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DEDICATORIA

Este presente trabajo, es dedicado


a nuestros padres Y docentes
por inculcarnos el pleno
desarrollo a la investigación,
fortaleciendo el conocimiento
de nuestro día a día.
INTRODUCCIÓN

Daremos inicio al presente trabajo con las siguientes ideas: El proceso se


desarrolla sobre la base de un conjunto de actos sucesivos, que tienen por
objeto la constitución, modificación o extinción de derechos y cargas
procesales, apreciando, la distinción entre hechos jurídicos involuntarios y
hechos jurídicos voluntarios; a estos últimos se les llama actos jurídicos
procesales o simplemente actos procesales.
Siendo conceptualizados por diversos autores; analizando específicamente a
los actos procesales de los jueces, encontrándolos desde el articulo 119 hasta
el artículo 128 de nuestro código procesal civil; es por ello que definiremos las
formas que se encuentran prescritas en la norma, teniendo que ser seguidas a
detalle por las resoluciones judiciales, siendo conocidos como decretos, autos y
sentencias ; las cuales son dadas por los órgano jurisdiccionales competentes,
debiendo seguir un orden para que se pueda transmitir de una mejor manera
el mensaje del juez.
En tanto observaremos la estructura por la cual deben estar sujetas cada una
de las resoluciones ya mencionadas, otorgándole mayor énfasis a las
sentencias, ya que aquí se encuentra inmerso la cosa juzgada teniendo como
fin la conclusión del proceso y proporcionando una seguridad jurídica.
Se especificará los plazos máximos para expedir las resoluciones y la
indelegabilidad.
Es así que estos actos procesales se rigen por tiempos, y se encuentran
establecidos desde el artículo 141 hasta el artículo 147 del código procesal
civil, que nos explican los días y horas hábiles; la perentoriedad del pazo y el
cómputo que debe seguir.
INDICE

CAPITULO I

ACTOS PROCSALES DEL JUEZ

1.1. DEFINICION

1.2. FORMAS DE LOS ACTOS PROCESALES

1.3. RESOLUCIONES JUDICIALES

1.3.1. DEFINICION

1.4. DECRETOS AUTOS Y SENTENCIAS

1.4.1. LOS DECRETOS

1.4.2. LOS AUTOS

1.4.3. LAS SENTENCIAS

1.5. CONTENIDO Y SUSCRIPCION DE LAS RESOLUCIONES

1.6. COSA JUZGADA

1.6.1. CONCEPTO

1.7. PLAZOS MAXIMOS PARA EXPEDIR RESOLUCIONES

1.8. NUMERACION

1.9. INDELEGABILIDAD

1.10. ACTUACIONES

1.11. ADMISIBILIDAD Y PROCEDENCIA


CAPITULO II

TIEMPOS EN LOS ACTOS PROCESALES

2.1. DIAS Y HORAS HABILES

2.2. HABILITACION

2.3. HABILITACION

2.4. HABILITACION IMPLICITA

2.5. ACTUACION DIFERIDA

2.6. FALTA GRAVE

2.7. PERENTORIEDAD DEL PLAZO

2.8. COMPUTO

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA
CAPITULO I

ACTOS PROCESALES DEL JUEZ

Con respecto, a los actos procesales del Juez, son objeto de regulación en el
Capítulo I (“Actos procesales del Juez”) del Título I (“Forma de los actos
procesales”) de la Sección Tercera (“Actividad procesal”) de nuestro Código
Procesal Civil, en los arts. 119 al 128.

1.1. Definición

Como bien define Chowenda, “los actos procesales son aquellos que tienen por
consecuencia inmediata, la constitución, la conservación, el desenvolvimiento,
o la modificación de una relación procesal”.

Es por ello, que lo definimos como todo acto voluntario licito que tiene efecto
directo e indirecto, la constitución, el desenvolvimiento y la conclusión del
proceso, sea que proceda del juez o de las partes. Siendo estos a su vez
manifestaciones voluntarias con carácter procesal, realizándose dentro del
proceso desde su inicio de manera concatenada hasta la conclusión del
proceso mediante una sentencia definitivamente firme.

Es así, que Rioja define, a la actividad procesal dada por los jueces como el
ejercicio de la jurisdicción y dicha actividad se traduce en las resoluciones que
se dictan a lo largo del proceso.

De tal manera, en este presente trabajo, aremos un estudio más detallado, con
respecto, a los actos procesales dados por los jueces.

1.2. Formas de los actos procesales

“Se dice que los actos procesales poseen tres elementos fundamentales:

El sujeto que lo ejecuta, el objeto sobre el cual versa y la forma que


involucra”.1

1
Palacios, Lino. Jurisdicción Y ACCIÓN; pág. 85 y 385
En el artículo 119 del C.P.C se establece la estructura externa del acto,
señalando el uso de la escritura sin empleo de abreviaturas y siguiendo
determinados patrones al referirse a fecha y cantidades Frente a algunos
errores en la redacción se estipulan las siguientes reglas:

a) No caben borrones sobre las palabras y frases equivocadas, sino que ellas
se testarán mediante una línea, que permita su lectura, dejando constancia al
final del texto, que lo testado no vale.

b) Está prohibido interpolar o yuxtaponer palabras o frases, esto implica que no


se puede subsanar los defectos en la redacción mediante el interlineado, es
así, como por ejemplo, si el juez quiere referirse al pago de tres mil quinientos
soles y por error a consignado la frase de “quinientos soles”, no cabe que entre
líneas se agregue la frase “tres mil”. Debe enmendarse el error, testando con
una línea la frase “quinientos soles” y colocando en su reemplazo la frase
correcta de tres mil quinientos soles, dejando constancia de la anulación o
testado, al final del texto; sin embargo, el concepto de forma no se circunscribe
a la mera estructura externa, sino se extiende a otras condiciones vinculadas
con el contenido del acto o forma intrínsecas, esta última acogida en los
artículos 121 y 122 de nuestro Código civil.

Según Palacio, la dimensión formal de los actos debe ser apreciada desde dos
ángulos distintos, los que se refieren al modo de expresión y al modo de
recepción de la actividad procesal.

En el modo de expresión es importante diferenciar el idioma y el lenguaje de


los actos procesales; esta situación sí se advierte en lo que a las partes se
refiere, pero no en los actos procesales del juez; sin embargo, el artículo 15 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial integra dicha omisión al señalar que las
actuaciones judiciales se efectúan en castellano. Cuando el idioma o dialecto
del justiciable sea otro, se requerirá de manera obligatoria la presencia de un
intérprete, el cual ayude a un mayor entendimiento de su dialecto, por ende se
dará un mejor desarrollo del proceso en el que se encuentra inmerso dicha
persona.
1.3. Las resoluciones judiciales:

Como bien señala el artículo 120 de nuestro código procesal civil, “los actos
procesales a través de los cuales se impulsa o decide al interior del proceso o
se pone fin a este, pueden ser, decretos, autos y sentencias”2.

1.3.1 Definición:

Las resoluciones judiciales, son todas aquellas declaraciones emanadas del


órgano judicial destinadas a producir una determinada consecuencia jurídica, a
la que deben ajustar su conducta los sujetos procesales. Ellas pueden ser
decretos, autos y sentencias.

Véscovi señala al respecto que las resoluciones judiciales “... se dividen en: de
mero trámite, que sólo dan el impulso al proceso; interlocutorias (sentencias o
autos, según los códigos), que se dictan durante el procedimiento y se
relacionan con una cuestión conexa pero ajena a la principal (al objeto del
proceso), y definitivas, que son la sentencia final. Después de éstas siguen en
importancia los autos (...) interlocutorios, que, en ciertos casos, pueden tener
carácter de definitivos cuando, al resolver una cuestión accesoria (caducidad,
prescripción, cosa juzgada, etc.), ponen fin al proceso”3

Es así, como el artículo 121 del Código desarrolla con mayor detalle a cada
una de estas resoluciones. Se dice que los decretos, están orientados al
desarrollo del proceso, al simple trámite que no requiere motivación; los autos,
que resuelven incidencias; y la sentencia, que pone fin a la instancia o al
proceso en definitiva.

Es importante resaltar que, entre la iniciación del proceso y la conclusión de


este, concurren una serie de actos que se agrupan en resoluciones orientadas
al impulso, la decisión, al interior del proceso o al que pone fin a este.

La doctrina asume diversos criterios para clasificar las resoluciones judiciales


en la dirección del proceso.

2
Artículo 120 del Código Procesal Civil Peruano
3
Vescovi,” introducción al proceso”, 1999,pag 221-224
Palacio clasifica las resoluciones en: los actos de ordenación, de comunicación
o trasmisión, de documentación y cautelares explicándolas así:

 Los actos de ordenación: encauzan el proceso a través de sus


diferentes etapas, sea impulsándolo para lograr el tránsito de una a otra
de ellas, sea impugnando actos o resoluciones que se estiman
defectuosos o injustos.
 Los actos de comunicación: o trasmisión tienen por objeto poner en
conocimiento de las partes, de los terceros o de funcionarios judiciales o
administrativos.
 Los actos de documentación: se orientan a la formación material de
los expedientes a través de la incorporación ordenada de los escritos y
documentos presentados por las partes o remitidos por terceros
 Los actos cautelares: tienden a asegurar el efectivo cumplimiento de la
decisión judicial definitiva y su ejecución se materializa a través de los
auxiliares de justicia.
 Los actos de conclusión: son aquellos que tienen por objeto dar fin al
proceso. El acto normal de conclusión de todo proceso háyase
representado por la sentencia definitiva, con prescindencia que esta
alcance eficacia de cosa juzgada en sentido material o formal.

