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La teoría del apego hace referencia al establecimiento de lazos afectivos de una protección entre
quien cuida y quien es cuidado. Esta teoría surge a partir de las reacciones infantiles ante la
separación y el duelo. Esta teoría identifico la importancia que tiene en el desarrollo de
relaciones amorosas.
Las relaciones amorosas activan el estilo de apego, este sistema de apego se mantiene durante
el ciclo vital de los seres humanos. Morris, Feeney y Noller demostraron una coincidencia entre
el estilo de apego ansioso y la inadecuada selección de pareja.
En las relaciones de pareja, el apego se muestra por el riesgo de separación conyugal, estas
experimentan una desesperación ante el distanciamiento. La manera que se relaciona
afectivamente con su pareja es muestra del apego que se recibió en la niñez.
El amor apasionado busca la protección y pertenencia, si dichas personas tienen las mismas o
similares expectativas se crea un vínculo complementario y alejado de las redes sociales estos
rechazan afectos familiares y de amistades en las cuales la intensidad del apasionamiento se
confunde con “amor verdadero” y conlleve a la convivencia de los implicados la cual disminuye
el deseo intenso que tienen ambos. El apasionamiento es un estado de unión con el otro, el
primer enamoramiento se da en la adolescencia, el enamoramiento se manifiesta como la
explosión de un gran volcán.
El desarrollo normal del amor, se inicia con el apasionamiento a diferencia de los jóvenes que
buscan desespera mente un poco de comprensión y afecto, los que son amados por sus padres
pasan de una elección dictaminada solo por el deseo a la orientación amorosa restringida. Posee
un perfil del tipio de compañero(a) a quien amar esta experimenta con distintas personas de tal
forma puedan confirmar sus expectativas.
A diferencia del amor de pareja, la amistad no se fundamenta con la atracción sexual, sino en
semejanzas similares las que llevan a una deducción de valores similares y estas a temas
específicos, rara vez dicho vinculo de amistad se convierte en un vínculo amoroso.
Existen personas que confunden el establecer un romance con forma una amistad cuando dichas
personas creen que amarse es ser “buenos amigos”, estas conforman una relación matrimonial
adecuada pero no podrán involucrarse pasionalmente. En la elección amorosa, el encuentro está
marcado por la atracción sexual, mientras que en la elección de amigos la pauta son los interese
comunes.
“Primero un yo; luego una posibilidad: el gozo exquisito de un ser que se encuentra con otro” de
eso se trata el amor puro, sin antecedentes históricos ni perjuicios. (Branden)
El amor romántico plantea: “Te veo como persona, y te quiero y te deseo porque eres lo que
eres, tanto para mi felicidad en general como para mi plenitud sexual en particular.”
Iniciar una relación de pareja es “jugarse” por un desconocido, lo que es entregarse sin esperar
recibir nada cambio, aprender a querer a esa persona después que despertó entre nosotros la
pasión del deseo. Descubrir quién es y aceptar lo que encontremos. El amor conyugal es una
construcción lenta entre dos personas que jamás se conocerán a ciencia cierta. La relación
amorosa obliga a la aparición de crisis, cada encuentro requiere una de una despedida, la
despedida de aquel que creíamos que teníamos al lado, para volver a encontrarnos con su ser.
El amor de pareja es necesariamente jugarse, por un extraño, lo que nos lleva a matar a nuestro
yo, lo que implica autotrascender, de tal manera de que la felicidad del otro sea más importante
que mi propia felicidad.
Descubrirnos mutuamente las almas, quitándonos las marcaras que usamos para conquistarnos
para poder aceptar el verdadero rostro escondidos de tras de ellas. Cuando amamos nos
arrojamos al vacío de la incertidumbre porque sabemos que estamos acompañados sin
exigencias.
El amor exige confianza, libertad y riesgo. La confianza es el sentido de creer sin pedir evidencias.
Con libertad de ponernos aprueba con nuestra relación personal procurando no lastimar el
“nosotros” que estamos construyendo. El riesgo de probar experiencias que cambien la forma
de ser y dejar de amor y ser amados. El que no soporta el dolor, la soledad y la incertidumbre
no puede amar.
El falso amor de amantes se basa o se crea en el deseo que sienten, como escribió Quoist: La ley
del fuego es extinguirse, y tarde o temprano la pasión se desvanece, dejando a dos seres
humanos mirándose extrañados del uno al otro.
El amor es razonable no irracional. El deseo, la atracción, el enamoramiento es irracional, ciego,
incapaz de predecir la ´posibilidad de la construcción de un verdadero amor. El estilo de apego
de la infancia se relaciona con el apego adulto que se activa en la relación de pareja.
Los estilos de apego inseguros se denominan como apego temeroso, preocupado y resistente
en los vínculos conyugales.
El amor surgirá en la convivencia, los amantes son dos extraños que deciden compartir sus vidas,
renunciando a considerar prioritarias a otras cosas. Los padres deberán volverán a ser pareja,
los hijos deberán irse de casa, por lo tanto el vínculo amoroso conyugal es mucho más que deseo
y el amor del uno hacia el otro, los enamorados se dicen: “te amo” y los amantes: “amo lo
nuestro”.
“Los hijos comienzan por amar a sus padres. Al crecer se ponen a juzgarlos. A veces los
perdonan.” Oscar Wilde
El apego puede ser: seguro, ansioso y desorganizado. Dependiendo del tipo de apego, se define
el vínculo afectivo, es decir, la relación recíproca entre el niño y cada uno de sus padres.
El vínculo seguro: es donde el niño muestra su malestar a través del llanto, cuando uno
de los padres salen y se alegran cuando vuelven, aprenden a confiar en sus padres y se
atreven a tomar decisiones por sí mismos.
El vínculo negativo: este forjara desconfianza, temores y sensaciones de abandono.
El vínculo de evitación: se identifica cuando el niño evita a la madre o al padre cuando
regresan a su lado, aprenden a apartarse de ellos a pesar de necesitarlos.
El vínculo ambivalente: estos buscan cariño que a la vez que lo rechazan, cuando un
progenitor se acerca se acercan, pero cuando se le demuestra cariño patalean o lloran.
El vínculo desorganizado: se presenta en niños con comportamientos incoherentes,
cuando se encuentran con papá o mamá se alegran pero al poco rato se alejan.
El vínculo afectivo: determina el tipo de apego del niño, este puede ser seguro o
inseguro. El primero ante el retorno del cuidador el niño lo buscara con alegría y en el
segundo el niño se alejara o lo agredirá al cuidador.
En la adolescencia nos damos cuenta que nuestros padres son personas, no dioses. Los
confrontamos con nuestros puntos de vistas novedosos, y hacemos de todo para diferenciarnos
de ellos, buscamos nuevos referentes para construir nuestra identidad. En esta etapa los amigos
se vuelven más importantes que los padres.
Los adolescentes que vienen de familias disfuncionales optan por dos opciones: se ajustan a las
exigencias externas o las transgreden:
Amamos a nuestros hijos solo cuando aprendemos a amar lo que aman y aceptamos que
mientras más los amamos, más pronto se desvincularán de nosotros. Los padres amorosos
asumen el desconocimiento del mundo en el cual sus hijos se desenvuelven, no les imponen sus
sueños, los dejan soñar por sí mismos, les ofrecen modelos de moral y amor, para acompañarlos
sin necesidad de arrastrarlos ni empujarlos.