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-Brucelosis
-Leptospirosis
-Rickettsiosis
-Taenia y cistecercosis
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BRUCELOSIS
HISTORIA DE LA BRUCELOSIS
La brucelosis, conocida desde 1861, fue descrita por Marston, en la isla de Malta; la relación
causal entre el organismo y la enfermedad fue establecida por el microbiólogo David Bruce
en el año 1887 mientras ocupaba el cargo de cirujano capitán de la armada británica en esa
isla, después de la guerra de Crimea. En dicho lugar, muchos soldados británicos
presentaban un cuadro de fiebre ondulante (denominada así porque la fiebre era de
ocurrencia periódica), que podía durar meses, e incluso llegaba a ser fatal. En el bazo,
hígado y riñones obtenidos de las autopsias de cuatro casos fatales en soldados por esta
enfermedad Bruce encontró un microorganismo que denominó Micrococcus melitensis, el
cual al ser inoculado a monos, estos reproducían la enfermedad y en aquellos monos que
fallecían volvía a encontrar los mismos microorganismos. Hughes publicó la descripción
definitiva de la enfermedad y Bang, en 1895, encontró abortos frecuentes en ganado
vacuno causados por la infección de Brucella abortus. El 14 de junio de 1905, Themistocles
Zammit encontró que la sangre extraída de cinco de seis cabras compradas en la zona,
reaccionaban a la prueba de aglutinación para detectar brucelosis y dedujo que los
humanos enfermaban por tomar leche cruda de éstas. En 1914, Traun recuperó Brucella
suis en fetos abortados de cerdo y posteriormente se demostró que también era un agente
etiológico en humanos. En años recientes se han descubierto nuevas cepas de Brucella de
las cuales tienen mayor importancia la Brucela conrus (aislada en perros y detectada
también en casos humanos), así como Brucela ovis (en ovejas y liebres) y Brucella
neotomae (en ratas del desierto y en otros animales, como caballos, búfalos, renos y
venados).
SINONIMIA DE LA BRUCELOSIS
Esta enfermedad también es conocida como:
› Fiebre ondulante › Fiebre recurrente
› Fiebre melitensis › Fiebre Melitocócica
› Fiebre de Malta › Fiebre de Traum
› Fiebre del Río Grande › Fiebre caprina
› Fiebre de Chipre › Enfermedad de Bang
› Fiebre de Gibraltar › Fiebre sudoralis
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› Fiebre del Mediterráneo
GENERALIDADES
La brucelosis conocida también como fiebre de Malta, fiebre ondulante, enfermedad de
Bang o fiebre del Mediterráneo es una zoonosis directa producida por bacterias
intracelulares del género Brucella, cuyas especies patógenas para los animales, son B.
melitensis, B. abortus, B. suis y B. canis, que afectan preferentemente a cabras, vacas,
cerdos y perros; la B. melitensis es la más común de las brucelas en el humano siendo poco
frecuente la B. canis; no se han comprobado casos humanos por las especies B. ovis y B.
neotomae.
La brucelosis se transmite por la ingesta de leche y lacticinios contaminados no
pasteurizados, por contacto con productos, subproductos y desechos como tejidos o
excreciones de animales enfermos, por inoculación de brucelas o inhalación del polvo de
corrales o mataderos donde éstos se encuentran; de ahí que se consideren actividades
ocupacionales de alto riesgo, el atender animales enfermos o en riesgo por haber estado
en contacto con el agente, manipular carne y vísceras de animales infectados y trabajar en
laboratorios.
Los datos de notificación oficial, indican que la morbilidad de brucelosis en México registra
una tasa promedio de 6.98 casos por 100,000 habitantes en el periodo comprendido de
1988 a 1993, con un comportamiento estable, registrándose cerca de 6,000 casos por año,
siendo los estados con mayor tasa de morbilidad Guanajuato (23), Coahuila (19), Nuevo
León (19), Querétaro (18) y Sonora (18).