La sentencia puede limitar su eficacia a una mera declaración del derecho;


puede establecer una condena en contra del obligado; puede constituir un
estado jurídico nuevo, inexistente antes de su aparición, o puede limitarse a
ordenar medidas de garantía.

1.4. Decretos, autos y sentencias:

Como bien señala el artículo 121 de nuestro código civil que “mediante los
decretos se impulsa el desarrollo del proceso, disponiendo actos procesales de
simple trámite. Mediante los autos el Juez resuelve la admisibilidad o el
rechazo de la demanda o de la reconvención, el saneamiento, interrupción,
conclusión y las formas de conclusión especial del proceso; el confesorio o
denegatorio de los medios impugnatorios, la admisión, improcedencia o
modificación de medidas cautelares y las demás decisiones que requieran
motivación para su pronunciamiento. Mediante la sentencia el Juez pone fin a
la instancia o al proceso en definitiva, pronunciándose en decisión expresa,

Precisa y motivada sobre la cuestión controvertida declarando el derecho de


las partes, o excepcionalmente sobre la validez de la relación procesal”. 4

1.4.1. Los decretos

Definición:

Respecto a nuestro código procesal civil, podríamos afirmar que, los decretos
son resoluciones expedidas por los auxiliares jurisdiccionales, dadas así, por
indicación del respectivo magistrado, quien, como es sabido, es el director del
proceso) y orientadas a impulsar el proceso, que disponen la realización de
actos procesales de mero trámite, tan es así que, a diferencia de los autos y
sentencias, los decretos no requieren de fundamentación alguna.

Se dice que los decretos, reciben la denominación de providencias simples o


de trámite. Tienden al desarrollo del proceso u ordenan actos de mera
ejecución. La característica de estas resoluciones es que son dictadas sin
sustanciación, es decir, sin que se encuentren precedidas por una
contradicción suscitada entre las partes o entre cualquiera de estas y un
tercero. Por ejemplo, la resolución que señala fecha para audiencia, la que
expide copia de un documento del proceso o la que agrega un documento a
éste.

Se trata de resoluciones que el juez puede dictar de oficio o proveyendo a


peticiones de las cuales no corresponde correr traslado a la otra parte. Son las
únicas resoluciones judiciales susceptibles del recurso de reposición.

El contenido de los decretos puede ser de dos tipos:

a) De impulso del proceso: Son aquellos que disponen la continuación del


proceso. Ejemplos: correr traslado de algún pedido previo a la decisión;
declarar que una resolución ha quedado consentida; disponer que el
expediente sea llevado a despacho para resolver, etcétera.

4
Artículo 121 del Código Procesal Civil Peruano
b) De mero trámite: Es una respuesta del juez que no dispone la continuación
del proceso sino simplemente atender a un pedido simple de una parte (si lo
hubiere), que no involucra una decisión. Ejemplos: expedición de copias
certificadas (artículo 139 del CPC); expedición de copias para el Ministerio
Público para que evalúe si ejercita la acción penal (artículos 38 del CPC) o para
el órgano de control (artículo 140 del CPC); tener presente un escrito para
mejor resolver; tener por apersonado a un abogado o apoderado, etcétera.

De tal manera podemos observar, que ninguna de estas resoluciones conduce


a la conclusión del proceso ni tampoco contribuye con su prosecución. Por
tanto nos lleva a plantearnos un interrogante, si es que el objeto de la
impugnación sería concretamente la decisión, ¿qué ocurre con la impugnación
en los decretos?

En los decretos el juez no tiene el deber de motivar porque dicha resolución no


posee contenido decisorio. Si no se decide, entonces no se requiere motivar.

Por ello es que el artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial señala que:
“Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas,
bajo responsabilidad”, es por ello que no requieren estar sujetas, a ser
motivadas por la autoridad jurisdiccional

¿Querría decir ello que el decreto, por no contener decisión alguna, no sería
impugnable?

Pues como bien hemos determinado, y lo establece así nuestro código


procesal civil, el decreto está sujeto a impugnación mediante el recurso de
reposición. Como se ha dicho, la impugnación sí se dirige contra la resolución-
acto, como sería el caso del decreto; pero aquí se puede advertir que dicho
recurso, tendría una finalidad un tanto particular: al no haber motivación en la
resolución impugnada, el recurrente exige al juez que analice el decreto,
forzándolo a dar razones y, esta vez sí, a decidir si es que dicho decreto está
de conformidad con la ley o si, en caso no lo estuviese, sea revocado.
El recurso de reposición sería una impugnación sui generis: una que no
cuestiona propiamente una decisión, sino, en realidad, lo que podría
denominarse un pronunciamiento meramente de ordenación.

Es así, que creemos, que al recurrente que interpone un recurso de reposición


no debería exigírsele la misma rigurosidad en el cumplimiento de los requisitos
de admisibilidad y procedencia que en el caso, por ejemplo, de un recurso de
apelación o casación. En efecto, si este recurso busca forzar al juez a motivar,
mediante una auténtica decisión, si es que el decreto es o no correcto,
entonces al recurrente debería bastarle, de forma muy superficial, expresar
cuál debió haber sido el sentido del decreto y en base a qué norma debió ser
así.

Por ejemplo, si se rechaza un pedido de copias certificadas, invocar la norma


que lo autoriza y que se expidan; si se presenta un escrito y se indica téngase
presente al momento de resolver, omitiendo correr traslado por un plazo
determinado, indicar que se debió realizar dicha conducta teniendo en cuenta
la naturaleza de lo solicitado en el escrito; si se tiene por apersonado a uno y
no a los dos abogados indicados en el escrito de apersonamiento, señalar que
debería tenerse como apersonado también al otro.

1.4.2. Los autos

Definición:

Los autos, también denominados providencias interlocutorias, son las


resoluciones que se dictan para resolver cuestiones de importancia, afectantes
a intereses de las partes, dignas de protección, pero distintas de la cuestión
principal o de fondo, distintas, por tanto, del objeto principal y necesario del
proceso.

“(...) los autos son las resoluciones con las que, salvo que se indique
expresamente que deben solventarse mediante sentencia, se deciden las
denominadas cuestiones incidentales, que no pongan fin al proceso”5

Devis Echandía sostiene que los autos o providencias interlocutorias “... son
decisiones pronunciadas en el curso de las instancias o del trámite de los
5
Gaceta Jurídica , “Manual del Proceso Civil, Tomo I, 2001, pág. 51
recursos extraordinarios de casación y revisión, o para el cumplimiento de la
sentencia, sobre puntos que no son del simple trámite que contienen alguna
cuestión de fondo distinta de resolver sobre las pretensiones de la demanda y
las excepciones de fondo o mérito opuestas a ellas y que en ocasiones le
ponen fin al proceso, por ejemplo, cuando se declara su perención o caducidad
o se acepta una transacción total o el desistimiento de la demanda o del
recurso de apelación o casación contra la sentencia”6.

Se infiere del texto del segundo párrafo del artículo 121 del Código Procesal
Civil, que los autos son aquellas resoluciones expedidas por el Juez a través de
las cuales:

- Se resuelve la admisibilidad o inadmisibilidad y la procedencia o


improcedencia de la demanda.

- Se resuelve la admisibilidad o inadmisibilidad y la procedencia o


improcedencia de la reconvención.

- Se resuelve lo relativo al saneamiento del proceso (esto es, se determina si


existe o no una relación jurídica procesal válida).

- Se resuelve lo concerniente a la interrupción y conclusión del proceso (con


declaración sobre el fondo o sin ella).

- Se resuelve acerca de las formas especiales de conclusión del proceso


(conciliación, allanamiento, reconocimiento, transacción judicial, desistimiento y
abandono) que se hubieran presentado en el curso de la causa.

- Se resuelve el concesorio o denegatorio de los medios de impugnación:


recursos (reposición, apelación, casación y queja) y remedios (solicitud de
declaración de nulidad procesal y cuestiones probatorias como la tacha y la
oposición).

- Se resuelve la admisión, improcedencia o modificación de medidas


cautelares (secuestro judicial o conservativo, embargo en forma de depósito,
embargo en forma de inscripción, embargo en forma de retención, embargo en
forma de intervención en recaudación o información, embargo en forma de

6
ECHANDIA, “Teoría General del Proceso”, 1985, Tomo II, Pág. 456
administración, medidas temporales sobre el fondo, medidas innovativas,
medidas de no innovar, etc.

Se adoptan todas las demás decisiones para las que se exige la debida
fundamentación excluyéndose, obviamente, el pronunciamiento judicial acerca
de la cuestión controvertida en el que se declare el derecho que corresponde a
las partes, que no se hará mediante auto sino a través de la sentencia.

1.4.3. Las sentencias

Definición:

Como bien señala, Aldo Bacre, la sentencia es “el acto jurídico procesal
emanado del juez y volcado en un instrumento público, mediante el cual
ejercita su poder-deber jurisdiccional, declarando el derecho de los justiciables,
aplicando al caso concreto la norma legal a la que previamente ha subsumido
los hechos alegados y probados por las partes, creando una norma individual
que disciplinará las relaciones recíprocas de los litigantes, cerrando el proceso
e impidiendo su reiteración futura”.

En palabras de Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, “se denominan sentencias


las providencias que deciden las pretensiones de la demanda y las
excepciones de mérito, los extremos de la litis, es decir, bien sea que se
pronuncien en primera o en segunda instancia o en los recursos extraordinarios
de casación y revisión...”

Es por ello que podemos decir que dicha resolución es aquella voluntad
plasmada de la solución, del fondo de la causa, para poner así, fin al proceso.

