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El suelo es la porción más visible del planeta, en donde sembramos las cosechas, edificamos
nuestras casas y enterramos a nuestros muertos. Se trata de una superficie sumamente
variada y multiforme, sobre la cual se producen los fenómenos climáticos como la lluvia, el
viento, etc.
Tipos de suelos
Existen diversos tipos de suelo, cada uno fruto de procesos distintos de formación, fruto de la
sedimentación, la deposición eólica, la meteorización y los residuos orgánicos. Pueden
clasificarse de acuerdo a dos distintos criterios, que son:
Suelos arenosos. Incapaces de retener el agua, son escasos en materia orgánica y por lo
tanto poco fértiles.
Suelos calizos. Abundan en minerales calcáreos y por lo tanto en sales, lo cual les confiere
dureza, aridez y color blanquecino.
Suelos arcillosos. Compuestos por finos granos amarillentos que retienen muy bien el
agua, por lo que suelen inundarse con facilidad.
Suelos pedregosos. Compuestos por rocas de distintos tamaños, son muy porosos y no
retienen en nada el agua.
El suelo al construir
Antes de construir cualquier edificación es de vital importancia verificar el estudio del suelo, o
en caso de no existir dicho estudio, realizarlo. Muchos terrenos tienen un pasado dudoso,
quizás eran un botadero de escombros, un relleno, o hasta un lago. Muchas fallas
estructurales de las edificaciones principalmente son por no haber hecho el estudio o por no
haber tomado en cuenta las sugerencias que daba el mismo.
Posición geográfica de los suelo.
Los suelos responden al clima correspondiente a su latitud, no posee en todas sus regiones el
mismo tipo de suelo.
En Venezuela tenemos un clima intertropical en la cual poseemos muchos tipos de suelo con
diferentes características químicas y física.
También se toman en cuentas diversos factores al construir como las cargar especiales que
varían según su posición geográfica, ya sea una zona lluviosa, húmeda, árida, etc.