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Enfermedad Renal Cronica
Enfermedad Renal Cronica
La enfermedad renal crónica significa que sus riñones están dañados y no pueden filtrar
la sangre como deberían. Este daño puede ocasionar que los desechos se acumulen en
su cuerpo y causen otros problemas que podrían perjudicar su salud. La diabetes y la
hipertensión arterial son las causas más comunes de enfermedad renal crónica. El daño
renal se produce lentamente durante muchos años. Muchas personas no tienen ningún
síntoma hasta que la enfermedad renal está muy avanzada. Los análisis de sangre y
orina son la única manera de saber si usted tiene enfermedad renal.
2. PREVENCIÓN Y CUIDADOS
2.1. PREVENCIÓN
Elija alimentos con menos sal (sodio)
Controle su presión arterial. Su proveedor de salud puede decirle cuál debe ser
su presión arterial
Si tiene diabetes, mantenga su nivel de azúcar en la sangre bajo control
Limite la cantidad de alcohol que bebe
Elija alimentos que sean saludables para su corazón: Frutas, verduras, granos
integrales y productos lácteos bajos en grasa
Si tiene sobrepeso, baje de peso
Manténgase físicamente activo
No fume
2.2. CUIDADOS
El paciente con insuficiencia renal se somete a cambios en su vida cotidiana, y
el conocimiento de la hemodiálisis es crítico para que el paciente entienda las
complicaciones, restricciones en alimentos, líquidos, uso de medicamentos,
amenaza de su propia imagen, que generan estrés, conflicto y ansiedad, lo que
interfiere con la adherencia a la terapia. Todos estos conocimientos interfieren
con el auto-cuidado, dado que el individuo es el principal responsable de su
calidad de vida, vivir con diálisis. Los efectos beneficiosos de la intervención de
cuidados de enfermería, promueve un cambio positivo significativo en el
autocuidado en comportamiento tales como la dieta, la presión arterial, control
del peso, ejercicio y descanso, que los pacientes evidencian difíciles de
controlar. Por lo tanto, el cuidado en salud de enfermería se debe utilizar
activamente en la práctica clínica para que los pacientes de diálisis realicen
autocuidado a través de la retroalimentación continua. La familia en el paciente
con insuficiencia renal es considerada parte esencial en la atención del cuidado
y es importante en este proceso para generar prácticas de buenos hábitos que
ayuden al paciente en su estilo de vida, tiene el papel de alentar y disminuir las
tensiones que se vayan presentando a lo largo del proceso de la enfermedad,
por esta razón el personal de enfermería debe apoyarse en la familia para la
planificación de cuidados con el fin de generar beneficios al paciente. Para esto
se debe analizar las condiciones físicas, económicas y socioculturales para
conocer si realmente existen los medios en casa para brindar al enfermo la
atención adecuada, ya que se deberá afrontar la enfermedad y también
múltiples cambios en estilos de vida del paciente. Así mismo, es importante que
se involucre a la familia, por su papel de apoyo en el tratamiento del paciente.
El apoyo y cooperación de enfermería hacia la familia, le ayuda a disminuir su
incertidumbre y a prepararse para desempeñar un papel activo en el cuidado
del paciente en el hogar, permitiéndole elegir el tipo de soporte más adecuado
para las necesidades propias y decidir hasta donde desea tener parte en el
cuidado de la persona enferma. Es por esta razón que el apoyo de la enfermera
debe expresarse en la familia con diagnósticos enfocados 209 209 Enferm Nefrol
2016: julio-septiembre; [ Zahira Esperanza Ángel Ángel, et al ] Cuidados de
enfermería en el paciente con enfermedad renal crónica en hemodiálisis: una
revisión sistemática en la familia para ayudar al paciente en hemodiálisis, que
harán posible la búsqueda para diferentes tipos de apoyo en la planificación de
cuidados que puedan generar diagnósticos positivos al paciente
3. VIDA A PARTIR DE LA HEMODIALISIS
Si bien el tratamiento con hemodiálisis puede ser eficiente para reemplazar algunas de
las funciones del riñón que se perdieron, podrías experimentar algunas de las
enfermedades relacionadas que se enumeran a continuación, aunque no todas las
personas experimentan todos estos problemas. Tu equipo de diálisis puede ayudarte a
lidiar con ellos.