Devis Echandía, en relación a la sentencia, manifiesta lo siguiente: “La


sentencia es el acto por el cual el juez cumple la obligación jurisdiccional
derivada de la acción y del derecho de contradicción, de resolver sobre las
pretensiones del demandante y las excepciones de mérito o fondo del
demandado. Mediante la sentencia se convierte, para cada caso, en voluntad
concreta la voluntad abstracta del legislador que la ley contiene. Toda
sentencia es una decisión y el resultado de un razonamiento o juicio del juez,
en el cual existen las premisas y la conclusión. Pero al mismo tiempo contiene
un mandato, pues tiene fuerza impositiva, ya que vincula y obliga. Es, por lo
tanto, el instrumento para convertir la regla general contenida en la ley, en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es en sí misma un
mandato, ya que se limita a aplicar el que contiene la ley” 7.

La sentencia es una resolución judicial con contenido decisorio en donde


confluyen dos elementos:

a) poner fin a la instancia o al proceso y

b) un pronunciamiento sobre el fondo.

Por fondo, en este contexto, debe entenderse un juicio de mérito sobre la


pretensión formulada en la demanda (esto es, declararla fundada, fundada en
parte o infundada). Nótese, además, que, en el ámbito de la impugnación de
sentencia, un juez emite sentencia pronunciándose sobre la pretensión recursal
(fundado o infundado el recurso) y, a continuación, sobre la pretensión
contenida en la demanda (improcedente, infundada o fundada la demanda). La
cuestión controvertida, por tanto, no es otra cosa que la res in iudicium
deducta, la cuestión de mérito principal o, también, el objeto litigioso del
proceso.

En otras palabras, no tendría sentido que una sentencia pueda contener un


juicio de mérito sobre la pretensión y, a la vez, un juicio de procedencia sobre
la demanda solamente por el hecho de dictarse al final del procedimiento;
mientras que todas las demás resoluciones que contengan un juicio de
procedencia respecto de la demanda que sean emitidas en cualquier otro
momento del iter procesal no califiquen como sentencia y sí, más bien, como
auto. En efecto, si es que una resolución que declara la improcedencia de la
demanda tiene las mismas consecuencias, ¿por qué habría alguna diferencia
según la oportunidad en que se adopte? En nuestra opinión, lo que el legislador
quiso decir, en realidad, es que al momento de sentenciar, o, mejor, en lugar de
emitir sentencia, el juez puede emitir un auto, decidiendo sobre la validez de la
relación procesal. Este entendimiento, inclusive, se muestra más armónico con
los artículos 321 y 322 del CPC: cuando el juez se pronuncia sobre la validez
de la relación procesal, según esta lógica, no resuelve el fondo o mérito del
proceso; sí lo hace, en cambio, cuando sentencia, declarando fundada o
7
DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 515-516
infundada la demanda. Esclarecido este asunto, corresponde destacar que,
desde una perspectiva temporal, no solo existe sentencia cuando se llega al
final del procedimiento (de primera, segunda o tercera instancia): también hay
otras sentencias producto de diversas formas de conclusión del proceso que
comparten su naturaleza de ponerle fin al proceso mediante una declaración
sobre el mérito del asunto a resolver.

1.5. CONTENIDO Y SUSCRIPCION DE LAS RESOLUCIONES

Nos referimos a la estructura de las resoluciones (decretos, autos y sentencia)


judiciales, que es tratado por el artículo 122 del código procesal civil, el cual
manifiesta:

"Artículo 122.- Contenido y suscripción de las resoluciones

Las resoluciones contienen:

1. La indicación del lugar y fecha en que se expiden;

2. El número de orden que les corresponde dentro del expediente o del


cuaderno en que se expiden;

3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las
consideraciones, en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho
que sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma
o normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado.

4. La expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena, respecto de todos


los puntos controvertidos. Si el Juez denegase una petición por falta de algún
requisito o por una cita errónea de la norma aplicable a su criterio, deberá en
forma expresa indicar el requisito faltante y la norma correspondiente.

5. El plazo para su cumplimiento, si fuera el caso;

6. La condena en costas y costos y, si procediera, de multas; o la exoneración


de su pago; y

7. La suscripción del Juez y del Auxiliar jurisdiccional respectivo.


La resolución que no cumpliera con los requisitos antes señalados será nula,
salvo los decretos que no requerirán de los signados en los incisos 3, 5, y 6, y
los autos del expresado en el inciso 6.

La sentencia exigirá en su redacción la separación de sus partes expositiva,


considerativa y resolutiva.

En primera y segunda instancias así como en la Corte Suprema, los autos


llevan media firma y las sentencias firma completa del Juez o Jueces, si es
órgano colegiado.

Cuando los órganos jurisdiccionales colegiados expidan autos, sólo será


necesaria la conformidad y firma del número de miembros que hagan mayoría
relativa.

Los decretos son expedidos por los Auxiliares jurisdiccionales respectivos y


serán suscritos con su firma completa, salvo aquellos que se expidan por el
Juez dentro de las audiencias”8.

Debiendo contener, bajo sanción de nulidad (decretos, autos y sentencias), la


indicación de lugar y fecha en que se expiden. En cuanto al lugar se entiende
que es aquel donde tiene su sede el órgano jurisdiccional unipersonal o
colegiado que emiten la resolución y el tiempo en que se dictó, esto es, que
sea en día hábil y dentro del plazo determinado para ello.

En el inciso 2 (decretos, autos y sentencias), conteniendo la indicación del


número de orden que le corresponde dentro del expediente o cuaderno en que
se expide; esto es importante, para un mejor control de la secuencia de los
actos procesales realizados en el proceso pues registra el seguimiento del
camino desarrollado.

Las resoluciones no solo requieren de un orden formal en cuanto al momento


de su aparición en el proceso, sino un orden de lo que se quiere transmitir
como contenido; esto conllevara a que se transmita de mejor forma el mensaje
del juez y se aprecie el razonamiento expuesto. Esta exigencia, así como las

8
Artículo 122 del Código procesal civil Peruano
que aparecen reguladas en los incisos 4,5 y 6, no son aplicables a los decretos,
pues no requieren motivación.

En el inciso 3 (solo autos y sentencias, no decretos), el juez debe desarrollar


los fundamentos de hecho y los respectivos de derecho que sustentan la
decisión; fundamentar no significa motivar. En la motivación, el juez expone las
razones del fallo, la causa o hechos que justifican esa decisión, a través de
esta conoceremos el razonamiento asumido por el juez para llegar a la
conclusión que recoge la sentencia; en cambio, la fundamentación busca unir
las razones o motivos del fallo con el precepto legal aplicable.

No se puede dictar sentencia por mera inspiración de sentimiento, sino de una


manera razonada en lo factico y en lo jurídico. Cuando se exige que los jueces
fundamenten sus resoluciones, se obligan a expresar de forma abreviada pero
con precisión, los motivos de hecho y de derecho en que se basan las
decisiones tomadas. Esta exigencia es importante ya que a través de la
publicidad de los fallos, se aprecian los fundamentos y los procedimientos que
se utilizan en el ejercicio de la función jurisdiccional.

El inciso 4 (solo autos y sentencias y no decretos), nos señala la congruencia


que debe existir en las resoluciones; conteniendo la expresión clara y precisa
de lo que se decide u ordena, respecto a todos los puntos controvertidos.

Por tal motivo si la sentencia no guarda relación con las cuestiones articuladas
por ambas partes, estamos ante el fenómeno de la incongruencia procesal; y si
se omiten alguna de las cuestiones estamos ante una decisión citra petita; si
recae sobre puntos no alegados estamos ante una decisión extrapetita; y si se
exceden de los límites de la controversia, estaremos ante una ultra petita.

“Acorde con el principio de congruencia, el juzgador no debe omitir,


alterar o exceder las peticiones contenidas en el proceso que resuelve.
La inobservancia del principio podría dar lugar a decisiones
doctrinalmente denominadas ultra petita, extra petita y citra petita.
Es nula la sentencia, si en la parte considerativa del fallo no fluye que
se haya precisado los fundamentos de hecho y derecho por los cuales
desestima la pretensión”9

“Es de destacar que, según lo que se desprende de la parte final del inciso 4
del artículo 122 del código procesal civil, en caso de que el órgano
jurisdiccional desestimara un pedido determinado debido a la inobservancia de
algún requisito o a la cita errónea de la norma aplicable a su criterio, tiene la
obligación de señalar la manera expresa cual es el requisito omitido o
defectuosamente cumplido o, según el caso, la norma legal aplicable al asunto
de que se trate. Naturalmente, el requisito aludido debe ser uno previsto por la
ley y, en cuanto al precepto legal, aplicable a criterio del juzgador, cabe señalar
que este tiene que explicar por qué resulta aplicable.”10

En el inciso 5 (solo autos y sentencias y no los decretos), deben contener bajo


sanción de nulidad, el plazo para su cumplimiento

En el inciso 6 (solo las sentencias) se refiere al principio general de los gatos


procesales, que está regulado en el artículo 412 del código; que nos señala
que la parte vencida es condenada al pago de los gastos. En tanto o exista
dicha condena expresa, no será exigible los gastos; frente a esta regla general
existe la posibilidad de la exoneración de los gastos, siempre y cuando se
motive dicha liberación; que va relacionado con el artículo 413.

También se refiere a las multas; las cuales son sanciones pecuniarias que se
imponen a los sujetos procesales en atención en su conducta asumida en el
proceso.

