Está en la página 1de 5

1.

¿Cuál es el papel de la epistemología en la pedagogía en nuestros


quehaceres diarios? ¿Es posible seguir pensando en epistemología y
pedagogía?

El papel que desempeña en nuestro quehacer diario es aplicando todos aquellos


conocimientos adquiridos en nuestro desempeño ya sea laboral, familiar, de
amistad y en todos aquellos entornos en el cual vivimos comúnmente, teniendo en
cuenta que los dos conceptos van de la mano, y es el cual debemos desde nuestra
perspectiva aplicarlos en nuestra vida cotidiana.

Por en la epistemología y pedagogía se relacionan partiendo de que la pedagogía


es un saber pedagógico, se considera saber pedagógico porque se asume la
pedagogía como un saber. En este camino que conduce a indagar y determinar esa
relación existente entre pedagogía y epistemología, lo importante no es definir la
pedagogía como ciencia, como se desarrolla en las ciencias naturales, se trata más
bien de un proceso particular donde el saber es el que permite establecer puentes,
caminos y encuentros con otros saberes y aun con otras disciplinas formales, la
relación entre pedagogía y epistemología, está en la comprensión de cómo la teoría
y el saber se relacionan para solucionar los problemas propios de la educación. De
manera que, el saber se constituye en herramienta para identificar el problema y su
forma.

La pedagogía se halla en un continuo proceso de reelaboración y reconstrucción,


es una disciplina que no está completamente definida o delimitada, dado su carácter
teórico y epistemológico. Desde el punto de vista investigativo, la pedagogía puede
entenderse como la disciplina fundante de todo proceso educativo, es decir, más
que una metodología para transmitir cualquier saber, su eje es la formación.

2. ¿La epistemología se puede considerar dentro de su relación con la


filosofía y la ética dentro de la pedagogía?

El enfoque filosófico de la epistemología, aplicado a la pedagogía, implica aceptar


que la pedagogía debe ser reconocida como una “ciencia” que se construye
mediante la actividad científica y que los productos de dicha actividad científica
pueden ser analizados y criticados, situación que está en cuestión en la
contemporaneidad porque habría que dar cuenta de los criterios de validez
empleados en la construcción del conocimiento pedagógico y de las reglas de
rigurosidad empleadas, método o métodos utilizados por los que a ella se dedican.
Hemos entendido que la epistemología es una herramienta muy importante
para las ciencias y la pedagogía no podía ser la excepción, sin embargo, es
necesario que desde nuestra práctica docente se construya prácticas que
alimenten esta epistemología de la pedagogía, sin embargo varios
interrogantes nos asaltan al interrogarnos sobre esto, ¿La pedagogía
realmente debe apartarse de otras áreas o disciplinas para formar su propia
epistemología o debe ser parte integral de las ciencias para que ayuden a la
construcción de conocimiento transversal e integrado?.

Los enfoques epistemológicos, aplicados a la epistemología de la pedagogía hay


que asumirlos con mucho cuidado: primero, por la relación entre la filosofía y la
pedagogía; segundo, por la multiplicidad de concepciones sobre la educación y los
procesos educativos, que han determinado diversos objetos de conocimiento para
la pedagogía; tercero, por las relaciones entre la pedagogía y las ciencias de la
educación; y cuarto, por la escasa dedicación que históricamente han tenido las
instituciones dedicadas a la formación de educadores, y la de los mismos
educadores, a la reflexión crítica y sistemática sobre el saber fundante de su
profesión y la de sus prácticas.

Por ello, la dificultad con respecto a la “cientificidad” de la pedagogía, está en


demostrar los fundamentos desde los cuales es posible asumir que los
conocimientos pedagógicos constituyen una “teoría científica”. Al mismo, es
necesario reconocer que la pedagogía hasta el siglo XVIII tuvo explicación desde la
filosofía, es decir, que la filosofía daba cuenta de la pedagogía en la medida que la
educación se conceptualizarla desde finalidades teleológicas, explicación que
tendría que darse desde la epistemología filosófica.

Por otra parte, un estudio epistemológico sobre la pedagogía, a realizar por un


epistemólogo de la misma (epistemología intracientífica), tendría que definir el
enfoque o enfoques y la dimensión o dimensiones de la epistemología a utilizar; el
objeto de conocimiento, método y pertinencia de los conocimientos pedagógicos.
Sin ser ese el propósito de este curso, sí lo es reconocer las preguntas y las posibles
respuestas que tendrían que hacerse tanto el pedagogo como el epistemólogo de
la pedagogía para dar cuenta del saber pedagógico

Así mismo, una epistemología con aportes o críticas de otras ciencias, en este caso
con los aportes de las “ciencias de la educación” y las críticas de otras ciencias
sociales, demanda un análisis de los límites entre la pedagogía y las demás
ciencias, lo que llevaría a reconocer la complejidad de los procesos educativos, las
diversas intencionalidades que con ellos se persiguen en cada sociedad, y la inter
y la transdisciplinariedad en los estudios epistemológicos de la pedagogía, y por
tanto, los vínculos y diferencias entre ella y las demás ciencias que también
reflexionan y experimentan en y sobre los procesos educativos, en relación con
momentos históricos determinados y comunidades y contextos socioculturales
específicos.
La pedagogía, en relación con los “umbrales de cientificidad”, demanda en la
contemporaneidad: primero, reconocer su positividad para todas las sociedades, lo
cual no está en cuestión, hoy se acepta la existencia y devenir histórico de la
educación y de la reflexión pedagógica; segundo, reconocer el objeto de
conocimiento, método y pertinencia del saber pedagógico, los cuales están en
discusión; tercero, reconocer el debate que sobre la “cientificidad de la pedagogía”
se está dando desde todas las latitudes, en las que se tienen consideraciones
tradicionales y otras consideradas alternativas para analizar la epistemología de la
pedagogía, desde los aportes y críticas de las ciencias sociales en debate con los
enfoques epistemológicos tradicionales.

