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FÁBULA: Un muchacho que no luchó por sus sueños.

Ariel y Tomás eran dos amigos que estudiaban en la UAEM (Universidad Autónoma del
Estado de Morelos) en el mismo grupo, en la carrera de Ingeniería Industrial. Ariel era un
muchacho muy inteligente pero un poco irresponsable, ya que prefería salir a fiestas con
sus amigos, antes que quedarse a estudiar en casa porque siempre aprobaba los
exámenes de la universidad sin problemas. Su amigo Tomás, en cambio, no era un chico
demasiado listo, pero se pasaba horas estudiando para sacar buenas notas en los
exámenes, es decir, en realidad se esforzaba noches enteras repasando una y otra vez los
contenidos abordados en clase. Durante muchos años Ariel y Tomás estuvieron
sacando exactamente las mismas calificaciones, pero Tomas estaba realmente enfadado
porque no veía justo que mientras él se pasaba las horas estudiando en casa, su amigo
estuviera disfrutando en la calle sin hacer nada, sin esforzarse lo más mínimo.
Un día su profesor Carlos de Cálculo integral decidió hacer un examen sorpresa para el que
ninguno de los dos amigos estaba preparado. El examen era mucho más complicado de
los que solía poner aquel profesor así que ambos empezaron a temblar. Una vez delante
del examen, Tomás, el compañero responsable que siempre estudiaba, vio claras las
respuestas de inmediato porque eran preguntas que había visto en años anteriores y que,
al haber estudiado en profundidad, aún recordaba. Ariel, por otro lado, se puso muy
nervioso, toda la vida había confiado en su inteligencia, jamás se había preocupado por
repasar cosas de años anteriores o estudiar, y, delante de ese examen se quedó totalmente
en blanco.
Poco a poco los años fueron pasando y los semestres eran cada vez más difíciles. Tomás
siguió estudiando durante toda la carrera, y llegó a convertirse en un ingeniero industrial de
éxito. Ganaba mucho dinero y era feliz con su trabajo en la Minera Media Luna, en Cocula,
Guerrero, mientras que Ariel, movido por su flojera dejó la carrera y nunca llegó a ser su
sueño de toda la vida, aunque era el más inteligente de los dos amigos.

MORALEJA
Es muy importante recordar que vale más la dedicación que el propio talento, que si se
esfuerzan podrán conseguir grandes cosas y que un buen trabajo es un seguro de vida.
Nunca se dejen llevar por la flojera y trabajen duro por sus sueños, hasta el final.

Fábula. El tiburón y la medusa.


Una vez un tiburón llamado Steven estaba persiguiendo a una medusa llamada Zeus en el
fondo del mar.
Cuando estaba a punto de comerla, Zeus le dijo: – ¿Puedo hacerte una pregunta?
El tiburón Steven respondió: – En realidad nunca contesto preguntas de mis víctimas, pero
por ser tú te lo voy a permitir. Entonces la medusa Zeus preguntó: – ¿Yo te hice algo?
– No – respondió el tiburón Steven.
– Entonces, ¿por qué me quieres comer?, inquirió la medusa Zeus.
– Porque no soporto verte brillar, respondió el tiburón Steven.

MORALEJA

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo? Sencillo… porque no soportan verte
brillar.

La envidia, es el peor sentimiento que podemos padecer… Cuando esto pase, no dejes de
brillar, continúa siendo tú mismo, dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas
que te lastimen. Sigue brillando y no podrán tocarte…. porque tu luz seguirá intacta!!!

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