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TDH

TDH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es un


trastorno crónico del desarrollo neuropsiquiátrico frecuentemente diagnosticado en la infancia
que se caracteriza por inatención (distracción moderada a grave, períodos de atención breve),
hiperactividad (inquietud motora) y comportamiento impulsivo (inestabilidad emocional y
conductas impulsivas) que produce problemas en múltiples áreas de funcionamiento,
dificultando el desarrollo social y personal con los amigos, los profesores y la propia
familia, en el rendimiento escolar, emocional y cognitivo de la persona que lo padece,
Tiene una respuesta muy alta al tratamiento en el corto plazo, aunque existe debate en cuanto
a los beneficios terapéuticos en el largo plazo. Suele acompañarse de tasas elevadas
de comorbilidad psiquiátrica. Históricamente, este trastorno ha recibido distintas
caracterizaciones e innumerables denominaciones, lo que dificulta las consultas de la literatura
especializada.
Causas
No se conocen las causas del TDAH, aunque los diferentes estudios que se han realizado en
este sentido apuntan a que hay un componente genético importante, El TDAH tiene una
heredabilidad del 76% (es decir, que en una población media, el 76% de los factores
vinculados con el TDAH están relacionados con los genes, y el resto a factores no
genéticos).

El entorno social (relaciones conflictivas) sólo puede actuar como impulsores de


los síntomas, pero no contribuir a la aparición de la enfermedad.

Se consideran factores ambientales del TDAH (entre otros): los traumatismos


craneoencefálicos en la infancia, las infecciones del sistema nervioso central, la
prematuridad, la encefalopatía hipóxico-isquémica, el bajo peso al nacimiento o el consumo
de tóxicos como el alcohol o el tabaco en el embarazo.

Los estudios han demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen un riesgo
cinco veces mayor que las personas sin antecedentes familiares de TDAH.

Comorbilidades
Cuando decimos que el TDAH se presenta frecuentemente con otros trastornos
comórbidos, hablamos de que el TDAH en muchas ocasiones no se presenta sólo, sino
que aparece junto a otros trastornos psiquiátricos. Esto es así en el 70% de los casos de
TDAH. 3
De hecho, una persona con TDAH tiene de 6 a 7 veces más probabilidades de tener otro
trastorno psiquiátrico o trastorno del aprendizaje.11
Entre las comorbilidades más frecuentes destacan: trastorno negativista desafiante,
trastorno de conducta, trastorno de ansiedad, trastorno del ánimo, tics, trastorno del
aprendizaje… y pueden tener un impacto adicional en la calidad de vida.12
Cuando el TDAH se asocia a otros trastornos, con frecuencia se complica el diagnóstico,
empeora la evolución y la respuesta al tratamiento es menor.
Diagnostico

Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que
hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
1. desde una edad temprana: antes de los 12 años1.
2. con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de
desarrollo del niño.
3. que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos
o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social. 1-2
4. no ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema
psiquiátrico.3
Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de
TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se
reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con
dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.

Síntomas del TDAH


Es importante advertir que cualquier persona puede en un momento dado
presentar alguno de los síntomas relacionados con el TDAH, sin que ello implique
ninguna relación con la enfermedad. De hecho, el diagnóstico de TDAH implica
dos condiciones fundamentales: la coexistencia de diversos síntomas y que éstos
se manifiesten en los diferentes ambientes sociales del niño (familia, colegio,
círculo de amigos) y de forma constante y prolongada, causando, además
problemas evidentes de relación social y de rendimiento escolar.
También hay que tener en cuenta que no todas las personas diagnosticadas de
TDAH presentan los mismos síntomas, sino que existe una gran variabilidad de
unos a otros. De hecho, en función de los síntomas de cada paciente, se han
establecido tres tipos diferentes de TDAH:

1) TDAH con hiperactividad-impulsividad Si se presentaron suficientes


síntomas de hiperactividad/impulsividad, pero no de falta de atención,
durante los últimos seis meses.

 Frecuentemente, mantiene un estado de excitación continua.

 Habla mucho, incluso en situaciones en que debe permanecer callado, como


durante la clase.

 Se muestra inquieto en clase y le cuesta mucho permanecer sentado. Se remueve


constantemente en la silla y puede llegar a levantarse durante la clase.
 En situaciones en las que debe mantener una actitud de espera, no para de
moverse, saltar y correr.

 Interrumpe muy a menudo a los demás en conversaciones, juegos, etc. En


actividades de grupo es incapaz de esperar su turno. Incluso tiende a responder
antes de que la persona que habla con él haya terminado de formular la pregunta.

 No puede mantenerse tranquilo mientras juega.

2) TDAH con falta de atención Si se presentaron suficientes síntomas de falta


de atención, pero no de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos seis
meses.

 Tiene problemas para mantener la atención en cualquier actividad que esté


realizando, lo que le lleva a cometer errores por perderse los detalles de las cosas.

 Se distrae con suma facilidad ante cualquier estímulo externo.