La medida de la condena se expresa en Unidades de Referencia Procesal


(URP), que oscilan entre un monto mínimo y máximo, dejando la fijación de
esta a la discrecionalidad del juez.

9
(Exp. No 418- 99, Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento, Ledesma Narváez, Marianella,
Jurisprudencia Actual, Tomo 5, Gaceta Jurídica, Sumilla 145).
10
Gaceta Jurídica, “Manual del Proceso Civil, Tomo I, 2001, pág. 79
Se establece las siguientes precisiones:

A. En primera y segunda instancia, así como en la corte suprema, las


sentencias deben contener la firma completa del juez o jueces que las
emiten (en este último caso, si se trata de órganos jurisdiccionales
colegiados)
B. En primera y segunda instancia, así como en la corte suprema, los autos
llevan media firma del juez o jueces que los expiden (en este último
caso, si se trata de órgano jurisdiccional colegiado)
C. Si se trata de autos emitidos por órganos jurisdiccionales colegiados,
solamente se exigirá la conformidad y la suscripción del número de
miembros que hagan mayoría relativa.
D. Los decretos, que, por lo general, son expedidos por los auxiliares
jurisdiccionales, deben contener la firma completa de estos, a no ser que
hayan sido emitidos por el juez en el curso de alguna audiencia, en cuyo
caso el acta que recoge lo acontecido en la audiencia de que se trate,
incluyendo obviamente, a los decretos que se expidan dentro de ella,
será suscrita por el juez y por el auxiliar respectivo. (además de los
sujetos procesales intervinientes en la audiencia)

“La sentencia que carece de la firma del auxiliar jurisdiccional


respectivo, adolece de nulidad”.11

“En las salas de las cortes superiores tres votos conformes hacen
resolución. Es nula la sentencia si ha sido suscrita por solo dos de
los vocales que vieron la causa”12 Es nula la sentencia si carece de
la relación enumerada de los fundamentos de hecho y de derecho
que sustentan la decisión, e igualmente al estar redactada con una
serie de tarjados y borrones, carece de una expresión clara y precisa
de lo que se decide u ordena”13

11
Exp. No 20230-98, Sala de Procesos Ejecutivos, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual,
Tomo 4, Gaceta Jurídica, pp. 379-380.
12
Exp. No 242- 96-Huaura, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias Supremas Civiles, Legrima, 1997, p.
537.
13
Exp. No 173-96, Quinta Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias, Tomo 4, Cuzco, 1996,
pp.194-195.
Conforme se señala en este artículo, la sentencia exige en su redacción la
separación de las partes que la conforman:

 Parte expositiva
 Parte considerativa
 Parte resolutiva
1.6. COSA JUZGADA

1.6.1 Concepto

Remontándonos a los orígenes de esta institución, el derecho romano entendía


a la cosa juzgada como un efecto de la sentencia. Dicha concepción, sin
embargo, ha venido variando a lo largo del tiempo.

Es detallada según diversos autores:

“La identidad de la cosa juzgada ahora implica una calidad especial o autoridad
impuesta desde fuera por el ordenamiento jurídico, en atención a una
exigencia, que es la necesidad de seguridad jurídica”14.

“El bien juzgado se convierte en inatacable: la parte a la que fue reconocido no


sólo tiene derecho a conseguirlo prácticamente frente a la otra, sino que no
puede sufrir ulteriores ataques a este derecho y goce (autoridad de la cosa
juzgada), salvo raras excepciones en que una norma expresa de la ley
disponga cosa distinta”15.

Otro gran autor la definió, con singular precisión y claridad el concepto de cosa
juzgada: “Es la autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen
contra ella medios de impugnación que permitan modificarla”.16

Si nos enfocamos en el ordenamiento peruano, el doctor Samuel Abad define a


la cosa juzgada como:

“(E)l fin perseguido por las partes; obtener una declaración del juez que decida
definitivamente la cuestión litigiosa de tal forma que no pueda ser nuevamente

14
ARRARTE, Ana María. Apuntes sobre los alcances de la autoridad de cosa juzgada en el proceso civil
peruano. Proceso & Justicia, No. 1. Lima: 2001; pág. 8.
15
CHIOVENDA, Giuseppe. Cosa giudicata e preclusione. en: Saggi di diritto processuale civile. volumen
III. Reimpresión de la edición De toma: Milano, 1931; pág. 235.
16
COUTURE, Eduardo. Estudios de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires: Depalma, 1979; pág. 121
discutida en el mismo proceso, ni en ningún otro futuro, y que en caso de
contener una condena pueda ser ejecutada sin nuevas revisiones (....) Para
que ella exista es necesario que esté presente por lo menos el elemento de la
‘irrecurribilidad’ al que muchas veces se aúna el de la ‘inmutabilidad’ de la
decisión(...)”17.

El principio de la seguridad jurídica es entonces, el fundamento que se


desprende como sustento de la inmutabilidad de la decisión a la que se refiere
el autor, justamente para darle estabilidad a las relaciones jurídicas

De siguiente manera se ha precisado que “la cosa juzgada es la cualidad de


inimpugnable e inmutable asignada por la ley a la decisión contenida en una
sentencia firme con relación a todo proceso posterior entre las mismas partes
(...) no es un efecto de la sentencia, sino que es, en rigor, una cualidad que la
ley le agrega a aquella a fin de acrecentar su estabilidad”18.

Queda demostrado, entonces, que la concepción de cosa juzgada que rige


actualmente es aquella que la determina como una calidad de la sentencia que
no se origina como consecuencia de ella misma, sino como el carácter de
inmutabilidad e imperatividad obtenido desde fuera. Arrarte resume esta idea
en las siguientes líneas: “es una autoridad que el Estado les da a aquellas
otorgándoles carácter definitivo y en consecuencia inmutable, en aras de la
seguridad jurídica”19

Como se sabe, el fin del proceso es lograr la paz social en justicia, dicho fin
sólo podrá cumplirse cuando las decisiones judiciales no admitan
cuestionamiento, es decir cuando la decisión del juez sea indiscutible.

El Código Procesal Civil, en el artículo 123º, nos precisa qué debe entenderse
por COSA JUZGADA.

17
ABAD YUPANQUI, Samuel. La acción de amparo contra sentencias: ¿Una Excepción Constitucional al
Principio De Cosa Juzgada? Primera parte. en: Themis. 2da. época. No. 2. Lima: 1984; pág. 28
18
LANDONI SOSA, Ángel. La cosa juzgada: valor absoluto o relativo. en: Derecho PUCP. No. 56. Lima:
2003; pág. 297.
19
ARRARTE, Ana María. Óp. cit.; pág. 10.
“Artículo 123.- Cosa Juzgada

Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando:

1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos; o

2. Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o


dejan transcurrir los plazos sin formularlos.

La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas deriven sus
derechos. Sin embargo, se puede extender a los terceros cuyos derechos
dependen de los de las partes o a los terceros de cuyos derechos dependen
los de las partes, si hubieran sido citados con la demanda.

La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es inmutable, sin


perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 178 y 407.”20

Como nos expresa dicho artículo:

La cosa juzgada puede calificarse como la autoridad y eficacia de una


sentencia judicial cuando no existe contra ella medios de impugnación que
permitan modificarla. Teniendo el atributo, propio del fallo que emana de un
órgano jurisdiccional cuando ha adquirido carácter definitivo.

Puede expresarse en dos órdenes: material y formal; en este último caso se


refiere a decisiones que se cumplen y son obligatorias tan solo con relación al
proceso en que se han dictado y al estado de cosas que se tuvo en cuenta en
el momento de decidir, pero no se impide a que, en un procedimiento posterior,
modificado el estado de cosas que se tuvo presente al decidir, la cosa juzgada
puede modificarse. Un ejemplo de ello, vendría a ser en los procesos que se
ventilan pretensiones alimentarias.

Se puede coincidir que cuando una sentencia no puede ser objeto ya de un


recurso alguno, pero admite la posibilidad de modificación en un procedimiento
posterior, se está en presencia de una situación de cosa juzgada formal.

En igual forma, la pérdida, suspensión o limitación de la patria potestad, no


adquiere la autoridad de cosa juzgada, pues, tratándose de una medida de
20
Artículo 123 del Código procesal civil Peruano
carácter temporal, los padres que han sido total o parcialmente privados de
ella, pueden pedir su sustitución cuando desaparezcan los hechos que la
motivaron. Otro ejemplo de cosa juzgada formal se muestra en las
pretensiones alimentarias, los mismos que resisten nuevas discusiones en
torno a los ya fijados, a través de la reducción, exoneración o aumento de
estos(Casación No 1473-97/Cajamarca publicado en El Peruano el
9/12/1998)señala “tratándose de juicios de otorgamiento de pensión
alimenticia, el monto fijado tiene siempre carácter provisional, pues, la pensión
alimenticia se puede aumentar o reducir según se acrecienten o disminuyan las
posibilidades económicas del obligado y las necesidades de los alimentistas,
como establecen los artículos 571 CPC, 481 y 482 CC”.

Puede existir cosa juzgada formal sin material, pero no cosa juzgada material
sin la formal, porque a esta no se llega sin la preclusión de todos los medios de
revisión.

Mediante la Casación No 1473-97/Cajamarca publicado en El Peruano el


9/12/1998 se distinguió la cosa juzgada formal de la material así: “la primera se
refiere a la imposibilidad de reabrir la discusión en el mismo proceso; la
segunda en cambio se produce cuando a la irrecurribilidad de la sentencia se
agrega la inmutabilidad de la decisión. La cosa juzgada está protegida por una
excepción puntual, que no permite que se siga un nuevo proceso con el mismo
fin”.

