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Sociodraman:RESUMEN Augusto Boal, en 1971 propuso un teatro político que confrontara al

público y lo motivara a asumir una actitud y participación críticas, que no sólo lo llevara a
pensar, sino que también a actuar, a intervenir, con esto daba una nueva mirada al teatro
como herramienta pedagógica, social, política, cultural y terapéutica. No es extraño, por tanto,
que su teatro llame a observar y a acercarse a la práctica del psicodrama y del sociodrama de
Jacobo Levy Moreno, quien en 1926 lleva el arte teatral a un ámbito de curación no
experimentado hasta entonces por esta disciplina artística, que coloca a un actor-paciente en
un escenario teatral, donde éste dramatiza su patología y sus vivencias frente a un público,
también conformado por pacientes y que por extensión también se interesó en los problemas
que afectaban a los grupos sociales, creando el sociodrama, en donde el protagonista es el
mismo grupo y el psicodrama que también llevan a escena un gran número de técnicas o
despliegue de la acción dramática. Este trabajo, producto de una investigación de diez años,
pretende analizar las analogías y diferencias existentes entre la teoría de Moreno del psico y
sociodrama con la teoría del Teatro del Oprimido de Boal, con miras a determinar los alcances
que podría tener el teatro de Boal tanto en el campo artístico como más allá de esta
dimensiónORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL PSICODRAMA Y EL SOCIODRAMA. HISTORIA Y
DESARROLLO DE LAS TEORÍAS MORENIANAS El psicodrama y el sociodrama poseen un mismo
origen. Ambos fueron desarrolladas a partir de los mismos principios y un mismo creador,
Jacobo Levy Moreno. Nacido en Bucarest, Rumania en 1889, Moreno pronto se establecería
junto a su familia en la ciudad de Viena, Austria, lugar donde creció y realizó sus estudios.
Entre los años 1908 y 1914 mientras realizaba sus estudios de medicina en la Universidad de
Viena, se vio vinculado con grupos culturales interesados por nuevas experiencias
intelectuales. Crea una comunidad llamada Religión del encuentro, en la que recibía a
inmigrantes y refugiados, mientras éstos se legalizaban y establecían en la ciudad. La Religión
del encuentro fue el inicio de un estudio profundo sobre las relaciones grupales, que dio
origen a la más importante teoría psicológica: la psicoterapia de grupo. Entre 1908-11,
interesado por los grupos y su participación en la comunidad, Moreno practicaba la
espontaneidad con niños en los jardines de Augarten, en donde les leía cuentos y les
dramatizaba. Esta experiencia lo llevó a crear un grupo de teatro infantil con actores estables,
entre los que destacaba la actriz Elizabeth Bergner. Algunas de sus biografías (Marineau;
Moreno, Psicodrama; Schutzenberger) muestran la importancia de lo acontecido en la
representación de Zarathustra en el “Teatro de los niños” (Kinderbuehne), por ser la primera
evidencia de las teorías morenianas sobre el psicodrama y el sociodrama. Al comenzar la
representación de esta obra, con las primeras frases del actor, un espectador indignado
interrumpió y subió a escena, declarando la poca presencia del actor y la poca calidad del
texto. Moreno no detuvo la acción; por el contrario, dio pie para que el espectador intentara
exponer sus ideas y luego las dramatizara según su concepción. Este acontecimiento ha sido
apreciado desde distintos puntos de vista. Una nueva versión, descrita por René Marineau
(74), señala que Moreno, junto a un amigo es quien interrumpe la acción al acotar que esa era
la muerte del teatro tradicional. No más actores Castillo: Psicodrama, Sociodrama y Teatro del
Oprimido de Augusto Boal Published by Digital Commons @ Connecticut College, 2013 BELIZA
CASTILLO 120 representado un personaje, era el nacimiento del último teatro verdadero, en
donde el actor se representa a sí mismo. Moreno, preocupado por aliviar el sufrimiento
colectivo a causa de la Primera Guerra Mundial (entre 1913-1914), reunió un grupo para
resolver problemas concretos, familiares o comunales. Estas reuniones con comunidades y
familias las llamó teatro recíproco, una mezcla de terapia familiar, psicoterapia y religión del
encuentro, lo más importante era que cada persona representaba su rol verdadero dentro del
elementos del sociodrama
1. Temática: Se debe tener muy claro cuál es el tema que se va a presentar, y por
qué se va a hacer en ese momento.

2. Lluvia de ideas: Las personas que van a llevar a cabo la representación deben
dialogar previamente sobre lo que se conoce del tema: ¿Cómo lo vivimos?, ¿Cómo
lo entendemos?