Presión arterial baja (hipotensión). Una disminución de la presión arterial es un efecto
secundario frecuente de la hemodiálisis, en particular si tienes diabetes. La presión
arterial baja puede estar acompañada de dificultad para respirar, calambres
abdominales, calambres musculares, náuseas o vómitos.
Calambres musculares. Si bien la causa no está clara, son frecuentes los calambres
musculares durante la hemodiálisis. A veces, los calambres pueden aliviarse modificando
la receta de la hemodiálisis. Adaptar la administración de líquidos y sodio entre
tratamientos de hemodiálisis también puede ayudar a prevenir los síntomas durante los
tratamientos.
Picazón. Muchas personas que se someten a hemodiálisis tienen picazón en la piel, que
a menudo empeora durante o justo después del procedimiento.
Problemas de sueño. Las personas que reciben hemodiálisis a menudo tienen problemas
para dormir, a veces a causa de intervalos sin respirar mientras duermen (apnea del
sueño), por dolor o incomodidad en las piernas, o por piernas inquietas.
Anemia. No tener una cantidad suficiente de glóbulos rojos en la sangre (anemia) es una
complicación frecuente de la insuficiencia renal y la hemodiálisis. Los riñones que
presentan insuficiencia reducen la producción de una hormona denominada
eritropoyetina, que estimula la formación de glóbulos rojos. Las restricciones en la dieta,
una mala absorción del hierro, hacerse análisis de sangre con frecuencia, o la extracción
de hierro y vitaminas mediante hemodiálisis también pueden contribuir a tener anemia.
Sobrecarga de líquidos. Dado que se elimina líquido del cuerpo durante la hemodiálisis,
beber más cantidad de líquidos que la recomendada entre tratamientos de hemodiálisis
puede provocar complicaciones que ponen en riesgo la vida, como insuficiencia cardíaca
o acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
Inflamación de la membrana que rodea el corazón (pericarditis). Una hemodiálisis
insuficiente puede provocar la inflamación de la membrana que rodea el corazón, lo que
puede interferir con la capacidad del corazón de bombear sangre al resto del cuerpo.
CÓMO TE PREPARAS
La preparación para la hemodiálisis comienza varias semanas o meses antes del primer
procedimiento. Para permitir un fácil acceso a tu torrente sanguíneo, el cirujano creará un
acceso vascular. El acceso proporciona un mecanismo para que una pequeña cantidad de
sangre se extraiga de la circulación y luego regrese a tu cuerpo a fin de que el proceso de
hemodiálisis funcione. El acceso quirúrgico necesita tiempo para sanar antes de comenzar los
tratamientos de hemodiálisis.
Es extremadamente importante cuidar el sitio del acceso para reducir la probabilidad de una
infección y otras complicaciones. Sigue las instrucciones del equipo de atención médica acerca
del cuidado del sitio de acceso.
Hemodiálisis diaria. Esto implica sesiones más frecuentes, pero más cortas (en general
realizadas en el hogar), seis o siete días por semana durante dos a tres horas cada una
aproximadamente.
Las máquinas de hemodiálisis más simples hacen que la hemodiálisis en el hogar sea menos
complicada. Por esta razón, con capacitación especial y alguien que pueda ayudarte, es posible
que puedas hacer la hemodiálisis en el hogar. Incluso podrás hacer el procedimiento durante la
noche mientras duermes.
Existen centros de diálisis ubicados en todo los Estados Unidos y en algunos otros países para
que puedas viajar a muchas áreas y aun así recibir la hemodiálisis según el programa. El equipo
de diálisis puede ayudarte a hacer consultas en otros lugares, o puedes comunicarte
directamente con el centro de diálisis en tu destino. Planifica con anticipación para asegurarte
de que haya lugar y se realicen los arreglos adecuados.