La cosa juzgada es el fin del proceso; si este no culmina en cosa juzgada es


procedimiento.

“Se vulnera el principio de la cosa juzgada si se revisa nuevamente los hechos


que fueron materia de análisis y resolución en otro proceso.

Es irrelevante el nombre con el que se denomine la nueva pretensión, si de su


contenido se aprecia, que se trata de pretensiones idénticas con la ya
resuelta.”21

21
Exp. No 1460-97, Tercera Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Jurisprudencia Actual, Tomo 2,
Gaceta Jurídica, pág. 434
“…La doctrina ha distinguido la cosa juzgada material de la cosa juzgada
formal. Esta última se puede definir como la decisión judicial que se cumple y
es obligatoria tan solo en relación al proceso en el cual se ha dictado y al
estado de cosas que se tuvo en cuenta en el momento de decidir; pero nada
obsta para que en un procedimiento posterior, mudado el estado d cosas que
se tuvo presente al tomar la decisión, la cosa juzgada puede modificarse.

En cambio, existe cosa juzgada material, cuando a la condición de


inimpugnable en el mismo proceso, se une la inmutabilidad de la sentencia en
otro proceso posterior…”22

“... En materia de Cosa Juzgada, se distingue la formal de la material. La


primera se refiere a la imposibilidad de reabrir la discusión en el mismo
proceso; la segunda en cambio se produce cuando a la irrecurribilidad de la
sentencia se agrega la inmutabilidad de la decisión; debiendo significarse que
un conflicto de intereses con relevancia jurídica adquiere la autoridad de cosa
juzgada material cuando aquella ha sido objeto de jurisdicción definitiva y cobra
fuerza obligatoria respecto a la materia contenida en la sentencia...”23

“... En materia de cosa juzgada, [...] debe distinguirse la cosa juzgada formal y
la cosa juzgada material; entendida la primera, cuando produce sus
consecuencias en relación al proceso en que ha sido emitida, pero que no
impide su revisión en otro distinto, en el cual puede reabrirse el debate; y la
segunda, sustancial, cuando la resolución es inimpugnable, produciendo sus
efectos tanto en el proceso en que ha sido emitida, como en cualquier otro
distinto o posterior, impidiendo que el tema de fondo se someta a nueva [...]
discusión...”24

“... La cosa juzgada significa que no se puede seguir otro proceso idéntico a
uno anterior que ha terminado por sentencia firme, lo que se aprecia en función
de la triple identidad que reconoce la doctrina: partes, objeto y acción, como

22
Casación Nro. 2372-2006/ Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, pág.
21324
23
Casación Nro. 354-02 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-03-2005, pág. 13807
24
Casación Nro. 771-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20401-
20402
establece el artículo cuatrocientos cincuentitrés del Código Procesal Civil que
se debe concordar con el artículo ciento veintitrés del mismo Código...”25

“... La autoridad de la cosa juzgada reside en la sentencia y sus caracteres son


la inmutabilidad y la coercibilidad...”26

“... La cosa juzgada se circunscribe en la parte resolutiva de una resolución y


no en su parte considerativa...”27

1.7. PLAZOS MAXIMOS PARA EXPEDIR RESOLUCIÓN

Se encuentra ubicado en:

“Artículo 124.- Plazos máximos para expedir resoluciones

En primera instancia, los decretos se expiden a los dos días de presentado el


escrito que los motiva y los autos dentro de cinco días hábiles computados
desde la fecha en que el proceso se encuentra expedito para ser resuelto,
salvo disposición distinta de este Código. Las sentencias se expedirán dentro
del plazo máximo previsto en cada vía procedimental contados desde la
notificación de la resolución que declara al proceso expedito para ser resuelto.

En segunda instancia, los plazos se sujetarán a lo dispuesto en este Código.

Los plazos en la Corte Suprema se sujetan a lo dispuesto en este Código sobre


el recurso de casación.

El retardo en la expedición de las resoluciones será sancionado


disciplinariamente por el superior jerárquico, sin perjuicio de las
responsabilidades adicionales a las que hubiera lugar.”28

 El tiempo aparece como el conjunto de lapsos destinados al


cumplimiento de cada acto procesal en particular. Tales lapsos se
denominan plazos y su existencia responde a razones de seguridad y
certeza.

25
Casación Nro. 2164-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7175
26
Casación Nro. 2056-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-03-1999, págs. 2832-2833
27
Casación Nro. 3812-02 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2003, págs.
11009-11010
28
Artículo 124 del Código Procesal Civil Peruano
No basta, el establecimiento del orden consecutivo en que deben
realizarse los distintos actos procesales, sino que además existe la
obligación de determinar los lapsos específicos dentro de los cuales
estos deben ejecutarse, ya que de lo contrario las partes carecerían de
toda certidumbre acerca de las exactas oportunidades en que les
corresponde hacer valer las alegaciones y pruebas en que se sustentan
sus respectivos derechos.
 La norma es una expresión de los plazos legales, fijado para expedir
resoluciones. Las sentencias se expiden dentro del plazo máximo
previsto en cada vía procedimental.
 A pesar que la norma fija los plazos, puede darse el caso que no se
cumpla con emitir las resoluciones dentro de ellos. En este supuesto,
como señala la norma, “el retardo en la expedición de las resoluciones
será sancionado disciplinariamente por el superior jerárquico, sin
perjuicio de las responsabilidades adicionales a las que hubiera lugar”.

“Para que los actos procesales tengan validez deben realizarse dentro del
espacio de tiempo que la ley ha señalado para su ejecución. La
extemporaneidad los hace susceptibles de ineficacia”29

1.8. NUMERACIÓN

Todas las declaraciones emanadas del órgano judicial deben ser insertadas al
proceso bajo un orden.

No es suficiente cumplir con las exigencias de los incisos 1 y 2 del artículo 122,
como es, indicar la fecha y el número de orden que les corresponde dentro del
expediente o del cuaderno en que se expiden, sino que adicionalmente, la
norma exige que ese orden correlativo en las resoluciones sea materializado en
el día de su expedición, impone cumplir con el inciso 2 del artículo 122 dentro
de un tiempo determinado.

29
Exp. No 2115-94, Segunda Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias, Tomo 2, Cuzco, 1995,
pp. 198-201).
Orden es importante para un mejor control de la secuencia de los actos
procesales realizados en el proceso pues registra la secuencia del camino
desarrollado.

Siendo ubicado lo antes manifestado en el:

“Artículo 125.- Numeración

Las resoluciones judiciales serán numeradas correlativamente en el día de su


expedición, bajo responsabilidad”30.

1.9. INDELEGABILIDAD

Como establece, el artículo 126 de nuestro código procesal civil, “El juez
atenderá personalmente el despacho judicial, durante el horario que establece
la ley”31.

Es así, que podemos observar que dicho artículo guarda relación con lo
regulado en el artículo 7 de nuestro código procesal civil, cuando señala que
“ningún juez civil puede delegar en otro la competencia que la ley le atribuye” 32.
La inderogabilidad de la función, es coherente con la concepción de la
exclusividad del ejercicio de la función jurisdiccional por el Poder Judicial. Solo
el juez investido legalmente de esa función ejerce los poderes de la
jurisdicción, además tiene el deber de atender personalmente el despacho
judicial, durante el horario que señala la ley.

Según la Ley Orgánica del Poder Judicial (artículo 152) “los jueces
despacharán no menos de seis horas diarias en la sede respectivo juzgado,
salvo las diligencias que conforme a ley se pueden efectuar fuera del local del
juzgado y en horas extraordinarias”.

Dicha norma se contrapone al artículo 25 de la Constitución del Estado, que


establece la jornada ordinaria de trabajo en 8 horas diarias.

Por Resolución Administrativa Nº 072-2002-CE-PJ del 5 de junio de 2002 se


fijó el horario de la jornada laboral, señalado que el inicio de la jornada, en

30
Código procesal civil
31
Artículo 126 del código Procesal Civil Peruano
32
Artículo 7 del Código Procesal Civil Peruano
ningún caso podrá señalarse hora que por razón de clima haga difícil el acceso
al público. En ese sentido, para la Costa y Sierra la jornada laboral, deberá
comenzar no antes de las 7:45 de la mañana; para la Selva no antes de las
7:00 de la mañana. Cuando la norma se refiere al despacho judicial, este
debemos apreciarlo en diversas connotaciones, como resolver una causa o
expediente, dar trámite a las actuaciones y ordenar se haga alguna cosa.

1.10. ACTUACIONES

Como bien lo señala, el artículo 127 de nuestro código procesal civil. “el juez
dirigirá las actuaciones y ordenará que las partes, sus apoderados y los
abogados observen las disposiciones legales”33.

La dirección del proceso por el juez puede definirse según Palacio “como el
conjunto de actos que corresponde cumplir para colocar al proceso en cada
una de las etapas que lo integran, resolver las diversas situaciones que en ellas
se susciten, reexaminar actos defectuosos o injustos, comunicar a las partes o
a los terceros las resoluciones que se dicten, formar materialmente el
expediente, dejar constancia escrita de actos verbales, expedir certificados o
testimonios y asegurar la eficacia práctica de la sentencia definitiva”.

La norma hace referencia al deber de vigilancia que debe ejercer el juez sobre
los actos procesales que realicen las partes, sus apoderados y terceros a fin
que observen las disposiciones legales en el desarrollo o la extinción del
proceso.

