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FORPERDOC
ETAPA ADOLESCENTE
Autores:
Ferrer, Rusmery C.I: 14083739
Graterol, Anny C.I. 17644817
Linares, Aguilda C.I: 10.080.292
Manzanillo, Sara C.I: 7.734.515
Emocional-afectiva:
A esa edad hay muchas cosas que ordenar dentro de uno mismo. Hay quizá
muchos proyectos y, con los proyectos, desilusiones e inseguridades. Y no hay
siempre una lógica y un orden claros en su cabeza. Se mezclan muchos
sentimientos que pugnan por salir a la superficie. Las preocupaciones de la
jornada, la rumiación de recuerdos pasados que resultan agradables o dolorosos,
y que quizá estén deformados en un ambiente interior enrarecido, todo eso
confluye en su mente cada día como en una torrentera, mezclando las
aspiraciones más profundas del espíritu con los impulsos más bajos del cuerpo.
Teoría de Piaget.
Este psicólogo propone que hay tres factores que influyen sobre el desarrollo
moral: el desarrollo de la inteligencia, las relaciones entre iguales y la progresiva
independencia de la coacción de las normas de los adultos. El primer factor, el
desarrollo de la inteligencia es importante, ya que es el que permite a los otros dos
actuar.
De los dos a los seis años los niños son capaces de representar las cosas y las
acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus acciones y relatar
sus intenciones para el futuro. Sin embargo, no pueden aún realizar
razonamientos abstractos, por lo que no pueden comprender el significado de las
normas generales. Esto hace que las vean como cosas concretas imposibles de
variar que se han de cumplir en su sentido literal. Estas normas son, además,
exteriores a los niños, impuestas por los adultos, por lo tanto la moral se
caracteriza en esta fase de desarrollo por la heteronomía.
De los siete a los once años, los niños adquieren la capacidad de realizar
operaciones mentales con los objetos que tienen delante. No pueden aún hacer
generalizaciones abstractas pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos
cambios físicos y de las posibilidades del pensamiento para detectar relaciones
entre las cosas. Las normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su
origen en una autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse en
el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge la
noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son
vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos
morales como la honestidad -necesaria para que los juegos funcionen- y la
justicia. El respeto a las normas se deriva del respeto al grupo y la necesidad de
un cierto orden en el mismo para el mantenimiento del juego, sin embargo, la
aplicación de estas normas y de los conceptos y sentimientos morales es poco
flexible. Las normas no son ya cosas, pero siguen estando ligadas a las cosas y
situaciones concretas, probablemente porque la capacidad intelectual de los niños
no ha llegado aún al desarrollo del pensamiento abstracto y de la generalización.
Desarrollo sexual:
Sexto estadío.
Área psicosocial:
En la adolescencia uno de los cambios más significativo que supone esta etapa,
es el paso de la vida familiar a la inserción en la vida social. Se espera del
adolescente una inserción autónoma en el medio social y que alcance el estatus
primario: Asumir una independencia que lo exprese personalmente y dirigirse
hacia roles y metas que tengan consonancia con sus habilidades y que estén de
acuerdo con las probabilidades ambientales. El joven procura que sus
sentimientos de adecuación y seguridad provengan de sus propias realizaciones,
las que confrontan frecuentemente con su grupo de pares o compañeros de edad
similar.
Etapas de la adolescencia.
En este periodo se tiende a asumir valores y códigos del grupo de pares, lo que
aumenta la distancia con los padres, existencia “anti-adulto”
En la adolescencia tardía (17-21 años): Los valores del grupo dejan de tener
tanta importancia, siendo los propios valores acordes con la identidad lo que se
privilegian. Respeto a la figura de autoridad se comienzan a producir una
reconciliación y reparación.
En general, las relaciones con iguales del mismo sexo y del sexo opuesto
durante la adolescencia; sirven de prototipo de las relaciones adulta en las
interacciones con los miembros del mismo sexo y del sexo opuesto. El
adolescente que todavía no ha aprendido ha entender bien en esta etapa, cuando
llega a la edad adulta se enfrentara con serios obstáculos que le dificultarán su
inserción social.