AGENTE INFECCIOSO
La Brucelosis es producida por una bacteria cocobacilar gram negativa(2,4,7), de 0.5 a 0.7 µm de
diámetro por 0.6-1.5 µm de largo, intracelular, facultativa, no esporulada, acapsulada, sin pilis o
flagelos, poseen una envoltura celular característica compuesta por la membrana externa (ME), la
membrana interna y un espacio periplásmico intermedio donde se encuentran proteínas y un gel
glucopeptídico denominado peptidoglicano (PG) responsable de la forma e integridad osmótica de
la bacteria. El citoplasma es rico en ADN, ARN y proteínas citosólicas, algunas de ellas importantes
desde el punto de vista para el diagnóstico. Los antígenos de la Mercaptoetanol (ME) de Brucela
han sido objeto de investigación desde el punto de vista para el diagnóstico y de la inmunoprofilaxis;
este interés es resaltado considerando que representan el punto de contacto inicial entre el
patógeno y el hospedador. Las moléculas mejor caracterizadas corresponden a dos grupos: el
lipopolisacárido (LPS) y las proteínas de la membrana externa (OMPs: “outer membrane proteins”).
Las especies de Brucella pueden ser clasificadas como “lisas” (smooth, S) o “rugosas” (rough, R) de
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acuerdo al aspecto de las colonias en medio sólido. El aspecto diferente de estas colonias reside en
el tipo de LPS expresado en mayor proporción en superficie: LPS-S y LPS-R, respectivamente; siendo
más patógenas las lisas. Su clasificación taxonómica es(1,9,13,23,24): Dominio: Bacteria Filo:
Proteobacteria Clase: Proteobacteria alfa Orden: Rhizobiales Familia: Brucellaceae Género: Brucella
La clasificación de las especies de Brucella es controvertida porque los estudios de hibridación DNA-
DNA han demostrado una alta homología (mayor a un 95%) entre las diferentes especies, hasta el
momento 10 especies de Brucellas se tienen identificadas, las cuales se han diferenciado con base
en sus características antigénicas y sus hospederos (animal preferencial)
CUADRO CLINICO
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han señalado cuadros subclínicos e infecciones crónicas localizadas. La enfermedad puede
durar días, meses o un año o más si no se trata adecuadamente; las complicaciones más
comunes son la osteoarticulares y de ellas la sacroiliitis. Se han notificado afecciones
genitourinarias de las cuales las más comunes son la orquitis y la epididimitis; la tasa de
letalidad es de menos de 2% y por lo común es consecuencia de endocarditis secundaria
a B. melitensis. Parte o la totalidad del síndrome original puede reaparecer en las recidivas.
Los hallazgos característicos del líquido cefalorraquídeo son: presión alta con elevación de
proteínas, hipoglucorraquia y pleocitosis, principalmente a expensas de mononucleares: de
ahí que pueda ser confundida fácilmente con tuberculosis, lúes o criptococosis por su
cronicidad o hallazgos similares en líquido cefalorraquídeo.
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LEPTOSPIROSIS
La Leptospirosis es una zoonosis, enfermedad bacteriana que afecta a los humanos y los
animales. Es causada por la bacteria el género Leptospira de distribución mundial tanto en
áreas urbanas como rurales. Este padecimiento es subregistrado en muchos países debido
a la dificultad del diagnóstico clínico y la carencia de diagnóstico de laboratorio. Se estima
globalmente que 10 millones se infectan de Leptospirosis cada año y es difícil estimar
exactamente cuántos de ellos mueren por este padecimiento, en gran medida por que los
decesos ocurren en países donde las muertes no son sujetas a notificación rutinaria. Es
principalmente endémica en países con clima tropical y subtropical con amplio potencial
epidémico. Se presenta frecuentemente con picos estacionales, algunas veces en brotes y
está asociada con cambios climáticos principalmente inundaciones, inadecuadas
condiciones de higiene y la ocupación o actividades recreativas.