Dicho artículo debe apreciarse bajo la idea rectora que el juez es el director del
proceso, dirección que debe tomarse no como una facultad sino como un deber
del juez.es por ello que el artículo 50 inciso 1 del CPC establece, “por el
principio de congruencia procesal, los jueces se encuentran obligados, por un
lado, a no dar más de lo demandado o cosa distinta a lo peticionado, ni a
fundar sus decisiones jurisdiccionales en hechos no alegados por las partes
tanto en sus escritos postula torios como, de ser el caso en sus medios

33
Artículo 127 del Código Procesal Civil Peruano
impugnatorios, lo que en buena cuenta significa pronunciarse respecto a todos
los puntos controvertidos que constituyen la cuestión materia de discusión” 34

Reafirmando esta posición, se señala que la audiencia de pruebas debe estar


dirigida personalmente por el Juez, bajo sanción de nulidad, como señala el
artículo 202 del CPC: “La audiencia de pruebas será dirigida personalmente por
el juez, bajo sanción de nulidad. Antes iniciarla, toma cada uno del convocado
juramento (o promesa de decir la verdad.)

La fórmula del juramento o promesa es ¿jura (o promete) decir la verdad?”35.

Con ello se busca hacer realidad el principio de inmediación que rige al proceso
civil. Se dice que el juez debe encontrarse en relación directa con las partes y
recibir personalmente las pruebas, como garantía que el juez tiene la
percepción directa y frontal de los hechos que mencionan las partes, testigos y
peritos.

Este artículo realiza un viejo anhelo procesal de imponer como un deber la


presencia efectiva del juez en la audiencia. Rompe con el viejo esquema del
juez convidado de piedra. Su actuación va a estar influenciado por el activismo
del juez, como parte de la concepción publicista del proceso.

1.11. ADMISIBILIDAD Y PROCEDENCIA.

El Artículo 128 establece que, “El juez declara la inadmisibilidad de un acto


procesal cuando carece de un requisito de forma o este se cumple
defectuosamente. Declara su improcedencia si la omisión o defecto es de un
requisito de fondo”36.

Los hechos humanos dominados por una voluntad jurídica idónea para crear,
modificar o extinguir derechos procesales, se denominan actos procesales. Así,
la presentación de la demanda, la notificación al demandado, la declaración de
un testigo, la suscripción de la sentencia por el juez, son actos jurídicos
procesales. Ellos requieren de cierta forma y contenido para desenvolverse en
el proceso.

34
Artículo 50 inciso 1 del Código Procesal Civil Peruano
35
Artículo 202 del Código Procesal Civil Peruano
36
Artículo 128 de Código Procesal Civil Peruano
Hay diversas clasificaciones de las formas procesales. Según Carnelutti,
“combinando la situación que se hallen prefijadas o no y los efectos de su
violación u omisión, las clasifica en:

1) Formas vinculadas: las prescritas por la ley bajo pena de nulidad;

2) Formas autorizadas, las prescritas por la ley, pero de cuya ausencia no se


deriva la nulidad;

3) Formas libres, las que no se hallan preestablecidas”37.

Lazcano las divide atendiendo al grado de importancia de las formas en:

“a) Formas sustanciales, las indispensables para que exista Litis válida; y

b) Formas accidentales, son garantías accesorias que no hacen a la esencia


del acto procesal. Los actos procesales requieren de cierta forma y contenido
para desenvolverse en el proceso.

Cuando concurren con defectos u omisiones, el juez está autorizado a declarar


la inadmisibilidad o la improcedencia del acto procesal, según el vicio afecte la
forma o el fondo del acto”38.

Cuando se refiera a estos defectos de fondo, debe declararse la improcedencia


del acto, pues, sin su concurrencia esta no puede darse, y tal resolución se
queda en poner de manifiesto que no se puede resolver el litigio por un defecto
procesal; por ejemplo, si se dicta una sentencia en un proceso con partes
incapaces, esta sentencia no podría ser eficaz, ni, por lo tanto, útil. Está ligada
a exigencias de orden público (capacidad de la parte, competencia objetiva del
juez, comparecencia del litisconsorte necesario, etc.) cuya trascendencia
supera la mera condición de elemento del acto.

Otro caso de improcedencia podría apreciarse al interponer recurso de


apelación sin precisar el agravio y el vicio o error que la motiva; en cambio un
acto es inadmisible cuando se afecta la forma, como es el interponer apelación
fuera del plazo establecido por Ley. En el caso de la postulación de la

37
CARNELUTTI, Francesco. Lecciones de Derecho Procesal Civil. V. III, 1933, p. 190
38
LASCANO, David. Nulidades de procedimiento. Laguanes. Buenos Aires, 1920, p. 58
demanda, si ella adolece de defectos formales, cabe declarar su
inadmisibilidad, tal como se aprecia de la redacción del artículo 426 del CPC.

Por otro lado, en los actos procesales concurren simples irregularidades y


defectos calificados, que merecen una respuesta diferente de la jurisdicción.
Barrios de Angeláis, al referirse a ellas señala: “la irregularidad simple no es ni
provoca inadmisibilidad; es la falta formal irrelevante; supongamos que no se
notifica de una providencia a una parte en la forma debida, pero es posible
demostrar que tomó efectivo conocimiento de aquella en tiempo; o que una
demanda se ha redactado sin cumplir con los términos prescritos por la ley, por
ejemplo, numeración de los anexos, pero resultan perfectamente definidos el
fundamento y la petición, junto con los demás requisitos esenciales”.

Hablamos de un defecto calificado, dice Barrios De Angeláis, cuando es posible


que la ley sea suficientemente clara, en el sentido que la inadmisibilidad
determina la no consideración del acto a ningún efecto, o su desglose del
documento que lo materializa, o la suspensión del procedimiento, o la
imposibilidad de examinar el contenido del acto.

CAPITULO II

TIEMPOS EN LOS ACTOS PROCESALES

2.1. DÍAS Y HORAS HÁBILES

Establecer el orden consecutivo en que deba realizarse los distintos actos


procesales exige que se determine los lapsos específicos dentro de los cuales
estos deben ejecutarse.

Hay diversas maneras de regular los días hábiles. Una de ellas es proclamar
que todos los días del año son hábiles, salvo excepciones como los días
domingo o los que el Poder Ejecutivo o la Corte Suprema declare como
feriados judiciales. Otra, como la que recoge el Código en el presente artículo,
que califica como hábiles “los comprendidos de lunes a viernes de cada
semana, salvo los feriados”, regla que será extensiva para el cómputo del plazo
de los actos procesales, en los que no se considerarán los días inhábiles.

“Artículo 141.- Días y horas hábiles

Las actuaciones judiciales se practican puntualmente en el día y hora hábil


señalados, sin admitirse dilación.

Son días hábiles los comprendidos entre el lunes y el viernes de cada semana,
salvo los feriados.

Son horas hábiles las que determina la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Para las actuaciones que deban actuarse fuera del despacho judicial, son
horas hábiles las que están comprendidas entre las siete y las veinte horas,
salvo acuerdo distinto del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.”39

Con relación a las horas hábiles, la Ley Orgánica en su artículo 124, considera
a las que medien entre las seis y las veinte horas con respecto a diligencias a
practicar fuera del despacho judicial, sin embargo, la norma considera las
comprendidas entre las siete y las veinte horas.

“Ley Orgánica del Poder Judicial:

Artículo 124.- Actuaciones Judiciales: Días y horas hábiles.

Las actuaciones judiciales se practican en días y horas hábiles, bajo pena de


nulidad. Son horas hábiles las que median entre las seis y las veinte horas.

El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, con opinión, del Consejo Ejecutivo
Distrital que corresponda, puede modificar el período hábil antes señalado,
pero sin reducir el número de horas diarias.

Son días inhábiles aquellos en que se suspende el Despacho conforme a esta


Ley”.40

De igual manera aremos mención a la Resolución Administrativa No 072-2002-


CE-PJ del 5 de junio de 2002 que señala: “para el inicio de la jornada laboral,

39
Artículo 141 del Código Procesal Civil Peruano
40
Artículo 124 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
en ningún caso podrá señalarse hora que por razón de clima haga difícil el
acceso al público. En este sentido, para la Costa y Sierra la jornada laboral
deberá comenzar no antes de las 7:45 de la mañana; para la Selva no antes de
las 7:00 de la mañana”.

En el caso de la celebración del día del juez, que otorga día no laborable a los
magistrados, pero no suspende el despacho judicial.

“De acuerdo a nuestro ordenamiento procesal no existe tolerancia de tiempo


para las diligencias”.41

2.2. HABILITACIÓN

La habilitación consiste en que bajo determinadas circunstancias, tanto los días


como las horas inhábiles, adquieren aptitud para que durante su transcurso se
realicen actos procesales eficaces.

Se ubica en:

“Articulo 142.-Habilitacion

De oficio o a pedido de parte, el juez puede habilitar días y horas en aquellos


casos que no pueda realizarse una actuación judicial dentro del plazo que este
código establece o cuando se trate de actuaciones urgentes cuya demora
puede perjudicar a una de las partes”42.

Puede ser expresa y tácita. Es expresa cuando el tiempo inhábil resulta


utilizable a raíz de una declaración judicial, originada a petición de parte o de
oficio. La inhabilitación tácita se encuentra regulada en el artículo 143 del
Código Procesal Civil.

Nos da a entender que se le faculta a los jueces para habilitar días y horas,
cuando no fuere posible señalar las audiencias dentro del plazo establecido por
el Código o se tratase de diligencias urgentes, cuya demora pudiera tornarlas
ineficaces u originar perjuicios evidentes, a las partes.

