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Matrimonio

Es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este
lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por
la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges, y en
muchos casos también entre las familias de origen de éstos una serie de
obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían,
dependiendo de cada sociedad.

De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos


procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de
parentesco vigente. Quienes se casan no lo hacen con el fin principal de obtener
esos placeres sexuales.

El matrimonio se considera una institución importante porque contribuye a definir la


estructura de la sociedad, al crear un lazo de parentesco entre personas
(generalmente) no cercanas en línea de sangre (al respecto, recordemos que
también hay comunidades en las que se acostumbra el matrimonio entre primos o
entre parientes de distintos grados). A la ceremonia en la que se establece el
matrimonio se le llama: Boda

Una de las funciones ampliamente reconocidas es la procreación y socialización de


los hijos (si bien no es absolutamente necesario casarse para tener hijos, ni todos
los matrimonios heterosexuales los tienen), así como la de regular el nexo entre los
individuos y la descendencia que resulta en el parentesco, rol social y estatus.

Unión civil

Una unión civil es uno de los varios términos usados para un estado civil similar al
matrimonio, creados típicamente para permitir el acceso de las parejas
homosexuales a las ventajas gozadas por las parejas heterosexuales casadas. En
algunos lugares, las uniones civiles están también disponibles para los
heterosexuales que no desean formalizar su relación en un matrimonio. Estas
uniones heterosexuales reciben el nombre legal de unión libre.
En la iglesia

El matrimonio realizado por la iglesia se puede definir como una unión cuya
estructura esencial viene exigida por los dogmas de la religión a la que pertenecen
los contrayentes, y no por la naturaleza humana común para todo ser humano.

Para la Iglesia católica, el matrimonio es una alianza por la que un hombre y una
mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor. Por su naturaleza está
ordenada al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos. Entre
bautizados, el matrimonio es además, un sacramento.Según la Iglesia Católica, el
origen del matrimonio entre una pareja no es solo cultural, sino que procede de la
misma naturaleza humana en cuanto que (como dice el libro del Génesis (1-27), en
la Biblia) al principio "Dios los creó hombre y mujer". El matrimonio sería, por tanto,
una institución y no un producto cultural cuyas principales características -unidad,
indisolubilidad y apertura a la vida- vendrían definidas por la propia naturaleza del
concepto católico de amor entre hombre y mujer, que exige a los esposos o
cónyuges amarse el uno al otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en
la procreación. Por eso, la Iglesia Católica se ha opuesto tradicionalmente al
adulterio, la poligamia, el rechazo de la fecundidad y el divorcio.19 También,
recientemente, se ha manifestado en contra tanto a las legislaciones que permiten
las uniones entre personas del mismo sexo como a aquellas que equiparan el
estatus jurídico de dichas uniones al del matrimonio, porque entiende que
«significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un
modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que
pertenecen al patrimonio común de la humanidad».

Fines esenciales

Los fines esenciales y complementarios del matrimonio son la procreación


y Educación de los hijos, y la manifestación del amor mutuo. Que ambos sean
esenciales, no quiere decir que no deba darse una subordinación entre ellos, ya que
una sola cosa es imposible que tenga varios fines últimos.
Quienes se casan desean el bien a sus hijos (primero el don de la vida; luego, su
educación; incluyendo la felicidad eterna). Quienes desean tener hijos se casan.
Este es el fin principal del matrimonio. El fin esencial primario es la procreación y
educación de la prole, y los fines esenciales secundarios "el apoyo, la ayuda, el
deseo de buscar el bien del otro, el fomento del amor recíproco y la sedación de la
concupiscencia".

Requisitos para formalizar el matrimonio

1. Nombre y apellidos de los contrayentes.

2. Ciudadanía

3. Lugar y fecha de nacimiento.

4. La oficina del registro civil donde está haciendose el mismo.

Requisitos del matrimonio no formalizado

1. Actitud legal para contraerlo.

2. Singularidad.

3. La existencia de la unión matrimonial entre un hombre con una mujer.

4. La estabilidad.

5. Actuar de buena fe.

6. El mismo surtirá todos los efectos propios del matrimonio formalizado legalmente
cuando fuere reconocido por un tribunal competente.