Agente etiológico
El agente etiológico de la leptospirosis pertenece al orden Sprirochaetales, familia
Leptospiraceae y género Leptospira, que comprende 2 especies: L interrogans, patógena
para los animales y el hombre y L. biflexa, que es de vida libre. L interrogans se divide en
más de 210 serovares y 23 serogrupos. Es un microorganismo con forma de espiral
(espiroquetas) que morfológica y fisiológicamente son muy uniformes, pero que serológica
y epidemiológicamente son muy diversas. El agente causal más importante es la leptospira
interrogans, que puede producir algunas sustancias como hemolisinas, hemaglutininas y
enzimas que le confieren mayor patogenicidad. Y los tres reservorios más comunes de la
infección son: los que se encuentran en las ratas (Leptospira icterohaemorrhagiae), en los
perros (Leptospira canícola) y la del ganado y cerdos (leptospira pomona). Otras variedades
también pueden causar la enfermedad, pero la más grave es la causada por la Leptospira
icterohaemorrhagiae. La Leptospira es una bacteria muy fina, de 6 a 20 µm de largo y 0,1
a 0,2 µm de ancho, flexible, helicoidal, con las extremidades incurvadas en forma de
gancho, extraordinariamente móvil, aerobia estricta, que se cultiva con facilidad en medios
artificiales. Puede sobrevivir largo tiempo en el agua o ambiente húmedo, templado, con pH
neutro o ligeramente alcalino.
Transmisión
Las infecciones humanas con leptospiras son debidas principalmente por la exposición
directa o indirecta de orina de animales infectados que pueden entrar al cuerpo a través de
cortaduras o abrasiones en la piel, por las membranas mucosas intactas (nariz, boca, ojos)
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y, probablemente, a través de piel que ha permanecido por mucho tiempo sumergida en el
agua. Otras formas de transmisión de la infección son la manipulación de tejidos de
animales infectados y la ingestión de alimentos o agua contaminada. La infección de
humano a humano ocurre raramente por relaciones sexuales, por vía transplacentaria de la
madre al feto y por la leche materna. La orina de un paciente con leptospirosis debe ser
considerada infecciosa. No se sabe con precisión cuándo las Leptospiras aparecen en la
sangre después de la infección. Es posible que, durante el período de incubación, antes de
que la persona infectada se enferme, estas puedan circular en la sangre y ser transmitidas
por transfusión sanguínea.
Cuadro Clínico
El tiempo entre la exposición a la fuente de contaminación y el comienzo de síntomas es
de 2 días a 4 semanas. Usualmente la enfermedad inicia abruptamente y las
manifestaciones clínicas son muy variables caracterizadas por fiebre alta, cefalea,
escalofríos, dolor muscular y vómito, puede incluir ictericia, conjuntivitis, dolor abdominal,
diarrea o rash. Si la enfermedad no es tratada, el paciente puede desarrollar daño hepático,
meningitis, falla hepática y dificultad respiratoria. En algunas ocasiones puede evolucionar
a la muerte.
El diagnóstico de la leptospirosis debe ser considerado en cualquier paciente que presente
fiebre súbita, escalofríos, cefalea, ictericia e inyección conjuntival, mialgias más notables
en las áreas lumbares y pantorrillas que constituyen uno de los síntomas más distintivos de
las enfermedad. Los hallazgos de laboratorio en muestras de pacientes hospitalizados
muestran tasas elevadas de sedimentación eritrocítica, trombocitopenia, leucocitosis,
hiperbilirrubinemia y niveles elevados de creatinina sérica, creatinina quinasa y amilasa
sérica.
Diagnóstico diferencial
Debe realizarse con: influenza; Fiebre por Dengue, Fiebre Hemorrágica por Dengue,
infecciones por hantavirus; incluyendo el síndrome pulmonar por hantavirus u otros
síndromes de dificultad respiratoria, rickettsiosis, borreliosis, meningitis aséptica, fiebre
tifoidea y otras fiebres entéricas, y hepatitis virales.