EL PROCEDIMIENTO
Durante los tratamientos, te sientas o reclinas en una silla mientras tu sangre fluye a través del
dializador, un filtro que actúa como un riñón artificial para limpiar tu sangre. Puedes usar el
tiempo para mirar televisión o una película, leer, tomar una siesta o quizás hablar con tus
«vecinos» en el centro. Si recibes hemodiálisis a la noche, puedes dormir durante el
procedimiento.
Inicio. Durante la hemodiálisis, se insertan dos agujas en tu brazo a través del sitio de
acceso y se pegan con cinta en el lugar para mantenerlas firmes. Cada aguja se une a un
tubo de plástico flexible que se conecta a un dializador. A través de un tubo, el dializador
filtra tu sangre en algunas onzas (gramos) por vez, y permite que los desechos y líquidos
extras pasen de tu sangre a un líquido de limpieza llamado «dializado». La sangre filtrada
regresa a tu cuerpo a través del segundo tubo.
Síntomas. Puedes tener náuseas y cólicos abdominales a medida que el exceso de líquido
se extrae de tu cuerpo, especialmente si haces diálisis únicamente tres veces a la semana
en lugar de hacerlo con mayor frecuencia. Si estás incómodo durante el procedimiento,
pregunta a tu equipo de atención acerca de cómo minimizar los efectos secundarios
mediante el ajuste de la velocidad de la hemodiálisis, de tus medicamentos o de los
líquidos de la hemodiálisis.
Control. Ya que la presión arterial y la frecuencia cardíaca pueden fluctuar a medida que
el exceso de líquidos se extrae de tu cuerpo, tu presión arterial y frecuencia cardíaca se
controlarán varias veces durante cada tratamiento.
Finalización. Cuando se completa la diálisis, se retiran las agujas del sitio de acceso y se
aplica un vendaje a presión para evitar el sangrado. También podría registrarse tu peso
otra vez. Luego, puedes ir a donde quieras y retomar tus actividades cotidianas hasta la
próxima sesión.
4. QUE ES LA HEMODIALISIS
La hemodiálisis es el método más común para tratar la insuficiencia renal avanzada
y permanente. Desde la década de los sesenta, cuando la hemodiálisis se convirtió
por primera vez en un tratamiento práctico para la insuficiencia renal, hemos
aprendido mucho sobre cómo hacer que los tratamientos de hemodiálisis sean más
eficaces y cómo minimizar sus efectos secundarios. En los últimos años, los
aparatos para diálisis más compactos y simples han hecho que la diálisis en el hogar
sea cada vez una opción más accesible. Pero incluso con mejores procedimientos y
equipos, la hemodiálisis sigue siendo una terapia complicada e incómoda que
requiere un esfuerzo coordinado de todo su equipo de profesionales de la salud,
incluyendo su nefrólogo, enfermero de diálisis, técnico de diálisis, dietista y
trabajador social. Los miembros más importantes de su equipo de profesionales de
la salud son usted y su familia. Al aprender sobre su tratamiento, podrá trabajar
con su equipo para obtener los mejores resultados posibles y poder llevar una vida
plena y activa.
5. CUIDADOS EN HEMODIALISIS
El riñón es un órgano vital del cuerpo que tiene 2 funciones; una excretora y otra secretora, es
decir una nos sirve para limpiar las sustancias tóxicas del organismo y otra para eliminar los
líquidos por medio de la orina.
Cuando aparece un fracaso renal una o las dos funciones desaparecen y es momento de recurrir
a un riñón artificial para que supla estas funciones.
El iniciar un tratamiento con hemodiálisis es realizar una serie de cambios en la forma de vida,
alimentación y cuidados ya que ambos riñones dejan de funcionar y no pueden eliminar ni filtrar
todas las sustancias que ingerimos.
Cuidados incluyen
Higiene personal.
Cuidados del acceso vascular.
Alimentación.
Ingesta de líquidos.
Signos de alarma.
HIGIENE PERSONAL
Baño diario
Adecuada higiene bucal para evitar la halitosis (limpieza bucal después de cada comida
utilizando cepillo suave).
Para poder realizar la hemodiálisis necesitamos un acceso vascular a través del cuál se llevara la
sangre a la máquina de diálisis donde se limpian las sustancias que no puede eliminar el riñón.