3. Guión argumental: Con la información recogida en la lluvia de ideas se elabora la


historia o el argumento del sociodrama. Se ordenan los hechos y las situaciones que
se han planteado en la conversación previa, para ver como se va a actuar (en que
orden van a ir los distintos hechos), para definir los personajes de la historia, para
elegir la indumentaria que se empleará en la dramatización, se distribuyen los
personajes, los que sean necesarios para plantear el tema elegido y se decide
enfáticamente como se va a cerrar la historia. Luego de estos tres pasos se realiza
la representación y la Sociodrama, es una palabra compuesta y se refiere al
socio, socium, “el otro”, y drama, del griego, acción. Su origen es similar al
que infleuncia nos tráe la sociedad :psicodrama, que se traduce como
“psiquis en acción”. Jacob L. Moreno, desarrolló ambos métodos
terapéuticos de acción, en forma simultánea. El primero orientado al grupo.
El segundo, al individuo como miembro particular perteneciente al grupo.
Los objetivos terapéuticos del sociodrama siempre apuntan al grupo,
mientras que aquellos pertenecientes al psicodrama, se catalogan como
objetivos primarios, orientados hacia el individuo, en que el grupo queda
al servicio de aquel. Sin embargo, cada vez que se dirige una escena
psicodramática centrada en un protagonista, en forma colateral, se
generan procesos sociodramáticos grupales resonantes en cada uno de
los participantes, así como también en la totalidad del grupo. Por lo tanto
cabe suponer que sociodrama y psicodrama están intrínsecamente unidos
y que no es posible realizar una división segmentada de su práctica, toda
vez que en el trabajo psicosociodramático grupal, se están levantando, al
mismo tiempo, dinámicas psicológicas individuales y grupales, que
permiten orientar el trabajo hacia el individuo o hacia el colectivo, con
temáticas que circulan sistémicamente. Ya sea como narrativas comunes
o temas emergentes, se articulan armónicamente los mundos privados y
públicos de los participantes, señalando a cada paso, la notable visión del
creador del psicodrama cuando se refiere al co-inconsciente grupal.

Señalo que para el coordinador de grupo no es posible saber cuando está


entrando en una dinámica psicodramática o una sociodramática.
Seguramente la necesidad del grupo dará la señal experiencial para
transitar por aquel o este camino. Al momento en donde el director cae en
el vértigo del “no saber” como continuar, es lo que llamo “nodo”, o
“puntada”, como si se tratara de un gran chal tejido a crochet, un reticulado,
en donde dicho nodo, será fundamental para sostener la totalidad
sistémica con vigor de chal andino, y al mismo tiempo correr el riesgo de
transitar hacia un trabajo centrado en una persona o en el colectivo
(Anderson H., 1999; Anderson H., Goolishian, H., 1996). En esta puntada
es donde se visualizan al menos dos caminos. Por cierto pueden ser varios
más. Un camino conducirá hacia la dramatización personal, es decir, se
abre la escena hacia el mundo personal del protagonista, y será aquel
quien estará al servicio del grupo en un primer momento. A través de la
disección psicodramática de la escena central, suelen abrirse otras
escenas de los participantes. El nodo entonces sugerirá sabiamente que
el siguiente momento debe ser sociodramático, o sea orientado al grupo
como totalidad.

No es posible definir con antelación si una sesión grupal será psico o


sociodramática, ya que solo la dinámica grupal emergente a partir del
caldeamiento permitirá deducir hacia dónde vamos conjuntamente como
proyecto de trabajo, y en eso participa equitativamente el grupo, los
auxiliares, el protagonista y el director. Es preferible utilizar la palabra
sociopsicodramática, como unidad indivisible.
En este punto el grupo comienza a definirse como el socio, el socium, el
otro. ¿De quién?, pues del director. Nos abrimos hacia la posibilidad de la
co-terapia, uno de los dispositivos centrales de la práctica sistémica. A
diferencia de lo que ocurre en la práctica psicodramática, en el trabajo
sistémico, co-terapeutas (y opcionalmente equipo de supervisión o
reflexivo) conducen la sesión. En el sociopsicodrama, ese binomio estará
constituido por el director y el grupo, en una relación de colaboración,
independiente de si en el rol de “director” haya una o más personas,
(director, co-director, yoes-auxiliares). Se trata de un grupo que asume el
rol de conductor y otro que juega el rol de conducido, y sin embargo ambos
gozan de amplia vitalidad, de manera que pueden generar un lenguaje
cooperativo, con un sentido de no-dualidad al servicio de la curiosidad,
exploración, espontaneidad, creatividad e innovación, lejos de
interacciones simétricas competitivas (Cavallé, M., 2008).
posterior asamblea.

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