Autorizados para formalizar el matrimonio

1. La hembra y el varón mayores de 18 años de edad.

2. Por causas justificadas, podrá otorgarse a los menores de 18 años la autorización


para formalizar el matrimonio, siempre que la hembra tenga, por lo menos, 14 años
cumplidos y el varón 16 años, también cumplidos.
 Esta autorización excepcional pueden otorgarla:

1) El padre y la madre conjuntamente, o uno de ellos si el otro hubiere fallecido o


estuviere privado de la patria potestad;

2) el o los adoptantes cuando el menor hubiese sido adoptado;

3) el tutor, si el menor estuviere sujeto a tutela;

4) los abuelos maternos o paternos, indistintamente, a falta de los anteriores,


prefiriéndose a aquellos que convivan en el mismo domicilio con el menor;

5) uno solo de los facultados, cuando el otro que deba darla conjuntamente con él
se vea impedido de hacerlo;

6) el tribunal, si por razones contrarias a los principios y normas de la sociedad


socialista, se negaren a otorgar la autorización las personas facultadas para ello.

Concubinato

(Derecho Civil) Situación de un hombre y una mujer que viven maritalmente sin
haber celebrado la unión matrimonial (familia de hecho).
Se llama también unión libre; pero esta expresión designa más especialmente las
relaciones pasajeras fuera del matrimonio.

Derecho Civil

Cuando el jurista se plantea la problemática que gira alrededor de la comunidad de


vida no matrimonial, la llamada unión libre o concubinato tiene -a nuestro juicio-
necesariamente que despejar una serie de incógnitas previas, las que pueden
resumirse así: el concubinato es, y lo ha sido siempre, una realidad. Ahora bien,
¿el Derecho ha de aprehender esta y otras realidades sociales necesariamente?; si
tiene en cuenta el hecho social del concubinato, ¿en qué medida debe abrirle sus
puertas? Conviene mirar atrás para dar un enfoque adecuado a estos interrogantes.
A lo largo de la historia de la civilización occidental ha sido el cristianismo el que, a
través de constantes esfuerzos, ha logrado ennoblecer jurídica y moralmente
la institución matrimonial, partiendo de la premisa de que la conservación de la
especie humana debe ser por el matrimonio. Santo Tomás de Aquino dejó para
siempre grabado: el matrimonio está instituido por Dios para el bien de la prole, no
sólo para engendrarla -esto es posible hacerlo fuera del matrimonio-, sino también
para conducirla al estado perfecto; y esto porque cualquier cosa trata naturalmente
de llevar su efecto a la perfección.

La inspiración apuntada se extendió en el campo del Derecho, generalizándose en


Europa: cuando el legislador -ha resumido MAZEAUD en términos de Derecho
comparado- se ha preocupado de la familia, no ha sido para constatar las relaciones
que la naturaleza ha creado, sino para organizarlas, a fin de que contribuyan al ideal
de vida social que perseguía; por ello sólo si el grupo natural, padres e hijos,
presentaba los caracteres de moralidad y de estabilidad que permitían cumplir
su función o papel social, el Derecho lo tenía en consideración. De ahí que la
familia legítima, no así la familia natural; las relaciones padres-hijos naturales sólo
producen un status filli.

¿Qué decir hoy en España a la altura de los últimos años del siglo XX, con los textos
legales sustantivos profundamente modificados (Código Civil: 1975, 1981 y 1983) y
la Constitución de 1978, que en su artículo 39 establece: «Los poderes
públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia»?
Aseguran, así mismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley
con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado
civil. «La ley posibilitará la investigación de la paternidad».

Una contemplación general de las ideas vertidas en el campo del Derecho sobre la
materia que tratamos puede ser alumbradora.

La familia hoy -ha podido decir DÍEZ-PICAZO- no es un cuerpo político o cuasi-


político, sin un asunto estrictamente privado de sus miembros. Familia en el sentido
del artículo 39 de la Constitución no es sólo la matrimonial, pues el artículo 39 hace
independiente la protección integral de los hijos del origen familiar que tengan, y
el artículo 14 impide cualquier tipo de discriminación. En esta línea ha dicho
ESTRADA ALONSO recientemente que el concepto de familia debe cimentarse
sobre el potenciamiento de la personalidad del individuo y sobre la comunidad de
vida estable; como esto puede darse tanto dentro del matrimonio como fuera del él,
los convivientes «more uxorio» configuran una familia. El que exista patria
potestad de los padres con independencia de matrimonio o no (artículo 156 C.C.)
supone el reconocimiento de la familia de facto.