Las manifestaciones clínicas de la Leptospirosis son consecuencia de los daños
provocados en la capa endotelial de pequeños vasos sanguíneos por mecanismos poco
entendidos todavía. Todos los órganos internos pueden ser afectados, lo que explica el
amplio rango de manifestaciones clínicas, por ejemplo: nefritis intersticial, tubular, lesiones
glomerulares y vasculares en riñones que determinan la uremia y la oliguria/anuria; daño
vascular de capilares hepáticos, en ausencia de necrosis hepatocelular, causando la
ictericia, inflamación de las meninges causando dolor de cabeza, cuello rígido, confusión,
psicosis, delirio, etc.
Tratamiento
El tratamiento con antibióticos efectivos debe ser iniciado tan pronto como se sospeche un
diagnóstico de Leptospirosis y preferiblemente antes del quinto día de la aparición de la
enfermedad. Sin embargo, la mayoría de los médicos trata con antibióticos a los casos,
independientemente de la fecha de la aparición de los síntomas; no se deben esperar los
resultados del laboratorio para empezar el tratamiento con antibióticos debido a que las
pruebas serológicas no son positivas hasta después de una semana de inicio de signos y
síntomas.
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Rickettsiosis
El reporte más antiguo de una epidemia por rickettsia en Europa data del año 429 a.C., y
corresponde a una la plaga del tifus en Atenas. En América, el primer indicio data de 1896
en el Valle de Idaho, con el nombre de sarampión negro (debido a su exantema) o fiebre
del sendero. En 1900 ya se tenían referencias de la enfermedad en Estados Unidos y a las
garrapatas como vectores. Howard Taylor Ricketts, en 1906 estudió la fiebre maculosa o
manchada de la montañas Rocosas, demostró la transmisión por la picadura de la garrapata
Dermacentor occidentalis, se infectó y falleció en 1910 en México. Stanislaus Von
Prowazek, estudió el tifus exantemático, confirmó los hallazgos de rickettsias respecto al
vector y al agente causante, se infectó y falleció en 1915. Enrique da Rocha-Lima, en 1916
aisló el agente causante del tifus transmitido por el piojo y lo denominó Rickettsia
prowazekki en homenaje a los dos investigadores fallecidos. La identificación y clasificación
de las rickettsias así como el descubrimiento de sus formas clínicas ocurrió en el siglo XX.
Hoffman realiza en 1925 la primera descripción sobre la fiebre manchada en Sinaloa,
México y Bustamante y Varela identifican como vector a la garrapata (Ripicephalus
sanguineus) en Sinaloa.26 En 1939, se reportaron tres muertes en Gómez Palacio,
Durango, por un cuadro sugestivo de tifo, pero en cuyos pacientes no se observó la
presencia de piojos como vector de esta enfermedad. Iniciada la década de los años 1940,
en varios estados de la República Mexicana se reportan diversos casos de Fiebre
manchada de las montañas rocosas. En la región de la Comarca Lagunera, la Fiebre
Manchada de las Montañas Rocosas es una enfermedad endémica, dadas las condiciones
de estrato socioeconómico bajo y malos hábitos higiénicos y sanitarios.
Diagnóstico
La selección de las muestras depende de los signos y síntomas con los que se presente el
paciente y del tiempo de evolución de la enfermedad. Los especímenes más adecuados
son: sangre con anticoagulante (heparina, EDTA y citrato), suero, biopsia cutánea de las
pápulas, vesículas o escara de inoculación. En caso de afectación neurológica se debe
tomar muestra de LCR. Las condiciones de transporte, conservación de las muestras y tipos
de pruebas diagnósticas se resumen en la tabla 1.
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Diagnóstico serológico: Inmunofluorescencia Indirecta (IFI).
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Diagnóstico molecular.