3. Los maestros en Colombia, ¿Seguimos construyendo desde nuestros


quehaceres una arqueología de la pedagogía?, ¿Estamos preparados para
esto? ¿Nuestro saber pedagógico nos permite construir esta
epistemología?, ¿cómo?
Para abordar, este tema es necesario aclarar que en el recorrido de varios textos
sobre el tema se encuentran variaciones en cuanto a los términos empleados:
algunos autores las denominan como „práctica educativa‟, otros le llaman „práctica
escolar‟, mientras que otros tantos se refieren a ella como „práctica de la docencia‟.

El quehacer cotidiano del docente en el aula, también denominado como práctica


pedagógica, es una tarea iluminada en todo momento por la teoría, generadora de
nuevos conocimientos, que se da entre seres humanos inacabados y que persigue
la humanización progresiva de quienes en ella intervienen (maestros y alumnos).

Es importante subrayar que la práctica pedagógica se diferencia de la práctica


docente en tanto que ésta última se puede ejercer de parte del maestro,
desconociendo los núcleos del saber pedagógico, o que pesar de poderlos definir,
no son notorios en los procesos de enseñanza que lidera. Al contrario de ello, la
práctica pedagógica, requiere de conocimientos, métodos, estrategias de parte del
docente pero también de actitudes de reflexión, transformación, autocorrección y
enriquecimiento permanentes, para lograr el crecimiento humano integral de los
estudiantes y de sí mismo. A la vez, esta acción docente es una actividad
sistemática, propositiva, consciente y comprometida, que tiene como fin último la
educación de seres humanos, es decir, el desarrollo humano de ellos (López, 2000).

En este mismo orden de ideas, las prácticas, no son espontáneas, sino que
responden a posturas teóricas y a contextos muy específicos. Ellas requieren un
estudio, una reflexión y una construcción constante, que lleven al docente a tomar
conciencia de su quehacer cotidiano en el aula, lo cual es un ejercicio muy complejo
dado que las prácticas pedagógicas están enmarcadas dentro de unos principios
legales (normatividad generada desde entes de gobierno) y pedagógicos (escuelas,
principios, tendencias).
PSICOLOGIA EDUCATIVA

Cuestionamientos que centren el debate, se recomienda de 1 a 3 preguntas.

1. ¿Cuál cree usted que es el rol del psicólogo educativo en los modelos
educativos emergentes en la sociedad?

El rol del Psicólogo/a de la Educación es el profesional de la psicología cuyo objetivo


de trabajo es la reflexión e intervención sobre el comportamiento humano, en
situaciones educativas, mediante el desarrollo de las capacidades de las personas,
grupos e instituciones.

El profesional de la psicología participa en la atención educativa al desarrollo desde


las primeras etapas de la vida, para detectar y prevenir a efectos socio-educativos
las discapacidades e inadaptaciones funcionales, psíquicas y sociales.

Realiza la evaluación psico-educativa referida a la valoración de las capacidades


personales, grupales e institucionales en relación a los objetivos de la educación y
también al análisis del funcionamiento de las situaciones educativas. Para ello trata
de determinar la más adecuada relación entre las necesidades individuales,
grupales o colectivas y los recursos del entorno inmediato, institucional o socio-
comunitario requeridos para satisfacer dichas necesidades.

También y, ligado al proceso de evaluación el/la psicólogo/a puede proponer y/o


realizar intervenciones que se refieran a la mejora de las competencias educativas
de los alumnos, de las condiciones educativas y al desarrollo de soluciones a las
posibles dificultades detectadas en la evaluación

2. ¿Cómo aportaría desde la psicología educativa a un cambio en la


concepción del modelo educativo más visible en su país?

Para poder hacer un cambio en la concepción del modelo educativo en nuestro país
o un referente en el quehacer cotidiano de la escuela, se requiere su traducción
operacional entre esas teorías y las prácticas educativas, entre la planificación y la
acción, entre el diseño y la implementación, entre lo que se prescribe y lo que
realmente sucede en el día a día en las aulas escolares.
Reviste una importancia crucial que el psicólogo educativo trabaje e investigue
sobre los procesos de aprendizaje y de desarrollo de los (as) alumnos (as) y a la
manera de influir sobre esos procesos con una finalidad educativa.

Es por esto que el papel del psicopedagogo debe estar involucrado en el diseño del
currículo general de un país, en los diseños particulares de cada centro, en la
formación de los maestros (as), en las dinámicas de relación y organización de los
centros, en la confección de las unidades de aprendizajes, en los procesos de
evaluación y en la relación escuela-comunidad, incluyendo en esta, como aspecto
fundamental, la relación con las familias con el fin de que los proyectos familia-
escuela, configuren un todo armónico que proyecte un ser humano más integral y
equilibrado.

Un maestro (a) no propiciará tan fácilmente procesos de indagación, búsqueda,


comparación, inferencias, deducción, formulación de hipótesis, descubrir, inventar
o formular reglas para resolver problemas, sino están conscientes de los procesos
de desarrollo cognitivos que se están desarrollando, ampliando o fortaleciendo,
cuando los alumnos (as) se involucran activamente en sus procesos de aprender y
sobre todo, cuando de acuerdo a sus intereses y necesidades, los mismos surgen
espontáneamente, creándose otra dificultad, pues tampoco se recuperan estos
intereses para incentivar aprendizajes autónomos y niveles de desarrollo superior.

También podría gustarte