 No termina lo que empieza y cambia de actividad rápidamente.

 Le resulta muy difícil organizarse, de modo que pierde cosas que necesita para
realizar una actividad o las olvida en casa frecuentemente cuando se trata de
cosas del colegio. También olvida los deberes que tiene que hacer o las tareas
que se le encomiendan en casa.

 A veces se muestra como ausente, como si no escuchara lo que se le está


diciendo.

3) TDAH combinado. : Si se presentaron suficientes síntomas de ambos


criterios, los de falta de atención y los de hiperactividad/impulsividad,
durante los últimos 6 meses.
El niño manifiesta los síntomas de los dos tipos anteriores es decir, de
hiperactividad-impulsividad y de falta de atención.

Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la
presentación también puede cambiar con el tiempo.
Prevención

El TDAH asocia un riesgo aumentado para presentar comorbilidades con


otros trastornos psiquiátricos, lo que ensombrece la evolución. Teniendo
en cuenta el TDAH como un factor de riesgo evolutivo, la prevención
debería ser un objetivo principal. Mayoritariamente, las acciones
preventivas en el TDAH se han centrado en la prevención terciaria. La
presente revisión busca estudiar los factores que intervienen en el
desarrollo del TDAH para poder conformar un modelo de prevención más
allá de la prevención terciaria. Se estudian modelos de prevención
secundaria (detección precoz de la enfermedad) y primaria (evitar o
retrasar la enfermedad), intentando incorporarlos a la práctica diaria. Se
revisan los factores de riesgo que afectan al TDAH. Mediante acciones
encaminadas a la detección precoz, se podría mejorar la evolución del
trastorno, y mediante la identificación de poblaciones en riesgo, se
pueden concentrar los esfuerzos en desarrollar una verdadera
prevención primaria (período perinatal y primeros años de vida), que a la
larga podría contribuir en la reducción de la incidencia del TDAH.

tratamiento
El tratamiento del TDAH debería ser multimodal e individualizado, teniendo
en cuenta al paciente y a su familia.
El objetivo del tratamiento multimodal: es disminuir los síntomas al mismo
tiempo que se reducen las complicaciones derivadas del trastorno y el
impacto negativo que puede tener en la vida de los pacientes y de su
entorno.

El tratamiento multimodal del TDAH implica tres acercamientos:

– tratamiento farmacológico
– tratamiento cognitivo-conductual
– tratamiento psicoeducativo (padres y profesores)
De ahí que el tratamiento multimodal también se conozca como tratamiento
combinado, ya que requiere varios enfoques y la implicación de diferentes
profesionales.

Según los resultados de los estudios realizados, el tratamiento farmacológico


sería el método más efectivo para reducir los síntomas nucleares del
TDAH (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad)1, y el tratamiento
psicológico (conductual y psicoeducativo) ayudaría fundamentalmente a
la mejoría de las funciones ejecutivas2 (habilidades cognitivas como empezar
tareas, organizarse, planificar cosas…).
Y es que se ha demostrado que educar al paciente y a la familia sobre el
trastorno, adaptar el entorno a las necesidades de cada persona y mejorar
las habilidades de abordaje de los pacientes, padres y educadores, pueden
ayudar a obtener buenos resultados en el tratamiento del TDAH, cuando se
combina con una intervención farmacológica. 2

El tratamiento individualizado
Como ya hemos señalado, el tratamiento del TDAH debe ser individualizado.
¿Qué significa esto? Que el tratamiento no es estándar para todos los
pacientes. Sino que se debe adaptar a las necesidades de cada uno de ellos.
Se debe valorar la intensidad de los síntomas del Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad, su contexto familiar y social y/o si existen otros
trastornos psiquiátricos comórbidos asociados.
Por ejemplo, según lo estipulado en la Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH
en Niños y Adolescentes:

A) Se recomienda la terapia cognitivo-conductual como tratamiento


inicial en los siguientes casos:
– los síntomas del TDAH son leves
– el TDAH tiene un impacto mínimo en la vida del niño
– existe discrepancia en la frecuencia e intensidad de los síntomas entre los
padres, o entre los padres y profesores.
– el diagnóstico del TDAH es incierto.
– los padres no están de acuerdo con el tratamiento farmacológico.
B) Insiste en la importancia de la individualización en el tratamiento
psicoeducativo en los casos de TDAH con repercusión en el ámbito escolar.
Centrado en la enseñanza de habilidades y competencias académicas, que
tengan en cuenta al alumno, sus puntos fuertes y sus puntos a mejorar.

C) En cuanto a las recomendaciones relacionadas con el tratamiento


farmacológico, la Guía de Práctica Clínica indica en primer lugar que debe ser
un profesional médico adecuadamente cualificado y experto en TDAH quien
plantee el tratamiento, y en segundo lugar que se tenga en cuenta la edad
del paciente, la gravedad de los síntomas, la repercusión funcional de estos
y las características y preferencias de la familia.

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