El legislador se ha esforzado por luchar contra la unión libre, facilitando


el matrimonio. Pero -dice MAZEAUD- queda mucho por hacer: numerosos son los
prometidos faltos de vivienda, y del dinero necesario para la instalación del hogar,
y en el plano jurídico hay que simplificar las condiciones de forma y fondo
(prohibiciones para celebrarlo, resistencia de los padres al matrimonio de sus
hijos...).

Los unidos de hecho -dice ESTRADA ALONSO- son hoy reconocidos socialmente
y cada vez más por las leyes. En Francia, los ayuntamiento expiden «certificado de
concubinato», que da derecho en materia de seguridad
social, ferrocarriles (S.N.C.F.), arrendamiento, seguros, crédito... Esta unión de
hecho -reconoce el autor- puede con todo enfrentarse al matrimonio de uno de
ambos convivientes. La unión adulterina entonces puede perjudicar al matrimonio,
por lo que en los conflictos con las uniones no matrimoniales a la familia fundada en
al matrimonio debe darse trato preferencial.

Unión libre

La unión libre es un acuerdo que establece una pareja, de compartir bajo un mismo
techo sin los trámites ni papeleos que implica el matrimonio civil o religioso.

El compromiso de una pareja que decide unirse debe depender del vinculo afectivo
y emocional, de la estabilidad de la pareja como bloque, de la entrega de amor, del
respeto mutuo y la confianza, del compartir las responsabilidades y bienes
materiales, tomar decisiones juntos y del crear conciencia de que si decidieron vivir
juntos, deben asumir todos los retos también juntos

Para un segmento de la población el matrimonio es un valor y otros relegan este


acto y deciden vivir en unión libre.

Todas las personas estamos condicionadas por nuestro entorno. Los modelos de
matrimonio y de uniones que hemos tenido puede influenciarnos de forma positiva
o negativa y tomar la decisión de querer casarnos o no. En otros casos es
determinado por las religiones y los grupos sociales.

De todos modos, ya sea que se tome la decisión de vivir en unión libre o en


matrimonio, el compromiso, la responsabilidad el respeto y la conciencia siguen
siendo las bases de la convivencia.

Sociedad de Hecho

Las sociedades simples o sociedades de hecho (SH) son aquellas sociedades


informales en las que no hay un pacto o contrato expreso que regule los derechos
de los socios. También están incluidas aquellas que, si bien han sido establecidas
por contrato, no están constituidas de acuerdo con los tipos de sociedades que
establece la Ley (por ejemplo: S.A. o S.R.L.) y aquellas que, si bien están
constituidas como una S.R.L. o una S.A., han omitido requisitos esenciales o
formalidades legales.
El nuevo Código Civil y Comercial ha introducido importantes cambios en materia
de sociedades de hecho (que ahora podrían llamarse sociedades simples), con el
objeto de dar seguridad al empresario que opta por conformar una sociedad de
estas características.
Una de esas modificaciones consiste en la obligatoriedad del pacto entre los socios.
A partir del nuevo código, el contrato que los socios suscriben tiene valor entre las
partes; en otras palabras, los socios pueden invocar el uno contra el otro las
cláusulas de ese acuerdo.
En relación a terceros (personas ajenas a la sociedad), el contrato –y, por ende, la
existencia y características de la sociedad– pueden ser invocado contra estos si se
prueba que efectivamente lo conocieron. En principio, cualquiera de los socios
puede representar a la sociedad (suscribir contratos, etc.).
El nuevo Código permite a la SH adquirir bienes registrables, o sea cosas inmuebles
o muebles cuya adquisición se inscribe en registros, como por ejemplo: los
automóviles, embarcaciones, casas, departamentos, etc. El bien se inscribe
siempre a nombre de la sociedad. Esta puede disponer venderlo o gravarlo
libremente.
Al tiempo de crear una sociedad de hecho, es muy importante tener en cuenta que
los socios responden siempre y por parte iguales por las deudas que la sociedad
tenga con terceros (a diferencia de lo que sucede con las S.R.L. y las S.A., en las
que los socios limitan su responsabilidad a las acciones o cuotas que integran a
estas).
Un dato importante: si el contrato de la SH no tiene previsto un plazo de duración
de la sociedad, cualquiera de los socios puede pedir la disolución de la sociedad, y
los socios que deseen seguir con la sociedad deberán pagar la parte
correspondiente a quienes han querido disolverla (conviene siempre establecer un
plazo de duración, 30 o 50 años, por ejemplo).
Las SH continúan tributando nacionales como el impuesto a las ganancias en
cabeza de los socios, I.V.A., siempre que no esté inscripta en el régimen de
monotributo. En cualquier caso, deberá tributar el impuesto local de ingresos brutos,
salvo que la actividad que desarrolla se encuentre exenta. Para que la sociedad
pueda ser inscripta en el régimen de monotributo, se requiere que los socios no
sean más de tres. Solo pueden categorizarse a partir de la categoría "D", y las
cotizaciones previsionales deben ser abonadas por separado, por cada socio.
Actualización 2017: Con la implementación del nuevo Código Civil y la llamada Ley
de Emprendedores, se han creado nuevas figuras societarias que podrían
reemplazar a las sociedades de hecho por su simplicidad, como es el caso de
la Sociedad por Acciones Simplificada.
Introducción