41
Exp. No 1318-95, Tercera Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianella, Ejecutorias, Tomo 4, Cuzco, 1996,
pp. 182-183
42
Artículo 142 del Código Procesal Civil Peruano
2.3. HABILITACIÓN IMPLÍCITA

Este tipo de inhabilitación opera cuando el tiempo inhábil resulta utilizable, sin
necesidad de declaración judicial y por el simple hecho de haberse comenzado
a ejecutar el acto en tiempo hábil.

Se encuentra ubicada en:

“Artículo 143.- Habilitación implícita

La actuación judicial iniciada en día y horas hábiles, podrá continuar hasta su


conclusión en tiempo inhábil, sin necesidad de que previamente se decrete la
habilitación”43.

2.4. ACTUACIÓN DIFERIDA

Se encuentra ubicada en:

“Artículo 144.- Actuación diferida

Cuando la actuación judicial requiera más tiempo del previsto, podrá ser
suspendida para su continuación al siguiente día hábil o cuando el juez lo fije.
Decisión se hará constar en el acta”44.

La actuación judicial, es toda diligencia, trámite o procedimiento que se realiza


con ocasión de un proceso. Los diversos elementos materiales que van
formando el proceso constituyen las actuaciones, involucrando en el concepto,
los actos de las partes, de los magistrados y de los auxiliares de la
administración de justicia.

Como señala la norma, que cuando la actuación judicial requiera más tiempo
del previsto, podrá ser suspendida para su continuación en otro momento.
Asumiendo un elemento fáctico, que tiene que darse para que opere la
consecuente de la suspensión.

Se debe aclarar que no se está poniendo fin a la actuación judicial ya iniciada,


solo se suspende para continuarla en otra fecha; continuando al siguiente día

43
Artículo 143 del Código Procesal Civil Peruano
44
Artículo 144 del Código Procesal Civil Peruano
hábil. En ese sentido, nuestro Código recoge la fórmula de calificar como
hábiles los comprendidos de lunes a viernes de cada semana.

Con relación a los actos que deben cumplirse en las oficinas judiciales, como
es presentar escritos, celebrar audiencias, notificaciones personales, etc., son
hábiles solo las comprendidas dentro del horario judicial.

También puede distinguirse la actuación judicial para cuando el juez fije la


fecha de su continuación. Puede aquí operar la habilitación, la expresa y la
tácita. Es expresa cuando el tiempo inhábil resulta utilizable a raíz de una
declaración judicial; no es admisible recurso alguno en el supuesto que se
disponga declarar la habilitación.

La habilitación es tácita, cuando el tiempo inhábil resulta utilizable sin


necesidad de declaración judicial y por el simple hecho de haberse comenzado
a ejecutar el acto en tiempo hábil.

2.5. Falta grave:

Nuestro código procesal civil, en su artículo 145 establece que: “Incurre en falta
grave el juez que, sin justificación, no cumple con realizar la actuación judicial
en la fecha señalada o dentro del plazo legal respectivo”45.

La norma reafirma la regla general que las actuaciones judiciales deben ser
realizadas en la fecha señalada o dentro del plazo legal respectivo, salvo
situaciones excepcionales que lleven a la interrupción o suspensión del
proceso. Subyace en este artículo la aplicación del principio de celeridad y
economía procesal, toda vez que lo que se busca es que el proceso se realice
procurando el menor número de actos procesales.

La economía procesal busca proporción entre el fin y los medios que se utiliza,
por ello, se requiere concentrar la actividad procesal en el menor número de
actos para evitar la dispersión. De ahí que, “cuando sin justificación, el juez no
cumple con realizar la actuación judicial en la fecha señalada”, es calificado su
proceder como falta grave, por afectar uno de los principios elementales del
proceso judicial, como es la celeridad procesal.

45
Artículo 145 del Código Procesal Civil Peruano
En ese sentido, el inciso 1 del artículo 184 de la LOPJ señala que es deber de
todo magistrado “resolver con celeridad y con sujeción a las garantías
constitucionales del debido proceso”. La afectación a los deberes, es por tanto,
pasible de la sanción disciplinaria en los términos que detalla el artículo 208 de
la LOPJ.

Otro supuesto que regula la norma para calificar de falta grave, se refiere a la
omisión de la actuación judicial “dentro del plazo legal respectivo”. Ello es
coherente con lo regulado en el artículo V del Título Preliminar del CPC,
cuando señala que “La actividad procesal se realiza diligentemente y dentro de
los plazos establecido”.

De tal manera observamos, que se pone especial énfasis en señalar que la


actividad procesal se realice “dentro de los plazos establecidos” porque ello va
a permitir sustentar la preclusión procesal. En tanto no se realice la actividad,
no se podrá pasar a la siguiente etapa, generando con dicho comportamiento la
paralización procesal. La división del proceso por etapas, impone el paso de
una etapa a otra, implicando la clausura de la anterior, en tanto, como resolver
una excepción, o emitir una sentencia, dentro del plazo legal respectivo, no se
podrá dar paso a la siguiente etapa procesal.

Lo regulado en la norma, nos permite sostener que el juez no solo esta


investido de facultades jurisdiccionales, sino que también tiene deberes
procesales que cumplir, los mismos que aparecen descritos en los diversos
incisos del artículo 50 del CPC; señala el inciso 3 del mencionado artículo que
es deber del juez, “realizar los actos procesales en las fechas previstas”, por
tanto, su incumplimiento –sin justificación– debe ser calificado como falta
grave, siendo pasible de sanción disciplinaria. Ello porque los deberes se
instituyen en interés de la comunidad y aparecen en todos los campos del
orden jurídico. Los deberes procesales son imperativos jurídicos establecidos a
favor de una adecuada realización del proceso. No contemplan el interés
particular de cada litigante sino el interés de la comunidad. Como ya se ha
hecho referencia, la efectividad en el cumplimiento de los deberes se obtiene,
mediante sanciones.
“Para que los actos procesales tengan validez deben realizarse dentro del
espacio de tiempo que la ley ha señalado para su ejecución. La
extemporaneidad los hace susceptibles de ineficacia”.46

2.6. Perentoriedad del plazo.

Como bien hace mención, el artículo 146 de nuestro código procesal civil. “Los
plazos previstos en este Código son perentorios. No pueden ser prorrogados
por las partes con relación a determinados actos procesales. La misma regla se
aplica al plazo judicial. A falta de plazo legal, lo fija el juez”47.

Los plazos procesales son el conjunto de lapsos destinados al cumplimiento de


cada acto procesal en particular. Hay diversos criterios que se utilizan para
clasificarlos. Si tomamos como referencia el origen de su fijación, los plazos
pueden ser legales, judiciales y convencionales. El plazo legal, es aquel cuya
duración se halla expresamente establecida por ley, por citar, el plazo para
contestar y reconvenir, el plazo para proponer excepciones, el plazo para
apelar, entre otros.

El plazo judicial es deferida por ley al juez. Este plazo puede ocurrir bajo dos
supuestos: que la ley otorgue al órgano judicial de manera expresa dicha
facultad; y, que la ley omita toda referencia al plazo dentro del cual un acto
debe cumplirse. Frente a esta omisión, lo señalará el juez de conformidad con
la naturaleza del proceso y la importancia de la diligencia.

La norma se refiere al plazo judicial, pero dentro del segundo supuesto, esto
es, que “a falta de plazo legal, lo fija el juez”. En el primer supuesto notamos
que el caso de las observaciones a los dictámenes periciales regulado en el
artículo 266 del Código, en la que la norma de manera expresa permite que el
juez excepcionalmente conceda un plazo complementario. En el segundo caso
ubicamos el caso de la designación de peritos. La ley no señala el plazo en la
que deberán entregar el dictamen, sin embargo, es factible que se fije
judicialmente.

Otro supuesto encontramos en el caso de la inadmisibilidad en la contestación


de la demanda. La Ley procesal no prevé dicha incidencia, pero, en atención al
46
Expediente Nº 2115-94, Segunda Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Ejecutorias, Tomo 2, Cuzco.
47
Artículo 146 del Código Procesal Civil
principio de igualdad, le es extensivo el plazo del artículo 426 del CPC, con la
discrecionalidad del juez al fijarlo. El plazo convencional corresponde al que las
partes pueden fijar de común acuerdo. En el caso de la suspensión del proceso
regulado en el artículo 319, aquí son las partes las que fijan el plazo de dicha
suspensión.

Otro criterio que se asume para clasificar los plazos es en atención a los
efectos que produce, como son los perentorios y no perentorios. A su vez, los
plazos perentorios pueden ser prorrogables e improrrogables; frente a esta
clasificación señalamos que los plazos legales o judiciales son perentorios,
salvo acuerdo de partes por escrito. Al referirnos al plazo perentorio, llamado
también preclusión y fatal, diremos que es aquel cuyo vencimiento determina
automáticamente la caducidad de la facultad procesal para cuyo ejercicio se
concedieron, sin que para lograr tal resultado, se requiera la petición de la otra
parte o una declaración judicial.

Los plazos perentorios no requieren actividad ni de las partes ni del juez, aun
cuando un recurso de apelación haya sido concedido con la conformidad
expresa o tácita de la parte adversaria, debe ser considerado ineficaz si se
interpuso después de transcurrido el plazo fijado al efecto. Los plazos previstos
en este Código son perentorios. Todo plazo perentorio es improrrogable ya que
por esencia descarta la posibilidad que pueda ser prolongado con motivo de la
petición unilateral formulada por la parte a quien afecta. Son plazos
improrrogables aquellos que no son susceptibles de prolongación expresa, por
citar, el plazo que refiere el artículo 636 del CPC sobre la medida cautelar fuera
de proceso.

