensativo a su padre. Ninguno
interpretaba que él llegaría a tener preeminencia para bendecirlos
a todos, porque era el elegido para alimentar a Egipto e Israel
durante la época de pobreza. Sin embargo, José nunca torció su
corazón y fue obediente hasta el final porque sabía que el Señor
estaba junto a él. Las consecuencias de la bendición no siempre
son favorables en el camino para lograr los buenos objetivos, pero
tu corazón debe permanecer limpio de todo mal para alcanzar la
recompensa y llegar a tu destino. Dios me hizo ver que Su
perfecta, buena y agradable voluntad es como el botón que da
“reset” a un aparato eléctrico para reiniciarlo y lograr que Sus
planes de bien empiecen a operar en aquellos que le obedecen.
El transporte al éxito
Génesis 37:1920 habla sobre las duras palabras e intenciones de
los hermanos de Jose: Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el
soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una
cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué
será de sus sueños.
Los hermanos dijeron llenos de envidia: “veremos cómo se cumple tu
sueño”. Realmente hay que estar muy mal para envidiar la ropa de
otro. Como algunas personas que se fijan en los zapatos o el
vestido de la señora de enfrente y se mueren de la envidia. Los
hermanos quisieron matarlo por ser privilegiado. La prosperidad de
unos refleja lo que hay dentro del corazón de otros. Sucede
incluso en la familia donde no todos prosperan al mismo tiempo.
Entonces surgen las diferencias entre tíos, hermanos, primos y
cuñados que critican a quien logró destacar. Cuando eso sucede,
comprendemos porqué la bendición llega primero para unos y no para
todos porque recibe primero quien tiene mejor disposición y buen
corazón. Los hermanos no recibieron la túnica de colores porque
no eran dignos de ella. Por el contrario, José tenía un corazón
puro e inocente. Contaba sus sueños sin el afán de sentirse más
que otros pero la interpretación de los hermanos fue equivocada,
evidenciando lo malo que había en el interior de cada uno. Alguien
con buen corazón hubiera dicho: “José es el elegido para darnos de
comer, por eso en el sueño sus espigas eran mayores y ahora
debemos ayudarlo”. Pero la interpretación del corazón mezquino y
envidioso fue: “José nos gobernará y debemos destruirlo”. Tu
forma de reaccionar ante las personas que reciben bendición es
reflejo de los sentimientos que hay en tu interior. Demuestra que
eres hijo de Dios y actúas como tal ante los afortunados y los que
no lo son tanto. El transporte al éxito puede ser enfrentar
críticas y envidias, no es agradable pero de la mano del Señor
siempre nos llevará a recibir bendición.
Génesis 37:2128 dice sobre lo que hicieron finalmente: Cuando
Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. Y
les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que
está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de
sus manos, para hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, que
cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica,
la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron
en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella
agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he
aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus
camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a
Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en
que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid, y
vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él;
porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos
convinieron con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes,
sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le
vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron
a José a Egipto.
¡Los hermanos se pasaron de comerciantes! Soñar es lindo pero no
siempre es agradable el camino para alcanzar el éxito. Los sueños
llevaron a José a la esclavitud y a la cárcel. Su transporte al
éxito era pasar por todo eso y creer que era para bien. No
juzgues las cosas en el momento que ocurren porque puedes
equivocarte, lo bueno al principio tal vez parece malo pero al
final te hará un bien.
En Génesis 39:15 nos enteramos de lo que sucedió en Egipto:
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán
de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo
habían llevado allá. Más Jehová estaba con José, y fue varón
próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo
que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo
hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia en sus ojos, y
le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder
todo lo que tenía. Y aconteció que desde cuando le dio el encargo
de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del
egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre
todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
Sin importar cuál sea tu condición, debes demostrar que eres
bendito del Señor y prosperarás. José prosperó siendo esclavo y
fue de bencidión para su amo. Debes hacer bien tu trabajo siendo
empleado, empresario o gobernante, donde quiera que estés, honra a
Dios haciendo tu trabajo con excelencia. Ser despedido es caer en
desgracia, ser promovido es hallar gracia. No busques un trabajo
donde te bendigan sino donde seas de bendición como José, quien no
guardó rencor en su corazón sino hizo lo correcto sin importar a
quien bendecía con su buen proceder.
Resistir la tentación
Génesis 39:79 nos relata el momento de la tentación de José:
Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en
José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de
su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay
en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro
mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a
ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande
mal, y pecaría contra Dios?
La esposa de Potifar insistió en varias ocasiones hasta que una
vez, José salió corriendo desnudo y lo acusaron de violador. En
ese momento inició una nueva prueba de fe y paciencia. En la
cárcel halló gracia delante del carcelero y allí todo comenzó a
prosperar. Lo metieron donde estaban los presos del rey y sin
importarle las consecuencias, continuó utilizando el don que Dios
le había dado e interpretó los sueños del copero y el panadero.
Al cumplirse su interpretación, el panadero fue ajusticiado y el
copero fue liberado. Entonces, José pide el único favor en toda
su historia, diciendo al copero que lo recordara cuando estuviera
ante Faraón. Todo estaba marcado en el plan de Dios que no lo
tenía destinado para la cárcel y José lo sabía. Sus sueños se
cumplirían porque era la voluntad del Señor que así sucediera.
El destino de José no era quedarse en casa de Potifar y ser
esclavo toda su vida, tuvo que pasar por la cárcel para llegar a
Faraón, interpretar los sueños de las siete vacas gordas y las
siete vacas flacas para cumplir su destino de prosperar y
alimentar a muchos. Debía pasar por ese valle de sombras y lo hizo
con obediencia y humildad. Nunca se vengó de nadie, siempre tuvo
un corazón correcto y el punto clave, fue capaz de vencer la
tentación que intentó desviar su camino. Ante la mujer de Potifar
sabía que las dos opciones que se presentaban eran malas, si
aceptaba las insinuaciones y caía en tentación, pecaría y tarde o
temprano pagaría las consecuencias; si no aceptaba, iría a la
cárcel injustamente, así que prefirió obrar bien aunque la
consecuencia directa también era desagradable. Cuando tengas que
tomar una decisión frente a la posibilidad del pecado, escoge
mantenerte en obediencia al Señor porque la recompensa final será
buena. En ese momento, Dios le dará “reset” a Sus planes que se
reiniciarán en tu vida para bendecirte. La consecuencia de la
obediencia será buena delante del Señor. Es tiempo de volver el
corazón a Él y obedecer.
Los malos momentos que se originan con la obediencia son el
transporte que Dios envía para alcanzar el éxito. Gózate en hacer
Su voluntad aunque lo que venga no sea agradable porque luego
podrás hacer como José que nombró a sus hijos Manasés y Efraín en
agradecimiento por fructificar en medio de la aflicción. Cuando le
entregas tu vida al Señor, el sufrimiento es pasajero y el fruto
es permanente. Bendice Su nombre porque todo lo que afrontas te
hace una mejor persona. Vive con gozo cualquier capítulo y pon tu
esperanza en el Señor que es fiel y cumple Sus promesas.