Tratamiento
El tratamiento de elección para todas las formas de rickettsiosis y en todas las edades es
la doxiciclina. Debe iniciarse de manera empírica ante la sospecha clínica sin esperar la
confirmación diagnóstica. La dosis recomendada es de 100 mg cada 12 hs, por vía oral. La
duración óptima es hasta al menos 3 días luego de la defervesecencia o mejoría clínica,
por lo que se recomienda un curso de tratamiento entre 5 a 7 días. Esta recomendación se
extiende a pacientes en edad pediátrica y mujeres embarazadas, aceptándose que cursos
cortos de doxiciclina son seguros y no se asocian con efectos indeseables, a diferencia de
la experiencia acumulada con viejas tetraciclinas. La respuesta clínica al tratamiento
antibiótico ocurre dentro de las 24-48 hrs.
Taenia solium
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Síntomas
La teniasis por T. solium, T. saginata o T. asiatica se caracteriza generalmente por
síntomas leves e inespecíficos. Puede cursar con dolor abdominal, náuseas, diarrea o
estreñimiento, que aparecen alrededor de 8 semanas después de ingerir carne que
contiene cisticercos, una vez que la tenia se ha desarrollado completamente en el intestino.
Estos síntomas pueden permanecer hasta que la tenia muere después de haber sido
tratada (en caso contrario, puede vivir durante muchos años). Se considera que, sin
tratamiento, la infección con T. solium suelen persistir de dos a tres años.
En el caso de la cisticercosis por T. solium, el periodo de incubación es variable, y las
personas infectadas pueden permanecer asintomáticas durante años.
En algunas regiones endémicas (en particular, de Asia), la infección produce nódulos
(pequeños bultos que se perciben con el tacto) visibles o palpables bajo la piel (a nivel
subcutáneo). La neurocisticercosis se asocia a diversos síntomas y signos, dependiendo
del número, tamaño, estadio y localización de las lesiones y de la respuesta inmunitaria del
huésped, pero también puede ser asintomática. Los síntomas pueden ser: cefalea crónica,
ceguera, convulsiones (epilepsia si son recurrentes), hidrocefalia, meningitis, demencia y
síntomas causados por el efecto de masa en el sistema nervioso central.
Tratamiento
La teniasis se puede tratar con praziquantel (dosis única de 5 10 mg/kg) o niclosamida
(adultos y niños mayores de 6 años: dosis única de 2 g, después de un desayuno ligero,
seguido de un laxante a las 2 horas; niños de 2 a 6 años: 1 g; niños menores de 2 años:
500 mg).
En el caso de la neurocisticercosis, dado que la destrucción de los quistes puede producir
una respuesta inflamatoria, la enfermedad activa requiere a veces tratamientos prolongados
con praziquantel y/o albendazol, además de un tratamiento sintomático con corticosteroides
y/o antiepilépticos o, en algunos casos, un tratamiento quirúrgico. Las dosis y la duración
del tratamiento son muy variables, dependiendo sobre todo del número, tamaño,
localización y estadio de desarrollo de los quistes y del edema inflamatorio que los rodea,
así como de los signos y síntomas clínicos, en especial si son graves o agudos.
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BIBLIGRAFIA
1. Brucella taxonomy and evolution, Thomas Ficht, Texas A&M University, Veterinary
Pathobiology, TAMUs 4467, College Station, TX 77843, USA https://
www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2923638/
2. Brucelosis: Inmunidad y vacunación (revisión bibliográfica) Revista Electrónica de
Veterinaria REDVET, Estein Silvia Marcela, ISSN 1695-7504 Vol. VII, Nº 05, Mayo/2006 1-15
http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/ n050506/050601.pdf
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16. Cicuttin G, Nava S. 2013. Molecular identification of Rickettsia parkeri infecting
Amblyomma triste ticks in naárea of Argentina where cases of rickettsiosis were diagnosed.
Memorias do Instituto Oswaldo Cruz. 108, 123-125.
17. Colombo VC, Antoniazzi LR, Fasano AA, Beldoménico PM, Nava S. 2016. Amblyomma triste
en simpatría con Amblyomma tigrinum (Acari: Ixodidae) en la provincia de Santa Fe,
Argentina. Medicina. 76, 304-306.
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