2.8. Computo.

ARTÍCULO 147 “El plazo se cuenta desde el día siguiente de notificada la


resolución que lo fija y, cuando es común, desde la última notificación. No se
consideran para el cómputo los días inhábiles. Entre la notificación para una
actuación procesal y su realización, deben transcurrir por lo menos tres días
hábiles, salvo disposición distinta de este Código”48.

48
Artículo 147 del Código Procesal Civil Peruano
El plazo comienza a contarse desde el momento en que finaliza el día de la
notificación. En ese sentido, el artículo considera que el “plazo se cuenta desde
el día siguiente de notificada la resolución”. La exclusión de los días inhábiles
para el cómputo se entiende porque estos no tienen la aptitud para que durante
su transcurso se realicen actos procesales eficaces. Solo si obra la habilitación
se evitaría que se produzca el descuento en el cómputo de los plazos.

La norma regula el tiempo que debe transcurrir entre la notificación para una
actuación procesal y su realización; para lo cual, toma como referencia los días
hábiles y le asigna tres días de estos para ese límite.

Si bien señala la norma que "entre la notificación para una actuación procesal y
su realización, deben transcurrir por lo menos tres días hábiles" dicho cómputo
tiene algunas reservas cuando se refiere a actuaciones imputables a los
órganos de auxilio judicial, en el caso del custodio, cuando el juez ordena la
devolución de los bienes bajo su cargo, en el día; mal podría alegar este
órgano de auxilio judicial que transcurra los tres días que señala la norma, para
que recién ejecute el mandato, pues, su rol es de un auxilio judicial al servicio
del proceso -no de las partes- y por tanto, si el juzgado dispone que cumpla en
el día con entregar los bienes, dicho mandato debe ser acatado en tal sentido,
y no buscar argumentos dilatorios que desdibujen su real misión en el proceso,
como es, ser colaborador de la justicia. Actitudes de resistencia, no solo
conllevan a sanciones pecuniarias sino a responsabilidades civiles y penales,
según el caso. La regla general que contiene el artículo 147 del CPC no
considera para el cómputo los días inhábiles.

Si bien el citado artículo 147 señala que los días inhábiles no se consideran
para el cómputo, no hace referencia respecto a las reglas aplicables al cómputo
del plazo por meses y por años. Frente a ello aplicamos el cómputo de los días
naturales, en la forma que regula los incisos 2 del artículo 183 del Código Civil:
“el plazo señalado por meses se cumple en el mes del vencimiento y en el día
de este correspondiente a la fecha del mes inicial. Si en el mes de vencimiento
falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho mes”49.

49
Artículo 183 inciso 2 del Código Procesal Civil Peruano
En ese sentido, observamos el pronunciamiento judicial siguiente: “que de la
ficha trescientos un mil seis del Registro de Propiedad Inmueble de Lima que
corre a fojas 143 aparece que el inmueble objeto de ejecución es de propiedad
de los recurrentes, quienes inscribieron su derecho el 11 de enero de 1994,
cuando la medida de embargo ya se encontraba anotada con prioridad al 19 de
abril de 1993 (asiento d.2) pero la inscripción de dicha medida cautelar fue
cancelada al haber transcurrido el plazo de caducidad, según título presentado
el 20 de abril de 1998 (asiento c.2)”. Los plazos individuales y comunes
constituyen otro referente a tener en cuenta para el cómputo.

Los plazos comunes son aquellos que se acuerdan en forma conjunta a ambas
partes a fin que realicen uno o más actos procesales de la misma índole,
haciendo mención así, el plazo para presentar alegatos y para expedir
sentencia corre de manera común para ambas partes. Mientras que los plazos
individuales se computan desde que se practica la respectiva notificación a la
parte a quien afecta, en los plazos comunes –como señala literalmente el
artículo– “empiezan a correr desde la última notificación”. La regla general son
los plazos individuales, los comunes, son la excepción y su existencia debe
surgir explícita o implícitamente de la ley.

En relación al cómputo de los plazos de notificación realizada mediante


exhorto, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado en la acción de amparo
Nº 1034-2002-AA/TC interpuesta por Flor de María Enciso Civilice de la
siguiente forma: "La tercera regla del Cuadro de Términos de la Distancia
aprobado por Acuerdo de Sala Plena del día 30 de enero de 1986, establece
que, cuando las provincias pertenecen a departamentos distintos, al efectuarse
el cómputo del término de la distancia se sumarán los días de cada provincia a
la capital de su respectivo departamento, y a esa suma, se añadirá el término
entre las dos capitales departamentales. El mismo cuadro fija el término de 1
día entre la Provincia Constitucional del Callao y su capital, y 1 día entre la
Provincia de Lima y la Capital del Departamento de Lima, que sumados al
término de 1 día que media entre esta última y la Capital de la Provincia
Constitucional del Callao, hacen un total de 3 días; en tal virtud, habida cuenta
de que el domicilio de la recurrente se encuentra ubicado en el distrito del
Callao, el término de la distancia, en su caso, es de 3 días, que sumado al
término de 3 días previsto en el artículo 722 del Código Procesal Civil, hacen
un total de 6 días para formular contradicción a la ejecución, la cual fue
interpuesta al quinto día siguiente a la fecha de la notificación con la demanda,
esto es, dentro del término de ley". Si se declaró inadmisible la demanda de
tercería, concediendo el plazo de tres días para que subsane las omisiones, es
nula la resolución que rechaza la demanda apresuradamente, antes que
transcurra el plazo. El hecho de que la demandante haya presentado el escrito
ofreciendo garantía para la suspensión del remate, no significa haber vencido
el plazo concedido”50. Sentencia pronunciada el 4 de diciembre del 2002
contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia que declara improcedente la acción de amparo.

El hecho de que uno de los codemandados aún no haya sido notificado con el
admisorio de la instancia, no prorroga el plazo para que los otros
codemandados puedan contestar la demanda, pues, el plazo para dichos
codemandados se empieza a computar desde el día siguiente en que
recibieron la notificación con la demanda.

“La racionalidad del artículo 147 del CPC se encuentra referida a la preclusión
de las etapas procesales, esto es, para proceder a la siguiente etapa del
proceso, solo podrá realizarse cuando todos los emplazados comparecen, sea
contestando la demanda o en su rebeldía”51.

Si la notificación para la concurrencia a la audiencia de ley se ha realizado con


menos de tres días de anticipación, el juez debió suspender la audiencia
programada y señalar nueva fecha.

“Resulta afectada de nulidad la audiencia que carece de un requisito


indispensable para obtener su finalidad, como es citar a las partes con la
anticipación debida”52.

“Entre la notificación y el día de la realización de la diligencia programada debe


mediar por lo menos tres días hábiles”53.
50
Exp. Nº 2231-99, Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento, Ledesma Narváez, Marianela,
Jurisprudencia Actual, Tomo 5, Gaceta Jurídica, Sumilla 284
51
Exp. Nº 614-98, Tercera Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Jurisprudencia Actual, Tomo 2, Gaceta
Jurídica, pp. 340-341
52
Exp. Nº N-531- 97, Primera Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Jurisprudencia Actual, Tomo 1,
Gaceta Jurídica, pp. 323-324
“Las resoluciones judiciales solo producen efectos en virtud de la notificación
practicada con arreglo al CPC. Se infringe el principio de legalidad en el
proceso cuando las notificaciones se alejan de lo dispuesto en los artículos
170, 161 y 155 CPC”54.

“Siendo perentorios los plazos, estos deben computarse desde el día siguiente
de notificada cada resolución”.55

53
Expo. Nº N-363-97, Primera Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Jurisprudencia Actual, Tomo 1,
Gaceta Jurídica, p. 315
54
Expo. Nº 103-95, Cuarta Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Ejecutorias, Tomo 1, Cuzco, 1995, pp.
92-93
55
Expo. Nº 1717-94, Quinta Sala Civil, Ledesma Narváez, Marianela, Ejecutorias, Tomo 1, Cuzco, 1995,
pp. 89-90
CONCLUCIONES

 De tal manera, hemos llegado a la conclusión de que los actos


procesales son de gran importancia; para lograr así la comprensión
plena de lo que significa los actos procesales de los jueces, los cuales
son manifestaciones de voluntad del órgano jurisdiccional, que se
concretizan mediante las resoluciones judiciales. Siendo conocidos
como decretos, autos y sentencias; siendo de mero trámite, resolviendo
incidencias y poniendo fin al proceso, respectivamente.
 Hemos llegado a la conclusión de que toda resolución es de suma
importancia cuando se trata de su estructura para así tener una mejor
transmisión del mensaje del juez. Destacando a la cosa juzgada que se
encuentra sumergida en la sentencia la cual cumple su función de
seguridad jurídica el proceso.
 Las resoluciones para que tengan efecto, deben darse en su plazo
establecido con su numeración correspondiente para seguir el camino
desarrollado.
 En tanto, se dice que el juez no puede delegar a otro las funciones las
cuales se le ha designado y tampoco puede incumplir con el horario
establecido por ley. Es por ello que el juez ya no es visto como un mero
espectador, sino en la actualidad se le conoce como el director del
proceso.
 Concluimos que se debe respetar los días y horas hábiles dados por el
código civil, procesal civil y la L.O.P.J, y señalaremos que el juez puede
habilitar de manera explícita e implícita las actuaciones urgentes o
cuando lo requiera. Incurrirá en falta el juez que sin justificación no
cumpla con realizar la actuación judicial en los plazos y fechas
establecidos por ley; siendo estos a su vez perentorios, transcurriendo
el computo de dicho plazo desde el día siguiente de su notificación.
BIBLIOGRAFÍA

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