El presente trabajo presenta un comparativo desde el punto de vista del Código Civil
del Distrito Federal, para el matrimonio, la unión libre y el concubinato.
Se abordan temas como. Requisitos generales, derechos, obligaciones, alimentos,
separación (divorcio), etc., entre otros.
Desde el punto de vista práctico cotidiano, este trabajo pretende ser una guía simple
para entender las diferencias entre los distintos regímenes bajo los que se puede
cohabitar en pareja, analizando desde el punto de vista jurídico, los requisitos,
derechos y obligaciones que se adquieren al decidirse por un tipo.
Salvo precisión hecha en cada caso, todos los artículos a que haga referencia el
presente.
Conclusión

A partir de este estudio y análisis se tiene como fin proponer el otorgamiento de


plenos reconocimientos sucesorios entre concubinos o convivientes. El sistema de
normas que rigen una sociedad no son perennes, no son absolutas, no son
estáticas. Éstas deben estar en constante evolución relacionado con los cambios
que vive la sociedad, es decir que frente a una realidad que no está regulada el
derecho debía regularlo, aunque en la práctica no es así el legislador debe tratar de
estar siempre a la par de los fenómenos que se desarrollan y/o cambian en una
sociedad. Dentro de estos cambios vemos que en nuestra realidad peruana las
uniones de hecho se han hechos numerosas, pasando estadísticamente en número
al de los matrimonios civiles o jurídicos, según cifras del Instituto Nacional de
Estadística e Informática. Al ser la unión de hecho una realidad social el derecho se
estanca en atribuirles derechos sucesorios. Esto quiere decir que a diferencia de un
matrimonio civilmente constituido el cónyuge supérstite tiene derechos sucesorios
sobre la masa hereditaria, mientras que el conviviente supérstite por más que haya
vivido con las mismas características de un matrimonio, salvo el acto matrimonial,
no las tiene. En efecto, la investigación intenta plantear una solución posible a esta
cuestión estudiando el tema desde diferentes perspectivas, porque así como se
regula la constitución de dichas uniones, también se debe asignar efectos jurídicos
ex post, es decir, después de la muerte de uno de los concubinos, de manera que
los miembros de las uniones de hecho accedan a los derechos y obligaciones
respectivos.
Bibliografía

https://es.slideshare.net/TOOCHAVEZABAD/union-de-hecho-50138695

https://eldia.com.do/matrimonio-o-union-libre/

http://www.enciclopedia-juridica.com/d/concubinato/concubinato.htm

https://www.buenosnegocios.com/notas/impuestos-y-tramites/sociedades-hecho-el-nuevo-
codigo-civil-n2132

https://www.ecured.cu/Matrimonio

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