Este acceso vascular puede ser temporal (catéter en vena central, yugular, subclavia o femoral)
ó definitivo FAVI o fístula.
Bañarse con precaución para mantener la zona de implantación y el catéter protegidos con un
apósito impermeable.
Es preferible que el baño sea rápido y no incluya la cabeza que ese se haga aparte para evitar
humedad en el catéter.
Siempre mantener tapado el orificio de inserción del catéter para evitar contacto con patógenos
del ambiente.
En caso de salida del catéter apretar el orificio de inserción para evitar pérdida sanguínea y avisar
a la Unidad.
ALIMENTACION
La restricción de sal es muy importante en pacientes con insuficiencia renal crónica ya que el
sodio (componente de la sal) es filtrado por el riñón y este necesita ser diluido con agua en el
cuerpo, por lo tanto a mayor cantidad de sodio circulante en la sangre se necesita más cantidad
de agua para diluirlo y esto se refleja en retención de líquidos.
INGESTA DE LIQUIDOS
Es muy importante controlar la cantidad de líquidos que toma (agua, líquidos y todo aquellos
que es húmedo como sopa, frutas, café, etc..)
Se deben de controlar por que al haber perdido la función de los riñones, la capacidad para
eliminar orina y todo el líquido que se ingiera esta disminuida y esto se reflejara en hinchazón
de miembros, cara, hipertensión y aumento de peso.
La cantidad de líquido que puede tomar siempre va a depender de la capacidad de eliminar orina
que conserve su riñón.
Como regla general se puede tomar en 24 horas tanto líquido como orine en ese periodo más
500ml.
POTASIO (K)
Sustancia necesaria para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular, entra en
el organismo con los alimentos y al no poder ser eliminado se acumula y provoca alteraciones
en la actividad muscular sobre todo en el corazón.
Al estar en contacto con el agua pierden potasio, deben cortarse en trozos pequeños y estar
remojados mínimo 3 horas cambiando el agua varias veces.
La fruta cocida tiene aproximadamente la mitad del K que tiene la fruta seca, dado que la otra
mitad se encuentra cocida en el líquido de cocción, este almíbar no se debe beber solo se puede
tomar la fruta.
No se debe resaltar el sabor de las frutas o verduras después de cocerlas con sal mejor utilizar
especias ( ajo, perejil, vinagre).
SIGNOS DE ALARMA
Acudir a valoración médica si se presentan estos síntomas ya que se tiene que valorar la
actividad cardiaca.
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una complicación menos reconocida, pero no menos
relevante, de la obesidad. La obesidad puede causar enfermedad renal crónica a través de
diversas formas. Por un lado, podría contribuir indirectamente, al inducir o empeorar la diabetes
y la hipertensión, que en sí mismos son factores de riesgo bien reconocidos de la enfermedad
renal. Por otra parte, la obesidad también puede causar daño renal de manera directa, al colocar
una carga indebidamente alta en los riñones durante muchos años, ya que un cuerpo más
grande necesita más función renal; además, genera cambios metabólicos nocivos como la
inflamación y la oxidación, que repercuten directamente sobre los riñones.
Hoy se conoce que la pérdida exitosa de peso puede resultar en un mejor control de la diabetes
y de la presión arterial alta, y puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica.
"El autocuidado y la prevención son claves para reducir el riesgo de la Enfermedad Renal Crónica,
y la estrategia 4x4, que implica reducir los principales factores de riesgo como son: el
sedentarismo, la mala alimentación, el consumo y exposición la humo del tabaco y el uso nocivo
del alcohol, se constituyen en la principal fuente para prevenir la Enfermedad Renal Crónica",
explicó el Dr. José Fernando Valderrama Vergara, Subdirector de Enfermedades No
Transmisibles, de la Dirección de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud y Protección
Social.
Este año el Día Mundial del Riñón promueve la educación sobre las consecuencias nocivas de la
obesidad y su asociación con la enfermedad renal, abogando por un estilo de vida saludable y
las recomendaciones de la estrategia de salud para hacer frente a la magnitud de la carga de la
obesidad y la enfermedad renal.