Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Inicio de La Industrialización Petrolera
El Inicio de La Industrialización Petrolera
El primer gran desarrollo de esta industria en nuestro país se dio con la llegada de
Edward Lawrence Doheny, quien empezó a desarrollar sus negocios petroleros en
California donde se extendió a México. Para 1900, junto con sus socios, compró
unas 20 mil hectáreas de terrenos petrolíferos a precios muy bajos y formó la
Mexican Petroleum Company iniciando al año siguiente exploraciones en El
Ebano. Comprobado el éxito del pozo, Doheny construyó una refinería para
producir asfalto para caminos y creó su propia compañía pavimentadora. Hacia
1906, amarró un contrato para proveer de petróleo al Ferrocarril Central de
México. Ello hizo que comprara más terrenos en la llamada Faja de Oro, que
fundaría la Huasteca Petroleum Company, la Tamiahua Petroleum Company y la
Tuxpan Petroleum Company, así como la construcción de una refinería en Mata
Redonda.
En el último decenio del siglo XIX se dio la primera presencia de los ingleses en la
industria petrolera nacional cuando el London Oil Trust, encabezado por Cecil
Rhodes, adquirió varias empresas en la región de Papantla y formó con ellas la
Mexican Oil Company. Sin embargo, el verdadero éxito británico en la industria
petrolera se dio a través de Weetman D. Pearson.
Así vemos que, al iniciarse el Porfiriato, el 35% del comercio mexicano se hacía
con Inglaterra, pero para 1895 había descendido al 20%, teniendo que hasta
entonces las inversiones británicas se concentraban en los ferrocarriles, tranvías,
fincas agrícolas, compañías madereras, ganaderas y algodoneras. El notorio
crecimiento de los intereses económicos de los Estados Unidos, hizo comprender
a don Porfirio la necesidad de buscar un contrapeso, y encontró que el equilibrio lo
podría obtener en el apoyo a las incursiones petroleras de Weetman Pearson.
En abril de 1901 Pearson inició su interés por el petróleo, por lo cual se dio a la
tarea de comprar extensos terrenos en Veracruz, Tabasco y Campeche hasta
tener 600.000 acres (unas 267 mil hectáreas), para exploración petrolera.
Digamos que hasta aquí se cumplía con las premisas teóricamente lógicas de
estabilidad política y crecimiento económico.